TESIS UrsinoSandraValeria PDF
TESIS UrsinoSandraValeria PDF
TESIS UrsinoSandraValeria PDF
-Tesis de Maestra-
La Plata, Argentina
Febrero 2012
0
ndice General
ndice.-1Resumen y trminos clave...-3Introduccin.-4Objetivos...-7Justificacin del problema y antecedentes del tema.-8Consideraciones metodolgicas....-10Los captulos...-12-
Marco terico
Capitulo 1...-141.
1.1.
1.2.
Capitulo 2...-242.
2.1
2.2
3.1.
3.2.
Las representaciones sociales de un paisaje en el tiempo.....-46Paisaje contaminado visible o invisible? Apropiaciones del lugar y relaciones
barriales en Dock Sud-72-
Quiero dedicar unas palabras a las personas que estuvieron a mi lado y que hicieron posible que
este proyecto pueda llevarse adelante.
Gracias Helena Carriquiriborde y Patricia Pintos, por el apoyo, el nimo, la confianza y la
comprensin con la que me guiaron. A Mariana Vila, mi gran compaera de trabajo y amiga, por
estar siempre dispuesta a la lectura y a brindarme su colaboracin incondicional. A mis
compaeros y amigos del CIEC: Daniela Degano, Matias Donato Laborde y Marcos Canciani por
estar a mi lado apoyndome en los momentos en los cuales uno siente dudas e inseguridades.
A los profesores y compaeros de la maestra de Paisaje, Medio Ambiente y Ciudad, que me
acompaaron a transitar un camino totalmente nuevo para m.
Finalmente a mi familia, a Germn mi compaero y a mis amigos, porque siempre creyeron que
esta tesis era posible y no dejaron nunca de brindarme su amor y entusiasmo.
Palabras clave: paisaje contaminado- contaminacin ambiental - representaciones sociales prcticas espaciales - (in) visibilidad.
Introduccin
Tanta es nuestra luminosidad que la cosas ceden su opacidad para tornarse transparentes, a tal punto que
los hechos y los acontecimientos tienden a identificarse con lo que se informa de ellos
(Carlos Torres, 2006:13)
La localidad de Dock Sud1 y su problemtica ambiental es una cuestin que asume visibilidad
pblica cuando es tratada en los medios de comunicacin2. A travs del registro de notas
periodsticas, pudimos ver cmo es abordado el tema en los diferentes medios, de esta manera, se
observ que por un lado, en algunos diarios locales3 se informa sobre el posicionamiento del Puerto
Dock Sud en el escenario provincial, y se hace cierta mencin a la problemtica ambiental; y por
otro lado, en los diarios de mayor cobertura nacional -Clarn y La Nacin-, se publica sobre el lugar
ante inversiones en el puerto, relocalizaciones de barrios y tomas de tierras por parte de familias de
Villa Inflamable, como tambin cuando se quiere reinstalar el saneamiento de la Cuenca
Matanza-Riachuelo. Asimismo, en el diario Pgina 12, hay noticias sobre el tema donde se
cuestiona la gestin administrativa del puerto y los conflictos que surgen con las posibles
relocalizaciones. Sin embargo, las posturas ms crticas sobre la situacin ambiental del lugar se
encuentran en medios periodsticos virtuales4 y pginas web de organizaciones ambientales 5 que en
sus informes tratan el padecimiento ambiental, los riesgos qumicos y ambientales, la
relocalizacin, la marginalidad y la pobreza de la poblacin de los barrios ms afectados de Dock
Sud.
Otra caracterstica relevante de esta localidad es que presenta por un lado, poblacin de larga
trayectoria en el lugar y por otro, poblacin recientemente instalada. Dicha situacin, nos orienta a
conocer las representaciones que poseen sobre el rea, puesto que hay trayectorias y
transformaciones que se dieron en el territorio que no todos las han vivido de la misma forma, y
esto ha propiciado situaciones de conflicto entre los vecinos. Este escenario permite pensar que las
representaciones sociales que la poblacin posee sobre su lugar, pueden llegar a ser variadas e
incluso contradictorias6.
Dock Sud se encuentra en el Partido de Avellaneda, a 4 Km del centro de la Ciudad de Buenos Aires y est
limitada por el Ro de la Plata, el arroyo Sarand, la Cuenca Matanza - Riachuelo y el Canal Dock Sud
2
Como expresa Auyero en su libro Inflamable: Estudio del sufrimiento ambiental (2007) Inflamable ha
estado en las noticias. Si se presta atencin a los reportes publicados en los principales diarios o se miran
los programas de televisin que se han producido sobre el lugar, se tender a pensar que la gente que vive
all posee muchos conocimientos sobre la contaminacin.
3
Diario local Avellaneda y las revistas Tecnoil y Punto Cero (informacin relevada a travs de la web).
4
Nuevo Docke Un viejo sentimiento, Informe Digital Metropolitano, Argentina Arde, etc.
5
Tierramrica, Frente ecologista del Sur, Prensa de frente, etc.
6
Auyero, J. y Swistun D. Inflamable: Estudio del sufrimiento ambiental. Tramas sociales, 1era ed. Buenos
Aires. Piados, 2007.
Particularmente, porque las percepciones que los habitantes poseen de su entorno es un proceso de
construccin simblica que se establece con el tiempo y las condiciones econmicas, polticas y
sociales que atraviesa un lugar constituyen un aspecto relevante en el proceso de conformacin de
las representaciones sociales que tienen sobre la contaminacin ambiental y las prcticas espaciales
que realizan en su entorno.
El vnculo que se establece entre la poblacin y el espacio habitado, la relacin simblica y afectiva
que se crea en l, generan un sentido de pertenencia y apropiacin que lo convierten en lugar. De
este modo, espacio y lugar forman parte de las representaciones sociales que tiene la poblacin de
un paisaje, entendiendo por tal a la construccin social y simblica del espacio.
El paisaje como cuestin contempornea central afecta a todos los aspectos del ambiente natural y
cultural, por ello se lo considera: como una lectura especfica de un territorio
antropogeogrfico mirado, analizado y comprendido por un observador culturalizado de un modo
especifico. Es la interpretacin de lo observado, comn o compartida por una misma clase de
observadores histricos () El paisaje, entonces, es la imagen que surge en el espritu de un
sujeto-observador a partir de su relacin dialctica con un territorio-objeto que lo rodea o
enfrenta, y al que mira existencialmente. La imagen implica adems de la interpretacin, la
valorizacin de lo mirado, cuyo poder retrico tiene la capacidad de evocar y sugerir significados
y estimas tan fuertes que puedan estimular conductas (Naselli, 2005:20).
Desde una perspectiva histrica, el paisaje de Dock Sud presenta la cuestin ambiental como un
proceso que adquiri relevancia en el ltimo tiempo y debe indagarse tanto en el imaginario de la
comunidad como en la apropiacin del lugar. Por ello se buscar abordar la problemtica
socio/ambiental de la poblacin de los barrios ms afectados de Dock Sud7, y cmo esta se presenta
en la cotidianidad de las personas. Conocer las representaciones sociales de la contaminacin
ambiental que poseen los habitantes -entendiendo a las mismas como construcciones del sentido
comn- como tambin las prcticas espaciales que realizan en su entorno, permitir analizar la
constitucin de ellas en relacin a los valores simblicos, la representacin paisajstica y el
referente ambiental.
Entonces cmo analizar las representaciones de la poblacin en relacin al paisaje?, siendo el
mismo un espacio cargado de valores y sentido. ste es uno de los principales intereses del trabajo,
y para analizar lo que los habitantes piensan sobre su situacin se trabajar tericamente con el
concepto de representaciones sociales de Moscovici (1981), que procede de la psicologa social.
En esta oportunidad se estudiar el caso de algunos barrios de Dock Sud - Barrio Porst, Danubio, y Villa
Inflamable fuertemente afectados por la contaminacin. Estos barrios presentan caractersticas particulares
que permiten mapear el fenmeno general referido al paisaje contaminado. El Danubio se encuentra rodeado
de lagunas y baados y en proximidad a Repsol-YPF; el barrio Porst es una zona prxima al Danubio, pero
con mayor equipamiento urbano (unidad sanitaria, parroquia y escuelas); y la zona de Villa Inflamable,
atravesada por las actividades productivas-contaminantes de Shell-Capsa, siendo esta ltima la de mayor
precariedad componiendo un lugar de asentamiento, (Auyero, J. y Swistun D, 2007).
En esta lnea, el discurso de lo cotidiano y del sentido comn se apoya en la teora de las
representaciones sociales. El estudio de las representaciones sociales es un aporte significativo al
momento de abordar las investigaciones, en tanto generador de opciones interpretativas de la
realidad, modelando a la misma mediante un propuesta dialgica de reconstruccin, que permite
comprender la complejidad social, donde el comportamiento colectivo puede ser explicado desde
su contexto, al considerar los aspectos subjetivos inmersos y construidos procesualmente en la
interaccin. As, el sentido comn es percibido como un derivado directo de la experiencia
inmediata, impuesto en los sujetos dados los hechos. El sentido comn se refiere al mundo tal como
es y no como aparenta ser, (Wagner y otros, 2011).
Precisamente, la experiencia inmediata de la poblacin permitir acercarnos a observar la
construccin de sus representaciones sociales y sus prcticas espaciales, abriendo el interrogante de
si la problemtica ambiental se (in) visibiliza en ellas.
Por ello, la cuestin ambiental de la zona y la manera en que esta impacta en la poblacin implica
incorporar una categora de anlisis que permita conocer el padecimiento por motivos ambientales 8,
y con ella se constituir el marco para enfocar tericamente la situacin vivencial de las
poblaciones expuestas a situaciones ambientales crticas. En esta direccin, el concepto de
sufrimiento ambiental9 utilizado por otros autores, nos aproximar a la forma en que la
contaminacin ambiental es percibida y vivida por la poblacin.
Por ltimo, para analizar las acciones individuales de los actores como tambin la de los grupos
sociales del lugar, las representaciones y prcticas espaciales con que se construye y reconstruye el
espacio, se estudiarn los tres momentos interconectados de la produccin del espacio que plantea
Henri Lefebvre (1991): el de las prcticas espaciales, que refiere a las formas en que los sujetos
generan, utilizan y perciben el espacio; el de las representaciones del espacio, que da cuenta de los
espacios concebidos y derivados de una lgica particular y de saberes tcnicos y racionales
vinculados con las instituciones del poder dominante y con las representaciones normalizadas
generadas por una lgica de visualizacin hegemnica; y finalmente, los espacios de
representacin, que son los espacios vividos que representan formas de conocimientos locales y
menos formales; son dinmicos, simblicos, y estn cargados de significados, puesto que son
construidos y modificados en el transcurso del tiempo por los sujetos.
A partir de estas aproximaciones, se construy un conjunto de preguntas que posibilitaron un
acercamiento al objeto de estudio, siendo algunas de ellas las referidas a cules son los sentidos
que los habitantes de los barrios ms afectados de Dock Sud atribuyen a su entorno y a su paisaje?,
y cmo a partir de esos sentidos construyen representaciones sociales sobre la contaminacin
ambiental, que den cuenta de la relacin entre el espacio y las instancias de apropiacin con el
8
Auyero, J. y Swistun D. Inflamable: Estudio del sufrimiento ambiental. Tramas sociales, 1era ed. Buenos
Aires, 2007.
9
Auyero, J. y Swistun D. Inflamable: Estudio del sufrimiento ambiental. Tramas sociales, 1era ed. Buenos
Aires, 2007.
mismo? Asimismo, este marco conduce a indagar la incidencia de la temporalidad en los procesos
de construccin de las representaciones sociales sobre la problemtica ambiental. Particularmente
interesa observar cmo las diferentes temporalidades - habitantes recientes y antiguos- inciden y
moldean el proceso de apropiacin que tiene una poblacin en relacin a su lugar y su entorno.
En cuanto a las prcticas espaciales, resulta relevante incluir los vnculos que se presentan entre los
habitantes de los barrios ms afectados y los ambientes de contaminacin que subyacen en el
territorio. Principalmente se busca explorar si visualizan la contaminacin ambiental como un
problema a resolver, puesto que los procesos ambientales muchas veces se (in)visibilizan para los
sujetos que los padecen, porque se instalan en la cotidianeidad de sus vidas encontrando soportes
legitimadores en el sentido comn e impactando en el campo de sus representaciones sociales.
Considerando el conjunto de estos interrogantes, se fueron delineando los objetivos que construyen
el trabajo de investigacin y las consideraciones metodolgicas a tener en cuenta.
Objetivos
Objetivo general
Conocer y analizar las representaciones sociales y prcticas espaciales de los habitantes de
los barrios ms afectados de Dock Sud por la problemtica ambiental del rea, con el
propsito de identificar en la construccin de paisaje de los habitantes los procesos de
(in)visibilidad del paisaje contaminado.
Objetivos especficos
Analizar el entramado de actores sociales vinculados a la problemtica ambiental del lugar
y reconstruir las relaciones que se establecen entre los mismos.
Observar y analizar las prcticas espaciales actuales de los actores sociales vinculados a
dicha problemtica ambiental.
Reconstruir y analizar las condiciones materiales de vida de los habitantes de los barrios
ms afectados de Dock sud.
Explorar y analizar las representaciones que posee la poblacin sobre su barrio ante la
problemtica ambiental del rea, indagando en los procesos de (in)visibilidad del paisaje
contaminado.
Para el desarrollo de este trabajo, se considera necesario explicar la importancia que tiene conocer
y analizar las representaciones sociales de la contaminacin ambiental y las prcticas espaciales de
la poblacin de los barrios ms afectados de Dock Sud, por tres cuestiones centrales:
En primer lugar, porque la contaminacin ambiental a la que estn expuestas las personas que
habitan las ciudades y sobre todo sus espacios marginales, es un tema que ha adquirido relevancia
actual abriendo espacios de inters para comprender los vnculos que se establecen entre los
procesos de construccin de las representaciones sociales, las percepciones del entorno y las
prcticas espaciales que lleva adelante la poblacin. En esta lnea, si bien la contaminacin
ambiental genera un fuerte impacto en la calidad de vida de los habitantes y en su cotidianeidad, el
sujeto no siempre la internaliza como una adversidad, dado que las problemticas ambientales se
caracterizan por ser parte de un proceso temporal lento pero sostenido, y al establecerse de esta
manera, contribuye a la naturalizacin de un paisaje contaminado.
En segundo lugar, por la transformacin que tuvo la localidad de Dock Sud con la instalacin de
Shell en el ao 1931. Este hecho es el principal antecedente que permiti el pasaje de un rea
industrial y frigorfica a un polo petroqumico10 que se instal y consolid en el territorio 11.
Asimismo, esta transformacin se visualiza en el interior de la localidad, puesto que alberga dos
zonas diferenciadas por su actividad: el puerto y la zona industrial, las cuales se caracterizan por
una alta concentracin de industrias qumicas y petroqumicas, donde al mismo tiempo tiene lugar
una importante operatoria portuaria y de transporte terrestre de sustancias qumicas, que
constituyen una amenaza permanente para la dinmica barrial. Por estos motivos, el proceso de
transformacin territorial que presenta la localidad es central para analizar y conocer la
conformacin de las representaciones sociales de la contaminacin ambiental y las prcticas
espaciales de la poblacin.
Finalmente, parte de la importancia de abarcar esta temtica se debe a que los abordajes que suelen
hacerse sobre las cuestiones ambientales, logran conquistar visibilidad pblica y poltica a travs de
noticias de impacto sin llegar a plantear soluciones a largo plazo ni claridad sobre las mismas.
Puesto que si bien, por un lado, hay un trabajo periodstico con posturas crticas y analticas sobre
la problemtica ambiental del lugar, que provienen de diarios virtuales y pginas web de
10
Shell fue una de las primeras refineras que se instal en el Polo en 1931, llegando a ser en la actualidad
una de las empresas de mayor importancia. Otra refinera de petrleo es DAPSA, hay tambin tres plantas de
almacenamiento de combustibles y derivados del petrleo (Petrobras, Repsol-YPF y Petrolera Cono Sur),
varias plantas que almacenan productos qumicos (TAGSA, Antvari, Dow Qumica, Solvay Indupa, Materia,
Orvol, Cooperativa VDB y Pamsa), una planta que fabrica productos qumicos (Meranol), una terminal de
containers
(Exolgan) y una planta termo elctrica (Central Dock Sud). (Dorado, 2006).
11
Un dato no menor es que este cambio fue impulsado a travs de la implementacin de medidas econmicas
y polticas aplicadas en los aos 90con el Plan de Convertibilidad y la descentralizacin administrativa.
organizaciones ambientales, por otro, algunos diarios locales y otros de mayor cobertura nacional Clarn y La Nacin-, plantean cierta indiferencia o tratamiento espordico de la cuestin ambiental
del rea y la incidencia que tiene en sus barrios, e incluso cuando resurge el tema, el mismo se
centra en la administracin del puerto, las posibles relocalizaciones de las familias, el saneamiento
de la Cuenca Matanza-Riachuelo y la participacin de ACUMAR ( Autoridad de Cuenca MatanzaRiachuelo) en los controles ambientales y conflictos jurisdiccionales.
En lo que respecta al abordaje cientfico que se ha hecho sobre el tema, muchas veces se
dicotomiza el campo de anlisis entre actores y ambiente, predominando los estudios de impacto
ambiental, ecolgicos y de gestin sobre los estudios socio-antropolgicos y del paisaje, cuya
originalidad radica en generar un propuesta dialctica entre estas dos cuestiones.
As entonces, por un lado, se pudo rastrear trabajos sobre la la cuestin ambiental de la localidad de
Dock Sud que hacen hincapi en las consecuencias urbanas que genera la conformacin de un rea
industrial-petroqumica, Lanzetta y Spsito (2004), otros en el impacto de la contaminacin en las
que se identifican los componentes qumicos y sus secuelas, tales como los de Barrenechea (2001)
y Dorado (2006), como tambin los trabajos que abordan la implicancia de la cuestin en la gestin
pblica (Daniele, 2008; Fundacin Ciudad, 2007; JICA I, 2002; JICA II, 2003; Merlinsky, 2007).
Por otro lado, en relacin a los estudios histricos del paisaje, un antecedente sobre este tipo de
abordaje lo constituye el trabajo que realiza G. Silvestri en El Color del Ro (2003) y E. Presset
en su tesis de maestra Construccin del lugar. Proceso-paisaje y nuevas prcticas (2006).
Completando esta perspectiva, desde un enfoque etnogrfico, es central el trabajo de J. Auyero y D.
Swistun (2007) quienes inician una lnea de estudios sobre el tema del padecimiento por motivos
ambientales, construyendo un marco de anlisis para enfocar la situacin vivencial de las
poblaciones expuestas a situaciones ambientales crticas. En esta lnea, tambin son relevantes los
trabajos de Alicia Lindn (2002, 2007), que desde la geografa humanista, aborda las periferias de
la Ciudad de Mxico y la (in) visibilidad del paisaje; al igual que los que realiza con M. Aguilar y
D. Hiernaux en Lugares e imaginarios en la metrpolis (2006), al tratar la apropiacin simblica
del espacio (lugar) a travs de los imaginarios urbanos, que se construyen socialmente en las
interacciones cotidianas entre las personas y el espacio.
Por tales razones, se considera de gran relevancia para este trabajo, explorar en la poblacin las
percepciones que sta tiene de la contaminacin a la que esta expuesta, cmo se expresa la misma
en el barrio y en su cotidianeidad. El hecho de procurar conocer las representaciones sociales de la
contaminacin ambiental en los pobladores es complejo pero necesario, puesto que ellos son los
principales protagonistas en tanto actores sociales partcipes de los procesos de construccin,
transformacin y apropiacin de un paisaje urbano-industrial contaminado.
Consideraciones metodolgicas
La manera en que se enfoc esta problemtica y la forma en que se buscaron respuestas a los
interrogantes planteados, fue a travs de una metodologa de investigacin cualitativa con un
diseo flexible, puesto que se trabaj con sentidos, significados y representaciones sociales, y hay
procesos, detalles y dimensiones fundamentales para la investigacin que slo pueden descubrirse
mientras se observa directamente a los sujetos en sus espacios cotidianos, o cuando se entabla un
dilogo con ellos (A. Marradi, N. Archenti y J.Piovani, 2007).
En cuanto a la seleccin del caso y la delimitacin de los barrios elegidos, se tuvieron en cuenta sus
caractersticas paradigmticas y ejemplificadoras (A. Marradi, N. Archenti y J.Piovani, 2007). En
primera medida Dock Sud se constituye como una localidad fuertemente industrializada, vinculada
a la actividad del puerto y del polo petroqumico con la existencia de polticas ambientales dbiles.
Siguiendo el mismo criterio, dentro de esta localidad se eligieron tres barrios que presentan
caractersticas particulares que nos permitieron mapear el fenmeno general referido al paisaje
contaminado. El barrio El Danubio que se encuentra rodeado de lagunas y baados y en
proximidad a Repsol-YPF; el barrio Porst que es una zona prxima al Danubio, pero con mayor
equipamiento urbano (unidad sanitaria, parroquia y escuelas); y la zona de Villa Inflamable, que se
encuentra atravesadas por las actividades productivas-contaminantes de Shell-Capsa, siendo esta
ltima la de mayor precariedad componiendo un lugar de asentamiento informal. Dicho lugares se
muestran en la cartografa trabajada en el Captulo 3.
La seleccin muestral de la poblacin a entrevistar se realiz siguiendo la tcnica bola de nieve,
donde las decisiones se tomaron en relacin a la capacidad de acceso a las personas y sitios de la
localidad, (A. Goodman, 1961). Se identific a un informante clave -bombero voluntario-que nos
contacto con una persona del barrio y as sucesivamente, teniendo en cuenta el criterio de
saturacin y factibilidad en la realizacin de la muestra.
En esta investigacin se trabaj con las propias palabras de las personas, que surgen de su
cotidianidad y sentido comn, y la conducta observable en el territorio. Este camino permiti
interpretar el espacio habitado, la construccin de las representaciones sociales y prcticas
espaciales que tienen las personas respecto de su lugar, asumiendo una perspectiva holstica como
la que proponen los estudios del paisaje. Esto es, las personas, los escenarios, los grupos, no son
reducidos a variables, sino que son considerados como un todo. Las variables asociadas al paisaje
se las consideran con un cierto grado de dificultad por el carcter subjetivo de los parmetros de
evaluacin, sin embargo son conceptos que estn ligados y son observables en el territorio a travs
de las prcticas espaciales.
Con la utilizacin de mtodos cualitativos como la observacin directa, la entrevista en
profundidad y fotografas de primera mano, se trat de comprender los motivos y creencias que
forman parte de las representaciones y acciones de la poblacin frente a la problemtica ambiental.
10
Las fuentes primarias de recoleccin de datos, fueron las entrevistas en profundidad y semiestructuradas, que se realizaron a los habitantes de los barrios ms afectados: Barrio Porst, Danubio
y Villa Inflamable. Entre todas la entrevistas realizadas en estos barrios figuran tambin las del
personal del cuartel de Bomberos Voluntarios Dock Sud; Presidente de la Junta Vecinal de Dock
Sud; vicedirectora, maestra y auxiliar de la Escuela n 67 Guardacosta Iguaz, donde se realizo un
taller de dibujo con alumnos de 5to grado, bajo la consigna Dibujar mi barrio; mdico de la
Unidad Sanitaria San Martin de Porres, enfermeras de la Unidad Sanitaria Casella Pieyro y
director del diario local Nuevo Docke Un viejo sentimiento, entre otras. Asimismo, dicho trabajo se
complement con las notas de campo y la observacin directa en espacios circundantes a las
industrias y en algunas instituciones representativas del lugar a las cuales se tuvo acceso como
bomberos voluntarios, escuela local y sala de primeros auxilios.
Este material permiti realizar en primera instancia, una integracin analtica del referente
ambiental y la valoracin simblica de la poblacin en relacin al lugar, asimismo posibilit
reconstruir el conjunto de prcticas espaciales que realizan en su mbito socio-territorial local.
Acompaando esta exploracin se utiliz como fuente secundaria: fotografas de archivo, el
anlisis de publicaciones periodsticas que hayan abordado la problemtica ambiental de Dock Sud,
pginas web de organismos estatales (ACUMAR), y estudios acadmicos como el trabajo de
Auyero y Swistun (2007).
Por un lado, se efecto una seleccin y anlisis de material fotogrfico del rea de estudio, para
analizar la articulacin entre la imagen real de Dock Sud y la imagen representada que posee la
poblacin de su entorno. Principalmente porque la imagen como tcnica, refiere a la representacin
de algo real, que en un momento especfico ocurri. Por lo tanto confiere a la representacin un
efecto real, a travs del cual el espectador se puede trasladar en el espacio desde donde fue hecha la
fotografa. Suele permitir establecer entre el referente y el significado una relacin la cual orienta la
lectura de la palabra y concretiza su significado, (Anne-Laure Moniot, 2005). Asimismo se realiz
un trabajo comparativo entre fotos de la actualidad y otras de mayor antigedad, para analizar las
transformaciones que tuvo ste lugar en el tiempo y como ellas incidieron en las representaciones
sociales y prcticas espaciales de la poblacin.
Por otro, para la contextualizacin del rea de estudio, se seleccion y analiz publicaciones
periodsticas en los diversos medios de comunicacin local y nacional, que hayan abordado la
problemtica ambiental de Dock Sud y de la Cuenca Matanza-Riachuelo. El trabajo con este
material permiti realizar una reconstruccin del tratamiento de la cuestin ambiental de dicha
localidad en los medios de comunicacin y la implicancia en la construccin de paisaje.
Simultneamente, las fuentes secundarias tambin cooperaron con las fuentes primarias en la
reconstruccin del caso, y permitieron ajustar guas de preguntas de las entrevistas.
11
Los captulos
12
Finalmente en el captulo III, comenzamos a mirar estos procesos de apropiacin del espacio,
prcticas espaciales y representaciones sociales en algunos barrios de Dock Sud. Se retomaron los
interrogantes centrales de esta investigacin, a fin de reconstruir y analizar en nuestro caso de
estudio el conjunto de sentidos y prcticas que los habitantes de los barrios de Dock Sud ms
afectados por la contaminacin, construyeron respecto del espacio habitado, comenzando a delinear
algunos aspectos de la constitucin de las representaciones sociales de la contaminacin. Por otro
lado, se utilizaron las potencialidades que se desarrollaron en el marco terico, a partir de la
exploracin que posee la temporalidad en los procesos de construccin de las representaciones
sociales sobre el espacio y la contaminacin.
Especficamente nos concentramos en el caso de estudio, contextualizando de manera histrica,
cultural y geogrfica al lugar donde se realiz una descripcin analtica del rea que nos permiti
un primer acercamiento socioespacial. En esta lnea, se identificaron los actores sociales relevantes
y se abord la cuestin ambiental del lugar, condensando los vnculos que se establecen entre las
representaciones sociales y las prcticas espaciales de la poblacin de los barrios ms afectados por
la contaminacin en Dock Sud.
Asimismo, se retom el debate acerca de los alcances de un enfoque centrado en el paisaje como
mirada holstica para comprender la realidad social y pensar acadmicamente las representaciones
sociales y las practicas espaciales en un paisaje que con graves problemas ambientales se puede
llegar a presentar (in) visible a la comunidad.
13
Marco terico
Capitulo 1
Los paisajes son representaciones y consideraciones estticas de un territorio. De la consideracin esttica
que, tanto como el placer esttico, tiene su causa y su fundamento en el libre juego de las facultades
humanas que intervienen en el proceso cognoscitivo intuicin sensible, imaginacin y entendimiento-,
surgen las representaciones artsticas y los paisajes
(Mgtr. Arq. Giraldo, B. 2005:77)
14
siglo XVIII, y se encuentra conectado directamente con el mundo del arte y de la ciencia. Por ello,
a travs de la nocin moderna de paisaje se visualizan procesos diversos y complejos diferentes a
los que representaba la nocin clsica de la naturaleza sublime.
En continuidad con lo que plantean los autores, a mitad del siglo XVIII, con los cambios sociales,
econmicos y polticos que produjo la revolucin industrial y la francesa, se establece la separacin
definitiva entre lo bello natural y lo bello artstico. Es decir, a travs de ellos, se modificaron
profundamente las actitudes y mentalidades colectivas.
Las transformaciones mencionadas, sealaron el nacimiento y desarrollo del horizonte romntico, y
tuvieron implicancia en los nuevos modos de entender el paisaje. En el mbito del arte, el
surgimiento de un nuevo clima esttico y sentimental que se proyecto rpidamente en el paisaje, y
en el mbito de la ciencia , un importante desarrollo del conocimiento de la naturaleza vinculado a
las ciencias naturales y la geografa, que estuvo asociado a los viajes de exploracin. De esta
manera, se plantearon perspectivas que ofrecan una nueva visin del mundo exterior, donde se
presenta a la naturaleza como totalidad ordenada y al paisaje como expresin significativa de esa
totalidad. Si la naturaleza es dominada y deja de amenazar la existencia humana, puede ser
construida como fuente de consuelo y armona.
Desde este punto de vista, la nocin de naturaleza surge tambin a partir de los valores modernos,
puesto que al paisaje se lo considera como el escenario de ella. Es el momento de la constitucin de
los grandes parques de la nobleza, en donde se expresan tanto las elaboraciones estticas como las
tecnologas de transformacin territorial, que permiten desarrollar la extensin de los valores del
jardn sobre la naturaleza, construyndola a partir de esta mirada, al mismo tiempo que la
naturaleza guiaba las propuestas estticas ms radicales, (F. Aliata y G, Silvestri, 2001).
El paisaje como expresin moderna se conforma en este cruce y es una pieza clave para los
proyectos de transformacin social y poltica que impulsaba la burguesa de ese momento. Pero el
paisaje supone una naturaleza humanizada y un arte naturalizado, que posibilita la oposicin a las
jerarquas retricas dominantes de la poca. Asimismo no opera en el mbito de cada gnero
artstico sino en el ambiente cotidiano del hombre.
La idea de paisaje que ya estaba conformada a fines del siglo XVIII y tambin la normativa que
guiaba la construccin de jardines paisajsticos, basadas en la tradicin clsica y alejada de las
necesidades del hombre, predominaba en la construccin de grandes parques materializados por
una cinta de rboles y una va maestra de circulacin, senderos sinuosos, vastos prados, manchas de
arbustos, y espejos de agua de contornos irregulares; constituan la frmula de ceir, agrupar y
puntualizar la naturaleza. Este paisaje se repeta incansablemente, tornndose aburrido y escaso de
imaginacin. Lejos se estaba de poner en manifiesto el valor de la invencin y la originalidad, pero
adems cualquier novedad en ese marco resultaba inquietante para las ideas que imperaban.
Es en el siglo XIX, donde se va a efectuar un cambio significativo con la conformacin del parque
pblico en la ciudad. A travs de l, se busca mejorar las condiciones de habitabilidad de la
15
16
Los vnculos entre la esttica y el paisaje han suscitado la atencin de numerosos campos
disciplinarios y de diversos enfoques tericos. Desde Aristteles hasta incorporaciones ms
recientes de la geografa y la sociologa, se han ocupado de dar cuenta sobre la importancia de
introducir la perspectiva de la percepcin en el anlisis de los fenmenos socioespaciales. En este
marco, la Escuela de Chicago realiza considerables aportes a travs de los estudios urbanos desde
lo etnogrfico, tambin el trabajo de K. Lynch La imagen de la ciudad (1970) es un antecedente a
tener en cuenta, puesto que considera al tejido urbano como algo legible y apto para la
interpretacin. En estos estudios, se seala la mediatizacin que dejan en el conocimiento la
experiencia y las expectativas del sujeto, de esta manera se pretende dar cuenta, el modo en que el
sentido de lugar, la representacin territorial, los comportamientos y expectativas territoriales,
estn afectados por la heterogeneidad de las experiencias personales, (Mara Angeles Durn, 2007).
Siguiendo esta lnea de anlisis, se considera importante mencionar parte de las reflexiones que
sobre la esttica del paisaje plantea Raffaele Milani (2006), puesto que considera al paisaje como
una experiencia de los sentidos en tanto categora mental y cultural. En la construccin de las
primeras apropiaciones del paisaje que realizan los sujetos con su entorno, participan inicialmente
un conjunto de sentidos naturales como el odo, el tacto, el olfato, el movimiento, la temperatura,
orientacin o gusto, transmitiendo constantemente informacin sobre lo que hay, y sobre lo que
est ausente. No obstante, la importancia de estos sentidos en la apreciacin del paisaje no son
meras presencias visuales sino que construyen mapas perceptivos del mismo. Se parte de este
enfoque para explicar que la relacin que se establece entre la imagen y la esttica de un lugar es
una construccin cultural e histrica que se modifica en el tiempo, y esto posibilita que la
percepcin que sobre el lugar tienen sus habitantes se modifique, entre otras cosas, en relacin a la
nocin de belleza dominante.
El paisaje es una gran experiencia de la emocin, de la visin y de la contemplacin, pero
asimismo del trabajo humano sobre el territorio y el ambiente. Es un resultado cultural, porque la
naturaleza de la que constituye una revelacin en el mbito de las formas, es vivida, sentida y
modificada por el hombre en el transcurso de la historia. En este proceso convergen un universo de
percepciones, imgenes y emociones que constituyen tambin el gran relato humano desde los
orgenes. El paisaje no se impone al hombre, ste lo va transformando constantemente y por ello no
es una experiencia rutinaria sino todo lo contrario, la capacidad de modelar y transformar el
territorio hace que dicho proceso requiera de la imaginacin y percepcin que las personas tienen
sobre el mismo. Sin embargo esto no siempre fue as, definir un paisaje implica afrontar la
valoracin esttica que ha tenido el hombre de acuerdo con los parmetros de la memoria histrica
y colectiva, (Raffaele Milani, 2006).
17
Entonces, es preciso tener en cuenta que la esttica del paisaje implica conocer las apreciaciones
que sobre la naturaleza se ha tenido en el transcurso de la civilizacin. El paisaje se revela en
formas materiales e inmateriales de intervencin humana; es una fusin entre espritu y materia. La
belleza natural al ser algo que aparece, ya es de por s una imagen; pero lo bello natural en el
momento de ser representado es objetivado por el hombre a travs del sistema de valores
predominantes en una sociedad en un momento histrico determinado, por ello en este proceso
entran en juego las categoras de la percepcin. Como se ha sealado en el apartado anterior, la
belleza natural era smbolo de armona y de ella se desprenden una pluralidad de determinaciones
estticas que a posterior abren mbitos especficos de una esteticidad diferente de lo estrictamente
bello, manifestando un proceso de transformacin del gusto, (Raffaele Milani, 2006).
Siguiendo a Milani (2006), quien recupera las reflexiones que sobre la belleza propone Cassirer en
su Antropologa filosfica (1945), se la puede definir en trminos de una actividad del espritu
vinculada a una orientacin especial de la funcin del percibir, que no consiste en un proceso solo
subjetivo, sino que por lo contrario, es una de las condiciones para la intuicin de un mundo
objetivo. La mirada artstica no es pasiva, en el sentido de que no hace un simple registro de las
cosas, sino que adems implica un ojo constructivo que puede realzar la belleza de las mismas El
sentido de la belleza deriva del fundirse en la vida dinmica de las formas, vida que solo puede ser
aprehendida por medio de un proceso dinmico correlativo que se desarrolla en nosotros mismos.
Percibir es un modo de proyectarse sobre la realidad, sintetizarla y representarla travs del espacio
y el tiempo. El proceso de percepcin es una continua mutacin entre el placer inmediato de los
sentidos y la imaginacin y el placer mediato de la cultura, teniendo implicada como parte de esta
mediacin una mirada artstica que interviene en este proceso. Por ello, es necesario distinguir entre
lo que se nos presenta a la vista y lo que realmente percibimos, pero tambin analizar sobre qu
valores estticos nos paramos para observar la realidad. Es a partir de la contemplacin y de la
distancia respecto a un lugar, que el paisaje adquiere significado en el sujeto observador y para que
esto suceda debe existir cierta distancia con respecto a la visin cotidiana del espacio, (A. Roger,
2007). Este punto se considera relevante para establecer cmo se construyen las representaciones
sociales sobre la contaminacin ambiental de sujetos que estn inmersos en la cotidianeidad de su
espacio.
La percepcin de un paisaje, supone a la vez distanciamiento y cultura, es decir, una cierta
resignificacin de lo observado. Entonces, para comprender que el carcter perceptivo que se posee
del paisaje, hay que comprender que el mismo no est desprovisto de la relacin entre el sujeto y su
entorno, sino todo lo contrario, el vnculo con el lugar es simbitico: la visin esttica de la
delectacin paisajstica y el vnculo que con el lugar establece el sujeto son procesos
interconectados.
En esta direccin, las relaciones entre los sujetos sociales y el paisaje supone adentrarnos en la
emergencia de nuevos espacios urbanos que surgen de las dinmicas de metropolizacin y
18
En este apartado se propone construir la categora analtica de paisaje contaminado a partir del
estudio y anlisis de las contribuciones tericas de diversos autores que desarrollan temas
vinculados al concepto. En este sentido se quiere dar cuenta de la relacin entre el paisaje
contaminado, el campo de las percepciones, los procesos de (in) visibilidad de los paisajes y las
problemticas ambientales.
19
Al referirnos a la mirada del paisaje se busca trascender el mero anlisis de la forma que lo
constituye, orientndonos a su observacin no solo como una extensin de territorio que oficia de
soporte de la vida humana y en la cual el hombre es un observador situado, sino posicionarnos
desde el otro aspecto que trata el paisaje, que es la mirada. Este aporte es central para esta
investigacin y por ello se tomar como referencia el trabajo de Alicia Lindn (2007), que estudia
al paisaje desde la subjetividad, puesto que considera al observador como un sujeto activo que
define la configuracin paisajstica. Esta mirada analtica nos permitir acercarnos al paisaje
entendindolo como una construccin social inacabada en permanente proceso de hacerse.
No obstante, nuestro trabajo se va a centrar en los paisajes de la contaminacin ambiental lo cual
trae aparejado la problemtica de (in) visibilidad del sufrimiento ambiental12 vivenciado por parte
de los sujetos sociales. El planteo que realiza la gegrafa Odette Louiset (2001) sobre los estudios
de las ciudades en trminos de su materialidad y por la forma misma en que son abordados, hace
que ellos se vuelvan invisibles. Por tal motivo expresa que para hacerlos visibles se requiere de la
inclusin de lo no material, y tomar esta decisin implica que la categora analtica de
(in)visibilidad se asocie a la manera en que se aborda el objeto de estudio desde lo tericometodolgico.
Esta perspectiva se vincula con los aportes de Alicia Lindn (2007), puesto que expresa que
difcilmente un territorio pueda ser comprendido solo desde lo material, tambin es necesario
introducir lo inmaterial, es decir lo cultural, lo social o como mejor define la autora, la subjetividad
social. Es tambin importante la aclaracin que hace en relacin a la (in)visibilidad que pueden
traer aparejado los enfoques del paisaje, puesto que la aproximacin que se utilice para investigar
puede funcionar como cortina de humo que interpone al analista frente al paisaje.
Asimismo, en este trabajo se har hincapi en el hecho de que hay (in)visibilidades que transcurren
en la cotidianeidad de los sujetos annimos que habitan o transitan un lugar, y poder visibilizarlas a
partir del anlisis de las representaciones sociales que poseen de la contaminacin ambiental, es
uno de los propsitos de esta investigacin.
Principalmente, porque la (in)visibilidad no es independiente del punto de vista, no puede ser
considerada al margen del sujeto que ve o no ve, puesto que no se plantea la invisibilidad /
visibilidad desde lo estructural sino que se lo hace desde la experiencia del propio sujeto. Entonces,
al concebir el paisaje como una construccin social implica considerar a los sujetos activos de ese
proceso, al especificar que esos paisajes puedan ser invisibles se reitera la centralidad del sujeto,
(Alicia Lindn, 2007).
En este sentido, adquiere importancia los datos que se pueden obtener de un lugar a travs de la
experiencia, puesto que son diferentes los cmulos de informacin que se pueden almacenar y
poseer de los diversos lugares. El conocimiento que se puede obtener desde la experiencia tambin
12
Auyero, J. y Swistun D. Inflamable: Estudio del sufrimiento ambiental. Tramas sociales, 1era ed. Buenos
Aires. Piados, 2007.
20
es singular, muy localizado en el espacio y el tiempo, y est asociado a qu representan para las
personas los encuentros, las situaciones all vividas o las experiencias del lugar, (Alicia Lindn,
2007). El trabajo de John W. Wright (1947), nos permite comprender la (in)visibilidad de ciertos
paisajes a partir de las caractersticas propias que asumen las experiencias en el lugar.
Por ello estudiar los barrios ms afectados de Dock Sud por la contaminacin ambiental como un
paisaje socialmente construido en los cuales hay visibilidades e invisibilidades, supone ir ms all
de la apariencia dada por las formas materiales y aproximarnos a la experiencia paisajstica del
sujeto. Por tal motivo no se quiere identificar a estos lugares solamente como zonas industriales
porque sera poner una cortina de humo que invisibiliza las experiencias que suceden en l. Pude
suceder que, an cuando un habitante viva ese paisaje con afliccin, no sea por lo que
consideramos que le falta, sino porque el paisaje lo agrede, lo fragiliza, lo victimiza de alguna
forma no visible, y esto nos introduce a la experiencia del paisaje, (Alicia Lindn, 2007).
A partir de esto, queremos plantear la importancia de los sentidos, principalmente el de la vista, en
la experiencia del paisaje. En esta lnea, el gegrafo Fi Yu Tuan (2007) ha planteado que la vista es
el sentido por excelencia con el que se toma conocimiento del mundo. Es por ello que Lindn
(2007) considera que los paisajes invisibles son los que no vemos, considerando que los que no se
ven suelen no conocerse; y los que se ven son los que se conocen. En este sentido, el paisaje que el
sujeto ve no es la realidad misma, sino algo que forma parte de una situacin particular, que se
experimenta y se nombra de forma singular. De tal manera estamos en presencia de paisajes que no
son visibles para algunos y el hecho de poder descifrarlos requiere conocimiento acerca de quines
los ven y principalmente cmo los viven.
En esta lnea, es relevante incorporar la categora de sufrimiento ambiental elaborada por Auyero
(2007), puesto que lo considera como una forma particular de sufrimiento social causado por las
acciones contaminantes concretas de determinados actores, y son los universos interactivos y
discursivos especficos que le dan forma a la experiencia de este sufrimiento.
Segn el autor (Auyero, 2007), el padecimiento de los habitantes en zonas ambientales criticas, es a
veces apropiado y otras veces negado o amplificado por instituciones particulares, usualmente a los
efectos de su propia legitimacin. No obstante, las percepciones que existen sobre la contaminacin
ambiental son variadas y van desde una negacin casi absoluta hasta una visin crtica, pasando por
un campo de convicciones, dudas y certezas. Asimismo, el habla critica de la contaminacin por
parte de los habitantes, construye un repertorio discursivo para el afuera13 - donde en forma
uniforme se presenta un lugar contaminado, la contaminacin como perjudicial para la salud y
autoridades responsables-, pero desde la vivencia cotidiana esta situacin se naturaliza y se
convierte en rutina.
13
La contaminacin irrumpe como un tema a ser articulado verbalmente, con contundentes y certeras
atribuciones sobre causas y responsables, sobre todo cuando aparecen los periodistas, los abogados y/o los
funcionarios [el afuera], en Auyero, J. y Swistun D. Inflamable: Estudio del sufrimiento ambiental. T, 2007.
21
De este modo, en el curso de la vida diaria puede hablarse de un proceso de (in)visibilidad de los
paisajes de la contaminacin ambiental, que se encuentran entrelazados con otro orden de
preocupaciones que se vinculan con las dinmicas propias de los barrios donde emerge. En esta
lnea, tal como sostiene Auyero (2007), es posible que tras el pedido de que los nios de un barrio
retraten espacios desagradables, estos mismos devuelvan fotos con imgenes de paisajes
contaminados, pero cuando en de su vida diaria juegan en medio de la basura, la suciedad pasa a un
segundo plano y solo piensan en su juego.
Conjuntamente con lo anterior, otras investigaciones de Lindn (2007) presentan la categora
analtica de hologramas socioespaciales, para demarcar dentro de los discursos de los habitantes
la construccin social de lugares/espacios vividos particulares y atravesados por los procesos de
(in)visibilidad. La idea de holograma procede de la fsica y es utilizada por la autora de manera
metafrica, puesto que la considera iluminadora del sentido que se busca poner de manifiesto, es
decir, a travs de este procedimiento propone reconstruir una imagen que de otra forma no se
percibe y as poder obtener una imagen ms profunda de los lugares.
Para Lindn (2007), los habitantes de un lugar producen narrativas de vida en situacin de
interaccin con el investigador. Esto constituye el material bsico y objeto de anlisis, es decir el
equivalente de la fotografa tradicional, en las cuales la luz deja una huella. Pero es a travs de la
utilizacin de hologramas socioespaciales que se puede descifrar y decodificar lo que est detrs de
las palabras, es decir los significados ms profundos. Las conexiones entre un significado y otro
nos permiten reconstruir una trama de significados que estn encriptadas en el discurso, y esa trama
es la que posibilita conectar distintos lugares que pueden presentarse (in)visibles a la observacin
superficial.
Del mismo modo, se considera preciso aclarar, que Lindn (2007) parte del supuesto de que el
lenguaje materializa el flujo de la vida social, le da una forma y lo cristaliza en ella, an cuando lo
cotidiano sea un discurrir que nunca se detiene, siempre est en proceso de hacerse y es cambiante.
Es por ello que consideramos relevante trabajar con el discurso de los habitantes de los barrios ms
afectados de Dock Sud, puesto que las palabras empleadas, le dan formas particulares a lo
multiforme que es lo vivido, (Pratt, 1997; Mondada, 2000; Nogu y Villanova, 1999). Las palabras
empleadas inmovilizan lo vivido, entonces al trabajar con fragmentos del lenguaje (las
narrativas), es posible captar momentos de la vida social, el instante dentro del flujo diario,
(Lindn, 2007). En definitiva, nos permite captar el paisaje contaminado de esos lugares que estn
atravesados por los procesos de (in)visibilidad y su cotidianeidad.
La importancia de los hologramas socioespaciales, radica precisamente en el hecho de que se
dibujan dentro de narrativas de circunstancias en apariencia banales, pero de gran utilidad al
momento de condensar elementos claves para la construccin de sentido de lugar. En consecuencia,
proporciona pautas acerca de la forma en que la persona se relaciona con ese lugar y con otros
lugares. Generalmente, el narrador habitante refiere a lugares y prcticas concretas que despliegan
22
23
Capitulo 2
Los paisajes son los espacios ms amplios proporcionados universalmente a la experiencia de los hombres,
segn la concepcin finita de sus facultades, de su naturaleza; segn las caractersticas materiales propias
de cada territorio
(Mgtr. Arq. Giraldo, B. 2005:77)
En esta parte del trabajo se plantea adoptar una visin de la cotidianeidad la cual nos permita
acercarnos al campo de las percepciones del paisaje contaminado de la poblacin, las
representaciones sociales y sus espacios de vida cotidianos a travs de una dimensin nodal, como
es la espacialidad en la que se inscriben estos mbitos.
En esta lnea se pretende adoptar una forma de comprensin de las representaciones del paisaje
contaminado que incluya la voz y el punto de vista de los sujetos de los barrios ms afectados. Se
busca pensar este paisaje dentro del conjunto de los espacios de vida de los sujetos y en su
cotidianidad, teniendo en cuenta los procesos de (in)visibilidad que atraviesan las poblaciones con
problemticas ambientales. Esta manera de abordar el objeto de estudio implica cierta complejidad
puesto que se pretende articular las dimensiones de la vida social de los barrios ms afectados con
prcticas sociales que se construyen en su espacialidad y en sus procesos de apropiacin del
espacio.
Por tal motivo, consideramos relevante para este anlisis incorporar los enfoques de la vida
cotidiana que realiza Alicia Lindn (2002), puesto que estas perspectivas no aslan dimensiones de
la vida social ni olvidan al sujeto, sino que intentan comprender el punto de vista del sujeto a travs
de su discurso, de la observacin prxima de las prcticas, en el marco de lo minsculo y el
microanlisis, y como a travs de ellos, es posible realizar un acercamiento frtil a las prcticas
espaciales y su intencionalidad, as como a los sentidos otorgados al lugar.
En esta lnea, se recupera la centralidad de las percepciones y representaciones sociales de la
contaminacin en el contexto local (Dock Sud) a travs de su espacialidad, tanto en trminos de
espacios de vida (cotidianidad) como de espacio vivido (subjetividad), y atravesados
intrnsecamente por los procesos de (in)visibilidad de este paisaje. Esta perspectiva se dirige a
conocer las prcticas espaciales en relacin a la contaminacin, en el sentido de saber qu hacen, en
dnde y con quines; pero tambin cmo ven y qu significa para ellos su problemtica ambiental.
Al tomar la mirada del sujeto que habita un lugar contaminado, es necesario ubicar a este actor en
un contexto de sentido que lo moldea en cuanto a su forma de ver el mundo, pero que tambin l
moldea desde algn lugar social en el cul acta, Alicia Lindn (2002). Para estudiar las
representaciones sociales de la contaminacin ambiental realizaremos un cruce de dos mbitos
24
25
26
2.1
La teora de las representaciones sociales constituye un aporte terico importante para el estudio
del espacio habitado, puesto que permite comprender la forma en que los actores sociales
construyen imgenes, teoras o visiones del mismo, vinculadas con sus prcticas espaciales. A su
vez, este enfoque facilita el anlisis de la relacin sujeto - ambiente con los distintos niveles de
complejidad que conlleva el tema.
Por un lado, en el campo de estudio de la relacin sujeto - ambiente, las perspectivas tericas que
provienen de la psicologa ambiental (Atman y Rogoff, 1987; Proshansky y otros, 1983 y
Jodelet,1982; 2005), se orientan a clarificar la postura analtica que debe adoptarse cuando se aplica
la teora de las representaciones sociales al espacio o al medio ambiente, puesto que pasan de
considerar que el espacio determina la psicologa de quien lo ocupa a una perspectiva ms holstica
de la relacin del hombre con su medio.
Esta ltima, la consideramos importante en el sentido de que analiza la relacin no slo como bidireccional y dialctica, sino que tambin ella se transforma en el tiempo, dependiendo de factores
sociales, econmicos, polticos, culturales e histricos. Desde esta perspectiva holstica, y como la
que propone los estudios del paisaje, se plantea una explicacin multidimensional en la cual est
presente la relacin entre sujeto y objeto de representacin en un contexto social e histrico que
define tanto al actor social como al espacio, y tambin a la relacin que se establece entre ambos.
La dimensin social forma parte tanto de la definicin del objeto de representacin como del sujeto
que se representa el espacio y su contaminacin.
Por otro lado, remitindonos a la relacin sujeto - representaciones sociales, los procesos
psicolgicos implicados en la percepcin, experiencia e interaccin con el territorio pueden ser
estudiados en diversos niveles de anlisis: en los individuos, en situaciones de interaccin social, en
grupos o colectivos, en comunidades o en las sociedades en su conjunto, (Martha de Alba, 2009).
De esta manera, el concepto de representaciones sociales que proviene de la Psicologa Social se
convierte en una herramienta analtica para el estudio del espacio, porque supone al territorio como
un espacio socialmente construido. Para aproximarnos al concepto, se trabajar con la formulacin
terica de Serge Moscovici (1981) que es un aporte dinmico14, puesto que considera a las
representaciones sociales no solo como productos mentales, sino que son construcciones simblicas
que se crean y recrean en el curso de las interacciones sociales, y en estas caractersticas radica su
dinamismo. En este marco, las define como maneras especficas de entender y comunicar la
realidad, las cuales sedimentan las relaciones entre los sujetos y, a la vez, se construyen por stos a
14
27
travs de sus interacciones sociales. Adems, por medio de este concepto se puede estudiar la
relacin que los sujetos, de carcter individual (residentes) y social (actores sociales), establecen
con los espacios urbanos a diversas escalas, desde el mbito barrial hasta territorios que engloban
escalas ms amplias.
Segn el autor, las representaciones sociales son un conjunto de conceptos, declaraciones y
explicaciones originadas en la vida cotidiana, en el curso de las comunicaciones interindividuales.
Es decir, son en nuestra sociedad el equivalente a los mitos y sistemas de creencias de las
sociedades tradicionales; son la versin contempornea del sentido comn. Son formas de adquirir
y reproducir el conocimiento, y adems dotan de sentido a la realidad social, por ello su funcin
bsica es la de transformar lo desconocido en algo natural, lo cual nos acerca a los procesos de
naturalizacin del paisaje contaminado, (Moscovici, 1981).
Desde la teora de las representaciones sociales se establece que los individuos, los grupos y las
sociedades piensan a travs de las representaciones que elaboran socialmente en el curso de su
historia. Estos sistemas de pensamiento pueden ser estudiados como productos o como procesos de
construccin social de la realidad, en varios niveles de anlisis: a- desde los individuos particulares
que elaboran teoras ingenuas para comprender su mundo a partir de un bagaje cultural y social
propio de la sociedad a la cual estn insertos; b- desde los grupos considerados como conjunto de
individuos que se congregan en torno a ideas o creencias comunes, por lo que comparten
representaciones de la realidad; y c- las sociedades complejas definidas por su territorio y que han
generado una cultura propia, instituciones y sistemas simblicos. A esto ltimo, Durkeim lo
denomin representaciones colectivas mientras que Moscovici actualiza este concepto para generar
una teora que logre explicar el pensamiento social del hombre contemporneo. En oposicin a ese
sistema de pensamiento arcaico, esttico, impuestos a los miembros de la sociedad por la fuerza
coercitiva de la tradicin y de las creencias que plantea Durkeim; el autor considera que las
representaciones sociales dan sentido al mundo que nos rodea, y los sistemas de conocimiento, de
creencias y tradiciones, se convierten en guas de accin y de comportamientos acordes a nuestros
sistemas de representaciones, (Martha de Alba, 2009).
Los procesos a travs de los cuales se generan las representaciones sociales son dos: el de
objetivacin y el de anclaje. El proceso de objetivacin consiste en la transformacin de entidades
abstractas en algo concreto y material, es decir tangible; mientras que el anclaje se refiere a un
proceso de categorizacin a travs del cual los sujetos sociales clasifican y nombran a las cosas y a
las personas, esto permite que lo desconocido se convierta en un sistema de categoras familiares,
(Moscovici, 1981). Lo anterior, nos posibilitar mapear las categoras familiares que pueden llegar
a participar en los procesos de (in)visibilidad del paisaje contaminado y cmo a partir de ellas se
construyen las representaciones sociales de la contaminacin, puesto que son una forma de
pensamiento social construida por alguien (actor individual o colectivo) en torno a un objeto
representado.
28
En esta misma lnea, es importante el aporte que realiza Jodelet (1986), dado que considera a la
representacin social como la manera en que los sujetos aprehenden los acontecimientos de la vida
diaria, las caractersticas del entorno, las informaciones que circulan en l y las personas cercanas o
lejanas al mismo. El carcter prctico de las representaciones sociales se explica por el hecho de
que stas se orientan a la comunicacin, la comprensin y el dominio del entorno, sea este social,
material o imaginario. Por tal motivo, las representaciones orientan la accin, la prctica, en
trminos de organizacin de los contenidos de la realidad social que comportarn ciertas
actuaciones por parte de los sujetos.
En relacin a sus contenidos, las representaciones sociales se caracterizan por dos dimensiones
bsicas: la informacin y la actitud. La primera, refiere a la cantidad de conocimiento que el sujeto
posea de un determinado objeto social, y la actitud expresa la orientacin positiva o negativa, frente
al objeto de representacin, que en nuestro caso sera el paisaje contaminado. Por ello, establecer
una representacin social implica determinar qu se sabe (informacin), cmo se interpreta
(representacin misma) y qu se hace o cmo se acta (actitud) a partir de tal representacin, (Rizo,
2006).
A travs de ellas se describen, simbolizan y categorizan los objetos del mundo social que se quiere
analizar, puesto que a partir de las atribuciones de sentido se inscriben las acciones de los sujetos
en el territorio del mismo modo que sus prcticas tambin inciden en la construccin de sentido que
le otorgan al territorio. En cierta forma, las representaciones sociales operan no de forma
determinante pero s condicionando la conducta de los sujetos. Y por ello permiten establecer un
orden que facilita a los sujetos orientarse en el mundo social, y tambin posibilita la comunicacin
entre los miembros de un mismo grupo, otorgndoles un cdigo comn, compartido, que permita la
interaccin. Esto refiere al carcter determinista o condicionante de las representaciones, pero al
respecto Jodelet (1986) expresa que las representaciones no ejercen de manera absoluta la
determinacin entre la sociedad y el individuo, en el sentido de que no solo constituyen
reproducciones, sino ms bien reconstrucciones o recreaciones mediadas por las experiencias
vitales de los sujetos.
Siguiendo algunos aspectos tericos que plantea Martha de Alba, (2009), puede sostenerse que las
representaciones sociales de la contaminacin son construidas de manera colectiva, y es difcil que
se encuentren depositadas en la mente de un solo individuo, requieren de un contexto de
interaccin intersubjetivos para construirse. Este contexto adems de encontrarse atravesado por las
problemticas ambientales y sociales, es una representacin simblica creadora de sentido en tanto
que acta como elemento aglutinante de lo colectivo y como smbolo de permanencia en el tiempo.
El espacio se constituye en un referente de significado y se convierte en lugar a travs de los
mecanismos de apropiacin por parte de los sujetos, quienes transforman y significan el espacio
que habitan, actuando en l e identificndose con l, tanto de manera individual como colectiva, y
29
por ello, se organiza de manera simblica, convertida en lugar por la interaccin transformadora de
las personas, lo cual se denomina apropiacin del espacio.
Las representaciones sociales del espacio permiten comprender los significados de los lugares en
funcin de las caractersticas y del lugar que ocupa el sujeto en la estructura social. Por tal motivo,
el espacio como objeto de representacin social debe tener en cuenta los rasgos esenciales del
territorio analizado, as como a los sujetos individuales o sociales que construyen tal representacin
de acuerdo a la relacin que mantienen con el mismo.
Para estudiar las representaciones que ciertos actores sociales (residentes, grupos polticos,
gobernantes, medios de comunicacin, grupos vulnerables, etc.) construyen sobre el territorio -en
nuestro caso, Dock Sud- hay que concebir a cierto espacio como un objeto de representacin
delimitado, con ciertas caractersticas, as como elegir a los actores involucrados en la construccin
de representaciones con respecto al lugar.
La separacin entre objeto y sujeto en la teora de las representaciones permite abordar el tema con
mayor claridad. Esta separacin es compleja y a veces tal vez inexistente, en la medida que el
objeto representado cobra sentido y materialidad a travs de las representaciones. Es decir aunque
el objeto exista por s mismo, slo pasa a formar parte de la realidad cuando es nombrado,
comunicado, explicado, evaluado, comprendido a travs de los mecanismos del pensamiento social,
de las emociones y del lenguaje, (Martha de Alba, 2009). De esta manera, para analizar las
representaciones sociales de la contaminacin, la separacin entre sujeto / objeto adquiere diversos
matices en funcin de la manera en que se puede concebir al espacio contaminado, el sujeto que
construye esa representacin, y la relacin entre ambos.
Finalmente, a travs de este recorrido terico queda planteado el abordaje trialctico entre sujeto,
representaciones sociales y espacio para poder abordar las dimensiones subjetivas y las prcticas
espaciales que se establecen en los barrios ms afectados de Dock Sud por la contaminacin
ambiental.
2.2
En esta parte, se trabajar con los aportes tericos de Lefebvre (1991) pero a travs de la relectura
que hace de su obra Ulrich Oslender (2002), dado que se analizarn los procesos de vinculacin,
apropiacin y resistencia que las personas establecen con el espacio en el que habitan. Para ello, es
preciso tener en cuenta su complejidad puesto que en el espacio como espacio social, se establece
una trama de relaciones entre las representaciones espaciales, los espacios de representacin y las
prcticas espaciales de los actores sociales involucrados. De esta manera, estamos en presencia de
una relacin fluida y dinmica que se establece entre los sujetos, los lugares, la contaminacin
30
ambiental y su espacialidad. Por tal motivo, los enfoques de Lefebvre nos permitirn ir
acercndonos a una espacializacin del paisaje contaminado y conocer las representaciones
sociales de la contaminacin ambiental que tiene la poblacin de los barrios ms afectados de Dock
Sud.
En su trabajo sobre la produccin del espacio (Lefebvre, 1991) el autor plantea un anlisis del
espacio en tanto espacio social que est atravesado por tres momentos que se interrelacionan y
retroalimentan entre s. El primer momento es el de las prcticas espaciales, que se refiere a las
formas en que los sujetos generan, utilizan y perciben el espacio. Para ello y en primera instancia,
las personas han atravesado los procesos de comodificacin y burocratizacin de la vida cotidiana
que llevan a la colonizacin de un espacio concreto, o han realizado el proceso de objetivacin y
anclaje que planteamos con Moscovici (1981) o como tambin plantea Habermas (1989) han
realizado la colonizacin15 del mundo - vida, y a travs de ellos tambin entra en escena el campo
de lo simblico y lo perceptivo desde donde los sujetos se apropian del paisaje contaminado.
Puesto que, estas prcticas espaciales estn asociadas con las experiencias de la vida cotidiana y las
memorias colecticas de formas de vidas diferentes, ms personales e ntimas que tienen un
potencial para resistir la colonizacin de los espacios concretos porque estn fuertemente
arraigadas en la subjetividad de las personas.
El momento de las representaciones del espacio, se refiere a los espacios concebidos y derivados
de una lgica particular y de saberes tcnicos y racionales vinculados con las instituciones del
poder dominante y con las representaciones normalizadas generadas por una lgica de
visualizacin hegemnica. A travs de ella, se produce una simplificacin del espacio como si se
tratara de una superficie transparente, puesto que se ignoran luchas, ambigedades y otras formas
de ver, percibir e imaginar el mundo. Lo que hace esta conceptualizacin de representaciones del
espacio es muy importante por el poder que han adquirido a travs del uso creciente de tecnologas
de informacin (Sistema de informacin geogrfica, SIG) y de las nuevas formas de modelar
dinmicamente la vida social. El efecto que generan es el de abstraccin y descorporealizacin del
espacio, se genera un espacio abstracto, que es el espacio del capitalismo contemporneo que ha
llevado a una comodificacin creciente de la vida social. Sin embargo este espacio abstracto se
convierte en un espacio de lucha y resistencia, puesto que en lugar de ser un espacio homogneo y
cerrado, es un terreno donde se articulan las contradicciones socio-polticas, (Lefebvre, 1991). De
estas contradicciones surge un espacio complejizado, donde se acentan las diferencias y se
articulan mltiples resistencias como una poltica concreta del espacio que conducen a la bsqueda
de un espacio alternativo.
15
La expresin colonizacin del mundo - vida, remite a los desafos de la modernidad-posmodernidad que
debe encarar el individuo en la vida cotidiana, tales como la burocratizacin, la prdida de sentido de realidad
y de libertad en el horizonte de la vida. Todos estos aspectos han sido abordados por la Escuela de Frankfurt.
31
Para el autor los espacios de representacin, son los espacios vividos que representan formas de
conocimientos locales y menos formales; son dinmicos, simblicos, y estn cargados de
significados, puesto que son construidos y modificados en el transcurso del tiempo por los sujetos.
Consisten en ser construcciones simblicas que estn arraigadas en la experiencia y constituyen un
repertorio de articulaciones caracterizadas por su flexibilidad y su capacidad de adaptacin sin ser
arbitrarias, y es a travs de ellas es como se produce la naturalizacin de la contaminacin
ambiental. En estos espacios transcurre su cotidianidad y es en ellos donde se establecen los
procesos de (in)visibilidad del paisaje contaminado, puesto que en estos espacios se desarrolla
constantemente una relacin dialctica con las representaciones dominantes del espacio que
intervienen, penetran y tienden a colonizar el mundo-vida del espacio de representacin. El espacio
de representacin es, entonces, tambin el espacio dominado en el cual la subjetividad busca
apropiarlo, puesto que es sujeto de dominacin y tambin fuente de resistencia, (Oslender, 2002).
De esta manera podemos ver que los tres momentos que plantea Lefebvre (1991), necesitan ser
considerados como interconectados e interdependientes, en el sentido de que existe una relacin
trialctica entre lo percibido, lo concebido y lo vivido que no puede analizarse independientemente
al momento de estudiar la espacialidad de la contaminacin, las representaciones sociales y los
procesos de (in)visibilidad del paisaje.
Asimismo, este proceso necesita ser pensado desde un lugar especfico al cual y a cuya gente se
refiera constantemente, para ello retomaremos el hecho de que las prcticas espaciales se realizan
en un lugar concreto, que en nuestro caso son los barrios ms afectados de Dock Sud por la
contaminacin.
El concepto de lugar, permitir contextualizar y arraigar las conceptualizaciones lefebverianas (lo
concebido, percibido y vivido) para poder analizarlas en un caso concreto. Al respecto, Agnew
(1987) pone el acento en las cualidades objetivas y subjetivas de la nocin de lugar sin caer en un
subjetivismo arbitrario, al expresar que se constituye de tres elementos: 1) localidad, 2) ubicacin,
y 3) sentido de lugar.
Con el trmino de localidad, se refiere a los marcos formales e informales dentro de los cuales
estn constituidas las interacciones sociales cotidianas de los sujetos. No solo da cuenta de los
escenarios fsicos dentro de los que ocurre la interaccin social, sino que tambin implica que estos
escenarios y contextos estn concretamente utilizados de manera rutinaria por los sujetos en sus
prcticas diarias y comunicaciones cotidianas.
La ubicacin, debe ser entendida como el espacio geogrfico concreto que incluye a la localidad
que est afectada por procesos econmicos y polticos que operan a escalas ms amplias en lo
regional, lo nacional y lo global. El tercer elemento en el concepto de lugar es el sentido de lugar,
que se refiere a la connotacin subjetiva que se deriva de vivir en un lugar particular, donde los
sujetos y las comunidades desarrollan profundos sentimientos de apego a travs de sus experiencias
y memorias. Con l, se resalta la naturaleza dialgica de la gente con un lugar (Buttimer, 1976) y
32
las formas poticas en que la gente construye espacio, lugar y tiempo (Bachelard, 1958). El sentido
de lugar expresa entonces el sentido de pertenencia a lugares particulares e inserta una fuerte
orientacin subjetiva al concepto.
Como plantea Ulrich Oslender (2002), sera un error ver a los tres componentes del lugar de forma
separada, puesto que actan como momentos fluidos cuyas interacciones se influencian y se forman
entre s, y esta fluidez es la que le da su fuerza analtica. Un sentido de lugar particular modela las
relaciones sociales e interacciones de la localidad (y viceversa), y ambos elementos estn
influenciados por las estructuras polticas y econmicas ms amplias y las formas en stas estn
visiblemente expresadas y manifestadas en la ubicacin. Es central en este concepto de lugar, el
nfasis sobre las subjetividades y formas individuales y colectivas de percepciones de la vida
social.
Para acercarnos a las construcciones simblicas del paisaje contaminado, nos interesa recuperar las
representaciones sociales como discursos que pueden materializarse tanto en soportes grficos
(dibujo, fotografa, expresin artstica, etc.) como en prcticas sociales, de esta manera los distintos
discursos que hablen sobre el lugar darn cuenta de lo que el sujeto- locutor imagina y se
representa de ese lugar, (Martha de Alba, 2009).
En esta lnea, la autora (Martha de Alba, 2009) plantea un esquema que permite identificar los
modos en que se materializan las representaciones socio-espaciales, a travs del reconocimiento de
ventajas-desventajas, de la dimensin temporal de los procesos y de la identificacin de rasgos
presentes en los distintos discursos que en cierta forma se relacionan. La utilizacin de artes
imitativas como el dibujo, la fotografa, la pintura, el cine (Barthes, 1982) constituyen
representaciones sociales materializadas en forma grfica, en imgenes ms que en discursos. La
manera en que es fotografiado, dibujado o filmado un lugar en diversos contextos, expresa
representaciones sociales de ste que son materializados en un conjunto de imgenes. A travs de
ellas, las artes imitativas no solo expresan representaciones socio-espaciales, sino que tambin
enriquecen las representaciones pre-existentes una vez que circulan por los distintos campos
sociales.
Asimismo, es preciso mencionar que las representaciones sociales tambin se materializan en las
prcticas espaciales. La preferencia o rechazo por algn lugar es normalmente coherente con las
representaciones que se tiene de ste. El territorio adquiere sentido en funcin de lo que pueda
significar un determinado lugar para quin se lo representa, y los marcos de referencia o categoras
de pensamiento para leer el espacio difieren de acuerdo a las pertenencias socio-culturales de los
distintos tipos de actores. Sus representaciones socio-espaciales se anclan en distintos sistemas
de pensamiento social, (Martha de Alba, 2009).
As, por ejemplo, la nocin de mapa mental utilizada por K. Lynch en La imagen de la ciudad
(1960), permite analizar las imgenes desde lo simblico y lo perceptivo, puesto que las considera
como una representacin social del espacio socialmente construido. Los mapas mentales pueden
33
ser pensados como representaciones sociales en tanto que imgenes espaciales (no copias literales
de lo real) son construidas a partir del bagaje sociocultural del sujeto, de su posicin social y de su
experiencia en el lugar. En nuestro caso, el objeto de representacin, paisaje contaminado, opera
como contexto en el que los actores sociales proyectan sus acciones e interacciones con el lugar.
El concepto de mapa mental y de tcnicas tales como el uso de fotografas de lugares referenciales
de la ciudad propuestas por Lynch (1960), establecen vnculos con los trabajos sobre
representaciones socio-espaciales que ponen el acento en los significados sociales e histricos de
los lugares, considerndolos como elementos del espacio que no slo tienen un poder de generar
imgenes fuertes o dbiles por sus caractersticas fsicas, sino tambin porque estn vinculados con
la historia del lugar, as como con la memoria social de los grupos que conviven en l, (Martha de
Alba, 2009).
La relacin entre los mapas mentales y la perspectiva de las representaciones sociales, de Stanley
Milgram y Denise Jodelet (1976), expresa la existencia de tres criterios: en primer lugar, la
representacin cognitiva de un lugar es el producto de la actividad social de varias generaciones, en
segundo lugar, el origen social de los mapas mentales es evidente por los elementos comunes a
muchos sujetos y son identificables por todos, y finalmente, el significado social de los elementos
del espacio forma parte integrante de la construccin del mapa.
En suma, los procesos de apropiacin que los actores sociales establecen con un territorio
construyen una trama de relaciones entre las representaciones espaciales, los espacios de
representacin y las prcticas espaciales, donde lo percibido, lo concebido y lo vivido asume una
importancia central al momento de estudiar la espacialidad de la contaminacin, las
representaciones sociales y los procesos de (in)visibilidad del paisaje. Resultando, a su vez,
relevante para la observacin de las representaciones socio-espaciales la nocin de mapa mental ya
que constituyen anclajes del sistema de pensamiento social, donde se vincula distintas
construcciones simblicas y perceptivas, que son elaboradas a partir del bagaje sociocultural del
sujeto, de su posicin social y de su experiencia en el lugar. Por ltimo, en esta misma direccin,
los distintos soportes grficos pueden pensarse como materializaciones del discurso que darn
cuenta de lo que el sujeto- locutor imagina y se representa de un lugar.
34
Capitulo 3
Barrios as no surgen por decreto ni de la noche a la maana. Son entidades vivas, fundadas en vnculos de
parentesco y vecindad, tejidos por la permanencia y el conocimiento mutuo a lo largo de generaciones.
Tienen encuentros cotidianos, fiestas, recordaciones y duelos propios, reconocen seales y smbolos
identificatorios que pueden pasar desapercibidos a los extraos, pueden generar ritos y cdigos de conducta
que los diferencian de otros barrios y del resto de la ciudad
(Martnez, G. 2004:2)
35
36
Foto de Dock Sud, en la cual se visualiza parte del rea industrial del Polo Petroqumico.
(Fuente: Archivo de la Secretaria de Ambiente de la Provincia de Buenos Aires, 2005)
37
El polo petroqumico nace en septiembre de 1914 con la llegada del grupo Royal Dutch Shell a
travs de su filial Anglo Mexican Petroleum. El 9 de mayo de 1931 Shell instala su primera
refinera en la zona, llegando a ser en la actualidad una de las empresas de mayor importancia. El
rea industrial fue conformndose poco a poco con el arribo de las diferentes empresas y sin ningn
diseo urbanstico que contemplar su perfil altamente contaminante. Claro ejemplo de esta
situacin es la instalacin de una planta de incineracin de residuos patognicos e industriales, el
establecimiento de la planta de coque en 1993 -erradicada de Holanda por las autoridades- y la
localizacin de un cableado de alta tensin -132.000 voltios- en 1999 por parte de la empresa
38
Central Dock Sud a escasos metros de los depsitos de combustible altamente inflamables. A su
vez se sum, una refinera de petrleo (DAPSA), junto con tres plantas de almacenamiento de
combustibles y derivados del petrleo (Petrobras, Repsol-YPF y Petrolera Cono Sur), varias
fbricas que almacenan productos qumicos (TAGSA, Antvari, Dow Qumica, Solvay Indupa,
Materia, Orvol, Cooperativa VDB, Meranol y Pamsa), una terminal de containers (Exolgan) y una
unidad productiva termo elctrica (Central Dock Sud), (Dorado, 2006,).
No obstante, todo esto no hubiese sido posible sin el respaldo que ofrecieron los gobiernos
nacionales, provinciales y municipales a las empresas de estas caractersticas que deseasen
instalarse en el polo petroqumico. Como contrapartida, en estos ltimos aos, se han generado
acciones de protesta por parte de un grupo de vecinos de la Cuenca Matanza-Riachuelo, las cuales
han dado lugar a diversos tipos de reclamo que se han expresado por va judicial. Uno de ellos, es
la causa que inicia la Asociacin de Vecinos de La Boca 16, en octubre de 2004 la cual se tramit
inicialmente ante la Fiscala de Distrito del Barrio de La Boca. El informe fue llamado S.O.S.
Riachuelo, denunciando la contaminacin de la Cuenca Hdrica Matanza-Riachuelo y su impacto
ambiental, as como tambin los riesgos que ella genera para la vida y la salud de las personas, en
especial, de las poblaciones ribereas.
En dicho informe, se identificaron distintas fuentes de polucin conformadas por basurales
clandestinos y a cielo abierto en Capital Federal y de cien, aproximadamente, del lado de la
provincia de Buenos Aires. Los vecinos sealaron, que el arrojo de residuos sin ningn tipo de
tratamiento y control genera el lixiviado de las aguas profundas y tambin de las superficiales. A su
vez, entre otros problemas el informe seala la contaminacin de napas, crecimiento exponencial
de vectores y quema de basura, (Medio&Medio, 2011).
La Asociacin de vecinos, denunci que hay ms de ocho mil quinientas toneladas de hierrochatarra depositadas en el Riachuelo que frenan el escurrimiento de las aguas. El fondo del ro
contiene cascos de barcos, esqueletos de autos, basura de todo tipo y, en especial, un lodo formado
por metales pesados venenosos y sedimentados en concentraciones muy altas con un espesor que,
en algunos sitios, alcanza los siete metros de profundidad. Tambin denunciaron que el ro recibe
un 25 % de efluentes industriales (125.000 metros cbicos diarios a travs de conductos cloacales,
pluviales o directamente desde el suelo), y un 75% de efluentes cloacales. Otro dato es que slo el
16
La Asociacin de Vecinos La Boca es una organizacin apartidaria, con Personera Jurdica, inscripta en el
Registro de Organizaciones para Accin Comunitaria del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, miembro
fundador de la Red S.O.S. Riachuelo, miembro fundador del Espacio Matanza Riachuelo, y adherida a un
centenar de otras redes. La Corte Suprema de Justicia de la Nacin la nombr miembro del Cuerpo Colegiado
como parte del control social en la ejecucin de la sentencia en la causa Riachuelo. El trabajo que realiza esta
fundamentalmente dirigido hacia la seguridad, la salud, la educacin, el urbanismo, y el mejoramiento de la
calidad de vida barrial, dentro de un contexto social con escasos recursos, como son los barrios del sur de la
Ciudad de Buenos Aires que integran la Cuenca del Riachuelo.
La Asociacin tiene como objetivo central ser un punto de inflexin en la historia de los barrios del sur de la
ciudad, teniendo como epicentro La Boca, y poseen una pgina web donde se encuentra informacin del
barrio y de su mayor anhelo, que es lograr un Riachuelo limpio, fuente de vida, de seguridad y de trabajo ,
(Pgina web, Asociacin de vecinos de La Boca).
39
3% de las empresas que contaminan cuentan con plantas de depuracin. La Asociacin ya estimaba
que ms de sesenta y cinco firmas son las responsables de la contaminacin no biodegradable del
80% del ro. En este sentido el lecho del curso indica que posee concentraciones de mercurio, zinc,
plomo y cromo superiores en cincuenta veces a los niveles mximos permitidos, (Medio&Medio,
2011).
Por otra parte, la Asociacin indica que la situacin denunciada se torna an ms preocupante si se
tiene en cuenta que los terrenos de la Cuenca, de bajo valor fiscal, se transformaron aceleradamente
en el asiento del bolsn de pobreza ms extendido del pas. Lo cual se profundiza en el hecho de
que la desembocadura del Riachuelo al Ro de la Plata se encuentra prxima a las plantas
potabilizadoras de la ex Aguas Argentinas.
As entonces, dos aos despus de presentada la causa, el Juez interviniente se declar
incompetente en razn de la materia dado que los riesgos de contaminacin y el peligro para la
salud que generan los basurales, la chatarra depositada en el Riachuelo y los efluentes industriales y
cloacales vertidos en la Cuenca, trascienden los lmites de la ciudad de Buenos Aires y comprenden
inters federal. As tras distintas contiendas de competencia, se acumul jurdicamente la causa N
3676/07, cuyo objeto procesal radic en la desviacin del cauce y la reduccin del caudal del ro
detrs de la Villa 21, por la creacin de un basural a cielo abierto, donde camiones volcadores
arrojan escombros, tierras y todo tipo de residuos. En esta oportunidad el juez que intervino en la
causa, Oyarbide, decret el sobreseimiento de todos los imputados, por entender que no era posible
establecer el nexo de causalidad entre la conducta desplegada por los mismos con las muestras
recabadas, (Medio&Medio, 2011).
Asimismo, una vez que en la causa principal se identificaron efluentes de la Cuenca que eran
presuntamente contaminantes, ste Juez declar parcialmente insuficiente su participacin legal,
por los alcances territoriales de la problemtica ambiental ya que los efluentes estn ubicados en la
provincia de Buenos Aires y consider que el objeto procesal de la causa estaba ceido al vertido
de residuos peligrosos por parte de empresas situadas en la costa de esta Ciudad. De esta manera,
se archivaron las actuaciones por inexistencia de delito en relacin con los efluentes identificados
en el muestreo recogido por el Departamento de Delitos Ecolgicos de la P.N.A y consider el
informe del Laboratorio de Toxicologa y Qumica Legal de la Morgue Judicial donde solo tuvo en
cuenta la muestra obtenida del efluente N 34.1, que registraba un exceso de fenoles segn los
parmetros establecidos por la Secretara de Recursos Naturales y Desarrollo Sustentable,
(Medio&Medio, 2011).
Ante este escenario, algunos vecinos junto con los asamblestas unidos en el Frente Ecologista del
Sur17 exigieron y reclamaron la desafeccin progresiva y total del Polo petroqumico,
17
El Frente Ecologista del Sur es una agrupacin de Avellaneda que se caracteriza por participar, reclamar
y resistir a las problemticas ambientales de los barrios del sur de la capital como tambin las de alcance
nacional, es parte de la UAC (Unin de Asambleas Ciudadanas), (Pgina Web, Eco.portal.net).
40
argumentando que la contaminacin del agua, del suelo y del aire, exponen a la poblacin del
barrio y alrededores a situaciones de dao progresivo a la salud, (Pgina Web, Eco.portal.net,
2006).
Frente a la complejidad de la situacin en 2006, la Corte Suprema de la Nacin se hizo responsable
del reclamo judicial de los vecinos de la cuenca Matanza-Riachuelo, que planteaba la existencia de
dao ambiental colectivo, y por ello puso en marcha un plan integral de saneamiento. Este Plan de
Saneamiento de la Cuenca Matanza Riachuelo propuso mejorar la calidad de vida de ms de 7
millones de personas que viven en la zona de riesgo, de las cuales el 35% no posee agua potable y
el 55% no dispone de cloacas, entre otros servicios, (Clarn, 2011).
En esta direccin, otra medida de avance frente a la problemtica de riesgo ambiental fue la
Clausura Preventiva de la Planta Shell-Capsa ubicada en la segunda seccin de inflamables-Dock
Sud-, la cual fue resuelta en el ao 2007 por la Secretaria de Ambiente y Desarrollo Sustentable
(SAyDS) de la Nacin. En su resolucin final, la SAyDS, expres que la empresa se encontraba en
una situacin de gestin ambiental precaria e ilegal, fundamentando su clausura en las reiteradas y
graves violaciones de las leyes nacionales, (Clarn, 2007).
Por su parte, el Instituto para la Participacin y el Desarrollo (INPADE) en el marco de su
programa FOCO -Foro Ciudadano de Participacin por la Justicia y los Derechos Humanos- y la
Fundacin Amigos de la Tierra de Argentina, coayudaron en la concrecin de la clausura
preventiva presionando a travs de reiteradas denuncias sobre las violaciones ambientales
cometidas por la Empresa Shell-Capsa a las Directrices OCDE (normas que los Estados se
comprometen a proteger en el accionar de su empresariado en el exterior, incluyendo el
cumplimiento con la legislacin aplicable en cada pas), las cuales fueron presentadas en la
Cancillera Argentina y en Holanda. A su vez, la comunidad de Villa Inflamable -ubicada en el
polo petroqumico Dock Sud y directamente afectada por el accionar de Shell- solicit un espacio
de interlocucin con la empresa y acciones concretas para obtener una compensacin econmica
por daos a la salud y a la vida de la comunidad; la relocalizacin de los vecinos del barrio en
viviendas dignas, limpias y libres de contaminacin y el saneamiento ambiental de la zona, (Pgina
web, www.foco.org.ar )
Desde mediados de 2008 y en un fallo indito, la Corte no slo orden a los tres Estados que
comparten el conflicto (Nacin, Ciudad de Buenos Aires y Provincia) la puesta en marcha del plan
sino que estableci una serie de sanciones que, en caso de incumplimiento, recaeran sobre la
ACUMAR (Autoridad de Cuenca Matanza - Riachuelo). Dos aos despus, en agosto de 2010, la
Corte volvi a firmar una extensa resolucin en la que orden apurar las tareas de limpieza y
multar a los funcionarios pblicos que no cumplieran con el plan propuesto. Adems, en marzo de
ese ao la Corte realiz una audiencia pblica para escuchar cules haban sido los avances
convocando a una nueva audiencia para el 1 de junio, y se realiz una inspeccin -en los puntos
41
ms afectados por la contaminacin- que fue llevada a cabo por los jueces de la Corte (Clarn,
mayo de 2011).
Junto con estas acciones judiciales, se realizaron acuerdos entre funcionarios pblicos con el
propsito de llevar adelante un trabajo en conjunto para contribuir al saneamiento de la
contaminacin en la cuenca Matanza - Riachuelo. En esta direccin, la Defensora del Pueblo de la
provincia de Buenos Aires y la de Avellaneda se reunieron para tratar el estado de los arroyos
Santo Domingo y Sarand, que surcan de oeste a este el distrito de Avellaneda, y coincidieron en la
necesidad de llevar adelante estudios del agua, para generar un diagnstico sobre el grado de
polucin que presentan. En estos trminos, se plante la posibilidad de formar una mesa de trabajo
integrada por las defensoras afectadas por la contaminacin de esta cuenca y con diferentes
autoridades y organismos relacionados al agua, bajo la intencin de coordinar medidas necesarias
para hacer frente a la problemtica que hasta la actualidad no ha tenido respuesta, (Asociacin
vecinos de La Boca, 2011).
Sin embargo, los vecinos, organizaciones sociales, especialistas y algunas agrupaciones polticas
continuaron protagonizando episodios de protesta y presentando informes va judicial, coincidiendo
en la responsabilidad que frente al tema tiene ACUMAR. En la cuenca hay un total de 17.771
familias, que viven pegadas a la costa del Riachuelo en peligro sanitario y ambiental, sin que
avancen sustancialmente los planes de vivienda para mudarlos. De hecho, la construccin del
camino ribereo, tanto en Capital como en Provincia, slo pudo concretarse en los lugares donde
no hay asentamientos. La recuperacin del camino de sirga fue uno de los requisitos impuestos
por la Corte como parte del saneamiento, el mismo consiste en liberar y parquizar una franja de 35
metros paralela a cada una de las mrgenes, que sirve como zona de proteccin para evitar futuros
vuelcos de contaminantes al Riachuelo. El problema principal es que se trata de tierra ocupada.
(Clarn, mayo de 2011).
Mientras tanto, la Autoridad de la Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR), la Provincia y la
Ciudad avanzan con la construccin del camino de sirga. La costa portea del Riachuelo est
dividida en tres partes, dos de las cuales no tienen problemas de ocupaciones. La primera es la
Avenida 27 de Febrero, cuyo ensanchamiento fue inaugurado en 2005. El segundo tramo de La
Boca, ubicado entre Pedro de Mendoza y el viejo puente Pueyrredn, es conocido como Mundo
Gra (ex depsito de gras) donde se plantea la construccin de viviendas para gran parte de las
familias que hoy estn en la villa 21-24. El tercer tramo a recuperar es el que queda entre puente
Alsina y Vieytes, all la intencin es armar una calzada de adoquines con parquizacin lateral, que
funcione como un paseo y con ello se permitir el trnsito de autos a una velocidad limitada, y
tambin podrn ingresar ambulancias, camiones de residuos o los vehculos de los bomberos. En
este tramo se est trabajando a la altura de las calles Romero, Iguaz y San Antonio, mientras que
el trnsito pesado deber ir por las autopistas Cmpora y Dellepiane o desviarse hasta la avenida
Perito Moreno. Finalmente, en cuanto al proyecto de recuperacin de la costa, se observa un avance
42
donde no haba asentamientos dado que para continuar sobre estas zonas es necesario proceder con
la reubicacin de las familias de El Pueblito, lo cual conlleva al cumplimiento de la orden judicial
de desalojo, expedida por el Juez Armella, quien actualmente entiende la causa, (Clarn, mayo
2011).
La situacin anteriormente descripta, expresa que el inters por estas tierras va ms all de la
complejidad ambiental, as como tambin la escasa preocupacin por las condiciones sociales y
econmicas de la poblacin que habita en las riberas. Particularmente porque tras una larga
postergacin de la problemtica de la contaminacin en la Cuenca Matanza-Riachuelo,
recientemente ha adquirido inters pblico y privado, puesto que se empieza a considerar esas
tierras ribereas con otra mirada. Un ejemplo de ello es el concurso de arquitectura Concurso
Ribera del Riachuelo y Cabecera Norte del Trasbordador Nicols Avellaneda, cuyo primer premio
fue el proyecto de intervencin Sistema de espacios pblicos para la ribera del Riachuelo y su
vinculacin con la ciudad, en l se propone la aplicacin de medidas pblicas concretas a partir de
la recuperacin de la costa, en la cual se pretende construir un rea comercial y turstica de gran
envergadura. Esto supone la aparicin de una intervencin estatal a partir de un proyecto que al
incluir al sector privado, permite pensar que el mismo presenta fuerte similitudes respecto a lo que
aconteci en Puerto Madero y que podra dejar rditos monetarios a grandes grupos econmicos,
como sucedi en este ltimo caso. (Pgina web, www.arqa.com , 2009)
Imagen del proyecto de intervencin Sistema de espacios pblicos para la ribera del Riachuelo y su
vinculacin con la ciudad, (Fuente: pagina web, www.arqa.com , 2009)
43
44
El terreno se encuentra frente a un centro comercial, a un costado del Acceso Sudeste y detrs de la cancha
de Arsenal de Sarand, (Pg. 12, 2008)
19
A partir de este Plan, 13.150 familias hoy tienen una vivienda y fueron relocalizados. En mayo de 2011, la
ACUMAR gestion la entrega de 18 viviendas a familias que habitaban el asentamiento Puente Bosch en el
partido de Avellaneda, donde se est construyendo un paseo recreativo comunitario para recuperar ese
espacio pblico. El nuevo complejo habitacional se encuentra en la calle French y la interseccin de la
Autopista Buenos Aires La Plata. Durante los prximos meses, se proceder a relocalizar a los habitantes del
Asentamiento Amanecer, de Lomas de Zamora, el Asentamiento El Pueblito, de la Ciudad Autnoma de
Buenos Aires y el Asentamiento Magaldi tambin de la CABA, quedando pendiente la reubicacin de los
barrios que componen el rea de Villa Inflamable.
45
para garantizar la calidad de vida. Sin embargo, se estima que recin para los aos 2012 y 2013 se
concluir la totalidad de las relocalizaciones de las familias que habitan en los mrgenes de la
Cuenca, (Pgina web, www.acumar.gov.ar).
En suma, ms all de las acciones de protesta encabezadas por los vecinos, las medidas judiciales y
la participacin de funcionarios pblicos, la situacin ambiental del lugar presenta marchas y
contramarchas que se expresan en la forma que ha sido tratado el tema. En esta lnea y despus del
trayecto recorrido, se puede decir que la contaminacin ambiental de la Cuenca Matanza-Riachuelo
continua siendo un reclamo histrico al igual que las demandas ambientales y de relocalizacin de
los vecinos de Dock Sud.
El nombre de la localidad Dock Sud surge de la drsena -que significa dock en ingls- que fue
construida en la orilla sur del Riachuelo y de ah el nacimiento de su designacin. El asentamiento
urbano ms antiguo de la localidad se comenz a formar alrededor de 1860, en el pasaje de la Isla
Maciel cuya denominacin, como el de su arroyo principal, se debe a Don Juan Maciel del guila;
quien estableci su estancia en la zona durante la poca colonial. Alrededor de 1877 se funda la
primera escuela, lo cual indica un rpido crecimiento, y en 1881 se registran 1.800 habitantes; pero
ser la construccin del canal Dock Sud la que le dar su impulso definitivo. As, ya para 1909 la
poblacin de Entre Vas, Isla Maciel y Dock Sud totalizaba 7.500 habitantes conformados por
4.100 argentinos y 3.300 extranjeros provenientes de 25 pases. Mientras que la poblacin al 2001
(segn fuentes del Indec), es de aproximadamente 35.000 habitantes distribuidos en los barrios de
Dock Sud Este, Dock Sud Oeste, Entre Vas Norte, Entre Vas Sur, Isla Maciel, Maciel, Porst,
Danubio, Santa Catalina, Villa Sargento Ponce, Villa Tranquila; y las zonas portuaria y petrolera.
Asimismo, en el siglo pasado la localidad de Dock Sud se caracteriz por la amplia presencia de
espacios verdes que permitieron la existencia de lugares de recreacin, tales como: "El
Pasatiempo", "El Alemn", "Ceresetto", en los cuales se daba una relacin amigable entre sus
habitantes y el medio. Estos sitios, constituan espacios de recreacin y zonas de quintas en donde
haba todo tipo de cultivo de verduras y frutas que daban cuenta de las caractersticas que
presentaba el paisaje en aquel entonces. Esto ltimo, aparece como un recuerdo frecuente en la
memoria de los entrevistados:
46
Por eso te digo, mi abuelo, el pap de mi mam, viva ac desde antes, desde que eran
quintas. Antes no haba casi gente () Ay! , a m me encantaba. Nosotros chivbamos
por todos lados, andbamos por ah y ac haba de todo, hasta jabals haba. Y, salamos
a correrlos porque la laguna antes estaba limpia, nos tirbamos en la laguna, todos, a
jugar porque el campito que ahora est lleno de rboles antes estaba todo descampado. Y
ah, hacan campeonatos, todo, y las mujeres llevaban para tomar mate, para comer
sndwich, chorizo, de todo. (P)20.
Fotografa del ao 1933 de la zona de Dock Sud hacia el sur, en la cual se visualiza la antigua
zona de quintas. (Web. http://www.histarmar.org )
Y eso era todo viedo, yo tengo fotos de una quinta que tenamos ac en la costa en
Sarand, a esta altura [me seala con la mano un nivel] un cardenal con todos los
huevos, le saque a todo el proceso, hasta que se ven los pichones y dnde lo ves eso?
(A)21.
20
21
47
Fotogtafia del ao 1918 en la que se aprecia la actividad en los muelles y la zona de quintas atrs.
(Web. http://www.histarmar.org )
Esto tambin es retomado en la reflexin de otros entrevistados, donde se observa un fuerte registro
de las modificaciones que tuvo el lugar y de su antiguo paisaje. En este sentido, los relatos
presentan en detalle los cambios de la fisonoma de Dock Sud:
Dock Sud en la antigedad, los comienzos de Dock Sud en la zona, era todo quinta,
quiero decir agua, canales, arroyos, prcticamente Dock Sud fue construido sobre agua,
es decir que muchas de las calles, casi todas dira, salvo las avenidas que fueron hechas
para el trnsito pesado y an as estn rotas en algunos casos puntuales () era otra
fisonoma la que haba, pero obviamente desde que Dock Sud se urbanizo prcticamente
todo lo que es el barrio Las Torres, el barrio Complejo Avellaneda () eran quintas,
donde ahora estn los edificios, haba arroyitos, plantaciones de tomate, de todo, por eso
las torres estn sobre lo que eran las quintas y eso era todo agua y as otras zonas
tambin. (D)22.
22
Entrevista personal realizada el 28 de Octubre de 2011. D es el directivo del diario local Nuevo Docke Un
viejo sentimiento.
48
Fotografa del ao 1927 donde se ve parte del canal Dock sud que sala al arroyo Sarand, y tanques
de petrleo en la Drsena de Inflamables (Web. http://www.histarmar.org )
Yo estuve toda la vida ac, vi todas las partes, las transformaciones del barrio, porque
ahora cambio un montn el barrio. Yo conoc las quintas, partes de las quintas, eh bueno
ahora est la autopista haba un terrapln, el club de Regatas que todava se usaba
(R)23.
En ese momento la costa del Ro de la Plata era una zona de veraneo en donde la gente sola pasar
los fines de semana bandose en la costa y los arroyos, lo que demuestra que era un lugar con
escasos niveles de contaminacin, apto para habitar y disfrutar del aire libre, lo cual se expreso de
la siguiente manera:
23
Entrevista personal realizada el 27 de Octubre de 2011. R es bombero voluntario de Dock Sud, naci en la
Isla Maciel y actualmente vive en un complejo habitacional.
24
Entrevista personal realizada el 22 de Octubre de 2011. J es habitante del barrio Porst.
25
Entrevista personal realizada el 23 de Octubre de 2011. N es el Presidente del Consejo Vecinal de Dock
Sud que vivi toda su vida en la localidad.
49
Fotografa que da testimonio del canal en L que haba en el lugar y que se perdi totalmente al ser
rellenado para la expansin de la Drsena de Inflamables.(Web. http://www.histarmar.org )
En dicho escenario, se destacaba la calidad de vida que tenan los pobladores y el acceso social
indiferenciado a un espacio verde saludable, puesto que si bien gran parte de los lugareos tenan
los oficios de contratistas, torneros, carpinteros, mecnicos, obreros especializados, entre otros, la
costa del Ro de la Plata constituy un sitio de paseo y visita para muchas personas:
Mir, la Isla Maciel es ms vieja que Dock Sud, pero era ms paqueta en su momento,
la gente de la capital venia a la provincia en charters, en veleritos, en caballo a los
parques de la Isla Maciel a tomar una cerveza () hay una isla que no es isla, ahora
est pegada a la capital federal, se llama Isla Demarchi [conocida actualmente como
Puerto Madero] porque ah vivi Demarchi. l, era un francs y la esposa venia a la Isla
Maciel -Dock Sud a andar a caballo y un libro nuestro se llama Docke mon amour a
raz de eso porque ella deca Docke te quiero (H)26.
Sin embargo, a mediados del siglo pasado, Dock Sud ya presentaba un perfil industrial, dado que
en l proliferaban industrias y talleres de todo tipo, tales como los frigorficos "Anglo" y "La
Blanca", la jabonera "Lever Hnos", la papelera "Chiozza", la fbrica de ventiladores "Thot", la
fbrica de cocinas "Dauco", los talleres navales "Prncipe y Menghi", la "Riberea del Plata",
"Dodero", los astilleros "Alianza", y las petroleras Shell, Esso, Astra, la "Compaa Qumica", la
aceitera "Dock Oil", elevadores de granos, las usinas de la "CATE" (despus SEGBA) y la "Italo o
CIADE", que cargaban carbn para las calderas directamente desde el puerto a travs de mquinas
26
50
Estaba el frigorfico La Negra, La Blanca, el Anglo, haba Swift tambin en otra zona un
poco ms retirada. Por el Docke caminaban 12.000,13.000 personas diariamente, fue
una zona de mucho trabajo, por el puerto, cuando se cargaban bolsas, hoy es todo por
contenedores, es todo mquina (A)28.
27
28
51
Fotografa que muestra el incendio en los tanques de la empresa Compaa General de Combustible
28 de Diciembre de1925, evidencindose de manera temprana el peligro ambiental para el rea.
(Web: http://www.histarmar.org ).
Fotografa que demuestra la actividad econmica del momento, en ella se aprecia el frigorfico El Anglo (1927),
el varadero de La Platense y un gran depsito de carbn, que dan testimonio de la existencia de instalaciones
para obreros.(Web: http://www.histarmar.org )
52
Este barrio es un barrio con races importantes. Dock Sud su base est hecha con los
inmigrantes prcticamente, ac estuvieron todas las colectividades, pasaron por Dock
Sud, echaron races y lo fueron forjando con el tiempo, obviamente con los nativos
tambin pero Dock Sud se caracteriz por ser zona de puerto justamente por eso, por
darle lugar, hogar, casa y trabajo ante todo a todas las colectividades (N)29.
Mir, en si ellos haban venido porque ac se generaba como siempre la mejor
expectativa de trabajo a travs del cordn portuario y de Buenos Aires, lo que pasa que
era distinta mentalidad de los inmigrantes que forjaron Dock Sud, los inmigrantes que
vinieron ac que es un crisol de razas impresionante: alemanes, rusos, polacos, croatas,
serbios, yugoslavos, portugueses. De hecho, est la Colectividad Portuguesa, la Sociedad
Yugoslava, el Crculo Cultural Croata, tens la Sociedad de Socorros Mutuos
Caboverdiana, estaba ac ahora est en Avellaneda, el austro-hngaro(A)30.
33
29
Entrevista personal realizada el 23 de Octubre de 2011. N es el Presidente del Consejo Vecinal de Dock
Sud que vivi toda su vida en la localidad.
30
Entrevista personal realizada el 21 de Octubre de 2010. A es bombero voluntario retirado de Dock Sud
31
Entrevista personal realizada el 18 de Octubre de 2011. F es un habitante del barrio El Danubio.
32
Entrevista personal realizada el 21 de Octubre de 2010. A es bombero voluntario retirado de Dock Sud.
53
Estos relatos dan cuenta de un uso y apropiacin del espacio colectivo, donde se tejan las
relaciones barriales entre las diferentes colectividades y los pobladores locales. En esta direccin,
puede sealarse que la Colectividad Portuguesa, la Sociedad Yugoslava, el Crculo Cultural Croata,
la Sociedad de Socorros Mutuos Caboverdiana, entre otros, as como los clubes de barrio y los
espacios abiertos en donde se realizaban las peas, ocuparon un lugar fundamental en la
fortificacin de vnculos entre Dock Sud y su gente.
Conjuntamente con estos entramados barriales, la localidad fue presentando una fisonoma del
paisaje que combinaba reas productivas vinculadas al puerto y a industrias de productos primarios
con la existencia de espacios verdes y quintas cercanas al ro, sumando en este escenario una fuerte
presencia de Asociaciones Mutuales, Sociedades de Fomento y Clubes de las diferentes
colectividades que fueron llegando al lugar. Esta masa de poblacin inmigrante (italianos, polacos,
yugoslavos, espaoles, entre otros), era atrada por las posibilidades de trabajo que generaba el
lugar, creando y alojndose en la edificacin caracterstica de la poca: los conventillos. Dichas
construcciones de chapa y madera, de dos y hasta tres pisos en altura, de comienzos del siglo XX,
como tambin los lugares de inquilinato que eran los sitios de residencia ms habituales para la
poblacin que trabajaba en el puerto:
Dock Sud se fund por una necesidad ms que nada, la gente que trabajaba en el puerto
viva muy lejos del puerto entonces para no tener que estar yendo y viniendo, yendo y
viniendo, se fue levantando lo que sera el barrio (W)35.
33
Entrevista personal realizada el 22 de Octubre de 2011. J vive en el barrio Porst desde que naci.
Entrevista personal realizada el 21 de Octubre de 2010. A es bombero voluntario retirado de Dock Sud.
35
Entrevista personal realizada el 17 de Octubre de 2011. W es un joven bombero voluntario de Dock Sud.
34
54
Fotografa de Dock Sud centro, donde se observan antiguas construcciones de comienzos del Siglo
XX: los conventillos. (Fuente: foto de trabajo de campo. Sandra Ursino, 2010)
Todo esto eran conventillos que se fueron prendiendo fuego. Hace poco, har un ao se
prendi ese y el de al lado [ubicados hoy en el centro de Dock Sud], los dos. Se prendi
primero uno y despus el otro (J)36.
Parte de la poblacin que vive actualmente en la zona son descendientes de esos inmigrantes de
origen europeo que se asentaron en esta localidad, pero tambin por su carcter industrial durante el
correr del siglo XX ha recibido gente oriunda del interior del pas, lo cual se expresa en varias
reflexiones de los pobladores:
Me vine de Entre Ros, de Gualeguaych por una hermana, que vive ac en la isla
tambin, para trabajar. Ac te pagan bien, te ayudan si quers. Vine, deje los estudios
que a m me gustaba la escuela, termine el primario y quera seguir estudiando, llegar a
ser alguien, me gustaba y no pude porque viene a trabajar (E)37.
36
Entrevista personal realizada el 18 de Octubre de 2011. J es un habitante del barrio El Danubio que vivi
toda su vida en el lugar.
37
Entrevista personal realizada el 18 de Octubre de 2011. E se fue a vivir de joven a la Isla Maciel y despus
se mud al barrio El Danubio.
55
Los pobladores de Dock Sud han vivido de diversas maneras las transformaciones que ha tenido el
lugar, sobre todo en lo que respecta a la infraestructura urbano espacial y ambiental. Las prcticas
espaciales que han llevado a cabo durante este tiempo refiere a las formas en que han generado,
utilizado y percibido el espacio. A travs de estos espacios, entra en escena lo simblico y lo
perceptivo desde donde los sujetos se apropian de este paisaje que cambia y va adquiriendo
caractersticas particulares. Puesto que, sus prcticas espaciales estn asociadas con las
experiencias de la vida cotidiana y las memorias colecticas de formas de vidas diferentes, ms
personales e ntimas que tienen un potencial para resistir la colonizacin de los espacios concretos
porque estn fuertemente arraigadas en la subjetividad de las personas, (Lefebvre, 1991).
De esta manera, las representaciones sociales del espacio observadas aparecen fuertemente
ancladas en los sentidos del lugar que entrelazan la presencia de la inmigracin europea, las hasta
entonces modernas dinmicas de trabajo industrial y el aprovechamiento de los espacios colectivos,
ya sea tanto de las Asociaciones Mutuales, Sociedades de Fomento y Clubes como los lugares de
esparcimiento que permitan tener un uso y una cercana con el rio y la costa. Estos ncleos de
sentido, impactan en las representaciones sociales de los habitantes y componen el recuerdo del
antiguo paisaje de la localidad, puesto que el sentido de lugar refiere a la connotacin subjetiva que
se deriva de vivir en un lugar particular, donde los sujetos y las comunidades desarrollan profundos
sentimientos de apego a travs de sus experiencias y memorias, (Augnew, 1987).
As entonces, las experiencias de la vida cotidiana y las memorias colecticas de los pobladores de
Dock Sud muestran a la localidad como un lugar que brind hogar, casa y trabajo ante todo a
todas las colectividades construyendo otra fisonoma respecto de la actual. Esto es, un paisaje
con presencia de espacios verdes y quintas, agua, canales, arroyos, que generaron prcticas
espaciales tales como el uso de la laguna, la utilizacin de descampados y fiestas al aire libre;
combinados con el hacinamiento de los conventillos e inquilinatos -cama caliente: te levantabas y
te ibas hacer un turno- y los escenarios e imgenes fabriles donde la importancia del puerto, las
fabricas, y la percepcin de estar en una una zona de mucho trabajo -en la cual los inmigrantes
venan a hacer la Amrica- disponan sobre el espacio trnsitos cotidianos donde caminaban
12.000,13.000 personas diariamente con extensos turnos de trabajo favoreciendo el imaginario
popular de que los inmigrantes forjaron Dock Sud.
38
Entrevista personal realizada el 22 de Octubre de 2011. M se instalo siendo muy joven en Dock Sud y
despus se mud al barrio Porst.
56
De este modo, los escenarios fsicos concretos (la presencia de fbricas, el puerto, los espacios
verdes y colectivos) se conectan con las representaciones sociales posibilitando pensar la localidad
ya no slo por su fisonoma sino por los marcos formales e informales dentro de los cuales se
producen las interacciones sociales cotidianas de los sujetos, puesto que implica que estos
escenarios y contextos son utilizados de manera rutinaria por los mismos en sus prcticas diarias y
comunicaciones cotidianas, (Augnew, 1987).
Ms all de estas percepciones del lugar, lo cierto es que con el paso del tiempo el crecimiento que
tuvo el polo petroqumico y el puerto han modificado considerablemente el paisaje de Dock Sud y
su infraestructura urbano-espacial, lo cual se expresa del siguiente modo:
A travs de las industria petroqumicas que le fueron ganando tierra al mar, hoy es una
zona portuaria y est bien diagrama (R)40.
39
Entrevista personal realizada el 23 de Octubre de 2011. N es el Presidente del Consejo Vecinal de Dock
Sud que vivi toda su vida en la localidad
40
Entrevista personal realizada el 27 de Octubre de 2011. R es bombero voluntario de Dock Sud.
57
Foto de Dock Sud, en la cual se visualiza parte del Polo Petroqumico y detrs se aprecian los asentamientos y
las viviendas precarias. (Fuente: Archivo de la Secretaria de Ambiente de la Provincia de Buenos Aires, 2001)
Foto panormica del Polo Petroqumico en la cual se visualiza la amplitud y la cercana del mismo a la ciudad.
(Fuente: Archivo de la Secretaria de Ambiente de la Provincia de Buenos Aires, 2001).
Siguiendo esta descripcin puede sostenerse que los barrios analizados se encuentran encapsulados
por la dinmica territorial que imponen las fbricas cuya presencia acentuaron el problema de ser
territorios de relegacin urbana en la Argentina. Parte de este fenmeno que los convierte en
58
Bidones que entrega Acumar a las familias e instituciones pblicas de los barrios de Villa Inflamable,
Porst, y Danubio. (Fuente: foto de trabajo de campo. Sandra Ursino, 2011).
41
59
La entrega de agua es gratuita y se hace en camiones que van recorriendo los barrios, antes lo haca
Shell en la actualidad est a cargo de ACUMAR.
(Fuente: foto de trabajo de campo. Sandra Ursino, 2011).
Fotografa del canal de la laguna en Villa Inflamable, donde se aprecia la coexistencia de viviendas
precarias, aguas contaminadas y el riesgo constante de inundacin.
(Fuente: foto de trabajo de campo. Sandra Ursino, 2011)
60
Fotografa de Villa Inflamable, donde se observa la escasez de infraestructura urbana, en este caso
calles de tierra y tendido elctrico deficiente. (Fuente: foto de trabajo de campo. Sandra Ursino, 2011)
Nosotros ac pusimos red, atmosfrico pero lo tens que hacer entrar y el atmosfrico no
se puede entrar. Somos 25 familias que tenemos eso ac, somos los nicos porque despus
la gente en cualquier monte tira la caca en la laguna. Y esa es la cuestin, porque cuando
llueve, imagnate, sale todo afuera, todo lo que es caca sale todo afuera. Ya estn llenas las
lagunas, viste. A su vez, pasa que cada vez habitan ms, van rellenando, entonces no tiene
capacidad la laguna. (Y)43.
61
Fotografa de otro canal de laguna en Villa Inflamable, donde se aprecia residuos urbanos que
colaboran con la contaminacin del agua. (Fuente: foto de trabajo de campo. Sandra Ursino, 2011)
Nosotros queramos poner medidor pero estn todos enganchados. No llega el tendido
elctrico. La luz es de Shell, eso s. Nosotros pensbamos, pons algo, ests enganchado y
despus se te quema la heladera, todo, ya perdimos dos televisores con la baja de energa.
Nosotros decamos, preferimos mil veces pagar la luz pero no te quieren poner. Te ponen
todas las trabas, no quieren saber nada () El ltimo corte que hicimos, en agosto le
hicimos un corte a la Shell de dos das y vino gente de Nacin, es que es la nica manera
porque por ah vos vas y lo planteas y les da lo mismo. (P)44.
44
62
F
o
tografa del barrio Villa Inflamable que muestra la instalacin elctrica de las empresas (altas torres a
la derecha de la foto) y la presencia de conexiones clandestinas (cables blancos sobre la parte superior
de la vivienda precaria,). (Fuente: foto de trabajo de campo. Sandra Ursino, 2011)
La salita es buensima pero se qued sin doctores. Tuvieron que traer noticieros para
traer doctores de nuevo, pasa que tenan y no les pagaban a los doctores. Vinieron
doctores del Fiorito, me parece que nos les pagaban, tenan acumulado tres o cuatro meses
que no le abonaban, entonces no vienen. Se necesitan por las criaturas, las familias
tambin. (T)45.
Dock Sud hoy, prcticamente, esta transitado a diario, no se hoy que cantidad de
camiones por da. Muchsimos camiones que bueno con el tiempo han hecho dao, son 10
o 15 aos que Dock Sud fue aplastado por los camiones, el solo hecho de circular por
calles que no estn habilitadas para el trnsito pesado. Dock Sud est construido sobre
agua, las casas en general no estn preparadas para el trnsito de camiones menos este
tipo de camiones que circula, hoy por hoy, que son con contenedores de 50.000 /60.000
kilos, mucho peso no? Y eso dej su huella en Dock Sud, en distintas calles y eso le ha
generado muchos problemas a los vecinos. (D)46.
45
Entrevista personal realizada el 27 de Octubre de 2011. T es habitante de Villa Inflamable, que da cuenta
de cmo a travs de los medios logran mejoras para el barrio.
46
Entrevista personal realizada el 28 de Octubre de 2011. D es el directivo del diario local Nuevo Docke Un
viejo sentimiento, en la cual se aprecia como reclamo central el problema del trnsito pesado.
63
Fotografa de Dock Sud donde se observa la presencia de camiones de alto porte y riesgo transitando la
ciudad. (Fuente: foto de trabajo de campo. Sandra Ursino, 2011)
Los relatos y las imgenes presentadas ponen en evidencia de que se trata de una poblacin que
vive bajo condiciones de habitabilidad precarias y las mismas impactan en sus experiencias
cotidianas del mbito familiar, domstico y vecinal, construyendo el conjunto de ideas, esquemas
de pensamiento, imgenes, referentes de sentidos y significados, respecto de su barrio y su
apropiacin con el lugar, (Lindn, 2002). As entonces, los significados de este espacio barrial
revisten la fuerza del conflicto que supone vivir en lugares inundados con contaminacin cloacal y
sus recurrentes olores -imagnate como fermenta-; donde la luz y el agua se convierten en un
bien deseable de difcil acceso, frente al hecho de que cada vez que los vecinos reclaman a las
autoridades locales y empresas de servicios, se encuentran con que ponen todas las trabas y
terminan estando todos enganchados; un lugar en el que el funcionamiento cotidiano de la salita
requiri de traer noticieros para traer doctores y sus calles estn afectadas por el trnsito
pesado mostrando un Dock Sud aplastado por los camiones.
64
Fotografa de Dock Sud donde se observa el trnsito pesado atravesando permanentemente los
distintos barrios del lugar. (Fuente: foto de trabajo de campo. Sandra Ursino, 2011)
Acompaando este deterioro en la infraestructura de los barrios en estudio, la expansin del polo
petroqumico modific los antiguos espacios verdes del paisaje de Dock Sud (el agua, la tierra, el
suelo y el aire del lugar) generando fuertes implicancias en el ambiente y en la calidad de vida de
los habitantes a travs de la conformacin de un paisaje altamente contaminado, lo cual se expres
en varios relatos:
Vos comes una ciruela hoy de ac de las quintas y tiene gusto a petrleo, y la uva chinche
lo mismo, te pones una uva en la boca tiene sabor a gas oil, cuando lo analizas o lo
conversas con alguien sents el gusto gas oil, porque, porque las tierras se han
contaminado de tal forma que se nota (B)47.
Mis viejos ya, en su momento, eran consientes de que se quemaba realmente el carbn de
coque () Cuando se quema esta usina queman carbn de coque, y los guardapolvos vos
le pass as la mano y queda el holln. Ac estaba la salita de primeros auxilios y atenda
por el holln en los ojos, era un Santa Lucia () Hoy hay que controlarla porque estamos
muy cargados (H)48.
47
65
La presencia constante de enfermedades en los habitantes, dada cuenta de cmo las caractersticas
del ambiente en el que viven inciden permanentemente en su cotidianeidad. Esta realidad se
traduce en la manera en como perciben su lugar y en las constitucin de las representaciones
sociales que poseen los habitantes de la contaminacin ambiental, sin embargo las mismas operan
no de forma determinante pero s condicionando la conducta de los sujetos, y por ello permiten
establecer un orden que facilita a los sujetos orientarse en el mundo social, y tambin posibilita la
comunicacin entre los miembros de un mismo grupo, otorgndoles un cdigo comn, compartido,
que permita la interaccin. Las representaciones no ejercen de manera absoluta la determinacin
entre la sociedad y el individuo, en el sentido de que no solo constituyen reproducciones, sino ms
bien reconstrucciones o recreaciones mediadas por las experiencias vitales de los sujetos, (Jodelet
,1986) que en nuestro caso estn atravesadas por las enfermedades que padecen.
En las entrevistas, los problemas de salud como tuberculosis, enfermedades de la piel,
enfermedades respiratorias, enfermedades gastrointestinales, elevados niveles de plomo en sangre,
entre otros, adquieren diversas vinculaciones en relacin a la causa que los provoca, como se seala
a continuacin:
Me senta mal, mal, iba a mi neumonlogo porque tengo servicio social por IOMA y
nunca me dijeron que me estaba agarrando tuberculosis, y ya a lo ltimo le dije a mi hijo,
llvame al Fiorito porque ya no puedo caminar () ac en la salita me dijeron que seguro
que me agarre un contacto porque yo me iba hacer las nebulizaciones ah y me dijeron que
a lo mejor y yo crea que no, que no era ah que me agarre, pero despus me entere que
iban muchos que tenan tuberculosis y yo no saba nada. (M)49.
Asimismo, desde las instituciones se afirma la presencia de otro tipo de enfermedades -de la piel y
gastrointestinales- que estn relacionadas con la contaminacin del agua, del suelo, del aire de
Dock Sud y las deficientes condiciones socioeconmicas en las que habitan sus pobladores. En las
49
Entrevista personal realizada el 20 de Octubre de 2011. M es una vecina del barrio Porst con diversos
problemas de salud.
50
Entrevista personal realizada el 28 de Octubre de 2011. Z es enfermera de la Unidad Sanitaria Casella
Pieyro que se encuentra ubicada entre Villa Inflamable y barrio El Danubio.
51
Entrevista personal realizada el 22 de Octubre de 2011. L es el mdico de la Unidad Sanitaria San Martin
de Porres, ubicada en el barrio Porst.
66
explicaciones ofrecidas por actores sociales con peso institucional (maestra, directora, enfermeras y
mdicos) respecto a las causas de las enfermedades presentes en estos barrios, subyacen
representaciones sociales donde la contaminacin provocada por las actividades del polo
petroqumico, pierde valor explicativo y se acentan las precarias condiciones de vida de sus
habitantes. Un ejemplo de ello, se observa en los siguientes relatos:
En la salita aparecen con algunos granitos, problemas en la piel, bueno por eso estamos
tratando el tema de la contaminacin, ya hace tiempo se vena trabajando, de hecho sabrs
cuanta gente fue trasladada a Wilde, a otro lado, por el tema de la contaminacin. Los
problemas en la piel es lo que ms se nota, y problemas respiratorios y tambin la zona es
hmeda y las condiciones de vivienda, todo tiene que ver con lo otro (S)52.
Este ao tuvimos muchos problemas respiratorios, tuvimos chicos con sarna, tambin en
las condiciones que viven son muy precarias, duermen veinte personas en una misma
habitacin, duermen con los perros, tienen de todo. (V)53.
Concurren [a la salita del barrio] frecuentemente ms que nada por enfermedades
respiratorias, en los grandes problemas cardiacos, de hipertensin, problemas
estomacales, de gastritis, gastroenteritis en los adultos. En los chicos tambin, pero en los
chicos ms que nada es el control de salud, por enfermedades las enfermedades tpicas de
los nios, bronquitis, diarrea (Z)54.
En relacin a los niveles de plomo en sangre que se ha detectado en nios del lugar, existen
informes que revelan la fuerte presencia de esta problemtica. En Dock Sud, durante el ao 2005,
se realiz un estudio epidemiolgico por JICA55 donde se compar una muestra de nios de entre 7
y 11 aos de Villa Inflamable con otra poblacin de control (Villa Corina) de caractersticas
socioeconmicas similares, pero con niveles ms bajos de exposicin a la actividad industrial
petroqumica. El estudio, ya entonces, evidenciaba que en ambas comunidades los chicos estaban
expuestos a metales cancergenos y compuestos orgnicos como el cromo, el benceno, el tolueno y
el plomo, entre otros. Pero los altos niveles de plomo -la madre de todos los venenos industrialeses lo que distingue a los chicos de Inflamable del resto, dado que el 50% de los chicos examinados
52
Entrevista personal realizada el 28 de Octubre de 2011. S es otra enfermera de la Unidad Sanitaria Casella
Pieyro que relata los problemas de enfermedad por los que concurren los habitantes a la salita.
53
Entrevista personal realizada el 19 de Octubre de 2011. V es maestra de la Escuela n 67 Guardacosta
Iguaz ubicada en el barrio Porst.
54
Entrevista personal realizada el 28 de Octubre de 2011. En este relato, la enfermera de la Unidad Sanitaria
Casella Pieyro, expresa los principales motivos de concurrencia al lugar.
55
La JICA, Agencia de Cooperacin Internacional de Japn, se dedica a la asistencia y cooperacin en los
pases en vas de desarrollo abordando problemticas ambientales, la reduccin de la pobreza, el
fortalecimiento de las polticas orientadas al desarrollo y la proteccin de poblaciones en riesgo.
67
del lugar tienen niveles de plomo en sangre ms alto que lo normal -contra un 17,16 % en el grupo
control-, (Auyero, 2007).
El tema de la presencia de plomo en sangre trajo aparejado una problemtica subyacente dentro de
los barrios en estudio: las relocalizaciones. Las prcticas de relocalizacin para familias en las
cuales se encontraron nios con elevado niveles de plomo fueron promovidas, en una actuacin
conjunta, entre las empresas instaladas en el barrio y algunas autoridades estatales, vas subsidios y
planes de vivienda. Esta problemtica, tiene fuerte incidencia en los habitantes de estos barrios,
tanto en sus experiencias cotidianas como tambin en sus prcticas espaciales, puesto que en
algunos casos supone la desarticulacin de la trama barrial que afecta la apropiacin con el lugar y
los vnculos barriales, en relacin a esto decan lo siguiente:
Hay gente viviendo ac que se los llevaron para Wilde porque haba mucha gente que
viva ac. Pero ac estaban ms jodidos, porque ac vinieron hacer anlisis de sangre
para ver si tena plomo en la sangre y los chicos que estaban ms jodidos los mandaron
para Wilde (T)56.
Los van a sacar antes porque se aprovecharon de los chicos, mucha gente sacaron porque
los pibes estn con plomo, imagnate () yo quiero que me incineren, si los pibes llegan a
tener plomo, conmigo van hacer plomo para caa de pescar (H)57.
Bueno la cuestin es que en el 2000 le sacamos 10.000 dlares por familia () pero yo
no quera, yo quera que me dieran donde vivir en otro lado. No queramos la plata, pero
no haba otra forma, mira cuanta gente, a ninguno sacaron. Sabes dnde nos queran
meter, al lado del Santo Domingo, sabes lo que es Santo Domingo, una pudricin, djame
ac y yo con la plata me arreglo () fue la empresa de los gallegos, la usina grande de los
gallegos (G)58.
En lo que respecta a los representantes de la salud, la inquietud sobre los casos de plomo en sangre
se vincula al acceso a la informacin y al hecho de ser los responsables de la implementacin de los
estudios mdicos, como se aprecia a continuacin:
56
68
Los porcentajes de los anlisis recin los estamos empezando a ver, estamos haciendo
anlisis a los chicos supuestamente contaminados, a las familias supuestamente
contaminadas ()esto no es un programa, no es un plan, es detectar y hacer un listado
para que se ocupe la Secretaria de Salud de los que se pueda. (S)59.
Ahora que nos mandaron una lista de la gente vulnerable, que no es un plan es para ver
lo que pasa, para buscarlos, es un sondeo de cuantos contaminables hay y se estn
atendidos. (M)60
Vamos al barrio cuando nos toca ir a buscar a alguien como hace un ratito que salimos a
buscar a este nene para que le hagan un test, o buscar a los contaminados, hablar con
ellos (S)61
Asimismo, se aprecia mayor inquietud en las instituciones escolares porque los efectos del plomo
en los nios generan retrasos en el proceso educativo. En este sentido, a travs del estudio de JICA,
anteriormente mencionado, se supo que el coeficiente intelectual de los nios de Inflamable es ms
bajo que el de la poblacin control (Villa Corina) y que los problemas neurolgicos y de conducta
son pronunciados. A su vez, revel una fuerte asociacin estadstica entre frecuentes dolores de
cabeza e hiperactividad en la escuela, (Auyero, 2007). Esto ltimo, se pudo corroborar cuando se
tuvo acceso a la escuela del barrio Porst y se observ el comportamiento de los nios en las aulas.
Dentro de ellas, se registr una excesiva desconcentracin e hiperactividad, puesto que entraban y
salan constantemente nios del grado. Este aspecto se puede vislumbrar en los siguientes relatos
de los docentes entrevistados:
Cuesta mucho que aprendan, tambin con la contaminacin que hay en la zona, muchos
chicos estn integrados a la 6 que es una Unidad Especial, cuesta mucho aprender o lo que
aprenden hoy por ah maana, no se lo acuerdan. Y tiene una maestra integradora, que
una vez por semana trabaja ac, trabaja con esos chicos para afianzar un poquito ms,
como tambin para afianzar a la maestra y trabajar con esos chicos.(K)62
59
Entrevista personal realizada el 23 de Octubre de 2011. S es una enfermera de Villa Inflamable, que
expresa parte de las medidas sanitarias que se estn comenzando a registrar sobre los casos de elevados
niveles de plomo en sangre.
60
Entrevista personal realizada el 28 de Octubre de 2011. M es otra de las enfermeras entrevistadas de la
Unidad Sanitaria.
61
Entrevista personal realizada el 23 de Octubre de 2011. S es enfermera social que realiza actividades extramuros, es decir, fuera de la Unidad Sanitaria que consiste en recorrer los barrios ms precarios de Dock Sud.
62
Entrevista personal realizada el 22 de Octubre de 2011. K es la Vicedirectora de la Escuela n 67
Guardacosta Iguaz del barrio Porst.
69
Les cuesta aprender por la contaminacin, porque muchos chicos tienen plomo en sangre.
Tambin se hizo un estudio, yo no s bien pero se hizo un estudio, yo no estaba todava en
la escuela pero se hizo todo un anlisis a toda la poblacin y bueno, adems, que estn mal
alimentados.(V)63
Dichas expresiones, coinciden con las percepciones de la poblacin sobre los problemas de salud
que padecen, sin embargo, a ellas se le agrega, en el caso de los habitantes de estos barrios, una
carga simblica significativa puesto que las mismas tienen una incidencia en su vida diaria y en sus
prcticas espaciales. Estos universos de sentidos aparecieron reflejados de este modo:
A l [marido] a veces le agarran convulsiones y l nunca en su puta vida le agarro
convulsiones. Y l tiene otras enfermedades que le detectaron ahora pero es un desastre, es
un desastre total. Y bueno, a l nunca le agarr convulsiones y dos por tres tena que andar
disparando. Ac te vas a la salita y vos no ves ni un mdico, la mayora ni ambulancia a
veces tienen. Y a l a veces le agarra a la una o las dos de la maana. A veces le agarra de
da tambin, pero de da no es nada porque ya encontrs a alguno que enseguida te llaman
un remis para irte de ac al hospital.(S) 64
Ahora tengo asma, y ahora encima con el asma me fui a Quilmes con mi hermana, yo
estoy ac por culpa ma porque mi hermana no quera que me venga para ac, pero yo
quiero un poco estar all y un poco esta ac () el mdico me dice a m que yo no tengo
que estar ac por la contaminacin.(M)65
Mi hija se levant con diarrea y cuando fuimos a la pediatra nos dijo que es un virus. El
motivo es todo lo mismo, la tierra y aparte de lo poco queda de laguna es la pelusa que
queda de desage, de contaminacin de la caca, todo residuo cloacal () el tema es que
queda todo en la tierra, vos imaginate!, ahora que viene el calor no sabs lo que esto!,
por el olor y por todo lo que sale.(P)66
Las representaciones sociales de los habitantes de estos barrios, deben ser analizadas como
la manera en que los mismos aprehenden los acontecimientos de la vida diaria, (Jodelet,
1986), como se observan en algunas de estas expresiones: a l a veces le agarran
convulsiones, mi hija se levant con diarrea, se encontraron muchos chicos
63
70
71
otorgan al mismo, (Martha de Alba, 2009). La relacin entre estos aspectos, dan cuenta de
que el objeto de la representacin (paisaje contaminado) requiri ser nombrado,
comunicado, explicado y comprendido, a travs del flujo social, donde se puso en juego las
emociones y el lenguaje propio de habitantes del barrio.
En sntesis, el recorrido efectuado permiti rastreas cules son las percepciones que tienen
los habitantes de los barrios ms afectados de Dock Sud sobre los cambios que atraves el
lugar en cuanto a infraestructura urbana y calidad ambiental. Al analizar la conformacin
fsica-urbana del lugar, se pudo ver que est atravesada por el componente industrial e
inmigratorio, donde predomina el recuerdo y la nostalgia de una zona productiva con
espacios verdes y saludables para sus pobladores. En relacin a la situacin actual las
miradas se detienen en la consolidacin de un polo petroqumico de alto riesgo, los
problemas cotidianos referente a la salud, el vnculo diario que establecen con las
instituciones locales (municipio, escuelas y salitas) y las demandas ambientales que llevan
adelante algunos vecinos del lugar. No obstante, para poder dar cuenta de los procesos de
(in)visibilidad de ese paisaje de caractersticas particulares y de la profundidad del
reconocimiento de la cuestin ambiental se hace necesario adentrarnos en la trama de
relaciones socio-espaciales que llevan a adelante los habitantes del lugar, en las
representaciones sociales de la contaminacin y en los esquemas de sentidos que influyen
en la apropiacin del lugar, lo cual ser analizado en el prximo apartado.
3.3
La relacin entre el paisaje contaminado, el campo de las representaciones sociales y los procesos
de (in)visibilidad de las problemticas ambientales, implica abordar el paisaje desde la mirada de
los habitantes y sus entramados barriales, lo cual nos permite observarlo como una construccin
social inacabada en permanente proceso de hacerse y formando parte de un contexto particular.
En este sentido, se sostiene que las dinmicas de (in)visibilidad del paisaje demandan reconstruir la
mirada del sujeto sobre lo que observa de la realidad especfica de su barrio, aquella que se
experimenta y se nombra de forma singular. As, los paisajes siendo visibles o no para algunos de
sus habitantes, requieren ser descifrados esto es, tomar conocimiento acerca de quines los ven y
principalmente cmo los viven, (Lindn, 2007). Sin embargo, en tanto que se trata de paisajes
atravesados por el conflicto de la contaminacin, es preciso considerar la categora de sufrimiento
ambiental elaborada por Auyero (2007), la cual supone una forma particular de agravio social
causado por las acciones contaminantes concretas de determinados actores, siendo los universos
interactivos y discursivos especficos los que le dan forma a la experiencia de este sufrimiento.
72
De esta manera, las expresiones de: yo toda la vida estuve enamorado de mi barrio, me gusta la
gente, me conocen mucho o bienlo que ms me gusta y siempre lo voy a sostener es la gente
67
73
dan cuenta de que la apropiacin con el lugar adquiere su asidero en las relaciones barriales. Esta
identificacin simblica se vincula a los procesos afectivos, cognitivos e interactivos del sujeto con
el territorio. En esta misma direccin, el trabajo de campo que se realiz con los nios de la escuela
del barrio Porst, bajo la consigna Dibujar mi barrio, revel que la identificacin cognitivaafectiva con el mismo se emplaza en un esquema de paisaje recortado donde solo aparecen
imgenes de hogares (estereotipos de casas) y un registro del espacio acotado a sus circuitos
cotidianos, los cuales muchas veces se alejan de las caractersticas reales del barrio y se
transforman en lugares de fantasa. Todo ello puede observase en los siguientes dibujos:
Este dibujo da cuenta de la precariedad de las viviendas, la aparicin de lagunas y la presencia de vecinos.
Se presenta un registro acotado que toma la dimensin de su barrio en una distancia menor a una cuadra.
(Fuente: foto de trabajo de campo. Sandra Ursino, 2011)
74
Espacio barrial y vivienda atravesada por la fantasa, distante de la infraestructura real del lugar.
(Fuente: foto de trabajo de campo. Sandra Ursino, 2011)
75
Estos dibujos diagramados por los nios, muestran un espacio socio-barrial acotado que se
encuentra vinculado a las dinmicas cotidianas de trnsito propias del barrio, ya que una
caracterstica significativa de su vivencia con el espacio es, precisamente, de que sus rutinas de
circulacin se subscriben al mbito barrial con escasas distancias de recorrido, lo cual explica las
limitaciones territoriales presentadas en las imgenes. Esta situacin se hace presente en las
siguientes entrevistas:
Voy a la escuela de ac, a la 67, llevo a mi hermanita a la escuela. Tengo poquitos
amigos pero conocidos una banda, y a veces vamos a cumpleaos o jugamos en una casa.
Despus del colegio mi amiga [tambin vecina] viene a mi casa o yo voy a la casa de ella
o veces nos vamos a la placita de ac () Pero bueno, no podes ni ir a comprar que ya te
estn molestando, porque donde est la escuela hay una canchita donde los pibes se
ponen a fumar, son rete molestan. Nada, te empiezan a decir cosas, te discriminan, te
tiran piedras, te dicen sucio, un montn de cosas te dicen porque se ponen a fumar y me
parece que les hace mal y dicen cosas. (K) 70
Yo no los dejo salir a mis hijos, no es ambiente para chicos, ms que salir al patio no. Y,
sino estn mirando la tele, tienen los juegos. Ya te digo, no es por discriminar ni nada
pero no queremos porque los chicos son indios ac. Vos los ves a los gomerazos, en pata
y la ltima vez que la dej salir a ella vino con el ojo negro, le haban metido una pia. Y
mi hijo los pelea. Ac son terribles los chicos, vistes, se pelean entre ellos. Y bueno, a
veces les digo a mis hijos, un da me van a venir con que les falta un ojo, entonces juegan
entre ellos noms o con los primos. (P)71
Entrevista personal realizada el 28 de Octubre de 2011. K es una adolescente que vive en Villa Inflamable.
Entrevista personal realizada el 27 de Octubre de 2011. P es una habitante de Villa Inflamable que relata
parte de los circuitos diarios de su familia en el lugar.
71
76
Me gusta Dock Sud si me dan, como me dijo mi abogado, si me dan una vivienda, no s,
se habla de que te dan una vivienda. Pero a m no me importa, como ser, yo le dije a los
que vinieron y me sacaron: si me dejan la fuente de trabajo porque hay que pagar la luz,
hay que pagar la vivienda, hay que pagar el agua, yo lo pago () a mi sobrina le
hicieron todo lo del plomo y bueno, le dieron la vivienda con lo del plomo, yo despus les
fui a pedir que me dejaran la fuente de trabajo para poder pagar la vivienda Nosotros
juntamos cartones, plsticos y viene el camin y se lo carga, y tenemos un pesito.(J) 72
Yo vengo ac, paso por ac, y doy gracias a Dios y a Pern! que ando por todos lados
y tengo la suerte de conocer a Doa Pascuala que es una seora luchadora. Cuando
salen de la escuela, aunque los chicos tomen su leche en la escuela, vienen y ella siempre
les da algo, cositas dulces, pero lo que llena es la leche.(N) 73
De este modo, en el curso de la vida diaria se presentan ciertas dinmicas especficas de los barrios
donde la construccin simblica de mapas mentales y las prcticas de trnsito construyen un
registro en el cual tienen lugar los procesos de (in)visibilidad del paisaje contaminado. En este
entramado, el sufrimiento ambiental trae aparejado variadas percepciones referidas a la
contaminacin que van desde una negacin pasando por un campo de convicciones, dudas y
certezas, (Auyero, 2007) y a partir de ellas comienzan a construirse las representaciones sociales
sobre este paisaje.
Entre las percepciones que evidencian ciertos rasgos de ocultamiento y negacin de la problemtica
ambiental, se encuentran las siguientes entrevistas:
La salita la usa mitad la sociedad de fomento, porque es terreno de la sociedad de
fomento, pero la construy la Shell. Despus, bueno, quien est a cargo de esto es la
Secretara de Salud. Ahora, en este momento, tenemos pediatras, clnicos, control de
nios, control de adultos () La verdad es que est funcionando muy bien en este
momento. La gente generalmente concurre por prevencin, para la colocacin del Di o
la vacuna del HPV para nios, jvenes y, despus, por una cuestin de asma, de
bronquioltis, hipertensin en las arterias, esos son los problemas ms habituales (L)74
El barrio es lindo porque ests acostumbrado ac, yo no s si va a cambiar.(T)75
72
Entrevista personal realizada el 29 de Octubre de 2011. J es una habitante del barrio Porst que habla sobre
las promesas de relocalizacin.
73
Entrevista personal realizada el 28 de Octubre de 2011. N es el Presidente de la Junta Vecinal de Dock
Sud.
74
Entrevista personal realizada el 22 de Octubre de 2011. L es el mdico de la Unidad Sanitaria San Martin
de Porres, ubicada en el barrio Porst.
75
Entrevista personal realizada el 27 de Octubre de 2011. T es habitante de Villa Inflamable.
77
La gente no se cuida, si vos quers vivir mejor buscas otro lado, buscas otro recurso, no
te vens a vivir ac ()Porque te digo que la gente no se cuida porque los chicos de la
zona al no tener tantos recursos, andan caminando sin zapatillas por el barro, con fro,
en algunos lugares no tienen acceso a la luz, si hay acceso a la luz no estn calentitos,
entonces los chicos se enferman traen enfermedades que arrastran de la tierra, del rio, de
la atmsfera misma. (P)76
76
78
dar un nmero, de cien chicos que se hicieron el estudio: ochenta y pico tenia plomo en
la sangre.(W)80
Mi marido est jodido, yo tengo los estudios, todo. No me pueden dejar as! (T)81
En la misma lnea, el conjunto de percepciones continua hasta llegar a una visin crtica
de la situacin ambiental a la que estn expuestos y con la que conviven
permanentemente, donde el tema de las relocalizaciones, los niveles de plomo en sangre y
la relacin con las empresas y el puerto, ponen en juego el destino del barrio, tal como se
expresa en los siguientes relatos:
El ltimo corte que hicimos, en agosto, le hicimos un corte a la Shell de dos das y vino
gente de Nacin, es que es la nica manera, porque por ah vos vas y lo planteas y les da
lo mismo y vinieron gente de la municipalidad, que nos iban a hacer los desages, todo, y
no hicieron nada, y ahora empiezan a salir otra vez los cortes. Una vez Shell pag a la
gente de ac, no s cunto, hace como quince aos atrs. Pag a la gente para que se
vaya de ac y la gente qu hizo: la gente sali de la casa, le tiraran la casa, se fue a dos
cuadras y se pusieron de nuevo. La gente no se fue de ac.(P)82
El estudio del plomo lo tens que pagar vos particularmente porque el Fiorito esta con
Shell entonces nunca te va a encontrar nada. Juegan con la salud de la gente, en
Avellaneda, es uno de los hospitales con ms cosas, con ms herramientas con ms
tecnologa eh! Sin embargo no lo hacen ms, antes lo hacan y no te encontraban nada,
la gente llevaba los chicos a otro lado y le encontraban. El chico de la esquina de 4 aos
le encontraron no s cuantos gramos de plomo, la gente que laburo 10 aos en la salita
todas tienen, la gente no est al tanto. Justo ac en la esquina agarraron a una gente, les
pusieron los aparatos para detectar y dicen que no tenan nada. Algunos nos tratan de
ignorante o a cierta gente porque a algunos le dan una moneda y listo (L)83
De esta manera, se puede decir que el campo de las percepciones y los esquemas de sentido sobre
el paisaje contaminado no pueden entenderse por fuera de las experiencias de la vida diaria que
estn atravesadas por las relaciones barriales y la particularidad que asume el sufrimiento
ambiental. Los diversos registros que tienen los habitantes de la problemtica reside principalmente
en cmo la misma impacta en su calidad de vida, es por ello que van de una negacin casi absoluta
si vos quers vivir mejor buscas otro lado pasando por un campo de convicciones hay gente
80
Entrevista personal realizada el 17 de Octubre de 2011. W es un joven bombero voluntario de Dock Sud.
Entrevista personal realizada el 27 de Octubre de 2011. T es habitante del barrio Villa Inflamable
82
Entrevista personal realizada el 27 de Octubre de 2011. P es habitante del barrio Villa Inflamable, que
relata el fracaso de parte de las relocalizaciones que se hicieron.
83
Entrevista personal realizada el 18 de Octubre de 2011. L es habitante del barrio Porst.
81
79
que ya est acostumbrada a vivir ac., dudas como donde est la contaminacin? y certezas
tales como la zona industrial no me gusta, obviamente contamina o yo tengo los estudios
hasta una visin crtica de la situacin ambiental en donde el hecho de que juegan con la salud de
la gente causa indignacin.
A su vez, estas percepciones construyen desde lo discursivo ciertas narrativas que en algunos casos
pueden llegara a inmovilizar lo vivido y darle sentido a la imagen mental que poseen de la misma.
El habla critica de la contaminacin por parte de ellos, construye un repertorio discursivo para
el afuera y el adentro.
En el discurso para el afuera, se hacen visibles las narrativas uniformes donde se presenta: un
lugar contaminado, la contaminacin como perjudicial para la salud y las autoridades responsables,
pero se lo hace desde la vivencia cotidiana donde esta situacin se naturaliza y se convierte en
rutina. Esto puede apreciarse en algunas entrevistas en las cuales el problema ambiental es
reemplazado por el apego a los lazos barriales y la idea de que con el tiempo el lugar tuvo mejoras
en su infraestructura:
Me gusta vivir ac, es lo mismo que vivir en Avellaneda. Lo nico que quiero es estar
bien porque yo me cri en Wilde, con una casa. Pero, la verdad que en los lugares que
estuve, muy bueno. Ac este pedazo es muy bueno, lindo tambin. Lindo porque somos
todos conocidos y no hay problemas con nadie. Y, los pibes no son atrevidos, hay algunos
atrevidos bueno, lo que si me respetan todos, desde el ms chico al ms grande. La vez
que tuve problemas ac, bueno, fue por mi familia ya sea por defender a mi hermano, a
mi mam y alguno que pensaba que eran mis amigos (J)84
Lo que ms me gusta de ac, del Danubio, es que hemos mejorado un montn, por
ejemplo el agua potable que no tenamos, la luz es buena, la pavimentacin de la calle
que antes cuando llova no se poda pasar (F)85
En realidad ahora que se est mejorando el barrio [Danubio], lo que me gusta es que
por lo menos tenemos agua potable, que no tenamos, suframos con unos caos
clandestinos () Ahora las calles y las cloacas vamos a ver.(J)86
Ac estamos a una cuadra de todos los medios de transporte, de De Benedetti, todo para
ir al centro de Dock Sud, tenemos todo ah para ir y pasar a la Roca, el centro de
Avellaneda, tenemos los colectivos a dos cuadras. (M)
87
84
Entrevista personal realizada el 29 de Octubre de 2011. J es habitante del barrio Villa Inflamable que
expresa los lazos afectivos que lo unen al lugar.
85
Entrevista personal realizada el 18 de Octubre de 2011. F es habitante del barrio El Danubio, que
manifiesta algunas de las mejoras que ha tenido el barrio.
86
Entrevista personal realizada el 22 de Octubre de 2011. J es habitante del barrio El Danubio.
80
contaminaron, es decir muchos ladrones ()los mataron, hicieron una limpieza, y otro como
ahora donde estn los desages, cada vez se llena ms de peruanos y no sale por ningn lado.,
nos permiten reconstruir una trama de sentidos que estn encriptadas en el discurso, y esa trama se
conecta con las relaciones barriales las cuales invisibilizan, a travs de operaciones de
87
Entrevista personal realizada el 22 de Octubre de 2011. M es otro de los habitantes del barrio El Danubio
que fue entrevistado.
88
Entrevista personal realizada el 27 de Octubre de 2011. R es bombero voluntario de Dock Sud.
89
Entrevista personal realizada el 22 de Octubre de 2011. E es habitante del barrio El Danubio que vincula la
inseguridad con la contaminacin.
90
Entrevista personal realizada el 27 de Octubre de 2011. B vive en Villa Inflamable.
81
91
Entrevista personal realizada el 27 de Octubre de 2011. Y vive en Villa Inflamable y relata cmo es la
calidad de vida de la gente del lugar.
92
Entrevista personal realizada el 27 de Octubre de 2011. P vive en Villa Inflamable y relata la fuente de
trabajo de gran parte de la gente del lugar.
82
Fotografa en la que se aprecia la fuente de trabajo de algunos habitantes de Villa Inflamable, cuya
actividad consiste en recolectar cartn, plstico y todo tipo de chatarra.
(Fuente: foto de trabajo de campo. Sandra Ursino, 2011)
Yo repart un montn de cosas por el barrio, hay chicos que ni comen ac. Es ms van
al colegio para comer no para estudiar. Van a comer porque ac en el colegio hay
comedor, entonces van a comer no van a estudiar, yo lo noto a veces el nivel que tiene,
vos le hablas y no saben ni cunto es dos ms dos pero ellos van y, es ms, llevan su
tapercito para llevarle a la mam la comida, a la casa. Ya te digo, por eso, ac hay
situaciones difciles.(T)93
93
Entrevista personal realizada el 27 de Octubre de 2011. T vive en Villa Inflamable y cuenta la funcin que
para ella tiene la escuela del barrio.
83
Comedor de la escuela n 67 del Barrio Ports, donde los chicos de los dos turnos desayunan, almuerzan
y merienda todos los das, y se llevan a sus casas la comida que sobra.
(Fuente: foto de trabajo de campo. Sandra Ursino, 2011)
Lo que pasa que esto es la Villa Inflamable, no nos asocian con Dock Sud. Nosotros
somos los crotos del lugar. Porque la gente te habla as y te dicen: vos vivs ac? [Con
aire despectivo], como que ellos creen que no estn contaminado pero en realidad esto
llega relativamente lejos, pero ellos te dicen all vivs? Me siento discriminada, yo les
llego a decir a mis compaeras de venir a tomar mate y NO!, tienen terror, no entran. O
cuando les digo que tengo calle de tierra, cmo calle de tierra! [Tono de asombro]. Y,
eso que cuantas cuadras tengo desde ac al centro, ponele 20 cuadras.(B)94
94
84
96
Es un barrio hermoso, lindo, ahora tendra que cambiar un poco la gente o educarla
mejor y con eso podra ser un barrio mejor, lo que era antes.(E) 97
En consecuencia, al tomar la mirada del sujeto que habita un lugar contaminado, fue necesario
ubicar a este actor en un contexto de significados que lo moldea en cuanto a su forma de ver el
mundo, pero que tambin l moldea desde el lugar social en el cul acta, (Alicia Lindn, 2002).
Al analizar las representaciones sociales de la contaminacin ambiental se tuvo en cuenta la
cotidianidad -como el hacer- y la subjetividad colectiva como la referencia al contexto social de
sentido, enfocndolo desde la espacialidad. La cotidianidad nos permiti dar cuenta de todas las
prcticas desplegadas por los habitantes de los barrios en estudio, sobre todo en la esfera laboral, la
domstica y la de interaccin con el vecindario, puesto que es en ellas donde cobra sentido la
apropiacin que establecen con el lugar. Por ltimo, este recorrido permiti reconstruir las
representaciones sociales que los habitantes poseen de la contaminacin ambiental, poniendo en
ruedo la apropiacin del lugar a travs de los entramados barriales, las vivencias diarias de las
enfermedades producidas por un ambiente degrado, los mapas mentales que construyen en relacin
a sus desplazamientos cotidianos en el lugar y el abanico de percepciones que operan en los
procesos de (in) visibilidad de un paisaje que est contaminado. A travs de la herramienta analtica
de los hologramas socioespaciales se pudo comprobar el desplazamiento discursivo que se realiza
sobre las causas de la contaminacin, donde la misma es visibilizada pero no alcanza a tener un
fuerte vnculo con la actividad industrial del polo petroqumico, sino que se invisibiliza, en el caso
de algunos habitantes de estos barrios, con percepciones del sentido comn relacionadas a la nueva
inmigracin (peruanos, bolivianos y paraguayos), la droga y la inseguridad.
95
Entrevista personal realizada el 27 de Octubre de 2011. J vive en Villa Inflamable en un lugar muy
precario, su fuente de trabajo es el cartoneo.
96
Entrevista personal realizada el 22 de Octubre de 2011. H vive en el barrio Porst y relata la discriminacin
que padece la gente de Dock Sud.
97
Entrevista personal realizada el 22 de Octubre de 2011. E vive en El Danubio.
85
Reflexiones finales
Son estos paisajes cotidianos, metropolitanos-periurbanos-rururbanos, los que viven la mayora de la gente
y los que hoy da deberan merecer, tambin, nuestra atencin
(Nogu, J. 2007:21)
Esta tesis estuvo orientada a identificar en la construccin de paisaje de los habitantes de Dock Sud
los procesos de (in) invisibilidad del paisaje contaminado, a partir de conocer y analizar las
representaciones sociales y prcticas espaciales que construyeron los pobladores de los barrios
Porst, Danubio y Villa Inflamable ante la problemtica ambiental del rea. Esta decisin, implic
tener en cuenta las dimensiones simblicas y subjetivas que estn presentes en las dinmicas de
(in)visibilidad referidas a la contaminacin ambiental, a la apropiacin que los habitantes tienen en
relacin a su lugar, a su barrio y a sus vivencias cotidianas dentro de ellos.
En esta direccin, el anlisis de las percepciones que sobre Dock Sud -en tanto imagen de un
paisaje urbano-industrial contaminado- tiene la poblacin de los barrios en estudio, permiti
observar dbiles puentes de continuidad entre lo que se presenta a la vista, lo que realmente
perciben del lugar y las prcticas espaciales que realizan en el mismo. Dado que, las experiencias
de la contaminacin, el campo de las percepciones y las representaciones sociales que se
construyen en torno a los paisajes contaminados dentro de un barrio, implica recorrer su vivencia
cotidiana donde convive lo material, lo cultural, lo social, lo (in)visible y la subjetividad social.
Como fue observado, la localidad de Dock Sud fue presentando cambios en la fisonoma de su
paisaje y junto con ellas se fue complejizando el campo de las representaciones sociales de sus
habitantes. De esta manera, a comienzos del siglo XX, su paisaje presentaba reas productivas
vinculadas al puerto y a industrias con una extensa zona de espacios verdes y quintas cercanas al
ro, lo cual se combinaba con lugares de encuentro representativos de las colectividades y clubes
barriales. Esta fuerte presencia de poblacin inmigrante (italianos, polacos, yugoslavos, espaoles,
entre otros), sus costumbres y sus escasas posibilidades de acceso a la vivienda, dieron lugar a
residencias tpicas de la poca: los conventillos y los sitios de inquilinato. En este marco, se pudo
ver que en las representaciones sociales del espacio observado, las mismas aparecen fuertemente
ancladas en los sentidos del lugar que entrelazaban la presencia de la inmigracin europea, las
dinmicas de trabajo industrial del momento y el aprovechamiento de los espacios verdes y
colectivos que permitan el uso y la cercana de los habitantes con el rio y la costa. Estos ncleos de
sentido, constituyeron parte de las representaciones sociales de los habitantes que fueron
conformando el recuerdo del antiguo paisaje de la localidad, donde las experiencias de la vida
cotidiana y las memorias colectivas de los pobladores de Dock Sud lo muestran como un lugar que
brind hogar, casa y trabajo ante todo a todas las colectividades
86
De este modo, los escenarios fsicos concretos (la presencia de fbricas, el puerto, los espacios
verdes y colectivos) se conectan con las representaciones sociales posibilitando pensar la localidad
ya no slo por su fisonoma sino por los escenarios y contextos donde transcurren las interacciones
sociales cotidianas de los sujetos.
Asimismo, con el paso del tiempo el crecimiento que tuvo el polo petroqumico y el puerto han
modificado considerablemente el paisaje de Dock Sud y su infraestructura urbano-espacial
construyendo barrios encapsulados por la dinmica territorial que imponen las fbricas, las
cuales acentan el problema de los territorios de relegacin urbana en la Argentina. Parte de este
fenmeno, encuentra su asidero en causas macro histricas vinculadas al desempleo y a la miseria
de los aos 90, sin embargo la dinmica de estas fbricas profundizaron la segregacin y olvido de
estos espacios.
As entonces, los significados actuales de los barrios en estudio se encontraron atravesados por la
fuerza del conflicto que supone vivir en lugares inundados, con contaminacin cloacal, recurrentes
olores, donde la luz y el agua son un bien de difcil acceso y sus calles estn afectadas por el
trnsito pesado de Dock Sud. En este contexto, se refuerza la presencia de enfermedades causadas
por la contaminacin que sufren un nmero importante de habitantes de la localidad. En los
registros de la investigacin, aparecieron problemas de salud tales como tuberculosis,
enfermedades de la piel, respiratorias, gastrointestinales, elevados niveles de plomo en sangre,
entre otros, los cuales estn relacionados no slo con las deficientes condiciones socioeconmicas
en las que habitan sino, principalmente, con la contaminacin del agua, del suelo y del aire de los
barrios observados.
Sin embargo, de todas estas enfermedades, la principal preocupacin radica en los niveles de plomo
en sangre ya que constituye uno de los venenos ms nocivos para la salud puesto que trae aparejado
problemas neurolgicos, fsicos y de retraso en el aprendizaje, lo que se evidencia en la poblacin
infantil -nicos casos a los que se les ha realizado anlisis de sangre- .Particularmente, y en
relacin al tema, las explicaciones ofrecidas por actores sociales con pertenencia institucional
(maestra, directora, enfermeras y mdicos), se apoyan en percepciones donde la contaminacin
provocada por las actividades del polo petroqumico pierde valor explicativo y se acentan en las
precarias condiciones de vida de sus habitantes.
Simultneamente, el tema del plomo en sangre, trajo aparejado una problemtica subyacente dentro
de los barrios analizados: las relocalizaciones. Las prcticas de relocalizacin para familias en las
cuales se encontraron nios con elevado niveles de plomo fueron promovidas, en una actuacin
conjunta, entre las empresas instaladas en el barrio y algunas autoridades estatales, va subsidios y
planes de vivienda. Esta cuestin, tuvo fuerte incidencia en los habitantes tanto en sus experiencias
cotidianas como tambin en sus prcticas espaciales, puesto que en algunos casos supone la
desarticulacin de la trama barrial que afecta la apropiacin con el lugar y sus vnculos.
87
Tal como se observ en el trabajo de campo, los habitantes de Dock Sud construyen una carga
simblica significativa con el barrio, la cual les permite trascender el sufrimiento ambiental
logrando un lazo con el lugar que tiene su asidero en dimensiones cognitivas -afectivas de la vida
diaria y en sus prcticas espaciales. Muchos de los testimonios daban cuenta de que el apego al
lugar se vinculaban a estar en un entorno familiar, donde se sostienen cotidianamente tanto las
relaciones de amistad, vecinales, como tambin las oportunidades de subsistencia que en un
escenario de precariedad revisten un valor central, tales como los comedores barriales y el
cartoneo.
En esta misma direccin, los hologramas socioespaciales presentes en los habitantes de estos
barrios revelaron que la identificacin emplaza un esquema de paisaje recortado donde las
imgenes mentales del espacio no compusieron copias literales de lo real sino elaboraciones
simblico-perceptivas construidas a partir del bagaje sociocultural de las personas y de su
experiencia en el lugar. En el caso de los nios, los dibujos mostraron imgenes estereotipadas de
los hogares con un registro del espacio acotado a sus circuitos cotidianos, los cuales se alejaron de
las caractersticas reales del barrio y se transformaron en lugares de fantasa. Mientras que, en los
relatos de la poblacin adulta, se entrecruzaban algunas apreciaciones negativas referidas al barrio
y sus vecinos -como las que aluden a los pibes fumando en la esquina o a situaciones de
violencia entre los nios- con las posibilidades de desplazamiento en el lugar, quedando en la
mayor parte de los casos encapsulados en el circuito barrial.
De este modo, en el curso de la vida diaria se presentan ciertas dinmicas especficas de los barrios
donde la construccin simblica de mapas mentales y las prcticas de trnsito construyen un
registro en el cual tienen lugar los procesos de (in)visibilidad del paisaje contaminado, (Lindn,
2007).
En este entramado, el sufrimiento ambiental trajo aparejado variadas percepciones sobre la
contaminacin que van desde una negacin pasando por un campo de convicciones, dudas y
certezas, (Auyero, 2007) y es a partir de ellas que comienzan a construirse las representaciones
sociales sobre este paisaje. Esto mismo, se evidenci en las entrevistas, donde se registraron ciertos
rasgos de ocultamiento y negacin de la problemtica ambiental. No obstante, el conjunto de
percepciones contina hasta llegar a una visin crtica de la situacin ambiental a la que estn
expuestos y con la que conviven permanentemente, donde el tema de las relocalizaciones, los
niveles de plomo en sangre y la relacin con las empresas y el puerto, ponen en juego el destino del
barrio.
El anlisis de las representaciones sociales entonces, implic determinar qu se sabe de la
contaminacin, cmo se interpreta y qu se hace o cmo se acta frente a ello, (Rizo, 2006), todo lo
cual construy un amplio conglomerado de sentidos fuertemente vinculados unos con otros. As,
mientras que para algunos es siempre lo mismo: la contaminacin est en la tierra, para otros, el
88
89
marcas cargadas simblicamente y, a su vez, junto con ella el sujeto incorpor el entorno en sus
procesos cognitivos y afectivos de manera activa y actualizada.
En trminos generales, puede decirse que el campo de las percepciones y los esquemas de sentido
sobre el paisaje contaminado no pueden entenderse por fuera de las experiencias de la vida diaria
que estn atravesadas por las relaciones barriales y la particularidad que asume el sufrimiento
ambiental. En el aspecto discursivo de las percepciones analizadas, se construyeron narrativas que
en algunos casos permitieron inmovilizar lo vivido y darle sentido a la imagen mental que se posee
sobre el barrio. En el habla crtica de la contaminacin por parte de los habitantes se identific un
repertorio discursivo para el afuera y otro para el adentro.
En el discurso para el afuera, se hicieron visibles las narrativas uniformes donde se present: un
lugar contaminado, la contaminacin como perjudicial para la salud y la identificacin de algunas
autoridades responsables, pero se lo hace desde la vivencia cotidiana donde esta situacin es
naturalizada y se convierte en rutina. Esto pudo apreciarse en algunas entrevistas en las cuales el
problema ambiental fue reemplazado por el apego a los lazos barriales y la idea de que con el
tiempo el lugar tuvo mejoras en relacin a su infraestructura urbana. No obstante, es en el discurso
para el adentro, a travs de la categora analtica de hologramas socioespaciales, (Lindn,
2007) donde se hicieron visibles discursos referidos a la construccin social del lugar, a los
espacios vividos particulares y a los procesos de (in)visibilidad. La idea de holograma fue
iluminadora del sentido que se quiso poner de manifiesto, es decir, el paisaje contaminado. Con
esta herramienta, se reconstruyeron las imgenes mentales que de otra forma no se podan percibir
y as se obtuvo una comprensin ms profunda del lugar.
Las diversas conexiones entre un significado como la pudricin o los que contaminan son los
ladrones, y otros donde los desages tapados se debe al mayor asentamiento de peruanos,
permitieron recomponer la trama de sentidos encriptadas en el discurso y conectadas con las
relaciones barriales, las cuales invisibilizan, a travs de operaciones de desplazamiento, la
contaminacin creada por el polo petroqumico. En esta operacin discursiva, la contaminacin
concatena la pudricin, los ladrones y los inmigrantes indeseables ocultando el problema ambiental
del lugar.
Todo ello permite entender que el lenguaje se materializa en el flujo de la vida social, le da una
forma y lo cristaliza en ella, an cuando lo cotidiano sea un discurrir que nunca se detiene, siempre
est en proceso de hacerse y es cambiante. Cuando el narrador-habitante refiere a los lugares y
prcticas concretas que despliega en su barrio, construye verdaderos escenarios espacio-temporales
de su vida cotidiana. As entonces, con las prcticas diarias la persona se apropia del lugar para
distintos fines, compartindolo e interactuando con otros que convergen en el mismo sitio. En este
sentido, el holograma socioespacial, recupera un relato de prcticas, lugares y escenarios que
contienen dentro de s y de manera encapsulada, otros lugares, sentidos de los lugares,
90
intencionalidades de los habitantes de los lugares, simbolizaciones de los lugares y del quehacer
que en ellos se concreta,( Lindn, 2007).
La importancia de estos hologramas, radica precisamente en el hecho de que se dibujan dentro de
narrativas de circunstancias en apariencia banales, pero de gran utilidad al momento de condensar
elementos clave para la construccin de sentido de lugar. Todo ello proporciona pautas acerca de la
forma en que la persona se relaciona con ese lugar y con otros lugares, lo cual se visualiz en la
percepcin que los habitantes poseen de Dock Sud.
En consecuencia, al analizar las representaciones sociales de la contaminacin ambiental se tuvo en
cuenta la cotidianidad -como el hacer- y la subjetividad colectiva como la referencia al contexto
social de sentido, enfocndolo desde la espacialidad. Por intermedio de la cotidianidad, se pudieron
recuperar todas las prcticas desplegadas por los habitantes de los barrios en estudio, sobre todo en
la esfera laboral, domstica y de interaccin con el vecindario, puesto que es en ellas donde cobra
sentido la apropiacin que establecen con el lugar. Por ltimo, al reconstruir las representaciones
sociales que los habitantes poseen de la contaminacin ambiental, se logr apreciar que la
apropiacin con el lugar se establece a travs de los entramados barriales, las vivencias diarias de
las enfermedades producidas por un ambiente degrado, los mapas mentales que se construyen en
relacin a sus desplazamientos cotidianos en el lugar y el abanico de percepciones que operaron en
los procesos de (in) visibilidad de un paisaje que est contaminado. All, se hizo evidente que el
desplazamiento discursivo realizado sobre las causas de la contaminacin, es visibilizada pero no
alcanza a tener un fuerte vnculo con la actividad industrial del polo petroqumico, sino que se
invisibiliza, en el caso de algunos habitantes de estos barrios, con percepciones del sentido comn
relacionadas a la nueva inmigracin (peruanos, bolivianos y paraguayos), la droga y la inseguridad.
Finalmente, vale decir que el paisaje no slo muestra como es el mundo, sino que es tambin una
construccin, una composicin de ese mundo, una forma de verlo. Si se entiende al paisaje como
una manera de ver, de interpretar el entorno, hay que reconocer que esa mirada no es neutral ni
objetiva. Est cargada de significados y de formas de experimentar el territorio, que contribuyen a
naturalizar y normalizar las relaciones sociales y el orden territorial establecido. Las personas
asumen estos paisajes construidos de manera natural y lgica, pasando a incorporarlos a su
imaginario y a vivirlos, defenderlos y legitimarlos. Es aqu donde el paisaje acta como fuente de
legitimacin y colabora en la construccin de las representaciones sociales que se elaboran de la
vida diaria. Funciona, en cierta medida, como herramienta para establecer, manipular y legitimar
las relaciones sociales y de poder que se establecen en el territorio. Por tal motivo, al analizar el
territorio desde la nocin de paisaje se hace ineludible recurrir a la idea de representacin y
percepcin, para poder explorar cmo se construyeron las prcticas y sentidos espaciales que
establecieron en el mismo.
Recuperando estas ideas, y a modo de proporcionar un aporte para futuras lneas de accin sobre
territorios que comparten caractersticas similares a Dock Sud -en tanto a su geomorfologa y a su
91
92
Anexo
USO OFICIAL
93
94
una norma de alcance nacional persigue la tutela del ambiente, debe tomarse como un presupuesto
mnimo, sin importar que la materia sea procesal, administrativa o de procedimiento
administrativo.
Tambin corresponde citar a quienes opinan que al observar el
ordenamiento ambiental del territorio, lo han expresado como una herramienta de orden y una
tcnica administrativa con enfoque interdisciplinario y global cuyo objeto es un desarrollo
equilibrado y la organizacin fsica del espacio, segn un concepto rector (conf. Esain, Jos A. en
la obra La constitucin sostenible, en: Conocimiento para la transformacin (Adrin Monjeau,
editor, Serie MIRA, volumen 2. Ediciones de la Universidad Atlntida Argentina, 158 pp. ISBN:
978-987-23308-3-5), y la Dra. Graciela Garca Minella en su obra Ley general del ambiente.
Interpretando la nueva legislacin ambiental en obra colectiva Derecho ambiental, su actualidad
de cara al tercer milenio (coor. Jimenez Eduardo, Ed. Buenos Aires 2004).
Finalmente, no puede soslayarse la imperiosa necesidad que ese concepto
rector surja a travs de la Autoridad contemplada en la ley 26.168, utilizando para ello una
regularizacin uniforme y especfica, que no podr surgir de otro rgano que no sea aquel que
ejerce la administracin de la Cuenca, quien bsicamente debe establecer este tipo de normativa
estatal nacional o federal, debiendo apuntalar principalmente a la idea de un rgimen de
responsabilidad civil, penal, administrativo y regulatorio de gestin ambiental mnima, que permita
implementar un sistema nico y eficiente de proteccin ambiental, en el territorio, fijando pautas de
precaucin, prevencin, recomposicin, sancin indemnizatoria, y rgimen penal, en defensa del
medio ambiente.
Que esta normativa deber ser bsica, comn, uniforme, slida y
adecuada para garantizar se logre el objetivo primordial de la delegacin de competencias y
conforme surge del texto de la norma del artculo 41 de la Constitucin Nacional, revistiendo
carcter tuitivo. Para ello, no debemos olvidar que el derecho ambiental es un derecho
esencialmente preventor, y ms an, precautorio.
Que no obstante que esta disposicin debe ser considerada con cuidado,
en la medida que al titular del dominio de algn bien, como regla general le corresponde el
ejercicio de la jurisdiccin sobre el mismo. En consecuencia, al titular del dominio de una cosa -en
nuestro caso de recursos naturales-, le compete el ejercicio de las jurisdicciones susceptibles de ser
ejercitadas sobre los mismos y cada una de ellas se corresponder con alguna funcin de gobierno
sobre el cual ella se ejerce.
Que en materia ambiental, como hemos visto, se ha producido una
delegacin a favor de la Nacin en lo que hace a la determinacin de presupuestos mnimos para
la proteccin ambiental, los que debern aplicarse necesariamente en relacin con el uso de los
recursos naturales. Ahora bien, la combinacin de ambas disposiciones -arts. 41 y 124 de la CNnos induce a pensar que la delegacin se efectu bajo la condicin de que su ejercicio no importara
95
un vaciamiento del dominio que tienen las provincias sobre esos mismos recursos De otro modo
no se entiende cul habra sido la intencin del constituyente al establecer la clusula de
resguardo de la competencia provincial que importa el art. 124, in fine (conf. Artculo:
Coordinacin y armonizacin de las normas ambientales en la Repblica Argentina, en Revista
de derecho de daos 2008-3. Mosset Iturraspe y Ricardo L. Lorenzetti, 1 ed. Santa Fe. Rubinzal
Culzoni, 2009, Pgs. 137-162).
Desde el momento en que la reforma constitucional de 1994 se ha puesto
en vigor, consecuentemente se ha impulsado de manera clara la premisa de adoptar sistemas
regionales, basndose en recursos naturales que trasvasan la jurisdiccin propia del Estado local y
los cuales se formarn con un criterio que no ser restrictivo o interno de los Estados provinciales,
sino orientado a una sumatoria de ellos teniendo incluso la posibilidad de extenderse, llegado el
caso, hasta la realizacin de convenios con otros pases, siempre con miras a la proteccin,
mantenimiento y cuidado del recurso, todo lo cual ser concebible bajo un ordenamiento
centralizado en rganos que tuvieren la competencia jurisdiccional ambiental, que se aplicar
exclusiva y excluyentemente al recurso protegido.
Extraccin directa de la Constitucin Nacional, resulta la Ley General del
Ambiente, que sosteniendo tal direccin, ha dictado el Congreso Nacional, por aplicacin del
referido criterio de presupuesto mnimo, con competencia de aplicacin en todo el territorio
nacional, la cual en su art. 9 fija las pautas necesarias para la concretizacin del Ordenamiento
Ambiental Territorial (OAT), disponiendo que El ordenamiento ambiental desarrollar la
estructura de funcionamiento global del territorio de la Nacin y se generan mediante la
coordinacin interjurisdiccional entre los municipios y las provincias, y de stas y la ciudad de
Buenos Aires con la Nacin, a travs del Consejo Federal de Medio Ambiente (COFEMA); el
mismo deber considerar la concertacin de intereses de los distintos sectores de la sociedad entre
s, y de stos con la administracin pblica.
Ante la claridad conceptual que mantiene toda la legislacin en la
materia, el artculo 10 de la misma LGA, contina dichos lineamientos, teniendo presente las
problemticas que suscita la realizacin de este objetivo y fijando las pautas principales que regirn
al mismo, siendo que El proceso de ordenamiento ambiental, teniendo en cuenta los aspectos
polticos, fsicos, sociales, tecnolgicos, culturales, econmicos, jurdicos y ecolgicos de la
realidad local, regional y nacional, deber asegurar el uso ambientalmente adecuado de los
recursos ambientales, posibilitar la mxima produccin y utilizacin de los diferentes ecosistemas,
garantizar la mnima degradacin y desaprovechamiento y promover la participacin social, en
las decisiones fundamentales del desarrollo sustentable. Asimismo, en la localizacin de las
distintas actividades antrpicas y en el desarrollo de asentamientos humanos, se deber
considerar, en forma prioritaria: a) La vocacin de cada zona o regin, en funcin de los recursos
ambientales y la sustentabilidad social, econmica y ecolgica; b) La distribucin de la poblacin
96
97
hdrica, tomando como base de su accionar la influencia que tengan en la polucin de dicha cuenca,
para asegurar una gestin ambiental adecuada.
Asimismo resulta prudente destacar la existencia de la Ley N 2.017 de la
Ciudad Autnoma de Buenos Aires, la cual prev instar a la Jefatura de Gobierno de esa ciudad que
constituya junto a los dems estados una Autoridad de Cuenca, advirtindose de la misma el
reconocimiento de la supremaca de la autoridad federal sobre la local, siendo que su artculo 9,
inciso a, sostiene que deber instrumentarse con subordinacin a las facultades de regulacin,
control y poder de polica para las gestiones de saneamiento de la Cuenca.
Tambin debe resaltarse el fallo dictado por la Corte Suprema de Justicia
de la Nacin con fecha 08-07-08, que da origen a la presente ejecucin, de cuyo espritu surge clara
la interpretacin del Tribunal cimero sobre la competencia autnoma y superior que posee la
ACUMAR por sobre cualquier otra concurrente en el mbito de la Cuenca, debindose tomar dicho
fallo como fuente legal, de incumbencia directa para la interpretacin y aplicacin de la Ley
26.168.
En se orden de ideas, nuestra Carta Magna en su artculo 75 inciso 18,
otorga amplios poderes al Congreso de la Nacin, entre los que se encuentra la potestad de ejercer
ciertas competencias que, habitualmente, se consideran incluidas en el poder de polica provincial.
Segn doctrina de nuestro Mximo Tribunal, las provincias pueden ejercer las atribuciones
concurrentes en materia de poder de polica de bienestar, salvo que se demuestre que la puesta en
ejercicio de la atribucin local, dificulta o impide el cumplimiento de los propsitos contenidos en
la normativa federal (Boto, Armando v. Obra Social Conductores de Transporte Colectivo de
Pasajeros C.S., B. 26. XXVI, 1997). Tambin ha sostenido que la facultad de acordar los
privilegios y estmulos que se consideren convenientes a los fines del inciso 18 del artculo 75,
deben entenderse comprendidos en la ilimitacin de los medios a emplearse para el ejercicio de los
poderes federales, superiores siempre a la accin de las legislaciones locales, y que forman parte de
la instrumentalidad del gobierno mismo, en que la Nacin provee al bienestar, progreso y
prosperidad de todas las provincias (Ferrocarril Central Argentino c/ la provincia de Santa Fe s/
repeticin de pago indebido, del 3 de julio de 1897. Fallos: 68:227, Ferrocarril Central
Argentino c/Municipalidad del Rosario s/inconstitucionalidad de impuestos y devolucin de
dinero, pronunciamiento del 5 de abril de 1906. Fallos: 104:96).
Asimismo, del artculo 41 de la Constitucin Nacional se desprende que
las provincias tienen competencia constitucional en materia ambiental, siempre que no se acredite
concretamente que la actividad habilitada por la autoridad local vulnera los presupuestos mnimos
de proteccin definidos por ley nacional. Cabe tener presente, que una vez dictada la ley nacional,
la competencia de las jurisdicciones locales deviene residual.
Vale decir entonces que la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo
(ACUMAR) intervendr a favor de los intereses de las jurisdicciones, colaborando y superando los
98
obstculos que a lo largo de la historia, han impedido afrontar las consecuencias del desastre
ecolgico que significa el Riachuelo, y no menoscabando sus atribuciones, y su ejercicio pleno
que constitucionalmente le corresponde.4).- Que todo lo aqu citado, es dable de mencionar refrendando un
camino recorrido por la legislacin nacional, en direccin a preferir el ordenamiento, concebido
bajo un sistema de organizacin centralizada, no obstante la especialidad de la materia que da lugar
a un grado mayor de tuicin y que ha sido entendido de esta manera tambin por las legislaturas
provinciales y de la Ciudad Autnoma de Buenos Aires.
Tal delegacin de las jurisdicciones locales, surge clara y se pone de
manifiesto con la promulgacin de las leyes 13.642 por parte de la Provincia de Buenos Aires y la
ley 2.217 de la Ciudad Autnoma de Buenos Aires, que ratifican su adhesin al organismo,
reconociendo desde lo particular a lo general la supremaca de aquella, proceso inverso al que crea
la ley, donde las jurisdicciones participan a travs del Congreso Nacional. As se observa una doble
adhesin por parte de los Estados locales, que no permite aludir desconocimiento por parte de
estas, dejando de lado cualquier reticencia que se pueda presentar en el mbito interno de aquellas.
En este punto cabe recordar los debates parlamentarios de la Ley 26.168,
donde surge que: con la decisiva participacin e intervencin del Estado Nacional en la tarea
de preservar, restaurar y recomponer el medio ambiente afectado de la Cuenca Hdrica Matanza
Riachuelo, siendo conscientes que solo cabe actuar con la energa que demanda la urgencia del
caso, imprimiendo premura, ejecutividad y efectividad al accionarTodo lo expuesto justifica
imponer limitaciones de orden Ambiental, en los poderes y funciones propias de los Organismos
del Estado, Sociedades del Estado, Autoridades Pblicas, Entes Reguladores y dems entidades
actuantes, de las distintas jurisdicciones nacional, provincial, de la Ciudad Autnoma de Buenos
Aires y Municipal con competencia en la CuencaDe all que se establece, dentro del mbito de
su competencia un poder prevaleciente, en cabeza de la Autoridad de Cuenca.
En razn de ello y luego del anlisis, el Suscripto con fecha 22 de mayo
de 2009, ha resuelto que: ...Por ello no puede admitirse el desconocimiento por parte de los
estados locales de la ley de creacin de la Autoridad de Cuenca, desde el momento que se han
puesto bajo su rbita al adherirse voluntariamente a la misma. As las cosas, vale decir que
ACUMAR es un ente de derecho pblico, que va a operar en el mbito de la Secretara de
Ambiente y Desarrollo Sustentable (SAyDS) y se trata de una persona jurdica pblica estatal, con
caracteres de ente regional....
En la visin que surge del referido resolutorio, a cuyos dems trminos
me remito brevitatis causae, ha sido central la funcin delegada a la ACUMAR, como autoridad
que se halla al frente de las actividades tendientes al saneamiento y proteccin del ambiente de la
Cuenca. Por ello, se estima que bajo su rbita se halla la facultad fundamental de ordenar
99
100
101
102
ambiental y aprobacin de continuidad e inicio de proyectos en el mbito de la Cuenca MatanzaRiachuelo y sus sub-cuencas alta, media y baja.
Todo ello destaca la importancia que tiene la actividad descripta,
debiendo concederse especial competencia y recursos a la Coordinacin encargada de dicha rea,
dentro de la ACUMAR, la cual deber ser suficiente para dar cumplimiento al objetivo. As
debern disponerse los recursos humanos y tcnicos por parte de los Estados condenados a
requerimiento de esa autoridad, con la capacidad suficiente y experiencia en la materia, quienes
coordinarn las acciones conforme se requiera.
De este modo, debe enfocarse a determinar el impacto ambiental
soportado por la Cuenca, discriminando el ndice de impacto que posee cada uno de los sectores
territoriales y por cada actividad antrpica desarrollada en l, determinando los efectos
acumulativos que se produzcan, teniendo en cuenta los presentes e incluyendo las afecciones
hdricas que pudiere generar la impermeabilizacin del territorio, contemplando las medidas que
deba desarrollar cada emprendimiento, paliativas de efectos adversos.
Que a tal efecto, ha de tenerse en consideracin los estudios de impacto
ambiental que se hallen presentados, revisando aquellos que se hallen en proceso de aprobacin,
tomando este universo declarativo, en carcter de herramienta predictiva, calculando la sinergia que
se obtenga de la acumulacin de estos impactos y resultando de esta una Evaluacin Ambiental
Estratgica, que refiera el grado de impacto que actualmente soporta la Cuenca en cada una de las
jurisdicciones que la componen, debidamente individualizadas, a fin de prever la necesidad de
contar con posibilidad de extender o reducir dicho impacto, individualizado tales criterios en cada
lugar y segn las actividades antrpicas generadoras, previendo las medidas que estime necesarias
para cada caso.
Que de tal Evaluacin Ambiental Estratgica, deber extraerse un mapa
sectorizado, donde se visualicen con claridad estos datos, discriminando en categoras cromticas el
grado de afectacin sufrido por cada sector, e individualizando para cada categora el estado actual
y las medidas que estima corresponder.8).- Que ello as, atendiendo la lnea de pensamiento antes apuntada, y en
virtud a la importancia instrumental que significa contar con un adecuado y efectivo Ordenamiento
Ambiental del Territorio (OAT) a lo largo de toda la Cuenca hdrica, es que sta judicatura ha
ordenado en el transcurrir de la presente manda, la puesta en marcha de diferentes medidas y
planes, con visin integradora, prctica, apropiada y funcional para todo el territorio de la misma.
En tal sentido, y a modo de ejemplo, cabe realizar una resea de ello, en
forma discriminada, y conforme a algunos de los objetivos en ejecucin:
a) Saneamiento de basurales y recoleccin, tratamiento y disposicin final
de los residuos: entre otras cuestiones, mediante resolucin -de fecha 04-11-2010- se exigieron las
medidas necesarias para la implementacin de mejores alternativas y aplicacin de nuevas
103
104
creando un
procedimiento flexible, y dejando sentado el compromiso que ha adoptado el Poder Judicial, para
conformar un sistema nico, vlido y funcional que pueda soslayar las barreras que han distanciado
las gestiones de las diferentes jurisdicciones.
b) Urbanizacin de Villas y Asentamientos Precarios: entre otras
cuestiones, se celebr una audiencia -23-09-2010- en el edificio del Palacio de Tribunales, donde
ACUMAR present un nuevo CONVENIO MARCO PARA EL CUMPLIMIENTO DEL PLAN
DE URBANIZACIN DE VILLAS Y ASENTAMIENTOS PRECARIOS EN RIESGO
AMBIENTAL DE LA CUENCA MATANZA RIACHUELO. SEGUNDA Y ULTIMA ETAPA,
que resulta complementario del suscripto en el ao 2006 denominado Convenio Marco
Subprograma Federal de Urbanizacin de Villas y Asentamientos Precarios. Saneamiento de la
Cuenca Matanza-Riachuelo Primera Etapa.
Que llegado a este punto, no puede soslayarse el grado de concentracin
demogrfica que se halla en la Cuenca, particularmente en las sub-cuencas baja y media,
propiciando problemticas de mayor complejidad en cuanto a la habitabilidad y el espacio
residencial, asociado con todo lo mencionado en el considerando que antecede.
As, se ve claramente la necesidad de incluir dentro de un Plan Integral de
OAT, un esquema avanzado respecto de las zonificaciones de la totalidad de la Cuenca, que
discrimine cuales debern ser las reas urbanas y peri-urbanas, considerando sectores residenciales,
urbanos, rurales e industriales,
analizando los diferentes aspectos individuales y las necesidades propias de cada sector,
contemplando de los trmites y acciones para la habilitacin, dentro de cada uno de los sectores
discriminados en el mbito de la Cuenca (conf. Resolucin de fecha 21-12-10).
c) Limpieza de mrgenes de ro y liberacin del camino de sirga: entre
otras cuestiones, se dictaron numerosas resoluciones relacionadas al objetivo, resultando muy
105
106
107
involucradas a lo largo de toda la Cuenca, el cual dio como resultado el efectivo empadronamiento
de 23.444 industrias, que solicitaron ser empadronadas, y un total de 18.333 a las que se les otorg
la Clave nica de Reordenamiento Territorial (CURT).
Asimismo, para el predio ACUBA -emplazado en la localidad de Lansse ha proyectado la construccin de una Planta de Tratamiento de Residuos Cloacales para 100.000
habitantes, una ribera comunitaria con una planta de tratamiento de cromo y un colector industrial
para el sector curtiembrero de Lans, habindose conformado para ello dos sociedades, con varias
empresas de la zona que funcionarn dentro del mencionado parque.
i) Regulacin y control en transporte de cargas y pasajeros, junto al
ordenamiento de las vas de circulacin: con fecha 16-09-09 se requiri: a la Autoridad de
Cuenca y al Sr. Gobernador, llevar adelante toda medida necesaria para la implementacin de
una Ley de Procedimiento Minero Provincial y su reglamentacin necesaria, que de operatividad a
la Gua de Transporte de ridos, de conformidad a lo normado por la Ley 13.312 de esa
Provincia.
Asimismo, en la certificacin de avance del 23 de junio de 2010, surge
que la ACUMAR: Tambin informan respecto del avance de movimientos de suelos (para lo
cual se instrumentara un sistema de gua de ridos dentro de la Provincia de Buenos Aires), el
cual tienen presente a tales efectos.
Que a este tenor, y a raz de insistentes exigencias judiciales, se advierte
el dictado del Decreto 2090/10 por la Provincia de Buenos Aires, reglamentando la ley 13.312 e
instituyendo en el mbito territorial correspondiente, la obligacin de contar con gua de transporte
para sustancias minerales. Este avance en la regulacin por parte del estado, afirma una necesidad
de controlar la actividad, ante el peligro que ostenta su desconocimiento.
En todo caso, esta necesidad no puede hallarse limitada una parcialidad
del territorio, dejando el resto al libre albedro de los particulares, dado que as, todo esfuerzo por
dar luz a las condiciones en que se ejerce una actividad, se vera inocua ante la oscuridad que
ofrecera otro territorio.
Abordando otra actividad, resulta oportuno mencionar la necesidad de un
control y una reglamentacin ms efectiva respecto al transporte de atmosfricos que recogen
distintos tipos de residuos, altamente contaminantes para el ambiente, conforme lo ordenado en la
resolucin dictada en los autos principales con fecha 31-08-2010, entre otras.
Consecuentemente, deber darse una regularizacin ntegra del trnsito a
lo largo de la Cuenca Hdrica, a travs de un adecuado ordenamiento de la red vial, que contemple
el transporte pesado, el de pasajeros, el de particulares y dems. Por ello, no puede mantenerse una
poltica individual ante esta actividad en particular, la cual confluye constantemente y resulta de
vital importancia para los dems objetivos en cumplimiento.
108
109
110
111
ACUMAR. As, la ratificacin no es otra cosa, sino una actitud positiva y comprometida por parte
de los Estados parte; la cual no coincidira con una actitud renuente a la cooperacin.
Por todo ello, y ante la posibilidad de continuarse en tal actitud, debe
tenerse siempre presente la visin holstica que ha primado por parte de la Corte al momento de
sentenciar, la cual nos impide limitarnos a divisiones jurisdiccionales atomistas, que resultaran
contrarias a la postura del Mximo Tribunal.
Luego, es importante observar la posible divergencia legal en que se halla
envuelta la Autoridad de Cuenca, al existir distintas jurisdicciones para la aplicacin de sanciones,
dado que cada jurisdiccin podra legtimamente utilizar un sistema distinto hacia las empresas, en
pos de las lgicas relaciones de buen entendimiento que operan entre la jurisdiccin y el sector
empresario.
As, se vera claramente afectado el objetivo final de la causa, dado que
cada jurisdiccin podra intentar -bajo esta lgica- implementar acciones distintas, que podran
llegar a ser contradictorias y en perjuicio del recurso hdrico. Ello reafirma que ha sido sabia la
decisin del Estado Nacional al dictar la ley 26.168 de creacin de ACUMAR, sumado ello a la
ratificacin de los Estados de la Provincia de Buenos Aires y de la Ciudad Autnoma de Buenos
Aires, como as tambin la decisin adoptada el 08-07-08 por nuestro Mximo Tribunal; todo ello
en vistas a crear un sistema de mayor tuicin hacia el recurso.
Finalmente, cae a todas luces la necesidad de aplicacin del principio de
congruencia, por el cual la legislacin provincial y municipal referida a lo ambiental deber ser
adecuada a los principios y normas fijadas en la mencionada ley; en caso de que as no fuere, ella
prevalecer sobre toda otra norma que se le oponga.
De esta forma es ineludible interpretar el sometimiento de las
jurisdicciones inferiores ante las regulaciones emanadas de la Autoridad creada al efecto, como as
tambin la necesidad de ellas de adaptarse en cuanto ha lugar. Que de no realizarlo as, no slo
sera contrario a la ley, sino tambin a todo sentido comn, teniendo presentes los principios de
solidaridad y cooperacin que se han referido anteriormente.11).- Atento todo lo dicho, corresponde mantener la vigencia de las
formas requeridas, para toda presentacin emanada a futuro por parte de la Autoridad de Cuenca.
Asimismo y con referencia a la planificacin que aqu se requiere, la
misma debe contener un cronograma general, claro y preciso, con detalle de plazos concretos
estimados, las etapas y fechas exactas de inicio y finalizacin de cada actividad y la poblacin
afectada por cada una de ellas; todo ello ilustrado en forma clara y concisa a travs de cuadros
comparativos, mapas unificados de fcil comprensin, planos y todo material que resulte
esclarecedor al respecto; debiendo contar con el consecuente respaldo en soporte informtico y
cuya presentacin deber exigirse dentro de un plazo razonable.
112
113
114
Registrado bajo el N
/10. Conste.-
Expte. 21/09.
Sec. N 9
115
Bibliografa
Agnew, John. Place and politics: the geographical mediation of state and society. Boston:
Allen &Unwin, 1987.
Aliata, F. y Silvestri G. El paisaje como cifra de armona, Buenos Aires: Ediciones Nueva
Visin, 2001.
Atman, I. The environment and social behavior: Privacy, personal space, territoriality anf
Crowding. Toward a transactional perspective, New York: Plenum Press, 1985. Vol. 11.
Blumer, H. Symbolic interactionism: Perspective and method. Nueva Jersey: Prentice Hall,
1969.
Brower, S. Territory in Urban Settings. Culture and environment. Human Behavior and
Environment, New York: Plenum Press, 1980. 179-207.
116
Daniele, L. Claudio. Gestin ambiental y el plan maestro estratgico del Puerto Dock
Sud Ponencia presentada en V Congreso Argentino de Ingeniera Portuaria, Buenos
Aires, Abril de 2008.
Durn, Mara ngeles. Paisajes del cuerpo. La construccin social del paisaje. Madrid:
Biblioteca Nueva, 2007. 27-61.
Giraldo, Beatriz E. Medelln. Elementos de una cultura del paisaje, para una teora
expandida del espacio arquitectnico. Paisaje Latinoamericano. Crdoba: I+P editorial,
2005.76-81.
Goodman, A. Leo. The annals of Mathematics Statistics, Volume 32, Number 1, 1961.
JICA II. Plan Estratgico 2003 para la gestin ambiental sustentable de un rea-urbano
industrial a escala completa. Convenio Secretaria de Medioambiente y Desarrollo
Sustentable de la Nacin y Agencia de Cooperacin Internacional del Japn en la
Argentina, 2003.
Jodelet, Denise. Les reprsentations socio-spatiales de la ville, dans Derycke P.H. (Ed.),
Conception de lespace, Universit Paris X, Paris, 1982.
117
Ley, David. Interpretative social research in the inner city. Research in Human
Geography. Oxford: Basil Blackwell, 1988. 121-138.
Lousiet, Odette. Les villes invisibles. Revista Linformation Gographique. 653 (2001).
Merlinsky, Gabriela. Vulnerabilidad social y riesgo ambiental: Un plano visible para las
polticas pblicas?. Buenos Aires: Biblos, 2007.
118
Mondada, Lorenza. Dcrire la ville: La contruction des savoirs urbains dans Linteraction
et dans le texte. Pars: Anthropos, 2000.
Moniot, A. Diccionario del paisaje. Hiptesis de paisaje. Crdoba: I+P editorial, (2005):
208-214.
Nogu, Joan (ed.). La construccin social del paisaje. Madrid: Biblioteca Nueva, 2007.
Pol Urrtia, Enric. El modelo dual de la apropiacin del espacio. Psicologa y Medio
Ambiente. Aspectos psicosociales, educativos y metodolgicos. Corua: Asociacin
galega de estudios e investigacin psicosocial, 2002. 123-132.
Pol Urrtia, Enric y Vidal Moranta, Tomeu. La apropiacin del espacio: una propuesta
terica para comprender la vinculacin entre las personas y los lugares. Anuario de
Psicologa. Barcelona: Facultad de Psicologa, 2005. 281-297.
Pratt, G. Spatial metaphors and speaking positions. Reading in human geography: The
poetics and politics of inquiry. London-New York: Arnold, 1997. 168-172.
Rizo, Marta. Conceptos para pensar lo urbano, el abordaje de la ciudad desde el habitus y
las representaciones sociales. Bifurcaciones, Revista de estudios culturales urbanos. 6
(2006).
119
Roger, Alain. Breve tratado del paisaje. Madrid: Biblioteca Nueva, 2007.
Sejenovich, Hctor y Panario, Daniel. Hacia otro desarrollo. Una perspectiva ambiental.
Montevideo: Nordan Comunidad, 1996.
Silvestri, G. El color del ro. Historia cultural del paisaje del Riachuelo. Buenos Aires:
Universidad Nacional de Quilmes-Prometeo, 2003.
Varela, Sergi P. Anlisis de los aspectos simblicos del espacio urbano. Perspectivas
desde la psicologa ambiental Revista de Psicologa Universitas Tarraconensis. 18
(1996).
Wright, John K. Terrae incognitae: The place of the imagination in geography. Annals of
Association of American Geographers. 37 (1947): 1-15.
120
ECO Portal. Net. [en lnea]. [consulta: 24 de Octubre de 2011]. Disponible en:
http://www.ecoportal.net
FOCO. Foro Ciudadano de Participacin por la Justicia y los Derechos Humanos. [en
lnea]. [consulta: 24 de Octubre de 2011]. [consulta: 8 de Julio de 2011]. Disponible en:
http://www.foco.org.ar
IdM. Informe digital Metropolitano. [en lnea]. [consulta: Junio de 2006]. Disponible en:
http://www.metropolitana.org.ar
Medio & Medio [en lnea]. [consulta: 09 de Mayo de 2011]. Disponible en:
http://www.medioymedio.com.ar
Nuevo Docke Un viejo sentimiento, [consulta: todos los ejemplares del 2011]
Revista Punto Cero [en lnea]. [consulta: 10 de Mayo de 2011]. Disponible en:
http://www.revistapuntocero
Archivos Fotogrficos
Geodesia, 1991.
121