El Acto Humano o Moral
El Acto Humano o Moral
El Acto Humano o Moral
090
Fernndez, Edgardo. CI: 14.290.909
Seccin: D-3-8
Los Actos Humanos son aquellos que el hombre conoce y quiere hacer. La
circulacin de la sangre, el sentir dolor o placer son actos conscientemente
queridos y a veces nos pasan desapercibidos. El dormir, en si mismo, esta
exento de voluntariedad y de advertencia (cuando uno duerme no se doy
cuenta de que est durmiendo). Sin embargo al hacer deporte es un acto del
que nos damos cuenta y queremos hacer, pero sin embargo tampoco entra en
el campo de la tica (desde el punto de vista de la tica no es bueno ni malo
jugar ftbol) Por qu? porque si decimos que el acto humano es el que se
efecta con advertencia y voluntad (libertad que decide), el acto humano
moral es aquel donde la advertencia no consiste solo en darse cuenta de lo que
esta haciendo, sino de la relacin que tiene ese acto con la tica.
Los Actos Morales son actos humanos, voluntarios, que podemos elegir realizar
o no, y que podemos valorar segn las normas y criterios morales que
hayamos asumido previamente. Al juzgar los actos morales, se califica primero
la accin, el objeto del acto en s, esto es, qu? Ante la posibilidad de elegir,
el primer elemento de estos actos que se nos muestra es la existencia de un
motivo para los mismos. El motivo es la causa directa de la realizacin del acto,
la respuesta a la pregunta 'por qu?'. Adems, este tipo de actos tiene un fin,
esto es, la representacin o anticipacin mental del resultado que se pretende
alcanzar con la accin. El fin se hallara respondiendo a la pregunta 'para
qu?' Pero la finalidad que se pretende conseguir con cualquiera de estos actos
ha de conseguirse de algn modo.
No tiene sentido aplicar normas morales a las cosas que slo pueden suceder
de una manera. La imposibilidad de elegir modos de actuacin diferentes hace
imposible valorar estos objetos desde el punto de vista moral. Sin embargo,
sabemos que los seres humanos somos capaces de actuar de muchas formas
ante cada situacin y que, por eso, nuestros actos son valorables moralmente.
Cuando hablamos de los pasos que hay que seguir necesariamente para
completar el acto moral, para conseguir el fin propuesto, estamos hablando de
los medios o circunstancias. Estos se hallan respondiendo a la pregunta
'cmo?' El elemento que completa la estructura de los actos morales es el
resultado efectivo de los mismos, sus consecuencias.
1) Bueno o lcito, si est conforme con la ley moral (p. ej., el dar limosna);
b) Externo: cuando intervienen tambin los rganos y sentidos del cuerpo (p.
ej., comer o leer).
a. El objeto. Tomemos, por ejemplo, una accin cualquiera: una mujer est
hablando con una amiga suya. Puede ser que est contndole donde fueron las
vacaciones, que le este contando la belleza de las playas en que estuvieron,
que le diga que se encontr con una amiga comn y enseguida comience a
contar sus defectos. Aqu la accin hablar tiene varios objetivos: contar
experiencia vividas, describir un lugar, juzgar de otros, etctera. Hay un objeto
moral: la maledicencia, pues sabemos, que decir los males de otros es atentar
contra su fama y su dignidad y eso es antittico; adems si lo contado es
mentira estamos bajo una calumnia o si es algo que yo he escuchado estamos
bajo una difamacin, el fundamento es muy sencillo, se est destruyendo la
fama de una persona. Se ve, por tanto, que la accin hablar puede tener
puede tener varios objetos morales: mentir, insultar, difamar, calumniar,
alabar, elogiar, agradecer, adular, etc.
b. Las circunstancias. Se refieren a:
1.- Quin realiza la accin: no es igual que un juez dicte sentencia o que lo
haga alguien que no tiene ninguna autoridad; en este ltimo caso sera
una mentira.
3.- Qu es lo que realiza: no es lo mismo robar 100 dlares sin que nadie
se de cuenta que atracar un banco con una metralleta.
5.- Medios que se emplean: atracar con una pistola, uso de fraude o
violencia, etctera.
Aunque a veces puedan confundirse, los motivos y los fines no son lo mismo. El
fin de una accin es la representacin anticipada de sus consecuencias, lo que
se pretende conseguir con dicha accin. En este sentido, es un elemento
fundamental para la valoracin moral de la misma. Dependiendo de que la
finalidad de nuestros actos, nuestra intencin, sea buena o mala, as sern
tambin los mismos.
El principio general de todo acto debe ser hacer el bien y evitar el mal, y esto
significar muchas veces pasar por encima del placer. De hecho, buscar el
placer no es en s un comportamiento amoral. El conflicto surge cuando se
antepone la bsqueda del placer por el amor, al respeto a los dems, a la
verdad, al valor de la vida, etctera y, en definitiva, a la bsqueda del bien y a
la erradicacin del mal.
2. Que la intencin del agente sea recta, es decir, que de verdad no se busque
el efecto malo
Este presupone que slo los actos que permiten o causan algn dao pueden
ser moralmente malos; sin embargo, no todos los actos que permitan o causen
un dao son de hecho moralmente malos, porque en algunos casos interviene
una razn proporcionada que hace que un dao permitido o causado quede
fuera del objetivo de la accin en funcin de un beneficio mayor.
Podemos decir as que este principio es tico, dado que como todo lo
correspondiente al campo de la salud tiene un margen de error, del cual surge
este concepto de principio de doble efecto proveniente de las falencias
tcnicas de los mtodos de diagnstico, de las particularidades metablicas y
clnicas propias de cada paciente, de las limitaciones inherentes a las diversas
opciones teraputicas y a las insospechadas variables aleatorias en relacin
con el medio circundante. Cuando de una accin bien intencionada se ocasiona
simultneamente un bien y un mal, hablamos all del principio de doble efecto,
que es tico, y no de que el fin justifique los medios. En caso de verse obligado
ineludiblemente a tomar una decisin que tenga en consecuencia dos males,
hay que escoger el menor. Este margen de error se considera tico, o no
culpable, en cuanto que lo que se busca no es errar sino acertar.
Se trata ahora de analizar algunos factores que afectan a los actos humanos,
ya impidiendo el debido conocimiento de la accin, ya la libre eleccin de la
voluntad; es decir, las causas que de alguna manera pueden modificar el acto
humano en cuanto a su voluntariedad o a su advertencia y, por tanto, en
relacin con su moralidad.
Algunas de esas causas afectan al elemento cognoscitivo del acto humano (la
advertencia), y otras al elemento volitivo (el consentimiento).
Estos obstculos pueden incluso llegar a hacer que un acto humano pase a
ser tan slo acto del hombre.
LA IGNORANCIA
A. Nocin de ignorancia. Por ignorancia se entiende falta de conocimiento de
una obligacin.
A. El miedo. Es una vacilacin del nimo ante un mal presente o futuro que
nos amenaza, y que influye en la voluntad del que acta.
P. ej., la ira es santa si lleva a defender los bienes de Dios (es la ira de
Jesucristo cuando expulsa a los vendedores del templo: cfr. Mc. 11, 15-19); el
odio agrada a Dios si es odio al pecado; el placer es bueno si est regido por la
recta razn. Si los objetos a que tienden las pasiones son malos, nos apartan
del fin ltimo: odio al prjimo, ira por motivos egostas, placer desordenado,
etc.
Ese factor exterior puede ser fsico (golpes, etc.) o moral (promesas, halagos,
ruegos insistentes e inoportunos, etc.), que da lugar a la violencia fsica o
moral.
Por el contrario, quien lucha contra sus vicios es responsable de los pecados
que comete con advertencia, pero no de los que comete inadvertidamente,
porque ya no hay voluntario en causa.
EL OBJETO
Ntese que el objeto no es el acto sin ms, sino que es el acto de acuerdo a
su calificativo moral. Un mismo acto fsico puede tener objetos muy diversos,
como se aprecia en los ejemplos siguientes:
matar asesinato
defensa propia
aborto
pena de muerte
hablar mentir
rezar
insultar
adular
bendecir
difamar
jurar
blasfemar
Por ejemplo, nunca es lcito blasfemar, perjurar, calumniar, etc., por ms que
las circunstancias o la finalidad sean muy buenas.
Si el objeto del acto no tiene en s mismo moralidad alguna (p. ej., pasear), la
recibe de la finalidad que se intente (p. ej., para descansar y conservar la
salud), o de las circunstancias que lo acompaan (p. ej., con una mala
compaa).
La Teologa Moral ensea que, aun cuando pueden darse objetos morales
indiferentes en s mismos ni buenos ni malos, sin embargo, en la prctica no
existen acciones indiferentes (su calificativo moral procede en este caso del fin
o de las circunstancias). De ah que en concreto toda accin o es buena o es
mala.
LAS CIRCUNSTANCIAS
A. Nocin
Es claro que en el examen de los actos morales slo deben tenerse en cuenta
aquellas circunstancias que posean un influjo moral. As, p. ej., en el caso del
robo, da lo mismo que haya sido en martes o en jueves, etc.
1) Circunstancias que aaden connotacin moral al pecado, haciendo que
en un solo acto se cometan dos o m s pecados especficamente distintos
(p. ej., el que roba un cliz bendecido comete dos pecados: hurto y
sacrilegio). La circunstancia que aade nueva connotacin moral es la
circunstancia qu cosa, en este caso la cualidad del cliz, que estaba
consagrado (de robo se muda en robo y en sacrilegio).
2) Circunstancias que cambian la especie teolgica del pecado haciendo
que un pecado pase de mortal a venial o al contrario (p. ej., el monto de
lo robado indica si un pecado es venial o mortal).
3) Circunstancias que agravan o disminuyen el pecado sin cambiar su
especie (p. ej., es ms grave dar mal ejemplo a los nios que a los
adultos; es menos grave la ofensa que procede de un brote repentino de
ira al hacer deporte, etc.).
LA FINALIDAD
En relacin a la moralidad, el fin del que acta puede influir de modos diversos:
A. si el fin es bueno, agrega al acto bueno una nueva bondad (p. ej., or
Misa -objeto bueno- en reparacin por los pecados -fin bueno-);
B. si el fin es malo, vicia por completo la bondad de un acto (p. ej., ir a Misa
-objeto bueno- slo para criticar a los asistentes -fin malo-);
C. cuando el acto es de suyo indiferente el fin lo convierte en bueno o en
malo (p. ej., pasear frente al banco -objeto indiferente- para preparar el
prximo robo -fin malo-);
D. si el fin es malo, agrega una nueva malicia a un acto de suyo malo (p.
ej., robar -objeto malo- para despus embriagarse -fin malo-);
E. el fin bueno del que acta nunca puede convertir en buena una accin
de suyo mala. Dice San Pablo: no deben hacerse cosas malas para que
resulten bienes (cfr. Rom. 8,3); (p. ej., no se puede jurar en falso -objeto
malo- para salvar a un inocente -fin bueno-, o dar muerte a alguien para
liberarlo de sus dolores, o robar al rico para dar a los pobres, etc.).
Para que una accin sea buena, es necesario que lo sean sus tres elementos:
objeto bueno, fin bueno y circunstancias buenas; para que el acto sea malo,
basta que lo sea cualquiera de sus elementos (bonum ex integra causa,
malum ex quocumque defectu: el bien nace de la rectitud total; el mal nace
de un slo defecto; S. Th., I-II, q. 18, a. 4, ad. 3).
La ilicitud de obrar slo por placer es un principio moral que tiene en la vida
prctica muchas consecuencias. Las premisas son las siguientes:
Una de las notas propias de la persona -entre todos los seres visibles que
habitan la tierra slo el hombre es persona- es la libertad. Con ella, el hombre
escapa del reino de la necesidad y es capaz de amar y lograr mritos. La
libertad caracteriza los actos propiamente humanos: slo en la libertad el
hombre es padre de sus actos.
En ocasiones puede considerarse la libertad como la capacidad de hacer lo
que se quiera sin norma ni freno. Eso sera una especie de corrupcin de la
libertad, como el tumor cancergeno lo es en un cuerpo. La libertad verdadera
tiene un sentido y una orientacin: