Las Presidentas
Las Presidentas
Las Presidentas
Werner Schwab
PERSONAJES
Erna
Jubilada de pensin mnima
Bata, zapatos ortopdicos; en la cabeza, una gorra de piel grotesca.
Grete:
Bastante gorda, peinado muy cardado (rubia), vestida con mal gusto,
mucha bisutera y muy pintada.
Mariedl:
Es la ms pobremente vestida; pelo estirado hacia atrs; calza botas
de montaa y, al principio, parece un poco idiota. Mariedl es algo ms
joven que Erna y Grete.
Adaptacin al castellano
PRIMERA ESCENA
Mientras el pblico se va sentando se puede observar una vieja televisin en el pasillo que
divide el patio de butacas. Permanece encendida, retransmitiendo una misa oficiada por el
Papa, al que rodea una multitud. La emisin televisiva termina se abre el teln. Una
cocina/comedor un tanto grotesca. Erna apaga el televisor. Marield est buscando algo debajo
de la mesa. Grete est sentada a esa misma mesa.
Erna:
Grete:
Y las imgenes eran tan estupendas. Los colores tan bonitos, tan naturales.
Erna:
Grete:
(Levantando el mantel y hablando hacia abajo) Deja ese botn ahora, Marield;
no es tan importante. Olvdate del botn y sintate con nosotras. (A Erna) Eso ha
sido muy inteligente por tu parte, Erna, que hayas conseguido esa gorra de piel y
ese televisor en color. Ahora el placer ha entrado en tu casa. Tienes que
entregarte a la vida, Erna, para que la vida pueda disfrutar de ti.
Erna:
S, claro, eso es fcil decirlo. Pero en realidad es difcil aceptar los placeres de la
vida cuando se tiene el ahorro metido en los huesos. Sin embargo, por una vez
en la vida, tambin puede ser feliz quien ha limpiado siempre la porquera de los
dems. (Se pone ante el espejo) Esta gorra me la encontr hace un ao en el
vertedero. Sin embargo, no os vayis a creer que alguien la tir, porque para eso
vale demasiado. Lo que pasa es que algunos chicos revoltosos debieron de
jugarle a alguien una mala pasada. (Da la espalda al espejo y se sienta)
Pero no te imaginas lo sucia que estaba al principio. Me estuve torturando tres
horas y media hasta que decid entregrsela a la polica. (Grete hace gesto de ir a
tocar la gorra con dos dedos y Erna se inclina para facilitrselo).
Y ahora, un ao despus, todava no ha denunciado nadie lo de la gorra. En la
oficina de objetos perdidos haba un polica muy amable que me dijo: es usted
una mujer sencilla, porque es honrada. Ponga esa gorra bajo su rbol de
navidad, para que, por una vez, tenga una pequea alegra. Realmente no me
permito muchas cosas en la vida, pero de esto me alegr de veras.
No deberas de ser tan ahorradora, Erna, porque, al fin y al cabo, tan poco dinero
no tienes. Y la vida pasa ms aprisa de lo que nos imaginamos.
Erna:
Mariedl:
(Debajo de la mesa) No creo que est bien eso de tus ahorros, Erna. Ahorras
demasiado y con demasiada exageracin. El Seor no quiere que las personas
buenas lo pasen mal.
Erna:
Grete:
S que es un buen mozo. Las mujeres se vuelven locas cuando pasa Herrmann,
desvergonzadas como son en estos tiempos. Sin embargo, l se niega a todo lo
que es bonito y tiene algn sentido en la vida. Ah, le digo siempre a mi
Herrmann, ah colgarn un da los retratos de mis nietos (seala dos manchas
blancas rectangulares en la pared). Pero l no quiere darme ese gusto y no me
da nietos. Antes tena cinco sitios libres y ahora, de momento, he utilizado ya
tres, para que el Herrmann no se me asuste tanto.
Erna:
Grete:
(Dando a Erna golpecitos para calmarla) Pero Erna, cuando llegue la mujer
adecuada, agarrar a Herrmann sin contemplaciones y le dar un besito. Y
entonces eso del comercio carnal vendr por s solo. (Canta) El amooor, el
amooor es un don del cielo (Se detiene de pronto).
Qu tendra que decir yo entonces? Piensa en mi destino, Erna. Herrmann, al
menos, piensa en ti y te manda una de esas postales del comercio carnal. Pero y
yo? Mi hija se fue hace nueve aos a Australia, pero antes, como una gallinita, se
hizo quitar los ovarios y no s qu ms, todo eso que se necesita para tener
nietos. En nueve aos, una sola postal. Estoy bien y me van muy bien las cosas,
me escribi hace ocho aos y medio. Y ahora slo me queda Lydia.
Erna:
Herrmann no tendra que escribirme siempre esas postales, diciendo que quiere
evitar el comercio carnal o cortarse los conductos.
Grete:
S, as es la vida. Una se esfuerza por llevar una vida ordenada, y entonces los
propios hijos se apartan de la vida y de la Humanidad.
Grete:
Erna:
Herrmann anda siempre en las nubes. Cuando ve a alguien, tiene que tomarse
un aguardiente y fumarse un cigarrillo, porque si no, le dar cncer de ojo, como
dice l. A Herrmann le espanta la gente, y por eso se ha hecho representante,
para tener que ver a mucha gente y tener todos los das una excusa para volver a
casa borracho.
Mariedl:
Erna:
Mariedl:
Erna:
En el caso de Herrmann tendra que saltrsele ms de uno, tendra que saltar por
los aires una fbrica entera de botones. La verdad es que no puede soportar la
persona que tiene dentro. Cuando se friega la cara en la caera del agua, tengo
que tapar el espejo con una toalla. Al afeitarse se corta a veces toda la cara,
porque no quiere utilizar un espejo; dice que el espejo es un cabrn. Y cuando,
en la calle, se refleja en los escaparates y Herrmann ve a Herrmann, vomita si no
est borracho. Y eso tengo que orselo decir todos los das. Con cada una de sus
palabras y cada una de sus cogorzas me va quitando la vida.
Mariedl:
Grete:
Mariedl:
(Entusiasmada) De veras?
Grete:
Erna:
Vamos, Grete, no puedo seguir oyendo esas palabrotas. Siempre usas unas
palabras tan ordinarias Nada ms que mierda, mierda y mierda. Tambin se
puede decir caca o defecacin. Por qu ha de ser siempre cagar, cagar y cagar?
Grete:
Siempre te metes con todo, siempre lo criticas todo, has puesto de vuelta y
media a todo el mundo durante toda tu vida, y luego te asombras de que
Herrmann no quiere tener comercio carnal
Erna:
(Algo achicada) Pero es que, si no, no hay nada por lo que valga la pena vivir la
vida, si junto a todo lo que ves hay siempre una deposicin maloliente (Mariedl
re de nuevo). He dicho deposicin, Mariedl, no lo otro (Mariedl calla). (A Grete)
A veces hay pocas cosas bonitas en la vida, pero, en cuanto las quieres coger,
enseguida tienes un montn de (Mariedl a punto de rer) evacuacin en la
mano.
Erna:
Dios santo, Mariedl, eres una autentica cerda: perdona, pero haz el favor de
callar. Ya es bastante que el ser humano tenga que hacer siempre caca y luego
tenga mala conciencia. A menudo me he preguntado por qu tendr culo la
gente. No es nada bonito un culo, pero la gente no hace ms que hablar del culo
y lo convierte en un mito.
Grete:
Mariedl:
Mucha gente rica y elegante viene a casa de la Mariedl, y una vez incluso me
vinieron a buscar en un gran coche para llevarme a un retrete enfermo. En esas
casas no hay verdaderos retretes, todo es muy elegante y no huele en absoluto a
deposiciones; los retretes huelen igual que las seoras elegantes. Dos veces ha
venido ya a buscarme para el suyo el seor de la catequesis, y una vez el seor
cura. El seor cura le ha prometido a la Mariedl que les hablar a sus feligreses
de sus habilidades, para que la llame otra gente que tenga atascos.
Erna:
Mariedl:
Una vez, un tarro de mermelada con gusanos colorados para los peces del
acuario; otra un pollo entero, que seguramente apestaba antes de tirarlo a la
taza. Otra, revistas de gente en pelotas,
Vamos, Erna, no tienes que tomrtelo por la tremenda, te tomas de una forma
tan seria la vida La vida es sincera y ensea a la gente de qu est hecha.
Cuando se ha metido una vez la mano en el retrete, todos esos sentimientos de
horror desaparecen y se tiene la misma impresin que si se diera la mano a
alguien. (Erna casi vomita).
Grete:
Erna:
Yo no podra hacerlo.
Sencillamente, no podra.
Me hara vomitar.
Se me saldra el estmago por la boca.
Me da nuseas slo cepillarme los dientes.
Y cuando Herrmann ve que me da nuseas cepillarme los dientes, hace como si
tuviese ganas de vomitar tambin. Y encima el muy cerdo va y me dice: Lo ves,
mam? Es que no soporto el Lekerkse.
Grete:
Grete:
Erna, no tolero lo que me echas en cara con tan mala idea. Slo he hablado de
Herrmann porque a menudo, cuando tena que vigilar desde la ventana que las
palomas no se comieran la comida de los pjaros, he visto a Herrmann en la
calle
Mariedl:
Y por qu no pueden las palomas? Las palomas son tambin criaturitas de Dios.
Grete:
Mariedl:
Pero porqu no tienen derecho las palomas a tu pajarera? Las palomas son
pjaros tambin.
Grete:
Erna:
Creo que hay que tratar bien a todos los seres de este mundo. Soy la primera
que se espanta cuando ve en la televisin tantos horrores. Tuvo mucho sentido
que el Presidente Federal, en su ltimo discurso, dijera que es partidario de la
paz y el perdn. Perdonar es lo ms importante del mundo, lo digo siempre. Yo
siempre se lo perdono todo a Herrmann. Cuando alguna vez viene con el cuerpo
cargado de alcohol, le digo: Herrmann, una madre perdona siempre. Pero
siempre, cuando le perdono, agarra la botella y se emborracha, y ni siquiera se
molesta en usar un vasito.
Mariedl:
Grete:
(Enfadada) Mira que eres mala. Cmo puedes ser tan mala con esa carita tan
sonriente? Primero divorciada, luego viuda Crees que en la sociedad humana
el matrimonio no es ms que placer carnal? Y Kurti, mi primer marido? Y
Hannelore? Y cuando una se entera de lo que tiene que enterarse, de que su
propio marido castiga a su propia hija acostndose con ella en su propio lecho
conyugal? Entonces qu?
Hay que esperar y ver lo que la Providencia organiza con la gente. Pero hay que
dejar que la Providencia trabaje con tranquilidad, para ver lo que termina
haciendo. Y cuando la Providencia termina, la vida no le hace a una ya tanto
dao. Porque, de qu servira enfadarse? De todas formas no se puede cambiar
a la Providencia. No puedo agarrar a la Providencia por el cuello y decirle: tienes
que hacerme feliz.
Bueno. De algn modo entiendo a Hannelore y a Kurti. En el amor hay tantas
veces algn recuerdo bonito. Kurti deca muchas veces: Hannelore es ahora tan
guapa como t de jovencita. Naturalmente no estuvo bien lo que pas, y adems
Hannelore era en aquella poca demasiado joven. Pero hay que comprender
tambin a Kurti. En la guerra era un oficial tan guapo y arrogante, que debi de
pensar, cuando llegaron las primeras victorias, que le perteneca el mundo
entero. Y ese deseo de victoria no lo ha abandonado nunca.
Grete:
Erna:
Grete:
Erna:
Mariedl:
Grete:
Erna, Erna, se sera el hombre adecuado para ti, aunque sea polaco. No fuma ni
bebe. No te visita ya?
(Llorosa) Nos sentamos ah y hablamos tan bien, todo tena un sentido tan
profundo Entonces entr Herrmann, ese cerdo, que acababa de dormir la
borrachera, y fue y dijo: Aj, aj (mientras haca cosas raras con las narices),
aqu apesta a leberkse, tengo que echar un traguito. De vergenza hubiera
querido que se me tragase el suelo. Wottila, sin embargo, se qued muy
tranquilo, y slo dijo que Herrmann no tena mucho aspecto de poder alcanzar la
bienaventuranza eterna. Y que eso se poda ver ya en la cara de Herrmann: no
era suficientemente firme, y dentro de la carne de aquel crneo nunca
resplandecera la luz eterna.
Grete:
Erna:
Mariedl:
Nunca hay que abandonar a la gente. Hay que estar siempre con ella y tratar de
llevar la gente a la fe, con prudencia y benevolencia, como dice el seor cura.
Erna:
Wottila es un hombre serio porque vive solo. Yo le dije que no poda echar de
casa a mi propio hijo. Pero hay que tener en cuenta tambin que Wottila tuvo
una vez una verdadera aparicin en un claro del bosque, en medio de la
oscuridad. Precisamente iba a fumarse un cigarro y a echar un buen trago de
licor de hierbas, cuando se le apareci la Virgen Mara. Eso lo desconcert tanto
que se call de espaldas. La Virgen Mara tena tres metros y medio de alto e iba
muy bien vestida, y fue y le dijo: Fumar y Beber es un pecado insano; djalo,
vuelve y haz penitencia, y anncialo al mundo entero. Entonces Wottila cay en
un desmayo profundo que dur unas cuantas horas. Cuando despert, encontr
un ramo de rosas blancas y una botella de agua mineral. Hizo una donacin para
levantar un calvario en ese lugar, y en adelante slo bebi agua mineral. Todo lo
ms, por las maanas, un caf con leche, pero nunca licor de hierbas.
Grete:
S, eso puede ser verdad, pero Wottila no tiene razn en todo. T misma dijiste
una vez que haba dicho que Herrmann deba comer mucho leberkse, por su
hgado alcoholizado. Y eso, mi querida Erna, es un error, un gran error, porque
est cientficamente comprobado. He consultado a una verdadera ginecloga, a
mi ginecloga.
Grete:
Vamos Vamos, Erna, bueno (Se re) No dejas que se diga nada sobre Wottila
porque ests enamorada de l, porque es un beato.
Mariedl:
Erna:
Grete:
Erna:
Grete:
Sexo, sexo, eso es lo nico que sabes t. Eres una autntica puta, una puta nazi y
hitleriana.
Grete:
Nazi, nazi, qu sabes t de los nazis. Todos eran entonces nazis. Y si yo soy una
puta, t eres una monja recosida.
Erna:
Erna da un chillido y se lanza contra Grete. Comienza una larga lucha sin cuartel. Mariedl trata
de rezar en voz alta, pero la interrumpen una y otra vez sus propios sollozos. De pronto, como
petrificadas, dejan de pelearse. Desconcertadas, comienzan a arreglarse la ropa. Mariedl se va
tranquilizando y empieza a reunir postizos del cardado de Grete. Erna y Grete estn sentadas
en el suelo, perplejas. Finalmente, Erna se levanta y, con Mariedl, ayuda a levantarse a la gorda
Grete.
Erna:
Mariedl:
(Arreglando, presurosa, la cocina comedor) Ahora haced las paces, tiene que
reinar otra vez el amor al prjimo.
Grete:
Tienes que aprender a aceptar otras opiniones, Erna, hay que saber hacerlo, lo
dijo el Presidente Federal.
Erna:
Y t, y t tambin!
Grete:
Pero, qu dices? Crees que yo no tengo una fe como es debido? Tengo mucha
fe, pero para m todo eso es ms difcil que para la gente normal. Por qu?
Naturalmente por Lydi. Cmo voy a dejar a Lydi sola para ir a la Santa Misa? Ya
ves, siempre he querido decrtelo, Erna. Y de Lydi, que es tan despierta, no
puedo exigir que se est quieta tanto tiempo en la iglesia, si es que la dejan
entrar siquiera. De manera que, qu puedo hacer los domingos con Lydi?
Erna:
Grete:
Mariedl:
Acerca a la fuerza las cabezas de Erna y de Grete y, aunque al principio se resisten, terminan
abrazndose.
Vamos a olvidar todas las porqueras de la vida. Lo mejor ser que nos
divirtamos un poco. Herrmann est en la taberna, tu hija en Australia y Mariedl
est de todas formas. Vamos a olvidarnos de todas las preocupaciones y de toda
la poltica.
Grete:
Mariedl:
Qu son botargas?
Grete:
Erna:
SEGUNDA ESCENA
Otra vez en la cocina comedor de Erna. El mobiliario es el mismo, pero la habitacin parece de
algn modo distinta. Se ha vuelto socialmente menos caracterstica y ha cobrado un aire
festivo, en cierto modo de feria. Sobre la mesa hay un escanciador con cuatro vasos demasiado
grandes y un cestito de panecillos duros. El televisor est encendido y muestra una carta de
ajuste. Todas estn cmodamente sentadas bebiendo vino.
Erna:
Ya se lo puedo decir cien veces: sintate, Herrmann, te har bien, esta pelcula
ser un descanso para tu conciencia. Pero, precisamente por eso no ve la
pelcula.
Mariedl:
Casi todas las pelculas son preciosas. Las montaas y el mar, la gente que se
besa en la boca y tiene nios de verdad. Y hay siempre dificultades difciles, que
los buenos saben eliminar del mundo.
Erna:
Una buena pelcula muestra la vida como podra ser si las personas fueran
buenas unas con otras. Hay que presentar en las pelculas siempre a gente
buena, para que la gente sea ms buena, sobre todo los jvenes con los viejos.
Grete:
En una pelcula, lo primero es que sea divertida, para que pueda haber una
distraccin en la vida.
Erna:
Mariedl:
Divertirse, si se hace moralmente, es como polen para el alma. El seor cura dice
que al Seor le gusta que sus ovejas se diviertan.
Grete:
Erna:
(Rindose) Eres una mujer alegre, Grete, realmente tienes arte para divertirte. Y
tambin hay que conocerla, la vida alegre. Pero a ti no te oprime tanto esa hija
descarriada como a mi Herrmann.
Grete:
Grete:
Mariedl:
Erna:
Bueno
Mariedl se calla, Erna y Grete se miran desconcertadas. De pronto, Grete empieza a rerse y a
gritar.
Grete:
Erna:
No tienes que imaginarte siempre lo peor, Grete, es slo una cancin popular.
Grete:
Qu crees que quiere decir eso de la puntita? T no eres tan inocente como
Mariedl.
Erna:
Bueno, s, pero no hay que verlo de una forma tan ordinaria, es slo algo
simblico Hay que verlo as.
Qu va! Las palabras hay que decirlas como salen y las fiestas celebrarlas como
vienen. Ahora recuerdo en mi interior la poca en que Grete estaba enamorada.
Y mi interior lo celebra con un vasito de vino.
Mariedl:
Erna:
Lo mejor que puedo imaginar sera ir alguna vez a Roma con Wottila. Un urbi et
orbi en la plaza de San Pedro sera algo muy bonito. O, por lo menos, estar
alguna vez en un prado O quiz en una fiesta simptica.
Grete:
Exacto. Una fiesta grande y simptica sera lo que Grete necesitara. Tendra que
haber mucha gente y muchos msicos, todos con bonitos trajes regionales.
Erna:
Las tres mujeres van fantaseando por turno, con la cabeza echada atrs y los ojos cerrados.
Grete:
Entretanto, Freddy ha tocado tanto la batera que decide dejarla. Da una seal a
los otros msicos guapos para que cambien la msica por una cancin ms
romntica, porque probablemente no tendr tiempo de tocar ahora (Una risita).
Erna:
Y Erna bebe con descaro un vasito de vino, y Wottila la mira con un poquito de
picarda.
Grete:
Mariedl:
Erna:
Freddy s que sabe bailar. Agarra a Grete y la hace dar vueltas por la sala de la
fiesta. Un verdadero msico sabe cmo hacerlo, y las otras chicas, con sus chicos
que parecen medio muertos, los miran. Y l no hace ms que decirle a Grete
cosas al odo, que hacen que Grete se ruborice. Y una vez Freddy le da incluso un
pellizco en la cadera. Pero la Lydi se siente de momento desgraciada. Grete ha
tenido que atarla Fuera, delante de la fiesta, por el ruido. Y la Lydi se porta tan
bien No ladra, slo gimotea.
Mariedl:
Grete:
S, quiz la Lydi se sienta todava desgraciada, pero es que no sabe an que muy
pronto ser tremendamente feliz. Freddy pellizca a Grete cada vez ms a
menudo, y el pantaln se le ha abultado mucho. Entretanto, ha contado que en
su tierra tiene una finca grande, con muchos criados y su propio matadero. Hay
mucho sitio para que la Lydi corretee, y toda la carne es de la mejor.
Freddy dice que Grete sera la mujer adecuada para ser un ama alegre. Sin
embargo, Grete se da cuenta de que la Providencia est haciendo lo que Grete
se merece. Freddy dice entonces que le gustara salir afuera y encontrar un sitio
tranquilo. Ella es una mujer seria, dice, y no es que no comprenda al Freddy,
pero hay que ser serios. El pequeo Freddy sabe apreciarlo. Eres una mujer para
toda la vida, dice, y tiene toda la razn. Y yo le digo que cuando tienes razn,
tienes razn. Y a l se le abultan an ms los pantalones.
Mariedl:
Bueno, bueno, eso todava no. (Fulmina furiosa a Mariedl). No te das cuenta de
que ahora comienza la msica lenta? Bueno, la msica toca por fin algo lento
Wottila agarra a Erna por los codos y le pregunta si le concede el honor. Dice
tambin que no baila bien porque es hombre temeroso de Dios, que ha
conseguido tener su propia salchichera y, evidentemente, no ha tenido tiempo
de aprender a mover el solomillo. Y hasta se re un poquito, Wottila, y dice que
cuando se quiere algo como es debido hay que apartarse del baile y saber
quitarse el solomillo de la boca. Y Erna lo entiende muy bien, sabe lo que es la
vida cuando hay que ahorrar, y el corazn se le ablanda. El baile est terminando
ya. Wottila dice a Erna al odo, muy bajito, que tiene que ir al retrete, porque se
le han soltado los tirantes del pantaln y tiene que arreglrselos, y que quiz
aproveche tambin para hacer del vientre. S, s, dice Wottila, un soltero tiene la
vida difcil. Entonces se ve cunta confianza tiene en Erna para contarle cosas tan
ntimas.
Mariedl:
S seora, el seor Karl Wottila puede ir ya, porque la Mariedl ha despejado uno
de los retretes. Y ahora se siente fortalecida por el gulasch. Eso no le haba
pasado nunca: comerse un atasco del retrete. La gente rodea a la Mariedl, desde
luego a unos metros, ya se entiende, porque son muy sensibles al olor del lugar.
Pero sienten envidia por el sabroso gulasch, eso se ve muy bien porque todos
sonren. Y luego, cuando el gulasch se ha acabado, todos la llaman:hop, hop,
hop, hop! Todos a un tiempo quieren animar a la Mariedl para que vaya al
retrete siguiente. Y el seor cura sonre otra vez con mucha picarda, agitando los
guantes de goma. Y la gente, alegre, dice a coro: La Mariedl lo hace a pelo, la
Mariedl lo hace a pelo. Y la Mariedl est metiendo ya la mano, qu cosas sabe
hacer la Mariedl. Ya ha pescado el papel reblandecido, y las cacas delgadas
tambin, y entonces, de repente, nota algo duro de nuevo Es como un tarro de
cristal, piensa, y zas!, ya lo tiene fuera.
En la taza corre otra vez el agua. Da gusto verla. Pero, qu tiene la Mariedl en la
mano? Una botella de cerveza, toda una botella de cerveza y, por aadidura, sin
abrir. Pero va tan bien con el gulasch Alabado sea Dios, dice, porque sabe muy
bien que el seor cura ha querido darle una gran alegra, como una liebre de
Pascua, ha escondido esa sorpresa en el retrete: una excelente cerveza. Ahora la
Mariedl siente verdadera curiosidad por saber qu se esconde en la tercera taza.
Grete:
Erna amenaza con el puo a Grete y la mira con odio. Mariedl se bebe, feliz, su botella de
cerveza imaginaria.
Grete:
Mariedl:
Erna:
Un momento, esto no puede ser. Ahora te callas la boca, Mariedl. Nadie debe
pensar que Wottila sigue sentado en el retrete, no le pasa nada en las tripas. De
manera que, en cuanto vuelve, dice que ha hecho una defecacin rpida, porque
no es un cerdo enfermizo como otra gente, que escribe palabras feas en las
puertas y en las paredes y en los techos de los servicios. Dice incluso que esas
palabras le han hecho permanecer menos tiempo. El Papa, el Presidente Federal,
todos arrastrados por el fango, dice l, Wottila, y hasta le da un besito a Erna en
la punta de la nariz. Pero eso depende mucho de una buena alimentacin, una
mala defecacin se debe a una alimentacin insana y descuidada. Y quien defeca
mal tiene que pasar mucho tiempo en el retrete y entonces vienen esos malos
pensamientos que tienen las personas que embadurnan sus maldades en las
paredes del retrete.
Grete:
Alguien como Grete no necesita perfume, aunque, desde luego, sus admiradores
le regalen perfumes continuamente. Grete tiene tan buen aroma al natural que
Erna:
No saba que pudieras hablar tanto de retretes, Mariedl. No ves que Erna y
Wottila simpatizan cada vez ms? No comprendes que exista una alegra tan
grande que haya que compartirla. (Levanta la cabeza y se queda meditabunda).
Adems, los dos se estn comiendo ahora otro pan con carne ahumada, slo que
Erna bebe caf con leche, porque otro vasito de cerveza podra provocar que sus
sentimientos se perdiesen en el abismo. Por aadidura, Wottila ha cogido entre
sus manos una de las laboriosas manos de Erna y contempla con devocin sus
dedos despellejados.
Grete tiene tambin de momento en el bote una gran felicidad. Freddy est loco
por Grete, y continuamente tiene que arreglarse los pantalones de cuero,
porque le aprietan mucho. Pero el buen chico se domina, porque siente respeto
y veneracin por la feminidad de Grete. Y Grete ve ms lejos, ahora piensa en
cmo ser su vestido de boda y en el regalo que le har a la Lydi. Un platito de
carne estofada, pero adems algo bonito. Quiz una camita nueva.
Erna:
Erna y Wottila sienten ahora una profunda satisfaccin. No se les ocurre nada
ms que hablar. Erna se siente un poco mal a causa de los muchos panes con
carne ahumada, pero cuando se ha comido demasiado de algo bueno, una se
siente agradablemente mal. A Erna le preocupa desde luego el futuro, porque la
esperan grandes responsabilidades. Al fin y al cabo va a pasar de mujer de la
limpieza a mujer de negocios, y ese es un gran paso. El ser humano tiene que ser
cada vez ms precavido en la vida, porque va aumentando todo de importancia.
S, tambin Grete sabe que su pulcritud tiene que manifestarse mucho ms.
Como seora de una verdadera granja, se ve mucho ms hostilizada por la
suciedad de la vida. Y la Lydi tiene tambin nuevas tareas, tiene que ser un
autntico perro guardin, para ella se ha acabado el comer mierda y tiene que
proteger a Grete y Freddy de la suciedad del mundo. Los malos elementos se
desarrollan enseguida en gran nmero en cuanto una mejora de posicin social.
En la nueva vida harn falta rganos de vigilancia mucho ms fuertes.
Erna:
Mariedl:
Grete:
Por m Puedes acabar con tus sucias fantasas. Erna y yo tenemos cosas ms
serias en que pensar.
Mariedl:
(Irritada se rasca por todas partes) La gente ha dejado otra vez los retretes.
Todos se han ido. Nadie se ha quedado atrs, slo la Mariedl. Ah est ahora la
Mariedl, con el frasquito de perfume que se ha bebido, y su interior huele como
el de todas las seoras elegantes del mundo juntas. Fuera, sin embargo, todo
sigue lleno de mierda humana y eso la entristece un poco. Mi belleza es mi alma,
piensa, pero por desgracia tengo el alma tan tremendamente dentro El alma
incuba la vida eterna, pero el cuerpo hay que ensearlo toda la vida. Adems la
Mariedl se ha cortado con la lata de gulasch hngaro.
Erna escucha interesada y hace seal a Grete de que se calle. Grete solloza en voz baja.
Erna:
Sigue, Mariedl.
Mariedl:
Deja que la Mariedl siga mirando la realidad, quiz pueda ver mi felicidad con
Wottila. Hay que saber soportar la verdad, Grete, hay que mirar de frente la
verdad, con los pies bien plantados en el suelo, aunque los tengas un poco
hinchados Sigue, Mariedl.
Grete:
Erna:
La vida hace que en este valle de lgrimas florezcan no pocas flores del abismo.
Mariedl:
Ahora la gente se inquieta otra vez, porque no hay nada ms que ver. Grete est
completamente enterrada bajo un peridico atrasado y no se mueve ya.
Entretanto, Hannelore telefonea al manicomio. Pero, al otro lado de la fiesta, se
ha reunido mucha gente, y Herrmann alborota entre las mesas. Es alto y fofo, y
est completamente borracho. (Grete ha vuelto a incorporarse. Se le ha corrido
el maquillaje y est totalmente transtornada).
Fuera grita- tengo que ver a mi mam y a su salchichero, tengo que comprobar
si l se ha cepillado ya ha esa vieja cerda. Erna est all sentada, como fulminada
por el rayo, y Wottila parece como si hubiera tenido otra aparicin. Herrmann se
sienta con estrpito y grita: Ah, ah de la casa un barril de cerveza, que tengo
que tragarme las ltimas hostias.
Tambin t tienes que hacer frente a la verdad, Erna. La vida consume lo que
quiere. Unas veces te hace la defecacin gorda y otras delgada. Y cuando la vida
hace una caca as, es la Providencia y no se puede hacer nada. De manera, Erna,
tienes que ser valiente y esperar hasta que acabe. Sigue Mariedl.
Mariedl:
A la Mariedl no le duelen los pies, le sienta bien eso de flotar, los pies se le
vuelven ms pequeos y la vida cada vez ms grande. Hasta el seor cura es slo
como una mosca azul, de lejos que est. La Mariedl flota cada vez ms alto.
Abajo est Lourdes, del tamao de una caja de cerillas. Y all vuela la Virgen
Mara, que tiene que aparecerse otra vez a alguien de tamao no mayor que
una chinche. La pobre mira hacia abajo, bondadosa.
Las personas huelen muy raro por dentro. Que la gente tenga tanta sangre
dentro de la carne Y sta seguro que tena tambin una defecacin en la
cabeza. En realidad me gustara saber
Grete:
Erna:
Qu tranquila puede ser esa sangre tan roja Siempre haba pensado que,
cuando una estaba muerta, todo se trastornaba dentro de la persona muerta.
Grete:
Erna:
FINAL