Lectura de Un Texto Que Se Sabe de Memoria
Lectura de Un Texto Que Se Sabe de Memoria
Lectura de Un Texto Que Se Sabe de Memoria
• Introducción
Cuando un niño que todavía no lee solo se enfrenta al universo de las letras
organizadas en escritos, tiene hipótesis acerca de lo que puede estar escrito y
cómo puede estar escrito. Hipótesis que tendrá que confirmar o rechazar
cotejándolas con lo que encuentra en ese entramado de "marcas" inicialmente
incomprensibles. ¿De dónde provienen esas hipótesis? De sus interacciones con lo
escrito y con quienes leen y escriben. Un niño podría, por ejemplo, anticipar que
en alguna parte de la etiqueta del envase de salsa de tomates debe decir ‘tomate’
y en la de arvejas, ‘arvejas’, porque está el dibujo, aunque no sepa exactamente
dónde; es posible que sepa que en alguna parte del cuento de "Los tres
chanchitos" dice "lobo" (aunque no esté en el dibujo) porque la señorita lo leyó, y
lo dijo haciendo salir esas palabras de las letras del libro, de tal manera que "debe
estar" escrito. Pero todavía, eso no significa que pueda leer solo; significa que
puede prever, tener ideas, hipotetizar qué puede decir en aquellos materiales con
los que ha interactuado a través de la lectura de otros.
Es en estas hipótesis de los niños sobre lo que puede estar escrito donde el
docente se apoya para enseñarles a leer. De no ser así, los alumnos sólo podrían
descifrar, sonorizar cada una de las letras, pero no leer. Por lo tanto, en esta
propuesta se trata de organizar situaciones donde los niños tengan oportunidades
de poner en relación las informaciones que el texto provee (esas marcas
distribuidas en el papel) con lo que ellos ya saben que dice. Para eso, se deberá
tener en cuenta que: el problema consiste –para ellos– en saber dónde dice cada
una de las partes que ya saben que dice, buscando correspondencias entre lo que
se sabe que está escrito y la escritura misma.
1
Un desarrollo posible
Si el cucú te gusta
volveré a empezar.
• Les pide que busquen dónde dice y cuántas veces dice ‘rana, caballero y
gitana’. Algunos niños pueden buscar las palabras "lo más cerca posible"
de los respectivos dibujos. Se los alienta a confirmar o refutar sus
hallazgos considerando no sólo los dibujos sino también las letras: "¿Con
cuál empieza…? Empieza con la misma de… ¿Cuál es la más larga de las
tres…? ¿Cuál tiene más partes?".
2
con la misma.
• "Si hasta aquí dice: 'la agarré del moño', ¿qué dice después?". En este
caso, se trabaja con la anticipación acerca de qué dice en una parte no
leída a partir de otra cuyo significado ya se conoce. Progresivamente, los
niños van comprendiendo cada vez más índices cuantitativos ("tiene más
partes", "es más larga") y cualitativos ("tiene la de…", "es la de…", "es la
'pe'…", "es la 's'…") que se van haciendo observables para ellos. Poco a
poco, emplean una variedad creciente de indicios y los coordinan para
confirmar o rechazar sus anticipaciones. Es decir, aprenden a leer por sí
mismos.
Contenidos conceptuales
• Narración real y ficcional. Estilo directo. Secuencia cronológica.
3
• Dramatización de situaciones cotidianas y ficcionales.
Contenidos procedimentales
• Producción y reproducción de adivinanzas y retahílas, trabalenguas.
SUGERENCIAS DIDÁCTICAS
Cuando un niño que no sabe leer en forma convencional lee un texto que se sabe
de memoria, podemos observar que ha aprendido muchas cosas en relación con la
lengua escrita. En primer lugar, lo más importante: sabe que cada texto contiene
un mensaje que puede ser reconstruido cada vez que se lee. Sabe también que lo
que él está leyendo está contenido en la secuencia de palabras que recorre con su
dedo. Sabe que la escritura tiene una linealidad y que esto determina que las
páginas se den vuelta de una manera y no de otra. Comprende que las ilustraciones
que acompañan al texto se relacionan con él, y por eso las usa como guía para
recordarlo.