VILLENA. La Posmodernidad Como Problemática en La Teoría Cultural Latinoamericana
VILLENA. La Posmodernidad Como Problemática en La Teoría Cultural Latinoamericana
VILLENA. La Posmodernidad Como Problemática en La Teoría Cultural Latinoamericana
Francisco Villena
Dept. Spanish & Portuguese
Princeton University
Latinoamrica no es posmoderna
A las dos horas de estar jugando en solitario, el Nihilista se da cuenta de que el Traidor ha
cerrado el libro en la ltima pgina. Por fin ha terminado... -Algo interesante sobre el
posmodernismo?
-Nada nuevo bajo el sol, teoras y teoras enrevesadsimas. Para entenderlas hay que vivir
en las ciudades industrializadas, y uno est aqu, de bestia, esperando, esperando,
esperando la carroza... la del carnaval o la fnebre... (Valds 160)
que decrmelo. Apenas con un hilo de voz escuch lo que pensaba: Ya no estoy triste sino
agotada, ya no me queda ms que la bronca. Tengo una bronca... (Fernndez Daz 187)
Los tericos que incluyen a Latinoamrica en la posmodernidad apuntan que el mundo no
vive separado por muros infranquables que dividen lo premoderno, lo moderno y lo
posmoderno. La coexistencia de distintas pocas histricas en mismo tiempo y lugar, que
no es utpico ni heterotpico por este hecho, no es nada nuevo ni en Latinoamrica ni en
otras partes del mundo. Quiera o no, Latinoamrica ya participa en el nuevo juego, segn
seala Emil Volek, que se llama posmodernidad. En el proceso de cambio se rompen viejo
estereotipos: Algunas tribus indgenas de Mxico prefieren el rock a las rancheras;
algunos nmadas de la Amazona comparan en video las tradiciones comunes con sus
hermanos; los otavaleos crean, de hecho, la primera corporacin internacional tribal
(Volek 8). Adems, los nuevos movimientos de insurgencia devienen simulacros de
realidad virtual mediante su presencia en el ciberespacio. Por ejemplo, el Ejrcito
Zapatista de Liberacin Nacional (http://www.ezln.org) dentro de sus propuestas de
desobediencia civil hace aproximadamente dos aos, propona bloquear la pgina web del
gobierno mexicano (http://www.edomexico.gob.mx). Adems, de esta campaa, han
reformateado los discursos del subcomandante Marcos en mp3 y ofrecen enlaces a
pginas web de otros insurgentes paralelos (http://www.fzln.org.mx) y de
contrainformacin (http://www.ezlnaldf.org).
La entrada de Latinoamrica en la posmodernidad se podra explicar, pues, desde una
doble perspectiva. Por un lado, habra que considerar el desarrollo modernizador que
algunos pases latinoamericanos consiguieron en distintas pocas del siglo XX que los
situara en los umbrales de la posmodernidad: Argentina, Chile, Venezuela y Brasil. Por
otro, el desarrollismo dependiente de stos -en algunos momentos- y del resto de pases
latinoamericanos al entrar en dilogo con las prcticas polticas y econmicas externas. La
globalizacin impulsada por la tecnologa, por el capital internacional, por la redistribucin
del trabajo post-industrial sita a Latinoamrica en el mapa del mundo de la
posmodernidad. Por una va o por la otra, el nuevo discurso crtico subsume a
Latinoamrica.
La Argentina que describe Jorge Fernndez Daz en Mam muestra la presencia de
elementos posmodernos en el propio proceso de modernizacin del pas. La novela narra
cmo una campesina asturiana enva a su hija de quince aos a Argentina. Quiere
rescatarla de la miseria de la poca franquista y le promete que pronto le seguir su
familia. Finalmente, nadie viaja y Carmen crece, se casa y acaba adoptando la ciudadana
argentina. Muchos aos ms tarde, sus hijos, nietos y amigos le anuncian que quieren
trasladarse a Espaa, huyendo de la depresin econmica. Al describir la generacin del
narrador, en contraposicin con la de su madre, se puede leer, a pesar del expansionismo,
en primera instancia, y de la depresin econmica posterior: ramos consumistas
lamentables y muecos sin alma; dueos de muchas ms cosas de las que alguna vez
tuvimos, de las que haban conseguido nuestros padres y de las que usaramos nunca.
Muchachos sin un propsito, hipocondracos totales y cobardes congnitos (Fernndez
Daz 187). Estas descripciones, sin duda, recuerdan a las Escenas de la vida posmoderna de
Beatriz Sarlo, donde la ciudad, el mercado, los sujetos, la cultura muestran la (i)lgica del
capitalismo ms avanzado: se crean necesidades que se resuelven comprando, se
coleccionan objetos (ni por el valor de uso ni por el de cambio), se crean modas estticas,
se disea la realidad a partir de los medios de comunicacin de masas, se trastocan las
culturas populares. Todo ello en el contexto argentino contemporneo que evidencia la
presencia de la posmodernidad.
La reflexin latinoamericana sobre su pluriforme ontologa asume elementos
decididamente posmodernos como la crtica descentralizada del sujeto, el descreimiento
del valor y legitimidad de los cnones, y la celebracin de la heterogeneidad del
discurso.La asuncin del corpus terico de la posmodernidad en Latinoamrica tiene
importantes repercusiones dentro del propio sistema terico por varias causas, como
seala Antonio Cornejo Polar:
Primero, porque es sintomtica la frecuencia con que los postmodernos metropolitanos
acopian citas y referencias incitantes de autores latinoamericanos, de Borges a Garca
Mrquez, pasando eventualmente por Fuentes, Vargas Llosa o Puig; segundo porque el
borde, la periferia, lo marginal parecen ser cada vez ms excitantes (ciertamente bajo el
supuesto de que en la realidad lo sigan siendo...); y tercero -la enumeracin podra seguirporque paradjicamente la condicin postmoderna, expresin del capitalismo ms
avanzado, parecera no tener mejor modelo histrico que el tullido y deforme
subcapitalismo del Tercer Mundo (Cornejo Polar 15)
De este modo, Cornejo Polar incluye a Latinoamrica en la posmodernidad. La inclusin de
discursos latinoamericanos en el debate de la posmodernidad y el deforme
subcapitalismo latinoamericano parecen ser la prueba ms obvia, paradjica e hiriente
del asimiento de la posmodernidad en Latinoamrica. A lo largo de Escribir en el aire se
insiste en la heterogeneidad cultural de las literaturas andinas y se problematiza sobre la
presencia dialgica de elementos modernos y posmodernos dentro de lo que la critica
viene a considerar lgico en el campo de la posmodernidad. Julio Ortega en su ensayo
Postmodernism in Latin America acenta la visin extensiva de la modernidad en la
posmodernidad latinoamericana. Ortega trata de aplicar las nuevas teoras John Barth y
Fredric Jameson a obras de Garca Mrquez, Fuentes, Asturias, Cabrera Infante y Borges. A
lo largo de su argumentacin emana que no ve la posmodernidad como una ruptura sino
como una extensin de la modernidad.
Otro desafo al que debe atender la crtica latinoamericanista es el que representa la
comunidad hispana en los Estados Unidos, cuna del capitalismo tardo, segn Jameson, y
paradigma de la posmodernidad. Siendo el tercer pas del continente americano en
poblacin hispana, tras Mxico y Colombia, los estudios sobre cultura latinoamericana no
suelen ubicarlo entre sus preocupaciones. Es, entonces, Estados Unidos parte de
Latinoamrica? Los Latino/Hispanic/Chicano studies han sido cajones de sastre
analizados con bastante frecuencia desde departamentos de ingls, de literatura
acorralados por el tratado de extradicin (1979), los jefes de los carteles, en especial el de
Medelln, buscaron nuevos medios de desestabilizacin: uno de ellos fue el sicariato que
dej una larga lista de muertos desde los ochenta hasta mediados de los noventa y
provoc, junto a otros mecanismos, una nueva crisis poltica y econmica. La
modernizacin, pues, es un proceso discontinuo en Latinoamrica que debe atender a sus
expresiones especficas en cada lugar.
Respecto a la multirracionalidad de la historia, es preciso sealar que, desde que no hay
una racionalidad o direccionalidad en la historia, en sentido de la posmodernidad, no
puede haber ningn grupo que se apropie de una supuesta univocidad de la historia.
Desde esta perspectiva, parece lgica la inquietud de distintos grupos por reescribir la
historia social de sus pases. El rebrote de las luchas sociales en favor de una mayor
representatividad de los grupos indgenas en varios puntos de Latinoamrica sera buena
muestra de ello; al igual que las luchas de las Madres de la Plaza de Mayo y de la
asociacin H.I.J.O.S. por recobrar la memoria de un perodo borrado de la reciente historia
argentina. La visin multirracional de la historia entra en dilogo con la visin multiideolgica descalificante de utopas que seala Hopenhayn, ya que la relectura histrica
en Latinoamrica implica el reflorecimiento de utopas, con su base ideolgica, que, si
bien ana pequeas verdades y no propone un horizonte revolucionario, muestra la
necesidad de un debate sobre la relectura histrica en Latinoamrica.
Por ltimo, cabe sealar que la integracin modernizadora y la modernizacin integradora
toma en Amrica Latina caractersticas propias atendiendo al lugar y al momento
histrico. Por ejemplo, Venezuela en lo que tradicionalmente se ha considerado
Latinoamrica, fue la vanguardia tecnolgica mediante la introduccin masiva de
telfonos celulares, sistemas informticos y televisin por cable va satlite, durante la
dcada de los ochenta. El acceso a estos medios fue muy distinta segn el poder
adquisitivo, parmetros determinados, por lo general, por cuestiones regionales y tnicas:
no existi el mismo proceso en Caracas, La Guaira, El Hatillo, o Sorte. La modernizacin,
pues, muestra sus aporas en cuanto se convierte en integracin de grupos especficos,
que en cada pas se organizan de forma distinta. Estas cuestiones brevemente esbozadas
constituyen problemticas especficas que el debate sobre la posmodernidad en
Latinoamrica no debe dejar de atender.
Apostillas a la posmodernidad
Junto a esta posmodernidad sopesada para el contexto de Amrica Latina, hay que
considerar los aspectos propios que la cultura latinoamericana puede aportar al debate
posmoderno. Son cuestiones que la posmodernidad an no ha tratado o ha estudiado
sucintamente. Estas cuestiones incluyen la educacin sentimental latinoamericana, la
pertinencia del simulacro, y la persistencia de luchas ideolgicas en una direccin que la
posmodernidad de los pases ms desarrollados (des)calificara como utpica.
neorrealistas, desde la novela del terror colombiana hasta los cuentos de Senel Paz, todos
ellos muestran su referencialidad con respecto a lo que se llama comnmente realidad.
Incluso en las telenovelas donde se establece un simulacro de identificacin/sublimacin
no se rompe el lazo con el contexto latinoamericano, con sus problemticas especficas.
Adems, cabe sealar que las prcticas culturales en Latinoamrica, a la par que no se
pueden definir como simulacros en su sentido estricto, entran en conflicto con la
descalificacin de las ideologas definitoria de la posmodernidad. Segn lo describe
Hopenhayn, este menoscabo de las ideologas conlleva automticamente la denigracin
de las utopas. Este aspecto es altamente problemtico para Latinoamrica, donde los
conflictos sociales que ha provocado su historia insisten en reescribir su experiencia en los
borrados o difiminados trazos que la historiografa y el poder poltico han realizado sobre
ellos. Son innumerables los movimientos insurgentes, de desobediencia civil, y los grupos
juveniles que reclaman su participacin en la esfera pblica. En este sentido, sera
importante aludir al G.A.C. (Grupo de arte callejero) y a la asociacin H.I.J.O.S. (Hijos por la
Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio), que en el contexto argentino principalmente en Buenos Aires y Crdoba-, han mostrado sus testimonios en un esfuerzo
de reescritura histrica.
El G.A.C. cre seales de trfico que se insertaron en el espacio pblico de las principales
ciudades argentinas, a finales de los noventa, provocando el extraamiento de los
ciudadanos. Estas seales tenan apariencia de normalidad, pero aludan especficamente
a la desaparicin de personas durante la dictadura, sealaban a distintos militares y
reclamaban justicia (Juicio y castigo fue su lema). En distintas seales de prohibicin,
peligro y advertencia, se mostraba la desaparicin de embarazadas, disidentes polticos y
nios. Al tomar el espacio pblico, esta forma de representacin consifue acercar
convincentemente estas reivindicaciones a la ciudadana, con la esperanza de reescribir la
historia social.
H.I.J.O.S. se cre en 1995 para luchar contra la impunidad de los represores que
secuestraron, torturaron y mataron a sus padres durante la dictadura militar argentina
(1976-1983). Por las implicaciones del conflicto, aluden bsicamente al contexto argentino
pero tambin a los participantes del Plan Cndor, habiendo sido el militar uruguayo Jos
Nino Gavazzo, uno de sus principales objetivos. Sus acciones se articulan mediante
escraches. Hay varios tipos de escraches pero el ms habitual se constituye en
manifestaciones pblicas que sealan al torturador en su propio vecindario, que suelen
incluir performances relativas al secuestro y asesinato, tanto de los padres como de los
hijos. Si bien no se ve un horizonte revolucionario mediante estas protestas, s muestran
que el fin de las ideologas y de las utopas es bastante cuestionable en Latinoamrica por
su propia dinmica histrica.
As pues, es necesario contextualizar cualquier intento terico a las realidades de
Latinoamrica. S se puede apreciar que el continente ha entrado en dilogo con la
posmodernidad de los pases ms desarrollados y, por lo tanto, s se puede hablar de una
Latinoamrica posmoderna, pero sin olvidar el factor diferencial que define su realidad
poltica, histrica y social. Los rasgos que esta posmodernidad se basan en su relacin de
dependencia econmica con respecto a los ncleos de poder. Al margen de haberse
concluido o no el ciclo de la modernidad en Latinoamrica, el continente ya dialoga con la
posmodernidad y es parte de ella. La nada cotidiana, Mam y Sueos digitales son
diferentes aristas de un mismo discurso que permiten leer la posmodernidad
latinoamericana en su conjunto: la posmodernidad es una realidad en Latinoamrica. Una
perspectiva intelectualmente ecunime, sosegada y equilibrada ha de permitir el estudio
de una Latinoamrica posmoderna desde su especificidad: sin caer en reduccionismos ni
generalizaciones.
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