Platón - Fedro Bilingüe PDF
Platón - Fedro Bilingüe PDF
Platón - Fedro Bilingüe PDF
EDICIN BILINGE
Platn
Maqueta de portada:
Sergio Ramrez
1
de la introduccin, traduccin, notas y comentario,
Armando Poratti, 201 0
Sec tor Foresta, 1 Un tiempo de residencia en el nada simple pas de los dilo
28760 Tres Cantos gos platnicos nos acostumbra a convivir con varios Platones. La
filologa de los siglos XIX y comienzos del XX pudo aproximada
mente ubicar la obra de Platn en periodos cronolgicos, grosso
Madrid - Espaa
5
-;
1
! de dirigentes que logra xitos en pequea escala, como el de
lgico y ontolgico. Y en ambos grupos de dilogos -tambin en los
de la juventud- brilla en todo su esplendor el genio filosfico de Erasto y Corisco y la conversin de Hermias (Carta V/]2. En ma
Platn, su genio filosfico discursivo, que lo convierte en uno yor escala, el intento personal de Platn en Sicilia fracasa reitera
de los pensadores ms brillantes y complejos, y le permite hacer da y lamentablemente. Peor an resulta, ya en la vejez del filso
se presente en algunas discusiones acadmicas actuales sin mos fo, la expedicin acadmica al mando de Din que logra hacerse
trar demasiadas arrugas. con el gobierno de Siracusa y termina en un final srdido y en la
"?-
sir Karl Popper, filolgica, histrica y, en buena medida, ideolgi-
;-
a discutirlo. Pero es el Platn histrico, histrico en sentido fuerte,
"?-0 V" chos papers.
0
esto es, el que ha constituido metafsicamente a Occidente. Es por camente insostenible, hubiera complacido a Platn ms que mu
cmdad para formarse en la Academia y a su vuelta redactar las leyes. Por ellos
Platn entra en contacto con Hermias, tirano de la vecina Atarneo, que es ganado
sus escritos muestran que era un poltico. Platn esper casi para el proyecto platnico. A la muerte de Platn, Jenfanes y Aristteles irn a
hasta la vejez para tal renuncia. De hecho, su posible autobiogra su corte, y Aristteles se casar con su sobrina y escribir una elega cuando los
fa poltica en la Carta VII y las otras fuentes biogrficas nos lo persas lo derriben y ejecuten. W. Jaeger (Aristteles, 1 923, cap. V [ed. cast.: M
xico, FCE, 1 946, pp. 1 32- 1 45]) lo hizo el hroe de una novela poltica y la clye
muestran intensamente, casi salvaj emente, empeado en la reali
que une la Academia, a travs de Aristteles, con Alejandro.
zacin de sus ideas. El apasionado refrenamiento de su juventud
_
:
3 Platnicos en funcin poltica, en general de corte reaccionario y en ci ; cuns
y la renuncia a entrar en la vida poltica inmediata (Carta VII tancias muchas veces dramticas, pululan en las fuentes antiguas. Cfr. P. M.
325c-326b) se traducen en los intentos de convertir a los tiranos Schuhl, Platon et 1' activit politique de l ' Acadmie, Rev. t. Oree, 49-50 (1946-
-
6
7
-sobre el Origen de la Razn misma, vamos- y donde phjsis, que lo terico, acota los espacios y regiones ele la realidad, y les adju
significa otra cosa, dio lugar luego a su traduccin como natura dica un sistema jerrquico ele disciplinas. La pra.;r:is poltica (ele la
leza y, finalmente, cuando se ensay en el siglo XIX una histo que trata la Poltica) debe ocuparse de producir el hombre capaz
riografa madura, a su comprensin positivista y modemocntri L<'
de alcanzar la cima terica, pero alcanzarla pertenece a una pra
ca. No es tampoco cuestin de sustituir por una temtica poltica xis distinta. Y los contemporneos y condiscpulos ele Platn a
por una temtica cosmolgica. Tambin la afirmacin, a la som quienes conocemos como socrticos menores ya son espiri
bra de Jean-Pierre Vernant, de que la racionalidad griega es hij a tualmente helensticos, esto es, apolticos. En Platn, la exacer
d e l a Ciudad, que e n principio compartimos, n o es ajena a l a mi bacin de lu poltico se debe a que encarna la crisis ele su mundo.
tologa del Mito y el Logos. El Logos-Razn trae demasiado las Platn es un episodio y a la vez una quiebra decisiva en esa his
tre como para que pueda ser utilizado sin aviso. El pensamiento toria profunda. Esa quiebra en el pensamiento puede explicarse
de fines del siglo xx nos invit a sustihrlo por el Lagos-Discur insertndola en el curso ele los acontecimientos, pero termin
so. Esto permitira cambiar el hiato entre lo que es y no es racio transcendiendo absolutamente su momento histrico y se consti
nal por el seguimiento ele una deriva de los discursos. Es tentador tuy en el acontecimiento metafsico decisivo ele Occidente. En
proceder sin ms a este cambio, sobre todo en una consideracin un resumen imposible, podramos nombrarlo como el pasaje ele
del Fedro, cuyo tema es directamente el discurso. la ontologa del conflicto a la ontologa de la identidad.
Salvo porque nos encontramos de inmediato con que los acon Lo que llamamos ontologa del conflicto tiene en su base un
tecimientos del discurso no son nunca puramente discursivos, y conflicto emprico, que no es la guerra abierta. Las primeras mani
aqu vuelve a aparecer la poltica. sta, por supuesto, est lejos en festaciones del espritu griego, como sucede en tantos pueblos,
Grecia de ser la actividad limitada y desprestigiada de las socieda glorifican las gestas guerreras. Pero los poemas ele Homero cantan
des contemporneas; y no puede compararse ni al ejercicio subor acontencimientos remotos para auditorios ele aristcratas que no
dinado y representacional de las tardodemocracias, ni a los mode 0"r- cultivan ya la guerra en esas proporciones picas. A lo largo ele la
\1>-Q f>'- .llamada Edad Oscura, luego del co_Japso micnico, vena prospe-
) \ ?
los romnticos y totalitarios del siglo xx. La emergencia de la _ ,
.
.
rancio lentamente una soCiedad agncola, gobernada por aristocra-
:\'
plis (otra abstraccin con la que alguna vez habra que ajustar
.--0
'
'
v
cias ligadas entre s. Es probable que, despus ele varios siglos, el
(,
cuentas) fue el origen y el mbito material y espiritual de lo que
llamamos Grecia, y se confunde con la emergencia dellgos, el
agotamiento ele los suelos, provocado por ese mismo crecinento,
Logos-Razn y/o el Logos-Discurso. la haya puesto en crisis. La historia social y econmica puede indi
El griego clsico se abre al mundo primariamente desde la car este y otros motivos concomitantes para la efervescencia ''que
Ciudad, tpos de gestin de lo humano y tambin de manifesta hacia el temprano siglo VII desemboca en el periodo arcaico, que es
cin ele lo divino (que incluye a la naturaleza) . Las peripecias el propiamente creativo ele la historia de Grecia. Las respuestas a
ele la Ciudad fueron las peripecias del lgos, durante el periodo ese fenmeno tuvieron que hacerse cargo ele las caractersticas
casualidad. Aristteles ya desliza un cuchillo entre lo prctico y las magistraturas, la aparicin del templo, la re-institucionaliza
cin del gora, las Olimpadas y los festivales religiosos, la revo-
37W 25D.
Buenos Aires, Eudeba, 1 965, reeds.]. 7 Saln, Eunoma.
10 11
:;
il bito de la totalidad, de lo divino, donde dke puede jugm libre democrtica, ganada en el mar por el artero Temstocles. A la Liga
y eternamente porque lo divino es sin muerte y sin vejez ; y as, del Peloponeso instrumentada por Esparta, Atenas opone la Li-
dk.e es la sintaxis misma de las cosas8. Herclito, que vive en la ga de Delos, confederacin de numerosas ciudades con centro en
Jonia donde los factores ele conflicto externo (Persia) e interno se . la isla sagrada de Apolo y Artemisa, en principio con carcter de
superponen, pone explcitamente a dke, la pauta de la vida pol- prevencin militar ante el peligro persa. A poco andar, la liga
tica, como ris, conflicto. Y esto equivale a plemos, guerra, pero cambia de carcter, los aportes en hombres y barcos se convierten
tambin a harmone, conexin adecuada9 Dke es, en cierto en apmtes en dinero, la pertenencia a l a liga se vuelve compulsiva,
modo, la matriz conceptual del periodo arcaico10 Grecia no se las sublevaciones se reprimen con desembarcos de los mariners
,
.,
constituye sobre el fondo de una tradicin maciza, sino, material y el establecimiento de enclaves militares y colonos atenienses, y
i!l
,,
,
y espiritualmente, sobre un suelo fluctuante de transiciones y las ciudades sometidas son beneficiadas con la imposicin de la
:
:,i
'!\
conflictos. La plis tradicional es slo la idealizacin posterior democracia. El tesoro es trasladado de Delos a Atenas, que dispo-
de algunos de esos momentos. En Grecia, la tradiCin es la crisis, ne de l sin rendir cuentas y as financia su poca gloriosa (el Si-
ii:
lp,,
:
y Occidente heredar esta movilidad. glo de Pericles) con los tributos de los aliados. Es lo que los ate-
:; La Ciudad arcaica emerge como un juego que se sostiene a s
mismo en sus tensiones. Frente a lo exterior, se preserva en la au-
nienses reconocieron como su imperio (arkh = rule) y en los
libros de historia se denomina usualmente el imperialismo ate-
:
(eleuthera). En el comienzo del siglo v, Grecia, con las Guerras
tosuficiencia (autrkeia) y en la no dependencia, la libertad niense. El centro imperial ejerce la represin y el control poltico,
:,,
__
tr--\lj'?--
cin radical del mundo griego y que ser el siguiente acto del dra-
La plis tradicional -pero la tradicin es la crisis-, el con-
. r-
ma de la plis y ellgos. Como consecuencia ele las guerras, ya flicto regulado, ontolgico-religioso, se disuelve en las caneen-
-o?\. . traciones imperiales de poder. y este poder es de otra ndole que
traeiones ele poder que transforman la poltica entre las ciudades yo\ ( - . \
neutralizado el peligro exterior, surge el fenmeno ele las concen- .
. "e:
el ele los imperios orientales o el de la plis arcaica: es un poder
en poltica internacional imperial y de confrontacin de bloques. que quiebra lo natral; en lo externo y en lo interno. El clesen-
bios arcaicos religioso-polticos, hasta all nica autoridad social y Toda lectura es arbitraria, y en el caso de Platn sobran las lec
educativa, ven aparecer la competencia de sopho de otro tipo, lla- turas divergentes e igualmente legitimables. Elegimos una lecftua
mados a veces, sin sentido peyorativo, sophista. stos, con sus poltico-metafsica, distinta de pero no incompatible con lectu
mltiples voces, son transentes de un territorio cultural donde si- ras metafsico-religiosas, ontolgicas o cientficas. Y no elegimos
guen circulando tambin poetas y polticos. El siglo IV, con Platn al clsico en quien culmina un largo desarrollo, sino al producto
y sobre todo Aristteles, acotar esta variada fauna en campos de- de una quiebra que trata de anticiparse al colapso mediante un re
finidos y los identificar con rtulos como sofistas, oradores, histo- comienzo. Platn nace, en el seno de la clase dirigente, poco antes
riadores, loggrafos, mdicos, fsicos ... Esta fecundacin produ- del inicio de la guerra y crece, se educa y madura durante su
transcurso: en un sentido, l mismo es la crisis de Atenas y .d e
la plis. Pero esto significa, inmediatamente, la crisis ele la din
Esa complementariedad, disimulada en la scholarship britnica ms anti mica que sostiene el Mundo. La actitud personal y filosfica del
11
con otras, entre ellas la lectura puramente metafsica, o mstico- matismo muy lejano de los dilogos iniciales y aun ele la misma
18 19
li'. Repblica. Scrates jams se hubiera animado a establecer las seanza asistemtica. La filosofa -su filosofa- reclamaba una
'
i:
'
siniestras disposiciones teolgico-polticas del libro X de las Le formacin gradual y fundada en un andamiaje matemtico y me
yes. Y, sin embargo, aun ellas pueden ser vistas como, y de hecho tafsico, y esto requera una organizacin. Pero Platn no inventa
son, uno de los resultados contenidos en la pregunta inicial. la educacin institucional. Ya unos aos antes, Iscrates haba
abierto la primera escuela de fmmacin de dirigentes. El ncleo
de su enseanza era retrico. Por supuesto, el manejo de la pala
El Fedro bra era fundamental en la poltica y hasta en la vida diaria, en una
sociedad con el sistema judicial y el espritu de la ateniense. Haca
Qu tiene que ver con el trgico pensador poltico que hemos dcadas que existan maestros de las habilidades necesarias para
esbozado la radiante luminosidad pastoral del Fedro? No es este el desempeo en los tribunales y la Asamblea. Su valor va a ser
texto acaso el momento excepcional en que Scrates consiente en juzgado en el Fedro. Iscrates es otra cosa. Sus propsitos se su-
transpasar los muros de la ciudad para hacer discursos sobre el perponen con los de Platn. Tambin l evita la actividad poltica
amor, inspirado por dioses silvestres? Acaso durante la discusin inmediata. Ambos sufren con los destinos de Atenas, y por ello
posterior se trata de algo ms que de tcnica rtorica y de la con- mismo se abren a horizontes que superan los lmites de su ciudad.
veniencia de la escritura y de sus usos para fines morals o educa- Y para ello tambin Iscrates proyecta una incidencia a travs de
tivos? Hasta la alusin a Pericles (269b, 270a) se conforma con la la enseanza organizada y fundada filosficamente. Porque tam-
opinin co1riente y no abre ningn campo polmico. bin l llama filosofa a su actividad y se llama filsofo a s mis-
Es fcil ver la trampa que esconde este feliz da de verano. mo, y denigra a sus adversarios, entre ellos, sin nombrarlo, Platn,
Aunque los discursos despistaron a ms de un lector, desde la An- llamndolos sofistas. Nuestros hbitos lingsticos nos hacen ol-
tigedad, el tema mayor y unificador del redro es la retrica. Ya viciar la dursima batalla espiritual y poltica en la que se decidi
sabemos, por el Gorgias, que es un tema poltico si los hay. La pa- el sentido definitivo de estos trminos. Su filosofa contiene con-
labra es un instrumento privilegiado para el ejercicio delpoder de- ;._ cepciones fuertes de la verdad, de la poltica, de la moral y de la
o R
-'j?\1\ O
que Platn se propone. Pero a diferencia del Gorgias, donde $f\(
mocrtico. Y tambin del poder filosfico y la poltica filosfica educacin, que fundamentan su propuesta. Su instrumento inme-
-1
.
discute la ndole misma de la tkhne retrica, el Fedro se ocupa de que imita la palabra hablada -pero no la oralidad dialgica sino la
su enseanza. La educacin --la renovacin de una sociedad a tra- oralidad retrica.
R1\
vs de las generaciones- es un tema poltico fundamental. Ms la -
Platn se haba hecho cargo del problema de la paidea, tle
, ?\p_DO
misma como la formacin del guerrero primero, luego del ciuda- o' e'..) ? dos. Ya en ellos habla
paidea griega, que tiene consciencia de ello y se comprende a s una forma u otra, en cai todos los dilogos ue llvaba publica-
.
_ SIStematizado,
dano y siempre del dirigente. En los tiempos arcaicos bastaba con '? .r , \
redefimdo y JUZgado la he-
rencia educativa del siglo v, cuyo bien ms importante era el do-
.
,-
..
los mentores, a veces erticos, y los banquetes (sympsia) arista- minio ele la palabra. El resultado de ese operativo son dos grandes
\."?:<J: r:J<'V-
los dilogos centrales ele la vida y obra ele Platn. Si queremos, po
critun)., hacia el final del texto, que, aunque podria derivar del ces- demos leer los dilogos de juventud, los llamados dilogos socrti
en autorreflexin de la palabra poltica y filosfica sobre su vehculo o'< /? '
tionamiento de la retrica isocrtica, excede ese marco y se convwrte ...
- ,,
mos en los dilogos de la vejez una crtica a la doctrina, seguramente
O"'\(j(,._,
y, con ello, sobre su objetivo y su destino. llevada a cabo en el seno de la Academia y recogida por el propio
r Platn en la primera parte del Parmnides, y una reformulacin de
la ontologa platnica. El hecho es que la doctrina de las Idc;; as
11
clsica est plenamente,presente slo en los cuatro dilogos ad
judicados a la madurez de Platn, Fedro, Banquete, }edn, Rep
El horizonte meta-fsico se establece, en la historia dellgos, blica, a los que puede agregarse el Cratilo, de ubicacin disputada
cuando la falta ele suelo es percibida como una cada que debe ser pero en general puesto cerca de este grupo. La obra de Platn y,
detenida. La pregunta socrtica, que en el fondo es una respuesta dentro de ella, su metafsica y .su -ontologa, nada unvocas, son
a esa situacin, logra detenera aferrando la realidad (y en primer ms amplias, ms ricas y flexibles que la teora de las Ideas. Para
lugar, la realidad humana y poltica) a un fundamento qe, nece peor, ya Aristteles decide en buena medida el destino ele las lectu
sariamente, no est aqu sino all, detrs. Ese honzonte es ras ulteriores al (re)interpretar la nocin en forma ms bien esque
concretado por la respuesta explcita del Platn maduro como mtica, como hipstasis de los universales, de lo que estamos lejos
ida. Junto con la ida, Platn debe poner, tambin, las mediacio de habernos librado.
logos socrticos estaba dado por la bsqueda en comn Y el
nes entre los dos planos. El movimiento mediador, que en los di
22 23
Es posible que el Scrates de los dilogos de juventud no tu mn, donde significa la fortuna, los bienes, en especial los
viera en realidad respuesta a las preguntas que planteaba (ni Platn bienes slidos y bienhabidos. Estos bienes son lo mO, lo pro
tal vez pensara inicialmente en darles una). Pero s saba cmo pre pio. Aunque no est presente en fonna directa, este sentido re
guntar. Scrates pregunta de una cierta manera: t estin, qu es. suena en el uso platnico: en tanto ousa, entidad, la ida ser
Platn lo pone a dialogar y le hace ir afinando su pregunta sin.res como el respaldo ontolgico ele las cosas, la fortuna o el haber
ponderla. Con slo la Apologa sera suficiente para saber que la "' que las cosas tienen por detrs y en lo que pueden apoyarse. El e f
pregunta es la respuesta, y ese Scrates s cierra con ella. Si Pla- dos o ida, a la altura del Eutifrn, no es sino el carcter distinivo
tn slo hubiera escrito los dilogos de la primeraetapa, sera sa de las acciones piadosas mismas. El aspecto de algo se ofrece a la
sin duda una obra filosfica completa y coherente. vista, y, si lo hemos ubicado correctamente, puede ser mostrado a
Qu es . . . Nadie pregunta as antes de Scrates. La pregunta otros. Mostrado verbalmente: aqu y en otras partes Scrates no
pregunta por una mismidad de la cosa, y as apunta a acercarse a pregunta qu o cmo es, sino cmo dices que es . . . . Sin em
la sabidura de Apolo. El Eutifrn es posiblemente el primer tex bargo, no es labor sencilla determinarlo y exhibirlo como modelo
to donde aparece el vocabulario tcnico de las Ideas. Scrates (pardeigma) hacia el que hay que mirar para reconocer lo que es
pregunta por lo que es lo piadoso en tanto piadoso, .su e fdos o o no es piadoso, lo cual posibilitara el recto discurso sobre la cosa
ida, su aspecto peculiar. Platn usar ida y. efdos en princi (6d-e). De hecho, el Eutifrn fracasa en el intento. En el Gorgias
pio como equivalentes, aunque con significados variables. Las (497e, 506c-d) y el Menn (7 1 a-72e), en general puestos entre los
dos palabras derivan ele la raz vid-, ele ver (cfr. video). El sen dilogos ele transicin hacia el periodo medio, este vocabulario
tido usual es, en primer lugar, el aspecto fsico de una persona 13. juega ya con fluidez16. En estos pasajes pueden encontrarse los
Estas palabras ya estaban incorporadas al vocabulario cientfico. rasgos de la doctrina de las Ideas -salvo un punto fundamental: la
Efdos tiene un uso importante sobre todo en el corpus hippocra- distancia entre la cosa sensible y la ida 1 7-. Pero la fuerza causal
o'\2-.
ticum en los sentidos de tipo o clase (relacionado con el de y la funcin de paradigma del carcter por el que en cada caso se
>\.\)
'\0cO .
aspecto, p.e. ele una enfermedad, como conjunto de sus snto-
. pregunta exceden la mera bsqueda conceptual que Aristteles 18
mas), que Platn conservar14 atribuye a Scrates.
La presencia del efdos es aquello por lo cual la accin del casO .f". , \ En Cratilo 3 89a, el artesano a quien se le ha quebrado la lanza
es piadosa, y es por eso su entidad o su ser, su ousa (Euti- r- dera no fabrica la nueva mirando hacia la que se ha roto, sino ha
frn 6d, l l a-b). La palabra ousa no es inocente. Es un nombre cia lo que es naturalmente apto para operar como una lanzade a
abstracto derivado del participio femenino del verbo ser (o asa), y (toioton ti h epephykei kekrzein), hacia aquel efdos, mirando al
luego ser clave en Aristteles. Su introductor en el vocabulario cual haba hecho tambin la anterior, esto es, aquello que, con
filosfico tcnico ha sido Platn 15, que la toma del lenguaje co- toda justicia, llamaramos la lanzadera misma (auto h estn ke
krs) (cfr. 389a-390e). En este pasaje, la pregunta qu es el efdos
se desliza desde en qu se asemejan todas las cosas piadosas a
13 !l. 3.39 y 224, 5.787, 1 0.3 1 6, etc. En Platn, Crm. 1 54 el-e, 1 58a, Prot. qu es aquello a lo que ellas se asemejan. La funcin paradigm
352a, Lis. 204e, etc. Cfr. Else ( 1 936), pp. 1 8- 1 9, Allen ( 1 970), pp. 28 s., D. Ross, tica del efdos ha madurado y tiende ahora a caer fuera de las cosas.
Plato 's Theory of Ideas, Oxforcl University Press, 1 95 1 , pp. 1 2- 16. Otra direccin
ele esta etimologa es el sentido del perfecto. Ver>> y haber visto>> clan como re El Cratlo se plantea el problema de la ndole del lenguUe. Al final
sultado conocer>> (ofda, Veda, wissen, wise). del dilogo, que entretanto no ha logrado resolverlo, se deja entre
14 Else ( 1 936), Gillespie ( 1 9 1 2). Ida ha sido una palabra decisiva tambin en ver una solucin que alude a las Ideas. En este dilogo, casi en lo
Demcrito; V. E. Alfieri, A tomos Idea, Firenze, 1 1 953, 2 1 979; M. I. Santa Cruz-N. L.
Cordero, Losfilsofos presocrticos III, Greclos, Madrid, 1 980 (BCG), pp. 205-206.
1 5 Filolao, 44B l l , es seguramente tardo, pese a su aceptacin por Maria Tim
17
S i s e acepta su autenticidad, podra agregarse Hipias mayor 289c9-d4.
panaro Carclini, Pitagorici III, Firenze, 1 958, p. 2 1 8 con las remisiones, y, en forma
16
24 25
oculto, el pensamiento de Platn da el salto decisivo. Como en los La doctrina de las Ideas ha sido tradicionalmente leda como
dilogos socrticos, la pregunta planteada queda abierta. 'Pero en dualista. De hecho, encontramos formulaciones muy explcitas
una visin final, como en un sueo, Scrates anuncia la tierra de de un dualismo ontolgico, cuyo eje divide lo sensible y lo inteli
las respuestas19 En la respuesta emerge un elemento nuevo: la dis gible23, aunque el discrimen profundo pasa por la identidad con
tancia ontolgica entre la cosa sensible, por un lado, y aquellq que sigo mismo del ente. La identidad, es en principio, un comporta
es su entidad, su identidad y su paradigma, por el otro. Tal vez era ,., miento constante de la cosa con respecto a s misma y, por lo
inevitable que la teora resultante, una vez expresada, fuera por tanto, una permanencia en la que esta autoidentidad pueda soste
dems problemtica. Platn, tras presentarla en los dilogos medios nerse (Fedn 79d-80b ). Las cosas del mbito sensible no coinci
como un punto de llegada, tendr que discutirla y retomar un cami- den consigo mismas, y la condicin de su devenir es el tiempo.
no donde a veces parece perderla. En el Timeo, el presente, que equivale al ser como presencia plena
Los dilogos medios asumen la doctrina de las Ideas sin funda (eS), corresponde slo al Modelo intemporal. Las dimensiones
mentarla ni deducirla. El Fedn, en todo caso, considerado en ge del fue y el ser son propias del tiempo de lo sensible y cam
neral el primero de la nueva serie, hace una presentacin graduaJ2. biante (37d-38c). Pero lo sensible y lo inteligible son dos mbitos
El Banquete las reserva, como es previsible, para el 9-iscurso de homlogos y comunicados, y la homologa es, adems, una cau
Scrates-Ditima. Al final de la gran iniciacin en los misterios salidad de lo inteligible en lo sensible. La doctrina de la reminis
de Eros, la captacin de la Belleza misma nos hace transcender lo cencia (Menn, Fedn, Fedro) se basa en la semej anza ontolgi
sensible y saltar al mbito de la B elleza en s21. En Repblica la ca entre Ideas y cosas, imperfecta pero real. Platn no pretende
doctrina, ya completamente asumida, despliega todas las velas. Se cortar las amanas entre los dos planos, sino, al contrario, anudadas
la introduce cuando la poltica platnica se ve obligada a exponer lo mejor que pueda. Pero la relacin entre la Idea y la cosa sensible
su base metafsica. El ncleo est expuesto en los libros VI-VII, se convierte en la cruz del platonismo, y ya en el Fedn Scrates
que constituyen a la vez el manifiesto y el programa de estudios tiene que renunciar paladinamente a explicarla (Fedn 1 OOd). Los
ideal de la Academia22. El fundamento de la realidad como tal es a problemas de la participacin aparecen cuando se mira la relacin
la vez el fundamento mediato del edificio poltico. El bien humano desde arriba hacia abajo y nos preguntamos cmo puede estar
est basado en el Bien en s, supremo conocimiento (mthema) del presente la ida en la cosa; as son formulados en el Parmnides,
filsofo y gobernante (504e, cfr. 506a), al que se accede despus que abrir la serie ele los dilogos tardos con un inventario de es-
de una larga preparacin intelectual y personal. Por ello mismo el tos problemas. .,,
texto no puede exponerlo sin ms: ni los interlocutores ni los lecto Platn podra haber explotado para este problema cmcial una
res estn preparados. Pero la distincin entre poltica empica y generalizacin de su originaria experiencia poltica, la de un
poltica eidtica obliga a Platn a dar al menos un esquema de su mundo carenciaclo en el cual, sin embargo, la presencia de rastros
metafsica madura. Tres clebres textos -el Sol, la Lnea y la Ca de realidad lo moviliza hacia su posible origen. En el horizonte
verna- constituyen ese dibujo, nico en su obra. ele la teora de las Ideas, el mundo inmediato y sus cosas, proyec
tados contra la plenitud de la Idea, padecen una deficiencia cons
1 9 Cratilo es uno de los dilogos de ms controvertida cronologa, y su ubi titutiva. Pero esa plenitud tambin los tensiona y hace que el ser
cacin no es indiferente para la comprensin general de Platn. Aqu lo tratamos imperfecto de las cosas se convierta en una bsqueda permanen-
como inmediatamente anterior a la serie de los dilogos medios, sin comprome
temos del todo.
2 Cfr. Grube ( 1 935), Ap. I pp. 291 s.
23 Fedn 79a; Rep. 509d, el gnero y lugar inteligible (noetos gnos kai. i
2 1 Banquete no usa ida o edos. Fedn slo al final, en el ltimo argumento
pos) y el Visible>> (horats), Rep. VII 508c, 5 1 7b. El mito del Fedro habla tam
22 F. M. Cornford, The Republic of Plato, Oxford University Press, 1 94 1 ,
sobre la inmortalidad del alma.
bin de un lugar (tpos) supraceleste. Las expresiones mundo sensible y
mundo inteligible (ksmos aisthets, ksmos noets) slo apareen en el pen
reimprs., p . 2 1 1 .
sador judo platonizante Filn de Alejandra, en el siglo 1 d.C.
26 27
te de su propio ser. De este modo, las cosas aspiran a S\l Idea, la En el Timeo24, las lcleas se convierten en el viviente eterno,
desean, aunque necesariamente fracasen en el intento de apro el Modelo ideal que el Demiurgo copia en el Lugar o Nodriza,
ximrsele (Fedn 75a-b). La Idea como juego de presencia y au produciendo el Cuerpo y el Alma del Mundo, temporales, con
sencia constituye a la cosa, y esta tensin ertica atraviesa la rea-<. todo lo que el mundo contiene. El aspecto causal ele las Ideas es
lidad. En el mbito humano, la tensin se vuelve consciente y transferido al Demiurgo, y la mediacin con lo sensible, al Alma.
puede (debe) ser el motor de la accin. La moral y la poltica son Las Ideas conservan solamente su funcin ele paradigmas. El Par
una activa puesta en obra del movimiento que cumple la realidad mnides dejaba esperar una reformulacin de la teora. Platn
en su conjunto, la participacin de lo sensible en lo eidtica. hace otra cosa: escribe el Sofista y hace lo que en el Parmnides se
Nuestra actividad cognoscitiva y prctica est realizando cons consideraba algo casi monstruoso (tras, 129b2): que las Ideas
tantemente lo que en el plano ontolgico resulta inexplicable. participen unas en otras y contengan la unidad y la multiplicidad a
La transicin hacia los dilogos del ltimo grupo se da en el la vez ( 1 28e- 1 30a). En el Sofista las ideas, si ele ellas se trata, rom
Parmnides y el Teeteto. Despus de la presentacin de Fedn y pen su aislamiento y se convierten en gneros (gne), articulados
Repblica, la primera parte del Parmnides, dedicada a la crtica en un juego ele inclusin y exclusin mutuas, como las consonan
de las Ideas, suena extraamente irnica y astringente. Puede tes y las vocales ele una fonologa transcendental. Los cinco
que no haya pensador menos dogmtico que Platn, que refor graneles gneros, ser, reposo, movimiento, mismidad y alteri
mula una y otra vez sus problemas y elige una forma literaria dad, son los puntales ele la estructura. Son Ideas los gneros? S
l. >..DORI\
que la Academia, cuyas discusiones seguramente el dilogo ref-O\ cO ? p
que no permite fijarlos; ni tampoco institucin menos dogmtica y no. Son algo ms que meras clases lgicas, y su carcter inteli
28 29
la doctrina del amor y de la teora del conocimiento ligad a ella, el filsofo del entre, de la mthexis. El vnculo entre la Idea y lo
basada en la reminiscencia. Las Ideas del mito se atienen a la sensible se resiste a ser explicado, pero lo podemos recorrer, yendo
doctrina de Fedn y Repblica. Ocupan un lugar supraceleste, ele un mbito a otro. Esta actividad es propia ele un tercer tipo de
es decir, suprasensible. La mediacin entre ambos lugares se rea entidades, un tertium genus que, en definitiva, constituimos noso
liza por el movimiento del alma, que se beneficia con la contem tros mismos. Las Ideas reciben en el Fedro un tratamiento tangen
placin de lo inteligible. La participacin de las cosas de la reali cial, pero la temtica de la p:;ykh pasa a primer plano, tanto en la
dad sensible en las Ideas no es mencionada. metafsica del mito, que incluye a las psykha ele los dioses, como
En 249b-d, el atisbo prenatal de las Ideas da cuenta de la es en la psicologa aplicada de la segunda parte. Esta preeminencia es
tructura lgico-racional de la mente especficamente humana, por completo coherente con el tema del dilogo, la retrica, defini
constituida por una reminiscencia de ellas ms bien oscura, pero da en l como una conduccin ele las almas, una psicagoga.
suficiente para permitir el pensamiento conceptual. All edos tie No hay una doctrina del alma e:q Platn. Al menos, no hay una
ne el sentido de clase, que ser el de los dilogos posteriores26. doctrina definitiva, y menos nica. Si algo en su pensamiento re
El pase es importante porque muestra el nexo entre la metafsi sulta fluctuante hasta el final, es este tema. Porque, entendmo
ca ele las Ideas y la lgica ontolgica de Sofista y Poltico. El entra nos, no es un tema, sino -a la vez- una articulacin fundamental
mado categorial ele la comprensin humana en general es la articu entre los planos de la realidad, un problema irresuelto, una doctri
lacin ele los gne, que, por lo dems, sigue las articulaciones na que termina bordeando la creencia, y uno ele los productos de su
naturales del ente. Pero, ele acuerdo con este pasaje del Fedro, pensamiento de ms largo y pesado alcance histrico. Si tenemos
esto no es sino el grado cero de la reminiscencia, la base mnima en cuenta sus antecedentes, las duelas y fluctuaciones no son de ex
necesaria para constituir a una psykh como racional y humana. traar. Platn es el lugar donde distintas concepciones que ele al
El pasaje, escrito en el momento en que Platn est a punto ele gn modo coinciclin en la denominacin psykh, y tambin otras
comenzar la investigacin de los gneros, es el nexo entre estos y (llamadas nols, damon), se coagulan en la nocin de alma, aun
las Ideas ele los dilogos medios. El ejercicio del filsofo, por su que para que esa mezcla termine ele fraguar harn falta todava al
parte, lleva al recuerdo explcito ele la Idea, recuerdo que en el gunos siglos. El aconteciiniento decisorio sucede en el Fedn, an
mito se impulsa con el despertar ertico del alma. La filosofa tes del cual es imposible traducir psykh por alma en ningn
produce, pues, una verdadera deificacin del hombre, ya que las sentido que resulte inteligible desde las metafsicas y teologas
Ideas son lo divino por excelencia (Fedn 8 1 a), y es gracias a posteriores. Pero aun el Fedn es un primer esbozo, hecho con ele
ellas que el que es dios es divino (249c, cfr. 247cl). mentos que no encan del todo entre s. Para nosotros es casi im
posible no leer la palabra alma desde su traduccin cristiana o des
ele la perspectiva de la subjetividad moderna, ni esquivar las
El alma distintas representaciones del ego, del s mismo, Selbst o self, de la
personalidad, la consciencia intelectual o moral, la mente.
La metafsica ele Platn termina estableciendo un hiato que no Psykh es el aliento o eXhalacin, el hlito clido que se
debe llegar a ser ruptura. Su filosofa estar cleclicacla, casi conde nos escapa con la muerte, la vida. Segn un artculo clebre ele Bru
nada, a ensayar puentes y mediaciones entre los bordes. Platn es no Snell sobre la imagen homrica del hombre27, el hombre ho
mrico no posee ni cuerpo ni alma. No tiene palabras para designar
26
Cfr. Rep. 596a, acostumbramos poner un nico e!dos para cada pluralidad el conjunto unitario de nuestra corporeidad orgnica ni de nuestras
a la que aplicamos el mismo nombre. En el texto, kat' efdos legmenon, que tra funciones y acontecimientos mentales, sino para aspectos, funcio-
_
ducimos como lo expresado conceptualmente>>, est bien explicado por Gil:
(...] lo que el alma comprende inmediatamente son formas conceptuales, y no
27 Die Entdeclamg des Geistes, Hamburgo, Classen, 1 963, l .
las palabras que son el mero vehfculo sensible de la expresin de las ideas (Gil
.
[ 1 956], p. 322).
30 31
nes aisladas o partes funcionales. Dentro de estas representaciones, La decisiva identificacin de la psykh con un s mismo, al
soma y pykh tienen un lugar detenninado. Segn la bservacin que puedo llamar YO, yo mismo, slo ha sucedido, al pare
de Aristarco, en Homero soma no significa cuerpo sino cad cer, con Scrates. Al menos la encontramos, en primer lugar, en
ver. Psykh es el ltimo aliento, que se nos va por la boca o por las los dilogos escritos por Platn en su juventud32. No es la vida
heridas, y no es usado nunca en referencia al hombre vivo. . Soma y biolgica: la muerte ele Scrates indica que el cuidado ele la
psykh se constituyen en el momento de separarse. Psykh es la psykh puede obligarnos a perderla. Esta psykh es hallada en
vida cuando nos abandona, y hay psykh slo al expirar28. No un plano tico, como ncleo ele una actividad, y constituir un
dej a ele ser inquietante que las palabras que despus significaran centro de comprensin de la verdad y ele toma responsable de de
cuerpo y alma provengan del vocabulario de la muerte. Pero cisiones que puede llamarse un S mismo. Pero no tiene por lo
psykh no es sino el alma, anima, como animacin, principio de pronto carcter csico y, si bien es bastante ms que la mente,
la vitalidad y del movimiento en los seres vivos, y como tal ser re no llega a ser el alma. La creencia en la inmortalidad del S
cogida por la filosofa, hasta el De anima aristotlico, y despus. La crates histrico, o del Scrates de los textos platnicos juveniles,
psykh fue reuniendo en s los dos rasgos propios ele la vida, la sen es por lo menos problemtica (Ap. 40c ss.). Lo que podramos
sibilidad y el movimiento. Esta alma es una categora biolgica, llamar, sin comprometer un j uicio sobre su paternidad ltima, la
cuyo estudio coronar la fsica. Psykh, como animacin y vida, concepcin socrtica de la psykh, es independiente tanto ele
no pierde su conexin original con la muerte: es la vida ele las cria- la herencia homrica como de la pitagrica, una j oya racionalista
turs mortales -hombrs, animales, plantas- pero no ele los !6n,.-:::_o PlAD0RI\ que Platn engarzar sobre un transfonclo mtico-religioso que
tes mmortales, ele los clwses29.
El hombre arcaico responde a una antropologa monisdL AJif 1
' - \ a p! ir ocupando progresivamente la escena.
El Fedn se presenta como un texto dedicado temticamente
en la muerte, lo que importa es el destino del soma, del cadver30. a la psykh, como indica el subttulo tradicional acerca del alma.
El hombre vivo se reconoce en su cuerpo, en la mayor o menor Sin embargo, no se discute en l acerca de la ndole del alma sino
disposicin de fuerza, salud y belleza, que para el agaths, el noble, acerca de su inmortalidad. Scrates se exime ele lo que suele exi
1
gir a sus interlocutores: que antes de investigar una determina
!i
se prolonga en sus posesiones, relaciones y familia. Paralelamente,
encontramos un conjunto ele representaciones prefilosficas y filo cin ele algo hay que conocer qu es eso en cuestin, su ousa.
1:
'1' sficas -en las religiones mistricas, el orfismo, los pitagricos o Pero no se puede desarrollar la cuestin de la inmortalidad sin to
i mar a cada paso decisiones acerca ele la naturaleza misma ele la
Empdocles-, vinculadas a la transmigracin, en las cuales hay
1
1:
una entidad que posee cierta independencia y permanencia a tra psyk.h. No es fcil decidir qu nocin de psykh est usando' el
l vs y ms all del cuerpo y de las incliviclualidades31 . Tales entida texto en cada momento de su argumentacin. Pero esta dificultad
des slo excepcionalmente conservan alguna memoria, al menos es una estrategia. El dilogo no poda definir el alma de antema
1
1
mientras estn encarnadas, y en rigor no podran considerarse un no porque su concepcin del alma va a ser un resultado, y el re
YO, pero con su carcter semidivino poseen la independencia y sultado ele una operacin alqumica que naturalmente debe pro
el valor que la psykh homrica no tiene. ducirse en secreto. El Fedn maneja una combinacin encubierta
de aquellas concepciones y tradiciones dispares que menciona
mos y que, sin embargo, sirven de base para la emergencia ele un
28 Nussbaum ( 1 972), pp. 1 -2.
!bid., n . 4.
30 !bid., pp. 1 53- 1 54.
29
3 1 Cfr. O. Gigon, Grundprobleme der antiken Philosophie, Berna, A. Francke, rico o posiblemente histrico: esta concepci n de la psykh, inexistente an.tes,
1 959 [ed. cast.: Problemas fundamentales de la Filosofa antigua, Buenos Aires, aparece en y slo en las lneas de pensamiento que derivan de l. John. B urnet,
p.
Fabril, 1 962, pp. 207-2 1 9 (<<La doctrina del alma) y 2 1 9-230 (La doctrina del The Socratic Doctrine of the soul>> ( 1 9 1 5- 1 9 1 6) en Essays and Adresss, Lon
conocimiento)]. dres, 1 929. Cfr. Jaeger, Paid. III, II, pp. 4 1 7 s., Robinson ( 1 995), 3-4.
32 33
novum. El Fedn es el lugar, estremecido por muchas contradic- zn logre convencerlos, mediante la habituacin y la disciplina, in-
dones que hay que saber leer, donde asistimos al parto -y la cra.., culcndoles opiniones no razonadas y, si es necesario, como bien sa-
tura viene de genes no del todo compatibles- de lo que ser el bemos por Repblica, utilizando la mentira. Su misma funcin de
concepto occidental de alma, que luego recogern el cristianismo servidores de la razn subraya constantemente su carcter profunda-
y la metafsica posterior. . mente irracionaP3.
La psykh del Fedn es una concepcin propiamente platni- El esquema tripartito no es estable34. Repblica X sugiere muy
ca, que integra por primera vez lo vital, lo tico, el conocimien- fuertemente, casi afuma, que la psykh desencarnada volvera a un
to y la escatologa. En el Helenismo esta mezcla tendi a descom- estado prstino de simplicidad (61 1b-61 2a). La unidad y simplici-
ponerse de nuevo, y tal vez su destino slo qued asegurado dad del alma se oscurece al unirse al cuerpo, pero su amor a la sabi-
cuando el cristianismo la adopt en sus propios trminos. Desde dura es indicio de su afinidad con lo divino, inmortal y siempre
el siglo XIX se ha pensado que en el alma del Fedn pudieron ha- existente (61 l e, cfr. Fedn 79d-8 l a). El alma se vuelve mltiple al
ber inf1uido los pitagricos del crculo de Arquitas de Tarento, encarnarse. Si es as, las pmtes irracionales seran mortales y, nueva-
con el que Platn entra en contacto durante su primer viaje. Esto es mente, el verdadero ser sera la parte racional, que una vez libre
posible, y la nueva concepcin de la psykh se convierte en un as- se alimenta en festines bienaventurados (612a, cfr. Fedro 247a-b).
pecto del gran salto que lleva a Platn tambin a aumentar la den- y as estaramos de nuevo frente al alma simple de Fedn, iden-
sidacl ontolgica ele las Ideas, distanciarlas ele lo presente y esta- . ohficada con el pensamiento puro y que aspira a la muerte, y las afec-
0({ \\) iones, pasiones y deseos vuelven a ser rechazadas hacia el soma.
Platn no tarda en ir del alma simple del Fedn al alm trip rtittf\ oC \ ,
blecerlas como fundamento.
La importantsima novedad del Timeo es que la psykh ha acl-
cle Repblica TV (435e ss.), que ha acogido en sus partes mfenorgs
quirido un nivel csmico. El Mundo (ksmos, ourans, to pn) es
la sensibilidad y los impulsos que Fedn atribua al soma. RepbliC
un viviente, con cuerpo y alma inteligente (zoion mpsykhon
ca distribuye las funciones anmicas entre partes: lo racional (to nnoun, 30b8). El alma, dios bienaventurado, anterior al cuerpo
logistikn), lo colrico o energtico (to thymoeids) y lo apetiti- (34b-c), formada por una compleja reunin ele lo Mismo, lo Otro
vo o sensible-deseante (to epithymetikn), que cumple las funcio- . y su combinacin en una trcera ousfa, envuelve y penetra el
nes inferiores. Repblica homologa las partes o funciones del alma cuerpo, se mueve por s misma y tiene funciones noticas: opinio-
a las ele la plis, a cargo ele determinadas clases o estamentos. Tan- nes verdaderas ele lo sensible y conocimiento ele lo inteligible
to en el individuo como en la plis, lo saludable y armnico es el (34b-37c). Como su Modelo ideal, el Mundo es un gran viviente
dominio ele lo racional sobre lo sensible. Ya que los apetitos son que contiene en s todos los vivientes (30c-3 1 b ). stos se reparten
radicalmente irracionales, la razn deber gobernarlos con la me- en cuatro especies, en primer lugar la especie celeste ele los astros,
cliacin de lo energtico, que en cierta medida es capaz ele en ten- dioses visibles y engendrados (40cl), a los que se agregan, en un
cler razones . Pero la parte energtica puede tambin ponerse al pasaje ms que irnico, los dioses antropomrficos. Estos dioses
servicio de los deseos, como es el caso de hecho ms frecuente. Su engendrados son encargados de la creacin de las otras especies,
traduccin como clase ofensivo-defensiva y (encubiertamente) re- la alada, la acutica y la terrestre (39e-40a). El Demiurgo mismo
presiva cumple una funcin imprescindible en el plano poltico. La crea para todos ellos el principio inmortal del alma con restos ele
tica platnica la hace tambin necesaria para la represin de los la creacin del Alma del Mundo, aunque ele menor pureza.
apetitos . Es el fin o conjunto ele fines tico-polticos el que impone El hombre, el viviente capaz ele honrar al dios, resulta ele la
una economa ele la psiquis en la cual los impulsos agresivos, nor- implantacin ele un alma en un cuerpo que es un f1ujo en cons-
malmente orientados hacia el exterior, revierten su fuerza hacia
adentro. Esos impulsos, en general, son aptos para plegarse al clcu-
33 Cfr. Robinson ( 1 995), cap. 3 y passim.
lo instrumental ele medios para el ataque y la defensa. Por lo tanto,
34 Cfr. Rees ( 1 957).
sern capaces ele entender y secundar todo aquello ele lo que la ra-
34 35
tante renovacin, sometido adems a las impresiones violentas yes X, nos encon tramos con algunas sorpresas. Platn, ahora un
ele las sensaciones y las pasiones. Todo esto hace que las ;evolu anciano sombro, dedica el l ibro a fundar el tribunal ele la Santa
ciones circulares del alma, que reproducen las del Alma del Mun Inquisicin para perseguir a librepensadores y ateos. Las doctri
do, se alteren por completo y el recin nacido se encuentre en un nas impas -que los dioses no existen; que no se ocupan ele noso
estado de locura, que el crecimiento y a veces la educacin tros; que son fcilmente sobornables- tienen como teln ele fon
suavizan y estabilizan. El mayor o menor xito en ello decide el do el materialismo que postula un mundo ele cuerpos movidos
modo de la reencarnacin, en un hombre, una mujer o en anima por la naturaleza y el azar. Estas opiniones son producto ele igno
les . Quien logra someter lo corpreo a las revoluciones del alma rar que la psykh es anterior con respecto al cuerpo ( 8 9 1 b-e). Re
sale airoso de sus reencarnaciones y vuelve al astro en el que fue encontramos un tema del Fedro: el movimiento originario, que se
originariamente sembrado (4 1 d-44d). Una segunda exposicin mueve a s mismo, identificado con la vida y -por definicin
(69c-72e) hace un aadido importante: al alma inmortal creada con el alma (895a- 896a). No se nos da una prueba. El Ateniense
por el Demiurgo se agrega una parte 1nortal, creada por los dioses piensa que sus interlocutores no seran capaces ele entenderla, o
j venes, que est sometida a las pasiones. Volvemos as al alma Platn nos remite tcitamente a la que ha dado en el Fedro. El
con tres partes, ahora distribuida en lugares del cuerp9 determi alma es causa ele todas las cosas y es puesta en el nivel csmico
nados: el alma racional y divina en la cabeza (cfr. 44d), separada del Timeo, como habitante y administradora del universo.
por el cuello del alma mortal. La mejor parte del alma mortal, la Pero esto lleva a una admisin sorprendente. S i el alma es
v,ooRf\
fogosa o guerrera, est cerca de la cabeza para recibir rdenes y causa ele todas las cosas, es causa ele las cosas buenas y malas,
c !U:plir su funcin, que ahora s cleclaraclamente reresim <LO? \..='
que es la resiclel'lcw cit.
bellas y feas, ele lo justo y de lo injusto, esto es, de todos los con
y el notis no puede existir sin un alma. Una analoga entre nues se salvara el principio ele Rep. l1 379b: el dios slo puede ser bueno y no puede
ser causa ele mal alguno. Sin embargo, ya que en Leyes X no parece haber nada
tra alma y nuestro cuerpo, compuesto ele partculas que proceden
por encima del alma, el alma <<mala tiene tambin inquietantes ttulos a la divi
de las graneles masas csmicas ele aire, agua, tierra y fuego, per nidad, y su exclusin parece el mero resultado ele una definicin convencional ele
mite inferir un alma csmica (28a-30e). En un ltimo texto, Le- dios = lo bueno.
36 37
explicar el mal en el mundo. Al menos en sus regiones terrenales intuitiva del alma. La pregunta misma que se formula (hofon mn es-
1 '<1 6\.cP unidas. El Timeo utiliza vmias veces (4 1 e, 44e, 69c) khema para
La psykh en el Fedro ()
el cuerpo (fsico) de los astros y los seres humanos. Pero las almas
(humanas) del Fedro usan su vehculo tambin en sus evoluciones
La concepcin del alma como lo que se mueve a s mismo, entre una vida encarnada y otra. El carro es el imprescindible ele
junto con una peculiar somatizacin, que aparecen de distinta mento que rene y unifica las partes, y sugeriramos que puede ser
forma en el Fedro y en Leyes, separan a ambos de los otros dilo interpretado como su unin natural misma.
6
gos3 y testimonian un verdadero deslizamiento tectnico bajo la Pero la imagen, y las abreviaturas usuales como mito del ca
superficie de la doctrina. El argumento del Fedro acerca de la in rro alado, tienden a oscurecer adems que aquello a que se com
mortalidad es revolucionario dentro de la obra de Platn. El alma para propiamente la psykh es una dynamis, y no s si la palabra
de Fedn y Repblica tiene un parentesco con las Ideas. Me ha sido suficientemente subrayada37. Dynamis es una fuerza, po
diante la filosofa logra hacerse semejante a ellas y, en el lmite, tencia, capacidad de actuar. La psykh queda entonces desde el
tendra que adquirir su misma inmovilidad atemporal. El alma primer momento remitida no tanto a la imagen ele una cosa o sus
del Timeo, por su parte, se mueve imitando las revoluciones del tancia que est o puede estar en movimiento sino a algo definido
Alma del Mundo, pero no se mueve a s misma, no es autokne por su energa. Ms que un compuesto, aun natural, de partes,,es
ton, sino que ha recibido su movimiento del Demiurgo (36c). El una unidad dinmica que acta o puede actuar en distintas direc
argumento del Fedro subsana ele paso la omisin del Fedn, al ciones o, conflictivamente, en varias a la vez. Estas direcciones, en
dar una respuesta explcita a la pregunta por la ndole esencial principio, estaran representadas por el auriga y los caballos.
(ousa) del alma (245e). La pregunta qu es el alma, evitada en el texto, proyecta ya
Despus del argumento, el . texto introduce otra perspectiva, la tcitamente el horizonte ele la cosidad. Pero la psykh no respon
ida de la psykh, que diferencia ele su ndole o ousa. La pala de a ella. Aun la psykh pitagrica ele los dilogos medios, que
bra ida, que aqu no indica la Idea metafsica y est ms cerca de es sin duela algo, alguna suerte de cosa, soporte de la inmor
su sentido primado ele aspecto, pide una descripcin o exposicin talidad, es siempre un individuo nico, una existencia (aunque,
como el dafmon de Empdocles, pasa por distintas vidas, niveles
37 Cfr. Ostenfeld ( 1 992), aunque la idea est oscurecida por su lectura aristo
en el mito hay varios indicios ljUe podran considerarse tanto su germen (Eggers
Lan, 1992) como ecos y sobreentendidos. Por otra parte, la sornatizacin del
alma convierte su triparticin en permanente y lo pone en la lnea de Leyes X. tlica, que le da el cuerpo corno sustrato necesario.
38 39
y formas). No hay un gnero alma, por lo menos no en el mis d e alinearse co n lo s apetitos i nferiores40. En e l mito d e l Fedro, s u
m o sentido que los gneros tringulo o mesa. S obre todo, el equivalente, el caballo bueno, parece siempre dispuesto a obe
alma no es esa clase peculiar y privilegiada de cosa que es la decer al cochero y, en cambio, ste asume en persona la funcin
ida . La misma afinidad del alma con las Ideas, subrayada sobre represiva. Por su parte, el caballo malo, a diferencia de sus
todo en Fedn pero no ausente en otros textos, impide asumir sin equivalentes psicolgico y poltico ele Repblica, es intrn eca
ms que el alma es una Idea. Justamente, su afinidad o parentes rnente desobediente y slo se somete por el dolor y el m1eclo.
co marca la proximidad y a la vez el lmite infranqueable que la Todo parece reducirse a un dilogo entre las partes superior e in
separa ele la naturaleza ele la Idea. Tampoco hay una Idea de ferior; dilogo v iolento por parte de la razn y lleno de astucias
alma, ele la que participaran las almas individuales. Los indivi por parte ele los apetitos. El caballo bueno es un partiquino que
duos -Scrates, Fedro, Fedn- participamos en distintas Ideas, apenas cumple la funcin ele hacer pendant al caballo malo: los
pero nuestra psy-kh no est en nosotros como lo alto o lo protagonistas son los otros dos. La lnea, entonces, no separa al
fuerte. No hay Idea ele alma porque, si bien el alma participa de cochero ele los c aballos, sino que dej a ele un lado al cochero y
los caracteres ele lo inteligible, n o es algo inteligible sino -dig al caballo noble, y del otro al caballo insolente. La anomala es
moslo as- inteligente. Psykh es el trmino griego p ara apuntar a importante, pero no modifica la cuestin ele fondo: la existencia
lo que modernamente es traducido como subjetividad y, en de una parte notica y ele otras dos ms ligadas a lo somtico, que
tanto griego, es tan intraducible como lgos o plis38. La psykh ahora se han vuelto inmortales41 .
del Fedro vuelve a aproximarse a la de los dilogos tempranos y La parte racional, encarnada en el auriga, ha adquirido adems
es , antes que nada, un centro de activiclacl, un movimiento. La de fuerza muscular para hacer cumplir ella misma su direccin sobre
finicin (lgos) del nombre (noma) alma propuesta en Leyes el conjunto. Le servira esta fuerza para moverse por s sola y, en el
X 895e-8 96a, es el movimiento capaz de moverse a s mismo. lmite, prescindir de la traccin ele los animales? La respuesta es
La tendencia a sustituir la triparticin del alma por una bipar no, y est sugiriendo una cuestin nueva. En otros textos, las par
ticin entre lo racional-inmortal y lo irracional-mortal que encon tes infetiores del alma son necesarias para los requerimientos ele!
tramos en Rep. X y Timeo no est ausente del Fedro, pese a l a alma encarnada . En el Fedro, adems , se requiere fuerza e impul
imagen que nos presenta u n alma netamente tripartita, tanto cuan so para el ascenso del alma desencarnada. Esta nueva necesidad
do est encarnada corno en las peripecias del mito39 . Los caballos est representada en la imagen con la figura del ala42.
estn en el lugar ele las partes inferiores del alma de Rep. IV y ele
las partes mortales de Timeo, pero ahora asumidas en la inmortali
dad. Los dioses tienen tambin una psykh tripartita, aunque sin 40 Rep. 440a-b dice literalmente que la parte fogosa es siempre aliada de la
con flictos internos. La triparticin ontolgica es sustituida por razn. Pero 44 1 a introduce la condicin ele no estar corrompida por una mala pai
dea; slo as podr ser <<Servidor y aliado>> ele la razn (44 1 e) (cfr. Robinson
una biparticinjimcional -por lo tanto, de distinto nivel- que rea
1 995, pp. 44 s.). El grueso del proyecto paidtico-poltico de Repblica est en
grupa los elementos de una forma distinta que en esos dilogos. funcin ele contener los impulsos de la clase guerrera, equivalente poltico del
En Repblica, en especial, es claro que, en lo psicolgico al igual rhyms. Tim. 69e-70c no habla de desobediencia ele la parte <<guerrera, aunque
que en lo poltico, el elemento energtico o fogoso, en s mismo su posibilidad no es excluida y queda en el prrafo corno en suspenso.
41 C fr. Hall ( 1963) y la crtica de Bett ( 1 986), p. 20 n. 3 1 . Hall ve correctamen
irracional, debe ser educado y disciplinado por la razn para po
te (p. 64) que el alma inmortal reducida a pura razn es incompatible con la inmor
nerlo a su servicio y para que no ceda a la tentacin permanente
talidad individual y la tica platnica. Ya redactada esta introduccin le el artculo
ele Eva M. Buccioni ( 1992), que desvincula la imagen de Repblica e interpreta el
caballo blanco corno los valores comunitarios y el negro como impulsos asociales y
JH Griswold ( 1 986), p. 2. egostas, pero positivos si estn bien dirigidos, mientras que el auriga no es sin his
Comra Guthrie, <<Plato's Views on the Nature of the Soul, reirnpr. en Pla
to. A Collection of Critical Essays II, cd. O. Vlastos, Nueva York, Anchor Books,
39
el nous. Cada uno ele estos elementos ejerce las tres funciones de Repblica.
42 En los mitos escatolgicos de los otros dilogos las almas van y vienen por
1 97 1 ; y f-IGP IV, pp. 42 1 -425, bien refutado en Bett ( 1 986), p. 20 n. 3 1 . todos los niveles de la tierra, el cielo y los subrnundos sin necesidad ele volar.
40 F)TO C C ? U\ D O R A
.
41
L.
,
Esta cuestin puede ser introducida desde un punto ele exge que se trata de almas ya desencarnadas, vuelve a imponerse una
sis aparentemente menor, que la crtica remite a u na nota a pie ele tcita representacin antropomrfica: slo podemos pensar en dos
pgina: cules ele los elementos ele la imagen tienen alas y cules personas que van unidas, aladas en un caso y en otro caminando
no. La frase ele 246a habla ele una yunta alada, aunque no es gra sin alas bajo el cielo. Esto nos recuerda, adems, que la psykh es
maticalmente imposible que el adj etivo califique tambin al auri alada por naturaleza, pero slo lo es efectivamente cuando ha lo
ga. Pero el auriga tiene necesidad ele ambos caballos para todas grado desa.ITollar sus capacidades metafsicas, y esta encarnacin
sus evoluciones, sobre todo para elevarse, y la fuerza muscular terrena es, en principio, el estado opuesto, al que el alma va a pa
que le acabamos ele reconocer es usada slo para dirigirlos y con rar cuando pierde sus alas y en el cual debe recuperarlas. Ala
trolarlos : el auriga no ancla ni vuela por s mismo. El carro no es pareciera ser lo opuesto a encarnacin y a cuerpo terreno.
mencionado en la frase y, si fuera alado, el texto no lo omitira43. Y sin e mbargo . . . El ala (o plumaje) es descrita (246cl-e), por
Pero los caballos, que son la propulsin dinmica del conjunto, son lo pronto, como corporal . Su funcin es llevar hacia arriba lo
alados fuera ele toda duela. No olvidemos que tambin el caballo pesado -esto es, tambin lo corporal acercndolo a los dioses y
malo tiene que contribuir al ascenso y a los movimientos uranios. a lo divino. El ala es, pues, la direccin de lo somtico hacia lo
En los posibles antecedentes ele la imagen platni<;:a (246a n.), slo divino. En la direccin inversa, hacia abajo, las alas se quiebran y
los caballos poseen alas. caen. El ala logra participar en lo divino y Se alimenta y crece
La crtica suele aducir la psykh alada por todas partes ele con ello46. El ala es la posibilidad y la necesidad que tiene el
25 1 b7 para adjudicarle alas al menos tambin al auriga44 La frase alma ele ascender, inseparable de la posibilidad contraria del eles
ele 25 1 b aparece en el pasaje que describe la fisiologa del amor censo. Por lo tanto, que el alma sea alada i ndica un estado
(249e- 253c), cuyos actores son dos seres humanos terrenalmente connnatural de encarnacin y somatizacin, aunque no sea nece
vivos45. Es obvio que lo que se nos presenta ante la vista es, en sariamente en un cuerpo ele tierra (246c3-4). Lo alado, es
primer lugar, la figura del amante, excitado en cuerpo y alma : decir, los caballos, son las partes somticas, que ponen la fuer
por l a visin ele la belleza del ermenos. Su psykh est mentada za necesaria tanto para ir hacia aiTiba como para tironear en la di
como una unidad e interiorizacla en el cuerpo. La figura compues reccin contraria, dentro ele una unidad originaria ele la que el au
ta del carro, que ya tiene adems un elemento antropomrfico , re riga no puede desprenderse. El auriga solo, el puro notls (247c),
sultara antinatural, y es tcitamente suspendida y sustituida por sera el alma filosfica del Fedn, que va hacia lo divino sin ms
otra, la figura unitaria del alma como un pjaro (cfr. 249cl7) o, peripecias, totalmente cles-somatizacla, y a la que no podemos
mejor, un polluelo. Luego se retoma la imagen del caiTo (253c) tampoco representarnos antropomrficamente. Pero el Fedro can
para un relato pleno de dinamismo, en el que n o podemos evitar cela esta posibilidad y enva a un ciclo (posiblemente eterno) a
identificar al auriga con la persona del amante, lidiando con sus un alma ahora radicalmente somatizacla.
impulsos. En algn momento la imagen humana y la del carro se Los dioses poseen un cue1po eterno, en el que sus almas resi
superponen como una transparencia. As vemos (255e-256a) a los den en forma permanente. El problema se presenta con el alma
amantes tendidos uno j unto al otro y, a la vez, la actividad ele las humana, que en el relato mtico pasa periodos desencarnada y
partes ele sus psykha. Inmediatamente (256b-e) se nos habla del puede llegar a alcanzar una especie ele salvacin al parecer no
destino posterior ele las dos mej ores categoras ele amantes y, aun-
par (kekoinoneke) erz cierto modo (pei) en lo divino, en mayor medida que el res
43 En 246e5 el adjetivo <<alado califica a lurma, que podra ser <<carro (de
to de lo corporal. El verbo koinono es tcnico para la participacin de lo sensible
guerra)>>, pero que all se retit:re al tronco o yunta de Zeus (Hackforth, p. 70 n. 3).
en lo inteligible. Pero no es seguro que aqu <<lo divino>> signifique sin ms <<lo in
.. Hack.forth, p. 69 n. l , p. 77; Rowe., 246a6-7 n.
teligible>>; puede ser el mbito de los dioses, desde el cual se posibilita el acceso
45 Cfr. el Comentario. A. Cook ( 1 985), p. 436, considera el pasaje de 250-253
43
42
clefinitiva47 . S i es paradjico que el alma humana desencarnada cluye ele s, considen1nclosc a s misma, en su orienlacin hacia la
conserve la triparticin y est fuertemente somatizada aun en au verclacl, el verdadero S mismo y llamando sma al sentido inver
sencia del cuerpo ele tierra, en otro sentido sera ms paradji so. Ese Platn postula que, al cabo de su conversin, el alma podr
co que en ese estado fuera pura razn, pues resultara ms pura y superar definitivamente al sma en la muerte. El Platn del Fedro
-
perfecta que la ele los dioses. El problema tiene dos aspectos. sigue creyendo que no hay que ceder a esas tendencias, pero reco
Uno es el ele la energa necesaria para que el alma cumpla sus noce algo que antes negaba: que no pueden ser suprimidas, sino
funciones. El segundo es el ele su purificacin. slo contenidas y sublimadas, porque son tambin la fuerza motriz
El segundo problema es el ms fcil. La purificacin del alma que impulsa hacia la verdad. El Fedn redefina la nocin comn
es una constante en los textos platnicos, con races ticas en los del sma palpable, en el que creemos todos, como la direccin de la
dilogos socrticos j uveniles, que se incorpora a la concepcin actividad humana hacia lo sensible, que coincida con el cuerpo ele
madura del alma con resonancias soteriolgicas. El srna, en el carne y sangre ele que cuidan y en que se regocijan hoi pollo. Fedro
sentido ele las inclinaciones ligadas al alma encamada, es algo a sigue llamando sma a esta direccin hacia abajo, pero reconoce
superar. Por supuesto, esto no se logra con la mera supresin del que lo que la posibilita es tambin lo que posibilita la direccin
cuerpo (el Fedn prohbe el suicidio). Esas inclinaciones no se opuesta. Por ello en lo somtico mismo se descubre algo hasta all
" ignorado como somtico: el impulso necesario para ascender, el
identifican sin ms con el cuerpo fsico, y la muerte ele ste no
produce por s misma ninguna purificacin del alma, en ningn ala. El alma sigue siendo somtica aun cuando haya superado -pro
texto platnico. El Fedn cierra los argumentos preliminares so visoriamente- el cuerpo ele tierra, y por eso es en s misma tripar
bre la inmortalidad con una disertacin sobre el destino ulterior ele tita y necesita siempre ele una fuerza impulsora, somtica, en esta
las distintas almas ( 80e-84b). El alma filosfica, preparada para la encmnacin y tal vez con mayor necesidad an fuera de ella.
O (J
muerte, purificada ya en vida, queda desligada ele las pasiones hu Este reconocimiento permite dar cuenta ele la cada del alma en
manas. Pero la psykh que se ha cuidado del cuerpo y ha cedido a el cuerpo ele tierra, que sera i nexplicable si el alma fuera origi
rr '
sus deseos y penas, se ha vuelto connatural con el cuerpo y cree
_
nariamente puro nos, incapaz de tentaciones o culpas. En esa ca
que no hay otra cosa verdadera que lo corpreo (8 l b), que le da intervienen la tensin hacia ab<: o del caballo en el que hay
proporciona el goce sensible. Con humor, el texto indica que, ya malignidad (ts kk.es metkhon), no bien domado (247b), y la
que lo corpreo se le ha hecho connatural, esa alma huye del Ha impericia (ka/da) del auriga (248b), y tambin contribuye el mpe
eles (Jo invisible>>) y ronda las tumbas como fantasma: saturada tu violento ele los caballos (ele ambos caballos, 248a). Pero en la
de lo visible, ella misma permanece visible y terminar buscando dramtica narracin de 248a-c, el motivo ele la lucha y la confusin
un nuevo cuerpo. Y la reencarnacin no va a hacerse en hombres, por las que se quiebran y se pierden las alas, es descubrir y alcan
sino en animales adecuados al modo ele vida que se ha 1levado48. zar el emplazamiento ele la Llanura ele la Verdad. La culpa que
El Platn del Fedn, antiguo discpulo de Scrates, sabe que la provoca la cada es la misma ansia por ascender. Esa ansia tiene
psykh es, antes que nada, la actividad de la existencia humana por paradjico resultado la inversin ele la direccin, de la cual la
vuelta hacia la verdad metafsica y tica. Esa reorientacin genera cada en la tiem1 no es sino la consecuencia extrema. Lo sensible
su otro polo, la existencia vuelta hacia lo sensible, que la psykh ex- corpreo fsico, el cuerpo de tierra, no provoca el movimiento
clescenclente, sino, al contrario, lo detiene (246c).
El sma no es un lastre que la psykh pueda dejar atrs, sino la
n Cfr. Bett ( 1 986), p. 2 1 . Ostcnfeld ( 1992), que sostiene una encarnacin som facticidad misma ele la psykh. Platn no pudo dejar de reconocer
tico-sensible como sustrato del movimiento del alma, directamente ignora estos pe esta facticidad aun en plena operacin ele establecer el hiato mta
riodos, remitindose en rpida nota a las reencarnaciones (cfr. p. 327, esp. n. l O).
48 La encarnacin en animales aparece en Fedn, el mito de Rep. X, el Fedro
fsico. El alma del Fedro ya no es capaz de saltar e instalarse para
(248c-249c) y Timeo 42c, 9 l e-92b; cfr. C. Schlam, Platonica in the Metamor
siempre en el laclo ele all. Sabe ahora que el sma no es slo una
phoses of Apuleius, Ti: Am. Phi!. Ass. 1 0 1 ( 1 970), p. 480. condicin ele esta vida o del tiempo en que la psykl?. n o termi-
44 45
na de coagularse en uno de los extremos49 , sino su condicin per del dios, resulta ser sabia. Scrates sabe las cosas ele Eros, ta
manente y positiva, lo que la establece en el entre ( espacio erotik, que ha aprendido de l a muj er sabia ele Mantinea.
compartido con los dioses !), y que le permite ascender a la vez Que Scrates, el astuto y disimulado sabedor del fundamento,
que mantiene siempre abierta la peligrosa inminencia de una ca diga que esto es lo nico que sabe, indica la fundamentalidad de
da. Ahora tiene que desplazarse -eternamente- por su mbito pro ros en el Platn profundo. Porque t erotik pueden ser adjudi
pio, el entre, la referencia constante de lo inteligible a lo sensi cados al mbito de las relaciones humanas, en especial al
ble y de lo sensible a lo inteligible, y por ello la actividad ligada amor, al amor sexual y, en este contexto, al amor filosfico de
a la del gran damon Eros es una actividad privilegiada. En el vo los muchachos. Se pueden discutir distintos aspectos de la con
cabulario ele la filosofa del siglo XX, diramos que en el Fedro cepcin platnica del amor, su funcin paidtica y poltica, el
Platn ha reconocido la finitud. Y no ha podido suprimirla, slo sentido de la homosexualidad, etc. Tit erotik seran, as, una
eternizarla. Los caballos --los dos caballos- estn siempre ah, ti cuestin que habra que ubicar, en ltimo trmino, en alguna pro
roneando del carro en todas direcciones. El auriga, para bien o vincia entre lo psicolgico y lo antropolgico. Esto es cierto,
para mal, tiene que contar con ellos, porque por s solo nada pue pero ms all de ello, la metafsica de Platn puede ser entendida
de. El discpulo ele Platn, Aristteles, escribir despus (Etica como una ertica. Por eso ros no es propiamente un tema,
Nicomaquea 1 1 39a3 6), dinoia aute ouden kine <<el pensamien aunque su lugar textual ele privilegio sea el polidrico Banquete
to por s solo no mueve nada. Pero ya el mismo Platn haba ma que le est dedicado. Su tratamiento en el Fedro ampla, tal vez
tado a la paloma. cmrige, seguramente completa las perspectivas ele ese dilogo.
Scrates, en el Banquete, le ha hecho confesar a Agatn que
O O!
Eros es c arencia. Pero la carencia lisa y llana se ignora a s misma
Eros y la metafsica de la identidad -o .
y no produce ningn ovimiento. La pura carencia ni siquiera es
;..+
n
m (l
carencia. En cambio, Eros, damon y no dios, intermediario por na
En algunos casos es conveniente para la estrategia platnica
.. ..o:
.
""O
. ' b
tes-Platn siempre sabe, esto es, siempre sabe lo fundamental. Si 11-'" .
.
nico Teages 128b y en Jenofonte Mem. 2.6.28. En Lisis 204b-c, Scrates contras modelos tenemos un ejemplo en el discurso de Erixmaco. El m
ta con su torpeza general la capacidad de descubrir a quienes aman y son amados. dico Erixmaco est en la tradicin del pensarnientQ hipocrtico,
46 47
que se conecta con la especulacin j nica e itlica y se basa en el Fedro no hay j erarquas. Dacia su equivalencia en el Banquete, po
j uego de los opuestos: lo desemejante desea y ama lo desemej ante. demos preguntarnos si son lo mismo el Bien y lo B ello. Por lo
A veces no los relaciona el deseo sino la exclusin: los opuestos pronto, los encontramos acoplados en la expresin ele la ms alta
j uegan un juego de amor y odio ( 1 86d). valoracin social, kalos kal agaths. Kals, que no es un trmino
El segundo modelo lo presentan las extraas criaturas divididas esttico, tiene que ver primariamente con la excelencia funcional
de Aristfanes -que somos nosotros-. La mitad busca la otra mitad, del cuerpo humano. Homero lo une a la grandeza corporal (kals
su otra mitad; no slo busca lo mismo: se busca a s mismo. El en te mgas te, !l. 2 1 . 1 08 , etc.). La belleza es la manifestacin ele la
tero no tena ni necesitaba tener relaciones sexuales. El deseo se fuerza propia de la aptitud guenera y ele la excelencia gimnstica
xual y su transito1ia satisfaccin expresan eso inefable que es el ver que, incluida su aura ertica, es parte esencial ele la kalokagatha53.
dadero objeto del deseo: Se llama eros al apetito (epithyma) y la Expresa las ideas sociales y morales ele nobleza y <excelencia,
persecusin del tocio (toa hlo) ( 1 92e- 1 93a)5 1 . Aristfanes es y su versin ms aproximada, antes que bello, sera bueno o
tambin una ele las voces de Platn. Ya en el Lisis la nocin prxi noble. La bondad del bueno -por jemplo, la excelencia del
ma y ms amplia ele phila apmece como el deseo ele lo oikefos, ele buen guerrero- slo existe en su ejercicio y en su reconocimiento
lo que nos es propio (22 l e-222cl). Ditima, que en principio ha pblico. Transpuestos como trminos ontolgicos, kaln indica el
bla desde la posicin metafsica a la que acostumbramos ciar el aspecto con que se presenta la manifestacin ele lo bueno.
nombre ele Platn, se contrapone en forma explcita al discurso ele Platn recoge la equivalencia de agathn y kaln ele las races
Aristfanes (205cl-e, cfr. 200e)52. Aquello ele que cmezco y que ne mismas ele su transfonclo lingstico y cultural, y ya esto nos incli
cesito no es parte ele m, ni la mitad ni el entero. Por ejemplo, hay nara a suponer su identidad metafsica. Pero la equivalencia54 no
partes mas que estara dispuesto a cortar si me daan. Sin embmgo, es identidad. B ien ledo, el texto del Banquete los distingue cuida
los jemplos ele posibles cosas deseadas que Scrates haba utili dosamente. Es cie11o que aproxima y hasta propone sustituir lo
zado previamente son significativos: ser alto, fuerte, rpido, sano bueno a lo bello (20l bc, 20 l e-202b, 204cle)55. Eros es un com
(200a ss.), stos son momentos ele la excelencia y la plenitud som plicado mecanismo para proporcionarnos el fin ltimo, la felici-
ticas, es decir, ele m mismo. No se ama lo propio, salvo, aclarar
Ditima, que lo propio sea lo bueno (205e-206a). Y en efecto, en
204e 1 -2 lo bello ser sustituido como objeto del deseo por lo bue 53 H.-l. Marrou, Histoire de l 'ducatiorz dans I 'Antiquit, Pars, Seuil, 1 948 [ed.
no. Lo que se ama es el bien, poseerlo, y poseerlo siempre. Importa cast. (a partir de 3 1 955): Historia de la educacin en la Antigedad, Buenos Aires,
tener en cuenta que bien no es en primer lugar un trmin o tico, Eudeba. 3 1 976, pp. 52 s.]. La belleza disociada ele las virtudes blicas se vuelve mo
sino que designa una plenitud ontolgica. As pues, aun si el deseo tivo de escarnio en Homero. Hctor echa en cara a Paris que, siendo hermoso, sea
cobarde (//. 3.38 ss., esp. 44-45). La idea se volver tpica: 1\denex. 246e.
no es ele una parte ele m, no deja ele ser deseo ele lo bueno, y el
bien es siempre lo ms propiamente mo, porque es la intensifica
51 Simp . 20 1 c , ti! de agath ka/ (lo bueno es bello), Tim. 87c, pdn de to
agathbn kaln ( todo lo bello es bueno).
cin ele lo que soy. Frente a la carencia, la posesin perpetua ele lo 55 La sustitucin que hace Ditima parece presentar el Bien y lo Bello como
bueno se presenta como una plenitud. Por ello (204e-205a), su po intercambiables. As Jo entiende la interpretacin usual, que tiende tambin a iden
sesin da lugar a la felicidad, que es un fin ltimo. titicarlos. Por ejemplo Grube ( 1 935), p. 2 1 : Que esta realidad suprema sea lo Be
Repblica pone el B ien en la cima ele la jerarqua ontolgica y
llo en un dilogo y lo Bueno en otro no es sorprendente. Los uos conceptos estu
vieron siempre estrechamente relacionados en la mente de Platn, y en esto slo
teleolgica. En el Bcmquete slo se menciona la Belleza, y en el estaba expresando el punto de vista del ateniense comn>>. La equivalencia entre Jo
bueno>> y lo bello>>, con la frecuente inclusin ele lo justo, es previ a a Platn
48 C . . P. A . 49
dad. sta equivale a posesin permanente del bien. El objeto lti Eros es filsofo, p ero la mediacin de Eros no logra tanto como la
mo del amor, su tlos, pues, es el bien. Pero su posesin perma de l a filosofa, que pone el alma en pleno contacto con las Ideas, en
nente requiere de la inmortalidad, que es co-deseada en el deseo el ms all (Fedn) o el ms ac (Repblica). Por lo dems, los di
de todo lo bueno. El medio de obtenerla es la procreacin, segn logos medios no son un bloque, sino peldaos, que desde Fedn,
el cuerpo o segn el alma. Sobre la base y segn el modelo del estructuralmente ligado a l a muerte, nos van aproximando la
sexo, la fecundidad slo es excitada por la belleza. El objeto in mediacin ele distintos modos.
mediato del amor es la persona bella o, en general, las manifesta Damon, palabra que en principio indica una divinidad no per
ciones de la belleza, y el fin inmediato es el alivio ele la tensin sonalizada, adquiere en el Banquete el sentido ele intermedia
;
56 Puede rastrearse en el vocabulario platnico (aqu
y en otros dilo<>os es propiamente y en todos los casos deseo de afirmacin y perma
pecialmente el Lisis) una gradacin desde epithyma, que designa en prim r I gar nencia en el ser; por eso es deseo ele eternidad. Pero si el acceso a
deseos corporales y en s irracionales, a n5s, en donde el deseo est articulado por
la razn, y, con un matiz todava ms <<racional>>, phila (como en philo-sopha).
Cfr. Hyland ( 1 968).
J\
57 Sobre todo, como alma humana individual. El Alma
del Mundo de dlo- 58 Las criaturas de Aristfanes buscan su propia completitud, ro hlon. Los
gos posteriores cumple otras funcione s. imones circulan por el hiato dentro de la totalidad de lo que es (to plin).
E . l a P . :.. .
FOTO CO PIADOR
so r. .
s1
lo divino es imposible, l o que l lega a constituirse con el deseo no dad dada, que ya no da cuenta de s misma, y se descubre la au
es la eternidad sino el tiempo. Tiempo y deseo se coimplican. El sencia ele un suelo metafsico. La metafsica platnica, con la
dios no experimenta la carencia, el animal no la conoce; viven en Idea, pone ese suelo en la identidad. Es un fundamento capaz ele
la eternidad o en el instante. La temporalidad del deseo es la tem detener la disgregacin ele la realidad al proporcionar un ncleo
poralidad del devenir, cuyo motor es la reiteracin, esencia misma donde las cosas y el hombre pueden irse unificando, pero es un
del deseo: en el mito, Eros nace y muere en el mismo da (203d-e). fundamento incapaz de soportar lo mltiple y contradictorio.
Hay una constitucin temporal del deseo, y podemos hablar ele una A diferencia del andrgino de Aristfanes, que se busca a s
constituc in deseante del tiempo: el tiempo es .el deseo que quiere mismo como otro, el eros platnico se busca a s mismo como
suprimirse. lo mismo. Qu pasara si este andrgino platnico se completa
Por supuesto, el devenir se disolvera en una dispersin i m ra? El camino que nos propone Platn para esto en los dilogos
pensable si no tuviera un anclaje en la permanencia. El individuo medios se llama filosofa. Es el camino de la psykh, del
necesita, para poder ser, una cierta permanencia en el cambio del alma, es decir, del hombre, hacia la completitud. El cumpli
cuerpo y del alma. Y la procreacin es la posicin de otro como miento de ese movimiento fue pensado por Platn en el Fedn. El
lo mismo (207e-208b?9. Pero el deseo como deseo ele eternidad alma se constituye en el Fedn como un efecto ele ese deseo ele
est ondenaclo a quedar crucificado en el tiempo. alcanzar lo pleno. El filsofo lo logra al alcanzar la phrnesis.
Ultimo paso: la constitucin del tiempo como tendencia hacia Entonces deja de ser filsofo y llega a ser sophs, sabio. En el
la eternidad es una consecuencia de la opcin ontolgica por la Fedn se habla de la posibilidad, an en esta vida, de una cierta
identidad. En contraste con la ontologa arcaica, donde el ser es la asimilacin del alma a las Ideas. Si esta asimilacin se llegara a
oposicin a lo otro, la conjuncin/disyu ncin con lo otro, en Platn consumar, el extremo ele lo mortal, variable y mltiple, se aniqui
el ser se afirma en lo Mismo. El ser como identidad est por detrs lara. Ahora bien, segn el Fedn, la fil osofa es preparacin para
del afn ele permanencia, ele la procreacin de lo semejante, de la la muerte, y la phrnesis se alcanza slo en la muerte. Plenitud,
aspiracin a la inmortalidad. La Idea es la plenitud de la identidad. identidad, saber, eternidad, muerte: la ertica ele la carencia, lle
El vocabulario tcnico ms frecuente para aludirlas es la belleza . vada a su cumplimiento, culmina en la tantica ele la completitud.
misma, la justicia misrna en s misma (auto kath 'haut, frmu La herencia del Fedn ha sido pesada. El alma del Fedn es
la que indica que algo es solamente eso que es, sin mezclarse con parte ele la sombra larga que proyecta Platn , pero para Platn
ninguna otra cosa). La cosa sensible, por su parte, es insuficiente fue una posicin temporaria. Platn no est obligado a ser fiel a
mente idntica a s misma y por ello aspira a la Idea como incremen Platn, ni l o ha sido. En el Fecln, la philosopha cumple una
to ele su ser propio. Si lo sensible lo lograra -si la rosa llegara algu funcin mediadora que salva al alma para siempre. El filsofo ele
na vez a ser la Rosa-, el devenir se habra suprimido, toda la Repblica conoce el B ien ya en esta vida y debe servir ele media
realidad habra accedido al nivel ontolgico de la Idea. dor con el conj unto ele la Ciudad. Pero ni a l, que logra poseer
La ontologa arcaica ele los contrarios --dios: da noche verano el B ien, ni a su Ciudad, se les promete una eternidad esttica.
invierno- parte de la plenitud del dios en la oposicin ele da y noche, Eros es la experiencia que humaniza a la philosopha. El amante
que se sostiene en su propia tensin. Las Ideas son reclamadas por la del Banquete toca la B elleza por un momento, pero no puede
detencin ele esta tensin -como en el testimonio (22A22) en que poseerla siempre. En el texto del Banquete, la posibilidad de
Herclito acusa a Homero, se ha acabado el plemos y el mundo en transcender el tiempo parece estar slo entrevista en la contem
tonces no se sostiene-. Y ah aparece la menesterosidad de la reali- placin de la B elleza en s. Volverse inmortal, en la medida de
lo posible, no es no morirse, sino lograr ese momento ele capta
59 En el Timeo, el advenimiento del devenir, esto es, del mundo sensible -que
cin ele un objeto atemporal, la B elleza misma, tal vez algn tipo
comporta el tiempo- se pondr tambin bajo la metfora ele la procreacin cs ele identificacin del alma con ella y, por lo tanto, un momento
FOTC .:O PIA DO RA
mica, como la operacin del Padre en la Matriz. (temporal) en que el alma logra asomarse a la atemporalidad.
52
r , e . , . P, A . 53
Pero esto slo habilita a volver en las mej ores condiciones para
La retrica
lograr la inmortalidad de los mortales60
Los graneles temas metafsicos, Ideas, Alma, :os, aprecen
Si aceptamos la secuencia Fedn, Repblica, Banquete, Fe
dro, podemos trazar un movimien to de retomo. De la completitud
en el segundo discurso ele Scrates, durante un VIaJe subhme, o
que c nclena a Scrates slo ve una forma debilitada ele los ims
60
La inmortalidad en el Banquete es una cuestin debatida. Est, por supues mos vicios.
to, la inmortalidad mortal ele la procreacin fsica y la inmortalidad segn el alma, Esos vicios son los ele la poca ele la guerra, compleja si las
que suscita virtudes en el amado mediante discursos y que puede objetivarse en la hubo, pero que Platn simplifica en dos figuras. Platn procede
creacin artstica, la legislacin y las ciencias. El problema est en el ambiguo tex
el principios .del siglo IV, Gorgias delimita por primera vez la poe
tn y Gorgias se mueven ambos en el terreno del fundamento.
o, como imagin Ryle, los mismos dilogos ele Platn. Alrededor
1
I : ente n es mnguno de los que l mismo ha configurado, sofista y
1 52c) presenta a Protgoras con la cita de su doctrina del hamo
. ""
,
tirano, smo los graneles discursos que circulan por la Ciudad como
mensura. Lo que parece y se le aparece a cada uno, eso es la cosa
:
fuerzas formadoras y educadoras: la poesa y la oratoria pblica. para l (el viento es fro para m, tibio para ti). Esto no es aparien
Platn les opone un discurso privado pero con finalidad pblica,
. ia, sino la patencia ele la verdad (a-ltheia). Por lo tanto, sobre
.v...,
antilogas62 . La verdadera dimensin ele la doctrina del hno
l a pedagoga que se desenvuelve en el mbito de la Academia, y el
da cosa se pueden enunciar con legitimida d lgoi contrarios :
caps. V-VI, Y el cap. VII para una apreciacin ms bien escptica de Jos episodios
narrados en las Cartas.
62
DL IX 5 1 , DK 80A l = B6a cfr. A20.
57
56
:
'
'
mensura no es epistemolgica sino poltica (Teet. 1 66d ss., la verdad, n o sera correcto, y es una inj usticia que Platn n o co
Apologa de Protgoras). Lo que a la Ciudad le parece justo, es mete. Desde un punto ele vista, tampoco Gorgias est diciendo
j usto. Pero hay un sabio, no el que conoce la verdad -todos so nada nuevo. Suponer que la era ele la sofstica destruye una tradi
mos medida y estamos en la verdad- sino el que conoce lo til. cin de costumbres estables y conocimientos ciertos por un rela
ste es el sofista, formador de polticos. En este marco adquiere
tivismo ms o menos sinvergenza, es un espejismo del desarro
sentido la otra doctrina que Aristteles adj udica al rtor eri Ret llo ele la c ultura europea, cuya tradicin, que se remonta a la
rica, citndol o : convertir el lgos ms dbil en el ms fuerte. Edad Media, est cimentada en una religin con bases teolgicas
La frase recala en la Apologa de Scrates, pasada por el filtro de y metafsicas platnicas. Si nos remontamos en '!na supuesta
las Nubes de Aristfanes, para condensar la quintaesencia de la tradicin helnica, siempre encontramos concepcwnes que su
inmoralidad sofstica63. La antiloga tambin est conectada con brayan lo cmplejo ele las cosas y la debilidad de la comprensin
lo j usto y lo i nj usto en Fedro 26 l c-d. Sin embargo, hacer ms y la accin humanas . Este reconocimiento forma parte de la mo
fuerte al lgos ms dbil es el autntico cometido del sabio, que destia del hombre ante los dioses. La poltica, la moral y la cien
ve lo que otros no ven, la conveniencia oculta para la ciudad, y se '
cia arcaicas no ofrecen una certeza tradicional o intelectual. Ms
la hace entender a sta, mostrando la oportunidad y la racionali bien la verdad es la inestabilidad del mundo y el conflicto ele las
dad de un lgos que la ciudad no tena en cuenta. Esto no oblite opiniones y los deberes. Esto no impide algunas convicciones,
ra el lgos contrari o : ambos opuestos son verdaderos . Protgoras reglas y firmeza ele carcter. Pero en este marco la capacidad ele
es un heraclteo autntico. persuadir, no separada ele la capacidad de discernir en lo inesta
La operacin que Platn lleva a cabo sobre Protgoras es im ble, es legtimamente apreciada y h onrada. La persuasin es u n
placable e impecable. El hombre-medida se convierte enseguida d o n sagrado ele las musas (Hesodo) y testimonia q u e la palabra
en el puro fluir, que no es Herclito sino, como sabemos por Aris que la posee proviene ele una fuente inspirada.
tteles (Met. l O l Oa l 0- 1 5), Cratilo. El juego antilgico del lengua A lo largo del siglo v esta fuente ele verdad inspirada se va
je y de la realidad misma es traducido al relativismo y al todo obturando, pero el lgos desacralizado no son las certezas racio
vale. Platn, desde la tica, la poltica y la ontologa unvocas del nales modernas sino el reconocimiento ele la propia debilidad del
Bien, puede organizar una respuesta coherente a Protgoras. lgos ante una realidad que en su estructura misma es insegura.
Protgoras, el Sofista por antonomasia, est todava en el hori La capacidad ele abrirse al kairs es su criterio ele verdad. En un
zonte arcaico. El mito que Platn le atribuye lo muestra confiado mundo librado a la mera opinin (Helena), la potencia persuasi
en que el j uego de los opuestos puede manejarse con el conoci
contada la moral usual y admitida ( Gorg. 457 a-e, 460a). A Gor
va ele la poesa pasa a la tcnica ele los lgoi. Gorgias da por eles
miento ele la justicia. El rtor Gorgias est vuelto hacia adelante;
es un sobreviviente ele la crisis y un contemporneo espiritual ele gias no le interesa la tica. l imparte una enseanza tcnica
S crates y, en cierto sentido, hasta cronolgico, ele Platn. El te especfica: forma gente hbil/terrible en el hablar (Menn 95c =
rreno en que ambos se encuentran es la consciencia ele la quiebra 82A2 1 , lgein . . . deinos), rtores (Gorg. 449a) . El Gorgias plat
y el descubrimiento del fundamento ausente. nico indica con total lucidez que el objeto ele la retrica queda de
Platn ve el ncleo ele la enseanza ele Gorgias en la sustitu finido suficientemente como el mero producir persuasin en el
cin ele lo verdadero por lo verosmil ( Gorgias, Fedro), en vista nimo ele los oyentes ( 452cl-45 3a). Esta persuasin se ejerce so
ele una persuasin que, en ltimo trmino, pretende una victoria bre la multitud (p!ethos) y permite dominar en la ciudad. Su m
en el terreno ele las disputas ele poder. Identificar esta estrate bito es preferentemente el jurdico-poltico: tribunales, Consejo ,
gia con el engao y la mentira, o al menos con la indiferencia por Asamblea y toda reunin ele ciudadanos (politikos syllogos), don
ele por supuesto se delibera sobre temas ele justicia, y en los cua
63 Aristteles, Ret. J 402a23 = DK 86b; Platn, Ap., ! 9c; Aristfanes, Nub. les se busca la persuasin [ . . . ] sobre lo que es j usto e injusto
883-5 (y ss.). (454b). No hay ninguna pretensin ele alcanzar la esencia. Scra-
58 59
tes ataca desde las distinciones entre ciencia y creencia, ser y pa adjudica a1 lgos, como tal, los poderes del lgos potico. Este po
recer j usto, y Gorgias se retira pronto de la discusin. No porque cl r no es ahora una revelacin de la Musa, sino la seduccin cuasi
quede entrampado en la dialctica de S crates. Ese dilogo lo ertic a ele la palabra, la apte clesacralizada65. Puede parecer que la
fastidia un poco, y Scrates obtiene u n triunfo fcil sobre alguien creacin potica se diferencia ele otros usos del lenguaje en que es
que no est interesado. un juego gratuito, en el que es sabio, placentero y sin consecuen
Gorgias elude a Scrates atenindose, con una modesti a para cias dej arse engaar y seclucir66. Esa gratuidad se debera a que la
dj ica, a su deslumbrante y casi omnipotente pero en el fondo poesa se desconecta del poder. Esto es equivocado y esquiva jus
acotada funcin ele orador y profesor ele retrica. Para entender tamente lo terrible del mensaje de Gorgias. El lenguaj e potico es
esta displicencia hay que ir, por detrs de Platn, a Gorgias mis modelo ele todo lenguaje. El poder mismo es de ndole potica, y
mo y a sus textos. La antiontologa del Acerca del no-ser sostie con el lenguaje se puede hacer mundo, en la realidad como en la
ne l as clebres tres tesis: nada es; si algo es, no es pensable; si tragedia. En el j uego poltico las apuestas pueden ser ms o menos
algo es y es pensable, no es comunicable. Las tesis no dicen que pesadas. Pero no obedecern ni a las exigencias de la verdad ni a
nada existe ni son nihilistas , slo atacan, desde su mismo inte las reglas ele lo til protagreo. La sombra ele Gorgias proyecta una
rior, el sentido eletico del verbo ser. El supuesto nihilismo se re nocin del poder muy distinta ele las modernas: un poder cuya n
.
suelve en los discursos, Helena y Palamedes, que a partir de la dole ltima es ldica. El poder no es ni un medio ni, estrictamente
ausencia de la verdad maciza consagran la autonoma de la pala hablando, un fin en s mismo, sino un juego que se juega.
bra verosmil, productora ele efectos de realidad que son, abierta La frase epocal para el experto en la palabra es deinos lgein,
o o
o disi muladamente, efectos ele poder64. hbil/temible/terrible al hablar. La palabra hbil es temible por
.: ' -1
La antiontologa retrica, que priva de base a la moral, abre ne que es poderosa, y tambin es terrible. Si, en el fondo, toda cons
rn ,
cesariamente a una poltica. La palabra verosmil se convierte en "\ truccin ele poder es gratuita, lo gratuito es lo ms cruel. Nueva
o
instrumento de poder en forma inevitable, porque el poder tiende mente: no es que la tragedia se parezca al juego retrico, sino que
- -o
......
siempre a desplegarse. Por eso el Gorgias se desliza desde Gorgias el juego retrico es trgico. La gratuidad ele la operatoria, p uesta
""D o
hasta Calicles. En el Helena, el ejercicio poltico ele la palabra no es en obra en la poltica, en la realidad, la exime ele responsabili
o
)> ,::!
mencionado entre los varios mbitos -el ertico, el de la creencia in . dad por las consecuencias. Quin se haria cargo? Es paradjico
");:>
telectual, el jurdico . . .- en que se ejerce el lenguaje persuasivo. La que para Gorgias, como p ara Scrates, nadie hace el mal volunta
delimitacin poltico-jmiclica de la retrica en el Georgias es una riament7 , pero Helena es la anttesis del s mismo socrtico. La
extensin y un nfasis que tenemos que adjudicar a un Platn ob realidad es mera produccin ele efectos, y Helena es el mbito
sesionado por el poder? Vemoslo de otro modo. La definicin del
65 J. de Romil!y, Gorgias ct le pouvoir de la posie, .low: He/l. St. 93
9 del Helena, considero y llamo a toda poesa un lgos con me
dida, no nivela la poesa con los dems modos clel lgos, sino que ( 1 973), pp. ! 55- 1 62. M. Detienne, Los maestros de verdad en /a Grecia arcaiw,
Madrid, Taurus, 1 983, esp. cap. VI, La opcin: altheia o apat [sic]>>, que re
produce Simonide ele Cos ou la scularisation de l a posie>>, Rev. t. Grec. 77
64 Helena sugerira que la <<realidad>> se resuelve en produccin de efectos. ( 1 964), pp. 405-4 19.
Algunas de las fuentes de esa produccin son algicas (el destino, la violencia), 66 Plutarco, De gloria Atheniensiwn 348c == 82B23: La tragedia floreci y
pero el discurso es su fuente privilegiada. Cfr. B. Cassin, L'effet sophistique, fue famosa, pues era algo admirable de or y contemplar para los hombres de en
Pars, Gall i mard, 1 995, e partie, De l ' ontologie a la logologie>>, esp. pp. 66-74. tonces, y proporcionaba, mediante historias y pasiones, "un engao", como dice
Cassin habla del efecto-mundo, sin insistir especialmente en la temtica del Gorgias, con el cual "el que engaa es ms justo que el que no engaa, y el enga
poder. El Palamedes admite la verdad fctica, pero su incomunicabilidad la vuel ado ms sabio que el que no es engaado". Pues el que engaa es ms justo por
ve impotente y la hace desaparecer bajo la verosimil itud. Cfr. J. A. Coulter, The que hace lo que prometi, y el engaado ms sabio. pues quien no es i nsensible se
Relation of the Apo/ogy ofSocates to Gorgias' Defense of Palamedes and Plato's deja atrapar por el placer ele las palabras>>.
Critique of Gorgianic Rhetoric>>, Harv. St. Class. Phi!. 68 ( 1 964), pp. 269-303,
esp. seccin IV.
67 G. Calogero, Gorgias and the Socratic Principie Nema stw sponte pecat>>,
'
60 61
donde esos efectos se producen: efectos de la violencia, de los Pero Platn s acusa el impacto. El Scrates del Gorgias con
di ?ses y el destino, del amor68, en especial de los lgoi. El S dena a la retrica en nombre de la verdad; el del Fedro utiliza la
rrusmo responsable est disuelto en dxai dbiles (Helena 1 1 in verdad para perfeccio nar la retrica. Es cierto que, al final, el ob
fine, Palamedes 24), efectos de los efectos de la realidad inexis jeti vo del discurso ser agradar a los dioses y escribir lgoi in
tente. El texto es el elogio y la apologa de Helena y se ;:: oncentra m ortales en el alma del discpulo, pero el giro es demasiado brus
en el sujeto pasivo de la persuasin, pero podemos legtimamente co para ser conv incen te.
preguntarle qu pasa con el sujeto activo. Acaso el seductor ret Platn sabe qu hacer con la poesa, pero se siente incmodo
rico, Pars, es ms consistente que Helena? O ese sujeto activo es con la retric a. Hay un pasaje crucial del .Fedro que pasa inadver
otra forma de Helena, es Helena misma, que puede acceder, cur tido en la transicin hacia el segundo discurso: las citas de los
_
vandose sobre s, a la capacidad tcnica de articular lgoi y gene dos poetas arcaicos (242c-cl, 243a,-b), entre los cuales se dirime
rar la apte -y por detrs de la retrica no hay nada-? El poder el dilog o. Por u g lado, la cita de Ibico sostiene toda la arquitec
creador y destructor ele la persuasin es un juego potico, estti tura . El verso ele Ibico expresa el temor de agradar a los hombres
co, Y por eso terrible, que podra lanzarse (hasta desinteresada con acciones (palabras) que son una falta contra los dioses. Esto
mente) a una exploracin a ciegas de lo posible e .imposible. es retomado en el lejano giro de 273e ... el sabio debe esforzar
o podemos evitar leer a Gorgias con los ojos ele nuestra poca se en ello [en lograr el arte retrica] , no con el fin ele hablar a los
(es literalmente lo nico que podemos hacer), pero por detrs ele esas hombres y ele actuar entre ellos, sino pm-a poder decir cosas agrada
u- .
ser ha superado o neutralizado de antemano tanto el heraclitismo
O
qn.._ O
roso a su primer discurso y lo cambia por otro, que necesaria
.
sin, p. 75).
7 0 N. a 243a-b. La historia de la curacin de Esteseoro, segn Pausania , es
s
68 G. Casertano, <<L' aniour entre logos et pathos. Quelques considrations sur contada <<por los de Crotona y los de Hmera. En el mismo lugar, 3 . 1 9.9- 1 0,
Pausanias registra otra historia, que se cuenta en Rodas, de una extraa Helena
perseguida, desterrada, ahorcada y convertida en diosa del rbol.
l 'Hlime ele Gorgias, en B. Cassin (ed.), Positions de la sophistique, Pars, Vrin, .,
62 63
de la diosa viene a sustituir en forma escandalosa a la verdad fac IV
tual, histrica, de la adltera. FOl
El Fedro
e r
Sobre todo, Helena es argumentada. Los lgoi de que est tej i
da culminan en los grandes Elogios de Helena de Gorgias e Iscra
tes7 1 . El ele Gorgias es anterior al Fedro y es imposible que Platn Titulo y subttulos
no lo tuviera presente. El pasaje del Fedro muestra movimientos
inesperados si se lo ilumina desde el texto inagotable de Gorgias. El Fedro, como los dems dilogos ele Platn, nos llega con un
El lgos, el gran dinasta, es un phrmakon72: Fedro, portador del ttulo complejo : el nombre ele un personaje ele la accin dramtica
lgos ele Lisias y padre ele discursos, ha drogado a S crates. como ttulo principaF5, un subttulo o segundo ttulo temtico , en
El lgos pone a Scrates en el lugar de Helena, en el lugar del er el caso Sobre lo bello, y, por ltimo, una clasificac in filosfi
menos seducido. Pero, por un efecto paradjico, no es S crates ca, tico. Esta titulaci n y clasificacin ele los dilogos aparece
sino su boca, emisora ele palabras, la que ha sido drogada por en Digene s Laercio 3 . 56-6 1 76, atribuida a un tal Trasilo, a quien
Fedro (242e l y n.). La seduccin lo ha convertido en erasts, en Digenes atribuye tambin la ordenaci n ele los dilogos en tetra
orador ertico-retrico. Scrates-Helena, seclucid9 y seductor a l a . logas que nos ha llegado. Hubo otras ordenaci ones, entre las cua
vez, ha c ado en el espej eante j uego clel lgos, ha gozado sinuosa- les DL mencion a (3. 6 1 -62) una en trilogas, que adjudica al gran
mente como erasts y como ermenos, y se ha asustado ele su pro erudito alejandri no Aristfanes ele B izancio (siglos m-u a.C.).
pio gozo al parecer inmanej able. Quiere salvarse de los remolinos Trasilo es un personaje ele la corte ele Tiberio, sobre quien tiene in
del lgos clamando por la balsa clel lgos filosfico, anclado en la fluencia como astrlogo77 , y se le puede suponer una compleja
verdad, en lo slido73. All aparece Helena como dea ex machina personal idad y un perfil intelectu al alto78 Habra escrito una obra
para alcanzrselo. Pero Helena es la confusa divinidad del lgos y sobre la filosofa platnica 79. Prcticamente Loclas las edicione s
su insoportable belleza ertica. Como hizo con Estescoro, tiende reproduc en los ttulos y subttulo s, y muchas (como el texto can
una mano a S crates despus ele haberlo cegado. Scrates se ane nico de B urnet) mantien en la ordenacin en tetralogas. Usual
piente ele su palabra blasfema, la declara falsa y se dispone a decir mente se adjudica n los ttu los a Platn, y los subttulo s y la distri
la verdad. Pero lo que ofrece y pide Helena no es la verdad sino un bucin en tetralogas a Trasilo. Segn DL, ste afirmaba que el
artilugio retrico, la inversin ele las afirmaciones, los argumentos mismo Platn haba publicad o sus dilogos como tetralogas, a
que siempre terminarn consagnmdo su seduccin inescapable, los imitaci n ele las trgicas . La primera cumple con este programa,
Elogios de Helena. Para escapar ele la seduccin, caemos en ella; ya que recone el juicio, crcel y muerte ele Scrates : Eut(jin,
para evadir el espejeo retrico y aferramos a la Verdad, juramos la
verdad del fantasma ele Helena. Est Scrates ms ciego que el
poeta, y no lo ve?74. Helena triunfa siempre, y nadie nos ha asegu
75 Es el caso ms frecuente, pero con numerosas
excepcion es: Banquete, So
rado que sus triunfos sean buenos. fista, Poltico, Repblica, Leyes y algunos espreos o dudosos, adems del nom
bre genrico Apologa para el nico texto no dramtico.
76 El subttulo Sobre lo bello pertenece a la tradicin manuscrit
a; en Di
71
genes, el Fedro est subtitulado sobre el amor (3.58).
Iscrates, He/. 15 in fine, podra sugerir que haba otros Elogios adems del 77 Si efectivamente el erudito y el astrlogo coinciden , de lo que
a veces se ha
ele Gorgias, y el ltimo pargrafo lo convierte en un gnero abierto a los sucesores. dudado. Hay varias versiones ele una historia fantstica sobre el origen ele su in
n Helena 14, Derrida ( 1 972), passim.
73
tluencia sobre el futuro emperador. (Tcito 6.20-22, Suetonio Tib. 1 4.4, Din Ca
Fedn 85c-d, cfr. 99cl-e, l 07b. sio Hist. LV. 1 1. l -2B ; cfr. A. I-I. Krappe, <<Tiberius and Trasyllus , A m. Jow: Phil.
74 Quin sabe. Estescoro entiende su falta porque es ms mousiks (243a) 48 [ 1 927], pp. 359-366; R. P. Oliver, <<Thrasyllus in Tacitus (Ann., 6.21 ), Jllin.
que - nada menos!- Homero. Y Scrates ha i nvocado a las musas, que pueden re Class. St. 5 [ 1 980], pp. 130- 1 48.)
velar la verdad, pero tambin decir mentiras (Hesodo Teog. 27-28), al comienzo 78 Escolio a Juvenal (6, 576).
de su primer discurso, justamente el discurso <<retrico>> y mentiroso. 79 Portirio, Vida de Plotino 20.75.
64 65
1 V 1 VL Ut-'lA UO
RA
C E . L P. A .
Apologa, Critn, Fedn. Alguna otra recoge
lo que pudo haber Composicin y estilo
ntes presentan
sido una serie proyectada por Platn80, y las resta
El Fedro retorna en un sentido a la simplicidad de los dilo
entre los dilogos vnculos muy dbiles o ninguno. .
.
leJa cla lfl. gos platnicos de juventud, que suelen ser una puesta en escena
caci n son anteriores a Tras ilo. Ya Derclides (ca. ,mita
Hay cons enso en que los elementos de esta comp
, a
d qel Siglo directa de dos personajes, S crates y un interlocutor. Otros dilo
s1
I a. . has.ta el
log 1as . La cntlc gos, en cambio, reconstruyen en forma narrativa una conversa
1 a.C.) habra organizado los dilo gos en tetra
cin anterior85. Por supuesto, la amplitud del texto no es compa
rastr ea el origen de esto s elementos desd e el siglo
siglo rv a.C. , el Peripato y la mism a Acadmia2 .
La existencia de rable a la de los dilogos juveniles. Platn ha sido el nico autor
acla, en algu- de dilogos filosficos con personajes vivientes. Sus imitadores a
ttulos alternativos o segundos ttulos esta testtmom lo largo de los siglos slo han logrado escribir tesis dialogadas .
nos casos, muy tempranament3. Como todos los dilogos de la madurez -y en buena medida tam
bin los juveniles- la calidad dialgica del Fedro es muy alta .
Los del tercer periodo, en cambio, se aproximarn a veces a l a di
Autenticidad
sertacin. No tiene el pthos dramtico del Fedn o la vivacidad
duda. Bastan dialctica de Repblica I, pero, por supuesto, ello se debe a que
La autenticidad del Fedro no ha sido puesta en
tteles, Retrica Platn ha elegido una clave amable, creando, en cierto modo, el
para confirmarla las referencias expresas de Aris
VI 3, 1 40 b 3 s.; gnero pastoral86. La puesta en escena es muy cuidada. El lugar
Ill 7 ' 1 408 1 9-20' con mencin del ttul.o,' y '
de Platon84 .
Tpi cos
nom bre tiene una importancia decisiva y, en realidad, es el tercer agonis
Met. 6, 1 07 1 b, 3 1 -3 3 , 37 s., con menc10n del
ta de la accin dramtica.
Junto con el Banquete y a poca distancia de l, marca el pi
ce de la maestra absoluta del prosista Platn. Los huesos y las
articulaciones de la reflexin filosfica tcnica, que en Fedn y
Repblica estn a la vista, aqu se disimulan bajo el brillante
c!O) recoge
ye a Aristf<r:.es de Btz
deba conti nuarse . en el. Filsofo. manto del paisaje encantador y del arTebato mtico-retrico ele
so Teeteto, Sofisw, Poltico, que al parecer
,
20-25; pero estos n refenr 86 Murley ( 1 940); algunos precedentes mencionados en pp. 283-284.
mien to, Fs. 265b 32-266a l y De an. 404a .
1 ( 1984) , p. 1 9 87 U. von Wilamowitz-Moellendorf, Plato/l. Sein Leben uns seine . Werke Berln
o a Jenc rates. Cfr. Capp cllett
se igual mente a Leyes X 895e- 896a '
'
5 ! 959, p. 359.
y remisiones.
67
66
pattic o Dicear co calificab a el estilo del Fedro de pho tikn, A fines de ese siglo la estilomctr.a, con su enfoque en principio
vul baar. D ionisia de Halica rnaso tambi n critica el estllo ele obj etivo y ms sobrio, dibuj a los graneles bloques (j uventud-ma
. .
cntlcas
'
Platn y la hincha zn potica , y el De lo sub/un e recoge durez-vej ez) ele la obra platnica y ubica el Jiedro hacia el final
j unto a muchos elogio s. Ya Arist teles reconoca que ciertos ras del periodo medio, ya en el camino hacia el siguiente y en las
gos del Fedro, equiparables al discurs o entusia sta o a la poesa cercanas del Teeteto. Con diferencias ele detalle, la crtica lo ha
inspirada ( ntheon), eran irnicos8 8. mantenido all, aun dentro ele las turbulencias que la scholarship
introdujo en la cronologa platnica desde mediados del siglo xx
FOTO CO PIA DO RA
C . E . I t P. A .
y la renovacin, hacia fines ele siglo, ele los estudios estilomtri-
Fecha de composicin c os gracias a la informtica92 .
entre Platn e
no se aplica a nadie por debajo ele cincuent a, y la diferenc ia ele edad
Iscrates es ele unos ocho aos. sada en los contenidos, las alusiones y las presuposiciones ele los dilogos. Sobre
9 Usener llega a ponerlo en los 25 aos,
1 antes de la muerte de Scrates . Cfr. la relacin Banquete-Fedro, c fr. J. D. Moore-J. Dillon, en Moravcsik (ecl.) ( 1 973),
Jaeger. Paid., pp. 982 s., Y. Lafrance , F. Schleierm acher, lecteur du Phedre de Pla- esp. la extensa n. 1, pp. 69-70, para la historia ele l a cuestin.
68 69
tes, algunas bastante probables y otras menos94, y en el Acerca de Fedro y la fecha dramtica del dilogo
los sofistas de Alcidamas, pero esto agrega el problema suplemen
Fedro, hijo de Pitocles, del demos de Mirrinunte, figura en el
Protgoras, el Banquete y en este su dilogo homnimo. En el Pro
tario de la cronologa de estos autores. En lneas generales, la fecha
del Fedro tiende a ubicarse ca. 370 a.C., corrindose ms bien hacia
tgoras est, junt a Erixmaco, escuchando a Hipias de Elis, que
la dcada del 360, antes del segundo viaje de Platn a Sicilia95. , , (3 1 5c). En el Banquete, cuya fe
responde sobre fls1ca y astronomm
cha dramtica es probablemente 4 1 6, es un hombre de ms de trein
ta aos. La accin del Protgoras, donde es un adolescente, se ubi
Los personajes
ca lo ms tarde hacia 433/432 (Hackforth p. 8); por lo tanto, su
naciiento pude ubicare circa 450-447. Es pobre o qued empo
Scrates en el Fedro
brecido por crrcunstanc1s de las que no fue responsable (Lisias
19. 15, cfr. Fedro 228a). Una obra con su nombre del cmico Alexis
El Scrates del Fedro tena menos posibilidades que el de Apo
( CAF II, 245-6 Knock) pone en su boca una parodia del discurso ele
loga o Fedn para incorporarse a la imagen ms o menos edifi
Scrates-Ditima y la afrrmacin ele que sus males y su pobreza
cante de Scrates que tuvo vigencia hasta hace no tanto tiempo,
(apora) lo llevaron a la filosofa.
pero, en su decorado rstico, poda contribuir con una faceta ama
Un descubrimiento arqueolgico, en 1 936, permiti identifi
ble y encantadora. Dejando esto por lo que valga, no cabe duda
car a nuestro Fedro con el mencionado por el orador Anclcicles
de que, filosficamente, la voz de Platn aqu es ya la nica, y el
entre los implicados con Alcibades en la pmoclia ele los misterios
Scrates histrico puede ser dejado de lado sin culpa. En el Fe
ele Eleusis96. Sus bienes fueron confiscados, Fedro huy para evi
dro, Scrates representa su papel platnico ele manera brillante.
tar ser condenado a muerte y no volvi a Atenas antes ele la am
Puede decirse que algunos datos y pasajes famosos forman parte
nista general decretada al reinstaurmse la democracia en 403 .
de su anecdotario garantizado, por ejemplo no viajar, certificado
No sabemos demasiado sobre su destino ulterior y el momento
tambin en Critn, aunque la gran contribucin del Fedro a su fi
gura ha sido la observacin acerca de no salir nunca al campo95ti. ele su muerte97.
Robn, Banquete (ed. Bucl), p. XXXVII, traz una memora
Junto a estos rasgos, hay otros que su imagen tradicional ha repeli
ble semblanza de u carcter, varias veces citada y que no me
do, en primer lugar su papel de prima donna retrica. La figura del
r imen ele vi ' lleno ele fe e n los tericos de la medicina y tam
abstengo ele traducir: Precupado por la salud, cuiclacloso ele su
Scrates bueno no asimil a este diablico virtuoso ele la tkhne.
Y sin embargo, es un rasgo ele tal importancia en el personaje, que .
bJen ele la retonca o de la mitologa, curioso por saber pero ca-
reclam todo el Menexeno p ara recitar la oracin fnebre adjudica
FOTC .;.. , ,
da con irona a Aspasia.
96 El nueo 1'ragmento, /G I'- 325, da el nombre ele Fedro completo. B. D. Meritl,
C E L. F
!he attic stelai>>, -JesP_eria 22 ( 1 953), pp. 225-3 1 1 ; Dover ( 1 968), pp. 28 ss. Ancl
<<Greek Inscnpt!Ons ( 1 4-27)>>, Hesperia 8 ( 1 939), pp. 69-76; W. Kendrick Pritchert
.
ctdes,_ Sobre los M1trcos (l), 1 5 . En 4 15, poco antes de la gran expedicin a Sicilia
o:gamzada por lbJdes, los erma, bstos de Hermes sobre un pilar itiflico pro
tectores de los hmttes, aparec1eron mutilados en toda la ciudad. A esto se sum la
Howland ( 1937), criticado en Hackforth, pp. 6-7; Cole ( 1 9 9 1 ), p. 74 n. 12.
14. Dusanic (CQ 1 992),
94
denuncia sobre los misterios, y la opinin relacion ambos hechos con Alcibades
95 Rowe lo lleva considerablemente ms adelante, p. (de Romili y 1 06 s.). Andcides, I 35, menciona tambin a Erixmaco en relacin al
p. 354, cfr. id. en Rosetti (ed.) ( 1992), p. 23 1 , hace entrar en juego al rey histri
. caso de los herma.
co Thamus o Tachos, que asume el poder en Egipto como cogobernante de Nec-
tanebo 1 en 366/365, para situar el Fedro en el otoo-invierno de 365 .
97 Al parecer, se habra casado (Lisias XIX 1 5 ; ch. XXXII 14 y Hatzfelcl
1 39, pp. 3 1 4- 1 6). Que no se lo mencione entre los presentes en .la muerte de
95" En cambio, Rosenrneyer ( 1 962), p. 41 n. 2, ve esta salida fuera de los muros .
Socrates no mcl1ca nada (Robn, p. XIII).
como una indicacin ele que el Scrates del dilogo es un Scrates platonizado.
71
70
rente de juicio, superficial en sus curiosidades e ingenuo en la ex do all la sombra literaria proyectada por el discurso ele Lisias,
presin ele sus sentimientos, admirador ferviente ele las reputa que puede hacerse presente cuando Scrates quiera .
ciones debidamente catalogadas y consagradas>. Su cultura un La fecha dramtica es difcil ele precisar. La accin transcurre
tanto snob lo aleja de la credulidad piadosa del comn y podra ha antes ele la tirana de los Treinta, que ejecuta a Polemmco en 404.
cer creble su participacin en la parodia de los misterios (sobre Fedro estuvo exiliado entre 4 1 5/4 14 y al menos 404/403. Lisias,
cuyo verdadero carcter y gravedad, por supuesto, no tenemos nin que se haba establecido en Turios, vuelve a Atenas, segn se ad
guna certeza). Vale la pena su caracterizacin por Fenari (pp. 4 ss.) mite en 4 1 2/4 1 1 . Dover (1 968), pp. 41 -43, supone que este regre
como impresario intelectual, promotor de competencias oratorias. so puede adelantmse en diez aos y admite 4 1 8-4 1 6 como fecha
No es un buen candidato a ser un autntico discpulo de Scrates, y posible ele la accin del Fedro. Puede aceptmse, con Robn, que la
las admisiones que va haciendo vienen ms del movimiento de la accin est fuera ele toda historia, aunque s alejada ele los aos
conversacin que de un convencimiento profundo. Su conver sombros de la denota 1 00 y la inminencia del proceso ele Scrates.
sin a la filosofa, que se quiere encontrar en distintos momentos
del dilogo, es ms bien de labios para afuera y, al retirarse de es
cena, Fedro sigue siendo el mismo dilettante del principio. Por otra Lisias
r.
mo: Comra Eratstenes (Xl!); Contra Hipoterses (ltimas 200 lneas en P.
1 -6 col . III); [Demostcnes] Contra Neera 2 1 -23; el escrito que le dedica
Oxy.
1 06
:
. Dtomsio de Hahcarna_
98 Aun con posterimidad, Nussbaum ( 1986), p. 278, postula un Fedro atractivo y so y las Vidas de los diez oradores del Ps.-Plutarco. Cfr. en
1 02
talentoso, por Jo dems, objeto ele un efectivo inters ertico por parte de Lisias y S general Dover ( 1 968).
crates, cfr. pp. 269, 275 n. l O. Tambin Asmis ( 1 986), p. 1 63 , lo considera el destina Polemarca, Lisias, otro hermano , Eutidemo y Cfalo estn en la casa del
72 73
cursos cwsos de su modelo Gorgias y adopta el tono llano del
Tanto Cfalo como sus hijos son metecos, esto es, extranjeros En sus clicusos para los tribunales, Lisias va abanclnanclo los re
residentes, sin derechos polticos, aunque con casi todas las obli
f
,i
gaciones inherentes a la ciudadana. Las actividades y la situa abla cot1d1ana, con un lenguaje muy puro y manejado con flexib
.,
i
liad. Sobresal e? adaptarse a la personalidad y condicin del
cin de la familia asegurarn a su hijo importantes contactos den-
hente, Y logra 1magenes de la vida tica que se aproximan al rea
lismo e la c media. Culti tamin los grandes discursos de apa
tro del partido democrtico. Muy joven, Lisias se traslada. con sus
hermanos a Turios, en el sur de Italia, colonia panhelnica funda
da en 446/445 por inspiracin de Pericles y bajo direccin ate 11 rato, pwnunctados en ocaswnes Clvtcas especiales, aunque este g
nero o p ec haber sido su fuerte . De los que conservamos, la
Oracwn Ohmpta (XXX:ill) es de atribucin segura; fue pronuncia
niense, verdadero experimento de racionalismo poltico 1 03, cuya .
ciudadana habra obtenido. Las alternativas de la Guerra del Pe
loponeso obligarn a Lisias a volver a Atenas, donde se hace car da en 388 y, se d1ce, provoc una revuelta contra Dionisia I de Sira
ciales, la longevidad
,
n:etodo s e tdeas los convierte en rivales algo ms que circunstan
por sus compaeros, cuya figura gozaba ele cierto prestigio. Es .
probable que Lisias no ganara su causa. del orador incluir a Aristteles en el en
Su produccin fue abundante, y en la Antigedad corran hasta fe? tamte nto. Su concepcin de la oratoria y de la formacin
de
233 discursos considerados autnticos. De ellos nos llegan 35 (in dmgentes es heredera a la vez de la retrica ele Gorgias y
ele una
cluido el Ertico del Fedro), algunos incompletos, y varios segura
mente apcrifos. Tambin la papirologa ha recuperado fragmentos.
?
105 Iscrates cita la Acusacin de Scrates en
su Busiris, dirigido contra Polcra
fleto egro? hasta laApologw le Scrates del sofista Libanio
tes, donde le reprocha haber echo ms bien su elogio (4-6).
1 03 Pericles encarga su constitucin a Protgoras y su urbanizacin a Hipoda ; .
Las respuestas al pan
en el siglo rv d.C. Cfr.
C. Eb ers Lan, <<Ensayo prehmmar en Platon, _ Apologa de
mo de Mileto, padre del trazado urbano en cuadrcula y, coherentemente, de una ':' Scrates, Eudeba' B-ue-
nos A1res, 1971 y reeds.
utopa poltica (Aristteles, Po/. II 8 l 267b22-1 269a28).
1 06 Las fue tes para la b i grafa de Iscrat
104Es posible tambin que lo hiciera en su calidad de isotels. La isotela era ? es son Dionis ia de Halicarnaso y el
_
Ps.-Plu tarco, citados para Lisias, y una Vida annim a.
la equiparacin impositiva con los ciudadanos y tena connotaciones honorficas.
74 75
base moral socrtica. De voz dbil y carcter tmido, no se anima del segundo discurso, creemos, tiene que ver con el giro en varios
a entrar en la poltica activa y expresa sus ideas publicando gran frentes del pensamiento de Platn que apunta en el dilogo y que
eles discursos epidcticos sobre cuestiones ele alta poltica. Sus con est en busca de su expresin.
cepciones son ele gran amplitud, y su gran preocupacin es la po La divisin usual y tradicional entre una primera y una segun
ltica panhelnica. De un patriotismo nunca desmentido, predica da parte, luego que Scrates termina su gran discurso (257b-c), es
la realizacin ele este ideal, primero por una Atenas resurgida, y completamente aceptable. En la primera, junto con la situacin,
luego -con clara consciencia ele las nuevas circunstancias- por el quedan planteados el tema y los ejemplos que la segunda elabora
ele patrimonio (antdosis), que le entabla un cierto Megacles, y al
creciente poder ele Filipo. Hacia 356 sufre un proceso de cambio en forma crtica. Marcan dos movimientos ele tono muy distinto,
uno de creciente entusiasmo y el otro, un anticlmax analtico. La
parecer lo piercle107. Iscrates muere casi centenario en 338, poco puntuacin del texto es fcil de seguir a grandes rasgos: una Intro
despus ele la batalla de Queronea, que consagra la supremaca _
duccin que lleva a la lectura del discurso de Lisias y, con los
macednica. correspondientes pasajes de transicin, a los dos de Scrates. El
FOTC O P I/I O()P pasaje a la segunda parte, que culmina en el pequeo mito de las
Temtica y unidad del dilogo e.E . ' . f-i . .
cigarras, plantea las cuestiones relacionadas que se respondern en
' ' -
el resto del dilogo: la conveniencia de escribir discursos y cules
son los discursos bien pronunciados o escritos (257bl -259d9).
Hay una discusin clsica sobre el tema, la unidad y la estruc Esta ltima se descompone en dos: en primer lugar, el aspecto tc
tura ele este dilogo -al paiecer, tan barrocamente construido- que nico, que incluye la necesidad ele conocer la verdad y la dialctica
se remonta a la Antigedad. El amor, la retrica, el alma, el bien, lo como fundamento ele la oratoria (hasta 266c5) y la crtica ele los
bello primero, lo bello en general, fueron propuestos como temas manuales y la tcnica al uso, y su reformulacin en trminos mu
(Hermias 8- 1 2). Tambin caus perplejidad que la obra que enun cho ms exigentes. Luego, en forma inesperada, se pasa ele la tc
cia el fundamental principio de la organizacin del discurso como nica a la finalidad del discurso (273e5). La nueva perspectiva tie
un cuerpo vivo (264c) parezca no cumplirlo. Con la mayora ele los la respuesta a la cuestin ele la escritura (desde 274b6), con el mito
intrpretes modernos, creemos que el tema es sin duela la retrica, ele su invencin por Teuth y la comparacin entre el discurso escri
ele la que se trata desde la primera hasta la ltima lnea108. Los dis to y la enseanza oral. Se sacan las conclusiones (277a6-279b3) y,
cursos, cuyo tema ertico es familiar a las prcticas escolares, son tras una plegmia, los personajes parten.
presentados como ejemplos ele virtuosismo retrico, y como tales
sirven ele mateiial a la crtica ele la llamada segunda parte del
dilogo. Es verdad, por otra parte, que la extensin, brillo y pro Nuestra traduccin
fundidad del segundo discurso ele Scrates parecen desequilibrar el
conjunto. Esta anomala no es necesaria para los anlisis siguientes !'edro y Banquete son las obras maestras ele Platn desde el
y la refunclacin ele la retrica que va a proponerse. La hipertrofia punto ele vista literario, y estamos hablando, dijimos, del que ha
sido tal vez el mayor prosista ele Occidente. Casi no hay tecnicis
107
La antdosis poda ser entablada por u n ciudadano a quien se impona una mos filosficos (slo la prueba ele la inmortalidad del alma,
liturgia o carga pblica (en este caso, el equipamient? de un barco de guerra), ale 245c5-2 46a2; el prrafo ele 249b7-c4; la presentacin ele la dialc
gando que le corresponda a otro de mayor fortuna. Este, si perda el proceso, de tica en 265d3-2 66cl ). El tono va desde la exaltacin hmnica has
ba hacerse cargo de la liturgia o -lo que en la prctica no suceda- cambiar sus ta el dilogo coloquial1 09 y la broma, todo permeaclo por una iro-
bienes con los del acusador. La experiencia dio a Iscrates la idea de esclibir un
elogio integral de su persona en forma de una antdosis ficticia (cfr. Antd. 6-8).
ws Griswold ( 1 986) construye su comentado alrededor de la tesis del autoco
nocimiento como tema unificador del texto, p. 2 y passim. 109 Murley ( 1 940) p. 287 esp.
76 77
rr
na a veces evidente y a veces potenciada por su smo disulo.
' ' r
Notas y comentario
'1
Hemos renunciado de antemano a imitar la amplitud de esttlo Y i
las mltiples sutilezas del texto, en parte por nuestras limitacio 1 Acompaamos la traduccin con notas y con un Comentario
'
nes, en parte porque es en s misma una empresa deesperada, :?n casi permanente. Utilizarnos este comentario para las informacio
riesgo de desembocar en el kitsch. Preferimo el c.nten? de ceniT nes que exceden el lmite ele una nota, pero sobre todo para desa
.
nos en lo posible al texto, a cambio de un bnllo hterano que, so rrollar las cuestiones histrico-filosficas ms prximas a la mar
bre todo en las lenguas romances, puede resolverse en oropl. En cha del texto. El propsito ele nuestro trabajo en su conjunto no es
giro castellano y que no tienen correspondencia en el texto, obre
algunos casos ponemos entre parntesis las p labras que extge el aadir una traduccin a las muy buenas ya existentes, ni hacer una
labor filolgica original, que no es ele nuestra competencia, sino
todo en p asajes de interpretacin difcil o .con alcance fi.losofico. ofrecer en castellano una interpretacin que pretende, al menos,
.
Tal vez parezca innecesario, pero lo prefenmos a despistar al lec orientarse filosficamente en el texto. El resultado puede no ser
tor no helenista, que no puede discriminar cul palabra de las que prolijo, pero si logra ser criticado e incita a rever un dilogo muy
lee tiene un respaldo textual inmediato y cul no. En castellano complejo, clave en el desarrollo platnico y en la historia ele algu
disponamos de algunos trabajos de mucha calid: la excelente nos problemas; habr logrado su objetivo con creces.
traduccin pionera de Mara Araujo 1 10 y la de Erruho Lledo, en la
FOTOC OP l .
c . E , L : .
BCG1 1 1 . Mencin aparte merece la edicin y traduccin, con los
artculos que la acompaaron, del maestro Luis Gil Femndez, un Bibliografa
'
mente restringidos. Consignamos los trabajos ms pertinentes al
pudimos tener en cuenta en nuestra edicin. dilogo y, en general, los que hemos utilizado y citado, a sabien
das ele que quedan fuera otros importantes, que desconocemos o
a los que no tuvimos acceso. Las ediciones, traducciones y comen
El texto tarios son tambin los que hemos consultado para nuestro traba
jo. Las referencias abreviadas, por autor y ao (ele la edicin o de
Tornarnos corno base el texto cannico ele Bumet, teniendo a la la revista), remiten a esta bibliografa. Los trabajos citados solo
vista las ediciones ele Robn, Gil y Moreschini. Los resultados ele un una vez con respecto a un terna puntual se consignan en los luga
siglo ele investigacin, y nuestra propia interpretacin filolgica Y fi res respectivos con la referencia completa.
que introducirnos en el texto, dando. cuenta, en las _atas al texto
losfica, nos han hecho optar en varias ocasiones por otras lecturas,
griego, del aparato crtico correspondiente y de la lecc1on ele Bumet. Ediciones, traducciones y come ntarios
A
1 10
Platn , Fedro introduccin y notas de J ulin Maras, traduccin directa THOMSON, W. H., The Phaedrus of Plato, with English Notes
and
del griego por Mara raujo, coL Textos anotados, B uenos Aires, Revista de Oc- Dissertations, Londres, Whittaker and Co., 1 868, Nueva York,
78 79
Platn, OEuvres completes [ .. . ] . Phedre, texte tabli et traduit BLUCK, R. S . , Plato, Pindar ancl Metempsychosis, Am. .Jow:
par Lon Robn, Pars, Les Belles Lettres (ed. B ud), 1933, Phil. 8 9 ( 1 958), pp. 405-41 4.
4 1 954. BOWRA, C . M., The two Palinodes of Stesichorus, Clas. Rev.
80 81
-, Selj-Knowledge in Plato 's Phaedrus, New Haven!Londres :
DoDDS, E. R., The Greeks and the Irrational, S ather Classical RISWOLD, Charles [L., Jr.), Plato' s Phaedrus 230e6-23 1 a3
Lectures 25, Los ngeles y Londres, University of California 262 1 -4, and 263e6-264a3, Class. Bull. 55 ( 1 979), pp. 68-69
Press, Berkeley, 1 95 1 .
-, Plato. Gorgias. A Revised Text, with Introduction and Com Yale University Press , 1986. '
mentary by -, Oxford, Clarendon Press, 1 959. GRUBE , G. M. A., Plato 's Thought, Londres, Methuen & Co Ltd
.,
DOVER, K J., The Date of Plato's Symposium, Phron. 1 0 (1965), 1 935.
--, The C?reeks and their Gods, Boston , B acon Press, 1 950, 2 1 954.
Berkeley y Los ngeles, University of California Press, 1 968. Arres, Eudeba, 1 970] .
-, Greek Homosexuality, Londres, Duckworth, 1 978.
DusANIC, Slobodan, Alcidamas of Elaea in Plato ' s Phaedrus, -, A H1story of Greek Philosophy, Cambridge, Cambridge Uni-
Class. Qu., NS 42 ( 1 992), pp. 347-357. versity Press, vols. III-V, 1 969- 1 978.
-, Athenian Politics in Plato ' s Phaedrus: Principies and Topical HACKFORTI-1, R., lmmortality in Plato 's Symposium , Class.
Rev.
Themes, en L. Rossetti (ed.) ( 1992), pp. 229-23. 64 ( 1 950), pp. 43-45.
DYSON, M., Zeus and Philosophy in the Myth of Plato ' s Phae HALL, Robert W., Psykh as Differentiated Unity in the Philos
o
drus, Class. Qu. NS 32 ( 19 82), pp. 307-3 1 1 . phy of Plato, Phr. 8 ( 1 963), pp. 63-82.
IALLIWELL, Stephen, Philosophy and Rhetoric, en I. Wor
thington (ed) ( 1994), PP 222-243.
, '? .fl*LPEIN, J?avid, Platomc Ers and What Men Call Love,
EGGERS LAN, Conrado, Zeus e anima del mondo nel Fedro
(246e-253c), en L. Rossetti (ed.) ( 1992), pp. 40-46.
Y;Q'1.0Co?\\p.\)0 .
'E;.
ELSE, Gerald Frank, The Terminology of the Ideas, Harv. St.
C ,
Class. Phil. 47 ( 1 936), pp. 17-55.
Anc. Phll. 5 ( 1 985), pp. .1 6 1 -204; en N. D. Smith (ed.), III,
ERBSE, Hartmut, Platons Urteil ber Isokrates, Hermes 99 pp. 66- 1 20.
( 197 1), pp. 1 83-197. HATZFELD, Jean, Du nouveau sur Phedre , Rev. t. Anc. ( 1 939)
FERRARI, G. R. F. , Listening to the Cicadas. A Study of Plato 's pp. 3 13 -3 1 8. '
Phaedrus, Cambridge, Camblidge University Press, 1 987. HINKS , D. A. G., Tria Genera Causar um, Class. Qu. 30 ( 1 936)
FLACELIERE, R., L' loge d ' Isocrate a la fin du Pldre, Rev. t. pp. 1 70-176. '
Grec. 46 ( 1 933), pp. 224-232. -, Tisias and Corax and the Invention of Rhetorik, Class. Qu.
-, A propos du Banquet de Xnophon, Rev. t. Grec. 74 34 ( 1 940), pp. 6 1 -69.
(1961), pp. 93- 1 1 8 . HOERBER, R. G., <<Thras ylus ' Platonic Canon and the Doubl e
Ti
FORTENBAUGH, W., Plato's Phaedrus 235c3>>, Class. Phi!. 6 1 tles, Phr. 2 ( 1 957), pp. 1 0-20.
( 1966), pp. 1 08- 1 09. HOWLAND, R. L., The Attack on Isocrates in the Phaed
rus '
FRIEDUiNDER, Paul, Plato Phaedrus 245 A, Class. Phi!. 36 Clas. Qu. 3 1 ( 1 937), pp. 1 5 1 - 159.
( 1 94 1 ), pp. 5 1-52 ( Corrigendum, p. 1 90). HYLAND, Drew A., ros, Epithyma, and Phila in Plato ,
Phr.
AGARIN, Michael, Probability and persuasion: Plato and Early 1 3 ( 1 968), pp. 32-46.
Greek Rhetolic, en l. Worthington (ed.) ( 1994), pp. 46-68 . JAEGER, Werner, Paidi: los ideales de la cultura griega, Mxi
.
FRUTIGER, P., Les mythes de Platon; tude philosophique e t litt- co, FCE, vanas ed1c10nes (cit. por la edicin en un volumen
2 1 962, reimprs.). '
raire, Nueva York, Amo Press, 1 976.
GIL, Luis, Notas al Fedro, Emerita 24 ( 1956), pp. 3 1 1 -330. JOLY, Robert, La question hippocratique et le tmoi gnacre
, o . . du
-, De nuevo sobre el Fedro, Emerita 26 ( 1 95 8), pp. 2 1 5-22 1 . Phedre, Rev. Et. Grec. 74 ( 1 961), pp. 69-92.
ILLESPIE, C. M., The use of Eidos and Idea in Hippocrates, KENNEDY, George A., The Earliest Rhetorical Handbooks
, Am.
Class. Qu. 6 ( 1 9 1 2), pp. 1 79-203. Jour. Phi!. 80 ( 1 959), pp. 1 69-178 . _ :
82 83
-, The Art of Persuasion in Greece, Londres, Routledge and Ke NussBAU:M, Martha C., PSYKH in Heraclitus, Phron. 1 6, pp. 1-16
gan Paul, 1 963. y 1 53-170.
KRAMER, Hans, Platone e i fundamenti della metafisica, Miln, -, The fragility of goodness. Lude and ethics in Greek tragedy
Vita e Pensiero [ed. cast. : Platn y los fundamentos de la Me- . and philosophy, Cambridge, Cambridge University Press,
tajfsica, Caracas, Monte vila, 1 996] . 1 986 [ed. cast.: La fragilidad del bien. Fortuna y tica en la
KUCHARSKI, P., La "Mthode d'Hippocrate" dans le Phedre, tragedia y la filosofa griega, Madrid, Visor, 1 995] .
Rev. t. Grec. ( 1 939), pp. 301 -357. STENFELD, Erik Nis, Self-Motion, Tripartition, and Embodi
,
-, La rhtorique dans le Gorgias et le Phedre, Rev. Et. Grec. ment, en Rossetti (ed.) ( 1 992), pp. 324-328.
74 ( 1 961), pp. 37 1 -406. --, Forms, Matter and Mind. Three Strands in Plato 's Meta
-, Sur 1' volution des mthodes du savoir dans la philoso physics, La Haya!Boston!Londres, Martinus Nijhoff Publ.,
phie de Platon, Rev. Phil. de la France et de l 'tr. 4 ( 1 965), 1 982.
pp. 427-440. PADEL, Ruth, Whom Gods Destroy. Elements of Greek and Tragic
LucK, Georg, Kids and Wolves, Class. Qu. ( 1 959), pp. 34-37. Madness, Princeton, Princeton University Press, 1 995 [ed.
-1:\
() 'l
LUTHER, Wilhelm, Die Schwache des geschriebenen Lagos. Ein cast. : A quien un dios quiere destruir, antes lo enloquece. Ele-
B eispiel humanistischer Interpretation versuht am soge mentas de la locura griega y trgica, B uenos Aires, Manan-
nannten Schriftmythos in Platons Phaidros (274b 6ff), Gym o tial, 1 997] .
.._..
nasium 68 ( 1 96 1 ), pp. 526-548. PANAGIOTOU, Spiro, Lysias and the Date of Plato's Phaedrus,
..,.
MALINGREY, Anne-Marie, Philosophia. tude d 'un groupe de Scholia NS 7 ( 1 998), pp. 4 1 -6 1 .
mots dans la littrature grecque des prsocratiques au IV" sie
- y POSTGATE, J . P. , n Plato, Phaedrus 274 D, Class. Rev. 1 5
..
cle apres J. C., Pars, Klincksieck, 1 96 1 , 325 pp. ( 1 901), p . 27.
MooRE, J. D., The Relation between Plato's Symposium and PRICE, A. W., Loving Persons Platonically, Phr. 26 ( 1 9 8 1 ),
Phaedrus ; Dillon, J., Comments on John Moore's Papen>, pp. 25-34.
en J. M. E. Moravcsik (ed.), Patterns in Plato 's Thought, REES, D. A., Bipartition of the Soul in the Early Academy,
Dordrecht/Boston, D . Reidel, 1 973, pp. 52-77. Jour. Hell. St. 74, 1 ( 1 957), pp. 1 1 2- 1 1 8 .
MORESCHINI, C., Elementi dell'esegesi del Fedro nella tarda an RBINSON, T. M., Plato 's Psychology [ 1 970], Phoenix Suppl.
tichita, en L. Rossetti (ed.) ( 1 992), pp. 1 9 1 ss. VIII, University of Toronto Press, 2 1 995.
MaRGAN, Kathryn A., Socrates and Gorgias at Delphi and Olympia: -, The argument for Immortality in Plato's Phaednts, en
Phaedrus 235d6-236b4, Class. Qu. 44 (1 994), pp. 375-386. J. Anton y G. L. Kustas (eds.), Essays in Ancient Greek Phi
MORROW, Glenn R., Plato's Conception of Persuasion, Phi!. losophy, Albany, State University of New York Press, 1 97 1 ,
Rev. 62 ( 1 953), pp. 234-250. pp. 345-53 . En N. D. Smith (ed.), III, pp. 1 8-26.
MURLEY, Clyde, Plato's Phaedrus and Theocritean Pastoral, RODRGUEZ ADRADOS, Francisco, Propuestas para una nueva
Trans. Am. Phi!. Ass. 7 1 ( 1 940), pp. 281-295 . edicin e interpretacin de Estesfcoro, Emerita 46 ( 1 978),
NEUMANN, HarTy, Diotima's Concept
. of Lave, Am. Jour. Phil. pp. 25 1 SS.
86 ( 1 965), pp. 33-59. ROSENMEYER, T. G., Plato's Prayer to Pan-Phaedrus 279b8-c3,
NoRTH, Helen F., A Period of Opposition to Sophrosyne in Greek Hermes 90 ( 1 962), pp. 34-44.
Thought, Tr. Am. Phil. Ass. 78 ( 1 947), pp. 1 - 17. RossETTI, Livio (ed.), Understanding the Phaedrus. Proceedings of
- Combing and Curling: Orator Summus Plato, Ill. Class. St. the II Symposium Platonicum. Eclited by -, International Plato
1 6 ( 1 99 1), pp. 201 -2 1 9. Studies, vol. 1 , Sankt Augustin, Academia Verlag, 1992.
84 85
.L
1
1
SCI-IIAPPA, Edward, Did Plato Coin Rhetorik?, Am. Jour. Phi!. : 1 978 . i
WHITE, F. C., Lave and Beauty in Plato's Sympo sium, Jour. ' ! :1 1
.
' : :1 i
SCHUHL, Pierre-Maxime, Platon et la mdecine, Rev. Et. Grec.
: l.
. :
-, n the Erotikos of Lysias in Plato's Phaedrus, Class. Phzl. Hnrv. St. Class. Phil. 53 ( 1 942), pp. 1 2 1 - 1 55 .
28 ( 1 933), pp. 1 3 1 - 1 32. - , Carax and the Proleg omena , Am. Jour. Phil. 6 4 ( 1 943),
SMITH, Nicholas D . (ed.), Plato. Critica/ Assessments, Londres Y j '; .
pp. 1 -23.
Nueva York, Routledge 1 998 [vol. I: General Issues of Inter -, Isocrates ' Fellow-Rhetoricians , Am. Jour. Phi!. 66 ( 1 945),
pretation; vol. III: Plato 's Middle Period: Psychology and pp. 1 7 1 - 1 86.
Vnlue Theory] . WORTHINGTON, Ian (ed.), Persua sion: Greek Rhetoric in Action
SoLMSEN, Friedrich, The Aristotelian Tradition in Anciet Rhe ,
Londres y Nueva York, Routledge, 1 994.
toric, Am. Journ. Phil. 62 ( 1 94 1 ) , pp. 1 69- 1 90, 35-50.
SPRAGUE, Rosamond Kent, Phaedrus 262 D 1 , Mnem. 3 1 ( 1 978),
p. 72.
.
SzLEZK, Thomas A., Dialogform und Esotenk. Zur Deutung
des platonischen Dialogs "Phaidros", Mus. Helv. 35 ( 1 978),
pp. 1 832.
TATE, J., The Beginnings of Greek Allegory, Class. Rev. 4 1
( 1 927), pp. 2 1 4-215.
-, Plato and Allegorical Interpretation, Class. Qu. 23 ( 1 929),
pp. 142- 1 54, y 24 ( 1 930), pp. 1 - 1 0. .
THOMAS, C arol G., y WEBB, Edward Kent, From orallty to rhe
toric: an intellectual transformation, en I. Worthington (ed.)
( 1 994), pp. 3-25.
.
V LASTOS, Gregary, The Individual as bJect af Lave m Plato,
.
ls the Lysis a Vehicle of Platanic Doctrine?. S ex in lato
'
nic Love, en G. Vlastos, Platonic Studies, Pnncetan, Pnnce-
tan University Press, 1 973, pp. 3-42. .
VoN FruTZ, Kurt, Estrzs hekatrothi in Pindar' s second Olymp1an
and Pythagoras ' Theory ofMetempsychosis, Phron. 2 ( 1 957),
pp. 85-89.
WALKER, Jeffrey, Rhetoric and Poetics in Antiquity, Oxford, Ox
ford University Press, 2000.
WEST, M. L., Hesiod. Theogony, edited with Prolegamna a?d
Commentary, Oxfard, Clarendon Press/Oxford Umverslty
Press, 1 966.
86
87
--
----
St. III St. 111
L:OKPATHL: "O cpL\.E <Pa18 pE , TIOL 8-i) Kal TI8Ev ; 227 Scrates.- Querido Fedro ! Adnde vas y de dnde
<PAI6P OL: llapa AuGi. ou , w L;)Kp aTES' . TOU KEcp
227
vienes ?.
.
'
, S cr.- Qu? No crees que escuchar a qu os decli-
C
xof.i.a s- TI pTE pov" TIPO'YI-la 1TOLGaG8aL TO TEV TE cabais t y Lisias sera para m, como dice Pndaro, algo
Kal AuG.o u 8w-rpt i)v KouGaL ; por encima de cualquier ocupacin?
,
JV TTo:J
. Eywy ' ov dad pblica. Por mi parte, tengo tantas ganas de orte,
av GTEL OL KQL 8rlWcpEAELS' ELEV o. A.yot
que, si tu paseo llegase hasta Megara y volvieras tras su
oTWS' 1TLTE 8!-LT]KQ clKOUGaL , WGT' av a8f.( bir a la muralla, como recomienda Herdico, no me que
Tov rrEpi. rraTov Myap8E Kal KaTa 'I-Ip8 LKOV TipoGas dara atrs.
Tw' TELXEL TiALV TILlJS' , ou 11- Gou TioAELcp8w.
<PAI . llws- AyE LS', (D ATWTE L:wKpaTES' ; o'LEL !-LE
Fedro.- Cmo dices, excelente S crates? Lo qu
, 228 Lisias, el ms hbil de los escritores actuales, compuso
a AuataS' El! 1TOAA0 XPV4J KaTa GXOA )v
i GUV 8rKE ' con tranquilidad y tomndose su tiempo, cres que yo,
228
8 E LVTa TOS' wv TWV ypcp E L V , TQUT Q i.8LWT T]V ov-ra profano en esto, lo recordara de modo digno de l? Eso
90 91
aTTOfJ-VTJfJ-OVECJELV citws E KELvou; rroAA.ou )'E /3w Ka( est lejos de mi alcance y, sin embargo, lo preferira a
TOL EOUAfJ-T]V y' av p.anov T llOL TTOA XPUCJLOV )'E obtener mucho oro.
Scr.- Fedro, si yo no conozco a Fedro, tambin me
VCJ8m .
he olvidado de m mismo ! Pero ni una cosa ni la otra. S
.60. 70 <Pa:8pE, E[ Eyw <Pa18pov yvow, Kal Ewu muy bien que se, si oa un discurso de Lisias, no lo es
Tou ETTLAAT]CJf-laL . AA.a yap o8TEp ECJTL TOTlV EU cuch una sola vez, sino que peda que se lo repitieran,
ol8a on Aua(ou Ayov aKovwv EKEl.vos o fJ-vov .rra b retomndolo muchas veces, y el otro obedeca de buena
fKouaEv, AA.a rroKLS ETTavaAaJ-l.vwv EKAEuv ot gana. Pero eso no le bastaba, y finalmente tom el rollo
b AyELV, 8( TTEL8ETO rrpo8J-l.WS. Ti1 8( o8E: TauTa v y se puso a examinar lo que ms le interesaba, y estuvo
LKaV, AA.a TEAEUTWV rrapaAawv TO LA(ov a f-l.Aw sentado, ocupado en esto, desde muy temprano, hasta
Ta ETTE8f-1EL ETTECJKTTEL, Kal. ToJTo 8pwv E w8wou que se cans y se fue a pasear, y, por el perro ! , creo que
sabindose el discurso de memoria, si no era demasiado
Ka8J-l.EVOS rrEL rrwv ds TTEp( rraTov DEL , ws f-l.EV Eyw
largo. Se iba fuera de los muros para recitarlo y ejercitar
OL J-l.aL , vi] TOV Kva, EETTLCJTfJ-EVOS TOV yov, EL fJ-TJ se, se encontr con uno que tiene la enfermedad de or
rrvu n v J-l.aKps. ETTOpEETO 8 ' EKTOS TELXOUS '(va discursos y, al verlo, encantado de encontrar quien com-
f1EAET0TJ. rravTCJaS 8E T!{) VOCJOVVTL TTE pl Aywv e partiera su rapto coribntico, lo invit a caminar con l.
aKov, t8wv fJ-v, [t8wv ], a8r on E:OL Tov auyKopu Sin embargo, cuando el amante el e los discursos le rog
e avnwvTa, Kal. rrpoyELV EKAEUE. 8EOJ-l.vou 8( A)'ELV que lo pronunciara, se haca el difcil, como si en reali-
FOTtC GI ADORA
TOu TrllV Aywv EpaaTou, E8pTTTETO ws 8Tj OK ETTL- , dad no estuviera deseando hacerlo; pues al final, hasta lo
p
8uf-1<.V AyELv TEAEUTWV 8( EfJ-EAAE Kal. EL 1-1 ns Kwv hubiera recitado a l a fuerza s i n o s e l o escuchaba volun
aKooL LQ. pE:v. au ovv, w <Pa:8pE , aTou 8E8rn C !E i
,
A
tariamente. Pdele entonces t, Fedro, que haga ya lo que
ele todos modos va a hacer en un momento.
, ,
.60 . ITvu yp CJOL ciAr8f\ 8oKw. Scr.- Y eso que te parece es la pura verdad.
d <!>Al . Oinwal. To( vuv rroL aw. Ti1 ovn yp, w .6w d Fedro.- B ien, as lo har. En realidad, Scrates, no
paTES, TTC1.VTOS fJ-GAA.ov T )'E pJ-l.aTa oK EJ-l.a8ov me aprend bien de memoria las palabras. Pero te dir el
Tijv p.vTOL 8Lvowv axE8ov rrvTwv, ols E<PTJ 8wcp sentido de casi todos los pasajes donde expuso las di
pELV Ta Tou EpwvTos f Ta Tou f-1, Ev KEcpaAa(ms ferencias entre el que ama y el que no, resumiendo en
orden cada uno de sus puntos principales, a partir del
E:1<aaTov E<pEf\s 8(ELJ-l.L , cipfJ-Evos cirro Tou rrpwTou.
.60. b,E(as )'E TTPWTOV' w cpLATTjS' TL apa EV TQ
pnmero .
Scr.- S, pero antes, quelido, me mostrars qu tienes
pwTEpq EXELS rro Ti1 LfJ-aT(c.r Torr(w yp CJE EXELV bajo el manto en la izquierda, porque sospecho que es el
TOV Ayov avTV. EL 8( TOUT ECJTLV, OTWCJL 8wvoo) discurso mismo. Y si es as, hazte a la idea ele que yq t
e TTEpl. Ewu, ws E)'W CJE rrvu J-l.EV cpLAw, rrapvTos 8( Kal. e quiero mucho, pero que, si est Lisias presente, de ningn
Aua(ou, E fJ-aUTv CJOL Ef-lf-l.EAETGV rrapXELV o rrvu modo me voy a prestar para que practiques compigo. Va-
92 93
<PAI . TiauE . EKK KpouKs fiE E:J.:rr . 8os, w :l:wKTiaTES'
, Fedro.- Basta! Me has derribado y me has quitado la
8T
esperanza de ejercitarme contigo. Dnde quieres que
fv E1xov E: v ao't. ws E:yyu fivacrfiEvo s. d.A.A.a Tiou nos sentemos a leerlo?
OAE L Ka8L( fiEVO l ava')'VWfiEV ; 229 S cr.- Desvimonos por aqu y vayamos siguien-
229 2:0. t:..E up' E:KTp aTIfi EVOL KaTa Tov 'IA.wov 't .lfl.EV , do el Iliso, y luego nos sentaremos donde te parezca
ELT a cmou av 81J E: v j<JUXLQ. Ka8L( Tj<Jfi E8a. tranquilo.
ov Fedro.- Oportunamente, parece, me he venido des
<PAI . Els Kmp y, WS' EOLKE V, aVU1T8TjTOS' .\v hvx
(JU fiEl! ')'Gp 8T aEL pqaTOV ouv T[Lv KaTa TO v8n
ov calzo; t, por cierto, lo ests siempre. As nos ser f
vO?-f,'>, cil seguir el hilo de agua mojndonos los pies, y nada
co?\\): p.. . desagradable, sobre todo en esta poca del ao y a es-
s TE
PXOU(Jl TOUS' 1T8ac; LVaL , KUL OK aTj8s , aAA.w
KUL nv8E TiV wpav TOU ETOUS' TE KUL Tfs Jfipa s. \ ta hora.
2:0. Tipa')'E 8T, KUL <JK1TEL afia cmou Ka8L(Tj<JfiE8a.
r
95
94
l 1
TOLaUTa xap.EVTa yoJ.tm, /...f.av 8E 8ELVOU .KaL TIL Tf ren demasiada inteligencia y esfuerzo y son una ocupa
cin desafortunada, as sea porque despus habra que
VOU KaL ou rrvu EUTUXOUS v8ps, JCaT' aAA.o .tEV ou8v,
seguir enderezando el aspecto de los hipocentauros, y
OTl 8' auTQ vyKTj .tETa TOUTO TO TWV 'IrrrrOKEVTapwv luego el de la Quimera, y se nos echara encima una tur-
e
EL8os rravop8oua8m , !Cal au8Ls TO Tfls XL.taf.pas, !Cal ba de seres de esta clase, Gorgonas y Pegasos y monto
mppEl. 8E: oxA.os TOLOTWV ropyvwv !Cal ITry:awv !CaL nes de otras criaturas absurdas, inconcebibles y mons
e .A.A.wv .trxvwv rrA.78r TE Ka!. Torr(m TEpaToAywv truosas. Y si, por incredulidad, se quisiera con alguna
nvwv cpaEwv a1s d TLS maTwv rrpoaLQ. KaTa TO sabidura rstica reducir cada uno de ellos a algo vero
ELKOS Ei<:a<JTOV' aTE ypOLIC41 TlVL aocp.Q. XPWLEVOS smil, hara falta mucho ocio. Pero a m no me queda
TfOAAfls auTQ <JXOAflS, 8E7<JEL. .toL 8E TipOS Ta TOLaTa ocio en absoluto para esta clase de cosas, y la causa ele
o8a..ws an axoA.l TO 8E: ahwv, w . cpL\E , TOTou
mismo, conforme a la inscripcin dlfica. Y, si todava
ello, amigo, es que an no soy capaz ele conocerme a m
230
T8E. o 8va..a. rrw KaTa TO b.EA.cpLKov yp.t.ta yvwvm
230
ignoro esto, me parece ridculo ponerme a examinar lo
.taUTv yEA.OLOV 87 .tOL cpa.VETaL TOUTO . ETL y que no me concierne. Por eso dejo estas cuestiones tran
VOOUVTa Ta AA.TpLa <JICOTfELV. o8Ev 8 )(a.pELV aas quilas, me atengo sobre ellas a lo aceptado y, como ele
TaUTa, TfEL8.tEVOS 8E Tc) VO.tL(O.tV41 TfEpL a{m:v, O ca, no las examino a ellas sino a m mismo, a ver si no
vengo a ser alguna bestia ms complicada y ms hu-
!
vuv8 EAEyov, mcorrw o TauTa AA.' .tauTv, dTE TL
96 97
<PAl . L:;u 8 yE , w 8auf1..CJ LE , CtTOTTLTaTS' TLS' <PaLVlJ. lugar; tanto que ni cruzas las fronteras de la ciudad ni,
aTEXVWC ycip, 8 A.yELC , Evayouf1.V0 nvl KaL ouK
d
d creo, sales fuera de los muros para nada.
ETJLXWPL0 EOliW S'" oTWS' E K TOU aCJTEOS' oih' ELS' TTJV
S cr.- Perdname, excelente amigo. Me gusta
aprender, y los campos y los rboles no quieren ense
imEpo p(av chro8T] f1.Eis, oih' Ew TELXOUS' E fl.OLYE 8oKEIS
arme nada, pero los hombres en las ciudades s. Sin
;Q . L:uyy( yvwm< fl.O L ' w apWTE . <Pt AOf1.a8T] S' yp
TO rraprrav E:tvm . embargo, me parece que t has encontrado el remedio
para hacerme salir. Como a los animales hambrientos a
E l fll . TG fl.EV OlJV xwp(a Kal TG 8v8p a ouov ll' E:8A.E l los que se hace andar agitando delante de ellos una rama
8L8CJKELV, Ol 8' EV Tt{) aCJTEL av8pw rrOL. CJU fl.VTOL 8o verde o algn fruto, t, ponindome delante volmenes
KS llOL TflS' E fl.TlS' E:8ou TO <PpflaKov TJPTJK vm . con discursos, podras llevarme, parece, alrededor de
WCJTIE P yap oL TG TfElVWVTa 8pflfl.GTa eaA.A.ov T TLVa e toda el tica y por cualquier otro lugar que se te ocurra.
98 99
pwvTas c ?n tal de agradar a sus queridos, es fcil darse cuenta,
xapLELG8aL . ETL OE d 8uJ. TOlJTO iLOV TOUS. .
1TEpl. TioA.A.ou 1TOLELG8m , cm TOTous J.A.wT
<PaG LV <PL SI dicen la verdad, que preferirn a aquellos de quienes
Aywv se enamoren en ltimo trmino; y est claro que, si a s
A..v wv av pWG LV, Kal ETOL J.OL ELGL Kal K TWV . '
tos les parece, tratarn mal tambin a los anteriores. Y,
pw
KGL K TWV E pywv ToLS aAAOLS' Q1TEX8avJ.E. VOL TOLS
d
por cierto, cmo puede ser razonable ceder. en seme
UGLV ,
J.VOLS xap((wem , pQ.8LOV yvwvm , d aA r8f A)'O j nte asunto quien padece una desgracia tal, que nadie,
C>TL OGWV av UGTEpov E paG8WGLV , KELV
OUS alJTW 1TEpl
V
TIA.dovos 1TOLGov-fm , Ka!. 8fA.ov on , av E KELVO
Siendo expenmentado, intentara desviarla? Pues ellos
LS 8oK{l , mismos admiten que estn ms enfermos que cuerdos, y
S EGTL
Kal. TOTous KaKws 1TOLiGOUGLV. Ka( TOL 1TWS ELK que sabe? que no estn en su sano juicio, pero no pue
TOLOVTov 1TpayJ.a 1TpG8m Townw E:xovn GvJ.<P
opv, den ommarse. Entonces, cmo, recobrada la cordura,
d v o8' O.v mX ELpiGELEV o8ELS E J.1TEL pos wv
a1T oTp - podran pensar que estaban bien las decisiones que to
OV Tl GW ma:on en aquella disposicin? Y adems, si eligieras al
1TELV ; Kal yap aTOL J.OAOyoum VOGELV J.QAA
en;re unos ocas; pro SI eliges entre los dems al que
o 8 meJor entre los que te aan; tendras que seleccionarlo
<PpoVELV, Kal d8vm OTL KGKWS' <ppVOUGL V, aAA.'
vaG8aL aiJTwv KpaTEL WGTE 1TWS Civ EU <Ppov
J
ATWTOV al.pol. o, E A.Lywv av GOL E KAE LS' Y si temes las convenciones, y que si la gente se en-
l OO
101
los. Por eso apartan a sus amados del trato con los de
8os- napcrTI)KEV Tyouf1V([l xaA.Enov Elvm cpLA.[av O"Ufl
ms, temiendo que los ricos los sobrepasen con su dine
flVELV, Kal. C:.AA.c.p 11E:v Tpnc.p 8w<j>opas- yEvof1VTJS'
d
ro, y los que son cultivados les ganen en inteligencia, y
KOLVTJV <aV> Ctfl<j>OTpOLS' KGTGO"TfVaL TTJV O"Ufl<j>Opv, se precaven de la influencia de todo el que tiene alguna
e TTpOEflVOU O O"OU a TTEPL TTAELO"TOU TTOLD flEyAT]V av ventaja. As te convencen de que te enemistes con stos,
O"Ol A.T]V a.v yEvcr8m, ELKTWS' av TOUS' pWVTGS' y te dejan en una completa carencia de amigos. Y si, mi
flaA.A.ov av cpool.o TTOAA. y.p GlJTOc; aTOS' O"TL Tcl rando por tu inters, piensas con mejor juicio que ellos,
A.unouvTa, Kal. rrvT' TTL TD aTwv A.u vo(oucrL ser con ellos que tendrs disputas. En cambio, quienes
y[ yvEcr8m . OLTTEP KGL TclS' rrpos- TOUS' aAAOUS' TWV pw lograron lo que solicitaban no por estar enamorados sino
por su mrito, no van a estar celosos de los que te fre
flVWV cruvoucr(as- .rroTprroucrLv, <PoOflEVOL Tous
cuentan; ms bien odiarn a quienes no quieran tratarte,
flEV ocr.av KEKTTJflvous- 1T XPlflGO"LV whous- rrEp
sintindose despreciados por ellos y beneficiados por los
A.wvTm , TOUS' OE TTETTaLOEUflVOUS' flTJ O"UVO"EL KpELT que te frecuentan, y as los (que los aceptan) pueden es-
TOUS' 'YVWVTaL . TWV OE aAAO Tl KEKTT]flVWV .ya8ov TTJV e
d
perar con mayor confianza que del asunto se siga amis
8vnLLV KcrTou <j>uATTOVTaL . nE(crnvTES' flEV ovv tad ms bien que enemistad.
.TTEX8cr8m crE TOTOLS' EL S' pTJfl. <j>.A.wv Kn8wTaO"Lv, Y, adems, muchos enamorados desean el cuerpo an
E:av 8E: To crEauTou crKorrwv CiflELvov KE.vwv <j>povDs-, tes de conocer el carcter y familiarizarse con los dems
rasgos personales, y as no tienen claro si querrn seguir
233
fE LS' aTol.s- E ls- 8w<j>opv- ocroL 8E: 1T E:pClVTES' huxov,
siendo amigos cuando sus deseos hayan cesado; pero a
cruvoJO"L <j>8ovol.Ev, .AA.. TOUS' 1 1Tj 8AOVTC1S' flWOLV,
.AA. OL , .pETTJV ErrpaCiV wv OOVTO, OK av TOLS'
. . \tp...\P n:utuamente amios, no e probable qu lo bueno qu
os que no aman, y cumplen su deseo cuando ya eran
TyoflEVOL rr ' KE .vwv J.Ev TTE popacrem, rro TWV' cruvv- . \0cO y> Fi;ozaron les deb1hte _
_ . .
la annstad, y mas
e
. ,.
t,
como prenda para lo venidero _ Y, adems, est en tu
mhol.s- K TOU npyflCiTOS' EX8pav yEvcr8m. mano volverte mejor si me haces caso a m y no a un
.
,
1
Kal. flEV 8T Twv flEV E:pwVTwv rroAA.ol. rrpTEpov Tou enamorado. Estos elogin lo que dices y haces aun en
.
contra de lo (que es) meJor, por mwclo ele volverse oclio
b
crtflCiTOS' nE8flTJO"CiV TOV Tprrov Eyvwcrnv KaL TWV
C:.AA.wv OLKELWV EflTTElpOL yl!OVTO, WO"TE a8T]AOV aTOLS' sos o porque el deseo les estropea el juicio. Pues el am r
El ETL TOTE ouA.faovTm <j>.A.m Elvm, TTEL8a.v Tfs pone ele manifiesto cosas como estas: a los amantes de-
233 E:m8uf1.C1S' rrncrwvTnv ToLS' 8E: flTJ pwcrw, L KCiL
safortunados, les hace sentir penoso lo que a los dems
no les produce ningn pesar; y a los afortunados los
npTEpov .AA.fA.ms- <j>i.A.oL ovTES' TCiVTCi Errpnav, ouK
wv av u rr8wO"L TCiUTCi ELKOS' E:A.TTW TTJV <j>LALCiV Ci
obliga a elogiar hasta aquellas cosas que no valen la
pena. De modo que es ms apropiado que sus amados
TOLS' TTOLfO"m, .AA. TGUTG flVT]flLCi KGTGAEL<j>8fvm TWV los compadezcan y no que los admiren. Pero si me ha-
flEAAvTwv Ecrw8m. KaL flEV 8Tj Eh(ov( crm npocr)KEL ces caso, en primer lugar, en mi trato contigo no servi-
yEvcr8m flOL TTEL80f1V([l pa0TD- CELVOL flEll yap c r al placer presente, sino tambin al provecho futuro;
KCiL 1wp. To hwTov T TE AEYflEVCi KCiL T. rrpaT no ser vencido por el amor, sino dueo ele m; no me
TflEVa rrmvoucrw, Ta flEV 8E8LTES' 1T .rrx8wvTm, dejar llevar a un odio violento por pequeeces, ms
b
bien concebir lentamente y slo por motivos importan
TES'. TowuTa y.p 6 Epws- mOE.KvuTm 8ucrTuxouVTas-
Ta 8E: KCiL aTol. XEl.pov 8La Tljv E:m8u11.av y LyvwcrKov
tes un enoj o moderado; ser indulgente con las faltas in-
1 03
1 02
J.V, G p.T ATfT]V TolS aAAOLS' rrapXE L, avwpa TIOLEL VO
1 voluntarias y tratar de disuadirte de las voluntarias.
J.L(ELv EUTUXOvTaS' 8E: KaL Ta .tT 8ovfs- a.w j
rrap' Pues stas son seales de una amistad duradera. Y si
E:KELVWV rraf.vou avayK(EL TVyxvELV' W<JTE 1TOAU
.tdAAov AEELV TOLS pw.tvOLS (T]AOv auTOUS rrpoa
l d
acaso
amistad
se te ha ocurrido que no es posible que nazca una
slida si no se est enamorado, tienes que pen
J sar que, en ese caso, no nos importaran los hijos ni los
KEL . E: av 8 .tOL rrd81J , rrphov .tEv ou TTv rrapoaav
8ovTv 8EparrEwv auvaoJ.af. aoL , aUa Ka!. TTv J.AAou 1 padres y las madres, ni ganaramos como amigos fiables
a los que no vienen de esta pasin, sino de tratos de otra
1
aav wcpEALav E<JECY8a L ' oux rr' EpWTOS TTW.tEVOS' a'AA' clase.
e E: .tauTo KpaTwv , o8E: 8u1 a.t LKp. taxvpa v E X8 pav Adems, si hay que complacer sobre todo a los ne
avmpO J.EVOS aAAa 8La .tEyAa pa8ws ALYTJV pyTv cesitados, entonces tambin en los dems asuntos habr
rroLO.tEvos, TWv .tEv <iKouaf.wv auyyvW !J.TJV
Koaw rrELpw.tEvos arroTp rrEv TaTa yp <JTL cpL
EXWV, Ta
l8E: que beneficiar n o a los mejores sino a los ms pobres,
pues nos estarn tanto ms agradecidos cuanto ms
A.f.as 1TOAUV xpvov E<JO.tVT]S TEK.tpw. EL 8' apa <JOL 1 r
grandes sean los males de que se vean librados. Y ade
e ms, a los banquetes particulares no habr que invitar a
TOTo rrap<ITTJKEv, ws oux o'lv TE taxupa v cpLA.f.av yE los amigos, sino a los mendigos y a los que necesitan lle
va8m E:av ll TLS E:pwv TVyxv\), E:v8UJ.EL <J8aL xpT OTL
d
narse el estmago, pues stos lo apreciarn y nos escol
OUT' av TOUS ELS 1TEpL 1TOAAO E1TOLO.tE8a oih' av TOUS tarn y vendrn a nuestras puertas y clisfmtarn al mxi
rraT par:; K aL TCtS ll T]T par:;' oih ' av 1TL<JTOU S cp( A.ous mo Y se mostrarn muy reconocidos y rogarn que nos
KEKT.t E8a, cL ouK E: E:m8uJ.(as TOLaTTJ yEyva <JLV
1
S sean concedidos muchos bienes.
Pero tal vez convenga complacer no a los muy nece
dl r o P U.ooRA
a'AA' E Tpwv m TT]8Eu.tTWV.
sitados, sino a los ms capaces ele devolver un favor; ni a
"' ' ' ' ' f ;, .
"En 8E: Et xpT To1s 8Eo.tvoLs J.A.wTa xapf.(Ea8m ,
rrpo<JT]KEL KaL TOLS aAAOLS !J.T] Tour:; 1-'E J\TL_ <JTOU "' aAAa e .t. \ . p . A
1.
_
, , ,
los que
,
' ' ">' ' ' P ,' ,
234. solamente te aman, sino a los que son dignos ele
., ello; ni a los que gozarn ele tu juventud, sino a los que,
TOUS arropwTaTOUS EU 1TOLELV' !J.EYL<JTWV yap a1TaAAa-
, , , ,. , .
8Eo.tvous rrAYJa!J.ovfs E:KE'LvoL yap Ka!. ayarraovaw clnante toda la vida sern invariablemente (tus) amigos;
KaL <iKoAou8aou<JL v KaL E:rrl_ Tas 8pas ovaL KaL J. m a los que buscarn pretextos para enemistarse cuando
AL<JTa <J8<JOVTaL Kal OUK E:A.axf.<JTT]V xpLV daovTa L b su deseo se termine, sino a los que harn ver su mrito
justamente cuando haya pasado tu lozana. Acurdate de
KaL TIOAAa aya8a aTLS EUOVTG L . a'AA' 'L (J(.S rrpoaK EL
lo que te he dicho, y ten en cuenta que a los enamorados
O TLS acp8pa 8Eo.tVOLS xapf.(E<J8aL , UAAa TOl S J. -
sus amigos los reprenden como si lo que hacen fuera
AL<JTa cmo8ovm xpLV 8uvaJ.VOLS' ou8E: TOLS' E:pw<JL
234
algo malo, mientras que a los que no aman, sus allegados
J.vov' O..A.A.a TOLS TO rrpyJ.aTOS' aLOLS' ou8E: O<JOL Tfs nunca les reprocharon que tomaran por ello malas deci
afr:; wpar:; arroA.a<JOVTaL, aAA' LTLVES 1TpE<JUTp4J yE siones sobre sus propios intereses.
VO..t.V({.l TlV acpET:pwv aya8wv J.ETG8W<JOU<JLV' OU8E OL Tal vez podras preguntarme si no te estoy aconse
.
8wrrpaJ.EVOL rrpos TOUS aA.A.ous cpLAOTLJ.<JOVTaL, O..A A.' Jando ser condescendiente con todos los no enamorados.
o'LTLVES aL<JXUV.tEVOL 1TpOS arravTaS <JLW1T<JOVTaL . OU- Creo yo que el amante no te invitara tampoco a tener
1 04 1 05
e esa intencin con todos los que te aman . . . Pues ni tus fa
OE Tis- AL yov xpvov cmouo(ouow, aA.A.a TOLS" [l.Ol.lS"
vores mereceran el mismo agradecimiento de quien los
OLa TTQVTOS" TOV LOU <jlLAOLS" CYO[l.VOLS"" OOE ( TlVES' l
\
recibiera ni podras, aunque quisieras, pasar desapercibi
rraulEVOL Tfs- m8U[l.Las- EX8pas- rrp<jlamv (TJTaou do ante los dems de la misma manera. Y de esto no tie
CYL V, d. AA_' o'L TTQUCYQ[l.VOU TfS" wpa:;- TTE Ti V Ql!T<DV ne que resultar ningn perjuicio, sino provecho para am
1
b apETTv TTLOE.OVTaL. oiJ ow TWV TE ElpT]lVJV J.[l.VT]CYO bos. Por mi parte, considero que lo dicho es suficiente;
Ka!. KE1vo E:v8uf1ou, on Tous- [l.EV pwvTa:;- o. <jl.A.OL vou- pero si echas algo de menos y crees que lo he omitido,
8ETOCYLV WS" OVTS" KQKO TO ETTL TT]OE[l.QTOS"' TOLS" OE pregntame.
[li] E:pwmv OUOELS" TTWTTOTE TWV olKElJV [l[ltj;aTO ws
OLa TouTo KaKws; ouA.Euof1vOLs- rrEpl. auTwv. Fedro.- Qu te parece el discurso, Scrates? No se
expresa de un modo extraordinario desde todo punto de
"laws- av ouv E pOL [lE El QTTQCYLV CYOL rrapmvw TOLS" vista, por su vocabulario sobre todo?
d
[li] pWCYL xapl(ECY8m . E:yw [l.EV OL[l.O.L oo' av TOV Scr.- Ms bien de un modo divino, compaero,
pwvTa rrpos- irravTs- CYE KEAEELv Tous- E:pwvTas como para dejarme pasmado. Y me ha impresionado
e TaTTJV E XELV Tijv tkvowv. ouTE yap i-0 A.a[l.vovn tanto gracias a ti, Fedro, pues te miraba y me pareca que
(
xpL TOS" '( CYT]S" a LOV' OUTE CYOL OUAO[l.V(.l TOUS" aA.A.ous el discurso te iba poniendo radiante a medida que leas.
\)0?--f>..
1 c,o?\ ,
A.av8vE LV [lOLJS" ouvaTv OEL OE A.T]V [l.EV arr ' a Como creo que t entiendes ms que yo de esto, te segu
TO [1T]OE [llQV, w<jlEA..av OE G[l<pOL V y.yvEa8m . yw [lEV
o\P \ , ?
y, por seguirte, termin compartiendo tu transporte b
ouv l.Kav fl.OL VO[l..(w Ta El. pT][l.vd t o T,t au rro8E1:;-, quico, cabeza divina.
C ' . '
b
muy bien.
y'Aa, wl. aKpLWS' haGTa Twv vojlaTwv anoTET Op Fedro.- Eso no es objecin, Scrates; es justamente
VEUTm ; El. yap 8E1 , GuyxwpTJTov xpw Gv, E:nEl. EIJ. lo mejor que tiene el discurso: no ha dejado de lado nada
yE E'Aa8Ev no Tfjs- E IJ.fjS' o8Ev(a s- T{\i yap PTJTOpLK{\i digno ele ser mencionado en el asunto, en comparacin
235 aTo IJ.VL.l Tov vov npoGE'Lxov, TOTO 8(: o8 ' <av> con lo que ste ha dicho, nadie sera capaz de decir nada
aTov Li}IJ.T]V J\vG(av o't EG8m i.Kavov ELVm . KaL ovv IJ.OL ms abundante ni valioso.
E80EV , w <Pa18pE , E l 11 TL GU ano AyELS', 8l.s- KaL Scr.- De esto ya no me podrs convencer de ningu
Tpl.s- Ta mhcL ElpTJKv m , ws- ou nvv Eunopwv To no'A na manera. Sabios varones y mujeres ele antao, que han
M AyELv nEpl TOU auTO, lGWS' ou8EV avT{\i IJ.AOV hablado y escrito sobre estas cosas, me contradirn si te
lo concedo por cortesa.
TO TOLOTOU " KaL cpaLVET O 8 jll VEaVLE EG8aL ETT L-
e Fedro.- Quines son? Dnde has escuchado algo
8E L KVIJ.EVO S' ws- ot s- TE wv TaTa T pws- TE Ka1. mejor que esto?
Tpws- Aywv GjlcpOTpws- EL nELV apwTa.
b <PA ! . Ou8Ev AYELS', w l:wKpaTES' " amo yap TOUTO
Scr.- As, de golpe, no podra decirlo. Pero estoy se
guro de que las he escuchado de alguien, tal vez la bella
Kal. 11'AwTa Ayos- EXE L . Twv yap E:vvTwv al.ws Safo o el sabio Anacreonte, o algn prosista. Qu indi
pr8fvm v T(\l npyjJ.aTL ou8Ev napaAAOL nEV, WGTE cios tengo para afirmarlo? Tengo el pecho como colma
napa Ta KELVL.l El.pT]IJ.va jJ.T]8v ' IV> noTE 8vaG8m do, hombre divino, y, frente a estas cosas, siento que po
EL nELV QAACl nAELW KaL nAELOVOS' QLCl. dra decir otras no inferiores; que nada ele esto me ha
:z:;o . TouTo E:yw GOL ouKn ots- T ' EGo!lm FOTOCO PIA DO RA venido a la mente por m mismo lo s bien, pues soy
e i E J R A consciente de mi ignorancia. Slo queda entonces, creo,
d
m8G8m naAaLOL yp KaL Gocpol. av8pES' TE KaL yu que me haya llenado por el odo de fuentes ajenas, como
vaLKES' rrEpl. avTwv ElpT]KTES' Kal. yEypacpTES' E:/:E
1 08 1 09
KE AEW E'( TrT]S'' TOlJTO 8E mho o AyE L S' TrOL T]O"OV . TWV 236 algo que decir si renuncia a alabar el buen sentido de uno
v TQ LA(c.p Ehl.w TE Kal. 1i EATTW ETEpa imGXll y a criticar la insensatez del otro, que son tpicos forzo
am ELTIELV TOTWV TrEXf.J.EVOS', Kal GOL yw, warrEp oL sos? Cosas as, me parece, hay que permitrselas al ora
vva apxovTES ' maxvouJ.aL xpuafw ELKva tao dor y aceptarlas, y elogiar en ellas la disposicin y no la
J.TPT]TOV ELS' .6.EA<Pous ava8aELV, o J.VOV .J.aUTOU invencin; pero en las que no son ineludibles y son dif
d.AA.a Kal. av. ciles de hallar, adems de la disposicin hay que elogiar
2X2. <P(haTOS' EL KaL WS' UAT]8WS' xpuaOUS', (;j <Pa18pE ,
e
la invencin.
Fedro.- Estoy de acuerdo, y lo que dices me parece
d J.E o'LEL AyELV WS' Aua(aS' TOu rravTS' J.pTTJKEV,
sensato. Entonces har as: te dar como base que el ena
Kal. OLV TE 8i rrapa rrvTa TauTa aAA.a EL rrEl.v TOUTO b morado est ms enfermo que el que no ama, y en cuanto
8E OLJ.aL o8' av TOV ct>auATaTOV rra8E1v auyypa<Pa. a las dems cosas, si logras decir algo distinto, ms abun
aTLKa rrEpl. ou AyoS', T[va o'LEL AyovTa WS' XPiJ lliJ dante y ms valioso que stas, sers puesto, trabajado a
pWVTL J.O.AA.ov T1 ptVTL xapl.(Ea8m , rrapEVTa TOU J.EV martillo, junto a la ofrenda de los Cipslidas en Olimpia.
236 TO <PPVLJ.OV yKWJ.L(ELV' TOU 8E TO a<Ppov tj;yELV' Scr.- Te pusiste serio, Fedro, porque para burlarme
avayKal.a yovv OVTa, Eh' aAA.' aTTa EELV AyELV; d.AA.' de ti me las tom con tu queridito? Te creste que yo,
ol J.m Ta J.EV TowuTa aTa Ka!. auyyvwaTa Ayovn frente a su sabidura, intentara de veras decir algo ms
variado?
-,
_,
!lV AyEL v, 8prrTETO 8 " AA. 8wvor18TJTL OTL v e ses?, o quieres que sea por este pltano?-, te juro que,
TEU8Ev OUK QTfL!lEV rrplv av av E'LlTT]S' a E<PTJ8a v T(\l si aqu, delante de l, no me pronuncias el discurso, j a
aT8EL EXELV. a11E:v 8E: 11vw E:v PTJ!lLQ., taxupTEpos- ms te declamar otro discurso de nadie ni te informar
d 8 ' E:yw Kal vEwTEpos-, K 8E: rrvTwv ToTwv "avEs- 8 de ningn otro.
Scr.- Ay, malvado, qu bien descubriste el modo de
TOL AE:yw, " Kal !lTJ8ct!lWS' rrpos- [av ouATJ8iJs- 11anov obligar a un hombre amante de los discursos a hacer lo
KWV AyELV.
2X1. 'AAA.', w !latcpLE <Pa18pE , yEA,o1os- EO"O!laL rrap'
que ordenas !
Fedro.- Entonces, qu recurso te queda para zafar?
ya8ov rroLTJTlV L8LWTTJS' aToaxE8L(wv rrEpl Twv S cr.- Ninguno, ya que t has hecho semejante jura-
aTWJJ. mento. Cmo sera capaz de privarme de tal festn?
<PAI . otae ' )S' EXE L ; 1TctUO"aL 1TpS' !lE KaAAwm( 237 Fedro.- Entonces, habla.
llEVOS' ' axE8ov yap EXW o dTiwv civayKaw aE AyEw. S cr.- Sbes cmo har?
2.X2. MT]8ct!lWS' TOLJJUJJ E'L1T1JS'.
Fedro.- Qu?
<PAI . OK, ciA.Aa Kal 8 Ayw 8 !lOL" Ayos- opKos
Scr.- Hablar con el rostro cubierto, para atravesar
el discurso corriendo lo ms rpido posible y sin mirar
EaTm . O!lVU!lL yp am-T[va !lVTOL , T[va 8Ewv; oAEL te, as la vergenza no me har titubear.
e Tv rrATavov TauTT]VL ;- lllV, E:v !lOL 1-1 , E11T1JS' TOV A Fedro.- Con tal de que hables, lo dems hazlo como
yov vavT[ov aTfs- TctTT]S', !lTJ8TIOT am ETEpov Ayov te parezca.
!lT]8va !lT]8EVS' lllTE E1TL8ELELV lllTE EayyEAELV. Scr.- Vamos, pues, Musas de voz clara, sea que lle
2.:0 . Baa1 , <D uap , ws- di ci.vrupES' Tv civyKT]V vis este sobrenombre por el modo del canto, sea por la
civ8pl <PLAoAy({l 1TOLELV O o.v KEAElJS'. raza musical de los ligures, cargad junto conmigo la his
<PAI . T[ 8fTa EXWV aTp<PlJ ; toria que el buen hombre este me obliga a relatar, para
2.:0 . O8E:v ETL , TIEL8 a yE TauTa O!lW!lOKas-.
que su compaero, que ya antes le pareca sabio, ahora
b se lo parezca todava ms .
lTWS' yap iv OLS' T' ELT]V TOLaTT]S' 80LVT]S' aTIXE0"8aL ;
237 <PAI . AyE 8r1 . Haba una vez un nio, un muchacho ms bien, n;uy
2.:0. otae, OUJJ WS' lTOL raw; hem10so, que tena muchsimos enamorados. Uno de ellos
<PAI . Tov TIpL; era un ladino y, aunque no estaba menos enamorado que
2.:0 . 'EyKaAut!lEVOS' pw, 'lv ' on TXWTa 8w- los dems, tena convencido al nio de que no lo amaba. Y
8pllw Tov Ayov KaL L ATiwv Tipos- aE: .m' ataxvrs- cierta vez, solicitndolo, trataba ele persuadido ele que ha
8wrropwllm . ba que complacer al que no ama ms bien que al enamo
<P A l . AyE !lvov, Ta 8 ' iAA.a OTIWS' oAEL lTOLEL. rado, y deca as:
2.:0 . "AyETE 8r1 , w Movam , EhE 8 L ' t{l8fs- d8os
En todo, muchacho, existe un solo punto de partida
e
A..yEwL , ELTE 8La yvos- 11ouaLKv To ALywv TaTTJV para quien pretenda deliberar bien: hay que conocer
EaXET' E:Tiwvu!lLctv, "e!l LOL AEa8E " Tov 11eou, ov aquello sobre lo que se delibera, o ser inevitable que .se
!lE civctyK(EL ATWTOS' OTOO"L AyELV, '(v ' Tctl.pos
conoce lo que realmente es (ousa) cada cosa. Por eso,
yerre en todo. Pero la mayora no se da cuenta ele que no
aTou, Kal TipTEpov 8oKwv TOT({l ao<pos- ETvm , vvv
b ETL 11aA.>..ov 81J . como si ya lo supieran, no se ponen ele acuerdo al prin-
1 12 1 13
cipio de la investigacin y, al ir avanzando, es probable
"'Hv ohw 8 1TaLS', flaA.A.ov 8E: f.LEL paKtCYKOS', f.LAa
que paguen por ello, pues no estarn de acuerdo ni cada
mA.s- TOT<.p 8E: cmv E: pacnal. 1TVU 1TOAAOL ts- 8 uno consigo mismo ni entre s. Que no nos suceda, pues,
ns- a{mDv at[.LA.os- v, os- ou8Evos- TTOV E: pwv a ti y a m lo que reprochamos a los dems, y ya que a
E1TE1TEL KEL TOV 1Ta18a WS' OUK PQJll KaL 1TOTE auTOV aLTWV ambos se nos plantea la cuestin de si hay que buscar
E1TEL8EV TOtJT ' auT, WS' [1 pWVTL 1Tp0 TOU pWVTOS' preferentemente la amistad del enamorado o la del que
8OL xapL(ECY8aL , EAE'yv TE w8E- d no lo es, establezcamos de comn acuerdo una defini
cin del amor, qu es y qu poder tiene, y, con esto a la
TTEpl. TiavTS', w Tia!., f.LLa ci.px TOLS' [.LAA.ouaL KaA.ws vista como referencia, indaguemos si proporciona pro
ouA.Eaw8m . EL8vm 8E1 1TEpl. o av U l ouA.f, 1Tav
vecho o perjuicio. Que el amor es cierta clase de deseo
e
(epithyma), es algo claro para todos; sabemos, adems,
1 16 1 17
TQJ 8 imo ETTL8U[l.LGS' apxofl.V() 8ouA.EOVTl TE 18ov1j si se dan por s mismos en el amado, o bien los fomen
avyKTj rrou TOV EPWfl.EVOV WS' 8toTOV auT<) rrapa<J tar, pues, si no, se vera privado del placer inmediato.
KEu(Ew VO<JOVTL 8E: rra.v T8u TO [1 aVTLTi.VOV, b Es inevitable que sea celoso y, al apartarlo de muchas
KpELTTOV 8E KQL l<JOV X8pV. OTE 8i KpEl TTJ OTE otras relaciones, aun de aquellas provechosas que ayu
239
rro8E<JTpOV aEL arrEpy(ETaL TTTJV 8E a[la8S' <JO<pO,
L<JO[l.EVOV KWV E:pa<JS' rrm8LK. avETm , TT(l) .8E KQL daran a hacer de l un hombre pleno, le causar un gran
perjuicio, y el perjuicio ms grande ser apartarlo de
8ELAS' av8pE.ou, av8VaTOS' ElTfELV PTJTOpLKO, pa8US' ay-
aquello con lo que podra hacerse sabio y sensato en el
ms alto grado. Y esto es la divina filosofa, de la que
x.vou. TO<JOTJV :pw[l.V() KGKWV KQL ETL TfAELVJJJ KQTG
forzosamente el amante mantendr alejado al querido,
V 8Lvowv E:pa<JV' Epwfl.V() avyKTj YLYVO[l.VWV TE por miedo a ser despreciado. Y, en general, se las arre
Ka!. cp<JEL E:vvTwv [Ttv] fl.EV 8w8m , T. 8E: rra- glar para que ste ignore todo y est en todo pendiente
pa<JKEu(ELV, <JTpE8m To rrapauT.Ka ]8OS'. cp8ovEpov del amante, pues en esta disposicin es como va a resul
b 8 avyKT} ELJJaL , I(Ql TfOAAWV fl.EV QAA.)V <JUVOU<JLWV arrE.p tarle ms agradable, pero para el (amado) mismo ser la
yovTa Kal WcpEAl[lJV o8Ev av [l.A.WT' ap y.yvmTO, e ms perjudicial. As que, en lo relacionado con la inteli
[l.EyAT}S' aLTLOV ELVaL A.T}S'' fl.EYL<JTT}S' 8E: TfS' o8Ev av gencia, el hombre con amor es un tutor y compaero
<ppOVL[l.WTQT<JS' E'LTJ. TOTO 8E ] 8Ei.a cpLAOO"Ocp.a TUYXVEL nada ventajoso. Tras esto, hay que considerar la com
Q
plexin y el cuidado del cuerpo, cmo ser y cmo cui
rrpos Tf vollOLTTJTL !lAwTa EpctcrTs rrpos rrmouca juntos, no llegue hasta el ltimo desagrado, al ver un ros
EXEL . vEwTP4l yap rrpEcrTEpos cruvwv oEJ ' llpcts tro envejecido y sin frescura, y las dems cosas que, van
ouTE JJUKTOS KWJJ rroAELrrETm , AA.' rr' vyKT]s TE e con esto, cuya mencin ya es desagradable ele or, no di
d Kal. o't crTpou EActvETm, os EKELJJ({J 1E:v aovas EI. oL gamos si hay constante necesidad ele tratarlas en los he
oous ayE L , pWl!TL , KOOIJTL , rrTO_LIJ({J, Kctl 1TQCTctJJ chos; vigilado por sospechas injustas a todas horas y
1 20 121
a'(a8rcnv alcr8avof1V4J TO :pwf1vou, woTE f1E8' 8ovf)s frente a todos; oyendo elogios fuera de lugar y excesi
cipapTWS' a{m{) l!TTT] pETELV ' TQl 8E 8T :pWf1V4J TIOLOV vos, y tambin reproches que ya resultan insoportables
Tiapaf18Lov TLvas- 8ovas- 8L8ous- TIOLaEL Tov '(aov si el amante est sobrio, pero adems de insoportables son
XPVOV 0VVVTQ fl-TJ ouxl ETI' E0XUTOV 8ELV cir8(as- ultrajantes si se emborracha y habla con demasiada li
pwvn fl-EV otj;LV TipE0UTpav KQL OUK EV wpq, TIOflV bertad y sin pudor?
wv 8E: TWV aA.A.wv TaTIJ, a KQL Aycp E0TLV QKOELV OUK Y si mientras est enamorado es perjudicial y desa
ETILTEpTIS', fl-TJ cm 8T E pycp civyKT]S' cid -rrpoaKELflVT]S'
gradable, terminado el amor es en adelante desleal, pues
e
prometa para entonces mucho y con muchos juramen
flETUXELpl(E08aL , cpuAaKS' TE 8T KUXUTrOTTIOUS' cpu 241 tos y ruegos, y as apenas mantena con la esperanza de
AQTTO[lVcp 8La TiavTos- Kal Tipos- iTiavTas-, ciKa(pous- TE esos bienes una relacin que ya entonces era (para el
ETia(vous- KaL TIE pA.A.ovTaS' ciKoovn , ws- 8' aTWS' otro) penosa de sobrellevar. Pero cuando hay que cum
tj;yous- vcpovTOS' fl-EV oK civEKTOS', Els- 8E: [18rv lv- plirlos, ha cambiado dentro de s al gobernante y jefe
TOS' Tipos- TQl fl-TJ civEKTQl TiaLGXELS', Tiappra.q l<aTaKo- -el buen sentido y la sensatez en lugar del amor y la lo
pEl. Kal civaTIETITaflVIJ XPWfl-vou; cura- y se ha convertido en otro sin que el amado se d
Kal E pwv fl-EV A.aEps- TE Kal cir8s-, A.as- 8E: To cuenta. Y ste le reclama por los favores de entonces,
EpWTOS' ELS' TOV ETIELTQ xpvov aTIWTOS', ELS' ov TIOAAG
recordndole lo hecho y lo dicho, como si hablara al
mismo hombre; y l por vergenza no se atreve a decir
Kal flETa TioAA.wv opKwv TE Kal 8EfpEwv mcrxvof1Evos
241
que se ha convertido en otro ni tampoco, ya contenido y
f1Y LS' KaTELXE Tv y ' El! TQl TTE cruvouo{av ETIL Tiovov
del anterior gobierno (arkh) insensato, temiendo que,
juicioso, puede confirmar los j uramentos y promesas
ovaav cppELV 8L ' ATI.8a ciya8wv. TTE 8T OOV E K- b
:
Tll!Ell! , [lETQQAWl! aA.A.ov apxovTa El! aTQl KQL si repite la misma conducta, vuelva a ser semejante al
aTOV xpw QTiaLTEL TWV TTE , TrOfllfl-VlJ0KWV .;ra ' " fugitivo y, al cambiar el juego, da la media vuelta y
Tipax8vTa KaL AEX8vTa, w s- TQl auT4) 8wA.qf1Evos- huye. Y el otro se ve obligado a perseguirlo, irritado e
1
!
imprecando a los dioses, por no haber entendido para
8E: TI' alcrxvrs- oTE E LTIELV TOA[lQ. OTL aAA.os- yyovEV '
nada, desde el comienzo, que no tena que ceder nunca a
o8' oTiws- Ta Tf)s- TipoTpas- civoTou cipxf'Js- pKwf1crL e un enamorado, necesariamente sin juicio, sino, muy al
b TE KQL TI00X0ELS' E f1TIE8W01J EXE L , vov 8r GXTJKWS' contrario, al no enamorado y (por ello) en su sano juicio.
KQL 0E0WcppOVT]KWS', '(va fl-TJ TipTTTWl! TQUTq TQl Pues si no, habra por fuerza ele entregarse a un hombre
Tipcr8Ev Ofl-OLS' TE E KE.vcp Kal. a{nos- TiA.w yvrTm . desleal, difcil, celoso, desagradable, perjudicial para la
cpuyas- 8T y( yvETaL K TOTWV, KQL QTIE0TEpT]KWS' TI ' hacienda, perjudicial para el estado del cuerpo, y mu
civyKT]S' Tiplv EpacrTS', aTpKou fl-ETGTIEGVTOS', cho ms pe1judicial para el cultivo del alma, que es y
'LETaL cpuyiJ flETaaA.wv 8E civayK(ETaL 8LWKELV ser siempre lo ms estimable para dioses y hombres.
ciyavaKTWV Kal. Em8E(wv, yvorKWS' TO Tiav E cipxs-. Esto es lo que tienes que tener en cuenta, muchacho, y
saber que l a amistad del enamorado no nace ele su be
OTL OUK apa E8EL TIOTE EpWVTL Kal TI' civyKT]S' civoT4J
nevolencia sino, como con la comida, para hartarse:
e xap.(Ecr8 m, ciAA.a TIOAU [10.;\.;\ov fl-TJ :pWVTL KQL l!Ol! d como los lobos aman al cordero, as los amantes aman
EXOVTL d 8E: fl , civayKal.ov dr E:voovm aTov
al muchacho.
122 1 23
oCOPl"001
. . pleno medioda? Esperemos mientras conversamos sobre
Cl
:
ola8' OTL TIO TWV NuwpGw , ats- jJ.E au TipoaAES' K
,::::....
'
' llamente admirable. Creo yo que, de los discursos pro-
Tipovo.as-, aacpws- :v8oumaw; A.yw ovv vL i\.y(.l TL
b nunciados durante el tiempo de tu vida, nadie ha hecho
oaa TOV ETEpov AEAOL8opJ1WjJ.EV, Tcl Tp(.l TaVa!JT.a
que se pronunciaran tantos como t, sea que t mismo
ToTwv .yaGO. TipaEaTLv. tcaL T. 8EL 1-1-aKpou Ayou; los dijeras o que obligaras de alguna forma a otros a pro- ,
TIE PL yap .wpo:v LKavws- E'( pYJTm . KaL oTw 8 jJ.D8os
oTL TIO"XELV TipoaJKEL auTQ, TOUTO TIELO"ETaL . Kayw
nunciarlos. Excepto a Simmias de Tebas ; pero a los
242
otros los vences de lej os. Y parece que ahora nueva
TOV TIOTUjJ.OV TOUTOV 8wO.s- aTIPXOilaL TIPLV TIO aou mente te has hecho responsable de que yo tenga que pro
TL jJ.EL(ov .vayKaa8fvm . nunciar cierto discurso.
<PAI . MJTil '}'E , w -wKpaTES', Tipl.v av TO IWUjJ.a Fedro.- B ueno, no me ests declarando la guerra,
precisamente. Pero, cmo, y qu discurso?
TiapA.81J. ovx pqs LS' axEoov 8TJ jJ.EGTJjJ.p(a
Scr.- Cuando estaba a punto, amigo, de cruzar el ro,
'(aTaTaL 8 KaAOUjJ.VT] O"Ta8Ep; aAA.a TIEpljJ.EL
se present la seal demnica que se me manifiesta habi-
c
vaVTES' KaL .1-1-a TIEpl. Twv ELPTJI-1-vwv 8wA.EX8vTES', tualmente -y me retiene en lo que estoy cada vez a punto
Txa TIELoav aTiotj;uxfl '( lEV.
o . 8ds- y ' EL TIEpL Tous- Ayous-, w <Pa:8pE , Kal.
ele hacer-, y me pareci or como una voz que vena de all .
y que no me permita partir sin purificarme, como si hu
aTEXVWS' eaujJ.O"LOS'. OL jJ.aL yap yw TWV ETIL TOU aou biera cometido una falta contra lo divino. En efecto, soy
.ou yEyovTwv A.ywv 1-lTJOva TIAELOUS' aE: TIE- adivino, no de los buenos, sino como los que apenas saben
1 24 1 25
leer y escribir, slo lo suficiente como para bastarme a m
b TIOL T] Kvm )'E)'Ev-fla8m TOL aim)v A.yovT(l .A.A.ous
mismo. Y por eso ahora se me ha hecho claro cul es la fal
v( y Tt.:J TpTit.:J rrpoaavayK(ovTa -L:q.t.iLav 8T]a1ov
ta; el alma, compaero, es tambin capaz de adivinar. Ya
E:mpw A.you TWV oE: .A.A.wv rr.moA.u KpaTELS -ea!. antes, mientras pronunciaba el discurso, algo me haba tur
vvv av 80KELS ahLOS ll.OL )'E)'El!fCJ8m A)'t.:J TLVL bado y me haba llenado de confusin, pues, como dice
pT]8fvm . bico, me inquietaba que, cometiendo una falta contra los
<P A 1 . o-u rrA.E 11v yE ciyyAA.ELs. ciAA.a rrws 8 Ka\. dioses, recibiera a cambio honores de los hombres. Pero
Tll/L TOT(.J; ahora me he dado cuenta de la falta.
L:O. 'l-Iv.K' EllEAAOV, 'Jya8 , TOV rroTall-OV owa[vELv, Fedro.- De qu hablas?
S cr.- Terrible, Fedro, terrible es el discurso que tra
To om11vLv TE Kal. To dw8os CJT]Il.ELv llOL y[ yvEa8m
e
jiste contigo y (tambin) el que me obligaste a m a pro
E:yvETo -cid 8 11-E ETILCJXEL o iv llAAl rrpTTELV- Ka [
nunciar.
TLVa cpwvv EOOa auT8Ev UKOUCJaL , f 11-E OUK E:Q. am Fedro.- Cmo?
VaL rrpl.v iv cicpoCJLCDCJlllaL , ws 8 TL lilaPTTJKTa E LS T ,
1 S cr.- Necio, y hasta algo impo. Podra haber otro
8El.ov . EL 8 ovv 11-vns 11-v, ou rrvv 8E: arrouoal.os , ms terrible?
ciA.A.' warrE p ot Ta yp1111aTa cpaJA.m , oaov 11-EV EllauTQ Fedro.- Ninguno, si es cierto lo que dices .
11-vov lwvs aacpws ovv 8TJ 11-avevw To llPTTJI-W . S cr.- Y bien? No crees que Eros e s hijo d e Afro
ws 8 TOL , w hal.pE, 11-avTL Kv y n Kal. 1 lj;ux E:11E: dita, y un dios?
yap E8paE 1-lV TL Kal. rrA.m A.yovTa Tov A.yov, Ka( Fedro.- As se dice, s.
S cr.- Pero no Lisias, ni tu discurso, ese que fue pro
rrws E:8uawrroI1TJV tcaT' "IuKov, 11 TL rrapa 8Eo:s
nunciado por mi boca, hechizada por ti. Si Eros es, como
d UllAaKWl/ TL 1-l..l! rrpos civ8pcD1Tll/ cqlELtl
lo es, un dios o algo divino, no podra ser algo malo, pero
vvv 8' -{CJ8T]IlaL TO lpTT]Ila . .
' '
-
los dos discursos de hace un momento hablaron de l
<PAI . A)'ELS OE 8 TL ;
L:O . .6.ELvv, w <Pal.opE , 8ELvov A.yov auTs TE
como si lo fuera y, con ello, han faltado contra Eros. Ade
243
1
1
aTLv 1rvu acrTE .a, TO J.Tj8Ev yLES" A.yovTE J.Tj8E cobro la VIsta en el acto. Yo voy a ser ms sabio que
243
ellos, por lo menos en esto; pues, antes de padecer algo
!
d.A.118E:s crqwvwem ws- TL ovTE , EL .pa d.v8pw1T.GKovs _
por _haber difamado a Eros, tratar de ofrecerle la pali
1
nv.s Ea1TaTfcravTE E u8oKtJ.fGETOV EV aTLS". E jJ.OL .
!J.EV ov, w cp.A.E , Ka8fpacr8m d.vyKTj ' E!anv 8E: TOLS'
nodia debida, con la cabeza descubierta y no como hace
un momento, tapado por vergenza.
1
.jJ.apTVOUGL 1TEpL J.U80AO'Y.av Ka8apJ.OS' apxaLOS', OV Fedro.- No habras podido decirme nada ms agra
"OilllPOS' jJ.EV ouK "(cr8ETO, ;Tllcr.xopos 8 . TWV y.p IJ. dable, Scrates.
jlTwv crTEpTj8ELS' 8t. T-f1v ' EA.VllS' KaKTjyop.av OUK Ty e Scr.- Seguramente, mi buen Fedro, te das cuenta con
VllGEV wcr1TE p "O!J.llPOS', af...A ' aTE jJ.OUGLKOS" wv E!yvw qu desvergenza han hablado los dos discursos, ste y
T-f1v al. T.av, Ka!. 1TOLEL Eu8us- el que lemos del volumen. Si por casualidad nos hubiera
escuchado algn hombre de carcter noble y dulce, que
0uK E!crT hu11os A.yos oTos ,
cundo decamos que los amantes se cargan de grande
ama o que haya amado alguna vez a otro semejante a l
ou8' Eas EV VTjUGLV EUGA jJ.OLS',
b ou8' '.KEO TI pyajla Tpo.a s odiOs por pequeeces, y que son celosos y dainos para
Ka!. 1TOL fcras 8-f1 1rO.aav Tilv tcaA.oujJ.VllV TiaA.wcv8.av sus amados, no te parece que creera estar escuchando a
1Tapaxpf1jJ.a avAE tEV. EYW ouv crocpwTEPOS' EKE LV.lV gente criada entre marineros y que nunca ha visto un amor
yEvfG OjlaL IWT ' aUT 'YE TOlJTO ' 1TpLV yp TL 1Ta8El. v propio de hombres libres? Y no estara muy lejos ele
fQ OCOPl l P-pDRA Scr.- Pues ?ien, por vergenza ante este hombre, y
, Fedro.- Por Zeus, Scrates, es probable.
!
TjS' EyKEKa AUJ.jJ.V OS':
ci)A I . TouTwv. , w ;JtcpaTES', outc E! an v iTT, Cl.v
1T' alGXV
E
.G1TE p TTE
C
,A.eeroso del mismo Amor, deseo l avar con un discurso
. .
quieras.
244
avTov Tov " EpwTa 8E8LWS' , Em8ujJ.W 1TOT. jl4J Aycv otov Scr.- Pues bien, hermoso muchacho, ten en cuenta
.
. A J.Up.v clKOlll! cl1TOKAcracr8m GUIJ.OUA.l 8E KaL que el discurso anterior era de Fedro, hijo de Pitocles,
128 1 29
:r
Auo-.q. on TXwTa yptm WS' XPTJ pao-. Tfl 11aAA.ov
Jr.
.
del demos de Mirrinunte, y el que voy a pronunciar aho
yl
ra, de Estescoro, hijo de Eufemo, natural de Himera. Y
llTJ pWVTL K TWV J.OLWV xap.(Eo-8 m.
<PAI . 'AAA.' ) 'i. o-8L OTL EEL Tou8' oTill " CJOU yap :i
debe ser dicho de este modo:
130 131
algunas familias vienen de antiguas iras (divinds), la lo
cura, al sobrevenir y servir de intrprete a quienes era ne-
c cesario, encontr modo de escapar de ellas, refugindose
en plegarias y cultos a los dioses, de donde obtuvo purifi
caciones e iniciaciones e hizo libre de mal al que partici
paba de ella, en el presente y en lo venidero, y encontr
para el que est correctamente loco y posedo la libera-
245 cin de los males presentes . La tercera (forma de) pose-
d sin y locura, la que viene de las musas, se apodera de un
alma tierna y virgen, la despierta y la pone en delirio b
quico en la lrica y dems formas de poesa, y, celebrando
innumerables hechos de los antiguos, educa a la posteri
dad. Pero el que llega a las puertas de la poesa sin la lo
cura de las musas, convencido de que la tcnica basta para
hacer de l un poeta, ser un poeta imperfecto, y la poe
sa, del que est en su juicio queda oscurecida por la de
Jos locos.
E.
r
, C
amigo al sensato antes que al perturbado: Pero que se lle-
1 33
l
1 32
L . - -- j
1
E:rr ' : uTUXLQ. TJ J.E:
gendrado; pues todo lo que se origina, se origina nece
cmo8E LKT OV au TouvavTLOV' W<:; sariamente de un principio, pero ste no se origina de
;
,
, , aTo s , ao t .::; 8- E
' TlJ napa' eEwV -i-1 1 TOt aTT\ J.avl.a 8t80Tat "'T\ 8E' 8Tj,
o
e
ginara de un principio. Y, ya que es no-engendrado, es
, cpaEws , t Eta<:; TE
'
necesario que sea tambin imperecedero; pues si el prin
IWL E pya Ta' A_T\eE<;
TflO'TT]. 8E1 ouv rrp:nov 4wxf1s "
'
, T]TOV aea
KLVO J.EVOV:
KLV ne que originarse de un principio. As, entonces, lo que se
;
l]Ju T\' rraaa e vaT O<:; TO yap aEL ,
im: .
l ( T\S J.OVV OT]
o
AT]', jEL ICLVOUJ.EVOV' AAcl iCCll ToL'; ' ' Cl'jE mostrado que lo que es movido por s mismo es inmortal,
' xn KLVTI1O'EW<:;. pXT\ 8E ' ' VT]TOV . E' <,i:
" "
' XT\
esto es la entidad y la nocin del alma. Pues todo cuerpo
d ctp ' p av ' cty " TOU ClPXT\ 'jl yvoL TO,
,
,
' T]V
ClUT ' 8E' t-'"1 m8 , ' '
' 8'
mientras que aqul al que (le viene) desde dentro, de s
, t pxc "'L"' VOL TO.
,
OUIC " E<,
ClV E:rrE L8 8E ayE VT\Tov Eanv,
- ,
para s mismo, es animado, pues sta es la naturaleza del
246
'1 , 1 1
, apx qs ya p T\
,
KT] dv ctt .
KctL, a'8 Lct't',heopov auTO vy E Cl/\/\0 E<,i:
a, a 'Y:'Y
alma. Y si esto es as, esto es, que lo que se mueve a s mis
,
rroAOJ.E' VT\S OUTE " - auTn' 1 TrOTE EK TOU OUT ,
"\ ,
,
.
ya p aw w , cv !l v
VT]O' ,
rece a cierta fuerza naturalmente compuesta de una yunta
ou , tu xf s oua .nv TE Ka' t A.oy
voWLv
b
alada y su auriga. Los caballos y los amigas de los dioses
ns A.ywv ouK nlaxuvE1 Ta t . nav
W
,
, 't'
oeE V ' ClUT} E son todos ellos buenos y de buena raza, pero en los otros
, T]S cpU, O'Eul<:; lUXT\S EL,
KLV EW e m , ( I 'UX OV 8E EV8
weEv TO i hay mezcla. En el nuestro, en primer lugar est el conduc
OUCJ '
aTV
!l.S" VLXfl<JLS" . rrJ 8i OVV 8vrTV TE KL a8v
TLos xaAA.Erri 8Y Kal. 8<JKOAOS" E civy KrS" TIEPL "mortal". La (denominacin) de "inmortal" no se basa en
. :.
e
Km
Consideremos ms bien la causa de la prdida de las alas,
rrvTa TOV K<J!lOV 8LOLKEL , 8E: TrTEpoppur<Jaa <PEPE
1
. ,
;a aA.Aa TQU: , , l , p
EX v E
d
C
tontri o a quel o se co?sume y destmye. P es bien, el
KaL
.
?L -
, ,
o
1
OLI((
!l Pll KEKO<J!lll!lVll. p.V EL yap 'E<Jn a V 8EW
Evo
:Jj los dioses andan por ellas cmodamente, pues, al ser equi-
, librados, s o n fciles de conducir; a los otros, en cambio,
ri
247
14J se les hace difcil marchar, pues el caballo mal dispuesto
!lvll Twv 8E: C.A.A.tv O<JOL v T0 TWV 8w8E Ka apL8!
Jl
1 36 1 37
hace peso, inclinndose hacia la tierra y entorpeciendo al
auriga que no lo tiene bien adiestrado . All el alma se en
frenta con la fatiga y la lucha extremas. Las llamadas in
mortales, cuando llegan a la cumbre, salen al exterior y se
e detienen fumes sobre la espalda del cielo, y, as instala
das, la revolucin las transporta, y ellas contemplan las
cosas que hay fuera del cielo.
Al lugar supraceleste, ninguno de los poetas de aqu
celebr todava ni celebrar nunca con himnos dignos de
b l. Pero es algo as -pues hay que atreverse a decir la ver
dad, sobre todo si hablamos acerca ele la Verdad-: la en
""
tidad que realmente es (ousa nti5s OLsa), sin color y sin
1 o
\ : pt...
figura e intangible, visible slo para el piloto del alma, el
\.\)
' kocO \ Ji cincia ve: adra, ocupa ste lug. Y corno. el pensa-
<:( (:.' 4
a
.1
.
ciencia sin mezcla -y tambin el ele toda alma que se preo-
cupa de recibir el (alimento) apropiado-, cuando despus
e
\'. : de un tiempo llega a ver lo ente, se alegra, y se alimenta y
4
;
disfruta contemplando las cosas verdaderas, hasta que la
revolucin circular la lleva nuevamente al mismo lugar.
,."[ Durante la rotacin contempla la Justicia misma, contem-
,J pla la Templanza, contempla la Ciencia, no aquella ligada
'l e
;r
al devenir, ni la que vara cuando se aplica a cada una ele
las distintas cosas que nosotros ahora llamamos entes,
1 39
138
gran, se hunden y son arrastradas juntas por la revolucin,
8aa rrA.Lv ELS' TO E'Law TOU oupavo, o'LKa8E TjA.8EV.
E:A.8oaTJs oE mhfs 6 iv.oxos rrpo Tiv <Pv v, Tv b pisotendose y empuj ndose al tratar de adelantarse una a
otra. Se produce entonces una confusin, una lucha, un
'.TTTTOUS' O"Taas rrap aAEV !J.p oaLa V TE
KaL ETT aUTlJ .
sudor extremados, y all, por impericia de los aurigas, mu
b
plcp povTaL rraToDam A.AA.as Ka!. E: mA.A.ouaal;
Tpa rrpo fs Tpas TTELPW!J. VTJ yEv a8m . 8po
ovv Ka!. !J.LAAa Ka!. l.8pws EaxaTos y( yvET m , o 8
'.
. [.
claderas, quede libre ele dao hasta la prxima revolucin,
y si puede hacerlo siempre, permanezca siempre inclem-
1[.
ne. Cuando, imposibilitada ele seguir, no logre verlas y por
KaKL Q. ivLXWV TTOAAaL IJ.EV xwA.E VTaL , TTO AaL OE algn infortunio se vuelva pesada, llenndose ele olvido y
L . TTUO" a L OE TT AUV' EXOU
C 1 E: \
tpuxi KOUCp L(ET ; tuoso ele las leyes o guerrero y dotado para el manclo; ,Ja
'A8paaTE Las o8E . ns Civ tPUX 8Ecp a uv rr 8os 1
te:cera, en la ele u hombre dedicado a los auntos ele la
CATJ8 WV, !J.EXP L TE TEpa
TTJS' s . ,
_
Cmclacl, o a aclm1mstrar su casa o a los negoc10s; la cuar
yEVO!J.VTJ t<aTL OlJ TL TWV
CEL Tou o oU TJTaL ta, en la ele un atleta amante de las fatigas o la de alguien
TTEpL OOU ELVaL clTTIJ.OVa , KQV ;
que se dedicar al cuidado del cuerpo; la quinta tendr
TTOLELV CEL A.af1 dvm oTav oE 8uvaTTJGaaa ETTW
e
rra8a 11T '. 81J, Ka!. nvt auvTUXLQ. XPTJaa1v M8TJ
una vida dedicada a la mntica o a algn rito de inicia
cin; a la sexta le convendr la de un poeta o algn otro
TE Ka!. tcaK.as TTATJG8E1aa apuv8pJ , apuv8ELa a 8E de los que se dedican a la imitacin; a la sptima, la de un
TTTEp oppuGlJ TE KaL TTL TiV yfv TT lJ, TTE' VIJ.S'
TaTTJV Li cpUTEUO"aL ELS' IJ.TJOEIJ. LaV TJpEL V UO"LV V
artesano o campesino; a la octava, la de un sofista o un
d buscador del favor del pueblo; a la novena, la de un tira
TJ rrpwTlJ yEv oEL, A.Aa Tiv IJ.EV rrA.Ew T Looua v E l no. Entre todos stos, el que se condujo con justicia reci
,
TJ cpLA. tcaA.o u TJ
yoviv v8pos yEVTJGOIJ.vou cpLA.oacpo ,
be una suerte mejor, y el que injustamente, una peor. Por
249
IJ.OUO"LKOU TLVOS' KaL pWT LKOU, TiV o : OEUT Epav ' ELS' que cada alma no vuelve al mismo punto de donde parti
TPL TTJV antes de diez mil aos, pues no le crecen alas antes ele este
aaLA.ws E:vv 11ou rroA.EIJ.LKoD twL' apxL Kou,
140 141
E L S' TTOAL TLKOU T TLVO S' OLKOVOIJ.L KOU f\ XPTJIJ.GTLCJ
TLKO U, tiempo, salvo la del que ha vivido lealmente una vida fi
oE: aAAa L , Cf . f. .- \
TTTE P,l:i
EA.wvTm Tp'ts E:<j>E f]S' Tv [ov TOtJTov, oTw esta figura (humana). Pues es necesano
8El.am TPW XLAL OaTQ ETEL Ct.TT PXOJ!TaL . at . comprenda lo expresado conceptualmente (kat ' efdos le-
\
huxov, e
. i
ihav Tov rrpwTov [ov TEAEUTawaLv , Kp(a uS' gmenon), lo cual va desde la multiplicidad de las per-
OLKC .lTf pw cepciones sensibles hacia una unidad, que (el hombre)
KpL8 EI.am oE: a. IJ.fV ELS' TQ l!TT O yf]S'
capta en su conjunto con un acto de razonamiento; y esto
[
avou nva
E:A.8ouam o.KllV E:KTf.voum v, at 8' ELS' Tor >
es una reminiscencia de aquellas cosas que alguna vez vio
l.L KT)S' KOU<j> w8E I.am oLy oaL V aL. lS'
TTTOV TTO Tf]S' nuestra alma, cuando iba acompaando a un dios, menos-
. TQ oE: XLAL OO" T Q !
..
b o EV av8pwrrou .oE L E:[waav (ou preciaba las cosas que al1ora decimos que "son", y levan
IWL a'(pE GL\1
aiJ.<j> TEp aL a<j>LKJJO!lf\laL ETTL KMpwa(v TE
.\
JJ8a taba la cabeza hacia lo que realmente es (to on ntos). Por
(ou al.po uvTa L OV av 8ATj KO" T Tj ' E ello e s justo que slo adquiera alas l a mente (dinoia) del
TOU OEUTpou
\
VELT aL , KGL
. i1
KGL ElS' 8Tjpl OU [ov av8p.lTTLVT) 4wx+J a<j>LK filsofo: pues siempre est con el recuerdo, en la medida
av8p.lTTOV.
EK 8Tjp. ou OS' TTOTE av8p.lTTOS' V rrA.w ELS' de su capacidad, junto a aquellas cosas cuya cercana hace
E LS' ToE que el que es dios sea divino. Y el varn que usa correc-
ou yap f yE llrroTE: toouaa Tiv ci.A.8ELav
KaT' ELOOS' tamente de tales recordatorios, inicindose continuamen
fE L TO axfJ IJ.a. OEL yap av8pwrrov avv.EVCLL
A.q!J.Evo v, K rroAA.wv i.ov aLa8 uEw v El S'
te en ritos de iniciacin perfectos, se convierte en el ni
e 1
E:v A.oyw!J.Q
"LS' EJ(El V.lV a d co realmente perfecto. Y como se aparta de los objetos ele
poIJ .EVO JJ" TOlJT O 8' EO"TL V v !J.VTJO
l.
auvm .
'
i
cuidado humanos y se vuelve hacia lo divino, la mayora
rroT ' ELoE v IJ.W V aum opEu 8El.a a 8EQ Kal rrEp Loou aa
lo reprende, como si tuviera la mente alterada, pero la ma
a vvv ELva f. <j>a!J.EV , IWL .vaKl.aaa
ELS' TO ov 0\!T lS' . -' l t.
f;
yora no advierte que est divinamente posedo (enthou
OlJTCL L TOU pLA.o acpo u oL
.,::
OLO 8 OLKG L.lS' IJ.VT] TTTEp <
sizon) .
KaTa 8
vow rrpOS' yap E KELV OLS' aE( E:aTt v llVIllJ Y bien, a esto viene a parar todo el discurso acerca ele
.
_:;
TOLS' 8 8
va!J.L V, rrpS' olarrE p 8ES' wv 8ELS' E:an v. la cuarta (clase de) locura: a la ele aqul a quien, al ver la
.' i
XPW IJ.EVO S', belleza ele aqu y recordar la verdadera, le salen alas y, con
TOLO TOL S' civT p TTO IJ.V IJ. GGLV p8wS'
TEA.ouS' a.Et. TE AETaS' TEA.o11EvoS' , TAE
!!.ltt
OS' ovT.lS' sus nuevas alas, quiere irse volando, pero no lo logra, y
1 42 143
______ _..,.._________________________ _ _
01TOU8ao -TWV Kal Ti pO<; T,) 8El,l "{L y v E V <;'
IJ.VO<; "{L"{VETaL E_unalE ' VO<; 8 E' TWV av8pW1TLVWV mira hacia arriba, como un pjaro, y desc
uida las cosas de
d e
,
, entonces vieron slo fugazmente las cosa
, '
aE/\WV, s de all, ni para
, , las que, al caer aqu, sufrieron la desgraci
e
' ' ,
aTl] Tiao-wv TWV E.v8ouo-w' o-Ewv apWTl] TE KaL E ,
a de ser desvia
apWTWV T,) TE EXOVTL Kal. TW' KOLvwvouvn cJ.UTl]<; das hacia la injusticia por ciertas compa
as, y olvidaron
8m .. . de s mismas, pero
,
V TO (Qov avaq1V1J0KE0 J1
" _:: oo-a : P,...p aXW<;
OUK' av " -AA8EV EL<; T8E ..JI O comprenden qu es lo que les
suce
,
, "
de, por falta de una
'1
'
contemplan los ras
.,.
AE.TIOVTaL ate; TO Tfl<; vfl]<; l.Kavwc; TiapEGTL v auTm
' , gos genricos ele lo representado (en ella
" V TL TWV EKEL OOLLua "L 8W0LV ' EK1TAl]TTOVTaL
8 E , OTa
' '
s). La belleza, en
cambio, resplandeca ante la vista cua
Kal ouKT' <EV> aTWV y.yvovTm , "o 8 ' EGTL " TO' 1T 8o<; ndo, con un coro fe
liz, contemplbamos el espectculo de
l l n' 1 .Kavwc; 8ww8vEo-8m . 8LKaL00UVl]s una visin biena
11EV ouv KaL o-w<Ppo0Vl]<; KaL oo-a AA Tllll lVUXaL ou
,
Q"{VOOU0L 8 L a' To "' venturada, mientras seguamos tras Zeu
,
b
'
s nosotros, otros
,
, al que estamos en
TTl]V, fv Jp"{L(o EV AKAl]pOL flEV aTOL ?v:E<; KaL
,
11 TLJJ aw a
TL TEA S, TWV TTE 1T oi\u8Ej.lWV , o mira, se apodera de l la alteracin que sigue al escalofro,
b
T L Tv TTE
1Tpawnov 'Lo"Q Ki\ i\os Eu jJ.E jJ.L j.l11jJ.vov con sudor y fiebre desacostumbrados; pues se calienta al
ws E ov EE
recibir a travs ele los ojos la emanacin ele la belleza con
Tos lOa v, rrpwTov j.iEV Ecpp LE KaL ,
? la que se reanima la vitalidad del plumaje; al calentarse, se
j.lVL S 8oav :
{mfi\8Ev auTov oELj.iTwv, ha 1Tpoaonwv derrite lo que rodea a los brotes y que antes, obturando (la
KOL - LOO, Ta
Tm , KaL El j.lTJ EoEo LEL TTJV Tfs acp8pa
8oL av ws ayi\j.iaTL KaL 8E(\l TOLS T aLOL
i salida) por el endurecimiento, impeda que germinaran. Y
al afluir el alimento, el tallo ele la pluma se hincha y toma
KaL ,LOplS IWL
yap :ou K A:
aVTOV OLOV K TfS cppLK 11S j.lETaoi\ TE impulso para crecer desde la raz, por debajo ele toda la su
b
.
8Epj.iT11S a811S i\aj.i V EL OE j.iEVOS ,
perficie del alma; pues toda ella estaba antes cubierta ele
i\ous TTJV aTioppoTv 8La TWV jJ.jJ.Twv
E8Ep p.av811 D 11 e plumas. Y con esto est toda en ebullicin y palpitante; y
W11 E, T S
estn despuntando, ese prurito e irritacin ele las encas, es
lo que siente el alma del que comienza a echar las plumas,
m ano T S
jJ.E j.iUKTa d pyE j.l1l i\aaTvELV , Emp ppuE
y hierve y est irritada y siente comezn al crecerle las
Tpoc pfs 011 <J TE KaL WPj.i11<JE cpE <J8, alas. Pues cuando dirige la mirada hacia la be]J.eza del mu-
TO T11S tVUX11S
PL(11S TOU 1TTE pOU KaUAOS lJ1TO 1TV
1 47
146
El8os- nO.aa yap v TO nAm 1TTEpwn'J . (EL ovv EV chacha, recibe desde all un flujo ele partculas que vienen
TOT4J OATJ Kal. civaKTJKL E L , Kal. onE To Tw 8oTo
hacia ella -y por esto justamente son llamadas "corriente
cpuoVTwv n8os- nEpl. TOUS' 68vTas- yLyvETa: oTv pn
e
del deseo" (hmeros)-, se reanima y calienta, se alivia del
cpWCJLV, KVfCJLS' TE Kal ciyavKTT]CJLS' E pL Ta O Aa,
,
d dolor y se alegra. Pero cuando se separa (de l) y se seca,
se secan tambin los orificios ele los canales por donde
e . :E . . p . A .
" il'd Iro-I VELV , 8L 8E: Ao8ouaa onou av o'LT]TaL OlVECJ8aL
Tov ExovTa TO KAAos- Louaa 8E t<aL E 1TOX -
av
, , , por incuria; los usos y las bunas formas de os que antes
! _
TEuCJaf1VTJ '(fJ.Epov EAUCJE fl.EV Ta TTE aum cp a; lE
se vanaglonaba,_ los clesprecra todos, y esta dispues ta a
.
1:
onou av E. TLS' EyyuTTW TO n8ou npos- yap T4J
b 'o Los mortales llaman a Eros volador,
TWV fl.EYLCJTWV nvwv. TOUTO 8E: TO n8os-, w nm KClAE ,
los inmortales Pt-ros [alado] , porque fuerza a criar alas.
:!!
;:
1 48 1 49
"
:
-:c,:(r
Tipos- ov 8 11oL A.oyos- , Civ0pw1TOL llV E p:,o.
(ou crLv, 0Eol. oE: o Kd.AOU<JLV ciKO<JO.S' ELKO
voll,
TWS' ow 1
1
e Se les puede creer o no. De cualquier forma, la pa
sin de los enamorados y la causa (de ella), viene a ser
!
' OU<Jl ()'E OL!la
"' l' TLJJE <"' 'QmpL8G:lV
--- lo que dijimos.
' T]Ta yEAO.' <JlJ . 'AEY
JJEOT Y bien, si el que es asido (por Eros) fue del cortejo de
? TO'
.:>
., wv
EK TWV ciTio0TWV E:Tiwv 8o ETITJ Ets- Tov "EpwTo olr Zeus, puede llevar con ms firmeza el fardo del (dios) que
E!l\iETp
f-rEpov p wTucov Tivu Kal. oiJ cr<popo. TL toma su nombre de las alas; pero a los que fueron servi
jlJJOU<Jl 8E: WOE- dores de Ares y lo acompaaron en la revolucin, cuando
caen en poder de Eros y creen que el amado ha cometi
TOV 8 ' TTOL GvT]TOL !-LEV "EpwTa KO.AOU<JL TIOTTJVV, do alguna falta contra ellos, les vienen impulsos de matar
ci8vaTOL oE: TITpwTo., 8.a TITEpo<pTop' civyKT]V y estn dispuestos a inmolarse a s mismos y al muchacho.
Y as, cada uno se conduce de acuerdo al dios del que era
d
OE - coreuta, honrndolo e imitndolo en lo posible, mientras
e TOTOLS' oi) EE<JTL !-LEV 1TEL 8E<J 8m , EE <JTLV
0!-LWS' oE: f1 yE at T. a Kal. TO Ti8os- TWV E:pwvTw
no se corrompe y vive aqu (su) primera generacin, y a
v TovTo
los amados y a los dems los trata y se comporta con ellos
de esa manera. Y as, cada uno elige a su amor (tn. . . ro
aL . EaV OUV
E:pa<J0W<JL , 1Tav 1TOLOU<JLJJ 01TlS' TOLOUTOS' <JT , Em '
bacantes, sobre el alma del amado y lo hacen lo ms se
:n
TT]8 E!l aTL , TOT E mejante posible a su dios. A su vez, los que seguan . a
!lil TipTEpov E!-LEW<JL Tt\ E:m
ou<J . T 80EV av 8v v ; m IC l Hera buscan uno de carcter real, y, cuando lo encuen
XEL P<JaVTES' !lo.v0v
pXO VTa L , lXV EUO VTES' 8E Tiap ' EO.UTlJJ tran, proceden con l ele la misma manera. Y los ele Apo
m'nol. !-LET
' EUTIOpOU<JL lo y de cada uno ele los dioses, siguiendo asa su dios,
clJJE Up.<JKEL V Ti)V TOU crcpE TpOU 0EOU <pU<JLV
151
1 50
buscan a su muchacho de un natural acorde, y cuando se
253 lo han procurado, imitando ellos mismos (al dios) y acon
sejando y disciplinando a su amado, lo conducen hacia el
modo de vida y la ndole (idan) del (dios), segn la ca
pacidad de cada uno y sin celos ni animosidad iliberal ha
cia el amado; ms bien, tratan ele guiarlo para que se ase-
e mejen en todo y lo ms posible a ellos mismos y al dios
al que honran, y por ello obran as. Tan nobles y afortu
nados resultan el empeo de los verdaderos amantes y la
b realizacin (de su deseo), al menos si llevan a cabo lo que
desean del modo que digo para el que es amado por un
amigo enloquecido de amor, si se deja apresar. Y el que es
apresado, sucumbe de esta manera.
Al comienzo de este relato dividimos cada alma en tres
(partes), dos cuyo aspecto era con forma de caballo, y la
d tercera con aspecto de auriga; mantengamos esto tambin
ahora. Uno de los caballos, dijimos, es bueno, y el otro no.
Pero no explicamos cul es la excelencia del bueno y el de
fecto del malo, y hay que decirlo ahora. Pues bien, el pri
mero de ellos, que est colocado en el mejor lugar, es de
e , ,, . , ' \ , \_:\...) r figura correcta y bie? articulada, c beza erguida, hocico
r01C ..,:.) p ... lgo curvado, el pel3Je blanco, los OJOS negros, es amante
; E. . \
C
del honor acompaado de templanza y respeto y compa-
L La:
1TEL 8S' TLfJ )VLX.tJ TWV ,L1T1TWV , aEl TE !CaL TT aLO
v Eu- la apariencia resplandeciente del muchacho. Cuando el au
254 riga lo ve, su memoria es llevada hacia la naturaleza de la
lEVW o Belleza, y la vuelve a contemplar, junto a la Templanza, er
(j.lE VOS' ' auTov ICaTXEL 1-1 E:mnrov Ttl Epw j.
n yo<; ETL E:v guida en un santo pedestal. Al verla, se atemoriza y, lleno
oE: ouTE KVTpwv i)vLOXLKWV ouTE 1-1a
de veneracin, cae hacia atrs, y se ve forzado a la vez a ti-
:L
yj.la
TpTIETaL mCLpTWV oE: LQ. cppETm , !CaL nvra np L
; ;wv
e rar de las riendas con tanta fuerza, que ambos caballos
j.lE : rO \ ' p A
apremia nuevamente a avanzar aunque ellos no quieran, y
.
1 57
156
cpUKEIJ E1TL TIJ zl;vxv lJJaL acpLK J.EJJOIJ KOL cl1J01TTE 256 cree que, a cambio de muchos trabajos, merece un poco de
goce. El del amado no tiene nada que decir, pero, hincha
d pwaav, TUS' 8Loous- TWIJ 1TTEpwv Cip8EL TE K:al. wpHj<JE do de deseo, sin saber de qu, abraza al amante y lo besa,
1TTEpo<PuE1v TE KOL TIJ TO EpWJ.JJOU au zi;UXJJ EpWTOS' como si mostrara su afecto a alguien que es bondadoso con
E:vn A.raEv . E: pQ. fl.EJJ ouv, oTou 8E: nopE1 Kal. oe' TL l, y cuando estn acostados juntos, no negara por su par
1T1TOJJ8Ev ol8EJJ ou8' EXEL <Ppam , aAA.' OLOIJ aTr' CiAA.ou te el goce al amante, si ste llegara a pedirlo; en cambio, el
cp8aA.J..as- anoA.E A.auKWS' np<Paaw E LnE1v ouK EXE L , compaero de tiro, junto con el auriga, se resisten a esto
wanEp 8 E: E: v KaTnTp4J E:v T{) E:pwvn E:auTov 6pwv A. , .! con el pudor y el razonamiento. Y as, si triunfan las me-
,l jores (partes) de la mente, que conducen a un rgimen de
A.r8Ev. Kal. oTav J.EJJ EKE1vos- napJ , A.fyEL KaT. Taun1
KELJJ(l Tfjs- 8vr s-, oTaJJ 8E: anf], KaT. TOlJT. au no8E1 b vida arreglado y a la filosofa, pasan aqu una vida feliz y
e Kal. no8E1Tm , E'lowA.ov E:pwTos- vTpwTa E:xwv KaA.E1 8E:
1 concorde, dueos de s mismos y ordenados, pues han lo-
' grado esclavizar lo que suscitaba maldad (kalda) en el alma
aVTOV KOL o (ETaL OUK E:pwTa aA.A.a <PLA.lav ELJJaL . y liberar lo que produce su excelencia (aret). Y al morir,
E:m8u1EL 8E: EKELJJ({l napanA.ra.ws- J.V, cia8EvE<JTpws- i
ya alados y ligeros, habrn vencido uno de los tres asaltos
1
.
8E: ' 6pa.v' a1TTE<J8m ' <PL AELIJ ' auyKaTaKEi<J8m KaL Ol, de estas competencias verdaderamente olmpicas, y ni la
ol.ov ELKs- , nmE1 To flETa ToTo Taxu Ta)Ta. E:v ovv TD !
pmdencia humana ni la locura divina pueden conceder un
<JUYKOLJ.Tj<JE L TOU J.EJJ E: pa<JTOU aKAa<JTOS' '.1T1TOS' EXE L
TEAEUTfaavTES' 8E: 8 nnTEpoL Kal. E:A.a<Ppol. yqo y as no es pequeo el premio que se llevan de su locura
[
vTES' TWl! TpLWV naAa L<JilTWV TWJJ ws- ciA.r8<DS' 'OA.uJ .-
amorosa; pues es ley que no vayan ya hacia la oscuridad
1T LC1KWJ J El! vEv L Kf KaaLv , o fl.E'l (ov ciya8 ov oTE
. !t
y el camino subterrneo los que han comenzado el viaje
<JW<pp O<JV Tj av8pl1Tll!Tj OlJTE 8ELO J.OJJ.a 8UJJOT baj o el cielo, sino que lleven una vida luminosa y sean
e
1.
nop.a m civ8p.'m4J. E:av 8E: 8 ow[ T{l <Popn KWT pq TE felices viaj ando uno junto al otro, y cuando llegue el no-
KOL cicpLAO<J<P(l, c!)LAOTLJ.<p 8E: XPl<JWl!TaL , Tx' av 1TOU El! mento ele adquirir las alas, las adquieran juntos, gracias
e
L8m s- TLVL aAAl:J J.EAE.q TW CKOAcl<JTW a1JTo1 v .
. 1 al amor.
,),l
158 1 59
.,
.,
Tan numerosos y divinos, muchacho, son los (bie
1
GUVayayVTE
lnTO(uy.W AUVTE TCtS' lUXCts .<ppopOUS, nes) que te regalar la amistad de un amante. Mientras
TJV a'tpE ULV
ELS TUlJTV, TTJV TfO TWV TfOAAWV !la!CUpWT que l a relacin con uno que no ame, mezclada con pru
!
ELAG8rv TE KUL OLErrpaG8rv KUL owrrpaa
llVW TO _
aTE ou TfGlJ
den Ia mortal, administradora de (bienes) mortales y
1
AOLTfOV or XPWVTaL llEJJ aiJTJ, GTfUVLQ. o ' med1dos, que engendra en el alma amiga una iliberali
oEoOyf.lVa T] 8wvo.q rrpTTOVTES. <p.A.w llEV'
ouv KaL 257 dad que la multitud alaba como virtud, la har rodar nue
ToTw, TTov sE: E:xdvwv, aA.A.i]A.OLv aL TE
Tou E pwTos ve millares de aos alrededor de la tierra y baj o la tierra,
d
llEYL GTUS _
pnvada de razn.
Kal EW YEVO f.l iJW oLyouG L , TfLGTELS TCtS
x8m , as ou sta, querido Eros, en la medida de nuestra capaci
TyoulVW QAA]AOLV OEOWKVaL TE KUL oEo
E:A.8l.v. E:v 8E: dad, es la ms hermosa y la mejor palinodia que puedo
8EilLTv Elvm AGavTas ds EX8pav TrOTE ofrecer para saldar mi deuda, y tuvo que ser dicha algo
ouG8m K
T] TEAE uTJ irr TEpO L llv, WPf.lTJKTES 8E: rrTEp poticamente, por su vocabulario sobre todo, a causa
a.vouGL TOU GWilUTOS, WGTE ou GllLKTfOV
a8A.ov Tf]S
de Fedro. Concede tu perdn al discurso anterior y
ov Ka't. TTJV
E:pwTucfs 11avf.as <ppovTm ds yap GKT
acepta ste favorablemente y, benvolo y propicio, no
1v To1s
rro yf]s rropdav ou v11os EGTLV ETL
E:A.8E me quites ni disminuyas, encolerizado, la ciencia del
ICUTTJPYilVOL S o Tf]S 1TOUpavf. ou TfOpE
LUS, a/...Aa amor que me diste; al contrario, dame ser an ms
<pavov (ov oLyo'LJTUS EUOal llOVELV llET
' clAA]AWJJ b apreciado que ahora entre los hermosos. Y si en el dis-
e
curso anterior Fedro y yo dij imos algo duro para ti, haz
i
xp LV' hav
rropEUO!lVOUS' ICUL !lOTfTpous EpWTOS
reponsable a Lisias, el padre del discurso, haz que
)
TauTa TOG auT a, w rrdl , KUL 8E1a oTw GOL
yVWVTaL , YEVG8aL .
FQ. T O COPIADOPcti:
owp]GE deJe de componer discursos de esa clase y vulvelo ha-
....
q . E . 1 , P . clante
llTJ E: pwvTos a la filosofa, como se ha vuelto su hermano Pole
Tm T rrap ' E: paGTou <PLA.. a T 8E: cirro TOU Afq arco, para que tambin este amante suyo no est va-
TE Ka\.
olKE LTT] S, Gw<ppoGVlJ 8vrT] KEKP Uilvr , 8vrT : e tre dos (tendencias), como ahora, sino que
rrA.i] 8os
<pE LowA.a oi. Kovo lOD Ga, avE A.Eu8 E p ( av rro v1va su v1da de un modo simple, de acuerdo a Eros, con
EVTE ICOUG a,
ETfa LVOU f.lVT]V ws apET TJV TD q>LAlJ liJUXJ discursos filosficos.
257
llvr v mhT]v
vv a XLAL 8as TW V rrE p\. yflv KUALv8ou
e Fedro.- Si es para nuestro bien, me uno a tu plegaria,
KCJ.L rro yf]s ivouv rrap EL .
ATT] GOL , w <I>LAE "E pws , d s lilE T pav oVU Scrates, que as sea. Y en cuanto a tu discurso hace
illV OTL
KTT EwT m tiemo que estoy asombrado de cunto ms bello ue el
ICaAA..GTT J Ka\. ap.GTTJ ooo Ta. TE Kal. E:
V i]vayKaG antenor has logrado hacerlo, y me temo que Lisias me
wcrnE p 8EA.cpos- aToD Tio'A!-lapxos- TTpanm , TptjJ ov, .: . . Fedro .- Estaba claro, Scrates. Y t mismo eres cons
, . ciente, creo, de que los ms poderosos y respetados en las
'(va IWL E:pacrTS' o8E a1JTou !-lT]KTL E:na!-lcpOTEpL(lJ t
ciudades se avergenzan de escribir discursos y dejar tras
tw8nE p vv, /../.. ' TIAWS' npos- "E pwta !-1ET.
de s escritos suyos, temiendo por su reputacin en el fu
cpLAOCJcpWV A-ywv TV (ov TIOL fTm
turo, que no los vayan a llamar sofist as.
1 62 1 63
2:0. " "Eoo" rro cprow "T] ouA.J " f) "Te{) olJ-41 " f)
Scr.- Crees entonces que un hombre ele esta clase,
cilcpOTpl S ' KaL "os <KaL OS> El 1TEV11 -rro v TOV 8 A
a quienquiera sea y cualquiera sea la hostilidad que tenga
contra Lisias, le reprochara justamente que escriba?
ywv lJ.A.a CJE lJ.VWS KaL E:yKw t(wv CJuyy pacpE s Fedro.- No es probable, al menos por lo que dices;
ETIEl Ta A.yEt 8 lJ.ETa Toiho , E: moEt KVlJ. EVOS TOLS pues le echara en cara, parece, su propio deseo.
E:rraw Tms Tv auTou CJocp(a v, E:v(oT E rrvu lJ.aKpov d Scr.- Entonces est< claro para todos que escribir
rrm rCTlJ.EVOS CJyypalJ.lJ.a f) CJOL .AA.o Tl <pa( VETaL T discursos no es en s mismo vergonzoso.
TOlOUTOV f) Ayos CJuyyE ypalJ. VOS ; Fedro.- Por supuesto.
b <PAI . UK ElJ.OlyE . Scr.- Pero s creo que es vergonzoso no hablar ni es
cribir bien, sino vergonzosamente y mal.
2:0. OuKoJv E:av lJ.EV oTos E lJ.IlVlJ, yEyrews cirrp
Fedro.- Claro.
XETa L E K ToJ 8ETpou rrmrTs E:av 8E: E:aA.E L<p8f Ka!. Scr.- Cul es, entonces, la manera de escribir bien
alJ.OLp os yvrTm A.oyoy pacp.as TE KaL TOU aLOS dvm o no? Tendremos necesidad tal vez, Fedro, de examinar
CJuyypcpE LV, 1TEJJ8El. aUTS TE KaL o\. Tal.p ot. a Lisias sobre esto, o a cualquier otro que alguna vez
f'
(
<PAI . Ka!. A.a . haya escrito o piense escribir, sea un escrito poltico, sea
2:0. ilf]A.v yE on oux <l1s TIEpcp povoJvTES TOU E:m- FQT OCO Plt\ DOR no privado, en verso como poeta o sin verso como pro-
TTJOE lJ.aTOS , GAA' WS TE8au lJ.aKTES. Ct. S ' ' p . t.:.. ista?
e Fedro.- Y preguntas si lo necesitamos? Para qu
2:0. T( 8 ; oTav .Knvos yvrT m pTw p f) aCJLA.Es,
<PAI . ffvu lJ.EV ovv.
1 64 1 65
c :wnta que alguna vez las cigarras fueron hombres, que vi
vm antes de que nacieran las Musas, y cuando las Musas
TL . yy pa<PEv
EE TGaL Kal aA.A.ov OGT LS' m.:moT
nacieron Y apareci el canto, algunos hombres de los de
E'LTE L8uTLKv, E: v
yplE L , E'LTE noA.L TUcov cryypa .qw
lou.DTTJs ; entonces quedaron conmovidos de tal modo por el placer
.t.T P4l ws- TIOLTJTiJs- avEu .l Tp ou ws-
e
.t.E:v ouv E:vE KG Kav que, puests a cantar, se olvidaron de comer y de beber, y
e <PA I . 'Epw Tqs d oE .lE8a ; Ti. vos-
v ooi,wv E:vEKa ; _
muneron sm darse cuenta. Despus naci de ellos la raza
ns- ws- dnEl.v Cl\JTJ , a.AA.' Twv ToLoTw
TjefvaL aEt. .lroE: de las cigarras, que obtuvo de las Musas el privilegio de no
ou yp nou E: Kdvwv ')'E wv npoA.un _ , desde que nacen, ningn alimento, sino que, sin
necesita
cr8fvm , o 8i A.i. you nO.crm al. nE pl. r:
TO crw.la ooval.
OELS' KKAT]VTaL . comer m beber, se ponen inmediatamente a cantar hasta
EXOUGL . OLO KaL OLKG LWS' avopaTIOOW que meren, y luego van al encuentro de las Musas, para
:ZXl :z::xoA.T 11E:v 8-ft , ws- oLKE " <al.
i11a 110L oo<ol:mv
comumcarles quin honra aqu a cada una de ellas. A
.lWV o. TTTL ')'ES'
ws- E:v Ti{> nvi. ')'EL imE: p KE<PaA.fs- Terpscore, le refieren quines la han honrado en los co
VOL Ka8opa.v w\.
259 (;.oovT ES' Kal. d.A.ATjA.ms- owA.Ey.lE d ros de danza, convirtindolos en sus preferidos; a Erato,
p TOUS' noA.A.ous- EV los que la honran en la lrica amorosa; y as a las dems,
.lGS' . El ouv 'Loo LEV KaL vw wenc
a vucrT(ovTas- w\. seg n la clase ele honor adecuado a cada una. A la mayor,
C ahope, y a la ue le sigue, Urania, les sealan quines
.t.EGT\ !lp i.a .t.T ow A.Ey o.lvous- d.A.A.
T'] S' owvoi.as-,
KT]AOU.l vo us- cp ' aTWV oL ' d.pyi.av _
( t :,.uOP pIes, como, entr las Musas, son las que e ocupan prin
L avopanoo' aTTa VIven en filosofm y honran la msica que les es propia;
OLKa.WS' av KaTa')'E A<{>E V , ')'O.l EVO
wcrnE p npona
crcp.GLV E:A.8vTa ds- TO KaTaywyLOv _ -
JP .-. c1palme te del Cielo y ele los discursos divmos y huma
. f'
?
r_ . \
EOELv E:av oE:
.lEGr.t. pL( ovT a nE pl. Ti]v Kp-ftvrv nos, ermten la ms bella voz. Tenemos realmente muchos
. __
pwm owA.qo.lvous- Kc. nap anA.ov motivos para conversar y no dormimos en este medioda .
b
.8EW V EXOUGLV av-
S cr.- Examinemos, pues, lo que nos proponamos
:6EL pfvas- QKT]ATtTOUS' ' o y pas- nap a Fedro.- Hablemos entonces.
a.cr8VTES'.
8 pwTI OLS' OLO VC.f. L ' Tx' av ooLE V d.y
<PA l . "ExouGL 8E: 8i TL TOU
TO; av-ftKOOS' yp , WS' exammar, ele qu modo est bien pronunciar y escribir
oucE , TUyxvw tDV . un discurso y ele qu modo no.
.tr
e
EVEYKELV 8uvaTOV O"KET] Kal C.AAa rroAA.a wcpAL110V. ;\'
. : '/.
Fedro.- Y no sera j usto que hablara as?
<PAI. TiayyAOLV y ' av faT] E'L TJ. Scr.- Dira que s, al menos si los argumentos que se
:Z:O. "'Ap' ouv ou KpELTTOV yEA.ol.ov Ka!. cp(A.ov T)
OELVV TE KQL EX8pov [EL vaL T) cp(A.ov ];
<!:>Al . <Pa.VTaL .
t \: 1' presentan atestiguan que es un arte. Pues me parece como si
oyera que se adelantan otros argumentos protest:mdo y afrr
mando que miente y no es un arte, sino una rutina ajena al
:lX2 . "OTaV ovv PTJTOpL KOS ayvowv O.yaeov KQL
' arte. Como dice el espartano, un autntico arte de la palabra
KaKV, A.awv TrALV wad.TWS' EXOUO"QV rrd.eu, llTJ TrEpl u i
que no se sujete a la verdad, ni existe ni existir nunca.
Fedro.- Necesitamos esos argumentos, Scrates. Haz
'-d
Scr.- Compareced, pues, nobles c1iaturas, y persua
q
, lJ . KQKQ rrpaTTE LV aVT aya 8WV, TfOLOV .
AETT]KlS' TfELO" did a Fedro, de hermosos hijos, de que, si no filosofa lo
TLVa o'LE L llETa TaTa TTJV PTJTOpLKTjv Kaprrov wv ::roc PIADOR
e . E di . p . A .
suficiente, nunca ser capaz de hablar acerca de nada.
TfEL pE 8EpL(ELv; Ahora que responda Fedro.
f
d
<:PAI . Ou rrvu yE E:mEucf]. Fedro.- Preguntad.
:z;o . ,. Ap' ouv, w O.yaG, O.ypOLKTEpov TOU oOVTOS
171
1 70
Scr.- Sobre lo juho y lo injusto?
<J>Al . 'EpwTiTE . Fedro.- As, precisamente.
:60 . .,Ap, ov ou TO !J.EV oA.ov PTJTOpud iv E'LT]
Fedro.- S.
TXVTJ t!Juxaywy(a TLS' 8LC1 A.ywv, ou !J.vov :v
Scr.- Y bien, el que lo hace con arte har que la
8ucacnTJpLOLS' Ka!. oaOL iA.A.oL 8T]!J.O"LoL aA.A.oyoL, d.A.A.u d misma cosa aparezca, a la misma gente, ya como justa,
,
ples, inmviles o en movimiento?
auvEypmvTT]V' TWV 8E: TTaA.a!J.8oS' av. KOOS' yyo- Fedro.- Ya lo creo.
,:
i
vas- ; Scr.- Entonces la controversia no se da slo en los
<PAI . Kal. val. !J.U ,6( ' EywyE TWV NaTop os-, EL llTJ e
a!J.axv TE Kal. 8E8wpov '08uaaa. ,1 habra una sola tcnica, si es que la hay, para todos los
(usos) de la palabra y sera sta, y gracias a ella se estar
en condiciones de asimilar todo a todo, cuando es posi
1
2:0. "Iaws-. d.A.A.u yup ToTous- :w!J.EV' au 8' ElTI , E:v
ble y ante quienes es posible, y, si otro hace tales asimi
:60. UKOV TXV1J TOTO 8pwv 1TOLO"E L cpavfvm 262 Fedro.- En las que difieren en poco.
d TO auTO Tol.S' aUTOLS' TOTE !J.EV 8(KaLOV , hav 8E: OAT] Scr.- Pero si te desplazas de a poco, disimulars
mejor que te ests desplazando hacia lo contrario que si
TaL , Ci8ucov;
lo hicieras de un salto.
<PAI. T( !J.V; Fedro.- Seguramente.
:60. Kal. E:v 8T]!J.TJYO PLQ. 8Tj T"J TIAEL 8oKELV TU a- Scr.- Es necesario, entonces, que el que quiere en
Ta TOTE !J.EV d.y a8, TOTE 8' a TavavT(a; gaar a otro sin engaarse l mismo, discierna con pre
<J>A I . TWS'. cisin las semejanzas y desemej anzas de las cosas.
:60. Tov ov 'EA.EanKov TTaA.a!J.8T]v A.yovTa ouK Fedro.- S, es forzoso.
'[ a!J.EV TXV1J , WO"TE cpa(vEa8m TOLS' aKOOUO"L TU auTa Scr.- Y si ignora la verdad ele cada cosa, ser ca
O!J.OLa KaL aVIJ.OLa, KaL EV Kal 1TOAA, !J.VOVT TE a paz acaso de discernir en las dems la semejanza, gran
KaL cpEp!J.EVa; de o pequea, con respecto a la que desconoce?
172 1 73
.,._
b Fedro.- Imposible.
, :.E., EO'TLV
<PA! . M'Aa yE . , , , S cr.- Pues bien, los que se f01man una opmwn
:60 .
' , wc::; ;:oLKE , pL .
U K apa !lV OV TTE pL OLK aO' T T)pL contraria a la realidad de las cosas y se engaan a s
e avn'AoyLK KaL TTEpL OT)!lT)Y OPL aV, a'A , p E, TLV , aUT T)
mismos, es claro que esto les sucede debido a ciertas
TTVTa TCl AEY!lEVa !lLa TL<::; TXVT) , OLOUV TW V 8u-
EL E semej anzas.
" ELT)," lJ.,. TL<::; otr T' EO'TaL TTav TTaVTL O!l Fedro.- S, es lo que pasa.
av , O- Scr.- Es posible, entonces, ir desplazando con arte,
;:,
LOUVTO<::; KaL aTT
,
vaTWV Kal OL<::; 8uvaTV, KaL aAAOU !lO de a poco, a travs de las semej anzas, la realidad de cada
KpUTTTO!lVOU EL':; <Pwc::; ayE LV. .
cosa hacia su contrario, o de evitar ser engaado uno
<PA I . Tiwc::; 8 To TowuTo
v 'Ay ELc::; ;
. a , a, T TTOTE ,
- mismo, si no se conoce qu es en realidad cada cosa?
8oK w (T)T OUO' LV <Pa vE1 a8m
8E Fedro.- No, jams.
. Tm !la'A'Aov ll o'A Lyov ;
ZO . TJ ,
pov v TTo'Au 8w<PpouaL y yvE e
,
Scr.- Entonces, compaero, el arte oratoria que
O !lE a LVW
262 <PAI . 'Ev TOLe:; 6A.. yov. ofrecer quien no conoce la verdad y slo ha salido a la
'AA' A yE 8 tcaT a G!l LKp caza de opiniones, ser lisible, parece, y un arte sin arte.
ov .l tcaTa llEya .
ZO .
!lanov 'AiaELc::; E:'A8wv TTL TO vavT. Fedro.- S, puede ser.
Scr.- Quieres que veamos en el discurso de Lisias
epA ! . Tiwc::; 8' o; ,
AOJ!Ta c.maTlO'E LV !lV A'Aov, que traes y en los que pronunciamos nosotros algn
, , OR 1\
,
cuados.
:60 . "'H ouv ol.oc::; TE EO'T
, , ,
Kal WS l!OjJ.L(.l 0UjJ.<p pELV jJ.l lJ TOTll! )'EVOjJ. V.llJ , Scr.- Entonces, el que pretenda dedicarse al arte re
trica necesita, en primer lugar, haber hecho una divi
aKTKOG S. ci LW 8: J.i 8La TOUTO aTUxfam wv 8 o ..t. aL,
ClTL OUIC E: paaTi]S wv aou Tuyxvw. ws E KELVOL S jJ.El!
sin metdica de estas cosas y haber captado lo que ca
racteriza a cada una ele las clases: aquella en la cual la
TTE j.1ETGI1AE L ':_ multitud necesariamente vacila y aquella en la que no.
2:: 0 . Tfauam . TL 8T ovv oTos J.apTvE L tcaL aTEX e Fedro.- Por cierto, Scrates, el que hubiera captado
vov TTOLEL AEKT ov yp ; esto, habra comprendido algo importante.
263 <PA I . Nal . Scr.- Despus, creo, a propsito de cada cuestin
2:: 0 . "A p ' ouv ou TiaVTL 8fA.ov T yE TOLV8E . ws que se presenta, no se le puede escapar, al contrario, tie
1TEpl jJ.EV E!JLa TWV TOLOT.llJ jJ.OVOT]TLKWS EXOiJ.EV' ne que percibir con perspicacia, a cul de los dos gneros
1TE pl 8' EVLa GTGO"L.lTLKWS; pertenece aquello acerca ele lo que va hablar.
<PA I . .6.otcw iJ.EV o A.yELS J.avevELv, ETL 8 ' ELTTE
Fedro.- En efecto.
Scr.- Entonces, el amor, diremos que est entre las
aacp aTE pov.
cosas sujetas a controversia o entre las que no?
2:: 0 . "OTaV TLS" OVOJ.a E'l1T1J cn8rpou cipypou, ap'
Fedro.- Entre las discutibles, sin duela. O crees que
ou T auTo TivTES 8LEvor8TJJ.EV; (si no), hubieras podido decir lo que acabas ele decir ele l,
<PAI . Kal. J.A.a. que es daino para el amado y para el amante, y luego, a
2:: 0 . T( 8' (hav 8LKGLO U ciya8 ou ; OUIC anos clAA1J la inversa, que viene a ser el ms grande de los bienes? .
cppETm , twt awpw TJTOD..t .Ev ciA.A.rA.ms TE tcaL iJ.L V d Scr:- Muy bien dicho. Pero dime tambin --porque
aUTOLS; yo estaba en un estado ele inspiracin y realmente no me
1 76 1 77
<PAI . Tivv !J.EV ovv. acuerdo para nada- si defin al amor al comienzo del dis
b :.60. 'Ev llEV apa TOLS' O"U!J.CPWVOU!J.EV, E:v ' OE: TOLS' ou. curso.
Fedro.- S, por Zeus, y de una manera realmente ex
:.60 . TioTpw8L ouv EUa1TaTTJTTEpo( E:awv, Kal
<f>Al . TW.
traordinaria.
Scr.- Bueno, cunto ms competentes en el arte de
PTJTOPLKTJ E:v TIOTpOLS' !J.L,ov 8vaTm ; los discursos consideras a las ninfas, hijas de Aqueloo, y
<PAI . .6-fA.ov cm E:v ots TIAGVW!J.E8a. a Pan, hijo de Hermes, que a Lisias, hijo de Cfalo ! O
:.60. UKOUV TOV llAAOVTG TXYTJV PTJTOpLKTJV llE digo tonteras, y tambin Lisias, al comienzo de su dis
1 80 181
LO. "Ean 11E:v TOVTo ToE- Fedro.- S.
Scr.- Y que hay dos clases de locura: una produci
XaA.Kf rrap8vos d11., M.Oa 8 ' E:rrl. a11an KE.11aL . da por enfermedades humanas, y otra por un transtorno
o<Pp' av owp TE VlJ KaL ovopEa 11a1epa TE8A1J, divino en las costumbres usuales.
Fedro.- En efecto.
mhou T'{joE 11vou aa rroA.ueA.aTou E:rrl. T11ou, b
Scr.- Y a la locura divina, la dividimos en cuatro
ayyEAW rrapLOUCJL M.oas OTL T'{joE . T8arrTaL . partes, relacionadas con cuatro dioses, y adjudicamos la
inspiracin proftica a Apolo, a Dinisos la inicitica, a
e OTL 8 ' OUOEV ow<PPEL aUTOU rrp0hov CJTaTV TL A las Musas la potica, y una cuarta a Afrodita y Eros, la
ywem , E:vvos rrou, ws E:yi}11at. locura amorosa, que, dijimos, era la mejor. Y, mientras
<P Al. LKwrrTELS' Tov A.yov 11wv, w LwKpaTES'. trazbamos un esbozo de la pasin amorosa, es probable
LO. ToVTOV 11EV ToLVUV, '(va I1Tl CJU ax81J, E:awJ.EV que diramos, no s cmo, con algunas verdades, pero
Ka( TOL auxv yE EXE LV 110 L ooKE'l rrapaoE( r11aTa rrpos tambin que nos exlraviramos. Mezclamos esto en un
discurso que no careca por completo de fuerza persua
a TLS' Arrwv ov(vaLT' av, 11 L 11ELCJ8aL a"lm1 ETfLXELpwv
e siva, y entonamos una suerte de himno, como un cuen
11 rrvu n- ds oE: TOUS' :Tpous A.yous .LWI1EV. V
to, para celebrar, con moderacin y piedad, al seor mo
yp n E:v auTLS', ws ooKw, rrpoafKov Lov TLS' ciu- y tuyo, Fedro, a Eros, que vela sobre los muchachos her
:BR mosos.
cioco\'l:P. :{>. .
r
.
<PAI . ro TfOLOV OT] AEyELS';
LO. 'EvavT.w rrou faTTJv 11E:v yap ws TQ E:pwv t,lr;o.. ; : .
, ... . 1,
265 Fedro.- Y que yo escuch sin ningn desagrado.
Scr.- Y bien, tomemos de all el modo que emple
8 ' WS' TQ 11 OEL xap((Ea8m , EAEyTT]V.
. '
el discurso para pasar de la censura al elogio.
<PAl . Ka!. 11aA.' vopucws. Fedro.- Qu quieres decir con esto?
LO. "0L11EV CJE TGATJ8E:s E:pEl.v, on 11avucws o 11v- Scr.- Me resulta evidente que lo dems ha sido un
juego; pero entre lo dicho al azar mencionamos dos cla
d
TOL E:(Touv E:oTI.v auTo TOVTO. 11av.av yp nva E:cp-
ses (de procedimientos) y no sera desagradable, si fue
aa11EJJ Elvm TOV pwTa. yp; ra posible, captar su funcin en vista de su uso tcn\o.
b <I:>AI . Na( . Fedro.- Cules?
LO. Mav.as o YE doY] oo, TV v rro JJOCJT]- Scr.- (El primero sera) conducir hacia una idea [cla
11TWV av8pwrr(vwv, TJJ oE: rro 8E.as E:aAA.ayfs TWJJ se] nica las (cosas) dispersas por muchas partes, abar
dw8TWJJ V011 L 11WI! YL YVOI1VT]V. cndolas con una mirada de conjunto, para que, al definir
<PAI . Tivu yE . cada una, se ponga en claro aquello sobre lo cual se quie
LO. Tfs oE: 8E.as TETTpwv 8Ewv TTTapa 11PTJ re en cada caso dar una enseanza. Como lo que hace un
oLEA.tEVOL, 11aVTLIV 1E:v E:rr(rrvowv 'ArrAA.wvos 8v momento se dijo, bien o mal, sobre el amor, al definirse
qu es; por lo menos el discurso, gracias a esto, pudo ha
TES', b.LOVCJOU OE TEAECJTLKV, Mou awv 8' au TfOLT]
blar en forma clara y concordar consigo mismo.
TLIV, TETpTT]I! OE 'Acppoo.TT]S' KC "EpWTOS', E pW Fedro.- Y ele la otra clase (de procedimiento) qu
TLKV 11av(av E:<Paa.iJJ TE ap.CJTT]V ELVaL, Kal OUK olo' dices, Scrates?
rrlJ T E: pwTucov rr8os cirrEUc(ovTES', '( aws 1E:v ciATJ- e Scr.- Es la capacidad inversa de dividir por gneros
8ous TLVOS' E:cparrTjlEVOL, TXa o' av KCI.L aAAOCJE TfCI.- (kat' ede) segn las articulaciones naturales,tratanclo ele
1 82 1 83
pacpEp_t.EVOL , KEpaaJJTES' OU TTaJJTTTaCJLV cmleavov no quebrantar ninguna parte como hara un mal carnice
e A.yov, _.u8LKV nva _.vov rrpoaErra(aaJ.EV _t.ETp(ws ro, sino como hicieron hace un momento los dos discur
TE KaL EU<p_tJS' Tov E: _.v TE KaL aov OECJTTTllV "Epw sos, que tomaron el desarreglo del espritu en conjunto
Ta, w <Pa18pE , mAwv rral8ulV E<popov. 266 como un gnero comn. Y as como de un cuerpo nico
crecen por naturaleza pares de miembros con el mismo
<J:>AI . Kat _.A.a E IJ.OLYE ouK 118EWS' eoDam.
nombre, que se llaman izquierdos y derechos, tambin
2::0 . T8E TOLVVV auT8Ev AJ J.EV, t.\ls rro TOU tV los dos discursos consideraron lo relacionado con el de
YELV rrpos- To E: rrawEl.v ECJXEV A.yos- _t.ETaflvm. lirio como un gnero nico por naturaleza en nosotros; y
<PAI . ITws 8 ovv auTo AyELs; uno de ellos, cortando y volviendo a cortar la parte de la
2::0 . 'E_t.OL J.EV cpaLVETaL Tcl J.EV aAA.a Tcfl OVTL rrm8Lq izquierda, no se detuvo hasta encontrar en esas (partes)
TTErral.a8av TOTwv 8 TLVJV EK TXllS' Pll8vTwv 8uol.v un cierto amor llamado izquierdo, que denigr muy jus
El8ol.v, E L auTol.v Tv 8va_.w TXVlJ AaELV 8vmT TLS, tamente. El otro, en cambio, nos condujo hacia las partes
d
diestras de la locura y encontr otro amor, con el mismo
b
OUK axapL.
nombre que aqul, pero divino, y, al exhibirlo, lo alab
<PA I . T(vwv 8;
como la causa de los mayores bienes para nosotros.
2::0 . El.s _.(av TE L8av avvopwvTa ayELv Tcl TTOA Fedro.- Dices grandes verdades.
FO!TOCO. !PIn ApD .ORAdro,Scr.-
de estas divisioes y reunione , a fin de ser capa de
De esto es de lo que yo mismo soy amante, Fe-
Aaxfj OLECJrrap_.va, Yva E KaCJTov pL(_t.Evos- 8flA.ov
1 84 1 85
w Fedro.- Muchsimo, Scrates , todo lo que hay en los
2:0 . ToTWV 8 EywyE auTO S' TE E: paoTfS',
pE , T:W 8LmpCTEW V Kal auvaywywv, '(va OLS' TE w
libros esciitos sobre el arte oratoria.
<Pa18 Scr.- S, y est bien que lo recuerdes. Creo que lo
A.yE LV TE Kal <PpoVELV' f:v T TLV' QAAOV yiCTWflaL 8u piimero es que al comienzo del discurso hay que pro
VaTOV Els- E:v Ka't. E:TI't. TioAA.a 1TE<putc8' pa.v , ToJTov nunciar un proemio. A estas cosas llamis (no es cier
8u.Kw "KaTma8E f!E-r:' '(xvov waTE 8Ei.o ". Ka't. f-LVTOt to?) los refinamientos del arte.
Kal TOUS' 8uvaf1VOUS' aTO opa.v E l f!EV. p8ws- fl e Fedro.- S.
1Tpoaayop Ew, 8ES' o18E, tcaA.w 8E: ovv fl.XP L To8E 8w Scr.- En segundo lugar, una exposicin, despus de
e A.EKTLKOS'. Ta 8E: vv 1Tapa ao TE KaL Aua(ou fl.aev- sta los testirnonios, en tercer lugar los indicios, en el
cuarto las presunciones. Y creo que el mejor de los art
TaS' EL1TE TL XP KaA.. v TOVTO E:KELV ECTTLV A.ywv
fices de discursos, el hombre de Bizancio, habla de con
TXVTJ, f 8paCTflaXS' TE Ka't. o\. aAA.OL XPWflEVOL ao<Po't.
fl.EV atJTOL A.yE Lv yEyvaaLv , aA.A.ous- TE 1TOLO CTLV, dL
firmacin y ratificacin.
Fedro.- Te refieres al hbil Teodoro?
av 8wpo<popEl.v aTOl .S' WS' aCTLAEUCTLV E:8AWCTLV; 267 Scr.- Por supuesto. Y que hay que hacer una refuta
<P A l . Bam A.ucol. 1E:v v8pES', o 1E:v 8
E:maTff!o cin y adems una refutacin adicional, tanto en la acu
VS' yE wv E:pwT Q.s-. A.A.a ToJTo 11E:v To E18os- p8ws- sacin como en la defensa. Y no haremos que inter
. venga en el debate el admirable Eveno de Paros, que fue
E f!OL YE 8oKEl.S' KaAEl. V' 8LaAE ICTLKOV KaAWV TO 8E: PTJTO-
pLKOV 8oKE1 fl.OL 8w<pE yELv E8' 11a.s- . el primero en dcscubiir la alusin y los elogios indirec
2:0. Tiws- <P'(Js-; KaA.v 1TO TL av dr , o TOTWV G T
1 O- tos? Y hay quienes dicen que tambin puso en versos
\co\)J\\ j\'\)'-'... .
d
mnemotcnicos la censura indirecta, sabio varn! Y
AE L<P8E:v OllWS' TXVlJ A.aflGVET aL ; 1TVTWS' 8 ' OIC aTL- ' '"
Tisias, y Gorgias? Los dejaremos dormir, a ellos que
waTOV auTO GOL TE Kal Efl.OL, AEICT OV 8E: TL f!VTOL
Kal ECTTL TO AEL 1TflEVOV T'S' T]T0pL TJS'
_ a, w7 L tcpaTE S, , Ta' ? ' 1(0 : : ' ' . ? . vieron que haba que valorar ms lo verosmil que lo
verdadero, que gracias al vigor ele su palabra hacen que
<PA I . Ka't. flAa 1TOU auxv b lo pequeo parezca grande y lo grande pequeo, que dan
TOLS' LALOLS' TOLS' 1TEpL Aywv T XYTJS' yy pa f! f!EVOLS'. a lo nuevo un aire antiguo y a la inversa, y descubrieron
2::0 . K al. tcaA.ws- yE im fl.Vraas- . TI poo l. fl.LOV IE:v cmo hablar concisamente o bien con una extensin in
ot f!m 1Tp(DTov ws- 88 ToJ Ayou A.yE a8aL E:v pxf
r definida acerca de cualquier cosa? Aunque, escuchndo
TaTa A)'EL - yp;- Tcl ICOjHjJa T'S' T )(VT]S'; me una vez hablar de esto, Prdico se ri y elij o que l
era el nico que haba descubierto lo que requiere la ora
e <PA I . Nal..
T' toria: ni los largos ni los breves sino los de extensin
2:0 . LiET Epov 8E: 8 8L iyra l.v TLVa f!GpTUpLaS'
moderada.
E: TI' aT'J , TpLTOV TEKlipw , TTapTov ELKTa KGL Fedro.- El colmo ele la sabidura, Prclico t
1TLCTT WCTLV OLflaL tca't. ETrL1TLCTTWCTLV A.yE LV Tv yE A- Scr.- Y no mencionaremos a Ripias? Pues creo
TLCTTOV A.oyo8a(8aA.ov Bu( vTLOV av8p a. que tambin el extranjero ele Elis le dara su voto.
<PA I . Tov xpraTov A.yE LS' 8E8 c!lpov
; Fedro.- Seguramente
267 2:0 . Ti. fllV; tca't. EAEyxv yE Ka't. E1TEA.Eyxov WS' Scr.- Y qu podramos decir ele los exquisitos mo
1TOL T]TEOV EV ICGTT])'OpL Q. TE ICGL a1ToA.oyl.q. TOV 8E: tcA. e dos ele expresin de Polo, como la reduplicacin y el es
ALCTTO V TipL OV Erv ov E: e: llCTOV OIC ayOflEV, oc: imo- tilo sentencioso y el figurado, y las palabras que Licim
nio le regal para contribuir a la elegancia de su estilo?
8iA.w ai. V TE 1T pWTO S' r pEV ICGL 1TGpE1TGL VOUS' -o[ 8
'
1 86 1 87
a{m)v KaL rrapa4;yous cpaal.v E:v !J.Tp(l AyELv IJ.VIJ.TIS' Fedro.- Pero no haba cosas de Protgoras semejan
xpw- aocpos yap vp. TELa(av 8E. ropy(av TE E: tes a stas, Scrates?
Scr.- S, muchacho, cierta propiedad del lenguaje, y
O"OIJ.EV E8ELV, L rrpo TWV a/..r8wv TQ EllCTa d8ov WS'
muchas otras cosas excelentes. Aunque en el arte de los
TL IJ.TJTa j.lQJAOJJ, T TE au GIJ.L!Cpa IJ.Ey/..a Kal TQ IJ.E
b
discursos patticos que se extienden sobre la vejez o la
y/..a GIJ.LKpa cpa(vEa8m rrmouaw 8La pw!J.rv /.. you, pobreza, me parece que ha vencido el vigor del Calce
KaLJJ TE apxa(wl;;' T T' EJJalJTLa KallJWs, O"UlJTOIJ.LalJ TE donia, que, adems, ha llegado a ser al mismo tiempo un
Aywv KaL aTfELpa jJ.KTJ TTEpL TTJJTWJJ avrvpov; TaVTa d hombre hbil para encolerizar a la multitud y, luego, dul
8E. OICOWJJ TTOT IJ.OU ITp8LKOS' EyAaO"ElJ, Kal !J.VOS' au cificada hechizndola como l deca, y el mejor para ca
TOS' rprKvm Ecpr wv 8El. Aywv TXvrv 8El.v 8E. oTE lumniar y para levantar las calumnias, vengan ele donde
!J.aKpwv OTE paXWJJ a/..A a IJ.ETpLWJJ. vengan. Con respecto a la terminacin ele los discursos,
epA! . L:ocpwTaT yE , w ITp8L KE .
parece que todos estn de acuerdo, y algunos la llaman
recapitulacin y otros le ponen otro nombre.
L:O. ' lrrrr(av 8E. o u /.. yo!J.EV; OLIJ.m yap lv awl; r
Fedro. - Quieres decir el resumen, para recordar al
q)ov aun KaL TOV '1-l/...ov vov YEJJa8"m . auditorio, al final, cada uno ele los puntos tratados?
ci:>AI . T( 8 ' o; Scr.- De eso hablo. Y si tienes algo que agregar so
L:O. Ta 8E. ITw/..o u TTW cppaw-tEv au IJ.OUGELa
. bre el arte oratolia. . .
e Aywv-t.s 8L rr/..a aLO/..o y(av w( yvww)oy(av Kb_ ( "E L KO Fedro.- Menudencias, y n o vale l a pena que las diga.
vo/..o y(av -VOIJ.TWV TE ALKUIJ.VLWJJ a EICEllJL[l E:8wp ! 268 Scr.- Dejemos las pequeeces, entonces. Mejor, mi-
1 88 1 89
268 .
0. 'Ew.tEV 8Tj T yE CJ.tLKp Ta)Ta 8E rr' auyar:;
l e
Scr.- Y s i dijera: No, para nada. Pero estimo que
el que aprende esto de m queda capacitado para hacer
.tO.!._!._ov '( 8w.tEv , T.va Ka. rrT ' EXEL TTJV Tfjs TXVT)S por s mismo lo que preguntas?
TO.UTO. rrap ' E: .tOU .ta8ovTa aVTOV OLOV T ' ELVaL TrOLEL V ber estas cosas quien quiera llegm a conocer la armona; sin
1 ' ' ? 1 '1'
' .-.
C: E ; l -/
r.ti>s como la tcnica retrica, y a m al menos me pa-
L;O . Tf. 8 Tov fl.EAL 'YTJPUJJ "A8paoTov oLf1.E8a Ka\.
ITEpLKAa, E L cXKOOELQlJ WlJ lJUVOT fl.ELS' oLiJfl.ElJ TWV _ __,.
rece que lo que has dicho es cierto. Pero, entonces, el
d
1 92 1 93
lV, W :6wKp aTES' , KLV8U VEEL "(E
la naturaleza. Pues la sublimidad del pensamiento y el per
fecto acabado del trabajo parecen venir de all. Esto es lo
c{)Al . 'AA'A.a
TOLOUTJJ TL dvaL TO TllS' TXVTJS' fv OUTOL o. av8pES' que adquiri Peiicles, adems de su capacidad natural.
ws- PTJTOp LKv 8L8mcoua[ v TE Ka[ yp<Pouaw, Ka!. Pues dio con Anaxgoras, que era, creo, un hombre de esta
E tJ.OL yE 8oKE1s- aA.YJ8il ElpTJK vav a_na. 8 Tv Tou t-0 clase, y se llen de tales especulaciones y lleg (a com
ovn PTJTOp LKO TE wl. m8av o TXVTJV TI<DS' .Ka!. n8Ev prender) la naturaleza de la inteligencia y de la falta de in
tligenia, coss sobre las cuales, por cierto, Anaxgoras
:60. To tJ.EV 8vaa8m , w cpaL8pE , waTE ciywvwTv
d av TLS' 8VaLT O TTOp(a aa8aL ; .
d1scuma ampliamente; y sac de all lo que era apropiado
T\Eov yEva8m , E lKs--'. aws- 8E: Ka!. civayK a1ov-E xE Lv para el arte oratoiia.
wanE p Ta\\a Ei tJ.V aoL impXEL <PaEL pTJTop uc<{l Elvm , Fedro.- Qu quieres decir?
E0"1J pTwp E: A.AyL tJ.OS', npoa A.aw v E:maT tJ.TJV TE wl. p E b Scr.- La retrica tiene, en un sentido, el mismo ca-
J aTEA S' EO"lJ . rcter que la medicina.
ATTJV , OTOU 8' av EAAELTT1JS' TOTWV, TaT1
Fedro.- Cmo?
oaov 8E: CilJTOU TXVTJ, ox 11 Aua.as- TE KCil 8paalaxos Scr.- En ambas es necesario analizar una naturaleza
TTOpEETaL 8oKL p.oL <Pa.vw8m T p.8o8os-. en una la del cuerpo, en la otra la del alma, si vamos a ac
<PA I .' AA.Aa m] 8;
:60 . Kw8uvEEL , w apwT E , ELKTWS' TIEpuc\fs-
t ar no meramente en forma rutinaria y emprica, sino en
e . __\Qn1la tcnica, administrando a uno medicinas y un roi-
i
. . e, ' ps Y conductas de acuerdo a los usos, para transmitir-
TTVTLLlV TEAEwTaTOS' ds- TV PTJTOp LKv yEva 8m .
010 ( 0\J H\b'irllen de comida para producir salud y fuerza, y a la otra d s
>=o . naam oam p.Ey\m TWV TEXVWV . oa8 ovr ' ' -
cpA l . T. 8 ;
n: a _-;!! '
le la conviccin y excelencia que se desea (para ella).
270 Fedro.- Por lo menos, Scrates, es verosmil que sea
ci8o\wx.as- wl. p.ETEw po\oy [ac cpaEw c npL. To yap
lpTJA.vow TOTo Ka!. nvTlJ TE\w LOupy ov EOLKE V E:v as.
e Scr.- Y crees que es posible comprender la natura-
TEu8v no8Ev ElaL vm . o cal. TIE puc\fs- npos Tc{l Eu
yap olp.m TOLO TC.V leza del alma de un modo digno de mencin sin haber
cpus Elvm E:naaTo npoanEawv
ovTL 'AvaaypQ., p.ETEtpo\oy.as- E: p.TTATJG8El.s IWL E:nl.
comprendido la naturaleza del todo?
Fedro.- Por lo menos, si se puede dar fe en algo a Hi
cl)aw vov TE cal. civo[ac ci<Pucp.E vos-, wv 81'1 npL TOJJ pcrates, el Asclepada, ni siquiera sobre el cuerpo e
no\uv \yov TTOLE'iTo' Ava ayp as-, VTE8Ev E'(\cuaEv entendera nada sin este modo de proceder.
ETTL TllV TWV \yuw TXVTJV TO npacpopov auT] . Scr.- Y dice bien, compaero. Sin embargo, adems
cpAJ . Tiws TouTo \yELS'; de Hipcrates, hay que escudriar el razonamiento (ton
b 10. 'O auTS' TTOU TpTTOS' TXVTJS' i.aTpL KllS' OO"TTEP lgon) y examinar si concuerda (con l).
KaL PTJTOpL KllS'. Fedro.- S, claro.
<!)A l . nws- 8; Scr.- Entonces, examina qu pueden decir acerca de
:60. 'Ev cip.<PoTpm s- 8EL 8LEAa8m <Pmv , awp.aTOS' la naturaleza Hipcrates y el razonamiento verdadero.
jlEV v T'] T pq, lVUXllS' E EV T'] T pcf, El p.AAE LS, d No es ste el modo de ref1exionar acerca ele la natura
leza ele lo que sea? En primer lugar, ver si aquello acer
n1 TPL] p.vov Ka!. E: mELp .Q. ci\\ TXV1J, T<{l p.E:v
ca ele lo cual queremos ser tcnicos nosotros mismos y
cl)pp. aw Ka.l Tpoci)V npoacp pwv y.EL aV Ka!. pwlT]V
poderlo ensear a otros, es simple o complejo (polyei
E: mm aELV, T] 8E: \yous- TE Knl. TILTTJOEaELS' vop.( ds). Luego, si es simple, investigar qu capacidad tiene
i
p.ous TfEL8W fv av OAlJ KaL apET V napaoUaE LV.
1 95
1 94
epA ! . To youv E L KS, w L:wKpa.TES, otmus. por naturaleza para actuar y sobre qu, o cul para reci
e :60. <!luxfs ouv cpcnv . (ws A.'you i<:a.Tavofam bir una accin, y por accin de qu agente. Y si tiene ms
o'( EL OUVO.TOV dvm aJJEU TfS TOU OAOU <pGEJS; de .un aspecto (plefo ede), enumerarlos y considerar para
cada uno ele ellos lo mismo que se tuvo en cuenta para uno
epA ! . Et 1-LEV 'hmoKpTE L yE T0 Twv 'AmcA.rpna owiJ
solo: por cul ele ellos puede naturalmente producir qu
OEL Tl m8a8m , ou8E: TTEpL GWI-LO.TOS QVEU Tf]S !-LE88ou o por cul puede padecer qu y por la accin ele qu.
Fedro.- Es posible, Scrates.
:60. Ka.A.ws yp , w Ta.LpE, A')'El " X P 1-LVTOL rrpos
TO.TT]S .
Scr.- Sin esto, el procedimiento (mthodos) se pare-
T0 'lrrrroKpTEL TOV Ayov EET(ovTa GKOTTELV E L e cera a una marcha a ciegas, y seguramente no hay que
GU!lcpWVEL . representarse a quien se dedica a cualquier actividad ele
epA ! . epTJI-LL un modo tcnico como un ciego o un sordo. Est claro,
L:o . To To(vuv rrEpL <PaEws aKrrE L Tl rroTE A. al contrario, que si se ensea tcnicamente discursos a
YE L ' I TTTTOKpTT]S TE IWL clAT]Els A.yos . a p ' oux
otro, se indicar con exactitud qu es realmente la natu
raleza (ten ousan. . . tes physeos) ele aquello a lo que apli
WOE OEL OL alJOEL G8at TTEpl. TOUOUV cpGEJS' " TTPWTOV
d car los discursos. Y esto ser sin eluda el alma.
1-LV, clTTAOU i1 TTOAUELOS E GTLV ou TTpl OUAT]GJ.E - Fedro.- S, seguramente.
8a dvm O.UTOL TEXVL KOL IWl a AA.ov 8uva.ToL TTOLELV, 271 Scr.- Pues bien, todo su esfuerzo estar tendido ha-
J
ETTELTO. o , av 1-LE V clTTAOUV -Q , GKOTTEL V TV VO. !-LLV ca esto, porque es all, (en el alma), donde intenta pro-
O.UTOU , TllJO. rrpos Tl TTcpUKEV E LS TO opa.v E XV. i1 ducir la persuasin, no es as?
T(va. ds To rra.Elv imo ToD , E ctv 8E: rrA.{.o/.l ELOTJ X:iJ , Fedro.- S.
TOC O PIA DOR A
1
1 96 1 97
E:v
nicamente, en discursos efectivamente pronunciados o es
KaL OIJ.OLOV TI<pUK EV f\ KaTCl. <HDIJ.aTOS' IJ.Opcpv TIO
e critos (como modelos). Pero los autores actuales de artes
AuELo s. . To1ho yp cpaJ.EV cpow ET.vm oEL i<vvm . m:atorias, que t conoces, son astutos y se disimulan, aun
<PAI . TiavTTia<JL IJ.EV ovv. que tienen un excelente conocimiento del alma. Entonces,
z;o . .6.ETE pov o ')'E , OTL[) T. TIOLELV f\ na8El.v imo no dejemos que nos convenzan de que escriben con arte
TOU TIcpUKEV. mientras no hablen y escriban de este modo.
<PAI . T. lllV; Fedro.- Y cul es el modo ste?
b z;o. Tp.TOV OE 8 oWTallEVOS' TCl Aywv TE KC1L
t!Juxs yVTJ mi. Ta ToTwv na8iIJ.aTa 8.EwL naas 1 Scr.- Exponerlo directamente no es fcil, pero estoy
dispuesto a hablar de cmo hay que escribir si se quiere
aLTLas, npoaapJ.TTWV E IW<JTOV K<JTL[) KQL oLo<JKW proceder lo ms tcnicamente posible.
Fedro.- Bien, habla.
11Ev nE.8ETm, oE anEL8EL .
o'i.a OU<Ja cp ' o'(wv Mywv 8t V aLT.av avyKT]S'
d
Scr.- Puesto que el poder del discurso es conducir las
almas, el que se dispone a convertirse en ontclor tiene que
<PAI . KAAw Ta ')'OV av, WS' EOLK', EXOL TWS.
l;Q . TOL IJ.EV OVV, W cp.AE , aAAWS' ':VOELKVIJ.EVOV
conocer necesariamente cuntos tipos (ede) tiene el alma.
Pues hay un cierto nmero (de tipos), con cualidades de
f\ AE')'IJ.EVOV TXVlJ TrOTE AEX8i<JETaL f\ ypacpi aETm terminadas, ele lo que resultan (tipos) distintos de (indivi
e OTE TL aAAo OTE TOUTO. aAJ... ' O. VVV y pcpOVTES', WV duos). Hecha esta distincin, (hay que distinguir), a su vez,
<JU aKiKOOS ' TXVClS' Aywv navoupyo( E L<JLV KaL ano-
:)\)\.1\
' . oP los tipos del discurso, su nmero y la cualidad ele cada uno.
o
, \1
. .J : :
Pues los (individuos) de tal clase son persuadidos fcil
ovv TOV Tpnov TOVTOV Aywa. TE Ka!. ypcpw<JL , 11 .. ? . .
KpTITOVTaL , ELOTE S' lUXS' TIpL Tia')'KAws npl.v Civ . __
('>
, mente por tales discursos, por tal causa, de tales cosas;
otros de tal otra (clase) sern difciles de persuadir debido
TIEL8W 1J.E8a alJTolS' TXVlJ ypcpELV . a tales (motivos). Cuando se han comprendido estas cosas
<l>Al . T.va TOTov;
de modo adecuado, hay que observar cmo son en la prc
e
z;o. Al.na IJ.EV Ta piJ.aTa Et TIELv ouK EUTIETs ws tica efectiva y cmo se las ejercita, y ser capaces de se
8(: oEL ypcpELv, E l IJ.AAE L TEXVLKWS' EXELV tw8' oaov guirlas con una percepcin afinada, o (conformarse con)
vXETaL, A')'ELV E8AW. no saber ms que lo que en su momento se aprendi ep la
<l>AI . A')'E oi. escuela (de retrica). Pero cuando se est en condiciones
z;o. 'EnELoi Ayou ovaJ.LS TuyxvEL <uxaywy.a de decir cul (tipo de hombre) es persuadido por cules
d
272
(discursos) y cuando se lo tiene al lado, se es capaz ele ver
OU<Ja, TOV IJ.A.AovTa PTJTOpL KOV E<JECJ8aL av')'KT] E LOVaL
con claridad e indicarse a uno mismo: ste es el hombre
<uxT oaa doTJ EXEL E<JTLV ovv T<Ja twl. T<Ja, twl. TOLa
Kal TOLa, o8EV o. IJ.EV TOLOLO E ' o. OE TOLOLO E ')'L ')'VOVTaL
. con aquella ndole (physis) que tenan en vista las leccio
nes y que ahora tengo aqu presente en persona, y debo
TOTWV OE 8T oTW OL lJPTJilVWV' Aywv au T<Ja KaL T- aplicarle estos discursos ele este modo, para persuadir!o de
<Ja E<JTLV E'LOTJ, TOLvoE EKa<JTOV. o. 1Ev ovv TOLOLOE no esto; cuando se dispone ya de todo esto, y se aade el mo
Twv Tmwv8E Aywv oLa Tiv8E Tiv aL T.av E:s Ta TOL8E mento oportuno para hablar y contenerse, y para usar el es
EimEL8El.s, o. 8(: ToLo.8E 8La ToE 8uanEL 8E1c; 8EL 8 tilo conciso y el lastimero, la denigracin y cada una ele las
TaTa .KaVWC: voiaavTa IJ.ETG TaTa 8EWilEl!OV C1lJTG EV
TC1LS' npE<JLV OVTa TE KC1L TipaTT IJ.EVa, OlS' Tfl
clases ele discursos que se haya aprendido, discerniendo el
momento favorable y el desfavorable para ello, entonces y
e
no antes la tcnica estar lograda en toda su belleza y per-
aLa8i<JEL 8vaa8m E:nat<OAou8dv, f\ IJ.TJOEV (va. TIW
1 99
. :\
198
m=M*Y i 5
b feccin. Pero si se omite algo de esto, sea al pronunciar los
TT A.ov a{m{) wv TTE KOUEV Aywv auvwv. ihav 8E. d- discursos, sea al ensear o al escribir, se podr declarar que
TTELV TE lKavws EXlJ otos cp ' o'L wv TTE.8ETaL, rrapay Ly-
v!lEVV TE 8uvaTS J 8ww8av!lEVOS' auTQ Ev8ELK-
s habla con arte, pero gana el que no se lo cree. Y bien,
entonces?, dira nuestro autor, ,<Os parece as, Fedro y
272 vuaem 8n ouTS EGTL Kal. aTTJ Y cpaLs TTEpl. i]s TTE Scrates, o quizs habra otro modo de entender la llama-
aav ol A.yoL , vvv E PY<V rrapoua o[, J rrpoaoLCJTov da arte oratoria?.
TOa8E w8E TOUS' Ayous ETTL TV TWV8E TTEL8w , TClUTa Fedro.- Estoy seguro de que no hay otro, Scrates,
8 ' 811 rrvTa EXovn , rrpoaA.avn . Kmpous Tou TTTE pero no deja de ser un menudo trabajo.
AEKTOV KCll ETTLGXETOV, paxuA.oy(as TE au ICQL EAEL- Scr.- Tienes razn. Por esto hay que dar vuelta de
arriba abajo todos los argumentos (tos lgous) y exami-
voA.oy[a s ICQL 8ELVWO"EWS' KGTWV TE oaa av 8T] !leu
e nar si por algn lado aparece algn camino ms fcil y
Aywv, TOTWV Tv EUKmp( av TE Kal. .Kmp[a v 8wy- ms corto hacia ella, para no desviarse intilmente por
vvTL , KaA.ws TE Kal. TEAWS EaT'Lv Y TXVTJ rrELpy aa-
, , uno largo y spero, si tenemos abierto otro corto y llano.
llVT] , TTpTEpov 8 ' Oll" A.A.' OTL av aVTWV TLS' EAAELTTlJ Pero si puedes tal vez prestar alguna ayuda con lo que has
b A.ywv 8L8mcwv ypcpwv, cpiJ 8E. TXVlJ AyELV , 11 escuchado de Lisias o ele algn otro, trata ele hacer me-
TTEL8LEVOS' KpClTEl . 'T( 8 OVV; cpaEL (aws auyypa-
'
mora y dilo.
cpES, w c{:la.l8p TE Kal. L:wKpaTES', 8oKEL oTWS; c'iA.A.ws Fedro.- Si es por intentarlo, podra hacerlo, pero no
as, en el momento.
\
TTWS' rro8EKTov AEYO!lVT]S' A.ywv TXVT]S; "
cuchad de alpmos de los que se ocupan ele esto?
: Scr.- Quieres, etones, que diga yo lo que he es-
c{:lAI . A8vaT V TTOU, W L:wKpClTES' , aAAlS' ' KaLTOL
.
FO.
"
o cO P l A D O RA.
'
ou GllLKpov yE cpmvETm Epyov.
. .
e E . ! p : . Scr.- De todos 1?clos, Fedro, se dice que es justo
Fedro .- Como no.
A
. .
TOUS' Ayous c'ivw Kal ICTW !1ETCl0Tpcp01!TCl ETTLCJICO -, que se defienda tamb1en al lobo.
:taz1o tu' ' ent onces.
" , , , , , , ,
20 1
200
1TaO"L yp, o KaL IWT ' apxas d1TOfl.EV TOUOE TOU A.you, en general, cuando se habla, hay que perseguir lo vero
smil por todos los medios y echar por la borda la ver
CITL ooE:v dA.r8das- fl.ETXELV oOL ouwCwv' fl dya8wv
273 dad, pues lograr la verosimilitud a lo largo de todo el
ovTwv fl TpocpJ, TOV !J.AAovTa l Kavws- prTopLKOV
1TpL 1Tpayf1Twv, fl Ka!. av8pw1Twv yE TOLOTwv cpaEL discurso constituye la totalidad de la tcnica.
Fedro.- Acabas de exponer, Scrates, lo mismo que
EaEa8m . TO TiapTiav yap ouoE:v E:v TOLS' ouwaTrp(ms dicen quienes se presentan como profesionales en el arte
TOTwv dAT]8as- !J.AELv ouoEvl, dAA.a Tou m8avou oratoria. Recuerdo que ya antes hemos tocado breve
e TOUTO 8 ' ELVaL TO ELKS', 4i OELV 1TpOO"XELV TOV flA mente esto; parece que es algo muy importante para los
AovTa TXVlJ E:pv. OUOE yap au TCx 1Tpax8vTa OELV que se ocupan de estas cuestiones.
MyELv E:vi.oTE , E: av fl d KTws- -el 1TE1Tpayf1va, dAA.a Scr.- Pero a Tisias al menos lo has recorrido meti
culosamente ... Pues bien, que nos diga entonces Tisias,
b
Ta ELKTa, EV TE KaTryopLQ- KaL cmoAoyCq, Ka!.
tambin l , si opina que lo verosmil es algo distinto de
TivTWS' AyovTa To 8 E . Kos- oLwKTov E1vm, TioAAa
lo que le parece a la multitud.
El1TVTa xaCpELV TQ dA.r8E1 TOUTO yap OLa 1TaVTOS' Fedro.- Y qu otra cosa?
273 TOU A.you yLyVfl.EVOV TV a1Taaav TXVTJV 1TOpL(E LV. Scr.- Gracias, parece, a su descubrimiento, tan sa
<PA I . A{JT yE , w .L:wKpaTES', OLEAAu 8as- a Ayou bio como tcnicamente brillante, escribi que, si un
202 203
L:O . <f>Ei) , OE LVWS' y ' E OL KE V ClrfOKE KPUflflVT]V un momento que el cjlle conoce la verdad es siempre el
TXVTJV vEupEl.v TELCY.as; aAAOS' OO"TLS' Ol TTOT' wv que mejor sabe descubrir semejanzas. As que, si tienes
TU"fXVEL KaL TT8EV XU.pEL VOflU(!lEVOS'. chp, W
algo ms que decir sobre el arte oratoria, te escuchamos ;
Tal.pE, TOT4J flELS' TTTEpov A.yWflEV 11il - 1 si no, seguiremos convencidos de lo que acabamos de
exponer: que si no se han enumerado las (diversas) na-
f
<PA I . To not.ov; e turalezas de los (posibles) oyentes, si no se es capaz tan-
L:O. "On , w TELa.a, nA.m flELS', 1TpLv KaL aE: na
d
to de dividir los entes segn sus gneros como de abar-
.
pEA.8.v, TvyxvOflEV A"fOVTES' WS' apa TOlJTO TO E L KOS' _
' .
c arlos uno a uno en una idea nica, no se podr nunca
TolS' TTOAAOLS' OL , flOLTT]TU TOU clATj80US' TU"fXclVEL Ey ser competente en el arte oratoria, en cuanto es humana
"fl yvflEVOV . TUS' OE flOLTT]TUS' apn Ol TA80f1EV OTL mente posible. Y esto no se adquirir nunca sin mucho
navTaxoD Tijv A.T8Ewv Elows- KAA.wTa En.aTaTm esfuerzo, y el sabio debe esforzarse en ello no con el fm
Ep.O"KELV. WUT' EL !1EV aAA.o TL TTEp. TXVT]S' A.ywv Ay de hablar a los hombres y de actuar entre ellos, sino para
poder decir cosas agradables a los dioses y, en todo y en
E LS', clKOOLflEV av E. OE flT, OLS' vuvoi] OLTA80f1EV TTEL
cuanto pueda, para actuar agradndoles. No es, pues, Ti
O"f1E8a, ws- E uv ILT ns- Twv TE Kovaof1vwv Tus- <P sias, a sus compaeros de esclavitud, afirman los que
e aELS' 8LapL8f1TU1FaL , KaL KaT' E'LOT] TE oLaLpEl.a8m TU 274 son ms sabios que nosotros, a quienes ha de ocuparse
OVTa I(QL flLQ. LOQ. ouvaTOS' D Ka8' EV EKUO"TOV TTEpl en complacer el hombre juicioso, salvo como algo acce
AUflVE LV, o noT EO"TaL TEXVLKOS' A.ywv npL Ka8 ' sorio, sino a los ms excelentes de los amos. As que no
, 1
'
.b e-- o, A
TaL aVEU TTOAAfS' npayflaTE .as- V ox EJ!EKa TOU AE--' para lograr grandes cosas, no como te parece a ti. Pero
yELV KaL npTTELV npos- v8pwnous; oEl. ownovEl.a8m r01 ,
coP A )
I r.:: \ t p , A
e ? verdad, como afirma el argumento, si se quiere, tam-
_
G . t;;-
b1n estas cosas (menores) se derivarn de aqullas del
Tov ac{l<Ppova, A.A.a TOU 8Eols KEXUPLCYflVa flEv A.yELV
flWV, flOOOAOLS' OEL xap.(Ea8m flEAETQV TOV vovv Scr.- Pero cuando se intenta de veras algo noble, es
274
'
EXOVTct, \n 11il npEpyov, AA.u oEaTTTms; yn8ol.s- TE b noble tambin aceptar lo que venga.
IWL EC yn8wv. WO"T ' EL !lct!(pU TTEp.OOOS', llil eau Fedro.- Por cierto.
flO"lJS' " llEyA.wv yup EVEKa TTEpLLTOV, oux WS' av 00- Scr.- Bien. Esto es suficiente sobre el arte y la falta
KEL S'. E O"TO.L 11 TV, ws- Ayos- <PTJa. v, E v TL S' E8 A.1J, KO.L de arte en los discursos.
TO.UTO. KAAWTO. E( EKELVWV YL"fVflEVct. Fedro.- Sin duda.
<PAI . I1ayKA.ws- EflOL"fE ooKEL A.yEa8m , w 'l:wKpo.
Scr.- Pero queda por verse la cuestin ele si escribir
resulta decoroso o indecoroso, en qu circunstancias
TES' , E'L TTEP OLS' T TLS' E'L T]. est bien hacerlo y en cules sera impropio, no es
L:o. 'AAA.u Knt EmXELpouvT. ToL Tms- Ko.A.ot.s- Ko.A.ov cierto?
b KctL naXELJJ \n lv T4J O"UfliJ na8El.v. Fedro.- S.
_ <PA I . Ko.l. 11A.o.. Scr.- Pero sabes ele qu modo agradars ms tl
dios en cuestin de discursos, al pronunciarlos o al tra
: :
204 205
Fedro.- Para nada. Y t?
<l>Al . T( fl- V;
e Scr.- Al menos puedo contar una tradicin de los an-
:60 . To 8' d.mp Errda s- 8Tj ypa<j>fs- rrpL K
aL arrpE -
tepasados; si es verdad, ellos lo sabrn. Si pudisemos des
1TELas- , rriJ YLYV [J.EVOV KaAW S' Cl.v E XOL KaL 01TlJ arr
pE1TWS', AOL1TV. yp ;
cubir la verdad por nosotros mismos, nos seguiran acaso
preocupando en lo ms mnimo las creencias humanas?
<PAI . Na( . Fedro.- Qu pregunta ridcula. Pero cuntame lo que
:60. OlaG ' ovv 01T1J [lALO"Ta 8E4J xapLJ A.yw dices que escuchaste.
v rr pL
rrpTTWV Ti A.y.iv; Scr.- Pues bien, escuch que en la regin de Nau
<PAI . Ou8a1ws- au 8 ; cratis, en Egipto, vivi uno de los antiguos dioses de all,
al que est consagrado el pjaro que llaman ibis, y el nom
e :60. 'AKov y' EXW A.yE LV TWV rrpoT pwv
, TO 8 '
bre de la divinidad misma es Teuth. ste fue el primero
UATJ8ES auTOL 'Laaa LV. EL 8E: TOUTO EpOL [lEV auTO L , ap d que descubri los nmeros, el clculo, la geometra y la
y' O.v 8' T[llv [J.AO L TL TWV avGpwrr(vwv 8oa a[J.TWV ; astronoma, adems del juego de damas y los dados, y so
<PAI . rEALOV fip ou ciAA.' a <P'Gs- UKTJKOVaL AyE . bre todo las letras. Por ese entonces era rey ele todo Egip
:60 . "1-lt(Quaa TOLVUJJ TTEpL NaKpaTu/ Tfs-
At yrrTou to Thamus, que resida en la gran ciudad del Alto Egipto
yEva8m TWV KL 1TaAaLWV nva 8EWV , ou KaL TO opvEO
V que los griegos llaman la Tebas de Egipto y cuyo dios es
LEpov 8Tj KaAOUO"LV "Ww auTQ 8E: OVO[la T<{l 8aL[lO oO n. Teuth se prsent al rey, le mostr sus artes y le
hoco?\1\ p..4IJO que habw
Vl.
{'>
d EpEI.v Kal YEW[lETpLaV I<GL aaTpOVO[J.Lal!, ETL 86 TTE;T
tras fheut se lo 1ba explicando, l elogiaba o criticaba lo
. .
TELaS' TE KaL KUE( as-, ml. 8Tj KaL yp[l[laTa . aaL AWS'
8' au TOTE OVTOS' AtyTTTOU OATJS' 8a[J.O TTE P\ TYJV [lE
que le pareca bien o mal dicho. Se dice que Thamus le
e
hizo muchas observaciones en uno y otro sentido sobre
yA.TJV TTALV TO avw TTTOU Yjv o\. "EAATJVES' AL yuTTT
LaS'
cada una de las artes, y sera muy largo exponerlas. Pero
TOUTO V
eas- KaAOO"L , l(al TOV 8EOV "A[l[lWVa, rrapa cuando llegaron a la escritura, elijo Teuth: Este conoci
8w-
A.Gwv 8Eu8 Tas- Txvas- rr8 ELEv , tml. E<!>TJ 88v miento, oh rey, har a los egipcios ms sabios y ms me
. va moriosos. Tanto la memoria como la sabidura han en
8o8f vaL TOlS aAAOL S' At yuTTT LOL S 8E: -fpET O VTL
.
e KGTTJ EXOL w<pEA Lav, 8LEL VTOS' 8 , TL KaAw s- T [lTJ contrado remedio. Pero el rey le dijo: Artificiossi;'no
tmA.ws- 8oKL A.yE LV, TO [J.EV lj;Ey Ev, T 8' TTlJVEL. rroA.
Teuth, algunos son capaces ele dar a luz los (instrumen
pa tos) tcnicos, y otros, ele discernir en qu medida sern
A.a fl-Ev 8T] rrEpl. KaTTJS' Tfs- TXVTJS' rr' dfl<PTE
perjudiciales o provechosos para quienes van a usarlos.
275
av flTJ 8LEA8ELV' TTEL8 YJ 8E ETTL TLS' yp[l!lGGLV V,
S'
8a[J.OUV T4J 8Eu8 A.yET aL arro<j>vaaem ' a A.yos- TTOAU T ahora, como eres el padre de la escritura, dices por in
dulgencia lo contrario de su verdadero efecto. Esto pro
"TouTo 8 , w aaLA. Eu, To [lGTJ fla," E<!>TJ 8E8 , " ao<j>w
ducir olvido en las almas ele quienes lo aprendan, pues,
"
Tpou s- AtyuTTTLOUS' KaL [J.VTJ[lOVLKWTpous- rrapEL por confiar en la escritura, dejarn de ejercitar su memo
8'
!lVflTJS' TE yap Kal. ao<j>Cas- <j>p[laKov YJpGYJ . " ria y recordarn de forma externa, por marcas extraas, y
EL TTEV" " "'O TEXVLKUTaTE 8E8 , aAAOS' [lEV TEKEL V 8uva no desde su interior y por s mismos. No has encontrado
TOS' TG TXV f]S', alv\os- 8E: KpLVaL TLV' EXEL . !lOLpa
v entonces un remedio para la memoria (mneme), sino para
KaL vuv el hecho de recordar (hypmnesis). Y lo que procuras a
ATJS' TE KaL w<j>EA. Las- TLS' [lAAOUaL xpfa8m
275 a, rrcn-f] p wv ypa[l [lTwv, 8L ' Evmav TovvavT[ov t TTES'
tus alumnos no es la verdadera sabidura, sino su apa-
207
206
Tl 8VGTaL. TOTO yap TWV .ta8VTWV A.f8rv !J.EV :V t!Ju- riencia; pues al convertirse, gracias a ti , en gente muy in
formada sin haber recibido enseanza, parecer que sa
b
XGLS rrapEL !J.Vl!J.TJS a.tEAETT]O"L<;t, aTE 8La TTLO"TLV
b,en muchsimas cosas, cuando en realidad sobre la ma
ypacpfs EW8Ev rr' aAAOTpLWV TTTWV, OUK Ev8o8Ev a
yora de ellas no saben nada y sern insoportables de
TOUS cp' GlJTWV ava.tqlVlJGKOJ.VOUS'" OKOUV !J.Vl!J.TJS tratar, ya que se habrn convertido en sabios aparentes,
aAA.a TTO.tvfaEWS cpap.taKOV rpEs. aocp.as 8E: TOLS pero no en sabios.
.ta8rTa1s 8av' OUK aA.f8ELGV TTOp.(ELS'". TTOAUlKOOL yap Fedro.- S crates, con qu facilidad fabricas histo
GOL YEV!J.EVOL avEU 8L8axfis TTOAUYVW!J.OVES ELVaL 8- rias egipcias o del pas que se te antoj e !
b OUO"LV, ayvw.tOVES ws ETTL TO rrA.f8os OVTES, KCtl xaAE- Scr.- Amigo, los (sacerdotes) del templo el e Zeus en
TTOL O"UVELVaL, 8oaocpL yEyovTES GVTL aocpwv." Dodona afrrmaban que las primeras palabras profticas sa
<PA I . 9 0 LwKpaTES , pq8(ws au AtyuTTTLOUS KGL lieron de una encina. A la gente de entonces, ya que no
rro8arrous av :8A1JS' Ayous TTOLELS. eran sabios como vosotros los jvenes, les bastaba, en su
:Z::Q . Oi. 8 y', w cp.AE , EV TQ TO LlLOS TOU .6..w 8w
sencillez, con escuchar a una encina o a una piedra, con tal
e ele que dijeran verdades. Pero a ti seguramente te importa
va(ou LEpQ 8puos Ayous Ecpraav .taVTLKOUS TTpWTOUS quin es el que lo dice y ele qu pas es; pues no te basta
yEva8m. TOLS !J.EV ovv TTE, aTE OUK OUO"L aocpol.s con averiguar si es as o no.
WO"TTEP .tELS oi. VOL, aTTXPTJ 8puos KGL TTTpas GKO- Fedro.- Tienes razn en rctarme, pues me parece
208 209
a-hws rrap' ots o8E:v rrpoafKEL, Kal. oK rr.CJTaTm A. cesita siempre del padre que lo defienda, pues l por s solo
YELV OLS 8EI. YE KQL fll 1TAT]fll-J.EAOf1EVOS OE KCtL OK V no es capaz de defenderse ni de soconerse a s mismo.
8.q A.OL8opYJ8E't.s Tou rraTpos aEI. 8E1Tm oTJElou aTos . Fedro.- Tambin esto est correctsimamente dicho.
276 Scr.- Y bien? Consideramos otro discurso, her
yap oi)T' aJVaCJ8aL OUTE OT]ElCJaL 8uvaTOS aimD. mano de ste, pero legtimo, y vemos de qu manera
<PAI . Kal. TauT CJOL 6p8TaTa dpT]TaL. nace, y cmo se desarrolla mucho mejor que ste y con
276 E O . T. 8'; aA.A.ov pWflE V A.yov T01JTOU clOEA<!)OV ms fuerza?
yvfCJLO V, -f;J Tpmv TE y.yvETaL , Kal. omv clflE.vw v Ka. Fedro.- Cul es, y cmo dices que nace?
OUVaTLTEpOS TOTOU ETaL ; Scr.- El que se escribe, junto con la ciencia, en el
<PAI . T.va TOVTOV tw. rrws AYELS yLyv fJ.EVOV ; alma del que aprende, capaz de defenderse a s mismo y
que sabe a quin debe hablar y ante quin callar.
2:0 . "Os flE T' mCJT lflTJS ypE Tm v Tij Tou f1.av-
Fedro.- Te refieres al discurso del que sabe, vivo y ani
8vovTos tuxiJ , 8uvaTS flEV clflUVaL auT) , E1T LCJT1f1WV
ado, del cual el escrito podra llamarse, justamente, una
8E: AyELV TE Kal CJL yav rrpos os 8EI .. Imagen.
<PAI . Tov Tov El.8Tos Ayov A.yELS (wvTa Ka\. b Scr.- S, exactamente. Dime, entonces: el campesino
E p.qwxov' ov yEypa fl[l vos E '(8wA.ov av TL A.yoL TO OL- sensato, que tiene semillas por las que se preocupa y que
'Y-
:>
querra que fructificaran, iba en serio a sembrarlas, en el
F
::
Ka.ws.
:;'
o<f\
:Y- .
verano, en los jardines de Adonis, y se alegrara al verlas
E:xv yEwpy , WV CJ1TPflTWV KlOO LT Ka!._ EYIWpa ,
b 2:0. TiavTrraCJL flEV ovv. TOE 8T wL EL rr vovv
ponerse lozanas en ocho das, o hara esto, si es que lo
<(p r
<\, ) \ '" hace, por diversin y con motivo de la fiesta, y para las se
.llc - .
CJ1 T OUOl
J QV ElEpOUS EL<;' .
OUAOLTO yEVECJElaL, 1TOTEpa
millas que realmente le importan utilizara la tcnica agr
'A8wv L8os Kfrrou s apwv xa.po L ElEwpw v IWAOU S V .
cola, sembrndolas en terreno adecuado, y estara satisfe
flpaLCJ LV KTw YL yvo.1 vous, fl TafJTa 1E:v 8T rrw- cho cuando a los ocho meses su siembra alcanzara la
8Las TE KQL OpT S xpLV 8p0TJ av' OTE KQL 1TOL0l.' E<l>' madurez?
ots 8E: CJrro 8aKEV , Tij yEpy u('fl XPWflEVOS iv TXVlJ , e Fedro.- S, Scrates, creo que hara as cuando acta
CJrrE.pas ELS TO rrpoCJfj KOV' ayarr0 av V 6y8p flT)VL con seriedad, y cuando no, de ese otro modo que dic.es.
oaa ECJ1T ELpEv TAOS A.avT a; Scr.- Y diramos que el que posee las ciencia de
e <PAl . TW rrou, W l:LKpaTES, Ta flEV CJ1T01J8'fl , Ta lo justo, lo bello y lo bueno, tiene para sus propias se
8E: ws TpulS iv f A.yELS rrOLo1. millas menos sensatez que el agricultor?
1 Fedro.- En absoluto.
2:0. Tov 8E: 8uw.wv TE IWL KO.Awv KQL aya8wv E TLCJ
Scr.- Entonces, no ser con nimo serio que las es
Tl f1aS E:xovTa TOV yEwpy ou <PWflEV TTov vovv E:xnv criba en el agua, o en tinta, con el clamo, mediante
ELS Ta auTou arrpflaTa; discursos que ni son capaces de defenderse con la pala
<PAl . "I-!KLCJT yE. bra, ni de ensear la verdad en forma adecuada.
2:0. K apa CJrrou8iJ a1JTa EV 8an yptiJEL lAa Fedro.- No, por lo menos no es probable.
VL CJ1TELpwv OLa KaAflOU flETa Aywv a8uvTWIJ iE:v d Scr.- No, por cierto. Pero los j ardines de letras, pa
aTo1s A.yp oT]ElE1v, .8uvTwv 8E: l.Kavws TGAT]El 8L- rece, los sembrar y escribir para divertirse, cuando los
8m. escriba, atesorando recordatorios para s mismo, si es
<PAI . UKOUV 8T T y' ELKS. que llega la olvidadiza vejez, y para todo .el que haya
210 , ',' 21 1
.:.J;? ii:.. ! .
d 2:0. O yp - aA.Aa TOUS :v EJJ ypJ.J.aCJL KT)TIOUS' seguido el mismo rastro, y se complacer en contemplar
WS' EOLKE , TiaL8L0.s xpLJJ G1 T EpEL TE Kal yptjJEL , OTav cmo crecen esas tiernas plantas. Y mientras otros se de
[8E] yp<p1J , auT{Q TE 1TOJ.VJ.aTa 8T]GaUpl(J.EVOS, dican a otras diversiones, como regarse con vino en los
banquetes y las otras que acompaan a sta, l, proba-
ELs T A.8T]s yfpas E:av '( KTJTaL , Ka!. rravTl. T(Q TaTov
blemente, pasar el tiempo entretenindose con aquellos
'L XVOS !lETLVTL , Ta8aETaL TE aTOUS 8Ewpwv <Puol
'
r. $
E :=. A
' A su poseedor :o ms feliz que puede ser u hombre.
277 auTo'Ls T(Q TE <PuTEaavn f3oTJ8iv .Kavol. Kal. oxl.
aKapTIOL aAA.a EXOVTES arrpJ.a, o8EJJ clAAOL EJJ clAAOLS . ,
. . ,.
8EGL <PulElJOL TOUT' GEL a8vaTOlJ rrapXELJJ LKaJJOL , Fedro.- S1, esto que cl1ces es mucho mas bello toclavw.
.
Kal TOV EXOJJTa E8aL J.OJJiJJ 1 T OLOUIJTES ELS oaov Scr.- Si estamos ele acuerdo en esto, Fedro, ya esta
mos ahora en condiciones de decidir la cuestin anterior.
av8p({l1Tl) 8uvaTov J.A.wTa.
Fedro.- Cul?
<l)A I . l1oA.u yr..1. p TouT' En KA.A.wv A.yELs.
!=o . Nvv 8 E KE'Lva 8TJ, w cpffi8pE , 8uvJ.E8a KpL
Scr.- Lo que queramos ver y que nos trajo hasta aqu:
b examinbamos el reproche que se haca a Lisias por escri
vE L1J , TOTWJJ lJ.OAOYTJ J.VWV. bir discursos, y en cuanto a los discursos mismos, los q1e
<!:>A l . Ta rrla ; estaban escritos con tcnica o sin ella. Me parece que he
2:0. "Ov 8 rrpL 3oUAT]8JJTES LOELJJ a<PLKJ.E8a ELS mos aclarado adecuadamente qu es tcnico y qu no.
ToE , orrws T Aua(ou TE ovE L8os EETamJ.Ev Tfs Fedro.- Parece que s, pero recurclarne ele nuevo
b Twv Aywv ypa<Pfs rr p L , Kal. aTous Tous Ayous L cmo.
TXV1J Kal. avEu TXVTJS yp<PmvTo. TO IJ.EV ovv Scr.- Hasta que no se conozca la verdad sobre cada
una ele las cosas acerca de las que se habla o escribe; se
EVTEXVOV Kal. 11 8oKEL 1oL 8E8T]A.wa8m IJ.ETPLJS.
sea capaz ele definir cada cosa en s misma y en su totali
<!:>A I . "E8o y E 8T rrA.w 8E: rrJ.vT]av IJ.E rrws.
dad, y, una vez definida, se sepa dividirla a su vez por g
2:0. ITpl.v av TLS T TE GAT]8Es KGTWV E L8J 1TpL neros, hasta llegar al (gnero) indivisible; y se pueda cli?
)v AyEL yp<PEL , l<:aT' aT TE 1T0.JJ pl(Ea8m 8uva cernir, ele este mismo modo, la naturaleza del alma, (para)
TOS yVTJTaL , 6pw1Evs TE rrA.w KaT' E'l8TJ IJ.XPL e descubrir el gnero (de discurso) adecuado a cada natura
! Tou aTIJ.Tou TIJ.VELv E:maTTJ8J , rrEp( TE cJ;uxs- <P- leza, y se establezca y organice el discurso ele acuerdo a
i
'1 212 213
. 1
.. !-
b;: - :
' .:\:
" f.>'-''
:.-.-..o..c.c.oc.. ....
crEws- 8LL8wv KaTa TaiJT, T rrpocrap)lTTov KCYTlJ ello, dando al alma abigarrada discursos abigarrados y en
todos los modos, y (discursos) simples al (alma) simple;
e cpcrEL EL8os- aVEUplCYKJV, oTu) n8J Kal 8LdKOCY)l] TOV
A.yov, TTOLKLAlJ )lEV TTOLKLAOUS' tj.iUXJ KaL rravap)lovl.ous-
ar.tes (de todo esto), el gnero oratorio no podr ser trata
do tcnicamente en la medida en que su naturaleza lo ad
8L8ous- A.yous-, .TTAOUS' 8E .rr/...] , O rrpTEpOV 8uvaTOV mite, ni en vista de la enseanza ni de la persuasin, como
TXVlJ ECYEcr8m Ka8' ocrov TTcjWKE )lETClXEL pLCY8.fvm TO toda nuestra argumentacin anterior nos ha indicado.
Aywv yvos-, oTE n rrpos- T 8L8m oTE TL rrpos- To Fedro.- S, sin duda as qued de manifiesto.
rrEl.crm , <llS' E.mpocr8Ev rras- )lE)l1JUKEV TJilLV Ayos-. d Scr.- Y en cuanto a lo otro, si es conveniente o ver-
<PAI . ITavTrracrL )lEV ovv TOVT yE oTw TTWS' cpvT). gonzoso pronunciar y escribir discursos, y cundo sera
d 2:0. T. 8' au TT Epl TOU KClAOV fl atcrxpov ELVaL TO A justo hacer de ello un reproche o no, no qued aclara
yous- A.yELV TE KaL ypcpELv, KaL OTTlJ yLyv)lEVOV v do con lo que dijimos un poco antes?
8l.K1J AYOLT' av OVEL80S' fl 11, apa o 8E8AJKEV TQ
Fedro.- Qu?
Scr.- Que si Lisias u otro cualquiera escribi algu
AEX8vTa /...l. yov E )lrrpocr8Ev-
na vez o escribir en el futuro, como particular o bien
<PAI . Ta rrol.a; como hombre pblico que establece leyes y escribe as
2:0.' Os- E'LTE Aucrl.as- fl TLS' ciAA.os- TTWTTOTE EYPatVEV
. .- or o?\f>-V.'-'gran solidez y claridad, entonces hay motivos para repro
. ,n\ln tratado poltico, y considera que en (su obra hay) una
fl ypl(JEL t8.Q. fl 8T))l0CYLQ. V)lOVS' TL8ELS', cryypa)l)lCl
rro/...L TLKOV ypcpwv KaL )lq/...T)v TLva v aT<{) E r-O \ ;;_ \ bar al escritor, se diga o no. Pues la ignorancia, despier-
aLTT)Ta yolEVOS' KaL cracpvE Lav, oTw :v vEL8os C t:- e
.
.
tos o dormidos, de lo justo y lo injusto y lo malo y lo
T<{\ ypcpOVTL, dTE TLS' <pT)CYLV Eh )l ;i-o yap ayvoELV bueno no deja de ser verdaderamente condenable, aun
rrap TE IWL ovap 8um.wv IWL a8.KWV TTpL KClL KClKWV
que la elogie toda la multitud.
e
Fedro.- Pues no.
KClL aya8wv OK :KcpEy EL T] a/...T)8ELQ. )lTJ OK TTOVEL- _ Scr.- En cambio, el que piensa que en el discurso es
8WTOV ELVaL , o8E av TTQS' OXAOS' aTO :TfaLVCYT) . crito, cualquiera que sea el asunto, hay necesariamente mu
<PAI . ou yap ouv. cho de juego, y que nunca fue escrito ningn discurso, en
2:0.' O 8 yE E:v )lE V T 0) yEypa)l )lV 4J Ay 41 TTE pl verso o en prosa, que valga la pena tomar demasiado en e
l<:crTOU rrm8LV TE yO)lEVOS' TTOAATJV avayKaLO!J ro, ni pronunciado, (si es al modo) como recitan los rapso
Elvm , I(QL ou8va TTWTTOTE A.yov V )lTp(p o8 ' avEu das, con el fin de persuadir, sin examen ni enseanza, sino
)lTpou )lEyAT)S' aLOV orrou8S' ypacpvm , ou8E 278 que, en realidad, los mejores de ellos fueron compuestos
AEX8vm WS' o\. patv4J80)lEVOL aVEU avaKpLCYEJS' KCll 8L- como recordatorio ele los que saben, y que aquellos (dis
8axs- rrEL8ous- EvEKa E:A.xe11crav, a.na. T<{) ovTL auTwv cursos) sobre lo justo y Jo bello y lo bueno, destinados a la
278 enseanza y pronunciados en vista del aprendizaje y verda
TOUS' EATLCYTOUS' d8Twv TT)lVT)CYLV yEyovvm, E:v 8:
deramente escritos en el alma, son los nicos que poseen
TOl.S' 8L8acrKO)lVOLS' KClL )lCl8crEJS' xpLV AEYO)l1'0LS' claridad y perfeccin y son dignos de un esfuerzo serio,
Kal. T<{\ OVTL ypacpO)lVOLS' :v lVVXD TTEpl. 8LKCllJV TE tml. y cree que tales discursos tienen que ser reconocidos
KClAWV KClL aya8wv [El!] )lVOLS' yo)lEVOS' T TE vap como hijos suyos legtimos: en primer lugar, el que (po
YES ELVaL Kal TAEOV KClL aLOV crrrou8s- 8ELV 8E TOUS' see) dentro de s, si fue descubierto en l mismo; luego,
TOLOTOUS' Ayous- etTou /...yEcr8m o'L ov ELS' yvT)crl.ous b los retoos de ste, y a la vez sus hermanos, que han ere
ELVaL , rrpwTov JlEV Tov E:v aT<{), E:av EpE8El.s- E:vJ, ciclo en las almas ele otros, dignas de ello, y deja de lado
214 215
ETIEL Ta E'( TLVES ToTou EKyovo. TE ml. .oEA.cpo. IJ.a v los otros discursos - un hombre as, Fedro, es probable
b aA.A.mow c':.AAWV luxa1s KaT' .l;.av vcpu<JdV" TOUS 8E: que sea como t y yo pediramos llegm a ser.
Fedro.- Lo que dices es por completo lo que yo quie
aAAOUS XG.pELV WV-VTOS OE TOLO"JTOS .vp KLVOU
ro y mego.
VEE L , w <Pa18pE , ELVaL OLOV f.yw TE Kal <JU Euta.IJ.E8 ' a.v Scr. Entonces, ya nos hemos divertido lo suficiente
<J TE KaL IJ.E ')'EV<J8aL . con esta cuestin de la oratmia; t ve y dile a Lisias que,
<PAI . llavTna<JL IJ.EV ovv EywyE QAOIJ.a. TE ml. mientras baj bamos hacia la fl.Iente y santumio de las nin
Euxo11m a A.yELs. fas, omos unas palabras que nos encomendaron un men
L:;Q. KOUV 8r 1TE1TG.<J8W J.ETp.WS IJ.L V TCt 1TEpL e saje pma Lisias y cualquier otro que componga discursos,
Aywv Kal. <J TE f.A.8wv cpp(E .1\.u<J.Q. \n vw KaTa y pma Homero y cualquiera que haya compuesto poesa
vTE E:s TO Nu1J.cpwv va11 TE Kal. IJ.Ou<Jdov KO<Ja- para ser recitada o cantada, y en tercer lugar pma Soln y
e J.EV Aywv, o't ETI<JTEAAOV AYELV .1\.u<J.Q. TE Kal. E'( ns los que hayan escrito obras polticas bajo el nombre de le
aAA.os (JUJJT.er<JL A.yous' KGL 'IJ.TP4l Kal E'L TLS aAA.os yes: Si ha compuesto estas obras con conocimiento de la
verdad, y si puede salir en defensa de lo que escribi, y es
au 1TOLTj<JLV LAV EV 08fi. 9"UVT8rICE , Tp.TOV oE
. capaz de hacer ver l mismo con su palabra la debilidad
1, j:)DO!f/1
,
aquello a lo que se ha aplicado seriamente.
Fedro.- Y qu nombres le atribuyes entonces?
..t1 '
EA.qxov twv nEpl. wv EypaE , Kal. A.ywv aim)s 8vva-
216 217
<PAI . 'Icrotcpn Tov tcaA.v 0 TL cinayyEA. s , w Fedro.- Qu?
Scr.- Me parece que es superior por sus dotes natura
LWKpaT ES' ; TLVa auTOV cpi cro.LEV ELVaL ;
LO. Nos- ETL , w <Pa:opE , 'IcrotcpTTJS' . o .tvToL
les como para comparar sus discursos con los de Lisias, y,
adems, su carcter tiene un componente ms noble. Y as
279 .taVTEOflaL KaT ' auTOU, A.yELV EAW. no me asombrara que, con ms edad y en la misma clase
<PAI . To nol.ov oi; de elocuencia que ahora cultiva, superara como a nios a
LO . .6.otcEl. .toL ci.tE.vwv il KaTa TOUS' nE pl. Aucrl.av todos los que alguna vez se han dedicado a la oratoria. Si
ELVaL A.yous- TG TflS' cpGEWS', ETL TE flOEL yEVVLKWTP4l es que esto no le resulta insuficiente, y si algn impulso
KEKp0.cr8m . WGTE OUOE V av yVOL TO eau.tacrTOV ms divino no lo conduce hacia algo mayor; porque, arni-
npo"loGT]S' TTlS' A.Ltcl.as- EL nEpl. auTos- TE TOUS' A. b go, en la mente (dinoia) del hombre hay por naturaleza
yous- , ols- vvv E:mxELpEl. , nA.ov il nal.owv oLEvytcm cierta filosofa. Y bien, ste es el mensaje que, de parte de
Twv nwnoTE tjJa.t vwv A.ywv , ETL TE El mh0 .ti]
estas divinidades, yo llevo a Iscrates como a mi querido,
y t aquel otro a Lisias como al tuyo.
cinoxpicrm TauTa, E1TL flEL(W o TLS' QUTOV iyOL p.ti]
ELOTpa cpcrEL yp, w cpl.A.E , EVEGTL TLS' cpLA.ocrocpl.a Tf
Fedro.- Sea. Pero vmonos, ya que tambin el bo-
1 chorno se ha suavizado.
hoCOPlAU S.- No
r9 p . ptQa plegaria a estas (divinidades)?
b TOU civopos- owvol.q.. TUUTa oi] OVV E:yw [lEV napa . estara bien que antes de partir hiciramos
'
O - t
TwvoE Twv 8Ewv ws- E flOLS' nmoL KOLS' 'IcrotcpTEL E:ay
- Fedro.- Seguramente.
!
yA.A.w, cru 8, E KE'Lva WS' GOL S' Aucrl.q..
<PAI . TauT' EcrTm ciA.A.a '( w.tEv, E:nELoi] tcal. To
1
(OL.tl TOV crocpv TO 8E: xpucrou nA.fl8os- E'LT] .tOL ocrov amigos son comunes.
.tiTE cppELV .t iTE ayELV OVULTO aAAOS' Tl GW<ppwv. Scr.- Vamos.
"ET' aA.A.ou TOU OE[lEa, w <Pal.8pE ; E .tOL flEV yap
[lETpLWS' T]UKTaL .
<PAI . Kal. E:.tol. TauTa cruvExou tcmva yap Ta Twv
cp(A.wv.
LO. "lw.tEV.
218 219
r
1
221
.f ,'\,' '
"
,; l :,
. -
244e3 E:auTfS' codd.: [E:auTfS'] Burnet
Cfr. esp. De Vries y la n. de L. Gil.
245d3 E cipXTJS' codd. : ETL cipx-f] Tim. Locr. Iambl. B uttmann Burnet
N. a 245d. Cfr. N. H. Reed, Plato, Phaedrus 245d-e, Class. Rev. NS
24 ( 1 974), pp. 5-6.
FOTOCOPIADO R
245el yvww codd.: yfv EL S' EV Philopon. Burnet
r . E . L P . /. .
N. a 245e.
246a6 EOL K T4J BDTP: oLKTw W2
249b6 KaT' . 1iS' codd. Burnet: <TO >KaT ' EL80S' Heindorf Schanz Buch-
wald: E KaaTov E"L 8 Badham: KaT<u To> EL S' Gil
249b7 tov codd.: tvT' Badham Buchwald Thomson Hack.forth Gil
NOTAS A LA TRADUCCIN
253c3 TEAEUT BDTWP: TEAET corr. Par. 1 808
N. a 253c l .
254b5 TOU VLXOU, fl.V :r: TOU VLXOU fl.VIlTJ
227a
Adoptamos la puntuacin de Robin.
desde muy temprano. Literalmente, desde el alba. Es la hora en que
257d2-3 6vn8.(ovTa Postgate B urnet Moreschini: vol.(ovTa TW: comienzan las activiclacles, regidas por la luz del sol. Ms temprano todava,
ovEL8L(OvTa VOfl..(ovTa BD antes del alba, el ansioso Hipcrates golpea a la puerta de Scrates para ir a
B urnet adopta la conjetura ele K. P. Postgate, n Plato, Phaedus 274 ver a Protgoras (Prot. 3 10ab).
D, Class. Rev. 1 5 ( 1901 ), p. 27, generalmente aceptada. Cfr. De Vnes. Acmeno. Mdico, mencionado nuevamente en 269a (y en Simp. 1 76b,
258al-2 uuyypflflaTOS' Bergk Robin: uuyypflflaTL coclcl.: [uuy- .
1 98a, Prot. 3 1 5c) como padre ele! tambin mdico Erixmaco. ste, uno de
los oradores del Banquete, ser mencionado a su vez en 268a. Jenofonte,
ypflfl.UTL] Burnet
Mem. 3 . 1 3 .2, recuerda el consejo ele Acmeno a uno que se quejaba ele ha
Cfr. De Vries.
ber perdido el gusto por la comida: dejar ele comer.
260c10 nva coclcl.: nv' aw> Hirschig Burnet ms toniticantes. kopos, clescansaclo, que no cansa, y entonces,
265d5-6 rrE pl. "EpwTOS', o E!unu 6pw8v pw8v E'LT' EJ EhE KaKWS',
que quita la fatiga, es, especialmente en este ltimo sentido, trmino clel
AX8TJ To yo v. rrE pl. "EpwTos-J) EUTLV pw8 uE'. 1 E'l ""E KaiCWS' A.X8TJ ,
vocabulario mdico. Tomamos la traduccin ele L. B risson. Adems ele los
lugares platnicos que ste seala, Tim. 89a, Leyes VII 789d, encontramos
TO yov
este sentido en los escritos hipocrticos, Epidemias 6.3 . 1 5, Aforismos 2.48
Adoptamos la puntuacin ele L. Gil ( 1 956), pp. 325-327.
y, en especial, Prorrheticon 2.6. 14.
266d7 Ka\. : [Ka\.] Burnet
222 223
------------------- ,------
nica y helenstica, cfr. C. A. Forbes, Expandecl Uses of the Greek Gymna- A polo Delio cuando fue llamado por sus compatriotas tebanm; para celebrar
sium, ClcLSs. Phil. 40 ( 1 945), pp. 32-42.
e
Epcrates: Aristfanes, Asamblea de las mujeres 7 1 , Y Platn el Cmi
co, citado por el Escoliasta, se burlan"de un personaje de este nombre a cau 227
s de su gran barba. El' e!icolio agrega que Epcrates era orador y demago te concierne. Scrates es experto en las cosas de Eros. Cfr.
Introel ., n. 50.
ga>). Demstenes (De falsa leg. = 1 9.277, 280) lo ubica en el grupo de los no s cmo. El giro tiene un matiz de admir acin. La
haza a es lograr
demcratas que en 403 restauraron la democracia desde el Pirco. seducir al muchacho mediante un discurso contra el amor.
templo de Zeus Olmpico. La construccin del templo monumental de
Zeus fue comenzada por los hijos de Pisstrato ca. 530 a 5 1 5 a.C. Y qued 227 d
detenida a la cada de los tiranos. Las quince grandes columnas que vemos urbanos Y tiles al pueblo. La primera palabra,
astefoi, indica la
actualmente pertenecen al edificio completado por Adriano ca. 1 25- 1 3 1 elegancia y la urbanidad a la vez que la utilidad pblica, y este ltimo senti
1
d.C. Cfr. Pausanias, 1. 1 8.6-9, quien, entre las cosas notables del templo, en do es explic itado por el adjetiv o siguie nte, demophetefs. Un paralelo en
primer lugar la gran estatua crisoelefantina de Zeus, anota una antigua esta- Aristfanes, Nubes 204-205.
1
tua de Iscrates. Herdico. Hercl ico es un mdico y pedotribo ele
quien sabemos, por
i:i
Moriquia. Mrico, antiguo dueo de la residencia, es mencionado por los Prot. 3 1 6e, que era ele Megara -Sc rates menci ona esta ciuda
d por asocia
cmicos como hombre de vida fastuosa y gourmand (Aiistfanes, Avispas cin ele ideas tanto como por su cercana con Atenas- y que luego se insta
506, 1 142; Acamienses 887; Paz 1008; Platn Cmic. fr. 106 Kock, ms la l en Selim bria en Tracia . Rep. 406a lo acusa ele haber abandonado la medi
Suda y los escolios). Del pasaje se desprende que la casa haba quedado ligada cina primitiva, sencilla y sobre todo drstica, a favor de la medic
ina
a su nombre y su fama poco espiritual. El texto jugar de aqu en adelante con actual, la (teraputica) pedaggica de las enfermedades, esto es,
ir si
metforas gastronmicas. La Moriquia queda tambin relacionada, a travs guiendo y atendiendo a la enfermedad, en vez ele resolverla por la
curacin
de Lisias y Epcrates, con los oradores del partido democrtico. El conjunto de o por la muerte, como sostiene Scrates (cfr. 406b). Se trata ele lo que fuen
alusiones,
. como vio Herrnias, no es precisamente halageo para Lisias. tes posteriores llaman, frente a la ciruga y la farmacopea, medicina diett
un banquete de sus discursos. En Rep. 57 1 b-572b se contrastan los ban
i
ca. Esto le vale a Herdico que el Protgoras de Platn lo asimile
a su pro
quetes somticos con los festines de hermosos discursos y consideaciones fesin de sofista (Prot. l. c.; Aristteles, tica Eudemia 1243b22
. le atribuye
con que se agasaja a la parte racional del alma. Al dorrmrnos, aquellos eles" haberse querellado con un paciente por considerar los honor
. arios insufi
piertan los deseos censurados en un inconscient que no se tm el trabaJ ele cientes). Repblica agrega que, cuando l mismo tuvo que padec
simbolizar, y nos enva directamente sueos ele mcesto, besttahsmo Y cnme
nes. (El pasaje es citado por Freud, La interpretacin de os sueios, uenos
er una enfer
medad incurable, mezcl la medicina con la gimnasia y se cuid
ele tal ma
nera que lleg a viejo, pero sin hacer otra cosa que atender a
su tratamiento.
Aires, Amorrortu, 1979, pp. 90, 607.) En cambio, los dtscursos raciOnales Para Repblica, tal vida no merece, ni individual ni polticamen
te, ser vivid.
permiten controlar aun en el sueo los impulsos de la ira y los aet!tos. Esta corriente mdica moderna hab1a introducido la moda
. ele la medicina
Si tienes tiempo de acompaarme. Literalmente, Sl twnes octo preventiva y los regmenes, una Vuelta a la naturaleza a la
que Fedro esta!a
(skhol) para escuchar mientras caminas. La slchol, el ocio creativo pro rindiendo tributo con sus largos paseos campestres con los
pies descalzos
pio del hombre libre, se opone a la ocupacin ele la prxima rplica (asIcho (Murley 1940, p. 291 ; Robn, Banquet, ecl. Bucl, p. XXXVII).
Por supuesto,
la, neg-otium) y ser, tambin, un tema recurrente en el desrrollo del t x Fedro es presentado, aqu y en el Banquete, como devoto
to. Lisias se toma su tiempo ele ocio para componer su el1scurso erot1co _ comendaciones mdicas. Cfr. en Symp . 176b-d las recom
seguidor ele las re
endaciones ele Erix
(228al), como Nstor y Odiseo sus tcnicas (261 b7); el clcsmitologiza maco sobre moderacin en la bebida, quien descuenta que
Fedro, enumerado
clor necesitar ocio, pero Scrates no lo tiene para esas cosas (229e3-4). El entre los flojos>> para el vino, ha ele atender y agradecer.
ocio activo reaparecer (258e6) en el momento en que, despus de los tras subir a la muralla. Traduce aproximada
mente una frase (prosbs
discursos, se pasa a la discusin: hablar es ocio, dormir no lo es. Si S toi tekhei) poco clara. Podra tratarse ele correr
Y volver. La referencia a Megara, distan
hasta una muralla, escalarla
crates y Fedro no logran vencer la modorra inducida por las cigarras, stas te unos 30 km de Atenas, no pued
podran confundirlos con esclavos. ser literal. Sera una maratn (Rowe, que traduce you
touch the wall wh
por encima de cualquier ocupacin. Es una cita, con una palabra tras- your fot y hace algu as conje turas a partir de prcti
cas atlticas actuales),
i
FOTO CO PI AD O R
puesta, de stmica I, 1 -2. Pnclaro estaba escribiendo un pen en honor ele en reahdad bastante mas, y es claramente hiperblica
e. E. 1 .
P
224 225
t
'
mo D1m
De Vries siguiendo a Hermias, de una comparacin: as como Herdico re Zeus nio. oculto en el .monte Ida (Hesodo Teog . 453-506) , y tamb
. sos (Guth , ren proxi-
comienda ir (o correr) hasta la muralla, yo te seguira hasta Megara. Her
'
ptacla Pm: Breas, el viento fro del norte, quien la despos y la llev
el segundo discurso de Scrates. Oritia . Es hija del rey del tica Erecteo y, como
. se relata en el texto
quien compartiera su rapto coribntico. Traducimo con este giro un fue r
En l lzada ( 18.4 ) es el nombre de una nereida. Esquilo y tal vez
participio del verbo syn-korybantiin, estar transportado Jlmto con otro (el consigo a 1racJ , a. Su nombre est relacionado
con ros, montaa colina.
jado en 234d5 compartiendo tu transporte bquico (snebk:,ezsa, otro
compuesto es creado aqu por Platn) por el delirio de los coribantes, refle , 0
e
Nefele, a su vez, engendra a
los centauros al prear a las yeguas ele Magnesia
. Versiones posteriores ra
229 cionalizan el mito, convirtindolos en los prim
eros jinet es.
estadio. La longitud del estadio poda variar entre 1 50 y 1 90 metros. La Quimera, Pegaso y las Gorgonas aparecen
en mito s interconecta
Agra. Es un demos del tica. Intercalamos distrito = dmos. Otros dos. Estas ltim as, Esteno, Eurale y Medusa, eran
,
Misterios (Introd.), con ms razn compartira la increduhdad Ilustrada de brotaron los hijos del dios, el caballo alado
Pegaso y su jinete Crisaor
la poca. . . . (Teog. 270 ss.). Como explica Hesodo
(282-283 ), el nombre del jinete vie
historia: mytholgema. Unas lneas ms abajo, 229d, l 1stona es .la- ne ele la espa da de oro que sostena, y el del caba
..
ele un saber no desarrollado.
229d
O del Aropago [ . ] aqu'' La frase ha sido considerada ma gosa Y
suprimida (Moreschini la pone entre crchetes), traspuesta mas arrba, l
229e6
.::J
Aqueloo. Ro -de Etolia, enumerado por Hesodo entre los veinticinco
'::t: il.
adjetivo typhos, ho hmchado, en
verbo epi-ryphein (epitethymmnos) y el
Q 1 .
de ilusiones o engaos y, lueo,
principio, de viento o de humo, por lo tanto
o +
_ deroso. (Otra mencwn en 24.616 parece corresponder a un ro homnimo de
u j
el vien to es tan ant1 gua como Hesw
ele vanidad. La asociacin de Tifn con Lidia.) Es el dios fluvial par excellence (De Vries), en cierto modo pa
n etimolgica real (West p. 3 8 1 ) .
do, pero parece que no existe una conexi
__
E -e_!)
mano de Deyanira (Sfocles, Traquinias 9 ss., 503 ss.), y entre su descen
dencia figuran las sirenas (Apolodoro 1 .3.4, con la musa Melpmene; en
!i=> T
230b -
sauzgatillo. Agn oca sto o sauzgati
llo, gnos en griego (vitex agnus cas 1 .7.10 les da otra madre).
a timologa
que , gracias a un fals :
tus L.), un arbusto del Mediterrneo _
1dad . <<Agnos o ly
fue rela cion ado con la cast
(hagns, pur o, cast o, sant o), e 230c
gos [= "fle xibl e", por sus ramas] es
un arbusto en forma de rbol, que crec Para la interpretcin de 230c2, que acompaa con su agudo silbo es
os ele los ton-ente s,
y en los lech .
en los terrenos pedregosos junto a los ros ttval al coro de las ctgarras, y c3, suficiente como para sostener. .. , tengo
rom per, hoja s sem ejan tes a las del olivo, pero ms
tien e ram as difcile s de en cuenta respectivamente a Gil ( 1 956) 3 1 1 - 1 3 y a Verdenius.
o purprea, la sem illa (con un aro
suaves. Tie ne la flor blan ca con prpura
scrides (siglo I cl.C .), De materia
...
ma) como pim ient a. As lo describe Dio
i cuzas las fronteras de la ciudad, ni [ ] sales fuera de los muros.
las 230d
medica 1 -1 03, que indica sus uso
s medicinales y con sign a que durante
an evit ar las rela cion es sexu ales ,
fiestas de las tesmoforias, en las 4ue deb Aqm Cmdad es sty, el ncleo urbano, y no plis, la entidad poltica. El
e un lecho de sus hojas. En otro
la e nton 52bc, onde no ausentarse prcticamente nunca de la p6lis es
las mujeres atenienses se acostaban sobr texto pre:nta el sedentarismo de Scrates desde una perspectiva distinta de
de las semillas disminua los deseos
manuscrito se agrega que la infusin
Historia 24 59-6 3, Y las eruditas
no
sexuales. Cfr. adems Plin io, Naturalis bli cos, un md1ce de su arrmgo ontolgico-poltico en Atenas. ( ... ] Nunca -le dicen
idad de significados sim
tas de Daumas ( 1 96 1 ) . Se han visto cant
23 1
230
las Leyes- saliste de la Ciudad para ir a alguna fiesta religiosa, salvo una 232d
vez al Istmo, ni a ninguna otra parte, como no fuera para servir en campaa, sintindose despreciados por ellos y beneticiados por los que te fre
ni hiciste nunca otro viaje, como los dems hombres, ni te vino el deseo de cuentan. Esto no es fcil ele comprender, y las explicaciones que (merito
conocer otras ciudades ni otras leyes, sino que nosotras te bastbamos, y riamente) se ofrecen suenan un tanto infantiles. Hackforth anota (p. 29): El
nuestra Ciudad. La pequea inconsistencia con el Fedro es slo aparente sentido parece ser que el no-amante considera ventajoso para l que el mu
(cfr. tambin Menn 80b). La afirmacin ele Fedro se refiere al lugar habi chacho sea admirado por otros y as mantenido de buen humor (!). Rowe
tual del filosofar socrtico y a la actitud urbana que le es propia. En rigor, supone que la presencia de otros admiradores contribuye al camoujlage de
Scrates cruza con frecuencia los muros para ir a los gimnasios, que quedan la relacin. La adquisicin de amigos distinguidos puede estar entre las me
junto a ellos del lado exterior, y puede llegarse hasta el Pirco, como en Rep.; jores ventajas ele la retribucin que el muchacho puede esperar ele su amigo,
pero con estos pequeos traslados no abandona el ambiente urbano. pero no beneficia a ste sino al muchacho. Moreschini rescata una antigua
insercin de Heindorf que da justamente esta idea: ms bien odiarn a
230 quienes no quieran tratarte, sintiendo que te desprecian, mientras que los
Ests al tanto de mi asunto. .. Se supone que el muchacho ya conoce que te frecuentan te benefician. De Vries, creo, da la explicacin correcta
las intenciones del orador y su condicin ele no-enamorado, y se le propone al recordar el trasfondo fuertemente competitivo de estas relaciones: el no
mantener relaciones sexuales en forma alusiva pero directa. Este comienzo amante ha obtenido lo que quera gracias a su mrito; quienes desprecian el
a contrapelo merecer la crtica de Scrates en 264a. trato del muchacho lo estn menospreciando a l, y quienes lo buscan real
zan su xito.
-\1
231
Adems, los amantes. .. Mantenemos en la traduccin la monotona del 232e
n
original, que enlaza los argumentos mediante dos giros repetidos una y otra no tienen en claro. El texto no decide si los amantes o los amados.
vez: ti de, adems, 23 l a6, b7, 232a6, 233cl4; ka! mim de, Y adems, \\\ (
"?-.
u
23 1 cl6, 232b5, e2, 233a4, cl8 (ka! mi'm de ka). El trozo -dice Robin combi - 233a
nnclo el elogio ele Scrates en 234e con su reproche en 264b- es un mosaico como prenda para lo venidero, mnemefa [. .. ] ton mellnti5n, lit. re-
.
\.
_ 7_
ele fragmentos muy trabajados en s nsmos, y [ ...] la ensambladura de esos
-y -torio o paradjico fuera del cinc de ciencia ficcin. Pero Se supone que la
'fs;orclatorio ele lo venidero. El giro recuerdos del futuro suena contraclic-
fragmentos, lejos ele estar disimulada, est por el contrario netamente marca
da por dos partculas ele unin, de las que una indica un cambio ele aspecto memoria de la felicidad pasada acta como una seguridad del disfrute por
dentro ele un mismo motivo y la otra, el pasaje a un motivo nuevo (p. LXIV). venir (Thomson, cit. por Verdenius, que da una buena explicacin). El sen
El uso de las partculas, esp. ka! men d, indica el carcter no slo imitativo tido podra explicitarse como recordatorio (y promesa) para lo venidero.
sino pardico del discurso (Shorey 1933). La parodia incluye la exageracin
ele otros rasgos del estilo ele Lisias, en especial el all eliminativo (23 1 a4, 233b
233b7-c3, 233e l , Dimock 1952, esp. pp. 390-396; contra Rowe 233b6-cl n.). no servir al placer presente, sino tambin al provecho futuro. Apa
rentemente, faltara un elemento (no <slo> ... sino tambin ... ). Pero la
231d frase es un ejemplo escogido de "comerse el pastel y conservarlo" (Di
experimentado. Ms que ele una experiencia ele la vida en general, se rnock 1952, p. 392): se adopta una actitticl desdeosa hacia el placer e inme
trat ele la expciiencia propia en los efectos del amor, como la que ofrecen Safo diatamente se lo recupera, y aporta un guio sutil del seductor. La omisin
y Anacreonte, mencionados luego. Las extravagancias del enamoramiento, por de mnon podra ser otro elemento pardico. Contra, con alguna concesin,
supuesto, son fenmenos socialmente tolerados (Ferrari 1 987, p. 89). Rowe.
232b 233c
si ests inquieto, pensando que es difcil que la amistad dure. Este dueo de m. Recuerda la frase ele Aristipo: Gozaba [Aristipo] t:rrn
motivo estructura los argumentos siguientes, dirigidos por distintos cami bin de la hetaira Lais [ ... ] .. A quienes se lo reprochaban, les deca: "Pseo,
nos a reafirmar la firme amistad del no-amante: 232 cl7-e2, 233a4, c5-6a, y no soy posedo; y lo mejor es el dominio de los placeres sin volverse peor, no
el argumento suplementario ele c6b-d4. privarse ele ellos" (DL II 74-75 = Giann. IAI).
232 233
?tr '
Po .f
""- ',
r"\ '
...... o
) 'IJ4{)
235d '
mtico. Los ontes deban otiecer las estatuas como multa o castigo, pe;o
siempre puede reflejarse en la traduccin.
Los dos ofrecimientos o apuestas de Fedro tienen ms de un aspecto enia
por Zeus, patrn de la amistad. La invocacin a Zeus phlios for
ma parte del lenguaje comn y su traduccin literal suena solemne. A ve
poner la propia Imagen en un templo no es apropiado como punicin. Adems,
ces se omite el nombre del dios, pros Philou (Eutifr. 6b3-4; Gorg. 500b6,
qu falta habra cometido el perdidoso Fedro? (La sugerencia ele Griswolcl,
": '1
punicin para convertirse en una apuesta y un premio a la oratoria. Scrates algo ms variado, t i poikiloteron. Poiklos designa l a cualidad d e las
es comparado no ya a Lisias sino al mismisimo Gorgias, y Fedro, al dedicar 0 superfices ele muchos colores, como pinturas y tejidos abiganados, y, por lo
"" C tanto, todo lo variado o complejo. Cfr. 277b-c. En Rep. X la palabra recurre
' para describir a la democracia, comparada a un manto multicolor, y al hom
la ofrenda, comparte los honores. Pausanias 6. 17.7-8 menciona otra estatua
"":' bre democrtico (557c, 558c, 559d, 56le). Ms adelante (277b-c) los
de Gorgias, esta vez en Olimpia, dedicada por su sobrino nieto Eumolpo. La
;,p_
tatua de Delfos. La segunda oferta de Fedro (n. siguiente) tiene que ver, jus
"-or
'Yendo a Scrates
tamente, con Olimpia. te has expuesto a la misma llave. Fedro, como es patente, est retribu
las frases irnicas con que ste describa su actitud en
236b 228a y e, y retoma el vocabulario ele palestra ya empleado en 228e.
sers puesto, t.-abajado a martillo, junto a la ofrenda de los Cipsli
das en Olimpia. 236d
La ofrenda de los Cipslidas -los descendientes de Cipselo, tirano de T me entiendes... = entiendes lo que te digo, cita de Pndaro, fr.
Corinto en el siglo vn- es mencionada por Aristteles, Pol. 1 3 13b22, que la 105 Snell. La fuente del fragmento es Menn 76d, cfr. Aristfanes, Aves 945.
compara, sin decir en qu consiste, a las pirmides ele Egipto y a otras obras
monumentales. Otras fuentes (Morgan 1 994, p. 379) informan que era una 236d9
estatua colosal de Zeus en el templo de l-lera y que, como la que ofrece aho set un juramento. Eco de /l. 1 .239.
ra Fedro, era sphyrlatos, es decir, realizada segn la tcnica arcaica del
metal martillado sobre madera, a diferencia ele las de metal fundido (cfr. 236el El juramento por el pltano es otro ele los ejemplos que pone el
LSJ s. v.). Con esta segunda apuesta, Fedro ofrece a Scrates un premio an Escoliasta como juramentos de Radamanto (n. a 228e).
mayor, sacndolo ele la comparacin con Gorgias y ponindolo en conexin
con Zcus. 237a
La estatua ele Gorgias en Delfos era vista como una jactancia de la ri Musas de voz clara: lgeiai. La Musa es calificada con este epteto en
queza proporcionada por la oratoria. El epigrama ele la estatua de Gorgias en Od. 24.62, como la phrmin.;r, lira o ctara, de los aeclo s; Estescoro 63. 1
Olimpia la justifica como muestra ele piedad. Tambin se discuta si era so (Page), Pnclaro Pen 52o.32 (Sncll). Ya en 230c2 ha aparecido ligyrn
bredorada o ele oro. Los dos ofrecimientos de Fedro, que es muy posible que (agudo>>, claro) en una frase relacionada con las cigarras, cuya conexin
no se refieran a estatuas sobredoradas, la rplica ele Scrates en 235e2, eres con las musas se har patente en 259c.
[ . . . ] parte realmente de oro (y podra aadirse a Morgan, 228a, donde Fedro raza... de los ligures (gnos... Ligjon). Los ligures son un pueblo que
prefiere la memoria al oro), se conectan con la plegaria final ele Scrates en ocupaba regiones del norte de Italia. Son mencionados en Herdoto 5 :9.3,
279c-d y juegan con la riqueza falsa o verdadera ele la retrica y la filosofa. 7.165 . 1 (distintos ele los ligures asiticos de 7 .72.1-2). Hermias acota que era
Morgan aade (pp. 380 ss.) un nuevo subtexto especulativo, referido al un pueblo a tal punto musical que en las batallas slo la mitad del ejrcito pe
cofre (kypsl) en el que supuestamente fue salvado de nio el futuro tirano leaba mientras la otra mitad haca msica, y su inverosmil comentario ha ve
(Herdoto 5.92), y que estaba tambin en el templo de Olimpia (Pausanias nido sirviendo de explicacin, aunque no sepamos si se remonta a alguna le
5.17.5- 1 9 . 1 0). El cofre, decorado con pinturas, es un manual de mitologa yenda antigua o fue fmjaclo ad hoc. Brisson apunta acertadamente al mito ele
ilustrada, y muchas de sus escenas pueden relacionarse con el texto del Fe Cieno (Kjknos, el cisne). Era hijo del rey de los ligures Estenelco, al que su
dro. Cfr. H. Stuart .Tones, The Chest of Kypselos, .low: He!!. St. 14 ( 1 894), cede. Cuando Faetn, que no puede dominar el eruTo del Sol, se precipita
pp. 30-80, pese a su fecha, lo ms completo que conocemos sobre el tema. desde el cielo, Cieno, que lo amaba, trata de rescatar su cuerpo del Erdano,
ro mtico identificado con el Po o el Rdano, que enmarcaban el territorio li
236a gur, y relacionado con la ruta del mbar. Las hermanas ele Faetn, convert
es posible decir cosas distintas. .. Iscrates, Helena 1 5 , se compromete das en lamos, lloran lgrimas de mbar, y Cieno es convertido en cisne (He
a desarrollar su tema, tratado ni ms ni menos que por su maestro Gorgias, rdoto 3. 1 1 5 , Plinio Naturalis Historia 37.3 1 -33, Virgilio Eneida X
dejando de lado todo lo ya dicho (Howlancl 1 937, p. 1 54; contra Hack 185-1 92, Ovidio Metamoifosis 267-80, Higinio 1 54). El cisne es el ave de
forth p. 34 n.). Apolo que canta antes ele morir, cfr. Fedn 85 a-b. Pausanias ( L30.3, cit. por
i
236 : ! 237
/liJ
. !i
B risson) pone el mito en un plexo de referencias platnicas y explica el pa 238a
saje de un modo ms satisfactorio que Hermias: No lejos de la Academia da a quien la lleva su nombre. Los deseos fuera de control se aduean
est la tumba de Platn, al que la divinidad anunci que sera el mejor entre de la persona y-se convierten en su segunda naturaleza. Como palabra tcni
los filsofos, y se lo anunci de esta manera: la noche antes de que Platn ca platnica, la eponimia ( eponyma) o comunidad de nombre indica la re
fuese a ser su discpulo, Scrates vio en sueos que un cisne volaba hasta su
lacin ontolgica entre la Idea y la cosa sensible. Cfr. 250e3 n.
regazo. El cisne es un pjaro que tiene fama en relacin con la msica, por-
que dicen que un msico, Cieno, rein sobre los Iigures del otro lado del Er- 238b
y
dano, ms all del pas cltico, y al morir, dicen que por voluntad de Apolo en cuanto a los dems ... convenga. Nos guiamos por los anlisis del
se transform en pjaro. Yo creo que un hombre dotado de cualidades musi- prrafo de De Vries y Rowe.
cales reinase sobre los ligures, pero para m es increble que se convirtiera de fuertemente reforzado... fuerza... eros. Juego de palabras en torno a
'
bles, como la glotonera y la dipsomana que se acaban ele mencionar, todos
237a los cuales solan conjugarse en los banquetes y comilonas.
historia. Suele traducirse mythos como mito (Brisson). Robin tradu-
238 239
por fuerza pondr al amado... El deseo obliga al amante a tener estos 240c
comportamientos. El adverbio annke (por fuerza, por necesidad), que El refrn hlix helika tlpei es citado por Aristteles en t. Eudem.
hemos traducido con distintos giros, se reitera en 238e3, 239a5, 7, b5, I238a33 y Ret: 1 37 l b l 5. El Escoliasta lo despliega como el joven (hlix)
240a4 (en 240c7-dl tiene otro sentido). agrada al j oven, y el viejo agrada al viejo. En otras ocurrencias platnicas
del dicho la referencia es ms general, el semejante (hmoios) en vez ele
239a el ele la misma eclacl, Lis. 2 1 4a, siempre un dios conduce al semejante
defectos de la inteligencia. Dinoia suele referirse a contenidos u opera hacia su semejante = Od. 17.2 1 8; Gorg. 5 10b, Simp. 1 95b.
ciones mentales ms que al carcter, aunque aqu abarca tari:J.bin la valenta o
la cobarda, y seguramente no tiene resonancias tcnicas. El discurso pone en 240d
paralelo lo propio del espritu, en sentido amplio, con lo del cuerpo. Oistros es el tbano y, por extensin, el aguijn (cfr. el verbo, 25 l cl6).
La palabra est asociada a la locura ertica (el tbano persigue a la errante
239b vaca o, cfr. Paclel, 1 995, pp. 29-32 y 52-53). El hombre tirnico (Rep. IX)
sabio y sensato en el ms alto grado. Recurrimos a un giro para tradu est gobemaclo por ros, un zngano sin aguijn. Cuando los otros deseos
cir el superlativo phronimtatos. Phrnimos sera, en principio, prudente, se lo implantan, se convierte en tbano y lleva al hombre al delirio y la lo
con discernimiento y capacidad de juicio, en sentido moral e intelectual. cura (573a-b, cfr. 573e, 577e2).
la divina filosofa. El calificativo divino es una hiprbole casi vaca,
pero filosofa cae dentro del halo de resonancias platnicas del discurso. 24la
Sin embargo, tambin podra haber un armnico de la .filosofa ele Iscra gobernante y jefe: rkhonta [ .. ] kai prostten; ms abajo, gobierno,
.
tes (cfr. retrico en 239a3-4). Malingrey, p. 52, incluye el pasaje, sin ma arkh: se trata del rgimen ele gobierno del alma y el principio rector en
tices, entre los usos propiamente platnicos. ella. Para Platn es algo ms que una metafra: recurdese, en Rep. II, la
homologa entre el alma y la ciuclacl, y en VIII-IX, la sucesin ele regmenes
239c estudiados junto con el individuo correspondi ente. T ,os cambios del amante
tutor. Epftropos es aqul a quien se confa algo, el administrador, en podran aproximarse a los rpidos cambios del hombre democrtico.
cargado o mayordomo, y tambin el tutor ele los menores. La palabra refle
ja el cuidado, educacin y direccin del joven, que se espera del erasts en 24lb
la relacin homoertica aristocrtica. Cfr. tutela (epitropefa) en 239e2. al cambiar el juego. Se trata de un juego en el que se tira al aire una
los sudores del esfuerzo. Literalmente, sudores secos, provocados concha y, segn ele qu lado caiga, uno ele los equipos debe huir y el otro
por eL ejercicio gimnstico y no por baos calientes. Es la explicacin de perseguirlo. Las quejas del muchacho superponen a esta imagen un juego
Hermias y la Suda, y De Vries (con Heindorf) supone que es una explica ele palabras con el vocabulario judicial: dikein, perseguir, y phegd'in,
cin ad hoc para esta frase. huir, son los verbos tcnicos para los papeles del querellante y la defensa,
que los participantes del juego ertico han intercambiado. El juego, men
239d cionado en forma adverbial, ostraknda [pazein], es usado en la comedia
colores y adornos. Cfr. la cosmtica como sustituto de la gimnasia, (Aristfanes, Caballeros 855; Platn Cmico, fr. 153 Kock) para aludir al
Gorgias 465b. ostracismo. El juego est explicado en Suetonio, Peri ton par' hllesi pai
dion 8, Hermias 59, 20 ss. (ambos citan a Platn Cm.), el Escoliasta y
240a otros.
alguna divinidad. En un mismo prrafo, el fenmeno es atribuido a
una divinidad (dafmon, a9) y a la naturaleza (physis, b2). La referencia 24la-c
a la divinidad es aqu apenas algo ms que una frase (Rowe). El pasaje (Fortenbaugh 1 966) tiene reminiscencias del primer poema ele
F a .
en u sano JUIJC' ment e {<pie
previo (a8-bl ) ; el enamorado sin juicio y l no-aant
(siglo II d.C.) y Libanio (siglo rv d.C.), autores eruditos
. .,
<;: ('O,.o
O Dwn Cnsostomo
alh traduJi mos te en
cio (b7-cl ). Ya en 237e se opuso la sophrosyne (que
que seguramente la han ledo en Platn y en definiciones, basadas en el Fe
1" 4o/")
planza) a la hybris.
j::) V
. -1 "4
24lc
es ambig ua, y el antece dente Fedro por su salud.
el cultiv o del alma. La expresin griega
e ... ) puede ser el Cultiv o del .
.. ::, (.
de la frase relativa (que es y ser siempr
nie ha hech que se pronunciaran tantos como t. En el Banque
, \
'
242b
alma tanto como el alma misma.
. - \,..
\ ;, . 1
..
242c
242a
medioda? bastarme a m mismo. Sobreentendido, pero no para adivinar los
No ves que ya va a ser el medioda, lo que se dice pleno
el medio da, el (mome nto) llamad o sta asuntos de la dems gente. Jenofonte, Mem. 1 .4 convierte a Scrates en un
= ya va a estar-d etenid o (hstata)
verdadero orculo para los dems.
{{cometiendo [...] hombres. bico, ti-. 22 Diel, 29 Page (Plutarco, Qtaest.
tiene una relaci n etimol gica con hstem i, cuya
ther. La palabra stather
de pie, estar, detene rse) acaba de usarse . La se
voz pasiva hstatai (estar
glosa, y, Conv. 748c), {<temo que, contra los dioses 1 cometiendo una falta, reciba a
gunda parte de la frase es rechazada por mucho s editores como una .
mus), cambio honores de los hombres. Platn adapta la cita.
si se acepta, podra ser una pedantera etimolgica de Fedro (Verde
242 243
242 d 64), qued ciego tras componer un poema donde la vituperaba, y recuper
No crees que Ems es hijo de Afrodita, y un dios? En el Banquete, ]a vista al componer la palinodia (canto vuelto a cantar, recanta
Eros es considerado un dios por todos Jos oradores menos Scrates, que lo cin), o ms bien las dos Palinodias (cfr. el comentario).
hace descender a la categora de una entidad intermedia, damon (202b-e).
As se dice, s. La mala gana con que Fedro acepta la afirmacin de S 243c
crates no tiene que ver con la divinidad de Eros sino con su origen. En Simp. marineros. La comparacin con los marineros es especialmente signi
l 78a-b abre su elogio alabando su antigedad y prioridad entre los dioses , ficativa en boca del aristcrata, filoespartano y poco amigo de la democra
ya que no se le adjudican progenitores, e invoca la autoridad de Hesodo, cia Platn. Los remeros, proveedores ele fuerza muscular, eran la base de
Acusilao (un genealogista ele comienzos del siglo v, DK 9B2) y Parmni sustentacin de la democracia imperialista ateniense, erigida sobre el domi
des. Hesodo lo pone como tercero de los tres dioses primordiales, luego ele
)
nio militar y comercial del mar.
Khos y Tierra (Teog. 1 16- 1 22). Ms adelante (201), pone a Eros, junto con propio d e hombres libres, eletheron (adj.), liberal, en el sentido de
el Deseo, Hmeros, en el squito ele la recin aparecida Afrodita, sin llegar a valoracin social ele esta palabra. Los marineros eran hombres libres.
convertirlo en su hijo. Parmnides (B 1 3) le da como origen la (para nosoc.
han atribuido a Eros una variedad ele genealogas. Cfr. la nota de M. MafV?'c;,0
tros al menos) indeterminada diosa que preside la Va de la Opinin. Otw 243e-244a
:" y e que voy a pronunciar hora, ele stescoro, hijo ele Eufemo, na-
{] . [2
El discurso anterior era ele Fedro, hijo de Pitocles, del demos de Mirri-
nez Hernndez en la traduccin del Banquete en BCG, p. 1 99. , 'P,IJ4D
. . J p . O ,a.ural ele Htmera. Fedro es el bnllante, hiJO del buscador ele fama (Te-
nun te,
4 jera en L. Rossett1. [ed.], 1 992, p. 292), o el que presta odos a los rumores
q
242e
hechizada, kataphannakeuthntos. La traduccin ele Brisson, droga - del pueblo (Thomson), ele la ciudad ele las guirnaldas o las fiestas. Es
da, sera preferible si el uso contemporneo de narcticos no le diera a la tescoro, el conductor de coros, es hijo de el hombre bien afamado, ele
palabra una connotacin demasiado pesada. Phrmakon aparece en 230cl y la ciudad del deseo.
274e-275a como remedio.
son de una tontera exquisita, he euetheia [ ... ] astea . Es un oxmoron. 244a
La euetheia (cfr. euethe, necio, d7) es propia de una persona bonachona y No es un discurso verdico retoma la cita de Estescoro en 243b.
simple, mientras que astea indica refinamiento (exquisita = urbana, ele uno de ellos est loco (manetai) - la locura (manan). Hasta aqu la lo-
sty). cura ha sido considerada un estado morboso, mencionado como nsos, no
sefn (enfermedad, estar enfermo); mana se us slo en 24l a4.
243a
al narrar historias sobre los dioses = peri mythologan. Mythologa y 244b
palabras afines parecen haber sido forjadas por Platn, en referencia a na si es concedida por don divino. Cfr. 244c3 y 265a, donde se distingue
rraciones, cuentos o historias (nrythoi). Cfr. Rep. 394b, 382cl, Hip. mayor la locura producida por enfermedades humanas (nsos, n. anterior) de la
298a, Pol. 304cl, Cri. l lOa, Leyes 680cl. originada en los dioses.
Hombre prximo a las musas, mousiks. Podra traducirse buen
artista (Gil) o Cultivado, pero en un contexto lleno ele alusiones al entu 244a-b
siasmo y la inspiracin preferimos mantener la referencia a las musas. Delfos. Delfos es, seguramente, el santuario oracular ms importante ele!
mundo antiguo, ele alcance panhelnico y aun extrahelnico, lo cual no sig
243a-b nifica que su autoridad fuera siempre y universalmente aceptada. Segn el
Homero [...] Estescoro [ ...] privado de la vista por haber difamado mito, Apolo se establece el D elfos tras matar a la serpiente Pitn. La ser
a Helena. Para Homero, por supuesto, Helena es lisa y simplemente una piente, animal ctnico, es el rastro mtico ele la prehistoria ele! sitio, que has
adltera cuya inficleliclad desata la guerra ele Troya. Pese a ello, Iscrates, ta el siglo xn fue un santuario, posiblemente oracular, ele la Tierra, como l
Hel. 65, menciona a algunos homriclas que atribuyen el origen de la /la indican las numerosas figuritas ele terracota encontradas. En Esquilo, Ew11t
da y su inspiracin a una aparicin de Helena. Estescoro ele Himera (Sici nides 1 -8, la Tierra es la primera deidad proftic, sucedida por las diosas ti
lia), VIl-VI a.C., segn la leyenda (mencionada tambin en Iscrates HeZ. tnicas Themis y Febe (Phobe), y esta ltima da a Apolo el oraculo y el
244 245
.
1 d 1spersan por el mundo antig uo.
nombre (cfr. M. L. West, Hesiod's Titans, Jour. Hell. St. 1 05 [ 1 985), pp. . . .
mul t!pl can y se
17 4-1 7 5). El culto desaparece hasta mediados del siglo VIII, en que empieza la Existan Libros sibilinos
con la recopilacin de sus profecas, de los que nos llegan
actividad de Apolo. Hay menciones en !l. 9.404-5, Od. 8.80; Hesodo Teog. textos tardos, en
s y con est
497-500 (Cronos vomita la piedra que trag en lugar de Zeus Y ste la fija en
cierta medida cristianizados. Esto vali a las sibilas su inclu
sin en la lista
encabezada por Virgi lio, de los anunciadores paganos del Mesa
Delfos, cfr. Pausanias 1 0.24.6). Delfos parece haber dependido de la prxima
Kirrha o Krisa (Himno a Apolo 269, 282; cfr. Il. 2.5 1 9-20), destruida ca. 590.
ttulo figuran, junto a los profetas hebreos, en la bveda de la
El pequeo santuario cobra impotancia drante la poca de la colonizacin, (\ 0_;..0
Capilla Sixtina.
.
, : .
Colonization and the Rise of Delphi, Historia 6 [ 1 95 ?) , P 1 7) . .;.olo
24
tom partido sucesivamente por los persas, por Esparta (vease esp. fucdides .
s, mantikei... enthoi. Es una tra-
mejorar su situacin. La tcnica adivinatoria de Delfos es, en sus rasgos ene- los adivinos
, superiores, ya que el signo y su interpretacin no dependen
rales, bien conocida: el consultante presenta su pregunta, que es transmitida a de ningu na tc-
nica. Lo mism o vale para la solemne adivinacin de los biene
la Pitia. sta, sentada sobre el trpode oracular, entra en trance Y profiere som-
. . s del Hade s en
Fedn 84e-85b.
dos inarticulados, interpretados por los sacerdotes, que redactan la resuesta,
bajo la inspiracin del dios. Comienza siendo una profetisa umca (0-stofa
. 244d
antiguas iras (divinas), menmata. Platn
nes, Paz 1 095), a la que se ubicaba en distintos lugares. Luego las Sibilas se podra estm citando una trage
dia, y se ha pensdo en Eurpides Fenicias 934 (De
Vries; Padel l995 , p. 1 07 y
246
247
n. 1 7). Cfr. I. M. Linforth, The Corybantic Rites in Plato; Telestic Macl alcance del hombre pese a sus dificultades. Sin embargo, la dificultad de
ncss in Plato, Phaedrus 244DE, Univ. of Cal(/ Publ. in Class. Philology Platn para llegar a una doctrina definitiva sobre el alma invita a tomar la
13, 5 y 6 ( 1 946). frase algo ms a la letra.
una fuerza naturalmente compuesta, symphytoi dynmei. La idea es
245a la de una unidad mltiple, del tipo de un organismo, ms que la de una reu
sin la locura de las musas. Segn Friecllancler ( 1 941), es una cita mo nin de partes o elementos. Symphytos es crecido junto, con las resonan
dificada ele un fragmento ele Pndaro. cias de phyo, el germinar y crecer de los vegetales, diferencindose en sus
partes. Compuesta es una traduccin, por lo tanto, no del todo adecuada.
una yunta alada y su auriga. La imagen del cano con caballos alados
est en Homero, Il. 8.41 -6 y 1 3 .23-6, con la misma frmula usada en un
245d
pues si el principio se originara de algo, no se originara de un prin-
cipio. Traduzco la leccin de los mss. El sujeto ele Se originara puede ser caso para Zeus Y en el otro para Poseidn, aunque ste no vuela y slo se
casos hara egreso al infinito. La enm!enda (ele Buttmann) adotada tieneil'alas, 1 6 . 148- 1 5 1 . Ya que los vuelos ms alts estarn impulsads por
el principio o un tcito todo lo que se origina (Verdenius). En ambos desLiza sobre las aguas. Los caballos inmortales de Aquiles, hijos de Zfiro,
_ puede r:c ?rclarse el carro de las Hehades que recog al JOV:n
Burn: t e m spirada en la rducc1n de C!c:ron, n:s. I, 54, se !cena r;:no LQp !
, E:;
l
DO.& del Poema de Parmemdes, 28B 1 , pero no se habla de alas, y su 1tmerano,
_ _ C . : la filosofla,
JI .
' / , p '\';4 alejado del sendero de los mortales, atraviesa una geografa hesidica
. _ . .
se ongmana como pnnc1p10 o ya no sena pnnc1p10.
...q (Teog. 740-762, Pmmnides B l . l l , la senda ele las puertas ele la Noche y el
245el '
o todo el cielo y todo lo que se genera. Burnet acept gen eis hn (Fi- Da) que corre el riesgo ele llevarnos hacia el Trtaro (cfr. A. P. D. Mourela-
lpono), que d ara, aproximadamente, O tocio el cielo y toda la tierra, de- tos, The Route of Parmenides, New Haven!Londres, Yale University Press,
rmmbnclose en una unidad <incliferenciacla>, se detendran, es decir, cie- 1 970, p. 1 5; A. Gmez Lobo, Parmnides, Buenos Aires, Ecl. Charcas,
lo y tierra cenaran el hiato que da lugar al mundo. La lectura de los mss. y 1985, pp. 33-37). Empdocles 3 1 B3.5, que tambin suele mencionarse en-
Hermias, gnesin = ta gignmena, el conjunto de la generacin o de las co- tre los antecedentes, no tiene relacin con la imagen.
sas que se generan, es preferible y ms adecuada al contexto tcnico del ar- yunta. Platn usa en 246a6 zegos, que pueden ser el os o ms animales
gumento. Ourans, cielo, no es aqu el cielo astronniico, opuesto a la y, en b2, synors, que sin ninguna eluda es yunta: la palabra significa tam-
tierra, sino el conjunto de la gnesis, que abarca ciclo y tierra y se con trapo- bin un par ele cosas cualesquiera. En el primer caso, se est hablando en ge-
ne al tpos hyperournios de las Ideas. Es un sentido normal ele la palabra, neral y, en el segundo, del hombre, lo que podra entenderse como que el n-
cfr. el comentario, y en especial Tim: 28b, ourans o ksmos o cualquier mero de caballos para los dioses queda indeterminado (Hackforth, Rowe).
otro nombre que pudiera recibir ms adecuadamente, 3 1 a-b, 92 e, y cfr. Pero un nmero mayor comp1icaiia la imagen de forma innecesaria, salvo que
29e4 (gnesis y ksmos). Podra encontrarse una afiniclacl entre este pas<lje y supongamos que las almas divinas tienen carros ms grandes y poderosos,
el argumento de la inmortaliclacl del alma a partir ele los opuestos en Fedn que requeriran mayor fuerLa ele traccin, en cuyo caso Platn, dueo ele su
70b ss.: si los opuestos no se engendraran uno ele! otro eternamente, el mo- mito, lo hubiera indicado ele alguna manera. Ya que en ellas los caballos son
vimiento hablia cesado. Leyes X 895a presenta la hiptesis inversa: produ- todos buenos, se los podra aumentar inclefiniclamente. A favor ele posibilicla-
ciclo este estado ele indiferenciacin, el movimiento total se reiniciara a des de este tipo, que quitan valor simblico a los caballos ele los clioses, Hack-
partir del movimiento que se mueve a s mismo. forth, p. 76, Rowe, McGibbon ( 1964), p. 62 n. 2, De Vrics.
246a 246b
acerca de su naturaleza. Verdenius relaciona adecuadamente este uso uno excelente y de buena raza, y el otro, de raza y <de carcter>
no tcnico ele ida con physis en 245c2. La idea es la forma en que se ma opuestos. Una imposible traduccin literal de la fase ciara algo as como:
nifiesta la naturaleza (physis) del alma, y as los tlTlln os son prcticamen Uno bello (noble) y bueno y de contrarios y ele tales, el otro contrario. Los
248 249
estos caballos de los Doce en el gora, y Tucdides 6.54.6 informa que fue erigido por el jo-
genitores. Sin embargo, como componentes o fuerzas del alma,
. Posibl ement e por esto, Y supon iendo un neutro, ven Pisstrato, nieto del tirano. En Aristfanes, Caballeros 235, un personaje
jura por los doce dioses. Fuera de Atenas, Pndaro 01. X, 50 habla de su cul-
seran inmortales y sin padres
et form de tels lme nts , palabr a esta ltima tc-
Robin traduce beau, bon
la frase, como to en Olimpia, fundado por Heracles. En el friso este del Partenn aparecen re-
nica y poco platnica, que nos aleja del lenguaje del mito. Pero
y de malos en Arist fanes (Rana s 73 1 , Caball eros 337), presentados como Zeus, Hera, Poseidn, Demter, Apolo, Artemisa, Ares,
su opuesto malo
orth, Verde- Afrodita, Hermes, Atenea, Hefesto y Dinisos. Una lista transmitida a travs
debe haber sido un esteoreotipo, completamente bueno (Hackf
1 uthrie, no pda .ser _?miticlo en el Partenn, dada su vecinclacl, en el teatro al
o que tiene cuand o del acadmico Eucloxo pone a Hestia en lugar ele Dinisos. ste, como indica
nius, De Vries con numerosos ejemplos), y ste es el sentid
Y
recurre en 274a, referida a los dioses. Cfr. McGibbon ( 1964), P
1
61 n. 2.
r'ot
p1e de la Acropohs. En Leyes VIII 828b-d se asigna a las tribus doce dioses
. '
la
'-
. cwn, paren temen te a aunque el umco clws que s nombra, puesto en el ultimo mes, es Pluton.
. .
. /., 7-<:00 cl!oses estan 1dent ficados por Platon con mguna entidad cosmolgica, y
Hestu _ . est1 es la diosa del h gar (la ! tina Vesta). Ni ella ni los otros
versa del significado de los trminos, cfr. el comen tano.
los conte xtos. En 248b3 Pues hay muchas evoluciones dentro del cielo, visiones beatficas,
alas . Traducimos de acuerdo a
en e l . El impul so erti de regen er - que la raza de los dioses felices traza ... Dixodos, salida, pasaje, podra
plumas, pero no neces ariamente ?
(25 lb-d) como una regen erac10 n del pluma je ser rbita (LSJ II 2); epistrphetai (epistrphein) tiene, en primer lugar,
cin de las alas est descrito
echar las pluma s de los pollue los. Pero en ese la idea de volverse, girarse, dar la vuelta. Si lo que est presente es
o, mejor, como el proceso de
cin de imge nes (intro d., comen tario). una imagen astral (de lo que dudamos), en este ltimo caso podra referirse
pasaje hay una tcita sustitu
a la retrogradacin y el ir y venir ele los planetas tanto como al dibujo cir
cular de sus rbitas.
246e
ele guerra , el con- al hacer cada uno de ellos lo que le es propio. Es la frmula para de
su tronco alado. Hrma es cano, espec ialme nte
, que es aqu el finir la justicia en Rep. IV, 433a-b, 443b. Pero desarrollarla, como Rowe,
junto del carro y los caball os, o los caballos solam ente (LSJ)
hasta una comparacin entre la sociedad de estos dioses y la plis ele Rep
caso (Hackforth).
blica es excesivo. La frase es deliberadamente vaga y no nos informa sobre
1
las cosas que hay fuera dei cielo. Podran ser 1 as regwnes el e a
, fuen' Annke que determina la suerte de los dam
Geh'
tal ptenso -"'j
C.
[ambroswn
, , ne personificacin arcaica de
,
A3"
seguir a u n dios. El griego puede leerse como traducimos o b ten segmr a dikastria, tribunales .
249b
:
, 1
. _ lleg
n ele sorteo y e1 eccm
an al sorte o y a la eleccin de la segunda
1 a que qme rc. L a com b macw
(cfr. De Vnes y
, n se corresponele con e1
mejacla = Y asemeJarsele ) . Fue segmd o por vartos edttores . . ., vida y cada una elige
.
Moresch.mi, p. CCXXIII ele la ecl. Bucl). Pero el texto mismo descn'b'Ud
1
_,. e,1
. . mito de Er en Rep. X, 6 17cl-e : Palabra de la virge
volverse semejante a un clws (a un clws, entre . otros, no a Dws ) ' en 252e-253a. n Lqu esis, hiJ. a de la Ne-
cesiclad: alma s efmeras, ste es el comienzo, para
vuestro gnero mortal, de
:
tros escog eris un damon. Que el que resul te por
sorteo el primero elija un
modo de vida, al cual quedar necesariamente asoc
deficiencia funcional m<.s que maldad moral. En 247b3 tradUJim ke iado. En cuanto a la ex
celen cia, no tiene dueo, sino que cada uno tendr
como mala disposicin del caballo. Cfr. Hackforth, P 79 n. 1 , e 1- on mayor o meno r parte de
ella segn la honre o la desp recie ; la responsabilidad
( 1964), p. 56 n. l . es del que elige, el dios
no es respo nsab le (trad. Eggers Lan, BCG , modi
sin iniciarse en la contemplacin del ente. Atelezs, en forma I :np; : ficada).
A
_ . _ wnes
_ mtsteu _
fecta, no por completo, es tambin trmino de las tmcta 249c
.
_ menospteciaba. Literalmente, miraba
mas deben haber tenido algn atisbo ele los Entes, ele lo contrauo no poclnan desd e arrib a.
Por ello es just o que slo adquicm alas
encarnarse en forma humana. la men te del fils ofo. En apa
rente contradiccin con 248e 5-6, donde todas las
almas recuperan las alas al
cabo de diez mil aos; pero aqu se trata del ciclo
nel ao, Y a la sombra llanura de asfdelos que habitan las psykhaz, tmctgenes
, 1 .
iniciacin y perfecto/s, palabras de la nusma rmz Y famllm que telas, como neofitos Y como Imcmdo
, 1
. . .
s perfectos, mymen o te kai epopte on-
fin 0 finalidad, alcanzada la cual algo o alguien se vuelve perfecto. tes, dos particip ios, uno para quienes participan de la iniciacin (los que se
inician, los iniciado s) y el segundo para su grado superior, la visin final
249d o eppteia: inicindonos y culminando nuestra iniciaci n, como mystes
la mayora lo reprende. Es la situacin permanente del filsofo .ante hoi y poptes. Juntos indican una progresin como la de los dos momentos de
pollo, los ms, la mayora, trmino que usualmente tiene connotacio los ritos eleusinos.
nes sociales peyorativas, pero en Platn designa a quienes son completamen puros y sin la marca [asmantoi] de esto que ahora nos rodea y que
te ajenos a la filosofa. Un sentido semejante ya est eri Herclito (24B2, 17, llamamos cuerpo, al que estamos encadenados como la ostra (a su con
29, 1 04). La preparacin filosfica para la muerte en Fedn (64b, 65a) es ob cha). El prrafo retoma una conexin fontica recurrente en los dilogos, la
jeto ele la misma incomprensin y burlas. ele soma-serna, que Platn sistematiza en Cratilo 400b-c, atribuyendo a fuen
tes ms o menos esotricas dos (o tres) doctrinas: ( 1 ) la del cuerpo tumba del
249e alma, con la que se conecta ( l a) la del cuerpo como signo del alma. Serna es
el enamorado de los bellos (muchachos). El gemttvo plural ton seal; la tumba es el signo o marca que indica el sitio del entierro (Guthrie
kalOn (e3-4) puede ser masculino o neutro, y referirse a los hermosos mu 1966, tr. c. p. 1 59). Por su parte, el alma hace signos, significa (Platn
chachos o a las cosas bellas inteligibles . Aqu, a diferencia de 237d4-5, la usa el verbo correspondiente, semanein) por medio del cuerpo. Esta opinin
ambigi.ieclacl es deliberada (cfr. Brisson, trad. y n. 2 1 9). es atribuida a algunos. Por otro lado, se adjudica a los rficos la concep
cin (2) del cuerpo como prisin, relacionando artificialmente soma con si
250a zein, salvar o preservan> = guardan>. El pasaje es el nico en griego cl
quedan fuera ele s, ekplttontai, bajo el golpe de una impresin f ete sico donde se le adjudica este sentido. Desde Wilamowitz (Platon II,
e imprevista. Es la reaccin ele asombro admirado y temeroso ante la sublta Weidman, B erln, 1 9 19, p. 1 99) se distingue entre algunos y los rficos,
aparicin de lo sagrado que se describir en 254b-c. a quienes se atribuye respectivamente ( 1) y (2). Un segundo texto, Gorgias
493a-b, atribuye a Un sabio la relacin soma-serna (= tumba) junto con la
250b concepcin de que la vida es muerte y otras opiniones. La idea del cuerpo-pri
mediante instrumentos imprecisos. Con qu instrumentos, a tra- sin ha sido leda en otros pasajes en que no se la cita en fonna explcita, en
vs ele imgenes , contemplamos la Justicia y la Templanza? Se,guram n especial Fedn 62b, donde Scrates atribuye la doctrina ele que los hombres
te no los sentidos (como supone Brisson), con los que vemos u mmos cter estalllOS en una especie prisin (no se habla de soma) a lo que se dice en
tos actos o palabras, pero no su justicia; adems, enseguida se contras tar la los mistCliOS. Cfr. Doclds ( 1 95 1), pp. 1 69 s., n. 87; ( 1 959), pp. 296-299.
El pasaje presente es generalmente ledo en uno ele los dos sentidos '(1 )
,
claridad de la vista con esta imprecisin. Robn (p. XCVI n. 2) habta pro
puesto las leyes y costumbre s, instrumentos e imgenes a la .vez. Nos pa y (2), tumba o prisin. La comparacin con la ostra podra favorecer a
rece ms probable que se trate ele la inadecuacin de la capaCld cl humana este ltimo. Pero, considerando la fragilidad de todo el tejido, preferimos
ele razonamiento (Hackforth, p. 95). Las imgenes son las semeJ<Lnzas ele traducir el sentido primario del adjetivo asmantos, no marcado, sin mar
ineas antes, es decir, los actos humanos de justicia y templanza, ms que ca. La triparticin que conserva el alma desencarnada es una marca so
imgenes verbales u opiniones sobre las que se razona. mtica. El prrafo, que rompe en ms de un sentido la perspectiva general
.
los rasgos genricos de lo representado (en ellas). Tomamos ele Gil la del mito, la borra.
traduccin rasgos genricos para grws, gnero. Lo ms que puede ob
tenerse, mediante los instrumentos aplicados a las imgenes y seme 250d
.janzas sensibles de estas ideas, es una nocin general y provisoria. I-Iack con el ms claro de nuestros sentido s, brillando clarsima. .. La
vista
forth (p. 95) recuerda la que se obtiene ele la justicia en Repblica, despus el odo son los ms clmos de nuestros sentido s, pero igualmente clecep
ele largos y difciles razonamientos. tJvos, Fed. 65b. En Rep. 507c y ss. (texto del Sol), la vista es privilegiada
tras Zeus nosotms. Scrates se asume de antemano como filsofo Y se- con respecto al odo y dems sentidos. Las metforas visuales proporcionan
guidor ele Zeus (252e). En otros contextos, y en especial en Apologa Y Fedn, el vocabulario filosfico para teora (Antonopoulos en Rossetti [ecl.], 1 992,
se presenta como seguidor de Apolo. p. 233), y el texto del Sol inaugura la metfora metafsica de:la vista y
la
254 255
',#; -
,':,,
.
luz, que tendr una larga carrera. Aqu, la Belleza inteligible resplandece en proporcionadas a la vista. Esta teora se integra, con otros componentes, en
sus imgenes ante la vista sensible.
mino usual para la actitud de la parte activa en la relacin homosexual, que como picada del tbano. N. a 240d l .
avanza sobre la parte pasiva humillndola.
O O
1
' 252a
-ll
25la en su perplejidad se pone rabiosa, kai aporosa lytti.i. El verbo lysslin
.::..Jl
1 0
se eriza con escalotHos; escalofro: phrixe, phr.x. Puede ser una alusin (lytti.n) corresponde a Lyssa, la rabia, una ele las formas de la locura trgi-
al clebre poema ele Safo (PLF frg. 3 1 Lobel-Page), que Fortenbaugh ( 1966) no m () ca. Ljssa, que en Homero es el furor guerrero ele Aquiles y Hctor, se con
L vierte en la tragedia en locura rabiosa; con asociaciones caninas (Padel 1 995,
pp. 32-35).
recoge. Price ( 198 1 ) p. 25, lo ve como una comparacin inevitable.
1 "'"O o los dolores, odnon (ods), son propiamente los dolores del parto. Cfr.
como a la imagen de un dios. Tomo aglmati kai thei como una
hendade.
11 ?
anquete 206e l .
25lb
la emanacin de la belleza, toi kllous ten apporon. Menn 76c-cl 252b
atribuye a Empclocles la teora de efluvios o emanasiones (aporroa) que Los dioses y los hombres llaman a las cosas con distintas palabras. Cfr.
pueden penetrar en otros cuerpos a travs ele poros. Estos pueden ser pro Crat. 39Id y la imprescindible nota de West a Hesodo, Teog. 83 1 .
porcionados a los efluvios, ms estrechos o ms graneles. Sobre esta base,
Scrates define el color como Un tlujo ele figuras (aporroe skhemton) 1 Homridas. Pndaro, al comienz o de l a Nemea Il, dice que los homri-
das comienzan sus versos cosidos con un proemio dirigido a:zeus. En el
256 l 257
Helena de Iscrates (65), son los homridas los que relatan la aparicin de 253a
Helena a Homero, ordenndole cantar la guerra de Troya. Tambin Platn como las bacantes. Dinisos pone a disposicin de las bacantes fuentes
los menciona en Rep. 599e. El gegrafo Estrabn (I a.C.-d.C), 14.645 , da milagrosas ele agua, vino, leche y miel (Eurpides, Bacantes 704-7 1 1 ; cfr.
como importante testimonio en favor del nacimiento ele Homero en Quo s Platn, Ion 5 34a). Robn sospecha la prdida, en el texto, de una referencia
a los llamados Homridas, salidos ele entre la descendencia del poeta, y a D ionisos (pp. XCIX n. 2 y 48 n. 1), suposicin que no prosper en la cr
los relaciona con los que menciona Pndaro. Esto fue interpretado moderna tica pos terior. Sin embargo, tiene razn al sentir que la aproximacin de las
mente como una corporacin ele rapsodas o eruditos en Homero. M. L. West bacantes a Zeus es levemente incmoda.
( The Invention of Homer, CQ 49, 1 999, pp. 364-382) argumenta convin
centemente la hiptesis de una cooperacin profesional que atribuye su re 253b
pertorio a Homero, al cual logra incororar hacia finales del siglo Vl. Los seguidores de Zeus y Ares hacen pensar, en alguna medida, en los
de los que tienen en resetva, ton apothton. Segn Jules Labarde, dos primeros tipos ele regmenes polticos y de hombres ele Rep. VIII y en
L 'Homere de Platon, Lieja, 1949, pp. 378-383 (comentario de cita obligada las dos categoras de amantes que se mencionarn al final del discurso. El
sobre el terna, non vidi), los sentidos de ap6thetos podran ser: textos poco carcter real pero no filosfico de Hera nos remitira al gobernante ate
conocidos; ele carcter privado, o mantenidos ocult\ls, secretos. Aqu el sen nido a las leyes del Poltico y Leyes, y al segundo tipo ele vida de 248d-e,
tido nos parece el primero. pero las corr-espondencias con estos modos ele vida son vagas y dudosas.
muy incorrecto, hybristikim pny. Siempre ha sic! un misterio en qu No se dice que slo los filsofos, seguidores de Zeus, lograrn el amor
consiste la hybris del segundo verso. Ni el juego pseucloetimolgico (Ptros perfecto.
= ros + ptern, plumas, ala) ni la idea en s misma son atrevidos, ni (pese sin celos ni animosidad iliberal (aneleuthroi dysmena). Cfr. 239a-b
a la risa del joven y a Robn, pp. XCVIII s. n. 3) ridculos. Hay que ver en y 243c (eletheron rota, c8), pero tambin 247a y 248a.
esa hybris una falta formal, la incorrecin, posiblemente explicada por
y hybrstico y algo no del todo bien medido (De Vries, que cita Crat. 253c3
FQ
426b). Para las faltas mtricas, puede verse Robn l. c., o De Vries, con al- la realizacin (de su deseo). Aceptamos teleut, leccin defendida
(Q (con su pro y su contra) por Rowe, que tiene un apoyo casi unnime en la
gunas diferencias en la explicacin.
e. cop1
12., !
tradicin manuscrita, inverso a su apoyo editorial. Aqu se trata de una
252d corisumacin y un llevar a cabo distintos de lo que busca el amante de
para que llegue a ser (efectivamente) as. Es el imperativo fundamental
Lisias, 234a3 (el mismo verbo). La lectura alternativa, telet, iniciacin,
de la aret aristocrtica, llega a ser lo que eres. Su formulacin paradigmti- tendra que referirse a 250b, donde se trata de una iniciacin prenatal.
ca est en Pndaro, Ptica 2.72, gnoi ' holas essi mathon, aprendiendo, llega a
ser el que eres (aunque ya Wilamowitz dudaba de que Pndaro distinguiera en- 253d
tre gensthai y enai, ser y llegar a ser; cfr. R. W. B. Burton, Pindar's Pythian colocado en el mejor lugar. El derecho, donde el caballo debe esfor
Odes. Essays in lnterpretation, Oxford, Oxford University Press, 1962, p. 1 25). zarse ms (LSJ s. v. dexiseiros, para un tiro de cuatro caballos; de donde
Vigoroso, impetuoso).
252e compaero de la gloria de buena ley, alethines d6xes hetairas, de la
Los que seguan a Zeus [ ... ] los caracteres de Zeus. N. a 250b. El gloria autntica o verdadera. Dxa alethin podra traducirse tambin
adjetivo potico dfos, celestial, divino, se hace resonar como una refe como opinin verdadera, pero esto es ajeno al contexto. La gloria de bue
rencia a Zeus, y queda yuxtapuesto en el texto a Di6s, genitivo de Zes = na ley contrasta con la <actancia del caballo malo.
Dios dfon. Se ha supuesto que este juego deliberado alude a la amistad er
tico-poltica de Platn y Din de Siracusa (Carta VII). El prrafo, con su 253e
258 259
te discutidor. Verdenius considera la palabra casi seguramente una glosa
1 97 3 , pp. 69-70] . Tal vez, adems ele alusiones a los misterios, habra que
motivada por sus orejas peludas.
, . adivinar aqu otro eco de Safo?
la persona amada, erotikim mma. Omma es OJO, rostro o, c_o mo
aqu, forma de la persona, o bien, en giro perifrstico, la persona misma 254e
(LSJ s. v. IV; cfr. Verdenius ad loe.). . . . la cuerda de partida, hysplex. LSJ enumera como significados de
el amiga [...] produce en toda el alma. El texto, con el participiO en
la pa
labra algunos artilugios mecnicos y la cuerda de partida de la carrera al co
masculino, adjudica la accin de calentar al auriga, no al erotikn mma. En mienzo de la pista. Cfr. la discusin en Rowe, que opta por no traducirla. Si
25 l a-b, el que ve al hermoso y sufre las consecuencias es el amante de came se trata ele la cuerda, hay que imaginarse que el caballo impaciente se enca
y hueso. Aqu es el alma tripartita, y la parte racion.al es la inmedi tamente brita ante ella y debe ser contenido por el conductor. Al tirar ele las riendas,
afectada por la vista del amado y la que comunica a las otras la afeccin. Pue el conductor se echa hacia atrs. Pero aqu la violencia es mucho mayor que
de ser que el texto est alterado, pero ele cualquier modo nos recuerda que to la requerida en esa suposicin.
das las partes del alma son sensibles al deseo (Vlastos 1973, pp. 39 s unque
.
Jo entrega a los dolores. Frmula homrica, Od. XVII 567, !l. V
acepta una enmienda por la cual es el objeto el que produce la sensacwn).
.
397.
o:A 255a
_,..
tar sobre y montar seran una reminiscencia de Anacreonte, 88 D, 72 255b
Page (Fortenbaugh 1 966, cfr. 235b, 24 l a-c y nn.). En todo caso, es menos
"'()
llena de asombro, ekplettei, el mismo verbo ele 250a6. El ermen
rimenta la misma impresin profunda y desconcertante que el erasts, y
ilfjtc el mismo objeto -su propia belleza-, mitigada por ser ahora un reflejo
os ex-
clara que los anteriores ecos ele Safo.
254b
desaiTeglado, parnoma. Contrario al pudor y al respeto, pero no <<ile- Cuand o se compo rta as durante un tictnpo. El amante
o el amado ?
gal o contra las reglas . El sujeto podra ser cualquiera ele los dos.
y a que e l aptemio en que estn puestos n o cesa. Literalente, <ya
que no hay lmite para el mal. La frase es difcil ele interpretr, y etsenttclo 255c
parece ser que el caballo rebelde se mantiene firme en su atttucl; de modo deseo. Cfr. 25 l c6-7 y n.
ticlo en copero de los dioses, /l. 20.23 1-5. Su padre Tras es recompensado
que la resistencia de los otros a la larga termina por. ceder:. . Ganimedes, el mancebo raptado por Zeus en forma de guila
y conver-
por Zeus con caballos excepcionales, /l. 5.265- 7. Los juegos etimolgicos
.
blanco; b32-5 , en plural = los tres. En b52-c3 1, el s 1jeto pasa a ser la memo han llevado a relacionar este pasaje con Jenofonte, Banquete 8.30, con
ria del auriga, y en rigor es ella la que tira ele las nenclas. Y c32-4 vuelve al
su
Scrates empeado en espiritualizar los vnculos homosexuales. Median
dual, pero ahora = los dos caballos. te
. el injerto ele dos frases homricas, Jenofonte convierte el nombre ele
Gani
santo pedestal (en hagnoi bthroi, b7); lleno de veneraciOn (sephtheL
, ,
mccles en ele juicio gozoso , testimonio ele que fue llevado al Olimpo
sa, b8); de vergenza y espanto (thmbous, c4). Sbo (sebzein, sebzein,
no
por su cuerpo sino por sn alma; Zeus am al muchachito por sus sabios
samientos (!). J..,eyes I 636c-cl acusa a los cretenses de haberle cargad
pen
sbes-thai) y el sustantivo sbas indican la veneracin temerosa ante los
o el
dioses (Esquilo, Cof 645), el asombro admirado (Oc/. 3. 123, 4.75) o la ver mito a Zeus para justificar sus mores.
ai.ienza por al ao teido ele horror sagrado (!l. 1 8. 178). Hagns, santo (Od.
l l .259), de 1/dzesthai, experimentar temor reverente (!l. 1 .2 1 ). Thmbos es
el estupor paralizante que se experimenta ante una aparicin divina /l. 4.79,
.
la c01rien te de la belleza. Nuevamente los efluvio s, cfr. 251b
y n.
y al llegar y excitarla. Anaptersan (anapteroi'in), lit.
erizar las plu
mas. Robn adopta la enmie nda ele Heincl orf anaplersan, entier
8.77) o que atemoriza por motivos religiosos (!l. 24.482) o su caracter ex
ement
remplie. Pero anapteroi'in tiene el sentido figurado ele excita
r y tambi6n
cepcional (/l. 3.342). La reaccin del auriga, que literalmente cae ele espal excitar erticamente (Verde nius, con remisin a Herdoto
2. 1 15.4; LSJ
das ante la belleza del amado, no es exagerada. Cfr. W. Schadewalclt, s. v. I, 2). Toda la imagen del plumaj e que rebrota tiene
un segundo sentido
Sappho, Stichnote, Potsdam, 1 950 [ecl. cast.: Sajo, B uenos Aires, Eudcba, sexual bastante explci to.
260 261
255d
,.
; 1
,
0
co mo estaba en la poltica ateniense pese a no ser ciudadano, poda esperar
;.'1
una oftalma. Se crea que esta enfennedad se contagiaba slo con la mi-
Q ataques como el que refiere Fedro. Lisias, como su familia, estuvo siempre
rada. Las referencias son Porfirio De abstinentia I 28, Plutarco, Quom. adula-
tor 53c, Quaest. conv. 68 l d, pero no los escritores mdicos (De Vries).
r'0 prxi mo al partido democrtico, y tras la cada de los Treinta pretendi ob
zsse
' ""9
un contra-amor, antrota. Antros es la rivalidad en el amor (Rep.
'Al no los vayan a llamar sofistas. El joven Hipcrates, loco de entusias-
6
1
521 b5); el verbo puede indicar tambin la afeccin o el amor mutuos (Es-
.
quilo, Agammnon 544). Suele citarse a Pausanias, 6.23, 3, que menciona mo por Protgoras, se ruboriza cuando es llevado a admitir que, baj o su di-
un altar de Eros y Anteras en un gimnasio de lide, pero no 1 .30. .1 , con la reccin , podra convertirse'en sofista. Y, por los dioses, no te avergoza-
historia, mucho ms ilustrativa, de un altar de Eros en Atenas y otro de An- ras de presentarte ante ]os griegos como sofista?, pregunta Scrates sin
teros, en memoria de un amante que se arroj de una roca por orden de su ambages (Prot. 3 1 l a): Hatkforth sugiere que el prurito ante la escritura se
amado, el cual luego, arrepentido, tambin se suicid. All Anteras es un es- debera a que la mayora de las obras en prosa provenan de los sofistas.
pritu vengador, alstor. Pero basta pensar en 1a considerable produccin, en prosa y verso y de tinte
muy sofstico, de Critias, el gran aristcrata jefe de los Treinta. Fedro pien
256b sa slo en las p.jzas oratorias escritas. Scrates retorcer sofsticamente la
tres competencias. En la lucha, haba que derribar tres veces al adver palabra loggrafo, ignorando su sentido cmTiente y recurriendo al literal
sario, Esquilo, Eumnides 5 89, y Euthid. 277d, Rep. 583b. En 249a, los que (escritor de palabras o discursos) para llevar la conversacin hacia la
eligen la vida filosfica recuperan las alas al cabo de tres periodos de mil cuestin de la escritura en general, en prosa y verso.
aos. Aqu parece haber una inconsistencia, pues el texto habla como si las
recuperaran ya al cabo de una sola vida. 257d9-el
No te das cuenta, Fedro, de que "recodo encantador" viene del reco
257a do largo del Nilo. . Es el texto transmitido por todas las fuentes. De Vries re
..
la har rodar nueve millares de aos. Los nueve mil.aos completan, sume en tres largas pginas los intentos por descifrarlo, todos desesperados. Se
sin mayor exactitud, el ciclo de 1 0.000 de 248e, sin que estas almas se reen acepta que es una expresin proverbial, y la referencia al Nilo puede ser una
carnen. Por dnde circulan? Alrededor y debajo, yuxtapuestos, no glosa. Segn Hennias, se tratara ele un tramo en que la navegacin se vuelve
dan la impresin de mucha profundidad. Podran estar en los lugares de muy lenta (tal vez el que menciona Herd_ot9 2.99), y es llamado as por ant
castigo subterrneos de 249a, pero el plazo de la condena es muy severo. frasis. Las palabras del politico significaran lo contrario ele lo que aparentan.
por su vocabulario sobre todo. Eco burln de Fedro en 234c.
258b2 SS.
257b si el (discurso) se sostiene .. . Scrates mezcla dos modos de la com
.
discurso, discursos. Lisias es autor ele su propio discurso y auctor, petencia, el agn poltico y el agn teatral. La presentacin ele una propues
instigador de la discusin sobre eros, como Fedro lo es en Banquete l 77d ta a la Asamblea o el Consejo se funde con la presentacin de una obra en
(De Vries; padre de la discusin, Gil). El texto juega con los sentidos ele los concursos teatrales.
lgos, palabras , discurso y argumento.
258c
257c Licurgo y Soln son ejemplos obvios ele hombres de Estado inmortali
loggrafo [ . . . ] por amor al buen nombre (hypo philotimas). El siste zados por sus leyes. El persa Daro lo es menos, y suele citarse la Carta VII
ma judicial tico no contemplaba la posibilidad de abogados o representan 332b, donde se lo pone como ejemplo ele buen legislador y buen rey, en es
tes, y las partes mismas deban hablar ante el jurado, en el tiempo marcado pecial por la organizacin que dio a su imperio, elogiada tambin en Leyes
por el reloj de agua, la clepsiclra. El loggrafo produca discursos de forma III 695c-d.
profesional p<tra que los interesados los memorizaran. El oficio no gozaba su propio deseo. Es un deseo apasionado, epithyma .
ele gran consideracin social, e Iscrates trat de hacer olvidar sus comien-
262 263
258e
dra reflejar la importancia en el mito de las regiones celestiales, que me
dian entre la tierra y lo hiperuranio.
Los placeres corporales. Placer y dolor corporales estn atrapados en
el juego de los contrarios (Rep. IX 583c ss., Fedn 60b-c, Fil. 5 la ss.). Aris
tipo de Cirene, el socrtico hedonista, pondr la felicidad en los placeres 259c
corporales con movimiento, mientras que Epicuro se decidir ms ade ningn alimento. Rowe recuerda Aristteles, Historia de los animales
lante por el placer katastemtico, la ausencia de dolor. 53 2bl 0- 1 3 , donde se dice que las cigarras se alimentan ele roco mediante
una suerte ele lengua, y se pregunta si Platn podra haber odo esto en algn
lado. S: en el pseuclohesiqdico Escudo 395 se dice que las cigarras se ali
mentan de roco (erse). (De Vries lo da como una tradicin popular tarda,
258e
Los placeres del cuerpo son calificados por Fedro como serviles>. S
crates indica que el sueo los har semejantes a esclavos y le opone el a inferir ele Herrnias 2 1 6.4-5).
ocio dedicado a las ocupaciones liberales. La nocin antigua del ocio (skho
l, ele donde nuestra escuela) cubre las actividades -atletismo, poltica, cul 260a
Palabra que de ningn modo hay que dejar de lado. Es una cta
homiica (ll. 2.361). La analoga entre el Fedro y el contexto homrico po
tura- de los hombres libres, en especial de la lite. Se le opone el trabajo em
brutecedor del esclavo o del operario manual, el bnausos. El placer servil
por excelencia es el sueo embrutecido del agotamiento; aqu se convierte en dra ser muy amplia, K. Csai', A note on Plato, Phaedrus 260A5, Ivlnem.
(2000), pp. 449-450.
pereza, la anulacin ele la actividad pensante en la modorra y el sueo. 53
Tecrito, Virgilio Egloga 2. 1 3 . (Murley 1 940, pp. 283 s.) El adjetivo ligyrs
260c
aplicado a su canto es casi fonnulario. La seduccin vocal ele las sirenas '
Y acaso un amigo ridculo no es preferible a un enemigo hbil? La
bien conocida, procede ele la Odisea ( 1 2.39 ss.).
frase, nunca bien explicada y para la que se han propuesto distintas supre
siones, parece tener aproximadamente este sentido.
259b
el hombre capacitado en retrica, ho rhctorikos (anr), no rhtm:
el don. La casi sarcstica respuesta ele Scrates deja caer la pregunta de
la somhra de un asno. La frase proverbial aparece en Aristfanes; Avis
Fedro sin contestarla y no se dice cul es el don. En 262cl Scrates usa la
pas 1 9 1 . El significado parece ser algo ele importancia mnima, menos que
misma palabra (gras) cuando pone a las cigarras entre los posibles respon
nada. El Escoliasta, citado por Brisson, cuenta la historieta ele una disputa
sables ele su elocuencia.
judicial sobre si un asno haba sido alquilado para transporte o para aprove
259b
char su sombra al medioda.
Las Musas. La musa o musas ele Homero (sing., !l. 2.762, Od. 1 . 1 ,
que ignora lo bueno y lo malo [ ...] el estudio de las opiniones de la
24.62; plural /l. 1 .604, 2.484, etc., Od. 24.60; the, diosa, !l. 1 . 1 ) s e con
multitud. Cfr. Rep. 493a-cl.
vierten en las nueve musas que establece el proemio ele la Teogona ele He
260d
sodo, 77 ss. Terpscore es la que ama la danza. Erato preside la poesa l
yo no obligo a nadie ... El orador no necesita saber cmo son en reali
rica, cuyo contenido suele ser personal y ertico (Ferrari p. 30, !ove lyric;
clacl las cosas, ni conocer el contenido ele artes como la medicina y otras,
referido a la musa, en tofs erotikos no puede significar en las cosas ele
para imponerse a los especialistas y convencer a la multitud aun sobre esos
arnor en general). Urania (ourans, cielo) es la musa ele la astronoma, y
Calope, ele bella voz (ps), se asocia en general a la poesa pica. Como mismos temas tcnicos que ignora, dice Gorgias en Gorgias 459a-c. Pero la
mayor y ms importante ele las musas, Scrates le encarga la filosofa. Tam retrica y quienes la ensean no son responsables ele los abusos del cliscpu-
lo, como no lo son los maestros ele pugilato (456c-457c). Este argumento y
bin es significativo, en el contexto del Fedro, que Hesodo, por su parte, le
otros semejantes se reencuentran en Iscrates, Antdosis (XV) 25 1-2.
haya atribuido la elocuencia (Teog. 80 ss.). Urania, en segundo tnnino, po-
265
264
260e
.
\?,:c,v:;
1
26lc
los argumentos que se presentan. Los argumentos (lgoi) personifi - !1
Gorgias de Leontinos, en Sicilia. Las fuentes le atribuyen alrededor de
cados se presentan ante un tribunal. Cfr. Fed. 87a, 89b-c, 95ab (donde los ciento nueve aos de vida en perfecta salud (ca. 485/480-ca. 376). DL lo da
como discpulo de Empdocles, a quien habra asistido en operaciones m-
!.
argumentos de Simmias y Cebes reciben nombres de personajes mticos),
Rep. 388e2-3, 545a-b, 457c. La personificacin del lgos es constante en gicas. Encabez la delegacin enviada por su ciudad para pedir ayuda a la
1
!
el viej o Platn, por ejemplo. Tee t. 1 9 1 a, Fil. 5 1 c o Leyes -entre muchos pa- Asamblea ateniense contra las amenazas de Siracusa, y su elocuencia pro-
1
sajes- 652a. dujo una verdadera conmocin. Gracias a su capacidad de improvisar, se
protestando y afirmando, diamartyromnon. La diamartyra es la ofreci a responder a cualquier pregunta en el teatro. Produjo gandes dis-
accin obstructiva antepuesta a la i nvestigacin preliminar para impedir que cursos polticos de inspiracin panhelnica, como los que luego publicara
un caso llegue a juicio (LSJ). La voz media tiene el sentido ms general de Iscrates: el Discurso olmpico y la Oracin fnebre en Atenas (Filstrato,
testimoniar contra alguien. Vidas d e los sofistas, 1 . 1 , 1 .9 ss. = 82A 1 , 1 a, y otras fuentes). Fue el prime-
ro, que sepamos, en distinguir poesa y prosa (Helena 9), y su desarrollo
,('O .
una rutina ajena al arte. Cfr. Gorg . 463b, 500e-501 a y nuestro co-
.
como dice el espartano (ho Lkon). Podra tratarse de uh pro io OC
mentario. consciente de los recursos estilsticos maravill a sus contemporneos. Cla-
( sificados en las llamadas figuras gorgianas, a la posteridad le parecieron
;:;- O,.o.l
.. una extensin artificial del lenguaje potico (Diodoro Sculo 1 2.53. 1 ss. =
. '/"' N1/o.V.
pero seguramente es un rasgo irnico de Platn.
A4, cfr. Aristteles Ret. III 1 4 14a24). Nos quedan dos amplios resmenes
, .-<1
. ., 'f"4.. ser (Sexto Emprico adv. math. 7 .65 ss. = B 3 , y el pseudoaristotlico De
261a de su obra filosfica principal, el Acerca de la naturaleza o Acerca del no
l
De hermosos hijos, kallipalda. La palabra alude a Fedro como padre
ele discursos. Cfr. 242a-b, Simp. 1 77a, y aqu 257b, que atribuye la paterni ( Melisso Xenophane Gorgia, Untersteiner 3bis) y dos discursos, el Elogio de
dad ele los primeros discursos a Lisias. Es la explicacin de Plutarco, Quaest. Helena y la Defensa de Palamedes. La historia moderna de la filosofa lo ha
Plat. l OO l a, y Hermias, 223, 1 8, como alternativa a lindo muchacho. Esta incluido entre los sofistas, cosa que Platn no hizo. En Gorgias 449a se de
ltima no ha sido en general tenida en cuenta, aunque tiene defensores ac fine como rtor, y en 520a Scrates, en su presencia, menciona (y compar
tuales (Asmis 1 986, pp. 1 65 s., n. 1 5). te) el desprecio de Calicles por los sofistas. Pero cobra por sus lecciones un
psycagoga. El verbo coiTesponcliente tiene, en primer lugar, un sentido precio altsimo: cien minas (Diod. Sc. 1 2.53.2 = A4). Eveno cobraba cinco
(Apologa 20b9), precio que a Scrates le parece moderado, aunque era el
mgico, evocar las almas de los muertos, como Scrates en Aristfanes,
Aves 1 555. Iscrates lo usa para los efectos ele la oratoria, A Nicocles II 49, valor de un muy buen esclavo (Burnet ad loe.).
Y en especial de ritmo y metro, Evgoras 1 0. Platn, Tim. 7 l a, para la parte
Trasmaco de Calcedonia, en B itinia, que vive en la segunda mitad del
inferior del alma conducida por la superior, y dos veces en Leyes 909b, para siglo v, es el vvido protagonista del primer libro de la Repblica, que con
engaar a los vivos invocando a los muertos. Cfr. Asmis ( 1986), que toma la tanta energa defiende la equiparacin ele la justicia al gobierno del ms
psycagoga como tema conductor del dilogo. fuerte. Slo se nos ha preservado un fragmento de sus discursos en Dionisib
de Halicarnaso, Demstenes 3. Sobre su estilo puede verse Kennecly ( 1 963),
26lb pp. 67-70. El Fedro lo nombra aqu, en 266c3 y en especial 267c, donde se
Nstor, Odiseo, Palamedes. La capacidad oratoria de Nstor est men da alguna informacin sobre su estilo y sus capacidades, atribuyndole el
tada en Il. 1 .247-9; la ele Ocliseo, en 3.21 6-223. Palamedes es el hroe de la manejo de los sentimientos. Por ello se lo ha reconocido en el sofista que en
inventiva tcnica. Entre otras cosas, inventa o perfecciona el alfabeto, y el Rep. 493a-b estudia las reacciones ele la multitud y aprende a enfurecerla y
Teuth del prximo mito sobre la escritura es su paralelo. Pese a su ingenio, a calmarla (Wilcox 1 942, pp. 1 39 s.). Aristteles, Re}: Sof 1 83b32, lo pone
Ocliseo logra hacerlo condenar a muerte bajo falsa acusacin de traicin. El despus de Tisias en la sucesin ele los que han ampliado el arte, y en Ret.
segundo gran discurso que conservamos de Gorgias es una Defensa de Pa 1404a1 4 le atribuye haberse ocupado del modo ele pronunciar el discurso
lamedes (82B 1 1 a). Aunque relacionado con la guerra troyana, Homero no en los lioi, que podra traducirse como Modos de mover a compasin
lo menciona, y es una figura extraa a la pica. E. D . Phillips, A Sugges (Tovar); cfr. Quintiliano 3.3.4.
tion about Palamecles, Am. Jour. Phi!. 78 ( 1 957), pp. 267-278, hace la inte Teodoro ele Bizancio, mencionado tambin en 266e6. Adems ele est
resante conjetura ele un origen minoico o micnico. pasaje, slo tenemos sobre su produccin unas cinco menciones rpidas en
la Retrica de Aristteles.
267
266
261d no est para nada claro que en 258e ss. las cigarras hayan sido apropiadas
el Palamedes de Elea. Pese a alguna opinin divergente (Fiedlander para la causa de la filosofa.
Platon III2 2 1 5 s., que lo identific con Parmnides), no hay dudas de
que se trata de Zenn. Platn lo presenta en el Parmnides como discpu 263c
lo de Parmnides, cuya defensa sera el objetivo no declarado de su obra, algo importante, kalon. . . efdos. Efclos ha sido sospechado (cfi-. Gil
pero esto puede ser en buena medida una construccin platnica {N. L. 1 956, pp. 320 ss., De Vries). Traducimos en forma aproximada la interpre
Cordero, Zenn de Elea, en Los filsofos presocrticos II, Madrid, tacin ele Ritter, seguido por I-Iackforth, kalon efdos = kaln ti prligma.
Greclos, B CG, 1 979, pp. 1 7-22). Sus clebres paradojas nos llegan como
esqueletos carentes ele contexto, pero es seguro que estaban estructuradas 263e
como verdaderas antilogas que argumentaban la tesis y la anttesis La competencia oratoria se atribuye aqu a las ninfas y -novedad- a Pan,
(Parm. 1 27e). al que Scrates dirigir la plegaria final. Durante el primer discurso, Scrates
elijo estar a punto ele ser raptado por las ninfas, 238cl, 242a. Ahora da esa po
261e s esin como acontecida.
habra una sola tcnica. La palabra que venimos traduciendo como
arte es, por supuesto, tkhne. En general, una tkhne es el elemento ra 264.
. ,
cional ele cualquier prctica o activiclacl, que puede formularse como un __
:ta frase inicial del discurso supone al muchacho ya completamente en-
conjunto ele conocimientos y reglas y ser transmitida por la enseanza. Sus terado ele las intenciones del orador y ele su condicin de no-amante, que el
posibles traducciones, arte o tcnica, no coinciden con su campo se cuerpo del discurso pasa a justificar. La propuesta ele consumar la relacin
mntico. Usamos una u otra de acuerdo al contexto. Arte oratoria = he debera hacerse cuando el muchacho estuviera ya convencido de sus venta
ton lgon tkhne (260cl, etc.); retrica, arte retrica = he rhetorike jas. La rplica ele Fedro, b 1 -2, se puede leer, como sugiere Rowe, como un
tkhne (269b, 261a, etc.). La primera expresin es propia del siglo v, la se juego ele palabras ele doble sentido.
gunda es posterior (Cfr. el comentario).
264a
262c cabeza querida. N. a 234cl.
dos discursos que ofrecen un ejemplo. . . Un momento antes se ha ha
blado de tres discursos, el ele Lisias y los que pronunciamos nosotros 264b
(262c5-7). Ahora (cl O-cll ) se trata de dos discursos, cuyo autor o autores logogrfica. La palabra est inventada ad hoc por Platn.
extravan a los oyentes porque Conocen la verdad ele su tema. Scrates
atribuye estas cualidades a su(s) cliscurso(s) gracias a una inspiracin exte 264d
rior. De inmediato se pasa a analizar el discurso de Lisias. I-Iackforth (pp. Otras fuentes, de las varias que nos transmiten el epigrama, le aa
1 25 s. n. 1 , p. 1 30) y De Vries entienden que los dos discursos son el ele den versos y lo atribuyen a Homero o al sabio arcaico Clebulo ele Lindo.
Lisias, por un lado, y los dos de Scrates, tomados en conjunto, por otro. Pueden verse las notas ele Gil y De Vres.
Contra, R. Kent Sprague ( 1 978), y ya E. Bourguet (resea ele la ecl. Robn),
Rev. t. Grec. 48 ( 1 935), pp. 1 93-1 95. Dos lneas despus de mencionar el 265b
de Lisias y los que pronunciamos nosotros, convertir los tres discursos en Las Musas han sido las nicas divinidades nombradas anteriormente
dos sera muy forzado. El de Lisias no queda desechado hasta 264e, y luego (245 a l ) en relacin a una de las formas ele mana. En 244a-b, adems del
los discursos que se toman como ejemplos del mtodo de reunin y divisin apolneo Delfos, se menciona a Doclona, orculo de Zeus, y a la Sibila. Di
son los dos ele Scrates. Para confundir an ms, el texto se refiere a los dis nisos no ha sido recordado ni directa ni indirectamente. El alma es puesta
cursos en singular (263cl3, 265c5, d7), dual (262dl ) o plural (264e7). en delirio bquico (ekbakkhesa, 245a) por la inspiracin potica, pero el
sentido de la palabra es muy general. Las dos clasificaciones ele la mana
262d responden a objetivos y criterios distintos. La primera, destinada a mostrar
nos hayan insuflado este don. Es la elocuencia el don (gras) que las que la locura divina procura bienes, enumera los distintos terrenos en que
cigarras ofrecen a los hombres, anunciado en 259b l ? Pace Rowe (p. 198), opera y los beneficios que aporta al hombre. La segunda clasificacn remi-
268 269
te al dios que enva cada una de sus formas y le da su significacin peculiar presin las conocemos por este catlogo. Aristteles las considera ridcu
(Padel 1995, pp. 1 09 ss.). las en Ret. III 1414a37-bl 2, donde admite como divisiones necesarias
slo la exposicin (prthesis) y .l a argumentacin (pstis), aunque concede
265c una divisin en proemio, exposicin, argumentacin y eplogo, que se vol
mencionamos casualmente dos clases (de procedimientos). Efdos vi clsica. Cfr. Solmsen ( 1 94 1 ) .
nuevamente indica un colectivo indefinido, cfr. 237d6.
Las menciones causales , o aplicaciones, d e ambos procedimientos de- 267a
ben de ser 237d ss., reunin y definicin en el primer discurso, y 244a ss., di- Eveno de Paros. En general, se admite que el sofista y el poeta de ese
visin de la locura en especies en el segundo. nombre son la misma persona. Las menciones de Platn lo muestran como
265d hombre ele mltiples aspectos. Aqu es presentado como orador y en Fedn
captar su funcin en vista de su uso tcnico. Se trata de convertir un 60d (6l c) como poeta; Aristteles cita un pentmetro suyo en Met.
regalo del azar (ek tjkhes) en una adquisicin tcnica. La interpretacin ms 1015a29, Ret. 1 370al 0, t. Eud. 1223a3 1 , y tenemos algunos otros frag-
difundida toma tkhnei como dativo modal, captar su funcin de un modo mentas de sus elegas. En Ap. 20b-c, Calias, el rico mecenas de los sofistas,
tcnico. Seguimos a Luis Gil, cuya significacin para el arte retrica no da su nombre cuando Scrates le pregunta quin es el experto en la aret
sera desagradable captar, si se pudiera. humana y poltica a quien encomendara la educacin de sus hijos.
al definir cada una, hkaston, neutro singular, cada una o cada cosa. Tisias. Segn la tradicin antigua, habra sido, con su maestro Crax, el
iniciador de la retrica en Siracusa, a fines del siglo v (Aristteles, Ref Sof
que reduce la multiplicidad a la unidad. Pero ese resultado equivale a l(Qtlea C,':op
El sentido es el que indica Robn, p. 72 n. 1 : se detine cada resultado del
.
'
IsoCIates, Panegrico 8, presenta am-
265e .
mgeiros tiene tres sentidos: carnicero, cocinero (con frecuencia reuni ya tratados por otros. La Vida de los diez oradores 36 del Pseudo-Plutarco
dos en la misma persona, LSJ) y sacrificador (Eutidemo 301cd, cfr. Pol. le atribuye hacer grande lo pequeo y pequeo lo grande como definicin
287c, etc.). de la retrica. Es ms propia de Iscrates que de Gorgias, Solmsen ( 1941 ),
p. 1 86.
266b
sigo Sus huellas, como las de un dios. Platn adapta un hemistiquio 267b
de Hornero (Od. 2.406, etctera). cmo hablar concisamente o bien con una extensin indefinida.
Gorgias se lo atribuye a s mismo en Gorg. 449bc, y Scrates a Protgoras
en Prot. 334e-335c.
Prdico ele Ceos participa en la gran reunin ele sofistas del Protgoras
266c
al procedimiento [efdos] ste ... Nuevamente edos en un sentido vago,
como en 265c, cfr. la n. platnico (3 15d) y aparece corno experto en lingstica y en sinonimia (337a-c,
340a, 34l c y otros pasajes platnicos). En 34l a y en otros lugares, Scrates lo
266<1 llama su maestro y le enva los discpulos que l no quiere recibir. Se le atribu
podra [... ] ser aprovechable para la tcnica'? Es el mismo giro que en yen unas Estaciones (Horai), de las que procede el clebre aplogo de <d-Iera
1 65d1, cfr. la nota (pero Gil aqu traduce si se adquiriera [ ... ] por tcnica). eles en la encrucijada (Jenofonte Mem. 2. 1.21-34).
llipias de Elis. Es protagonista de dos dilogos de Platn (la autenticidad
266d SS. del Mayor sigue en discusin) y est presente tambin en el Protgoras, donde
El proemio, al comienzo ele esta lista, y la recapitulacin, que la cierra introduce la clebre oposicin ente nmos y phjsis (337c-338b). Fedro est
en 267e, que corresponden al comienzo y al final del discurso, tienen un lu entre sus oyentes (3 15c). Es un enciclopedista, que pretende saberlo y ense
gar lgico. El proemio es una seccin conspicua y comprometida. Es proba arlo todo. Platn lo presenta con rasgos suavemente caricaturizados.
ble que haya sido establecido desde temprano y que hubiera colecciones de Polo de Agrigento, discpulo ele Gorgias y uno de los interlocutores de
ejemplos de proemios. Las dems divisiones, subdivisiones y modos de ex- Scrates en el dilogo homnimo. Polo considera que la retrica es una
270 27 1
tkhne porque se origina en la experiencia ( empeira), opuesta a tjklze, lo 269b
que se logra por azar. La frase (Gorg. 448c) es una pomposa parrafada, imi por no conocer la dialctica. Literalmente por no saber dialogar,
tacin evidente de su estilo, tal vez de los escritos que Scrates dice haber dialgesthai.
ledo y que utiliza para refutar la tesis (462b). La Suda le atribuye un perf
lxen, Sobre las expresiones. 269d
los exquisitos modos de expresin de Polo . Se han ledo en el prra
.. dotado por naturaleza [. .] ciencia y ejercitacin. Este pas(\je e Iscrates
.
fo hasta tres ttulos de libros (Robin, Hackforth, siguiendo a autores ante Contra los sofistas 14- 1 8 , paralelos en varios sentidos, tienen como ncleo la
riores, y ms recientemente B risson): Museos de discursos, Vocabulario Li triada talento, estudio y teora (physis, melte, epistme), que heredan ele un
cimniano, La belleza del lenguaje (trad. M. Arauj a). Seguimos a Gil ( 1958), debate anterior. El estudio clsico es Shorey (1909), cfr. pp. 193-195.
p. 221 , y De Vries (para muse!a lgn, Aristfanes Ranas 93, Eurpides He 270a
lena 1 74, 1 1 08). charlatanera y especulaciones elevadas. Meteorologa es el estudio
ele til metra, todo lo que est entre las regiones del cielo y la tierra, y
267c equivale a la suma de la astronoma y de nuestra meteorologa. Los astros
Licimnio de Quos. Aristteles lo menciona como poeta en Ret. III 1 2, y los fenmenos atmosfricos estaban asociados a los dioses y lo divino, y
268c 270b
escuch algo de un libro. La cultura antigua tena los libros como ob el mismo carcter que la medicina. El respeto platnico por la medi
jetos de escucha. Lo normal era que alguien (en tiempos romanos un escla cina como tkhne est testimoniado en el Gorgias. Cfr. Schuhl (1 960).
vo instruido, el anagnostes, corno puede verse, por ejemplo, en Cicern) le
yera el libro en voz alta para un grupo. 270c
la naturaleza del todo. La discusin sobre el sentido que tendra para
269a Hipcrates lo que el pasaje le adj udica viene desde la Antigedad. Todo
Adrasto. Tirteo 12.8W 9D, la lengua ele voz ele miel ele Adrasto. puede ser el universo o el hombre como totalidad. No tenemos ningn trata
Aclrasto es el rey ele Argos que conduce los Siete contra Tebas, y es una do hipocrtico que reponcla por completo a ninguno ele los dos sentidos. Se
suerte ele Nstor del ciclo tebano. Aqu podra ser un paralelo heroico de Pe han sealado Sobre la medicina antigua 20, que propone el camino inverso
rieles, como Nstor y Ocliseo en 261 bcl. al Fedro (ir ele la medicina al conocimiento ele la naturaleza), y Aguas, aires
y lugares 2, que se limita al conocimiento del clima ele un lugar ciado. Cfr.
272 273
Kucharski ( 1 939), Joly ( 1 96 1 ) y Platon, Phedre et Hippocrate: vingt ans son atribuidos a Crax por Aristteles, Ret. II 1 402a17-20 (cfr. Hincks
apres, Formes de pense dans la Collection Hippocratique. Acles du IV' 1 940, 63-65).
Colloque International lzippocratique, Lausana, 2 1 -26 de septiembre 1 98 1
(cit. en Brisson, n . 397, non vidi). En cuanto al sentido que l e d a aqu Pla 273c
tn, la referencia a Anaxgoras podra apoyar el cosmolgico. Sin embargo, quienquiera que haya sido y como le guste ser llamado. Adaptacin
en las lneas siguientes (270c-d) es el alma misma la que es tomada como de una frmula ritual de las plegarias (De Vries). Hermias ve aqu una alu
un todo a analizar. En 270dl , el procedimiento se aplica a la naturaleza de sin al supuesto maestro de Tisias, Crax (el cuervo).
lo que sea. El nous de Anaxgoras no es, por supuesto, el alma, pero son
nociones de algn modo relacionadas. 273e8-274al
El hombre como posesin de los dioses, sus amos, aparece en Fedn
271a 62b, 63a, e, 69e, Critias 1 09b, Leyes V 726a, X 902c, 906a. En Fedn 85b
si es algo homogneo o anlogo a la conformacin del cuerpo y com los cisnes son compaeros de esclavitud, homodoloi, ele Scrates, al ser
plejo (polyeids). El mtodo enunciado en general, se aplica ahora al alma: vicio ele Apolo. Fedro 265c2 no tiene alcance teolgico.
ver si algo es simple o complejo, es decir, si tiene distintos aspectos (ede). La
expresin es muy general. La precedente comparacin con el cuerpo hace 274a
pensar en un alma con partes, aproximadamente como los miembros del cuer el hombre juicioso. Nous aqu no indica una funcin intelectual sino el
Rowe remite a 253c8, pero all ide no se refiere a las partes del alma ]1
po, y estaramos entonces cerca de las partes del alma tripartita del mito. conjunto de la inteligencia y el carcter.
COp
e ADoRA
al aspecto de auriga o caballos que ellas reciben en la imagen. 274b
J P,
al pronunciarlos o al tratar de ellos. El giro prtti5n e lgon sugiere la
A
1
271c - prctica de la oratoria y algn tipo de teora acerca de ella, aunque la reu-
que t conoces. Literalmente de quienes has odo hablar, que tambin ' . nin de ambos verbos puede ser una frase hecha (cfr. LSJ s . v. prss6, II 5).
podra leerse como a quienes has odo hablar en persona. Esto es menos pro- En 277d se alude a pronunciar y escribir discursos como to lgous lgein te
bable en el caso de autores de manuales, y Fedro es hombre de cultura literaria. kai graplzefn.
exponerlo directamente = decir las palabras mismas (autd. . . td rh
mata eipefn). Scrates no va a presentar un discurso modelo ya listo (Robin, 274c
p. XLVIII n. 1 , Hackforth p. 1 48 n. 2), pero tampoco la teora ya formulada, Naucratis. Es la ciudad que el faran Amasis concedi a los griegos, en
sino las condiciones que debe cumplir una exposicin tcnica de la oratoria. el Delta (Herdoto, 2.17 8-9).
Teuth . Es Thot, el Hermes egipcio, y aqu contrafigura de Palamedes, ,
272b varios de cuyos inventos comparte, entre ellos las letras (Gorgias, Palame
gana el que no se lo cree. Parece un coloquialismo (D. Tarrant, Col des 30).
loquialisms, Semi-Proverbs, and Word-Play in Plato, Class. Qu. 40 [ 1 946], adems del juego de damas y los dados, petteas te kai kybeas. Pla
p. 1 14, pero De Vries lo pone en duda). tn alude ms de una vez a estos juegos con seriedad. No sabemos a cien
cia cierta en qu consistan, pero los contextos hacen pensar en juegos ba
272c sados en el clculo y la estrategia, es decir, algo ms cercano a las clamas o
uno largo y spem [ ... ] otro corto y llano. El p<'rrafo recuerda Rep. el ajedrez que a los juegos de azar. Cfr. Dodds, Gorgias 450d6, pasaje don
504b, donde el camino ms difcil pasa por el conocimiento acabado de la de la petteutik aparece en conexin con la arithmetik y la logistik. Po!.
dialctica, ms que lean, llano ele Hesodo, Trabajos 288, que Platn cita 292e los usa como referencia para aquellos conocimientos que, como la
en Rep. 364d. poltica, no estn al alcance de todo el mundo. Hay que practicarlos desde
la niez, Rep. 292e.
273b-c las letras. En Fil. 1 8b-cl, Teuth descubre, distingue y clasifica las voca
si un hombre dbil... Es el ejemplo clsico del argumento por probabi les, semivocales y consonantes y su interdependencia, fundando una ciencia
lidad (eiks). La doctrina y el argumento, puesto en trminos ms generales, que llama grammatike tkhne. En la tradicin griega, Prometeo, dios-hroe
274 275
cultural por excelencia (Esquilo, Prometeo encadenado, 436-47 1), incluye 276b
entre sus dones los nmeros (459) y la combinacin ele las letras, memoria jardines de Adonis . Peque os recipie ntes donde se sembra
ban, en
de todas las cosas (460-461 ). las fiestas en honor de este j oven amante de Afrodita, semilla s que ger
minaban y moran rpidam ente, como la vida del mismo Adonis . Tecri
274d to XV, 1 1 3 .
Ammn. Ammn, el dios de la ciudad de 1ebas, representado como un utilizara l a tcnica agdcola. La idea de la paide a como
agricultura
carnero y promovido al primer puesto cuando las dinastas tebanas se impo tiene races sofsticas, ligadas al debate sobre la posibilidad de educar la
nen al comienzo del Imperio Medio. Identificado con Re, se convierte en physis. Cfr. Jaeger Paid. 285 s., Shorey ( 1 909) p. 1 90, que cita
Antifonte fr.
dios solar, el gran dios egipcio cuyo culto se centra en el templo de Karnak. 1 34 BL, Eurides Hcuba 592 ss.
Los griegos lo identificaron con Zeus (Pndaro Pt. IV, 1 6; Herdoto 2.42,
4. 1 8 1 ). Su orculo (275c8) en el desierto ele Libia era consultado tambin 276c
por otros pueblos (Herdoto 1 .46, 2. 1 8 , 54, 3.25; n. a 244a-b). las escriba en el agua, o en tinta. Literalmente, en agua
negra 0
y cuyo dios es Ammn. El texto, tal como est, temlna identificando a en lquido negro . Escribir en el agua es una frase hecha.
Thamus con Ammn (275c7-8). Exista el nombre Thamus (al menos en
edad imperial, Gil 1 958, p. 2 1 6 n. 2), pero no un dios as llamado. SCgn 276d
Herdoto (2.2. 1 9-20), Los egipcios llaman Amous a Zeus, y Thamos po llega la olvidadiza veje: Podra ser una cita potica .
dra ser una corrupcin o variante (De Vries). Postgate ( 1 90 1 ) enmend ka! las otras que acomp aan a sta. Literalmente, y las dems herman
as
ton theon mmona en ka! ton Thamoun mmona (Y Thamus es Ammn ), de stas. Son todos los placeres que acompaan la bebida en los symposia,
que fue aceptado por Hackforth y De Vries. Flix Schweiler, Zum plato como los espectculos de msica y baile y, sobre todo, los placeres del sexo.
nischen Phaidros, Hermes ( 1 955), p. 1 20, propuso kai ton < Thamon>
-n
theon mmona (Y <Thamus> es el dios Ammn ; Verdenius). Gil ( 1 958, 276c
pp. 2 1 5-21 9) considera esto una sugestiva hiptesis evemerista, pero impro
bable porsu rebuscamiento y por introducir un juego etimolgico gratuito, () 0 !a justicia y las otras cosas de que hablas. El sujeto de las ltimas
rplicas de Scrates es el que posee las ciencias ele lo justo, Jo bello y
tres
(1
lo
:.. que conoce , Y no a las que Scrates trata habitualmente. Este ltimo sentido
y acepta la correccin ele Postgate, suponiendo que la leccin ele los mss. se t\\ bueno mencio nado en 276c3. Fedro tambin se refiere a l y a las
O O remite a Repblica.
o . ...
275b
a una encina o a una piedra. La encina (drys) y la piedra estn asociadas
en distintos giros (!l. 1 0. 1 26-7, Ocl. 19. 162-66; Platn, Ap. 34d, Rep. 544d), );;> 277a
cuyo significado puede establecerse por el contexto, como aqu, y en otros casos esta (semilla) inmortal. Literalmente esto inmortal , neutro
muy am
-el ms discutido, Hesodo, Teog. 35- es incierto. Cfr. el extenso comentario de plio, que podra referirse a los lgoi, no slo a sus semill as, o a los
sabe
West; la bibliografa sobre la cuestin es numerosa. O'Brylm, Shawn, A New res de lo bello, lo justo y lo bueno.
Interpretation of Hesiod, "Theogony" 35, Hennes 1 24 ( 1996), pp. 1 3 1 - 1 39, da
a la frase un origen oracular y lo conecta con prcticas adivinatorias del Prxi 277c
mo Oriente que influyen en Dodona y Delfos. Ya Robn, p. 89 n. 1 , haba suge alma abigarrada [ . ] discursos abigarmdos. En 257b5 se
. .
menciona
rido la relacin con los orculos, pero atribuyndola a Platn. el modo simple ele vida en estrecha conexin con el lenguaj e de la
filoso
fa. El acljetivo poiklos se aplic a as cualida des de estilo en las que
_ Lisias
275d es m uperable (236b7 -8). Rep. VIII lo aplica repetidas veces al variado
y
pintura. La palabra para pintura, zographa, contiene la doble alu colond o estado democrtico (557c, 558c) y al hombre democrtico
(56le)
sin a la escritura, graph, y al ser vivo, zoion. El lgos ya ha sido compa y sus placeres (559d).
rado a un ser vivo (264c). Y en todos los modos . Para el sentido de panarm
nios, en todos Jos
con los escritos. Lgoi, pero se trata de los lgoi gegrammnoi ele d i . modos musical es, cfr. Rep. 399d-e, 404cl-e.
276 277
277e
que establece leyes y escribe as un tratado poltico (y 278.c, los que
hayan escrito obras polticas bajo el nombre de leyes). En Pol. 304a, la
rhetorea ayuda a la ciencia real a persuadir acerca de lo justo. El prem
bulo que Leyes antepone a cada ley, es el equivalente del proemio en la ora
toria, y sin su persuasin la ley resulta tirnica y semejante al modo d tratar
a los esclavos (IV 722e-723a). Cfr. North ( 1 99 1), p. 2 1 1 y remisiones, Mo
rrow ( 1 953) y Plato 's Cretan City, Princeton, Princeton University Press,
1 960, pp. 552-560.
despiertos o dormidos. Es decir, en cualquier circunstancia.
278b
dignas de ello (<segn su vala, Gil). Es el alma adecuada ele 276e6.
la fuente y santuario de las ninfas. Cfr. 230b. -:- CoMENTARio
volvindolas de arriba abajo durante largo tiempo. Es exactamente
lo que Dionisia ele Halicarnaso atribuye a Platn, a cuya muerte se encontr
J.
que estaba trabajando en distintas correcciones ele la primera frase ele la Re
pblica (De comp. verb. 25.206-21 8).
I
tenga escuela ele retiica3. El maestro produce una pwza que pro-
tirse en loggrafo. El inters de Scrates por su presencia en la ciudad hace pen
sar en un pequeo acontencimiento ms que en un rutinario viaje privado, y el
<<banquete de discursos no sera parte de cursos regulares sino algo relativamen
te excepcional. Lisias no tiene escuela en el sentido de Iscratcs.
,
1 Ferrari ( 1 987), pp. 2 s.
2 Griswold ( 1 986), p . 1 7.
4 Robn, pp. XXVII s.
3 Cicern,
. 5 En tren de suposiciones, podemos suponer que el loggrafo incluira algu
280 28 1
crito, adelantando as la compleja relacin de oralidad y escrih1ra T Desde siempre se ha notado que el entorno rural es nico en el
que, con respecto a la Verdadera retrica, terminar tambin por
invertirse. Valdra la pena no descontextualizar el tema de la escli
tura ni absolutizarlo apresuradamente, y no perder de vista a su res
pecto que aqu se trata, en plimer lugar, no de la escrirura en . gene 1
1 corpus platnico. Scrates no sale de la ciudad porque el c ampo y
los rboles no le ensean nada y los hombres s. Esta frase, los
hombres en las ciudades (230cl), se ha puesto brillantemente al
servicio ele la construccin ele Scrates. Una larga tradicin, que
1
1
ral sino de un tipo de produccin pedaggica y retrica. desde la Antigedad llega hasta nuestros textos ms o menos esco
El tema ertico, dentro de la arquitectura del dilogo, est en lares, le adj udica el haber bajado la filosofa del cielo a la tierra.
funcin del tratamiento ele la retrica. Aun la parodia del coqueteo
amoroso que representarn Scrates y Fedro, con la fraseologa 1 Digenes Laercio, 2.2 1 , lo hace citar a Homero, Od. IV 392: (po
drs conocer) lo que te ha sucedido ele bueno y ele malo en las ca
adecuada y con las alternativas de mostrarse difcil y squivo o de 1 sas. La formulacin cannica la tenemos en Cicern: Scrates
una amable extorsin, girar en torno a los discursos. Estos son los 1 fue el plimero que hizo bajar la filosofa del cielo y la estableci en
encantos con que Fedro intenta seducir a Scrates, y su lectura o 1 las ciudades, y hasta la introdujo en las casas, y la hizo investigar
mandas oratorias pueden leerse como las alternativa ele una rx!a
improvisacin constituye la satisfaccin sensual esperada. Las de acerca de la vida y las costumbres y las cosas buenas y malas8 Es
posible que este Scrates provenga ele los (mal) llamados socrti
mente. trados. Feclr:o esj oven pero no un muchaco, y, para sen'lil. / 740
Jenofonte9. Es consolidado por Aristteles, que le atribuye siste
/.::) ?! --?.
mticamente el estudio ele tez ethik1 0, correlativo a la adjudicacin
atracc10n sexual hacta Socrates, tal vez sea neces ar:IO algo ele la na-
turaleza fiosfica, u echada a perder, de un Alc1?1ades. Todo se
ele ta physik a los llamados por ello fsicos, construccin que
A:]. 4
,
sol y el calor. Nussbaum supone, por lo dems, un inters ertico positivo hacia
Fedro por parte de Lisias y Scrates, p. 275 n. 10. V. Tejera, <<The Phaedrus, pt 8 Tusculanas 5.4. 1 0 , cfr. Academica 1 .4 . 1 5 .
I: A Poetic Drama, en Rossetti (ed.) ( 1 992), pp. 290-295, da por supuesta una SI 9 Jenofonte, Mem. 1 . 1 . 1 1 - 1 5 y 4.7.2-8, q u e traduce e l conocimiento terico a
282 283
so ertico de Lisias es urbano y til al demos. Esta nota crtica
dar la espalda al conglomerado urbano y humano. Scrates y Fedro va a recoiTcr el dilogo sin aflorar nunca por completo. El punto ele
se echan a andar por las mrgenes del Iliso, pero ste no es un pai partida de Repblica, el Pirco ele la familia ele Cfalo y Lisias -una
saje primordial, natural. Adems de su cercana con la ciudad, familia de metecos, ligada a los demcratas-, en el Fedro se trasla
los hombres, los dioses y los diosecillos circulan por l. Hay alta da a Atenas en la pei:sona del orador. Los dialogantes de aquella
res y exvotos, caminos y puentes sobre el ro. Si no es una exterio .
1
noche en el Pireo tuvieron que elevarse desde las fiestas semibr-
ridad natural, tampoco se trata, desde ya, de una exterioridad po bara ele los marineros hasta las alturas del paradigma polticol3.
ltica. La plis ele los ateniense s, que se abandonaba al cruzar sus
fronteras, obviamente inclua su campia y poblados extramuros. 1 Los mterlocutores ele este da tendrn que elevarse tambin desde
el fondo de los amores de marineros (243c) y ele la retlica lisaca
La atopa ele Scrates consiste en que no slo no cruza las fronte 1,
punto de artid y lugar al que se retoma, pero como filsofo y go-
hasta el amor y la retrica filosficos. En Repblica la Caverna es
j
ras ele la plis, sino que ni siquiera sale fuera ele los muros del con
0 /:1
glomerado urbano, esto es, del sty. Las riberas del Iliso no son los 1:> bernante. famb1en en el Fedro el punto de partida orienta el retor-
,,
campos cultivados, pero tampoco son las eskhata i por donde cir
o. No se vuelv a la Moriquia, sino al templo ele Zeus que est
' , ,. templo e Zeus, chos
culan los cazadores negros ele Viclal-Naque t, esos territorios li
de los filsofos 252e), es un templo inaca
JUnto a ella. Y Socrates esta vez se siente mucho menos seguro: el
mtrofes en los que la Ciudad va dejando ele ser Ciudaq, fronterizos
..11o
.
con las otras ciudades, con el bosque, con el mar1 1 . Por el contra
bado (vease !a n. a 227b), c?mo la sabicluna_ ele los filsofos.
rio, el mito convierte al paraje por el que discurren Scrates y Fe -y ""11' S supone que el no sahr fuera de los muros tiene que ver con
dro en un paisaje poltico, con dioses que raptan hijas ele reyes y la actitud urbana de Scrates, actitud que incluira la cultura, la
as, empmentaclos con la ciudad, van a ayudarla en las batallas (n. filosofa y la poltica. Pero el contraste ele ciudad y campo, si lo
a 229b-cl ) . Es el campo de la ciudad, la campia, ribera agreste de hay, no es la oposicin ele ciencia-ignorancia14. Scrates ha sali
un ro, habitada por las ninfas, pero vecina inmediata ele los ciuda do ele I.a ciudad para .filosofar, y lo hace. Puede hacerlo porque,
danos agricultores y ele los gimnasios junto a los muros del sty: en reahclad, no ha pasado a ningn ambiente extrao. El elemen
son los alrededores. No olvidemos que perdernos en esta pasto to del filsofo es el lgos, y Scrates no se ha internado en lo no
ral no nos ha llevado demasiado tiempo ele marcha. El holizonte discursivo. El Iliso est preado ele palabras, myth.oi, que los lu
poblado ele edificios , y, con l, todo el contenido ele la plis, est gares van contando a medida que se transita. En un doble sentido
detrs ele los rboles, no muy kjos ele la vista. topogrfico y simblico, Scrates apenas se ha alejado ele la ciu
Los personajes parten de la ciudad y vuelven a ella, en un itine dad, y el r es un aT?biente ms propicio para Scrates que el'
rario decidido por Fedro. La orientacin poltico-filosfica del di cmnp? propramente dicho. En realidad, propicio por completo.
logo se decide en las primeras rplicas, en que ste cuenta al otro Socrates (probablemente el histiico y con seguridad el plat
ele dnde viene y a dnde va y lo invita a acompaarlo12 La Mori .
mco) es u? .sofista. Su elemento es el Lgos independizado de su
quia, lugar ele residencia y enseanza ele Lisias, enlaza los ban lastre tradiClOnaL Y esta actitud es propiamente urbana. No es que
quetes retricos con la gastronona ostentosa ele su antiguo pro al campo le falten palabras. Al contrario, la campia ele la ciudad,
pietario. Su dueo actual, Epcrates, es un notorio demcrata, la morada y el lugar de trabajo ele los campesinos, es todava me-
como Lisias, y sin duela su amigo poltico. La mansin pone el
nexo entre cierta retrica y la poltica democrtica. Aun el cliscur-
13 Tambin el Pirco ele Repblica queda convertido en una eskhata, no tanto
1 1 <<El cazador negro y el origen de la efeba ateniense>>, en P. Vielal-Naquet, como apertura al mar cuap to por su carcter de margen poltico. Cfr. G. Luri Me- .
Pa clrano, <<A la sombra de Artemis. Reflexin sobre los espacios mtico e histrico
Le chasseur noir. Formes de pense et formes de societ dans le monde grec,
rs, Maspero, 1 9 8 1 [ed. cast.: Formas de pensamiento y formas de sociedad 1 4 C omo afi1rma Bnsson,
en el de "La Repblica">>, Convivium 6 ( 1 994), pp. 72-90.
.
conectando a esta oposicin la cuestin ele la escri-
tura, nn. 1 7 y 55.
mundo griego. El cazador negro, Barcelona, Pennsula , 1 983, pp. 1 35 - 1 5 8] .
1 2 Nn. a 227b.
285
284
\
,;, 1 .
nos que el Iliso una supuesta naturaleza muca. El campo tiene tena una historia16. En Rep. II, al proyectar la educacin ele los
muchas palabras, y de una densidad especial. Ambito de la agri guardianes no filsofos en base a las historias tradicionales, utiliza
a la racionalizacin de un mito, como el ele Faetn en Tim. 22c-cl.
cultura y el ganado, los hombres que arraigan en l cuentan sus r ms bien la expurgacin. Sin embargo, recurrir ocasionalmente
historias y dicen sus saberes. Pero Scrates no puede dialogar con
estos campe sinos. Sera ingenu o o simplista adjudicar esta impo Con el casi desdeoso respeto y dej ar ele lado ele Scrates, se
sibilidad a la oposicin moderna mito/lagos. Scrates es no slo p one a salvo el lenguaje de los mitos, pero el contenido mismo
un hijo y un agonista de la crisis de la ciudad, sino que es su cons del mito tradicional queda ms profundamente abandonado que
ciencia madura. El lgos que hereda ya se ha. desvinculado hace con la racionalizacin etiolgica o alegorizante. Los dioses de la
irnicamente despiaclo (Tim. 40cl-41 a, cfr. Crit. 1 07a ss.). El len
tiempo de la inmediatez con que el lenguaje de los campesinos se religin homrica o de las cosmogonas son objeto ele un rescate
asienta en el fondo que por comodidad solemos llamar mtico o
tradicional , y que es el lenguaje que nos revela por primera vez guaje concreto y narrativo le servir a Platn para escribir sus
el mundo y con el que siempre hay que contar ele algn modo para propios mitos, que son un instrumento de la filosofa.
poder decir algo. Seria un equvoco burdo confundir ese lengue. En el lmite, el paisaje mismo se disuelve en la palabra. U na des
con la irreflexiviclacl ele los prejuicios o con la ign_oranci a, que s cripcin lo condenara a ser un decorado. Pero al ir siendo construi
son ele obvia competencia socrtica. El lengme ele la ciudad,. que , do por los persones, queda condenado a ser verbal ele un modo an
o:1g1 ana. Es. mas, como toclo sofista, sospech que tal habla n-
n ti.ene .opcin, un si hipotticamente qms1ra recuperar el haba que expresa con su idilio al pie del pltano (230b-c). Como activa
comunicacin de sensaciones y afecciones que espera una reaccin
, tes se lo lleva al campo tentan- de su compaero, el idilio est en algn lugar intermedio entre la vi
gmana no existe. Por eso a Socra
clolo con discursos. Toda irona se disimula tras una verdad, y es vencia y la clescripcin17 Con este p!Tafo, Platn est poniendo los
efectivamente el discurso de Lisias el que atrae a Scrates, por- antecedentes del gnero pastoral e inventando el paisaje. Pues la
que, sobre un terreno com n, es el adversario necesario. pastoral, la gogla y el paisaje son, justamente, el campo vis
La relacin de Scrates con el lenguaje tradicional est ejem to por los citadinos18. El pastor no percibe su vida como pintoresca o
plificada en el episodio del mito ele Oritia. Scrates no se clecliar a idlica, y lo que menos hacen los campesinos es ver el paisaje, aun
desmitificar los mitos: ese trabajo ya est hecho (en todo sentido y que estn, tambin en lo esttico y emocional, profundamente afec
para todos los efectos, el mundo de Scrates ya est desencantado) tados por la tierra. La naturaleza no habla, pero s se puede hablar
y, para los propsitos de Scrates, la desmitificacin es intrascen acerca de ella. Mejor: la naturaleza es un producto verbal, una
dente. Tampoco, por supuesto, va a rescatar la tradicin, que S
crates sabe que est<1 vulnerada o muerta y, por lo tanto, ni puede ser
salvada ni lo merece. Pero eso no lleva al perso ne a alinearse con
16
Cfr. Rep. 378d-e, Tate ( 1 927), ( 1 930).
17 Ms todava, el fragmento, con su carcter superlativo y exhaustivo, puede
los (ya tambin gastados) intelectuales al uso15. Es Platn mismo, al ser ledo como un panegrico, una verdadera exageracin de recursos oratorios. Y a
parecer -bo la mscara aqu irnica de Scrates-, quien e desen ello se superpondra una imitacin de procedimientos de los tratados mdicos.
tiende seriamente del trab o ele racionalizacin de los mitos y no Ambas sugerencias en Ferrari ( 1 987), pp. 1 3 , 1 6- 17 .
Murley ( 1 940). Antes de Platn, !l. 1 8.56 1 ss. y [Hesodo] Escudo 286-
pretende salvarlos mediante el modo alegrico que ya entonces
18
287
286
1
II ,::" ____________________
!ib
- -----------------mm'!!I
_
construccin retrico-emocional. Al comienzo del De oratore ele Ci El dilogo ele Scrates y Fedro no podra haber tenido lucrar en
. . o
cern, Escvola invita a sus acompaantes a sentarse bo un plta una gral1Ja, JUnto al fuego campesino y su lenguaje , pero s en el rin-
no, no inferior -dice- a aquel otro pltano cuya sombra busc S cn idlico junto al ro, que tiene vida propia y fuerza ele atraccin y
crates en el Fedro y que a m me parece que creci, no tanto gracias parece hberlos c.onvocaelo por s mismo. En adelante, cada vez que
al hilo ele agua que se describe, cuanto a las palabras de Platn19 vuelva a mtervemr, el entorno se mostrar menos y menos inocente.
Podemos dudar de la sinceridad de la admiracin de Scrates, en la A dems ele las musas oficiales y del signo daimnico ele Scrates,
que predomina el elemento iTnico20. El estilo del trozo es afectado, otras fuerzas daimnicas: ninfas, Pan, cigarras ... , iTn haciendo sen
con trminos poticos y giros exquisitos (vanse las notas de De tir su presenc a con in.spiraciones, trampas o inspiraciones trampo
Vres). sas, que poclnan ser VIOlentas, como el anunciado rapto ele las nin
Por si hace falta reforzar la irona, resulta que Scrates, tras ad fas . Todas ellas pertenecen de algn modo al sitio (238c-cl). Y todas
mitir que efectivamente parece un forastero, conoce el lugar mejor ellas hacen hablar. El lugar encantador que ha seducido a Fedro y a
que Fedro. Pero no como conoce los suyos un gua de montaa. Sus Scrates no es sino el locus amoenus ele la retrica misma.
t"' <Q
!..,.... ? Autenticidad
altares y seales ele los dioses y, sobre todo, a las historias y hasta a
" {)
sus variantes, como la apostilla sobre una ubicacin alternativa ele la
historia ele Oritia: se trata de una topografa con aparato crtico21 . El
. La autenticidad del discurso ele Lisias es el tema ele una vene-
17 ra13le discusin que se remonta a la Antigeclad23 y que la crtica
mismo tiempo del dilogo est organizado por las alternativas ele la
palabra. Al amanecer, Fedro ya est en la escuela de Lisias estu
clianclo el discurso esciito. Hacia el final ele la maana encuentra un moderna no pudo resolver. Escriba Paul Shorey en 1 933: El ele
,..,
compaero con el que espera hacer sus ejercicios retricos y que, en bate sobre la autenticidad del discurso atribuido a Lisias en el Fe-
cambio, suscita una competencia oratoiia en la cual se pasa ele la dro ha llegado hace tiempo a un empate, con un partido que argu
lectura del discurso a la improvisacin ele otros dos discursos nue menta que Platn poda imitar cualquier estilo, y otro que afirma
vos. El clmax se alcanza al medioda, al completar Scrates su se que no habra ejercitado su crtica ele Lisias sobre una fabricacin
gundo discurso, que junta los ms altos vuelos oratmios con la con ele su autora24. Ese mismo ao Lon Robn, en su edicin Bucl del
cepcin del amor ms sublime y las alturas filosficas de las Ideas. dilogo , ofreca (pp. LX-LXIV) un detallado estudio ele la cues-''
En ese momento peligroso, Scrates y Fedro son tentados y a la vez tin y expona los argumentos en ambos sentidos, para concluir
gun!o plmo, y 1 opinin favorable a la autenticidad, mayoritaria
llamados al orden por las cigarras. En cuanto el sol sobrepasa el ple tambin en una impasse. De entonces ac, el tema ha pasado a se
no medioda, el momento en que parece quedarse detenido (n. a
242a), e inicia su descenso, se produce un brusco anticlmax que a pnnc1p10s ele s1glo, parece haber perdido teneno frente a la abs
lleva a la discusin ele los discursos y ele la retrica en general, den tencin o la opcin contraria25.
tro ele un modo ms sobrio ele filosofar22
23 Cfr. la lista de testimon ios en Robn, p. LX. La autora lisaca
es afirmada
por DL 3 .25. Digenes acepta con toda ingenuid ad el texto del Fedro
19 1 .7 .28, cfr. Murley, p. 284. nominal Y anota que Platn lo copi literalme nte. Hermias 35.20 lo
a su valor
ubica en una
20Rowe, p. 1 35. coleccin ele Cartas atribuidas a Lisias. .
.
2 1 Q ue alimenta a su vez los modernos aparatos crticos; n . a 229d. 24 Shorey ( 1 933), pp. 1 3 1 - 1 32. Shorey se
decide por la autora ele Platn e'n
22 Puntuacin del texto con el recorrido del sol: 228b3 (el alba), 242a4 (pro base :J uso pardico de las partculas. En el mismo sentido, Dimock
( 1 952).
ximidad del medioda), 258e7-259a6, d8 (medioda), 279b4-5 (comienzo de la
20
El anlisis computa cional mostrara que el estilo ele! discurso es una
exa
declinacin del sol). geracin platnic a de la diferencia entre l y Lisias>>, A. Q . Morton
y A:b. Wins-
288 289
r
1
Los principales argumentos para sostener la autenticidad son el El discurso
de la honestidad de Platn y el empeo del texto en asegurar la atri
f
bucin (Fedro lo ha escuchado ele Lisias, lo ha memorizado, ha to Los resultados del examen crtico al que se somete el discur
r
mado el manuscrito original, lo lleva consigo, el discurso es ledo . so de Lisias (235 a y 263e-264e) son demoledores. En 234e-235a
Scrates establece la distincin -de largo alcance- entre forma y
1
directamente ele l y luego se relee dos veces el comienzo con exac
titud). Si bien en la actualidad nos resistimos a aceptar que Platn fondo, y declara que en su crtica va a atenerse a la primera, iden
haya incurrido en el juego desleal de fraguar un discurso mediocre tificada con el aspecto retrico (lo cual ser cuestionado por la
para luego destruirlo, nuestro criterio a este respecto est muy aleja redefinicin ele la retrica a partir ele 259e). Aun desde ese punto
1
do del antiguo, en el cual la propiedad intelectual y la probidad in ele vista, que sera el propio ele Lisias, ste queda mal parado. S
telectual tenan otras pautas. Y una deliberada imitacin de rasgos crates I'econoce que cada frase en s misma est bien torneada,
tpicos es ms adecuada para la crtica que un imposible florilegio pero ete nico mrito se convierte inmediatamente en el virtuo
1
de exce1pta autnticos. Las reiteradas aseveraciones de autentici sismo .adolescente capaz ele disfrazar la pobreza ele ideas con la
dad, sobre todo la presencia subrayada del discurso esclito, ms bien capacidad ele reiterarlas, ele decirlas muy bien de muchos mo
confirman el pastiche, que necesita legitimarse26. Para peor, el esti dos. Por cierto, Fedro ve esto como un mrito autntico, el mayor
lo del ertico del Fedro no coincide con el de los discursos del cor del dicurso. En 263d-e, luego ele examinar el resbaladizo territorio
pus ele Lisias, en cuyo interior, adems, las cuestiones de autentici ele ls nociones disputables y ambiguas, Scrates postular la ne
dad son ms que espinosas. Por otra parte, tenemos claro nuestro cesidad de partir de una definicin que sirva, a su vez, como prin
punto ele vista para asegurar que el discurso es mediocre? cipio organizador. Muy al contrario, el discurso comienza por el
Sin entrar en estos argumentos estilsticos y psicolgicos, la in final28 y procede a una yuxtaposicin de frases en la que cual
terpretacin del discurso en su relacin con los otros dos nos incli quiera podra ocupar cualquier lugar, contra cualquier necesidad
na por la autora platnica. En s mismo, bien podra ser autntico. logogrfica. En conclusin (265a), el discurso queda como un
El tema ertico era usuaF7, y asignarlo a la persona del no-aman ejemplo de lo que no se debe imitm.
te es, como bien ve Fedro, uno de esos tours de force con que los . La crtica ha hecho algn intento ele reivindicarlo ele estos ata
maestros del arte se complacen en probar su virtuosismo. Pero la ques. Robn, sin negar su carcter de mosaico, sugiere una estruc
redefinicin de ros cumple un proceso coherente a travs ele los tura en cuatro partes, enmarcadas por una introduccin y una con
tres discursos, que desde el no-amante, van, a travs del amante di clusin: 1 ) caractersticas y condicin de amante y amado; 2) el
simulado (y aceptable) del segundo, hasta el amante filosfico del punto ele vista social; 3) el punto de vista moral; 4) los caracteres
tercero. Aunque, en ligor, la necesidad temtica del escrito no inter ele la demanda, segn venga ele un enamorado o de un no-aman
fiere en principio con el problemafctico ele su autenticidad, hace te29. Rowe presenta un detallaclsimo anlisis en base a una divi
sin en cinco secciones, que intenta defender el discurso ele la
C . E . L P. A .
ms probable su composicin ad hoc porfiGH().@CFRII0IOORA
acusacin socrtica de estar clesestructuraclo3.
de obras ele Atistteles, bajo los mms. 7 1 y 72, tlzseis erotika 4, thseis philika 2. cfr. la cita en n. a 23 1 a.
Sera un tema frecuente en los ejercicios, tal vez para complacer los intereses inme 30 Pp. 1 43- 145. Rowe observa que Scrates no aceptara esta defensa, ya que
diatos de los jvenes (Kennedy, 1963, p. 75, Jaeger Paid. IV, Vlll, p. 987). ele todos modos el discurso no cumple con las exigencias lgico-metbclolgicas
290 29 1
"
IV
Podramos imaginar tambin una defensa no estilstica sino fi al placer presente, sino tambin al provecho futuro (233b-c), aun
losfica. La exigencia de una definicin inicial -de una definicin que ni lo primero es verdad, ni la promesa tiene fundamento. Con
de la ousa, 237c3- opone, en principio al menos31, el ser al pare todo -concluye-, el pasaje revela alguna dbil consciencia de la
cer que, para Fedro y la cultura de la que fo1ma parte, es el alma conveniencia ele apelar al sentimiento moral, pese a lo ilusoria que
misma de la retrica (260a). La estructura reclamada se opone al pueda ser la apelacin; por eso creo que es ir un poco demasiado
juego seductor del lenguaje. El xito retrico sera necesariamente lejos decir, con el Prof. Taylor: "Es por completo una apelacin a
fracaso dialctico y viceversa, y a Lisias le bastara con no aceptar la 'utilidad' en el ms srdido sentido del trmino".
los puntos de partida de Scrates. Pero quiz la situacin del dis Esta prosa edificante es ntegramente aprovechable. Sin eluda, la
curso ele Lisias debe buscarse por otro lado, no el ele la ilusin re relacin que propone el discurso tiene un carcter plenamente con
trica sino el ele una racionalidad perfectamente lcida. uactual. Es llamativo el hecho ele que no se aluda en ningn mo
El discurso constituye a ojos vistas un ejercicio retrico, y el mento a la ficcin ele la ausencia de goce fsico en el ermenos, que
texto mismo as lo declara. Este erotik.os lgos no tendra que tener en el primer discurso de Scrates va a tener un papel importante (in
ms transcendencia que sa. Sin embargo, y no sin razn, ha sido Jra), pero tampoco se menciona expresamente la gratificacin se
tomado en serio, y, por cierto, en forma negativa. La persona del xual. Las argumentaciones clan por descontado el inters sexual del
discurso ele Lisias ha merecido la piadosa conclen ele los crticos, r-i -n
O muchacho y proponen las condiciones ele la mutua satisfaccin so-
ofendidos por el cinismo ele la proposicin, ele forma casi unni
=j elbreentenclinclolo. Se trata de un intercambio ele placer sexual, al que
me32, y se traduce en general en suave escndalo y severo menos solicitante aade la promesa ele beneficios ele otro tipo. No se es
precio . Puede citarse lo que Hackforth escriba hace medio siglo: b
r- -o tn proponiendo necesariamente groseras recompensas materiales ,
Este tedioso trozo retrico no merece demasiado comentario. Es 1 aunque las reiteradas menciones a los beneficios y servicios y a la
una composicin chata, montona, repetitiva, un "mosaico" como i "'\) buena o mala administracin que amante y no-amante hacen ele sus
o
ha dicho Robn, en la cual apenas se discierne un plan o ninguno )7 P asuntos, i ndican que stas no estn ausentes ele ningn modo. Pero
( ... ). Y la chatura del estilo se coiTesponde con la trivialidad del 17 esos regalos, en principio, deberan ser considerados expresiones ele
sentimiento; la actitud del orador es ele clculo fro y prudente, ele liberalidad, y tambin nos encontramos con las promesas de un me
respeto sin eluda por las convenciones, pero de completo olvido ele joramiento moral -en el sentido primario ele las mores sociales y ciu
la existencia del verdadero afecto o altmismo, o aun ele un senti dadanas- del joven, que efectivamente se volver mejor (233b)
miento romntico que pudiera hacer algo para paliar la vulgaridad con la gua ele un amigo a quien aprecia por un mrito (232cl) que
ele la relacin en cuestin. Hackforth reconoce Un destello ele har su trato beneficioso. Todo esto podra estar por cleu::'s de la de
algo menos innoble en la indicacin ele que el muchacho se vol volucin ele favores mencionada en 234a-b, basada en considera
vera mejor, salvado por el no-amante ele las adulaciones ele los ciones ele largo plazo y que no habra que confundir desde ya con
enamorados (233a), y en la aseveracin ele que su trato no servir formas antiguas o modernas ele serniprostitucin33.
Las relaciones estrechas entre hombres ele distintas generacio
nes son la base misma ele la formacin de los jvenes en los mar-
que propondr luego, en primer lugar la exigenci'a de una definicin; en cambio,
la crtica de que el autor lo escribi como se le iba ocurriendo hubiera agradado a
32 A diferencia del primer discurso ele Scrates, al cual los crticos se esfuer
provecho futuro>>, y la n. Por ejemplo, las amistades del joven, fomentadas en 232cl-e,
pueden ser promesa ele ventas ele un carcter apropiado al joven ciudadano ya adule
zan por rescatar parcialmente, en consideracin a su autor>> Scrates, que cmo to, como influencias o prestigio o alianzas polticas y sociales. Es ele notar que el fra
va a decir cosas tan inconvenientes. La seriedad con que Nussbaum ( 1 986), ms seo del discurso n o alude nunca en forma directa a regalos. Aunque est interesado en
recientemente, encara el discurso de Lisias, pp. 275 ss., parte ele bases por com ellos, el pals al que se dirige el no-amante no es el mancebo ele Prgarno (Satiricn
pleto distintas.
-
292 293
cos de la sociedad tradicional, y el hecho ele que estos vnculos El discurso nos pone frente a un modo egosta ele resolver una
puedan teirse con un fuerte color homoertico no hace sino re p asin individual y plivada. Pero, pese a las apaliencias, estamos
forzar su eficacia, y resulta, si se respetan las convenciones, un he en plena poltica. Aquella sociedad tradicional que regulaba me
cho semiaceptaclo o aun aplaudido en los medios distinguidos. El diante ros las relaciones entre generaciones35 ya no existe desde
discurso guarda las formas, y las proposiciones y recompensas hace mucho, y Platn lo sabe muy bien. El thos de la pederastia
que se le hacen al muchacho no tendran en s mismas nada dema poltica ha desaparecido con la plis tradicional, y Platn no pre
dramtica en el mundo blillante del siglo v, pero tal vez sea ms
siado escandaloso ni condenable para la mentalidad gliega. stas tender resucitarlo. El discurso de Lisias es coherente con su fecha
seran ms o menos las condiciones reales ele esta clase de liaisons,
y los miembros de aquellos crculos no lo ignoraran. coherente an con las condiciones de la democracia conservadora
Cul es, entonces, el problema? Las crticas moralizantes no restaurada del siglo siguiente. El no-amante no es un Calicles er
estn despistadas. El problema, por supuesto, tiene que ver con la tico ni el Alcibacles que se sincera en el Banquete. Mucho menos
condicin de no-amante. El amor, adems de la inclinacin se es el abanderado de una revolucin sexual, que sera para l un
xual y emocional, supone el deseo y la intencin de transmitir esos despilfarro de energas en pro ele un idealismo absurdo. Las (dig
valores reconocidos, que se reflejan en la admiracin del muchacho nas) tratativas comerciales del discurso es todo lo que queda del
por quien los encama. El no-amor desvincula a este pretendiente ele amor en tiempos del desencanto. Los argumentos de Lisias, con su
la responsabilidad social que el erasts, como parte de su mismo respeto por las convenciones, la estructura social y la concepcin
amor, siente hacia su amado. Que no est enamorado significa que tradicional de la aret, mantienen esta racionalidad dentro de la ra
no cree en esos valores, y que los acepta, dentro del marco de las zonabilidad de lo aceptado.
un intercambio. Puede ser que no slo se prometan regalos sino be- <(
:. por el nuevo (en el siglo v) thos del desencanto. Al perder su ob
correspondientes convenciones, para convertirlos en mercancas de El thos de la paidea tradicional est vaciado y es sustituido
neficios ms elevados y que se cumpla. La paradoja es que esto su- O
ceda no por intermedio del amor y la admiracin sino de un lcido O:
jetivo, el eros paidtico se queda sin objeto -literalmente-. Hack
egosmo que se conoce a s. mismo y es recon?ciclo po.r n:bas par- -}
forth, citado ms arriba, concluye que la funcin del discurso den
tro del dilogo es dej ar establecido para la discusin posterior que
tes. Porque el orador predica al pafs esta misma obJetlVldad. La 8
1:
!, el amor es slo deseo sexual sin baneras y, por lo tanto, una en
corrupcin del muchacho por parte del no-amante no es, por su- O
pue.sto, la sexual, sino esta reconversin moral donde los beneficios b 0
.
294 295
no-amante desea, y desea con intensidad, y est dispuesto a satisfa ma ele libre mercado en el terreno ele lo ertico. Clculo, franqueza,
cerse, pero puede tomar distancia ele su deseo y ele los objetos ele privacidacl, egosmo, una libertad para elegir un modo de vida basado
su deseo. Esta distancia le permite desarrollar tcticas y estrategias en la primaca ele lo fisiolgico, son algunos ele sus ingredientes esen
El poeta y el adivino son aquellos que conocen lo que fue, lo curso, no del segundo. Esto no dej de parecer casi escandaloso.
Haclcforth (p. 37) encuentra en la situacin una verdadera dificul
1
que es y lo que ser39, gracias a una inspiracin que proviene de
otro mbito. As como no puede prever el futuro por s mismo, el tad y se toma su trabajo para lograr una explicacin tentativa, que
hombre no tiene acceso sin ms a las grandes hazaas de los h distribuye el contenido del discurso ele acuerdo con la moral del cr
[
roes40 ni, menos, a las gestas cosmognicas y divinas. Hesodo, tico: las musas inspiran la condena ele la pasin sexual irrestricta,
primer y mayor telogo ele las Musas, las hace hijas ele Mnemosy- pero no la recomendacin inmoral ele ceder al no-amante, ni la casi
ne, la memoria, que no es nuestra facultad .psicolgica, sino la blasfema falsedad ele la defrnicin. Pero las musas y Scrates son
revelacin de una dimensin b<o el tiempo donde yace la verdad
esencial de las cosas4 1 . A diferencia ele la inspiracin romnti-
!
1 ms irnicos que los scholars. Acaso las musas de Hesodo no se
presentan (Teog. 27-28) como muy capaces ele decir mentiras?
El discurso se presenta suspendido ele fuerzas superiores. S
1
ca, que desata la creatividad original del poeta, la Musa, hja ele la
2
Memoria, lo pone en contacto con lo permanente4 . Scrates, al crates atribuye la afeccin divina que pone versos en su boca al
invocar a las musas, pide acceder de este modo al conocimiento lugar, poblado ele ninfas (238c-d). Cuando esa inspiracin pasa
1
ele ros. Scrates incurre en aproximaciones a la poesa en el pri- de los ditirambos, ms populares y ele hecho tenidos en menos, a
mer discurso; el segundo puede considerarse en bena medida un las alturas ele la pica, Scrates pondr, o aparentar poner, un fi
rapto potico, no slo por la forma algo potica de que se dis nal abmpto al discurso. Por ltimo, la intervencin del signo clai
!
l
culpa en 257a, sino por su aproximacin inspirada a realidades mnico resita el discurso y las influencias menores, amigas ele la
. 'divino (242c3), donde la amenaza ya no es el rapto de las ninfas
que normalmente nos estn ocultas. Esta inspiracin, por supues- 1 retrica comn, que lo han inspirado, y abre otra dimensin ele lo
1
to, no puede ser tomada literalmente. Hace mucho que la Musa ha
cesado en sus funciones y se ha convertido casi en un giro lings- sino el castigo ele la hija ele Zeus, Helena.
ste, a las divinidades del lugar o a las cigarras como intrpretes de las musas, y n. 1 5. El discurso tiene todas las partes necesarias para reconocerle <<full rhetori
en 263e, el discurso es de las ninfas hijas del Aqueloo y de Pan, ms competentes cal form, Kennedy ( 1 963), p. 77. La musa homrica, en cambio, inspira el con
que Lisias. tenido y no la forma, Dodds ( 195 1 ), p. 80 n. 1 1 5 .
298 299
otro discurso). El mtodo y la preceptiva de su construccin sern Scrates cumple su propia exigencia ele sentar una definicin y de
luego explicitados, y ser condenado desde un punto de vista tico terminar desde ella el contenido del discurso del principio al :fin,
religioso. La supuesta claridad invita a tomar por su valor declara obligando al oyente a aceptar las consecuencias (263e): si la defini
do tanto la pieza misma como los comentarios previos y posterio cin del amor es la dada, entonces las consecuencias, que son en su
res. Sin embargo, la posicin transicional del discurso bastara para totalidad negativas para el amado, se siguen necesariamente.
hacerlo sospechoso. Todo seala su carcter ambiguo: el no-aman La segunda parte expone estas consecuencias, que se dividen
te ele Lisias se convierte en un amante disimulado; se subraya el en a) consecuencias objetivas para los bienes del amado -se trata
carcter inspirado del discurso, pero la seal ,claimnica lo conde de bienes en sentido amplio, que abarcan los bienes a1) del alma,
na; se lo ensalza, se lo rechaza y ms adelante se lo asume sin ex a ) del cuerpo y a ) los bienes exteriores- y b) consecuencias sub
plicaciones ...45. En su mismo interior, la inmoralidad del supuesto j tivas o personales
3 para el amado, b ) mientras es amado, que
1 y
no-amante da consejos virtuosos, hace el elogio de la filosofa y se comprende los sentimientos, sensaciones situaciones desagrada
expresa con su vocabulario, y la crtica ha tenido que discutir si el bles que experimenta el muchacho, y b2) cuando deja ele serlo, con
sentido de cada palabra significativa es o no el socrtic,e0latnico.
rc :op
el incumplimiento ele las promesas y la consiguiente frustracin.
1
12 Aool?fq
.
i
. e.
... La clasificacin ele los bienes en bienes del alma, del cuerpo y bie
nes exteriores, incorpora elementos ele aceptacin comn, pero, al
A
/ P.
ponerlos en una escala valorativa descendente, est presuponiendo
Plan, objetivos y autora
toda una antropologa filosfica. Lo primero que nos sugiere es la
"
El discurso tiene una estructuracin muy firme y resaltada deli fundamental divisin platnica en alma y cuerpo, que no sera tan
beradamente. Su mismo desarrollo va presentando la metodologa,
1 .
1 obvia para el griego corriente, para quien las cualidades corporales
el plan y los objetivos. Est dividido en dos partes, separadas por y ele fortuna eran partes importantes del S mismo, y para el cual
una interrupcin. La primera es una definicin del amor. Pero el fin la p.sykh no sera tal vez ms que una vaga representacin. El dis
ele la oratoria no es la teora, y no se trata ele definir el amor en vis curso se ciena con un breve resumen o eplogo, tras el cual el ora
tas al conocimiento, sino ele inducir una eleccin entre diversas con dor se niega a desarrollar lo referente al no-amante y, al parecer, su
ductas; en este caso, la opcin del muchacho entre el enamorado y pieza queda inconclusa .
el que no lo es. El orador toma en cuenta exclusivamente el punto Se ha convenido en reiterar la temtica ele Lisias, con la argu
ele vista del ermenos, a quien tiene que persuadir. Por lo tanto, y mentacin principal ele la enfermedad o locura del enamorado
dada la naturaleza del amor tal como se lo ha definido, la segunda como hiptesis forzosa; en el resto ele los argumentos, Fedro le
parte trata ele las consecuencias que tendra para el amado aceptar y exige a S crates que innove (235e-236b)46. Se podra hacer, si es
ceder al amante, y qu beneficio o dao se le seguir ele ello (238cl que vale la pena, un escrutinio minucioso ele ambos discursos
e). Estas consecuencias quedan puestas, ele forma tcita pero obvia, para ver si Scrates aporta realmente nuevos elementos o slo re
como criterio ele la eleccin entre los aspirantes a su complacencia. toma con otras palabras los argumentos ele Lisias. S es evidente
quiere irse para no verse obligado a algo peor. Luego se produce la interven
cin del signo, el rechazo de los dos discursos y la necesidad de una palinodia. En siento que p odra decir otras cosas no inferiores (e); pero Fedro lo obliga a subir
262d se lo pone como ejemplo de las capacidades de quien puede extraviar a la apuesta en (d), Te has comprometido a decir cosas diferentes, mejores y en no
otros conociendo la verdad. Pero en 265a ss. se asumen los dos discursos de S menor cantidad que el discurso escrito, sin tomar nada de ste. Aceptada la m
crates como opuestos y complementarios, convirtiendo el primero virtualmente posibilidad ele cambiar el argumento principal, con respecto a lo dems pide
en la primera parte del segundo y aceptndolo como una justa deteccin y conde <algo distinto, ms abundante y ms valioso>>, que Scrates traduce como algo ms
na del amor izquierdo. variado (poikil6teron) (236b).
300 301
; ..._
que se produce una profunda reformulacin de la forma y la es La tesis positiva en favor del no-amante, aunque no se la eXprese, si
tructura47. La pieza, entre otras cosas, ha sido esc1ita para ejempli gue como una sombra a la crtica de la pasin ertica, y la inversin
ficar de antemano los aspectos formales de la reforma retrica que. de argumentos que Scrates propone en 241 e ya viene hacindose
Scrates, haciendo pie e n los tres discursos y a pronunciados, co en fonna casi automtica en la mente del muchacho que escucha y
menzar a esbozar desde 262c ss.: Lisias no ha definido algo tan del lector. Para qu un discurso ms largo? Ya se ha hablado sobre
ambiguo como el amor, parte del final, arroja las frases al azar y, en ambos [personajes] lo suficiente, puede concluir Scrates con ra
zn. Al discurso no le falta nada y contiene ele pleno derecho un di
ca. Un buen discurso, en cambio, segn un prrafo siempre su- . ;.
este desorden, resultan intercambiables y sin necesidacl logogrfi:.) .
OQ
seo del no-amante positivo y lleno de contenido, aunque no se haga
En su lugar, se propone en forma somera dar vuelta en sentido favo Las sutiles diferencias con Lisias se han explicado, en gene
rable los argumentos crticos. El virtuosismo retrico ele Scrates ral, desde una ptica moralizante. El enamorado se disfraza de
produce as, al parecer, un discurso rengo y desequilibrado, y su ta no-amante para predicar, en realidad, la va hacia el verdadero
rea queda sin consumar. Esta impresin es incorrecta. La segunda
parte del discurso no se desmmlla, porque es, en tigor, innecesaria.
4 8 Scrates comienza atribuyendo su inspiracin a una fuente ajena, poetas
erticos o prosistas, 235b-d. En 238d, temeroso de ser posedo por las ninfas,
hace responsable de ese peligro a Fedro, que lo ha empujado a pronunciar su dis
47 Pueden sealarse artificios y figuras de estilo, ms y mejor usados que en curso, y en 242a el miedo a verse obligado a algo peor implica que pronunciar
el discurso de Lisias, en algn caso como crtica deliberada al primer discurso e lo ha sido algo malo. Un momento despus, 242b, lo responsabiliza tambin ele
indirecta a Lisias e Iscrates mismos, segn Dimock ( 1952), pp. 394-396; en es tener que pronunciar su segundo discurso, como rectificacin del primero. En
242d-e, afirma que su boca lo ha pronunciado hechizada>> o drogada>> por Fe.
clro, y en 257b el padre del discurso pasa a ser Lisias y se disculpa a Scrates y'
pecial comprese 233e5-234b 1 y la variedad de expresin de 239c4-d3. Tambin
Rowe, pp. 1 5 8 y 1 59, seala varios ejemplos (239a2-4; 240a6 y 24 l c2-3, los
quiasmos en 239c7 -d l , 240a5 , 240b 1-2; la anfora en 24 1 c3-4), que considera Fedro. En 262c-d Scrates asume sus dos discursos, pero inmediatamente los
estilsticamente atinados. atribuye a los dioses del lugar o las cigarras.
302 303
amor49. Esta impresin se reforzara por la negativa de Scrates a naliclad del amante lisaco no es ms que una cierta intemperancia y
desarrollar la tesis positiva: no puede haber afecto del no-amante, aturdimiento en las decisiones, y aunque su conducta es percibida
slo hay opcin entre dos formas de amor50 La parte positiva del como confusa e inconveniente, no rompe los lmites ele lo aceptado.
discurso resultara hasta lgicamente contradictoria, y la negativa . A su vez, el no-amante ele Lisias, que aprovecha esos lmites, es slo
ele Scrates a clesanollarla estara mmcanclo esa imposibilidad ele razonable, mientras que el amante condenado por Scrates eleva a
un amante no-amante, ele una relacin ertica que no fuera erti sistema el condicionamiento del amado con el fm de obtener el m
ca ni en el buen sentido ni en el malo. ximo de goce sensual, y en esto muestra una racionalidad exacerba
da. Su programa exhaustivo y metdico ele desvalorizacin del mu
chacho, que . culmina en el alejamiento de la divina filosofa>>,
El amante sistemtico, el amante socrtico y la moral revela justamente su naturaleza filosfica, que hace ele este erasts
conservadora -si no es llevar las cosas muy lejos- un pequeo Sacle avan.t la lettre.
Ya estamos en el deslizamiento ele los planos. La sistematici
Es posible que el discurso responda a ms ele una clave de lec dacl ele este amante le quita espontaneidad y lo aproxima al cmc
tura. Proponemos leerlo desde este disimulo del amante tras la ms ter reflexivo ele un no-amante. La definicin fonnal de ros a la
cara del no-amante, que, tomado en serio, lanza el texto hacia jue que se llega en 238b-c conesponclera ms bien al amante atolon
gos muy complejos. La crtica, sobre todo la ms antigua, obligada drado de Lisias. Y el amante disimulado que pronuncia el discurso,
por su postura moralizadora, no dej ele sospecharlos. Volvemos a quin es? Si fuera un amante enfermo de una pasin que lo sobre
Hackforth, que cita a Taylor (Plato, the man and his work, p. 303), pasa, no sera capaz de llevar adelante estas maniobras, ni ele ima
para quien Scrates usa la mscma con el fin ele preservar su buen ginar la compleja estrategia del disimulo, ni siquiera ele pronunciar
nombre y honor y clejmse abierta una escapatoria; a ello Hackfmih un discurso: el argumento ele la pasin es la pasin misma, que
opone su lectura ms simple: el amante que se disimula es al apela a la pasin del otro5 1 . Es entonces el mismo amante siste
guien real y rnoralmente preocupado por el muchacho y, en defini mtico condenado? En ese caso, el discurso seria pragmtica
tiva, sera el verdadero amante y hasta Scrates mismo. mente contradictorio: el muchacho, ya sobre aviso, reconocera
Lisias ponia frente a fTente al amante y al no-amante. Scrates en luego su comportamiento, o bien el simulador se vera obligado a
frenta a dos amantes, uno condenado en el discurso por el otro, que se un fingimiento constante y fatigoso para sostener lo clicho52.
disimula, y cuyas respectivas identidades habria que establecer sin Es entonces, como quiere Hackforth, el amante platnico?
apresurarse a decidir que son el mismo. El tipo ele amor que caracte Sus argumentos apuntan a la formacin y al mejoramiento fsico ;y
riza al amante condenado, el deseo 1Tefrenaclo y algico ele la belleza moral del muchacho (cfr. 241 c), y hasta culminan con una reco
del cuerpo, parece identificarlo con el amante ele Lisias. Primer equ mendacin de la divina filosofa (239b). El vocabulatio y los
voco, que deriva, como otros, ele creer que Scrates repite ms o me conceptos en juego parecen u en esta direccin. Las palabras cla
nos a Lisias: el amante condenado por Lisias y el amante condenado ves pueden ser ledas tanto en su sentido usual como en el uso tc-
por Scrates son dos personajes por completo diferentes. La irracio-
51 La convencin de la frialdad sexual del ermenos ( infra) es obligatoria en
los discursos, que tienen vocacin ele publicidad aun si la ficcin literaria estable
49 Esto es un matiz importante dentro ele lo que Calvo ( 1 992) llama <<lectura ce un destinatario individual y privado. Pero el que est de veras enamorado no
tradicional>>, es decir, aquella cuyo ncleo es que Scrates reitera la sustancia de hace discursos.
Lisias slo mej orando su forma (pp. 47 ss.), como Calvo mismo seala con res 52 Cfr. Griswold ( 1 986), p. 57. Calvo ( 1 992) identifica al amante disimulado
pecto a Hackforth. Cfr. sin embargo Grube ( 1 935), pp. 1 07 s., Hackforth p. 37, y al condenado, y el discurso es una autoinculpacin; pero para Calvo la unidad
Rowe, p. 8, que subraya que el texto mismo rehabilita el discurso en el momento ele lectura no es el discurso sino el cuento>> o fbula dentro del cual aparece,
ele introducirse el mtodo de divisiones (262 c.cl.). cuyo sujeto sera Scrates que previene a Fedro -por transposicin del sentido-
5 Cfr. Grube ( 1 935), p. 1 08. ele los peligros de su amor>> por la retrica.
304 305
nico filosfico y platnico, y algunas son propias de ste. Se puede muchacho, que el discurso de Lisias pasaba por alto. ste es un
reconocer un tono tico, un andamiaje lgico-metodolgico y al rasgo importante dentro de] conjunto ele convenciones que soste
gunos conceptos que, sin sacar el discurso del nivel ele la compren nan la honorabilidad ele las relaciones homoerticas en los crcu
sin corriente, lo convierten en sernifilosfico. Sus contenidos es los superiores ele la sociedad ateniense, y es parte ele la preserva
tn sernimoralizados y, en conjunto, resulta aceptable. De ser as, cin ele la masculinidad del futuro ciucladano53. La comedia y el
habra que matizar mucho la condena posterior, porque no habra sentido comn hacen pensar que la realidad cotidiana estaba lejos
necesidad ele pronunciar el segundo discurso sino slo ele rectificar de respetar estas convenciones, pero lo que aqu importa no son las
ste. Pero la objecin fuerte a esta lectura es que lo que ella ve prcticas efectivas sino los valores vigentes. La supuesta ausencia
dera terrible (deins) e impo su discurso, junto con el de Lisias
como positivo es justo lo que luego resulta impo. Scrates consi ele goce fsico del ermenos est bien expresada por el Scrates del
Banquete de Jenofonte: El muchacho no comparte con el hombre,
(242cl), por la tesis comn a ambos, la condena de la locura ertica como una mujer, los placeres sexuales, sino que, sobrio, contempla
(y aun sexual) como locura {cfr. 244a). Esta condena es a su vez al otro borracho ele excitacin. Y no es extrao que por eso surja en
condenada, y con ella la prudencia mezquina del no-amante (cfr. l incluso desprecio por el an1ante (8.21 , cfr. 1 9-22)54.
O. o
-n
256e-257a). Es por esto que no se poda hacer el elogio explcito de Este largo discurso ele Scrates en Jenofonte (8. 1 -43) puede ser
este amante. El verdadero amante platnico del segundo discurso virnos para encontrar, fuertemente subrayados, unilateralizados y
-:1 '
de Scrates comparte todos los sntomas del amante sexualmente
m_ g,. .
del no-amante, lo apasiona la belleza particular del muchacho desea an oral (los vasos representan el coito intercrural), la admiracin por los genita.
do, no la ele objetos relativamente intercambiables. Pero busca satis les del muchacho aunque el erasts no acepte ningn papel pasivo, la preferencia
por muchachos atlticos y, por supuesto, el lmite de edad para el papel de er
facerla con medios no hybrfsticos y relativamente morales. Lo lla menos, aproximadamente hasta la plena aparicin de la barba. Cfr. n. siguiente.
maremos amante socrtico. 5 4 Dover ( 1 978), pp. 52-53 , Flaceliere ( 1 96 1 ), pp. 1 03 - l 04. Entre los pasajes
Considerado como amante socrtico, la persona del discurso que agrega Dover, los ejemplos del Fedro no nos parecen dar en el punto. 240d, que
queda librada de contradicciones: el amante disimulado tras la figu comentamos enseguida, se refiere a un amante poco atractivo. En 255d, ya en el
ra del no-amante resulta el erasts social y polticamente aceptado, segundo discurso de Scrates, el muchacho confunde su ros con phila, que es
exactamente lo que la sociedad le manda hacer. Menos todava 255e-256a citado
el hombre que ama con moderacin, que encarna la sophrosyne y la luego. En ese pasaje en especial (255c-256a), el segundo discurso va a aceptar la
moldea en el joven. La cldinicin identifica en forma interesada pasin del ermenos, aunque atemperndola.
ros con hybris, y el resultado -irnico- es que la fmma ms acep 55 8.32-35, Flaceliere ( 19 6 1 ) , p. 1 05 , Dover ( 1 965), II esp. p. 1 0 . Thomson
tada del erasts tenga que presentarse como no-amante. Pero la releva en Jenofonte prrafos semejantes por temtica y vocabulario a otros del
contradiccin o el equvoco pueden resolverse con una aclaracin. primer discurso de Scrates ( 8 . 1 3 , 1 5 , 2 1 , 23, cfr. Fedro 240c-cl, 24 1 c; 1 9 fin, cfr.
238e s.; 2 1 , cfr. 240d-e), de donde deduce la presencia de opiniones del Scrates
El discurso revela una situacin determinada. Por lo pronto, histrico. Cfr. Robn pp. LXXIII s., n. 2, que menciona la conjetura, sin aceptar
acepta la negacin convencional ele la espontaneidad sexual del para Scrates un punto de vista tan estrecho; Hackforth, pp. 48 s.
306 307
sexual por el cuerpo, y adems puede experimentar amor o te, en el conjunto ele valores que sostiene Jenofonte. Es ms ingenuo
amistad, phila, por el alma56. Si se clan juntos, ambos pueden y conservador que el no-amante ele Lisias y que el amante racional
marchitarse con el cuerpo, pero el puro amor del alma no harta ja que l mismo critica, mucho ms adelantados y a tono con la poca.
ms ( 14-15). Las relaciones del husped, Calias, con su amado Au., El discurso predica o pretende restaurar, tomndolas en serio, las
tlico son tan castas que, en sus encuentros con el muchacho, se condiciones ele la phila arcaica, que el discurso de Lisias respeta de
hace acompaar por el padre de ste ( 1 1). Lo que se espera del mu palabra pero da de hecho por superadas. Lisias argumenta en las
chacho es una correspondencia en la phila (antiphilefsthai, 8.16.5), condiciones de una poca en que el thos tradicional tiene una vi
no en el ros57. La relacin tendr para ambas. pmtes todos los be gencia formal pero suficiente como para que haya que disimular las
neficios que nosotros atribuimos a una amistad estrecha y duradera. relaciones mviles y hedonistas que est proponiendo. El discurso
En especial en el caso del ilustre Calias (37-43), su deber ele mejo de Scrates reasume la moral tradicional, y el que luego ser llama
rar al muchacho en sus capacidades militares, polticas y deportivas do amor izquierdo, la pasin fuera de control, es definido y cen
0 () ta que intercambia favores sexuales por elementos de formacin
(de hecho, Autlico acaba de ganar en el violento deporte del pan surado en nombre del amor, noblemente utilitario, entre gente selec-
erado), lo obligarn a mejorar l mismo en esos campos y a esfor
zarse por ocupar los ms altos cargos en la ciudad, para agradar a su (n::-j
personal, en un comercio razonable regulado y moderado por la so
amado y demostrar una verdadera aret. {'} phrosjne. Los argumentos acerca del dao que causa el amante en la
:::- Si? inteligencia, el cuerpo y los bienes (238e-240a) son reversibles en
.11 "i;'
Esta noble presentacin del thos mistocrtico es, en el fondo,
un utilitarismo, presente en la semntica de phlos, que tiene todo el sentido positivo, en la direccin ele la moral tradicional. Los prrafos
rango de significados ele querido, y tiene adems, para cosas tales
'
g sas tambin
:::0
sobre celos, elogios y reproches y el incumplimiento ele las prome
como la vida, la patria, los padres o bien las ropas o el lecho, un sig ? ;::,. van a favor del amante apreciado por su utilidad social,
nificado que se desliza desde querido a propio, hasta llegar a dentro del respeto sincero por las convenciones. El orador deja en
equivaler con el mero posesivo58. Dentro de las pautas ele la moral trever su juego desde el comienzo mismo, al establecer la necesidad
aristocrtica tradicional, la asociacin del ms joven con el mayor de definir ros (237c7-8, ya que ... se nos plantea la cuestin ele si
cae, ele un modo privilegiado, dentro del mbito de las relaciones hay que buscm- preferentemente la phila del enamorado o la del que
que contribuyen a la plena adquisicin de la condicin propia, de no lo es, establezcamos ... una definicin ele ros ). El supuesto no
una aret viril que se Jiga al thos del guerrero y luego del ciudada amante de Scrates es el amante de la phila, y ros, segn su discur
no distinguido. El ros que combina la conveniencia con la admira so, tiene que ser domesticado y convertido en phila.
cin y el afecto es, muy naturalmente, phila. Por qu y para qu este primer discurso? Salvando la distancia
El Scrates ele Jenofonte moraliza la relacin homoertica y la intelectual, el amante socrtico coincidira con la gente biempen
hace ms platnica todava que lo que la har el prximo discurso sante en que, ante el mtmdo al revs que producen las mutaciones
de Scrates en el Fedro. El amante disimulado socrtico quiere sin del thos, quisiera volver a imponer las condiciones naturales
ninguna eluda satisfacerse sexualmente, como cualquier hombre en que no son sino la idealizacin de una experiencia pasada. Esta reac
esa situacin. Pero cree, con la buena fe de una persona biempensan- cin es la salida discursiva y polticamente ms fcil e inmediata, l a
que proponen antes que nada e l sentido comn y los lmites ele
56 Este vocabulario es la regla general. En algn caso aparace ros amor>>
la mentalidad colectiva, y tiene que ser refutada, as como, en los
dilogos, las opiniones de la moral tradicional son tambin respe
=
-l
m {!
mula su aceptacin festiva del erotismo juvenil (el Lisis mismo lo tres a la vez?) Por eso muchos rasgos ele su discurso pueden ser le
' dos en direccin a Lisias tanto como a Platn, y en algunos pasajes
presenta rodeado de adolescentes y sus jvenes enamorados, en una
escena de gimnasio cargada de erotismo), no es revolucionario por o puntuales hay que tener a la vista tambin esta ambigedad ele se
- -u
1--
.
proponer luego el amor platnico. El amor sin sexo, como vimos, gundo grado. Sobre todo el deslizamiento hacia el lado platnico
""'Q e
J::o
est por detrs ele expresiones que pueden tomarse tanto en su sen
. o
est ya en Jenofonte, exagerado ms all de lo que peda la misma
)> XJ
moral pblica. El amor platnico del segundo discurso de Scra tido corriente como en el filosfico. Algunos neutros como lo me
tes est frrmemente enraizado en el sexo, y en algn momento lo jor (237cl9, 238a7), <lo recto (238b8), el bien (= lo bueno,
disculpa con no disimulada simpata. El amante platnico se origi 239c3), tienen el sentido difuso ele lo socialmente valorado. (Para el
na en el amante de Lisias, y no se los podda distinguir por su con neutro aparente en 237cl4-5, ch. n. e infra.) Ms complejo es el caso
ducta, que vista desde el exterior es socialmente escandalosa en am ele algunas construcciones o concepciones, como la definicin ele
bos (25 l a ss.). Pero el demonio Scrates-Eros, hecho para romper ros y la estructura del alma, que parecen propias del discurso filo
los lmites sociales, por eso mismo tendr que ser sujetado con mu sfico platnico, y ele algunas palabras ele uso tcnico.
cha ms firmeza dentro de lmites morales y metafsicos. En ambos
discursos, Scrates condena la inmediatez y la compulsin del arre a) La definicin ele ros
bato ertico -eso que nuestra consciencia romntica vera como ex El discurso tienta con una lectura en clave filosftca desde sus
una decisin sobre la conducta inmediata. La deliberacin (hou
cusa o, ms bien, como mrito del amante-, aunque por distintos primeras lneas. La cuestin en juego es de orden prctico: tomar
motivos. En el primero, se la condena en nombre ele valores ya ran
cios. El segundo discurso exaltar literalmente hasta el cielo el arre leesthai) se hace con este fin, y el conocimiento ele la cosa en cues
bato ertico, pero obligndolo a sublimarse y renunciar a su satis tin es condicin necesaria para llegar a una decisin acertada. La
faccin, no ele palabra sino por motivos esenciales. Hasta dnde accin ser intil o nociva si no se basa sobre el conocimiento. Esto
es Platn bsico y, para contirmarlo, aquello que se trata ele cono
cer, lo que realmente es la cosa, se llama aqu la ousa o entidad
59 El Lisis usa ambos vocabularios. En el uso corriente, ros y phila (y tam
bin agpe) se superponen en parte, cfr. Dover ( 1 978), p. SO. Tambin en Platn
de la cosa.
la palabra tiende a recibir, con respecto a epithyma y ros, un sentido ms eleva Segn el discurso, este conocimiento ele la verdadera naturaleza
do. Cfr. Hyland ( 1 968). ele la cosa en cuestin es lo que habitualmente se da por supuesto.
3 10 31 1
Al deliberar y decidir sobre algo de importancia a partir de vagas re tos hace que el oyente se adhiera a ellos y produce la ilusin ele su
presentaciones cotidianas, corremos el riesgo de que el interlocutor libre asentimiento. De esta manera se logra una homologa retrica
est hablando de algo distinto o que nosotros mismos terminemos -no dialgica-, donde la parte pasiva acepta sin advertirlo el punto
extraviados en nuestra propia imprecisin. Platn, heredero del di ele partida, el cual conduce necesariamente al resultado. Scrates
logo socrtico, nace a la filosofa conociendo este peligro y estable mismo pondr al descubierto el juego en 263d-e, al preguntar si Li
ce desde muy temprano una metodologa adecuada para alcanzar, sias tambin haba hecho lo que l s hizo, a saber, si, al comien
en lo posible, el ser-verdadero ele la cosa y establecer sobre ese ha zo del discurso, nos forz (engkasen hemas) a concebir a Eros
llazgo el acuerdo clialgico60. La definicin ele ros que hay que es como algo determinado decidido por l, para luego olientar desde
tablecer ele comn acuerdo (homologai, 237cll) no tiene que ser all su discurso y convencernos de lo que quera. La presentacin
necesruiamente convencional. Si lo que hay que conocer como pun filosfica ele la definicin era un rutificio retrico.
to ele pmticla es la entidad y el qu-es estable y verdadero ele ros, Eros queda definido como y slo como deseo irracional y exce
entonces tendra que ser el resultado ele una investigacin dialctica sivo ele placer sexual. ros es subsumido ele entrada bajo el genus
llevada a cabo en comn. El acuerdo inicial (en arkh, princi deseo, epithyma. Un esbozo ele psicologa sirve, entre otras co
pio/fundamento?) no puede ser un mero convencimiento psicolgi sas, para establecer una tcita divisin entre el deseo temperado por
acerclo fundado en la realidad lo que dar solidez al lgos y cohe
co un asentimiento al otro ni un acuerdo slo consensuado. Es el la sophrosyne y el deseo intemperante o hybris, dividido a su vez en
mltiples miembros, uno ele los cuales, con su diferencia especfica
rencia a los interlocutores que deliberan, y la definicin as obteni (deseo ele la belleza del cuerpo), es rs. El deseo triunfa sobre la
da es tomada como punto de referencia (237cll apoblpein, 238cl9 razn, y un deseo -el que clm el calificativo del individuo- se im
blpein, cfr. Eutif. 6cl-e). La necesidad ele precisar o definir el obje pone a los dems y los pone a su servicio. Se llega a la definicin en
to como condicin ele un dilogo leal aparece en Gorgias 457c-d. forma metdica y subrayando los pasos cleductivos6 1 . Hay que con
En J3anquete 1 94e- 1 95a, Agatn abre su discurso con una suerte de siderar incluido dentro de] efecto retrico tambin este esbozo ele
metodologa del elogio retlico, reprochando a sus antecesores no las divisiones que el texto va a sistematizar en forma filosfica ms
haber dicho primero qu y cmo es el amor, para mostrarlo luego adelante. Su lgica no aventa el peligro ele ambigedad semntica y
como causa ele los bienes que le atribuyen, y Scrates aprobar ex valorativa que ser sealado en 263a SS. Sin embargo, el discurso
presamente el procedimiento (l99c). Respondiendo a ese pasaje, ser asumido como una determinacin aceptable del amor izquier
Scrates define aqu ros y su poder>> (dynmnis), potencr o capa- do en 265e-266a, que ele todos modos introduce una divisin dis
ciclad ele producir efectos, para establecer sus consecuencias buenas tinta cuyo genus es la locura del espritu o delirio.
o malas -en el caso del discurso, para el errnenos.
Tenemos, a1 parecer, todos los elementos para interpretar el pa
s<ue como filosfico-platnico. Ahora bien, un autntico acuerdo 61
La divisin no es estrictamente dicotmica. Hackforth, pp. 40 s., 133 n. l ,
sobre la ousa slo puede ser dialgico (diomologofmtai, 237c3), entiende que epithyma n o e s dividida, sino tcitamente reemplazada por hybris
algo que est excluido ele antemano ele la prctica oratoria. Por eso, como trmino genrico. Ms bien, la progresiva especificacin procede desde ( l )
el presunto acuerdo se convierte ele inmediato en una exposicin del el genus deseo (= deseo de placeres sensibles), 237d; (2) deseo de placeres sensi
bles moderado, 237d4-5 1 deseo de placeres sensibles irracional e inestricto = hy
orador, cuyos anlisis conducen a la propuesta unilateral ele una cle bris, 238a; (3) las species nfimae de la hybris: glotonera, dipsomana, etc., y ri5s,
fmicin ele ros. El clesan-ollo altamente persuasivo ele los argumen- 238a-c. La epithyma equivale sin ms al deseo de placeres sensibles (237d); si se
reconocieran placeres de otro tipo (Rep. 280d), habra que aadir otro paso entre
( 1 ) y (2). El deseo moderado, aludido en una lnea, est claro en el conjunto ele!
Ya en el Gritn (46b-50a) hay una metodologa del dilogo. Cfr. L. Nous discurso, y es el del no-amante o amante disimulado. La definicin tiene toda as
60
san-Lettry, Spekulatives Denken in Platons Friihschriften Apologie und Kriton, notas formales requeridas. C. J. Rowe, <<La elata relativa del Fedro, en Rossetti
FriburgofMunich, K. Alber, 1 974, y nuestro trabajo, A. Poratti, Dilogo, Comu (cd.) ( 1 992), p. 38 la aproxima con razn a la definicin final del Sofista, 268c-d.
nidad y Fundamento, B uenos Aires, Biblos, 1 993, pp. 36-50, 66-74.
312 313
b) Psicologa manejar una psicologa que tiene en cuenta esta dinmica conflicti
Desde el punto de vista del contenido, la definicin comienza va entre tendencias de forma bastante simple, pues slo distingue dos
poniendo a ros entre los deseos. Epithyma, en principio, es el de elementos, uno apetitivo y otro racional. Esto parece basarse en una
seo en su faz ms inmediata, enraizado en lo somtico y fisiolgi concepcin del alma bipartita, frente a la triparticin de Repblica y
co62. Esto es algo evidente para todos, ya que todos, frente a los del propio mito del segundo discurso, que es considerada la psicolo
cuerpos bellos, experimentamos el deseo y la atraccin sexual que ga platnica estndar, aunque en la obra platnica haya una fuerte
nos es connatural. En la frase que hemos traducido tambin los tendencia a la biparticin (cfr. la Introduccin, apartado El alma).
que no estn enamorados desean a los hermosos (237d4-5) podra En el discurso, sin embargo, no se habla del alma (psykh),
Establecido que tanto el amante como el no-amante desean, el . . o terarla 'substancialmente. Sobre estos elatos, en principio al alcan
discrimen se hace al hilo ele una distincin psicolgica que, en dos l- . )> :AJ
1:>.
ce 'tle todo el mundo, se puede construir ms ele una teora.
ncas, abre perspectivas ele largo alcance. En nosotros conviven dos ,_ Tambin en la opinin adquirida nos lleva hacia lo mejor,
clases ele tendencias o inclinaciones (dyo ida, n. a 237cl), una con hay la tentacin de una lectura filosfica. Platn sostiene que na
natural y otra adquirida: el deseo de placeres (epithyma hedonn) die bpsca deliberadamente el mal para s, en contextos dialgicos
y la opinin adquirida (epkttos dxa) que tiende a lo mejor. Esta omo Menn 77b-78b o especulativos como Simp. 205a-206a.
segunda fuerza es capaz ele moderar los deseos para que no se con Rep. 505d-e sostiene que muchos aceptan a sabiendas las apa
viertan en hybris. La convivencia ele ambas tendencias no siempre es riencias de lo bello y lo justo, pero slo aceptan las cosas buenas
armoniosa y, considerando la relacin de fuerzas entre lo innato y lo ele verdad y rechazan las aparentes. El alma persigue el bien y
adquirido, es ele esperar que tienda ms vale a ser conflictiva. Ya en hace todo por l, adivinando que existe, aun si no logra ni si
Rep. IV (439a-440el) se estableci la existencia ele partes del alma quiera una creencia (pstis, e2) aceptable respecto de l. Si la pro
a partir ele conflictos ele tendencias patticulares, en los que una pre posicin ele Scrates estuviera en esta lnea, la dxa que tiende a
tende satisfacer ciertos deseos y otra la sofrena. El primer discurso lo mejor se impondra siempre. Nuevamente, la frase no tiene por
qu tener mayor alcance del que tiene en el uso comn, que, inte
62 La fisiologa del amor (ros) como deseo (epithyma) puede verse en 11m.
rrogado, podra muy bien responder que lo mejor es la adecua-
9 1 d, y sus consecuencias ticas extremas -en el tirano, cuya alma est dominada
justamente por la pasin ertica- en Rep. IX, cfr. 578a. No es la concepcin ms 63 No se puede aducir a favor de lo que decirnos la imprecisin de djo... ede
frecuente en Platn, que tiende a poner a ros por encima de epithyma. Cfr. Hy de 237d6, porque es la misma con que se usa ede, eidos para las partes del
land ( 1 968), para el Fedro esp. pp. 42-43.
314 3 15
cin a los valores socialmente consagrados (o, con Lisias, la sa syne. Ambos conceptos forman parte del bagaje tradicional de la
tisfaccin de los apetitos ms completa y menos costosa). moral helnica y su experieucia del mundo. Sophrosyne es el do
El otro pseudoproblema consiste en identificar la tendencia racio minio razonable de s y la contencin frente a los impulsos desme
nal o razonable con la Razn sin ms, que as viene a consistir en una didos, y recurrimos para ella a la traduccin usual ele templanza.
mera opinin, dxa. La dxa, atenindonos a una supuesta nor En 254b, el majestuoso recuerdo de la Templanza, junto a la B elle
malidad de la terminologa platnica, se contrapondra at conoci za en s, contribuirn a sofrenm al amante filosfico. A esta nocin
miento (epistrne, nesis) slidamente fundado en el razonamiento. de sophrosjne le corresponde, en el texto, la de hybris como deseo
Dxa tiene en Platn al menos tres sentidos principales. El primero se (epithyma) dirigido al placer (heclons) sin contencin racional
confunde con el sentido coniente ele la palabra; dxa, sustantivo de (alg6s) (238a). Hjbris tiene aqu entonces, en principio, el senti
dokefn, parecer(me), tiene todos los sentidos de opinin, pare do ele indulgencia y falta ele freno con respecto a los impulsos y de
cer. En segundo lugar est la importante nocin de dxa aleths, seos. La traduccin elegida, intemperancia, est algo distante ele
opinin verdadera. Es un paso en el camino hacia el conocimiento los sentidos usuales de la palabra, y es en realidad una traduccin
(epistrne), como en el Menn, donde la dxa aleths (85c ss.) debe contextual, en funcin ele un uso platnico que comentamos ense
ser f- acla luego por un razonamiento causal (aitas logisms, 97e- guida. J:arnpoco sera fcil dar con una traduccin que d cuenta
98a). Los jvenes guardianes ele Repblica, no destiiJ.ados a la filoso () o 11 del sentido bsico y sus armnicos. En rigot, una prosa tcnica de
fa, son educados con opiniones verdaderas o conectas (504b-e, -l bera dsj'arla en griego como intraducible. Pero su comprensin no
506c-d). Si llegan a ser filsofos, esta opinin coiTecta recibir la co m .va ele suyo, y enconmendarla inocentemente a la cultura general
,......,
rTespondiente fundamentacin. El tercer sentido, tambin en Rep., es LJ . del lector, como es usual, tiene sus riesgos.
liD En Homero, el ncleo semntico ele hybris es una cierta idea
!u o ele <<exceso, consciente y no meramente impulsivo66, coloreado
el del modo de conocimiento adecuado al devenir sensible, mezcla de
p
,
f-
65 Hackforth, pp. 4 1 -42, Friedlancler Plato III2 467, ambos cit. por De Vries 66 Hjbris aparece en conexin regular con atasthalai y atsthalos, que conllevan
trmino.
237e2-3. Robinson ( 1 995), pp. 1 1 6- 1 1 7, subraya el sentido <<popular>> de dxa y la nocin de una accin premeditada y de consecuencias queridas. Cfr. M. Finkelberg,
de la biparticin del alma. <<Pattems of Human Error in Homer, Jow: Hell. St. 1 15 (1 995), pp. J 5c28.
316 317
l
i
edades de Plata y Bronce ( 134-13 5; 145-146, 1 52-154 ). En Hierro MacDowell pone el ncleo ele hybris en e l exceso de energa
se desliza hacia la peculiar violencia de los juramentos ' falsos y los (mal) usada en forma autocornplaciente ( 1 976, p. 21). Por ello
abusos jurdicos (191). En general, dke no significa <usticia puede ser atribuida tambin a animales y fenmenos naturales70.
(menos an <usticia de Zeus ), ni es el opuesto de hybris 1 . D{fce,
6 En los humanos, procede con frecuencia ele situaciones corno la ju
= en ventud y los excesos ele comida y bebida, y est tradicionalmente
resolucin (pacfica) de un litigio, en contacto con hybris
Hierro, fraude jurdico, adquiere un segundo nivel de significa asociada a la saciedad (kros) y a la riqueza; se manifiesta en la
do, rectitud de la decisin . Slo en este contexto Hesodo puede esfera sexual, en la agresividad, la desobediencia o en las puras pala
introducir la oposicin dke-hybris (21 3 ss., 2 1 3-21 4, 217, 238). bras y burlas. En un par ele pasajes hybris parece consistir slo en el
Otra interpretacin difundida, que ltimamente ha pasado por una gasto intil ele energa. El mismo ao, N. R. E. Fisher, apoyndose en
revisin saludable, remite hybris a la desmesura con que el hombre Aristteles, subraya la vinculacin directa con la intencin ele ofen
pretende traspasar los lmites que lo separan del dios, especialmen der a la vctima y producir un breach of status, esto es, la conducta
te en la tragedia. Hybris es una actitud ordinaria, puede clars . en destinada a infligir en fonna gratuita deshonor y vergenza en otros.
cualquier mbito y adems est sancionada en el derecho positivo Cfr. Retrica IT, 1 378b23-25: La hybris consiste en hacer y decir
reaprecer
del concepto7 1 Los dilogos ele los periodos medio y tardo extien
co est garantizado por ninguna <usticia . Esta Dke, hija ele Zeus den el sentido ele hybris a todo exceso consentido de los deseos, es
rectitu d de
?
en Trabajos cuando el texto haya establec ido el sent do de dk omb
.
decisin , pero no ser una Justicia tracenelente, smo una VIgii nte ele la elmi pecialmente el sexual, contraponindolo a sophrosyne, que en el
.
nistraci n ele la justicia humana , en cuyo mbito se agota. el setielo.
hesi elic? ele
_
uso corriente no es siempre su opuesto (en estas reas se contrapo"
proyect a en el mito ele las Eelaeles la tnfuncw nal!elael JUnelico ne ms bien a akolasa o akras{a). Este uso, en el que a primera
dke. J.-P. Vernant
y hace ele la opo i i dkt!!l rjbris la
teolgica, guerrera y agraria ele G. Dumzil
des races.
matriz estructural ele su reescritura hesielica (Le mythe heswd1que
Sur un "es
Essai d' analyse structurale [ 1 960], Le mythe hsiodiq ue des races. 193, y 26 ( 1 979), pp. 32-47; Hybris: a study in the values of honour and shame in
sai de rectification" ( 1 966), en Mythe et pense chez les Crees, Pars,
Maspero, ancient Greece, Warminster, Aris & Phi!lips, 1 992. A. N. Michelini, <<Hybris and
[La Dcouv erte, 1 985]). Aceptad o en lneas generale s por G. S. Kirk, !v yth. Plants, Harv. St. Class. Phil. 82 ( 1 978), pp. 35-44. D. L. Cairns, flybris, Dis
1 965
, Cambndge honour, and Thinking Big, Jow: Hell. St. 1 1 6 ( 1 996), pp. 1 -32.
Its meanings and functions in Ancient and other cultures, Londres
University Press, 1 970 [ed. cast.: Buenos Aires, Paids, 1 985, pp. 242 ss.]. La 70 MacDowell ( 1976), pp. 15- 1 6; ( 1 990), p. 2 1 . Michelini extiende la investiga
aqu. La hemos rozado en cin hacia la hybris de los vegetales, terreno ms alejado an de la experiencia huma
cuestin en Hesodo es compleja y no puede ser tratada
pensam iento antiguo Y su sombra, Buenos na que por ello permite una definicin amplia: El organismo hybrzon -humm10,
Dke y conflict o, en A. Poratti, El :
ammal, o vegetal- pone su propio engrandecimiento por delante del cump1inenlo
Aires, Eudeba, 2000.
68 Fisher ( 1 979), pp. 32-42 , Cairns 1 7-22, cits. en n. sig. del papel social que tiene asignado (pp. 38-39). La base de la metfora es la deso
69 Cfr. J. T. Hooker, The Original Meaning of hybris , Arch. f Begriffsgesclz. bediencia de plantas y animales domsticos y la violencia de los animales salvajes y
Gr. & Rome 23 las fuerlas naturales. Cfr. Fisher ( 1 992), pp. ! 1 9- 1 2 1 , Cairns, pp. 22-24.
1 9 ( 1 975), pp. 235-237 . D. M. MacDowell, Hybris in Athens ,
Meidias (Oration 21), Oxford, 1 990, 71 ( 1 979), pp. 44-45, ( 1 992), pp. 467 ss. Otros ejemplos (Fedn 8 1 c-82a, Rep.
&
( 1 976), pp. 1 4-3 1 ; Demost henes, Against
N. R. E. Fisher, flybris and Dishon our, Gr. Rome 23 ( 1 976), pp. 1 77- 402e-403b, etc.), en pp. 476-477.
pp. 1 8-22.
318 3 !9
vista no hay vctima exterior, puede leerse como una internaliza Pese a este rescate, el sentido normal del trmino, como modera
cin de hjbris, donde la mejor parte del alma se convierte en vcti cin :necliante el co?trol ele los instintos y las pasiones, seguir des
_
ma de la infe1ior72. El Fedro, adems, recoge las connotaciones de valonzaclo por Platon, como vrrtud vulgar, a lo largo ele toda su
la supuesta humillacin de la parte pasiva en la relacin homose obra. Pese a su ansiedad por rescatar una plis destruida en buena
nerse ?el todo al d.esprecio de los Critias y Alcibacles entre los que
xual. Por lo dems, al aplicar hybris a cualquier deseo excesivo, medida por el tipo humano de Calicles, Platn nunca pudo sobrepo
Platn est explotando el ms fundamental de todos los significa
dos de hybris, la idea de que hybris implica una disposicin en el fue cnaclo por la VIrtud democrtica de la sophrosyne. Por supuesto,
Scrates, en los dilogos, se presenta permanentemente con el rostro
agente que se sobrees tima a s mismo y subestima a los otros 73
del si5phri5n. Un dilogo juvenil, el Crmides, se ocupa temtica
mente ele la sophrosyne, y comienza con un ejemplo vivo ele ella en
d) Sophrosyne la persona de Scrates que, inflamado por la belleza del adolescente
La Atenas de la guerr a y de la sofstica someti a crtica la va (155c-d), se sobrepone a la turbacin sexual como para conducir la
loracin tradicional ele las virtudes, entre ellas y en primer lugar conversacin por sobrios cmninos. La definicin que sirve ele punto
cia
la sophrosyne. En sus formas menos radicales, la crtica denun ele partida, hacer lo propio ele cada uno, teapmecer en el maduro
que bajo el nombre de moderacin se esconden muchas veces la
':;;{jphrosyne, el control (enkrteia) ele los placeres y los deseos, que
() jj,epblica (43 l el-432a). En este ltimo cli{liogo, la nocin vulgar ele
cobarda, la pasividad o la ausen cia de sentimientos. Pero un
cierto clima , que afecta tanto a los crculos aristocrticos en que m A:Juivaldra a Ser dueo ele S (kretton hautoL, Rep. 430efi5, resul
se cri Platn como a las capas popu lares, llega a ataca r la virtud :_ :J)l paradjica, porque equivale a ser a la vez amo y esclavo ele s mis
mism a. Dos tipos social y humanamente tan alejados como el . E1o. Scrates est recogiendo aqu ni ms ni menos que uno ele los ar
Calicles del Gorgias y el Fidpides ele Nubes coinciden en ltimo
.'TI j;umentos ele Calicles (Gorg. 49 l cl-e). La definicin correcta ele la
trmino en sus fines. La aret como tal consi ste para ellos en el
o tanto, ser redefinida como la aceptacin voluntaria del control ele
)-- '-:i.ophros:vne es el dominio consentido ele lo mejor sobre lo peor. Por
incremento y la satisfaccin ele los deseos, y la moderacin se
vuelve riclcula74 . Platn rescatar la sophrosyne, sin dejar ele te la razn por pmte ele los apetitos. En el plano poltico, la sophrosyne
ner en cuent a esas critica s. Una preocupacin recurrente y priori consistir en que tanto gobernantes como gobernados estn ele acuer
taria ele sus proyectos polticos ser evitar la unilat eralid ad ele
do en que gobiernen los mejores (43 l cl-e). Es, pues, una virtud que
una virtud, sophrosyne o andrea. Tanto en Repblica como en comparten las tres clases, y la nica al alcance ele la clase inferior. Fe
Poltico, la conduccin sabia del verdadero poltico
tiene que lo
y dn 68c-69cl condena lo que la mayora entiende como sophrosy
grar la mezc la equilibrada ele los caracteres, en el individuo en ne, moderacin, como una cierta inmoderacin. Consiste en
vir
la ciuda d. Por lo dems, ya desde los dilog os inicia les, una abstenerse de unos placeres para obtener otros, as como el valor vul
tud no es tal si no est unida al saber.
gar afronta los peligros por miedo a la muerte. Las virtudes sin el co
nocimiento y la filosofa son virtudes ele esclavos (cfr. Po!. 309e?6.
7 2 Internalizacin paralela a la de si5phrosyne o dikaiosyne en Repblica, donde
las relaciones entre clases se corresponden con las relaciones entre las partes del
75 Prcticamente la misma definicin da Scrates en Gorg. 49 l d y Agatn en
alma. Adems, como fuente de irracionalidad, la hybris -y cada vez ms en el Pla
Symp. 96c, en ambos casos como propia del consenso comn o mayoritario.
76 Leyes 7 1 O a contrasta la si5phrosyne popular (demi5de), al alcance de ni
tn tardo- se dirige contra los dioses que sostienen el dominio de la razn en el
os Y animales, con otra, alabada como conocimiento. Pero no se trata ele un co
universo y en cierta medida son idnticos con l. MacDowell ( 1 976, p. 1 7) incluye
nociminto fil?sfico (como ree Guthrie, HGP IV p. 1 56). En 689a-d (sin la pa
los pasajes del segundo discurso ele Scrates dentro ele la hybris sexual.
ry
73 Cairns, p. 26. flybrists es la calificacin usual para el pederasta. Cfr.
templaza e n Rep .
labra sopluvsyne), la carenc1a de un acuerdo interior como el que defina a la
250e, 253cl-e, 254c y e.
qc est': 1mphcacla
7 4 Aristfanes, Nub. 1 060- 1 , 1 07 1 ; Gorgias 491 cl-492c. Cfr. H . F. Nortb, <<A Pe
es llamado ignorancia, y <<sabio quien goza de l, sin
. .
riod of Opposition to Sophrosyne in Greek Tbought>>, Tr. Am. Phi!. Asoc. 78 ( 1 947), nmguna capacidad especial. La virtud <<vulgar ele la sophro-
syne (cfr. 696d-e) sufre en Leyes una devaluacin general.
C . E . L P. A .
no debe ser confundido con el amante atolondrado de Lisias.
Poltica, filosofa y retrica
Todo el pasaje que conduce a la definicin de ros tiene un fuer- La transicin al segundo discurso de Scrates
te lengu<Ue poltico y est presentado como una disputa por el poder
(kratefn 237e2-3, 238a6, b8) entre dos potencias, una racional y El cambio ele plano que nos lleva al segundo discurso de Scra
otra irracional, que intentan imponer sus respectivos regmei1S . tes se prepara desde 24 1 e. Terminado, al pmecer, el cuento (m_vthos),
(arkhefn, arkh, 238 a l-2) en el alma, una mediante la persuasin, "" ' se lo deja librado a su suerte y Scrates quiere irse, temiendo que Fe
otra arrastrndola. El final del amor es literalmente un cambio ele dro lo obligue a algo peor, presentido ya mientras lo pronunciaba
gobernante (241a3) y ele rgimen de gobierno (a8). El discurso (242cl ) . De continuar el discurso, Scrates sera raptado por las nin
acenta la cara polticamente negativa de ros. Platn, en el Bw fas, divinidades silvestres que, convocadas por el lugm, han propi
quete, reconoce por boca ele Aristfanes el valor poltico del ros ciado desde el comienzo la causa de la retrica. Pero ya las ninfas es
homoertico ( 1 9 l e- 1 92b), que en la enseanza de Ditima no ten tn cediendo frente a otra dimensin ele lo divino. Ahora Scrates ha
clr un lugar prominente (cfr. 209 a-b, el-e), ni va a apmecer en el se incurrido en metros picos y, en contTaste con el popular y bquico
gundo discurso de Scrates, contra lo que esperaramos del apasio ditirambo, la pica nos lleva a un plano ms alto, en el que va a ha
nado amigo de Din. cerse presente el person<Ue pico ofendido, Helena, la hija de Zeus,
El rgimen impuesto por los deseos hybrsticos tiene nombres diosa ella misma, dispuesta a vengar la falta contra Eros.
determinados: tirana (tyrannusasa, 238b2) y dominio desptico
(dynasteuoLses, b5)78. ros representa la victoria ele la fuerza, tan
esencial en l que est entretejida en su mismo nombre (c2-4). En El signo clemnico
Repblica, el trnsito desde la democracia y el hombre democrticu
Platn y Jenofonte hablan de la seal de Scrates como algo
dairnnion, forma neutra del adjetivo derivado ele damon, pero .
77 El primer sentido de la palabra (saophrusjn, Od. 23. 1 3 en sing., 30 en nunca como un darni5n, genio o demonio que sera una enti
pi.), es el buen sentido, la prudencia>>, la cabeza bien puesta.
78 Dynastea no es trmino tcnico en Platn. En Aristteles es la oligarqua
dad divina, suerte ele dios personal u orculo propio personificado,
cuyos miembros se han puesto por encima de la ley y se suceden por herencia y que es una creacin tarda. En la gran mayora ele los lugares pla
(Pol. 1 292a39-b l 0, 1 293a30-34). tnicos, daimnion tiene un carcter adjetivo claro y se refiere a
322 323
t
N-----------=-=-----=--------=--=--------w
---
--=-
-----=mE-
w mm-.BE&
wd
.l
RIMm
n&a
m&ms
Mm
.,
-uma.a
u
u emaamamama
aw
B&awmm
u
nmmmmmmmmRDmmBDE&.-
._
_.wam
-.R_._
am
e
algo completamente indefiniclo79. Ya damon es, en general, un daimnion. Desde ya, no es genio ni dios. Es la irrupcin en la vida
poder divino no clefiniclo, intercambiable con Un dios o los dio
!.
cotidiana -su mbito ele accin son siempre sucesos puntuales- ele
ses, distinto ele ho thes, el dios personificaclo80. En Scrates, el una esfera ele poder, manifestacin que por ello se atribuye a lo
signo es un efecto ele lo claimnico, y eventualmente podra ver ; divino sin que el dios al que se alude alguna vez sea de ningn
se por detrs de l, sin necesidad de transformar el signo mismo en modo una entidad reconocible, y muchas veces se da como pura
un damon o genio, un dios o damon desconocido, cmo pue manifestacin que no parece tener nada por detrs. Es algo, cuya
den sugerir algunas frmulas, por ejemplo Apologa 40b l , to to a aparicin est en general indicada con el verbo ggnomai, que en
theoa semeon, el signo del dios, donde el dios es tambin, de este contexto puede traducirse como surgir o sobrevenir>> : Ap.
acuerdo a un uso normal ele la palabra, totalmente indefinido. En 3 l c8-cl l , me sobreviene algo divino y clemnico (thefn ti kai
otros textos, como ste del Fedro, aparece un uso cuasi sustantivo daimnion ggnetai). Unas lneas ms abajo, que citamos (cl3), se
del adjetivo neutro con el artculo, to daimnion81 intenta determinarlo como una VOZ, y en otros lugares, como
En Ap. 3 1 c-d Scrates se refiere al signo como algo que co aqu, un signo o seal82. En especial, no es un signo ele Apolo,
menz a sucederme de nio, una suerte ele voz que (me) sobreviene que se comunica con Scrates en forma indirecta y solemne desde
y que, cuando sobreviene, siempre me aparta de lo que estoy por el orculo o bien (con respecto a su Inisin, Ap. 33c) mediante
hacer y nunca me impulsa (a actuar) . En 40a-b Scrates relata a orculos y sueos y ele todos los modos por los que alguna dispen
los jueces que lo absolvieron que la advertencia clemnica no le ha sacin divina orden a un hombre hacer algo, pero no mediante el
ba impedido concurrir al juicio, aunque en todo el tiempo anterior signo. Menos an sera el Dios con mayscula, monotestico y pre
era siempre muy frecuente y se opona a cosas muy triviales, si es cristiano, cuya presciencia atribuy a Scrates una tradicin apolo
taba por hacer algo inoportuno. Es intil preguntarse qu es lo gtica. Pero tampoco resultan convincentes ciertas racionalizacio
nes, como la que hace del signo una intuicin genial en el sentido
:.1J
cipios del XX se complugo en atribuir a Scrates, a causa entre otras
1 .4 . 1 4 - 1 5 , 4.3 . 1 2, 4.8 . 1 y 5-6, Symp. 8.5, Ap. 4-8, 1 2- 1 3. Cicern, de Divin. I, 54,
324 325
ta contra lo divino. Hasta all el signo, que cumple aqu una fun perfecto, que no cambia de formas, ni engaa ni se engaa. Estos
cin bastante ms indicativa y explcita que otras veces. Queda a dioses son figuraciones coloridas ele lo divino por excelencia, las
cargo de Scrates adivinar cul ha sido esa falta. En Fedn 84e- Ideas, cuyas caractersticas ontolgicas reproducen en lo sensible,
85b Scrates se ha declarado adivino por dispensacin ele su dios p ara que los no filsofos puedan aprehenderlas. Este horizonte me
Apolo, y se ha puesto a s mismo, como compaero ele servicio del tafsico aparece aqu en la lejana. Eros, en principio, participara
dios, junto a los cisnes, que el da que mueren cantan ele felicidad de lo divino, y esto no sera menos sino ms que ser un dios.
previendo los bienes del Hades. All Scrates es un adivino plena La blasfemia consiste en hablar ele Eros como ele algo malo. Sin
mente inspirado por Apolo, aqu en cambio se reconoce mediocre, embargo, en el discurso prximo ser presentado, al igual que en el
y la capacidad es atribuida como algo propio a la psykh en gene Banquete, como el clesencadenante ele la penosa y peligrosa ascen
ral. Mediocre o no, Scrates entrara dentro de la categora de los sin del alma humana hacia la regin superior, y vuelve a ser ele
adivinos inspirados, segn lo que dir en su segundo discurso. hecho el hijo de Poros y Pena. En su funcionamiento efectivo,
Estamos pasando a un nivel superior de lo divino, que ahora ros no ser un dios sino el impulso hacia lo divino, las Ideas. Pero
compromete a los dioses mismos. La falta contra lo divino que como tal impulso inmortal e inmortalizante que sobrepasa al indi
Scrates adivina funcionar como uno de los puntales estmctu viduo y hace que l se sobrepase, puede legtimamente ser llamado
rantes del dilogo. En lo inmediato da paso al segundo discurso, divino y parte ele aquello divino hacia donde conduce a la
FOTO C O PlA O OR
psykh amante.
;,
pero mucho ms hacia adelante la cita de bico en 242d abre un
C . E . L P. A .
arco que abarca tambin toda la discusin de la retrica y que
slo se cerrar en 273e-274a, cuando se declare en forma inespe
rada que el verdadero orador se esfuerza en agradar a los dioses y Helena
no a los hombres. Este horizonte lejano vuelve menos irnicas
las rplicas acerca del carcter terrible e impo del discurso, que . Como el adivino, el poeta es quien ve lo que es, lo que fue y
no consiste slo en una blasfemia contra Eros, sino en la prctica lo qtie ser, gracias a un don que lo ha tocado y que, en plincipio,
"'. 'viene de la musa. Como todos los dones divinos, tiene un pre
desviada y profana de una actividad cercana al culto. Hablar para
los dioses ser una forma ele obediencia y pleitesa a nuestros cio alto, con frecuencia la prdida ele la vista fsica. El Demcloco
amos buenos, que establece otro nexo con Fedn 62b y nueva de la Odisea est presentado ele un modo ejemplar: Y se acerc
mente con 85a-b, el pasaje ele los cisnes, de los que Scrates, hie el heraldo con el deseable aedo a quien Musa am mucho y le ha
rdula de Apolo, es compaero de servidumbre, homodolos. ba dado lo bueno y lo malo: le priv ele los ojos, pero le concedi
Eros, que en el banquete era una entidad intermedia, aqu es un el dulce canto ( Od. 8 .62-64). La ceguera es un nudo dentro ele la
dios, hijo de Afrodita, y su divinidad sanciona la santidad del sexo. trama ele contactos con lo divino que alteran los lmites entre
Una blasfemia contra Eros es algo ya bastante grave para un grie hombres y dioses, sean dones recibidos o una transgresin, volun
go. Fedro sin duela entiende y comparte esto, aunque est molesto taria o no, muchas veces conectada con lo sexual84. Ver lo que el
porque se lo contradice en una cestin erudita de genealoga divi hombre comn no ve es un caso tpico. Las figuras paradigmti
na. Enseguida (242e), la divinidad de Eros queda atenuada al de cas del poeta y el adivino, Tiresias y Homero, son ciegas. Homero
cirse, luego ele la enftica afirmacin precedente, que es un dios o es el arquetipo del modesto entonaclor enante ele los cantares ele
algo divino (e3). No es necesario suponer, con Hackforth, que ciego, presente en muchas sociedades. Tiresias pierde la vista
esto es una concesin verbal al Eros damon ele Simp. (p. 55 n. 1). como consecuencia directa ele su comercio con lo divino.
En Rep. II (entre 379 y 3 83), la reforma de l a poesa para la educa
cin ele los guardianes no es slo una purificacin moral. Los mi 84 R. G. A. B uxton, Blindness ancl Limits: Sophokles and the Log ic of
tos permitidos debern presentar a los dioses tal como son: el Myth, Jour. Hell. St. 1 00 ( 1 980), pp. 26 s. y esp. III, 2-3. Para Estescoro, p. 32.
dios es bueno y causa solamente de lo bueno; es un ser simple y Pacte! ( 1 995), cap. 7 .
326 327
..
f
cupera la vista cuando se desdice en un nuevo canto, una pali dos Palinodias, que respondan a sendos ataques de Homero (que,
nodia. Hennias (75 , 2 ss.) interpreta que Estescoro recupera la suponemos, sera el haber aceptado el adulterio) y Hesodo, sin es
.
visin sensible, pero Homero logra la visin interior. Los comen .
pecificar cul sera el de este ltimo. Podra ser la historia, que
taristas modernos no toman en serio su seriedad neoplatnica85 .
Paus anias atribuye a Estescoro, cll rapto de Helena por Teseo, an
Homero y la leyenda ele Estescoro, que sera creda por mu
r
tes de su matrimonio con Menelao. De esa unin habra engendra
chos86, estaban a mano, y no se espera que tomemos el cuento al do a Ifigenia, entregada luego a Clitemnestra90. Por otra parte, en
pie ele la letra. Pero es difcil que el pasaj fuera liviano y sin una versin atribuida a Hesodo, Helena es sustituida por un fan
l
ele la vista (efdos, ida) para lo invisible (Fed. 79a, Rep. 509d,
mayor significado para Platn, que haba elegido el vocabulario tasma, que Paris lleva a Troya (Rep. 586c); en otra (Herdoto
Fedro 247c), y que convirti el Hades, lugar oscuro ele lo no visi
ble y del no ver, en el lugar luminoso ele aquello invisible (Fe
[ 2. 1 12- 1 20)9 1 , navega con Paris (sin consumar la unin) hasta Egip
to, donde es retenida por el rey egipcio Proteo, con quien permane
ce hasta el reencuentro con Menelao. Estescoro parece haber
dn 68a-b, 80d, 8 l a, e-el; Gorg. 493b) a que accede la visin del combinado la Helena egipcia y el fantasma. La navegacin hasta
notis y del conocimiento (Crat. 403a, 404b).
sos citados por Platn (= PMG 1 92). El pecado ele Hesodo, ms
Egipto no concuerda con el nunca subiste a las naves de los ver
La hija ele Zeus figura por derecho propio eh los rangos supe
riores de lo divino. Helena f1.1e deificada y recibi culto en Esparta, leve que el ele Homero, ya que no pierde la vista, podra haber sido
que celebraba una fiesta en su honor en la que Estescoro pudo sostener esta versin (R. Adrados). Estescoro podra haberla susti
cantar sus poemas87. El Helena era un largo poema en dos libros. tuido por otra en la que Hennes la lleva a Egipto por el aire (Eur
:'1J 'l; cin (III in fine). Helena es menciona' en el Fedro, slo n este
ripattico Cameleonte, un extracto de cuyo comentario (PMG 193)
26F l ), adj udica la leyenda al historiador Conn (I a/d C.). R. Adrados ( 1 978),
p. 284, la hace remontar al mismo Estescoro.
89 Page Pk!G, Oxford, 1 962- 1 967, SPMG, Oxforcl, 1 974; los testimonios es
tn recogidos en Davison ( 1 966). Cfr. R. Adrados ( 1 978), pp. 25 1 ss. y su edicin
87 Eurpicles hace anunciar su conversin en inmortal a los Discuros (Helena ele Lrica Griega A rcaica, Madrid, Grcdos (BCG).
1 666- 1 669) o a Apolo (Orestes 1 629- 1 637; los versos sospechados 1 63 1 - 1 632 la 90 Bowra ( 1 963), p. 25 1 . Rapto de Teseo: Pausanias 2.22.6-7 = PMG 1 9 1 .
dan ya como un astro). Iscrates, llel. 63, menciona el culto contemporneo de Pero Hesodo (fr. 1 7 6 Merkclbach-West, continuacin del escolio del que proce
Helena y Menelao en Esparta. Tambin Pausanias menciona milagros de Helena de PiVIG 223) solamente habla de deshonrar el lecho de Menelao. En otra ver
(3.7.7) y templos dedicados a ella en Laconia ( 3 . 1 5.3). sin, Helena no ha alcanzado la pubertad (Iscrates, He!. 1 8- 1 9) y es confiada a
88 PMG 223 = Sch. Eur. Or. 249, trad. R. Adrados, que lo atribuye al Helena. una guarda (Plutarco, Teseo 3 1 .3, dentro ele un complicado relato de los hechos,
Las tres bodas ele Helena pueden completarse con la unin con Teseo que men 3 1 -35 .3).
cionamos ele inmediato, o un matrimonio con Defobo, hermano ele Paris, tras la 9 1 El papiro la adjudica a Estescoro. Para los testimonios e interpretaciones
muerte de ste (Davison, 1 966, p. 85). en juego, Davison p. 84-86, cfr. R. Aclraclros ( 1 978), pp. 285-286. :
[1:
.:..
de la diosa, que desde la simple verdad es mentira. La Palino
dia de Scrates se abre retomando la cita de Estescoro, y con ello
f
:
1
.
0R A
f01 0 CO PIA D /\
cubierto, parte del mensaje manifiesto del texto, puede leerse ele
C .S,'
vado a una, dos o ms potencias92.
1
o
, r . r
1
La transicin hacia el segundo discurso
1
Lisias o del no-amante que sirve de mscara al amante del primer Scrates, orador ele un nuevo discurso, lo dirige a su audien
discurso de Scrates. El hombre amante que aparece ahora, y que cia, que no es Fedro sino una ficcin literaria, el pas que ha es
!
podra haber escuchado la conversacin, es aquel amante socrti cuchado los dos anteriores, y lo adjudica a la autora ele Estesco
t
co desembozado. La oposicin hombres libreslmarineros ro (243e9-244a3J El discurso propiamente dicho comienza en
nos pone desde ya y sin ambigedades ante la concepcin elitista 244a3b. Sus graneles divisiones son:
ele la pederastia. El amor entre varones nobles y libres se con
trapone a la sexualidad elemental de la chusma marinera, sustenta
cin poltica ele la democracia asentada en un imperio martimo. 1! 244a3-245a8, reivindicacin de la mana, en sus distintos ti
pos: mana proftica, 244a8; catrtica, 244d5 ; potica, 245al .
1
La figura del amante frente a quien habra que avergonzarse proce La locura amorosa es igualmente benfica. Es la tesis del teo
de del amor noble. Pero Platn no suscribe este tosco giro a la de rema, que tiene que ser demostrada, 245b 1 -c2.
recha. El verdadero amor noble no ser el tradicional sino el amor o La demostracin del teorema abmca desde 245c2 hasta 256e2.
1
filosfico, el amor platnico que har consistir la nobleza, la En primer lugar se desarrolla una condicin necesaria de la ele
eleuthera y la paidea en cosas insospechables y seguramente mostracin y previa a ella: conocer la verdadera naturaleza del
ininteligibles para el mistcrata ele cuo arcaico. As como el pro alma, tanto divina como humana, 245c2-249cl3 . Esta exposi
cin se divide en el conocimiento ele su inmorlaliclacl, que es
f
grama poltico ele Repblica no tiene demasiado que ver con nin
guna forma ele organizacin anterior, el amor verdaderamente libre demostrada mgumentalmente, 245c5-246a2, y ele su naturale
set tambin la prctica ele una revolucin. Los discursos de Lisias za o aspecto, ida. Para esto ltimo se recurre a la compara
y Scrates mostraron el agotamiento de las opciones erticas de cin con la imagen del carro, su auriga y la yunta alada. La
mocrticas o conservadoras. Pese a las tonalidades positivas del comparacin se convierte en el relato ele las actividades ele las
prrafo, la moral ertica tradicional es insuficiente para borrar de almas divinas y humanas, el viaje hacia la regin hipemrania,
la boca el gusto salobre ele las aguas plebeyas del Pirco. la cada de las almas, su encarnacin terrena y sus destinos .es
catolgicos, 246a2-249d3 .
92 El juego incluye h autora de los discursos, que Scrates vuelve a manipu
Estos presupuestos se aplican a la locura amorosa, y se des
le anuncia el desagradable destino escatolgico del que cede gia posible es invertir su signo negativo, y para ello hay que mos
al no-amante de los discursos anteriores. trar que la locura como tal puede ser un bien, y el mayor de los bie
1
ne'i) . Tanto el discurso ele Lisias como el primero de Scrates se
movan dentro de la oposicin hjbris-sophrosyne, con esta ltima
La locura inspirada y sus formas como trmino positivo. Aqu sophrosyne pasa a ser el trmino ne
1 aativo dentro la oposicin fundamental con mana.
1
b
r
Mana y su verbo manomai son las palabras bsicas del rico
El segundo discurso ele Scrates y la verdad voc abulario griego para la locura y en cierto modo las voces es
tndar, mayormente usadas en prosa. El texto tiende a distinguir
La cita de Estescoro retomada abre el nuevo discurso arras la ele nsos, la enfeimeclacl ele ciertos estados morbosos (244b
trando consigo toda la compleja verdad acerca ele Helena. Ya es y nn.). En el primer discurso ele Scrates, la pasin inmoderada,
tbamos desorientados por la adltera que exige negar la verdad ros, era una ele las formas ele hybris, y su condicin ele locura
fctica desde su verdad superior ele diosa y obliga a la construc enfermiza era una circunstancia concomitante o una consecuen
cin ele una ficcin potica deliberada, sabida como tal. (Estes cia ele su carcter hybrstico. Aqu, en cambio, el genus a dividir
coro es el poeta inspirado por la musa Helena para conocer la pasa a ser mana, que se reparte entre esta locura humana y la que
verdad, o miente a instancias ele la diosa? No lo sabemos, tal vez envan los dioses para bien de los hombres. La locura proftica y
tampoco l.) Y ahora Helena abre, desde su barroco lugar ele la la poesa tienen tambin una contrapartida sensata ele menor
verdad, el discurso verdico de la filosofa y de la verdadera re valor; no as la segunda forma ele locura, relacionada con las pu
trica. Para dar todava otra vuelta de tuerca, la verdad anunciada rificaciones, anmala en ms ele un sentido.
es la verdad de la locura, a la que quedan vinculados el <bien y J\!Jana no es locura en el sentido ele una patologa psquica
la revelacin -entre otras, la revelacin potica- ele la verdad. permanente, con manifestaciones esporclicas93. La mana es tran
La locura inspirada nos remite a la altheia y al mundo arcai sitoria. En el primer discurso ele Scrates, la forma inferior de
co ele los maestros ele verdad. Pero estamos desde hace mucho ros presenta alternativas ele enfermedad y ele recuperacin ele la
en un mundo desacralizado. En su juego con Estescoro (y con sophrosyne. Pero el gran ros al que se refiere el nuevo discurso
nosotros), Scrates obliga a la verosimilitud potica a tomar puede llegar a ser un estado sostenido, aun hasta ms all ele esta
como modelo la verosimilitud retrica. Ahora va a pronunciar un vida. Mana est etimolgicamente conectada con mnos, fuer
discurso, de rasgos poticos, destinado a persuadir a Fedro y que za, la irrupcin violenta ele fuerza colrica que transfigura al
ser, l mismo, calificado luego de verdad a medias (265c), guenero en la batalla. Mana es un ataque ele 1ocura94. J\!Iano
que puede orientar y extraviar, pero que servir ele ejemplo ele mai es el hecho ele volverse loco entre dos estados permanen-
Verdadera retrica cuando haya que proponer una retrica mu
cho ms refinada y eficaz que la del Gorgias o la de los manuales.
93 Cfr. Padel ( 1 995), a quien tenemos en cuenta en lo que sigue, passim. G.
Colli, La nascita dellafilosofia, Miln, Aclelphi, 1 975, 1 y 3.
FOTOCOPIADOR
9< Pade1 35 y passim.
C . E . I . P, A ,
.
. .
332 333
\ ' '/
tes ele cordura. En la tragedia, es el episodio nico enviado por Los orculos y las etimologas
los dioses a fin ele que el sujeto trgico cometa acciones desastro
sas para s mismo y para su entorno, pasado el cual recupera En los orculos, la poesa y las purificaciones, el carcter be
(atrozmente) la consciencia (yax, Heracles, gave y Penteo . . . ), nfico ele la mana es relativamente claro. Los orculos fueron
o episodios recunentes que el paciente prev y recuerda con te permanentemente consultados en el mundo antiguo, en especial el
mor (o, Orestes, Casanclra). Este carcter transitorio ele la locura ms clebre, el ele Apolo dlfico, por supuesto con la pretensin
propiamente dicha permite su asimilacin a los fenmenos de orientarse para elegir el mejor curso ele accin, y es el caso me
enumerados en el Fedro, que estn previstos en la cuadrcula ele nos libre ele ambigedad. As y todo, las respuestas ele Apolo que
'
la cultura y las instituciones y se clan en personalidades en princi conocemos tienen una compleja estructura semntica ele doble
l
pio normales . Podramos preguntarnos si el griego coniente senticlo97, que haca necesaria su exgesis. Apolo no es un santo
vea en el mismo plano la locura ele los personajes trgicos y el ' J
!
cris tiano vocacionalmente dedicado a beneficiar a sus fieles. El
xtasis ritual ele la sibila o la ampliacin ele la consciencia poti orculo no evita males posiblemente clestinales y a veces funciona
.
l
ca. La psiquiatra moderna sospec1ara ele quienes oyen voces como la zancadilla necesaria para que se cumplan. As el ms c
o mantienen algn tipo ele comunicacin con poderes, pero slo lebre ele los orculos mticos, el que recibe Eclipo, y la siniestra
algunos delirios mdicos del siglo XIX invitaron al genio poti broma ele que es vctima Creso en Herdoto 1 .53 y 9 1 . El orculo
co o artstico a ingresar en la patologa, y, que sepamos, todava es uno ele los desafos ele la sabidura arcaica, en la vecindad peli
nadie puso al enamorado en terreno clnico. grosa ele esos enigmas en los que el sabio se jugaba la vida en un
En el discurso, la mana es un conjunto ele modos ele comuni i '
acertijo98.
cacin ele los dioses con el hombre, una emergencia ele lo divino { , La excelencia de la mana proftica se justifica mediante eti
>
l l
- '
en lo humano, en donde produce efectos. Sus tipos son clasifica mologas. L '(i-inologa como modo ele acceso a la realidad se
'
ses que los envan y en cierta forma revelan su sentido. La segn 1- [ .. el texto, suponer que el tiempo y el uso u otros factores humanos
cla presentacin remite engaosamente a la primera, aunque no s: o han ido deteriorando la fuerza nominativa de las palabras. Esto su
son conmensurables y en muchos detalles son incompatibles95. pone, a su vez, una institucin origimuia del lenguaje, sea divina,
Que la locura es enviada por los dioses, es una afrrmacin ob sea por parte ele un hombre divinamente inspirado o excepcional
via para un griego. Pero no haba en ello nada ele buerio ni ele de mente sabio. La primera expresin terica de esta concepcin y de
seable. Reivindicar la locura es un desafo, al parece1\ intentado
por primera vez por Platn y profundamente ajeno y hasta repug
nante a las ideas griegas sobre la cuestin, aunque el texto del Fe go, pero no representa las creencias de su cultura. [ . . .] El Fedro es uno de los tex
dro ser una influencia decisiva en la lejana postericlacl96. El dis tos ms ir6nicos, retricos y sutiles. Nada n l es un testimonio directo ele nin
curso enumera tres tipos ele mana ele origen divino para revertir gn punto de vista acerca de la locura: ni el ele Platn ni el de los griegos en ge
neral. Sus imgenes de la mana son mltiples y contradictorias, y deben de haber
la afirmacin general ele que la locura es un mal a evitarse y rei resultado alarmantes en su poca. El dilogo las presenta con propsitos propios.
vindicar la mana ertica. Encajando en esta filigrana de ideas originales, encontramos la afirmacin que
tuvo gran inf!Llcncia en el Renacimiento y en nosotros: esa mana producida por
los dioses puede acarrear "bienes" (Paclcl, pp. 1 05 - 1 06).
97 Cfr. Herclito, B93: El seor, cuyo onculo est en Dclfos, ni habla clara
95 Padel 1 06 SS., 1 09 SS. mentc ni oculta, sino que hace signos (seminei)>> .
96 <<La idea de que la locura es algo tan positivo como "bendiciones" aparece 98 G. Colli, La nascita . , cit. en n. 1 , 4; L a sapienza Greca I, Miln,
..
por primera vez en el Fedro de Platn. Es griega, dado que fue escrita por un gric- Adelphi, 3 1 98 1 , pp. 435 SS.
334 335
su opuesta, la concepcin convencional y artificial del lenguaje, se ma, que es incapaz de razonamiento, y slo se deja llevar por las
encuentra en el Clatilo. Como prctica, podemos encontrarla antes, imgenes (edola, phuntsrnata, 7 1 a). El nos la controla por
por supuesto. Se ha adjudicado a Herclito, en quien encontramos medio del hgado; la atemoriza volvindolo amargo y arrugado
el gusto por los juegos etimolgicos (B 1 , 2, 1 14, 48)99. La irona 0 la serena volvindolo dulce, y refleja en su superficie lisa y
de los juegos etimolgicos de Platn es ms que obvia. Sin embar brillante imgenes que a la noche la hacen capaz ele adivinacin,
go, no hay que perder de vista que deriva de ideas vlidas en su ho nico modo por el que el alma nutritiva puede aproximarse a la
rizonte cultural. Por ello nunca estamos del todo seguros, en el verdad. El dios (7 1 e) da al hombre la adivinacin a causa de su
Cratilo, acerca del residuo de seriedad en el fondo de la cmTiente debilidad (aphrosyniii antropni). La prueba es que nadie llega
de etimologas evidentemente divertidas. Por otra parte, nuestra en su buen juicio (nnous) a la verdadera adivinacin entusisti
lectura de la cuestin pasa a travs de dos siglos de lingstica his ca (mantikes enthou ka'l alethos); la valoracin del entusiasmo
trica. Un uso modemo de la etimologa como poderosa herra y del buen sentido, como vemos, est invertida con respecto al
mienta especulativa, el del Vico de la Scienza Nova, nos suena to Fedro. El sueo, la enfermedad o el entusiasmo hacen que la
dava cercano al Cratilo. mente Se desve, delire (parallxas, 71 e6), y para interpretar
FOTOCOPli\DO R.
esas seales tiene que volver a su buen sentido. Como en otros
F . L P . A.
casos, el Tirneo hace un lugar a creencias y prcticas respetadas.
Platn y la adivinacin Aqufracionaliza los orculos y la adivinacin oficial por las en
traas ele las vctimas.
Se da por aceptada la baja estima ele Platn por la mntica,
aunque no recuerdo otro lugar en que esto se exprese que Rep.
364b-c, donde se menciona a los adivinos y sacerdotes mendi Las purificaciones
cantes. El rechazo ele las formas inferiores ele una actividad no
implica el rechazo de esa actividad misma. En otros lugares La segunda forma de mana es, en cierta medida, anmala y
(Po!. 290c-d, Leyes 828b) se asigna a los adivinos un puesto de no disponemos de ejemplos de ella. La frase misma es problem
cente pero subordinado. Tambin pueden formar parte de los tica. Ciertas familias -obviamente, las graneles familias trgicas,
ateos peligrosos por su inteligencia (Leyes 908cl) 100 El aprecio y pero la referencia es muy vaga- padecen sufrimientos gravsimos
desprecio ele Platn por la adivinacin hay que buscarlos ms a causa de antiguos men[mata. Mnima, palabra poco usual y ms
bien en el Timeo (7 l a-72b), en el contexto (70e ss.) ele las fun bien potica, es, en principio, causa ele ira, ya que las faltas tr
ciones ele la parte inferior del alma, situada debajo del diafrag- gicas no siempre llegan a ser culpas.
La traduccin intenta seguir con cierta aproximacin la com
99 Cfr. R. Mondolfo, Herclito. Textos y problemas de su interpretacin, M plejidad de la frase. El hecho sintcticamente destacado es que la
xico, Siglo XXI, 6 1 9 8 1 , pp. 323 ss., y G. Calogero, cit. all, que atribuye a la men locura es el sujeto a lo largo ele toda la frase, aunque no aparece
talidad arcaica una indistincin de las esferas lingstica, lgica y ontolgica; G. S. hasta un par de lneas despus ele empezada. La frase se abre con
Kirk, Heraclitus. The Cosmic Fragments, Cambridge, 1 954, pp. 1 1 7 ss. Platn no la referencia a las enfermedades y los sufrimientos o traba
se adhiere a la teora del origen natural del lenguaje, contra lo que suponen mu
chos lectores de Borges, extraviados por los versos Si (como el griego afirma en
jos ele las familias mentadas. Nson, 244cl5, no parece aludir a
el Cratilo) 1 E! nombre es arquetipo ele la cosa ... >> (El golem>>, en El otro, el mis enfermedades fsicas sino mentales. Un dios, o la potencia del
mo). Tampoco se adhiere al convencionalismo de I-Iemgenes, sino que, como lo caso, habra enviado a una familia una locura enfermiza que lleva
1 00 Dodcls ( 195 1 ), p. 2 1 8. El aspecto casi grotesco de Eutifrn podra respon
indica el fin del Crat., la solucin debe buscarse del lado ele las Ideas. a las generaciones a cometer climen tras crimen 1 0 1 Pero la mana
336 337
irrumpe como intrprete (prophetesasa)1 02 y, a travs de prcti cas de los valores y el thos ele la sociedad tradicional. Esta funcin
cultuales y ruegos 1 03, obtiene las purificaciones que, pareciera, no es incompatible con la inspiracin ; por el contrario, tiene
quedan luego establecidas como iniciaciones liberadoras 1 04 respaldo divino. Y el reformador poltico radical Platn no po
Esta locura debe ser correcta, o rths (e4). Pero a diferencia de dr (como a veces equivocadamente se dice) prescindir ele ella.
la adivinacin y la poesa, no hay en este caso un modo tcnico La poesa como inspiracin y la poesa como educacin no son
de establecer purificaciones. Leyes 908d incluye tambin entre opuestas sino complementarias, y sta presupone a aqulla. As
los ateos peligrosos a los que establecen purificaciones particula son presentadas en el texto. Lo que aqu se adj udica al poeta ins
res o privadas (idais). pirado, cantar los hechos de los antiguos para educar a la
posteridad (245a5), es la funcin tradicional ele la poesa. Po
demos, si queremos, incluir en ella alguna resonancia de la re
Platn y la poesa forma potico-educativa de Rep. De hecho, coincide con los g
neros admitidos en X 607a, el encomio y el himno. Sin embargo,
El p{uTafo dedicado a la inspiracin potica combina sutilmen los trminos posesin y locura, delirio bquico y la alusin
te las dos (o, como veremos, tres) perspectivas platnicas so!J.re la 6 , principal a la lrica hacen despuntar en el prrafo del Fedro una
poesa, perspectivas opuestas que tensan la comprensin platnica a.:
........,
recuperacin de la espontaneidad potica que habr experimen
0...
de la poesa como seguramente tensaron la actitud ele Platn con tado el Platn adolescente, si es verdad la historia (DL 3.5) de
o que, a punto de entrar en una competicin teatral con sus propias
u .
o W
respecto a ella. Por un lado, la poesa inspirada, que viene di
rectamente de la concepcin sagrada y presofstica del fenmeno tragedias, escuch a Scrates delante mismo del teatro de Dini
1- .
u
potico. Por otro, la perspectiva del reformador poltico y educati sos y las quem (clespidndose ele ellas, de paso, con un verso).
vo, que en un mundo sin sostn no cree en la inmediatez ele la ma Esta experiencia personal de la potencia potica se transluce has
nifestacin ele lo sagrado y, consciente en carne propia de la po ta (o en especial) en los pasajes ms severos del legislador y pu
tencia ele la poesa, busca encauzarla y acotarla dentro de lmites rificador de Repblica (cfr. 378b). La poesa paidtica es inspira
muy estrechos. da, pero la inspiracin tiende siempre a escaparse de los lmites
La poesa ha sido desde el origen el instrumento educativo y que le pone la poltica.
poltico por exceleucia, en especial en la tradicin continental, La poesa tiene tambin una armazn tcnica, y Platn agrega
tica y espartana, no tanto en la lrica elica y jnica, aunque no qu la categora del poeta meramente tcnico, paralelo al augur.
falten en ella elementos de este tipo. La pica, la poesa elegaca Esta es una tercera perspectiva y est basada en la ontologa ele
y ymbica, los cantos simposacos, son el medio de transmisin Rep. X . El lecho en s, creado por <dios (597b), es imitado en su
estructura ideal por el tekhnftes, en este caso el carpintero, y a
su vez esta obra sensible es vuelta a imitar como obra sensible
102 La frase es desesperante, y las mltiples correcciones propuestas, que no por el tekhnftes degradado que es el artista mimtico (el pintor, o
recogemos, no contribuyen a aclararla. La locura descubre la falta originaria o el poeta que imita acciones, caracteres y sentimientos). La poesa
interpreta la situacin en general y encuentra su remedio? Enloquece al miem resulta as una mmesis de segundo grado y, como tal, requiere de
bro de la familia apropiado y lo convierte en intrprete, o se trata de algn hom algn tipo de tkhne.
bre inspirado que viene de fuera?
103 Un procedimiento semejante, sin el elemento de la locura, se menciona en Desde Homero y Hesodo, el don de la Musas y la Memoria es
Leyes 854a-b: la compulsin (ostros) al robo sacrlego es producto de culpas an una ampliacin de los lmites normales del conocimiento, un in
cestrales, y se aconseja al desdichado que la padece suavizarla con ritos purifica cremento de la lucidez intelectual. Los aedos homricos no enlo:
torios, plegarias y frecuentacin de los buenos ... o bien suicidarse.
104 Teleta, ritos, llega a significar a fines del siglo v y en Platn <<ritos de ini quecen. La concepcin de la poesa como mana y estado irracio
nal o suprarracional no es, pues, la concepcin originaria. Se
ciacin>> (Padcl, pp. 1 10-1 1 1 ). Una vez ms, quin queda liberado? Los miem
bros de l a familia solamente, o se establece una iniciacin accesible a otros? seala habitualmente como su iniciador a Demcrito, citado en la
338 339
Antigedad por Cicern y Horacio105 La doctrina ele la poesa aceptarla e invertir su valor, reivindicando la locura enviada por los
como mana o estado ele inspiracin recone todo Platn desde Ia dioses como beneficiosa. Esto, que, como dijimos, va contra las
Apologa (22a-c), donde los poetas ya estn puestos en relacin ideas corrientes, se prueba con los ejemplos aducidos. La tesis que
con los adivinos. El locus classicus es el pasaje del Ion (533cl- el discurso tiene que demostrar es que la locura ertica tiene origen
534e). La cadena formada por la Musa, el poeta, el rapsoda y el divino y cmcter benfico. La bondad del amor es todava ms pa
auditorio se compara a una cadena ele anillos imantados. Aun la radjica que la ele la locura en general. De Safo en adelante, Eros
capacidad del modesto rapsoda no es una tkhne sino una capaci es terrible y el desdichado amante preferira evitmlo. La tesis es
dad divina (thea dynamis). Ion recune a todo el vocabulario ele la una apuesta fuerte. Scrates comienza exigiendo al adversario que
posesin y el entusiasmo para el poeta, cosa ligera y sagrada y demuestre que el amor no es enviado por los dioses al amante y al
alada, que slo puede crear en un estado ele enajenacin y prdi amado para su beneficio (b4-6). Pero enseguida l mismo (o no
da total ele la razn (534b), como los que clan orculos. El viejo sotros, implicando al muchacho) asume -como es lo conecto- el
340 341
El principio de la demostracin y la tesis del argumento sobre l a
pec tivamente). El segundo, que el severo carcter tcnico del
inmortalidad (245b-c)
fragmento no puede excluir, implica el primero.
No hay que decidir entre un sentido corriente y uno tcnico otras interpretaciones, cfr. en especial Frutigcr, pp. 1 30 ss., Hackforth, pp. 64 s., y
!09 p uede 1 e .
de a rkh (punto ele partida y principio-y-fundamento res- Robinson ( 1 995), p. 1 1 5 (alma en todas sus formas).
:erse as re,erencws antiguas y modernas en Robmson ( 1 97 1 ), p.
. .
1 8 , y Moresclum ( 1992), pp. 1 99-200. Segn Hcrmias, 1 02. 1 0 ss., Posidonio pare
106 e ha er pensado en el alma del mundo, y Harpocracin en almas individuales que
Chemiss, A ristotle 's Criticism of Plato and the Academy I, p. 66 n. 2, lo
refiere a c2-4 (citado y criticado por De Vries).
mclman hasta el alma de las moscas. Hermias mismo, como Robinson en la actua7
107 De Vries: la arkh de la demostracin es c5-246a2, y el resto del discurso
lidad, entiende que es el alma notica, en base a la limitacin ele 245c al alma di
?
vina y humana, con remisin a lo thefon ti comn a hombres y dioses, Tim. 4 1 c7,
es tambin una demostracin; de lo contrario, la observacin sobre los inteligen
tes y los sabios resulta superflua.
69c3 CRo inson, 1 995, p. 1 1 6). Bett ( 1 986), p. 1 5 n . 25, critica acertadamente que
esto restnnge el mgumento a una sola de las partes del alma tripartitadcl mito.
342 343
7'0 aeilneton athnaton es tomado como un rzdoxon por I-IacJ(
1
Las palabras siguientes, pues lo que se mueve siempre es in
mortal (to gr aeildneton athnaion), se convirtieron en objeto forth (p. 65) y como una definicin por Diano (p. 191). Esta defini
de controversia cuando un papiro (Pap. Oxy. 1 017, comienzos del 1 cin o axioma sirve como punto ele partida y premisa mayor. 1hl defi
siglo m d.C.) aport la leccin (ya conjeturada por Vollgraff) au
tokineton, que se mueve a s mismo, y fue adoptada, en espe 1i nicin est basada en la idea ele que lo vivo se mueve necesariamente
y la vida se prueba por el movimiento. Segn la conecta observacin
cial, por Robin en la edicin Bud. Aeikineton es la leccin de los de Hackforth (p. 65 n. 3), Platn mismo la habra considerado una
1
1
manuscritos y est testimoniada por Cicern1 10, Hermgenes, Es proposicin analtica. Vida y movniento se identifican y se co-im
tobeo y Hermias. Semejante respaldo filolgico hubiera compro plican conceptualmente. No es esto lo que debe ser probaclo1 12, sino
metido la fortuna de la variante, de no ser porque sta aportaba que el alma es inmortal, por lo tanto, que el alma se mueve siempre.
una simplificacin lgica no despreciable en un argumento apa Para ello, se demuestra que lo que se mueve a s mismo (y slo
que se mueve a s mismo) es lo que se mueve siempre1 13. El mo
ltimas dcadas se ha vuelto al texto ele los manuscritos. .. -
rentemente tan estricto y en realidad tan difcil ele asir1 1 1 . En las l o
\/?o- '
miento ele un mvil, en general, puede tener dos orgenes: o el
,;;;.__:).\ e
vi
r3p -
mvil se mueve a s mismo o es movido por otro. El texto presenta
f).
. un caso algo ms complejo, un mvil que mueve a otro y a su vez
\ \._
El clesan-ollo del argumento \- es movido por otro. Lo que para moverse -es decir, para vivir- de
Las reconstrucciones del argumento propuestas por l a critica, pende ele otro, puede ser abandonado por ese otro y, por lo tanto,
desde Hermias, son divergentes, y en cierta medida dependen ele la puede morir, mientras que lo que se mueve a s mismo no cesa
lectura adoptada en 245c5. Pueden rastrearse en Robn y otros au nunca de moverse porque no se abandona a s mismo. Es decir, si
tores; Hackforth, Ackrill (1953), Robinson ( 1 97 1 ), Bett (1 986), algo queda definido como lo que se mueve a s mismo, el automo
ofrecen reconstrucciones explcitas. La lgica del pasaje es resba vimiento es su esencia, y, por lo tanto, si es, no puede no mover
ladiza. Las lneas ms generales del argumento son: se1 14; y si movimiento = vida, no puede no vivir. En cambio, puede
dejar de mover a otro, porque esto no est en su esencia1 15.
- Hiptesis: Toda alma es inmortal. 1 El alma es inmortal. En buena lgica, se hablia demostrado que lo que tiene como su
- Definicin: Lo que se mueve siempre es inmortal. esencia, o en todo caso como propiedad esencial, moverse a s mis
- Demostracin: Lo que se mueve a s mismo se mueve siempre. mo no puede existir sin hacerlo, lo que no implica que necesaria
Lo que se mueve a s mismo es inmortal. mente deba hacerlo por siempre. La ecuacin movimiento = vida
El alma se mueve a s misma. .. parece complicar aqu la lgica ele Platn en trminos semejantes a
Conclusin: El alma es inmortal. _ . lo que sucede en el argumento final del Fedrz con la vida como
propiedad esencial del alma 1 1 6 . Si el automovimiento es su propie-
1 10 Somnium Scipionis 6.27, 1itsculanas 1 .23.53, quod semper movetur, aeter
num est. Hay ecos de esta leccin, a travs ele mediaciones, en los textos del Ps.-Piu
tarco y Estobco que son la base ele Aecio en Diels, Doxngraphi Graeci, pp. 386, 392 1 1 2 Robinson ( 1 97 1 ), p. 20 y n. 1 2, entiende que es u na mayor que a su vez
(Moreschini, 1992, p. 202 n. 32). debe ser demostrada.
1 1 1 Cfr. Robinson ( 1 97 1 ), p. 1 8: Es cierto sin ninguna duela que con esta lec 1 1 3 Robin tomaba d (c6) como adversativo y de (c7) como consecutivo,
tura se puede reducir un complicado argumento a las lneas ms pulcras ele un si p. LXXVII n. y su trad. Di ano lee d progresivo y de enftico.
1 1 4 Cfr. l a traduccin ele I-Iackforth, inasmuch as it cannot abanclon its own
natu re>>. La imposibilidad (cannot) no est dicha sino supuesta por el texto.
logismo aristotlico ele la primera figura, pero esto en s mismo debera tal vez
ciar pie a la sospecha>>. Desde el punto ele vista lgico, cualquiera ele las dos lec
ciones da un desarrollo coherente (Bett 1 986, p. 4 n. 6). La leccin recibi im
1 1 5 Hackforth, p. 66 n. 1 , ve esto como arbitrario; no entiendo por qu.
portantes adhesiones, pero no parece haber habido ninguna posterior a la resea 1 1 6 Bett ( 1 986), pp. 5-7; el paralelismo entre los argumentos sera que, en Fe
dn, el alma tiene la propicclacl ele dar vicia, como aqu la de estar en movimiento.
Belt, p. 6 n. 9, da como irrelevante el recurso a las ideas en el argumento del Fe
ele J. L. Ackrill a la edicin ele I-Iackforth (Ackrill 1 953, p. 278). La crtica decisi
va fue el importante artculo ele Diana ( 1 947), retomado por Verdenius, p. 276,
Robinson ( 1 97 1 ), n. 12.; cfr. Decleva Caizzi ( 1 970). dn. No creemos que sea as.
344 345
dad esencial, no puede perderlo y continuar existiendo, pero puede dice por qu el mundo no puede colapsar. Su existencia no parece
perderlo y en ese caso perecer. ser necesaria. Para el principio es esencial el moverse a s mismo,
Ahora bien, lo que se mueve a s mismo es tambin fuente pero no el mover a otro; de lo contrario, estaramos demostrando
(pege) y plincipio-y-fundamento (arkh) de los dems mviles, la eternidad de todo. Por lo tanto, la eternidad del devenir munda
cuyo movimiento depende del suyo. El anlisis de la nocin de no , de la gnesis, no puede deducirse ele la eterna actividad del
principio = primer plincipio necesario del movimiento existente principio. El argumento es vlido, en todo caso, slo en el hori
garantiza su carcter de no-engendrado. Lo que llega a ser a partir zonte de la eternidad del mundo, porque no se ha demostrado que
ele otro, por definicin, ya no es principio, y es necesario postular el semoviente inengendraclo sea, adems, necesario. No podra
un plimer principio so pena ele un regreso al infinito. El horizonte ser destruido por otro ente, aun por los que dependen de l (que a
del argumento excluye a priori la posibilidad de que algo llegue a la vez se autodestruira); o bien no podra destruirse a s mismo?
ser ex nihilo. Un principio slo puede ser como no-engendrado. En el ltimo paso, Platn parte de la constatacin emprica de
De este modo queda demostrada en forma analtica la eternidad que hay cuerpos a los que el movimiento les viene ele fuera (xo
del principio a parte ante, en el pasado. El texto presenta el paso then) y otros a los que les viene ele dentro (ndi5thenj l 19 para con
siguiente como una consecuencia tambin necesrut del carcter cluir ele ello que el alma se mueve a s misma. El paso es peligroso:
no-engendrado del principio: Y, ya que es no-engendrado, es ne- .. por qu ele dentro y no por s mismo? Estaramos a punto de
cesario que sea tambin imperecedero. Este argumento, que Pll- establecer que el cuetpo es inmortal. Pero el lenguaje viene a salvar
tn recibe ele una tradicin, no tiene p ara nosotros ninguna necesi i nos. El cuerpo es mpsykhon ( e6), mmaclo = tiene la psykh den
dad1 1 7. Platn mismo avanza un segundo argumento. Esto -qu i '
tro, y entonces se mueve por la presencia en l de la psykh. Cuando
principio perezca- no puede suceder, porque, si as fuera, cesara &" la psykh se retira del cuerpo, queda el cadver (sma, en su sen
el movimiento y el mundo colapsara. El principio, como princi- 2$ .
l.
tido homrico), que ya no se mueve por s, es decir, desde den
'::: L_,
-ni l mismo, ni otra cosa- a partir ele lo cual pudieran regenerar- )::::! pular ele la muerte, y slo faltru'a, casi, decir que la psykh parti
se l mismo y el movimiento que depende ele l. al Hades. En realidad, la dificultad ya ha sido salvada con la fr
mula previa (e2-4): la inmortalidad implicada en el automovi
parte ele la argumentacin, orientada hacia la eternidad pasada miento es la entidad (ousaj l 20 del alma y, por lo tanto, su nocin
1 19 Sean los seres vivientes, sean (Festugiere 1 947, p. 2 1 ) los movimientos regu
1 4, lo cita como puzzling e incomprensible). Hermias todava se est manejando recibido su impulso inicial de las sacudidas del receptculo (52e-53a).
con las evidencias ele una lnea de pensamiento metafsico que arranca por lo me
nos de Melisa, 30B2, y de Parmnides 28B8, ledo por Platn a travs de Melisa
(cfr. F. J. Olivieri en C. Eggers Lan et al., Los filsofos presocrticos, Madrid,
lares de unos peculiares vivientes, los astros (A.-J. Festugiere, Piaton et I'Orient>>,
Rev. Phil. 3 [ 1 947], p. 2 1 ) .
Gredas, BCG, II, 1 979, pp. 85-88 y 70 7 1 ). 1 20 En el primer discurso ele Scrates, 237c3, ya se ha pedido en general el co
1 18
Como recuerda Luis Gil, la deduccin platnica ele un primer mvil inspira nocimiento previo ele la ousa. En 270e, la entidad ele la naturaleza>> (ousa tes
la aristotlica del primer motor inmvil y una de las pmebas de la existencia ele physeos) del alma tiene un sentido diferente.
346 347
o definicin (lgos). As nos queda la definicin esencial: semo 0'' Dos aproxim aciones
viente y, por lo tanto, inmortal = alma, retomada en e7246a2 como
semoviente = alma = inengendrada e inmortal 121 Con ello parece
excluirse la posibilidad ele que hubiera alguna otra clase ele semo
vientes que no fueran alma 122
11 El argumento del Fedro tiene semejanza con el que es atribuido
a Alcmen ele Crotona por varias fl.tentes, la principal de la cuales
es Aristteles, De anima A 2, 405a29 ss. (22A 1 2) : Alcmen pa-
1
Si damos por demostrada la proposicin inicial, toda alma es rece pensar acerca del alma ele manera semejante a ellos [Tales,
inmortal, nos reencontramos con todos los problemas que ella Digenes ele Apolonia y Herclito, que piensan al alma en movi
planteaba al ser enunciada y algunos ms. Segn el argumento , miento], pues dice que es inmortal por asemejarse a las (entidades)
1
cosas clivins -:-la luna, e sol, los astros y el cielo todo- estn siem
todo el cielo y todo lo que se genera (d8-e l ), el mundo en su to inmortales, y esto por estar siempre en movimiento, pues todas las
b.
talidad, no puede colapsar. La fraseologa y la estructura del argu
mento sugieren muy fuertemente la unicidad del principio y, ya '" pre en movnmento contmuo 125. Como se ve por este testimonio,
que ese plincipio resultar ser alma, se deducira la unicidad del lo que Platn ha tomado ele Alcmen -si es que lo ha tomado de
alma. La extensin del argumento a las almas individuales, huma -i l- es la conexin de la inmortalidad con el movimiento perpetuo,
'::Ji aadindole el moverse a s mismo y el carcter de principio.
-,. Tambin se ha relacionado el argumento del Fedro con el argu
nas o divinas, es ms que problemtica.
t)nento final sobre la inmortalidad del alma del Fedn ( 1 02a-1 07b).
Adems, sabemos por experiencia que los cuerpos que se mue
122 Se ha clemosl rado que el alma es semoviente, pero no que todo semovien
que la mera anterioridad del alma automotriz de Leyes X . dad, no slo del sttiff, sino de cada una ele sus indiviclualizaciones; en la compara
cin, que cada gota, piscina o corriente ele agua es eterna.
te es alma. Esto ltimo es vlido slo si se los hace equivaler por definicin 125
El testimonio est contrabalanceado por la enigmtica afirmacin ele 24132,
348 349
que implica necesariamente otra, participa tambin en sta. El alma es hacer ingresar al alma en el nivel ontolgico supeiior y en su
animacin del cuerpo. El problema en el argumento final del Fe Tras demostrar, en lenguaje riguroso, la inmortalidad del alma y su
dn es que el alma esencialmente no es una idea, pero se la hace carcter ele autokneton, es necesario dar cuenta de su aspecto p
funcionar como tal. Y si se la toma por una idea, entonces el alma naturaleza. Es aqu donde la dificultad del tema, que podra en
individual, cuya inmortalidad se pretende probar, no sera sino la piincipio recibir un tratamiento dialctico, justifica la comparacin:
hipstasis ele la participacin de un cuerpo en esa supuesta Idea. Decir cmo es [el alma], requerira una exposicin extensa, ele un
El alma constituye una realidad ele tipo radicalmente subjeti carcter por completo divino, pero a qu se parece, una humana y
vo, un S mismo. El alma no puede ser una Idea porque no es ni ms breve. Hablemos, pues, de esta manera. Se parece a ... (246a).
una cualidad (la vivificacin o el movimiento), ni tampoco en Iigor La comparacin con un carro, sus caballos y su auriga, se convierte
est pensada como una substancia, una cosa. El alma --el s rnis en mito al desarrollarse luego como una historia ele dioses y hom
mo-- no tiene aspecto ele nada: es un ncleo ele actividad cognos bres, intersectacla por otra historia humana ele amantes felices, e in
citiva y prctica cuya relacin con las Ideas consiste en conocerlas corporar sin problemas pasajes tericos duros (p.c., 249b-c).
(o no) y en decidir la accin en consecuencia. Pero esto mismo es lo Gorgias, Fecln y Repblica contienen mitos escatolgicos sobre
que hace deseable su (nuestra) supervivencia; y para ello hay que el destino del alma, un tema que en cada caso es necesario para la ar
darle al S mismo espesor ntico. El Fedn puede verse como el gumentacin general, pero que no puede resolverse tericamente. El
gran operativo de convertir un S mismo en cosa. La estrategia mito del Fedro tiene elementos ele escatologa pero no es un mito
350 35 1
escatolgico1 26. Fedn y Repblica en especial han desarrollado viviente y mortal. La inestabilidad es tan propia de la unin de
doctrinas sobre el alma independientes de los mitos respectivos, y alma y cuerpo que esa doble circulacin del significado no admite
estos slo les afectan en su aspecto moral. El pasaje del Fedro, por el obstrucciones. En el gnero viviente se aloja uno ele los ejes fun
contrario, viene a integrar una teora del alma (que tratamos en la In damentales del horizonte griego, la divisin mortal/inmortal, que
traduccin) que podra haberse completado tambin por otros me funda la ele hombres/dioses1 30. Viviente inmortal, la unin de al-
dios discursivos. Parece responder de un modo bastante directo a la gn m odo ntural de alma y cuerpo, .o puede ser propiamente pen
_
pregunta abierta en 230a acerca ele la naturaleza simple o compleja sada y es objeto solo de representaciOn, esto es, da como resultado
,(. ) e)
" en relacin a los dioses, y se presenta slo a la racionalizacin filo
haber seguido, por casualidad, alguna pista buena entre muchas ex
1
245e, el cuerpo mpsykhon, el cuerpo animado. Por clefmicin, un re al nivel ideal (Sofista 248e y el viviente eterno del Timeo), su
viviente es el compuesto de alma y cuerpo1 28. Como todo compues . eternidad no presenta problemas, pero Platn no explica en absolu-
to, es separable en sus partes, y esta separacin es llamada muer 1 to qu nocin de vida est poniendo en juego en esos lugares.
te129. Viviente y mmtal, por lo tanto, son sinnimos: Se llama
1
"viviente" al conjunto ele un alma y un cuerpo ajustado a ella, que 1
recibe (adems) la denominacin de "mortal" (246c). En los tr Hay una dimensin cosmolgica en el mito?
minos del texto, la psykh desencarnada que cae termina aferrn :
dose a algo slido, que queda convertido en su lugar de residencia:
el cuerpo. Esta unin, inestable y destinada a disolverse, constituye
1 En 246b6 se retoma la frmula ele 245c5, psykh psa, que
tradujimos en un caso como toda alma y en otro como todo lo
lo que puede llamarse con las denominaciones de doble circulacin
1
1
1 30 Y no hombre/naturaleza, o Dios (lo transcenclente)/hombre/naturaleza,
basadas en la tc;ologa cristiana.
1 26
C. Eggers Lan ( 1 992), p. 4 1 ; tampoco es un mito gentico para explicar la 1 3 1 No hay que perder de vista que la nocin de alma como principio de ani
cada del alma. macin se constituye sobre el transfonclo homrico. No se puede, en rigor, conce
127
Cook ( 1 985), p. 434. bir al dios como alma o atribuirle un alma, ya que psykh es algo orgnico propio
128
As es usada la palabra, en forma consistente, en el Timeo, salvo para el <<Vi de los vivientes mortales, el aliento, en realiclacl el ltimo aliento que al abando-.
viente eterno. El Epnomis 9 8 l a define el uso natural del tm!no <<Viviente nar al hombre lo convierte en soma, <<cadver (lntrocl. y Nussbaum, 1 972, n. 4).
como la reunin de un alma y u n cuerpo que engendra una sola forma (morph). 13 2 Los dioses creados y visibles del Timeo son inmortales slo de jacto, por
129 Fed. 78b-c, 64c. la voluntad del demiurgo de no disolverlos (4l ab).
352 353
que es alma. Lo que es alma no existe sino como almas, cen si adoptramos la traduccin usual de la frase, segn la cual cir
tros individuales ele activiclcl, y en un sentido las traducciones se cula por todo el cielo (ourans), tomando a veces un aspecto, a ve
equivalen. La psykh es mi vida nica e instranferible, un ncleo ces otro y administra (dioke'i) el cosmos (= mundo) entero. De
necesariamente individualizado133 La expresin reaparece en una bem os justificar nuestra traduccin de la frase, que invierte el
frase que, con la reiteracin ele formas ele todo (Todo lo que es significado ele los trminos clave.
alma cuida ele todo lo que es inanimado, y circula poi' la totalid ad La traduccin usual produce algunas crepitaciones no escucha
del mundo), parece tener resonancias cosmolgicas. En el con das. Si ourans tiene su sentido primario de cielo, slo las almas
texto del mito, se mencionan las almas ele Jos dioses, los hombres que han conservado o recuperado las alas circularan por l. Ahora
y otros vivientes (249b). Si fuera posible poslular un Alma del bien, mientras conservan ese estado no cambian ele aspecto o forma;
Mundo, sera tambin un individuo. esto les sucede al caer a tierra y animar un cuerpo mortal. Perfecta
y alada y aferrada a un cuerpo ele tierra explican los distintos as
pectos mencionados en la lnea precedente. A su vez, tomando ks
Las almas toman a su cuidado los cuerpos. Todo lo que es
alma cuida (epimele'itai) ele todo lo que es inanimado puede en
tenderse clistributivamente, como que cada alma ha de encargarse mos como mundo en pnta ton ksmon dioke'i -sin olvidar el sen
ele un cuerpo. Las almas divinas, en la representacin que nos ha tido plirnario ele orden- y dioike'in como administrar, resulta
cemos ele ellas, estn eternamente unidas a stf cuerpo. Las almas que el alma, en su estado perfecto y desde ese lugar superior, se ocu
humanas conocen periodos en que no estn encarnadas en un pa ele administrar y ordenar todo el mundo. (Tambin las almas en
cuerpo ele tierra, aunque aun entonces estn fuertemente somati carnadas administran al menos aquellas partes del mtmclo que
zaclas (Inlrocluccin). Queda en la sombra qu sucede con las al son sus cuerpos.) La crtica nunca termin ele precisar el momento
mas que slo podran ir a seres vivos no humanos (249b). Menos en que la palabra ksmos, cuyo sentido primario es orclen 134, pas
todava se nos informa si hay un resto ele lo inanimado que requie a significm mundo, aunque ha ele haber sido un momento relati
ra para su cuidado general un alma csmica. El Alma del Mundo vamente tardo. La Paideia ele W. Jaeger sm1cion la atribucin del
del Timeo es una realidad creada y su control sobre los movimien sentido ele mundo, a travs ele orden del mundo, a los llamados
tos del Cuerpo del Mundo slo est sugerido (34c). Fedro y Leyes presocrticos, con el capt11lo que, ya desde el tt11lo, identifica la na
.t "li!liil*
liiiA! N& spcyW*WiUfill%9 &
(= ourans). En el mismo periodo aparece la extensin ele ourans
Los dioses
ele cielo a mundo, posiblemente en Platn mismo. Tambin
sera platnica, pero no anterior al Timeo, la extensin ele ksnws a y la concepcin de los dioses en Platn es un terreno espinoso.
mundo o universo 1 36 . .
Los pe rson e es ele los dilogos, por supuesto, se refieren constante
En nuestro pasaje, ourans en 246b7 tiene el sentido platnico nente a los dioses ele la religin homrica y cvica, y el personaj e
ele rntmclo, la totalidad del universo visible por la que el alma crates se presenta con la piedad propia ele un ciudadano irrepro
circula (peripolef), cambiando ele aspecto1 37 Ksmos en c2 tiene chable, mantenida dentro ele lmites razonables y racionales y que
el uso, tambin regular en Platn, ele cilo. Dioikefn, traducido ms de una vez deja or el sonido hueco de la retencin mental.
usualmente corno administrar o controlar, tiene ms bien su Hacia la madurez del filsofo aparece, conviviendo con la piedad
otro sentido ele habitar, en relacin a c3, katoikisthefsa, estable comn y siempre en forma de alusiones, una fraseologa que ha
cicla: el alma alada habita el cielo y el alma cada se establece en sido leda como rfico-pitagrica. En los ltimos dilogos Scra
la tierra, en un Cuerpo ele tiena 1 38 tes, algo cansado, abandona el centro de la escena. Tampoco sus
Hasta aqu, la presencia ele una dimensin cosmolgica del amigos son ya gente ele la calle, sino ms bien acadmicos dedica
texto y la alusin a un Alma del Mundo resultan incleciclibles. dos a la alta especulacin. Las referencias a los dioses tradiciona
Una respuesta afirmativa debera basarse en el carcter ele princi les, en los que Platn seguramente no cree, desaparecen o se con
pio del movimiento del alma y en 246b6, todo lo que es alma vierten en irona. En cambio, en algunas oportunidades se nos
cuida ele todo lo que es inanimado, apoyndolo en la discutible ofrecen trozos ele teologa especulativa y cientfica.
traduccin del resto ele la frase (b-e) que acabarnos ele revisar. La En Platn no hay un ente supremo que pueda ser llamado Dios.
traduccin alternativa que proponemos no contribuye a afirmarla, Ese lugar lo ocupan, en los dilogos medios, las Ideas, pero stas
en otro terreno, el de la concepcin de lo;:@O PIA OOR !I
pero tampoco la excluye. La cuestin tiene que ser replanteada son el neutro lo divino (Fedn 80b l ). El pice de la estructura
ideal en Repblica, el Bien, no es un dios y mucho menos una per
C . E . l . P. A . sonalidad divina. En cambio, en Timeo y Leyes Platn inaugura una
religin astral, en la que los cuerpos celestes, cuya trayectoria regu
lar se adjudica a una inteligencia, son dioses visibles 1 39. Esa reli
1 36 Ksmos = cielo: Iscrates, Paneg. 1 79, Busiris 1 2 (clima, en paralelo gin se consolida en el Epnomis, sea quien fuere su autor. Los
con el uso derivativo de ourans); Platn, Leyes 820e-821 b, cfr. hasta 822cl, Fil. astros eran considerados divinos por el politesnio popular, aunque
23e, Cri. 1 2 l c3, Tim. 27a (Finkelberg, pp. 1 22-1 26). Ourans = mundo, ya eles no fueran objeto ele culto. La religin astral ele Platn no tiene eo
ele Rep. 509cl (p. 1 25). Ksmos = mundo>> en Timeo, Poltico y Filibeo, convivien
do con los sentidos ele <<orden y cielo, pero no en Leyes, en donde Platn parece
nexin con estas creencias y es puramente racional-filosfica. Pero
evitarlo en forma cleliberacla. Tm. 27a6 y Poi. 269d8, al introducir este sentido, ne los astros, entidades visibles, son presentados siempre corno dioses
cesitan definirlo en relacin a ourans = mundo. Posiblemente, Timeo necesitaba subordinados, creados por el Demiurgo en la estructura mtica del
un nombre resultativo ele diakosmefn (el verbo para la accin cosmognica), porque Timeo y vagamente ligados a la divinidad del alma en Leyes X.
dikosmos/diaksmesis, ya en uso, designaban la accin misma (pp. 1 27- 1 3 1 ). El Timeo slo da una astronoma incompleta, muchas veces li
1 37 Peripolefn. podra traducirse como <<ir en crculos, <<ir de un lado a otro
o (LSJ ad loe.) <<atravesar. El alma <<Va y viene>> por el mundo ocupndose de lo
mitada a indicaciones o postergaciones, en un contexto cosmolgi-
inanimado. El sentido de <<describir crculos correspondera a la hiptesis, que
no compartimos, ele dioses astrales. Las almas circulan por el mundo visible cum
pliendo sus funciones habituales, <<atraviesan hacia arriba el mundo para la con 1 39 Adems, en varios l ugares de Tim. el Modelo y su contenido de Ideas son
templacin hiperurania y hacia abaj o al caer hacia la tierra. As, el alma circula llamados <<dios, <<dioses; el mundo es el <<dios sensible (37c, imagen nacida
:
por la totalidad ele! mundo, tomando a veces un aspecto, a veces otro. ele los dioses eternos; 92c, dios sensible imagen del dios inteligible). El De
1 38 Finkelberg, p. 1 27. En Leyes 896d l 0- 1 2 1a psykh <<administra (dioiken)
miurgo, en contraste con el mundo, es l lamado <<el dios que existe siempre, 34a
1
el ourans, <<aclministranclo a y <<habitando en ( dioikosan kai enokollsanj t<()- ' b. Dentro del aparato mtico del texto, esta terminologa, que incluye en la divini
dos los cuerpos mviles. dacl la totalidad sensible tanto como la inteligible, no es sorprendente.
356 357
co mticarnente nanacl o . Leyes X, dominado por preocupaciones ligible, que quedan contemplando hasta que la revolucin los lleva
teolgicas, es sumamente vago. No podernos esperar del mito del al mismo lugar por el que salieron. El dios entonces se introduce
Fedro nada de antemano, ni en el terreno astronmico o cosrnolgi nuevamente en el interior y vuelve a la/su casa (junto a Hestia?),
co ni en el teolgico. Se pueden reunir los elatos que ofrece. La di donde el auriga hace descansar los caballos y los alimenta con nctar
y ambrosa. Y sta es la vida ele los dioses (246cl-248a). El texto
cotoma mortal/inmortal se traduce en la divisin entre el alma
siempre alada y el alma que puede perder (y recuperar) las alas mezcla rasgos ele psicologa divina y ele metafsica (contemplacin
(246b-cl). La explicacin del hecho, aparentemente anmalo, de de las Ideas), elementos ele la religin homrica, popular y cvica, y
que el alma, realidad alada, caiga (246d ss.), abrir hacia el relato qtros . que podran interpretarse como astronmicos, cosmolgicos
ele la vida feliz ele los dioses y el drama ele las almas no divinas. y quizs astrolgicos, todo dentro ele una trama cuya narrativa no
deja ele ramificarse. Qu nos queda ele sus sugerencias?
conduce su tronco alado, pone orden en todo ( diakosmon) y
La raza ele los dioses habita en las alturas. Su jefe, Zeus,
En primer lugar, el mito tiene alguna obligacin ele respetar,
cuida ele todo ( epitelomenos)140 Detrs ele l va el ejrcito aunque sea en forma muy relativa, las figuras olmpicas. Los nom
(strati) ele dioses y drnones, distribuidos en once divisiones bres propios que se mencionan conesponclen a divinidades tradi
comandadas por once ele los doce dioses (cfr. 247a n.). Hestia se cionales. Los dioses se renen en un banquete, como los homri
1
queda en el hogar o casa (ofkos) ele los dioses. Los dems, al ha cos , pero stos consumen nctar y ambrosa, alimentos que aqu
cer cada uno lo que le es propio, evolucionan por el cielo, ofre quedan reservados para los caballos, que son las partes irracionales
ciendo visiones beatficas 141 , y son seguidos por quienes quie y somatizaclas ele las psykha divinas. El nmero doce, adems, re
ren y pueden. Esta vaga referencia podra aludir a otros dioses o a cuerda la lista semicannica ele las doce divinidades mayores ele la
damones y -por el pueden- a almas humanas. No se nos dice religin griega. El nmero podra tambin ser un elato para encon
l
quines son los damones. Tal vez divinidades secundarias, las al trar un posible sistema astronmico contenido en el mito, y ha su
mas no divinas mientras no estn encarnadas, o arnbas 142 gerido adems conexiones astrolgicas. Los nombres mitolgicos
1
Estos reconiclos son distintos del que hacen los dioses hacia la
'
tambin son nombres ele planetas (cfr. Epin. 987b-cl). La palabra
cspide del cielo para el banquete inteligible. Aqu s se nos infor que interpretarnos corno evoluciones ele los dioses en el cielo, di
! JL
mar largamente ele que son seguidos en lo posible por almas huma xodoi (247a, cfr. n. 1 8), puede designar las rbitas ele los astros. Y
la tentacin ele leer el texto desde la religin astral que Platn fun
contemplacin (248a y e, 250c, 252c ss. ; las frases que aluden a for . .'
nas que tratan ele asernejrseles y ele acompaarlos en la subida y la
'
da en otros dilogos es difcil ele evitar.
mar parte del cortejo tan1bin incluyen los movimientos anterio t=t W
1 La reconstruccin del hipottico sistema astronmico aludido
depende ele un dato que el texto, al menos en forma explcita, no
res). Al llegar arriba, la revolucin (del mundo en su totalidad o del
cielo ele las estrellas fijas?) transporta a los dioses, que contemplan so ofrece: la centralidad ele Hestia. Hestia es la diosa del hogar (posi
f blemente la latina Vesta), no mencionada en Homero y convertida
'
lo que hay fuera. Su dinoia se alimenta ele este espectculo inte-
por Hesodo en la primognita ele Cronos y Rea (Teog. 453-454).
140 El personaje mitolgico facilitara la confusin entre el auriga y la psykh en
i Platn no la identifica con ninguna entidad astronmica o cosmo
lgica -como, por lo dems, a ninguno ele los dioses que mencio
su totalidad; es difcil pensar a Zeus>> como un conjunto heterogneo, uno de cu tl na-. En 246d6-7 se informa ele que la raza ele los dioses habita
1 4 1 En 247a4-6 interpretamos que las visiones beatficas>> son las dixodoi,
1
yos elementos es una figura antropomrfica, y tendemos a identificarlo con sta.
arriba, regin por la que circulan Zeus y los dems dioses, aun
evoluciones>> de los dioses, palabra usada para los movimientos de los astros. que luego, para llegar a la cspide, debern ascender todava
Esta lectura acercara estos dioses a los dioses astrales. Una interpretacin alter ms (247a8-b l ). De Hestia se dice solamente que se queda sola.en
i.
i
nativa supone que son los dioses los que disfrutan de esas visiones en Jos caminos el ofkos ele los dioses, que, es ele suponer, es adonde regresa cada
142 Cfr. McGibbon ( 1 964), p. 56, De Vries, Rowe, que recuerda Empdocles
interiores del cielo.
dios luego de la contemplacin (oikde, 247e4). Si los dioses as
1
cienden, Hestia permanecera abajo, en la casa. Pero por qu el
B l l 5 .5.
359
358 1
:
r
primera vista se vuelve todava menos o?via si tencle1os a la na
ofkos ele los dioses, al cual regresan a descansar despus ele la con La condicin astral ele los dioses del mito, que parece clara a
templacin, debera ser el centro csmico y no un lugar eminente
del mundo visible, como el Olimpo tradicional o -si se trata ele as
rrativa. Los clwses toman parte en las vanadas dzexodoz con las que
tros- la regin interior del cielo donde circulan en sus rbitas (con cada uno cumple lo que le es propio (247a), lo que podra leerse
lo cual cada planeta volvera, no a la casa, sino a su casa propia) ? como sus movimientos orbitales. Pero el camino hacia el festn los
El hogar, el fuego alrededor del cual se disponen lds dioses fa-. lleva a converger en la cspide del cielo y luego a establecerse fue
miliares, es el centro simblico, y muchas veces fsico, de la casa. ra del ourans, transportados al parecer por la revolucin del cielo
Esta posicin permiti identificar a Hestia,con la tierra centraP 43. : ges estrellas fijas (247b-c). Calciclio hace esta identificacin sin
'
al comentario al Timeo de Calciclio (siglo rv d.C.)1 44, que identifica
Un posible sistema astronmico fue propuesto por Robn en base . e xPlicar cmo la compatibiliza con el carcter de inmvil (aplanes)
iJdee cielo. Es l mismo la bveda del cielo (hypournios hap
a Zeus como el cielo ele las fijas, al que siguen los siete planetas. l! .'sQ En ese caso, no puede salir ele s mismo y entrar a s mismo, y
1
sistema atribuido por Aristteles a los pitagricos, cuyo rasgo ms rotacin al mismo lugar (eis tautn, 247e), y desde all vuelve a
notable es el fuego central que desplaza a la Tierra, convertida en casa y al parecer descansa. Todo esto es difcil de conciliar con los
un planeta que gira a su alrededor. Pero el mismo Aristteles acusa ritmos de los movimientos visibles de los astros.
a los pitagricos ele postular una -invisible para nosotros- Antitie Con el supuesto transfondo astrolgico se puede proceder
rra para acomodar el sistema a la excelencia del nmero 10, con lo 1
ms radicalmente. Suele mencionarse una influencia ele la astro
1
cual el nmero total ele cuerpos celestes, incluyendo el fuego cen loga caldea en Platn a travs de Eudoxo, que habra relaciona
tral, es l O y no 1 21 45 El nmero 12 tampoco encaja con los cuer do los signos zodiacales, o sus dioses correspondientes, con dioses
pos celestes visibles a la observacin comn. olmpicos 146 . La astrologa que hasta hoy nos resulta familiar se
constituye en poca helenstico-romana, sobre un fondo estoico.
113
El Himno homrico V, a Afrodita, v. 30, es la primera referencia a la cen
La astrologa caldea parta ele otros supuestos y tena un carcter
tralidad ele Hestia como diosa del hogar. Eurpicles, fr. 944 Nauck (6 1 5 Raclt), la ms colectivo; por lo pronto, ignoraba la astrologa personal y el
identifica con la Tierra, atribuyndolo a hombres sabios que consideran que horscopo genetlaco147. Ni el nmero doce n i la impronta del
la Tierra est asentada en el ter. La centralidad de la Tierra, sin apoyo, se re
monta a Anaximandro ( l 2A l , A l l , A26). Hackforth, que niega que en el texto
haya un sistema astronmico a adivinar, aunque ve en el mito una semimetamor del universo>>, <<casa ele Zeus>>, <<madre ele los dioses, altar>>, <<cohesin>> y <<medi
fosis <<bastante natural>> ele los dioses homricos en almas astrales, supone que un da de la naturaleza>>, trad. C. Eggers Lan, Pres. BCG III, p. 1 22; 44A I 7, A2 1); y Es
contemporneo de Platn entenda de inmediato la imagen, que es simplemente tobeo (Ecl. J 2 1 44 A l 7, B7). La Antitiena, en Aristteles De caelo, loe. cit., y
=
360 361
dios en el carcter de amante y amado (252c-253c) dependen de zeus , a su vez, va en su cmTo poniendo orden en todo y cuidan
concepciones astrolgicas (no mencionadas entre las tcnicas . do (epimelomenos) ele todo (246e).
adivinatorias en 244c), aunque podran encaj ar en ellas. Porque Ahora bien149, el gran jefe (hegemn) del cielo, Zeus, que va
tampoco habra que descartarlas por completo, a la vista de un poniendo orden en tocio (diakosmn pnta) (246e), refleja el
prrafo como Tim. 40c-d, donde los movimientos, conjunciones zeus homrico, <efe celeste ele los dioses, y el ele Hesodo, que
y Apolo- y algunos cl.e sus rasgos, compartidos por sus seguido --1
") Herclito, B32, Uno, lo nico sabio, quiere y no quiere ser llama-
res. Las correspondencias con los tipos de vida ele 248d ss., o con
J doFilebo
los tipos ele hombre y. rgimen poltico ele Rep. VIII-IX, son su con el nombre ele Zeus. Tambin habra que aproximar al tex
30cl, donde se atribuye a la naturaleza de Zeus, sorpre
EJ alma real y un intelecto real, y Leyes X 897c l , donde el cuidado
mamente borrosas. Podr-amos considerar 252c ss. como una ver- to
Il
sin mtica de los tipos d.alm,a ele 27 l c-d; los dioses homricos, siva encarnacin clel no{is que es causa del orden del mundo, Un
menospreciados por Platn, representaran en su variedad y aun o
en sus rasgos impropios cle'o divino (cfr. Rep. II) la variedad ele del universo se encomienda al alma mejor.
los caracteres humanos. Pero la funcin del dios (de un dios) Este conjunto ele referencias parece autorizar la identifica
como gua hacia lo propiamente divino (las Ideas) a travs del cin, en Fedro, de Zeus con el Alma del Mundo. No sin dificulta
proceso ertico es un elemento serio y profundo que no puede ser des. Eggers Lan ( 1 992, p. 45) indica que, como Alma, Zeus de
totalmente desmitologizado. bera animar el cuerpo del mundo, pero, si el carro es el cuerpo,
Queda pendiente el problema del que partimos: si hay en el ya tiene uno. Y el alma real del Filebo es atribuida en Fedro
mito una dimensin cosmolgica ms general, que suponga de al 253b2 a Hera y puesta en segundo lugar. Podra agregarse la im-,
gn modo la presencia de un Alma del Mundo. Los dioses orde posibilidad de asignmle un p1imer lugar astronmico. En un con
nan el universo y Zeus flmciona como un principio supremo. Su texto mtico, estas objeciones no nos parecen decisivas. En cam
identificacin con un Alma del Mundo tendra, pues, indicios tex bio, tendra ms peso el hecho ele que el Alma del Mundo debera
tuales. El alma, segn el argumento sobre su inmortalidad, mueve estar, corno en Timeo, en un plano distinto al de las dems almas.
lo corpreo (246a) y la totalidad ele la generacin (245cl-e). En la La primaca ele Zeus, si bien es muy neta, se parece ms a la ele
introduccin al mito, todo lo que es alma cuida (epimeleftai) ele un primus nter pares, y lo mismo sucede con su primaca como
todo lo inanimado y circula por la totalidad del mundo, toman santo patrono del alma filosfica.
do a veces un aspecto, a veces otro (246b ), posiblemente, como No hay, pues, en el texto nada que indique ele forma clara un
vimos, individualizada en almas ele dioses, hombres y animales. Alma del Mundo ni que no pueda ser interpretado sin suponerla.
rencias en n. 22. to por el editor, Livio Rosetti, en la seccin de Cronologa relativa>>), p::M.
363
3 62
Es posible que haya que dejar de lado no slo el acertijo astron cuencia de una cda producida por el mismo afn de ver. El mito
mico (Hackforth, p. 7 5) sino tambin las afirmaciones categri entra as en la metafsica de los dilogos medios. La realidad est
cas de tipo metafsico-cosmolgico. Tambin sera ir muy lejos dividida en las dos regiones de lo sensible y lo inteligible, lo visible
(ms lejos que el conjunto de la crtica) si le negramos totalmente y lo in-visible, que en el mito son el ourans y el tpos hyperour
una dimensin astronmica o cosmolgica y, por lo tanto, una co nios (247c). En el Fedro, la distincin ontolgica aparece represen
nexin con la teologa de Timeo y Leyes. Pero, o es todava un tada en la imagen ntica misma con ms nitidez que en los grandes
0 ji!Jna es el nico nexo entre los dos mbitos. Por otra parte el alma,
so, pero renunciar a cualquier precisin ulterior es mera sensatez. _
cipacin de las cosas en lo mtehg1ble esta ausente del Fedm y el
El tema del mito no es el cosmos, sino el alma150.
f7;
mana y divina, est subordinada a las Ideas, que son aquellas
.:._ Qioses se acercan a contemplarlas en un periplo armonioso que sir
sas cuya cercana hace que el que es dios sea divino (249c). Los
Las almas
364 365
cortejos o escuadrones ele almas, parecen tener una ocupacin nor el cielo de las fij as) no es una mera corteza sino ms bien una re
mal, haciendo cada cual lo que le es propio. Tal vez se ocupan gin que arrastra en su movimiento a todas estas almas, aun a las
ele los aspectos ele la realidad tradicionalmente relacionados con que no logran asomarse. El movimiento del cielo no molesta a los
cada uno ele ellos y colaboran as con el jefe Zeus en el cuidado dioses, estacionados sobre su espalda; pero si las almas slo logran
ele todo. En algn momento esta actividad se suspende para ir al asomarse por una abertura, la rapidez ele la rotacin contribuye en
banquete. La referencia obligada, !l. 1 .423, se refiere a 'Zeus y los mucho a la dificultad. Sobre todo, la impetuosidad de los caballos
dems dioses yendo a reunirse con los etopes p ara un banquete, les impide el mnimo ele equilibrio necesario para la contempla
que les ofrece ese pueblo, fabuloso para Homero, pero humano. En cin. La idea parece ser que los dioses se estacionan cerca de la
el mito, los dioses y toda su escolta se dirigen, por regiones escar puerta o abertura por donde salieron y por la que las dems almas
padas, a un banquete inteligible en los lmites exteriores del u ni slo logran asomarse, con xito dispar. Los dioses vuelven a entrar
verso1 54. Los dioses, cuyos carros han atravesado con comodidad en el mundo cuando el giro se completa, mientras que las almas
el difcil camino, salen fuera del ourans y se establecen sobre su que pierden las alas caen en el vaco durante la revolucin.
espalda. Ese lmite o lado exterior del mundo est dotado ele una El texto (248a-c) establece tres categoras: las almas cuyo au
revolucin que lleva consigo a los dioses estacionados sobre l, fa riga logra sacar la cabeza y consigue mantenerla fuera, aunque su
contemplacin est constantemente pertmbada por el esfuerzo
lo. El pensamiento (dinoia) de los dioses, y/o el dios mismo, se
cilitndoles la contemplacin ele las cosas que hay fuera del cie
v: o
rnos, volvera a coincidir con las regiones escarpadas que les pisotean en el intento y se hunden, en medio de una confusin te
permitieron llegar hasta el lmite del universo. El dios podra vol )>:' )lo> rrible en la que se les estropean las alas y, en vez de alimentarse
ver por all cmodamente en su carro. De cualquier forma llega al con lo apropiado para el alma, que es la visin de los Entes
olkos, donde desunce y alimenta a los caballos. (247c) y de la Verdad (248c), tienen que alimentarse con la opi
El peso de la narracin est puesto en las peripecias ele las al nin, el con5imiento de los entes sensibles. Lo paradjico de es
mas no divinas. Ya el que quiere y puede viene siguiendo a un tas almas es que caen por la misma ansia ele llegar a contemplar
dios en sus evoluciones. Seguirlo en el ascenso hasta la cspide es la Verdad. Su culpa podra ser la competencia envidiosa por
algo ms difciL El caballo malo de estas almas se opone a la as sobrepasarse, pero la descripcin corresponde ms bien al es
censin y entorpece la subida, salvo que el auriga lo tenga muy fuerzo desesperado por salvarse en una emergencia.
bien adiestrado y, ele cualquier modo, el trayecto es penoso. Los Al llegar al destino ulterior de estas almas, la narracin se vuel
dioses salen al exterior del ourans, pero las otras almas, al pare ve imprecisa al mximo (248c-249d, ya en la transicin al relato si
cer, no llegan a tanto. Las mejores logran sacar la cabeza, posible guiente). En 248e-249a se establece un ciclo ele 1 0.000 aos a cuyo
mente por la puerta ele salida, otras se alzan y se sumergen, otras reinicio cada alma, con las alas recuperadas, vuelve al mismo pun
no consiguen llegar hasta arriba y se hunden. El lmite del ourans to de donde p arti. No hay una lectura obvia ele la frase. En princi
que est en rotacin y transporta a los dioses (tal vez, corno vimos, pio, es un nuevo ciclo en el que todas las almas vuelven a reunirse
detrs ele los dioses para otro viaje hiperuranio. Entre una subida, y
otra, los dioses haran sus t<:rreas normales ele 246e-247a. El de
154 El hilo sutil de referencias gastronmicas, desde la mencin de la Mari
qua que alude a festines literales y contina con los festines de discursos que
creto de Adrastea premia a todas las almas que hayan pecibiclo
Lisias ofrece all mismo, ensarta ahora este otro banquete de ndole bien distinta. algo (ti, 248c3) de las cosas verdaderas. Esto, a la letra, incluye
366
11 3 67
. A..
, , ,. - -------- ----------- __;...._
.. ______________________
las dos primeras categoras. Las almas que han logrado ver algo La consecuencia ele la cada es el olvido (de los entes contem
pennaneceran libres ele dao hasta la revolucin que inicia el plados) y una ka/da, palabra ele delicada semntica: no es mal
prximo ciclo. La recompensa tambin es dejada en una gran va dad (inmediatamente van a encarnarse en iilsofos y otras gentes
guedacl. Qu es permanecer libre de dao? Dnde estn estas que, en general, son buenas personas), sino incapacidad, lo opues
almas durante ese lapso? Si un alma logra ver algo siempre, per to de ser bueno como ser bueno para... ; aqu, para seguir al
manece indemne siempre ( en y entre todas y cada una de las re
=
dios y contemplar la verdad y, ya encarnadas, para recordarla. Pero
voluciones). Hasta dnde alcanza este siempre ? 1 55 Luego estn a esta incapacidad le siguen como una sombra ciertas consecuen
las almas que caen en el esfuerzo por contemplar. lo Ente, pero sin cias ticas negativas. La fugacidad de la visin y las malas compa
lograrlo ; estrictamente, no han alcanzado a ver nada del exterior. as teirenas son mencionadas tambin como causas ele olvido
Segn 249b5- 6, el alma que nunca vio la verdad no se encarna en (250a). Estas almas, en la piimera generacin del nuevo ciclo, se
figura humana, e implicara que hay algunas exluidas para siempre encarnan todas en hombres (nthropoi, no necesariamente ndres,
ele todo atisbo de verdad y de la posibilidad ele ser humanas156 varones, como en Tim. 41e-42a) y se les asigna una vida de acuer
(Pero tienen opinin los animales?) Si las almas que han visto do a su mayor o menor contemplacin ele la verdad. A partir ele
algo permanecen arriba y las que no han visto nada se convier esta primera cada y encarnacin, el alma vive ciclos ele mil aos,
ten en animales, no queda ninguna que pueda encarnarse en seres puntuados por sucesivas encarnaciones. Estos periodos incluyen el
, lapso ele vida tenena y el tiempo faltante hasta completar la cifra.
O
Sf ?n los, las almas se vuelven responsables ele la mayor o menor
humanos. Sin rmbargo, el enamorado recuerda la Belleza y la Tem
II7l 0 JUStiCia COn que han.asumiclo la Vida que les toc, y aS deciden SU
planza, y al menos un atisbo ele los Entes inteligibles es imprescin
; 8 suerte ulterior. Esto implica que aun el peor destino, el del tirano,
dible para encarnarse en figura humana (249c, 250a).
;s debera dejar margen para una vida de justicia.
La lectura de estos pasajes no puede ser estricta, so pena de
que el relato se contradiga. Sobre todo las lneas ms sensibles:
_"tl e; . Al prod1cirse la muerte terTena, las almas son juzgadas, no se
)> o dice por qmn, y al_gunas s ?n_ castigads . n luars subterneos,
248b4, sin iniciarse en la contemplacin del ente, y 248c5,
?; otras alzadas por D1kc (o chke, una deciswn anomma) hacia luga-
cuand o, imposibilitada ele seguir (al dios), no logre ver (las enti
dades inteligibles). En este ltimo pasaje se habla ele almas que
han logrado seguir (epispsthai, c6) al dios, suponemos que en un . res celestes indeterminados donde llevan una existencia -buena
tramo ele la revolucin, y, por lo tanto, ver algo, pero en algn mo se entiende-- de acuerdo a sus mritos. Al cumpJirse el milenio, to
mento se les vuelve imposible continuar y, por algn aconteci das reciben una nueva vida en la tierra, que se decide de acuerdo a
miento o infortunio (syntykhfa) indeterminado, se vuelven pesa la vida anterior, el sorteo y la eleccin. Platn recurre a un expe
das, pierden las alas y caen a tierra. La causa ele la cada podra ser diente semejante al de Rep. X 617 el-e para dar cuenta tanto ele la
la impetuosidad ele los caballo s, la violencia de la revolucin o responsabilidad moral (enfatizada en Rep.) como del elemento ele
tambin el choque con otras almas ya descrito. El volverse pesa condicionamientos azarosos (pero ele los que somos igualmente
da (c7) parece tambin la consecuencia ele alguna clase ele so responsables) ele la existencia humana. Es en esta instancia que un
matizaci n, dependiente del carcter tripartito del alma, que pro alma puede pasar a un animal, y nuevamente el mito de Er, con su
duce en ella un espesamiento157 pintoresca enumeracin de elecciones (61 0a-d), puede servir de
comentario a la frase158 As suceder con cada alma cada mil
1 55 Habra o al menos podra haber almas que nunca han cado n i caern? Es
son Los amantes de segunda categora de 256d evitan, por su mrito, los luga
la lectura de Hermias , que Hackforth rechaza para suponer que estas almas
1 58
res ele castigo subterrneo hasta el recomienzo del ciclo mayor. El retorno ele u n
los damones de 246e (p. 79 n. 2).
1 56 Cfr. McGibbon, p. 57 n. 5 . ser irracional a la forma humana supone, por lo menos, l a memoria y la identidad
1 5 7 Algo semejan te a los fantasmas de Fedn 8 l c-e, aunque esta cada miste entre las vidas. Una detallada discusin de la reencarnacin en animales en Ro
bin, XCII-XCIV, Hackforth, pp. 88-9 1 .
riosa es algo menos culpable y grotesca.
368 369
aos 1 59, hasta que el ciclo de 1 0.000 se cierre y se reinicie. Hay que canta el himno ha estado liberada del soma (eS), que hay que en
una excepcin (249a). Quienes eligen por tres veces consecutivas tender, en forma literal, como este cuerpo ele cmne y hueso. Pero el
la vida filosfica y/o el amor filosfico 1 60, recuperan las alas y se prrafo sugiere un desprendimiento completo ele las afecciones so
alejan, sin volver a encarnarse. Hay indicios de que la recupera mticas que padece tmnbin el alma desencarnada.
cin de las alas y la reiniciacin del ciclo se producen en forma Podramos aducir que el recuerdo de lo inteligible, anhelo y ali
casi diramos automtica. La responsabilidad y el mejoramiento mento del alma, la llena ele un arrobamiento que le hace olvidar las
moral se dan dentro de los periodos de mil aos. dificultades. La alternativa es suponer un estado de beatitud y una
No hay en el texto ninguna indicacin explcita de q\lt:: la tem- ' cada original, que hace esperable una salvacin o condena definiti
poralidad cclica del mito haya tenido un comienzo ni de que te vas 1 6 1 En el Fedro, donde prevalece un esquema cclico, no hay ni la
sombra de un Demiurgo que inicie el mundo. Un estado ele beatitud
0 (3
dr un fin, y habra que suponer un nmero infinito de cicl_os -ha
cia atrs y hacia delante. Las consecuencias son que no ha habido originario debera ser extendido indefinidamente hacia atrs. Y sin
.
-1
estados originarios de beatitud y que el alma no puede aspirar ja un comienzo, juegan los problemas ele la infinitud. Por qu, en un
ms a una salvacin definitiva. mg tiempo infinito ya transcurrido, no han cado y se han salvado y/o
El himno nostlgico ele 250b-c suena como incompatible con o condenado ya todas las almas? Segunda objecin: la c<da original
-o
l>
l) o
esto, ya que describe un estado ele contemplacin y de preza que en 1-1 es un mito etiolgico de la presencia del mal en el mundo, pero no
el ciclo tal como est narrado no se obtendra nunca y que slo pue una solucin al problema mismo del mal y ele su origen esencial. La
de compararse con el del alma del filsofo tras la muerte en Fedn.
La impresin est reforzada por el recurso a todo el vocabulario ele
)> )>
culpa, o el motivo de la cada, presupone sin eluda el car:kter fini
to ele la entidad que cae, pero tambin algo ms, la presencia efecti
los misterios y a armnicos rficos que no se oan desde aquel dilo va ele algn elemento, tendencia o motivo que la incline hacia aba
go. El pasqje hasta incluye una alusin al soma-sema (cfr. 250b n.). jo. En un contexto sin los elementos jucleocristianos ele la prueba y
Las almas totalmente puras que integran el squito ele los dioses pa el tentador, ese motivo tiene que estm en ella misma. En el mito del
recen gozar de una contemplacin semejante a la ele stos y seguirlos Fedro, la nica explicacin estm-a en el carcter somtico , intrn
con una facilidad que no se compadece con sus dificultades en el secmnente imperfecto, de un alma que incluye en su estructura esen
mito, donde el alma logra con mucho trabqjo una visin siempre in cial un elemento malo. Ese elemento hace que ninguna salvacin
suficiente. En rigor, no hay contradiccin literal o textual. El alma pueda ser definitiva. En cambio, no hay ningn motivo para que las
almas en xtasis ele 250b-c se desven ele su prstina perfeccin. El
himno es un trozo entusistico incrustado en la nmTativa.
1 59 Si el ciclo mayor y los ciclos menores han de ser matemticamente exactos, De todos modos, el lenguaje elptico del mito no permite una
todas las almas deberan reencarnarse a la vez cada mil aos. Si queremos pedirle ri
gor a un texto que no lo tiene, podemos suponer que, al menos en los periodos me
solucin asertiva. La presencia estructural del caballo malo
nores, las almas pueden reencarnarse en cualquier momento, y, mientras no lo hacen, nos parece ele mayor peso que el cuerpo extrao del himno. Con
permanecen en los lugares subterrneos o celestes que se les asign. La ascencin al respecto a una salvacin definitiva, el decreto ele Aclrastea pro
exterior hiperuranio que abre el gran ciclo es cumplida por el conjunto de los dioses mete la indemnidad para siempre como una situacin de facto
y las dems almas, pero actualmente convivimos quienes viven la primera vida del
ciclo y quienes no, cfr. 250e-25 la, 252d. Robn resuelve el problema de los recin
iniciados>> convirtindolos en aquellos en quienes la educacin o el amor ha refres 1 6 1 Bluck niega la cada original; pero las almas de Jos filsofos (248c) se evaden
cado la savia de la iniciacin preemprica, p. XCVII n. 2. del ciclo para siempre (Bluck 1 958 1 , p. 160), las dems pueden recaer incletinidamen
1 60 La vida filosfica y el amor filosfico parecen ir juntos, pero no son lo te. Los pecadores incorregibles permanecen siempre en el Hades (Gorg. 525c, Rep.
mismo. Se puede ser filsofo sin amar, y no slo Jos filsofos y seguidores de 6 1 5c; p. 1 56). McGibbon, en una refutacin pormenorizada, da como tradicional- .
Zeus logran el amor contenido; cfr. 250b9-c6. Los amantes del honor>> no son un mente asumido>> (sin mencionar autores) que el ciclo de 10.000 aos es una cada od"
ejemplo en contrario. Slo podra ser>> (256c l ) que esas parejas cedieran a los ginal tomada ele! orfismo-pitagorismo e identifica las almas no divinas con los da
impulsos. La eleccin de las tres vidas consecutivas presenta pequeas incohe mones, subrayando su desafeccin de los males de la existencia te!Test.re en 250b-c.
rencias textuales. La primera, en rigor, no se elige; n. a 256b. La causa ele la cada est en la maldad intrnseca de uno de los caballos (p). 59-61 ) .
370 371
., l
o
)> 6
mar parte del squito ele su dios como darnon ( alma human =
exceptuada ele las restantes encarnaciones del ciclo). En nuestra Tipos y jerarqua de vidas
interpretacin, asumimos que no hay una beatitud, ni original ni ),.
final, a sabiendas ele que los elementos del texto a favor ele esta La medida en que las almas han logrado la visin prenatal de
opcin no son suficientes como para considerarla demostrada. las Ideas decide su lugar en la jerarqua inicial de vidas. Sentimos
Podemos cerrar con otra aparente anomala, al final del mito y que debe de haber un criterio en esta jerarqua, pero encontrarlo
del discurso. Al alma del ermenos prudente que cedi al no-ena es menos fcil. Hackforth lo pone en el valor social de las activi
morado se le auguran 9.000 aos ele rodar por subterrneos alTecle dades, Rowe ms bien en el grado ele conocimiento. Brisson, a la
clor de la Tierra, privada ele razn. Todo indica que no se trata ele un sombra no declarada de Dumzil, distingue una funcin de saber
nuevo ciclo, sino del ciclo ele 10.000 aos, aunque no sabemos qu y mando, anota la desaparicin de los guerreros de Repblica,
pasa con los que faltan para completar los primeros 1 .000. A este apenas reemplazados por quienes se ocupan del cuerpo, y, por l
condenado se le niega la nueva eleccin y encarnacin cada mile timo, la funcin productiva. Las dos ltimas vidas, el sofista y el
nio, abierta aun para el peor tirano. Hay una cuestin ele equilibrio: tirano, seran la contrapartida negativa de las dos primeras, el fi
el amante atravesado por la locura ertica y filosfica es el mejor lsofo y el rey.
hombre y merece el mayor premio, que es permanecer en un esta La identificacin del hombre philsophos, philkalos, mousi
do feliz evitando las reencarnaciones. El jovencito que se deja per ks e erotiks, amante del saber o amante de la belleza o seguidor
suadir por la retrica de Lisias (o del primer Scrates) es su contra de las musas o de Eros>>, como uno y el mismo suele darse por eles
partida y, por lo tanto, el peor de los delincuentes, y merece el peor contada. Sin embargo, la partcula e (O) conserva valor disyunti
castigo. El pobre chico no sabe a lo que se arriesga. Sin embargo, vo y, como mnimo, deben ser vistos como distintas perspectivas y
como matices no intercambiables. Nada obsta a que se refieran a
posibilidades abiertas a hombres que han seguido vas distintas de
1 62 Aceptamos, con los traductores, este sentido para ap1*hontai (249a4). Ver
la estrictamente filosfica, pero que clan acceso tambin al recuer
denius Vuelve>>, a saber, al mismo punto de donde parti>> (248e5); luego recha
zado por Gil ( 1 958) p. 22 1 , cfr. De Vries. Este retorno reforzara nuestra suposi
do de lo supraceleste. Si en un sentido estos cuatro personajes son
cin, pero para qu volveran a los 3.000 aos? Si es para repetir el ascenso (con lo mismo, no por ello son el mismo. El seguidor ele las musas
Jos mismos dioses conductores?), sufrira mayor nmero ele pmebas que las otras puede ser el poeta inspirado. Llama la atencin el humildsimo lu
almas, aunque tambin podra recibir ms cantidad ele alimento inteligible. gm del poeta en la lista, un grado por debajo de los despreciados
372 373
.
1
376 377
presentar los conflictos de conciencia (255e-256a, 256c) 167. El vilegio de excitar espontneamente nuestro deseo de engendrar,
mito se cierra con promesas escatolgicas que evocan representa.., es decir, nuestro deseo de inmortalidad (206c), y las distintas res
ciones antropomrficas, con y sin alas (Introduccin). p uestas a esta excitacin constituyen la scala amoris.
El ascenso ertico del alma tiene una precondicin necesaria: Todo esto sirve a Platn para intercalar lo que es, tal vez, su
el privilegio de la Belleza. Es significativo que en dos dilogos himno ms exaltado a la sublimidad de las Ideas. Comentamos
prximos, Fedro y Banquete, se acceda a lo inteligible p6r medio ms arriba las dificultades que presenta el prrafo, con su voca
del amor, pero ms significativa an es, en ambos, la espontanei bulario de los misterios y ecos rficos, para la interpretacin del
dad del proceso. En otros dilogos el alma neGesita de otro que la '
ciclo de encarnaciones. Sobre todo el rechazo del cuerpo sugeri
despierte, que ser tambin quien la encamine y gue en el ascen
q ()
do en 250c5-6 marca la momentnea vuelta a escena del filsofo
so, sea un Scrates dialogante o la educacin filosfica ele Rep del Fedn. Tambin con respecto a la doctrina del amor este re
blica que libera al hombre de la Caverna. (La reminiscencia m - ' -{ chazo suena en una clave extraa. En el contexto, el proceso de la
nima propia de la comprensin comn no necesita incitacin ni mr1 01 ('!:) reminiscencia parte de la belleza corporal, y el amor filosfico no
.,_ o
\J
gua.) En 250b-e se explica: las imgenes de las dems Ideas son la descarta, aunque la supere. Todo lo contrario del esfuerzo por
{J I )>
opacas. Slo unas pocas almas que estn en buenas condiciones separar en vida el alma del cuerpo que caracteriza a la filosofa
l H
para recordar quedan conmocionadas al percibirlas (al admirar los o en Fedn ( 6 l b ss.) .
"1-... , 0
...
grandes actos de piedad, templanza o justicia, por ejemplo), pero ,)--' ' ;o Scrates, mientras retoma el hilo, da un adis nostlgico a su
no pueden entender lo que les est stlcediendo y slo con Clificul l :t=>
' . visin ele iniciado (250c). Ya ele vuelta en la Tierra, nos enfrenta
tad y aproximndose con medios imp.erfectos e indirectos logran primero con la respuesta ertica ms baja, la de quien no es un
una cierta inteleccin de ellas. Pero la Belleza era resplantleciente iniciado reciente o est corrompido, que es abierta y violenta
en el cielo inteligible, y sus imgenes tambin lo son1 68. Las-apre mente sexual. El rechazo escandalizado ele esta conducta no
hendemos con la vista, el ms agudo de nuestros sentidos>, y el oculta que la reaccin ertica mucho ms refinada que se descri
(") o
y ele la Templanza supracelestes, tiene que contenerlo con la mayor ' amante van disipando las prevenciones sociales y, como los buenos
violencia. Empieza allf un complejo juego ele negociaciones y pos se juntan con los buenos, el chico acepta su trato. Y al tratarlo, el de
tergaciones, donde el supuesto bruto impulsivo despliega toda, las seo del amante refluye sobre l, el amado experimenta una recipro
. ...-1
m
sutilezas ele la persuasin sofistica y las argumentaciones jurdicas , cidad amorosa (un contra-amor, anti-eros) que llama y cree amistad.
r
f
y tambin hace reproches de cobarda dignos ele un guerrero noble. Hasta dnde creerle? Los condiscpulos que lo previenen son cons
El auriga, aun teniendo presentes el recuerdo ele la Belleza y la ;..,..,_
i
cientes del cmcter equvoco ele la sit:uacin173. No slo la necesidad
Templanza, no tiene mucho que replicar y est siempre a punto ele ele que el bueno vaya con el bueno lo acerca al mnante, sino en pri
mer lugar la edad (helika, 255a7), la maduracin sexual ele la
- adolescencia temprana. Y cuando estn tendidos juntos, el ingenuo
1 70 Es un flujo material, no cuasi-material ni metafrico, porque emana de la
belleza sensible, es decir, del cuerpo del muchacho. El texto supone una teora ele
ermenos da la impresin de estar dispuesto a acceder sin demasia
la visin corno las ele Empclocles o Demcrito (un flujo de partculas que afectan da resistencia. Su conducta sexual depender de lo que el amante de
al percipiente, Doclcls [ 195 1 ] , p. 2 1 8 n. 59), antes que la ms compleja ele Tim. cicla hacer consigo mismo. Esta pasividad del ermenos (en todos
45b ss., 67 e ss. La corriente del deseo es una imagen de mltiples niveles. Para los sentidos: sexual, psicolgico, moral) y su situacin ele menor
empezar, tiene que ser desentraada por el juego etimolgico. Sus partes o par bajo la influencia ele alguien mayor y admirado son un rasgo a tener
tculas se comportan corno ur1 fluido, aunque el texto la compara en 255c a un
viento o a un eco. Adems ele sus propiedades mecnicas, tiene para las plumas en cuenta dentro ele la estructura del amor platnico. A diferencia ele
una funcin nutricia, anloga a la del agua para la vegetacin. Y, en su conjunto y la pederastia tradicional y del amor platnico ele siglos posterio
en cada una de sus irnagnes, es una metfora ele contenido sexual, y aun espec res, el amante conserva siempre la preeminencia174.
ficamente homosexual (Nussbaurn 1 986, pp. 290, 305).
1 7 1 La exaltacin ertica ele estos pasqjes sobrepasa [ . . .] cualquier otra cosa
en toda la prosa griega y casi toda la poesa griega suprstite>> y es igualada slo 1 72 Pero cfr. B uccioni (2002).
por Safo (Vlastos 1 973, p. 29 n. 88). Cfr. la clesexualizacin e intelectualizacin 1 73 Por supuesto, las prevenciones ele la antigua Atenas no son las mismas ni
del ascenso ertico del Banquete en Moravcsik, Reason ancl Eros in the "As tienen el mismo carcter que las victorianas.
cent" Passage of the Symposhtm, en J. P. Anton y G. L. Kustas (eds.), Essays in 1 74 Esto no es acusar al amante ele abuso ele poder. No hay presiones ni enrra
Ancient Greek Philosophy, Albany, State University of New York Press, 1 97 1 . o ( apte) sino un cortejo donde hace brillar sus mejores cualidades. La pecler s
Price ( 1 9 8 1 ), p . 27, reprocha a Moravcsik n o hacer justicia a los sntomas el e Fe tia aristocrtica es un agn ele prestigio, y los erasta compiten por un premio
dro 25 1 . Price mismo entiende el pasaje, contra V1astos, como no estrictamente (dthlon), los favores del ermenos, que es siempre el j uez y el dueo ele la deci
sexual aunque s apasionado; pero as no hacernos justicia a Fedro 254. sin. Es ms bien el amante el que est subordinado a la otra parte, como s ve en
3 80 381
Lo que S crates propone como modelo de conducta amorosa vulgar, el del amor a los honores, que en algn momento de desin
es algo extremadamente difcil y, bien considerado, una tortura . hibicin consuman fsicamente su amor y, claro est, luego lo si
mayor que cualquier renuncia asctica. El asceta, motivado p or guen haciendo, aunque en forma espaciada, porque no tiene la
su amor a un Dios personal y la nocin aterrorizante del pecado y . aprobacin ele toda la mente 1 79. Como ni el mismo Scrates se
la condena eterna, huye de la carne por todos los medios. Aman debe ele creer la virtud de los amantes filosficos, la falta de estos
te y amado, en cambio, se encuentran en los gimnasios, lugar na segundones recibe un guio de aprobacin y el premio ele seguir
tural del eros homosexual175, ocasin de desnudeces y tal vez de juntos en la luz para siempre.
intensos contactos de piel. Tambin el chico ( <atmque ms dbil Estos procesos psico-fisiolgicos se desarrollan sobre el fon
mente) siente la excitacin, y no tardamos en ver a los amantes do ele una metafsica del amor. El amor de los amantes filosficos
acostados juntos. Para qu? Para una situacin que supera en di se basa en la forma ms exaltada de la reminiscencia, no aqulla
ficultad a la de los amantes corteses, desnudos en el mismo lecho al alcance ele cualquier hombre sino la ele los iniciados (249b
y separados por una espada. Los dos jvenes, enamorados y de cl y ss.), que han dado una respuesta cmTecta a la luminosidad
seosos uno del otro, sexualmente excitaclos 1 76, se miran, se to sensible de la belleza y son capaces de traer ante la vista su luz
can, se besan (255e), realizan todos los juegos preliminares del inteligible. Para ello renuncian a la satisfaccin somtica, pero no
acto sexual, y luego no lo consuman. La cuerda setensa hasta un o al punto ele partida sensible, la belleza del amado, que es asumi
punto que se hace imposible ele creer m. La situacin remite di
m
da y conservada. El vnculo con el objeto ertico concreto, que
rectamente a la ele Alcibades y su famoso fiasco con Scrates en el ascenso del Banquete queda oscurecido o superado, se man
(Simp. 2 1 8c-2 1 9d; no es acaso el ermenos el que besa y abraza tiene y est puesto ele relieve a lo largo ele todo el proceso.
lJ
y parece tener cierta iniciativa, Fedro 255e-256a?). Slo el arque Esta relacin matizada con lo somtico resuelve la aparente
)>
tipo socrtico podra resistirse en estas condiciones. contradiccin de 25 1 a, donde las relaciones homosexuales se con
La historia tiene dos finales: el ele los amantes filosficos, que sideran contra natura (para phjsin), en un contexto sin embargo
J>
a pesar de todo se han contenido y al trmino de la vida recupe exclusivamente referido al amor homoertico. La natura contra
ran las alas1 78, y el ele quienes han llevado un modo de vida m<s la cual atentan no es la naturaleza biolgica sino la naturaleza
metafsica del amor. La transcendencia hacia la Belleza slo pue
los dos discursos previos. Pero este discurso trata de la locura ertica, fenmeno
de lograrse en la homosexualidad, que al ser biolgicamente es
ele un orden heterogneo y relacin personalsima ajena a aquella competencia. tril permite la contencin o represin del elemento somtico
El amante de este discurso no tiene competidores. ms grosero. La inclinacin heterosexual se cumple en la procrea
1 7 5 El gimnasio -y la cultura pedcrstica que le es aneja- es una institucin cin, y en ella paidospore!n, sembrar hijos (cfr. 250c n.), no es
fundamental de la paidea helnica y el sello del helenismo hasta su dcsapmicin. contra sino segn la naturaleza (biolgica), kata phjsin. Por ello
La desnudez atltica es un smbolo orgulloso y consciente que en el periodo hele
nstico desafa el escndalo ele judos y romanos (I Macabeos 1 . 15 , Il 4.9- 1 2, En
mismo la heterosexualidad queda encenada en lo somtico (cfr.
nio ap. Cicrn Tusc. IV 70, cfr. H.-I. Marrou, Historia de la educacin en la An Simp. 208e). Platn y buena parte ele su cultura la piensan en tr-
tigedad, cit. en Introcl. n. 53, p. 32).
1 76 Cfr. la turgencia del caballo/muchacho de 256a. Su ingenuidad puede ser
slo parcialmente fingida, pero el otro caballo y el auriga s saben de qu se trata. 179 Los amantes de segunda corresponderan al hombre timocrtico ele Rep.
1 7 7 La embriaguez controlada ele Leyes I, 637 a ss. tiene la misma estructura, pero VIII. De los dems tipos, imaginamos que el oligrquico se contendra slo por
no puede compararse en intensidad. Por lo clem{lS, debemos suponer a estos amantes avaricia (553cl-554a), y el hombre democrtico y el tirnico ya sabemos que no
libres ele las inhibiciones ms que menos neurticas del hombre moderno. Cfr. el son gente de andarse conteniendo. Fedro imagina ejrcitos de amantes en su dis
caso ele Rousseau, citado por Vlastos ( 1 973, p. 29 n. 87). La semijustificacin ele curso del Banquete ( 1 78e- 1 79a), que dcadas ms tarde tuvieron realidad histri
Nussbaum -no se refrenan por una exigencia del intelecto sino de Jos sentimientos ca con el Batalln Sagrado tebano. (Para la crtica de Jenofonte, Banqtteie
ele amor y veneracin ( 1 986, pp. 290, 293)-, dacia la situacin, es insuficiente. 8.32, y precisiones histricas y cronolgicas, Dover 1 965, II). Scrates podra es
1 7 Ya notamos que esto parece contradecir 249a. No se ha dicho que esta
8 tar pensando en el Fedro en jvenes ambiciosos ele poder, aristocrticos y filocs
vida fuera la tercera de las tres consecutivas requeridas para recuperar las alas. partanos tambin en sus mores (Wilcox [ 1 942], p. 1 29).
3 82 383
minos de procreacin, al par de los animales. As lo entiende esclavos como atentados contra la Belleza. Si ele eso se trata, es
tambin la condena preliminar de la homosexualidad en Leyes I taran en una situacin ptima para sublimar su amor en amistad.
nacimiento o Renacimiento no es una renuncia, sino una disocia imgenes ele la belleza. Pero para convertirse en verdadera remi
cin. Dante y Petrarca tienen sus campesinas para la carne, y si es uiscencia, en reminiscencia filosfica, el alma necesita una gua.
el caso, una esposa. El amor corts, uno ele los mejores captulos Puede ser Scrates o sus equivalentes dialgicos. Puede ser la
en la historia del amor platnico, logr en ocasiones integrar la paidea institucionaliz ada de Rep. (o la Academia), pero, por
carne, pero el matrimonio y la procreacin estn por definicin qu milagro aparece un filsofo a novo en un rgimen injusto?; o
excluidos ele su horizonte. Ante estas comparaciones, los aman ele otro modo, cmo es posible Scrates? Aqu la respuesta ele
tes platnicos siguen en una situacin peculiar. Reubicados en su Rep. es: el dios (VI 492a, 492e-493a). Se puede descartar como
marco histrico real, seguramente tendran una esposa. Es posi un deus ex machina, y estamos seguros de que las alusiones teo
.- .
ble que no consideraran las relaciones con cortesanas, esclavas o laicas
b
ele Platn son tan metafricas para l como para noso-
.
tros? En todo caso, en el Fedro el obJeto de contemplacwn mme-
1 80
Vlastos hace consideraciones importantes sobre las consecuencias, para la diato es el dios y, a travs ele l, la Idea. No es que ahora, ante un
teora platnica del amor, de que su creador fuera homosexual, mstico y moralis objeto de imitacin vivo, las ideas empiecen a volverse super
ta (pp. 25 s.). El impulso creativo, engendrar en la belleza, es una metfora he fluas 1 82, sino que, a travs del amado y del dios, el acceso a ellas
terosexual; y al cabo del camino (somtico y espiritual) homoertico, la capta tiende a personalizarse.
cin ele la Belleza es un matrimonio transcendental (p. 4 1 ) .
181
Para Platn, pero no para la cultura en que vive. Normalmente, rs no se
aplica al vnculo afectivo entre sujetos desiguales. Aristteles llama phila al
afecto conyugal. Cfr. Flaceliere ( 1 96 1 ), p. 1 00, que encuentra por primera vez en
Plutarco, 1/II d. C., la aplicacin del ros platnico a la relacin heterosexual.
1 82
Robinson ( 1 995), pp. 1 1 7 s . Para la personalizacin del modelo, cfr. Eg
gers Lan ( 1 992), pp. 45-46.
3 84 3 85
En realidad, el dios inaugura y gua el ascenso desde el primer La belleza del cuerpo es una verdadera epifana, aunque su
momento. El dios cumple la funcin del maestro de la:S iniciacio brillo y su inmediatez no nos dejen reconocer ele entrada al dios
nes; y el primer paso de toda iniciacin es encontrar al maestro que se nos ha querido manifestar. Es el dios el que elige a su fiel a
que nos corresponde. El maestro, por su parte, tambin est a la travs del deslumbramiento ertico, y cada amante reacciona ele
busca del discpulo. El dios debe intervenir activamente en el caso acuerdo al dios al que ha servido (252c-cl) y que ahora, sin que
de los que inician su camino a partir de las opacas imgenes de la ellos lo perciban, junta amante con amado: Un dios conduce
Justicia y la Templanza, como en Rep. La Belleza, empero, vuel siempre al semejante hacia su semejante. Unas lneas despus
ve a ser un punto de arranque privilegiado, porque ya la biillante (252e), el erasts aparece en la bsqueda activa de un ermenos
imagen en que se revela es un rostro o un cuerpo semejante a los con los caracteres de su dios, o al menos en la expectativa atenta
imagen (galma) en el templo no es una representacin del dios, (} -Jea aritocrtica, pne su empeo en mejorar al amado. Como lo
dioses, y su portador es la imagen viva de un dios (25 l a). La ele su aparicin. El amante, ele acuerdo a las pautas ele la paideras-
[ a ser el que eres ! 185 Puede ser que esta actividad (epitdeuma)
.
sbas) que, de ser posible, se traducira en sacrificios. Nosotros, lleve al . amante mismo a descubrirse, esto es, a ponerse l mismo
.-
divino. Pero lo que veo en primer trmino es un hermoso mucha como un flujo de partculas materiales. La corriente procede ele la
cho. El proceso que se desencadena es inescindiblemente sexual, belleza del muchacho (25 1 c), es decir, se trata de un flujo de p ar
religioso y metafsico184 tculas ele belleza sensible, que remite a la belleza inteligible.
25 l c-e describe la situacin previa al trato con el ermenos: el
erasts lo ve en forma intermitente y la corriente se seca en el n
18 Por ello, aunque el texto la ignore, no puede suprimirse el impacto de la terin. 255c-cl presenta la situacin luego ele establecida la amistad
belleza de los cuerpos femeninos. Podran citarse desde los ancianos de Troya ertica, cuando el flujo, que procede siempre ele la belleza del
contemplando a Helena hasta la ancdota o leyenda de la cortesana Frin y su de
fensa en juicio. L a posibilidad del ascenso metafsico es otra cuestin.
amado, se vuelve abundante y llega a rebosar del alma del eras-
1 84 Deberamos agregar lo afectivo a lo sexual, pero en momentos ms avan
zados de la relacin. La belleza produce un impacto visual instantneo (el coup
personal. Eros como respuesta al estmulo visual es un supuesto cultural, cfr.
Crat. 420b y n . a 25 l c, Halperin ( 1 985), pp. 7 1 , 85 y n. 36.
de foudre), que convierte tambin de forma inmediata el objeto admirado en el
querido (te! paidik, 25 ! a6-7, trmino tcnico para el ermenos homoertico).
.
El enamorado busca reiterar el impacto, siempre a travs de la vista, para volver a 1 85 252cl n . Pndaro es justamente el vocero de la concepcin aristocrtica ele
conectarse con el flujo del deseo. Hay mirada descante, pero todava no hay trato la aret por naturaleza.
3 86 387
ermenos, donde produce a su vez el efecto de regar el plumaj Y
ts. El exceso revierte, por el conducto de la visin , al alma del metodolgico sentado, y dice qu es y cmo es el Amor, y qu
e obras realiza. No es ni bello ni bueno, pero tampoco feo y malo,
despertar el amor. Lo notable ele esto es que e amado s enamo sino una naturaleza intermedia: no la de un dios, sino la de un da
ra de s nsmo, y se desea a s mismo a traves ele la muada del mon (20 l e-203a), explicada por el mito de su nacimiento como
otrol 86 _ Pero esta curiosa forma ele narcisismo mediatizado. es, di hijo de Pena, la Pobreza o Carencia, y ele Pros, el Recurso o los
cho con ms rigor, no un enamoramiento de s sino de la propia Medios-para-salir ele ella (203a-204c) 1 89. Es pobre, duro, sucio,
belleza, vista por el amant. Tampoco ste est enamorado del descalzo y sin casa, duerme sobre el suelo, al sereno, junto a las
muchacho, sino ele su bellez a. No es un amoi" mutuo entre dos puertas o en los caminos, y es inseparable ele la carencia ; pero a
personas, sino el amor de ambos y de uno a travs del otro a un la vez al acecho de todo lo bello y lo bueno, viril, resuelto, ve
tercero impersonal, la belleza. hemente, cazador temible, tramando siempre maquinaciones, de
Con esto entramos en el terren o ele la discusin acerca del seoso ele comprender y rico en recursos, ocupado en filosofar du
amor platnico, suscitada a principios de la dcada del 70 por un rante toda la vida, hechicero temible, preparador ele drogas y
clebre artcul o ele G. Vlastos 187, pero abierta ms ele cuarenta sofista (203c-cl). Nace y muere en el mismo da, y, a medio ca
aos atrs por el telogo sueco Anclers Nygren. La discusin se mino entre el saber y la ignorancia, es filsofo. Todos los malen
centra en el discurso de Scrates-Ditima en el Banquete, que te- tendidos sobre el amor provienen ele suponer que Eros es el ama
0 0R A
1 0 C O PI A
F0
nemos que revisar. do, cuando en realidad es el amante. De este modo, el amado, en
c . E . L P. A
quien transciende la plenitud ele la Belleza, queda asimilado a la
impasibilidad ele lo divino. El amante, convertido en damon y en
Eros en el Banque te filsofo en busca ele esa plenitud, cumple la funcin activa ele la
mediacin, que logra y pierde el contacto con lo divino y nunca
llo ni, dado que lo bueno es bello, tampoc? bueno ( 199d-O l c).
ele la bellez a (kllos). Por lo tanto, Eros carece de ella, no es be
dad es un fin ltimo que todos los hombres querran mantener
Scrates pasa luego a referir sus conversaciOnes con la mtJer_ s t para siempre (204c-205a). Eros es el deseo ele las cosas buenas y
bia (soph, 20l cl) de Mantinca, que s cumple con el pnnc1p 1 0 de la felicidad, y ele su posesin perpetua.
La actividad de eros est presentada con la imagen femenina
ms ele una
del embarazo y el parto (kyefn, 206c l , tkos b7), en general os
1 86
El proceso responde a la conven cin, a la que hemos aludido curecida por las traducciones que hablan ele fecundidad en
el es bello y capaz ele despert ar el deseo sexual. Pero
vez, de que slo ermen os .
las convenc10nes
la reaccin concreta del muchacho es mucho ms realista que
(255e-256 a). Para antros, 255e n.
1 87
The Individ ual as Object of Lave in Plato, en Platoni
c Studies ( 1 973), 1 89
Ntese que el relato est dominado por la figura de la madre. Pena se une
a Pros sin que ste, borracho, se d cuenta. Pros, el Recurso de Salida, es el re
ya citado para cuestione s de detalle. ,
e a las demas curso que Pena encuentra para remecliarse y que -buena captadora del kairs
138
l 99c, 20 l d-e, cfr. l 96a y Fedro 237c-d . Scrates antepon
7 1 a-b. aprovecha sin vacilar.
cuestio nes el conocim iento ele! t estin; cfr. en especial Menn
388 389
sentido amplio. Hay una razn, sin embargo, para ello . .El pasaje
T mamos el mismo a lo largo de su duracin, es un constante pro
(206c-207a ) explota una ambigedad del idioma. Todos los hom
bres estn encinta, segn el cuerpo o el alma, y, al madurar, nues
1 ceso de prdida y renovacin en cuerpo y alma, en contraste con la
permanencia eterna de lo divino en la identidad absoluta. Los hom
tra physis desea (epithymef) engendrar/parir ( tktei); el verbo tie 1 bres intentan y logran una inmortalidad de lo individual a travs ele
ne uno u otro significado segn se aplique a varn o mujer. La la fama, ms deseada que la descendencia y por la cual estuvieron
liberacin del hijo en el parto se superpone con la liberacin del dispuestos a sacrificarse Alceste (el ejemplo heroico de amor por
esperma en el coito, y la imagen se desliza hacia la excitacin una persona !), Aquiles y Codro. Esta inmortalidad, como ms se
masculina ante la belleza del cuerpo. La universalizacin del pa mejante a la divina, es ms deseada que la inmortalidad mortal de
pel femenino de embarazo y parto supona un embarazo parteno la descendencia (207a-e).
gentico, sin fecundacin previa, que se convierte en la funcin Los hombres preados en su cuerpo se vuelven hacia las muje
masculina del portador ele la semilla que busca dnde sembrarla. res y engendran hijos. Los preados del alma engendran pensa
La procreacin fsica o espiritual est regida por la concepcin miento (phrnesin) y toda otra excelencia (208a). Ditima presen
falocntrica que pone la fecundidad en el macho y reserva a la ta como tales a los poetas, los primeros inventores de las tcnicas y,
hembra (o al errnenos asimilado a ella) el papel de-receptculo y por encima ele ellos, a los legisladores. El hombre de alma frtil es
nutriente ele la semilla. Platn la elevar a nivel csmico en el Ti atrado al mximo por los cuerpos bellos unidos a almas bellas,
meo. Pero Ditima explota a fondo la ambigedad entre la semi conjuncin que lo hace elocuente acerca de la aret y lo incita a to
Ha masculina y la preez femenina, con todas sus urgencias y sus mar el papel de educador, y pare y cra los hijos del alma, en una co
. <::( : .,
: o
0:. /]
dolores. Lo bello excita el deseo porque permite la liberacin del munidad con su amado ms firme que la que cimentan los hijos de
preado y el cese ele sus dolores ele parto ( da to megles odfnos 1i "
.o In
la carne, ya que han obtenido hijos m<1s inmortales. Pareciera que
apolyein, 206e l ). El que est encinta ele su propia fecundidad in <e r los creadores mencionados (luego se cita a Homero, Hesodo, So
-.
o r.
nata busca desembarazarse ele su preez, y para ello busca la con Q.. In, Licurgo y muchos otros griegos y brbaros) tuvieran necesi
u l,
o rJ..
juncin con el otro factor. dad ele un amado para dar a luz sus obras. Si tenemos en cuenta el
significado a la vez intelectual y moral de phrnesis, estas obras son
.
La reclefinici n ele Eros reestructura a su vez su presentacin 1- !
inicial. Eros ya no es deseo ele lo bello, sino deseo de engendrar/ o - hijas del pensarniento y la virtud y suscitadoras a su vez ele pensa
lL 11...-'
parir en lo bello (296e). No se puede engendrar en lo feo sino en ! mientos y virtudes. El lenguaje ele Ditima oscila entre considerar
lo bello, que concuerda o encaja (harmtton) con lo divino. Lo hijos sea a las obras, sea a las areta que la educacin siembra en el
bello es el objeto y el fin inmediato del deseo, pero su fin ltimo amado y, tal vez y conjuntamente con todo ello, a las areta que las
390 391
hace amar a un alma noble aun si est en un cuerpo con poco en Vlastos levanta esas acusaciones y recaracteriza al amor pla
canto (smikron nthos, 210b8, pero este rninimo es necesMio), ama tnico como icleocntrico y creativo (p. 30). Es un amor crea
Y cuida ele este amado y se preocupa por capacitarse para educarlo.
tivo, porque para manifestarse y cumplirse busca engendrar en
La belleza del alma lo constrie a contemplar la belleza ele las ocu la belleza. P r otro lado, el rasgo central del amor platnico, al
paciones (epitedemata) y pautas ele vida (nmoi), ampliando su que se uborclma ste aspecto creativo, es ser no amor a las per
percepcin ele la unidad ele la belleza, que le hace tener en poco la sonas smo al conJ unto ele cualidades (positivas, tiles y be
cll cuerpo. Luego mira la belleza ele las ciencias (epistmai) y, llas) ele las que una persona es portadora; en ltimo trmino,
v:nclo el vasto mar ele lo bello que ya se ofrece a su contempla amor a la Iclea193. Por eso en los escalones superiores ele la scala
Cion, se libera ele la esclavitud ele ser amante ele un muchacho 0
. amoris los objetos ele amor pueden ser leyes, poemas, teoras l94,
un hombre o una sola ciencia, deja ele ser un ser ele pequeos dis y por ltimo la Belleza misma, en la que se pierde toda referencia
personal y sensible. Pero si pudiramos vemos libres de limita
llos Y magnficos en la abundancia ele la filosofa hasta que se forta
cursos (smikrolgos), pare muchos discursos y pensamientos be
ciones y contemplar la Belleza cara a cara, ese amor nos absorbe-
'Tl Iia totalmente y no necesitaramos ele nada ms (pp. 32 s.). El ar-
lece para minu la ciencia ele lo verdaderamente bello (209e-2 10cl).
8 tculo, concentrado deliberadamente en el Banquete, encuentra
s ? ita (exaphnes) del objeto supremo ofrecido a la contempla
El fin ele estos misterios es, como corresponde, la revelacin
'l o en Fedro la confirmacin ele sus tesis: 250e l ss. sera la ms cla
\';
0 ra expresin platnica del amor a la ida en la persona. El aman-
te ama la belleza del muchacho, y el amor ele ste a su vez es
cion, y que es el verdadero fin ele todos los esfuerzos anteriores.
0 ; slo un reflej o del amor del mante. El gabna (25 1 a6; puede
La Belleza es calificada con todas las notas con que Fedn (79cl,
80a-b) caracteriz las Ideas, transcendencia, eternidad e iclenti
o agregarse Cann. 1 54c8), el objeto ele admiracin y adoracin
. est visto siempre desde fuera, nunca como l mismo un su
clacl en p1imer lugar. Su intuicin es la experiencia ms valiosa
et ue valora, un centro ele experiencia privada y preferencia
posible en la vida humana y permite parir, no imgenes ele la are
tt:ema, pero basad? en un anlisis del texto que nos ha sido til para nuestra pro
seer; en el otro, el amor sobreabunclante que se deuarna como li
bre clonacin 1 9 2.
pta lectura . La teologa C. Osborne, Eros Unveiled. Plato and the God of Lave,
Oxford, Clarendon Press, 1 994, subraya la complej idad ele las nociones cristianas
en K. J . Dover, Aristophanes'
del amor de Dios, que no permite la simple distincin ele Nygren.
t!J3 L. a tess esta, en cterta
. i.orrna anttctpada
. .
1 90 Introcl., n . 59.
.
,
191
El libro, rpidamente clebre, conoci varias traducciones: Eros et agape.
Speech m Plato s Symposium>>, Jour. Hell. St. 86 ( 1 966), pp. 49-50.
La notion chrtierme de l 'amour et ses transformations, Pars, Aubier-Montaig 194
Si bien estas cosas son objeto de un amor apasionado una verdadera <<fi
ne, 1 944 (y Eros et agape, Pars, 1 952); Eros and Agape, Philadelphia, Westnnster
jacin ertica>> (V lastos, p. 27), puede notarse que el verbo cr n desaparece cuan
Press, 1 95 3 (rece!. en Nueva York, Harper Torchbooks, 1 969).
do se pasa desde las personas a ellas, 2 1 Oc.
192
H. Neumann ( 1 965) convierte a Ditima en una representante del espritu . .
195 L a pnnc1pa 1 b1" bl wgrafla,
' ., pro y contra Vlastos, puede verse en Halpern
sofstico que ensea al erasts a promover las ms sublimes areti en el amado y
11
( 1 985), n. 1 3 .
en la plis con el solo fin de inmortalizarse l mismo. Es una interpretacin ex-
393
392
1
.J
.-
tnticas que, ms all del alma individual del contemplaor, contri El acento fuerte en el elemento personal lo pusieron los dos
el Simpo sio y el
buyen a la formacin del otro, son otros tantos rasgos que salva esplndidos artculos de Marta Nussbaum sobre
ran el aor platnico de la acusacin, no slo de ser crudamente Fedro, que en su forma definitiva fueron recogi
dos en La fragili
_ ete del discurso ele
egmsta, smo de tomar al otro como un medio para un fin que lo so dad del bien200 . Nussbaum descen tra el Banqu
brepsa, y como un medium de ciertas propiedades y, como tal, Ditima -Scrates y conec ta ste con el ltimo gran discurso so
. de su amor per
Aun si en ltimo trmino el amante busca su propia eudaimona y 1
, aun,
fung1ble 196. Mas , como al go que puede olvidarse en el camino bre ros, la n arraci n de Alcibades borrac ho
la noche memorable que
sonal e intransferible por Scrates. En
logra en la contemplacin final de la Belleza, las consecuencias de pas aron junto s, los papeles se invierten; el joven cito se con_viere
autosuficwncw
esta realizacin revierten sobre el otro, cuya presencia como com en seductor frustrado y Scrates se encierra en la
fo, pero
paero y ca-beneficiario del amor a objetos no personales es es del ermenos, que es tambien la autosuficiencia del filso
ces ya
tru tural. El Fedro resalta la relacin de los amantes, que en los que slo puede ser alcanzada mediante la renuncia, y enton
se lanzar al ros y al cuerp o, y
meJores casos perdura a lo largo del ciclo de vidas. _ no es autosu ficien cia. Alcibades
las traicio nes, y termin ar
Si el amor platnico puede ser defendido ele la acmsacin ele a poco anclar caer en los escn dalos,
(pp. 266-2 67). El
egosmo, no es tan fcil hacerlo responder a lo que .nos p arece la una vida desperdiciada con una muerte msera
..:;( la filoso fa
mensaje final se resuelve con el fracas o ele la vida y
que ontaigne expres, con respecto a la amistad, ele una vez ;
definicin misma del amor, su carcter personal e instranferible .
a
g <(. juntas en la Ciud ad.
Q
para siempre: porque era l, porque era yo 1 97. No basta citar el El Fedro intent a el equilibrio y la relacin necesaria entre el
de
amor constante ms all ele la muerte ele las parejas del Fedro a.. amor de Alcib acles, que desemboca en la locura , y la renun cia
para slvar la objecin ele icleocentrismo. Podramos aducir que u o . Scrates, y testimonia un cambio en Platn y en su Scra tes. Los
f? I..U
tra
las VIrtudes encontradas y promovidas en el amado son objeti dos primeros discursos deben ser tomados en serio (p. 272);
pasion es,
vas y hacen a su verdadero S mismo. Sobre todo, que las cua o ducen el mensaje de Fedn y Repblica, librarse ele las
lidades slo pueden ser amadas en un individuo concreto 1 9S. El t.t..
ele
que ha sido hasta aqu el de Scra tes. El Fedro reivindica los
.
la
objeto ele deseo encama cualidades universalizables, en un grado mentos no intelectuales como fuente motivacional y gua en
re tripar tita porqu e en la in
ele complejidad tal que no pueden ser deslindadas de su indivi bsqueda del saber. El alma es siemp
el
dualidad, y sta queda asumida por el deseo. Pero la individuali mortalidad se salva lo que valoro ele m, y esto ya no es slo
do paso de la
dad resulta as slo el residuo fcticamente inasimilable i99 _ nos. Los enamorados del Fedro no dan el segun
la bellez a:
inicia cin del Banquete: el otro no es un ejemplar de
etos
sino l mism o (p. 293) . Los amantes -que aqu son los concr
un
1 96 Especialmente Piice ( 1 98 1 ).
.
1 97 << s1 on me presse de d!fe . . . Scrates y Fedro- clan y reciben uno del otro y avanzan en
pourquoy Je 1' aym01s, JC sens que cela ne se peut ex-
aprendizaje mutuo . Eros ha vuelto a sl:'r un dios. Y el amor de los
primer, qu'en respondant: Par ce que c 'estoit luy; p<IT ce que c'estoit moy. Essais I
XXVIII, <<De l 'amiti>>, ed. La PlYade, p. 224. Como sabemos, el clebre ensayo hombres vuelv e a ser huma no, hermoso y vulnerable.
trata de su amistad con Etienne de la Botie, que no fue una amistad amorosa. La Nussbaum pone este cambio en lnea con los que se clan en
amistad es la prehistoria del <<amor>>, que para Montaigne y su poca todava no exis los dems frentes de la filosofa ele Platn en el trnsito al tercer
te._ 1 ensayo pasa revista a todas las formas de la phila antigua, tambin la phila fa
394 395
periodo20 1 , pero aqu prefiere relacionarlo con las experiencias pero este Scrates ha renunciado, aun a costa de alguna inconsis
ms personales e ntimas del filsofo. Con un sutil juego etimo tencia, a una parte ele las enseanzas ele Ditima.
lgico y cronolgico, muestra la identidad compleja ele los perso La discusin del amor platnico qued en buena medida cir
najes y la fluctuacin de sus edades y de sus papeles. Fedro es, en cunscrita al mbito relativamente cerrado ele la crtica anglosajona.
la escena, el joven que efectivamente ha deslumbrado a Scrates, y el Una lectura posfoucaultiana (en especial, por supuesto, el Foucault
texto puede autorreferentemente aplicrsele s. Pero Scrates tam de la Historia de la sexualidad) no hubiera incuniclo en ciertos en
bin es el Platn que lo escribe, y Fedro es Din ele Siracusa; pero cuadres que podran calificarse ele ingenuos. As como la acusacin
tambin el Platn adolescente deslumbrado por Scrates, y S de egosmo proyecta una concepcin del individuo posesivo que la
crates el Scrates que ese adolescente hubiera querido que fue Antigedad no sospechaba, la acusacin ele icleocentiismo pone en
ra ... (pp. 303-304 ). La vulnerabilidad de lo humano hace que el juego una nocin moderno-romntica del amor no menos anacr
discurso, como el poema de Estescoro, sea y no sea verdadero: nica. El egosmo antiguo se mienta hacia la realizacin munda
la conjuncin de filosofa, poltica y amor es posible, pero tam no-sensible y se consuma en el goce, y tambin en el goce antici
bin es cierto que Scrates y Fedro, Platn y Scrates, Platn y pado ele una fama inmortal. El goce no es la posesin, sobre todo
Din, fracasaron202. no es la propiedad privada. Goce y disfrute slo son posibles en su
Se pueden sealar en Nussbaum algunas debilidades con res manifestacin y comunicacin, sensual o poltica. Si cabe hablar
pecto a la base textual. Para dar por sentado el carcter absoluta ele egosmo, sera, por decirlo ele alguna manera, un egosmo que
mente personal ele las relaciones, se ignora el papel que en el Felro tiene estructuralmente incorporado al otro o los otros. Por otra par
siguen desempeando las Ideas. La afirmacin ele una atraccin te, el individuo objeto del amor romntico, cuya emergencia plena
ertica efectiva entre Scrates y Fedro no es convincente. La ton corresponde a la afirmacin definitiva ele la burguesa, es el indivi
versin amorosa ele Fedro se habra dado antes y no despus del duo nico, a quien se elige, rms all ele cualidades genricas como
la belleza, porque eres t, y que conserva un ncleo inafe1rable aun
lidad de reducir el Fedro al Banquete. Es indemostrable que e1
gran cliscurso203. No se le puede discutir, sin embargo, la imposibi
en las relaciones posesivas ms enfermizas. Este individuo se cons
cambio provenga ele las experiencias ms personales ele Platn,, truye sobre los cimientos mismos ele la Moclemiclacl: la inescrutable
eleccin divina ele la teologa protestante y el tomo social y econ
micamente libre ele las relaciones capitalistas. Esto no es decir que
201
Especialmente en el artculo de 1 982. en otras pocas no haya habido afectos personales profundos y pa
202
Platn conoce al joven Din, pariente ele Dionisio el Viejo, en su primer sin ertica, pero se clab:m dentro ele un entramado familiar, social e
viaje a Sicilia y quedan, al parecer, ntimamente ligados. Din ser el motor y el ideolgico que no permita ni la fatalidad wagneriana del amor pa
motivo de los dos viajes subsiguientes del filsofo y, ya en la vejez ele ste, orga sin, ni el respeto a la autonoma del otro que se predica en las rela
niza -desde la Academia- una expedicin armada que toma el poder en Siracusa.
Din muere luego asesinado por uno ele sus compaeros atenienses, y esta confu
ciones contemporneas y que a veces encubre una tolerancia distante.
sa muerte da pie a la Carta VII y a un epigrama atribuido a Platn (Antologa Pa Adems, estamos seguros ele que la teora ertica del Ban
latina VII.99, DL 3.30; c fr. C. M. Bowra, Plato's Epigram on Dion's Death>>, quete se propone dar cuenta ele la sexualidad y el amor?204 O ms
Am. Jow: Phi/ 59, 4 [ 1 938], pp. 394-404; Nussbaum 1 986, cap. 7; n. a 252e). Vale bien describe el ascenso dialctico del alma hacia lo inteligible a
la pena traducirlo: <<Las moiras hilaron lgrimas para Hcuba y las mujeres troya
partir ele lo sensible? El atractivo sensible ele los cuerpos es una
nas cnanclo nacieron. Pero t lograbas un triunfo ele nobles acciones cuando los
dioses derramaron tus amplias esperanzas. Yaces en la vasta tierra de la patria,
honrado por los ciudadanos. Din, enloqueciste mi <nimo de amor>>.
Para la verosimilitud y alcance ele los sucesos narrados en las Cartas VII y
20'1
Cfr. en Halperin ( 1 985) los sutiles anlisis de epithymfa, <<apetito>> dirigi
VIII y en la Vida de Din de Plutarco, cfr. M . I. Finlcy, cit. en n. 60 de la Intro do al placer, y ros, <<deseo>> clirigiclo al valor. Platn no se propone una teora del
duccin. amor sino del deseo, que, entre otras cosas, da cuenta del amor sexual (p. 78). La
203
P. W. Gooch, <<Has Plato Changecl Socrates' Heart in the Phaedrus?>>, en manifestacin sexual ele eros, subrayada por nuestra lectura, no lo agota. Ese pun
Rossetti (ecl.) ( 1 992), p. 3 10. to de vista ms amplio resuelve las supuestas limitaciones del ros platiiico.
396 397
.1
base ele lanzamiento para este ascenso en el mismo sentido en compaa. Pues ste es el modo correcto de ir hacia las cosas ele
C . E . L P. A .
desecha al llegar arriba, sino la que se usa para subir y bajar en
III
Las cigarras
ra) y a las que opone tykhe, lo que se da por azar. Gorgias respon 207
La doctrina es platnica. Cfr. Doclds ( 1 959) ad loe. los paralelos de la fra
der que la retrica es el arte de los discursos (449cl). Sucesivas se (Crm. 1 74e, Simp. 1 88cl ; ya en H. Mutschmann, Die alteste Definition ele
Rhetorik, Hermes 53 [ 1 9 1 8], pp. 440-443) y las referencias a autores tardos que
restricciones la limitan a los asuntos humanos ms grandes y me la atribuyen a Tisias y Crax o a Gorgias. Quintiliano 2. 1 5 .4 la encuentra en la
jores . Un canto simposaco pone como los ms grandes bienes a
208 y
tkhne atribuida a Iscrates, ele cuya autora duda con razn.
la salud, la belleza y la riqueza bien habida. Pero el arte del orador que es independiente ele los presupuestos de Scrates sobre el conoci
es diferente y est por encima de las artes del mdico, el peclotribo miento moral. Cfr. Halliwell ( 1 994), pp. 228 s. Gorgias admite la relacin entre el
conocimiento y la posesin ele una virtud en buena medida forzado por la dialc
tica ele Scrates. El autor del Discurso olmpico y la Oracin fnebre tena segu
ramente pretensiones ele sabidura poltica, aunque stas cambian de naturaleza al
206
Cfr. Kucharski ( 1 9 6 1 ). ser medidas por un criterio absoluto ele verdad.
402 403
Al pasar al menos respetable Polo, Scrates -dejando a salvo Las condiciones p ara que una disciplina constituya una tkhne
con urbanidad la actividad de Gorgias- niega la precedente afir son el conocimiento de la physis de aquello con lo que tratan, y en
macin de su nuevo interlocutor y que hasta aqu se haba dado base a ello, dar razn de por qu ofrecen las cosas que ofrecen y
por supuesta, esto es, el carcter tcnico ele la retrica, y la retro remitirlo a sus causas. Una tkhne debe poder dar cuenta de sus
trae al campo de la mera prctica (empeira) y la habilidad adqui procedimientos. La cocina, a diferencia de la tkhne mdica, pro
rida por hbito y repeticin (trib). La retrica consiste en la pro cede en forma entica (algos), guiada a lo sumo por el recuerdo
duccin de cierta clase de placer y agrado. El gnero de estas de lo que alguna vez le ha servido y por el hbito (500e-501 a, cfr.
justicia (dialdosyne), a la medicina. Las artes falsas sustituyen a 1-1 con clecrswnes fundame ntadas
(270d ss.).
"'
las verdaderas y ofrecen un remedo de ellas. En el lenguaje de Es posible una retrica buena? Scrates le encuentra una
los gemetras en que gusta a veces hablar Scrates, lo que el ma utilidad_ parac : ica ucele po
_
nerse al servicio el la justicia, para
o nuestros
quillaje es a la gimnasia, la cocina es a la medicina, o mejor: la so .,. :r.:>denu ncmr la 111J UStlCJ.a cometida por nosotros mismos
fstica es a la legislacin como el maquillaje es a la gimnasia, y la padres y amigos, con el fin ele l ibramos ele ella al recibir la pena
retrica es a la justicia como la cocina es a la meclicina209. Sofsti merecida, as sea la muerte! Como contrapartida, castigaremos
ca y retlica, por otra parte, son diferentes pero prximas, sus re al enemigo injusto abstenindonos de acusarlo. Para el que no
presentantes se confunden sobre el mismo terreno y hablan sobre comete injusticia, la retrica no tiene ninguna utilidad ( 480a-
los mismos temas2 1 0. Operan proporcionando placer en vez de un 481 b). Si no la tiene en el campo judicial, la tiene en el poltico?
bien autntico, y se dirigen a los tontos y a la multitud, a los que La adulacin puede dirigirse tambin a una multitud. Scrates
no saben ( 462b-466a)2 1 1 hace entrar aqu todos los espectculos pblicos, en especial la
trageclia2 12. Esta clase ele oratoria se dirige sin distincin a hom- '
les, la !lntdosis, seguramente posterior al Fedro y ms todava al Gorgias. !lntd. 212 Al reducir la poesa a la retrica, <<S se quita a la poesa l a msica, el ritmo y
el metro, queclan lgoi (502c), Scrates da una versin modificada ele la definicin
ele poesa ele Gorgias en Helena 9 ( <<lgos que posee metro>>). Cfr. S. Gastalcli, di
1 80- 1 85 adjudica cuerpo y alma a la gimnasia y la filosofa, y sta, de acuerdo al
uso isocrtico ele la palabra, es sin ms la forma honorable ele retrica, epistemo
lgicamente sancionada por la imposibilidad ele transcender la dxa, en que con teatro delle passioni. Pathos nella retorica antica>>; L. Spina, <<Passioni d'tlditrio (il
siste la enseanza del rtor (cfr. 270 ss.). pathos nell'oratoria)>>, Elenchos 16 ( 1 995), pp. 67-69 y 83-100 resp.
404 405
-
::;; ..t): l.
' ,:.-:. ; J.
su obra, y si esta retrica se define como persuasin de la multi loga de Scrates, es la obra maestra de la tkhne retrica, dentro
tud ignorante, su imposibilidad es casi analtica (50 1 c-505b). { y fuera de la obra platnica. La traduccin de Scrates a persona
je edificante oscureci un hecho obvio: su defensa es un discurso
construido, no slo con todo el arte del mayor prosista ele la len
Platn y la retrica gua griega, sino del ms exquisito rtor o sofista.
Una rpida lectura ele la primera pgina de la Apologa, el proe
Es difcil imaginar una descalificacin mayor de la retrica. Es mio en las divisiones oratorias, nos informa de que S crates denun
que Platn tiene all un oponente formidable. Lfl retrica es una de cia el lenguaje mentiroso y retrico de sus acusadores, se cleclma
las ms grandes fuer.:as, espirituales y polticas, con las que se en ajeno a ese modo ele hablar y pide que se acepte el suyo propio y
frenta, como lo prueban el Gorgias y el Fedro, y no slo ellos. Pero que se atienda slo a su propsito ele decir la verdad; comienza su
no es una lucha a muerte contra un enemigo odiado, es slo una alegato, pues, devolviendo a la parte contraria la calificacin ele
disputa -eso s, violenta, aunque sea verbal- por la posesin de un orador habilsimo que sta le ha endilgado. El prestigio moral ele
bien valioso. Y la disputa entre filosofa y retrica es posible que <x: Scrates ha llevado a mucha geute seria a tomar al pie de la letra
nunca se haya zanjado del todo. Platn no sale de ella con las ma 0::: <( el viejo tpos retrico, obligado en cualquier proemio, por el cual
nos vacas. Con la ayuda, podemos imaginar, ele un joven Aristte o el orador profesa incompetencia retrica y se declara ajeno al len
0 - n :
les, reelabora los despojos obtenidos del adversario y entre ambos <( 1-1-:
convierten a la retrica en un artefacto mucho ms eficaz que el ele '(L .
guaje de los tribunales. Pero todo el proemio est construido con
2 1 4 Gagarin ( 1 994). Gorgianic Rhetoric>>, Harv. St. Class. Phi!. 68 ( 1 964), pp. 269-303; Ch. P. Sega!,
215 North ( 1 99 1 ) , pp. 202-204. Scrates reorienta pero no borra su fonnacin <<Gorgias and the psychology of the logos, Harv. St. Class. Phi!. 68 ( 1 962), pp.
temprana. 99- 1 55 ; Guthtie HGP IV, pp. 74-77.
406 407
@@51
cambio ' le atribuimos aloa b
ms de preocupacin por la aret tra- longar la competencia, ya lo compara mentalmente con el futuro
dicional y la fama, la bella morte y un motivo no lejano del que producto ele Lisias, aunque anticipa la preocupacin de ste por el
Ditima asigna al sacrificio amoroso de Alceste, basta apuntar reproche ele logografa. Scrates, por supuesto, no va a compartir
que a lo largo de los siglos nunca hemos dejado de hablar de l. . sus ingenuos reparos, pero no procede a una nueva exhortacin fi
No slo es adecuado a su pblico del momento217, sino que ha ido losfica. En cambio, da vuelta con un artilugio semntico a la
creando su pblico a lo largo de los siglos. La Apologa es un exe comprensible preocupacin de Fedro por la descalificacin social
lente lugar para meditar las complejidades que esconde la descalifi de los sofistas y loggrafos218, en una operacin digna del peor de
cacin ele la escritura ( y de la escritura de discmos ! ) en el Fedro. los sofistas. El giro devuelve la pelota a los polticos mediante el
Un poco ms adelante en la carrera literaria ele Platn tenemos el recurso de ampliar el sentido de Lgoi -que en griego podra ex
Menexeno. La crtica no sabe cmo compatibilizar este despliegue tenderse indefinidamente a todo lo hablado o escrito- e incluir le
ele virtuosismo retrico y poltico con Platn o con Scrates, yes y decretos en el gnero ele los discursos. La comparacin del
como si ste no fuera el mismo personaje que el admirado Scra poltico legislador con el poeta y competidor teatral hace el ara
tes del Fedro, un orador capaz ele exhibir el esplendor ele su talen
) o
ele sentido todava ms ampla. Establecido as que el hecho mis
to a la vez que deja entrever los mltiples pliegues irnicos en que TI
mo ele escribir discursos no es vergonzoso, se vuelve a ampliar el
-1
'
m 'J
lo envuelve. campo al incluir tambin el discurso hablado y se reforrnula la
-.
Es tambin usual tomar el entusiasmo ele Scrates por los clis cuestin desde el punto ele vista ele hablar o escribir bien o mal.
v
cursos al comienzo del F'edro como irnico. Sin duela lo es. Pero La estrategia ele Scrates se encamina a postular una retrica fi
"U );>
'
410 411
siguientes del texto, el examen presenta los tres discursos, ya como
m os, Scrates se desliza desde las partes ele un juicio -que defienden
prec!sin224. 1 ?Itoclo dialctico ele reunin y divisin, que teimi
dos, ya como uno, cuyos referentes nunca se pueden inclicm con
cada una su posicin- al tcnico capaz de defender a cualquiera de
los dos lados, y luego lo convierte en poltico capaz ele convencer a
na siendo lo muco que se rescata, no parece, en el contexto, tener
la Ciudad de una cosa y de lo opuesto (261c-cl). Zenn nos espera otra finalidad que la ele distinguir semejanzas y diferencias.
all, en calidad de maestro que llev la tcnica ele la controversia (an
La crtica del discurso ele Lisias (262cl-264e) precisa estas in
tilogik) a su ms alto nivel de abstraccin222 La tcnica ele la antilo
tenciones. La distincin entre palabras unvocas y equvocas o
ga produce una retrica formal, desvinculada de sus contenidos. ambiguas, referidas a cosas cuya ndole misma es dificil de cap
Pero se basa en una concepcin de la realidad en la que los opuestos tar, d termina en qu casos la retrica tiene ms poder. Los
pueden ser alternativa o conjuntamente verdaderos (o falsos: Ze
dos discursos ele Socrates que presentmon a ros alternativamen
nn). Es, pues, moralmente neutral, pero supone una opcin ontol
} 0 haya es uchaclo los dos, ?o sabra a qu atenerse. Pero no fueron
te como malo y como bueno son abiertamente antilgicos. Quien
gica. Cuando cambiamos esta opcin por una ontologa de la iclenti
clacl y ele la verdad inmutable, la neutralidad moral de la tcnica se
....: pronunciados para seducir a un muchacho inexistente sino como
i"l g ejemplos tcnicos. El orador tiene que mostrar la cosa dudosa
evapora. Scrates ya no cree en la antiloga ontolgica de Herclito,
Zenn y Protgoras, sino en una alternativa de verdad y mentira. La " Ocomo indudable, mediante la definicin inicial del asunto. Esta cle
retrica tcnica debe conocer la verdad, y sobre esta base Scrates :Sfinicin no tiene valor informativo. El orador no ha llegado a ella
'O EPor un proceso de indagacin y conocimiento, sino por una cleci
propone una tcnica del disimulo que procede mediante asimilacio
nes, graduadas hasta resultm imperceptibles. La clave de la rettica
no es la antiloga sino la analoga. La analoga no suprime la antilo
in (eboulthe, 263 e l ). Est puesta, con la apariencia de infor
ga, sino que la disimula, deslizndose hacia ella con pequeo pa ar, para forzarnos a aceptar sobre el tema lo que sea conve
mente para el orador (nos forz a concebir a Eros como cierta
sos, pma dominarla. Es un procedimiento artero y sutil, propio y ex cosa determinada que l mismo haba decidido) . Si logra hacer
clusivo de la retrica. Nada semejante apmece en lo que poseemos
no, Y el discurso slo tiene que ir sacando las consecuencias de
nos aceptar la definicin inicial, la causa est ganada ele antema
ele los graneles sofistas. Acaba ele ser inventada por Scrates.
A partir del descubrimiento fundamental ele la analoga, y so" ella. De inmediato se insistir en el orden y la articulacin del
bre la base del conocimiento filosfico ele la verdad, Scrates est
discurso y ele sus partes, pero esa coherencia no es meramente
en condiciones ele proyectar la retrica como una verdadera tcni frmal, sino cu se nutre del cntenido ele la primera posicin. El
ca cientfica. Qu objetivo se le propone? Scrates es clarsimo : el
disimulo y el engao (apte), tanto p ara producirlo en otros como
discurso ele Lisias, al no cumplir con la exigencia fundamental ele
definir el amor, no tiene tampoco un principio formal que lo or
para precaverse uno mismo de l (26 l e-262a ). La verdad se pone
ganice, su argumentacin aparece invertida y resulta una colec
al servicio del engao. Las semejanzas reales y verbales son el
arma de doble filo que el experto en la palabra debe reconocer y
cin ele remiendos dispuestos en forma arbitraria. Esta critica se
resume en la frase, ele larga trayectoria, acerca del discurso -o, en
dominar. Platn saba que el conocimiento de la verdad es esencial general, la composicin literaria- organizado como un ser vi
para mentir con eficacia desde el Ripias menm; escrito hacia la viente (264c). Por ltimo, se abandona la crtica ele Lisias en con
misma poca que la Apologa223. El examen ele los discursos pro sideracin a la amistad ele Fedro, no sin que Scrates se lamente
nunciados los toma como ejemplos ele cmo el que conoce la ver de dejar desaprovechados cantidad ele ejemplos a no imitar.
dad, jugando con las palabras, puede extravim a los oyentes El primer discurso de Scrates, aludido con seguridad en 263cl-e
(262cl ). La ambigedad se hace ms notable cuando, en los pasos es, en cambio, un ejemplo acabado del procedimiento a seguir. Pre
222
Pero Zenn mismo pertenece al mundo trgico, G. Colli , La
nascita. . . , cit.
Adelphi , 1 998. Es posible una solucin laxa (262cl 0-d 1 n.). Pueden seguirse las notas de
224
223
Cfr. Cole ( 1 99 1 ), p. 1 0.
413
412
---
------- -- - --- - ------I!dlmD---------------------
-..t<:
y como una informacin acerca de lo que realmente es (ousa)
senta la definicin inicial como un requisito de buena metodologa rio inquisitivo socrtico, el lenkhos. S e deriva directamente del
horizonte metafsico condensado en la figura de Scrates: la Ver
y slo se puede rescatar para la filosofa un procedimiento meto designacin epistemolgica ele la Idea del B ien, desde la cual se
dolgico ledo en los discursos en forma bastante forzada. puede clm cuenta fundada ele los distintos niveles ele la realidad.
Por ltimo, la segunda parte del Parmnides se construye como
ejemplo del mtodo de ejercitacin por hiptesis en forma antil
La cuestin del mtodo gica: suponer que algo es y las consecuencias que se derivan de
ello, y luego suponer que eso mismo no es, y sus consecuencias.
Esos vagos efde, procedimientos, entrevistos en los discur Menn, Cratilo y Eutidemo, pero sobre todo Repblica, men
sos, son la primera exposicin del mtodo ele reunin y divisin, cionan la dialctica. En Repblica, la dialctica es el movimiento
que tendr un lugar importm1te en textos posteriores225. El primer de la mente en el tramo superior del conocimiento, que procede ele
mtodo que podemos detectar en los dilogos es el interrogato- Idea en Idea hasta llegm al Bien (VII 532a-535a). De hecho, se la
225
Para las relaciones de la dialctica en el Fedro y los otros textos platni
cos, esp. Santa Cruz ( 1 992). 225a
Cfr. Eutid. 290c, los matemticos deben remitirse a los dialctiCos.
414 415
1
e1 esto como en otros aspectos una verdadera bisagra, convierte a 1 1
caracteriza como la capacidad de visin sinptica (537c). El Fedro tra experiencia comn. Se postula la existencia de lo Igual en s, se
parado de todas las cosas (sensibles) iguales, y a la vez nuestro co
_
todo el re:n y divisin 9ue en os dilogos tardos suplatar al
clwlctrca en un procedimiento metdico nuevo, al introducir el m nocimiento ele ello, que se suscita a partir de la percepcin ele esas
_ cosas. Pero lo Igual mismo no se hace presente nunca en nuestra
de hrpotesrs . Nos encamma hacra el_ al presentar el conoCimien experiencia sensible. Su conocimiento es, pues, previo al hecho ele
crtico ele clase227. El texto mismo deja sin clecicliT si se trata ele grante peticin de p1incipio. En realidad, slo se nos pide que regs
una clase lgica o se alude a una idea transcendente. tremos lo que sucede en la clase ele geometra cuando se dice que un
pensamrento matemtico, pero tambin, constantemente, en nues- 228 Para poder concluir la preexistencia del alma (76e), Platn transforma la
anterioridad lgica en anterioridad cronolgica. De este modo, el argumento se
convierte en un mito en el sentido de una historia o narracin, que trans
226 Hay algunas
tklmai y sus imta-
CI es en el Gorgias puede ser un temprano ejemplo de reunin y divisin siste
.
anticipaciones. El esquema de las de las pone como acontecimientos temporales los resultados de un procedimiento anal
tico. La reduccin eidtica de la fenomenologa husserliana (Ideas I, Seccin 1 .")
matJca. Clr. Rep. 454a , Cra. 424b-d.
227 C fr.
se propone purgar esta ganga, con la consecuente negacin del realismo metafsi-
Guthrie HGP III, p. 44 1 , El se ( 1 936), Gillespie ( 1 9 1 2) y n. 26 ir!fra.
co platnico ( 22).
416 417
un acto de razonamiento. La lgica empirista supone que obtene D e golpe, e l amor del apasionado amante Scrates s e trans
mos el concepto por una generalizacin de algunas notas comunes. forma en pasin por este mtodo, que nos habilita para pensar y
La reminiscencia platnica no es una generalizacin a partir de da hablar (266c). Pero no es sta la nica contribucin del Fedro a la
tos sensibles, ni para el caso un entendimiento kantiano que sinteti cuestin. Hacia 270b se introduce la comparacin ele la retrica con
za un mltiple sensible mediante un concepto. No es un proceso de la medicina. Se trata, en ambos casos, ele analizar o dividir la na
abstraccin ni de conceptualizacin sino la captacin intelectual turaleza del cuerpo o del alma. Para ello es necesario comprender
(as sea oscura) ele un individuo inteligible 229. Esa captacin permi la naturaleza del todo, cuyo sentido podra ser el alma o el cuer
te, en un movimiento descendente, reunir con sentido una multipli po considerados como un todo, o bien un todo mayor y previo a
cidad ele percepciones y, a la vez, dar un significado a un trmino ellos. La primera interpretacin podra estar avalada por 1 70cl,
lingstico . La comprensin corriente parte ele las mltiples sensa que hace explcito el procedimiento. El razonamiento verdade
ciones o cosas sensiblemente experimentadas y arriba a una unidad ro indica un <modo ele reflexionar acerca ele la naturaleza ele lo
ele conjunto, y esto es comprender segn lo llamado edos. Nues que sea, que consiste, en primer lugar, en determinar si lo que se
tra comprensin cotidiana no es la contemplacin exttica de lo Be tiene en vistas es simple o complejo; es decir, polyeids, ele ml
llo o el Bien sino la subsuncin de percepciones particulares bajo tiples aspectos. Efdos aqu tiene un sentido muy impreciso que no
una idea general que las hace inteligibles. Eidos adquiere aqu el puede cletetminarse ni como clase o especie ni como parte.
sentido lgico de clases o tipos de cosas. Unas lneas ms aba El segundo paso es considerar para la naturaleza simple, o para
jo, los ms capacitados para la anmnesis slo logran, en principio, cada efdos ele la compleja, tras enumerarlas, la capacidad ele actuar
un conocimiento del gnero (gnos, 250b5). Pero la reminiscen o padecer, y sobre qu acta o qu cosa le afecta. Estas operacio
cia proporciona una base metafsica al entramado conceptual, y hay nes constituyen un mthodos (cl9). Luego se lo aplica al alma, objeto
q1e tener en cuenta que detrs del gnero lgico est la Idea. de la retrica, y en 27 1 b a los discursos, que es aquello con lo cual
La divisin se describe en 265e-266b l como el proceso ele di el alma puede ser afectada, a fin ele establecer la necesidad causal
vidir en clases o especies. stas tienen una base ontolgica, y la ele esta afeccin, en el caso la persuasin del alma. Los gneros
divisin se hace siguiendo las estructuras que presenta la realidad: (gne, 27 l b2; ede, cll y 2) ele discursos y ele alma, en los que po
La divisin se detiene al encontrar las dos subespecies ltimas del demos reconocer a los ede ele 270cl l -5, se perfilan ahora como
amor, el izquierdo y el derecho . La crtica ha notado la ausen clases o tipos ele alma, coorclinables con tipos ele discurso. No
cia del procedimiento dicotmico estricto que encontramos en el estamos ante una estructura ontolgica, sino ante una clasificacin
Sofista. En los discursos podemos detectar el mismo esquema que psicolgica de caracteres. Todo parece indicar que se trata ele uh
en el resumen ele 265a-b230: el gnero a dividir, luego su divisin mtodo que presenta afinidades con el anterimmente expuesto, pero
dicotmica en especies y la divisin ele la ltima en partes , infi distinto. Platn mismo nos indica un origen hipocrtico, por im
mae species que pueden darse en nmero indefinido. precisable que ste pueda ser para la erudicin moderna (270c n.).
Efdos y su sinnimo gnos tienen el sentido ele clase que man
tendrn en los dilogos siguientes y que deriva ele la tipologa ele
229 Las cosas dispersas de 265d pueden ser cosas sensibles o ideas subsu las enfermedades hipocrtica23 1 .
midas bajo otra ms abarcante. La reunin slo puede lograrse mediante una in
tuicin dl gnero. La reminisce ncia salva la imposibilidad de un procedimiento
metdico para este paso.
230 En el segundo discurso, el gnero mana se divide en locura humana y di les. Estos ltimos en conjunto constituyen la hybris, dividida a su vez en un n
mero indefinido ele deseos particulares entre los cuales se encuentra ri5s (Co
vina (244a7-8) . La mana de origen divino se divide en partes: proftica, ini
23 1 M . Fattal, L' alethes lagos du Phedre en 270c 1 0>>, en Rossetti (ed.) ( 1 992),
mentario al primer discurso, n . 26).
citica, potica y ertica. En el primer discurso de Scrates el procedimiento est
en buena medida implcito. El gnero sera tendencias que gobiernan el alma,
pp. 257-260; Kucharski ( 1 939), ( 1 96 1 ) , ( 1 965); contra Joly ( 19 6 1 ), p. 90, y ( 1 983)
clivicliclo en opiniones razonables adquiridas y deseos innatos hacia el placer.
cit. en 270c n.
Un paso tcito distingue los deseos moderados por la templanza y los irraciona-
tl l 8 419
<i;f
' 1
El mtodo de reunin y divisin se aplicar extensamente en 1 la retrica, pero no es parte de ella; ms bien, es el intrumento ge
el Sofista y el Poltico. Sof 253b-254c lo inc!uir en la dialctic, neral para hablar y pensar. Es la estructura que, tomada como
que es all la capacidad del filsofo para maJenar la gran smtaxis base, convertira a la retrica en verdadera tkhne. Fedro cree,
de las compatibilidades y exclusiones entre los gneros. En Leyes como todo el mundo, que lo propiamente tcnico es lo que se ha
965b-c se hace culminar la educacin ele los gobernantes con la dejado de lado, esto es, la enseanza de los manuales.
adquisicin ele la mirada ele conjunto que va de la mt ltiplicidacl a Summus orator Socrates232. El Scrates del Fedro no slo es el
la unidad de una idea nica (man idan), en termmos_ que re del Menexeno y el que se defiende en la Apologa . Tiene tambin
cuerdan a Fedro 249b-c (cfr. adems 966a-b, 967e-968al). Por algo del Scrates de Nubes. Peligrosa competencia para Lisias, en su
ltimo, en Filebo es el problema ele lo uno y lo mltiple ( 1 5 cl) el mismo terreno. No slo su elocuencia es un ro de oro, sino que
es un profesor y terico competente. Su actitud ante la retrica est
clararse, como en Fedro, enamorado (erasts), aunque este obje
que introduce el camino (hods) del que Scrates vuelve a de
ntegra en el primer discurso: el fluir de la elocuencia es interrum
to de amor tenga la inconstancia ele un amado caprichoso cap az pido para comprobar el impacto en el auditorio y hacer observacio
ele huir y abandonarlo ( 1 6b). El procecli:Uiento clialctco, e l nes tcnicas. Sus comentarios convierten el supuesto entusiasmo
Filebo ( 1 6c- 17a), pone en contacto el metoo cl reum?n y clm
_ en mirada autocrtica233. La palinodia es tambin un buen pretexto
_
sin ton la problemtica ele lo uno y lo mult1ple, _ y lo
el hmite para demostrar su virtuosismo con el desarrollo ele antilogas. Lue
ilimitado, que recuerdan las doctrinas no escritas ele la Metaf go Scrates rescatar, o dir que rescata, a la retrica, izndola con
1 divich_ rse,
sica. La divisin que resulta no es dicotmica; en cadays o la el cable de la dialctica hasta las alturas de la filosofa. Antes va a
unidad, que es a la vez una y mltiple, determma, _ mostrar con qu cmoda superioridad puede moverse en el te1reno
una pluralidad definida de nuevas unicla?es. Por debaJ ? de la ll1_ ele los rtores mismos y ele sus manuales, las tkhnai ton lgon, las
fi
ma species est la multiplicidad inclefimda ele los particulares. artes ele los discursos.
"": . jo a Homero fue ejemplo raro ele una cultura plenamente oral y, a
mucho la totalidad ele la vida. La primera Grecia que proclu
420 421
tendido, de mantener la atencin y, en primer trmino, de obtener conocer su gran florecimiento, concomitante con el de la demo
la. Una reputacin establecida de elocuencia habilita desde ya para cracia. De hecho, el trmino rhtor sirve para designar a los polti
hablar y ser escuchado. cos semiprofesionales o ciudadanos influyentes, que en una demo
La elocuencia es la capacidad natural de hablar en forma per cracia no representativa dependen de su poder de persuasin236_
suasiva; la oratoria es su ejercicio deliberado, y la retrica, la refle Los siglos v y IV atenienses proponen la oratoria al resto del mun
xin acerca de ese ejercicio. La retrica es un metalenguaje crtico do griego y a las pocas siguientes.
y/o preceptivo que determina y prescribe tcnicamente las condi Cuando Gorgias llega a Atenas, la oratoria, por supuesto, ya
ciones para la produccin de persuasin en el pblico, y supone un existe. La ampliacin de los jurados populares y la intensificacin
tipo distinto de consciencia del lenguaje de la que encontramos en de la vida jurdica y poltica desde la mitad del siglo, por lo dems,
su uso espont:neo234. Las historias de la oratmia pochian comenzar la requeran. Antifonte, ya en 230 o antes, f1mciona como conseje
con Homero y coincidir con la eficacia persuasiva de la poesa. Las ro o abogado, si no loggrafo, y deja discursos escritos. Pero Gor
goras de Homero, el proemio de los Trabajos de Hesodo o los gias, segn las fuentes, causa una fuerte impresin con su estilo ar
poemas de Saln son buenos ejemplos. Las fuentes antiguas co tstico, que la posteridad siente como potico y rebuscado237.
nectan el origen de la retrica con el derrocamiento de los tiranos y Se ha admitido que la enseanza de la retrica segua dos 1
el establecimiento de la democracia en la Siracusa del segundo neas principales. Por un lado, la que describe Aristteles en Rejit
cuarto del siglo v. Sea por las complejas situaciones judiciales re taciones sofisticas 1 83b36.47: La educacin de quienes ensea
sultantes o por el desarrollo del discurso pblico en la Asamblea ban argumentos ersticos por un salario era similar a la prctica de
democrtica, surge una necesidad cuya satisfaccin se adjudica a Gorgias; en efecto, daban para aprender ele memoria, unos [Gor
Crax y Tisias, ste al parecer discpulo de aqul, que habrian sido gias y otros] discursos retricos, y otros discursos por preguntas y
los primeros profesores y autores de manuales del arte235. El se respuestas, suponiendo que incluan la mayor parte de los argu
.
una sorpresiva supresin final de uno ele los dos persomes mediante la identifica los profesores y los manuales concentrarse en la oratoria j u rdica, en detrimento
cin de Crax, el cuervo, con un sobrenombre de Tisias (cfr. Fedro 273a). Arist de la ms noble oratoria poltica y deliberativa. Cfr. Wilcox ( 1 945).
teles, en un dilogo perdido (Sofista, en DL VIII 57, fr. 1 Ross, 65 Rose), atribuye a 237 Diocloro Sculo 1 2.53 . 1 ss., Dionisia de Halicamaso Lisias 3 82A 4> Cfr
= .
Empdocles la invencin de la retrica y la de la dialctica a Zenn. Las obras clsi Cicern, Orat. 1 75-6. Aristteles slo menciona el estilo <<potico de Gorgias,
cas sobre la historia ele la retrica son: F. B lass, Die attische Beredsamkeit, Leipzig, Ret. 1404a24 = 82A29.
2 1 887; O. Navarre, Essai sur le rhtorique grecque avarlf Aristote, Pars, 1900. 238 Kennecly ( 1 959) y p. 52 para la bibliografa ms antigua.
422 423
verdacler? gnero, encuadrado en las circunstancias y las necesida
El bosquejo anterior, que es el argumento de la histmia .tradicio des del s1gl? V, Y en el que Cole incluye sin ms la produccin en
mo
nal de la retrica, supone su surgimiento casi espontneo en el prsa a parr de la eguncla mitad del siglo, con obras corno los l
ia que
mento favorable, como prolongacin del ejercicio de la orator g ?z de Zenon rr:encwnados en Fedro, el Acerca del no ser de Gor
d
las necesidades polticas vuelven reflexivo. A comienzos de la gas y, en especia , la Historia de Tucdides, cuyos discursos la con
ne una revisi n de esta hitor ia,
cada del 90, Thomas Cale propo VIerte en una gigantesca tkhne ele la oratoria deliberativa. Las
otro, revo lucion ario y rup
cambiando este modelo evolutivo por cole:cwns de los profesionales, es decir, los manuales mismos,
la
turista, y ubica el quiebre aproximadamente un siglo despus de abnan stclo umrosos, peo ele circulacin restringida, algo as
fecha tradicional, adjudicndolo a Platn y Arist teles23 9. Un pri
ha CIo las publicaciOnes ele catedra de un profesor, o los elementos
mer indicio sera el dato de que el trmino rethorik. (tk.hne) bs1cos que un profesio?al ele la enseanza pone al alcance del p
caso
sido posiblemente acuado por Platn en el Gorgias, y en todo bhco en ge?eral reservanos para su enseanza oral a buen precio
i
no aparece hasta bien entrado el siglo IV240. Su uso se limita plinc su proundizacin Y amphacw- n. Esta actividad da como resultado
.:
de Plat n y a Arist teles. Ms
palmente, adems, a algunos textos coleccw s de cliscusos, o partes ele discursos, escritos, que imitan
con
all del dato, Cole adelanta la tesis de que el contenido, y el .l as cndicwnes del discurso oral y que permiten la comparacin ne-
istot lico. La retri ca
cepto mismo de retrica son platnico-m
. cesarla para poder extraer los distintos modos de comunicar lo mis-
mo Y p a apreciar su eficacia respectiva. Vistos desde la retrica
nido, y la cons
supone la separacin deliberada de forma y conte
.
O ;.>.
tas
ciencia de que el mismo contenido puede expresarse en distin 1)
'('(\ r
audito constitUid a, las tkhnai constituyen una proto-retrica.
fmmas, en funcin del impacto que se busca producir en el
- \. tehca suon 1 conocimiento previo ele la materia a tratm24 I _ Es
rsos es En segundo lugar, segn Cole, la revolucin platnico-arista
rio. La p:recondicin es la existencia ele un cuerpo de discu .
,
mismo sino slo de sus efectos sobre el auditorio, y se lo valora en a largo plazo, hasta que, convertida en una coleccin pedantesca
consecuencia, de acuerdo a una escala en cuyo pice est el dis cle tropos, temina ele morir ele muerte lenta hacia el siglo xrx. El
curso inspirado, en especial la poesa, no percibida como distinta Siglo XX tarclw, al cabo de todo el redescubrimiento filosfico del
.
de la prosa. La primera diferenciacin entre prosa y pesa, recor lenguaje y del discurso, de reclefiniciones de la retrica como la
damos, es la definicin de Gorgias de sta como lgos con metro obra ele Ch. Perelman y ele la vitalidad ele la disciplina, especial
en Helena 9244. Las tkhna i elevan la mera prosa a la calidad de un mente en los Estados Unidos, no pudo terminar ele decidir a qu
instrumento ele persuasin que ya no depende de cualidades per iba a llamar retrica.
sonales excepcionales o de alguna suerte ele inspiracin superior, Sentada la base propiamente tcnica de la retrica, la dialctica,
y cuyo dominio tcnico puede, en principio, ponerse al alcance ele Scrates va a examinar lo que los manuales proponen como base
cualquiera. Es, pues, un desarrollo coincidente con la desacraliza
entre 266 y 277e es una lista ele divisiones del discurso y ele recur
para su propio reclamo ele ser un saber tcnico (tkhnai). La seccin
cin epocal clel lgos potico. Se conecta con la identificacin y
anlisis de los elementos del discurso por los sofistas, que permi sos oratonos, y ele los personajes a quienes se atribuye su invencin
te su diseccin y el examen ele sus mecanismos ele funcionamien
mto Y el eplogo, . las partes lgica y cronolgicamente inicial y fi
o u ejercicio excepcional. La lista se abre y se cierra con el proe
to para su posterior uso consciente: la gramtica y la retric a res
ponden en su origen al mismo proceso ele produccin de poder. Si
que a su vez correspondera al desarrollo normal del cliscurs0247:
nal, y se ha asumtclo que reproduce el ordenamiento ele las tkhnai
esto es as, es posible tambin que las tkhnai contuvieran ya al
gunos rudimentos tericos y preceptivos, y seguramente stos es
taban presentes en la enseanza personal ele sofistas y rtore s.
Una vez establecida definitivamente, en buena medida gracias
a la filosofa, la retric a terica y prctica hizo un largo camino.
Solmsen ( 1 94 1 ), Hinks ( 1 936).
!
24 5
la cultura se les escapa el eje mismo ele la tristoria tradicional, antigua y moderna: la
ms humilde gnero judicial pervivir con mayor o menor brillo, su valor, esta obra, y en general la revisin crtica ele los aos 90, hacen historia de
?
comprensin de la dimensin poltica, ele la violencia del poder ele la palabra.
247 Ke ne y ( 1 963 , p. 56, citado por Cole, pp. 130- 1 32; cfr. tambin pp. 3;2-
243 Thomas-Webb ( 1 994), a quienes tenemos en cuenta en lo que sigue. Man 33. Cole aciJUciica el md1mento ele orden a la tendencia acadmica a las clasificaCio
teniendo su carcter <<revolucionario, reponen el origen de la retrica en su fecha
nes. Ari teles, aunque considera necesarias slo la exposicin del caso y su cle
tradicional.
mostracwn, propone un orden de las partes en proemio, narracin, pruebas y
244 Puede verse su reelaboracin en el contraste entre poesa y retrica ele Is
426
Esta suposicin, sin embargo, choca con la crtica qu Scra.tes ac que aplicar a un individuo. La comparacin con la tragedia es
ba de hacer del discurso de Lisias, cuyas partes estan zurcidas sm tambin viable en la medida en que, como se ha reconocido en el
ningn orden logogr:fico, y con la tambin recin hecha y epoch discurso ele Scrates, existe una tkhne potica (aunque la obra
making exigencia socrtica de que el discurso tiene que star orga teatral parece presentarse como un producto sui generis), que sin
nizado como un ser vivo, con su cabeza, tronco y extrermdacles. duela incluye el principio ele organizacin interna del proclucto248.
Pericles y el mtico Aclrasto son presentados corno expertos ret
ricos (269a-b)249. Las dursimas palabras del Gorgias sobre la polti
La retrica de Scrates (2) ca existente, ele la que Pericles es el paradigma, hacen difcil suponer
aqu un cambio ele opinin ele Platn sobre el persone. Pero Scra
Despus ele recorrer las tkhnai, Scrates va a paa: aa etepmco ner tes no discute en el Gorgias la efectividadfctica ele la poltica que
representa Peiicles, como ahora no discute su efectividad oratoria.
sus mucho ms exigentes reque1irnientos para una r tonc
e todo SI cons . en
1st1an Pelicles es aqt el perfecto orador -no el perfecto jefe ele Estado, ni
cientfica. La literatura de las arte s, sobr
nto ps1co log1c o ele m nico y amoral ele un maestro de retrica.
con los rigurosos requisitos ele conocimie o, los li El juicio ele Platn sobre Anaxgoras est rnemorablemente ins
nejo ele la sit11acin que Scrates le exige. Del smo mod
o ele amor que crito en la autobiografa intelectual del personje Scrates del Fe
bros con modelos ele cartas familiares, comercmles ele nu stros dn, donde su entusiasmo por un nos que asegura la estructura te
circulaban hace aos no podan adelantarse a la marcha exige
n Ieolgica ele la realidad se ve frustrado, al escuchar la lectura del
negocios o ele nues tra pasi n. Scrates va a prop oner como
libro, por el constante recurso a causas mecnicas. Su elogio aqu
cias ele una retrica cientfico-tcnica: entra dentro ele la misma estructura irnica que el elogio ele Pericles,
algo
a) Conocimiento del kairs. Esto a primera vista parece pero as como a ste se le reconoce efectividad oratoria, tambin
debe suponerse un rdito positivo en su aprenclize de Anaxgoras.
inasible e imposible ele ensear. Pero, pocr
b) definida la retrica como psicagoga, el kairs ret?ricoele dis Platn, como luego Aristteles (Met. A III, 984b15-20), reconoce la
ser sistematizado en base al conocimiento ele los t1pos algu- seriedad y el valor ele principio ele sus esfuerzos especulativos. Ni los
cursos una tipolooa psicolgica y el conocimiento ele que
b
fragmentos ele ndole cosmolgica que conservamos, ni los testimo
nas reglas generales de adecuacin ele unos a otras ( este ento
'
/
nios doctrinales muestran un pensador ele lo humano y poltico
tengo aqu es el hombre al cual. ..; cfr. 269b-c). El elem pero Anaxgoras fonn parte del crculo ntimo ele Pericles y esto le
de imprevisibilidacl queda as muy acotado. . . iO . vali un proceso por impiedad y el consiguiente exilio ele Atenas.
e) Organiza cin inter na del discu rso, de acue rdo al pr :nCip
el
de su similitud con un ser vivente, que reaparecera en 248
Las comparaciones no son paralelas. En la medicina se tiene en cuenta su
paralelo con la tragedia. finalidad (produccin de salud y fuerza, 270b), y en la tragedia, su organizacin
428 429
En qu pudo ser til su doctrina a la oratoria poltica d ericles? valioso, como a primera vista parecera, sino el que se adecue me
Hackforth sugiere el mtodo de ver la naturaleza (physzs) oculta jor a su complejidad y la armonice.
deracla y el del actuar/padecer. Esto debera coducrrnos a detenm cia ele Tisias como testigo, slo reitera lo ya expuesto, aunque intro
. .J
::
nar la verdadera o real naturaleza (o la esencia de la naturaleza, duce algunos matices y precisiones impmtantes. En 272cl se retoma
ten ousan... tes physeos, 270e) ele la cosa en cuestin. la sustitucin ele lo verdadero por lo verosmil , dicha ya al comien
En 270e ss. se aplica esta metodologa general al alma, en l_a zo ele nuestro razonamiento. Lo elijo Fedro en 259e7-260a4. Luego
cual la retrica, conduc cin ele las almas, se propone producir (267b) fue atribuido a Tisias y Gorgias, y ahora Scrates se apropia
su efecto propio, la persuas in. Queda sugerido el carcter o ele la frase. De hecho, Scrates no ha venido haciendo sino dar las ba
plejo del alma y sus distintos tipos, a los que corresoncle cl!Stl ses tcnicas para que tal operacin sea exitosa. Tambin se retorna
430 43 1
mulacin instmmental o metodolgica de esta doctrina es el cono ta aqu, como hemos reiterado, y salvo algu atisbo que habra que
cimiento y manejo de la semejanza (homoites) que descubre S sobreinterpretar, Scrates se mantiene en un plano tcnico y tica
crates. El arte del tekhntes consiste en conocer la verdad para mente neutraL De un modo totalmente inesperado, Scrates da un
manejar mejor lo verosmil, aprovechndose o precavindose de violento golpe ele timn y, en una frase lateral, sintcticamente su
ello. La verdad misma tiene necesidad de la verosimilitud. Es la bordinada, cambia el objetivo ele la retrica, que es transferido de la
leccin del Palamedes de Gorgias, que muestra cmo en ciertas comunicacin y accin entre los hombres al agrado ele los dioses. El
circunstancias aun quien conoce la verdad y se le va la vida en lo giro, un momento antes del abismo, no est justificado. Es un vuel
grar que se la reconozca se ve forzado a acudir a lo probable. co abmpto en la mitad del prrafo, que pretende contradecir todo lo
Pero el Palamedes es un caso lmite. En la vida cotidiana no de anteiior tindolo con una exigencia moral extrema, presentada en
fendemos causas imposibles, ni somos tampoco lectores convenci la forma mtico-teolgica de un servicio a los dioses. Aqu, como
dos del Acerca del no ser, ni filsofos platnicos obsesionados con en el himno de 250b-c, nos parece estar ante una cita del Fe
pautas absolutas de verdad. Si disponemos de evidencias suficien dn253. Tmnpoco hay nada que relacione esto con el ascenso ertico
tes para lo que se considera verdad y podemos exhibirlas, no las del mito, que podra haber sido una posible fuente de legitimacin
vamos a sustituir con argumentos de probabilidad. :rampoco lo ha metafsica para esta exigencia. Para encontrar dnde apoyarlo, hay
can los griegos, ni sus abogados. Las historias modernas de la re que retrotraerse hasta la lejana cita de bico en 243d, tal vez con nn
trica, que la hacen crecer de la doctrina del eiks como de su raz, apoyo intermedio, muy problemtico, en la manera ele escribir bien
. . o TI
conen el riesgo de estar construyendo su edificio en base a algo in o no ele 258cl y el conocimiento de lo bueno y lo malo ele 260c.
ventado aqu por Platn252. Aun si lo aceptamos, no es cierto que lo () Pero este giro abrupto que, sobre el final, resignifica o pretende resig
-1
rn ()
verosmil sea un similar. La palabra griega, to eiks, no tiene la re nificm todo lo anterior, dejara esos largos y cuidadosos clesanullos
ferencia a (y el tcito contraste con) la verdad ele la palabra latina, .. \ muy en segundo plano. Hay, adems, varias cosas que no quedan en
e
1
sino una referencia a la semejanza, a los indicios por los cuales algo claro. La persuasin ele los hombres es necesaria para el fin ltimo
puede (a)parecerle a alguien ele tal o tal forma. El criterio de vero e. " ele hablar y actuar agradando a los dioses? El Gorgias pona como
similitud tiene en cuenta la fragilidad de la percepcin y el juicio c.. nica y secundaria utilidad de la retrica que el justo logre el castigo
'r-- o
humanos. Lo verosmil o semejante es tambin lo probable (otro .Y . JJ de sus propias faltas y las ele sus amigos. Esto no es incompatible con
significado ele eiks), deriva ele la realidad misma, y no es un mero agradar a los dioses, pero sospechamos que el Fedro y su hombre
simulacro. La argumentacin en base a lo verosmil es casi conna juicioso (sophron) tienen en cuenta un can1po de posibilidades ms
tural a nuestra mente y no niega, sino que, al contrario, reafirma la amplio. Y p ara completar la ambigedad que domina en todo el 'Fe
existencia ele una verdad. Supone una cierta permanencia y genera dro, tambin las cosas que interesan a Tisias, agradar a los hombres
lidad ele las circunstancias y ele la condicin ele las personas y est -si es que tambin queremos esto-, pueden logrmse del mejor
a su manera ms cerca ele la filosofa que ele la sofstica. modo posible como consecuencia de haber apuntado ms alto.
La refutacin ele Tisias resume en una lneas (273cl-e) los pro
gresos (enormes) que la nueva retrica tendra sobre la ele los ma
nuales. Las nuevas exigencias son muchas, acumuladas en las dos La cuestin de la escritura
difciles ramas del conocimiento psicolgico y dialctico. Pero has-
Toda la cuestin de la oratoria qued planteada a raz ele la
descalificacin social aneja a la profesin ele loggrafo y a la sos.,
25 2 M. Gagarin ( 1 994), pp. 50-56, que examina los testimonios, concluyendo: pecha ele sofista que acompaa al escritor. Scrates tradujolos
Las crticas de Platn sobre el tema reflejan su propia preocupacin con la pri
maca total de una pauta absoluta ele verdad, que est atada a y convalidada por
sus Formas; para l cualquier cosa por debajo de la verdad absoluta no era verdad 25 3 Fedn 62b-63a, los dioses son nuestros guardianes y nosotr9s sus posesio-
de ningn modo. nes; no debemos evadimos ele amos tan excelentes.
432 433
prejuicios al mbito neutro de la escritura como medio tcnico de En 277cl ss. se propone un nuevo desarrollo acerca de la escri
expresin y de escribir bien o no, sin aclarar si en sentido tc tura, que no reitera ni contina sin ms el inmediatamente anterior.
nico o moral. Otra ampliacin hizo equivaler la retrica a la La nocin misma ele discurso es tomada en su mxima exten
conduccin de almas mediante discursos. La cuestin incluy sin, que incluye tanto el verso como la prosa, y tanto la escritura
as cualquier discurso persuasivo en verso o en prosa, judicial, como la expresin oral, y los dos objetivos tcnicos propuestos en
erstico o prescriptivo (legislacin). En ningn momento se men el prrafo anterior, persuasin y enseanza, se convierten en una
ciona un discurso educativo. Para ello habr que esperar hasta el triple distincin ele objetivos: la persuasin, sin examen ni ense
resumen final (277c5). Luego se ponen las bases de una autntica anza, que abarcara lgoi escritos y orales; el recordatorio para
los que saben, que correspondera a los mejores discursos es
Y slo en el ltimo momento, como vimos, se adjudica a esta tc
tcnica de la persuasin, basada en el conocimiento de la verdad
critos, y la comunicacin personal ele discursos acerca de lo justo
nica el fin ms alto y primario de agradar a los dioses. y lo bello y lo bueno en vistas ele la enseanza y el aprencliz<Ue,
274b-c deslinda dos cuestiones: la tcnica o ausencia de tcni que constituye el gnero superior ele los discursos serios y dignos.
ca en los discursos ha quedado respondida con las indicaciones El criterio para determinar este gnero combina el conocimiento
tcnicas largamente expuestas. Esta tcnica es la misma para cual de la verdad, en principio base slo ele una tcnica correcta, con la
quier discurso, ya se dirija a agradar a los dioses o a os hombres . finalidad ele examen y enseanza, distinguida ele la persuasin. De
La finalidad de la retrica y su destinatario final -dioses u hom paso, toda la cuestin ele la escritura queda relativizada. La
bres- tienen que ver con la segunda cuestin: cundo est bien o cuestin principal pasa a ser la finalidad ele los discursos (tra
no hablar o escribir discursos (258d, 259e; tal vez tambin 274b9- duccin del agradar a los dioses), que establece su cliscrimen
1 0). El discurso bien o mal escrito (274b) es, pues, slo un caso de tambin dentro ele la comunicacin oral. De esta manera, la escri
tura queda definitivamente excluida ele la formacin ele las almas y
e Y el, La cuestin de la escritura es reintroducida, pues, como una
dos. Las dos cuestiones son retomadas y resumidas luego en 277 b
relegada a su funcin rememorativa, como una tcnica particular, y
consecuencia del nuevo objetivo tico-religioso adjudicado a la re casi se dira menor, al servicio ele una debilidad de la naturaleza
trica, esto es, agradar a los dioses. La pregunta es: cul es el humana. En la nueva perspectiva, la escritura deja ele ser un pro
mejor modo de agradar al dios con los discursos (escritos)? Se res blema en s misma. El problema tico ele la escritura se resuelve en
ponde mediante la historieta ele Teuth, que no tiene nada que ver la clara comprensin ele su carcter, es decir, ele la funcin mera
con agradar a los dioses (dejamos ele lado, por supuesto, la ob mente tecnolgica y derivada a la que queda reducida.
vieclacl ele que sus protagonistas son dioses), sino que se refiere en La cuestin ha sido hipertrofiada por la escuela de Tbingen
primer lugar a la escritura como tecnologa y sus efectos: debilita Miln y convertida en una ele las bases de su <<nuevo paradigma
miento de la memoria, olvido, falsa sabidura y presuncin. hermenutico, que da preeminencia a las doctrinas orales sobre
La primera consecuencia es la insuficiencia ele la escritura para los dilogos. La polmica, que ya lleva dcadas, suele ser rspi
transmitir una tkhne (275c-cl). Con respecto a los conocimientos cla254. Sin entrar en ella, adelantamos algunas observaciones.
tcnicos, slo sirve como recordatorio ele lo que ya se sabe. Pero el
lgos que rueda por el mundo sin poder defenderse, en ausencia ele
254 La escuela levanta su <<nuevo paradigma (en el sentido de Kuhn) frente al pa
su padre, hace suponer temas distintos ele los rudimentos tcnicos radigma de Schleiermacher, que haca corresponder fondo y forma, y cuyo ltimo
puestos por escrito, cuyo autor se preocupara muy poco ele su eles campen ha sido H. F. Chemiss (The Riddle ofthe Early Academy, Berkeley, 1945).
tino en el alma del lector. Slo en 276c las ciencias ele lo justo, lo Sus grandes representantes son H. J. Kramer (Arete bei Platon und A ristoteles, Hei
delberg, Winter, 1959), K. Gaiser (Platons ungeschriebene Lelue, Stuttgart, Klett,
434 435
El tratamiento de la escritura en el final del Fedro puede ser Gorgias (Hel. 1 1 ) no cree en la Mnemosyne arcaica255. Solamente
encuadrado en un conjunto de doctrinas muy bsicas en el pensa podemos pensar aqu en la anmnesis ele las Ideas, ejercicio filos
miento platnico. En primer lugar, la preeminencia del lgos, mu fico que tiene que sobrepasar, entTe otras cosas, la polymatha es
chas veces personificado, sobre los interlocutores, sostenida desde criturara. Es difcil que las buenas gentes que aceptaban las verda
los primeros dilogos. Esa preeminencia se funda en las condicio des dichas por una encina estuvieran dispuestas a comprometerse
nes mismas del di{tlogo: la bsqueda de la verdad por encima de en los interrogatorios y la dialctica ele Scrates, simplemente por
cualquier afirmacin. La teora de las ideas del periodo medio per que no tenan necesidad de ello. Ms que el recuerdo de un orden
mite los papeles de maestro y discpulo, pero el conocimiento como primordial olvidado, la anmnesis es la posicin (revolucionaria)
reminiscencia prohibe la transmisin lisa y llana ele contenidos doc de un nuevo tipo de verdad.
trinarios fljos. La paidea es una conversin (periagog) de toda De un modo coherente con esta situacin, el Fedro va a parar a
el alma, desde lo sensible a lo inteligible y el Bien (Rep. VII 5 1 8b- una primaca esencial ele la escritura256 El lgos vivo es presentado
5 1 9a), y esto no se logra sin una gua personaL Pero no es Scrates (276a), y tal vez slo puede serlo, mediante la metfora ele la escritu
sino el lgos el que en realidad conduce, y la tarea ele ensear con ra en el alma. El mismo discurso oral resulta ser una imagen. La
siste en ayudar a descubrirlo (Fedro 278a-b, heurethes a7) y se transmisin viva de la sabidura ele maestro a discpulo es como la co
guirlo. Esta tarea, en el Fedro, es adems tarea ertic. La escritura pia y reproduccin ele un texto, en la que los eslabones son a la vez es
es como el diario ele estos vies de descubrimiento. Para los com cribas y cdices vivos. En ltimo trmino, el maestro no escribe en el
paeros ele vie, o para quienes ya conocen el pas, es un recorda alma del discpulo; slo le recuerda lo que ya sabe, reaviva las letras
torio que los remite a una expe1iencia plena. Los dems no pueden bonaclas de un palimpsesto. Platn llega hasta ah257 Las culturas
compartir esta plenitud, pero esto no significa que el escrito carezca del Libro (del Libro con un Autor) leern una Escritura originaria, en
el alma y en el munclo258.
para ellos ele sentido o ele utilidad. Tampoco significa que el viero
haya ocultado deliberadamente parte ele su itinerario. La enseanza personal es necesaria para la transmisin ele un
La condicin ele posibilidad del descubrimiento de la verdad es conocimiento meramente tcnico (275c-d). Lo es mucho ms cuan
la anmnesis . Cul es la memmia que Thamus/Ammn preten do se agregan las exigencias intelectuales y morales propias del co
de salvar? A primera vista, la nueva tecnologa ele Theuth viene a nocimiento ele lo justo, lo bello y lo bueno (276c). El sabio escri
suplir la mera mnemotecnia, ms o menos como nuestras calcula bir para divertirse, por hacer chiquilladas (paidilis khrin),
doras ele bolsillo han liquidado la destreza del clculo mental, que, que estarn disponibles en la nueva inf<mcia ele la olvidadiza ve-
por su parte, no supona ningn conocimiento ele matemticas te
ricas ni ele filosofa ele las matemticas. La generacin que sigue a
255 En una generacin anterior, l a escritura, don ele! hroe cultural <<progre
sista>> Prometeo, se identificaba con l a memoria (Esquilo, Prom. 460- 1).
Miln, Vita e Pensiero, 1 982) que se constituy en una suerte de presentacin general 256
Vase, sobre tocio, <<La pharmacie ele Platon>> ele J. Derrida ( 1 972).
de la escuela. El lector castellano dispone ele una traduccin de la 3. edicin ele esta 257 La metfora ele la escritura en el alma era frecuente. De Vries ad loe. enu
obra, ampliada con otros textos, Platn y los jimdamentos de la Metafsica. Ensayo mera Pnclaro, Ol. X 2-3, Esquilo Prom. 789, Suppl. 1 79, Coj: 450, Eum. 276, S
sobre la teora de los principios y sobre las doctrinas no escritas de Platn, con u;w focles Traq. 683; en Platn, Fil. 38e ss., Teet. 1 9 1 c ss. En la literatura bblica, en
recopilacin de los documentosfundamentales, en edicin bilinge y bibliografa, in cambio, slo Jeremas 1 7, 1 ; 3 1 , 33, aludido o citado en II Cor. 3, 3, Hebr. lO, 1 6.
troduccin de Giovanni Reale, Caracas, Monte vil a, 1 996. Hace unos aos la revista Scrates parece esquivarla suplantndola con la de la paidea como cultura, agri
Mthexis dedic un nmero (VI [ 1 993]) a la cuestin, con una presentacin equilibra cultura, para terminar unindolas en 276c, en una frase ele difcil traduccin. Las re
da de las posiciones a favor y en contra. Sobre el proyecto platnico ele Schleienna sonancias erticas del discurso pueden orse en la simbologa sexual de la siembra
cher, Julia A. Lamm, Schleiennacher as Plato Scholar, The Joumal ofReligion 80 como fecundacin pedaggica y en la violencia ele! falo-clamo.
(2000), pp. 206-242, con abundante bibliografa. Para su ubicacin filosfica, el im 258 Es el mundo como texto de smbolos que mostr el Foucault ele Las pala
portante ensayo de Krfuner, <<Fichte, Schlegcl une! der Infinitismus i n der Platondeu bras y las cosas. La idea ele! Autor llega al menos hasta la ciencia de la naturale
tung>>, Deutsche Vierteljalz;sschrift fiir Literaturwiss. und Geistesgesch. 62 ( 1 988), za y el racionalismo modernos. Las claves de la razn y la revelacin deben ser
pp. 583-621 (hay traduccin castellana en Platn y losfimdamentos... ) . ledas en la Escritura y en la Naturaleza escrita en caracteres matemticos.
436 437
jez (277e-278a). Pero hay que desconfiar cuando se habla de jue al fin y al cabo, se escriben modelos ele discursos- y exige la lec
gos y diversin, al menos desde el pagnion del omnipresente Gor tura del original, del texto. La zanahoria que puede arrastrar al
gias. El trato personal ayuda a lograr esa suerte de iluminacin s- . entusiasta ele los discursos Scrates por toda el tica es el rollo
bita que se produce gracias a la permanencia en el problema, de papiro. Cuando llegue el momento ele criticar, se pedirn las
aunque, con dos milenios largos de cultura literaria a las espaldas , palabas textuales y se releer varias veces el piimer prrafo.
muchas veces nos parece obtenerla tambin en la larga convivencia Desde los trabajos ele Havelocic259, la cuestin ele la oralidad ele
con los textos. La comprensin que se alcanza cm ese insight es in la cultura antigua se expandi hasta convertirse casi en una disci
tuitiva y, por lo tanto, imposible de traducir a proposiciones. El se plina independiente. La reestructuracin ele la mente que producen
gundo texto cannico de Tbingen, Carta VII 340b l -345c3 (segn las mutaciones tecnolgicas en la comunicacin (la escritura, el al
el recorte de Kramer), parece apuntar a una experiencia de este tipo fabeto, luego la Galaxia Gutemberg, actualmente los medios elec
(cfr. esp. noas en 342d2, 344b). Solamente los textos de 34l d-e y trnicos) no van sin reacciones. Hay que volver a usar la palabra
344d-e dejan entender que Platn no ha escrito sobre las cosas ambiguo p ara el papel ele Platn y del Fedro en este trnsito. Si
ms elevadas y primeras de la phjsis y que no es necesario recor Preface to Plato pone a Platn como la bisagra decisiva y pol
darlas por escrito porque podran ser expresadas muy brevemente. mica en el trnsito hacia la mentalidad conformada por la palabra
Si se acepta la autenticidad de la carta, estos pasajes tienen un peso esciita, el Scrates del Fedro enuncia crticas que, ledas sin pre
ms fuerte que el de cualquier pasaje del redro, que no sugiere juicios, se parecen sospechosamente a las que se formulmon en los
una Prinzipienlehre ltima sino el pasaje de la retrica usual a comienzos de la imprenta o ele la era ciberntica260.
la filosofa (solamente, pero ni ms ni menos). El resumen o re
<(
La accin del Fedro concuerda con las tesis revisionistas de
0::
o <(.
tome desde 277 d-e exige a los escritores no filosficos que demues Thomas Cole: el discurso ele Lisias es un ejemplo de los multiper
tren, ms all de sus obras, su conocimiento de la verdad si es que formance texts que se aprendan para, llegado el caso, echar mano
han de ser llamados filsofos. Tambin en el mensaje para Iscra a.. ele ellos. La enseanza, por supuesto, no poda anticiparse dando
o..
o -:
tes, esa cierta filosofa congnita que posee debera hacerlo aspi 1-f
discurso y ele los distintos modos ele decir lo mismo. Scrates critica
pios de un crculo como el platnico. Cualquier poltica elitista, reac la desorganizacin ele Lisias y otros rasgos que imitan la improyi
cionaria o no, recluta sus cuadros en forma personal, plantando la sacin como carencias logogrficas, ligadas a la cmencia concep
semilla en el alma de quienes quiere cooptm. La difusin de la tual ele una definicin del tema. l mismo, en cambio, interrumpe
doctrina mediante la escritura y la publicacin puede no ser desea su improvisacin para controlar el efecto que produce en el oyen
ble. Pero la prctica misma de la escritura es rescatada en el Fedro te, que es a la vez un colaborador clitico. Scrates presenta ejem
: i ele los prejuicios y convertida en entretenimiento digno y liberal. plos oratorios, refunda la retrica mediante la dialctica y critica la
El Fedro interviene en un debate que es, por lo pronto, tcni
glo v. Platn tiene un contemporneo y competidor que ha hecho
tcnica existente. Pero el contexto no se limita a las tkhnai del si
co. El terreno se viene preparando desde el comienzo. Fedro vie
: ne ele una clase de Lisias, en condiciones pedaggicas posibilita
259 Desde el fundacional Preface to Plato, Oxford, Blackwell, 1 963, a 71Je
1 :
438 439
de la oratoria escrita su modo de expresin terico, poltico y edu sar, y su mayor precisin y acabado es una clesventqja, ya que aun
cativo privilegiado, y que est a punto de aparecer en persona en el los que recitan su discurso de memoria fingen estarlo improvisando
texto del Fedro: Iscrates. (9-1 3). La escritura sirve slo como ayuda de la memoria para la
Otros dos textos pueden damos una idea de la polmica inme- . ejercitacin (2). Escribir es fcil: se pueden hacer revisiones, con
diata en la que el Fedro est comprometido. lscrates escribe su sultar las obras ele otros sofistas e imitarlos, pedir consejo, corre
discurso programtico Contra los sofistas al comienzo d su ca gir... (4 ). Embota la rapidez de la inteligencia ( 17), perjudica la me
rrera pedaggica y literaria, hacia 390. Ataca a los ersticos y moria y fomenta el olvido ( 1 8). El discurso escrito no permite
maestros de elocuencia poltica, que prometen demasiado a un introducir argumentos frente a los imprevistos. (24-25). Los discur
precio demasiado bajo para que sus promesas sean crebles. Encon sos escritos no merecen ser llamados discursos, sino imgenes
tramos temas familiares: no tienen en cuenta ni la experiencia ni (edola) y dibujos e imitaciones de los discursos, son como esta
las condiciones personales (physis) del alumno. La enseanza no tuas de bronce e imgenes (agalmton) de piedra y pint11ras, y
sustituye a la naturaleza ni a la experiencia, pero mejora aun a los siempre dicen lo mismo (27). Es una mera imagen del discurso
menos dotados ( 1 0 y 1 4- 1 5). Se pretende transmitir un conoci (eikon lgou}, inmvil frente a las circunstancias, mientras que el
miento vivo mediante contenidos fijos, como las letras; pero la ora improvisado est animado y tiene vida (28). Alciclamas se consi
440 44 1
exige a los autores la capacidad ele demostrar ellos mismos, con su premaca antes ele ser absorbidas por el poder macednico. El es
verdadera elocuencia formativa, la debilidad ele sus obras. Poeta y crito de Alcidamas nos deja entrever, en un parpadeo, el escenario
legislador son los personajes que han merecido por antonomasia la ms amplio de lo que para nosotros se resume en los nombres ele
denominacin de sopho y que ahora tienen que revalidar ttulos . Platn, Iscrates y Aristteles. Ese mundo en crisis tuvo todava
para acceder a la ms modesta ele filsofo. Quien se afana sobre lo la fuerza suficiente como para definir las graneles lneas que iban
escrito, en una constante labor ele composicin y correccin, ele a transitar la educacin y la cultura en el Helenismo y el Imperio,
cortar y pegar, no llega a merecer ese nombre262. y en buena medida en pocas posteriores. A lo largo ele los siglos,
Entonces el Fedro, en sus lneas finales, cierra el crculo alre la contienda entre Platn y Aristteles, por un lado, e Iscrates,
dedor ele la retrica y, tras haber jugado su juego durante casi todo por otro, no fue un enfrentamiento a muerte, pero s algo ms que
el texto y haber propuesto para ella un mejoramiento tcnico muy una competencia deportiva. En todo caso, una larga competencia,
superior a las recetas ele los profesionales, termina excluyndola a cuyo resultado no termina nunca ele decidirse. Hasta ahora, Platn
favor ele la filosofa y la dialctica, ni ms ni menos que el Gor viene ganando, porque fue l y no Iscrates quien decidi el sen
gias? Porque, al final, la verdadera retrica, al servicio ele los tido ele las palabras retrica y filosofa.
dioses y ele la enseanza viva ele los hombres, no conservara nin
guno ele los rasgos reconocibles en la oratoria y adquiere en cam
bio todos los que son propios del dilogo filosfico. L a plegaria final
Agreguemos slo un detalle, la ltima -e inquietante- alusin
a la diversin (278b7, pepastho). No se trata del discurso ele S La plegaria que ciena el dilogo vena siendo preparada eles
crates, que era una celebracin festiva (prosepasamen, 265cl), ni ele muy temprano264. Con ella, Scrates y Fedro se despiden del
ele la actividad ele escribir (paidi, pazein, 276b5, cl2, cl6-8, e l-2), lugar. Era un lugar verbal, y ahora Pan es su divinidad principal.
sino ele la consideracin misma que han venido desarrollando S Ya lo habamos saludado en 263cl como inspirador ele los discur
crates y Fedro acerca ele los lgoi; es decir, del texto del Fedro. sos ele Scrates. S ab!;If10S ( Crat. 408d3) que Pan, hijo ele Hermes,
El texto se incluye a s mismo, por su carcter ele escrito, en el te- . ele naturaleza, clG>ble, que todo lo pone en movimiento y circula
rreno ele las cliversiones?263 O se nos est advirtiendo ele que son cin, es el lgos mismo o hermano del lgos. As se cierra un di
estos mismos resultados los que estn puestos en un terreno mina logo que comenz con Scrates preguntndole a Fedro, que ve
do por la irona? Llevado a sus ltimas consecuencias, el Fedro se na ele oir a Lisias, adnde vas y ele dnde vienes.
vuelve sobre s mismo como un enloquecedor juego ele espejos
autoneflejantes, o el cortocircuito del discurso escrito, que apa
renta ser oral, contra el discurso escrito.
El final del Fedro, en las discusiones promovidas por Tbin
gen, aparece recortado ele su contexto y convertido en reflexin ele
un autor sobre su propia obra. Pero el Fedro es un episodio en el
gran debate por la paidea que abarca aproximadamente la prime
:
;
262
No podemos no volver a recordar la ancdota, verdadera o falsa, de que la
muerte sorprendi a Platn corrigiendo el primer prrafo de la Repblica (278b n.).
263
Rowe ad loe., p. 2 1 4 y p. l O. 264
Cfr. 228a y n., n. a 235d-e y 236b, Rosenmeyer ( 1 962).
442 443
NDICE
INTRODUCCIN . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . ... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . 5
I. 5
Los dos Platones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 5
Poltica y metafsica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6
Platn, pensador de crisis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
El Fedro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20
II. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22
Las Ideas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
El alma . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30
La psykh en el Fedro . . . . .. . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38
Eros y la metafsica ele la identidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . 46
La retrica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55
III. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57
Platn y el lgos sofstico . . . . . . . . . . . . . . .... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . 57
IV. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65
El Fedro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65
Los personaj es . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70
Temtica y unidad del dilogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . 76
Nuestra traduccin . . . . . . . ............................. ....... . . . . . . . . . . . . . 77
El texto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 78
Notas y comentario . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
79
Bibliografa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . :,: . . . . . . 79
445
Ht
. r
M #LilfliM!tMWA M'Mri
<PAL6.POL - FEDRO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . 89
Notas al texto griego . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22 1
Notas a la traduccin . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. .. . . . . . . . . . . . . . :. . . . . . . . .. . . . . . . . 223
La retrica de Scrates ( 1) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
406
408
La cuestin del mtodo .. . .. .. .. .. .. .. . . .. .. .. .. .. .. .. .. .. . .. .. . . . 414
La crtica d e los manuales y l a historia
de la retrica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ; . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 420
La retrica de Scrates (2) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 428
L a cuestin de la escritura . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 433
L a plegaria final . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . 443
446
i .