Jesus, Maestro y Pedagogo
Jesus, Maestro y Pedagogo
Jesus, Maestro y Pedagogo
(Paulo Freire)
1
desarrollo integral de sus alumnos.
ndice
Presentacin 3
2
V.1.-Las Bienaventuranzas del educador cristiano..
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PRESENTACIN
Desde hace ya algn tiempo, vengo constatando con preocupacin que los
educadores cristianos no estudiamos con la debida seriedad y profundidad
a Jess como Maestro. Difcilmente superamos las generalidades de algunas
frases como llamarle El Maestro de Maestros, pero no abrevamos nuestra
prctica educativa y pedaggica en sus enseanzas y estilo pedaggico.
Junto a esto, observo tambin que la formacin religiosa que muchos
reciben en retiros y convivencias no siempre se traduce posteriormente en
cambios pedaggicos, en nuevas relaciones, en cultivo y alimento de la
vocacin de servicio. Pareciera que no terminamos de integrar fe y vida y
seguimos atrapados en una fe y una religin en las que parecemos buscar
consuelo para nuestras vidas, ms que aliento y fuerza para cambiar de
vida.
3
hechos que est comprometida en lograr una educacin de verdadera
calidad integral para todos, en especial para los ms pobres, necesitados y
carentes, medio esencial para abatir la pobreza y lograr una verdadera
ciudadana participativa y solidaria.
Para ello, la educacin catlica tiene que ser mucho ms radical, es decir,
tiene que volver a sus races y afincarse fuerte en ellas. Y sus races son
Jess, Palabra de un Dios que arde en deseos de comunicarse con nosotros,
sus hijos, Camino a la Vida Verdadera.
Este libro slo pretende aportar algunas preocupaciones y tal vez unos
pocos elementos para que, entre todos, vayamos estructurando nuestros
centros educativos sobre los valores evanglicos y los educadores cristianos
podamos modelar nuestra conducta y nuestras prcticas en el Maestro
Jess, ese pueblerino que, sin estudios especiales, fue capaz de revolucionar
la historia y nos ense la profunda sabidura de salvar la vida, haciendo
de ella semilla de vida para los dems. .
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I.- SER CRISTIANO EN TIEMPOS DE POSTMODERNIDAD Y DE
POSTCRISTIANDAD.
Sin absolutos, sueos ni grandes horizontes, los seres humanos nos hemos
refugiado en la trivialidad efmera de las cosas. El mundo se ha convertido
en una cosa repleta de cosas, en un gran mercado, en un inmenso almacn.
Todos los grandes sueos han quedado reducidos a comprar y consumir; la
libertad se ha degradado a la posibilidad de elegir entre miles de productos
o de canales, y la felicidad se ha rebajado a salir de compras, pasarlo
bien y a responder a los estmulos permanentes del mercado.
5
vano hoy se comienza a hablar de la nueva enfermedad de adiccin a las
compras, de compradores compulsivos.
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muerte de pueblos enteros bajo las dentelladas del hambre, el sida, o
cualquiera de esas enfermedades de la miseria (diarrea, tuberculosis,
dengue) hoy tan fcilmente derrotables si la humanidad se lo propusiera
Segn la ONU, cada tres segundos, muere un nio de hambre, 1.200 cada
hora. El hambre produce una matanza diaria similar a todos los muertos que
ocasion la bomba nuclear sobre Hiroshima. Sin embargo, si la humanidad
se lo propusiera seriamente, el hambre podra ser derrotada hoy
fcilmente: Segn la FAO (Organizacin de las Naciones Unidas para la
Agricultura y la Alimentacin) la agricultura moderna est hoy en capacidad
de alimentar a doce mil millones de personas, casi el doble de la poblacin
actual. Pero no hay voluntad poltica para ello: Todas las campaas y
propuestas para aliviar la pobreza y el mundo han fracasado
estrepitosamente. Y no hay voluntad poltica, porque hemos perdido la
sensibilidad, la compasin, la misericordia.
Nos parece normal que un deportista famoso gane por la publicidad de una
marca de zapatos ms que los miles de obreros que los fabrican en
verdaderas condiciones de neoesclavitud como son las maquilas, y hasta
nos sentimos orgullosos y felices cuando compramos y usamos esos
zapatos. O que a una obrera salvadorea se le pague 25 centavos de dlar
por cada una de las camisetas GAP que cose que luego sern vendidas a 34
dlares cada una.
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De tanto que lo hemos escuchado ya no nos mueve a la ira el hecho
monstruoso de que cada minuto el mundo gasta ms de un milln de
dlares en armas, o que cada segundo desaparece del planeta una
superficie de bosques equivalente a un campo de ftbol. Hay cada vez ms
dinero para aniquilarnos, destruirnos y destruir el planeta, pero no hay
dinero para acabar con el hambre, la pobreza, la miseria y construir la paz.
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Esta es la temtica desarrollada magistralmente por Jos Saramago en su
novela Ensayo sobre la ceguera1: Un hombre que est esperando que
cambie la luz frente a un semforo en rojo, se queda sbitamente ciego. Es
el primer caso de una ceguera blanca que se expande por todas partes
de manera fulminante. Recluidos en una serie de campamentos o perdidos
en la ciudad, los ciegos tendrn que enfrentarse con lo ms primitivo de su
naturaleza humana: la voluntad de sobrevivir a cualquier precio. La novela
es una aterradora parbola de los tiempos que estamos viviendo. Cegados
por la ambicin, el egosmo, la envidia, la cobarda, el consumismo,
dejamos de ser personas y actuamos por instinto. En el mundo impera una
especie de darwinismo social, la sobrevivencia del ms fuerte o el ms
astuto y parece haberse impuesto el grito de slvese el que pueda.
Estando ciegos, creemos verlo todo con claridad y con realismo. Nos
autoengaamos y pensamos que nuestra visin de la realidad -que adems
no es nuestra, sino la que nos imponen los medios y los mercaderes del
mundo-, es la visin de la realidad. No vemos: vivimos engaados en la
mentira. La verdad les har libres, nos dice Jess. Vivir en verdad supone
caer en la cuenta de que estamos ciegos. Pero para poder recobrar la visin,
debemos aceptar nuestra ceguera y querer salir de ella.
Lo esencial es invisible a los ojos, slo se ve bien con el corazn, nos dice
Saint Exupery en El Principito. Ojos que no ven, corazn que no siente,
dice un viejo refrn. Pero el refrn es an ms verdadero al revs: Si el
corazn no siente, los ojos no son capaces de ver. Es el corazn el que
ensea a los ojos a ver. De hecho, muchos pasan frente a la miseria, el
hambre, el dolor y la explotacin y no son capaces de verla porque son
ciegos de corazn.
Necesitamos con urgencia aprender a cerrar los ojos para mirar con el
corazn. Slo as podremos reencontrarnos con nosotros mismos y con los
dems y recuperar la esperanza y el amor. La tarea de los educadores, en
especial de los educadores cristianos debe ser, como la de Jess, dar vista a
los ciegos, quitar las vendas de los ojos para que puedan abrirse a la
realidad. Pero esto slo ser posible si educamos la mirada 2, si aprendemos
y enseamos a ver con los ojos del corazn, ojos compasivos,
misericordiosos, vueltos al dolor y el sufrimiento de los dems.
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I. 1.-De la muerte de Dios a la muerte del espritu
10
su ser. Para crecer, la persona necesita adentrarse en su misterio y llegar al
corazn de su vida, all donde es total y slo ella 3.
11
salieron a proclamar con valor y conviccin a Jess Resucitado, el grano de
trigo que muri para dar vida, el Hombre que vena de Dios 5. El espritu
los llen de valenta, transform su corazn acobardado, los hizo
vencedores del miedo y de la muerte, los convirti en comunidad misionera,
que se lanz a anunciar al mundo entero a Jess Resucitado. .
12
Preocupados por el sinsentido de nuestro mundo y con la intencin de
generar un debate sobre el tema, lvaro Mutis y Javier Ruiz Portella
lanzaron su provocador Manifiesto contra la muerte del espritu 6:
13
antao a la modernidad, entregado nuestro tiempo a las exclusivas
manos de los seores de la riqueza y del dinero de ese dinero cuyo
espritu impregna por igual a sus vasallos-, slo queda entonces la
posibilidad de lanzar un grito, de expresar una angustia. Tal es el
propsito del presente Manifiesto, el cual, adems de lanzar dicho grito,
tambin pretende posibilitar que se abra un profundo debate.
Somos cristianos sin fuego, sin alegra profunda, sin espritu. Hemos hecho
de Jess, un personaje light, edulcorado; vivimos un cristianismo light,
sin verdaderas exigencias. Algunos, en estos tiempos en los que es tan fcil
vocear un profundo espritu revolucionario, pretenden utilizar a Jess para
imponer su proyecto poltico, y se esfuerzan por convertirlo en una especie
de guerrero, en ese Mesas Glorioso y Triunfante que l con tanta
insistencia rechaz. Es la tentacin del Mesianismo, tan presente siempre
en la historia del cristianismo: Poner a Dios a nuestro servicio (o al servicio
de la Iglesia) para que se haga nuestra voluntad, no la suya.
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De ah la necesidad de analizar qu espritu mueve nuestras vidas, cules
son sus frutos. Son paz, alegra, generosidad, servicio; o ms bien envidia,
egosmo, violencia, ansias de poder o de figurar? El Espritu de Jess libera
de todas las cadenas internas (egosmo, comodidad, miedos, ansias de
tener o de poder), nos rescata de la esclavitud y nos abre al horizonte
luminoso de una vida plena de hijos y de hermanos
La religin se asume como una especie de transaccin con Dios o con los
santos: me porto bien, prendo una vela, doy limosna, me sacrifico y as
compro su voluntad, me conceden los favores que les pido, resuelvo mis
problemas, me ayudan a sentirme bien. Dan ayuda puntual, consuelan,
reconcilian; llevan a otro mundo y uno regresa confortado, aliviado.
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No hay que ser un investigador muy acucioso para caer en la cuenta de que
la mayor parte de los centros educativos que se autoproclaman catlicos
estn sufriendo una grave crisis de identidad y de sentido. No slo han
perdido gran parte del liderazgo y renombre que tenan hace unos aos,
sino que parecen llevar una existencia gris, sin verdadero espritu ni
entusiasmo, y la mayor parte de ellos se mueven por mera inercia,
disfrutando todava del resplandor de las viejas glorias.
Gran parte de los centros educativos catlicos sufren hoy de una gravsima
crisis de credibilidad como colegios cristianos, pues ms all de la retrica y
de los planteamientos tericos y de las buenas intenciones, en ellos con
frecuencia se viven valores antievanglicos. Han hecho grandes esfuerzos
por implementar las innovaciones tecnolgicas y han incorporado la
enseanza del ingls y las computadoras (por cierto, sin verdadero anlisis
crtico), pero, por lo general, siguen aferrados a la tradicin y sin verdadero
liderazgo para sealar los rumbos de la educacin necesaria ni para
constituirse en referentes de la nueva sociedad que se pretende.
Muchas son las razones que pueden aducirse para entender esta situacin.
La ausencia de vocaciones religiosas ha impedido a muchos de esos centros
la renovacin de sangre fresca y entusiasta y muchos de ellos son dirigidos
por personas ya mayores, de muy buena voluntad y gran capacidad de
entrega y de sacrificio, pero un tanto desligados del mundo de la pedagoga
y del mundo de los jvenes. Ellos tratan de reproducir el ayer glorioso sin
caer en la cuenta de que ya no existe y sin saber cmo enfrentar el hoy y
preparar para el maana. Muchos de ellos lucen ya cansados y se muestran
escpticos o impotentes ante los cambios necesarios.
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Junto a esto, creo que el mayor problema radica en que no se han planteado
con la suficiente seriedad y creatividad el responder la pregunta, en estos
tiempos de postmodernidad y tambin de postcristiandad, cmo presentar
la fe de una manera vital, de modo que suponga una autntica conversin
que se traduzca en un cambio radical de vida, segn la propuesta de Jess.
Pareciera que la mayor parte de los colegios catlicos dan como
presupuesto que los jvenes y sus familias tienen fe, son de hecho
cristianos, y en consecuencia se orientan a alimentar esa fe con cierta
formacin religiosa y la prctica de los sacramentos; pero no ayudan a los
jvenes y a sus familias a replantearse la fe como opcin personal ms que
como tradicin cultural, que les lleve a gritar el evangelio con sus vidas, a
ser testigos hoy de Jess y su propuesta de conversin, de cambio radical
de valores, de revolucin profunda del corazn. Las carteleras pueden estar
llenas de rostros de Jess y de citas del evangelio y en las clases de religin
y de pastoral se ensea la doctrina cristiana, pero Jess sigue siendo hoy un
gran desconocido, y los valores evanglicos no han penetrado ni estn
sembrados en el currculo, en la pedagoga, en las relaciones, en el ejercicio
del poder, en las evaluaciones
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proyecto de Jess. Porque, se pregunta Parra, hasta qu punto nuestras
escuelas tienen un perfil cualitativo que las identifica como catlicas?
Simplemente por estar dirigidas por religiosos o monjas, por su orden, por
su limpieza, su puntualidad y falta de prdida de clases?...Las relaciones
entre los miembros expresan los valores de una comunidad de personas en
torno a un proyecto de vida y de sociedad? Qu tipo de participacin se
genera (de los padres, alumnos, personal obrero y administrativo)?
Participan en la gestin educativa, en la definicin de qu educar, cmo
educar, para qu educar, qu evaluamos, cmo, para qu, en la
formulacin de planes y proyectos y su posterior implementacin? Cuando
se les convoca es para informarles de las decisiones ya previamente
tomadas, o para formular con ellos proyectos de gestin en la escuela que
les enseen a ser ciudadanos responsables de sus deberes y atentos a sus
derechos comos seres humanos?.
9 Ver Manuel Barahona, De la pastoral de la Escuela Catlica a la escuela con talante evangelizador,
enwww.scj.oarg/scj_homp/international_educators_meeting_2001/ponencia5.html
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tambin de brutal exclusin, donde el individualismo ms feroz y la codicia
se presentan como virtudes fundamentales, y donde el seguir proponiendo
la solidaridad, el servicio, la justicia, la austeridad, el amor eficaz, la opcin
por los pobres y los perdedores aparece cuando menos como algo
anacrnico, demod, completamente trasnochado.
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De ah la necesidad de leer la realidad de los tiempos que vivimos a la luz
del evangelio, para que seamos capaces de mirarla con los ojos y el
corazn del Dios y seamos fieles y eficaces en el seguimiento al Jess vivo,
que contina caminando a nuestro lado y nos invita a la conversin
profunda del corazn, al cambio radical de vida, a proseguir su misin de
construir un mundo de hijos, donde todos vivamos como hermanos.
Para los cristianos, Jess nos hizo una doble e importantsima revelacin: en
primer lugar, nos revel cmo es Dios, pues los hombres se haban hecho
una imagen falsa de l, y lo presentaban como un Ser Lejano e Inaccesible,
Omnipotente, Justiciero, VengadorHaba sucedido lo que tan
acertadamente expresara el filsofo premarxista Feuerbach: Segn la
Biblia, Dios cre a los hombres a su imagen y semejanza; y los hombres le
pagaron con la misma moneda. Se hicieron un Dios a su imagen y
semejanza, un Dios como eran ellos, pequeo, mezquino, vengadorJess
acab con tanta confusin y nos revel cmo es en realidad Dios y nos lo
mostr como Padre-Madre, como Mdico, como Pastor que sale en busca de
la oveja perdida, un Dios-Amor, un Dios de entraas maternales, un Dios
Solidario que se conmueve ante el clamor del desvalido, del hurfano, del
necesitado, de la viuda, del pobre, del rechazado, del abandonado. Un Dios
que en la locura de su pasin por los ms necesitados, nos enva a su Hijo
para que nos ensee el camino de la solidaridad y de la plenitud. A Dios
nadie lo ha visto, pero lo podemos conocer viendo cmo acta en Jess. Por
eso, los cristianos afirmamos que Jess es la revelacin del Padre, es decir,
que a travs de Jess, viendo cmo acta Jess, podemos conocer cmo es
Dios.
Jess nos revel tambin lo que significa ser hombre. Cuando nos invita a
seguirle, no nos propone una vida inspida e incolora, sino que nos est
proponiendo el camino hacia la plenitud, a la autntica realizacin como
personas. Jess es la respuesta a todas las preguntas esenciales de la vida
humana, esas preguntas que nos enfrentan al misterio de la existencia y
que hoy evade la humanidad, porque si se las planteara con responsabilidad
y se atreviera a responderlas con sinceridad, tendra necesariamente que
cambiar de rumbo
20
de los bienes que El cre para todos, de modo que todos podamos gozar de
condiciones de vida dignas y encontrar la felicidad.
Ahora bien, si realmente creemos que Dios es Amor, creemos que todos
somos incondicionalmente amados por El y creemos que estamos llamados
a amar a Dios, a amarnos nosotros y amar a los dems, debemos
transformar el amor en servicio, en solidaridad, nuevo nombre de la
caridad. El amor es esencialmente accin. Es la fuerza dinmica del servicio
prctico. El que ama de verdad, no slo est dispuesto a darlo todo, sino
que est dispuesto a darse, y darse hasta la muerte, como lo hizo Jess.
Yo dorma
y soaba
que la vida era alegra.
Despert y vi que la vida era servicio.
Serv
Y vi que el servicio era la alegra.
21
1.3.1.-El camino de Jess es un caminar contracorriente.
Puede ser que nos consideremos seguidores de Jess, pero vayamos por
otros caminos distintos a los de El, caminos que no conducen a la vida, a
llenar la vida de sentido, sino que conducen a la muerte, a botar o
malgastar la vida. Hoy se nos proponen muchos caminos para encontrar la
plenitud, caminos atractivos, llenos de luces, de colorines, de promesas
seductoras, pero que no llevan al futuro nuevo, a sacudir la servidumbre del
esclavo. Puede ser que nos pase como a los apstoles que se empeaban
en impedir que Jess subiera a Jerusaln pues, ms que seguir a Jess,
queran que Jess les siguiera a ellos.
Tu camino no es recto
segn nuestra ingeniera.
Se tuerce de repente,
en medio de la noche,
en busca de una oveja perdida
en un callejn oscuro
de traficantes baratos.
10 Estos textos, as como gran parte de las ideas que estoy exponiendo en este apartado,
se las debo a las reflexiones dominicales del P. Galarreta y de Jos Antonio Pagola que
cada domingo me enva fielmente mi amigo y asesor espiritual P. ngel Martnez, El
Pjaro.
11 Benjamn Gonzlez Buelta ( 1991), La transparencia del barro. Ediciones MSC,
Santoa Domingo, pg. 58 y ss.:
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ni calendario de poltico.
Pierdes horas derramadas
en la frente de un asaltado
al borde del camino,
de un hombre cazado
por el ron y la amargura,
de un drogadicto adolescente
escapado de la casa,
que te obligan a cambiar
tu itinerario.
Tu camino no es ancho
como nuestras pistas de alta velocidad,
florecidas de marcas comerciales
como un nuevo paraso original,
multicolores serpientes publicitarias
y frutos para sentirnos como dioses,
y riesgos de exhibicin
que da vueltas sobre s misma
sin llegar a ninguna parte.
Tu camino es lento.
Avanzas con todo un pueblo,
con su cabeza endurecida
por esclavitudes programadas,
y sus miedos viejos
a sueos, espritus y amos
atados a los pies y la memoria.
No te olvidas de ningn grupo
perdido en los escondrijos
de los archivos y los mapas.
Tu camino es desconcertante.
Se pierde en caadas oscuras
donde apenas se oye el ruido
de tu cayado de pastor contra las piedras.
Baja a las galeras del carbn
en busca del minero silicoso,
se hunde en la noche de los contemplativos
atrapados en su celda inmvil.
23
Tu camino empieza nuevo
donde lo conocido acaba.
No vuelve hacia el ayer marchitado
de la belleza o del aplauso,
de la leccin sabida,
del hogar infantil,
de la placa de reconocimiento
en el lbum de la crnica social.
T eres el camino,
siempre delante,
huellas recientes de pies descalzos
de hombre pobre y mirada gratis,
gua libre, sin equipaje de lujo
ni marcas comerciales en la espalda.
En la historia, sigues con nosotros,
resucitado, ya llegaste.
Y como el centro de la rueda
convocas todos los rayos a tu encuentro
caminos diferentes y dispersos,
y al converger todos hacia ti
unos a los otros nos acercas.
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transforme la vida, que d fruto, que se traduzca en disposicin a cambiar,
en fuerza para seguir, en cercana a los dems.
Necesitamos orar mucho para ser fuertes, para llegar hasta las ltimas
consecuencias en el cumplimiento de la voluntad del Padre, como Jess.
Orar para saber qu nos pide Dios, cmo quiere que vivamos, para qu nos
necesita. La oracin debe consistir en dejar que Jess se aloje en nuestras
personas y que su proyecto, sus sueos y deseos, su vida entera, invadan
nuestros proyectos, sueos, deseos y toda nuestra existencia. Cuanto ms
se vive una oracin sencilla y humilde, ms se es conducido a amar y a
expresarlo con la vida. Una oracin que no mueva al servicio, que no se
traduzca en cercana con el prjimo, es una oracin estril. En vez de ser
una splica humilde y confiada o un dilogo amoroso con el Dios de Jess
para conocer sus pasos y tener fuerza para seguirlos, es un monlogo
narcisista con uno mismo. En vez de ser fuerza para actuar, es alienacin
que alimenta el individualismo y el descompromiso.
12 J. A. Pagola, Con las vctimas: Les mostr las manos y los pies. Comentarios al
Domingo 30 de Abril de 2006. Red Evangelizadora Buenas Noticias. Enviado por
correo electrnico por ngel Martnez.
25
Padre que ama a los pobres y perdona a los pecadores; alguien que se ha
solidarizado con todas las vctimas; alguien que, al encontrarse l mismo
con la persecucin y el rechazo, ha mantenido hasta el final su confianza
radical en Dios. La resurreccin de Cristo es pues, la resurreccin de una
vctimaEn la resurreccin no slo se nos manifiesta la omnipotencia
absoluta de Dios sobre el poder de la muerte. Se nos revela tambin el
triunfo de la justicia sobre las injusticias que cometemos todos nosotros. Por
fin y de manera plena, triunfa la justicia sobre la injusticia, la vctima sobre
el verdugo. Esta es la gran noticia: Dios se nos revela en Jesucristo como el
Dios de las vctimasDios est ah compartiendo hasta el final el destino
de las vctimas. Los que sufren han de saber que no estn sumidos en la
soledad radical. Dios mismo est en su sufrimiento. En la resurreccin, Dios
habla y acta para desplegar toda su fuerza creadora a favor del
Crucificado. La ltima palabra la tiene Dios. Y es una palabra de amor
resucitador hacia las vctimas. Los que sufren han de saber que su
sufrimiento terminar en resurreccin. La historia sigue. Son muchas las
vctimas que siguen sufriendo hoy, maltratadas por la vida o crucificadas
por los hombres. El cristiano sabe que Dios est en ese sufrimiento. Conoce
tambin su ltima palabra. Por eso, su compromiso es claro: defender a las
vctimas, luchar contra todo lo que mata y deshumaniza; esperar la victoria
final de la justicia de Dios.
Hoy sentimos que son indicadores de una vida cristiana aquellas actitudes
y comportamientos que van en consonancia con la lnea central del Mensaje
de Jess: la construccin de un mundo de fraternidad basado en la realidad
de que todos somos hijos de un Dios que nos quiere, y en consecuencia,
debemos esforzarnos por vivir como hermanos y construir un mundo donde
sea posible la fraternidad.
26
bueno, o eso que llamamos hombre de Dios, que con alguien que oculta
tras su vida de piedad, por muy grande que sea, un comportamiento poco
amable y carioso con los que le rodean.
27
II.- EL MAESTRO JESS
Jess fue reconocido como maestro por amigos, por extraos, por fariseos,
escribas y saduceos. De hecho, en los evangelios encontramos que as se le
llama en alrededor de sesenta oportunidades. Unas pocas citas bastarn
para confirmarlo:
- El maestro est all y te llama (Juan. 11, 28), le dice Marta a Mara
en el relato de la resurreccin de Lzaro.
El propio Jess se autodefini como maestro. Mateo nos cuenta que, en los
preparativos de la Ultima Cena, cuando los discpulos le preguntan Dnde
quieres que preparemos la comida de la Pascua?, Jess les contest:
Vayan a la ciudad, a casa de fulano y dganle: El Maestro te manda decir:
Mi hora se acerca y quiero celebrar la Pascua con mis discpulos en tu casa
(Mateo 26, 17-18).
28
Mara Magdalena cuando reconoce a Jess resucitado en su visita al
sepulcro vaco (Juan 20,16), y por el ciego de Jeric que le ruega a Jess
Rabboni, que vea (Marcos 10,51), es un modo ms enftico y solemne de
llamar a alguien Mi Maestro.
Para entender bien el gesto de lavar los pies con el que, momentos antes de
morir, quiere remachar sus enseanzas, es bueno saber que, en el mundo
bblico, el lavar los pies de otra persona se consideraba una acto tan
humillante que no se poda obligar ni a los propios esclavos. Por ello, se
explica bien la actitud del fogoso Pedro que se niega rotundamente a que
Jess se los lave: Jams me lavars los pies.Pero Jess le insiste que si no
te lavo, no podrs tener parte conmigo, es decir, no comprenders lo que
trato de ensearles en esta mi ltima gran leccin definitiva, ni podrs ser
en consecuencia un verdadero seguidor mo.
Juan nos sigue contando que cuando termin de lavarles los pies, se puso
de nuevo el manto, volvi a la mesa y les dijo: Comprenden lo que he
hecho con ustedes? Ustedes me llaman Maestro y Seor, y dicen bien,
porque lo soy. Pues si yo, siendo el Seor y el Maestro, les he lavado los
pies, tambin ustedes deben lavarse los pies unos a otros. Yo les he dado
ejemplo, y ustedes deben hacer como he hecho yo.
Est muy clara la leccin que Jess quiso darles a sus discpulos en este
momento culminante de su vida: Ser maestro es ponerse a los pies de los
discpulos. El camino del maestro es el del servicio y la entrega sin
condiciones, hasta la muerte.
El autntico maestro no debe usar el saber como poder sobre los dems,
sino para empoderar, para lavar cansancios y carencias, para hacer crecer
a los dems, para liberarlos de las cadenas que les oprimen.
29
pasiones, su mediocridad y sinsentido y ponerse a caminar las sendas de
su libertad. Educar debe ser, en consecuencia, un acto de liberacin, de
romper cadenas, de curar corazones rotos, de dar vida, de dar sentido a la
vida.
Jess se pone a lavar los pies y se identifica con el pan que alimenta y da
fuerzas, con el vino que alegra el corazn y propicia el entusiasmo. El pan y
el vino son los signos de su entrega, elegidos por l mismo. En palabras de
Galarreta:
30
inmenso poder para hacer justicia, para liberar al inocente, para defender
la vida. Prefiere ceder a los clamores del pueblo para no buscarse problemas
con Csar pues le gritan que si no condena a muerte a ese tal Jess, van a
acusarlo de colaboracionista. Es la utilizacin del poder en su propio
provecho, del poder que, en vez de liberar, oprime. Es la prctica tan comn
de tantos polticos que sufren del sndrome de Pilatos: se lavan las manos
ante los problemas, se callan ante las injusticias, ocultan su cobarda e
incoherencias con discursos o gestos elocuentes, hacen cualquier cosa
para no desmerecer ante sus superiores y jefes, pisotean la honestidad y la
justicia para conservar los fervores populares. Es tambin prctica comn
de muchos educadores, que incluso considerndose seguidores de Jess,
actan como Pilatos: se lavan las manos ante las injusticias para no
buscarse problemas.
Jess fue reconocido como maestro y, sin embargo, no estudi para ello
como los escribas. Los evangelios dejan en claro que sus contemporneos
se preguntaban admirados de dnde le vena esa especial sabidura, que
haca que la gente corriera a colgarse de sus palabras tan llenas de vida y
de esperanza. Juan nos especifica que los judos, admirados, decan:
Cmo puede conocer las escrituras sin haber tenido maestro? (Juan, 7,
15). Sus propios paisanos que lo conocan bien y saban que era
simplemente el hijo de Jos, el carpintero del pueblo, un simple carpintero
igual que su padre, desecharon sus enseanzas porque no estaban
avaladas por largos aos de estudios profesionales: Un da se fue a su
pueblo y ense a la gente en su sinagoga. Todos quedaban maravillados y
se preguntaban: De dnde le viene esa sabidura? Y de dnde esos
milagros? No es este el hijo del carpintero? Pero si su madre es Mara, y sus
hermanos son Santiago, y Jos, y Simn, y Judas! Sus hermanas tambin
estn todas entre nosotros, no es cierto? De dnde, entonces, le viene
todo eso? Ellos se escandalizaban y no lo reconocan (Mateo. 13,54-57.
Ver tambin Marcos..6, 2-3, y Lucas. 4, 22). De paso, este es un
extraordinario texto que comprueba la humanidad de Jess que creci y
vivi como un nio, joven y hombre normal, sin que se distinguiera
especialmente de los dems, lo que tumba todas esas imgenes de los
31
evangelios apcrifos que nos pintan a un nio Jess milagroso, haciendo
palomitas de barro que las soplaba y se echaban a volar.
En la sociedad en que vivi Jess, lo habitual era que la ocupacin del padre
pasara al hijo varn que aprenda desde pequeo y de un modo prctico, el
oficio del padre. Incluso un dicho rabnico sostena que quien no enseara
un oficio a su hijo, le enseaba a robar17.
Jess aprendi de Jos un oficio y, como todos los nios, antes aprendi en
el hogar a caminar, a hablar, a rezar, las costumbres y modales de la
poca. Podemos suponer que ayudaba a su madre Mara en las tareas del
hogar, a moler el trigo, a amasar la harina, a traer agua del pozo del
pueblo. Y como todo nio normal que iba creciendo en sabidura, en edad
y gracia (Lucas 2, 52), jug con los otros nios, se cay e hiri numerosas
veces, llor y ri, se disgust y se puso bravo en ocasiones, se enferm y
aprendi a leer, escribir y a conocer e interpretar la Tor, la Ley, en la
escuela de Nazaret.
No nos cabe la menor duda de que Jess fue un alumno aventajado, muy
receptivo y crtico de las enseanzas que reciba. Lo evidenciamos en la
32
actitud que tuvo entre los maestros del Templo en Jerusaln durante la
peregrinacin que hizo siendo todava un nio de doce aos, cuyos
comentarios y preguntas dejaron asombrados a los maestros profesionales:
Al tercer da lo hallaron en el Templo, sentado en medio de los maestros de
la Ley, escuchndolos y hacindoles preguntas. Todos los que le oan
quedaban asombrados de su inteligencia y de sus respuestas (Lucas 2, 46-
47).
Pero sin duda alguna la verdadera escuela de Jess fue el hogar, y sus
padres, Jos y Mara fueron sus verdaderos maestros. Lo mejor que le pas a
Jess en toda su vida fueron Jos y Mara. De ellos no slo aprendi, como
ya dijimos ms arriba, un oficio y los aspectos religiosos y culturales del
pueblo judo de su poca, sino que experiment tal piedad, tal confianza, tal
seguridad, tal cario y cercana que de ellos aprendi a sentir y llamar a
Dios como Abb, Papito-Mamita querido(s).
33
terminaba de comprender muchas cosas. Como la respuesta de Jess,
cuando por fin lo encontr en el templo despus de tres interminables das
de bsqueda angustiosa, cuando tuvieron que regresar a Jerusaln al
descubrir que no estaba en la caravana con los que volvan a Nazaret: Al
tercer da lo hallaron en el Templo, sentado en medio de los maestros de la
Ley, escuchndoles y hacindoles preguntas. Todos los que le oan
quedaban asombrados de su inteligencia y sus respuestas. Sus padres se
emocionaron mucho al verlo; su madre le deca: Hijo, por qu nos has
hecho esto? Tu padre y yo hemos estado muy angustiados mientras te
buscbamos. l les contest: Y por qu me buscaban? No saben que yo
debo estar donde mi Padre?. Pero ellos no comprendieron esta respuesta.
Jess entonces regres con ellos, llegando a Nazaret. Posteriormente sigui
obedecindolos. Su madre, por su parte, guardaba todas estas cosas en su
corazn (Lucas, 2, 46-51).
Guardaba todas esas cosas en el corazn, las rumiaba y meditaba, para ser
enteramente fiel a los planes de Dios, aunque supusieran que una aguda
espada de dolor atravesara su corazn como le haba anunciado Simen
cuando presentaron al nio en el templo (Lucas 2, 22-35).
Nuca nadie estuvo tan cercano a Jess como Mara, su madre: lo acun en
sus brazos, calm sus rabietas y su llanto, lo aliment con la leche de sus
pechos, lo bes miles de veces, lo limpi, pas noches en vela junto a su
cama cuando estaba enfermo, lo ense a hablar, comer y caminar Fue
guiando y apuntalando su crecimiento corporal y espiritual, lo acompa en
su misin y en sus proyectos, y bebi hasta el borde la copa del sufrimiento
cuando acompa su muerte cruenta y especialmente dolorosa en la cruz,
en medio de las risas y burlas de muchos de los que antes lo haban seguido
y admirado.
Mara,
tu hijo puso a prueba tu corazn de madre.
Te envolvi en la noche, en la bsqueda,
en el miedo de perderlo.
Y tu hijo ahond el manantial de tu ser
hasta encontrarlo en las cosas de su Padre.
Tu pregunta era angustia de tres das.
Tu corazn no poda vivir sino all,
donde estaba tu tesoro.
T te sorprendes ante lo que ves,
y no entiendes.
Y escuchas y guardas su respuesta
cuidadosamente.
Por qu no sabas que aunque era tuyo,
le perteneca con ms intensidad al Padre?
Por qu no sabas que Dios tiene caminos
19 Emilio L. Mazariegos y Antonio Botana (1988), Orar a pie descalzo. Centro
Vocacional La Salle, Valladolid, pgs. 216 y 220.
34
que no son los de parientes y conocidos?
T conservabas da a da en lo ntimo
su progreso en sabidura, en estatura y en gracia
ante Dios y los hombres.
Y t crecas con su ritmo, en el silencio,
como el trigo en las noches de invierno, en el surco,
hecho hierba callada.
Mara,
de pie junto a la cruz de Jess, tu hijo.
Roca clavada en el monte.
Altar labrado en piedra, una a una.
Mrtir de la nueva Pascua.
Testigo del paso hacia el Padre,
rasgando tiniebla pesada.
Firme, cuando las piedras se abren,
cuando el viento, la lluvia, resbalan
sobre la carne hecha girones,
como el velo del templo, rasgada.
Eres casa erguida en la roca,
enfrentando la furia de las aguas.
Eres dolor apiado en racimo,
como espiga en la besana.
Seora que espera el da
de la primera maana.
Seora, Madre de Cristo,
de la arena liberada.
Eres fiel como la hoja
agarrada a cada rama
esperando flor y fruto,
esperando ser cortada.
35
Si un nio vive con hostilidad
aprende a pelear.
Si un nio vive avergonzado
aprende a sentirse culpable.
Si un nio vive con tolerancia
aprende a ser tolerante.
Si un nio vive con estmulo
aprende a confiar.
Si un nio vive apreciado
aprende a apreciar.
Si un nio vive con equidad
aprende a ser justo.
Si un nio vive con seguridad
aprende a tener fe.
Si un nio vive con aprobacin
aprende a quererse.
Si un nio vive con aceptacin y amistad
aprende a hallar amor en el mundo.
Por otra parte, hoy est en grave crisis la clsica familia patriarcal, en la que
el padre era el que sala a trabajar y traa el dinero, y la madre se quedaba
cuidando a los hijos en la casa. Cada vez es ms comn y frecuente que
trabajen los dos, que retrasen lo mximo la llegada de los hijos, y hasta son
cada vez ms frecuentes los matrimonios dink (double income, no kids:
ingresos dobles y sin hijos).
En nuestros das, los hijos crecen ms solos que nunca, tal vez con
celulares desde que aprenden a hablar, pero sin verdadera comunicacin
con sus padres y casi sin amigos con quienes jugar pues la inseguridad nos
ha robado las calles, los parques, los sitios de esparcimiento y diversin.
Por otra parte, cada vez son ms frecuentes las rupturas o la desintegracin
familiar, y los nios crecen en un ambiente de gran precariedad afectiva,
con padres ausentes (fsica o afectivamente) y con frecuencia, que han
perdido por completo su autoridad y el control social. La pobreza, miseria,
insalubridad e inseguridad en que muchos se levantan agudiza la sensacin
de soledad y de abandono, favorece un ambiente de confusin, e impide el
discernimiento moral de lo que es correcto o incorrecto, de lo que es legal o
legtimo. Muchos presencian actos violentos en el hogar y hasta sufren de
abusos fsicos o sexuales, que les llevan a considerar la violencia como un
medio apropiado para resolver los problemas.
36
Un matrimonio joven entr en una tienda de juguetes. Durante un largo rato
estuvieron mirando sin decidirse por ninguno. Su hijita tena todo tipo de
muecas, casitas, cocinitasAl verlos tan indecisos, se acerc una
empleada y les pregunt sonriendo:
-Puedo ayudarles?
-Mira le empez a contar la mujer- tenemos una nia muy pequea que,
como trabajamos los dos, se la pasa casi todo el da sola en la casa.
-Es una pequea que, a pesar de que prcticamente tiene todos los
juguetes que estn expuestos aqu, apenas sonre continu el hombre-.
Quisiramos saber si existe algo, sin importar lo que cueste, que la haga
feliz, que le d alegra, con lo que pueda jugar largos ratos sin aburrirse.
-Lo siento sonri la empleada con gentileza-. En esta tienda no vendemos
padres20.
Los nios y jvenes de hoy crecen cada vez ms solos frente al televisor y
los aparatos electrnicos que son en realidad los que terminan educndolos.
La televisin, en especial, se ha apropiado del tiempo de nios y de jvenes,
que cada vez se dedican menos, sobre todo ante la inseguridad de la calle,
a actividades ldicas y recreativas. La televisin se ha convertido en el
centro de socializacin, sobre todo de los nios y jvenes pobres, no slo
por el tiempo que le dedican (el doble de horas del que pasan en la escuela,
si es que van a ella), sino tambin por el proceso de homogeneizacin
cultural basado en el consumismo y la violencia.
20 Ver Antonio Prez Esclarin (1998), Parbolas paras vivir en plenitud. San Pablo,
Caracas, pg. 49.
21 Ver J. Martn Barbero (2002) Jvenes, comunicacin e identidad, Pensar
Iberoamrica, Revista de Cultura, N. 0, Febrero, Organizacin de Estados
Iberoamericanos.
22 Ver P. Bourdieu (2000) , La dimensin masculina, Anagrama, Barcelona.
23 Cf. Neil Postman (1994), The disappearance of childhood. Vintage, New York
37
desaparecer la infancia. Antes, los nios no tenan acceso a cierta
informacin adulta relacionada con el sexo, la violencia, el poder, la
competencia, el sufrimiento, la muerteHoy, la televisin no esconde nada
a los nios pues levanta el velo que ocultaba los secretos que separaban la
niez de la adultez. La irona est en que, mientras la televisin acaba con
la infancia, infantiliza a los adultos. En palabras de Bruckner 24, la nueva
meta de la sociedad actual es no llegar nunca a ser adulto. El nio se
convierte en nuestro dolo, una especie de pequeo dios domstico, al que
todo le est permitido. El nuevo lema de la actual cultura parece ser: Exige
todo, no renuncies a nada, echa siempre la culpa a otro de lo que te pasa.
Es una cultura que defiende la libertad sin responsabilidad, que evade el
esfuerzo, la exigencia, el cultivo de la voluntad. Cultura que invita a la
inmadurez permanente.
Por todo esto, es urgente que los padres recuperen su papel de primeros y
principales educadores de sus hijos. Si Dios se sirvi de ellos para dar la
vida, sigue necesitndolos para que esa vida crezca plena y pueda
desarrollar todas sus potencialidades. Por ello, no slo deben alimentar su
cuerpo y velar por satisfacer sus necesidades bsicas de comida, salud,
vivienda, educacin, sino que tienen que alimentar su corazn, sus
sentimientos, su voluntad y carcter, su espiritualidad.
No es fcil hoy ser padre o madre y nadie prepara para ello. Su misin est
llena de contrastes en apariencia irreconciliables: han de saber comprender,
pero tambin exigir; respetar la libertad de los hijos, pero a la vez guiarlos y
corregirlos; ayudarles en las tareas, pero sin hacrselas ni evitarles el
esfuerzo formativo y la satisfaccin que lleva consigo su realizacin
38
No basta engendrar o parir para ser sin ms padre o madre. Uno se hace
padre o madre por las relaciones de amor que es capaz de anudar con sus
hijos. Hay que emprender, con coraje y determinacin, el lento proceso de
llegar a ser padre o madre, esforzndose por vivir de tal modo que los hijos
puedan asomarse en ellos a la bondad infinita de un Dios, Abb, Padre-
Madre.
Para llegar a ser padres es necesario, como nos plantea Moingt 25 distinguir
entre el acto genital de la procreacin y el acto de paternidad y de
maternidad, que es de naturaleza relacional, relacin con el nio, una
relacin que tiene su origen en la mutua relacin de los padres, no en el
acto fsico de la procreacin como tal, sino en la relacin amorosa. Los
genitores tienen que convertirse en padre y madre, aprender a llegar a
serlo, a medida que anudan con el nio unas relaciones de amor, de
libertad, de palabra, unas relaciones que exigirn de ellos, para empezar, la
renuncia a apropiarse y a poseer al nio como un objeto que ellos hubieran
fabricado.
Para llegar a ser autnticos padres, hacen falta tres cosas esenciales:
Querer a los hijos, que los padres se quieran, y ensear a los hijos a
querer.
Lo importante no es decir que uno quiere mucho a los hijos, sino que ellos
se sientan queridos. Pero no olvidemos nunca que querer no es consentir ni
sobreproteger, sino ayudarles a madurar, a salir del nido materno y
emprender el vuelo de su libertad. Por ello, el amor verdadero abraza, pero
no retiene. Hay madres superprotectoras, que nunca terminan de cortar el
25 J. Moinngt (1995), El hombre que vena de Dios. Descle de Brower, Bilbao, II,
273.
26 Ver Toms Melendo Granados, Educar al nio y al adolescente y Diez principios
y una clave para educar correctamente, en revista virtual Arbil, Anotaciones de
Pensamiento y Crtica, Nos. 97 y 99, www.masterenfamilias.com, Zaragoza.
39
cordn umbilical de los hijos y padres excesivamente consentidores que, en
consecuencia, no permiten que los hijos crezcan.
Querer y respetar a los hijos supone aceptarlos como son, con sus
cualidades y sus fallas, sabiendo que as los quiere Dios y ayudndoles
siempre a superarse. De ah que los padres deben valorar ms los esfuerzos
que los logros y nunca deben comparar a un hijo con sus hermanos o con
los hijos de otros, pues cada persona es nica e irrepetible y se le debe
ayudar a que sea ella, no a que sea como los dems. S es conveniente que
los padres conozcan quines son los amigos de sus hijos, a dnde salen, de
modo que los ayuden a evitar amistades peligrosas que pueden
introducirlos en el mundo de la delincuencia o de las drogas.
Hoy cada vez tenemos menos tiempo para escuchar, para conversar y para
compartir, para regalarnos, para regalar nuestro tiempo, ms que para
regalar cosas:
-No, no es una tarea de la escuela. Soy yo quien quiero saber cunto ganas,
pap.
El hijo le segua rogando con los ojos. Su agudo inters desarm al padre.
40
-Gano muy poco, hijo mo. Apenas nos alcanza para sobrevivir. Estoy
ganando unos ochocientos mil bolvares al mes.
-Duermes, hijo?
-Tengo ahorrados otros dos mil bolvares. Con los tuyos, suman cuatro mil.
Me podras vender una hora de tu tiempo? 27
UN NUDO DE AMOR28
41
su hijo todava dorma. Cuando regresaba del trabajo era muy tarde y el
nio ya estaba acostado. Explic, adems, que el trabajo le era muy
necesario para mantener a la familia.
Este relato nos hace reflexionar sobre las numerosas formas que tenemos
las personas para comunicarnos, si en verdad lo deseamos. Aquel padre
encontr su forma, que era simple pero eficiente. Y lo ms importante es
que su hijo perciba, a travs del nudo afectivo, lo que su pap le estaba
expresando. Algunas veces nos preocupamos tanto con la forma de decir las
cosas que nos olvidamos de lo principal, que es la comunicacin a travs del
sentimiento.
42
puntos de vista personales. Vivimos en una sociedad llena de ruidosPero
adems, parece que no sabemos vivir sin ruidos y nos inquieta el silencio:
necesitamos poner msica o salir donde haya ruido para no sentirnos solos,
o para olvidar nuestras preocupaciones e inquietudes, las cuales sentimos
con ms fuerza cuando no hay ruidos. Adems de los ruidos externos,
tambin tenemos ruidos internos: tensiones, problemas, inquietudes, tareas
pendientes. Para escuchar activamente a los dems es necesario hacer
callar esas voces internas y evitar tambin que los ruidos externos
interfieran el mensaje que nos transmite el otro. Para ello es muy
importante estar atentos a las necesidades del otro y buscar un lugar
adecuado para escuchar.
Ojal que todos los padres fueran capaces de acallar los ruidos externos y
sus ruidos internos, para escuchar atentamente la voz de este hijo que se
dirige en una carta a todos los padres del mundo 30:
No me grites.
Te respeto menos cuando lo haces;
y me enseas a gritar a m tambin.
Y yo no quiero hacerlo.
43
no me exijas que te diga el por qu lo hice.
A veces, ni yo mismo lo s.
Y quireme. Y dmelo.
A m me gusta ortelo decir,
aunque t no creas necesario decrmelo.
Para educar bien a los hijos es fundamental que los padres se quieran. La
mejor herencia que podemos dejar a nuestros hijos es el recuerdo de unos
padres unidos y que se amaban profundamente.
Un acto de mutuo amor y entrega concibi al hijo que, para crecer sano y
bien equilibrado, va a necesitar de muchos otros actos de mutuo amor. No
olvidemos nunca que el matrimonio es un caminar juntos, un construir con
el otro un proyecto en comn, donde uno encuentra la felicidad haciendo
feliz al otro31.
El tiempo es para el amor como el viento para el fuego: apaga las llamas
pequeas y agiganta los grandes incendios. Como los buenos vinos, los
amores verdaderos se van aejando y perfeccionando con el tiempo.
31 Ver Antonio Prez Esclarin (2004), Educar para humanizar, Narcea, Madrid, y
Estudios, Caracas, pgs. 81 y ss. Ver tambin, Decide tu vida, elige ser feliz. San
Pablo, Caracas, pgs. 150 y ss.
44
Es necesario seguir siempre enamorando a la persona amada. Es muy
importante que, ante la presencia de cualquier problema o dificultad que
nunca faltarn, los esposos conversen, que no dejen de comunicarse nunca,
que se dispongan siempre a enfrentar juntos los conflictos con apertura y
buena disposicin, de modo que el amor salga de ellos robustecido. La
calidad de un matrimonio no se determina por si tiene o no conflictos, sino
por el modo en que los resuelve. El mejor regalo que un cnyuge puede
darle al otro es esforzarse cada da por ser mejor. As, adems, ir poniendo
cimientos cada vez ms slidos al edificio del amor.
El amor entre esposos es un amor sexuado que busca la totalidad del otro,
que une eros y gape, y vive intensamente, como don y como regalo
recibido, una sexualidad que es encuentro gozoso de los cuerpos y dilogo
profundo de los corazones. Cuando en el Gnesis se nos revela, en ese
hermoso mito de la creacin, cmo suea Dios a la humanidad, nos muestra
a un hombre y una mujer hechos ambos (Gnesis, 1,27) a su imagen y
semejanza. Se nos revela un ser creado como comunidad sexuada, como lo
igual en la diferencia 32. El hombre es un ser incompleto, en camino para
encontrar en el otro su parte complementaria para su integridad; slo en
comunin con el otro sexo puede considerarse completo: Por eso el
hombre deja a su padre y a su madre para unirse a su mujer, y pasan a ser
una sola carne (Gnesis 2, 24) De ah la necesidad de liberar la sexualidad
de la banalizacin y la animalizacin que imperan con tanta fuerza en
nuestros das, para recuperar su profundo sentido integrndola al amor. Hay
que educar la sexualidad como donacin de s mismo y aceptacin de la
totalidad de la persona amada. Se trata de convertir cada relacin sexual en
una comunin amorosa: entrega absoluta, danza, arte, creatividad, ternura
y fuerza, suprema expresin de la belleza.
Quien ama de verdad sabe que el ser humano siempre es alguien, no algo.
La persona humana no se puede utilizar nunca como un objeto o como una
mercanca. El sexo no se alquila, ni se vende, ni se compra, porque el ser
humano es alguien, no algo. La sexualidad se vive desde la intimidad de la
persona, que busca manifestar al otro, en una entrega total y libre, a travs
de su cuerpo, el amor.
32 Ver Emma Martnez Ocaa (1997), Espiritualidad laical: Recordando sus races,
soando un futuro nuevo. Fe y Justicia, N. 3, Quito, Pg. 84 y ss. Ver tambin la
encclica de su Santidad Benedicto XVI Deus caritas est.
45
Nieves Garca nos recuerda 33 cmo Dana Reeve, esposa del fallecido actor
Christopher Reeve, ms conocido como Superman, salt al mundo de las
esposas ejemplares el da en que Christopher sufri una cada de caballo
que lo dej tetrapljico para el resto de sus das:
El superman que surcara en las pelculas los cielos con su capa roja, qued
atado a una silla de ruedas. Los mdicos hicieron por l lo posible, pero el
resultado fue inevitable. Christopher Reeve quedaba tetrapljico,
condenado a una silla de ruedas y sin movilidad en su cuerpo excepto la
cabeza, incluso sin control sobre sus movimientos respiratorios, por lo que
tena que permanecer conectado a un respirador artificial. Libremente
atada a esa misma silla, quiso quedar Dana que demostr con la vida
que el amor es ms fuerte que el sufrimiento y mostr cmo el amor se
hace real en los momentos en el que amado necesita de fidelidad.
46
Dana fue muy exigente con l. En orden a la entrega esperaba de l, todo.
An sigues siendo t, te quiero y te necesito, fueron las palabras que
le susurr al odo, cuando ambos conocieron la gravedad de su situacin. El
mismo actor confes que el recuerdo de ellas le salv de pensar en el
suicidio, como una salida a su desesperacin inicial. an sigues siendo
t Somos un cuerpo, pero no slo un cuerpo. La fuerza para vivir no slo
proviene del estado fsico, sino de esa realidad misteriosa que llamamos
espritu humano.
Amar supone entrega, pero tambin, como un gran hombre escribi, implica
exigencia, porque no exigir del ser amado que sea lo mejor, es indiferencia,
lo contrario al amor. En el acto de donacin a otro, cunto ayuda encontrar
un alguien que espera de nosotros cario y atencin. Nos ayuda a
sentirnos tiles e importantes para alguien. Tener la suficiente humildad
para dejarse amar, para acoger la entrega y los detalles del otro. Esta es la
clave del amor a largo plazo. Ambos cuentan en la donacin.
Lo mejor que los padres pueden hacer por sus hijos es ensearles a amar,
pues slo el amor posibilita la plena realizacin humana. La falta de amor y
la incapacidad de amar producen frustracin, agresividad, resentimiento,
angustia. Nunca pesa tanto un corazn como cuando est vaco, ni hay peor
sufrimiento que la soledad.
47
Corazn alegre, que vive cada momento como una maravillosa aventura y
es capaz de vivir en la fiesta permanente de la entrega y el servicio tratando
de hacerse hermano de todos y de ser un regalo para los dems. Corazn
generoso, agradecido, amable, fuerte y tierno al mismo tiempo. Corazn
audaz, terco, capaz de sacrificio, de abnegacin y esfuerzo, pero tambin
sencillo y humilde. Corazn compasivo, con las puertas abiertas, donde los
necesitados pueden encontrar cobijo, afecto, calor de vida. Corazn amante
de la libertad que se esfuerza da a da por responsabilizarse de sus actos y
por liberarse de todas las dependencias y ataduras que le impiden alcanzar
su plenitud.
Slo el que ama verdaderamente podr ser libre y slo los libres son
capaces de amar. Libre es la persona que vive comprometida en la
conquista de s misma; sabe que el ser humano es tarea y aventura, y por
ello es capaz de vivir toda experiencia y relacin de un modo pleno y
enriquecedor. Por ello, demuestra una actitud responsable frente al
noviazgo, la sexualidad, el matrimonio, la paternidad, la maternidad. La
persona verdaderamente libre entiende su libertad como proceso de
liberacin. Por eso, es capaz de indignarse ante los atropellos e injusticias y
combate toda dependencia, toda dominacin que impiden la libertad y el
desarrollo integral de los dems.
Como conclusin, para insistir una vez ms en los peligros de que los padres
no asuman con humildad y entereza su papel de primeros e irrenunciables
educadores de sus hijos, vamos a tomar de la revista Autogestin, el
declogo Cmo hacer delincuentes, redactado por la polica de
Washington, tras realizar una serie de estudios basados en su abundante
experiencia en la delincuencia juvenil:
4.-No le reprenda nunca ni le diga que algo de lo que hace est mal. Podra
crearle complejos de culpabilidad.
6.-Djele leer todo lo que caiga en sus manos (o navegar por todas las
pginas de Internet que le provoque aadiramos nosotros). Cuide de que
sus platos, cubiertos y vasos estn bien esterilizados, pero deje que su
mente se llene de basura.
48
7.-Dispute y pelee a manudo con su esposo/a en presencia del nio. As no
se sorprender ni sufrir demasiado el da en que la familia quede
destrozada para siempre.
8.-Dle todo el dinero que quiera gastar, no vaya a sospechar que para
disponer de dinero hay que trabajar.
Si el hogar fue la primera gran escuela de Jess, es evidente que la vida fue
tambin para l una excelente maestra., y hasta podramos afirmar que se
hizo maestro en la escuela o la universidad de la vida. El trabajo y la vida,
el contacto con todo tipo de gente, le ensearon a descubrir y valorar la
profunda sabidura de los simples y sencillos, y a despreciar y rechazar
todos esos estudios y ttulos que se utilizan para oprimir y creerse superior
a los dems.
Conoci muy bien los rituales y celebraciones, los problemas familiares con
la reparticin de las herencias, las leyes y formas de gobierno, y sobre todo
la condicin de marginacin y exclusin social a que eran condenados los
enfermos (ciegos, mudos, epilpticos, endemoniados, leprosos, etc.) y las
condiciones de explotacin e injusticia a que eran sometidos los pobres,
campesinos y asalariados por parte de los ricos y poderosos; conoci la
49
explotacin sufrida por las viudas hasta quitarles lo poco que tenan para
vivir y todo cubierto con un ropaje religioso (Marcos 12, 38; 13,4); saba de
la situacin de opresin a que era sometida la mujer en una sociedad
patriarcal.
Fue, sin embargo, en la oracin donde Jess fue adquiriendo esa especial
sabidura que hara de l el Maestro extraordinario que sedujo a las
multitudes, porque nunca nadie haba hablado como l. La sabidura que
Jess posea no vena de los estudios y los ttulos, sino que vena de Dios,
que oculta las cosas importantes a los sabios y prudentes y las revela a los
pequeos (Mateo 11, 25). Por eso, slo l tiene palabras de vida eterna
(Juan 6, 68), y las palabras que Jess comunica son espritu de vida (Juan
6,63); slo El es el Camino, la Verdad y la Vida (Juan 14,6))
50
En ntima comunin con Dios-Abb, animar a sus discpulos a que invoquen
a Dios de este modo e ir comprendiendo que su voluntad es que vivamos y
nos tratemos como hermanos, hijos de un mismo Padre. Entender
tambin que su doctrina no era suya, que era del Padre, que hablaba por su
boca. El era slo un enviado, elegido por el Padre para manifestarse en El a
los hombres:
51
A) Cambiar de Dios: Del Dios Justiciero, a Abb
El Dios de Jess es el Pap-Mam del Hijo Prdigo (Lucas 15, 11-32): Todos
conocemos bien la historia. Un padre tena dos hijos. Un da, el hijo menor
pide su herencia y se aleja de la casa paterna en busca de la felicidad. La
busca donde lo hace todo el mundo, por creer que all se encuentra: en el
dinero, en el placer, en el consumo, en el poderCuando se queda solo y
sin dinero y empieza a pasar hambre y necesidades, echa de menos el
hogar paterno, la seguridad y la comida, y ms por inters que por
arrepentimiento, decide volver a la casa y rogarle al padre que lo reciba
como un jornalero ms. Al hijo menor, que no conoce al padre, ni le pasa por
la cabeza que lo est esperando ansiosamente, con los brazos abiertos,
para recuperarlo a su plenitud de hijo.
Tampoco el hijo mayor conoce al Padre. Por eso se niega a entrar en la casa
cuando se entera que ha vuelto su hermano y el padre, en vez de castigarlo,
ha ordenado celebrar una fiesta. Piensa que el padre es injusto con l al
ser tan misericordioso con el hermano menor que se fue de la casa y
malgast la herencia. No entiende ni comparte tanta bondad. Si el padre
fuera justo castigara al hijo menor y le premiara a l que siempre mantuvo
una conducta intachable.
52
El hijo mayor no se fue, pero nunca estuvo dentro. Cuando el menor ya
estaba dentro, en la fiesta con el padre y con los dems, se neg a entrar.
l no poda comer con pecadores ni, por lo tanto, con su padre. Estaba lejos
del Padre, incluso ms lejos que el hermano menor. Porque la puerta para
entrar al Padre es el hermano.
53
Lo verdaderamente incomprensible es que los cristinos no terminemos de
aceptar al Dios Maternal de Jess. Por ello no superamos esa religin
ritualista, contractual, ni nos abrimos en serio a la novedad increble del
mandamiento nuevo del amor. Si Dios es Amor, nuestra nica respuesta slo
puede ser el amor. Si creo en que Dios es Padre de todos, que busca nuestro
bien y felicidad, mi respuesta no puede ser otra que hacerme hermano de
los dems y trabajar sin descanso para lograr el bien y la felicidad de los
hermanos. Dios me necesita en sus otros hijos. Yo puedo ser la boca de Dios
para dar una palabra de consuelo al afligido, las manos de Dios para ayudar
al que lo necesita, el corazn de Dios para amar a todos. La religin que le
agrada al Padre es que vivamos como hermanos, que compartamos el pan,
que combatamos las injusticias, que nos perdonemos y queramos. Se trata,
ms que de ofrecer sacrificios, de ofrecerse uno, de vivir como un regalo
para los dems.
54
y me vistieron. Estuve enfermo y fueron a visitarme. Estuve en la crcel y
me fueron a ver (Mateo 2, 35-36).
La fe sin obras, sin amor servicial, no sirve de nada. Creer en Dios es actuar
como Jess que pas la vida haciendo el bien. Lo importante no es en qu
Dios creemos, sino a qu Dios servimos. Y Dios se oculta y manifiesta en los
dbiles, los explotados, los rechazados, los enfermos, los necesitados. Todo
ser en situacin de exclusin es presencia del mismo Dios. El antiguo dicho
de misericordia quiero y no sacrificios (Mateo 9, 13, citando a Oseas 6,6)
culmina en esta espectacular afirmacin: servir a Dios es servir al prjimo;
no hay otra manera de servir a Dios que servir al prjimo. Y esto se subraya
con la repeticin en negativo de la misma afirmacin: no servir al prjimo es
no servir a Dios (Mateo 25, 42-43).
Frente a la terrible crisis de valores que vivimos hoy, Jess nos propone un
rearme moral, un cambio radical en la escala de valores: el egosmo debe
ser sustituido por la solidaridad, la violencia por la mansedumbre, el
55
consumismo por la austeridad, la exclusin por la inclusin. No
derrotaremos la corrupcin, que actualmente corroe la entraa de la
sociedad, con corazones apegados a la riqueza y el tener; no construiremos
participacin y democracia con corazones vidos de poder; no
estableceremos un mundo fraternal con corazones llenos de odio y de
violencia.
Felices los que eligen ser pobres, es decir, los que no tienen el corazn
apegado al dinero ni a las posesiones, riquezas o cargos de poder y de
prestigio; los que conocen el gozo de caminar por la vida sin sentirse
esclavos de las cosas; los que eligen vivir con austeridad y sencillez, sin
derroche, sin esclavizarse al consumismo ni a las modas; los que estn
dispuestos a compartir en todo momento lo que son y lo que tienen; los
liberados de ataduras e identificados con los ltimos; los pobres con
espritu, es decir, los que se esfuerzan por combatir la miseria que
deshumaniza a los hermanos, los que no aceptan un mundo que excluye y
margina a las mayoras y trabajan por cambiarlo; los que reconocen que
todo lo que tienen es don, es regalo, y por ello son capaces de agradecer,
dar y recibir con humildad. Con los pobres, contra la pobreza. La pobreza, y
ms la miseria, son antievanglicas, se oponen a los planes de Dios de que
todos vivamos dignamente.
Felices los que lloran y tienen hambre y sed de justicia: es decir, los
que no aceptan tanto dolor, tanto sufrimiento; los que se solidarizan con los
perdedores, con las vctimas de la injusticia, la explotacin y la exclusin;
los que hacen suyo su dolor, no claudican ante l y se esfuerzan por
combatirlo y eliminarlo; los que empean sus vidas en ayudar a bajar de la
cruz a tantos inocentes; los que trabajan sin descanso porque reine en el
mundo la justicia, raz de la paz verdadera.
56
Felices los mansos, los misericordiosos, los compasivos, los limpios
de corazn: es decir, los que tienen el corazn en paz, los que no guardan
rencor, los que miran a los dems sin prejuicios ni malas intenciones y son
capaces de verlos como hermanos; los que combaten el machismo, las
relaciones autoritarias en el trabajo, la poltica, el hogar (muchos
revolucionarios que andan atacando al imperialismo y su violencia, la
reproducen en sus casas, sus partidos, sus relaciones); los que viven en
armona con la naturaleza y trabajan por convertir la tierra en una casa
habitable para todos; los que son capaces de perdonar y amar a todos,
incluso a los enemigos, porque no los ven como enemigos, sino que los ven
como hermanos; los que no devuelven mal por mal, no son vengativos, ni
buscan aplastar o humillar al diferente; los que defienden los derechos de
todos hasta el punto de estar dispuestos a perder todos los suyos; los que
trabajan por un mundo mejor sin recurrir a la violencia.
Como ha escrito Csar Grijales, Por fidelidad a su fe, Jess no empua las
armas de los rebeldes ni predica una insurreccin armada, ni apoya las
armas del imperio, ni las del rey Herodes, ni las de los sumos sacerdotes.
Por ello, no tiene hombres armados que lo acompaen y defiendan, cuando
uno de los suyos arremete con la espada a uno de los que lo arrestan lo
reprende, y pide que guarde su arma. El, hombre de paz, constructor de
paz, desarmado y sin violencia, se sorprende que vengan con palos y armas
a arrestarlo. Estaba desarmado en un mundo violento, habitado por el amor
en una tierra sembrada de odio (Mateo 26,50).
57
La muerte de Jess es la muerte del inocente, del pacfico, del desarmado y
del pacifistaJess muere como rebelde poltico aunque no haba
organizado una sublevacin contra el Imperio; muere porque las
autoridades judas no podan soportar su forma de vivir y sus palabras que
cuestionaban el orden social, poltico y religioso, aunque su vida entera
estuvo al servicio de las personas, aunque pas por la vida haciendo el bien,
como dice Pablo.
36 Csar Grajales Hincapi (1997), Laico y Paz: Tras las huellas de una Iglesia
pacifista. Fe y Justicia, N. 3, Quito, pgs. 150 y ss.
58
Bastarn algunas pocas frases del propio Gandhi para asomarnos a la
hondura de su pensamiento:
No hay camino para la paz. La paz es el camino. Ojo por ojo y todo el
mundo acabar ciego. La violencia es el miedo a los ideales de los
dems. Lo mismo que un rbol tiene un solo tronco y muchas ramas,
tambin hay una sola religin verdadera y perfecta, diversificada en
numerosas ramas. Si miras las ramas, vers muchas religiones. Mira el
tronco!. No me gusta la palabra tolerancia, pero no encuentro otra mejor.
El amor empuja a tener, hacia la fe de los dems, el mismo respeto que se
tiene por la propia. La humanidad no puede liberarse de la violencia ms
que por medio de la no-violencia. Para una persona no violenta, todo el
mundo es su familia. Corrern ros de sangre antes de que conquistemos
la libertad, pero esa sangre deber ser la nuestra. La fuerza no proviene
de la capacidad fsica, sino de la voluntad indomable. Vive ms
sencillamente, para que otros puedan sencillamente vivir. No hay vida
donde no est presente el amor. La vida sin amor conduce a la muerte. El
amor y la verdad representan dos caras de la misma monedaEstoy seguro
de que por medio de estas dos fuerzas se puede conquistar el mundo
entero. La verdadera educacin consiste en obtener lo mejor de uno
mismo. La no-violencia y la cobarda son trminos contrarios. La no-
violencia es la mayor virtud, la cobarda es el mayor vicio. La no-violencia
siempre sufre, la cobarda provoca sufrimiento. La no-violencia perfecta es
la mayor valenta.
Felices los que trabajan por la paz y son perseguidos por ello y por
ser fieles a Jess: Los que no aceptan una falsa paz, levantada sobre la
exclusin, la desigualdad, y la injusticia y dedican su vida a construir la
civilizacin del amor, aun a riesgo de no ser comprendidos y ser
calumniados y perseguidos por ello. Felices los valientes que luchan por una
sociedad mejor para todos, y no claudican ante las amenazas y
persecuciones de los poderosos, que no quieren que el mundo cambie para
seguir disfrutando de sus privilegios. Felices los que no se avergenzan de
mostrarse como discpulos de Jess y se esfuerzan por seguirle con
radicalidad, testimoniando de palabra y de vida su fe.
59
Lucas (6, 24-26) completa las bienaventuranzas con unas maldiciones con
las que nos alerta a no poner el corazn en los placeres, poderes y riquezas
de este mundo37. A la luz del reino de Dios se desvela el fracaso de los que
viven en el poder y en la riqueza de la tierra y, a causa de ello, oprimen y
destruyen la existencia de los dems. Para Jess, fracasan en la vida,
aunque nos los quieran proponer como modelos de vida, los que ponen sus
corazones en s mismos y en sus cosas, los que viven en funcin de su
prestigio, su poder o sus riquezas; los que slo buscan acaparar ms,
disfrutar ms, amontonar ms, sin importarles las necesidades de los
dems.
60
III.- EL PEDAGOGO JESS
Es bien significativo que los que nos llamamos educadores cristianos y nos
consideramos seguidores de Jess; que incluso reconocemos en El a un
Maestro de Maestros, no nos hayamos planteado estudiar o analizar a
fondo su pedagoga.
Tal vez sea conveniente recordar que la pedagoga forma parte junto con
la sicologa, biologa, sociologa, antropologa y didctica- de las ciencias de
la educacin, entre las que ocupa por su bagaje histrico y cientfico, el
puesto ms relevante38. Sin embargo, la pedagoga es hoy la cenicienta en
educacin, pues hay un gravsimo dficit de pedagoga. Si el objetivo de la
pedagoga es reflexionar las prcticas educativas para adecuarlas a las
intencionalidades y a los contextos, es evidente que hoy en educacin se
reflexiona muy poco y no se ensea ni se aprende a reflexionar. Se
aprende a repetir, a recitar las caractersticas de la pedagoga de
determinados autores que se ponen de moda, pero no se aprende a ser
pedagogo, a cuestionar las propias prcticas educativas para aprender de
ellas, a hacer teora de la prctica y a explicar la prctica a la luz de la
teora.
61
hermanos de todos, y de este modo vayan construyendo el Reino de Dios
en la tierra, una sociedad nueva, sustentada sobre la justicia, la libertad y el
amor hecho servicio.
62
lugares de vida, en los que se aprende a vivir, a convivir, a defender la vida
y a dar la vida.
Para ejemplificar bien esto, en todos los talleres que doy sobre pedagoga
o valores, acostumbro echarles a los participantes el Cuento de la Semilla
de Mango39:
Haba una vez un seor que sembr una semilla de mango en el patio de su
casa. Todas las tardes regaba con cario la semilla y se pona a repetir con
verdadera devocin: Que me salga naranjo, que me salga naranjo Y as,
lleg a convencerse de que pronto iba a tener una mata de naranjas en el
patio de su casa.
Una tarde, vio con emocin que la tierra se cuarteaba y que una cabecita
verde pujaba por salir en busca de los rayos del sol. Al da siguiente, asisti
emocionado al milagro de una vida que comenzaba a estremecerse en el
patio de su casa.
63
dijo con despecho y con tristeza: No entiendo cmo me pudo pasar esto a
m. Tanto que le dije que fuera naranjo y me sali mango.
64
Educar no es adoctrinar. La educacin necesita motivar la autonoma, no la
sumisin. Si como plantea Carlos Calvo 40, en la genuina educacin todo es
posibilidad, en la educacin tradicional todo es determinacin: el alumno
tiene que responder lo que el maestro espera. No hay lugar para el
asombro, para la intuicin, para la duda, para la creacin, para la
incertidumbre. Educar para la democracia implica educar para la
incertidumbre. Slo las dictaduras y los autoritarismos estn llenos de
certezas.
III.1.-Jess era un Maestro que hablaba con autoridad (no como los
maestros de la ley): Pedagoga del testimonio
65
conversin, ayudarles a que se plantearan en serio su vida, el porqu y el
para qu de su vida. .
La palabra autoridad proviene del verbo latino augere, que significa alentar,
animar, ayudar. Las palabras auge y aupar, son primas hermanas de
autoridad, pues tienen las mismas races. Autoridad es, en consecuencia,
un poder que proviene del comportamiento, no del cargo; poder que
auxilia, que ayuda, que sirve, que empodera a los dems.
El poder de Jess era para servir. Hablaba con autoridad porque todos
vean una gran coherencia entre su vida y su palabra. El vivi todo lo que
enseaba y su vida fue su mejor palabra. El fue la Buena Noticia que
enseaba, El vivi como Hijo y por ello pudo ensearnos que Dios es Padre
Amoroso de todos. El se hizo hermano de todos, en especial de los
rechazados y excluidos, fue el Buen Samaritano, que se dedic a curar a
los golpeados del camino. Se hizo Mdico, dedicado a sanar; Pastor
preocupado por la oveja perdida que sale en su busca y, cuando la
encuentra, la carga feliz en sus hombros y la regresa al hogar.
Jess vivi la vida verdadera, la vida de autntico hijo, la vida que el Padre
quiere que vivamos todos. Por ello, pudo proponernos su vida como el
Camino, Verdad y Vida, como Camino a la Vida Verdadera, como Camino
Verdadero a la Vida. El se hizo Sal para dar sabor a la vida, para superar la
insipidez de una vida mediocre; Luz para alumbrar caminos, para
ensearnos a ver la realidad de las cosas, para que pudiramos salir de la
ceguera; y se hizo Pan para alimentar corazones, Vino para alegrar y poner
entusiasmo en las vidas vacas y sinsentido.
66
Jess tenemos sus seguidores un verdadero modelo de Maestro Coherente.
Slo si nos esforzamos por ser cada da mejores personas, por vivir en un
permanente proceso de construccin de nosotros mismos, podremos
contribuir a que los alumnos desarrollen con autenticidad el proyecto de
sus vidas.
Fue libre y creativo frente al dinero:. Fue pobre y toda su vida vivi
como pobre. Nunca utiliz su prestigio y su poder para hacer fortuna y
acaparar riquezas. Cuando un maestro de la ley se le acerc y le dijo que
estaba dispuesto a seguirle donde quiera que fuese, Jess le dej bien claro
que los zorros tienen cuevas y las aves tienen nidos, pero el Hijo del
Hombre ni siquiera tiene dnde recostar la cabeza (Mateo 8, 19-20), lo
que evidencia una vida desinstalada, sin posesiones, dependiente de las
atenciones y limosnas de los dems. Jess coma donde le daban de comer
y dorma en la casa donde lo acogan. De hecho, cuando enva a los Doce,
les orden que no llevaran nada para el camino, fuera de un bastn: ni
pan, ni morral, ni dinero; que llevaran calzado corriente y un solo manto
(Marcos 6,8-9. Mateo incluso dir que no lleven bastn, ni sandalias: Mateo
10, 9-10)
Con radical claridad expresar que Nadie puede servir a dos patrones:
necesariamente odiar a uno y amar al otro, o bien cuidar al primero y
despreciar al otro. Ustedes no pueden servir al mismo tiempo a Dios y al
Dinero (Mateo 6, 24). Es decir, si uno tiene el corazn atrapado por sus
posesiones y riquezas, lo tiene cerrado a las necesidades de sus hermanos,
es decir, lo tiene cerrado a Dios, pues el nico modo de servir a Dios es
atendiendo las necesidades de sus hijos.
67
coma y beba con los pecadores y los publicanos. Incluso llegaron a
acusarlo de glotn y de borracho (Mateo 11, 19). Si iba a fiestas y bodas, es
de suponer que bebera, cantara, bailara, disfrutara de la buena mesa, los
buenos vinos, las buenas amistades. En definitiva, Jess celebr la vida,
pero no se esclaviz a la buena vida.
Los cristianos tenemos que recuperar, sobre todo en estos tiempos de tanta
tristeza y apariencias de alegra, al Jess Alegre en el compromiso radical a
su misin, que viva, disfrutaba y celebraba la vida. Jess contagiaba
alegra y animaba a la creatividad. Su vida era una invitacin permanente a
superar la mediocridad Debemos superar dos imgenes falsas de l: la que
nos lo presenta como una persona lnguida, light, sin verdadera garra; y
la que nos lo presenta como un hombre excesivamente serio, que nunca
rea ni echaba broma. Si realmente creemos que fue plenamente hombre,
modelo de plenitud humana, debemos atribuirle tambin aquellas
cualidades propias de una existencia plena: entre ellas, la celebracin, la
alegra, la fiesta.
Hay otro texto, ms desconcertante todava, que expresa que Jess supera
los estrechos mrgenes de la familia para abrirse a la gran familia de los
hijos de Dios, la fraternidad universal que quiere el Padre:Entonces
llegaron su madre y sus hermanos, se quedaron afuera y lo mandaron a
llamar. Como era mucha la gente sentada en torno a Jess, le transmitieron
este recado: Tu madre, tus hermanos y tus hermanas estn fuera y
preguntan por ti. l les contest: Quines son mi madre y mis hermanos?
Y mirando a los que estaban sentados a su alrededor, dijo: Estos son mi
madre y mis hermanos. Porque todo el que hace la voluntad de Dios es
hermano mo y hermana y madre (Marcos, 3, 31-35).
Tal vez sea pertinente aclarar aqu lo de los hermanos y hermanas de Jess,
que tantos debates ha ocasionado y que, entre otras cosas, negara la
virginidad de Mara. Para ello, vamos a copiar la nota que nos ofrece La
Biblia Latinoamericana en el comentario que hace al texto de Marcos que
acabamos de citar:
68
Luego, recordemos que en la primera Iglesia, en el tiempo en que se
escriban los evangelios, haba un grupo influyente integrado por los
parientes de Jess y sus paisanos de Nazaret. Estos eran llamados en forma
global los hermanos del Seor, y uno de ellos, Santiago, era obispo de la
comunidad de Jerusaln. ()
Debemos, pues, admitir que Santiago y Joset eran los hijos de esta otra
Mara (Mt. 28,1) que formaba parte del grupo de las mujeres de Galilea (Lc.
23,55). Santiago y Joset eran primos de Jess, pero tal vez no fuesen sus
primos hermanos; Simn y Judas, por su parte, eran primos ms lejanos,
pues se nombran despus de ellos.
69
pedan cargos honorficos en el reino, la contraoferta de Jess fue una
invitacin a beber su cliz, es decir, a acompaarle en su camino de
humillacin y de sufrimiento. Entr en Jerusaln montado en un burrito,
como los pobres y los sencillos, y no sobre un brioso caballo como los
guerreros y los poderosos. Mantuvo su dignidad ante los Sumos Sacerdotes,
Herodes y Pilatos, sin amilanarse, sin prestarse a sus juegos, sin dejarse
utilizar. El, que era tan agudo, poda haberlos destrozado con sus
argumentos, pero prefiri callarse. No intent defenderse con su elocuencia
de lo que haba hecho y enseado. No le interesaban las discusiones
meramente acadmicas. Los derrot con su silencio. No se acobard, no
implor clemencia, no intent justificarse ni excusarse.
Libre y muy creativo frente a la ley. Tal vez sea aqu donde mejor se
expresa la increble libertad y creatividad de Jess, que supo combinar de un
modo extraordinario la humildad y la tolerancia con la osada y la
creatividad. La ley era lo ms sagrado de los judos. La perfeccin y la
santidad consistan precisamente en el cumplimiento riguroso de la ley. Por
eso, los fariseos que eran estrictos cumplidores de la ley, se consideraban
superiores y mejores que los dems.
Pero no se trataba slo de curar. Jess quera desmontar toda esa falsa
estructura que absolutizaba la ley sobre las personas y que, en
consecuencia, ya no se utilizaba para liberar sino para oprimir. Por eso, y
ante el gravsimo enojo y escndalo de los fieles cumplidores de la ley
(todos los evangelistas se cuidan de subrayar bien esto), Jess la quebranta
para sanar y deja bien claro que toda ley debe estar al servicio de la
liberacin de las personas, pues El sbado ha sido hecho para el hombre y
no el hombre para el sbado (Marcos 2, 28).
Para Jess, pesa una maldicin sobre aquellos que buscan su salvacin por
el mero cumplimiento de la ley y se olvidan de atender las necesidades de
70
los hermanos. Cuntos crmenes y abusos se han cometido y se siguen
cometiendo en el nombre de la Ley. Es un gravsimo error confundir
legitimidad con legalidad, pues hay muchas leyes que son ilegtimas: las
que permiten esclavizar, vender o matar personas; las leyes en pases
racistas o bajo dictaduras; leyes que permiten la tortura y los abusos; leyes
que impiden a las mujeres ejercer sus derechos; leyes que discriminan o
justifican abusos y explotaciones
El amor es ms exigente que la ley: Las madres que aman de verdad van
siempre mucho ms all de lo que les obliga la ley, y algunos, como el
propio Jess, hasta son capaces de dar su vida por amor. No slo lo dieron
todo, sino que se dieron, se regalaron hasta la muerte. Por lo general, los
grandes defensores de los derechos humanos terminan perdindolos todos
y, en nombre de la ley, son encarcelados y hasta asesinados. Ama y haz lo
que quieras, nos dir San Agustn y es que, el verdadero amor busca
siempre el bien de la persona y es incapaz de hacer dao. Cuando se ama,
se gana siempre y ganan todos.
Valor e incluy tambin a los nios, grupo marginal entre los marginados,
y les mostr un cario muy especial. Marcos nos cuenta la indignacin de
41 Cf. Mario Peresson, op.cit. 586
42 Ibidem, p. 589
71
Jess al ver cmo los discpulos rechazaban a los nios y lleg incluso a
decir que, para entrar en el Reino haba que hacerse como nio: Algunas
personas le presentaban los nios para que los tocara, pero los discpulos
los reprendan. Jess, al ver esto, se indign y les dijo: Dejen que los nios
vengan a m y no se lo impidan, porque el Reino de Dios pertenece a los
que son como ellos. En verdad les digo: quien no reciba el Reino de Dios
como un nio, no entrar en l. Jess tomaba a los nios en brazos e,
imponindoles las manos, los bendeca. (Marcos 10, 13-16).
72
despus de mirarlo, dijo: Este tambin estaba con l. Pero l lo neg
diciendo: Mujer, yo no lo conozco.
No podemos ni debemos exigir que los jvenes sean como nosotros, como
nos gustara que fueran. Ellos son como son. Y nosotros, o los aceptamos o
no los aceptamos. O les queremos o no les queremos. O entramos en su
mundo, o su mundo no entra en el nuestro. Si realmente los queremos, si
ellos se sienten queridos por nosotros, si nos ven cercanos, si somos
capaces de mirarlos con los ojos del corazn, descubriremos en ellos sus
valores, sus talentos, y tenderemos puentes entre su mundo y el nuestro
73
que nos permitirn establecer un dilogo cada vez ms profundo y
fructfero.
Jess impact no slo por el contenido de sus enseanzas, sino por la viveza
pedaggica del modo de ensearlas. Fue un gran hacedor de preguntas
para provocar la reflexin, el cuestionamiento, la conversin, la revolucin
profunda del corazn.
74
Jess hizo muchas ms preguntas que las que contest, y en ocasiones
contest una pregunta con otra pregunta. Los propsitos de Jess al hacer
preguntas fueron muy variados44:
44 Construido sobre el texto de Carmen Julia Pagn, (2002), La pedagoga de Jess. Red
Latinoamericana de Liturgia, CLAI, en www.selah.com.ar Tambin tom algunas ideas de Boris Tobar
Solano, op. cit.
75
tu hermano en un ojo, si no eres consciente de la viga que tienes en el
tuyo? (Lucas 6, 41), para subrayar la necesidad de autocrtica, de reconocer
los propios errores, en vez de estar hablando de los errores de los dems.
76
Adems de la pregunta, Jess utiliz con gran destreza pedaggica las
parbolas. Era un muy ameno narrador de historias. Con ellas era capaz de
comunicar las enseanzas ms profundas y complejas con historias
aparentemente simples pero que exigan de reflexiones profundas.
45 C.H. Dodds (1974), Las parbolas del reino. Ed. Cristiandad, Madrid, p. 25.
46 Augusto Jorge Cury (2003), El maestro de los maestros. Paulinas, Bogot, pgs.
190 y ss..
77
respuesta al desafo que tiene la educacin hoy de lograr aprendizajes que
sean significativos y estables. Aqu tambin tenemos mucho que aprender
del Maestro Jess.
Jess fue un pedagogo que nunca forz los procesos de sus alumnos. No se
aprovech ni de su liderazgo ni de su poder para forzar el normal desarrollo
de las libertades. Con los apstoles, que no terminaban de comprender su
mensaje, mostr una paciencia increble. Acept su lentitud, sus
contradicciones y dureza, sin renunciar a su formacin. Nunca juzg, nunca
se impuso, ms bien invit: Si quieres, si ests dispuesto. Cuando lo vio
conveniente, corrigi con serenidad, con calma, como cuando los discpulos
disputaban sobre cul sera el primero en el reino, o como cuando Pedro
trat de hacerle desistir de su misin, y le pidi que no subieran a
Jerusaln, donde lo iban a apresar y a matar. Incluso ante su fracaso con
Judas, en el momento en que este lo estaba traicionando con un beso, Jess
no lo recrimin ni acus, sino que intent un ltimo gesto de cario y
reconciliacin llamndolo Amigo (Mateo 26, 50).
Pero es tal vez en el relato del Joven Rico donde mejor se manifiesta el
respeto de Jess a la libertad de las personas:
Jess le dijo: Por qu me llamas bueno? Nadie es bueno, sino slo Dios. Ya
conoces los mandamientos: No mates, no cometas adulterio, no robes, no
digas cosas falsas de tu hermano, no seas injusto, honra a tu padre y a tu
madre.
Jess fij su mirada en l, le tom cario y le dijo: Slo te falta una cosa:
vete, vende todo lo que tienes y reparte el dinero entre los pobres y tendrs
un tesoro en el Cielo. Despus ven y sgueme. Al or esto se desanim
totalmente, pues era un hombre muy rico (Marcos 10, 17-22).
78
fecunda y plena. Si hubiera aceptado la invitacin de Jess, hoy todo el
mundo lo conocera, aparecera entre la lista de los apstoles y los santos,
hubiera quedado en la historia como ejemplo de radicalidad y de valenta.
Su recuerdo causara admiracin y no ese sabor a decepcin y cobarda.
Se fue desanimado (Mateo y Lucas dicen triste), pero se fue. Jess lo dej
ir, no fue detrs de l para intentar convencerlo. No le insisti, no le rega,
no le ech un sermn, no urgi a los apstoles para que trataran de
convencerle, ni se qued hablando mal de l. Respet su libertad aunque
saba que, con su opcin, estaba dndole un no a la vida plena. Los bienes
le posean a l, no era libre para amar.
79
IV.- TRES RELATOS DEL EVANGELIO QUE EXPRESAN
MAGISTRALMENTE LA PEDAGOGA DE JESS
El hombre contest: Amars al Seor tu Dios con todo tu corazn, con toda
tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y amars a tu prjimo
como a ti mismo.
Hemos odo tantas veces esta parbola, incluso tal vez nos la sabemos de
memoria, que corremos el peligro de que ya no nos sorprenda. Sin
embargo, a los que la oyeron por primera vez, debi escandalizarlos
profundamente.
80
Lucas nos indica que el escriba, o maestro de la ley, se acerc a Jess para
ponerlo a prueba. Es decir, quera entrar en un debate intelectual, ver
quin de ellos conoca mejor la ley, o era ms agudo. l saba
perfectamente la respuesta a su pregunta terica de qu haba que hacer
para conseguir la vida eterna. Por eso, cuando Jess le remiti, mediante
otra pregunta, a lo que estaba escrito en la ley, el escriba dio la respuesta
apropiada: Amar a Dios y al prjimo. Jess reconoci que su respuesta era
correcta, pero enseguida le aadi que, si quera tener vida, deba practicar
lo que saba. El saber lo que hay que hacer no sirve de nada si no se
practica. La invitacin de Jess no es a aprender teoras, a recitar lecciones
o el catecismo, a echar discursos sobre moral y tica, sino a vivir lo que se
cree.
Vio y se compadeci
La parbola deja bien claro que tanto el sacerdote como el levita vieron al
hombre herido en la orilla del camino. Pero siguieron de largo. Pensaron que
no era su problema. Ellos tenan otras tareas ms importantes. Los
especialistas en el amor de Dios siguieron de largo. Y aqu est la parte
escandalosa: el samaritano, un hombre impuro, hereje, rechazado por los
judos, vio y se compadeci. Aqu est la clave. Esto es lo que hizo y hace la
diferencia. Se sinti tocado por el dolor. Se compadeci. A diferencia de los
otros que slo vieron al golpeado con los ojos fsicos, el samaritano fue
capaz de verlo con los ojos del corazn.
81
Tener compasin es sufrir con el herido, compartir su dolor y su agona La
verdadera compasin no nos deja indiferentes o insensibles ante el dolor
ajeno, sino que nos impele a ser solidarios con el que sufre, sea quien sea.
En la parbola, se nos habla que un hombre bajaba de Jerusaln a Jeric.
No sabemos si era judo, samaritano, romano, extranjero. Tampoco sabemos
si era pobre o rico, comerciante, campesino o pescador. Es un hombre
annimo que puede representar a cualquier pas, raza, religin. Toda
persona necesitada es mi prjimo.
82
El Seor se enter de que los fariseos tenan noticias de l; se deca que
Jess bautizaba y atraa ms discpulos que Juan, aunque de hecho no
bautizaba Jess, sino sus discpulos.
Jess decidi, entonces, abandonar Judea y volvi a Galilea. Para eso tena
que pasar por el pas de Samaria, y fue as como lleg a un pueblo de
Samaria llamado Sicar, cerca de la tierra que Jacob dio a su hijo Jos. All se
encuentra el pozo de Jacob.
Jess, cansado por la caminata, se sent al borde del pozo. Era cerca del
medioda. Fue entonces cuando una mujer samaritana lleg para sacar
agua, y Jess le dijo: Dame de beber. Los discpulos se haban ido al
pueblo para comprar algo de comer.
Jess le dijo: El que beba de esta agua volver a tener sed, pero el que
beba del agua que yo le dar nunca volver a tener sed. El agua que yo le
dar se convertir en l en un chorro que salta hasta la vida eterna.
La mujer contest: Seor, veo que eres profeta. Nuestros padres siempre
vinieron a este cerro para adorar a Dios y ustedes, los judos, no dicen que
Jerusaln es el lugar en que se debe adorar a Dios?
83
a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho. No ser este el
Cristo? Salieron, pues, del pueblo y fueron a verlo.
Aqu vale el dicho: Uno es el que siembra y otro el que cosecha. Yo los he
enviado a ustedes a cosechar donde otros han trabajado y sufrido. Otros se
han fatigado y ustedes han retornado de su trabajo
En su viaje de Judea a Galilea, Jess elige pasar por Samaria, patria de los
samaritanos, considerados impuros por los judos por haberse mezclado
con los paganos, y haberse alejado de ellos tanto poltica como
religiosamente, pues hasta haban construido su propio templo en Garizin.
El desprecio de los judos a los samaritanos era tal que no slo no
mantenan relaciones comerciales con ellos, sino que no beberan nunca del
mismo vaso o sacaran agua del pozo que ellos utilizaran, ni se sentaran a
comer juntos, en la misma mesa. La discriminacin contra los samaritanos
era tan drstica que cuando los judos queran ofender el origen de una
persona, la llamaban samaritana.
Estando all, descansando solo junto al pozo, se acerca una mujer a sacar
agua, y el encuentro con Jess le va a cambiar la vida. Jess entabla
conversacin con ella, algo inslito, por samaritana, por mujer y adems,
por ser mujer de vida ligera como se puede deducir de los propios datos que
presenta el relato evanglico pues dice que haba tenido cinco maridos y
con el que viva en la actualidad no era su marido. Posiblemente, hasta los
mismos samaritanos la tendran por una mujer descarriada y evitaran su
trato o el ser vistos con ella. Este es el primer hecho sorprendente. Un
judo, como hemos ya dicho, no poda hablar en pblico con una mujer,
mucho menos con una mujer de este tipo. Y es que Jess desconcierta
porque rompe con todos los esquemas y acaba con todos los prejuicios
84
tanto raciales, sociales, culturales religiosos y morales. Para Jess, como
hijos del Padre comn, todas las personas son iguales, todos son hermanos.
Adems, como Mdico, prefiere a los enfermos y como Pastor se preocupa
en especial por las ovejas descarriadas. Los buenos religiosos, estrictos
cumplidores de la ley no podan comprender ni aceptar esto. Jess rompa
por completo sus esquemas, los dejaba desnudos, sin tablas donde
aferrarse. Por eso resultaba tan peligroso.
La mujer, sin entender todava, le pide de esa agua para no tener que venir
todos los das al pozo. Sera maravilloso que existiera un agua que acabara
de una vez por todas con la sed y le ahorrara los viajes diarios al pozo, los
esfuerzos para sacar el agua y la cargadera de cntaros llenos desde el
pozo hasta la casa.
Jess, para lograr que se meta en el terreno profundo al que quiere llevarla,
da un fuerte vuelco a la conversacin y le dice: Llama a tu marido y ven
con l al pozo.
Jess debi sonrerle con especial dulzura cuando le dijo que era verdad,
que aunque haba tenido cinco maridos, en la actualidad estaba viviendo
con un hombre que no era su marido. A pesar de que pareca conocer muy
85
bien su vida ntima, tan confusa y descontrolada, no la censuraba, no le
recriminaba nada, ms bien reconoca el valor de su sinceridad.
Resulta interesante el detalle que nos cuenta Juan de que la mujer dej el
cntaro en el pozo y se fue corriendo al pueblo: Sera para que pudieran
beber Jess y los discpulos que acababan de regresar del pueblo
supuestamente con la comida que haban ido a comprar? Es que la
samaritana haba empezado a gustar esa agua distinta que haba
reorientado y dado sentido a su vida? Sera simplemente para poder correr
ms rpido, sin el peso del cntaro, a comunicar la buena nueva que ella
acababa de descubrir? O sera tambin para tener una excusa y volver a
conversar con ese hombre extraordinario que le haba devuelto la dignidad
y le haba arrebatado el corazn?
Cuando llegan los discpulos se sorprenden de ver a Jess hablando con una
mujer. Pero nadie se atreve a preguntarle ni decirle nada. Le ofrecen
comida, pero Jess no la acepta porque tengo una comida que ustedes no
conocen. De este modo, sigue Jess aprovechando la situacin, su
sorpresa, su motivacin, su curiosidad, para guiarlos a lo profundo, para
darles a ellos tambin, una leccin importante. Lo mismo que le habl a la
mujer de otra agua, ahora les habla a los discpulos de otra comida. Ellos,
86
como antes la mujer, tampoco entienden: Ser que le han trado,
probablemente la mujer con la que hablaba, algo de comer?
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IV. 3.-Los discpulos de Emas
Era un profeta poderoso en obras y palabras, reconocido por Dios y por todo
el pueblo. Pero nuestros sumos sacerdotes y nuestros jefes renegaron de l,
lo hicieron condenar a muerte y clavar en la cruz. Nosotros pensbamos
que l sera el que deba libertar a Israel. Pero todo est hecho, y ya van
dos das que sucedieron estas cosas.
Al llegar cerca del pueblo al que iban, hizo como que quisiera seguir
adelante, pero ellos le insistieron diciendo: Qudate con nosotros, ya est
cayendo la tarde y se termina el da. Entr, pues, para quedarse con ellos.
88
Nada, cosas de mujeres! Su dolor y sus ilusiones les hizo ver cosas
extraas. Ellos no aguantaban ms. Se regresaban a Emas.
Cuando llegan al pueblo, hace ademn de seguir su camino. Son ellos los
que le invitan a quedarse. Jess nunca invade, siempre respeta la libertad.
Se ofrece, pero su seguimiento requiere siempre de un s libre. Qu
hubiera pasado si no lo hubieran invitado a quedarse? Lo hubieran
reconocido? El fuego que sentan cuando les hablaba se habra apagado sin
remedio?
89
descubierto, la quieren compartir de inmediato, sin esperar a que amanezca
y sin pararle al cansancio ni a la hora. El camino a Emas era un camino
desabrido y triste, aunque fue de da. La vuelta a Jerusaln en la noche,
despus de haber reconocido a Jess y haber comprendido y compartido su
misin, es un camino lleno de alegra y entusiasmo.
Si les interesa lo que les decimos, ya nos dirn ellos, como los discpulos de
Emas a Jess, que nos quedemos. Y si no hemos sabido ofrecerles nada
que les interese, lo mejor que podemos hacer es apartarnos discretamente
y seguir nuestro camino, reflexionar y esperar otra oportunidad para hacerlo
mejor. Pero nunca echarles la culpa a ellos de que no les interesa nada. Lo
que no les interesa es lo que les hemos dicho, o tal vez el cmo se lo hemos
dicho.
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V.- SER MAESTRO A LO JESS: HACIA EL PERFIL DE UN EDUCADOR
CRISTIANO
91
Desde que hace ya bastante tiempo cay en mis manos una obrita de Don
Pedro Casaldliga, titulada los Rasgos del Hombre Nuevo, siempre la he
considerado como un excelente compendio del perfil de un educador
cristiano. S que es un perfil ideal que, como el horizonte en la historia de
Eduardo Galeano, se aleja a medida que uno lo persigue:
Haba una vez un hombre y una mujer que, fascinados por ese paisaje de
colorido y luz que vean brotar frente a sus ojos, se dijeron fascinados:
Caminar tras los pasos de Jess exige vivir en estado de xodo. Cada da
exige sus rupturas con prcticas acomodadas, rutinas, hbitos,
incoherencias entre fe y vidaSupone que los educadores cristianos nos
asumamos como constructores de caminos educativos nuevos que lleven a
alcanzar la plenitud y no como dadores de clases y programas, meros
caminadores de sendas abiertas por otros, que no llevan a donde queremos
ir, que no van tras los pasos de Jess.
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de la oracin, la reflexin permanente, el discernimiento y el dilogo
prcticas habituales; si nos vamos asumiendo ms como aprendices que
como docentes, lo que supone humildad, un estado de insatisfaccin
permanente y sobre todo, disfrute. El educador cristiano es una persona que
goza con lo que hace, que acude con ilusin, con el corazn maquillado de
alegra, a la tarea diaria de ensear y curar, porque entiende y asume la
trascendencia de su misin, porque se siente educador, maestro, no por
obligacin, sino por vocacin.
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de odiar lo diferente- intolerantes, propietarios de una verdad de la que no
se puede dudar siquiera ligeramente, cuanto ms negar 50
50 Paulo Freire (1999), Pedagoga de la Esperanza. Siglo XXI, Madrid, pg. 48, 76 y
185.
51 Paulo Friere, ibidem, pgs.. 67 y ss.
94
Cada da debe ser una sorpresa, cada actividad una fuente de asombro. Por
ello, los educadores debemos esforzarnos con decisin y tambin con
humildad por desterrar la rutina, los rituales grises, la mediocridad, las
jornadas montonas, siempre iguales. Humildad para no creernos mejores
que los dems, para reconocer que es mucho ms lo que ignoramos que lo
que sabemos, para seguir siempre aprendiendo y buscando caminos
educativos nuevos y ms fecundos, productores de vida. Humildad que
sabe agradecer y perdonar sin condiciones, sin rencores. Slo el que
reconoce sus propias limitaciones y acepta la necesidad que tiene de ser
comprendido, perdonado y querido, podr comprender, perdonar y querer a
los dems.
Los educadores debemos saber que sin la curiosidad que inquieta, mueve,
y nos mantiene en la bsqueda, no podemos aprender ni podemos
ensear. Ensear es ante todo, provocar las ganas de aprender, lo cual slo
es posible si uno las tiene. En su novela pstuma, El primer Hombre,
Albert Camus, Premio Nbel de Literatura, recuerda los maestros de su
infancia y escribe unos prrafos bellsimos sobre el Sr. Germain, un hombre
apasionado por su trabajo, que comunicaba a sus alumnos sus propias
ganas de aprender y descubrir: Despus vena la clase. Con el Sr. Germain
era siempre interesante por la sencilla razn de que l amaba
apasionadamente su trabajoLa escuela les proporcionaba unas increbles
alegras, e indudablemente lo que con tanta pasin amaban en ella era lo
que no encontraban en casa, donde la pobreza y la ignorancia volvan la
vida ms dura, ms desolada, como encerrada en s misma: la miseria es
una fortaleza sin puente levadizo
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3.-LA LIBERTAD DESINTERESADA: Ser pobres, para ser libres frente a los
poderes y las seducciones; la libre austeridad de los peregrinos; la
libertad total de los que estn dispuestos a morir por el Reino.
Libres de todas las ataduras que impiden ser, crecer en plenitud, desarrollar
el proyecto de vida. Libres, como Jess, de la ambicin, del poder poltico,
de las leyes opresivas, de los reglamentos que no estn al servicio de los
alumnos, de los rituales y normas que asfixian la vida escolar. Libres para
servir, para amar. Libres para liberar, para ayudar a los alumnos a que
vayan rompiendo sus propias cadenas.
Ser libre es estar desapegado de todo a fin de ser para el otro. Libre no es el
que hace lo que quiere, sino el que hace lo que debe, lo que le dicta la
conciencia. Slo el que ama verdaderamente podr ser libre y slo los
libres son capaces de amar. Cuanto ms nos damos, tanto ms libres somos
y ms tenemos. En la lgica del tener, si damos, perdemos; en la lgica del
ser, si damos, somos ms. Cuanto ms damos, ms ricos y ms libres nos
hacemos. Cuanto ms amamos, ms somos.
Para ser hoy libres, hace falta mucho valor, sacudirse los miedos, las
ataduras, y levantarse con decisin a la conquista de s mismo, lo que
96
implica coraje para recorrer un camino de esfuerzo y vencimiento, en contra
del rebao y la manada. Coraje para decir s, si uno est convencido de que
debe decirlo, cuando todo el mundo dice no, y decir no cuando los dems
dicen s, aunque ello suponga perder privilegios y perder amigos. . Coraje
moral que supone claridad acerca de los valores que no son negociables.
Como ya dijimos ms arriba, el camino de Jess es un camino
contracorriente, locura para el mundo y escndalo para la gente religiosa.
Pero es un camino que lleva a la vida plena.
En este mundo de carcajada hueca, que nos dice y nos repite que la alegra
est en el placer, en el consumir y en el tener, la genuina alegra es
subversiva. Es urgente que los educadores nos atrevamos a proponer la
revolucin de la alegra. La educacin actual es demasiado aburrida y
fastidiosa. Hay que convertir nuestras aulas y centros en lugares bellos en
lo fsico y en el ambiente, en los que se disfruta trabajando y creando, y se
cultivan relaciones de cario y de amistad. En momentos en que en
nuestras sociedades impera la cultura de la muerte, los alumnos deben
experimentar que los centros educativos son lugares de vida, donde se
sienten queridos, estimulados, valorados, y se les ensea a quererse, a
querer, disfrutar, imaginar y crear.
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dbiles. La innovacin diaria.
53 Ver Paulo Freire (1997), Pedagoga de la Autonoma. Siglo XXI, Mxico, pg. 51.
54 Paulo Freire (1999), Pedagoga de la Esperanza. Siglo XXI, Madrid, pg. 167.
98
6.-LA FRATERNIDAD IGUALITARIA: o la igualdad fraterna. Tratar a todos
como
hermanos sin importar la raza, cultura, cualidadesLa superacin de las
divisiones
y diferencias para que surja la nica clase humana. La ciudadana
planetaria.
99
vive su vida con verdadero convencimiento, comunica lo que a l le hace
vivir. Invita a creer con su propia vida.
100
Soemos pero con una esperanza crtica, no ingenua, que necesita del
compromiso para hacerse historia concreta. De ah, como tambin nos lo
aconsejaba Freire, la necesidad de educar la esperanza para superar la
ingenuidad y evitar que resbale en la desesperanza y la desesperacin.
Esperanza que implica la creatividad para superar el acomodo y la
mediocridad, para no culpar a otros de nuestras deficiencias, para no
esconder bajo una pretendida prudencia nuestra cobarda y falta de espritu.
Esperanza que cultiva la alegra, el entusiasmo, la osada, la innovacin.
Esperanza que se alimenta de los pequeos logros alcanzados, pero que
implica seguir caminando con coraje, paciencia, terquedad, tras las huellas
de Jess, al lado de su pueblo. No podemos luchar si no tenemos maana, si
no tenemos esperanza. Con la voluntad disminuida, sin coraje, sin
entusiasmo es imposible luchar.
101
7.-Bienaventurado el educador cuya honestidad y entrega no siempre es
comprendida por sus compaeros o sus superiores, y denuncia con coraje
y con valor las prcticas deshonestas, autoritarias, injustas, sin importar
las consecuencias que le traiga.
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VI.-INDICADORES PARA AVANZAR HACIA LA CONFIGURACIN DE
CENTROS EDUCATIVOS COMUNITARIOS, SEMILLAS DEL REINO.
103
+Equipo directivo con vocacin pedaggica y verdadero liderazgo (con
autoridad y no slo poder), experto en educacin y sobre todo en
humanidad, capaz de promover el crecimiento y la formacin continua de su
personal, orientado a fomentar la motivacin, la innovacin, la participacin
responsable y el compromiso de todos, que garantiza la coherencia
pedaggico-pastoral y la continuidad y evaluacin de las propuestas.
Equipo directivo que expresa y testimonia una gran fe: fe en ellos mismos,
fe en su personal, fe en la educacin cristiana como medio eficaz de
evangelizacin, fe en un Dios Maternal que ama entraablemente a cada
persona, en especial cuando est abatida, golpeada, excluida, rechazada, y
nos convoca a construir la fraternidad.
104
trabaja en equipo. El individualismo supone autosuficiencia, falta de
humildad, inseguridad.
Educadores que no slo saben los contenidos que ensean, sino que saben
ensearlos, que conocen y quieren a sus alumnos, conocen y valoran su
entorno, su realidad, su cultura y entienden que, en educacin, no es
posible efectividad sin afectividad, calidad sin calidez.
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Valorar lo propio y tambin valorar lo diferente implica esforzarse por no
convertir las normales diferencias (econmicas, sociales, culturales, de raza,
gnero) en desigualdades. Valorar lo diferente y a los diferentes implica
tambin tratar con cortesa, trabajar juntos, respetar. Es imposible la calidad
con violencia, irrespeto, maltrato, rivalidad. Se evitan rumores, chismes,
palabras descalificadoras y ofensivas. Se cultivan los detalles, las palabras
que alientan, motivan y crean comunidad.
Necesitamos, por ello, leer la exclusin no desde los alumnos, sino desde el
sistema educativo, desde la sociedad. En vez de preguntarnos por qu
fracasan los alumnos ms carentes o necesitados, deberamos
preguntarnos por qu fracasa el centro educativo con ellos. Detrs de cada
alumno que fracasa se oculta el fracaso del profesor, de la familia, del
centro Un alumno fracasa porque no somos capaces de brindarle lo que
necesita en un momento determinado.
106
errores y superar los problemas; para conocer qu sabe cada alumno, qu
dificultades tiene, para brindarle la ayuda que necesita.
Los educadores deben pasar del ensear para evaluar, que es la prctica
ms habitual, a evaluar para ensear mejor. Evaluacin que, ms que
juzgar el pasado, prepara el futuro. Alumnos y educadores aprenden de la
evaluacin que se debe constituir en una ayuda tanto para el que ensea
como para el que aprende. El error no se castiga, sino que se asume como
una excelente oportunidad de aprendizaje.
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Mi invitacin final es a seguir caminando y buscando,
y a encontrarnos
en las ganas de amar,
en los sueos de mundos posibles,
en la palabra vida
hecha poema,
en las ilusiones cmplices
y en el eterno abrazo
del amor hecho esperanza.
Mara Elena Cspedes
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