Elsie Rockwell
Elsie Rockwell
Elsie Rockwell
Elsie Rockwell
Dpto. de investigaciones educativas IPN
El avance del trabajo de campo nos convenci cada vez ms que las respuestas a muchas de las
preguntas tcnicas sobre la etnografa no son tcnicas. No hay una norma ideolgica que indique
qu se puede o se debe hacer tcnicamente. Lo que de hecho se hace en el campo depende del
objeto que se construye; depende de la interaccin que se busca con la realidad; depende, en parte,
de lo que ponen los otros sujetos con quienes se interacta. La interaccin etnogrfica en el campo,
por ser social, en cierta medida est fuera de nuestro control. Intervienen en ella adems nuestros
propios procesos inconscientes, las formas en que manejamos nuestras angustias en el trabajo y las
interpretaciones de la situacin que apenas articulamos como tales. El proceso de campo rebasa el
dominio del control tcnico que puede regir otros trabajos empricos (por ejemplo encuestas). Ms
bien, las opciones tcnicas se articulan necesariamente desde el sujeto (el investigador) que los
maneja.
Y sin embargo, s es importante buscar ciertos criterios de rigor para la etnografa. No s si esto se
traduce en normas o consignas o tips, o bien slo en intentos de describir cmo uno hace etnografa.
Pero a partir de esta experiencia, considero que hay cosas que no se valen: sobre todo, no se vale
negar la presencia de uno en el lugar, con todo lo que uno lleva ah. El uno que sta ah en ese
momento, con lo que le genera interpretaciones, sensaciones, angustias- el hecho de estar ah.
Qu tanto de eso (lo propio de uno) escribir? Lo que se pueda. Lo que sea pertinente. Lo que sea
publicable. O en otra parte, lo que sea privado. Ayuda el escribir. Es muy difcil, a veces
angustiante, escribir lo de uno, sobre todo en la versin para otros. A veces uno no es consciente de
mucho de lo que pone. Lo importa. Tambin las defensas son de uno, y necesarias frente a lo
abrumador, lo agotador, lo aburrido que puede ser la experiencia de campo, an de pocas horas.
Esta sensaciones iniciales suelen ir desapareciendo, y aparecen otras la fascinacin, la curiosidad,
la obsesin, la voracidad, la negacin del agotamiento. Siempre puede haber situaciones
angustiantes; siempre recurrimos a defensas para sobrevivir en el campo.
Pero si bien estas miradas hacia uno mismo son parte integral y bien documentada del trabajo de
campo antropolgico, as como lo son los efectos de espejo, de vernos en el otro, este trabajo
tiene otro fin: conocer lo desconocido, documentar lo no documentado, escuchar y ver al otro.
Esto nos ha llevado a asumir una posicin en la etnografa distinta de tradiciones ms
ombliguistas: nos planteamos el compromiso de elaborar una documentacin del trabajo de
campo que fuera pblica y no privada, no con el afn de eliminar la subjetividad a lo positivista,
sino con la intencin de colectivizar el proceso de construccin del conocimiento, de socializarlo
con el uso de registros de campo inteligibles para otros del equipo. Esto requiere registros que
permitan (a nosotros y a otros) reconstruir lo observado a la luz de conceptualizaciones posteriores
ms elaboradas que las que surgieron en el momento inicial. Si bien en todo registro est presente la
persona que lo hizo, tambin debe estar lo otro, lo observado. Cuando est, es posible volver a ver
desde otro lugar, lo que sucedi, lo que se dio.
El hecho de poder compartir los registros es una de las ventajas del trabajo en equipo: ste a la vez
permite procesos de validacin de la construccin y da la posibilidad de enriquecer y contrastar
versiones sobre un mismo referente. El trabajo de campo realizado en equipo tambin se justifica
por razones de economa; el tiempo que requiere este trabajo es redituable slo en funcin de las
posibilidades que dan los registros, en tanto documentos, de hacer mltiples anlisis de
documentos etnogrficos por quienes no los elaboraron tiene sus limitaciones. En un sentido
estricto, los datos se encuentran (tambin) en la mente del etngrafo (D. Smith); incluyen esas
cosas intangibles, no escritas, que recuerda uno y que matizan y dan mayor objetividad a la
interpretacin: para poder interpretar un documento etnogrfico elaborado por otro, es necesario
conocer las condiciones de produccin de los registros a travs de la experiencia propia en la
localidad y poder consultar con quienes hicieron los registros. Esta es una de las condiciones de
horizontalidad en el trabajo etnogrfico, opuesto a la usual divisin entre recoleccin de datos y
anlisis que marcan otras tradiciones investigativas.
El requisito de hacer pblicos y compartibles los registros tiene ciertas consecuencias tcnicas.
Resulta mejor contar con registros que incluyan una versin lo ms textual posible de lo que se dijo
y se escuch. Desde luego, la textualidad no es del todo posible, aun cuando se graba; al escuchar y
transcribir continuamente interpretamos de alguna manera, entre varias posibles, lo dicho por el
hablante. Al registrar se nos escapan palabras y frases desconocidas, olvidamos nuestras propias
intervenciones, resumimos el sentido de lo dicho, eliminamos repeticiones, etc. No obstante, es
posible en cierta medida distinguir y marcar mayores niveles de textualidad del discurso
documentado o aproximarse a la oralidad en la transcripcin del discurso grabado. Generalmente
son ms valiosos los fragmentos ms textuales del discurso que el todo resumido en palabras del
investigador.
Cmo sabemos cundo se tiene suficiente informacin? Observacin y construccin paralelas van
adquiriendo coherencia. Empieza a ser posible prever, desde lo construido, lo que se observar.
Empieza a darse cierto cierre no sin muchos huecos, lagunas y pistas no seguidas- en la
concepcin que orienta el trabajo de campo. Pero este momento no es previsible o normable
tcnicamente. Depende tanto del avance conceptual del proceso de investigacin como del avance
emprico. Y el avance conceptual, integrado al anlisis en la buena tradicin etnogrfica debe tomar
mucho ms tiempo que el trabajo de campo.
Observar y escribir
Describir e interpretar
Otro problema de la construccin de los registros se expresa como la distincin entre interpretar y
describir. Esta distincin nos llevo inicialmente a registrar la descripcin y la interpretacin
aparte, en columnas, con el supuesto de poder separar uno y otro: como entrenamiento funcion.
Nos obligo a tomar cierta conciencia de los procesos ms evidentes de interpretacin, de
evaluacin, etc. Y tender hacia una mayor fidelidad en el registro del intercambio verbal. Lo cierto,
sin embargo, es que la distincin es estrictamente imposible. A toda descripcin le antecede ya una
conceptualizacin, algn nivel de interpretacin. El registro descriptivo est mediado por
interpretaciones semnticas de la interaccin verbal, de las cuales a veces solo nos damos cuenta en
momentos en que diferimos dos observaciones en las palabras mismas que suponemos haber
escuchado. La selectividad de nuestra atencin, observacin y registro implica la interpretacin de
aquello que es comprensible, significativo, estructurable; de lo que es normal ver y or en
determinada situacin. La precisin con la que relatamos y escribimos la descripcin misma implica
ya varios niveles de interpretacin.
La relacin necesaria entre la interpretacin y la observacin (que est en el fondo de la relacin
teora-descripcin) tiene consecuencias para la forma en que se observa y se registra. Reconocer esa
relacin no significa negar la especificidad de la descripcin, ni avalar un registro que pierda
contacto con lo observado o escuchado y documente slo la lectura del observador, sino
comprender que la descripcin de lo observado y escuchado se hace desde algn lugar. No
presupone un relativismo subjetivista, que considere igualmente buenas todas las interpretaciones
posibles: algunas conceptualizaciones permiten construir, efectivamente, una mejor (ms rica, ms
compleja, ms determinada) descripcin que otras. Finalmente, el reconocimiento de la relacin
entre interpretacin y descripcin nos obliga a la progresiva modificacin de nuestras
conceptualizaciones, como parte del proceso etnogrfico, para poder hacer mejores descripciones.
Este proceso requiere una disciplina de campo, un esfuerzo por ampliar la mirada para poder
registrar, tal cual, ms de lo que se observa y se escucha: La consigna es registrarlo todo, aun
sabindolo imposible. No se vale hacer registros pobres, bajo el pretexto de que no es posible
registrarlo todo.
Desde luego, tambin hay lmites a lo que es pertinente incluir en el registro. En un extremo,
optamos por no reportar las conductas observables, o las caractersticas fsicas de los lugares, a
la conductista, como si stas fueran lo ms objetivo (aunque stas pueden ser, desde luego,
pertinentes para ciertas bsquedas o conceptualizaciones). Preferimos confiar un tanto en nuestra
interpretacin contextual, inmediata, de estas conductas o de esos fenmenos fsicos (los casos ms
frecuentes son los tonos del habla, que optamos por interpretar y registrar en cuanto significado
de lo dicho) y atender a las interpretaciones que ofrecen otros sujetos presentes, las cuales
constituyen una forma de vigilancia frente a nuestra propia interpretacin de los hechos.
Por otra parte, preferimos limitar las interpretaciones explicitas en el registro a aquellas que se dan
en la situacin misma de la observacin o bien que aportan informacin contextual, y no incluir en
el registro de campo todos los mltiples niveles de interpretacin posibles, que se reservan para el
proceso de anlisis. Si bien estas distinciones que sostenemos no siempre son claras en los hechos,
dan cierta idea de los lmites de lo que es pertinente incluir en los registros.
La discusin en torno a la descripcin y la interpretacin se relaciona tradicionalmente con esa otra
interrogacin constante a la etnografa: la cuestin de la objetividad y la subjetividad. Sin entrar
en las complicadas redes de argumentacin epistemolgica de este problema, cabe una ltima
reflexin sobre el sentido de la construccin de los registros de campo; su propsito no es tanto
lograr la objetividad como asegurar la objetivizacin, por escrito, lo mas amplia posible, de la
experiencia de campo del etngrafo campo sujeto, de tal forma esta puede someterse despus,
repetidas veces, a la reflexin y al anlisis. La objetividad es ms bien logro, siempre relativo, del
proceso de anlisis, logro que debe ms a la consistencia y coherencia del trabajo conceptual que a
las condiciones de la percepcin primaria en el campo. Es un logro que es tanto ms solo dio,
cuanto ms se haya podido incluir conscientemente en lugar de eliminar, en los registros y notas de
campo, la subjetividad afectiva y cognitiva de uno en el proceso de campo. La reflexin sobre esta
subjetividad y sus implicaciones en lo que se construy, observ y registr en el campo es una
condicin necesaria para el anlisis etnogrfico.
Sin duda, el problema central de la investigacin etnogrfica es qu hacer con los montones de
notas, registros transcripciones y materiales cualitativos que resultan del trabajo de campo. Existen
muchas salidas a este problema que no son consecuentes con el planteamiento de un estudio
etnogrfico. De hecho, se tiende a pensar en la etnografa slo como una tcnica de observacin de
campo, olvidando que se define centralmente por la construccin de un determinado tipo de texto,
una descripcin etnogrfica. Estas salidas incluyen desde la ms sencilla (y vlida) de encarpetar las
entrevistas como testimonios, con un breve texto introductorio, hasta los esfuerzos ms sistemticos
de convertir todas las observaciones en cuadros estadsticos, previo arduo proceso de codificacin
de los datos; este proceso generalmente no se justifica, ya que todo el tiempo requerido por el
trabajo de campo se podra haber ahorrado utilizando una tcnica estructurada (codificada) para la
observacin de campo. Los registros de campo slo son tiles en el proceso de construccin de
conocimientos si se integran en un sistemtico anlisis cualitativo, etnogrfico.
En nuestra experiencia el anlisis etnogrfico es un trabajo especifico que conduce a la construccin
de nuevas relaciones, no previstas antes de hacer el anlisis. Segn esta definicin, se ha hecho
anlisis cuando las concepciones que se tuvieron acerca del objeto de estudio al inicio del estudio
resultan transformadas (modificadas, complejizadas, condicionadas, determinadas, etc.) en alguna
medida. El anlisis etnogrfico no responde a un procedimiento tcnico idntico para todo estudio;
el mtodo (camino) del anlisis debe mantenerse en cada caso, segn las caractersticas particulares
del objeto de estudio. Desde luego, para determinados objetos de estudio, (ejemplo parentesco,
interaccin verbal, discurso, ritual, etc.) existe ya una historia investigativa que puede sealar al
investigador los caminos andados; en otros casos, la bsqueda de formas de anlisis recin empieza.
El anlisis es un proceso, un trabajo especifico. Abarca la mayor parte del tiempo de un estudio
etnogrfico. Se inicia de hecho con las primeras decisiones en el proceso de observacin (qu
mirar? qu registrar?) y no termina sino con las ltimas fases de redaccin y articulacin de la
descripcin etnogrfica. Pero entre inicio y fin requiere una larga serie de operaciones intermedias
consistentes materialmente en la elaboracin de escritos sucesivos (notas, registros ampliados,
cuadros o fichas, descripciones analticas, etc.) que impiden que la investigacin se convierta en
una simple validacin o ilustracin, con fragmentos de registro, de una concepcin del objeto que
se ha mantenido sin modificacin durante el proceso investigativo. El proceso analtico en la
etnografa debe lograr la construccin de relaciones particulares que definan las formas materiales,
locales, del fenmeno estudiado, es decir, que permitan integrar teora y descripcin.
Uso el trmino anlisis y no interpretacin para denominar este proceso en trminos globales,
por varias razones. Primero, es importante deslindarlo de cierta nocin de interpretacin de los
datos o de los resultados, de tradicin positivista, que se sita fuera del proceso investigativo de
la idea, los datos son los datos, cada quien los interpreta a su manera, desde determinada teora.
Tambin interesa distinguir el anlisis etnogrfico de la interpretacin hermenutica centrada en la
comprensin del texto. Desde luego este tipo de interpretacin forma parte del proceso analtico en
la etnografa en diferentes niveles u rdenes; para muchos antroplogos (Geertz 1973, Erickson
1983) es incluso la caracterstica definitiva de la etnografa. Sin embargo hay varios problemas con
esta nocin de interpretacin, por las cuales prefiero hablar del anlisis etnogrfico. La
interpretacin se define centralmente en trminos de la comprensin del significado otorgado por
los sujetos a su propia realidad social. An cuando intervenga la conceptualizacin propia del
investigador. Desde nuestra concepcin, no comprende el proceso de construccin del objeto de
estudio o transformacin conceptual que caracteriza al anlisis etnogrfico. En segundo lugar, la
idea de interpretacin alude ms bien a la lectura y parfrasis del material para construir nuevas
relaciones conceptuales. Finalmente, en la nocin de interpretacin persiste cierto relativismo que
da poca posibilidad de distinguir calidades de trabajo analtico o encontrar mejores construcciones
del objeto de estudio y no solo confrontar alternativas de interpretacin consideradas igualmente
vlidas.
El anlisis etnogrfico suele transformar la conceptualizacin del objeto de estudio. Por eso el
proceso es fundamentalmente diferente al de confirmar o rechazar hiptesis o bien de ilustrar
propuestas deductivas, aun cuando existan momentos que tal vez se puedan describir en esos
trminos. Tambin es diferente al de ofrecer una lectura, desde una posicin tomada, de
determinado documento, aun cuando esas lecturas sean parte del proceso. Consideremos que se ha
hecho anlisis etnogrfico cuando se modifica sustancialmente la conceptualizacin inicial del
objeto de estudio; cuando, a consecuencia de la construccin de nuevas relaciones, se puede dar
cuenta del orden particular, local y complejo del fenmeno estudiado; cuando la descripcin final es
ms rica, ms densa (Geertz, 1973), que la descripcin inicial.
Nunca emerge uno de la experiencia etnogrfica pensando lo mismo sobre el asunto que al inicio;
no se trata tanto de descomprobar y desechar esa concepcin original, como de complejizar,
matizar, enriquecer y abrirla, dar contenido concreto a aquellas ideas iniciales, abstractas, que
provee la teora como punto de partida12.
El proceso real de anlisis
Si bien creo que es posible empezar a explicitar las formas de hacer anlisis etnogrfico, es
importante no idealizar o modelar un mtodo, por lo cual empezar con una reflexin sobre el
proceso real. En el anlisis etnogrfico, el inicio rara vez es claro. Se tienen preguntas, problemas o
nociones tericas ms o menos elaboradas, categoras con poca o mucha vinculacin con lo
emprico.
El anlisis se inicia en la proximidad de la interaccin de campo y con la aparente distancia frente a
los modelos o conceptos tericos con los que contamos aunque estos siempre estn all en juego. Al
empezar a manejar los registros, empezar a entender qu pasa aqu?, se ponen en juego,
inevitablemente, recursos que provienen de todo el conocimiento previo y del sentido comn, y no
slo los conceptos tericos reunidos para el estudio. Los conceptos tericos reunidos
frecuentemente parecen quedarles grandes a los materiales, engloban todo y no dejan distinguir
entre un suceso y otro, por ser demasiado abstractos. Se nos presentan de inmediato conceptos que
resumen, clasifican y dicotomizan lo que observamos y lo que presenciamos. Pero lo abstracto e
indeterminado de estos conceptos iniciales, cuando no lo difuso o lo rgido, difcilmente apresan la
riqueza de la vida cotidiana.
Paradjicamente, en los momentos iniciales del proceso real se presenta la disyuntiva entre
quedarse con una construccin abstracta demasiado precipitada, generalmente sin haber hecho todo
el anlisis posible, y aceptar un estado de confusin, de caos aparente. Se da el momento, se tiene
frecuentemente la sensacin de perderse Cmo no perderse? Cmo reconocer que esto es una
parte necesaria del proceso analtico?
En el sentido material, el proceso analtico no es ms que una secuencia larga en que se alternan la
lectura y la escritura; le re-lectura y la re-escritura. Siempre es necesario regresar a las notas, a los
registros iniciales, a aquellos escritos que constituyen, a partir de la experiencia de campo, el primer
paso analtico. La lectura de los registros constituye, a su vez, una nueva observacin; de hecho
frecuentemente tiene uno la sensacin de estar viendo por primera vez algo que no se haba visto,
al releer, por ensima vez, los registros que uno mismo escribi. Estas observaciones nuevas son
consecuencia de la construccin terica, tambin nueva, que acompaa el proceso analtico.
El material con el cual se trabaja, recogido en el campo, se presenta de muy diferentes formas, que
mantienen distintas relaciones con la forma del objeto que se intenta construir. Por eso es necesario
tambin construir un mtodo especfico para analizar los materiales en cada caso, segn las
relaciones que constituyen el objeto de estudio. En algunos casos, la informacin necesaria ya viene
etiquetada: se encuentran, en ciertos momentos o eventos, categoras bien delineadas en el mismo
discurso social; existen normas explicitas, categoras sociales que indican relaciones reales. En otros
casos se presenta de manera mucho ms fragmentaria, oculta, cotidiana y no existen las categoras
sociales que ayuden a indicar diferencias significativas13.
Los materiales contienen muy diferentes tipos de informacin; por ejemplo, hay contrastes entre:
Los detalles diarios, rutinarios, que tal vez se ven al principio y luego se vuelven predecibles,
familiares, y a veces dejan de registrarse.
Los fragmentos dispersos en informacin que dan varias personas, o bien que se observan en
diferentes momentos, y que de manera aislada significan poco, pero que se vuelven inteligibles al
reconstruir tramas completas, siguiendo las pistas iniciales.
Situaciones clave, que revelan aspectos o relaciones generalmente ocultadas (al investigador) por
la rutina diaria o por el discurso normativo.
Situaciones sntesis, ricos, comprensibles en funcin de mltiples informaciones previas (de
contexto, momentos, sujeto, etc.), que permiten articular una gran cantidad de datos alrededor de
ciertas relaciones.
Situaciones recurrentes que reproducen, a veces con casi idntica secuencia o sentido, las
tradiciones ms reconocibles de la vida cotidiana.
Al inicio del proceso analtico, en las primeras lecturas de los registros, suelen intentarse tres cosas
que son poco fructferas, aunque tal vez inevitables. La primera es algo conocido como la
adecuacin ad hoc de fragmentos de registros a categoras posibles. Un detalle, discurso o suceso
se toma como instancia de tal relacin, proceso, tipo, etc.; otro fragmento se vuelve significativo
para otra relacin. Este procedimiento generalmente resulta en la dispersin, reflejada en la
incoherencia de los primeros textos analticos, previos al recorte y la definicin de ejes que ordenen
el anlisis. Otra cosa que suele suceder inicialmente es que se lea todo registro como instancia de
determinado proceso o concepto (todo es reproduccin o bien todo es resistencia). No se cuenta
con categoras suficientemente finas para poder afirmar o negar la pertinencia o existencia de
ciertos procesos o relaciones en relacin con la realidad estudiada. Nuevamente, slo el trabajo
conceptual permite delimitar conceptos y desglosar categoras para poder distinguir los matices
presentes en lo cotidiano.
Seguramente es necesaria cierta etapa de notas y reflexiones al inicio del proceso analtico. Sin
embargo ninguna de las dos tendencias la lectura ad hoc y la lectura reduccionista agota las
posibilidades indiciarias (como dira Ginzburg) del material de campo ni resuelve la construccin
de una descripcin analtica. La interpretacin terica de fragmentos particulares de los registros
generalmente implica saltarse una serie de mediaciones conceptuales o niveles de abstraccin, al no
reconstruir algunos de los mltiples contextos en los que se encuentran insertos esos fragmentos. En
el segundo caso, el trabajo de construccin se localiza en un nivel demasiado abstracto, en que se
postulan relaciones conceptuales esquemticas antes de realizar el anlisis ms completo del
material de campo. Esta construccin puede tener su propia validez terica; pero difcilmente
permite articular una descripcin analtica de las relaciones locales particulares, que son el objeto de
un estudio etnogrfico; no apresa los procesos particulares que efectivamente operan en la localidad
estudiada.
La tercera tendencia inicial en el proceso real de anlisis se debe a la misma complejidad y cantidad
del material (notas, registros, transcripciones, entrevistas abiertas) que se generan en el campo; es el
intento de reducir o de procesar los datos con algn sistema de clasificacin y codificacin, con
miras a manejar posteriormente slo los datos codificados, y no los registros originales. Salvo que
se tengan ya muy claras las categoras que efectivamente se necesitaran para determinado anlisis
(en cuyo caso generalmente se debiera haber utilizado alguna tcnica ms estructurada en el trabajo
de campo), este camino no parece funcionar muy bien al inicio del estudio etnogrfico. Su
sistematicidad descansa sobre la determinacin de categoras y unidades da anlisis (qu se
codifica, la entrevista o el rengln?) que esconden a la vez niveles de interpretacin para los cuales
generalmente no se esta preparado, conceptualmente, al inicio del estudio. La mayora de las
categoras (salvo las ms elementales) son producto del trabajo conceptual realizado durante las
sucesivas etapas del anlisis, de tal forma que es ms fcil realizar una sistematizacin de la
informacin pertinente hacia el final del proceso.
Otro problema en este procedimiento es que los materiales de campo sirven para varios objetos de
estudio distintos; un mismo registro o fragmento se puede utilizar de distinta forma para cada
objeto. El conjunto de usos posibles de los registros es demasiado difcil de prever al inicio del
estudio para poder disear un sistema de codificacin exhaustivo. Finalmente, este tipo de tcnicas
tiende a la larga a generar una gran cantidad de trabajo relativamente mecnico que no es
compensado en tiempo, dada la necesidad (y las ventajas) del continuo retorno a los registros
originales.
Frente a estos dos ltimos procedimientos (la formalizacin esquemtica y la codificacin
sistemtica), aparentemente ms ordenados, el proceso alternativo del anlisis etnogrfico puede
parecer bastante azaroso o desordenado. El eje ordenador es el trabajo conceptual, la permanente
explicitacin de lo que se esta viendo o construyendo; pero a la vez es necesario suspender una
formulacin terica abstracta, total, demasiado precipitada, y definir el aparato conceptual necesario
para el anlisis en interaccin con el material de campo y en los sucesivos intentos de construir
descripciones.
En el proceso real se intercalan periodos de campo con periodos da anlisis y de lectura terica o
temtica y periodos de elaboracin conceptual y precisin de categoras. La secuencia de estas
actividades depende de muchos factores; entre stos destacan la angustia y la seguridad de uno, las
defensas o las energas que se tienen para realizar determinadas actividades en determinados
momentos. A veces se va al campo en una aparente desestructuracin total, para pisar tierra o
retomar los referentes ms concretos de los discursos tericos. Otras veces se arman modelos
conceptuales desde lecturas tericas, que a poco tiempo se quiebran contra la realidad observable o
bien se fortalecen al construirse los vnculos con los elementos observados. A veces se sumerge uno
en tareas seguras pero agotadoras como la trascripcin; a veces se distancia uno por la sensacin de
tener demasiado material, o de no tener nada que decir porque todo se ha vuelto tan familiar y
obvio. Todo este proceso es normal, es parte necesario del camino real.
En el camino se emprenden ciertas actividades como parte del proceso formativo dentro de la
etnografa. Se entrena la capacidad de notar, de observar desde la periferia de nuestra atencin
posible; de buscar pistas, detalles, indicios, evidencias, respecto a nuestros esquemas; de ver las
relaciones que nos sealan los sujetos interrogados; de dejar que estos indicios se conviertan en
perturbaciones (diran los piagetianos) en nuestras conceptualizaciones iniciales. Otra capacidad
se organiza alrededor de un esfuerzo sistemtico por ligar, conceptos abstractos y elementos
observables, recordando en las categoras elegidas (los contraejemplos).
Intervienen en el proceso mltiples tareas y habilidades: el esfuerzo por tornar conscientes nuestros
procesos de inferencia continua y ponerlos a prueba en la bsqueda en el campo o en las notas; el
hbito de debatir las interpretaciones logradas, con uno mismo y con otros del equipo. La disciplina
necesaria de escribir, de escribir mucho, todo lo posible dentro de los marcos siempre demasiado
restringidos dada la enorme magnitud de los pequeos mundos que exploramos en la etnografa.
La disposicin de pensar sobre lo registrado con los conceptos tericos, y no solo sobre los
conceptos tericos (dira Geertz). En este proceso las continuidades y rupturas entre conceptos
tericos y sentidos comunes (propios y ajenos) se van precisando. En ese sentido, en lugar de buscar
mtodos para tratar los datos (estadstica, anlisis del discurso, etc.) que sean libres del sujeto
(aun cuando stas pueden ser tiles de vez en cuando), se disciplina a la subjetividad presente en
todo el proceso analtico para cuidar (vigilar diran los bachelardinos) la validez de las
afirmaciones que se aventuran.
Poco a poco, en esta alternacin entre observacin y anlisis se van haciendo inteligibles cada vez
ms desde el trabajo conceptual. Se van descartando esquemas iniciales y construyendo categoras
que posibilitan observar ms cosas en los materiales de campo. A veces, en este proceso, se tiene la
sensacin de que algo surge de los datos, pero desde luego, sin el trabajo conceptual no surge
nada; ms bien desde este trabajo se van integrando los fragmentos analizados en concepciones
cada vez ms articuladas. Mediante estas concepciones se arman nuevas tramas descriptivas y estas
a su vez exigen reestructuraciones en la conceptualizacin del objeto.
En todo este proceso, ciertas formas de elaborar el material posibilitan este trabajo conceptual, al
proporcionar los textos sobre los cuales trabajar. Una de las formas centrales de hacer este trabajo es
la elaboracin de lo que llamamos descripciones analticas, en las que se muestran las relaciones
construidas mediante una descripcin extensa de un evento o proceso concreto, reordenado de
acuerdo a las categoras analticas utilizadas, pero que a la vez conserve el detalle de los hechos
observados.
En las sucesivas aproximaciones escritas se va logrando mayor concrecin y mayor coherencia en
relacin con el objeto de estudio. Se empieza a delinear aquello que realmente es posible construir
dada la informacin que se tiene y los conceptos que se puede explicitar. Es en este proceso, a
medio camino, que se pueden precisar y seleccionar o jerarquizar las categoras que pueden ordenar
el anlisis y la exposicin.
Generalmente slo es posible plantear los ejes que den coherencia a las descripciones analticas
despus de varios intentos de analizar registros. Esto se debe, en parte, a las ventajas de tener alguna
versin la que sea, de lo que hemos podido observar, objetivada por escrito, para detectar ah los
esquemas implcitos que de hecho han estado operando en nuestro pensamiento, y sobre esos poder
hacer el trabajo terico de precisar los ejes y las categoras de descripciones posteriores.
En cierto momento, a medio camino del proceso real, se llega a un cierre en la conceptualizacin.
Esto generalmente significa recortar el objeto y desechar numerosas ideas que sedujeron a uno en la
etapa inicial; pero a la vez permite fijar los ejes articuladores de la exposicin. A veces describimos
este momento como aquel en que se puede explicitar la lgica de lo construido como resultado
del anlisis de los materiales.
La explicitacin de esta lgica es tal vez el momento central de todo proceso analtico. Se expone la
relevancia general de las relaciones que realmente tomaron forma en las sucesivas descripciones
analticas ya hechas, y que mantienen una coherencia tal que se puede hablar de un objeto de
estudio. En esto, evidentemente quedan fuera relaciones (conceptos, ideas) que no pueden mostrarse
como presentes en la localidad observada, aunque se hayan anticipado tericamente, as como
aquellas que no pueden mostrarse inteligibles o no pueden explicarse dentro del conjunto de
relaciones construidas.
Una vez lograda esta explicitacin de las relaciones (la lgica) que conforman el objeto construido,
el resto del proceso analtico es ms ordenado que las primeras etapas. Generalmente no es posible
iniciar el proceso analtico con este nivel de explicitacin del objeto; los primeros intentos
analticos, con todo lo esquemtico, disperso o emprico que pueden ser, son momentos necesarios
para llegar a este punto de definicin. Despus de este momento, es generalmente posible establecer
el esquema final de la exposicin y realizar el ltimo paso analtico; la redaccin del informe final.
Esta etapa aun requiere mucho trabajo. Generalmente las descripciones analticas ya redactadas
quedaran totalmente reordenadas bajo una secuencia de categoras nuevas que expresan las
relaciones construidas. Si la exposicin no ha de ser una larga serie de registros comentados
(aunque algunos han resuelto el problema por esta va), el material debe reordenarse en apoyo a los
conceptos (procesos, relaciones, etc.) centrales que se presentan. En el mejor de los casos, se logra
simultneamente la riqueza descriptiva de la localidad y la fuerza conceptual de determinadas
relaciones que se han logrado construir (vase por ejemplo, los clsicos como Los Argonautas del
Pacfico de Malinowski)
A pesar de ser resultado de un proceso de recorte y precisin conceptual (o ms bien, por ello), la
lgica de lo construido frecuentemente permite recuperar una gran cantidad de informacin
dispersa que se tena. Es en esta ltima etapa en que resulta ms productiva la bsqueda sistemtica
en todo el material de campo de las instancias o fragmentos que apoyan, o bien que obligan a
motivar o a modificar, las relaciones propuestas. En este momento un sistema especfico de
ordenamiento o codificacin de los registros (con sistemas de fichas, etc.) puede ayudar a integrar
de manera exhaustiva, y no solo ilustrativa, el material de campo y a dar riqueza a las descripciones
finalmente incluidas en la exposicin.
En esta ltima etapa es particularmente importante distinguir los diferentes niveles de abstraccin
en que se est trabajando y separar aquellos niveles que dan relevancia general a los resultados de
los que dan cuenta de realidades particulares. Este equilibrio entre lo particular y lo general se ha
sealado como uno de los problemas centrales de la investigacin etnogrfica ya que no se puede
eliminar a ninguno de los polos (Erickson, 1972)
El proceso real de anlisis puede seguir caminos muy diversos segn el objeto de estudio, el sujeto
que investiga o el momento de la historia social del conocimiento de ese objeto. Sin embargo, es
posible distinguir, analticamente, algunos problemas generales, cuya solucin es ms bien de orden
conceptual que tcnico; entre estos, los problemas de escala, de unidad de anlisis, de nivel de
abstraccin, y de la relacin entre categoras sociales y categoras tericas. Por otra parte, tambin
parece ser posible explicitar y compartir algunas de las operaciones analticas que hemos
encontrado de utilidad frente al problema concreto de qu hacer con los materiales de campo.
Objeto de estudio
Una primera precisin para la discusin sobre el proceso es recordar el hecho obvio de que el objeto
de estudio es distinto del referente emprico. El objeto de estudio no es la cosa real, sino el
producto del proceso de construccin. Es (dira Geertz) una ficcin, en el sentido de algo que se
fabrica, para dar cuenta de ciertos aspectos de la realidad. El referente emprico, en cambio, es
aquella localidad particular donde se realiza el trabajo de campo que provee la base documental
para la investigacin.
La definicin del objeto de estudio corresponde a la perspectiva terica del estudio. Qu forma
tiene el objeto? Se busca construir un conocimiento de tipos, estructuras, sistemas o procesos?
Cmo se definen las relaciones que constituyen el objeto que se intenta o logra construir? Estas
aproximaciones iniciales a lo que ser concebido como el objeto de estudio marcan pautas para las
formas de anlisis. El objeto de estudio se construye tericamente, mediante el uso de categoras
que vinculan las relaciones conceptuales con el referente emprico. La escala, el nivel y el carcter
de esas categoras son problemas generales del proceso de anlisis.
Escalas
Una consideracin constante en el proceso de anlisis es la distincin entre nivel y escala. Una
discusin ineludible en la investigacin etnogrfica es el del llamado nivel micro vs el nivel
macro; preferimos referirnos a esto como escala (siguiendo a R. Garca) y llevar esta idea de escala
(siguiendo a R. Garca) ms all de la dicotoma (micro / macro) para poder hablar de diferentes
magnitudes de unidades de tiempo y de espacio que son bsicas en la construccin de una
descripcin analtica y un estudio etnogrfico.
La escala es el tamao de la unidad analtica. Centmetros, metros, kilmetros, o segundos, das o
aos, como unidades, son pertinentes a ciertos objetos del mundo fsico. Lo mismo ocurre en lo
social: existen situaciones en que los segundos son significativos14. En otros casos, aun el ao o el
sexenio son unidades demasiado cortas para poder registrar cambios significativos. La expresin del
problema de escala de tiempo en la historia es la periodizacin y la tensin entre el acontecimiento
y la larga duracin.
La escala espacial es igualmente importante, tanto fsica como metodolgicamente; dentro de los
horizontes del saln de clase, de la vida escolar, o de la dinmica de los sistemas escolares, existen
caractersticas par6ticulares, que no necesariamente se dan de la misma manera en una u otra escala.
La lgica propia de cada una debe combinarse con las determinaciones que provienen de otras
escalas, para poder comprender la conformacin particular de la localidad que se estudia.
Dentro del trabajo etnogrfico existe un marco particular, el del mbito cotidiano, que de hecho
presupone un recorte de escala. El trabajo emprico se realiza en el marco de un pequeo mundo,
accesible temporal y espacialmente mediante la experiencia directa del investigador. Este marco es
punto de partida necesario en ambas direcciones. Hacia unidades mayores, se trabaja con los
contextos sociales que inciden en lo cotidiano, que lo determinan o lo explican, y de los cuales se
tiene referencia; o se trabaja hacia la dimensin histrica cuyas huellas son conservadas en lo
cotidiano por la memoria o tradicin oral o documentada. Hacia lo micro, se recortan eventos,
secuencias de interaccin, unidades menores del discurso o de la practica social, delimitaciones que
son necesarias para poder distinguir lo significativo de la accin cotidiana. Lo cotidiano, como
delimitacin de escala, suele estar integrado necesariamente al proceso etnogrfico , pero no
necesariamente define el alcance o la relimitacin del objeto de estudio.
Unidades de anlisis
En la etnografa es tan importante como en cualquier investigacin pensar en la unidad de anlisis,
aunque parece ser ms difcil hacerlo. En otro tipo de investigacin es ms claro, porque la unidad
se relaciona casi mecnicamente con operaciones como la determinacin de la muestra: la unidad es
la escuela si el estudio se basa en una muestra de escuelas, de la cual se obtienen datos
correspondientes a determinadas categoras, pertinentes para esa unidad de anlisis. Se caracteriza a
la escuela por su tipo, tamao, nmero de alumnos, ndice de aprovechamiento, contexto, etc., pero
no por su aprendizaje, lo cual se refiere a otra unidad, el alumno, etc.
En la etnografa todo esto es mucho ms complejo, ya que suelen intervenir varias unidades de
anlisis en un estudio y no siempre tienen estos una relacin lineal con las unidades de informacin
de campo. Por ejemplo, se puede considerar la clase escolar como unidad, que corresponde en
este caso a su registro o trascripcin; pero otras unidades, escuela o historia del maestro,
remiten a informacin de muy distinto tipo o fuente, incluyendo mltiples observaciones,
documentos, entrevistas, etc. Tambin puede suceder que la unidad de anlisis de hecho rebase la
unidad formal que se observa en el campo; es el caso de las asambleas, que generalmente son
bastante poco comprensibles en s mismas y requieren la inclusin de toda la cocinada previa o
paralela y el desenlace particular, como partes de la unidad; solo una secuencia de situaciones
ligadas permite comprender que pasa en este caso.
Por qu importa la unidad de anlisis? Primero, esta debe corresponder al objeto de estudio y a la
escala de fenmenos en que se plantea la investigacin. No es suficiente el anlisis fino
sociolingstico, para conocer el contexto institucional o las consecuencias sociales de una
negociacin global de una clase no permite interpretaciones acerca de la interaccin o las
competencias lingsticas. Pensar en la unidad de anlisis permite adems observas ms
sistemticamente la variacin. Por ejemplo, se puede mantener constante la escuela como contexto,
y analizar qu sucede en diferentes eventos o reas, como unidades de anlisis, o a la inversa,
mantener constante el tipo de evento o el rea, y analizar lo que pasa en diferentes escuelas o con
diferentes maestros, como unidades de anlisis. Por otra parte, la unidad de anlisis es importante
para cualquier referencia a recurrencias o cualquier intento de contrastacin. En ambos casos es
necesario comparar cosas comparables. No se puede utilizar unidades dismiles para mostrar la
presencia, ausencia o frecuencia de ciertos rasgos o de significados contrastantes. No se puede
comparar, por ejemplo, unidades del discurso en un caso, con unidades de la prctica en otro caso,
para inferir contrastes de fondo. No se vale usar centmetros en un caso, y metros en otro caso,
para comparar frecuencias, y es fcil caer en eso en el anlisis cualitativo. Es importante no usar
categoras que son inclusivas de otras en la misma clasificacin y conteo de frecuencias; se
requiere, aun en el anlisis cualitativo, que las categoras sean discretas y relevantes para las
unidades analticas utilizadas .
Niveles
Por niveles, palabra de mltiples sentidos, me refiero bsicamente a los niveles de abstraccin de
las categoras utilizadas en el anlisis. Dentro de cualquier escala es posible utilizar categoras de
mayor o de menor nivel de abstraccin para sealar la continuidad y discontinuidad de los
fenmenos.
Primero, es importante notar que cualquier categora, cualquier lenguaje que se usa para describir
determinada realidad, implica algn nivel de abstraccin. Incluso las categoras sociales usadas
cotidianamente para denominar cosas del mundo social pueden ser muy abstractas15.
En este sentido, no es a partir de los datos concretos que se abstrae, para llegar a un supuesto
contenido esencial. Ms bien se tiende a empezar con ciertos conceptos iniciales muy abstractos
(se suele sintetizar mucho con una palabra o frase, ejemplo A.I.E., reproduccin, o incluso escuela,
maestro alumno), y es necesario progresivamente construir categoras analticas cada vez ms
precisas, que permitan unir los hechos continuos y separar los discontinuos en aquello que
registramos de la experiencia cotidiana en una localidad. En este proceso, se buscan categoras
capaces de dar cuenta de la especificidad de la realidad local, delimitada en el tiempo y el espacio,
en trminos de relaciones que tambin sean relevantes para otras realidades estudiadas. El trabajo
conceptual en la etnografa se orienta hacia la determinacin de estas relaciones generalizadas pero
presentes en ese plano cercano a la localidad estudiada. A partir de estas relaciones, se organiza y
articula la descripcin de la realidad estudiada, la narracin de los hechos. La conciencia de los
diferentes niveles de abstraccin que se jueguen en este trabajo de construccin de relaciones que
explican una conformacin particular es uno de los aspectos ms difciles de todo el proceso
etnogrfico. Las relaciones y los contenidos que definen el objeto de estudio pueden de hecho
plantearse en trminos bastante abstractos, no tematizados en el discurso local; no obstante, deben
efectivamente articular de manera inteligible los hechos concretos observables en la localidad.
Lo particular y lo general
Para abordar la relacin entre lo particular y lo general en etnografa es importante recordar el
hecho de que existen muchas diferentes descripciones posibles de cualquier realidad. Cada
descripcin posible implica alguna conceptualizacin, aun cuando sta sea implcita y poco
coherente (no es lo deseable). Lo importante es que no hay datos puros, no hay descripcin neutra
o aterica de los hechos. Desde luego, en el proceso de investigacin interesa llegar a una
conceptualizacin y se debe ordenar la descripcin que se escoge hacer, y por otra parte permitir
una formulacin ms general del objeto de estudio, es decir una formulacin que pueda,
potencialmente, ser relevante para otras situaciones o casos empricos. Se logra una descripcin ms
coherente, y a la vez ms concreta, inteligible y determinada de la situacin particular, en la medida
que se hayan formulado en trminos generales aquellas relaciones que articulan la descripcin.
En la antropologa la posibilidad de llegar a esa formulacin ms general se da sobre todo cuando se
ha comprendido lo particular del caso estudiado, generalmente con procedimientos de
contrastacin o comparacin que llevan a profundizar en cada caso. El camino hacia adentro lleva
a lo general y permite construir relaciones que llegan a tener cierta fuerza deductiva, es decir
relaciones no slo histricamente reales sino lgicamente necesarias (como dira Levi-Strauss).
Esto no quiere decir que tales relaciones existan en todos lados, sino slo que han sido formuladas
de tal manera que es posible ver si existen o no en otros casos particulares.
Es necesario distinguir la generalizacin de la representatividad de las caractersticas particulares de
la localidad estudiada, dada la variabilidad de los fenmenos. Lo que sucede en una localidad no
necesariamente pasa en otras; en la etnografa, este mismo problema se plantea al interior del
caso Qu tan representativo es lo que observo o lo que me dicen de lo que aqu suele suceder?
Esto lleva ms bien a la necesidad de mltiples observaciones y entrevistas, en diferentes contextos,
para encontrar recurrencias que apoyen esa representatividad interna, o bien para conocer las
circunstancias particulares de lo que no parece ser recurrente.
El problema de la generalizacin es muy distinto, y su solucin es ms bien conceptual que
emprica: es el problema de formular las relaciones del objeto de estudio de tal manera que sean
susceptibles de estudiarse en otros casos. Es evidente que la secuencia particular de los hechos o
los detalles de cada evento son irrepetibles. En la descripcin etnogrfica se intenta construir
relaciones o procesos de valor ms general que articulan y explican esos sucesos particulares y su
variacin. A la vez, es importante volver a lo concreto a las descripciones particulares, para
presentar las formas en que existen o se presentan en la realidad local, de manera orgnica, aquellas
relaciones que por razones analticas se aislan y se formulizan en la exposicin.
Reconstruccin: una segunda operacin caracterstica del anlisis etnogrfico consiste en armar o
reconstruir redes de relaciones tramas de pequeas historias, la secuencia y la lgica de sucesos
relevantes o de series de situaciones entrelazadas o recurrentes.
Generalmente se utiliza para ello una gran cantidad de material obtenido en diferentes momentos y
situaciones, que incluso pueden ser fragmentario y disperso; el material puede incluir detalles que
se notaron y registraron inicialmente sin comprender su relacin con tramas o sucesos
significativos. Inicialmente, comprende varias versiones sobre los mismos hechos (la llamada
triangulacin) e integra observaciones con entrevistas. La recurrencia de ciertos rasgos puede ser
significativa para este tipo de reconstruccin, o bien, una sola situacin sntesis puede revelar de
pronto una dinmica oculta bajo la rutina de todos los das. Este tipo de reconstruccin requiere una
sistemtica y cuidadosa bsqueda de todos los indicios en los registros y, de ser posible, una puesta
a prueba en una nueva etapa de trabajo de campo.
Esta operacin se acerca, metafricamente, a la actividad del arquelogo o del paleontlogo, ya que
un conjunto limitado de fragmentos recogidos deben articularse para conocer la estructura de
sucesos o procesos completos. En este proceso de inferencia se hace evidente el peso del
conocimiento previo y de las conceptualizaciones ms generales que deben permitir generar buenas
hiptesis acerca del significado o lugar de cada fragmento en la estructura global, a la manera en
que el conocimiento de la morfologa o la arquitectura permite reconstruir" la estructura completa
en la cual encajan los fragmentos de evidencia emprica. Las recurrencias y las regularidades
observadas tambin muestran pautas que permiten ubicar, de manera exhaustiva, la informacin
obtenida en el trabajo de campo Si la reconstruccin que se hace es valida, debe permitir prever
ciertos tipos de prcticas o de tendencias o desenlaces de situaciones observadas posteriormente en
el campo.
Explicitacin: Esta operacin de hecho implica el uso de las anteriores, pero obliga a un anlisis
ms exhaustivo de algunos de los eventos o sucesos que por su riqueza sintetizan una gran cantidad
de caractersticas de los fenmenos estudiados. Se trata de re-escribir, de forma mucho ms amplia
que el registro original, aunque igualmente cercano a los detalles particulares de lo que se observ,
una situacin (clase, asamblea, etc.) tratando de explicarse a uno mismo y a otros, lo que sta
pasando en esa situacin. Este ejercicio es mucho ms completo que slo comentar fragmentos de
registros; confronta al investigador con todo lo que no puede explicitar o explicarse y as tiende a
obligar a una bsqueda de informacin adicional (en otros registros o en el campo) que permita
comprender la situacin.
La explicitacin tambin permite objetivar los preconceptos o categoras que uno usa, a menudo
implcitamente, para describir una situacin y por lo mismo, hace posible discutirlas y modificar o
precisarlas. Finalmente, este proceso tiende a posibilitar la formulacin de nuevas relaciones, ms
generales, que articulan la informacin de varios registros.
En este proceso es importante ver los registros como textos que requieren explicitacin y no
como fuentes de datos que se pueden aislar de su contexto de origen. Es importante acercarse de
nuevo a los registros, como si uno no hubiera observado la situacin, seguros de entrar en territorio
desconocido, y seguir todas las pistas hacia la comprensin de la situacin y hacia la construccin
de relaciones variables o constantes. El anlisis se presenta as como una segunda (o tercera o
cuarta) observacin, donde se vuelve a construir el objeto y se apresan, en consecuencia, nuevos
elementos observables.
Dice:
Si la realidad es opaca existen zonas privilegiadas, seales, indicios que permiten descifrarla. Esta
idea constituye el ncleo del paradigma indiciario que se ha abierto camino en los mbitos
cognoscitivos ms variados, modelando en profundidad las ciencias humanas .... Surge sin
embargo la duda acerca de si (el) rigor en este paradigma no ser inalcanzable; en situaciones como
sta el rigor elstico del paradigma indiciario parece ineliminable. Se trata de formas de saber,
tendencialmente mudas, en el sentido de que, como hemos dicho, sus reglas no se prestan a ser
formalizadas y ni siquiera dichas, nadie aprende el oficio de conocedor o de la diagnosis
limitndose a poner en prctica reglas preexistentes; en este tipo de conocimiento entran en juego
elementos imponderables, el olfato , golpe de vista, intuicin]19(19).
Para que ciertas cosas puedan convertirse en indicios, uno debe encontrarse en una posicin
epistemolgica indiciaria, orientar conscientemente la mirada hacia lo otro, hacia lo heterodoxo,
heterogneo, dispar, lo que no encaja en el esquema, como pistas y claves para empezar a
desenredar toda la trama de lo que est ocurriendo y construir nuevas relaciones que puedan
explicar y articular el resto de los elementos observables.
La apertura a potenciales perturbaciones y la flexibilidad y sensibilidad frente a indicios y seales
son elementos necesarios del proceso etnogrfico. No por ello se tiene que concebir el proceso
desde una perspectiva empirista, que supone dejar de lado la teora para tener un acceso directo a la
realidad. Al contrario, consideramos que es justo el continuo trabajo de explicitacin elaboracin
conceptual lo que hace posible integrar las perturbaciones y los indicios. Desde esta perspectiva
existe la necesidad de buscar una forma alternativa (al empirismo o el racionalismo) de concebir la
relacin que de hecho se da en la etnografa entre la observacin y la conceptualizacin, entre la
descripcin y teora. Slo entonces se podr empezar a plantear los trminos en los cuales es
posible ser ms conscientes de este proceso y reflexionar sobre l; una concepcin constructivista
de los procesos cognitivos ofrece esa posibilidad.
A la vez que defendemos el trabajo terico en la etnografa, creemos necesario mantener su carcter
de descripcin. Por qu es la descripcin condicin sine qua non de la etnografa? En parte esto
responde a la bsqueda de una forma de exposicin que rebase a los especialistas, que alcance a un
pblico ms amplio, pero hay otras razones importantes para conservar la descripcin de lo
especfico de la localidad estudiada.
Primero, ya que la validez de las relaciones que se construyen se postula slo para un contexto
dado, se requiere la integracin de este contexto dado al objeto construido. En segundo lugar se
intenta conservar algo de la unicidad y organicidad de la realidad local estudiada frente a todos los
recortes analticos que necesariamente se tiene que hacer en el proceso investigativo ya que nunca
es posible reconstruir completamente la totalidad. Obviamente, cmo en cualquier proceso
investigativo es necesario recortar, categorizar, generalizar y plantear relaciones en distintos niveles
de abstraccin; pero en la exposicin descriptiva de alguna manera se recupera algo de la forma en
que en la realidad esos niveles analticos se presentan ordenados de manera nica. La descripcin
es un producto del proceso analtico y expositivo, en el cual es importante mostrar la construccin
que se ha logrado entre las relaciones abstractas y la realidad local observada. Mediante las
funciones de contextuacin y de especificacin, la descripcin de hecho tambin se constituye en
una explicacin de por qu el objeto estudiado toma ciertas formas en la localidad. Por otra parte,
lo descriptivo de la etnografa sustenta su carcter de documentacin de una realidad local, y por lo
tanto su funcin dentro de la etnologa, para el estudio comparativo.
Finalmente, es importante la reflexin sobre otra preocupacin presente en discusiones y seminarios
en estos aos: la relacin entre la prctica investigativa y la prctica poltica. En la etnografa, sobre
todo por la gama de posibilidades que permite la observacin participante, parece ser importante
distinguir esas prcticas y comprender la relacin entre ellas. La prctica investigativa se
comprende en el contexto de un proceso de construccin de conocimientos cientficos,
generalmente dentro de un marco institucional, por lo tanto es una prctica marcada por esa
insercin. La prctica poltica en un sentido estricto (y no como la dimensin o el sentido poltico
de toda prctica) es un trabajo directivo y organizativo de fuerzas que se juegan en la sociedad
poltica. Es evidente que estos sentidos no son del todo delimitables. Sin embargo, desde una
perspectiva ms cercana a la escala cotidiana (nuestros mundos), creo que es importante mantener
las distinciones correspondientes.
La primera certeza, a pesar de esa distincin, es que ni est ausente la poltica en la construccin del
conocimiento, ni tampoco est ausente el conocimiento en las prcticas estrictamente polticas; la
investigacin como toda actividad cultural interviene en la formacin de fuerzas polticas. Todo
conocimiento difundido entra al juego poltico, reinterpretado y rearticulado. A la vez toda prctica
social, pero tal vez sobre todo la prctica poltica, implica un conocimiento del mundo social y del
momento histrico.
Una segunda precisin es que el contexto institucional u organizativo de ambas prcticas define, por
lo menos en parte, las posibilidades y las limitaciones reales de su interrelacin. La lgica misma
de la investigacin y el proceso del trabajo terico por ejemplo, definen ritmos, tiempos y formas de
relacin frecuentemente incompatibles, en lo cotidiano, con las exigencias de la prctica poltica.
Esta a su vez depende de posiciones y negociaciones respecto al poder estatal y las alianzas de
fuerzas que ordenan jerarquas distintas a la de la investigacin en la actividad cotidiana. Desde
luego no son incompatibles ambas prcticas, pero no debieran confundirse. La combinacin de
ambas prcticas depende mucho de los contextos, lugares y tiempos especficos en que uno trabaja.
Por otra parte la cuestin de escala es relevante, tanto en relacin al conocimiento que se intenta
construir, como a la organizacin y eficacia poltica. Primero, el lugar en que se hace una
investigacin no limita la escala poltica a la que puede ser relevante el conocimiento. En general
esta distincin la hemos expresado como la diferencia entre el estudio de casos y el estudio en
casos. A veces se estudian casos, es decir determinadas instituciones educativas, localidades,
etc., en s, y no simplemente como ejemplo de. En estos estudios el vnculo con una prctica
poltica dentro de la localidad es ms pertinente. Pero frecuentemente se estudia algo en una
localidad para comprender situaciones ms generales. Esto no implica que el conocimiento
resultante sea irrelevante para la poltica sino que puede ser ms valioso a otra escala de accin.
Otra aclaracin importante, sobre todo en la discusin acerca de la investigacin participante, ha
sido pensar en la distincin entre:
La participacin de determinadas personas en el proceso de construccin del conocimiento. La
pregunta sera quines hacen la investigacin y qu intereses, compromisos y conocimientos tienen
respecto a los problemas que estudian.
La inclusin del sentido comn de determinado grupo en los proceso de construccin del
conocimiento. El sentido comn es un conjunto mltiple, heterogneo, que incluye tanto mitos y
certezas como conocimientos y concepciones acerca de lo real. En la etnografa se incluyen de
manera deliberada otros sentidos comunes y adems se vigila de forma ms consciente el propio
sentido comn.
La perspectiva poltica desde la cual se hace el estudio, que no es resultado automtico de los
elementos anteriores, sino que depende del trabajo terico. La perspectiva de cualquier grupo se
comprende tanto por la posicin estructural en la sociedad como por elementos explcitos
(ideolgicos, culturales, etc.) e implcitos de su discurso y prctica social.
La confusin entre estas tres cosas es constante en la discusin acerca de la participacin de la
investigacin y la poltica. Lo ms importante es reconocer que no se implican mutuamente. Por
ejemplo, la participacin de ciertas personas en el estudio no garantiza por s misma que se haga
desde la perspectiva del sector al que pertenecen; esta perspectiva adems puede ser distinta del
sentido comn explcito de ese sector. La integracin de cierta perspectiva poltica tambin
requiere el continuo trabajo conceptual, tanto en el caso de la prctica investigativa como en la
prctica poltica.
Otra pregunta reiterada se ha dado en torno al problema de los juicios o valores y la teora,
vinculada desde luego con el problema poltico de fondo. Un texto de Carlos Pereyra apoy mucho
la reflexin sobre este problema. l plantea, a propsito de la historia donde se da la misma
disyuntiva que encontramos en la etnografa, la discusin en torno a la neutralidad y el
enjuiciamiento.
La funcin terica de la historia (explicar el movimiento anterior de la sociedad) y su funcin
social, (organizar el pasado en funcin de los requerimientos del presente) son complementarias: el
saber intelectual recibe sus estmulos ms profundos de la matriz social en permanente ebullicin y,
a la vez, los conocimientos producidos en la investigacin histrica estn en la base de las
soluciones que se procuran en cada coyuntura. Esta complementariedad; sin embargo, no elimina
las tensiones y desajustes entre ambas funciones. As, por ejemplo, la prolongada discusin en torno
al carcter nocivo o benfico de los juicios de valor en el discurso histrico puede ser vista como
indicacin de que tal complementariedad no carece de fricciones.
Parece obvio que las interpretaciones histricas incluyen siempre juicios de valor muy que ningn
apego a la pretendida objetividad del dato anula el peso de los esquemas ideolgicos en la narracin
explicativa. La tendencia a rehuir los juicios de valor para preservar una supuesta pureza cientfica
y evitar la contaminacin de los ingredientes ideolgicos, exhibe incomprensin seria de cules son
los modos en los que interviene la ideologa en la produccin de conocimientos... sin embargo, no
slo las pretensiones de neutralidad son un obstculo para el desarrollo de la ciencia histrica.
Tambin entorpece este desarrollo la mana de enjuiciar all donde lo que hace falta es explicar...
Algunos se muestran inclinados a creer que centrar el esfuerzo terico en sus propsitos
explicativos (incluyendo, si es preciso, la preocupacin por el matiz) es un prurito intelectual del
que ha de prescindirse para todo fin prctico. Esa creencia se apoya en la idea de que la funcin
social de la historia exige una dosis de maniquesmo y obliga, por ende, a identificar responsables
(tanto culpables como hroes) de la marcha de las cosas. El problema no radica, en la permisible
combinacin en un mismo discurso de argumentos explicativos y juicios de valor, sino en el
desplazamiento del discurso histrico de un campo problemtico presidido por la pregunta por
qu? A otro donde el interrogante clave es quin es el culpable? o, en su caso, quin es el Mesas?
Es mucho ms fcil centrar el examen del proceso social en un ncleo apologtico o denigrativo que
buscar en serio las causas inmediatas y profundas de los fenmenos histricos... Por ello se
pronuncia Febvre no, el historiador no es un juez. El siquiera es juez de instruccin. La historia
no es juzgar; es comprender y hacer comprender.
Si la mana de enjuiciar deriva con facilidad en un obstculo adicional para la explicacin histrica,
ello se debe a que tiende a ocultar la constitucin del mundo social: un proceso formado por
numerosos subprocesos articulados entre s. Los juicios de valor inhiben la recuperacin de las
luchas, sacrificios, forcejeos y contradicciones que integran el movimiento de la sociedad y borran
todo con la tajante distincin entre los principios del bien y del mal. El acatamiento del esfuerzo
explicativo generado por la propensin a juzgar limita la capacidad de pensar histricamente...
Los juicios de valor son inherentes a la funcin social de la historia pero ajenos a su funcin terica.
Un aspecto decisivo del oficio de la historia consiste, precisamente en vigilar que la preocupacin
por la utilidad (poltico-ideolgica) del discurso histrico no resulte en detrimento de su legitimidad
(terica).20
Bibliografa
La lista de referencias que anexamos son textos que contribuyeron de manera importante a lo largo
de estos aos a reconceptualizar el proceso de investigacin y a ver relaciones no consideradas de
antemano. No pretende ser una bibliografa exhaustiva de los asuntos metodolgicos a los que me
he referido, ni tampoco una indicacin de nuestra ubicacin terica o epistemolgica. En todo
caso, son fuente de mltiples reflexiones que enriquecen cualquier proceso de investigacin en esta
lnea.
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