Deposición Del Cuerpo de Cristo Giotto
Deposición Del Cuerpo de Cristo Giotto
Deposición Del Cuerpo de Cristo Giotto
Las figuras estn bien contorneadas por lneas ntidas y precisas y en el modelado se ven
claramente gradaciones de color que producen un volumen muy real. La luz, de procedencia
ambiental, reside en la obra y ayuda a crear volumen. La gama cromtica es clida, con colores vivos
y matizados y con un acercamiento al naturalismo.
No hay un inters claro y deliberado por el espacio. No hay profundidad en el paisaje, el cual
aparece o muy cercano o demasiado lejano, haciendo que todo el inters se concentre en la escena del
primer plano. La composicin de las figuras es sencilla, agrupando a los personajes: dos en la
derecha, tres figuras femeninas en el centro, otras tres rodeando el cuerpo de Cristo y otro grupo
indefinido en la izquierda. Es original porque esta composicin no es simtrica y desplaza la escena
principal ligeramente hacia la izquierda, dndole mayor naturalismo y credibilidad.
Comentario
El fresco de Giotto representa la deposicin de Cristo muerto. En la parte inferior, el cuerpo
inerte del Salvador es recibido por Mara, que lo besa amorosamente. Acompaan a la Madre las tres
Maras Mara Salom, Mara de Cleofs y Mara Magdalena, distinguibles del resto del cortejo
femenino por las aureolas doradas que nimban sus cabezas, al igual que el resto de las figuras santas:
San Juan, el discpulo amado, que abre los brazos en pattica actitud y San Jos de Arimatea y
Nicodemo, que contemplan la escena en contenida emocin.
La capilla decorada con las pinturas de Giotto fue mandada edificar por Arso Scrovegni, seor
de Padua, Los frescos forman un conjunto de treinta y ocho escenas que recogen momentos de la
vida de San Joaqun, Santa Ana, la Virgen y Jesucristo, as como una representacin del Juicio Final.
Lo que resulta ms visible, en primera instancia, es el sentimentalismo que reflejan sus figuras,
en las que detectamos su capacidad de amar y sufrir. Esta intensidad expresiva, este sentido
dramtico, son tanto ms valiosos cuanto que se alcanzan sin concesiones a lo convencional o
estereotipado. Todo en Giotto es naturalismo aprendido en la calle, entre sus vecinos, del que su
clarividencia extrae lo esencial de las emociones para trasladarlas a los rostros y cuerpos de sus
personajes. Nunca fueron reproducidos estos temas bajo la ptica de su dimensin puramente
humana. Es l quien lo har por primera vez, quien dignifica la naturaleza sin cambiarla, quien hace
santos a los hombres y humaniza lo divino.
Este volver la espalda a la solemnidad, hieratismo y convencionalismos del estilo bizantino sera
un paso decisivo en la evolucin de la historia del arte. La cuestin ha suscitado polmica. Para
algunos autores la incorporacin de la naturaleza y las vibraciones del alma humana al arte no es sino
un reflejo de las enseanzas de San Francisco de Ass (muerto en 1226). Para otros el cambio
responde a un concepto que el Renacimiento se encargar de afirmar y difundir: el humanismo, que
devuelve al hombre su protagonismo en la Historia y lo hace centro de la creacin. Desde esta ptica
los frescos de la Capilla Scrovegni seran la expresin del gusto burgus y antiseorial del patriciado
de Italia
Pero las aportaciones de Giotto a la evolucin del arte van ms all. En primer lugar, descubre el
cuerpo humano en su volumen y en su relacin con el espacio, tal y como ocurre en la realidad
terrena. Sus temas estn representados dentro de un paisaje o un interior con valor intrnseco, no
como insinuaciones abstractas, tal cual se haba hecho y se segua haciendo por sus contemporneos.
De esta forma, abri el camino que pondra fin al fondo de oro como smbolo celestial.
De otro lado, el brillante colorido, aqu s deudor del bizantino, y tan caracterstico de la escuela
florentina, junto con los hbiles efectos lumnicos y cromticos, hacen tctiles los volmenes. Del
estilo de Giotto se ha dicho que viene definido por la grandeza y la verdad, que en l convergen la
tradicin romana y la aportacin gtica, y que sus personajes prefiguran las grandiosas figuras de
Masaccio y Miguel ngel, es decir, el Renacimiento.