Intacto (WoW)
Intacto (WoW)
Intacto (WoW)
Haban pasado muchos largos meses desde que la lluvia haba bendecido las
tierras de Draenor, pero ahora unas nubes negras enturbiaban el cielo, como si de una
protesta ante la batalla que se avecinaba se tratara. Leves chubascos empapaban la
ciudad y al ejrcito que se encontraba fuera de sus murallas, convirtindose
progresivamente en un constante aguacero mientras ambos bandos observaban y
esperaban.
Deben de ser miles, especulaba con amargura Nobundo desde su posicin en lo
alto de la muralla interior. Al otro lado de la fortificacin, las sombras se movan entre
los rboles del Bosque de Terokkar iluminadas por antorchas. Quiz, si los orcos se
hubieran tomado el tiempo de planearlo todo con ms cautela, habran desforestado la
regin para preparar ataque, pero, por aquel entonces, la estrategia de los orcos brillaba
por su ausencia. Para ellos todo se reduca a la emocin de la batalla y a la satisfaccin
inmediata del derramamiento de sangre.
Telmor haba cado, al igual que Karabor y Farahlon. Muchas de las ciudades
draenei, otrora majestuosas, yacan ahora convertidas en ruinas. Shattrath era la nica
que resista.
Lentamente, el ensamblaje orco fue maniobrando hasta estar en posicin,
trayendo a la mente de Nobundo imgenes de una gran serpiente de grandes colmillos,
enroscndose para preparar el ataque.
No es que se suponga que vamos a sobrevivir.
Saba perfectamente que tanto l como los dems que se hallaban all reunidos
aquella noche no eran ms que un sacrificio. Se haban ofrecido voluntarios para
quedarse atrs y luchar su ltima batalla. Su inevitable derrota aplacara a los orcos, de
modo que estos daran por hecho que los draenei haban sido diezmados hasta la
extincin. Aquellos que haban buscado cobijo en otros lugares sobreviviran para volver
a luchar en otro momento, cuando la balanza estuviera ms equilibrada.
Que as sea. Mi espritu continuar vivo, volvindose uno con la gloria de la Luz.
Envalentonado, Nobundo se alz en toda su magnitud preparando su fuerte y
atltica corpulencia para lo que iba a ocurrir. Su gruesa cola se mova de un lado a otro
con ansia mientras l apoyaba todo su peso en sus dos leoninas piernas y enterraba las
pezuas en la slida mampostera de piedra. Respir hondo, agarrando con fuerza el
mango de su pesado martillo, bendecido por la Luz.
Pero no morir sin luchar.
l y los otros Vindicadores, guerreros sagrados de la Luz, lucharan hasta el final.
Mir a sus hermanos, colocados en intervalos a lo largo de la muralla. Al igual que l, se
mostraban impasibles y decididos, habiendo aceptado el destino que les esperaba.
Fuera haban llegado las mquinas de guerra: catapultas, arietes, ballestas,
mquinas de asedio de todo tipo que se iluminaban brevemente con la luz de las
La pared tembl una vez ms. El temible orco carg. Nobundo se inclin hacia
atrs. La hoja le hizo un profundo corte en el pecho, desgarrando su armadura y
entumeciendo su costado izquierdo. Nobundo respondi con un golpe de su martillo
que destroz los dedos de la mano derecha del orco, inutilizndola al igual que el hacha
que sujetaba. Y entonces, para horror de Nobundo, la terrible criatura sonri.
El orco le agarr con su mano buena y las calderas gemelas de sus ojos lo
penetraron lo atravesaron. Nobundo se vio obligado a jadear. Al hacerlo, sinti que le
arrancaban la voluntad. Era como si algn tipo de magia oscura o demonaca estuviera
surtiendo efecto, como si parte de su propia esencia estuviera siendo destruida y ese
era un ataque para el que no tena respuesta.
Kra-kum!
Nobundo vomit sangre espesa sobre la cara y el pecho del orco. Cerr los ojos
y frentica y desesperadamente aclam a la Luz, suplicndole que neutralizara al orco
durante tiempo suficiente como para organizar una defensa. Grit
Y por primera vez desde que haba entrado en contacto con la Luz y haba sido
bendecido por su sagrado resplandor
No hubo respuesta.
Aterrorizado, abri los ojos y mir a las manacas rbitas de fuego del orco, quien
abri su gran boca y bram, ahogando todos los dems sonidos y amenazando con
destrozar sus tmpanos. Era como si de repente hubiera entrado en algn tipo de terrible
sueo silencioso. La bestia se ech hacia atrs y le golpe la cara con la cabeza. Nobundo
cay hacia atrs, sacudiendo los brazos, la lluvia le golpeaba, esos ardientes ojos
abrasaban los suyos mientras caa hacia abajo, hacia abajo, hacia abajo a travs de la
niebla, sobre algo alargado que gimi antes de ceder bajo l.
An atrapado en la pesadilla silenciosa, Nobundo vio al orco desaparecer por el
borde del muro. Cerca, el contrafuerte arruinado cedi y una gigantesca seccin de la
muralla superior cay, bloqueando la lluvia y el cielo, y atrapando a Nobundo en un
mundo de sosegada oscuridad.
Ah tumbado pens en los que se haban refugiado, rezaba para que ellos
escaparan de la matanza, aquellos a quienes amaba y respetaba, aquellos por los que
haba entregado su
Vida. algn motivo an se aferraba a la vida.
Nobundo sali del oscuro pozo de la inconsciencia para encontrarse atrapado en
un confinamiento asfixiante y cegador. Su respiracin haba quedado reducida a una
serie de jadeos entrecortados y an as segua vivo. No saba cunto tiempo haba
transcurrido desde desde que la muralla cay desde
de salir de all. Nobundo gir sobre su espalda y camin con los codos hacia el aire
nocturno mientras el ogro haca otro esfuerzo. Nobundo poda ver el montculo de
cascotes ahora. El ogro rugi con rabia una ltima vez y toda la masa se colaps,
enviando una nube de polvo en todas las direcciones y poniendo fin al arrebato.
Otro grito lo sigui inmediatamente desde lo alto y a lo lejos: el sonido de una
mujer aterrorizada.
Nobundo se gir y observ algo que no podra olvidar jams, sin importar cunto
lo intentara a partir de aquel momento.
El Bajo Arrabal iluminado por la luna y la ambientacin de las hogueras de arriba,
se haba convertido en una fosa comn para los cuerpos de los draenei masacrados. Y a
pesar de que la lluvia haba parado, los montculos de cadveres an estaban
manchados de vmito, sangre y todo tipo de residuos.
El corazn de Nobundo palideci al ver a nios entre los muertos. A pesar de su
juventud, muchos de ellos se haban ofrecido voluntarios para quedarse con sus padres,
quienes saban perfectamente que los orcos sospecharan de una ciudad draenei en la
que no viviera ningn nio y entonces perseguiran a los dems miembros de su raza
hasta extinguirlos. An as, una parte de Nobundo esperaba y rezaba con todas sus
fuerzas para que pudiesen defender a los nios y permanecieran a salvo en los
escondites que haban sido cavados a toda prisa en las montaas. La esperanza de un
loco, lo saba, pero an as se aferraba a ella.
Hay algo ms absurdo que matar nios?
De nuevo llegaron a sus odos los gritos de una mujer, acompaados de mofas y
abucheos. Los orcos estaban de celebracin, regodendose en su victoria. Mirando hacia
arriba identific la fuente del jaleo: en lo alto, sobresaliendo por Las Colinas Barrera, los
draenei haban construido el Alto Aldor. All los orcos estaban torturando a una pobre
hembra draenei.
Debo intentar detenerlos.
Pero cmo? Solo, con una pierna rota, uno contra cientos sin la bendicin de
la Luz y armado tan slo con su martillo. Cmo poda detener la locura que se extenda
sobre l?
He de encontrar un modo!
Se arrastr frentico sobre los cadveres, resbalando con los fluidos, intentando
ignorar el hedor y las vsceras. Avanz por el crculo exterior del Bajo Arrabal hacia la
base de las colinas donde la muralla se juntaba con la montaa. Encontrara un modo
de escalar hasta all. Lo encontrara
Los gritos cesaron. Mir para ver las sombras de las siluetas a la luz de la luna.
Llevaban un objeto inmvil hacia el borde del muro y entonces lanzaron la mercanca
inerte a las profundidades. Aterriz con un ruido sordo, no muy lejos de donde Nobundo
yaca inmvil.
Se arrastr hacia delante, buscando alguna seal de vida en la mujer Cuando
se acerc lo suficiente para ver sus rasgos, supo que se llamaba Shaka. La haba visto
varias veces, pero slo haban hablado en un par de ocasiones. Siempre le haba
resultado agradable y atractiva. Ahora yaca maltratada y magullada, degollada,
desangrada. Al menos para ella se haba terminado el dolor.
Se escuch otro grito desde arriba, la voz volva a ser femenina. La rabia eman
de Nobundo. Rabia y frustracin acompaadas de un irrefrenable deseo de venganza.
No hay nada que puedas hacer.
Desesperado, agarr el martillo y volvi a intentar llamar a la Luz. Quizs con su
ayuda podra hacer algo, cualquier cosa Pero una vez ms la nica respuesta fue el
silencio.
Algo en su interior le inst a salir de all lo antes posible, a buscar a los que
estaban escondidos, a vivir para cumplir algn propsito mejor algn da.
Eso es cobarda. He de encontrar un modo.
Pero en su interior Nobundo saba que esa batalla haba terminado. Si realmente
le esperaba algn destino mejor, deba huir en aquel instante. Si intentaba subir, morira
sin sentido alguno. Los gritos de angustia volvieron a perforar el aire nocturno. Nobundo
fij la vista en una seccin del muro exterior que yaca parcialmente en ruinas. Era un
obstculo peligroso, pero no insuperable y no estaba vigilado.
Es el momento; has de tomar una decisin.
Era una oportunidad. Una oportunidad de vivir y volver a marcar la diferencia
algn da en el futuro.
Debes sobrevivir. Debes continuar.
El largo lamento reson de nuevo, pero esta vez fue piadosamente cortado en
seco. El sonido de voces orcas detrs de la esquina del muro interior lleg hasta l.
Sonaba como si los orcos estuvieran deambulando entre los cadveres, buscando algo
o a alguien. Se le haba acabado el tiempo.
Nobundo cogi el martillo. Aunque le cost un tiempo y esfuerzo considerables,
con la poca fuerza que le quedaba consigui llegar hasta los dems cuerpos a travs del
hueco del muro.
Mientras se arrastraba lenta y dolorosamente hacia el Bosque de Terokkar, los
gritos femeninos volvieron a comenzar en el Alto Aldor.
Seguro que tu supervivencia es una seal, un mensaje de la Luz.
Rolc era sacerdote y su amigo desde haca tiempo. Cur las heridas de Nobundo
y estaba realmente contento de volver a verlo, pero le resultaba difcil comprender por
qu Nobundo insista en que haba perdido el favor de la Luz.
Nos bendice a cada uno de una manera. Cuando llegue el momento volvers a
encontrarla.
Espero que sea verdad, viejo amigo. Es slo que ya no me siento igual. Algo
dentro de m ha cambiado.
Tonteras. Estas cansado y confuso, y despus de todo por lo que has pasado,
no se te puede culpar. Ve a descansar.
Rolc sali de la cueva. Nobundo se tumbo y cerr los ojos
Llanto. Las frenticas splicas de las mujeres.
Los ojos de Nobundo se abrieron de golpe. Llevaba varios das aqu, en uno de
los campamentos ocupados por los que se haban escondido antes de la batalla, pero
an as no poda escapar de los gritos descorazonadores de las mujeres a las que haba
abandonado a la muerte. Le llamaban cada vez que cerraba los ojos, suplicndole que
las ayudara, que las salvara.
No tuviste eleccin.
Se trataba de la verdad? No estaba seguro. ltimamente cada vez le costaba
ms pensar con claridad. Sus pensamientos eran turbios, inconexos. Suspir
profundamente y se levant de la manta colocada sobre el suelo de piedra, gimiendo
por las protestas de sus doloridas articulaciones.
Sali al neblinoso aire de la marisma y lleg hasta una cama de juncos
empapados. La Marisma de Zangar era un territorio inhspito, pero, al menos por el
momento, era su hogar.
Los orcos siempre haban evitado los pantanos, y con razn. Toda la regin
estaba cubierta por aguas salobres y poco profundas; la mayora de la fauna y la flora
era venenosa si no se preparaba correctamente y muchas de las criaturas ms grandes
del pantano se comeran cualquier cosa que no se las comiera primero.
Al pasar al lado de varias setas gigantes, escuch voces elevadas: una conmocin
en el lmite del campamento.
Se apresur a ver qu ocurra. Tres draenei heridos, dos hombres y una mujer,
eran asistidos por miembros del campamento dentro del permetro protegido por los
guardas.
Nobundo lanz una mirada interrogadora a uno de los guardas, que respondi a
la pregunta jams formulada: Supervivientes de Shattrath".
llama Akama. Segn nos han contado, inhal una mayor dosis de gas que los dems
supervivientes. Rolc an no sabe si volver a" Herac interrumpi y se qued en silencio.
Estes continu: Ms tarde nos separamos y fuimos a distintos campamentos en
la Marisma de Zangar y Nagrand. A modo de precaucin, as si uno de los campamentos
era descubierto por los orcos, no nos mataran a todos.
Alguno de vosotros era sacerdote o Vindicador, poseedor de la Luz?
Los tres sacudieron la cabeza. No puedo hablar por Akama, pero Estes y yo slo
ramos artesanos, poco acostumbrados a blandir armas de ningn tipo. Por eso nos
enviaron a las cuevas, para servir de ltima lnea de defensa.
Korin le pregunt a Nobundo: Cuando escapaste, alguien ms huy contigo?
Hubo algn otro superviviente? Omos a los orcos en los niveles inferiores, pero no
queramos arriesgarnos a que nos descubrieran, as que huimos.
Nobundo pens en los cuerpos apilados en el Bajo Arrabal, escuch las splicas
desde el Alto Aldor e intent aislar los tortuosos gritos de su mente.
No", respondi. Nadie ms que yo sepa.
Pasaron varias estaciones.
Velen, su lder profeta, les haba visitado haca dos das o eran cuatro?
ltimamente a Nobundo le costaba recordar algunas cosas. Velen haba venido desde
uno de los campamentos vecinos. Su emplazamiento exacto se mantena en secreto por
si alguien era capturado vivo y torturado. Los draenei no podan transmitir informacin
de la que no disponan. Velen les haba hablado sobre el futuro, sobre la necesidad de
pasar desapercibidos durante algn tiempo, probablemente aos, para esperar y
observar qu ocurra con los orcos.
Segn Velen, los pieles verdes haban comenzado a construir algo que pareca
ocupar todo su tiempo y recursos. Aparentemente, este proyecto haba desviado su
atencin de los draenei supervivientes, al menos por el momento. Lo que estaban
construyendo los orcos, no muy lejos de su ciudadela principal en las tierras agostadas,
pareca ser algn tipo de portal.
Velen pareca saber ms de lo que contaba, pero al fin y al cabo era un profeta,
un vidente. Nobundo pens que el noble sabio deba saber muchas cosas, cosas que l
y los dems no eran lo suficientemente inteligentes para comprender.
Nobundo observ a Korin adentrarse en el agua con su lanza de pescar. Algo en
ella pareca diferente. Le daba la sensacin de que su fsico haba variado en las ltimas
semanas. Sus antebrazos se haban vuelto algo ms largos: su cara pareca demacrada y
su postura se haba deteriorado. Por improbable que pareciera, su cola pareca haber
encogido.
Herac y Estes se acercaron y Nobundo podra haber jurado que notaba las
mismas transformaciones en ellos. Ech un vistazo a sus propios antebrazos. Era su
Horas despus lleg a su destino y decidi ir a ver a Rolc. Juntos podran convocar
una reunin para tratar el problema de la creciente intolerancia mostrada por
Nobundo se detuvo a la entrada de la cueva de Rolc. Korin estaba all, tumbada
en una manta. Se haba transformado de modo que ya apenas pareca una draenei, sino
una parodia de su raza. Pareca enfermiza y consumida. Sus ojos eran lechosos y sus
antebrazos se haban hinchado hasta ser descomunales. Sus pezuas haban mudado
hasta ser dos protuberancias seas idnticas y su cola no era ms que un pequeo bulto.
A pesar de su delicada condicin, forcejeaba en los brazos de Rolc.
Quiero morir! Slo quiero morir! Quiero que acabe el dolor!
Rolc la sujetaba con firmeza. Nobundo se acerco rpidamente y se agach.
No digas tonteras! Mir a Rolc. No puedes curarla?
El sacerdote frunci el ceo mirando a su amigo. Lo he intentado!
Djame ir! Djame morir!
Un brillo eman de las manos de Rolc, tranquilizando a Korin, apoderndose de
ella gentilmente hasta que sus esfuerzos disminuyeron y, finalmente, cesaron. Ella
rompi a llorar y se coloc en posicin fetal. Rolc le hizo un gesto con la cabeza a
Nobundo para que abandonaran la cueva.
Una vez fuera, Rolc fij su severa mirada en Nobundo. He hecho todo lo que he
podido. Es como si su cuerpo y su voluntad estuvieran rotos.
Tiene que haber algo que pueda algn modo de" Nobundo intent
comunicar sus pensamientos correctamente. Tenemos que hacer algo!", esput al fin.
Rolc permaneci un momento en silencio. Me preocupan, al igual que t.
Hemos recibido informes que afirman que los supervivientes de Shattrath de los otros
campamentos estn sufriendo las mismas transformaciones. Sea lo que sea no responde
a ningn tratamiento y no se cura. A nuestra gente le preocupa que, si no tomamos
medidas, podamos estar todos perdidos.
Qu dices? Qu ha pasado?
Rolc suspir. Por el momento slo son comentarios. He intentado ser la voz de
la razn, pero ni siquiera yo podr defenderos durante mucho tiempo. Y, la verdad sea
dicha, no estoy seguro de que deba.
Nobundo sinti que su amigo le haba decepcionado amargamente, la nica
persona en la que crea que poda confiar estaba sucumbiendo a la misma paranoia que
los dems.
Sin palabras, Nobundo se dio la vuelta y se march.
El estado de Korin empeor y aquella decisin de la que Rolc haba hablado y que
Nobundo tanto tema se hizo pblica unos das despus.
Reunieron a Nobundo, Korin, Estes y Herac ante los miembros del campamento.
Algunos portaban expresiones adustas, otros parecan tristes, otros no mostraban
ninguna expresin. Por su parte, Rolc pareca tener un conflicto personal, pero an as,
su expresin era resuelta, como la de un cazador que prefiere no matar, pero que sabe
que debe comer y se est preparando para asestar un golpe mortal a su presa.
El campamento haba decidido que Rolc fuera su portavoz. Esto no es fcil para
m, para ninguno de nosotros" seal a la estoica asamblea detrs de l. Pero hemos
hablado con los representantes de los otros campamentos y hemos tomado una
decisin juntos. Creemos que lo mejor para todos ser que los que habis
sido afectados permanezcis juntos, pero separados de los que an tenemos buena
salud.
Korin, con un aspecto particularmente desolado, habl en un susurro rasgado:
Nos estis exiliando?".
Antes de que Rolc pudiera objetar algo, Nobundo interrumpi: Eso es
exactamente lo que estn haciendo! No pueden solucionar nuestro problema, as que
as que esperan poder ignorarlo! Slo quieren que nos vayamos!
No podemos ayudaros! espet Rolc. No sabemos si vuestra condicin es
contagiosa o no y vuestra menguada capacidad fsica y mental es un riesgo que no
podemos asumir. No quedamos tantos como para tentar a la suerte!
Qu hay del otro, de Akama? Pregunt Korin.
Se quedar bajo mi cuidado hasta que despierte" respondi Rolc antes de
aadir si despierta.
Qu amable por tu parte! murmur Nobundo con un toque de sarcasmo en
sus palabras.
Rolc se encar a Nobundo. A pesar de que la salud le fallaba, Nobundo se irgui
y mir a Rolc fijamente a los ojos.
Rolc dijo: Te has estado preguntando si la Luz te haba castigado con su silencio
por tu fracaso en Shattrath".
Lo di todo en Shattrath! Estaba dispuesto a morir para que todos vosotros
pudierais vivir!
S, pero no moriste.
Qu ests? Insinas que abandon?
Creo que si la Luz te ha abandonado, sus motivos tendr. Quines somos
nosotros para cuestionar los designios de la Luz? Rolc mir a los dems buscando su
apoyo. Algunos de ellos apartaron la vista, pero muchos no lo hicieron. Sea como sea,
es hora de que aceptes tu nuevo lugar en el orden de las cosas. Creo que es hora de que
tengas en cuenta el bienestar de los dems
Al menos los orcos ya no eran un problema tan grave. Algunas patrullas orcas
an se dejaban ver de vez en cuando y mataban a los draenei que encontraban. Pero el
nmero de orcos se haba reducido: muchos de los salvajes de piel verde haban
atravesado su portal aos atrs y an no haban vuelto.
Como resultado, Nobundo haba escuchado que su gente estaba construyendo
una nueva ciudad en algn lugar de la marisma. No importa, pens. es una ciudad en la
que nunca ser bienvenido.
Nobundo y los otros continuaban experimentando cambios. Les aparecieron
apndices donde antes no tenan. Granos, pecas y extraos bultos hicieron acto de
presencia en sus cuerpos. Sus pezuas, uno de los rasgos distintivos de los draenei,
haban desaparecido, siendo reemplazadas por algo que parecan unos pies deformes.
Pero los cambios no se limitaban slo a lo fsico. A sus cerebros les costaba cada vez ms
mantener sus funciones ms elevadas. Y algunos algunos se perdieron del todo,
convirtindose en caparazones vacos que serpenteaban sin rumbo, conversando con
audiencias que slo existan en sus mentes. Algunos de los Perdidos se despertaban un
da y comenzaban a vagar para no regresar nunca. Uno de los primeros en hacer eso fue
Estes. Ahora a Korin slo le quedaba uno de los compaeros con los que haba
compartido aquel oscuro momento en Shattrath.
Basta, pens. Deja de aplazarlo. Haz lo que viniste a hacer.
Lo haba estado aplazando porque una parte de l saba que esta vez no sera
diferente. Pero lo hara de todos modos, tal y como lo haba hecho cada da durante los
ltimos aos porque, de algn modo, en algn lugar, una parte de l an mantena la
esperanza.
Cerr los ojos, elimin todos los pensamientos irrelevantes de su mente e invoc
a la Luz. Por favor, slo por esta vez deja que me regodee en tu radiante gloria.
Nada.
Vuelve a intentarlo.
Lo intent con cada pice de concentracin que le quedaba.
Nobundo.
El corazn estuvo a punto de salrsele por la boca, abri los ojos de golpe y
extendi una mano para recuperar el equilibrio. Mir a su alrededor, al cielo.
Te encontr!
Al girarse vio a Korin y solt el aliento, agitando la cabeza.
Qu tontera pensar que habas recuperado el favor de la Luz.
Ella se acerc y se sent junto a l, con aspecto agotado, enfermizo y ligeramente
confuso.
volvieron. Cuando los Tbidos eran lo bastante afortunados como para tener xito en la
caza, se alimentaban de carne. Sobrevivan.
Al menos la mayora. Haca unos das Herac haba desaparecido. Durante largos
meses haba estado distante y confundido y, a pesar de que Korin nunca hablaba de ello,
tanto ella como Nobundo saban que haba estado a punto de unirse a los Perdidos.
Herac era el ltimo de los defensores de Korin en Shattrath y Nobundo sinti su prdida.
Y aunque Nobundo no lo mencionaba, se preguntaba si algn da l tambin
perdera la cordura y se aventurara a lo desconocido para no volver jams,
convirtindose en poco ms que un recuerdo.
Continu con su vigilia diaria, peregrinando hasta la remota cima, conservando
la esperanza de que si cumpla su penitencia, algn da la Luz volvera a envolverlo con
su brillo.
Cada da regresaba decepcionado al campamento.
Y cada noche volva a tener la misma horrible pesadilla.
Nobundo se encontraba fuera de la Ciudad de Shattrath, golpeando las puertas
cerradas con los puos mientras los gritos de los moribundos desgarraban el aire
nocturno. Su subconsciente saba que era otro sueo, otra pesadilla y se preguntaba si
sera la misma otra vez.
Golpeaba la madera repetidamente hasta que sus maltratadas manos
comenzaban a sangrar. En el interior, mujeres y nios moran lentamente, muertes
terribles. Uno a uno los gritos se iban apagando hasta que slo quedaba un ltimo
lamento atormentado. l reconoca ese clamor: era la voz que haba retumbado en el
Bosque de Terokkar mientras escapaba de la ciudad.
Ese grito no tardaba mucho en desvanecerse como los dems y no quedaba nada
ms que silencio. Nobundo se apartaba de las puertas, mirando a su dbil, deformado e
intil cuerpo. Temblaba y lloraba esperando el inevitable despertar.
Hubo un crujido y las puertas se abrieron lentamente. Nobundo mir hacia arriba
estupefacto. Esto nunca haba ocurrido antes. Esto era nuevo. Qu poda significar?
Las enormes puertas revelaron un Bajo Arrabal vaco, los muros y contrafuertes
interiores iluminados por una sola hoguera dentro del anillo interior.
Nobundo entr, atrado por el calor de las llamas. Mir alrededor, pero no haba
ningn cuerpo, ninguna seal de la masacre que haba tenido lugar, salvo unas pocas
armas abandonadas esparcidas alrededor del fuego.
Un trueno retumb suavemente y Nobundo sinti una gota de lluvia caer en su
brazo. Dio un paso ms y las gigantescas puertas se cerraron tras l.
Entonces escuch sonidos, sonidos arrastrados que emanaban de debajo de la
hoguera y que se acercaban. l no iba armado, ni siquiera llevaba su bastn y el hecho
de saber que estaba soando no aliviaba la sensacin de peligro. Se prepar para coger
un trozo de madera ardiendo de la hoguera, cuando vio a una mujer draenei salir a la
luz.
La lluvia espordica persista
Al principio sonri, encantado de ver que uno de los suyos haba sobrevivido,
pero su sonrisa pronto se desvaneci al ver el sangriento corte de su garganta, los
moratones de su cuerpo. Su brazo izquierdo colgaba de su cuerpo intilmente y sin
fuerzas. Le observaba con la mirada perdida y, an as, su expresin era acusadora. Al
acercarse, se dio cuenta de que era Shaka. Pronto se le unieron las dems, decenas de
ellas arrastrndose hacia delante desde todos los lados, con los ojos nublados y los
cuerpos llenos de horripilantes heridas.
El viento se levant, avivando el fuego. La suave lluvia se convirti en un
chubasco constante. Una a una las mujeres se agacharon para recoger las armas del
suelo, avanzando. Nobundo se hizo con una antorcha de la hoguera.
Quera salvaros! No pude hacer nada! Quera gritar, pero no le salan las
palabras. Sus movimientos parecan lentos, restringidos.
El viento volvi a tomar fuerza, apagando la antorcha que sostena Nobundo. Las
mujeres asesinadas se acercaron ms, alzando sus armas mientras el viento golpeaba
las llamas de la hoguera hasta que esta tambin se apag, dejando a Nobundo a oscuras.
Esper, escuchando intentando orlas acercarse entre la lluvia.
De pronto sinti un glido apretn en su mueca. Nobundo grit
Y se despert. Se senta agotado, ms cansado que cuando se fue a dormir. Los
sueos le estaban minando.
Decidi que la brisa de la maana podra sentarle bien. A lo mejor Korin estaba
despierta y podan hablar.
Fue hasta donde desayunaban reunidos algunos de los dems y pregunt a uno
de los miembros ms nuevos dnde se encontraba Korin.
Se ha ido.
Ido? Adnde? Cundo?
Hace poco. No ha dicho adonde. Se comportaba de forma extraa Ha dicho
que iba a cmo se dice?
El Tbido hizo una pausa, pensando, luego asinti al recordarlo.
Eso es. Ha dicho que iba a alzarse.
Nobundo corri tan deprisa como sus piernas se lo permitieron. Cuando lleg a
la cima de la montaa, sus pulmones parecan arder, estaba tosiendo una espesa
mucosidad verde y su pierna temblaba descontroladamente.
Cuando por fin lleg a los campamentos de los no afectados, haca tiempo que
el sol haba abandonado el cielo. No caba duda de que los vigilantes le haban visto
acercarse, pues dos guardias le estaban esperando cuando lleg al permetro del
campamento.
Qu te trae por aqu? pregunt el mayor de los dos guardias.
Slo quiero atravesar las montaas.
Algunos de los dems miembros del campamento haban salido y miraban a
Nobundo con recelo.
Tenemos rdenes estrictas. Los Krokul no pueden entrar en el campamento.
Tendrs que ir a otro lugar.
No quiero quedarme en vuestro campamento, slo pasar. Nobundo dio un
paso adelante.
El ms grande de los guardias extendi la mano, empujando a Nobundo hacia
atrs. Te he dicho
Entonces se escuch un trueno ensordecedor y una masa negra de nubes
apareci donde segundos antes el cielo era azul, liberando una repentina tromba de
agua. El Viento que antes haba animado a Nobundo a apresurarse ahora soplaba con
fuerza descomunal, forzando a los dos guardias a retroceder. Lo ms increble de todo
era que, tanto el Viento como la lluvia, se movan alrededor de Nobundo para golpear a
los dos guardias, que cayeron en el sucio barro.
Nobundo observ los acontecimientos con los ojos como platos por el asombro.
As que esto es lo que pasa", pens en voz alta cuando los elementos estn de tu lado".
Sonri.
Los miembros del campamento buscaron cobijo en las cuevas. Los guardias
miraron a Nobundo aterrorizados. Por su parte, Nobundo simplemente avanz,
apoyndose en su bastn mientras caminaba lentamente por el campamento hasta
llegar a la falda de las montaas al otro lado, dejando a los residentes del campamento
sorprendidos, asustados y confundidos.
La figura que haba seguido a Nobundo sali de su escondite tras una de las setas
gigantes. No se atreva a continuar, pues al fin y al cabo era un Krokul.
Pero los acontecimientos de los que Akama acababa de ser testigo haban
plantando una semilla en su interior. Desde que se haba despertado de su largo sueo,
no haba sentido nada ms que desesperacin y punzante miedo al futuro. Pero ver lo
que este Krokul acababa de hacer, ver los elementos salir en su defensa, agit un
sentimiento en Akama que l crea muerto.
Sinti esperanza.
Con esa nueva esperanza se dio la vuelta y regres silenciosamente a la marisma.
A Nobundo le pareca demasiado bueno para ser verdad. Pero, qu pasaba con
la Luz? La estaba traicionando si elega este nuevo camino? Le estaba dando la
espalda? Era esto una prueba?
El riesgo valdra la pena si
Podr usar estas habilidades para ayudar a mi gente?
S. La relacin entre los elementos y el chamn es de sincrona. La influencia del
chamn ayuda a calmarnos y unirnos, del mismo modo que nuestra influencia enriquece
y realiza al chamn. Cuando hayas completado tu entrenamiento, podrs invocar a los
elementos en tiempos de necesidad. Si los elementos consideramos tu causa justa, te
ayudaremos en la medida que podamos.
El verdadero entendimiento, tal y como el Agua le haba prometido, le llev aos.
Pero con el tiempo Nobundo consigui comprender las energas de vida que le
rodeaban. Desde las ms grandes criaturas de Draenor hasta un aparentemente
insignificante grano de arena. l era perfectamente consciente de que todo lo que exista
tena energa vital y de que estas energas estaban unidas y dependan las unas de las
otras, independientemente de su ubicacin geogrfica y de las fuerzas opuestas. Lo que
era ms: poda sentir aquellas energas como si fueran parte de l y ahora comprenda
que lo eran.
Los elementos mantuvieron su parte del trato y le fueron concedidos algunos
aspectos de su naturaleza. Del Agua obtuvo claridad y paciencia: por primera vez,
despus de tantos aos, sus pensamientos no estaban nublados. Del Fuego consigui
pasin, una nueva apreciacin de la vida y el deseo de sobreponerse a cualquier
obstculo. La Tierra le concedi firmeza, una voluntad de acero y una determinacin
inquebrantable. Del Viento adquiri el valor y la persistencia: cmo adentrarse y
presionar ante la adversidad.
Pero an quedaba una leccin de suma importancia que le evitaba. Lo notaba,
senta que los elementos se estaban guardando algo, algo que l, simplemente, no
estaba preparado para entender.
Y an seguan las pesadillas. Se haban mitigado un poco, pero noche tras noche
Nobundo volva a encontrarse golpeando las puertas de Shattrath, mientras los gritos
de los moribundos resonaban en sus odos. Y ahora, cuando atravesaba las puertas y
permaneca junto al fuego, cuando las recriminadoras muertas aparecan, Korin las
acompaaba.
Sinti el calmante tono del Agua: Sentimos que an ests turbado.
S" respondi. Me atormentan los espritus de aquellos que fallecieron en
Shattrath. Los elementos pueden hacer algo al respecto?
El conflicto no reside en los espritus de los que se han ido, sino en ti. Es un
conflicto que has de resolver t solo.
Velen evalu a Nobundo con sus cristalinos ojos azules. Nobundo protest, No
me escucharn! Creo que esto no ha sido una buena idea.
El labio de Velen se curv hacia un lado. Tena esa expresin que haca que
Nobundo tuviera la sensacin de que el profeta saba muchas cosas ms all de lo que
l poda comprender.
No consigo que me vean como algo ms que un Krokul, independientemente de
lo que pueda ensearles.
Quiz el autntico problema no resida en ellos.
Eso es lo que dijeron los elementos, pens Nobundo.
Como resultado de sus conversaciones previas, Nobundo haba aprendido a no
intentar adivinar lo que pensaba el profeta, as que esper en silencio.
Velen continu, Oigo los gritos en tu mente: las mujeres de Shattrath. Estoy al
tanto de la carga que soporta tu corazn. Te preguntas si tu huida fue un acto de
cobarda.
Nobundo asinti, sobrecogido repentinamente por la emocin.
Una parte de ti saba que era imperativo que sobrevivieras para abrazar tu
destino. Y desde aquel da, a pesar de todas las pruebas que tuviste que superar, nunca
te rendiste. Por eso te eleg. Nuestra gente te llama Krokul, Tbido, pero creo que t nos
puedes mostrar nuestra mayor esperanza.
Velen apoy una mano amiga en el hombro de Nobundo. Djalas ir. Deja que
sus gritos se silencien.
Era cierto. No era un cobarde. Una parte de l lo saba, pero con todo lo que
haba ocurrido desde entonces, esa parte se haba perdido. Nobundo dej escapar un
profundo suspiro y, de algn modo, supo que cuando se acostara esa noche, la pesadilla
no le estara esperando. Sinti la alegra de los elementos; era como si estuvieran
orgullosos.
Velen sonri. Ahora, por el bien de todos nosotros, ve. Ve y acepta tu destino.
Nobundo volvi al alto. Los draenei reunidos conversaban entre ellos, sin prestar
atencin a la dbil figura de arriba.
Levant su bastn. Las nubes se reunieron en el cielo azul, proyectando una
oscura sombra sobre el asentamiento. Los draenei dejaron de hablar.
Nobundo les llam, su voz reson en la marisma. Mirad y escuchad.
Cay un diluvio. Los rayos bailaron entre las lmparas que rodeaban la plaza,
destrozando los cristales. Los draenei reunidos observaban sobrecogidos.
Habis venido aqu a aprender y algn da obtener estos poderes: los poderes
del chamn!
Pero el chamanismo es una prctica orca! grit alguien desde el pblico. Otros
se le unieron.
S. Una prctica que ellos abandonaron para entrar en comunin con los
demonios. Ahora nosotros viajaremos por el camino del chamn, un camino que nos
llevar a un futuro en el que nadie matar a nuestras mujeres
Nobundo hizo una pausa, manteniendo su voz firme.
Ni a nuestros hijos. Donde los Krokul y los no afectados colaborarn para
conseguir un sueo que nuestra gente olvid hace mucho: la verdadera libertad.
Los miembros de la asamblea se miraron, buscando la aprobacin en los dems,
buscando pistas de resistencia. Al final todos parecieron llegar a la misma conclusin:
escucharan.
Vuestro viaje comienza con estas simples palabras
Nobundo sonri. Las nubes se agitaron. Los rayos formaron un arco. La lluvia
cay.
Todo lo que existe est vivo.