Los Reformistas Espirituales
Los Reformistas Espirituales
Los Reformistas Espirituales
AMBIENT ACION
Nos hemos detenido bastante en los captulos anteriores por
considerar que los siglos Il-XIII son normativos o creadores de
espiritualidad, por supuesto cada uno en medida diferente. Esto
no significa que est todo dicho, pero bsicamente la espiritualidad ha llegado a una cumbre.
En lo que precede hemos intentado explicar el sentido de la
espiritualidad normativa con la imagen del ncleo que se
desarrolla. Ahora podemos utilizar otra metfora significativa:
la de la espiral que gira sobre s misma. El ncleo primitivo ha
madurado, ha crecido en volumen, ha desarrollado sus virtualidades y vuelve sobre s mismo para profundizarse. Esa es la impresin que recibe el historiador de la espiritualidad de aqu en
adelante: son tambin importantes y por eso tienen cabida en la
historia. La produccin se adensa: autores, Escuelas, tendencias,
vida del pueblo. Todo esto significa que la vida espiritual contina dando frutos, que el Espritu acta en la Iglesia.
El siglo XIV se abre con la proclamacin de un Ao santo,
el jubileo del ao 1300, con el que Bonifacio VIII inaugura una
praxis todava en vigor. Un siglo que amaneca con tan buen augurio no fue benfico para la Iglesia. A la muerte de Bonifacio
VIII (1303) se inician cambios sustanciales: el destierro de
Avignon (1305-1378), el cisma de Occidente (1378-1447), la peste negra (1348), el nacimiento del espritu laicista y, por tanto,
el ocaso de la concepcin sacral de la autoridad de la Iglesia, el
enfeudamiento secular y pagano del papado durante el Renacimiento (1441-1517). Culmina este perodo con las Reformas de
Lutero (1517), Calvino y Enrique VIII. Ni siquiera el Concilio
de Trento pudo rehacer la unidad rota y es en este perodo cuando se consuma la existencia de diferentes Iglesias, teologas y es-
190
piritualidades . La paz de Wesfalia en 1648 confirma jurdicamente la divisin que ya era un hecho sociorreligioso.
La historia constata curiosos desplazamientos de intereses temticos, de hegemonas geogrficas, generalmente paralelas a las
tendencias culturales . Es lo que acontece en los siglos XIV-XVII
de nuestra Historia de la espiritualidad. Sucesivamente tienen inters general , primero las regiones nrdicas del Rin , de los Pases Bajos; luego Italia , Espaa y Francia. Pero no como cotos
cerrados, sino de preponderancia que se expande a los pases vecinos, como si los intereses espirituales emigrasen en plan de conquista. Si el corrimiento geogrfico es un hecho constatable , no
lo es menos el desplazamiento de inters por ciertos temas espirituales. Aunque casi todo estaba dicho con anterioridad, los
telogos y los msticos ahondan en el tema de la contemplacin,
de la geografa mstica del alma, de la unin transformadora , de
los ltimos grados de la mstica, los estados de la conciencia
analizados no como indagacin psicoanaltica, sino como lugar
de encuentro con la divinidad , los fenmenos msticos, la criteriologa del discernimiento. El lenguaje se recrea, se populariza , al escribir los msticos experimentales en sus propias lenguas maternas.
Estos son, en sntesis, algunos puntos de inters de estos
siglos.
LA ESCUELA RENANO-FLAMENCA,
LA DEVOTIO MODERNA
y EL RENACIMIENTO
Ejemplo del desplazamiento de intereses temticos y geogrficos puede ser la materia de este captulo primero. Las regiones
del Rin, de los Pases Bajos, van a ser focos privilegiados de vida
espiritual que imponen en Europa nuevas tcnicas, que perdurarn durante siglos, en algunos casos hasta nuestros das. La espiritualidad ser una extraa mezcla de elitismo y piedad popular, de ambiente monstico que llega tambin al pueblo.
La Escuela renano-flamenca
La Escuela tiene su razn de ser. Por una parte, el pueblo
cristiano en el siglo XIII toma conciencia de sus necesidades espirituales. Cede el individualismo feudal y nace el asociacionismo religioso. Los mendicantes dejan sentir su influencia en la
propagacin de las devociones populares (a Cristo, el Sagrado
Corazn, Mara, los Santos), en la piedad vivida en grupo (Ordenes terceras, cofradas, gremios artesanos), en los movimientos analizados en la parte tercera. Curiosa y paradgicamente
el asociacionismo de los laicos poco a poco se hace independiente de los cuadros conventuales y parroquiales, ms subjetivista
e individualista . La piedad se aleja de las fuentes objetivas: Biblia, patrstica y liturgia.
192
1.
EL RENACIMIENTO
193
194
p.256.
1.
EL RENACIMIENTO
195
196
La Devotio moderna
Qu se esconde detrs de este extrao nombre y qu se entiende en Historia de la espiritualidad?
Entiendo por Devocin moderna --escribe el Padre Villoslada- aquella corriente espiritual que en la segunda mitad del
siglo XIV brot en los Pases Bajos por obra principalmente de
Gerardo Groote (1340-1384) y de su discpulo Florencio de Radewijns (1350-1400), corriente que se canaliz en la asociacin
de los " Hermanos de la vida comn" y en la Congregacin
agustiniana de Cannigos Regulares de Windesheim, y que en
el siglo xv y principios del siglo XVI fertiliz con los escritos
de Gerardo Zerbolt de Zutphen (1380-1471), Gerlac Peters
(1378-1411), Toms Kempis (1380-1471), Juan Mombaer
(1460-1501) y otros, los jardines de los claustros y los anchos
campos del pueblo cristiano 8.
a)
Rasgos caractersticos
Aunque nace en los ambientes de la Escuela renana y son parecidas las exigencias espirituales a las que responde, la Devotio
moderna tiene personalidad y caractersticas propias.
7 Algunas de sus obras han sido traducidas al castellano y publicadas por
Teodoro H. Martn. Madrid, Fundacin Universitaria Espaola. 1984 . Bodas del
alma y La piedra brillante, editadas en Salamanca , Sgueme. 1989.
g Ricardo G. VILLOSLADA , Rasgos caractersticos de la " Devotio moderna"". en Manresa, 28 (1956), p. 315.
1.
EL RENACIMIENTO
197
Es claro su antiintelectuaLismo, como reaccin a las especulaciones de los escritores de la Escuela renana ya analizada, y
tiene preferencias por una espiritualidad ms afectiva. La alusin
a la devotio no significa nada sentimental, sino acceso a la verdadera piedad, vivida ms que intelectualizada. En este contexto se entienden las crticas del libro de la Imitacin de Cristo contra las disputas sobre la Trinidad, las especies y los gneros de
los lgicos (1, 1; 1, 3).
A pesar del nombre, moderna, la tendencia de la Escuela
es ms bien tradicional, en la lnea de los grandes maestros de
la tendencia afectiva: Agustn, Gregario, Bernardo, los franciscanos, los cartujos, etc. Se nutre de las mismas fuentes que aliment al monacato primitivo: Biblia, Santos Padres, e incorpora
las fuentes monsticas: Casiano, las Vitae Patrum, etc. Lo moderno puede estar en la reaccin contra las tendencias dominantes en su medio ambiente.
Es cristocntrica en contraposicin al teocentrismo trascendente de la Escuela renana. Cristo es el modelo de la vida espiritual, de las virtudes . Es un cristo centrismo prctico, nada especulativo; de ah su aficin por la vida histrica de Jess, por
la meditacin en los misterios de la Humanidad de Cristo, medio para la contemplacin .
De las notas anteriores procede su carcter popular y moralizante, de tendencia prctica y asctica. Pierde profundidad,
pero gana adeptos y se universaliza la piedad.
Universaliza un mtodo en los ejercicios de la vida de piedad, la oracin y el examen de conciencia, las virtudes. No son
ellos los iniciadores de un mtodo oracional (Guigo 11, cartujo
de finales del siglo XII, habla de cuatro pasos de la oracin: leccin, meditacin, oracin y contemplacin), pero en esa Escuela
llega a una planificacin minuciosamente determinada jams alcanzada: temas de meditacin para cada da de la semana, ejercicios de cada potencia del alma (memoria, entendimiento , voluntad) , tiempo, horas, lugares , posturas, etc. Lo mismo sucede
con el examen de conciencia y, en general, con los actos de
piedad.
Subjetivismo e individualismo. Peligrosamente, su tendencia
al interiorismo individualista -no me parece novedad, ya que
los autores de la Escuela renana haban hablado tanto del fondo del alma como lugar de nacimiento de Cristo- corre el riesgo de olvidar los grandes intereses del Cuerpo mstico de Cristo
198
b)
No son originales, pero s importantes en cuanto recogen doctrinas anteriores y las utilizan para sus propsitos personales y
comunitarios.
- GerLac Peters (1378-1411), escribe el SoliLoquium y el BreviLoquium, con lejanos ecos de Ruysbroeck.
- Gerardo ZerboLt de Zutphen (1367-1398), autor de dos
obras : De reformatione virium animae, y la ms famosa, De spiritualibus ascensionibus.
- Toms de Kempis (1380-1471), el ms conocido autor de
esta Escuela por una obra que no todos aceptan como suya: la
Imitacin de Cristo, el ms famoso libro medieval. Tambin escribi las vidas de los primeros miembros de los Hermanos y de
los Cannigos ReguLares, entre los que vive , y otras obras
espiri tuales.
- Juan Mombaer (Mauburnus) (1460-1501), que escribe una
obra , el Rosetum exercitiorum spirituaLium et sacrarum meditationum, autntico arsenal de doctrinas espirituales propias y ajenas , libro curioso en verdad por la amalgama doctrinal como por
el exagerado metodismo a que reduce la vida espiritual. Obra
de inmenso influjo posterior, tambin en los autores de la pennsula ibrica.
- Enrique Herp (Harphius) (t 1478), de Malinas, autor de
una TheoLogia mystica, que ms bien es una acumulacin de varias de sus obras. La ms famosa es el Directorio de contempLativos. Debe mucho a Hugo de Balma y a Ruysbroeck, promotor
de la oracin aspirativa, que tanto xito tuvo en la espiritualidad del siglo XVI 9.
9 El Directorio ha sido traducido al castellano y presentado por Teodoro H .
Martn e n Madrid, Fundacin Universitaria Espaola , 1974. A l dediqu parte
1.
c)
EL RENACIMIENTO
199
Coincidencias y secuelas
200
En los cambios de mentalidad en la historia suele haber eslabones de enganche, aunque sean muchas las diferencias de un
perodo a otro. Es lo que sucede durante el Renacimiento en
Europa.
Reducindonos al mbito de la espiritualidad, el Renacimiento acoge de buen grado de la Devotio moderna la tendencia al
" Estudio clsico es el de V. VANDENBROUCKE, Le divorce entre thologie et mystique . Ses origines, en Nouvelle Revue Thologique, 82 (1950),
pp. 372-389. Sobre Hugo de Balma y su actitud entre la nueva teologa racionalista y su defensa de la tradicin mstica, d. Daniel de PABLO MAROTo, Amor
y conocimiento en la vida mstica, pp. 11-39. Ha resucitado el tema abogando
por una integracin entre teologa y mstica, Hans Urss Von BALTHASAR, Teologa y santidad, en Ensayos teolgicos, 1: Verbum Caro, Madrid, Guadarrama,
1964 , pp. 235-268. Hoyes un tema de moda en teologa y en espiritualidad .
1.
EL RENACIMIENTO
201
interiorismo, al subjetivismo y al individualismo como superacin de la piedad farisaica y exteriorizada que vive el pueblo y
como afirmacin de la dignidad de la persona.
El cardenal Nicols de Cusa (1401-1464) es un gozne entre
las dos edades, y por eso mismo resulta un hombre casi contradictorio. No ajeno a los altos vuelos especulativos de los renanos , no ve con buenos ojos el divorcio entre mstica y teologa,
y por eso su tendencia especulativa da un giro hacia la afectividad, el amor y la intuicin mstica como causa de conocimiento
de Dios. Se sita en el lmite del saber e impone la docta ignorancia como camino de acceso hacia la Transcendencia.
Pero el Humanismo renacentista trae nuevos gustos y exigencias en espiritualidad. De la docta ignorancia pasa a la docta
piedad, a la philosophia Christi, ms acomodada a la dignidad
de la persona humana, de la que Pico de la Mirandola hablaba
en el ttulo mismo de uno de sus libros.
Erasmo de Roterdam (1467-1536) va a ser la pieza clave, no
la nica, en el nuevo tablero de Europa. El humanista holands ,
por su erudicin y buen decir, ms que por una piedad acendrada y un espritu reformador, impone los nuevos aires renacentistas en la espiritualidad . Erasmo condensa en s mismo la mentalidad que ha ayudado a crear y enlaza ya con los tiempos nuevos de la Reforma. Aunque en contacto con los centros de promocin de la Devotio moderna flamenca, Erasmo super en su
edad madura las lneas maestras del movimiento.
Propugna Erasmo una piedad verdadera, bien fundada en el
Evangelio crticamente establecido, en una teologa renovada,
fundada en las fuentes de la Revelacin y en la tradicin de los
Padres, que ensee a conocer a Cristo. Por eso ridiculiza cruelmente a los frailes como responsables principales de la decadencia teolgica. Su libro programtico, El manual del caballero cristiano, aboga por un cristianismo interiorizado, puro, sin tanto
rito ni ceremonia farisaica , con ms piedad y menos frmulas ,
fundado en la cultura , vivido en libertad. Evangelismo , interiorismo y docta piedad pueden ser algunas de las notas especficas
de ese cristianismo renovado propugnado por Erasmo.
Este mismo espritu lo encontramos en otros autores de la
poca reseados al hablar de la Devotio moderna en las regiones
europeas. Tiene especial inters en el movimiento espiritual la
obra literaria y reformadora del francs Lefebre de Etapple
(t 1536), editor de textos bblicos en latn y francs, de la patrs-
202
tica, de los autores medievales, con el fin de dar fundamento cultural a la piedad cristiana y purificarla de adherencias malsanas,
de superficialidades. Su ideal reformstico consista en una vuelta al cristianismo originario; por eso su afn de encuentro con
las fuentes, en el que Cristo, no los santos , tuviese el puesto principal, donde la Escritura y los escritos de los msticos fuesen el
alimento principal. Programa parecido al de Erasmo, al que supera en sentimiento religioso y piedad .
Un nombre cuadra a las nuevas corrientes espirituales reformadoras: el evangelismo (Imbart de la Tour). Lastimosamente
las reformas propiciadas por estos humanistas, dada su pureza y
perfeccin, parecan pensadas ms para las lites que para el pueblo. De hecho la gran mayora segua apegada a las tradiciones
medievales, al oscurantismo de una religin mezclada de fobias,
de supersticiones, de ignorancia.
El encuentro con la piedad de los reformadores renacentistas y de la Devotio moderna nos da pie para enfrentarnos con la
vida espiritual del pueblo en la poca que Huizinga llam el otoo de la Edad Media, es decir, los siglos XIV y xv.
Ciertos rasgos de la Devotio moderna, aunque nacidos en los
ambientes monsticos o asimilados, revierten en la piedad populan>. Y lo mismo digamos -aunque parezca paradgico- de
las predicaciones de los grandes msticos renanos de este tiempo , que son con frecuencia excelentes predicadores y directores
espirituales. Aludo slo a situaciones generales:
a) La espiritualidad se vive con un cierto sentimiento trgico ante la vida y la muerte, que toma cuerpo en las representaciones del arte dramtico, en los escritos literarios , en la pintura
y escultura. Temas como el del Ubi sunt. .. ? (Dnde han ido
a parar. .. ?), el de la corrupcin de la belleza humana y el de las
danzas macabras de la muerte se ponen de moda. Se ha observado que la recurrencia de los temas no significa espiritualismo,
sino concepcin materialista de la vida, expresan un exagerado
apego a la vida de la que se teme partir. Se escriben en este tiempo los Ars moriendi (arte de morir), con descripciones detalladas de lo terrible de ese momento. Tiene influencia en la piedad
mariana y cristolgica, en cuanto las representaciones de Cristo
l.
EL RENACIMIENTO
203
y de Mara estn llenas de un patetismo dramtico: Cristos crucificados, sangrantes y tenebrosos, realistas, Vrgenes dolorosas,
etc. Todo esto est indicando que se vive una experiencia de sentimiento apocalptico debido a las guerras, pestes y confusionismo ideolgico. Esta dramatizacin de la piedad encaja bien en
la mente del pueblo que vive lo religioso desde lo sensible. Por
eso tienen tanto xito en el pueblo las predicaciones llenas de colorido, de plasticidad, de los predicadores medievales, las devociones que arraigan en lo sensible, que hablan al corazn, que
despiertan la compasin. La Pasin de Cristo ser siempre un reclamo para la piedad popular. Recordemos slo dos manifestaciones de la piedad cristolgica: la composicin de la oracin
Anima Christi (Alma de Cristo, santifcame ... ), en la primera mitad del siglo XIV, Y el Via Crucis escenificado por primera vez
en Occidente hacia 1420 por Alvaro de Crdoba en las estribaciones de Sierra Morena y al que San Leonardo de Porto Mauricio dio la forma definitiva cannica extendiendo la prctica por
toda Europa .
b) La creencia en demonios y brujas se acrecienta y llega
no slo a las capas analfabetas , sino que es aceptada tambin
por grupos culturizados. Por eso se explican los libros sobre exorcismos, remedios contra los demonios. La creencia en las brujas
llega al paroxismo en el siglo xv cuando Inocencia VIII public
en 1484 una tristemente famosa bula contra ellas y dos inquisidores dominicos publicaron en Alemania su libro Ma/leus maleficarum (Martillo de brujas) 12.
c) Prcticas de la religiosidad popular. El pueblo, no obstante los lamentables avatares histricos, contina creyente y piadoso, pero vive inmerso en la religiosidad morbosa a la que he
aludido. Le preocupa y le obsesiona la salvacin eterna (sntoma
de piedad individualista). Por eso busca los medios para conseguir la salvacin: culto ritual, uso de sacramentos, peregrinaciones (Loreto, en Italia, se incorpora a los grandes lugares de peregrinacin: Jerusaln , Roma, Santiago), procesiones (en momentos muy trgicos, como en tiempo de la peste negra en 1348,
de flagelantes), devocin a los santos o sus reliquias. La piedad
del pueblo continuaba llena de supersticiones, debido a su escasa cultura, no obstante la labor de los predicadores mendican12 Ilustra bien este perodo, Ricardo G.
luteranismo, Madrid, Edica, 1969.
VILLOSLADA,
204
LA ESCUELA ESPAOLA
DE ESPIRITUALIDAD
Si la abundancia de obras y de autores , la originalidad temtica, la especificidad y calidad doctrinal justifican la existencia de
una Escuela de espiritualidad, en ninguna ocasin mejor que
en el caso espaol para hablar de ella.
La espiritualidad espaola se sita en el quicio de dos edades, la Media y la Moderna. En cuanto mira al pasado, es tributaria de una rica herencia; en cuanto mira a la modernidad y al
futuro , es archimillonaria de creatividad en las ciencias del espritu, y lo es de modo privilegiado en la espiritualidad .
Sin insistir demasiado en la periodizacin y su cronologa,
aceptamos que existe un nacimiento o iniciacin, una plenitud y
una decadencia.
206
2.
LA ESCUELA ESPAOLA
207
208
nes aspirativas O jaculatorias amorosas que conducen a la perfecta oracin de quietud mstica, a la que se llega no por ejercicios activos, sino que Dios lo da como regalo. Esa contemplacin, de fuerte tonalidad afectiva y expuesta con mayor rigor y
claridad en la segunda redaccin de la obra (Sevilla, 1538), la
aprende de la gran tradicin areopagtica y sus comentadores tal
como fue traducida ya por Hugo de Balma y Enrique Herp. Con
su lectura conectar Teresa de Jess 15.
Los franciscanos comenzaron introduciendo en sus conventos una intensa vida de oracin vocal, a la que dedicaban de seis
a diez horas diarias, hasta el hasto, el aburrimiento, la piedad
farisaica y el abandono del trabajo , como reconoce uno de e llo~:
Por mengua de enseamiento y por la gran prolijidad y longura
de la oracin de boca acontece que muchos de los religiosos solamente oran y alaban a Dios con los labios de fuera 16. Por
eso acabaron induciendo en el pueblo el gusto por la piedad ms
honda, la bsqueda de la unin con Dios en la vida mstica, pero
sin despreciar los otros ejercicios ascticos.
De este primer perodo haba que recordar a los franciscanos
Lope de Salazar y Salinas; Alonso de Madrid y su Arte de servir
a Dios; Antonio de Guevara, que escribi, entre otras obras, el
Oratorio de religiosos y ejercicio de virtuosos, y el ya tardo Juan
de los Angeles, que se hizo famoso con sus Diiogos de la conquista del Reino de Dios.
Entre lbs dominicos, al recio reformador Juan Hurtado de
Mendoza; Fray Pablo de Len, autor de una Gua del cielo; Felipe de Meneses y su Luz del alma, y antes, San Vicente Ferrer,
con su Tratado de la vida espiritual.
Entre los agustinos sobresalen Santo Toms de Villanueva,
noble figura de reformador y autor de algunos libros , como el
Modo breve de servir a Dios y De la leccin, meditacin, oracin
y contemplacin. Contemporneo es el Beato Alonso de Orozco, con obras como Vergel de oracin, Monte de contemplacin,
etc.
Independiente, por no pertenecer a ninguna escuela de las rdenes religiosas, ya que posiblemente era laico, es Alejo de Ve" Vida, 23, 12. De ello he tratado en mi tesis doctoral Amor y conocimiento en la vida mstica, Madrid , Fundacin Universitaria Espaola. 1979, pp. 11-39
Y 155-208.
10 Doctrina de religiosos en romance, annimo de 1499.
2.
LA ESCUELA ESPAOLA
209
a)
Qu representa en la espiritualidad espaola este genial personaje que es Ignacio, a quien algunos compararon con un gran
conquistador, general de ejrcitos, Don Quijote a lo divino, dictador de almas?
210
2.
LA ESCUELA ESPAOLA
211
I~
212
p. 161.
22
2.
LA ESCUELA ESPAOLA
213
b)
214
2.
LA ESCUELA ESPAOLA
215
c)
216
Las obras de Fray Luis se dirigen al pueblo; no es un hombre de ctedra, un telogo especulativo, sino un catequista y apologista; ms todava, un mstico quemado por la gloria de Dios
y la salvacin del hombre. Dios como origen y meta del hombre, Cristo como camino, el universo como espejo y sinfona de
Dios, como recordatorio de la bondad y sabidura del creador,
el pecado como ruina del hombre, la virtud como logro consumado, la gracia como ayuda, y los novsimos -muerte, juicio,
infiern<r- como recuerdo terrorfico a evitar (y ninguno los ha
descrito con tonos tan realistas como l), Y la gloria como esperanza y consumacin.
No basta el resumen de un manojo de temas para identificar
a un autor. Muchos de su tiempo lo hicieron con mayor sabidura , con mejor mtodo teolgico en los comentarios a la Suma
de Santo Toms y en las ctedras de la Universidad. Fray Luis
es diferente, su prosa tiene uncin religiosa, aliento mstico, experiencia de lo sacro y lo sobrenatural, enamoramiento de lo divino, predileccin por lo eterno. Por eso las obras de Fray Luis
llegaban al pueblo, por lo que deca y por el modo como lo deca. El es siempre -aun escribiend<r- un predicador de prosa
sobria, nada retrico, sapientsimo, imaginativo, cercano a los
sentimientos del pueblo. Es un mistagogo que comunica sus
creencias y experiencias. Por eso tuvo tanto xito como predicador y escritor.
Quiero detenerme especialmente en una obra que ha mantenido fresca la memoria de Fray Luis en el pueblo, especialmente entre los orantes de todos los tiempos: el Libro de la oracin y meditacin, publicado por primera vez en Salamanca el
ao 1554.
El libro se gest en el desierto de Escalaceli, un lugar solitario y apacible a siete kilmetros de Crdoba, donde pas once
aos (1534-1545) de retiro y soledad, de lecturas, reflexin y contemplacin de la naturaleza. El libro es un mtodo de oracin,
un libro de meditaciones, y al mismo tiempo una apologa de la
oracin. La obra es densa, aunque lo que se ha divulgado con
frecuencia son las meditaciones para los siete das de la
semana.
La obra consta de tres partes. En la primera, despus de un
par de captulo introductorios sobre la utilidad y necesidad de
la consideracin y una alusin a las cinco partes de la oracin,
propone una serie de meditaciones para los siete das de la se-
2.
LA ESCUELA ESPAOLA
217
218
ternacional. Es el ms importante manual de oracin que produjo entonces Espaa, dijo uno de los mejores conocedores de
la literatura y de las corrientes espirituales de entonces 26.
De su popularidad habla bien una nota del historiador del Colegio de San Gregorio en Valladolid, donde su autor estuvo de
colegial: Traan los manuales las nias de cntaro debajo del
brazo; las fruteras y verduleras los lean cuando vendan y pesaban las mercancas 27.
Este juicio, y la realidad que expresa, habla mucho mejor
del valor del libro que los juicios de los custodios de la ortodoxia
catlica. A Luis de Granada le acus el tambin gran telogo y
hermano de hbito , Me\chor Cano, de haber universalizado la
santidad hacindola obligatoria para todos los cristianos; de haber escrito en lengua del pueblo lo que tena que estar oculto:
las excelencias de la oracin mental. Esta crtica habla claro del
ambiente tenso que se respiraba en el siglo XVI espaol y dice
mucho en favor del libro del Padre Granada 28.
d)
Naci en Avila en 1515 en una familia cristiana de clase acomodada. Precozmente, mediante la lectura de las vidas de santos , descubri el sentido de Dios en su vida. Desde la adolescencia hasta su conversin definitiva (1528-1556) su vida sufre alternancias de fervor religioso y de tibieza. A los veintin aos
Teresa de Cepeda y Ahumada tom el hbito del Carmen en el
convento de La Encarnacin de Avila, donde profes al ao siguiente (1537). En 1562 inici en Avila la reforma del Carmelo
femenino en el convento de San Jos , que todava se conserva.
En 1568 la reforma se extiende a los frailes y, bajo su direccin,
San Juan de la Cruz comenz la nueva vida en Duruelo (Avila).
A pesar de ser una monja de clausura estricta, con permiso
26 M. BATAILLON, Erasmo y Espaa. Mxico-Buenos Aires, Fondo de Cultura Econm ica, 2." ed. aumentada y revisada, 1966, p . 592.
27 Gonzalo de ARRIA GA, Historia del Colegio de San Gregario de Valladolid, ed. de M. M .;' de Hoyos, JI , Valladolid, 1930, p. 48 .
2" Cf. crtica d e Ca no co ntra Granada. indirectamente, porque estaba dirigida contra los Comentarios sobre el Catecismo cristiano, de Bartolom de
CARRANZA, en F . CABALLERO, Conquenses ilustres, JI: Vida del ilustrsimo Melchor Cano, Madrid , 1971 , pp. 541 , 597,598-99.
2.
LA ESCUELA ESPAOLA
219
del General de la Orden, en 1567 inici una andadura fundacional que concluira poco antes de su muerte , acaecida en Alba de
Tormes (Salamanca) el 4 de octubre de 1582. Dejaba extendida
la reforma de la Orden entre las monjas en diecisis conventos,
despus de haber recorrido unos 7.000 kilmetros en el perodo
fundacional (desde 1567 a 1582). Ha sido la primera mujer declarada por el Papa Pablo VI doctora de la Iglesia , en 1970.
Pero la mejor herencia que nos leg fueron sus escritos de espiritualidad, a los que debe principalmente su fama de maestra
y doctora. Sus obras son caso nico para el anlisis de la lengua
castellana en perodo de evolucin, porque refleja un carcter coloquial: es literatura hablada. Pero aqu nos interesan sus obras
por su identidad espiritual y mstica.
En 1565 redact la Vida o Autobiografa, al que siguieron
casi de inmediato las dos redacciones del Camino de perfeccin.
Las Fundaciones vienen a ser la crnica de los conventos fundados por ella, desde el segundo, el de Medina en 1567, hasta el
ltimo , el de Burgos en 1582. Intercala en la narracin fragmentos de espiritualidad y de buen gobierno de sus comunidades. Finalmente, la sntesis doctrinal ms amplia y orgnica: las Moradas o El castillo interior, en 1577. Quedan otras obras menores,
como Meditaciones sobre los Cantares, Visita de descalzas, Constituciones, y un rico Epistolario conservado de 475 cartas, de las
14.000 que pudo escribir durante los quince ltimos aos de su
vida.
La espiritualidad de Teresa de Jess se resiste a todo intento
de sistematizacin. Ella es como un volcn en ebullicin permanente. La doctrina es el reflejo de un psicoanlisis personal en
constante vaivn; el pensamiento es claro generalmente, pero oscilante y digresivo, en oleadas de inspiracin volandera, al comps de una imaginacin frtil y de una amplia cultura aprendida
en libros y en el contacto con los grandes telogos, con las hermanas descalzas y con la amplia galera de personalidades que
la rodean. Ella es como una antena extendida en la geografa hispana que capta lo que se agita en el tiempo y el espacio. Por eso
ella no llama al siglo XVI Siglo de Oro, sino tiempos recios;
ni tiene una visin triunfalista de la Iglesia, sino que la presenta
en grandes tempestades.
Puestos a seleccionar elementos integradores de una espiritualidad teresiana, me quedara con los siguientes:
220
1.
La perfeccin cristiana
2.
La segunda conversin
2.
LA ESCUELA ESPAOLA
221
3.
El camino de la oracin
La puerta y la medida del progreso de todo el camino cristiano, segn explcita afirmacin de la Santa, es la oracin. Pero
oran>, en la espiritualidad teresiana, es un acto muy profundo
e incluye toda la vida de relacin con Dios, desde sus comienzos
en la inicial conversin hasta la unin plena . La ha definido como
trato de amistad (Vida, 8, 5). Orar, para Santa Teresa, es te29 Vale la pena leer Vida. caps. 9-10 y 23-24. Cf. Daniel de PABLO MARO
TO, Las cinco conversaciones de Santa Teresa de Jess, en La Vida Sobrenatural, 62 (1982), pp. 340-349, 401 -411. Juan Ignacio UGARTE GRIJALBA, La segunda conversin. Estudio de la renovacin espiritual en Santa Teresa de Jess,
Lima, Facultad de Teologa, 1979.
222
4.
La experiencia mstica
2.
LA ESCUELA ESPAOLA
223
de Dios que se comunica libremente y del misterio de la vocacin del hombre que recibe el don 31.
5.
6.
224
7.
El camino de la humildad-verdad
ALvAREz,
Santa Teresa y
2.
LA ESCUELA ESPAOLA
225
que la verdadera humildad es la principal (virtud) ... y las abraza a todas (Camino de perfeccin, 4,4) 34.
8.
e)
Naci en Fontiveros (Avila) el ao 1542, el ltimo de tres hermanos, de un matrimonio modesto y buenos cristianos. Hurfano de padre en la primera infancia, pas por la experiencia de
una pobreza extrema. En Medina del Campo (Valladolid), villa
prspera de Castilla, residi durante trece aos, y all sirvi a
34 Cf. Daniel de PABLO MAROTo, Los caminos de la verdad en Santa Teresa , en La vida sobrenatural, 64 (1984), pp. 321-335. Id., Modelos espirituales, 2: Santa Teresa de Jess , en Nuevo Diccionario de Espiritualidad, Madrid,
P;ulinas, 1983. pp. 953-955.
226
2.
LA ESCUELA ESPAOLA
227
De hecho la actividad de escritor del Santo est muy reducida, prcticamente los aos 1578-1588 (treinta y seis-cuarenta y
seis aos) , y esto de modo muy circunstancial. Quien valora a
San Juan de la Cruz por sus escritos -sigue diciendo Federico
Ruiz- queda sorprendido y casi decepcionado . Dedica meses
enteros a trabajos de albailera que hubiera podido hacer cualquier otro fraile con menos talento; consagra largas horas de direccin semanal a personas devotas que apenas saben el catecismo. Yen cambio deja sin terminar o mal arreglados grandes tratados de valor universal 35 .
Juan de la Cruz es un escritor mstico, en el sentido de que
lo expresado en sus obras son experiencias religiosas. El mstico no es un escritor religioso que trata temas de religin, sino
una persona que hace una experiencia de lo divino y, conmocionado por ella, la cuenta con muchas limitaciones porque la experiencia mstica de por s es inefable.
Obras. Adems de su obra potica (diez romances , cinco poemas, cinco glosas, dos letrillas) y algunos escritos breves (Cautelas, Avisos, Dichos de luz y amor), escribi cuatro grandes
obras.
Subida deL Monte CarmeLo, en tres libros , que no concluy.
Noche oscura, en dos libros, tambin inconclusa. Ambas forman
una unidad temtica y pueden considerarse como una sola. Cntico Espiritual, redactado dos veces , sntesis bellsima del camino espiritual cristiano , dedicado a la Madre Ana de Jess, carmelita descalza . Llama de amor viva, tambin en doble redaccin, sobre los ltimos grados del amor , sta a peticin de una
devota seora , Ana de Pealosa. Las cuatro obras del Santo tienen un esquema potico porque son comentarios a los poemas
compuestos con anterioridad. Cntico es quiz la obra ms unitaria , con un recorrido completo de la vida espiritual. Subida y
Noche se intercalan en el proceso de madurez cristiana, y Llama
culmina las experiencias msticas. Un Epistolado demasiado breve -unas 34 piezas contando los fragmentos- completan el magisterio escrito del Santo.
Curiosamente las obras de San Juan de la Cruz tuvieron origen en el magisterio oral , cosa evidente en Subida-Noche y menos clara en Cntico y Llama. Jos Vicente Rodrguez, uno de
Introduccin genera)" a Obras completas de San Juan de la Cru z, Madrid , Editorial de E spiritualidad , 1980, pp. 16-17.
35
228
1.
2.
2.
LA ESCUELA ESPAOLA
229
Biblia y experiencia
El sistema sanjuanista tiene una fuerte fundamentacin bblica y experiencial. Dicen algunos testigos que saba la Biblia de
memoria y que en su celda no tena ms libros que la Sagrada
Escritura. Se dice a veces que los msticos espaoles no conectan con el misterio objetivo del cristianismo ni con sus fuentes
(Escritura, liturgia, Tradicin), sino que analizan estados de conciencia en los que experimentan el misterio divino. Por supuesto
no est desarrollada en la obra de San Juan de la Cruz la espiritualidad litrgica, pero en su vida privada la vive; y podemos
comprobar que la experiencia descrita corresponde a otros testigos bblicos, especialmente San Pablo y el Evangelista Juan.
De hecho, en la descripcin de la experiencia se preocupa de confirmarla con textos de la Escritura, sobre todo en los textos del
Nuevo Testamento 37.
3.
Es lo ms importante en el sistema sanjuanista, su preocupacin primordial. Todo lo escrito tiene sentido si ayuda al hombre a conseguir su destino, si el cristiano -por su medio-- realiza en su vida el plan de Dios. Juan de la Cruz propone al hombre una meta altsima: la unin transformante con Dios, la divinizacin, como expusieron los antiguos Padres de la Iglesia siguiendo el realismo del cuarto Evangelio.
El prefiere la palabra unin a otras, como santidad, perfeccin, que dan la impresin de abstraccin. La unin es palabra
inequvoca. Al comienzo de la Subida escribe: contiene el modo
de subir hasta la cumbre del monte, que es el alto estado de perfeccin, que aqu llamamos unin del alma con Dios (1 S, argumento). La vida espiritual perfecta no es otra cosa sino posesin de Dios por unin de amor (Llama, 2,32).
37 Jean YILNET, Bible et Mystique chez Saint lean de la Croix, Pars, 1949.
Es famosa e injusta la acusacin a los msticos espaoles que hizo Hans Urss
Yon BAlTHASAR, Teologa y santidad, en Ensayos teolgicos. 1: Verbum Caro,
Madrid, Cristiandad , 1964, pp. 242-251.
230
4.
5.
Purificacin
2.
LA ESCUELA ESPAOLA
231
6.
Cristo mediador
Cristo es el que ilumina todo el proceso hacia la unin, objeto l mismo del amor teologal. En dos momentos importantes
del camino cristiano hacia la unin alude a la funcin de Cristo. El primero es para motivar la necesidad de la negacin purificadora (las nadas) siguiendo e imitando a Cristo que se anonada y aniquila muriendo en la cruz, donde hizo la mayor obra
que en toda su vida con milagros y obras haba hecho (2 S 5,
5-11). El segundo es para resaltar la supremaca de la fe y sus
contenidos sobre cualquier revelacin privada. Despus de
Cristo, Dios no tiene ms que revelar. Una palabra --condensa en uno de sus Dichos de luz y amor- habl el Padre, que fue
su hijo, y sta habla siempre en eterno silencio, y en silencio ha
de ser oda del alma (nm. 104 y 2 S 22, 3-7).
Pero Cristo no slo es el camino y el modelo, sino tambin
el consumador de la vida espiritual. En la mstica nupcial del San-
232
to, Cristo es el esposo del alma con la que consuma un matrimonio espiritual que conlleva la confirmacin en gracia, cumplindose lo que dice Pablo: vivo yo , pero ya no yo; es Cristo
quien vive en m (Cntico, 22, 3-6).
7.
Consumacin trinitaria
8.
Muerte de amor
2.
9.
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233
f)
234
2.
LA ESCUELA ESPAOLA
235
Corrientes y movimientos
Entramos aqu en otro mar sin riberas cada da mejor conocido, pero nunca tranquilo. Surgen nuevos datos histricos, las
interpretaciones novedosas no cesan. En una breve Historia de
la espiritualidad hacemos slo mencin de los principales, explicando su razn de ser y su implicacin en el desarrollo de la
espiritualidad .
a)
El erasmismo
El erasmismo es un movimiento religioso-espiritual y tambin cultural fundado en las obras de Erasmo de Roterdam , pero
que se convierte en una mentalidad de las lites religiosas del momento , amalgamada con otras corrientes y tendencias. Desde
que Marcel Bataillon public su grandiosa obra, Erasmo y Espaa, en 1937, la historiografa espaola se dej seducir por esa
especie de invasin erasmiana de Espaa. Los modernos estudios sobre el siglo XVI han demostrado que el erasmismo no
fue ni el nico movimiento espiritual ni el primero , ni siquiera
fue decisivo en el desarrollo de la reforma espiritual. Antes de
l y en simultaneidad cronolgica crecen otras tendencias autctonas como afluentes de la gran tradicin europea acrecida con
nuevas experiencias . El erasmismo es una de tantas voces de reforma como se oyen en la Iglesia en tiempos del Renacimiento ,
abogando por un cristianismo interior. Promociona tambin la
oracin mental y rechaza otros ritos externos y ceremonias. En
el orden social , fundndose en la metfora del Cuerpo mstico
de Cristo, que es el pueblo cristiano , aboga por la igualdad social, la libertad y la tolerancia, la individualidad de la persona, etc. , siendo ste un principio que poda resultar revolucionario en la poltica de entonces.
Erasmo es conocido en Espaa desde el ao 1516, cuando se
publica su Sermn del Nio Jess. Despus se publicaron otras
con las que sintonizaron bien los espirituales espaoles , al menos los espritus selectos: el Tratado de la oracin, Elogio de la
locura, Manual del caballero cristiano, etc.
236
b)
Los judea-conversos
Durante la Edad Media en Espaa haban convivido tres etnias y tres religiones: cristianos , moros y judos. Los Reyes Catlicos fundan la unidad poltica en la unidad religiosa, de ah su
poltica de forzar las conversiones a la fe cristiana o la expulsin
de Espaa . Muchos optaron por esta ltima solucin; otros se
quedaron y se convirtieron de corazn ; y finalmente algunos llevaron una doble vida: externamente cristianos por el bautismo
y las prcticas religiosas , pero internamente judaizantes. Los
conversos del judasmo , o simplemente los judos de raza, llegaron con el tiempo a ser o marginados o sospechosos de hereja. Gente potencialmente subversiva, en una palabra. Incmoda. Con el tiempo se exigir, para ocupar ciertos puestos, hasta
para ingresar en la clericatura y en las Ordenes religiosas, el famoso estatuto de limpieza de sangre , lo cual obligaba a la picaresca de comprar testigos, amaar los juicios en los tribunales
para dibujar un rbol genealgico de limpia sangre, y no manchada por marranos (judeo-conversos y moros).
Ante la purga de 1485 y la expulsin de 1492, muchos judeoconversos se ponen en guardia y se torna un grupo activo subterrneo , nunca asimilado en el tejido social y religioso de Espaa. Aparecen en todos los brotes de disidencia poltico-social
(como los Comuneros) o sociorreligiosa (como entre los erasmistas y protestantes). El problema de los conversos genera esa
edad conflictiva de la que han hablado los ms sutiles analistas del ambiente espaol del siglo XVI. Existe tambin un enmascaramiento de esos grupos en otros menos perseguidos, como es
el erasmismo.
c)
Los aLumbrados
Es el movimiento ms complejo del mapa espiritual de Espaa en el siglo XVI, muy confuso, en cuanto a creencias y praxis,
orgenes y fines, en la antigua historiografa, y ahora, con aportaciones venidas de los archivos, del mejor conocimiento del siglo, casi del todo clarificado .
2.
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237
42
cr.
238
d)
El protestantismo
El ya enrarecido panorama espiritual espaol viene a complicarse con la rebelin de Lutero en 1517. Desde 1519 los espaoles conocen el hecho, aunque todava de una manera nebulosa y confusa, pensando al principio que se trataba de una protesta alemana contra el poder temporal del Papa. Esa primera
confusin se manifiesta en los procesos de los condenados como
herejes: alumbrados y luteranos. En la primera mitad del siglo XVI los luteranos se han enmascarado en otros movimientos
-porque de hecho muchas ideas y prcticas se parecen-, como
los alumbrados y los erasmistas. Atizando la confusin en secreto estaban los judaizantes, que nutran , como dijimos, cualquier
disidencia para instrumentalizarla con fines polticos desestabilizadores .
El protestantismo espaol cobr un cierto auge y entusiasmo
en torno a los aos 1556-1560, con centros y grupos organizados
en torno a Valladolid y Sevilla. Ambos fueron ahogados en sangre en los Autos de fe de los aos 1559-1560 en esas ciudades.
Sobre el tema, cf. Daniel de PABLO MAROTO , Picaresca mstica en los
siglos XVI y XVII. Aportaciones del Padre Juan de Jess Mara, carmelita descalzo (1560-1644)>>, en AA . VV ., Homenaje a Pedro Sainz Rodrguez , IV, Madrid,
FUE , 1986, pp . 185-213.
43
2.
LA ESCUELA ESPAOLA
239
e)
La Inquisicin
La Inquisicin fue introducida en Castilla por los Reyes Catlicos en 1478, institucin religioso-poltica en manos de la Corona, para buscar, juzgar y condenar a los herejes que, segn la
concepcin del tiempo, desestabilizaban el orden constituido, y
por eso eran considerados como delincuentes. Ciertamente reprimi la hereja, pero cre un ambiente de temor generalizado,
ya que desde los plpitos, en los confesionarios, se comunicaban
los edictos de gracia, obligando en conciencia a los catlicos a la
delacin de los herejes a los tribunales. En aquel ambiente de
confusionismo de prcticas, de tendencias, de movimientos espirituales, cualquiera se poda creer obligado a delatar a sus vecinos. O aprovechar la ocasin para vengarse de los enemigos o
por otros intereses bajos. Es cierto que los tribunales eran severos para calibrar las acusaciones de los reos.
Por otra parte la Inquisicin controlaba de cerca cualquier
manifestacin religiosa de los espirituales, y sobre todo de los
msticos, que solan tener visiones, revelaciones, contacto directo con Dios. De hecho, casi todos los grandes msticos de este
tiempo tuvieron que ver con la Inquisicin, y algunos fueron condenados o sus libros colocados en el Indice de libros prohibidos,
como demuestra el caso del Indice de Valds de 1559. All van
a parar las obras de Francisco de Borja, Luis de Granada, Juan
de Avila, Bartolom de Carranza, Francisco de Evia, etc.
En cuanto a la influencia benfica o perniciosa de la Inquisicin en la marcha de la espiritualidad espaola contina siendo discutible. Aparentemente fren el impulso mstico, sacrific
la libertad de muchos escritores, hizo sufrir a muchos inocentes;
pero al fin, los grandes msticos escribieron sus obras, comunicaron al mundo sus experiencias , yesos escritos se divulgaron,
no obstante la Inquisicin. Queda como pura hiptesis lo que hubieran hecho sin esas trabas inquisitoriales. Pero al mismo tiem-
240
po queda sin resolver la otra hiptesis, que vendra a contrapresar el supuesto beneficio: Qu hubieran hecho los falsos msticos, los herejes, los falsos conversos, sin ese control, exagerado
para nosotros? Las preguntas y las respuestas quedan abiertas,
y quiz formen parte de ese acerbo de preguntas sin respuesta,
como son los enigmas de la historia. Lo que no debemos cometer, cualquiera que sea hoy nuestra opcin , son anacronismos histricos, queriendo que nuestros antepasados obrasen como
nosotros.
La decadencia
Una vez muertos los grandes maestros de las diversas Escuelas, los hijos y discpulos no son capaces de mantener el ritmo.
Se camina por inercia, se vive de rentas; los autores se dedican
a recopilar y sintetizar, al modo escolstico, las doctrinas de los
maestros. Las experiencias msticas se hacen raras. El caudal de
obras no decrece, pero s la calidad. Comienzan las disputas entre Escuelas, se forja una nueva mentalidad barroca, ampulosa
hasta en los mismos ttulos de los libros, como es ampulosa la
escultura y la arquitectura. Sensacin de grandeza, como expresin de una fe renovada, de una creencia que se quiere demostrar verdadera a base de presuncin y apariencia. La espiritualidad barroca es una espiritualidad de Contrarreforma. Los
grandes msticos del siglo XVI, los catlicos y protestantes, hablan parecido lenguaje de experiencia profunda de Dios, pero
distintas lenguas dogmticas. La decadencia espaola --en espiritualidad- comienza hacia 1600, no obstante la ampulosidad de
su prosa y la impecable arquitectura de los libros de los espirituales escolsticos. Ampliar estos conceptos en la Parte quinta.
2.
a)
LA ESCUELA ESPAOLA
241
Riqueza
Es rica en muchos sentidos: por la abundancia de temas tratados , tradicionales y renovados; por lo ocenico de la produccin y la difusin editorial, pocas veces igualada; por lo cualitativo de lo experimental, que no es lo nico en la historia de la
espiritualidad, pero s novedoso. Riqueza artstica, en cuanto
muchos autores son clsicos de la lengua .
b)
Popular
Inicialmente los escritores espirituales, aun los msticos , hablan al pueblo. Santa Teresa quiere que se trate en pblico de
los temas msticos para engolosinaT al pueblo con los dones
sobrenaturales de Dios. Y esto en un clima adverso al misticismo. No es una espiritualidad de lites, como pudo ser, de hecho, la espiritualidad renana y la de los reformadores humanistas. Es popular tambin en cuanto el pueblo participa de los intereses temticos de los grandes escritores, sobre todo el tema
de la oracin mental y vocal, las dos formas que los espirituales admiten contra algunos telogos oficiales, que aconsejan
slo la vocal, o contra ciertos corifeos erasmistas y alumbrados,
que slo aconsejan la mental. Popular tambin en cuanto escrita
en la lengua vulgaT , la del pueblo llano , que los escritores espirituales ayudan a madurar. Popular en un sentido muy peculiar: la galantera platnica del caballero, hombre del pueblo,
est bien compensada por la exaltacin religiosa. Popular, finalmente, porque universalizan la llamada a la santidad.
c)
Asctica y mstica
242
tros reyes (Isabel, Carlos V, Felipe 11). La asctica como didctica de un camino, como moralizacin de la vida: exposicin tematizada de las virtudes, del propio conocimiento, como camino
para la mstica. La mstica, como sueo supremo de una raza extremosa y soadora, descubridora y conquistadora.
d)
Psicologista
e)
Individualista y eclesial
f)
Apostlica y misionera
2.
LA ESCUELA ESPAOLA
243
Bibliografa
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
44 Visin panormica de la espiritualidad espaola del siglo XVI con abundantsimo material, casi siempre de primera mano , en M. ANDRS, La teologa
espaola en el siglo XVI, 11, Madrid, Edica , 1977, pp. 107-295 Y 507-611. Sobre
la religiosidad popular en la Espaa del siglo XVI, cf. Agustn REDONDO, La
religion populaire espagnole au XVI siecle: un terrain d'affrontement? , en
AA. VV ., Culturas populares, Madrid, Casa Velzquez-Universidad Complutense , 1986, pp. 329-369 .
244
9.
10.
11.
12.
13 .
14 .
15 .
16.
17.
18.
19.
20.
3
EL SIGLO XVII FRANCES
Francia no monopoliza el siglo XVII, pero es el centro europeo ms importante en la Historia de la espiritualidad, como lo
fue Espaa en el siglo XVI. Algunos llaman Escuela francesa
a todo ese perodo de florecimiento del siglo XVII, aunque con
ms exactitud es la Escuela del cardenal Brulle. Nosotros estudiamos las corrientes ms importantes , tanto ortodoxas como
heterodoxas.
Como causa remota del florecimiento espiritual cuentan las
influencias nrdicas y espaolas , acogidas en crculos devotos elitstas , por ejemplo el que se rene en torno a Mme. Acarie
(1566-1618), alma mstica, emparentada con la mejor sociedad
parisina y finalmente carmelita descalza con el nombre de Mara
de la Encarnacin. En este crculo se formaron las que sern primeras carmelitas descalzas en el suelo francs , sbditas de la clebre Ana de Jess , fundadora del Carmelo en Francia y Pases
Bajos 45 .
246
Corrientes espirituales
a)
En el crculo parisino de Mme. Acarie encontramos al capuchino Benito de Canfeld (1562-1610), su director espiritual , tpico representante de la llamada tendencia abstracta de la espiritualidad francesa de este siglo. Conocedores -l como los de
su crculo-- de la escuela afectiva franciscana (San Buenaventura , Herp , Alonso de Madrid), como de la mstica de las esencias
de la escuela renana (Eckhart , Tauler, Suso, Ruysbroeck), viven una experiencia religiosa que concluye en la unin del alma
con la esencia de Dios, con su voluntad, en el ltimo grado de
la vida espiritual, que l llama va supereminente o esencial ,
que otros msticos llamarn mstica contemplacin . A ella preceden otras etapas menos pasivas , ms ascticas, que corresponden a la vida activa o purgativa y a la vida iluminativa o contemplativa, que preparan el camino de la unin , mediante la abnegacin y el anonadamiento psicolgico , del entendimiento y la
voluntad. Su obra principal , La rgle de la perfection, sobre todo
en su tercera parte , la mstica , fue a parar al Indice en los tiempos revueltos del Quietismo.
b)
El Humanismo devoto
3.
247
llena de optimismo , de alegra, de gozo, de confianza en la naturaleza humana y en el futuro de la religin catlica. El humanismo devoto, como corriente o mentalidad, se hace pedagoga
en los colegios que fundan antiguas y nuevas Congregaciones religiosas, completando as el radio de influencia. En este sentido
el humanismo devoto sobrepasa la doctrina y la obra de San
Francisco de Sales. Era la respuesta, ms prctica que terica,
al pesimismo predicado por la Reforma protestante .
Ese humanismo devoto ha sido expuesto en las obras de
San Francisco de Sales, principalmente en dos: Introduccin a la
vida devota y Tratado de amor de Dios, autnticas joyas tanto
por su valor intrnseco como por la influencia que ha tenido en
la historia de la espiritualidad. Por ellas se le puede considerar
como un clsico. Importante es tambin su Epistolario (unas
2.100 cartas), casi todas de direccin espiritual, muchas a Santa
Juana Francisca Frmiot de Chantal, dirigida suya y colaboradora en la fundacin del Instituto de la Visitacin.
La doctrina de San Francisco de Sales es una convocatoria
universal a la santidad cristiana, propia de todos los estados
de vida y de cualquier condicin social. La perfeccin se mide
por los grados del amor que se manifiestan en el cumplimiento
de la voluntad de Dios. Uno de los puntos capitales es la de la
santa indiferencia o abandono confiado en las manos de Dios
Padre. Cristo es el modelo supremo; por eso el cristiano, laico,
religioso o sacerdote, tiene que imitarle, como exigencia del bautismo, en el ejercicio de las virtudes.
La oracin, junto con la presencia de Dios, es un ejercicio
principal de la vida espiritual, siguiendo de cerca las enseanzas
de Santa Teresa de Jess. Como para la santa castellana, la oracin es ejercicio de amor, es dilogo en el sentido ms exacto de
la palabra -intercambio de palabras, afectos, sentimientos , entre Dios y el orante-, tiene grados y crece desde la simple oracin hasta la unin total con Dios.
No est ausente del camino espiritual la obra purificativa de
Dios mediante las <<noches, que San Francisco de Sales traduce
con los trminos de desolacin y dereliccin.
La llamada universal a la santidad no significa la identidad
del camino para todos los estados de vida; cada uno usa de los
medios dependiendo de sus obligaciones familiares, sociales o religiosas. En esto el autor se manifiesta equilibrado, y aqu ~ui
z- radique su xito y su perenne vigencia y modernidad.
248
c)
El cardenal de BruIle, de noble familia, es el ms tpico representante de la llamada Escuela francesa . Fue uno de los
que frecuentaban el crculo devoto de Mme. Acarie y all encontr al que sera muchos aos su director expiritual, el cartujo parisino Richard Beaucousin. En esos aos jvenes perteneci a la
Escuela abstracta, pero despus profundiz en una piedad cristolgica, que es lo que le define en la historia de la espiritualidad. Influjo este ltimo de las carmelitas descalzas?
Brulle, adems de cierta colaboracin en asuntos polticos,
es un personaje activo en varios frentes. Fund el Oratorio de
Jess como Congregacin religiosa, cuya influencia se dej sentir en la direccin de los seminarios. Introdujo a las carmelitas
descalzas en Francia, de las que fue nombrado visitador perpetuo, y su actividad en este campo contina siendo controvertida. Escribi obras importantes de espiritualidad, como Breve discurso de la abnegacin interior, publicado en 1597; Discurso del
estado y las grandezas de Jess, en 1623, completado despus con
una segunda parte en 1626, aunque sigue siendo un proyecto inconcluso , y otras muchas.
La doctrina espiritual beruliana se basa en una profunda aceptacin del misterio de Dios que el hombre hace viviendo en una
dependencia constante y absoluta, como creatura y creatura redimida. Esta experiencia de dependencia confiere a su
espiritualidad un carcter teocntrico y cristolgico al mismo
tiempo. Dependencia natural y sobrenatural, la primera indestructible, la segunda slo por el pecado. Obligacin del hombre
es vivir en adoracin perpetua de la Trinidad como respuesta de
amor.
Este grandioso arranque de la espiritualidad beruliana queda
eclipsada ante la idea central de su pensamiento: la Encarnacin
del Verbo, que es donde adquiere su mayor originalidad. El cristiano, consciente de ese misterio acaecido en la historia y en cada
bautizado , debe vivir inmerso en el misterio de Jess. BruIle
profundiza como pocos en el aspecto de anonadamiento del Verbo en la carne de Jess de Nazaret. La Humanidad de Jess, anonadada, sin subsistencia propia por la asumpcin del Verbo, es
ejemplo, modelo del cristiano que entrega a Cristo todo su ser.
Se hace pura capacidad receptiva. Y el Verbo, posesionndose
3.
249
250
a)
3.
251
- Comelio lansenio (lansen) (1585-1638), profesor de Lovaina y obispo de Ypres, autor de una obra que impuls todo el
movimiento , el Augustinus, publicada en Lovaina en 1640, dos
aos despus de la muerte del autor.
- lean Duvergier de Hauranne (1581-1643), contagiado de
las ideas de Jansenio, se dedic a una campaa activsima mediante la direccin espiritual, el trabajo pastoral y la difusin doctrinal con libros , folletos y cartas. Es ms conocido con el nom~6 En chiridion Symbolorum, DSch, nn . 2021-2065 .
~7
lb ., nn. 2101-2165 .
252
Configuracin doctrinal
3.
253
Secuelas espirituales
El jansenismo ha sido uno de los movimientos ms influyentes de la historia y sus secuelas se perciben en los campos ms
variados, como en la teologa, la espiritualidad, la poltica y la
254
3.
255
El quietismo y el semiquietismo
El jansenismo fue una crisis del ascetismo; el quietismo lo es
del misticismo; un brote ms dentro de la evolucin heterodoxa
de la mstica.
a)
256
52
3.
257
nosotros, con una cierta aniquilacin del alma; ausencia de reflexin en la oracin y ejercicio de oracin de quietud y de fe;
rechazo de la devocin sensible, de las devociones a la Virgen o
a los santos; ciertos actos carnales no son pecado en cuanto provocados por el demonio; en los estadios superiores de la vida espiritual se hace innecesaria la confesin, etc. 53.
b)
La crisis semiquietista
258
Bibliografa
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ESPIRITU ALIDAD
DE LOS HERMANOS SEPARADOS
Si hemos llamado a los siglos XIV-XVII poca de las reformas, quedara incompleta esta exposicin si no mencionramos
la espiritualidad protestante. Tambin ellos se creen deudores
de la gran tradicin cristiana; por eso el Concilio Vaticano II
los llam hermanos separados, reconoci los vnculos de fraternidad con los catlicos, inst a los telogos e historiadores a
profundizar en sus respectivos campos , impulsando el movimiento ecumnico, todava en marcha . Pero no tratamos el
tema por motivos de oportunidad , ajena a la ciencia, sino por
sus valores internos , que tienen que ser tambin conocidos por
los catlicos.
Encuadre histrico
260
ratura aparecida con motivo del quinto centenario de su nacimiento. La polmica religiosa, con su carga de exaltacin y de
repulsa, fue tan intensa, como lo exiga un acontecimiento de tal
magnitud, que enturbi hasta los mismos hechos histricos del
Reformador alemn. Y sin hechos seguros, histricamente fijados, cualquier interpretacin fracasa. Este es el caso de Lutero.
Hoy los historiadores, contra otros intentos de interpretar a
Lutero desde la psicologa o la biologa, la moral o la teologa,
estn intentado situarlo en su ambiente, en su siglo, en su Alemania nativa, en su regin sajona, en el clima familiar, estudiantil y monstico. Lo que se afirma de Lutero y su interpretacin
justa se aplica al luteranismo como teologa, como propuesta de
reforma de la Iglesia, como Escuela de espiritualidad y de piedad cristiana. El historiador no puede admitir semejante limitacin de las perspectivas (estudios psicoanalticos o psicohistoria). El error ms grave de los psicoanalistas consiste en separar
al Reformador de su poca, en aislar su caso individual, por muy
interesante que pueda ser. Si la doctrina de Wittenberg alcanz
tal xito, evidentemente fue porque no slo responda a las aspiraciones de Lutero, sino tambin a la de gran nmero de fieles. Con esta perspectiva, no es a Lutero propiamente a quien
hay que psicoanalizar, sino a su poca 56.
El punto ms doloroso, por lo que respecta a la espiritualidad, es la angustia con la que se vive el drama de la propia salvacin o de la condenacin, sobre todo en Alemania, como expuse en el captulo primero de esta Parte cuarta al hablar de la
religiosidad popular del Otoo de la Edad Media.
Lutero encarna la angustia de un pueblo y, debido a su temperamento profundamente religioso -hambriento de Dios,
como le ha definidio el Padre Villoslada-, explosiona encarnndose en un sistema teolgico-espiritual fundado en una interpretacin de San Pablo, en el que se resuelve el drama personal en
la misericordia de Dios, asumida en la fe, no en la colaboracin
del hombre.
La gran experiencia liberadora es un proceso existencial, pero
tiene, en la conciencia tarda de Lutero, un momento preciso que
los historiadores han denominado la Experiencia de la Torre,
es decir, una experiencia religiosa (mstica?) tenida en un lugar
(torre) del convento agustiniano de Wittenberg. Lutero la expli56
Jean
DELuMEAu,
4.
261
c en el ao 1545, un ao antes de morir, cuando escribi el prlogo para la edicin de sus Obras completas. Como la experiencia tuvo lugar posiblemente entre los aos 1513-1518, y el relato
est escrito bajo la impresin de muchos acontecimientos posteriores, no todo lo que l narra es de fiar, pero s el dato
fundamental:
Odiaba la expresin "justicia divina" ... en virtud de la cual
Dios es justo y castiga a los pecadores e injustos.
A pesar de que mi vida monacal era irreprochable, me senta pecador ante Dios, con la conciencia la ms turbada, y mis
satisfacciones resultaban incapaces para conferirme la paz. No le
amaba , sino que cada vez aborreca ms al Dios justo, castigador de pecadores ...
Hasta que al fin, por piedad divina, y tras meditar noche y
da, percib la concatenacin de los pasajes: "la justicia de Dios
se revela en l", conforme est escrito: "el justo vive de la fe".
Comenc a darme cuenta de que la justicia de Dios no es
otra que aquella por la cual el justo vive el don de Dios, es decir, de la fe, y que el significado de la frase era el siguiente: por
medio del Evangelio se revela la justicia de Dios, o sea, la justicia pasiva, en virtud de la cual Dios misericordioso nos justifica
por la fe, conforme est escrito: "el justo vive de la fe".
Me sent entonces un hombre renacido y vi que se me haban franqueado las compuertas del paraso. La Escritura entera
se me apareci con cara nueva 57.
La interpretacin de los textos paulinos, nada novedosa por
cierto, como lo han demostrado los estudios sobre la exgesis patrstica y medieval, que solucionaba un problema de conciencia
individual, la de Lutero, se converta en tesis universal, en sistema doctrinal , en movimiento de masas. Las fuerzas polticas,
sociales, econmicas , culturales, religiosas y espirituales del ambiente han jugado una baza imprescindible. Ese sustrato plural
del tejido sociolgico previo y contemporneo ha sido muy estudiado para explicar el caso Lutero, que es el caso de su
generacin, como ya indicbamos. La interpretacin de San Pablo que haca Lutero, asumida por el pueblo, desencaden un
51 ef. en Tefanes
pp. 370-371.
E G IDO ,
262
Espiritualidad luterana
La piedad o espiritualidad luterana se funda en una visin renovada de la teologa, de la que viene a ser una consecuencia .
La teologa una vez ms se haca vida, camino de la fe. La sntesis es difcil de hacer, dado el volumen de la produccin del Reformador y sus discpulos. Breves sntesis, elaboradas por los
mismos protestantes, son: La Confessio Augustana (del ao
1530), obra ms bien de Melanchton, completada despus con
la Apologa (de 1530-1531). Lutero mismo public los Artculos
de Esmalcalda, a peticin de Juan Federico de Sajonia, en 1537;
adems el Catechismus maior y el Catechismus minar. Los principios fundamentales son los siguientes:
a) Total corrupcin de la naturaleza humana. Falta de libertad para hacer el bien. El hombre obra mal necesariamente.
b) El pecado est en el hombre y se manifiesta en su concupiscencia, que no es slo el instinto sexual, sino el egosmo, la
tendencia al mal. Ese pecado no se puede eliminar del hombre,
porque se confunde con sus instintos. En consecuencia , si el pecado es ofensa de Dios, el hombre es siempre rprobo, sobre l
'" Estudio suficiente y sugerente de los antecedentes y su influjo en el nacimiento y xito de la Reforma luterana, cf. en Ricardo G. VILLOSLADA , Races
histricas dellweranismo, Madrid , Edica, 1969.
4.
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6"
ef. lb. ,
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tntica joya de su espiritualidad. En realidad, es una recopilacin de oraciones hechas con textos de la Biblia y de los Santos
Padres , comparable -segn algunos- a los Soliloquios de San
Agustn o a las Exclamaciones de Santa Teresa. La oracin privada se dirige a Dios como alabanza, adoracin, peticin de perdn , partiendo del reconocimiento de la propia miseria que tiene que ser colmada por Dios. La obra revela el sereno misticismo y la vena lrica y potica del autor, sin perder nunca las resonancias originarias bblicas.
John Donne (1573-1631), conocido poeta que escribi una
obra titulada Devotions, meditaciones y oraciones para prepararse a bien morir. Las oraciones dirigidas al Padre por medio
de Jesucristo manifiestan, con profundo lirismo , los deseos de
un alma que quiere ver a Dios y aprovecha la enfermedad , la
vida entera , para conseguirlo.
Jeremy Taylor (1613-1667) , el ms grande mstico y estilista
de la lengua inglesa. Su obra principal es Holy Living and holy
Dying (Vivir y morir santamente), comparable a la Introduccin
a la vida devota, de San Francisco de Sales. Taylor es el mstico
del amor , cuyas exigencias previas para conseguirlo recuerdan
pginas de San Juan de la Cruz. Por ejemplo, esta pgina:
Suprimir todos los amores sensuales y terrenos , porque stos desacralizan el amor puro y espiritual. Toda afeccin desordenada a las cosas de este mundo y todo apego al pecado son
otros tantos enemigos del perfecto amor de Dios.
Refrenar la imaginacin y la fantasa.
Desterrar la solicitud y el cuidado de las cosas de este mundo y la multitud de los negocios temporales ...
Conversar con Dios mediante una oracin frecuente .. . Dirigirnos a Dios frecuentemente con oraciones, jaculatorias y comuniones espirituales 70.
La obra de Taylor, aunque de honda inspiracin mstica, es
tambin un buen manual de asctica, de piedad popular, aunque evita cualquier resonancia catlica por haberla escrito en
el perodo puritano de Cronwell. Sin embargo, no puede reprimir sus deseos de unidad y ecumenicidad de todos los cristianos,
como lo demuestra la siguiente oracin:
70
271
Un captulo especial, dentro de la Histeria de la espiritualidad, merece la espiritualidad de las Iglesias orientales separadas
de Roma desde el ao 1054, unidas de modo artifical y pasajero
en un solemne decreto del concilio ecumnico de Florencia
(1439), de efmeros resultados por la conquista de Constantinopla por los turcos en 1453.
Esas Iglesias continan siendo hermanas, alimentndose en
las mismas fuentes que la espiritualidad catlica, como reconoci el Concilio Vaticano 11.
No debe olvidarse tampoco que las Iglesias de Oriente tienen desde su origen un tesoro, del que la Iglesia de Occidente
tom muchas cosas para su liturgia, su tradicin espiritual y su
ordenamiento jurdico. Y se ha de estimar como es debido el he71
Cf. en CWIERNIAK,
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276
po, pero siempre en accin, a fin de explicar la verdad conservada en la tradicin 77.
Aprecio del misterio y la trascendencia. Que el pueblo oriental est ms dotado para la contemplacin y conecta mejor con
el misterio y lo transcendente, con lo pneumatolgico y lo trinitario, no es desconocido por el historiador de la teologa y la espiritualidad. En el Concilio Vaticano II los Padres orientales hicieron notar un dficit de espiritualidad pneumatolgica en la tradicin occidental, que en el fondo equivala a juzgar y criticar la
dimensin racionalista y excesivamente intelectualista de la teologa que forz la separacin entre teologa y espiritualidad,
como es bien sabido y hemos citado en las pginas de esta Historia 78 . Esto no sucedi en Oriente. Como dice Evdokimov , la
tradicin oriental nunca ha distinguido netamente entre mstica
y teologa 79 . Es posible tambin que la unin de las Iglesias se
haga difcil habida cuenta de la diferente concepcin del misterio en una y otra confesin.
Es eminentemente monstica, por el influjo que el monacato
oriental ha tenido en la configuracin de su espiritualidad, pero
sin insistir demasiado en las diferencias de los tres clsicos estados de vida que tanto se desarrollaron en Occidente: monjes,
clero y pueblo (curas, frailes y laicos), sino en la identidad de fines y de medios, los mandamientos del Seor, que obligan a
todos los cristianos.
Una espiritualidad segn la naturaleza. Para los orientales
la naturaleza es todo lo que Dios ha plantado, creado y que
nosotros estamos obligados a cultivar 80. Por eso, las virtudes,
aun la caridad, son naturales y los vicios, los pecados, las pasiones malas son elementos contra naturam, que son los nicos
que hay que destruir. Para un oriental, la espiritualidad consiste
en la transformacin por el Espritu del alma y del cuerpo. La
santidad consiste en superar la imagen de Cristo, que tiene el
hombre como creatura, y llegar a la semejanza de Dios por
amor.
P. EVDOKIMOV, L'amour jou de Dieu, Pars, 1973 , p. 4.
P. EVDoKIMov , La nouveaut de /'Esprit, Bellefontaine, 1977, p.22.
79 P . EVDoKIMov, L'ortodoxie, Pars, 1965, pp. 195-197.
HO T. SPIDLfK, Oriente cristiano, en Nuevo Dicionario de Espiritualidad,
Madrid, Pa ulinas, 1983, p. 1025.
77
7H
4.
277
La oracin continua, la oracin del corazn. Oriente desarroll en sus monasterios y practic despus el pueblo la oracin
continua, que es oracin de Jess porque contena la repeticin frecuente del nombre de Jess a modo de jaculatoria; y
oracin del corazn por el mtodo que aconsejaba el recogimiento del orante en su corazn acompaado de unas posturas
especiales del cuerpo y una respiracin acompasada mientras se
recitaba la invocacin a Jess. La antigua tradicin monstica
fue recogida por Si men el Nuevo Telogo, Gregorio el Sinata,
las Centurias de los monjes Calixto e Ignacio, pas a la Filocala
y finalmente a los Relatos de un peregrino ruso. En l se alude
al mtodo psicosomtico de la oracin del corazn:
Sintate solo y en silencio. Inclina la cabeza, cierra los ojos,
respira dulcemente e imagnate que ests mirando a tu corazn.
Dirige al corazn los pensamientos de tu alma. Respira y di: "Jess mo, ten misericordia de m. " Dilo moviendo dulcemente los
labios y dilo en el fondo del alma. Procura alejar todo otro pensamiento. Permanece tranquilo, ten paciencia y reptelo con la
mayor frecuencia que te sea posible 8 1.
La espiritualidad csmica. El mundo, lo material, ha tenido
mala prensa en la tradicin espiritual de Occidente que, fundndose en antiguas teoras neoplatnicas , dedujo la necesidad de
prescindir de lo corpreo, imaginativo e intelectivo para considerar a Dios en su sola divinidad. Esta corriente filosfica influy en toda la mstica oriental y occidental. Pero en Oriente se
desarroll tambin una especie de cosmologa espiritual segn
la cual el cosmos es mediacin contemplativa y reflejo de lo divino; tambin impone al espiritual la obligacin de espiritualizar
la materia , de divinizar el mundo.
Una forma de expresar la divinizacin de la materia es el icono, que testimonia la presencia de Dios en las formas visibles,
convirtindose en una especie de sacramento que significa la gracia y la comunica , al mismo tiempo que revela la verdad. Pintar
iconos es ejercer una especie de ministerio sacerdotal. El final
feliz de las luchas iconoclastas de los siglos VIII Y IX no es la victoria del arte de la pintura o la escultura, sino de la existencia
cristiana, un triunfo de la espiritualidad vivida, no simplemente
KI El peregrino ruso, Madrid, EDE , 1984, pp . 52-53. He tratado ampliamente el tema en D. de PABLO MAROTO , La oracin del corazn . Aspectos histricos y doctrinales, en Salmanticensis, 35 (1988), pp. 345-367.
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