Adoum Entre Marx y Una Mujer Desnuda PDF
Adoum Entre Marx y Una Mujer Desnuda PDF
Adoum Entre Marx y Una Mujer Desnuda PDF
)l((J
,
creacin
literaria
*
ENTRE MARX
y
MEXICO
ESPAA
ARGEN1INA
COLOMllIA
Si el hombre estuviera completamente desprovisto de la facultad de soar, si no pudiera de tiempo en tiempo adelantarse al
o sea que las cosas no han sido todava sino que van a ser, no
pasaron as sino que van a suceder ahora, en estas pginas, fUU#e
sabe cmo, no tienen n principio ni un orden otro que el que
t les des, e incluso la sucesin de renglones, de prrafos, de
pginas puede ser alterada porque, aunque inflexible en su
estructura, es deliciosamente arbitraria. Por eso sacas de la
mquina el papel en que habas escrito
Un ladrimugidolgubre que vena de la cala
un poco por divertirte, mientras aun es tiempo, imaginando el
gozo de los ledos de tu paisito que podran ahorrarse, despus
de esa frase, el resto del libro y decir cuando se ofrezca, en caso
de que llegara a ofrecerse: S, pero tiene influencia de )oyce, tal
como se ahorraron el resto de)oyce, y porque cuando se hallan
frente a un relato respetuoso del orden cronolgico o lgico o
gramatical, o sea respetuoso del orden a secas, jams se les
ocurre decir: Influencia de Zola o de Gorki -que no lo fueron
en su poca-, y haces una pelota que va a parar a un rincn del
piso, a un canasto, a la chimenea y, como si ya entraras a padecer
de veras, colocas otra hoja y creyendo que se ser el comienzo,
comienzas
Ir a venir )uannianuel?
sonriendo, pensando en los perspicaces que se lanzan sobre el
libro como gallinazos sobre la carroa: Igualito que Rayuela
comienza con una pregunta, como si Rayuela comenzara en
algn sitio, y hubieran olvidado que la primera huevada que
lemos en la escuela empezaba precisamente con "Decidme,
hijo, hay Dios?". Por eso, "S, padre, Dios hay", haces otra
pelotita, tomas otra hoja y nuevamente ests frente a la pgina
en blanco, o es ella la que se pone frente a ti y te provoca?, y
tratas de extraerte de adentro-simo la primera frase, sabiendo
que esa superficie vaca es el lugar donde te encuentras contigo,
te desafas y te desafian las palabras: la pgina es tu redondel y
no conoces aun el toro que te va a salir, y all tambin la hora de
la verdad es la hora de la soledad, cuando ests sin cuadrilla ni
nada, sin mujer ni nadie, y te juegas ntegro tu destino en cada
palabra de donde puede venirte la cornada, y no existe en la
9
10
El da 29 de Diciembre, en casa de
Margarita Arosemena, con permiso de doa
Genoveva y si el tiempo lo permite, se lidiarn
ocho horas de Orquesta de la ganadera
"Los Latinos", a cargo de los espadas
Black & White, Old Par, y Presidente.
Aqu una
foto de
soltera
12
munUDxmxmxmxmxmxmxmym'lJDXlllTlDDDTDunymymxmVDDDYJIlXm
15
16
18
19
del tegumento blando, el retrato del difunto, de Ivn el Terrible, pongamos por caso, y ah est la historia de las dos calaveras
de Schiller. Pero yo no soy antroplogo y hallo que todas son
.iguales, como si fueran calaveras de chinos. Yo mismo; si me
palpara en este momento el frontal, los parietales, las rbitas,
encontrara que me le parezco, tal vez soy su vivo retrato, no
podr negar que soy hijo suyo. Yo .nunca vi su retrato. Lo nico
que tena de l era una fotografa, porque no haba tarjetas
postales: una calle anchota noms, con palmeras a ambos lados,
casas de bareque, personas vestidas de blanco, otras vuelta con
sombrero, que paseaban parados en la foto, un coche de dos
caballos, una crus de tinta en una bentana del segundo piso,
estaban bajadas las persianas, haca harto sol y se ju amarilIando en la pared sobre mi cama; cuando yastaba en lescuela la
foto se cay encima de la almohada y le al revs "Aqu es donde
vibe y te piensa mucho Tu padre", y pens qustara haciendo
mi viejo detrs de las persianas. Pero antes de que se cayera -yo
tengo cinco aos en ese antes, porque Estados U nidos acaba de
imponer al dictador Jos Ubico en Guatemala-las tas cuchicheaban en la cocina y golpeaban de adrede las cacerolas desportilladas para que yo no entienda lo que decan ni oiga llorar a
mi vieja que pareca culpable de algo, no s, de l o de m. Eran
diez, escondidos, dice Juanmanuel, los otros, ca, eran dos noms, por la espalda mataron. Yo no tengo hacia mi padre ms
solidaridad que la que me inspiran todos los que aqu mueren
de muerte natural, americana, disparados por un soldado o un
polica. Cuando en la escuela, tirndome de la oreja, el cura dijo
delante de todos los compaeros: Qu ms puede esperarse del
hijo de un borracho, yo grit: Mentira, contrabandista, porque
ya haba comenzado a admirar la violaci6n de la ley. Lstima que
no hubiera sido bandolero, salteador de caminos, dinamitero,
porque me fue doliendo psrumamente lo que tuvo de comercio su oficio, me desapegaba de su fama pequeita pensando
que no haba necesidad de herosmo para terminar vendiendo
cosas. y me qued sin hroe, porque el abuelo se haba ido al
cielo haca poco. Tienes que quererlo porque es tu padre, deca
mam. Pero yo no poda, no saba cmo era. Era muy guapo, me
dijo una vez que se qued mirando nada por la ventana. Si ella
estuviera aqu ahora, como yo, sin los antroplogos, lo reconocera al guapo? Se acordara su lengua de estos dientes?
("...Hoy se le asigna, gracias a las pruebas de laboratorio con el
21
23
25
11. Para ser absolutamente honesto, t, el autor, deberas tener cojones suficientes y decir simplemente "yo", en lugar de
tratarte de t y reservar la primera persona al narrador y, a
veces, al personaje. Puedes responder diciendo que el recurso
no tiene nada de reprochable, salvo que es el que suelen utilizar
26
27
a] ni el narrador ni Glvez conocen a su padre: no lo necesitan, se bastan por s solos, aunque esto pueda suministrar a los
28
29
3i
sabe
Has vuelto por esa mujer dice mam
A ms de que es infalible en sus corazonadas era lidl preverlo
aqu la nica manera de concebir el futuro es prolongar el
presenpasado y a eso suele llamarse amor eterno a veces
y si uno ha vuelto al pas no tiene ms remedio que volver a la
misma marca de cigarrillos y es seguro que volver al mismo
murcielagario donde se renen los mismos amigos a la misma
hora a beber el mismo maltrago y hablar de las mismas cosas
sobre las mismas personas con la misma malalengua los mismos calcetines
y volver por pereza a la misma mujer
Yo s Bichito que un da me deDebera decir Vine porque me dio la gana
jars por otro pero eso no me
V'lne por verte 1e di19o
impide amarle, as como la certeza de la muerte no me impide
Mi vieja sonre porque sabe que no es vervivir.
IY comenzar otra vez todo de
dad y se entristece como una enamorada
nuevo desde el principio? No,
viejo, no hay tiempo para eso y
porque no es verdad
adems ya resulta montono.
Rosana le dir: Cmo as volviste? D
que fue por m, por nosotros, y l le dir: Claro, por ti, y ella
sonreir para que l vea cunto no le cree. O tal vez no sea as.
Tal vez lo contemple indagndole en la cara la verdadera razn,
como suelen mirar fijamente los cnyuges sobrevivientes que
sospechan para tratar de descubrir con quin. O acaso se apre.tar a l corno para que no vuelva a partir y l sentir esa mnima
generosidad de tenerla as, protegida a contrapecho, en la misericordia de ese regreso, en la comodidad cobarde y sin azar de
ese regreso, porque le conoce desde hace aos la depresin de
la clavcula y el sitio de la garganta donde deber, la zona exacta
de la espalda donde su lengua, la textura de las nalgas de otro
tiempo, el momento preciso para, ya penetrada de lengua y de
Yo s cundo vas a gozar, dijo
lenguaje -y el pelotas del Cretino que deBichito, porque escondes la caca: Ventajosamente mi mujer es frgida-, y
beza aqu en el hueco de mi
hombro, como si necesitaras que
se conocen los pasados y las manas y ella le
le proteja, como si huyeras yno
di
'
quisieras que le vean, y a m me
Ira -porque eso no fa'"11a nunca-: N
o se
gusta, de golpe te me vuelves
cmo he podido vivir todo este tiempo sin
pequeito, como si fueras un hijitomo,peroeneseratoyopreti, y le preguntar
despus: D, es lindo el
fiero verte los ojos alegres, feli,
ces, jvenes. Es raro, la genfe no
mundo, El pensar que basta un solo da
~i~:~a=~o~:,:~::: para convertir a una mujer de carne y
parecen torturados.
hueso -de cuerpo, vaya- en fantasma y que,
asimismo, basta un solo da para. Sabes cmo se deshace uno
32
mam
excepto los libros claro
cuando se los llevaron me pareci que recin te habas ido ms
que cuando te fuiste dedeveras
vinieron los policas me preguntaron por qu haba tantos
Son de mi hijo es profesor est en el extranjero l' no se ha
metido en poltica dijo ella
Entonces por qu no los tiene guardados en cajones ah? dijeron ellos
y comenzaron a tirar algunos por la ventana
En cajones porque mi vieja a ms del libro de misa no ha ledo
sino Amar con desobediencia y Genoveva de Brabante
Harasme el favor de llevarte tus libros no? y de dejar tranquila
a mi mujer, le dijo el Cretino, ahi se pasa todo el da leyendo,
hecha la intelectual dizqu, la cojuda, porque de no los tiro a la
basura -sin exceptuar ninguno, porque le ests haciendo dao.
tirarlos por la ventana pese a que el vicepresidente de una
repblica ha dicho que los libros son "el vehculo que intrnsecamente coaliga los ms erguidos elementos de posibilidad
en la prosecucin de las metas en que campea el espritu en
toda la excelsitud de su dominio subyugante"
osea que si nosotros no pudimos entender qu quiso decir
menos aun los borudos
pero ellos se cagaban en sus palabras con mucha mayor eficacia
Primero dijeron que slo buscaban la literatura subversiva
despus se pusieron a humillarme dice mani llorando
Vaya hijito que tiene dijo uno de los policas riendojeando un
libro
33
36
37
can
se
ca
do por
bru
nos
ma
#de
Te-he
con su voz rea de varn desesperado. Fue all cuando Gonzalo
se levant.
he
de
ri
plan.
#mis
#voz
das
tas
#so
#mi
#la
da
con
V que haba llorado quin sabe desde qu horas, por la vida que
llaman, tal vez la suerte o quin sabe, y trat de salir, tambaleando, queriendo
tu
vien
que
cuer
po
to
se
y-es
#que
es de
pu
aun
ma
voz
vo
tu
tu
ha
ce
tiem
nau
ga
fra
po
da
VI
da se
mi
ta que
se
por
Que-im
Llvame en seguida al excusado, grit y nos lo quedamos mirando en medio del vaco inmenso de silencio que se hizo, con
un len de rabia y de pena por la grabacin que estaba saliendo
formidable. El Rspido sonri compasivo-comprensivo y mientras aprovechaba la interrupcin para tomarse un trago dijo Eso
se puede borrar despus. Claro que no lo hicimos nunca, pero
cuando lguienes oyen la cinta y siempre hay alguien, algn
pendejo que se re diciendo Ese ya se cagaba, nos dan ganas de
romperle el alma a patadas. Volvi el Rspido al glosado entre
las dos estrofas y recomenz con la voz ms desesperada
res te-o
VI
mi
su
da se
ma
con
se
ta que
por
Que-im
tu voz
#ti guo de
can
bus
do-el
co-an
ya-ex tin
gui da
e
que se haba tragado un rato antes con un trago de mallorca,
dicindonos como siempre, corno si tal cosa Salud, cholos, pero
ahora adhirindose
41
do-au
y-aun cuan
na
sen
no-exis
le ja
ti
te-o muer
da
ta
ser
de
fu .ma
la guir
to
t-has
da que
do
per
lo
jod, vieja, le dijo, ya me tom las pastillas. Bruto, le dijo ella
lor
gur ble
luz
mi
do
la
que-al
tn
na
#lu
nex
nun
mor
y-el a
re
que flo
na
ca
que
#ter
ce y
el a
42
nun
ce y
que
ca
#ter
mi
na
43
El COMERCIO
44
la praxis de la literatura
la ficcin real
la trasformacin del gnero
el arte-shock
la fidelidad a ru geografa
la creacin de lenguajes
la participacin comprometida
el cuestionamiento del arte
la novela como objetivo
la siruacin ahistrica
la desfatalizacin del artista
el rechazo de la tealidad
el arte como actitud
la destruccin del texto
la libertad en la ruptura
el consumo de esttica
la obra asimtrica
49
La escena del baile despus del juego de carnaval, a la luz de una vela:
personajes de Rembrandt pintarrajeados de harina, huevos, agua y
trago, en una pelcula de Buuel.
El Cuico expulsado de la escuela porque en misa dijo (y nunca aprendimos latn sino de odas) "Agnus Dei cltoris pecara mundi."
51
52
54
56
57
58
59
60
61
62
niendo sus huevos sobre hojas de mil aos las culebras, jadeando, retorcindose como un epilptico o una mujer enardecida, hasta vaciarse en el dios del agua, esa parda cicatriz que
cruza la mejilla del mapa y entra en la boca del mar como una
lengua que le llega hasta la garganta (usted cambiar esta palabrera, de la cual en cierto modo es culpable, por los eruditos
nombres de la geografa), Qu ms? Que me gusta que me pida
que le ayude, y que es como un pas lquido, hecho todo de
agua: corrientes subterrneas que uno detecta poniendo la oreja
contra la tierra para orle la flema en el ronquido, aguaceros que
no se secan nunca porque cuando escampa y el agua resbala
como un traje de novia desgarrado hasta las rodillas de la
montaa de piedra, ya cae otro ponindole nuevamente un velo
desde la cabeza, y van dejando un musgo hmedo sobre todas
las rocas y las cosas, manantiales que gotean en las concavidades
de la pea y que ya no asustan ni siquiera a las lagartijas. Y algo
mucho ms importante, reservado a la maestrita: el nico pas
de la canela que me interesa es su cuerpo, porque usted me
gusta mucho, sabe?" Las Aguas Milagrosas estaban al pie de la
montaa caliente, con su borbotn pesado y amarillo, como un
jugo de minerales, que llenaba, como si a travs de un acueducto kilomtrico viniera del Mar Muerto, una piscina para
nios. Pero no creas: todos los que estaban all eran viejos, que
se remojaban su silencio pensativo, sentados en el fondo, vestidos, pero cubrindose, como si hiciera fro y el agua fuera una
manta, la deformacin o la torcedura. Es increble, Mrgaramara, pero ya a esa edad lo que ms me impresionaba era su
orgulloso decoro: nadie mira de frente sino al frente o abajo, y
eso es altanera, porque se espan o se adivinan de reojo, con
una curiosidad de enfermos, bajo el pantaln o el vestido, la
protuberancia desmedida de un hueso o el hueco de la. rodilla
que falta. lo mo es hinchazn no ms, dijo una vieja volvindole las espaldas a una vecina que se recoga el traje bajo el agua
para verse un bulbo en el muslo. Yo estuve a punto de buscar
en esa comparacin intil la triste consolacin a una vergenza.
En torno a la piscina, alineados como en un pobre mercado ralo,
muletas, bastones, palos, un carrito tosco de madera con ruedas
y una soga para guiarlo, de esos que tenamos para resbalar la
cuesta de la estacin del tren.
Supongo que en esos casos se puede odiar a los parientes
sanos que, un poco ms all, bajo los rboles, en un picnic de
63
desconocidos, deca Glvez, coman snduchesy fruta, se contaban las penas, los remedios intiles, San Vicente bendito
contra los mdicos chambones. Y desde la segunda cura se iba
estrechando una amistad mentirosa, dndose hipcritamente
nimos y esperanza, slo para intercambiar huevos duros por
naranjas, pltanos por queso, y ya no hablaban ms de sus
enfermos estorbosos sino de cosas importantes: la llegada de los
gitanos que suelen robarse a los chicos, el vidente trotamundos
que predijo que habra otro terremoto antes de fines de ao.
Me parecan, cmo te dir, hombres de otro planeta, la piel
descolorida por las aguas, movindose como saurios, sonrendome con un solo diente, acercndoseme como si hubiesen
reconocido en m a alguien de su secta, masn, bahai, pederasta
o vegetariano, o como ganndose un nuevo adepto. Yeso no
era solidaridad, ni tena la desvergenza de los mendigos que se
acostumbran a exhibir sus llagas, sino que constitua un tonto
desafo al otro, cuya gravedad se exageraba con la mirada burlona, como si as pudiera uno componerse su avera.
No se preocupe mam, le dijo Glvez cuando se separ de
Margarita Mara, la nica vez que me consol poner fin a mi
futuro, fue cuando usted me llevaba a las Aguas a juntarme con
esa poblacin monstruosa, los compatriotas de la tara, que eran
la prefiguracin de mi propio futuro. U na vez me devor una
planta con tentculos, otra vez me trag uno de esos pantanos
que respiran como bestia dormida, y rod al fondo, ]ons de
selva adentro, tropezando con peascos y animales del cuaternario, encontrando al nico conocido, Pinocho, y la burbuja
ruidosa del lgamo se cerraba sobre m y usted no poda orme
el alarido.
A lo que s le tena miedo era a los indios, no los pacficos de
la feria del lunes sino los salvajes de taparrabo y plumas que me
cortaron la cabeza, me sacaron el hueso y, cabeza de mueco,
despus de tirar el resto a los perros tropicales, la colocaron en
una pared entre una flecha y una cerbatana. Lo importante para
m entonces era morir, de cualquier manera, pero no para dejar
de vivir, sino para que los otros, para que alguien se arrepintiera
sintindose culpable de algo, no s: las tas, por ejemplo, que
siempre discutan de nmeros y decan de mi vieja: Si pudiera
casarse, pero quin va a querer una mujer con hijo y menos
cargar con ese infeliz. O el padre que hizo a este infeliz, pero a
condicin de que viviera todava y llegara a enterarse de que era
64
66
que .lavar los pies del nuevo amo para que entre en su nueva
casa-, atrado por las lamentaciones sale a disuadirlo en media
calle, como un desconocido. "El mundo es triste, le dice, tienes
razn, la vida no vale la pena, pero he aqu que yo tengo una
hija, lgicamente virgen, que puede consolarte y darte descendencia." Pero a qu viene todo esto si nosotros no tenemos
orculo sino clases, y ustedes no estaban en Madrs y ramos
nios y)
Yo te esperaba a dos cuadras de tu escuela para que no te
vieran las monjas y te acompaaba a tu casa. Yo adivinaba
el momento en que ibas a aparecer doblando la esquina,
porque el corazn se me pona a temblar como si te hubiera
visto antes que yo. T me entregabas tu maletn de mimbre
con tus cuadernos y libros, y yo lo llevaba orgulloso porque
la agarradera estaba tibia de tu mano y eso era casi como
una contrasea. Me senta galn, pero cuando me vea a tu
lado pareca sirviente. Tu altivez no era todava la altanera
orgnica de la mujer que tiene un hermoso culo y lo sabe y
lo lleva consigo a todas partes, sino el orgullo por la casa en
que se vive. A tu lado, yo era tambin como este departamento: esos crmenes sanguinolentos que salen en los peridicos nunca se cometen en casas como la tuya sino en los
semitugurios de mi infancia: luz de bebida turbia, muebles
cojos, focos oscuros cagados por las moscas, zcalos de
humedad que descascaraba las paredes.
-Las casas tienen alma, decas, siempre hay alguien
adentro, todas las cosas tienen alguien adentro, hasta el
color blanco, lo que pasa es que no se le nota porque el
blanco es callado.
Tu casa fue el nico pas extranjero que conoc. Siempre
estaba recin pintada. A m no me gusta ese color, decas,
porque el rosado es la cobarda, no ves cmo no se atreve
a ser coloratlo? Y a m me dola la palabrota, siempre las
mismas letras grandes, siempre PUTA escrito con carbn
debajo de la ventana de tu hermana Nilda. Era un pas de
t con miel y mermelada y flores en la tarde, un pas de
alfombras por las que daba miedo pasar, ese miedo innato a
las fronteras que sienten los que llevan rotos los zapatos,
como un pasaporte falso. T estabas en todos los espejos,
mirndote en su medioda [los espejos se olvidan en se-
67
69
70
puerta con su burro. O junto al urinario, como para devolvrsela. Los ms grandes, de quinto y sexto grado, o los de nuestro
propio curso pero que eran buenos para los puetes, jugaban
hasta el momento en que sonaba la campana.-entonces caanmos a golpes y puntapis contra los que haban-mos esperado
cuarto de hora en la fila, sobre todo contra los que estaban
primeritos, y se abalanzaban a empellones para agarrar el ltimo
jarro de agua o ms que sea para derramarla a manotazos. O
arrempujando para ser los ltimos en entrar al excusado. Despus de los primeros das de clase, los nuevos ya no formaban
junto al grifo y se acercaban, medio como con miedo, solamente
cuando el indio estaba solo, porque los grandes eran pocos y
tomaban agua en cuanto comenzaba el recreo. Los chicos tampoco se atrevan a acercarse al excusado, no haba cola porque
los de sexto y los repetidores de ao se encerraban, los compaeros decan que para fumar, y un tal Velasregu, recin entrado
el pobre, una vez se ensuci en los pantalones cuando rezbamos en la capilla el rosario de la tarde. Pidi un permisito para
salir, despus rog Permisito pordiosito ya no me aguanto, se
volvi a mirarme llorando dicindome Qu hago ya me hago,
pero ya haba pasado la hora del recreo, y se hizo. En medio
padrenuestro se oy el ruido de la diarrea y su olor comenz a
llenar la capilla que hasta un ratito antes ola como siempre a
capilla: incienso y nardos. El cura vino hacia Velastegu casi
corriendo, le golpe con todas sus manos, como a bombo en
fiesta, lo sac a patadas de entre los bancos, y l, trompezndose
en las piernas de los arrodillados, cayndose y arrastrndose, iba
chorreando la caca que mirbamos asustados en lugar de contemplar la imagen serena de la Dolorosa. El cura volvi, sudando, al padrenuestro questsenloscielos y nosotros a las santamaramadrededios y cuando terminamos el rosario y nos santiguamos, nos hizo salir y formar en el patio, al Jacinto le
orden que desvistiera y lavara a Velastegui en el grifo, delante
de todos los alumnos de la escuela que debamos rezar de nuevo
la letana a la Virgen en desagravio por el sacrilegio, dijo, y
nosotros rindonos vindole especulumjusticie sedesapience
causadenostreleticie el culo verdoso y sucio de verde orapronobis el Velastegui llorando de rabia orapronobis tiritando de
vergenza, l tambin repitiendo orapronobis tapndose con las
manos las pelotas, el Jacinto lavndole tos pantalones y las
medias que se puso chorreando cuando termin la letana. No
71
nadie nos oa y, como si hubiramos sido adultos, nos reconcilibamos con el tipo de existencia que nuestra sociedad nos
impona, por miedo a ser enviados a la Direccin: le temblbamos a la regla de borde metlico con que nos pegaba el cura, a
las.ramas de rbol con que nos azotaba. Queramos la muerte
del cura Palacios, pero le besbamos la mano al cura Palacios,
mientras en el ltimo de los bancos de clase Frantz Fanon nos
miraba indignado.
Fabin Golms era el dueo de la pelota y decida quines
podan jugar, odiable como Dios. Era un ftbol ridculo, un
partido que jugaban metindose hasta veinte golesentre ellos
mismos, los ocho o diez que formaban su consorcio, su sociedad
annima, su equipo, su trust, hijos de propietarios de haciendas,
de grandes almacenes, de cargos pblicos. Los das en que
llevaba el baln, los dems no podamos jugar a los marros, ni a
las bolas, ni a los ~.O. Nos empujaban contra las paredes para
que despejramos la cancha, Fabin Golms nos insultaba y nos
pegaba, el seor Castro sentado en el poyo no intervena, el
viejo Pinto se paseaba leyendo, Konrad Lorenz nos observaba con
curiosidad. Solan reunirse en los rincones para que no oyramos de qu hablaban, en clase se mandaban mensajes doblados
que nosotros debamos hacer llegar a riesgo de ser sorprendidos
y castigados, a la salida se iban en grupo sin decirnos a dnde, se
hablaban en clave para que no los entendiramos aunque fue
fcil descubrirla cuando decan, por ejemplo, Vapamoponopos
apal cipinepe, pero entonces recurrieron a las letras de mano
que eran ms incomprendibles, y se rean sin contarnos de qu,
y tenan tiles nuevecitos, compases y tiralneas en estuches de
ciertopelo negro, cajas de 24 lpices grandes de colores, juguetes. Siempre tenamos hambre, tal vez ramos ms pobres Cel
ingreso per cpita ha aumentado en los ltimos diez aos a un
ritmo anual de") y estbamos creciendo, y ellos se pasaban el da
entero mascando chicles, chupando caramelos, comiendo dulces, y la jaura babebamos mirndolos, mientras una mitad de
membrillo frotado con raspadura que alguno de nosotros haba
llevado, Da una lamidita v no seas malo, pasaba de lengua en
lengua. Nos odiaban por nuestra hambre y nuestros pantalones,
nosotros los odibamos por sus golosinas y sus zapatos, tan
nuevos que siempre sacaban ellos las mejores calificaciones. El
viejo Marx saba que terminaramos dndonos de puetes, el
indio Jacinto trataba de impedirlo.
73
76
77
78
y le haban dicho a Mara Diabla que haban descubierto dnde estaba escondido.
de modo que me levant para contestar
Tranquilcese, doa Emma, si lo supieran no se lo
habran dicho
pero l me detuvo
(y era y,o quien tena ms necesidad de estar tranquilo)
no te molestes dijo
Pero entonces quin puede haber sido?
porque quin puede ser
Alguien que quiso prevenirla, o asustarla.
irene no llama nunca no se atreve
O ellos mismos para ver si se delata.
o alguien que recoge firmas
Pero si yo misma no s dnde est.
como si no hubiera otra forma de resistencia
Es mejor as, doa Emma.
o como si esos carajos supieran leer
Yo pasar a verla esta noche.
Fui a convencerme personalmente de que no corra
peligro. Le llev libros y cigarrilos como si estuviera
convencido de antemano o como si se tratara de un
preso. En cierto modo lo es. Lo encontr tranquilo,
ya casi acostumbrado a su-mi-nuestra impotencia.
Te acuerdas de esa vez, le dije, hace aos, cuando
haba ido a verte y son el telfono y cuando iba a
contestar me detuviste dicindome
no vale la pena en este pas no hay nada urgente que no pueda
esperar.
y tena razn, dijo, ya ves que ahora tampoco era urgente.
Pero ahora no te interesan la teora ni la tcnica literarias, ni
Painter ni Proust, no tienes ninguna gana de escribir, ms bien
cierto rencor contratigo mismo por ser lo que eres, cero a la
izquierda en los momentos decisivos y en los otros. Pero esto va
para largo (la dictadura y tu libro) y no puedes sentarte a la
puerta a ver pasar el cadver del imperialismo y entonces
ponerte a escribir, y no eres t el que va a asestarle el golpe de
gracia, t, ms impedido que tu personaje que, aunque pudiera
80
caminar, no puede salir. Si hubiera una oposicin; una resisten.cia organizada, cualquier cosa, acaso no estaras aqu, como toda
la vida, ante una mquina de escribir sino qu s yo. Para
justificarte recuerdas que frente a la barbarie y la estupidez
zoolgicas encaramadas en el techo del Poder, un libro tambin
puede ser un acto. Claro que ese tipo de libro y ese tipo de
actos ... Maana, tal vez, u otro da. Tomas el montn de
pginas que llevas escritas, con la intencin de releer algunas y
ver si as vuelves a "entrar en materia", pero las haces a un lado.
Abres de mala gana y al azar tu cuaderno de notas:
"EI hroe de la novela es la propia novela"
(c. Lvi-Strauss)
porque
"...para un novelista, la sociedad es un todo que no tiene
significacin, absurda, y que slo adquiere sentido al nivel del
individuo que sufre su poder de alienacin y trata de defenderse conscientemente o no contra ella,"
o sea que
"El papel principal del novelista es ayudar a su personaje a
convertirse en sujeto."
Todo eso est bien, est muy bien, por eso lo has copiado
Para tenerlo presente, pero de qu te sirve ahora, en esta
urgencia de actuar, en este desnimo de ser? Y en lugar de
hacer el verdadero desretrato del dictador o de imaginar las mil
formas de la venganza colectiva, caes sobre un personaje -le
toc al pobre Rspido- y sin que te diera motivo, como si eso
te consolara o remediara en algo lo que te pasa, vuelcas en l tu
rabia y comienzas a odiarlo. Entonces escribes o lees? una carta
que le habra dirigido a Glvez cuando public sus primeros
versos:
1 ahora contigo Galo, grand{s~ peJ.uo, que te haa estado tanto
tiempo con la gata cerrada. No, no. Me be equivocado. Tli relinchas
por qu{t_ &11& estas pajas (ya te las quitastesn. Pero bas te-
81
Ililto la _ o _i ocupada --DO l1."a ea to llillpD& -.la iIltaneilSD por 10 ele laa paj. .-- i DO h. . ptriilto coser la " 6 o l a (ae aeltS
1& -'quill8) para eacribir a eate pobre cholo de 1eIlpa dapicla que
~{a el a:me blaDda. Se te ocurre c:ada cnaa. que llO parece aillO que DO tllYieras 'lUIIla que hacer. Por q e.cribea veraoa? Para q .cribe. venna? Cren que arrealar laa palabras d. mito que
pareKan acertijoa ea hacer P088{a? Pletas UIl& choriUAla de palabras. i ya ..ti. Qu' te cr_a? Que todo el -..do ve a aauantarte
... eetupidez7 Si no airvea para panadero _
peD i no lo ha....
Q diabloa te pa. .? Por qu' publicas coa. . !ntu? Recuerdas
10 que coDVersib_ un da? Recuerdas. .otreta' Lo nico que la_nto . . que DO e.t aqu para iIl8ultarte cara a cara.
Vea.oa 10 que dicea:
"Hablo dude la aueia ..taci6a difuora de un cuarto . .trecho"
Bu&110 i qu" Va. a deeirllO. el dolor ele la Idaeria' Hai elH UIl&
contradicci6a: la radio que ea un adelanto cientfico . . . ahora, en .ate instante un objeto de lujo i de placer que aSlo pueden-perllitirae 10. buraue.e.. Unie:a-nt. la vanauardia burau. .a __ refiero a la literaria-- puede ver la . .tifora atribuy~ole a la
radio todo. lna factores ben'ficoa de que ello. sosan. En la URSS
a hai radio al .ervicio de la huaanidad. Pero t e.t'. aqut. i aqu las _jorea radio. 1.. tienen 10. arinaoa lperieli.tas i lo.
buraue.... 1 eao ea un hecho real. Ea UIl& eontradieeiSn. l.D6nde ..
t ' la bellesa arttaticaT La ...tifora e. forsada. e. hueca e. ce:
rebral.. intelectual. (No deda por ah! no . , qui_ que la inteli
aeneia era un privilegio de claae? Quiere. ezpliearme . .o? 1.1 de:
cirme taabi_ qu' aon lo. intelectualea? Ha&lo. te lo agradecera.
He .ervira de bastante.
''Mujer:
reclillemos la cabeza sobre nuestra alAohada de libro.".
De aeauro que prefieres lo. diccionarios. por que de lo contrario
c6.0 ca.prender!a ella lo que le digas. deaps de los versoa (?)
anteriores?
Pero --e. una vaina. yo soi _i curioao-- para q van a recostar
la cabesa sobre esos libros? Para "abrigarse con palabr....? Pobre
_ier la que se acue.te contigo, la cc.padesco. Ro sabes hacer el
aaor. Porque dime. el aaor proletario para .~ puro i bueno i - grande nece.ita de la incomodiclad? He parece haber ledo por ahi
que no es a. la cosa. En fin, all t.
1 habr!a otra cosita .as. El 8IIIOr no e. para eacribirlo i publicar
lo. El amor es como la comida. Se ama i es una funci6n vital. 1 se
e&hibe tan _1 COllO vos lo haces. 1 t ya est grandecito para esas pueteras sentimentales. No las vuelvas a hacer. Aprende a
ser gentecita. no? Pobre poesta proletaria en tus IIlIIlOS.
Saluda a tu aam. Dile que la seora sta que . . trajo al B1Ildo les manda saludos.
Te volver a ..cribir pero no vuelvas a publicar verao. de esa laya que indigeatan. Entiende. No hagas verso., DO hagas versos. que
no sirves para ese , Date cuenta d. la iJlpresi6n que _ habr causado que he escrito tan largo.
83
Jos Salvador
Tel. 381558
EL
PARTIDO
CON-
SERVADOR
84
el
DOS
prOViltOf
DOt
)06
-.0-
COD
COD
86
IDtho
COD
87.
ces indicared beloware wholesale... orders acepted from Hospitals or import agents only... mnimum order 12 items..."
Glvez alza sus ojos hacia el caballo que lo mira en una espera
perruna. Crees que podra encontrar aqu otros once como yo?
No, qu va, don Galo, como usted no hay naides. Glvez
sonre. Hace una pelota colrica con la carta. T sigues siendo la
mejor parte del animal que formamos. Arroja la carta pelotuda
por la ventana. Se perdona. Es el gesto, ms que las palabras:
Falcn sabe que se prolonga el destino complementario que
eligi.
Una tarde, pero esto fue antes porque Estados Unidos acababa de derrocar el gobierno de Jacobo Arbenz en Guatemala,
de esas en que tras largas horas de esfuerzo no se logra escribir
media pgina, corno J oyce, y ni siquiera suprimir una coma,
como Wilde, sino que uno sigue contemplando la superficie
blanca por la que pasan tenaces y provocadoras las ideas que no
se dejan atrapar y convertir en palabras, Glvez arranc la hoja
que fue a parar, junto a las dems arrugadas o rotas, con siete o
cinco renglones cada una, al canasto: basura pura, til slo para
probar lo intil del encarnizamiento o convertir en certeza la
duda sobre la propia capacidad frente al desafo del lenguaje.,..
Falcn, que haba estado rondando cerca, le dijo: No ha de ser
para el pedirico si rompe tanto, y si est con la brutez, por qu
no me da escribiendo una carta Para la Individua. Te enamoraste de ella, le pregunt Glvez. No s, dijo, cierto que no es
una telectual como nosotros y hasta tiene piernas de tonta, pero
en la cama es tan macanuda, don Galo, que le juro que dan
ganas de bajarse para aplaudir. No te pregunto eso, le sonri
Glvez, sino si la quieres de veras. No s, dijo, ver, all en
Alquez, tenamos un chivo y el lechero vena todas las maanas, y como era mi padrino, entraba a tomar caf y la mula se
quedaba afuera conversando con el chivo; un da ya no volvi
ms, y el chivo que saba ser juguetn se qued triste, ya no
haba que amarrarlo al palo, ya no brincaba ni quera comer ni
nada; as me siento yo desde que ella se fue a Cuenca. Pero
cmo quieres que le escriba si yo no estoy enamorado. No
importa, don Galo, ponga lo que se dice siempre noms. Tena
"Es como un hombre que tiene el odo fino y que toca mal el violn; sus dedos se niegan
a reproducir el sonido preciso del que tiene conciencia. Entonces las lgrimas ruedan de
los ojos del pobre rascador del instrumento y el arco se le cae de la mano..." (Nota de
Gustave Flaubert)
88
90
aristocracia del dolor en la poesa inglesa, la dignidad y concisin de su lengua que no se presta a la exuberancia ni permite el
patetismo. U na vez ms nos encontramos ante la relacin indisoluble nocin-palabra o, si prefieres, mentalidad-lenguaje, que
se da simultneamente tanto en su origen semntico como en
nuestros actos. La solucin encontrada por Falcn de Alquez
es la justa: escribir en fro, de lejos, desde el mismo sitio que
ocupa el lector comn, o como el arquitecto que debe calcular
la resistencia de los materiales y las proporciones del edificio,
aun cuando est enamorado, o con ms precisin aun si la casa
est destinada a la mujer que ama, justamente para que no se le
caiga encima.
Era la poca en que, no habiendo podido crear el Tal1er
Literario que propona Glvez para ganarnos la vida (y fue
mejor as, porque le habramos quitado a nuestra gente una de
las pocas oportunidades que tiene de rer, porque nos habramos puesto solemnes y no habramos sido capaces de escribir,
por ejemplo, esta joya publicada en todos los diarios:
r LA
GOBERNACION MILITAR
DE CHIbIBORAZO
Comulgando conlas inquietudes blancas y justas de la realeza Shiry-Espanola; enarbola su jdbiJo tricolor en el
asta del Coloso Rey, y, a la vez, explica su serenata connubia mediante la
la certera invitacin a todo el positivo esfuerzo de mantener altivo el honor impecable, la constancia perenne, la dignidad esbelta y la unidad
inmune a Jos embates del elUO, para
seguir coreando el magnificat del 21
de Abril
GLORIA A TI!, RIOBAMBA!
!
l
iIlCMorlMtrlllillr"aw.r..
JAIME E. CAST1WI G.
\
lene!. .. II/uIorl
92
IJ . . . . . . \1 w.n.NoI
BEUAI 1. mJ:Am;u
u.
96
97
Est bien, dice Glvez, sea. Digamos que estuve casado por
poco tiempo pero hace tiempo. Que fuimos durante algunos
meses la primera pareja de la tierra: inventamos el amor que
nadie conoca, lo hicimos porque no estaba hecho, descubrimos
que omne animal post coitum triste slo es verdad cuando se
trata del animal, es decir del que copula sin amar, ya que el amor
es eso que queda despus del coito. Luego comenzaron los
desencuentros: al principio nuestras discusiones y disputas slo
tenan lugar cuando estbamos fatigados, como si le diramos
una tregua al deseo para que pudiera rehacerse. Y llegamos,
como todos los dems, tambin nosotros, quin lo hubiera
credo, a hacer el amor a oscuras y sin hablar: estbamos casados. Supongo que nos pas lo mismo que a los otros, que a
todos. Pero para tu necesidad de esa mujer bastan los dos
corchetes entre los cuales se encierran esos aos lamentablemente conyugales.
[En "El Murcielagario", cuando ya se jugaban las partidas finales
de un Concurso de Cuarenta, con los apostadores y curiosos
agrupados en torno a la mesa ocupada por los cuatro jugadores,
el juez de tantos y el juez de aguas que serva el mallorca a los
que forzosamente iran a ser campeones y subcampeones, Glvez anunci Me voy a casar con la Mrgaramara. La piedra
form crculos concntricos de silencio y de asombro y el Men
se qued con su 5 en el aire cuando ya haba gritado Caida y
limpia deme cuatro seor juez. Eso no haba sucedido nunca, ni
siquiera algunos aos despus cuando el Trompudo, que escuchaba junto al radio el Informativo Noticioso de la Noche, grit
Se muri el Papa unagransiete, porque desde una mesa el
Huevas le respondi tranquilamente, mientras calculaba la carta
que poda echar sin comprometer el juego que vena arreglndose su compaero Y de qu te alegras pendejo si en seguida
han de nombrar a otro, y todos siguieron jugando porque sa
era una de aquellas muertes que interesan menos que una
partida de naipes. Haces bien hermanito, le dijo el Fakir despus de medio siglo de silencio, la Margarita Mara tiene un
aura celeste." El medio siglo se prolong llenndose de inco La miopk del Fakir era casi ceguera: tal vez por eso le resultaban claras lascosas ocultas
en lascosas. Hijo de un sastre que haba decidido que heredara su oficio, la miopa lo
salv para la poesa: "Yo no vea el camello,comentaba, peor el ojo de la aguja." Leapoco
en comparacin con nuestra bibliofagia: por eso saba ms que nosotros. Era transparente
como un ngel, y no vea la apariencia sino el smbolo. Era el nico de nosotros a quien
preocupaban el espritu y la superacin de la materia: por eso su poesa era alqumica.
98
99
100
101
paja que ocultar? Parece que Galo comenz a darse cuenta esa
misma noche, porque el trago y el baile les iban aflojando los
frenos de cautela que se ponan por lo menos cuando estaban en
pblico, y de la mirada equvoca iban resbalando poco a poco
hasta. Cuando termin Contigo en la distancia ella regres cariosa, demasiadamente, de la distancia, al sitio desde donde
Glvez; conversando con algunos camaradas viejos que no bailaban, la observaba entre la intuicin y el descubrimiento. Margarita Mara le sirvi un trago, le hizo una caricia apresurada en
el pelo mientras tomaba un vaso de cerveza, y volvi .. medio
como si paseara desganada por la sala, al lugar donde el Rspido
la esperaba, casi para encontrarla como por azar en el momento
en que empezaba T ti me acostumbraste, y la cosa sigui, acostumbrada, subiendo y bajando entre las mejillas y el vientre, y la
risa de ella, con el mentn apoyado en el hombro derecho de l,
tena algo de risa en la cama y, de vez en cuando, en las vueltas
del bolero, miraba (ella) a Glvez, al marido-no-como-los-otros,
con ojos de corderilla, pareciendo decirle Y yo qu puedo hacer
si no es mi culpa, porque siempre ha sido as, dice Glvez, el
consentimiento no es una culpa, ni siquiera despus de que
Hcuba increpara a Helena que pretenda haber sido raptada:
"Y quin oy tus gritos? Ya quin pediste auxilio?" Esa vez
el Rspido la llev del brazo hasta Glvez, dijo Ustedes no se
animan? a los camaradas viejos, encendi un igarrillo y en
cuanto la orquesta puso fin a un breve descanso para secarse con
pauelos sucios la transpiracin, la sac nuevamente a bailar. Ya
fuera por la audacia o la torpeza del deseo, el Rspido le acarici
fugazmente las nalgas, un poco antes o casi simultneamente,
inusual. "Cmo que nada, dijo casi furioso, cmo que nada. No viste que han derribado
un rbol? El pobre tena todava vivas las hojas temblando al sol." Fue a una fiesta en casa
del Cretino, bebi hasta que amaneci y al despedirse dijo: "Gracias, no?, pero no me
invitarn otra vez, el whisky me hace dao." A m, en cambio, me dijo: "El Gautama tena
razn, hermanito: todo hogar es un rincn de basura." El alcohol, ms eficaz y nocivo que
la poesa, lo iba liberando de s mismo, de nosotros y de los otros. Ola ya a guarapo, peda
dinero y nadie poda negrselo: no era su embriaguez una lucha desesperada contra la
realidad que le resultabapequea? Hlderlin del trpico, no saba acaso, como el otro, el
de la bruma, que la vida llQ es sino la bsqueda de una forma? Lo encontr lastimado,
quizs a causa de una cada o un golpe de quin sabe qu noche, la sangre seca sobre la
ex-camisa de Glvez, tambaleando, presionndose de nuevo el cristalino. "Y los lentes,
Fakir, los empeaste para beber, no es cierro?" "S, hermanito, cierto es." "Pero t dijiste
que el mundo era lindo:" "S, dijo, pero el ser humano es feo:" Despus se fue al
extranjero, donde tambin hay seres humanos, y seguramente volvi a usar anteojos,
porque allse cort la yugular con una hoja de gillerre en una pieza del hotel, vencido por
el infinito, por el espacio, tal como lo haba previsto.
102
como cuando se suea y se despierta con el grito Mrgaramara! con que la llam Glvez, ntido y ronco por encima de
Quireme mucho. Ella lleg, apresurada y solcita como si lo
quisiera mucho o como una enfermera nueva, mediosonriendo
culpable, y cuando l le dijo Creo que ser mejor que nos
marchemos inmediatamente para que no dejes de ser en una
noche lo que has sido toda la vida, ella le dijo Pero cario, si eso
no tiene ninguna importancia, no seas ridculo. El Rspido estaba ya bastante borracho, se le vea en los ojos de sectario y en
la sonrisa de drogado, y se acerc sonriendo preguntando Qu
pasa ah. Que Galo quiere que nos vayamos ya, le dijo ella
mimosa como quien se queja con ternura de una injusticia. El
Rspido le dijo No seas aguafiestas cholo, si hemos venido a
divertirnos, ven Mrgaramara. Galo la detuvo violentamente
por el brazo obligndola a quedarse junto a l, mientras le deca
al Rspido Aqu el nico que se divierte, so cojudo, eres t. E
incorporndose en la silla hizo el ademn de abofetearlo, pero
se qued con la mano laxa como si se tocara el omplato
izquierdo. El Rspido lo levant sujetndolo por las solapas del
saco, lo sostuvo unos segundos en el aire, luego atraves la sala
y lo sent sobre el piano dicindole Ah, qudese quietito,
Hubo risas, aunque toda la noche la gente rea por turnos, risas
que podan haber formado parte de la tonta alegra ajena, risas
que no tenan ms motivo que el hecho de que la orquesta
comenzara a tocar Pobre corazn en medio de alaridos pequeitos de mujeres, un pelotudo de corazn pobre aplaudi nadie
supo qu, varios camaradas o simpatizantes se dieron vuelta
para ver con una cara de tontos sonredos lo que suceda all en
el piano, Glvez le grit Puta a Mrgaramara, ella lo mir
atnita, y desafiante, casi heroica avanz hasta la pista de baile,
seguida del Rspido que no debaja de rer, ahora a carcajadas,
mientras Glvez, con las piernas bamboleantes, vea, tena que
ver desde ese mirador de la impotencia y de la rabia cmo le
besaban ya descaradamente en la oreja a su Mrgaramara dicindole cosas que deban ponerla elctrica y hmeda, y ella ni
siquiera lo miraba, como si no estuviera all, como si nunca
hubiera estado, y al Secretario del Provincial que se acerc y le
dio una palmada en el hombro le dijo Djeme en paz quiere?,
y l (Glvez) qu poda hacer, furioso con su orgullo que se
tragaba bocados de s mismo, mordindose, sino golpear con los
talones y los puos la madera del piano, para recordarle a ella
103
que exista, que segua siendo el l que era, para fastidjar a los
dems, a todos, para que se jodiera el baile, para que terminaran
la msica triste, las risas, el manoseo ofensivo, para que el
Rspido se fuera a la mierda y el Secretario de Finanzas al carajo,
sin siquiera poder saltar de donde estaba, a causa de su lucidez,
porque para qu, para caer como un sapo al suelo, para provocar
la lstima de los camaradas viejos, la vergenza de Mrgaramara, la risa del Rspido, la de los simpatizantes jvenes, y ver
desde otro punto de vista, desde abajo esta vez, la mano que
aprieta, los pantalones entre los muslos cuyo vello de durazno l
solo (slo l?) conoca, eso vio sin saltar, eso aguant un
minuto de eternidad porque se dio cuenta de que Pobre corazn
apenas haba comenzado, hasta que renunci a su tolerancia, a
su gran comprensin, a su gran sentido de las cosas, y le sali
desde lejos el bramido Falcn! que junto a la mesa de los
licores y de los sandwichs trataba de obligar a beber a la Individua metindole el trago con copa y todo por la boca, lleg
corriendo, Glvez mont en l y comenz-aren a salir, algunos
compaeros dejaron de bailar, ahora consternados ante esa
retirada, mirando el bulto que desapareca por la puerta, y a
Margarita Mara y al Rspido, que se dieron una mirada resignada, no les qued ms remedio que salir con l-ellos, para no
agravar las cosas. Ya afuera, en la noche limpia, sin camaradas ni
humo ni parejas de bailarines, Margrita Mara trat de acercarse a t-eres-mi-hombre, pero el Rspido se quedaba all,
junto a ella, como por un derecho ya adquirido sobre el otro, y
Glvez debe haberle dicho algo a su caballo, a menos que ste
hubiera intuido, tal como las piernas intuyen a veces la clera o
el peligro, porque se lanz-aron contra el Rspido y Glvez le
dio un puetazo en la cara. Margarita Mara se qued mirndolos embobada, vacilante, descuartizada entre t-eres-mi-raznde-vivir y t-sabes-que-me..,has-gustado-siempre, una Margarita
Mara distinta en la sonrisa indecisa, en la aparente inocencia
vctima, en la mirada ya desleal con ambos, como si solamente
en ese momento se viera enfrentada al dilema, o acaso porque
10 suyo ms que una falta era un presagio. El Rspido se frot el
golpe y sonriendo, lentamente digno, casi elegante, tom en las
manos el abrigo que llevaba sobre los hombros y recibi, como
con una capa, la nueva acometida del centauro que fue a golpearse,
Falcn haba bebido demasiado y tambaleaba, contra la pared, y
mientras Glvez comenzaba a sangrar por la frente, el Rspido
104
lOS
donde no haba sitio sino para los dos. La seora Emma volvera
a casa de sus hermanas. Pero siempre hay sitio para otro, dice
Glvez, porque el Secretario del Provincial comenz a ir los
domingos por la tarde a discutir con l la poltica cultural del
Partido y vaya uno a saber qu discutira las noches con Mrgaramara, porque al volver del diario Glvez alcanz a verlo
saliendo de la casa una madrugada. O sea que la calentura no
estaba en "La Colonia Penal" y ni siquiera en las sbanas,
porque cuando ella misma, algunos meses despus, le confes
sin querer, por una metedura de pata, que en aquella poca era
verdad que se acostaba con l, agreg como atenuante: Eso s,
jams en nuestra cama, por respeto. Esa concepcin topogrfica
del respeto -por cul de los dos l?- era igualmente risible,
pero menos digna, que la excusa de las prostitutas que hacen
todo aquello por lo cual el cliente paga excepto dejarse besar en
la boca, "eso es antihiginico", porque en ellas esa reserva
corporal y no territorial est destinada, por un sucedneo o
ersatz del amor, a su hombre, aunque generalmente sea su
macro].
Y cul es tu comprobacin? dice Glvez.
Rosana duda, vacila, pero elige, aunque fracase. En cambio a
Margarita Mara jams se le ocurre pensar que cada vez puede
convertirse en una opcin definitiva entre t y un futbolista, por
ejemplo.
El deseo no hace distinciones entre un futbolista y un poeta,
dice, aunque el hecho de ser deportista no garantiza una gran
performance en la cama, cosa que no todas las mujeres saben.
Pero no puede exigirse a todos el mismo grado de lucidez para
que reflexionen antes: las motivaciones suelen buscarse despus
y, por ser a posteriori, pueden ser y casi siempre son falsas,
como las razones con que quieres explicar la aceptacin o el
rechazo instantneo de una obra de arte o como ciertas sesudas
interpretaciones de algunos criminalistas y psiquiatras que
asombran al propio acusado. Cuando se ofreci hablar de eso
que ella llamaba un "accidente", como si su voluntad no hubiera
tenido participacin alguna, y comenz a rodar de explicacin
("No estaba segura de que me queras") en explicacin ("Lo
hice para convencerme de que es a ti a quien quiero"), a
enredarse en sus propias contradicciones C'Fue para liberarme
del pasado y ser solamente tuya") o a entramparse de tal modo
en sus propias justificaciones hasta no poder justificar nada
106
no
111
nosotros una parte del cuerpo sino una pieza fabricada por
nuestro sentimentalismo y nuestro orgullo.
(Qu doble sensacin de tener que admitir que fuiste ridculo
con tu pobre amor que quiso ser monogmicamenre empecinado
y que estabas dems aun estando ausente
saber que al llamarla como de costumbre slo porque la amabas
el telfono pudo haber interrumpido la voraz ocupacin de su
boca
para ponerla simplemente a hablar como si estuviera desocupada
o que pudo interrumpir su melosa fatiga bocabajo cuando el
fatigado dormita con la mano olvidada entre sus muslos
y correr el riesgo de quedarte sin poder volver a amar
es decir sin poder volver a creer en otra realidad que la del
cuerpo.)
Son el telfono y mediodormido, antes de regresar a la vida,
tuve la corazonada animal de que sera Clara. Ayer haba ido a
un paseo al que yo no pude ir.Te tena miedo al telfono, como
si fuera la encarnacin del fantasma con que nos asustaron en la
infancia, la voz sin cuerpo que deca cosas espantosas, por
ejemplo: Ayer me port mal, te llamo para decrtelo antes de
que alguien te vaya con el chisme. O sea que esto fue cuando ya
habamos decidido que la tratara un psicoanalista, porque entonces me lo deca inmediatamente, pero eso no cambiaba
mucho las cosas para m. Yo, con el corazn al revs, como
cada vez, tuve que preguntarle: Otra vez? Con quin? No lo
conoces, dijo el telfono, es un brasileo que acaba de llegar. Y
esta vez, por qu? le dije -la vez anterior fue "porque cantaba
lindo", y la precedente "porque no te merezco y quera que me
odiaras"-. No s, dijo el telfono, tal vez porque es extranjero
y estaba triste, ves? El mdico deca que era porque cuando
Clara tena ocho aos su hermano de diecisiete le obligaba a
masturbarlo en el gallinero los sbados por la tarde y la amenazaba con hacerla echar de casa si se lo contaba a su padre y ella
haba guardado durante los tres aos que duraron las gallinas y
hasta ahora la certeza de que fue vctima del vicioso no muy solitario que digamos pero el psicoanalista la hizo comprender que
tambin le gustaba a ella que esperaba con ilusin la tarde del
sbado por lo cual inconscientemente saba que quera a su
padre con una gotita de miedo porque le ocultaba esa cosa fea
112
114
118
preguntdote por qu, apartando barbas, viajes, equivocaciones, regresas, buscas a ese nio que fue tu personaje y te
detienes en l, tratas de conocerlo (parece que en hebreo es
sinnimo de amar porque cmo se puede amar lo que no se
conoce, pero en cristiano a veces resulta lo contrario: mientras
ms conoces a alguien menos puedes quererlo), quisieras comprenderlo como si se te fuera a morir, quizs porque segn la
lgica de Cronos sera tu padre aunque en realidad es como si
fuera tu hijo, y por eso ya no puedes soportar ese tipo de novela
parecido al gnero dudosamente literario de la biografa, porque no hay ordenacin de tiempo cuando se arma el fcil rompecabezas de los dems, personas o personajes, o el de uno
mismo, siempre ms dificil porque muchas de sus piezas se van
perdiendo en la vanidad o la vergenza o porque se han gastado
sus bordes de tanto ensamblarlas a la fuerza en el confesonario
de la infancia, a veces en el divn del psicoanalista, o en la
literatura que despus de todo viene a ser lo mismo,
y lo ves, lo pones all al muchachito, en la madrugada, como en
un rincn del resentimiento, casi odiando a su madre por pobre,
es decir montona, culpable de su ropa que l estudia detenidamente tratando de redarle su antigua dignidad a fuerza de
frotar con un cepillo y gasolina las manchas grasosas de los das,
temblando ante la idea de que la ella de entonces se aburriera de
su traje nico o de l, que alguien mejor vestido o mejor hecho
que l le quitara lo que le parece suyo,
porque aprendemos, nos ensean desde muy temprano a adquirir, nos forman para tener, estudiamos para saber que se tiene,
por lo menos Mi tintero en oposicin a Su caballo, Mi escuela
contra Su casa, "raza de autnticos propietarios de mercancas"
(Marx dixit): tiempo, cosas como peones o hijos, Mi mujer, Mi
hacienda, Mi agua, Mis cosechas,
y hasta en el amor la propiedad va dejando.nos dej su pisada
Quiero ser tuya, Ma o de nadie, Fuiste de l, La hizo suya,
y lo ves, lo pones all, en la puerta de calle de su soledad,
contemplando lo que cada noche le quedaba de ese otro
mundo, una pared, una ventana, tras de las cuales ella dorma
119
125
mayor de los cinco, deca en esa poca: "El que est dems es El
Jetas: si no fuera por l seramos cuatro para repartirnos en
partes iguales La Liria tal como la dividi la naturaleza con el
tren y el ro. El Jetas, por haber nacido ltimo y porque es
medio pendejo."
Para los indios de la hacienda, Patrn Golms era. uno solo,
como Dios, que estaba en todas partes. Tenan que saludar,
recibir rdenes y responder con la cabeza baja, y slo les
conocan las fundas de los revlveres, los foetes, los estribos y
las botas, y eran todos iguales. Acababan de venir informando
cuntos litros dio el ordeo y se encontraban de nuevo en el
camino con los mismos estribos, saludaban santigundose y
hacindose a un lado, se alejaban corriendo y no era dficil que
al llegar al huasipungo vieran las mismas botas, el mismo ltigo
(por qu le llamarn "acial"]'), esperndolos.
"Quin sabe cunta gente ha muerto ah, deca el abuelo. En
una fiesta de toros de pueblo un indio borracho que corra
huyendo de un toro entre otros borrachos, tropez contra
Germnico, tartamude pidiendo perdn y sigui corriendo. El
Largo lo volte de un tiro, delante de todos. U na vez, en una
cantina, un amigo le pregunt: Y no te persigue por la noche el
alma del indio? El Largo dizque se qued pensand un rato y
despus pregunt: A cul de ellos te refieres?"
En su juventud, cuando estaba con tragos y encenda un
cigarrillo, Nern acercaba la llama del fsforo a un tapete, un
peridico o una cortina gritando "Arde Roma", y l mismo
ayudaba a apagar el fuego, en medio de sus carcajadas y del
atolondramiento general. Despus parece que se cans pero le
qued gustando la expresin, porque cuando comenz a ser
Senador la intercalaba en sus discursos: "Seor Presidente, si no
se pone coto a las actividades subversivas de los bolcheviques,
aqu va a arder Roma", o bien, "Honorables senadores, la
sagrada tarea que tenemos los Padres de la Patria es impedir que
aqu arda Roma". En el Club afirmaba: "Mientras haya congresos y haya indios, yo he de ser Senador: esos cojudos se reproducen como cuyes." Y los enviaba a votar, bajo el control de
mayordomos y capataces, en camiones, a pie o a mula, a la
parroquia que quedaba junto a una de las estaciones del tren.
Cada indio llevaba en un bolsillo o apretada entre los dedos la
papeleta "Seor Don Arstides Golms para Senador de la
Repblica", doblada como billete ajeno o estampa del Seor de
128
los Milagros. La papeleta cambi una vez: "Seor Don Temstoeles Golms para Alcalde de la Ciudad." Cuando ya se haca el
recuento de votos en la ciudad, al da siguiente de las elecciones
municipales, Arstides envi un telegrama: AVISEN CUANTOS
VOTOS FALTAN PARA MANDARLES. "Yo le hice Alcalde al maricn del jetas, dijo esa vez, y as le pagu su parte d La Liria para
que no nos siga jodiendo con sus divisiones para cinco, que es
ms dificil."
Western de pacotilla, sin Hoppalong Cassidy, sin riesgo ni
herosmo, era a la medida del pas y, por eso, con muchos
muertos. "No son muertos sino cholos" aclaraba El Pecas y
hasta se lo dijo al Comisario de Polica, uno dado de justo,
recin nombrado el pobre, que no conoca el folklore local y
que lo haba hecho comparecer por haber empujado con su
caballo a un arriero que cay sobre los rieles del ferrocarril.
Pero como Nern era Senador y El]etas era Alcalde, el Comisario fue destituido al da siguiente. Los policas harapientos los
respetaban como a sus superiores: hacan detener el trnsito
ralo hasta que pasaran los Esdrjulos, abandonaban su puesto
en el cruce de dos calles para ir a comprarles trago puro o
snduches cuando farreaban en alguna casa cercana. "Traers
hembras tambin, cholo." "Pero, cmo? mi seor Cleobulito."
"Aplicando el peso de la autoridad pues, cerdoso."
En las fiestas de inocentes se disfrazaban de Escapados del
Manicomio: se ponan los zapatos cambiados, calzoncillos largos
en lugar de pantaln, bacenillas como sombreros, pintadas las
caras o con caretas de cartn o alambre, pero eran inconfundibles. Borrachos escogan al azar casas de amigos o de desconocidos, arrancaban el papel de las paredes, derribaban los armarios, revolvan los cajones, quebraban los espejos, hurgaban a
las cholas debajo del anaco, orinaban en las ollas de la cocina,
derramaban cerveza en las camas, soltaban en la sala gallinas
enloquecidas a las que haban metido velas encendidas en el
ano, pedan trago y luego se iban cantando a otra casa. Eran diez
das de zozobra de Inocentes. La gente respiraba tranquila el 7
de enero, cuando regresaban a la hacienda "a curarse el chuchaque hasta la prxima".
El Bolo, por ganar una apuesta de dos botellas de aguardiente, subi un Viernes Santo a la torre de la iglesia del pueblo
y toc las campanas muertas. Cuando se reuni en la plaza la
poblada, primero temiendo que fuera el fin del mundo y luego
129
131
falta irse tanto para volver tan menos, tan peor, tan casi suicidable, ir de un lado a otro slo para poner en duda todos los
principios que admitas en tu juventud por pereza, por comodidad, porque s, sos que otros haban descubierto como solucin a su propio cuestionamiento desgarrado? Habra bastado
con quedarse a crecer aqu, me dijo, pero eso s con los ojos
muy abiertos, viendo y asumiendo qu somos exactamente, en
dnde estamos, sin escondernos ni mentirnos para no ms de
estar tranquilos sabiendo que el futuro juega en nuestro
equipo." No s cmo la discusin fue a parar en aquello que
Glvez criticaba como un procedimiento inveteradamente anticientfico, aquel de comenzar por afirmar que existe una ideologa del proletariado para luego romperse la cabeza buscando
en dnde est, en qu consiste, qu elementos la integran y la
diferencian de la otra, a menos que estuviera ya en el poder. Y
cuando el Rspido le habl de la concepcin de la historia como
una larga lucha de clases, Glvez le dijo: "Tambin la burguesa
tiene conciencia de la lucha de clases: la prueba est en la
ferocidad con que se defiende." Haba adems algo acerca del
principio de que la ideologa dominante es la de la clase dominante, y volvindose a nosotros dijo: "Y ustedes, nunca se
preguntaron sobre qu clase domina, o crean que bastaba haber
salido del tero de una obrera para no contaminarse?"
En otra de las versiones Glvez comenzaba refirindose al
"estpido animal de ciudad" (Marx, obviamente) que regresa
asqueado de la esquizofrenia del capitalismo, en la que todos
hablan de la contaminacin de la atmsfera, del agua y de los
alimentos por las emanaciones, el humo, el smog, los desechos
industriales, el DDT, Y aunque pocos se inquietan por la con
taminacin cultural, ah estn buscando intilmente soluciones
en la futurologa, en la seora Elena Petrona Blavarsky, en la
macrobiosis, el Yoga, el 1 Ching, consolndose con el ruido
intermitente de besos y braguetas en los cines, y regresa (el
asqueado) a su pas a buscar como contrapeso o aire la humilde
neurosis represiva de nuestro subdesarrollo: "Si por lo menos te
hubieras lavado el cerebro en una pas socialista, me dijo Glvez. Porque desde la escuela, y aun desde la familia, nos meten
por la fuerza educacin, costumbres, religin, ideologa, pornografa, avidez de dinero, crueldad, ansia de poder, egosmo y
asistimos a la fabricacin de los hechos y a la deformacin de los
hechos reales por la radio, la televisin, el cine, el telfono, el
134
136
quiera darle el maestro de escuela sino que buscar una informacin directa. saber de su pueblo. hablar con sus personajes
como suele decir. acercndose a ellos en un puesto de comida
bajo un toldo sucio de manteca y uso. los choclos cocidos de
Alaus, los bollos de pltano en Bucay, las pias de Naranjito,
ya transpirando y abriendo la ventanilla por la que entran la luz
nen y la msica de las rocolas en Milagro. montuvios con
sombrero de paja fumando cigarrillos americanos, toldo sucio
donde algunos indios comen de pie para formar una muralla que
proteja de la polvareda el caldo turbio o el trozo de cuy flaco en
tanto que otros. algo ms pobres. algo ms distantes. sentados
junto a una pared descalabrada que no cierra un campito baldo.
mascan puados de tostado o de mchica que han trado en
pequeas bolsas de yute que cuelgan del antebrazo. mirando
desde lejos a los seis danzantes que en la plaza dan pasos y saltos
sin sentido como si tuvieran un pblico de turistas o de fotgrafos. sosteniendo sobre los hombros esa armazn de colorines.
llena de trozos de espejo, el Escudo del Ecuador. pedazos de
peridicos. lgrimas de San Pedro. con cintas chillonas que
cuelgan como trenzas a los lados de una inexpresiva mscara de
tela de alambre rosada. mientras la banda toca algo triste. ms
triste an por la presencia indeseable del violn. Fijo que el
hngaro la estar esperando en el muelle. fijo que Mrgaramara se le apega como una mariposa. no piensa que los indios se
apartan de l cuando se les acerca a preguntar por el significado
perdido de los trajes o el origen de la msica. y ella no podr
hablar de Bartok, y no porque fuera inslito verlo a horcajadas
sobre Falcn de Alquez, eso no parece asombrarlos mucho.
seguramente han visto antes algo parecido. debe haber habido
como en toda aldea algn infeliz que tena otra deformidad a
ms de la pobreza, pero pese a ese probable precursor no hay
nada que hacer. no hay modo de sacarles una palabra. una
respuesta. no le queda sino sentarse a esperar en el borde de la
fuente en mitad de la plaza. pensando que de haberlo sabido le
habra pedido aJuanmanuel que lo acompaara y as desamarrar
sus lenguas. pensando que cuando estn borrachos hablarn tal
vez. pensando que frente a esas pobres bestias de trabajo y de
carga a uno le entran dudas sobre el viejo Engels porque el
barbudo deca que el origen del lenguaje se encuentra en el
proceso del trabajo humano. y ms an sobre ese escritor que
citaba a uno de esos tribunos romanos de su invencin segn el
138
mirar el sedimento en el fondo del pequeo recipiente indefinible le parezca encontrar trocitos de maz y de gusanos, lodo y
orines, zumo de cabuya y res podrida, y a cada trago crece el
pozo de hostilidad en que resbala desde esta maana, un indio
lo empuja inslitamente furioso cuando l se deja caer a su lado,
otro lo zarandea con inusitada violencia cuando l se vuelve
hacia una india interesado en los bordados de su blusa, usted
habra debido darse una vueltita por aqu, doctor Freud, de
modo que si el juego y la representacin imitativa les bastan al
nio y al primitivo, no hay que ver en ello un signo de resignacin proveniente del hecho de que se dan cuenta de su impotercia, sino, por el contrario, el resultado evidente del valor
excesivo que atribuyen a su anhelo?, de qu anhelo me habla
profesor Sigmundo, y aqu ni siquiera hay papagayos, como en
el serto de Graziliano Ramos, donde aprenden a ladrar porque
sus dueos ya no hacen uso de la voz humana, y decide salir a la
ex calle, encuentra cuerpos tambaleantes abrazados en la hora de
la amistad y la doble ola de mermelada de crepsculo y alcohol
los hace caer, rodar, sentarse, dormir, desde los primeros domingos de la patria de quin, de cules compatriotas, con esa
india siempre remolcada, llorosa y desgreada, esforzndose
por levantar al sufrido y llevarlo a empellones conyugales a otra
parte de la misma patria, cayendo ella tambin por su embriaguez y su solidaridad perruna, atravesando la plaza donde ya hay
cuatro cadveres de danzantes mientras los otros dos siguen
dando pasos enrevesados, muertos tambin los msicos, todo
hmedo de saliva, lgrimas, chicha y orina, excepto el violinista
que se esfuerza por llevar su torpe meloda en hombros, un
vaho de horno a la salida del club, del brazo del violinista, la ra
en marzo arrastra agua hirviendo, un ventarrn de hielo empuja
papeles, polvo, cscaras, un indio de muchos siglos, con ms
arrugas que la tierra, apoyado en una pica mira con Jos ojos
entrecerrados la plaza con los cadveres de esa refriega contra la
religin, la memoria olvidada y el aburrimiento en la que l no
participa, ignorando que la fiesta es una ruptura, guardando esa
actitud prehistrica de centinela, seca, inmvil, hasta que Glvez trata de acercrsele, entonces el indio detiene a Falcn con
la punta de su lanza, impidindole la proximidad, como a un
toro, Vos sois Coba, le dice mientras le asoma una chispa de
tigre por entre las rendijas debajo de las cejas, Glvez sonre,
un fantasma recorre Amrica, y esa pica es tambin una bayo142
145
154
est lleno de. banalidad. Claro que en los vasos griegos las
escenas banales de la vida cotidiana se trasforman en episodios
de mitologa. Y nada hay ms cotidiano que las borracheras del
Cnsul-Lowry en las cantinas de Mxico, ni ms banal que Buck
Mulligan, "majestuoso y rollizo", cuando aparece en lo alto de
la escalera dispuesto a afeitarse. Esto es parte de nuestra mitologa contempornea. O sea que el problema no est all, en el
episodio cotidiano sino en el vaso-escritura. Por lo dems,
quin sabe si los temas trascendentales, slo comparables a s
mismos -la epopeya triunfante o derrotada de los pueblos-,
no nos han disimulado muchas veces, cuando no hubo la correspondencia exacta entre la hazaa y el canto, la pequeez del
escritor consciente o inconscientemente acurrucado a la sombra
de esa inmensidad para que proyectemos sobre l las dimensiones del tema. Quiz por esto estamos hartos de esa literatura
pretendidamente heroica. Pero no es posible conservar siempre
lcido tu juicio o saber si el cuerpo te juega una mala pasada. Por
ejemplo, era efectivamente hermosa esa sonata o te gusta
porque estabas con ella la primera vez que la escuchaste, en
parte no ms, puesto que sus muslos te tapaban los odos? Era
realmente insoportable ese libro de cuya pgina 28 no pudiste
pasar, o fue tu malhumor heptico, y con ligereza imperdonable
lo enterraste, con autor y todo, en tu olvido cementerial?
Puesto a razonar, para votar en contra invocars esos motivos
que ~omo en arte todos tienen razn- harn que otro, un
otro cualquiera diga, como sucede en la Cmara de Diputados:
Exactamente por los mismos motivos, a favor. Resulta imposible demostrar, objetivamente, que una obra es buena o mala:
como no disponemos de una clave o de un cdigo de cuantificacin de sus valores sino simplemente su pertenencia a una
poca, desde un punto de vista diacrnico no hay progreso en
arte: el Ulyses no es "mejor" que la Odisea, Henry Moore no es
"ms grande" que Miguel ngel, la msica electroacstica no es
"ms moderna" que el canto gregoriano. Pero en cuanto adoptamos un punto de vista sincrnico, todo juicio de valor se
apoya, con un miedo animal a lo desconocido, en la comparacin con lo que preferimos o con lo que podemos, y se es el
terreno de la aventura, y entonces quin diablos puede ser un
rbitro justo, quin no tiene compromisos con su individualismo o con su tribalidad.
S, dijo Glvez que estaba leyendo el Suplemento Literario
157
Por qu descubren
cosas
que ni
un bledo
me importan?
158
Por qu
a palos
me muelen
mis Santas Maras
mis puertos
y entuertos
desfaciendo?
161
npamos convirtindola en una cueva de comunistas y de forajidbS. Una madrugada, al llegar a su pieza, Desiderio encontr
que le haban puesto un candado y debi dormir con el Rspido.
Al da siguiente, la Chesumadre dijo que no retirara el candado
mientras no pagara, la Arpa le pregunt cmo explicaba el
hecho de que nadie supiera en qu trabajaba (porque en esa
casa llena de imgenes, aunque dejbamos nuestros abrigos
colgados en los brazos abiertos de ngeles y santos, cmo bamos a hablar de orquesta o de cabaret. Era un sitio srdido: el
piso, inclinado, estaba siempre hmedo de cerveza derramada o
quin sabe, porque el w.c. daba a la pista de baile y no tena
puerta. Dios mo, dijo Glvez una vez, haz que ninguna de sas
vaya a orinar mientras yo est aqu. La orquesta --un pianista,
un guitarrista y Desiderio- se acomodaba en un gran nicho que
debi haber servido como depsito de carbn. Las mujeres,
sentadas en hilera contra la pared, se aburran esperando a los
clientes. Las ms solicitadas eran "la Calzn de Lata", "la Chancho en Bandeja" y "la Mea a Brincos". Las dems, con los trajes
levantados hasta los muslos, las medias chorreadas, algunas con
zapatos de hombre o de bsquerbol, otras descalzas. Estas justificaban -pese a la cerveza y la orina- un letrero escrito con
lpiz: "No tire las colillas al suelo, las artistas se queman los
pieses", colocado junto a otro que deca: "Se ruega no pegar a la
orquesta." En cualquier otra parte, deca Glvez, seran cortesanas, prostitutas, qu s yo, pero stas son caprichos de Goya: tal
vez en este aspecto de la economa rige tambin la ley de la
oferta y la demanda). Desiderio le dijo a la Conchesuma que no
era la primera persona ni la primera vez que se atrasaba algunos
das pero que lo del candado era insultante, ya la Arpa le dijo
que ella no era ni su madre ni su conviviente para averiguarle su
vida. La beata le dijo que no tena por qu tolerar en su casa a un
delincuente, porque si no poda confesar en qu trabajaba,
seguramente era porque, y que haba que cuidarse que a lo
mejor era un criminal de guerra nazi que reciba oro de Mosc
despus de haberse escapado de un campo de concentracin.
Glvez le dijo entonces a la Arpa que si no crea en Dios era
precisamente porque no poda concebir que concediera indiscriminadamente el don de la palabra, a ella por ejemplo, y no
slo a los que lo merecieran por tener algo que decir. La Arpa
exigi a la Conchesumadre (pobre, despus de todo no era tan
como la beata y muri de tuberculosis y de cncer, pero cuando
166
168
Sbado
Habra podido telefonear al Cretino, como todas las semanas, y
hacerse invitar a pasar el domingo en su casa puesto que no
sospechaba nada: cmo iba l a imaginar que su mujer,la suya,
propia, de l, pudiera ni siquiera remotamente, y entonces esa
estupidizacin generalizada del domingo p.m. ("Alguna vez
hiciste o escuchaste una reflexin inteligente un domingo por la
tarde, aun sin haber bebido el sbado?" preguntaba Glvez)
encontrara un ambiente ideal despus del almuerzo en la oprobiosa compaa del marido sobrante ("Para m, e/ otro es l, no
t" le haba dicho Rosana sin advertir que se delataba, ignorando la pobre que ya desde Marx se sabe que las ideas no
existen separadas del lenguaje: para su clase, "el otro", "la otra"
designan, con toneladas de desprecio, a una persona extraa y
extranjera -apartheid del destino-, intrusa en un mundo que no
le pertenece y en el cual slo los otros tienen el derecho de amar;
el pueblo suele llamarlos con palabras que expresan una situacin de amor o forma de existencia: "amante", "querida",
"moza", "conviviente") y la banalidad de sus frases, "vos sabes
que no tengo tiempo para literaturas ni pendejadas de sas" (y
era verdad: las dos nicas concesiones que hizo en su vida fue
colocar en el cuarto de Divina, bajo vidrio y con marco el
poema? Si, de Rudyard Kipling, y de haber salido de una
reunin diciendo "Buenas noches seoras, buenas noches dignsimas seoras" que, despus de todo, recuerda una frase del
acto IV, escena V, del Hamlet), sobre cuestiones agropecuarias
que para l, en compensacin, eran como la literatura para el
Cretino, y tambin con dos excepciones: el clera aviar y la
fiebre aftosa, o sobre la farra ministerial o bancaria de anoche o,
cuando ms, en la cumbre de lo trascendental, "no s qu
puedes encontrarle de bueno a El ao pasado en Marienbad
como no sea para drtelas de intelectual, lo que es yo en las
pelculas francesas me duermo", con las repetidas entradas inoportunas de la crispante Divina en escena, "no encuentro mi
mueca dormilona mam", "ven hazme tocar el piano mam",
172
"no quiero que salgas esta noche mam", y unos tragos, muchos
mismo, desde temprano, para no estar a las 5 de la tarde en
condiciones de recibir la visita puntual de sus fantasmas dominicales ("T tienes suerte, le dijo el Fakir, los mos en cambio
vienen cada da"), algunos tangos o boleros porque Rosana no
se atreva a poner un disco de Ornette Coleman ("se es mi
retrato, sabes?" le dijo una vez oyendo Lonely Woman), Osear
Peterson, Charles Mingus o Thelonious Monk comprados como
quien peca, entrando al almacn de msica como a la habitacin
de Desiderio, "esta cojuda, ser por consejo tuyo, metida ~ or
msica de iglesia o de jazz que no nos ha gustado nunca" ~ y todo
ello traera tcitamente un comienzo de reconciliacin, sin tener
que esperar a que Rosana lo llamara cuando se hubiera desenojado, en lugar de perder las primeras medias horas de una
prxima tarde todava no prevista en lamentaciones de calidad
pseudoliteraria, para ti no fui sino un juguete que un nio tira
cuando se cansa, en aclaraciones, yo no dije eso, s dijiste,
explicaciones, cmo fuiste capaz, perdonam, Glvez haba dicho: "No es verdad que las mujeres engaen al marido con su
mejor amigo, lo que sucede es que se dan modos para que el
amante llegue a ser su amigo ntimo a fin de poder verse los
fines de semana", pero no era precisamente su caso puesto que:
10] se conocan desde la escuela; 2] porque lo conoca, no era
realmente su amigo, y 3] frecuentaba la casa mucho antes
de "la primera vez no te quera sabes?", sino que de pronto
hall que l no era tan moderno ni tan europeo que digamos,
que no poda seguir soportando esa comedia semanal sucia de
una triple mentira: a] el Cretino, con los ojos opacados por un
pus de trago y de semen acumulado desde la huelga de Rosana,
se pona a bailar con ella despus de haber enrollado la alfombra, y le acariciaba la loma de la cadera o se sentaba a su lado y le
levantaba ligeramente el borde de la falda para pasarle una mano intrusa por las rodillas a fin de que todos, y sobre todo l, vieran que huelga o no huelga segua siendo el marido carajo; b] l
aprovechaba ese gesto para mirar lo que de esas piernas quedaba visible, recordando cuando toda ella era lamida por sus
ojos ("me hacen cosquillas tus pestaas") pero indignndole esa
mano ajena, extraa y extranjera, y sin atreverse a bailar por
miedo a que por apretarla demasiado se le viera el deseo; c]
Rosana trataba de encontrar una sonrisa que la situara permanentemente en el lmite justo de la puerta del hogar, ms bien
173
Domingo
SU HORSCOPO PARA HOY
Aries (21 de marzo-20 de abril)
Corazn: Relaciones afectivas interesantes, anima-
das y llenas de promesas. Relaciones amistosas intensas, mayor aprecio en la sociedad. Novedades
afectivas si su corazn est disponible. Discusiones
sin consecuencias en la familia. Acuerdo perfecto
con Capricornio.
Salud: Fuerza vulnerable. Tensin, riesgos de imprudencia.
Vida social: Excelentes perspectivas, posibilidades
de cambiar, de mejorar y, al mismo tiempo, de consolidar su situacin. Siga siempre su intuicin sobre
todo si debe elegir o tomar una decisin. Soluciones
materiales.
Mi consejo: No se deje desanimar por pequeas
contrariedades momentneas. Mustrese ms comprensiva hacia los dems que la apreciarn mejor y
estarn dispuestos a ayudarla.
gladyscita alfonsito cmo estn pasen adelante acabo de telefonearles creyendo que ya no vendran - perdnanos fabin pero
nos acostamos a las cinco - cuando no les vi esta maana en misa
ya me supuse que han de haber estado - s hijo menos mal que
podemos ir a la de la tarde - tuvimos una fiesta donde los mamacita papacito qu sorpresa estaba arriba arreglndome y
les o - qus pues rnijita no sabras que estbamos invitados -les
juro que no fabin no me haba dicho nada - para nosotros
tambin fue sorpresa sobre todo porque hace tanto que no nos
- han de querer un aperitivo para el chuchaque no? - ah no
fabin nada de trago mejor pasemos noms a la mesa porque lo
que es hambre - pero claro vengan pasen - mamacita aqu a mi
lado - por favor alfonsito usted ac - yo quiero al lado de mi
abuelita - no moleste divina usted en su puesto de siempre - y
qu tal estuvo la - djale noms mijita a mi guagua a mi lado bastante divertida hijo pero a mi edad el hgado se resiente hum anoche no parecas acordarte del hgado porque duro le
diste a la botella - por suerte le dije a la chola que haga una
comida sana gladyscita - ay qu bueno es estar a los tiempos en
familia porque ustedes bastante farristas se han vuelto - vean
quin habla acaso que nosotros anoche - y siguen viviendo
todava en el mismo departamento de la? - s hija y yo no me
175
que estn dados desde el comienzo, en oposicin a los personajes redondos que se desarrollan a lo largo del libro), sin espesor ni profundidad, desprovistos de esa tercera dimensin
que es donde se forman la conciencia y el lenguaje. En el
caso de los indios de Licn pensaste detenerte a reflexionar en el desgarramiento de los seres puestos a comunicarse con una expresin no adquirida, porque no la necesitaron
en su minsculo universo propio, ya hecho pedazos; pero al
tratarse de los comensales de ese domingo, es preciso hablar de
una expresin degradada que corresponde a su existencia. Claro
que la observacin de Cioram puede aplicarse a todo el lenguaje, incluso al literario, pero no puedes resistir a la necesidad de reproducirla aqu, porque explica en parte tu renuncia a
seguir relatando la escena: "La miseria de la expresin, que es la
miseria del espritu, se manifiesta en la indigencia de las palabras:los atributos merced a los cuales determinamos las cosas y
las sensaciones yacen finalmente ante nosotros como carroas
verbales." O sea que la poesa, guambritos, es muy difcil. Pero
tu error, adems, radica en un problema de realizacin esttica;
has reconstruido en todos sus detalles -"el detalle es atroz"conversaciones textuales de esos mamarrachos del folklore
pseudocapitalista, tan mamarrachos e inautnticos que se consideran nobles, y que escuchaste hace mucho porque, por razones
de higiene, hace mucho que construiste tu vida lejos de ellos, y
confundiste, como cualquier aficionado, exactitud con realidad:
igual habra dado servirte de una grabadora, y esto no es un
reportaje tampoco. Ahora te justificas dicindote que no te
interesa, que no tienes por qu ser caritativo con esa gente y
presentarla como personajes, que expresarla con un lenguaje de
smbolos y de signos literarios sera hacerle ya un gran favor, y
este libro est dictado tambin por el odio, y mandas a la mierda
la impersonalidad del relato, la norma de que el autor no opine
a travs de sus personajes, porque hay tambin muchos maricones que para no tomar partido se valen de la diversidad de
opiniones que se equilibran en su novela, y te metes a opinar
abiertamente sobre las cosas y las personas para no identificarte
con ellas, porque tu expericonciencia es distinta. Lo malo est
en que el realismo no es el arte y no siempre es la realidad, y
viceversa: cuando Jorge Sanjins nos presenta en sus pelculas la
comunidad indgena, con su primitivismo, sus supersticiones,
su decoro, resulta real, humana y artsticamente; pero cuando
179
tarde yo s tena ganas pero l no quiso andaba como de malgenio y una tambin tiene su digni (-Ya vers la otra. -La otra
qu. -La otra sorpresa) ya me deca que anda tramando algo a
menos que sea una de sus majaderas de borracho con ste
nunca se sabe cmo todo es tan distinto con l (-Me oste?)
hasta el sabor del whisky y tan lindo esa vez que me sirvi y me
dijo despacito aunque creo que nadie nos oa perdname el
vaso ordinario porque aqu claro no podamos (-Contesta,
pendeja) boca a boca (-Por lo menos delante de pap no seas
tan grosero. - y a m qu mierda me importa que me oiga) te
juro que ya estoy harta harta pero qu puedo hacer l insiste
pero es como si no quisiera realmente como si lo hiciera por
compromiso (-Lo que pasa es que ya ests medio borracho.
-Ya vos te cuesta?) como para quedar bien y reprocharme a
m no querer irme y al fin de cuentas qu le falta aqu por qu
no puede quedarse si ya ha viajado otras veces y seguir como
estamos (-Por lo menos no escupas en la alfombra) si supieras
el asco que te tengo el odio la repugnancia si no fuera por mi
pobre divina yo creo que cuando alguien quiere a alguien debe
comprender que uno quiera a los suyos pero l no entiende eso
y no le quiere a mijita nunca me ha propuesto (-En mi casa
hago) llevarla (... lo que me da la gana. -Pero yo no tengo por
qu aguantarte) y dice que es un pretexto mo (-Ah, no? Y
qu piensas hacer?) pero no es un pretexto sino que me remordera la conciencia al fin y al cabo una es madre aunque es como
un miedo (-Irte, tal vez?) por qu no quin sabe al fin y al
cabo si le propongo irme pero con mijita pero ste con su pap
y sus influencias me hara traer con la polica aunque si pudiramos imos lejos a una isla de grecia como dice l pero en qu
va a trabajar de qu vamos a vivir yo creo que l tambin tiene
miedo por eso dice no soportara verte triste o de mal humor y
preguntarte qu tienes y que me contestes nada y saber que
ests pensando en todo lo que dejaste por m y yo con ganas de
decirle no slo por ti por m misma por eso creo que es un
pretexto para irse solo no s cunta plata tendr si habr ahorrado algo porque en un pas extrao en la facultad de medicina
de pars uno puede vender por adelantado su cadver por
treinta francos dice rindose" y una aventura de (-Contesta,
Rosana no est entecada, porque no lee el Hera/dTribune, de que el bioqumico W.O.
Noteboom tiene incluso mejores noticias. El valor qumico del cuerpo humano era hasta
hace poco de 98 centavos de dlar. Pero esta cifra est aumentando: a los precios en el
182
183
encontrar en el whisky la frase: Todo matrimonio tiene problemas. Pero no como stos, dijo el Cretino. Claro, dijo Rosana
llorando, stos son problemas ntimos, privados y no tenas por
qu llamar a nadie para contrselos. Mijita, dijo la alemana,
despus de todo somos tus padres, quin ms que yo podra en
ste. Y qu ms queras que haga, pendeja, dijo el maricn, si
no han servido de nada los ruegos ni las amenazas. Rosana,
cario, dijo la alemana, t sabes bien que se es el destino de
todas nosotras, hay que hacer un esfuerzo, aun cuando sea un
sacrificio. Parecera, vieja, que para vos tambin ha sido un
sacrificio, trat de decir el veterinario. Ve, dijo la alemana, vos
callare mejor, stas son cosas de mujeres. Bonito me parece,
dijo el veterinario mirando al Cretino que no lo miraba. Mijita
linda, dijo la alemana, ustedes siempre han sido buenos cristianos, han recibido una educacin, t sabes que el sacramento del
matrimonio. Por suerte para ella, dijo el Cretino, si no fuera por
eso porque no soy de los que andan buscando mujeres sucias
fuera de su casa ya no estara aqu sino, y, caraja, para algo se
casa uno, no le parece? Para eso, dijo Rosana (l lo llama
hacer el amor), para los deberes conyugales? S, caraja, para
eso. Y cmo piensas obligarme (cornudo) si yo no quiero? Si
no es por la obediencia, dijo el cornudo, por la fuerza, caraja.
(Yo tambin soy como los peones dice l como una sirvienta.) Me irs a violar tal vez? Vanle al fuerte, ah est,
dando las quejas a los suegros, emborrachndose para probar
que es muy macho. El Cretino se levant y se le vio la intencin
en el ademn, pero lo contuvo otro aullido de Divina y la
alemana no saba si taparle los ojos o los odos con una mano
mientras con la otra retena a Rosana. Cuidado con lo que dices,
mierdita, le di jo el Cretino, detenido por el veterinario, y adems
tengo la ley de mi parte. (Como un pen o una sirvienta.) Son
caprichos pasajeros, Fabin, dijo el veterinario. Pasajeros? Pregntele a la digna de su hija cuntos meses hace que llevamos
durmiendo como, como hermanos, peor, y a m que no me venga
con caprichos: si hubiera alguna razn, si fuera enfermo o estuviera encinta, vaya y pase. Es que no me da la gana, simplemente,
dijo Rosana (cornudo), no puedes entender eso? Yo no te estoy
preguntando si tienes ganas o no, ya se sabe que eres como una
refrigeradora, pedazo de imbcil. Rosana (qu duda ni qu indecisin despus de todo si algo me faltaba para decidirme ya lo
tengo), dijo el veterinario, hija ma, te juro que nunca me he visto
186
187
Lunes
birlo una multitud gozosa lo que en este pas es casi un contrasentido. Por eso tal vez era hermoso estar aqu de nuevo? Glvez
le hizo seas desde lejos y se adelant corriendo para ser el
primero en abrazarlo. Ello estrech contra su camisa largo rato
como despus de mucha ausencia, y tartamudeando del gozo
contagioso y de lgrimas semiexplicables le dijo: "Yo no merezco esto, yo no he hecho nada para merecerlo." "No importa,
hermanito, le dijo el Fakir, ni Velasco Ibarra ni la Virgen del
Quinche lo han merecido tampoco." "Tmalo como un anticipo, le dijo Glvez, como una deuda que pagars un da." "Te
10 prometo" dijo l, y como si hubiera sido una seal se le fueron
acercando todos los amigos del Murcielagario y otros que no
conoca pero que quera desde antiguamente, y habra querido
decirles, pero cuando comenz a avanzar, rodeado de amistad y
de ternura, pensando en lo hermoso que sera que su cadver
tambin estuviera lleno de mundo un da, el gento se abri
como las aguas del Mar Rojo al paso de ese Moiss al revs
porque volva a su Egipto, y se cerraba detrs de l, rehaciendo
en sentido inverso el camino. Algunas bailarinas de la escuela de
Bjart, con mallas de colores indios, danzavanzando y retirndose y cuando l pasaba junto a ellas inclinaban la cabeza como
si las hubieran aplaudido. Una, la de verde, le sonrea esperndolo, apoyada con la espalda y las manos contra la montaa. Ms
all, la de malla violeta, descansaba con una pierna doblada en
ngulo, pura la lnea del muslo y la pantorrilla a pesar de su
profesin. Falcn lleg acezante, haba corrido a pedirle que
hiciera los decorados para la obra de teatro de Glvez. "Qu
ms quisiera yo, dijo l, pero yo no s nada de eso y no podra
tenerlos listos para el estreno de maana", y no le oy lo que le
responda porque una bailarina anaranjada lo esperaba bajo un
rbol vuelta hacia l, con los labios abiertos por la fatiga o por, y
l se acerc, le tom el rostro con ternura y la bes en la boca,
simple saludo, sin amor ni deseo. Vio la sombra de un avestruz
que corra por el suelo, pero era la bailarina de blanco, el cisne,
que se adhiri a l prendindoseleal cuerpo. l la bes profundamente como metindose en ella, como con sed de su saliva.
"No se pondr celosa tu mujer?" le dijo el cisne mirando a
Rosana que en algn momento, l no habra podido decir
cundo, haba tanta gente que lo empujaba y abrazaba, pero
estaba all a su lado. Llevaba puestos sus anteojos oscuros y
tampoco supo esta vez si era por el solo porque haba vuelto a
189
191
Martes
"que es la primera vez que le cuento a alguien lo que pas ese
da. Tal vez porque al escribir-te puedo mirar ms serenamente
las cosas, no por ese esfuerzo extraordinario del distanciamiento que propugnaba Brecht sino porque despus de tanto
tiempo y de tantos pases tengo la medida exacta del absurdo y
del ridculo que las rodearon y de que fuimos vctimas. Cuando
fue a verme poco despus del medioda (nunca haba ido a mi
departamento, que era ms bien una pieza grande y casi vaca
con un minicuarto de bao donde el bidet me serva de cocinilla
para el caf, o sea que en cuanto abr la puerta y la vi, medio
desamparada, no sonriente y con sus anteojos que siempre eran
una profeca de algo grave sucedido antes de ponrselos, supe
que haba tomado la decisin que vena esperando, que ya no
me hablara ms de la imposibilidad de separarse de su hija ni
mucho menos, como algunas veces, de su compasin por el
Cretino que no mereca ni siquiera eso, porque era un teatrero
infame que se pona a llorar cuando ella le deca que no le
quera) me dijo que haba pasado el lunes buscndome desesperada, que ni Desiderio ni Galo pudieron darle ninguna noticia,
que haba pensado como una loca en algn accidente pero le
aconsejaron esperar un poco antes de averiguar en los hospitales y no se atrevi a llamar a la polica (el Jefe Nacional era
amigo del Cretino y yo mismo lo encontr algunas veces en su
casa y, gajes de la gana de estar con ella, incluso haba tomado
unos tragos con l), hasta que tuvo el coraje de ir a llamar-me
varias veces a esa puerta por donde yo entraba cada noche a
seguir solo con mi tos y mis proyectos, a esa habitacin cuyos
muebles, cajones, paredes, sbanas, toallas deban estar ya llenos de mis reflexiones tenaces, por ejemplo: ninguna mujer ha
arriesgado tanto la vida por encontrarse con alguien o sea que
realmente me ama, cmo ser pasar una noche entera con ella y
192
con su cuerpo sin que las seis de la tarde nos devuelva a lo que
somos el uno sin el otro, claro que ninguno de los dos puede
creer 'ya en la felicidad del matrimonio pero quiz
llehas dado cuenta de que ~
sea posible vivir juntos sin que esa fiesta
quienes se ~n nuna se dice
permanente y reinventada cada vez (nica
que viven juntosl Ser tal vez
potqueeso se parece ms bien a
manera de que siga siendo amor) se deteir muriendo junlosl
riorara cada da entre el comedor y la cocina
y tratara de rehacerse intermitentemente las noches en el dormitorio o el bao, o mis decrecientes definiciones de la verdadera
felicidad: vivir con ella +-verla de dos a seis todas las tardes-epor lo menos cada semana aun cuando fuera una sola tarde
--verla aunque fuese el domingo con el Cretino a su lado y
rodeada de otros huevones y de las pelotudas de su crculo, y
me cont, llorando "no por lo que tuve que sufrir el domingo
sino por mi desesperacin de ayer", cmo fue el domingo
infame, la violacin sugerida por la celestina de la madre y
auspiciada por el pantalonudo del padre y en la que slo falt
que actuaran como testigos presenciales, y que haba dejado en
su casa listas en una maleta las pocas cosas que llevara, "slo las
que t me has regalado, nada que le deba a l", y me pidi que
furamos a recogerlas para largarnos, a dondequiera, ya no le
importaba a dnde, pero pronto, hoy mismo, no sea que el
Cretino volviera intempestivamente de la hacienda o que Divina la enterneciera e hiciera tambalear su decisin. Debera
decir que me alegr el hecho de que al fin mandara al carajo ese
mundo y que tuviera el valor de comenzar a vivir realmente,
como si yo la naciera, pero tuve el mismo miedo que, cuando
chico, me causaba tener que saltar la acequia junto al ro:
miedo de que fracasramos, y ella no poda permitrselo, miedo
de que una vez terminada la borrachera despertramos con un
terrible chuchaque durante el cual se quedara conmigo para
siempre, pegada a m, en la misma casa, con los mismos amigos
y problemas, ya fuera por una pena similar a la que a veces
senta por el Cretino, ya porque no podra volver a dnde?
despus de una aventura tan ridcula como las de las protagonistas de esas historias a la manera de Pitigrilli que se escapan con
un agricultor guatemalteco o un enterrador paraguayo, miedo
de que despus de haber sido felices por partes lo que entonces
concebamos como la felicidad completa se nos fuera gastando,
como sucede siempre, con esos dilogos amargos que comienzan con "ya debemos tres meses de arriendo", "y de dnde
193
padre que lo supo por el Ministro que en pocos das se establecera el control de divisas y yo pensaba y si resulta el viaje?),
que nunca le haba dicho que tena ese dinero (haba muchas
cosas de las que nunca le haba dicho nada y ella comparta
sonriendo mi definicin de que el amor era aquello que suceda
entre dos personas que no hablan sino de eso), dijo que todo no
era sino una mentira y un pretexto para evadir mi responsabilidad cuando. despus de haberle calentado durante aos los
odos con promesas y proyectos, haba que adoptar decisiones.
Dijo que no le sorprenda porque ya se haba dado cuenta de
que era un cobarde y que el hecho de tener los dlares en mi
casa probaba que estaba resuelto a irme en cualquier momento
sin siquiera decrselo y dejndola sola y algo ms que no o
porque sal dando un portazo a buscar al portero, al hijueputa
que me robaba no un dinero sino toda una posibilidad, quizs la
nica, de cambiar, no el mundo, sino la vida, es decir mi-nuestra
vida, de largarme de esa mierda cotidiana en la que slo ella me
retena, de recomenzar para comenzar a ser lo que habra debido ser y nunca pude, por mi culpa, es cierto, pero tambin y
tal vez ms por culpa de los otros. Le romp el alma a patadas
pero neg hasta el final: el final quiere decir la polica. Al hacer
la denuncia no me interesaba que le aplicaran el peso de la ley,
como decan los Esdrjulos, sino que le arrancaran de cualquier
manera eso que ya no eran simplemente unos billetes sino
grandes ciudades con museos y teatros o aldeas de las islas de
Grecia con olor a pan y vino: de cualquier manera, Rosana slo
para m, porque entonces ya no tena miedo sino urgencia de
ella. Lo torturaron y es la nica vez que no he sentido ni
solidaridad ni indignacin ante los mtodos de la persuasin
oficial. Y el hbil hijo de puta dijo que era inocente, pero que
una seora haba ido el lunes a buscarme, que seguramente ella
tena otra llave. Para la imponderable lgica policial, el frasco de
perfume era un indicio que volva verosmil la culpabilidad de
una mujer. Dije no saber de nadie que me hubiera buscado la
vspera, pero el carajo agreg que ese mismo da esa seora
haba ido a verme y que estuvo largo rato conmigo. Me sometieron a un amable interrogatorio, insistiendo en que no se
trataba ya de un caso particular sino que incumba a la seguridad
pblica y otras huevadas por el estilo. Pronto entrev las consecuencias que poda tener el incidente, dije que daba por terminado el asunto y que retiraba la denuncia, lo cual no hizo sino
195
196
novelescas y no "de novela", que interpreten en.lugar de reflejar un espacio social, el tiempo psicolgico, la condicin de los
seres, el absurdo cotidiano, el herosmo (raro) casimente cotidiano, recuerda que "mientras la vida no propone sino datos, la
novela es una obra de conocimiento", y crea tus personajes, mira
los diversos yos a travs de tu yo, djalos que acten como
personajes olvidando lo que hicieron o les sucedi como personas, y asume as la realidad de tu libro, es decir la aventura
siempre inconclusa de tu propia conciencia: esa honestidad sin
la cual sera mejor que el escritor se buscara un cargo pblico. O
sea que volvemos al martes, al rengln donde l dice: fui a
tomar del cajn de la cmoda, donde los tena escondidos bajo
las camisas, cerca de dos mil dlares que haba reunido vendiendo mi mquina de escribir, libros, cuadros, discos y el
tocadiscos, pidiendo prstamos a amigos que saban que no les
pagara nunca y al Banco, que no lo saba ni le interesaba porque
haba un garante. All estaban los hermosos billetes verdes que
abstractamente significaban el saqueo de nuestros pases por la
voracidad extranjera pero que en mis manos eran slo smbolo
de viaje. Inmediatamente pens-que a fin de ganar tiempo lo
mejor sera irnos a Europa (Grecia, despus de tantoj') donde
no se necesita visa (nosotros, los latinoamericanos, sospechamos mucho de nuestros "hermanos continentales"). Entonces le
pregunt si haba llevado su pasaporte. Per no tena pasaporte,
la nica vez que haba salido del pas fue a Miami en luna de
miel, y era el Cretino quien lo tena con la indicapin "Viaja
acompaado de su esposa" y las dos fotografas. Cuando comenc: "Pero no se te ocurri pensar", me dijo: "Eres t el que
deba pensar,- se es tu oficio, no?", pero no haba pensado,
hablbamos mucho de amarnos, de ser felices en Grecia, de
recuperar los aos perdidos, discutamos y nos resentamos
No ser esa esponjita de amor
porque "te noto algo cambiado" o "no me
que tienes en lugar del corazn?
quieres como yo", pero nunca hablamos de
dijo Bichito
las cosas, digo de las concretas, los pasajes,
el dinero, los pasaportes, ni siquiera record --y se s es mi
oficio-- que en ese pas la mujer casada es "relativamente
incapaz" y que necesita una autorizacin escrita del marido para
viajar al exterior. Ella dijo que le pareca excesiva coincidencia
que recordara todos esos requisitos precisamente en el momento en que haba definido su destino, que le extraaba que
despus de haber preparado tanto mi viaje no pensara en que
198
ella necesitaba los mismos documentos que yo, que todo no era
sino una mentira y un pretexto para evadir mi responsabilidad
cuando, despus de haberle calentado los odos con promesas y
proyectos, haba que adoptar decisiones. Dijo que no le sorprenda porque ya se haba dado cuenta de que era un cobarde y
que el hecho de que tuviera en regla mis papeles y los dlares
en mi casa probaba que estaba resuelto a' irme en cualquier
momento sin siquiera decrselo y dejndola sola y algo ms
que no o porque sali dando un portazo. Esa noche pens que,
como de costumbre, podramos volver a vernos donde Desiderio hasta encontrar alguna solucin a esa situacin nuestra de un
hombre que ya no poda quedarse y de una mujer que no poda
irse, personajes a la inversa de una novela policial de William
Irish, y la llam al telfono para proponrselo. Me contest con
una sola frase que era una pregunta: "y t, pedazo de estpido,
pudiste imaginar que volvera a verte en mi vida?", y cort. No
pude volver a llamarla: deba esperar unos das a fin de que
estuviera ms serena y no saba cundo volvera el Cretino y
adems para qu: no poda acusarla de nada, ni siquiera de sus
sospechas, y no me consol tampoco decirme que ese pas era
una mierda, porque hay cuestiones mucho ms graves y urgentes, verdaderas infamias jerarquizadas, que revisar la legislacin
sobre el matrimonio. Y no volv a verla. No s si cuando
regrese, tal vez, aunque ya se nos habrn ido estos aos. Me he
dicho a menudo que fui cobarde, que deb haberme quedado
aun cuando fuera para habernos ido a enterrar en una aldea (yo
que ya no toleraba la capital) donde no llamramos la atencin
de nadie, donde no nos encontrara el]efe Nacional de Polica,
de donde no la hiciera volver el Cretino. Pero qu sentido
habra tenido, en lugar de nuestras tardes clandestinas, una vida
clandestina de perseguido, no siquiera por una voluntariosa
actividad revolucionaria sino por no tener derecho de querer a
quien quera, cuando ya lo-los dems me interesaban poco. Por
eso decid venir, a sabiendas de que no por cambiar de espacio
fsico se cambia, forzosamente, de sociedad inhumana, que no
por dejar una exterioridad geogrfica o gregaria te deshaces de
tu conciencia, de ese equipaje que viaja contigo y que no
puedes olvidar en ninguna estacin y que, por el contrario, se va
llenando de recuerdos gastados y con agujeros como calcetines o
camisas viejas que no te animaste a tirar. Quizs ahora comprendas que no tenas razn, etc.
199
convencerte habra sido en vano. Tal vez pueda ensayarse previamente con un tratamiento psicolgico intenso, como el del.
parto sin dolor, pero requerira tambin algn tiempo adicional.
En cuanto a ella, pese a su buena familia, sera ms simple,
porque las mujeres son ms exhibicionistas que los hombres: la
prueba est en la desproporcin de sexos de los que se dedican
al striptease. Por ese lado, me preocupara menos. Una vez
superado el problema del asentimiento de los participantes, se
convoca al Juez del Crimen y al Secretario del Juzgado correspondiente y se redacta un acta ms o menos en los trminos
siguientes: "En Quito, capital de la Repblica del Ecuador, a los
tantos das del ao de gracia de mil novecientos tantos, el
suscrito Juez del Crimen, revestido de la autoridad que le
confiere su cargo, se constituye, en compaa del Secretario del
Juzgado, cuya competencia queda demostrada en folios de tantos a tantos vuelta, en el local domiciliario del cmplice que
responde al nombre de Desiderio, ubicado en las calles tales y
cuales de esta ciudad, para realizar, como de Ley se requiere, el
debido peritaje demostrativo de la existencia de adulterio,
segn denuncia legal del seor Fabin Golms por intermedio
de su apoderado legal el Dr. N.N., cuya personera jurdica ha
comprobado mediante poder extendido en esta ciudad en fecha
tal y en los siguientes trminos (siguen siete folios). Juramentados que fueron los tcnicos peritos del Servicio de Investigacin Criminal de esta Provincia e informados que fueron de las
responsabilidades de su cometido, quienes declaran conocer y
estar debidamente instruidos de la materia del peritaje (siguen
cuatro folios), ante m se hicieron las pruebas, que de Ley se
requieren, de la idoneidad del instrumenro que se emplear
para proporcionar la evidencia requerida. El artefacto est constituido por un hilo de acero, de calibre cero cero diecisis,
segn notacin japonesa, informacin proporcionada por
el seor ingeniero X.Y.Z. quien, bajo juramento como se encuentra, dice conocer bien las caractersticas del mencionado
material, por lo cual se ha requerido su presencia como
experto nombrado por este juzgado, consideracin hecha de
que se harn las pruebas fsicas y fehacientes de la calidad del
artefacto. Procdese a la medicin del hilo, el cual tiene
dos metros quince centmetros de longitud, la cual los peritos del Servicio de Investigacin Criminal declaran ser suficiente por cuanto permite completa fijacin en las manos
201
203
mos muchos y porque nos reamos. Aquello era sencillamente increble y estaba, adems, la experiencia; todos
sabamos, ms o menos, lo que hacen los casados: discutir
por dinero, pelear por nombres de mujeres que no habamos odo antes, chismear con los vecinos, llorar las mams,
castigar los paps. Pero eso, hazme el favor. El Cuico, harto
de nuestra, incredulidad, furioso por nuestra ignorancia,
grit la frase que lo perdi definitivamente:
-Yo lo hice.
-Mentiroso -le dije-, anoche me dijiste que lo habas
visto.
Los dems se ensaaron:
-Con quin.
-S, a ver, con quin.
-Qu se siente.
-Dnde est tu hijo.
-Mentiroso.
-Le voy a avisar al Padre Palacios que tienes pensamientos
cochinos.
- y yo qu culpa tengo de mis pensamientos.
-Dios ve todo hasta endentro de tu cabeza.
-S, y que te haces la paja.
-A ver si le confiesas eso al cura.
El Cuico, impotente y rabioso, se fue apartando de nosotros, vencido por la razn de la mayora, abjurando de su
verdad -la ley de la cada de los cuerpos, la composicin
de los movimientos y el principio de la inercia-por pavor
a la Inquisicin: la vara de lamo, la regla metlica, el
calabozo, dicindonos:
-Broma no ms era, para ver qu cara ponen.
Miedo al dolor, me digo.
("Yo, de setenta aos de edad, hijo del difunto Vicenti Galilei,
comparecido personalmente en juicio ante este tribunal, y
puesto de rodillas ante vosotros, los Eminentsimos y Reverendsimos seores Cardenales, Inquisidores Generales de la Repblica cristiana universal respecto de materias de hereja, y
atendido a que me he hecho vehementemente sospechoso de hereja por haber sostenido y credo que el Sol est en el centro
del mundo e inmvil y que la Tierra no est en el centro del
Universo y que se mueve, maldigo y detesto los arriba mencionados errores y herejas, y juro para lo sucesivo nunca ms decir
207
208
de los ajetreos. Con unas furias repeta (l) lo que haba dicho
su mam (de l, no de ella) con lo que van a gastar en una noche
pudiramos comer todounao si dizqu hastalagua mineral han
hecho traer de Francia. Pero se le notaba (no a la mam, sino a
l) que le golpiaban los chismes que l mismo haca, 'como una
carambola de tres bandas o un retruco. Fuera de l, les juro que
fue como da de fiesta en el barrio. Criados indios o aindiados a
los quehaban hecho lavar la cara dos veces y peinados como si
fueran a casarse (los criados, no ellos), con ropas recin lavadas
y remendadas para que no se vean los rotos ese da, bajaban de
todas las calles hasta su casa (de ella) con un ro de relojes de
pared y de mesa, lmparas! jarrones, adornos, todo brillando,
cosas de plata, de porcelana, de cristal-de-venecia, veme-yno-me-toques, en fuentes de espejo amarradas con una cinta
blanca anchota. Por la misma ventana donde haba visto (l)
tanto baboseo y su manoseo (de la hermana con el novio) sin
pensar que eso siempre va a parar en esto, se vea su cuarto (de
la hermana) lleno de mesas y sillas donde seiban amontonando
los regalos y seiban amontonando los curiosos que decan ele y
ahura qu se van a hacer con siete planchas, ya lleg el otro
juego de t como cinco tienen ya, en qu comedor entrarn
tantas vajillas. Sus criados (de ellos, no de los curiosos) sudaban
grueso acarriando y desenrollando rodapieses y alfombras en las
veredas desde la puerta de su casa (de ella) dando la vuelta toda
la cuadra de Miseria Velsquez virando por Crucecita Quebrada
hasta liglesia. Yo tena ganas de ver cmoes andar en alfombras,
pero unos chapas de la polica municipal vinieron a espantar a
los guambras y los patalsuelo para que no pisen, como si se
fueran a desdorar (las alfombras). A la hora en que otros das,
otros sbados mismo, hubiera podido (yo) llevarle (a l) a su
casa (de ella) y hubiera podido (l) estar jugando en el jardn o
en su cuarto (de ella) hablando de sus cosas (de ellos) comenzaron a llegar la parentela y los invitados, a pieses, en autos, en
parejas. Las mujeres emperifolladas llenaron la sala, los otros
cuartos que tambin eran sala, el patio, el jardn, o sea que los
hombres se quedaban ellos s pisando y fumando yensuciando
los rodapieses antesde hora. A cada lado de la puerta de call de
la casa (de ella) seiban reuniendo los curiosos y hasta se trepaban a las ventanas denfrente y a los postes de la luz. Cosa de las
siete salieron las seoras, se agarraron del brazo de sus maridos
(de las seoras, una de cadauno) y comenzaron a avanzar despa214
218
223
226
del amo: los caballos son caros: no los tienen sino el ejrcito, la
polcia, sus amos.
Visto desde arriba el indio no existe, montn de ser aplastado
por el sombrero y el ala de su silencio,
desde arriba es ms pequeo el perro que lo acompaa,
minsculo el hueso hambriento,
nia la vieja que juega con su maz en la puerta de la choza de
la tarde,
ms pequea -supongo- la patria con sus piojos.
El que va en la montura se emborracha de podero y viento y
se equivoca y no descuenta el pedestal del caballo para medir su
verdaderabsurda nada de jinete:
as entr el Conquistador, centauro de presidio, con Santiago
y Dios al anca y plvora y gonorrea en las alforjas,
y desde all mat al sedentario, asustndolo al caer o al
desmontarse desdoblndose en las bisagras de las ingles,
y el relincho fue la primera coz extranjera en el vientre del
pobre.
Fcil le fue cambiar despus la armadura por zamarros y el
arcabuz por foere
y recorrer al trote los linderos del pas que se apropiaba recogiendo del suelo gabelas, diezmos, primicias de frutos y doncellas
y dej en el aterrado corazn del perseguido
dos latigazos como una cruz, para que crea.
Llam a su mayordomo, lo sent en el rocn ms flaco, en el
de arns ms triste, le puso una gorra sobre la cerda y diez
sucres en el bolsillo, le dio un sable a cambio de su alma
y lo solt junto a los perros a cuidarle la hacienda
y dejar la huella de los cascos y del sable en el pecho de la
gleba.
Pero el sargento le rob una yegua: le haba limpiado tantas
veces las patas de excrementos
que trep como caudillo a la montura
y con yegua y todo se encaram al gobierno
lanzando a la pobre bestia contra el hombre que sola hablar
del pueblo
odindolo por eso y porque lo miraba ya con asco
por esa enfermedad que empezaba a apestarle en la historia,
por esa sota turbia con que le hacan trampa en su propia
baraja:
el gorila encima de la albarda.)
227
con nosotros, agentes del comuesmo iaternecional. Para colmo, un. m,embrq del Comit Central del Partido..Brutos, el Secretario General de la Administracin viene aqu y ya no queda
trago. Recoger los restos de los vasos, aadirle agua mineral y
hielo. Rechoncho, bestia, blancuzco, como de celuloide. Como
la Administracin. Vamos a tomar un trago en mi.casa. .Qu
pasaba? Con tal de beber, dondequiera y con quienquiera, "Si
slo nos reunimos entre nosotros nunca haremos conocer nuestra lnea." "Los contactos personales son importantes." "No hay
que ser sectarios." Seamos francos: vamos porque tiene whisky;
Automviles, rasis; cerca de una direccin imprecisa, hasta que
llegue el anfitrin. Aqu? O es una broma pesada o nos.jodmos. U Oficina Nacional de Seguridad, como si no la conociera
bien. No se asusten, es en el cuarto piso. Rindose. Esperando
desgajados en la escalera, en el fro de la noche del patio hasta
que abra. Un alarido de dolor en la planta baja o tal vez en el
stano. Y una pestilencia sbita. El Rspido, cubierto de mierda:
Vengo a decir que no voy a poder venir. Al bajar del taxi se
haba cado en una alcantarilla..El nico que se dio cuenta de
que faltaba era el dirigente del Comit Central. Haba regresado a buscarlo, vio los manotazos que daba tratando de salir al
aire. Qu pas, te caste. No, cejudo, aqu vivo. El departamento del Secretario, como retroceder a otro siglo de otro pas.
Cortinas de terciopelo de un rojo de vejamen; Muebles "estilo
Luis XV" dizque. Huevadas de porcelana que llaman bihelots.
Cosas doradas. Un cuadro del Corazn de Jess, tamao supernatural. Encantada, qu sorpresa, no faltara ms. Con una camisa de dormir transparente. Srvanse un whiskisitQ. El 'Telefunken desentona en ese siglo. Tambin sera absurdo un cuarteto de cuerda. Y dale al rock y al mambo, frePfeia! Cristo
inmenso que mira al cielo con una lagrimita en eloj() izquierdo.
Con. su permiso, su Ilustrsima. Entre dos discos, el ~au;idode
abajo. Algn torturado. Ratero o estudiante? Tambit).,oiraesa
msica como otra tortura. Entre dos whiskies, t~bin .est
bUlandoahora? Atlrnenta el volumen para que.no se.oip lo de
abajo? .No, debe haber estsdo muyocu~o ese.. ~he: el o$ltilQ
es la bestia. Segn el comunicado, en lodos 105 per~QSide:la
maaQ.a, comoes natural en un pasque .se.precia,(11,Qobieroo
haba debelado unaconspirl(inexttem:ista q\\~ .preteoma
sumir.al pas en el caos y orrasboludeces por.el~$tilo..Me dije
que debera Ilamar a Rosana y de paso a mam, que estaran
229
inquietas. Y, como en cualquier pas etctera, comenz la srdida cronologa de presos, de torturados, de fugitivos, cobardes
y delatadores. Queramos hacer algo, no s qu, pero hacer.
Gritar por nuestros cadveres, por el cadver de nuestra fe en
nosotros mismos tambin, aun cuando no fuera sino defender lo
poco que quedaba de Constitucin, porque algo es algo, no te
parece? Pero los dirigentes nos dijeron que no debamos caer
en la provocacin que nos tenda el gobierno, que era preciso
mantener la serenidad y el orden hasta las elecciones, que era
fijo que bamos a ganar. Nuestro candidato tambin dej sentada su protesta. (Ganamos un Presidente elegido por los humildes, o sea elegido tambin por nuestros muertos. Ganamos
algunos asientos en el Congreso. Seis meses despus, el Presidente disolvi el Congreso y recomenz el terror, con saa,
contra quienes habamos votado por l, tal vez para suprimir a
los testigos de sus promesas, acreedores fastidiosos. El Gobierno -() sea l- disolvi las organizaciones sindicales y
populares, nos puso fuera de la ley, estableci campo, de concentracin, aprendi modernos sistemas de tortura, obtuvo los
prstamos que le negaba Estados U nidos. Algunos nos pusimos
del lado de donde soplaba el huracn. En cuanto a los otros se
portan bien. Ya se sabe que el lumpen se opone a las trasformaciones.) Grupos de estudiantes que no queran esperar, que
estaban hartos de la contabilidad sospechosa de las urnas, que
no podan envejecer de golpe para aceptar las soluciones tmidas que nos proponan los dirigentes, que seguan indignados
por su Universidad ocupada por las botas, realizaron todo el da
manifestaciones en las calles que haban amanecido apestando a
caballos y a tropa. Con sus resmenes de filosofia, con sus
cuadernos de matemticas o sus libros de medicina trataban de
parar el golpe del sable o del disparo. A algunos les ha quedado
la cicatriz en la frente como sello de autenticacin en el diploma
de su licenciatura en historia de la patria.
De boca en boca se anunci para el da siguiente, a las diez de
la maana, el sepelio de las vctimas. Fui al hospital a preguntar
cmo segua Potrilla, pero me dijeron que estaba en la morgue;
fui a la morgue, me dijeron que la haban llevado a su casa; fui a
su casa, all no saban exactamente: los estudiantes queran
hacer el velorio en la Universidad pero el ejrcito se opona, tal
vez en el local de la Confederacin de Trabajadores; fui a la
CTE, pero los mismos uniformes lo haban prohibido; alguien
230
232
PRLOGO
Si juntara todos los momentos en que estuvimos juntos,
seguramente no sumaran mucho ms de un mes. No vivamos
enla misma ciudad y, 10 que es ms grave, l era ya 10 que fue y
yo apenas comenzaba a ser 10 que no he sido. Me llevaron alsu
pasin por la justicia y mi deslumbramiento por la literatura que
entonces era como decir el mundo. Am al Grupo de Guayaquil
que me hizo conocer al montuviocompatriota y al cholo compatriota que no conoca an y en sus relatos escuchaba no slo el
resoplido ronco de la protesta sino que hasta me pareca or el
chapoteo del agua de lara, que era como decir el mar, que no
haba visto an. Desde el comienzo, Joaqun Gallegos Laca fue
para m un maestro, ms que de literarara, de hombra: su
coraje de varn volva automticamente impdica la exhibicin
de nuestros dolorcitos, De la Cuadra 10 llam "el suscitador",
aunque me parece que no se dio cuenta exacta de todo 10 que
Joaco poda suscitar. Lo conoc cuando estaba descuartizado
entre su disciplina de militante y su vocacin por la verdad. En
esa .poca -yen la nuestra, no?-la verdad que no vena de
fuera o que no era aprobada por mayora de votos, constitua
delito. Joaqun era el delincuente,' porque opuso su certeza
ideolgica y su tenaz honestidad revolucionaria a la infantil
creencia de que por un acuerdo tcito entre las partes podra
suspenderse durante la guerra antifascista la. lucha de clases.
Entonces Jo dejaron solo, porque iba contrala "lnea" y se trat
de hacer que nos apartramos del renegado. Pocos fuimos los
que, Ga1 vez por nuestra juventud, no le tuvimos.miedo ala lepra
de la verdad que, desgraciadamente, no es muy contagiosa:
basta ver a dnde fueron a parar muchos de los que. ramos
jvenes. Fue necesario que Jacques, Duelos dijera lo mismo que
vena diciendo Joaco para que los. dems sepesieran a pensar, lo
cual, en su caso, ha sido siempre ..repetir.,Peto esa otra lepra
peor, la soledad, lo iba cubriendo, a l, que siempre estuvo en
mitad de la multitud, recibiendo con ella los golpes de la polica
y del orden. Le quedaron pocos camaradas leales y, como a
233
237
histrico de apristas y bolcheviques! Y si busco sentirme culpable es porque me siento brazo de la justicia, forzndome el
arrepentimiento, esforzndome por llorar de arrepentimiento,
llegado el gran da del arrepentimiento/ Acsome padre de
haber visto una mujer desnuda! Por la rejilla tenebrosa sale la
voz terrible, la de la clase y de la capilla, de los insultos, apagada
en la pregunta srdida! En qu circunstancias? Cuntas veces?/ Una no ms, estaba con pap! Cuando vaya sentir una
chispita de arrepentimiento por la mentira y por el pobre viejo,
al que los dems lo hicieron masn y yo lo haca asqueroso, el
cura ya me absuelve/ El odio 10 fatiga, le sube desde el vientre
perforado en esa aproximacin a la muerte como a una ciudad
cuya poblacin ya ha comenzado a salir a su encuentro/ Aunque
Glvez no lo mira, el cura tiene las manos juntas sobre el pecho:
la seora Emma y la monja bastan como pblico/ La mosca se
pasea por la frente y se enreda las patas en las cejasl'Misericordia, porque te rebelaste contra el Seor y 10 ofendiste, como
Luzbel te levantaste contra su Poder, pero an te queda tiempo/
Glvez hace un gesto de fastidio que no ahuyenta a la mosca!
No me joda ms padre, dice/ Da vuelta la cabeza y se queda
mirndome/ Parece asombro lo que hay entre la palidez y la
barba de dos das, sin saber qu hago yo all, pero el tubo de
goma se lo explica! Le sonro solidario, como si recordramos
juntos aquella ocasin en que me di jo Corre que la polica est
dando palo, y yo le dije Yo no siento nada y l Claro el que los
siente soy yo, riendo como si no le hubieran dolido/ Hace un
esfuerzo para pasar la lengua por los labios, la monja le pone el
algodn hmedo sobre la boca, y l lo muerde con furor/ No los
enumeres, basta con que repitas conmigo: Perdname, Seor,
todas mis culpas con que te ofend y ofend a mis semejantes,
para que mi alma sea digna del Glvez abre los ojos/ La mosca
vuela perezosa y se posa en una mejilla! l se queda mirando
una mancha oscura en la pared y yo veo all, con l, en miniatura, la plaza, la tarde, el asesinato por todos lados, los cados/
Veo que el rencor le da ms fuerza que mi sangre y me alegra
que pueda indignarse: odia, luego existe/ Que ellos se arrepientan caraja de sus crmenes y usted tambin, dice/ Hijito, por
favor, Galito, hazlo por m, dice la seora Emma acaricindole
el rostro/ Usted tambin djeme en paz mam, dice l! Ah, dice
el cura mirando la mosca, nadie conoce los designios de la
Divina! Los crmenes, dice Glvez/ El cura levanta el brazo
242
248
251
252
CARTA
Guayaquil, Mano' de 1.987
Seora Dofta
Perla Buenaventura de Bactgalupo,
9 de Octubre N9 1318, Telfono 23205,
Domicilio: (Esperanza Corts),
Presente.
Noble y obsequiosa esposa:
Indiscutiblemente, este hlst6rlco micro documento, si bien, hoy, pan 101
Interesado~ y profazadores, 9,ue, como esporoz!larios, en colonia, invaden el recinto de Vesta, en afan, de que, de algun modo, an cuando entes, adscrbenses circunstancias en sus corrodas y alcornocas mentes, volteando sus grupas a sus deidades, dos y diosa, venteando sus miriipodol
hacia la fase de sus bienhechores, hoy vulcanse, se pierden y se agitan
en el vrtice de la confusin, y de ello, ellos planifican la Industria de la
produccin. . . .
Dulcsima y venerada esposa, hoy, y nInguna otra 'fez, ponga los atributos de Argos" en las gentes que se empean en que nos separemos: reflexiona: habria Ud. escogido a su esposo precisamente como su enemigo mayor? hizo algn hombre, si, como otra persona que yo y Ud., entregar e incorporar a la sociedad nuestros hijos. con el prurito que se va
identificando, como sigue: Juan Carlos, como discpulo de Scrates; Schu))erth, para discpulo de Pitgoras; Dalton, con la genialidad, con dotes
de Enrico Caruso, con capacidad de Scrates, Hipcrates y Demcrito fi
nalmente; de mis hijas, cada cual, con atributos femeniles. pulcros e- nteligentes, para, en servicio, como lites, crcunscrbrses en los trminos
que examina y exige el siglo XX, en sus aos respectivos.
Tambin, yo y t, esposa que nos pertenecemos y que convlvlmos een
ta sociedad, en los trminos equi1iorados que, sin pre\'ia convocatoria,
ercunseribimos y vivimos adscritos a las CIrcunstancias llevadas a cuestas por Moiss, por encargo, el Declogo.del Seor, Q.ue los profazadores
'1 detractores empeados en la desaparicin de ste Jacinto de vidas henestas, debemos, conjuntamente extirpaIOS de aquellos, y convertirnos,
si asl requiere el caso, con la prudencia difana que como norte, es mia y
tuya, reconstruyamos la verdadera atalaya de nuestra procuracin,
253
P. D. -
Si t pudieras lograr en tu gnero lo que el maestro Bacigalupa Ojeda alcanz en el suyo. Porque esto tambin -y sobre
todo esto- es como el Zen: se puede "ser" o "tener" Zen
lavando platos o elaborando un sistema filosfico, poniendo una
coma cada cuatro centmetros o sin utilizar ninguna: de lo que
se trata es de hacerlo conscientemente, sin dejar nada al azar, de
deshacerse de las ideas recibidas y basarse slo en la experiencia
propia y la meditacin. Exactamente como en los toros. Claro
que en cuanto a ideas...
"Analizando las costumbres que son exponentes prcticos de
las tendencias o sntesis de preponderancia de valores, logramos la aprehensin inductiva de los ideales que presiden la
hegemona en la contienda ---eternamente establecida entre
los factores positivos y negativos primarios o hallados en el
camino del fin social. El refuerzo de los valores positivos tiene,
por tanto, dos proyecciones: el propio desarrollo y la destruccin de los negativos. El bien se cultiva por el bien mismo y
para la evitacin del mal, que es un bien. En conclusin:
inmersa la poblacin en un ambiente apropiado para la manifestacin, cultivo y desarrollo de los complejos psquicos superiores y para la absorcin de los inferiores, queda justificada
la preponderancia de los productos positivos del cuerpo social
254
..
-Seramos como somos si nunca hubiramos escuchado una
obra de Bach, visto un cuadro de Goya, ledo un poema de
VilIon?
-No, seramos peores..
-Pero ah tienes a nuestros indios.
-S, pero ah tienes a nuestros gorilas. Entonces hazme el
favor de poner la cultura entre signos de interrogacin. Es
sospechosa.
..
GIvez leyendo el peridico en alta voz: Guayaquil, representado por lo ms destacado de sus fuerzas vivas ("generalmente
son las muertas", acota), periodsticas y sociales ('claro, stas
no son vivas"), ha rendido el fervoroso homenaje a su respaldo
de su simpata y de su inmenso afecto a Otto Arosemena
Grnez, el ilustre guayaquileo, destacado poltico y ejemplar
ciudadano ("y negociante del gas del Golfo a travs de ocho
tenderos, choferes, vendedoras de fritada, testaferros que al
da siguiente 'cedieron sus derechos' a ADA, filial de la Phillips Petroleum Co. "), con motivo de la publicacin de su libro
INFAMIA y VERDAD que tantos variados y elogiosos comentarios ha tenido en la opinin pblica del pas ("sobre todo
variados', porque la verdad de algunos se parece a la infamia").
Lo ms valioso de nuestro puerto se dieron cita en el saln
Huancavilca del HOTEL HUMBOLDT INTERNATIONAL
("no es posible que quepa all lo ms valioso, tantos lancheros,
estibadores, cargadores, obreros, estudiantes") para, unidos
hacer llegar a Otto Arosemena Gmez su admiracin y su
aprecio logrado por toda una existencia, a pesar de su juventud, ceida al honor, al deber y a la integridad moral, conservando en esta forma la noble e hidalga tradicin de sus mayo-
255
256
neiraen un vestido de georgette francs estampado muy elegante ("y muy ancho me imagino, pata que entren con ella
tantos nombres"), Mencha Miranda Roca de Manrique Trujillo que luca un modelo americano muy moderno de gran
escote ("puede permitrselo: tiene un apellido menos que la
otra"), Silvia Santos Baquerizo de Muoz Insa con un modelo de seda europeo en negro y blanco, Luisa Ycaza Martnez
de B. Pez en una creacin estampada en seda natural verde
agua que realzaba bellsimos pendentif de esmeraldas y brillantes, formando todas ellas ("las esmeraldas?") un grupo realmente hermoso.
257
(Yo escribo, l toma el autobs, ella hace la limpieza, conversamos, tal vez te desvistes. Es posible que todo sea igual, es
posible que esto sea tan consuetudinario, tan ayer, tan maana,
tan siempre? Es posible que la brutalidad ya sea para nosotros
tan familiar como el polvo en los muebles? Quin no es culpable? Quin?)
Midland, Mchigan, 20 de abril (UPl).- Un portavoz de la
"Dow Chemical Company" admiti el mircoles que la compaa haba comprado a fines de 1966 a la Unin Sovitica
2.200 toneladas de magnesio en razn de la escasez de magnesio causada por la guerra de Vietnam.
Horizontales: hoteles - mercados - familias - ciudades -salones - pases - camas - playas - crceles - clases
sociales - calles - piscinas - trenes - oficinas bancos - iglesias - barcos - carniceras - habitaciones - pginas - puertos - escuelas - farmacias - selvas - cementerios - ros - cines hospitales - prostbulos - zaguanes - bibliotecas - tabernas - museos - urinarios
v e
r
t1
c
a
1
e
s
_
_
_
-
260
261
262
263
ftII_
264
dicho. que china ya no vale que cuba ya no vale dijo. y sobre los
indios y sobre el agua carajo qu dijo. no dice nada dijo dice
que nuay que hacer caso a compaeros que dicen que hay que
levantarse dice que hay que esperar condiciones que hagamos
primero solicitud dijo nosotros ca sabimos que nadie hace caso
de solicitud de naturales ya hace tiempo patrn golms dijo
indios no saben escrebir comunistas han dado escrebiendo y
para peor director de trabajo puesto por l mismo es dijo. y
sobrino de patrn ministro dijo l. y compadre de patrn gobernador dije yo. por eso tienes que dar ayudando dijo. y qu
quieres que haga yo dijo. no s patrn dijo vos has de ver para
eso sois inteligente. estaba preguntndole a mi inteligencia qu
poda hacer dijo cuando aadi da escribiendo en peridico que
la gente salasaca quiere tierra que den escuela que den agua que
den trabajo" la gran primicia para tu peridico dije aunque al
da siguiente haya aclaraciones diciendo que la informacin es
falsa o que no ha podido ser confirmada, los pobres salasacas
dijo a veces no tenemos animalitos para dar al cambio y nos
quitan prendas cuando nos atrasamos en el pago eso has de dar
diciendo en el peridico dijo, pero el peridico dije es parecido
a la solicitud nadie lee su denuncia los comunistas les han dado
escribiendo y el que lo lee ya lo saba desde hace casi quinientos
aos y lo ha olvidado a eso se llama la opinin pblica. y ante
quin vamos a denunciar nada dijo ni con la prensa ni con la
literatura puede ir uno a la comisara a denunciar un crimen del
que todos estn enterados y cuando todos conocen al asesino.
que es el mismo comisario dije. ven a que des hablando a los
indios dijo ellos ca esperando estn. hablar hablar hablar dijo
eso es lo que hacen todos lo que hemos venido haciendo todos
hablar palabras que ya se han gastado corno el hroe y hasta el
escudo nacional de tanto manosearlas como monedas. qu quieres que les diga le dijo que tengan paciencia como si yo fuera el
cura de la aldea o el camarada braulio que se le parece slo que
su cielo est ms cercano, no s patrn dijo indios no quieren
esperar estamos viviendo en sequa en la liria necesitamos agua
para nuestras parcelitas no podemos seguir pasando lo que
El narrador y el indio se equivocan. Glvez ha sido despedido del peridico pese a que
la Muy Ilustre Municipalidad le haba otorgado un diploma "en reconocimiento a su labor
periodstica que hacontribuido a despertar la conciencia cvica", O precisamente por eso,
dijo: al comienzo, la maquinaria y el papel venan de Estados Unidos, luego comenzaron a
venir tambin de all las noticias, igual que sus productos en lata, igual que las dictaduras
tambin en serie, todo ello en beneficio de lasempresas explotadoras de nuestras riquezas
266
JOHN f. KENNEDY
Presidente del pals llte en el progreso, bondad y alianza de los Estados
Unidos de Norteamrlca. Que las cohortes de serpientessicarias, ante
Ja elocuencia y el bien, antepusieron 10 oue tienen: veneno, cobardia;
por ende, culminaron con su prcpsto: Eligieron la alimaa y ella 10
mat6...
.
y esas empresas son las anunciantes, ergo deciden tambin sobre los colaboradores.
(Despus de algunos meses de desempleo consigui el cargo de administrador de la
piscina municipal. Por qu no, dijo, acaso el Fakir no fue guardin de la crcel?
Adems, esto me deja tiempo para escribir y me permite recordar cada da la belleza del
cuerpo humano.) Y qu otro peridico le publicara ahora un artculo sobre la situacin
de los indios en la hacienda del Cretino?
267
con abogado y no sabimos qu hacer. (Qu hacer? So grandes depsitos de agua en las colinas: pozos, estanques, cisternas,
piscinas, como un arsenal, arma pursima de combate, y los
indios reclamando su tierra a los patrones, reclamando su vida a
los patrones, reclamando su porvenir que, por no conocerlo
pero querindolo mejor, se asemeja a su pasado remoto, y los
patrones, instalados all abajo, en la ciudad, tomando medidas
para asegurarse el porvenir que, por no conocerlo, pero intuyndolo peor, lo imaginan como la perpetuacin del presente,
hasta el momento en que cansados de la espera de todos los
patrones camaradas los indios abrieron las compuertas: grandes
torrentadas sueltas, ros recin nacidos que bajaban desbocados
a la ciudad y la sitiaban con la amenaza de la inundacin: la
guerrilla del agua, el ejrcito del agua, el ataque inminente de la
artillera del agua.) y t sabes qu hacer dije. no s dijo. debera
aconsejarles resistir dijo que haba dicho pero no puedo ir
contra lo que han dicho los compaeros no puede cada uno
hacer lo que quiera aunque lo crea ms justo. pero la disciplina
se parece cada vez ms a la complicidad dije. s dijo pero cmo
decir la verdad si estamos atrapados entre dos verdades por un
lado todava no es posible intentar el esfuerzo supremo porque
el heroico partido de los braulios que pretende cambiar el
porvenir no es capaz de cambiar el instante pero si lo dices
favoreces a los gamonales y por otro lado si afirmas que es la
hora de la gran fractura histrica cometes a sabiendas un error
que hemos de pagar todos. entonces vos tampoco quers ayudar
dijo que le dijo mirndolo como alguien a quien se le ha muerto
alguien. no es eso dijo sino que es peligroso si hay un levantamiento habr muchas vctimas y ser mi culpa. ahura tambin
hay dijo ya han muerto algunos guaguas ("El sacristn de Columbe cobra 50 centavos por cada cuadra que los indios tengan
que recorrer con el cadver, sea cual fuere la distancia entre la
casa donde se vel y el cementerio. Los 50 centavos corresponden al servicio de doblar las campanas. Para ello los indios
deben detenerse al final de cada cuadra en que suenen los
taidos a muerte. U na familia indgena lleva un pequeo atad
blanco envuelto en una sbana sucia. Desde el campanario, el
ceudo sacristn controla la marcha fnebre mientras tae apresuradamente las campanas. Las tae tan repetidamente que los
indios no tienen ms remedio que ir primero al trote y luego a la
carrera, para evitarse pagar en forma tan repetida los 50 centa268
"OS.
larga carrera al cementerio... El sacristn de Columbe es mestizo, o sea indio revestido, aculturado...") culpa no es tuya sino
de patrones dijo yo y mis compaeros .cavamos hace aos la
acequia y ahura nos quieren quitar nuestra nica agita dijo y
ellos tienen dos aguas contando con el ro y nosotros ninguna.
pero vamos a ver dijo qu piensan hacer ustedes los indgenas.
call dijo y mientras callaba le vi los ojos a fondo esa mirada
habitual del indio que no comprende cmo por qu no le han
quitado todava su parcela pero basta los indios son capaces de
matar y dejarse matar por la tierra y el agua al fin y al cabo por
ellas se han hecho siempre las revoluciones y slo como consecuencia por el hombre. la tierra y el agua dijo son los nicos
conceptos indgenas concretos donde comienza y termina la
realidad. no s patrn dijo quizs reunin. y t vamos a ver
ustedes dije qu piensan hacer. no s dijo quizs reunin qu ms
hemos hecho hasta ahora sino reuniones.
Estaba sentado al borde de mi cama, mirndose los pies que
apenas le llegaban al suelo, con las piernas colgndole como si
se hubieran equivocado al rehacerlo despus de una catstrofe y
le hubieran puesto las de otro, mirndose esos pies que nunca
dejaran huella de su paso por la tierra. Lo terrible del desvelo,
dijo una vez, es que enciendo la luz y me veo los pies, largamente. Cmo son? le dije. Horribles, dijo, perfectos, pies que
no se han utilizado nunca, como los de un nio de pocos meses;
entonces amo los pies deformes de los indios, de los que caminan, pies de un cuadro realista: hallo que son hermosos. Y, sin
embargo, no eran sus piernas el principal obstculo para la
accin: todos fuimos o somos alguna vez sus piernas y l estuvo
siempre en todas las manifestaciones de la clera, cuando los
caballos pisoteaban nuestra esperanza, excepto la suya. S que
es humillante, deca, pero slo es cuestin de subdesarrollo: en
otros pases ms adelantados se emplean tanques. Su invalidez
era nuestra, de todos nosotros, del pueblo?: esa pasividad de
posrvivo, esa espera leprosa de que las cosas cambien por milagro o por la accin de no sabemos bien quin, ese inconformismo
puramente verbal que al no convertirse en acto equivale al
conformismo. Peor an, dijo Glvez, es una pereza mrbida, un
verdadero mal "de nacin" como dice nuestra gente hablando
de las enfermedades congnitas, mal del pas, y entonces nosotros ya ni siquiera somos responsables de la sociedad en que
269
272
Son ocho, no estoy tan borracho para creer que sean cuatro y
adems forman un crculo, sentados en el suelo comoesnatural,
y parece que fueran jueces pero de los insobornables, y yo el
acusado, porque estoy dems, distante, sentado contra la
puerta, tranca de la puerta porque no hay aldaba, para impedir
que alguien entre. Tres indias con caras de varn, candelasoplando en cuclillas junto al fogn, preparan una agita de
Bidlito entr con una maleta
canela. Huele a 10 indios reunidos que no es
pequea y bajo el brazo lo que
lo mismo que el olor de uno multiplicado
llamaba "mi cargamento de sabidua". Ahora ya me puedo
por 7 + 3. Despus de cuatrocientos aos
quedar, dijo, ya me separ de l.
d e Sl"1enC10
. alguren
' d 'tce tra bajosamente,
'
Quedarte, Bichito, quieres decir
para siempre! Pero te has
como si las palabras se abrieran paso a copuesto a pensar: yo, con una
dazos a travs de los siglos de fro y de
alumna! Ella comenz a arra ncar una a una las hojas de sus
h umo: "NO po di!IDOS esperar mas
, ", otro
cuadernos y de sus libros y a tirarlas lentamente a la chimenea,
alguien dice: "No querimos", pero es difcil
como las cartas de un naipe,
como hace mucho sus slips. Si
or el resto, tienen la cabeza baja, mirnse es el problema, dijo, no
vuelvo ms a clases. Prefiero ser
dose las cosas de la memoria o adivinntu alumna de otras cosas, dijo,
dose los pies: el cuerpo, puroponcho,
quiero que t me ensees todo,
forma un bulto familitriangular coronado
dijo. Y se acost en el suelo, rocabajo y desnuda.
por el sombrero, ilustracin de un folleto
de antropologa "Indio durmiendo", soportes de libros vulgarfolldricos, anuncio de una agencia de viajes "Ecuador, pas de
turismo", la portada de un libro de Bruno Traven La rebelin
de los colgados? Un puente en la selva? Una india nos sirve un
canelazo. "Y ahura qu vamos a hacer" dice uno, un indio,
cualquiera, El Indio: el miserable convertido por la literatura en
arquetipo: l no aspiraba a tanto honor, se habra conformado
con ser simplemente persona, y a veces no s si hablan o mascan
tostado, qu ms han masticado toda la vida, porque no hacen
ruido ni siquiera cuando hablan: su rencoroso laconismo deja
caer slabas, granitos de maz tostado, ah mis filsofos chinos,
mis lamas hindes, mis monjes zen que me hacen avergonzar de
nuestra palabrera llena de vaco. Yo s que sobro aqu, en esta
reunin, en esta tierra, en mi pas de ellos que no me-les
pertenece. Los habamos sacado a patadas de la historia (esto ya
lo has dicho en otro libro pero no hay otra manera de decirlo)
273
276
investigacin del caso. Sospcbase mano del comunismo internacional pues no se le conocen enemigos personales siendo
muy apreciado en nuestra sociedad." Ya van a ver, huevones,la
mano, el aprecio, el comunismo. Pero qu fue lo que dijo
Rosana: "Te juro que a veces quisiera que se muera" o "Te juro
que a veces quisiera que lo maten"? Oh, al fin y al cabo da lo
mismo. "Yo tan" dice uno y, en seguida, "Yo tan", 'Yo tan",
"Yo tan", 'Yo tan", 'Yo tan". Yo tambin, pero a m nadie me
pregunta, y habra podido aadir la patrona tan, para aumentar
los votos. Rosana. Ahora es demasiado tarde para nosotros:
dejamos escapar los aos en que hubiramos podido tal vez.
"Para cundo". "Ahura mismo". "Y quin?" 'Yo", 'Yo", "Yo",
'Yo", 'Yo", 'Yo", "Yo", Fuenteovejuna en el pramo, de no
ser porque no hay unanimidad, hay uno que no ha dicho nada
todava, y porque de Comendador el huevn no tiene sino lo de
encomendero. las indias sirven otro tumo de agua de canela
con puro, sin sobresalto ni sorpresa, como si no oyeran o
conocieran de antemano el orculo. Cuando el hombre que ha
estado junto a la puerta, haciendo rayas en la tierra del piso,
fumando como si tampoco oyera por estar pensando en las
colillas y la ceniza que tiene a sus pies o en la letra R que traza y
borra y traza, oye el ltimo 'Yo" como una gotera y deja de
llover y vuelve el silencio del indio y del humo, y dice "Yo", los
siete y el que no ha dicho nada lo miran, pero los dolos no
parecen asombrados ni colricos, lo miran como si no estuviera
ni existiera y su slaba fuera apenas el ruido de un cuy corriendo
en un rincn, una tos, o el eco del ltimo Yo de verdad. El que
parece indio por su severidad pero no lo es porque tiene zapatos, y no bebe pero es ms indio que qu porque no ha dicho
nada, dice: "No, t tienes otros motivos, y no se trata de eso".
SeorJuez, seores camaradas: a fin de explicar los motivos que
tuve para realizar ese aeto que usted llama crimen y ustedes
califican de provocacin, tendra que remontar hasta el Hombre
de Punn que es, al parecer, quien comenz toda esta historia,
pero he olvidado muchas cosas anteriores al momento en que
sal de entre laspiernas y los gritos de mi madre, el alba de esto
que soy un poco a contrapelo. Debo decir que no escog su
matriz, o sea que no escog la clase social de la que vengo y que
me reprochan, y de la que he tratado de salir por razones de
esttica e higiene, pero usted no me deja, seor Juez, con todas
277
279
nacional para el chisme, la envidia, la calumnia. Nuestra frustrada violencia provocada por la violencia oficial y nuestro
sentimiento nacional de inferioridad y de impotencia los compensamos con la actitud de matasietes del borracho y con la
agresividad gratuita contra el que pasa una noche por la calle o
entra en una cantina. Con la fcil teora y prctica de la balanza,
en lugar de acumular valores en nuestro platillo nos dedicamos
a tratar de disminuir los del otro, por eso nunca aprendimos a
amar de veras a nuestros semejantes o desernejanres, ya se trate
de individuos, de civilizaciones o de pueblos. En cuanto a los
individuos, bah. Pero cuntos fueron capaces de carajear por lo
que se haca contra la poblacin de Bangladesh o de Biafra, o
por las guerras de Corea y de Vietnam o por las luchas de
Argelia o de Guinea. Nosotros, que usamos telfonos, corbatas,
refrigeradoras, catolicismo, mquinas de escribir, pornografia y
cocacola, menospreciamos la cultura "de occidente" (verdad es
que si conociramos algo, por poco que fuera, de las de
Oriente, las menospreciaramos tambin, porque tambin hay
un machismo cultural), sin comprender que al rechazarla en
bloque habra que renunciar tambin al desarrollo de la ciencia
y del arte, al marxismo y a Shakespeare, y si a ms de asimilar su
tecnologa la mendigamos -"Atencin, capitalistas del mundo,
tcnicos y expertos extranjeros, atencin Texaco-Gulf Co.,
Shenandoan Co., Superior Petroleum Co., Anglo-Ecuadorian
Oilfields Co., Royal Durch Shell Co., Standard Oil of New
Jersey, World Ventures (honesta en su nombre), Kirby Industries, Taylor and Associares, American Independent Oil, Tagor
Exploration, Hamilton Brothers, tenemos petrleo, est en
venta el petrleo, est en venta lo que nos dejaron del Oriente,
est en venta la patria, a ver quin da ms"- a quin echarle la
culpa de que asimilemos tambin sus formas culturales, de qu
tradicin propia podemos vanagloriarnos, perdida ya la oral
indgena, y si de lo que nos queda de la colonizacin espaola,
no podemos enorgullecernos demasiado. Y esa vanidad, como
el machismo del borracho, se basa en nuestra sospecha de que
no somos tan gran cosa, y nos creemos los mejores porque no
nos interesa el mundo. Hemos visto al pobre compatriota alargar la mano temblorosa para saludar en otro pas, tmido pero
dolido porque nos ignoran -en realidad, y no por venganza,
tampoco nosotros existimos para ellos-, pedante pero con
temor o vergenza de que sepan lo que somos realmente. El
282
la talabartera, en la herrera, en la panadera donde nos enteramos del verdadero significado de la guerra que, como todas las
cosas importantes, suceda tan lejos de nuestro pas, o como el
mar, tan lejos de nuestra casa oscura y rota, todo tan lejos de
todo. Pero nos sirvi, eso s, para saber que Dios era fascista y
comenzar a matarlo lentamente adentro. Fue Vivia quien nos
dijo pocos aos despus Aqu tambin hay Partido, y fuimos a
buscarlo, maravillosa conspiracin o pacto de sangre hasta la
muerte, con el delicioso sobresalto de un vicio nuevo de la
adolescencia. Era como ser mayor de edad de golpe, en una
noche, tener la llave de la casa y del mundo, ingresar en esa
secta de profetas con paciencia. Con demasiada paciencia porque, con nuestra indolencia nacional, como si toda la vida fuera
lU\ lunes largo, esperbamos a que estuvieran dadas las famosas
condiciones. Profetas sentados, tambin, haciendo copias a mquina, redactando actas de sesiones, publicando nuestro peridico ocasional que nadie compraba ni lea porque era igual al de
una semana atrs, al del mes anterior, al del otro ao, y rmentras la dictadura soltaba sus caballos contra nuestro pueblo,
nuestro peridico publicaba un gran titular en primera pgina
MUERA EL TllAIIX>R. BElUA, pegando carteles, escribiendo en las
paredes "Muera el imperialismo americano" cuando nadie saba
todava, porque no les habamos explicado, qu era el imperialismo, organizando bailes "porque, como deca Lenin, camaradas, la plata es muy importante", participando en la mascarada de las elecciones democrticas con un candidato propio
a la Presidencia de la Repblica (o sea aceptando el sistema
que ya no pretendamos destruir), a pesar de que nuestros
votos potenciales no podan votar por ser analfabetos, tapndonos nosotros mismos la boca que habra debido gritar
contra la farsa, "porque, como deca Lenin , camaradas, el saludo
a la bandera es importante". la revolucin que ofrecamos,
vendedores ambulantes de la maravilla, como una pasta dentfrica (aunque entre los que nos escuchaban pocos eran los que
queran lavarse la boca), fue quedando durante cincuenta aos
para despus, siempre para despus, para cuando las condiciones etc., poltica-ficcin, ciencia-ficcin, mitologa como el
cielo, utopa como el viaje a Grecia. Duante cuarenta aos
-yo slo fui cmplice de diez-la vanguardia del proletariado
no volvi nunca la mirada para ver dnde se haba quedado el
ejrcito, si es que haba ejrcito: viejos artesanos que en las
285
procesiones se azotaban con silicios mientras sus hijas lacrimosas rogaban a los vendedores de man, papas fritas, colas y
helados y a los otros fieles que les hicieran desistir de su
sangrante exhibicionismo, no sea que se nos muera en medio
camino; obreros temerosos de los descuentos por los das de
una huelga de xito improbable para obtener dos sucres de
aumento en su salario y a quienes jams se les hizo comprender
que ms all de los dos sucres y de cualquier salario estaba su
destino histrico; indios a quienes el patrn y el cura haban
enseado a gritar Abajo comonismo entre dos bocados de piojos. Cuarenta aos de sesiones de autocrtica, autocompadecindose, echndole la culpa a las condiciones ya la maldad de
los enemigos de clase, sin ningn enfrentamiento honesto con
la conciencia, ningn combate con el ngel de uno mismo, sin
mirarse desde afuera y desde lejos para ser justos, como si se
confesaran a gritos en ellocal-iglesia-de-sesiones, para despus
de la absolucin volver al pecado de la ineficacia y en la prxima
sesin Acsome camarada. Por una mala jugada de la dialctica, como deca Glvez, los que se imaginaban ser dinamiteros
de una sociedad tan podrida que bastara un empujn para que
se desmoronara (claro, yo s que detrs estn los Estados Unidos apuntalndola pero, coo, en fin de cuentas es contra ellos
la dinamita. "Si el sol brilla solamente para la burguesa, pues
bien, camaradas, apagaremos el sol", deca Trotski), eran en
realidad sus representantes. Cmo iban a cambiar las condiciones si el camarada Braulio viajaba una vez por semana a dictar
una conferencia a los indgenas, informe que llama, sobre la
disputa entre chinos y soviticos, dnde queda el Ecuador,
camarada Braulio?, y nunca vimos un obrero en el Estado
Mayor de la vanguardia que lo integraban el heredero de un
almacn de casimires, el heredero de una pequea propiedad al
otro lado del ro, el propietario de un negocio de librera, el
agente comisionista de una fbrica de chocolates, un mdico, un
profesor, un aprendiz de relojero, un peluquero. Yo s que de
esa clase han nacido muchos de los que han dirigido la toma del
cielo por asalto, y que en otras partes hay mdicos, empleados
de banco, profesores, que estn haciendo tambalear el ya dbil
andamiaje del poder burgus. Pero lo que quera decir es que
aqu, durante cuarenta aos, con su hgado malo y su hbil
utilizacin de la balanza, nos han estado reprochando todos los
das nuestro origen, como si el parto y no el lugar que uno
286
ocupa en el proceso de produccin de una sociedad determinanara la clase social, a nosotros que nunca fuimos hacendados,
industriales, banqueros, comerciantes ni vivimos del trabajo
ajeno, plusvala que llaman. Y los jvenes universitarios aprendices de boIches tambin nos miraban por sobre el hombro de
su militancia: su desprecio no era por nuestra edad, que sera
ms o menos justo, sino porque aunque ellos y nosotros discutamos en el caf --en distintos cafs-, la suya era una bohemia
proletaria, pero la nuestra era burguesa, la de ellos revolucionaria, la nuestra intelectual. Adems, nosotros trabajbamos, yeso
tambin era burgus. Aunque no creo en la vagancia revolucionaria, en el resto tenan razn, pero al revs. Cuando Virginia
Woolf dice que la literatura, en el sentido esttico del trmino,
no est hecha ni por las "clases cultivadas" ni por las "clases
obreras" sino por personas que han pasado por el colegio o la
universidad, la vieja pcara, buena novelista y mala ilusionista,
escamotea el hecho de que las clases obreras no pueden permitirse enviar sus hijos al colegio o la universidad; o sea que, la
>nica diferencia entre los minibolches y nosotros, radicaba en
que nosotros ramos intelectuales que escribamos y ellos intelectuales que ni siquiera lean. Cuarenta aos de esa pena de no
dudar, de esa tranquilidad de no romperse la cabeza ("A pensar
ahora, cojudos" les dijo el Rspido a los que escriban el
peridico porque haba dejado de aparecer Por una democracia
popular, por una paz duradera de donde reproducan todos los
comentarios sobre poltica internacional) y que no resulta de la
seguridad en la historia o en uno mismo --su actitud de resentidos no es propiamente orgullo del futuro- sino de la mediocridad de quien lo tiene todo resuelto de antemano, con un
fichero menos divertido que el de los psicoanalistas. Las fichas
de ese crdex que sera pintoresco si no fuera criminal, se
ajustaban a la lnea, no a los hechos. Y si los hechos son tenaces
(eso s dijo Lenin), las fichas lo son ms. Se ha seguido matando
indios porque se atreven a reclamar el pago de cuatro aos de
salarios o para quitarles sus tierras y construir en ellas un gran
hotel de turismo, la gangrena econmica del pas se extiende a"
todos sus rincones, la patria independiente y soberana sigue
siendo una colonia yanqui obediente y pobrecita, la iglesia
oficial tira de la soga para llevar de nuevo la Repblica a la
caverna, ya no hay ms cdula de identidad que el olor a plvora
ni ms retrato de varn que el guerrillero entre las hojas, pero
287
las fichas dicen que no se pueden saltar las etapas, que no hay
que mezclar las consignas polticas a los movimientos reivindicativos de los asalariados, que la lucha armada es un error
poltico y tctico, porque en las condiciones actuales es posible
el trnsito pacfico al socialismo. Que me den un ejemplo. (Si
esto hubiera sucedido algunos aos despus, alguien habra
podido decirle: Chile. Y l habra respondido: No, est bien,
pero no es eso todava, acaso la preparacin de eso, la larga
progresin a tientas para llegar a eso, aunque quin sabe,
porque quin tiene las armas? Pero hay un post scriptum:
Estados U nidos acaba de imponer la dictadura de Pinochet en
Chile, y en medio de las furias y las penas no habra sido tan
miserable para decir como algunas viejas cuando a uno le cae
encima la desgracia: "No les dije?". Porque una maana
cuadrarse
apunten
disparen
288
y porque
"El representante de China en Santiago se entrevist con altos
funcionarios del gobierno lo cual se considera como un indicio
de las relaciones que mantendrn ambos pases" (Combat, 22
de octubre)
289
290
y creo
tengo que creer
necesito creer
me hace falta recordar y repetir
"pero de cada casa muerta sale metal ardiendo
pero de cada nio muerto sale un fusil con ojos
pero de cada crimen nacen balas
que os hallarn un da el sitio
del corazn"
294
Pero siento que solamente ahora voy a realizar un acto realmente vlido. Yo que no tengo aptitudes ni pretensiones de
dirigente, que nunca estuve ni estar en una guerrilla, que s
que mis alumnos a pesar de estudiar la historia y a pesar de sus
luchas terminarn por ser profesionales o cuadros al servicio de
esta sociedad, voy a justificar-me el haber existido como un
personaje de libro. lamento, y ustedes tambin sin duda, que
en esta historia no haya optado por el papel de Kirilov sino por
el de Stavroguin (ustedes no saben de quines se trata pero
hablando en criollo significa que no voy a matarme porque
nuestra relacin de fuerzas es talmente desproporcionada, que
no tengo derecho a privarles a los pre-mos aun cuando fuera de
uno, de este yo ms bien intil, pero que sirve para hacer bulla
por lo menos), suprimiendo a esa bestia que hace ms repugnante la realidad. Si paseara por todo el pas al Cretino enjaulado, acelerara el proceso de la revolucin: tambin se es
revolucionario por asco. Aunque quin sabe. Hay tantos Cretinos como el Cretino. Enjaulados o no, ah estn a la vista de
todos. Y todos no hemos hecho nada para suprimirlos. Ahora;
en este odio, me estorba el postamor: sera doloroso que en el
gesto que voy a cumplir como una ablucin (en la primera
acepcin de lavatorio, y no en la segunda, tercera o cuarta, de
purificacin), pudieran mezclarse gotas de otro odio, rencores
debidos a otra solidaridad, resentimientos de otro semifracaso.
Me siento un poco Dios, es decir como un novelista; sabiendo
que est en mis manos terminar el captulo srdido del gamonal
(no el del marido). Y, sin embargo, s que no va a terminar esta
noche ese captulo de nuestra historia, que mi miniaccin justiciera no va a remover la caspa del pas, que los indios no van a
atreverse a tomar esta noche el otro mundo: la hacienda: su
cielo de ellos donde venderan sus cosechas y compraran aperos y semillas y tendran tierra y agua y un maestro y una escuela
y medicina y arte, y dormiran en camas y comeran todos los
das en mesas y..platos y conoceran el sabor del pescado y las
verduras y leeran libros. Ojal que, ante todo, fueran los libros
que tratan del indio para que comiencen por fin a sonrer.
Porque lo que tuvieron un da no lo recuerdan y apenas es
territorio de la literatura; lo que les quitan, no lo conocen, y no
creo mucho en la intuicin indgena, como no creo en la intuicin femenina. Siento que voy a lavarme el alma, despu.. de lo
cual seguir siendo lo que ustedes llaman un asquerosointelec-
2%
297
DO cuento.nunca cont ningn yo que DO se hubiera cOnfundido 'con los otros yos. Es el castigo a la soledad del corredor de
fondo o del matador destripado en la enfermera. Quin te
mand a meterte de torero. Pero an puedo intentar el aeto
desesperado. enfrentar a la bestia. ccAydame. quieresr' me
dice Rosana tratando de sostener al Cretino y subir con l las
escaleras y acostarlo. Est roncando ya en su cama. "Duerme
con la pistola bajo la almohada" dice. aunque creo que esto ya lo
cont eh otro sitio. "Ya ves que no est tan seguro de s mismo.
tiene miedo" (dem). ""Miedoa que le roben" dice ella, y trato
de besarla, pero no quiere. an no nos hemos dicho todo. Un
poco antes. cuando sent que comenzaba a achisparme y se me
escap el diablito que uno tiene embotellado. le dije al Cretino:
"T quisieras que te robe algo para poder matarme. verdadr'.
y le vi ese resplandor crespuscular de los ojos y esa sonrisa de
marihuanero que tiene cada vez que imagina que dispara sobre
alguien: un ladrn = indio. Pero yo no soy indio y no voy a
quitarle nada que valga la pena, sino Ia-vida, Disparar? y
despus de todo, qu diablos: es una manera de morir como
cualquier otra. Oigo un murmullo: si Glvez no estuviera aqu
dira que es un rezo, o algo que corre como una agita al fondo
de una quebrada, pero no hay agua, y debe ser que siguen
discutiendo si s o si no. Yo no tengo derecho a. "Nuimporta,
dice }uanmanuel acercndose a ofrecerme otra canelazo, vos
sois amigo del natural." lindo que se llamen as a s mismos. el
oaturaI de esta tierra donde nosotros resultamos artificiales;
triste que se llamen as, como quien dice hijo ilegtimo. "Yo a
vos te conozco, sois amigo del compaero Galo. Yo vi cmo
mataron a tu taita hace aos, yo mismo di enterrando. Vendrs
cuando quieras, tardecito, cuando me alce del trabajo, ms que
sea para que veas lo que queda." Verdad que debo haber tenido
alguna vez un padre. porque en cuanto a generacin espontnea. Habra sido mejor, un yo mejor? Pobre viejo. Qu ser lo
que puede quedar de l sino esto. No me pueden hacer eso,
compaeros, yo no soy el nico culpable de toda mi soledad. Si
no hay una guerrilla, un partido, un movimiento. algo que acabe
con toda esta mierda, qu ms puedo ser sino un francotirador.
Antes haba unas mquinas llenas de bolas de chicle de colores,
uno meta una moneda y durante unos dos minutos poda
manejar una gra pequeita tratando de agarrar un reloj. un
billete. un anillo. un estilgrafo que estaban entreverados con
299
se
308
Febrero de 1974
309
RECONOCIMIENTO
El autor agradece, a ms de los escritores mencionados por su
nombre o por sus obras, a los siguientes (por orden de entrada en
el texto) sin cuya colaboracin este libro habra sido otra cosa:
Samuel Beckett
Juan Montalvo
Grard Mendel
Ricardo Giraldes
Isaac Assimov
Constantin Fedin
Carl Einstein
Thomas Wolfe
Hermann Broch
Csar Vallejo
George Gamow
Carlos de la Torre Reyes
Li Yu
Francisco de Quevedo
Gatan Picon
Ana Seghers
Hugo Bustos
311
ENTRE MARX
Y UNA MUJER
DESNUDA
JORGE ENRIQUE
ADOUM