Ruben Dario PDF
Ruben Dario PDF
Ruben Dario PDF
Diciembre, 1996
COORDINACIN EDITORIAL
Johnny Villares
SEHVICIOS EDITOHlALES
Ediciones El Naranjo
N
861
T315
Jos Francisco Tcrn
La poesa de Rubn Daro/Jos Francisco Tern. Nicaragua. Fundacin Vida,
2001,48 p. (Coleccin Cultural de Centro Amrica, Seric Educacin 1).
Daro, Rubn-Poesa/Daro, Rubn-Crtica e interpretacin
ISBN 968-5389-01-2
Prohibida la reproduccin total o parcial de esta obra
sin el permiso expreso del titular de los derechos.
Impreso y hecho cn Mxico
l'
INDICE
Coleccin Cultural de Centro Amrica .................................................... 5
Prlogo ............................................................................................................ 9
Introduccin ................................................................................................ 11
Notas .............................................................................................................. 39
Bibliografa .................................................................................................. 41
Semblanza del autor .................................................................................. 43
Obras publicadas en esta coleccin ........................................................ 44
La Coleccin Cultural de Centro Amrica, para desempear sus funciones, est formada
por un Consejo Asesor. Este Consejo Asesor se dedicar a establecer y vigilar el cumplimiento
de las polticas directivas y operativas del Fondo.
MIEMBROS HONORARIOS
El
,)
Prlogo
Este ensayo naci del deseo de poner en manos de los maestros de
Espaol en el estado de Texas una clase o charla de aproximadamente una hora para presentar a Dara dentro de los programas de
Literatura Hispanoamericana a nivel secundario; hoy en da estos
temas son importantes para las centenas de miles de alumnos que en
Estados Unidos desean aprender y perfeccionarse en nuestra lengua.
Esto era casi una obligacin patritica e intelectual despus de participar en varias divulgaciones de Dara en los colegios y universidades de Houston y presenciar las deficiencias de todo gnero en las
presentaciones que se hacan de nuestro bardo.
Para lograrlo tuve que usar varias estrategias. Primero, encarar la
realidad de que solamente se le puede dedicar una hora al estudio de
la obra de Rubn Dara, dentro del tema general de la literatura hispanoamericana a nivel secundario. Segundo, que era necesario recurrir al testimonio de terceros, como Neruda, para despertar el inters
del alumno. Tercero, que el ensayo tena que reflejar la totalidad y
complejidad de la vida y obra de Dara en el reducido espacio de una
leccin o charla. Finalmente este ensayo deba ilustrar y motivar al
alumno a proseguir su estudio buscando los libros que sobre Dara
abundan en las bien nutridas bibliotecas tanto universitarias como de
la ciudad y del estado.
Esto coincidi con la decisin del Instituto de Cultura Hispnica
de Houston de dedicar el ao 1996 a Dara como tema del sptimo
concurso internacional para el Premio Jos Mart instituido en 1989,
y el ruego -casi demanda- que me hicieran varios profesores, especialmente de la Universidad de Rice, para que participara en este concurso cuya preparacin dur cuatro meses, y cuyo premio me fue otorgado en diciembre de 1996.
Los resultados en los colegios de Houston fueron ms que satisfactorios, y a veces emocionantes, como cuando recib una linda tarjeta firmada por todos los alumnos de Literatura Hispanoamericana
del Kingwood Community College, dos de ellos aeromozas de la lnea Continental Airlines, agradecindome su preparacin. No sola9
mente eso sino que adems sealaron que para ampliar sus estudios
visitaran la aldea de Metapa y la ciudad de Len tan pronto tuvieran un descanso en Managua.
Al poner este ensayo en manos de los jvenes alumnos de los colegios de Nicaragua yo quisiera que lo leyeran y lo guardaran en sus
bolsillos como resumen y referencia -talismn-, que los inspire para
ahondar en el conocimiento de Daro, trascenderlo y participar plenamente en el conocimiento del bien reconocido genio potico que caracteriza, honra y distingue a Nicaragua.
Cierro estas lneas con un especial agradecimiento a mi hermano,
el gran dariano Jos Jirn Tern, sin cuya gua y ayuda bibliotecaria
hubiera sido imposible lograr esta sntesis de la persona y del talento
de Rubn Daro.
Jos FraI).cisco Tern
10
Introduccin
Entramos hoy, queridos alumnos, a estudiar la poesa de Rubn Daro, el inmortal
poeta nicaragense quien al dedicar su vida entera a la poesa, logr con su genio,
inspirado en la universalidad de las ideas y de los sentimientos, penetrar en todas las
culturas y en todos los tiempos, incorporando a nuestra lengua la riqueza universal de
las mitologas, de los cuentos, de la historia, del acontecer diario del mundo. An ms
importante, lo hizo transformando las estructuras de la expresin potica castellana,
ya sea inyectando nuevas mtricas como el alejandrino francs y el hexmetro latino o
transformando cada palabra o conjunto de palabras en una expresin sonora, casi
musical. Y no podemos hablar de la poesa de Rubn Daro sin enfatizar la enorme
importancia de su prosa, tanto de la prosa en s como de su poesa en prosa. Porque
hasta la publicacin de su primer libro, Azul, escrito a los 21 aos en Chile, y con la
excepcin de algunos notables precursores como Jos Mart y Manuel Gutirrez Njera,
la prosa y, en general, el espaol del siglo XIX era una lengua que para expresarse
haba que escribir largas frases siguiendo la ortodoxia lingstica establecida importando ms la lgica y la gramtica que el pensamiento mismo. Fue Rubn Daro
quien desde su temprana edad de Azul estructur una nueva forma de expresin sin
apelar a las circunvalaciones idiomticas, sustituyndolas con el poder inmenso que l
haba descubierto dentro de las palabras mismas: "cada palabra es una idea, tiene un
alma". Podemos decir que nuestra amadsima lengua de Cervantes le debe a Daro su
modernizacin al siglo xx, como en sus tiempos lo hicieron Berceo, Hita y Gngora. A
esta transformacin se debe, en gran parte, la eficiencia de expresin de que hoy gozamos, razn por la cual el espaol es una lengua moderna, renovada y capaz de renovarse constantemente, a la altura de las demandas ms exigentes de la ciencia, de la
tecnologa y del arte. Claro est que no fue Rubn Daro quien hizo todo lo que hasta
hoy se ha hecho por nuestra lengua y de lo que hoy en da gozamos quienes hablamos
espaol. l fue, sin embargo, quien detect en mayor grado el estado lastimoso en que
se encontraba el castellano al final del siglo XIX, y quien descubri que s era posible
cambiar sus estructuras, ensanchar su expresin, introducir nuevos temas, desnudar
la musicalidad intrnseca de sus vocablos, y combinarlos en metros o prrafos de
exquisita armona. Adems, deba hacerlo de inmediato y sin titubeo. A partir de su
libreto Azul publicado en Chile en 1888, cuando Daro tena 21 aos, la poesa y la
prosa romperan para siempre la sintaxis cansada, el aburrimiento de los temas
II
anquilosados, la redundancia de los "estilos", los estribillos estridentes del romanticismo imperante. Y habiendo esgrimido para lograrlo, como veremos ms adelante,
los recursos de su gran genio potico y su erudicin casi universal, dara al mismo
tiempo una leccin sencilla y terriblemente compleja al proclamar ms tarde desde
Buenos Aires: "mi literatura es ma en m".! Como lo expresara Pablo Neruda en su
discurso en la Universidad de Chile en ocasin de sus 50 aos:
[... ] bajo nuestra estrella antrtica vivi Rubn Daro. Vena del maravilloso trpico
de nuestras Amricas. Lleg tal vez en un invierno blanco y celeste como el de hoy,
a Valparaso a fundar de nuevo la poesa de habla hispana. En este da mi pensamiento
y mi reverencia van a su estrellada magnitud, al sortilegio cristalino que sigue
deslumbrndonos. 2
y en su poema "La gloria" escribe " ... dirige una rosa olorosa a Rubn Daro
que llega a Castilla e inaugura la lengua espaola ".3 Permitidme insistir hasta la
saciedad sobre este mismo aspecto renovador de las esencias castellanas con las
palabras de Federico Garca Lorca, de visita en Buenos Aires, refirindose a Daro:
Como poeta espaol, ense en Espaa a los viejos maestros y a los nios, con un
sentido de universalidad y de generosidad que hace falta en los poemas actuales.
Ense a Valle Incln ya Juan Ramn Jimnez, y a los hermanos Machado, y su voz
fue agua y salitre, en el surco del venerable idioma:
Queridos alumnos:
Con esta introduccin os he querido hacer ver la trascendencia de este captulo que
hoy vamos a tratar sobre la poesa de Rubn Daro. He querido primero despertar en
vosotros la curiosidad para que abris vuestros sentidos de par en par y tratemos de
caminar juntos y meternos dentro de ese bosque maravilloso que es la poesa de Daro.
Aclaremos que Rubn Daro escribi prosa en abundancia, a veces poemas en prosa
como los cuentos de Azul y principalmente como cronista o redactor de peridicos y
revistas, propias o ajenas, entre las cuales se destaca el que fue el sustento de su vida
hasta su muerte, su otra profesin -si ser poeta es una- la de corresponsal del gran
diario La Nacin de Buenos Aires a cuyo cuerpo de redactores perteneci desde sus 21
aos -su ao de Azul en Chile- y siguiendo los pasos del glorioso Jos Mart quien le
haba precedido como corresponsal del mismo diario, hasta su muerte a los 49 aos. Pero
justo es tambin decirlo, sin menoscabo a la calidad de su prosa, que fue la poesa el
instrumento que manej para expresar sus sentimientos y sus ideas, y fue su poesa la
que como un sol brill en el firmamento de la literatura espaola y, especialmente,
de la hispanoamericana. A travs de sus versos penetr el 'Todo" en su concepcin
pitagoriana,8 esculc los infinitos, profundiz los abismos incluyendo el de su propia
alma, incorpor las mtricas francesas, latinas, inglesas y del espaol castizo, inyect
o ms bien hizo brotar la msica innata de las palabras, combin y vari la mtrica
sin escatimar el vuelo sobre las mitologas griegas, germanas, chinas, orientales y
haciendo aparecer los numerosos smbolos y paisajes que utiliz como trasfondo de
muchas de sus obras. Tambin us la poesa como un arma para defenderse de quienes
acerbamente le atacaron o para atacar aquellas debilidades propias del idioma, de los
pusilnimes, especialmente de los poetas y escritores de nuestra tierra americana
que no salan del arraigo a sus propios orgenes y vean a Espaa como la nica
fuente de inspiracin, el nico faro, la nica autoridad sobre cmo debera usarse
y conjugarse la lengua. Y en ese bregar, con la poesa en ristra, la poesa eterna y
universal sin tiempo ni geografa, se encontr de pronto Daro en la posicin del
revolucionario y del hroe, revirtiendo las corrientes literarias, creando el Modernismo, haciendo del Modernismo la escuela del momento, convirtiendo a Buenos
Aires en la capital del Modernismo y logrando as nuestra independencia literaria de
Espaa, nuestra literatura propia, nuestra Amrica.
Una de las mayores dificultades de estudiar a Daro es la gran profusin de libros,
opiniones y artculos sobre su persona y su obra. Estos abarcan desde lo escrito por l
13
mismo como su Autobiografa y su Historia de mis libros hasta lo escrito por sus
contemporneos; crticos altos y bajos, admiradores, aduladores y enemigos. Aos
despus de su muerte hubo tantos que se rebelaron y hasta lo aborrecieron,
como su propio coterrneo Jos Coronel Urtech quien lo llam "Paisano inevitable te saludo con mi bombn que se comieron los ratones en mil novecientos
veinticinco amn".9 A pesar de estos ataques la perspectiva de Daro se ha afianzado,
como lo hemos ledo ya en Neruda y Garca Lorca, y lo podemos leer en Octavio Paz
y muchos otros autores que estando ya fuera de la lucha del Modernismo -habindolo
superado- colocan a Daro como un clsico a la par de Gngora porque ambos
aparecieron en momentos crticos de la literatura espaola para renovarla,
fortalecerla, ampliar su vocabulario y servir de base al enorme despliegue literario
que vendra despus. Es con esa calma de quien ve a Rubn Daro en el lugar de los
inmortales que yo quisiera ahora adentrarme en su poesa, meterme con vosotros en
las esencias mismas de sus versos, a descubrir qu hizo, cmo lo hizo, cules fueron
los conceptos que lo guiaron, cmo estructur su obra e ilustrarla con algunas de sus
grandes poesas.
Anotamos ya la complejidad de opiniones, libros y artculos sobre la poesa de
Daro, la abundancia y exuberancia de pensamientos, inspiraciones, desvaros,
ancdotas, rigurosos anlisis de la mtrica, interpretaciones del trasfondo de tantos poemas de que se compone su obra. An ms difcil resulta separar lo que es la
poesa en s de lo que es la innovacin o revolucin en la forma de expresarla. Cabe
la pregunta: Sera tan inmortal Daro si su poesa la hubiese vertido en los moldes
tradicionales de la mtrica de su tiempo, sin los instrumentos de cambio y modernizacin que hizo a nuestra lengua? 0, ponindolo al revs, podra su poesa ser
tan sublime y trascendental si solamente rompiera los moldes formales sin la nobleza de los temas, el color de los paisajes y el encanto de los pensamientos? Si por
ejemplo, un ser pensante viniera del planeta Marte y sin importarle tiempo ni
idioma abriera las pginas de Azul Yleyera "El rey burgus" o la "Sinfona en Gris
Mayor" de Prosas profanas, sentira la perfeccin de esa prosa y la sonoridad de
esa msica extendida sobre el ancho mar azogado? Ejercicio vano por lo inseparable que en la poesa de Daro son la forma y el fondo, o sea que no importa ni lo de
antes ni lo del futuro, esta poesa tiene valor intrnseco en el tiempo y el espacio,
tiene su propia vida, brilla como una estrella con su propia luz. No necesitamos en
esta breve leccin repasar todo lo que escribi Daro, ni siquiera mencionarlo. Voy
a daros tres mojones de su creacin potica y os dir cmo encontrar en ellos lo
14
ms valioso y sagrado. Estos tres mojones de la poesa dariana son sus tres grandes
libros: Azul, Prosas profanas y Cantos de vida y esperanza. Hay muchsimos otros,
pero estos tres definen las pocas claves de su desarrollo mental: Azul, su libro de la
juventud; Prosas profanas, su primavera plena de triunfo y gloria, y Cantos de vida
El joven poeta, que ya ha publicado en los peridicos de su tierra y de Centro amrica, se absorbe da y noche en la lectura. No solamente la coleccin de los clsicos
espaoles de Rivadeneyra, sino tambin las traducciones de Victor Rugo, de
Baudelaire y de Shakespeare. y escribe incesantemente, participa en todos los
homenajes, hace versos que hoy llenan una buena parte de sus obras completas.
Son poemas bien rimados a lo romntico, siguiendo las mtricas tradicionales,
vigorosos como su juventud, radiantes de musicalidad, Espronceda, Zorrilla, etctera. Quizs lo ms significativo de esta poca es su viaje a El Salvador, donde conoce
al poeta salvadoreo Antonio Gavidia quien tambin adora a Victor Rugo y, en especial, los versos alejandrinos de 14 slabas que ensaya, esos mismos alejandrinos que
Daro usara en tantas de sus poesas. Y todo esto sucede mientras despierta a su
adolescencia, en el corazn del trpico, y despiertan tambin sus sentidos con la
potente atraccin del sexo hacia la mujer. Y encontrndose en el centro de admiracin de nacionales y extranjeros, en el ambiente provincial de Managua, le recomienda un amigo, ex cnsul de El Salvador en Chile, que se vaya a Chile. All
encontrar esos otros horizontes que afanosamente anhela, que busca y no encuentra en la estrechez de los pequeos pases de Centroamrica. Adems est
enamorado y ha sufrido ya su primera decepcin amorosa. Daro, de 18 aos,
responde al cnsul: "Cmo me voy a ir si no tengo nada?", y el amigo le contesta:
"vete a Chile aunque te ahogues en el camino ...". Y as, una tarde tropical del
Puerto de Corinto en el Pacfico nicaragense se embarc el joven poeta hacia
Chile, cuando apenas tena 19 aos. Era el inicio de Azul... El adolescente que
desembarca en Valparaso se da cuenta de que Chile es otro mundo. No deja pasar
ocasin sin publicar una crnica o un poema. Llega la Sara Bernhardt al Auditorio
Municipal de Santiago y l recita su elogio en verso en el homenaje del peridico
La poca. Se abre un certamen para cantar las glorias de Chile en la Guerra del
Pacfico y l lo gana con su Canto pico a las glorias de Chile. j] Su iniciativa lo
pone en contacto con la sociedad chilena, en especial los intelectuales. Y pronto
sucede una de las amistades de mayor trascendencia en la vida de Daro. El hijo del
presidente de la Repblica, Pedro Balmaceda Toro es un joven dedicado al arte.
Enamorado de lo que est pasando en Francia, de la nueva sensibilidad que inspira todo lo que de Francia llega de la literatura, de la msica (toca piano), de la
pintura y de la escultura. Los ltimos nmeros de la Nouvelle Revue y de la Revue
des Deux Mondes estn arpillados en las mesas de su apartamento en el Palacio de
la Moneda. Daro ha llamado la atencin del joven que lo invita a conversar, leer,
/6
or msica, intercambiar opiniones. Asisten juntos al saln del gran escultor chileno Nicanor Plaza, quien tambin expone frecuentemente en Pars y otras ciudades
europeas y que impacta a Daro con una leccin de fino pulimento, absoluta nitidez, preciso cincelado, muchas de las cualidades que se reflejaran casi literalmente en Azul. Ya no es solamente Hugo y Gautier, ahora tiene libros de Goncourt,
Zol, Flaubert, Balzac, Daudet, Sto Victor, Catulle Mends escritos en el francs
original que l domina desde sus tiempos de Nicaragua. Pero no es solamente
Pedrito Balmaceda quien est impregnado de lo que est pasando en Francia. La
alta sociedad santiaguea, prspera por su mercantilismo avanzado y culta en sus
gustos y presencia, solloza y respira por Pars. Podis imaginaros, queridos estudiantes, el proceso creativo del cerebro de un joven que ya tiene asimilada gran parte de
la cultura clsica espaola y mundial; que tiene ya firme la gramtica, la sintaxis, el
rico vocabulario de su idioma, que ya ha ganado premios a nivel centroamericano
donde se ha distinguido y de pronto choca con esta "otra cultura" afrancesada, abundante de cosas y de autores que se expresan en forma distinta. Es una hiperestesia
que arranca de lo ms hondo de la existencia, intoxicante, con una musicalidad que
parece ser intrnseca a las palabras, las mismas palabras que se dicen o que se escriben en el momento de la inspiracin, el acto concreto de la creacin, sin prejuicio ni
historia, jla poesa misma! Ser sta una cualidad del francs nica y exclusivamente o ser ms bien un don que reside inexplotado en todo ser humano, todo artista,
todo poeta, sin importar idioma u origen? Ya Daro haba experimentado a sus 14
aos con su amigo Gavidia en El Salvador rimando los alejandrinos de Hugo y tratando de ensayar los propios. Algo de aqullo haba ahora en esto, pero en mucho
mayor nmero de consonancias y disonancias y cadenzas. Tambin haba ledo a
Heredia, el precursor cubano que se inspiraba en los cuadros de Moras, y a Baudelaire
a quien tanto admir. Pero ahora se trata de algo distinto. Es hora de romper los
moldes del espaol con el mpetu de los parnasianos y simbolistas franceses. Una vez
roto el molde hay un infinito donde ir que incluye todas las lenguas, todas las culturas, todas las mitologas. Y as, con los pies firmes en su Berceo y en su Hita, en su
Teresa la Santa, en fray Luis, en Cervantes, Lope, Caldern, y por supuesto don
Luis de Gngora y Argote, se lanza Rubn Daro como un Quijote a territorio
ignoto, a escribir cuentos y poesas tan pulidas como las esculturas de Plaza, tan
expresivas como los versos de Hugo, tan novedosas como los versos de Catulle
Mends. De todo esto naci Azul, el libreto de 132 pginas que sali a luz de la
imprenta en Valparaso con un magnfico prlogo del chileno Eduardo de la Barra a
17
finales de julio de 1888 y, como ya dijimos, a sus 21 aos. Azul se compone de tres
partes: "Cuentos en prosa" que es un conjunto de nueve cuentos cortos; "En Chile" es una serie de impresiones cortsimas, como rpidos flashes fotogrficos que
capta en su cerebro, y "El ao lrico" que incluye seis poemas inspirados en las
estaciones de la naturaleza y "Anagke", un copioso deleite sobre el vuelo de una
blanca paloma. Una copia de Azul la envi Daro, con dedicatoria especia~ a don
Juan de Valera, el famoso crtico espaol a quien llamaban los de entonces El
tesorero de la lengua,12 el calificador insigne de lo que era bueno o malo y el gran
protector del idioma de Cervantes. Seis meses despus aparecan en Santiago y en
casi todos los importantes peridicos y revistas de Espaa y de Amrica dos cartas
escritas en octubre de 1888 por don Juan de Valera a Rubn Daro y que convertiran al poeta nicaragense en centro de atraccin del mundo hispano. Merece
que leamos tres de sus prrafos:
Ledas las 132 pginas de Azul..., lo primero que se nota es que est usted saturado
de toda la ms flamante literatura francesa. Rugo, Lamartine, Musset, Baudelaire,
Leconte de LisIe, Gautier, Bourget, Sully-Prudhomme, Daudet, Zol, Barbey
d'Aureville, Catulle Mends, Rollinat, Goncourt, Flaubert y todos los dems poetas
o novelistas han sido por usted bien estudiados y mejor comprendidos. Y usted no
imita a ninguno ni es usted romntico, ni naturalista, ni neurtico, ni decadente, ni
simblico, ni parnasiano. Usted lo ha revuelto todo, lo ha puesto a cocer en el
alambique de su cerebro, y ha sacado de ello una rara quinta esencia. [...] En la
prosa hay ms riqueza de ideas, pero es ms afrancesada la forma. En los versos
la forma es ms castiza. Los versos de usted se parecen a los versos espaoles de
otros autores, y no por eso dejan de ser originales: no recuerdan a ningn poeta
espaol, ni antiguos, ni de nuestros das. [... ] Cada composicin parece un himno
sagrado a Eros, himno que a veces, en la mayor explosin de entusiasmo, el
pesimismo viene a turbar con la disonancia, ya de un ay de dolor, ya de una
carcajada sarcstica. Aquel sabor amargo, que brota del centro mismo de todo
deleite, y que tambin experiment y expres el ateo Lucrecio.
de los hechos y de las cosas. Leamos ahora dos cuentos y tres poemas de Azul:
"El vuelo de la reina Mab",13 "Palomas blancas y garzas morenas",14 "Estival", 15
"Anagke"16 y de su edicin posterior hecha en Guatemala en 1890, el "Soneto a
Walt Whitman"Y
PROSAS PROFANAS: De qu se trata Azul? "... respondera yo sin vacilar: no
ensea nada, y trata de nada y de todo. Es obra de artista, obra de pasatiempo, de
mera imaginacin. Qu ensea un dije, un camafeo, un esmalte, una pintura o
una linda copa esculpida?"18 As defini Juan Valera Azul. Ambos, de la Barra y
Valera haban escrito a raz de Azul que si Rubn Daro llegaba a vivir hasta una
madurez razonable su produccin sera de impacto trascendental. Y an con su
triunfo chileno (recordemos que en sus cortos 32 meses haba escrito adems de
Azul otros dos libros, Abrojos y Los raros y un sinnmero de artculos y poesas),
muy a pesar del triunfo que ya est en sus manos, se inquieta y se desespera. El
nmada que habitaba en lo ms recndito de su ser lo hace levantar vuelo y en
febrero de 1889, un mes despus de publicadas las dos cartas de Valera, Daro se
embarca de regreso a Nicaragua, su tierra natal, el punto mgico de referencia de
toda su existencia. Jams regresara a Chile. De regreso llevaba, adems de Azul,
Abrojos y Los raros y de un moo de recortes de artculos y poemas sueltos, un
oficio, una profesin que le dara prestigio, un excelente medio de expresin y la
salvacin de sus constantes penurias econmicas. Poco antes de salir de Chile, y a
instancias de su mecenas chileno don Victoriano Lastarria, lo haban nombrado
corresponsal de La Nacin de Buenos Aires, el diario ms importante del hemisferio. Era ya admirado del general Bartolom Mitre, a quien no conoca.
Azul y su corresponsala de La Nacin influencian mucho su estada en Nicaragua y en los pases centroamericanos que ahora lo reciben con gran respeto,
admiracin, cario, casi como un hroe. En El Salvador, el presidente lo hace
director del diario La Unin. All conoce y se casa con Rafaela Contreras, su
primera esposa, de quien nace su primer hijo Rubn Daro Contreras. Por circunstancias polticas tiene que huir a Guatemala donde lo hacen director del
Diario de la Tarde. Viviendo en Costa Rica es nombrado para representar a
Nicaragua en Espaa a las celebraciones del cuarto siglo del Descubrimiento de
Amrica (1892) y as deja familia y todo en Costa Rica y se embarca a la Madre
Patria, uno de sus sueos. All conoce a muchos hombres de letras: Menndez y
Pelayo, Nez de Arce, Valera, Campoamor, Zorrilla. La Pardo Bazn lo invita a
19
sus tertulias literarias. Salvador Rueda es el joven poeta que siente la mayor
afinidad por Daro y gracias a l publica Rubn su primer poema en El Imparcial
de Madrid; El elogio de la seguidilla. Cuando Rueda decide publicar su libro En
tropel pide a Daro un prlogo en verso y Rubn produce Prtico, una de sus obras
maestras compuesta en endecaslabos italianos (o gaita gallega como deca don
Marcelino). De regreso de Espaa desembarca Daro en Cuba para visitar a su
gran amigo el poeta Julin del Casal, y de La Habana se va a Cartagena a visitar a
Rafael Nez, el ex presidente de Colombia y gran poeta, de los tiempos en que los
presidentes colombianos eran grandes poetas. Nez lo recibe con aprecio y Rubn
confiesa su sueo: "Quiero ir a Buenos Aires". El ex presidente le promete gestionar ante el presidente Caro para hacerlo cnsul de Colombia en Buenos Aires, y
as parte Daro de regreso a Nicaragua con una ilusin. A su regreso a Nicaragua
le esperaban grandes desdichas y una salvacin. Su esposa, Rafaela Contreras, su
amadsima "Stella", de quien tanta ternura recibiera, haba fallecido. Su hijo vive
con su abuela materna en Costa Rica. Rubn se desespera, enloquece, cae en una
crisis alcohlica que es aprovechada por su "garza morena", Rosario Murillo, para
un matrimonio forzado que le perseguira toda la vida. Sale de sus crisis, abandona a Rosario y providencialmente recibe por fin del presidente Caro el nombramiento prometido de cnsul de Colombia en Buenos Aires junto con un buen
adelanto de dinero. Zarpa lo ms pronto posible a Buenos Aires pero escogiendo
una de las rutas ms extraviadas. Visita primero Nueva York interesado en una
primera experiencia con el Coloso del Norte pero an ms porque all tiene a su
"padre", no a su padre natural pero a su faro intelectual, el gran poeta y poltico
Jos Mart, 14 aos mayor que Rubn. Efectivamente Mart lo invita a una de sus
reuniones en el Harmand Hall y cuando lo ve le dice: "hijo", lo sienta en el estrado
a su lado y lo abraza paternalmente. Despus que han pasado los fogosos discursos
y las atareadas discusiones Mart invita a Daro a su hotel a conversar hasta la
madrugada, es este uno de los momentos ms emocionantes que cuenta Daro en
su brevsima Autobiografa. De Nueva York se va a Pars y nos cuenta tambin en su
Autobiografa la emocin que siente cuando lleg a la estacin ferroviaria de San
Lzaro, donde crey haber pisado "tierra bendita". Conoce a Verlaine el "padre y
maestro lrico, lirforo celeste", 19 a Moras, a Maurice Duplesis y otros simbolistas
que estn en su apogeo. Y zarpa a Buenos Aires, teniendo en mente, ms que el
consulado de Colombia, su encuentro con esa gran urbe. Escribiendo sobre el arribo
a Buenos Aires, Ricardo Rojas dice:
20
[...] encontr all la simpata del general Mitre, ilustre en toda Amrica, y los aplausos
de La Nacin, la ms autorizada tribuna intelectual del pas. Fue entonces cuando
se organiz en Buenos Aires el grupo llamado del Ateneo, al cual se debi la
propaganda artstica ms fecunda que hubiera visto la capital hasta entonces... Yo
creo que ese momento fue el ms decisivo en la vida literaria de Rubn Daro. Se
podra sealar en Prosas profanas la influencia del medio en el cual viva en esa
poca. 2o
"[... ] y heme aqu, por fin, en la ansiada ciudad de Buenos Aires".21 La bienvenida de La Nacin la dio Pablo Piquet. Joaqun V. Gonzlez de La Prensa, el
otro gran diario bonaerense, lo salud con gran entusiasmo. Rafael Obligado fue
una de sus primeras visitas. Pronto aparece la plyade de escritores argentinos,
algunos notables como Alberto Ghiraldo, Jos Ingenieros, y ms adelante el joven cordobs Leopoldo Lugones, quien se convertira en su predilecto. Su otra
gran amistad en Buenos Aires fue el boliviano y exquisito poeta Ricardo Jaimes
Freyre. Era Buenos Aires una gran metrpoli de casi 700 000 habitantes y adems de sus clebres peridicos se editaban una docena de buenas revistas literarias en las cuales tambin colabora. En 1896, tres aos despus de su llegada,
publica Los raros, libro que haba compuesto en Chile, y una coleccin de semblanzas de grandes poetas de la poca, los franceses como Verlaine y Moras, y
los de otros pases como Edgar Allan Poe, Ibsen, Jos Mart y Eugenio de Castro,
este ltimo uno de sus predilectos, genio de la poesa moderna portuguesa. A
pocos meses aparece su segundo libro, Prosas profanas y otros poemas, dedicado
a Carlos Vega Belgrano, quien coste su publicacin y lo respald desde su posicin importante como presidente del Ateneo. "Encontramos, en fin, al autor de
Prosas profanas, al artista hecho, seguro de su genio maestro, de su instrumento
potico ", dice Mapes en su importante obra La influencia francesa en la obra de
Rubn Daro. 22 Los crticos ven en Prosas profanas una continuidad de Azul. En
Azul estn ya los embriones que luego desarrollara plenamente en Prosas profanas. Sin embargo, ste es la culminacin de su lucha por la liberacin de la
expresin literaria, del "manifiesto" que le pedan sus seguidores y admiradores
ante los tremendos ataques de la crtica "[...] voces insinuantes, buena y mala
intencin, entusiasmo sonoro y envidia subterrnea -todo bella cosecha-, solicitaron lo que, en conciencia, no he credo fructuoso ni oportuno: un manifiesto" escribe Daro en su corta introduccin a Prosas profanas. Y contina: "[... ] si
21
hay poesa en nuestra Amrica, ella est en las cosas viejas: en Palenke y Utatln,
en el indio legendario y el inca sensual y fino, y en el gran Moctezuma de la silla
de oro. Lo dems es tuyo, demcrata Walt Whitman". "Buenos Aires: Cosmpolis."
Luego se refiere al "[...] abuelo espaol de barba blanca me seala una serie de
retratos ilustres". Y aparecen Cervantes, Lope, Garcilaso y Quintana. l pregunta por Gracin, por Teresa la Santa, por el bravo Gngora y por "[...] el ms
fuerte de todos, don Francisco de Quevedo y Villegas. Despus exclamo:
Shakespeare! Dante! Hugo ... ! (Yen mi interior: Verlaine!".)". "Luego, al despedirme: Abuelo, preciso es decroslo: mi esposa es de mi tierra; mi querida, de
Pars." Lo ms esencial de sus palabras de introduccin a Prosas profanas es:
"Yo no tengo literatura 'ma' -como ha manifestado una magistral autoridadpara marcar el rumbo de los dems: mi literatura es ma en m; quien siga
servilmente mis huellas perder su tesoro personaL.!". Efectivamente, desde su
primera estrofa Prosas profanas anuncia el refinamiento parnasiano en un tono
de armona pura:
ERA una aire suave de pausados giros:
el hada Harmona ritmaba sus vuelos,
e iban frases vagas y tenues suspiros
entre los sollozos de los violoncelos.
Y el tercer poema, "Sonatina", es msica sublime ms que verso. Hay que
fijarse bien en el sentimiento que provoca y no en lo que dice que es totalmente
vano:
La princesa est triste ... Qu tendr la princesa?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
La princesa est plida en su silla de oro,
est mudo el teclado de su clave sonoro,
y en un vaso, olvidada se desmaya una flor.
Sigue cambiando el metro e introduce formalmente uno de sus grandes personajes, el cisne:
22
y termina:
Tu sexo fundiste
con mi sexo fuerte, fundiendo dos bronces.
Yo, triste; t triste ...
No has de ser entonces,
Ma hasta la muerte?
El coloquio de los centauros, por largo que sea, debe ser ledo con la reverencia
que merece uno de los ms importantes poemas de Daro y de nuestra lengua.
Incluye Daro en Prosas profanas el poema "Prtico" que haba escrito en Madrid
como prlogo al libro de Salvador Rueda En tropel.
Libre la frente que el casco rehusa
casi desnuda en la gloria del da,
alza su tirso de rosas la musa
bajo el gran sol de la eterna Harmona.
23
Tambin el primer poema que public en El Heraldo de Madrid por la influencia precisamente de Salvador Rueda, "Elogio de la seguidilla":
Metro mgico y rico que al alma expresas
llameantes alegras, penas arcanas
desde en los suaves labios de las princesas
hasta en las bocas rojas de las gitanas.
Presenta de nuevo un soneto alejandrino, "El cisne":
Fue en una hora divina para el gnero humano.
El cisne antes cantaba slo para morir.
Cuando se oy el acento del cisne wagneriano
fue en medio de una aurora, fue para revivir.
La "Sinfona en Gris Mayor" fue compuesta en alta mar, cuando Rubn
regresaba de Chile y es precisamente lo que su ttulo indica: Una sinfona martima salida del cielo, de las olas y del salitre del mar, rimada en dodecaslabos
consonantes. Es una de las composiciones ms sensuales que sali de su pluma. El "Responso a Verlaine" est arrancado de lo ms profundo de una alma
que admira al bardo francs y lo trata de imitar con toda su fuerza:
Padre y maestro mgico, lirforo celeste
que al instrumento olmpico y a la siringa agreste
diste tu acento encantador;
Panida! Pan t mismo, que coros condujiste
hacia el propleo sacro que amaba tu alma triste,
al son del sistro y del tambor!
"El reino interior" lo dedica a Eugenio de Castro, su admiradsimo poeta portugus, y est rimado en forma casi totalmente libre. En "Las nforas de Epicuro"
recoge una serie de sonetos delicados como nacidos de observaciones: Una espiga,
una fuente, de pronto quiere entregar una nfora llena de belleza "A Maestre
Gonzalo de Berceo" y le dice:
24
y concluye:
[...]
y bajo la ventana de mi Bella-Durmiente,
el sollozo continuo del chorro de la fuente
y el cuello del gran cisne blanco que me interroga.
El cisne aparece en toda la obra dariana con una gran fuerza, a veces como
smbolo de paz o de interrogacin o de la ms pura belleza. Enorme fue el impacto
de Prosas profanas y otros poemas en los medios literarios de Hispanoamrica y Espaa.
El estremecimiento fue mayor en Buenos Aires y en Montevideo. Paul Groussac y Jos
Enrique Rod se destacan, especialmente Rod cuyo ensayo "Rubn Daro: Su personalidad literaria. Su ltima obra"23 se convertira en prlogo obligado de muchas futuras ediciones de Prosas profanas tales como las cartas de don Juan Valera lo son de
Azul. En cuanto a Groussac quien dirigira la Biblioteca Central de Buenos Aires y
escriba y publicaba en peridicos y revistas, Daro le tena especial gran admiracin: "No hay un libro que contenga la Argentina. Yo te dir de m que cuando
quiero confundirme con el espritu de esta gran nacin me relaciono con el Facundo de Sarmiento, con el Martn Fierro, leo los versos de Obligado, o los libros
de Gonzlez, y decoro tambin las saludables y speras verdades de Groussac".24 Y
25
En Europa califican el libro de Mundonovista 34 que se diferencia del Modernismo por los temas tratados. Son los temas del mundo contemporneo, de la
Espaa desintegrada de su imperio, de la Europa que se convulsiona en luchas
sociales y emigra masivamente al Nuevo Mundo, del podero de los Estados Unidos
que en el alba del siglo XX se perfila ya como otro gran imperio. Adems ha
conocido, se enamora y vive con una humilde campesina espaola, Francisca Snchez,
analfabeta a quien ha enseado a leer y quien ser lo ms cercano a esposa en
sus 15 aos de vida entre Espaa y Pars. "Del orgullo personal, tan evidente en sus
primeros libros de poemas, no queda ninguna traza: Se muestra humilde, deprimido, creyente, avergonzado de la vida desordenada de su juventud", escribe
Mapes. 35 Y sin embargo o tal vez por tales razones Cantos de vida y esperanza es
27
considerado como su obra magistral, el cenit de su genio. Entremos a sus pginas: Lo dedica con sencillez "A Nicaragua. A la Repblica Argentina", as reconoce y hace gloria a sus dos patrias. El prefacio advierte que ha descubierto un
caudal inmenso de inspiracin y de mtrica por lo cual muchos poemas estn
escritos con el hexmetro "absolutamente clsico" y alude a Carducci el contemporneo italiano y la "Evangelina" de Longfellow que "est en los mismos versos
en que Horacio dijo sus mejores pensares".36 Advierte tambin que el " ...verso
libre moderno" es tan legtimo como el verso rimado y protesta que lo usan
nicamente los poetas del "Madrid cmico y los libretistas del gnero chico".
Hace todas estas advertencias porque sabe que lo primero que los crticos van a
buscar en su nueva obra es la mtrica o, mejor dicho, qu nuevas innovaciones est
Daro haciendo en cuanto a la forma de rimar sus versos. "Cuando dije que mi
poesa es ma, en m, sostuve la primera condicin de mi existir, sin pretensin
ninguna de causar sectarismo ... "37 Finalmente nos anuncia que hay cantos polticos y hasta "versos a un presidente, es porque son un clamor continental",
refirindose a la "Oda a Roosevelt". Y con amargura termina: "Maana podremos ser yanquis (y es lo ms probable); de todas maneras, mi protesta queda
escrita sobre las alas de los inmaculados cisnes, tan ilustres como Jpiter."38 En
lo que podramos llamar la obertura titulada precisamente Cantos de vida y esperanza y dedicada a 1. Enrique Rod, Daro se identifica:
Yo soy aquel que ayer no ms deca
el verso azul y la cancin profana,
en cuya noche un ruiseor haba
que era alondra de la luz por la maana.
El dueo fui de mi jardn de sueo,
lleno de rosas y de cisnes vagos;
el dueo de las trtolas, el dueo
de gndolas y liras en los lagos;
y muy siglo diez y ocho y muy antiguo
y muy moderno; audaz, cosmopolita;
con Hugo fuerte y con Verlaine ambiguo,
y una sed de ilusiones infinita.
28
y al final lo previene:
30
donde los soldados lucen sus trajes de gala como podra ser para la gran marcha de
Ada o para inaugurar una olimpiada.
Ya viene el cortejo!
Ya viene el cortejo! Ya se oyen los claros clarines.
La espada se anuncia con vivos reflejos;
ya viene, oro y hierro, el cortejo de los paladines.
Terminados los primeros 14 cantos se abren otros poemas de matices variados:
"Los cisnes" dedicado a Juan Ramn Jimnez, el joven poeta con quien comparte
mutua admiracin, y "A la muerte de Rafael Nez", el poeta-presidente colombiano que lo hara cnsul en Buenos Aires en 1893. Aparece su primer "Nocturno", uno de cinco que recogen su poesa introspectiva en que penetra lo ms profundo de su ser:
Quiero expresar mi angustia en versos que abolida
dirn mi juventud de rosas y de ensueos,
y la desfloracin amarga de mi vida
por un vasto dolor y cuidados pequeos.
"La cancin de otoo y primavera" se convertira en uno de los poemas ms
recitados en espaol. Como deca Juan Ramn Jimnez: "El continente americano
podra desaparecer en un gran cataclismo pero bastara que se salvase 'La cancin
de otoo en primavera' para probar su existencia y su grandeza":
JUVENTUD, divino tesoro,
ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro ...
y a veces lloro sin querer.
Mas a pesar del tiempo terco, mi sed de amor no tiene fin;
con el cabello gris me acerco
a los rosales de mi jardn ...
Juventud divino tesoro,
ya te vas para no volverl...
32
.
. 1'"''
" " gran d"lOsa,
,.,,,e1OglOS
. "".
danana
en: "l!rIsmo
puro"
, "
mUSIca
, cuentos,
, Int rospectiva", "trascendente", etctera, podra ser ms justo para Daro y ms fcil para
el alumno. Pero perderamos esa complejidad dariana que especialmente conjuga
en cada libro: su vida con su verso. No podemos finalizar nuestra visita a estos
Cantos de vida y esperanza sin mencionar dos grandes poemas: las "Letanas de
nuestro seor don Quijote" y "Lo fatal". En las letanas el poeta se adentra en la
naturaleza rebelde y revolucionaria de don Quijote.
Contra las certezas, contra las conciencias,
y contra las leyes y contra las ciencias,
contra la mentira, contra la verdad ...
Caballero errante de los caballeros,
barn de varones, prncipe de fieros,
par entre los pares, maestro, salud!
De tantas tristezas, de dolores tantos,
de los superhombres de Nietzche, de cantos,
de las epidemias de horribles blasfemias
de las Academias,
lbranos, seor!
Aunque amigo de muchos acadmicos de la Lengua como don Marcelino Menndez Pelayo y de su primer admirador don Juan Valera, Daro jams perteneci
a ninguna "academia", ni quiso ni hay prueba de que lo hayan invitado. l estaba
mucho ms cmodo en la vanguardia, en las trincheras, en sus veladas lricas y
bquicas y en los "ateneos". Y no hay duda de que desde que se publicaron estas
Letanas las propias academias se preocuparon de abrir sus puertas a mejor talento
como lo dice el escritor Julio Ycaza: "Aunque si al poeta le hubiera tocado presenciar, como al que os habla, el ingreso en la Real Academia de Gerardo Diego,
34
Dmaso Alonso y Vicente Aleixandre seguramente no habra puesto a las academias frente a la lanza en ristre del sublime desfacedor de entuertos".39 A lo cual
yo agrego: iY por razn de las mismas Letanas! El ltimo poema "Lo fatal" tiene
un contenido doloroso, desdichado, frustracin de ser humano:
Dichoso el rbol que es apenas sensitivo,
y ms la piedra dura, porque sta ya no siente,
pues no hay dolor ms grande que el dolor de ser vivo,
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.
yo siento
en el alma una alondra cantar:
tu acento.
Margarita, te voy a contar,
un cuento.
Finalmente su Canto a la Argentina y otros poemas publicado en Madrid en 1914:
Argentina! Argentina!
Argentina! El sonoro
viento arrebata la gran voz de oro.
Ase fuerte diestra la bocina
y el pulmn fuerte, bajo los cristales
del azul, que han vibrado,
lanza el grito: od mortales,
od el grito sagrado.
Cantos a la manera de Walt Whitman como ningn otro poeta ni argentino ni
de ninguna otra tierra ha cantado jams a una patria suya o ajena.
Queridos alumnos:
En los prximos das estudiaremos los movimientos literarios posdarianos. Leeremos
a Antonio y Manuel Machado, a Juan Ramn Jimnez, a Unamuno. Comenzaremos a
incursionar en Gabriela Mistral, Csar Vallejo, Vicente Huidobro; en Neruda y Borges,
en la novela contempornea de Vargas Llosa, Garca Mrquez, Julio Cortzar y Carlos
Fuentes. Este firmamento de nuestra literatura del siglo XX debe mucho, y as lo
reconocemos sin excepcin, a quienes lucharon y ganaron la guerra de la expresin contempornea de la modernizacin de nuestro idioma. Mencionmoslos
una vez ms, antes de retirarnos: Heredia, Mart y del Casal en Cuba; Gutirrez
Njera y Amado Nervo en Mxico, Jos Asuncin Silva y Guillermo de Len Valencia en Colombia; Paul Groussac y Leopoldo Lugones en Argentina; Salvador Rueda,
Antonio Machado y Juan Ramn Jimnez en Espaa y el ms grandioso: Rubn
Daro, de Nicaragua, de Chile, de Argentina, de Espaa y de Pars.
36
Sea ste el resumen que guardis en vuestras mentes y que la curiosidad os lleve
a los anaqueles en bsqueda de los poemas aqu mencionados o de cualquier otro
que encontris para nutrir vuestros espritus de esa fuente inagotable que no deja
de inspirar, llama que no deja de arder, perfume que se queda perennemente
suspendido en el azul inmenso de la eternidad.
PALIMPSESTO*
* Seudnimo usado por el autor para el concurso literario "Jos Mart", Instituto de Cultura Hispnica de Houston,
Texas, USA, 1996.
37
Notas
1. Rubn Daro, Prosas profanas. Palabras liminares, Madrid, Espasa-Calpe, 1979.
2. Pablo Neruda, Discurso en la Universidad de Chile en su 50 aniversario, 12 de
julio de 1954.
3. Pablo Neruda, "Barcarola", "La gloria", en Obras completas, Buenos Aires,
Losada, 1957.
4. Pablo Neruda y Federico Garca Lorca, Discurso al alimn sobre Rubn Daro,
Nicaragua, Ministerio de Educacin Pblica, 1959.
5. Internet, drx@de1tanet.com Dionisio Rodrguez.
6. Pablo Neruda, "Viaje al corazn de Quevedo", en Obras completas, Buenos
Aires, Losada, 1957.
7. Idem.
8. Raymond Skyrme, Rubn Daro and the Pythagorean Tradition, Florida, The
University Press of Florida, 1975.
9. Jos Coronel Urtecho, A Daro, Antologa de Orlando Cuadra Downing.
10. Rubn Daro, Autobiografa, Madrid, SHADE Imprenta de la viuda de Galo
Sez, 1945.
ll. Ral Silva Castro, Rubn Daro a los veinte aos, Madrid, Gredos, 1956.
12. Erwin K. Mapes, La influencia francesa en la obra de Rubn Daro, trad. Fidel
Coloma Gonzlez, Managua, Imprenta Nacional, 1966.
13. Rubn Daro, Azul, 6a. ed., San Jos, Costa Rica, EDUCA, 1984.
14. Rubn Daro, Azul (Carta-prlogo de Juan Valera), 17a. ed., Madrid, EspasaCalpe, 1957.
15. Rubn Daro, Azul, Guatemala, Piedra Santa, 1989.
16. Rubn Daro, Azul, Mrida, Yuc., Mxico, 1926 (Coleccin Apolo).
17. Rubn Daro, Azul, Managua, Nueva Nicaragua, 1987 (Coleccin Azul).
18. Idem.
19. Rubn Daro, Prosas profanas, "A Verlaine", en Poesas completas, Alfonso
Mndez Plancarte y Antonio Oliver Belms (comp.), Madrid, Artes Grficas Grijelmo,
1968.
20. Emilio Canilla, Una etapa decisiva de Daro. Rubn Daro en la Argentina,
Dmaso Alonso (coord.), Madrid, Gredos, 1967.
21. Rubn Daro, Autobiografa, Madrid, SHADE Imprenta de la viuda de Galo Sez,
1945.
39
40
Bibliografa
Anderson Imbert, Enrique, Rubn Dado. Poesa, Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 1984.
Balseiro, Jos Agustn, Seis estudios sobre Rubn Dado, Madrid, Gredos, Biblioteca Romnica Hispnica, dirigida por Dmaso Alonso.
Balladares, Jos Emilio, Rubn Dado. Cuentos. Clsicos Centroamericanos, San
Jos, Costa Rica, 1986.
Caillet Bopis, Julio, Antologa de la poesa hispanoamericana, Madrid, Aguilar,
1965.
Castro Leal, Antonio, Rubn Dado el poeta de Amrica. Discurso, 1967.
Daro, Rubn, El viaje a Nicaragua e Intermezzo tropical, Madrid, Biblioteca Ateneo, 1909.
_______ , Oda al libertador Bolvar, San Salvador, Imprenta de la Ilustracin,1883.
_______ , "Unin Centroamericana". Al Sr. General 1. Rufino Barrios,
Len, Managua, Ediciones Arellano, 1983.
Dutton Watland, Charles, Post-erran: A Biography oI Rubn Dado, Nueva York,
Philosophical Library, 1965.
Ghiraldo, Alberto, El archivo de Rubn Dado, Buenos Aires, Losada, 1943.
Gulln, Ricardo, Rubn Dado, Pginas escogidas, Madrid, Ediciones Ctedra, 1979.
Jaime Julia, Julio, Rubn Dado y Santo Domingo, Repblica Dominicana, Editorial Cenapec, 1986.
Mart, Jos, Nuevas cartas de Nueva York, Mxico, Siglo XXI Editores.
Marasso, Arturo, Rubn Daro y su creacin potica, Argentina, Universidad de la
Plata-Talleres Grficos Aclinelli Hnos., 1934.
Meja Snchez, Ernesto, Cuentos de Rubn Dado, Mxico, FCE, 1950.
Oliver Belms, Antonio, Rubn Dado. Azul, El salmo de la pluma, Cantos de vida
y esperanza, Mxico, Porra, 1985.
_______ , Este otro Rubn Daro, Barcelona, Aedos, 1960.
Pedro, Valentn de, Vida de Rubn Dado, Buenos Aires, Compaa Fabril Editorial, 1961.
Rodrguez Ramn, Andrs, Desde el otro azul, Sta. Brbara, California, The Schauer
Printing Studio, Inc., 1962.
Salinas, Pedro, La poesa de Rubn Dado, Buenos Aires, Losada, 1957.
41
Sequeira, Diego Manuel, Rubn Daro criollo, Buenos Aires, Editorial Guillermo
Kraft, 1945.
Seque ira, Diego Manuel, Rubn Daro criollo en El Salvador, Nicaragua, Hospicio,
1965.
Torres, Edelberto, La dramtica vida de Rubn Daro, Guatemala, Ministerio de
Educacin, 1952.
Torres Bodet, Jaime, Rubn Daro, abismo y cima, Mxico, Nuevo Mundo, 1966.
Valle Castillo, Julio y Ernesto Meja Snchez, Rubn Daro. Poesa, Managua, Talleres Grficos Inpasa, 1994.
Vargas Vila, Jos Mara, Rubn Daro, Barcelona, Ramn Sopena, 1935.
42
Jos Francisco Tern naci en Len en 1932. Se bachiller en el Colegio Centroamrica de los jesuitas, en 1950, donde fue presidente de la Academia de Letras
Rubn Daro y de la Academia de Sociologa e Historia San Pedro Canisio. Prosigui estudios de arquitectura en la Universidad de Michigan hasta el nivel de maestra e hizo su aprendizaje con el arquitecto, de fama mundial, Minoru Yamasaki.
En Nicaragua, desde 1959 particip en el diseo y construccin del Teatro
Nacional Rubn Daro, INCAE, Ministerio del Interior, Hotel Managua Intercontinental
y de la nueva Catedral Metropolitana de Managua con Ricardo Legorreta. Pero su
mayor contribucin ha sido en el desarrollo de grandes proyectos habitacionales,
principalmente para familias de recursos medios, entre los cuales destacan Ciudad
Jardn, Bello Horizonte, Jardines de Veracruz, Primero de Mayo, Valledorado,
Villafontana y otros que cambiaron la fisonoma urbana de Managua.
En Houston, Texas, de 1980 a 1999 promovi el desarrollo de importantes proyectos urbanos de reconocido mrito que le.merecieron el diploma de alta distincin de la ciudad de Houston, en 1994.
Recibi numerosos reconocimientos y premios entre los cuales destacan: La
Orden de Rubn Daro por el diseo del Teatro Nacional, y el Premio Jos Mart
ganado -con el presente ensayo- en el Concurso Internacional del Instituto de
Cultura Hispnica de Houston, en 1996.
Sus escritos datan desde su poca de estudios secundarios y han sido publicados en revistas y peridicos tanto en Nicaragua como en los Estados Unidos. Su
estudio y publicacin del folleto La construccin en Nicaragua, en 1956, tuvo un
gran impacto en el desarrollo de las industrias de materiales y sistemas para la
construccin.
Siendo estudiante en la Universidad de Michigan fue cofundador y editor de la
revista Dimension, la cual tuvo mucho impacto en los medios acadmicos de la dcada de los aos cincuenta. Actualmente reside en Key Biscayne, estado de la Florida,
y prepara varios libros sobre temas literarios e histricos.
43
SERIE LITERARIA
Pequeeces... Cuiscomeas de Antn Colorado, Enrique Guzmn. Introduccin y notas de Franco Cerutti.
Versos y versiones nobles y sentimentales, Salomn de la Selva.
44
3
4
5
6
7
8
9
SERIE HISTRICA
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
4.5
SERIE CRONISTAS
2
3
4
S
1
2
3
4
S
6
7
SERIE VIAJEROS
2
3
SERIE BIOGRAFAS
SERIE TEXTOS
SERIE EDUCACIN
47
El
t'n~ayo
su~
Hi~pnica
Jo~t
\lart.
El autor. Jos Francisco Tern. naci en la ciudad de Len. !\icaragua. en dao
de ll):t~. arquitecto de profesin. desde su poca de t'studios secundarios ha puhlicado diwrsos t'scritos en rt'vistas y pt'ridicos tanto de Nicaragua como de los
Estados l
nido~. Adt'm~.
ha recibido numt'rosos
reconocimit'nto~
y premio~. tan-
la historia.
Ruhn I )aro logr. con
~u
de los sentimit'nto~. penetrar en todas las culturas ~. t'n todos los tiempos.
incorporando a nw'stra lengua la riqueza univt'rsal dt' la mitologa. de los cuenideas
~.
aportaciont'~
tOt'i. de la hit'itoria
pales
expre~in
Esta obra
~e
la finalidad de qut' los jwnes alumnos de los colegios de Nicaragua profundicen t'n
el conocimit'nto del genio potico de nut'stro coterrneo. Rubn Daro. quit'n nos
caracteriza. honra
~. di~tingue.