Inesperado Legado Del Divorcio
Inesperado Legado Del Divorcio
Inesperado Legado Del Divorcio
DIVORCIO
Judith Wallerstein Julia Lewis Sandra Blakeslee
RESUMEN
CONTRAPORTADA
Judith Wallerstein es una de las mayores expertas del mundo en el tratamiento de
nios de padres divorciados. Ofrece en este libro un estudio nico sobre las
verdaderas consecuencias del divorcio en la vida futura de los hijos.
La autora elije siete nios que sintetizan las experiencias vitales ms generalizadas
en estos casos, y realiza un seguimiento de sus vidas con detalles vividos a travs
de sus adolescencias, sus relaciones amorosas, sus xitos y fracasos matrimoniales,
y sobre la paternidad de sus propios hijos. Al carecer de un patrn interno de cmo
es una relacin exitosa, los hijos adultos del divorcio deben crear nuevos cdigos de
comportamiento en una cultura que ofrece muchos modelos y pocas pautas.
LAS AUTORAS
Judith Wallerstein es considerada la primera autoridad mundial en los efectos del
divorcio en los nios. Fundadora del Centro Judith Wallerstein para la Familia en
Transicin, es catedrtica emrita de la School of Social Welfare de la Universidad
de California en Berkeley. Es autora junto con Sandra Blakeslee de los best sellers
estadounidenses The Good Marriage y Second Chances, y con la doctora Joan Berlin
Kelly de Surviving The Breakup.
Hace 25 aos Judith Wallerstein comenz a contactarse con un grupo de 131 nios
cuyos padres se estaban divorciando. Les pidi que le contaran los detalles ntimos
de sus vidas, lo cual hicieron con notable candidez. Wallerstein se gan su confianza
y fue recompensada con un conmovedor retrato de cada una de sus vidas durante
la infancia, la adolescencia, y la adultez. En manos de Wallerstein, las experiencias y
ansiedades de esta generacin de nios, que ahora tienen entre treinta y cuarenta
aos, reviven. Observamos cmo luchan contra el temor de que sus relaciones
fracasen al igual que la de sus padres. Wallerstein muestra cmo muchos superaron
su temor a no encontrar compaeros amorosos y a convertirse en padres
protectores y exitosos; y cmo otros an se estn esforzando para encontrar los
deseos de su corazn sin saber por qu se sienten tan atemorizados. Ella tambin
demuestra la inmensa fuerza y enormes logros de una generacin de sobrevivientes
que a menudo tuvieron que crecer solos y ayudar a sus padres en tiempos difciles
CONCLUSIONES
Esta es una transcripcin de las conclusiones a las que va llegando la autora en la
medida que desarrolla su investigacin
Para los nios, la separacin es una divisoria que altera sus vidas para
siempre. El mundo comienza a percibirse como un lugar mucho menos
confiable y ms peligroso, ya que las relaciones ms ntimas de sus vidas no
volvern a mantenerse firmes. Pero ms que ninguna otra cosa, esta nueva
ansiedad representa el fin de la infancia. (pgina 56- 57)
Esta necesidad de una buena imagen interior de los padres como pareja es
importante para el desarrollo del nio a travs de todos los aos de su
crecimiento, pero la significacin de este patrn interno de las relaciones
hombre-mujer se incrementa en la adolescencia. Los recuerdos y las
imgenes del pasado y el presente se agigantan en un vigoroso coro de voces
cuando el joven enfrenta sus verdaderas elecciones en relacin con el amor y
el compromiso
Pero los hijos del divorcio tienen algo ms en contra. A diferencia de los nios
que pierden un progenitor debido a una enfermedad, accidente o guerra, los
hijos del divorcio pierden el patrn que necesitan debido al fracaso de sus
padres. Los padres que se divorcian pueden pensar que su decisin de
terminar con el matrimonio, es inteligente, valiente y el mejor remedio para
su infelicidad, pero para el hijo del divorcio tiene un significado: Los padres
fracasaron en una de las tareas principales de la adultez. Juntos y separados,
fracasaron en mantener el matrimonio. An si el nio decide-como si fuera un
adulto- que el divorcio era necesario, que en realidad los progenitores tenan
muy poco en comn, el divorcio sigue representando un fracaso: fracaso para
conservar a un hombre o a una mujer, fracaso para mantener una relacin,
fracaso para ser fiel. Este fracaso modela el patrn interior del nio con
respecto a l mismo y a la familia. Si ellos fracasaron, yo tambin puedo
fracasar. Y si, como sucede con frecuencia, el nio observa ms relaciones
fracasadas en los aos posteriores al divorcio, la conclusin es simple. Nunca
vi a un hombre y a una mujer en el mismo barco. El fracaso es inevitable.
Los hijos del divorcio necesitan ms tiempo para crecer porque tienen que
lograr ms cosas: deben tomar distancia del pasado y crear un modelo mental
de hacia dnde se dirigen, esculpiendo su propio camino. Aquellos que lo
logran, merecen medallas de oro por su integridad y perseverancia. Despus
de rechazar a sus padres como modelos, deben inventar quienes desean ser y
qu quieren lograr en su vida adulta. Eso es ms de lo que se espera que
logran la mayora de los adolescentes. Teniendo en cuenta los desafos
normales del crecimiento, que ellos tienen que atravesar solos, no es
sorprendente que los nios del divorcio se vean acechados por amoros
malogrados o descarrilamientos similares. La mayora los encuentra entre los
veinte y los treinta aos antes de entrar en la adultez.
La mayora de la gente cree que si un esposo y una esposa no son felices, sus
hijos tampoco lo son. Esta opinin est basada en la creencia de que los
padres infelices inevitablemente tendrn conflictos delante de sus hijos que
los harn sentir apenados y atemorizados. Lo que queda fuera de la ecuacin
es la gran cantidad de familias que, como la de Gary, evitan las peleas para
mantener la paz familiar y la integridad de la paternidad. Gary nos revela
cmo es el desarrollo hacia la adultez dentro de sta clase de familia. Cmo
es? Cmo moldea un matrimonio infeliz que permanece unido a la vida de los
nios cuando stos se convierten en adolescentes y en adultos? Qu papel
juega en sus vidas el compromiso parental para mantener el matrimonio?
(Pgina 68)
Cuando Gary fue donde su padre para que le explicara lo que estaba pasando,
esta fue la respuesta de su padre. Te voy a decir algo, hijo. El matrimonio es
como una montaa rusa. Tiene subidas y bajadas. Las bajadas han sido
peores de lo que pens, y las subidas han sido mejores de lo que pens. Lo
ms importante es que amo a tu madre y ustedes, los nios, son lo ms
importante de nuestro matrimonio. El cuadro actual es que tu madre y yo
estamos en una bajada, pero saldremos de ella. S que saldremos porque los
queremos mucho. Nuestro matrimonio ha sido un gran desafo, pero fue un
buen recorrido y me voy a quedar hasta el final. (Pgina 71)
Un problema grande es que los hijos del divorcio crecen sin aprender de la
experiencia de sus padres nada que pudiera serles til en sus propios
matrimonios, excepto que esa unin es una ladera resbalosa y las personas
se caen de ella. Sin ninguna gua ni historia familiar, sus propios matrimonios
comienzan sin una brjula interior que les indique hacia dnde dirigirse
cuando surgen las dificultades. Ellos carecen del patrn que describ con
anterioridad de cmo viven juntos un hombre y una mujer y resuelven sus
diferencias. Pgina 82
Un matrimonio sin conflictos es una utopa. Cada pareja casada debe
aprender a resolver sus diferencias de un modo que se adecue a su estilo,
valores y a la relacin en particular. Las discusiones ya no las resuelve el
padre que sabe ms, un consejo de mayores o la tradicin familiar. Las
mujeres tienen el mismo poder y no todas las diferencias pueden negociarse,
mediarse y resolver por turnos. Hay que encontrar la manera de llegar a
acuerdos. Se debe considerar el asunto con equidad, contener el disgusto y la
desilusin posteriores, y resolverlo pacficamente para mantener el
matrimonio. Y debe enfrentar el hecho de que este conflicto u otro
reaparecer. Es un proceso continuo y desafiante que puede ser la clave para
un buen matrimonio o el camino hacia el divorcio. (Pgina 83)
Los hijos del divorcio tienen problemas con los conflictos porque crecieron en
hogares donde las discusiones importantes no se resolvieron sino que
terminaron en derrota. Para ellos cualquier conflicto significa peligro, un
demonio que amenaza con desgarrar el tejido de la vida familiar, destruir su
matrimonio y romper corazones. (Pgina 83)
Debido a que los hijos del divorcio no saben cmo negociar bien los conflictos,
muchos de ellos recurren a las peores soluciones cuando surgen los
problemas. Por ejemplo algunos ocultan sus sentimientos, quejas o diferencias
hasta que su disgusto explota hasta las nubes. Otros lloran y se inmovilizan.
Pero la tendencia ms comn es huir ante el primer descuerdo serio y luchar
contra demonios inconscientes. Esto se debe a que desde la perspectiva del
hijo del divorcio cualquier discusin puede ser el primer paso de una cadena
inevitable de conflictos que destruir el matrimonio. Lo ms fcil es huir. Esta
clase de comportamientos desconciertan a esposos quienes se criaron en
familias intactas. Las batallas menores y mayores de los matrimonios de sus
padres fueron desagradables, pero no aterradoras. Las peleas, en su mente,
no amenazan el matrimonio. Son tormentas, pero no huracanes.
Dos de cada tres adultos de nuestro estudio a largo plazo decidieron no tener
hijos. Los estudios nacionales revelan resultados similares. Los nacimientos
disminuyen en todas partes, pero los hijos del divorcio que deciden no tener
hijos citan especficamente al divorcio como la razn principal. Manifiestan
con claridad por qu no quieren tener hijos. nios? De ninguna manera.
Casados, divorciados o solteros, dicen cosas como: No quiero acunar un beb
ni criar uno. Otros insisten en que sern malos padres o madres, as que para
qu asumir un rol para el que no tienen inters o talento ni una buena
experiencia en su propia infancia. Y as dicen Cmo voy a ser padre? Miren
la crianza que tuve. O: Mi vida es demasiado insegura para pensar en tener
un hijo. Tienen poca confianza en su capacidad para criar un nio feliz. Otros
estaban preocupados porque un hijo pudiera desestabilizar su matrimonio.
Ninguno cit una carrera exigente como la razn para no tener un hijo.
(Pgina 94)
Me result interesante que a muy pocos hijos del divorcio pareca importarles
el deseo de sus padres de convertirse en abuelos. Era un tema que surga con
frecuencia entre aquellos que se criaron en familias intactas. Podra ser
natural en los nios que an estn enojados por el divorcio negarse a
brindarles este obsequio como una forma de mantener la distancia con los
padres. Si esto es verdad, es un triste legado de nuestra cultura del divorcio.
(Pgina 95)
Los adultos de familias intactas tienen otras dos ventajas con respecto a los
que crecieron en familias divorciadas. Tuvieron un sentido de continuidad con
sus familias. Sintieron que formaron parte de una importante tradicin con
una historia, y que tuvieron una responsabilidad con sus padres y con sus
hijos de mantener sta continuidad. Esta sensacin de formar parte de una
tradicin familiar les brind una perspectiva que los ayud a estabilizar su
relacin e influy en su deseo de tener hijos. Tambin tuvieron el sentido real
de que los matrimonios cambian a travs del tiempo. No esperaban que sus
novias de veinticinco aos tuvieran el mismo aspecto ni actuaran igual a los
treinta y cinco. Saban que tener hijos les cambiara la vida. Tenan conciencia
de que el camino que haba por delante a veces sera pedregoso y a veces
parejo. No esperaban ni queran serenidad ni perfeccin. Aguardaban que su
relacin influyera en ellos como individuos. Finalmente estaban abiertos al
cambio desde el da en que se embarcaron en el matrimonio
Gary me sorprendi cuando explic que una de las muchas cosas que lo
atrajeron hacia Sara es que ella vena de una familia muy unida. Yo no
esperaba que a las personas les importara el estado marital de los padres de
la persona de la que se enamoraban. Estaba equivocada. Una gran cantidad
de gente de familias intactas manifestaron que haban observado bien a los
familiares polticos antes de comprometerse demasiado. Algunos afirmaron
que, con una sola cita, podan decir si su pareja provena de una familia
divorciada, las mujeres eran impacientes y demasiado ansiosas por
complacer, y los hombres confiaban sus historias demasiado rpido. Mucha
gente joven admiti que la condicin de provenir de una familia intacta feliz
es tranquilizadora. Alardearon as: Mi esposo viene de una familia numerosa
sin ningn divorcio. No tiene demonios. Sus actitudes reflejan la ansiedad
general de nuestra sociedad sobre la fragilidad del matrimonio, y el temor de
que los nios del divorcio tengan un menor compromiso ante el matrimonio.
(Pginas 101-102)
Para los nios que no llegaron a la adolescencia (lo que significa la mayora de
los hijos del divorcio, ya que los demgrafos informan que el 80 % de las
separaciones se produce en el noveno ao de matrimonio), no tiene sentido
dividir la familia para resolver los problemas de sta. Para ellos es una idea
extraa y aterradora. Aunque hayan visto a uno o ambos padres llorando o
gritando o golpeando, no relacionan la conducta de sus padres con la
separacin del matrimonio. Entre los nios ms pequeos esta relacin es una
idea abstracta muy alejada de su comprensin. (pgina 117)
Por lo tanto los nios no consideran el divorcio como un remedio. Para el nio
el divorcio es la raz que provoca el problema subsiguiente, no la solucin del
matrimonio con problemas. No quieren adaptar sus vidas a esta situacin.
Quieren que el divorcio se aleje y recomponer el matrimonio. Y durante
muchos aos siguen esperando que esto suceda. Los padres se sorprenderan
al saber que muchos nios se aferran a sus deseos de reconciliacin hasta
avanzada la adolescencia. (pgina 117)
Los nios de las familias ms abusadoras estn muy preocupadas por sus
padres. Pero a diferencia de los adultos, no piensan que ellos o sus padres
estaran mejor separados. Los nios de los matrimonios violentos quieren que
sus padres permanezcan juntos. Quieren que las peleas cesen, pero tambin
que la pareja contine. (pgina 117)
Las mujeres se quejaron desde tiempo inmemorial acerca de que sus hombres
tienen problemas para expresar sus sentimientos amorosos. Obviamente este
problema no se limita a los hijos del divorcio. Pero es justo decir que los
hombres de familias divorciadas son conscientes de esta dificultad mucho
antes de que cualquier mujer se los recrimine. Durante aos saben que tienen
sentimientos que no pueden expresar y que su ansiedad los detiene. En sus
mentes ensayaron cientos de veces las cosas que queran decirles a sus
padres, y luego no pudieron hacerlo. Me atrevera a decir que muchos de los
hombres que se criaron en familias divorciadas eran conscientes de sus
inhibiciones y se desilusionaron de ellos mismos al ver que no podan
superarlas. Algunos afirmaron que manejaban sus retiradas silenciosas porque
tenan que protegerse para no convertirse en confidentes de sus madres
cuando eran adolescentes. Acostumbrados a ocultar sus sentimientos, no
pudieron romper con ese hbito incluso en un matrimonio amoroso. (Pgina
171)
Para Paula el divorcio signific la prdida de las tres cosas que siempre le
haban brindado seguridad: su madre, su padre y las reconfortantes rutinas de
su vida. Recin ahora a los treinta y tres aos, Paula puede poner en palabras
la magnitud de aquellas prdidas. No recuerdo nada excepto que vivamos
juntos y despues ya no. No recuerdo que alguien me haya explicado algo. De
pronto no haba nadie all. Pas tanto tiempo sola que trat de convertirme en
mi propia compaa. Pero, cmo puede hacer eso una nia de cuatro aos?
Pasaba das sin decir una palabra. (Pgina 182)
La madre de Paula es una del ejrcito de mujeres a las que el divorcio les
provoca pesadillas econmicas. Las estadsticas estn bien documentadas.
Las madres divorciadas ganan mucho menos que los padres divorciados, y la
cuota de alimentos no compensa la diferencia. Los estudios muestran que las
mujeres y los nios que pertenecieron a una clase superior antes del divorcio
sufren la cada de ingresos ms precipitada. En 1991, el 40% de las mujeres
divorciadas con hijos vivan por debajo del nivel de pobreza. La situacin era
an ms desesperada para aquellas mujeres con hijos menores de seis aos,
cmo la madre de Paula. Ms de la mitad de estas mujeres jvenes con hijos
pequeos estaban viviendo por debajo del nivel de pobreza. Las mujeres
divorciadas no slo son pobres despues del divorcio sino que continan siendo
pobres durante muchos aos. Esto se debe a que, a pesar de las cuotas de
alimentos, la cantidad promedio que reciben, y cuando se las pagan, es
mucho menor al costo de criar un nio. Ms an, cuando una mujer busca
empleo, muchas son menospreciadas en el mercado. No tienen las
habilidades requeridas para comenzar o pasaron los aos previos al divorcio
ocupndose de los nios y los cuidados de la casa. Despues del divorcio se
enfrentan con la doble carga de adquirir una nueva educacin o de poner al
da sus habilidades anteriores y simultneamente mantener a sus hijos y a
ellas mismas. Muchas aceptan trabajos nocturnos, trabajos temporarios o
trabajos en inmobiliarias que las mantienen alejadas del hogar durante todo el
fin de semana. Estn fsicamente agotadas y emocionalmente vacas, ya que
corren siempre en el mismo lugar sin avanzar. Sus valientes esfuerzos para
alimentar, vestir y cobijar a sus hijos disminuye notablemente su habilidad
como madres.( Pgina 183)
Con el divorcio, los nios en edad preescolar pierden los beneficios de una
infancia estructurada, lo cual tiene serias consecuencias para su desarrollo.
Los nios necesitan rutinas regulares: hora de acostarse, hora de siestas, hora
de comidas, hora de juegos. Los adolescentes tambin necesitan rutinas
hogareas. Esta estabilidad brinda a los adolescentes la libertad para probar
su agresin y aprender a autocontrolarse al observar que la vida tiene
uniformidad y reglas. Pero despus del divorcio, los hogares se desorganizan.
Los horarios de comida no son regulares, los nios preparan sus propios
almuerzos. Todo esto es as en el momento de la separacin, pero el caos
puede continuar durante muchos aos si la madre se embarca en un
programa exigente y no puede retomar sus rutinas previas. La cada tiene
muchas facetas. Sin un horario regular para dormir, el nio se despierta
cansado y caprichoso y no aprende bien en la escuela. Los nios mayores a
quienes se les asigna la tarea de cuidar a sus hermanos menores se sienten
enojados y resentidos. El progenitor responsable se ve y se siente agotado,
presionado hasta un lmite intolerante. (Pgina 186)
El sexo precoz era muy comn entre las nias de las familias divorciadas y se
describi en varios estudios nacionales. En nuestra investigacin, una de cada
cinco tuvo su primera experiencia sexual antes de los catorce aos. Ms de la
mitad fue sexualmente activa con mltiples parejas durante la escuela
secundaria. En el grupo de comparacin, la gran mayora de las nias
pospona el sexo hasta el ltimo ao de la escuela secundaria o los primeros
aos de la facultad. Aquellas que mantenan una actividad sexual lo hacan
como parte de una relacin que duraba en promedio un ao.
La anestesia emocional que mencionan los hijos del divorcio que se criaron en
familias que no peleaban seala una conclusin problemtica: La regla de no
pelear no protege a los nios de sentirse ansiosos y preocupados cuando
crecen y van en busca del amor y la intimidad. En ese sentido, no se
diferencian de los nios criados en familias problemticas. Por lo tanto nos
equivocamos al decirles a los padres que si no pelean protegern a sus hijos
contra los efectos del divorcio que surgen en la adultez. La red de seguridad
que una buena paternidad compartida despus del divorcio brinda a los nios
es irrelevante en la adultez. La sensacin de que no se puede alcanzar una
relacin amorosa, confiable y duradera es un residuo del divorcio que no est
relacionado con el conflicto de la separacin. El impacto del divorcio de los
padres repercute y aumenta en la adultez aunque los padres se hayan
comportado en una forma civilizada. (pgina 292)
CONCLUSIONES
Despues de haber pasado los ltimos treinta aos de mi vida viajando de aqu
para all, hablando con grupos de profesionales, abogados y especialistas en
salud mental, y trabajando con miles de padres e hijos de familias divorciadas,
queda claro que hemos creado una nueva clase de sociedad nunca antes vista
en la cultura humana. Silenciosa e inconscientemente creamos una cultura
del divorcio. Resulta difcil comprender lo que significa cuando decimos que
los primeros matrimonios tienen un 43% de probabilidades de separase, y que
los segundos matrimonios tienen el 60% de posibilidades de terminar en
divorcio. Cules son las consecuencias para todos nosotros cuando el 25%
de las personas entre 18 y los 44 aos tienen padres divorciados? Qu
significa para una sociedad que la gente se pregunte en voz alta si la familia
est por desaparecer? Qu podemos hacer cuando sabemos que las parejas
casadas con hijos representan el 26% de los hogares en 1.990, y que los
arreglos de convivencia actuales son una casa de gente sin casarse y sin
hijos?. Estas cifras son aterradoras. Pero como todos los cambios sociales
masivos, lo que est sucediendo nos est afectando de un modo que an no
hemos comprendido.( pgina 304)
Para gente como yo que trabaja todo el tiempo con familias divorciadas, estas
cifras abstractas tienen rostros reales. Cuando pienso en la gente que conozco
tan bien, puedo relacionarlos con los millones de nios y adultos que sufren
de soledad, y todos los adolescentes que dicen No quiero una vida parecida a
la de ninguno de mis padres. Comprendo a los innumerables jvenes que no
tienen esperanzas de encontrar una relacin duradera y quienes, sacudiendo
la cabeza, aseguran Si no te casas, no te puedes divorciar. Ms tarde, o
cuando creen que no estoy escuchando, agregan suavemente: Pero no quiero
envejecer solo. Me preocupa especialmente cmo nuestra cultura del
divorcio cambi la niez. Todos los aos se agrega un milln de nios a
nuestra marcha del fracaso marital. Como lo explican ellos con tanta
elocuencia, perdieron el juego alegre y despreocupado de la infancia, y
tambin los brazos y el regazo consolador de un padre carioso que est
siempre apurado porque la vida despues del divorcio es muy difcil de
manejar. Debemos tomar muy en serio las quejas de los nios que declaran:
El da que mis padres se divorciaron fue el da en que termin mi infancia.
(pgina 304-305)
Hace muchos aos el psicoanalista Erik Erikson nos ense que la infancia y la
sociedad estn vitalmente conectadas. Pero an no hemos aceptado los
cambios introducidos por nuestra cultura del divorcio. La infancia es diferente,
la adolescencia es diferente, la adultez es diferente. Sin darnos cuenta hemos
creado una nueva generacin de jvenes que se cuidan a s mismos, junto con
toda una generacin de padres sobrecargados, que no tienen tiempo para
disfrutar de los placeres de la paternidad. Ha sucedido tanto y tan rpido que
no podemos retenerlo todo en nuestra mente. Es simplemente abrumador.
(pgina 305)
La verdad es que hemos creado una nueva clase de sociedad que orece
mayor libertad y ms oportunidades para muchos adultos, pero este cambio
trae aparejado un elevado costo oculto. Muchas personas, tanto adultos como
nios, no tienen una mejor salida. Hemos creado nuevas clases de familias, en
las cuales las relaciones son frgiles y poco dignas de confianza. Los nios
actuales reciben mucha menos contencin, proteccin y cuidados parentales
que los que reciban hace unas dcadas. Los matrimonios de larga data se
separan a un promedio sorprendente. Y muchas de las generaciones mayores
que comenzaron con la revolucin del divorcio se encuentran alejados de sus
hijos adultos. Este es el precio que debemos pagar por un cambio necesario?
No podemos hacerlo mejor? (pginas 305-306)
Desde el punto de vista de los nios, y teniendo en cuenta lo que les sucede a
sus padres, el divorcio es una experiencia acumulativa. Su impacto se
incrementa con el tiempo y llega a un crescendo en la adultez. El divorcio se
experimenta de distintos modos en cada etapa del desarrollo. En la adultez
afecta la personalidad, la capacidad para confiar, las expectativas sobre las
relaciones y la aptitud para enfrentar los cambios. (pgina 306)
El primer trastorno se produce en la separacin. Los nios estn asustados y
disgustados, temerosos de ser abandonados por ambos padres, y se sienten
responsables del divorcio. A la mayora los sorprende y muy pocos se sienten
aliviados. Cuando son adultos, recuerdan con tristeza y disgusto el poco
apoyo que recibieron de sus padres cuando sucedi. Recuerdan cmo tuvieron
que adaptarse de la noche a la maana a una cantidad de cambios que los
confundan. Incluso los nios que presenciaron violencia en sus hogares no
relacionaron esa violencia con la decisin de divorciarse. Los nios
concluyeron silenciosamente que las relaciones familiares son frgiles, y que
la unin entre un hombre y una mujer se puede romper de manera caprichosa
y sin aviso. Continuaron preocupndose y sintiendo que las relaciones padre-
hijo tampoco son confiables y se pueden romper en cualquier momento. Estas
experiencias tempranas marcaron sus expectativas posteriores. (pgina 306-
307)
Pero los hijos del divorcio sufren ms en la adultez. El impacto del divorcio los
golpea ms cuando van en busca del amor, la intimidad sexual y el
compromiso. La falta de imgenes internas de un hombre y una mujer en una
relacin estable y los recuerdos del fracaso de sus padres para mantener el
matrimonio perjudican esa bsqueda y los llevan a la desilusin y la
desesperanza. Afirman: Nadie me ense. Se quejan con amargura de que
no estn preparados para las relaciones adultas, que nunca vieron un
hombre y una mujer felices bajo el mismo techo, y que no tienen buenos
modelos sobre los cuales construir sus esperanzas. Y realmente les cuesta
saber qu tipo de persona estn buscando. Muchos terminan con parejas
inadecuadas o con muchos problemas en relaciones que estaban condenadas
desde un principio
El contraste entre ellos y los nios de familias intactas buenas, cuando ambos
van en busca del amor y el compromiso, es sorprendente. (Como expliqu en
este libro, los nios que crecen en familias intactas muy infelices o violentas
enfrentan una infancia afligida y trgicos desafos en la adultez. Pero como
sus padres no estn interesados en el divorcio, ste no se convierte en parte
de su legado). Los adultos en los veinte aos que provienen de familias
intactas razonablemente buenas o moderadamente infelices comprenden las
demandas y sacrificios que requiere una relacin comprometida. Recuerdan
como sus padres se esforzaron por superar sus diferencias y cmo ellos
colaboraron en una crisis.. Desarrollaron una idea general de la clase de
persona con la que queran casarse. Y lo ms importante: no esperaban
fracasar. Aquellos que provenan de familias intactas consideraban el ejemplo
del matrimonio de sus padres como algo muy valioso cuando tuvieron los
inevitables problemas maritales. Pero los adultos de familias divorciadas
sufrieron grandes desventajas cuando tuvieron que enfrentar las tensiones
normales de un matrimonio. La ansiedad con respecto a las relaciones estaba
marcada a fuego en sus personalidades y permaneci all an en matrimonios
muy felices. Temores acerca de desastres y prdidas repentinas surgan
cuando estaban contentos. Y el temor al abandono, la traicin y el rechazo
apareca cuando estaban en desacuerdo con alguien a quien amaban.
Despus de todo, el matrimonio es una pendiente resbalosa, y sus padres
haban cado por ella. Todos tuvieron problemas para enfrentar las diferencias
o conflictos moderados en sus relaciones ms cercanas. La primera respuesta
fue el pnico, seguida por la huida. Tuvieron mucho que reparar y mucho que
aprender en poco tiempo. (pginas 308-309)
Tengo otro consejo para aquellos padres que deciden divorciarse. No acten
impulsivamente. Piensen de manera realista lo que ser su vida despues del
divorcio. Si necesitan volver a la escuela hganlo antes de divorciarse.
Consideren los pros y los contras cuidadosamente. Tengan en cuenta que
necesitan pasar mucho ms tiempo con sus hijos, debern darles mayor
contencin y aliento despus del divorcio, y que su presencia podr ser ms
necesaria durante la adolescencia. Sus hijos pueden ser ms exigentes, estar
ms enojados o ser ms difciles de manejar que antes. No importa los
acuerdos sobre la custodia que haya realizado, siempre estar solo para
tomar decisiones, asumir responsabilidades y para guiar a su hijo. As que
preprese para tiempos de soledad y turbulencia. (pgina 316)
Los nios pequeos que pierden a ambos padres porque pap se mud y
mam volvi a trabajar, sufren terriblemente. Estos nios buscan en forma
pattica a sus padres perdidos en todas partes. Los jvenes de nuestro
estudio, que tenan tan poca capacidad para comprender los cambios en su
vida o para cuidar de s mismos, continuaron siendo vulnerables durante todo
su crecimiento y en la adultez tuvieron ms problemas que los nios que eran
mayores en el momento de la separacin. (pgina 316)
Para todos los jvenes, una boda an simboliza un compromiso de por vida.
Pero entre los hijos del divorcio, el casamiento representa un triunfo sobre el
temor. (pgina 323)
COMENTARIO PERSONAL