La Ética de La Felicidad y El Deber.
La Ética de La Felicidad y El Deber.
La Ética de La Felicidad y El Deber.
El concepto de felicidad slo puede ser definido poniendo en relacin al hombre con su
existencia y, en consecuencia, con las circunstancias que vive; con su mundo. A pesar de
que el trmino puede recibir muchos matices dependiendo de la poca o de la corriente del
pensamiento dentro de la que sea definido, se puede afirmar que, a grandes rasgos,
consiste en la satisfaccin de uno mismo, en la plenitud de la propia vida. As entendida, la
felicidad surge como un concepto completamente material y mundano, ligado a la vida
ordinaria y a sus vicisitudes.
Aristteles, por su parte, sostena que la felicidad era el resultado de cumplir el propio
destino. Como cada ser tiene sus propias inclinaciones y le corresponde una funcin y un
puesto determinado en la existencia, slo aquellos que cumplen con sus obligaciones
sienten la felicidad verdadera.
Sin embargo, los utilitaristas ingleses, que se dedicaron a imaginar un mundo mejor, no
tardaron en recuperar las ideas de los pensadores ingleses clsicos, como Thomas
Hobbes, quienes ya haban empezado a hablar de la felicidad como el mximo placer o la
ausencia de dolor para el mayor nmero posible de personas. Si la felicidad era una
empresa imposible para un individuo solo, s que era posible para una sociedad organizada
a partir de unos principios utilitaristas.
El liberalismo moderno hered en gran medida las conclusiones del pensamiento utilitarista
en torno a la felicidad. Una muestra de ello es el contenido de las constituciones de las
principales naciones liberales surgidas en el siglo XIX, como los Estados Unidos de
Amrica.
- Sus normas establecen la forma general o intencin con la que debemos actuar sea
cual sea la conducta concreta de que se trate: una conducta es buena si est
realizada con determinada intencin independientemente de los resultados y, por
tanto, si mi conducta me hace feliz o no.
Segn Kant lo que hace buena una conducta no es la conducta misma sino la intencin con
la que la realizamos. Para comprender con qu intencin debemos actuar para que nuestra
conducta sea moralmente buena tenemos que distinguir 3 acciones:
Solo es moralmente aquella conducta que es conforme al deber (necesidad de una accin
por respeto a la ley) y que est hecha con la intencin de respetar el deber
independientemente de las consecuencias de la accin, y por tanto, de si me proporciona
algn beneficio o de si me hace feliz o no. Quien obra por deber reconoce que se debe
hacer algo o no hacerlo porque la ley moral lo exige y debe ser respetada aun contra mis
intereses e inclinaciones. Cumplir con el deber es un imperativo categrico:
- Obra siempre de tal manera que puedas desear que la norma de tu conducta se
torne ley universal.
- Obra siempre de tal modo que utilices a la humanidad, tanto en tu persona como en
la de los dems, siempre como un fin y nunca como un medio.
La tica kantiana es una tica autnoma, pues cada persona elige en cada caso aplicar el
imperativo categrico.
- Los nobles o seores con su moral de seores: son las personas fuertes, superiores,
distinguidas, poderosas que no aceptan sujetarse a normas. Su moral es la moral
de dominador, son personas autnomas porque se dan a si mismas su propias
normas de conducta, creando sus propios valores.
- Los esclavos con la moral de los esclavos: son las personas dbiles, inferiores,
plebeyas, vulgares, cobarde, el rebao, la masa. El esclavo ve con recelo las
virtudes del poderoso y antepone las cualidades del dbil para hacer as ms
soportable su existencia frente al fuerte. Llama malo al poderoso y bueno al
bonachn y simpln.
El superhombre es el nuevo ser humano que ser capaz de llevar a cabo esa transmutacin.
El superhombre conoce la voluntad del poder y el eterno retorno.
Segn Jean Paul Sartre, el ser humano es un ser libre, un proyecto abierto, cuya existencia
est por hacer. Sin valores ni ideas que resuelvan de antemano lo que hemos de hacer,
condenado a ser libre, el ser humano intenta construirse un proyecto individual. Justamente
cuando elegimos que sean otros los que decidan por nosotros actuamos de "mala fe" y
estamos siendo inmorales. La mala fe consiste en el vano intento de eludir la angustia de
decidir por nosotros mismos. Lo contrario de la mala fe es la autenticidad, que consiste en
asumir la carga insoslayable de nuestra libertad, ese es el verdadero imperativo moral.
Formulada por Jrgen Habermas, el objeti es establecer las condiciones en las que una
comunidad podra alcanzar, a travs del dilogo, un consenso universal sobre cules
deber ser sus valores, normas y fines morales.
Segn Habermas las condiciones que deben cumplirse para alcanzar consensos que
respondan verdaderamente a los intereses de los interlocutores son:
- El dilogo debe ser pblico e inclusivo: no puede excluirse a nadie que pueda hacer
una aportacin relevante.
- Igualdad en el ejercicio de las facultades de comunicacin: a todos se les conceden
las mismas oportunidades para expresarse sobre la materia.
- Exclusin del engao y la ilusin: los participantes deben creer lo que dicen.
- Ausencia de coacciones: la comunicacin debe estar libre de restricciones.
TICA FORMAL: (o tica Kantiana) se puede decir que una norma es buena o no a partir
de una caracterstica formal suya, como la posibilidad de ser universal un. Es a tica a priori,
vaca de contenido, cuyas leyes se formulan en imperativos categricos y que no nos dice
qu tenemos que hacer (la materia de una accin) sino cmo tenemos que hacerlo (la
forma).
TICA HETERNOMA: Las normas vienen dadas al ser humano desde fuera, son
objetivas y externas (Dios, naturaleza, autoridad legal). El ser humano slo las interioriza
y obedece.
Adorno y Horkheimer, pertenecientes a esta escuela, pusieron en cuestin desde una ptica
kantiana. Desde esa misma escuela, Habermas, filsofo an vivo, desarroll y prolong al
pensamiento de Kant primero desde la Teora Crtica y, luego, desde una concepcin de la
razn comunicativa.
RELATIVISMO PAPAL
Supone por lo tanto el papa que la religin constituye una garanta para la conducta moral
y, ms an, que sin ella la moralidad corre el peligro de caer en un relativismo en el que
todo vale y prevalecen los inters particulares obre el bien comn.
Benedicto XVI sostiene que toda moral que no se fundamente en la decisin autnoma,
libre y responsable del ser humano se reduce a obedecer normas impuestas desde fuera y
carece de valor tico. Y eso, aun cuando el origen de tales normas sea un mandato divino,
la mera obediencia a los mandamientos de Dios no implica ningn mrito moral. Los valores
morales, para ser autnticos, deber surgir de una decisin autnoma del hombre y no de la
obediencia a un mandato externo, cualquiera que sea su origen. Y en este sentido la moral
es anterior a la religin: aunque Dios no existiera, los deberes morales no perderan nada
de su fuerza. Pero para Kant Dios no era un legislador que impone sus mandatos, sino la
coronacin del orden moral.