Resumenes Parcial-Final (Todoss)
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INTRODUCCIN.
Gran parte de lo que hacen los profesores apremiados por las exigencias del momento, no es
premeditado; es de naturaleza intuitiva. Surge una situacin; el profesor responde, y es nicamente
despus, si acaso, cuando ste se detiene a estudiar qu es lo que estaba ocurriendo y por qu ha
hecho lo que ha hecho. Cul es, entonces, la relacin entre lo racional y lo intuitivo; entre lo explcito
y lo tcito; entre la comprensin articulada y los sentimientos viscerales?
A lo largo de los ltimos 20 aos, ha habido diferentes modelos que, rivalizando entre s, han
pretendido dar cuenta del funcionamiento del aprendizaje profesional. Todos ellos han ido cayendo
sucesivamente en el descrdito. Segn el viejo modelo del aprendiz, los que estudiaban para
profesores, por ejemplo, se empapaban de conocimientos mediante una mezcla de observacin y
ensayo y error. Segn el modelo escolstico que reemplaz al modelo del aprendiz en los aos
60, los estudiantes absorban el conocimiento acadmico y aprendan cmo llevarlo a la prctica.
Segn el modelo prctico que se superpuso a este ltimo, ciertos profesionales veteranos trataban
de traducir su pericia profesional intuitiva y hacerla explcita por medio de mximas y teoras, a
menudo con la ayuda de investigadores, y a continuacin se la transmitan a los estudiantes. Mientras
que segn el modelo del profesional reflexivo, eran los propios estudiantes quienes tenan la
responsabilidad de desenterrar y formalizar sus propias respuesta reflejas y sus creencias implcitas.
Cada uno de estos modelos presupone un tipo de relacin diferente entre la comprensin conciente y
la actuacin espontnea o si se prefiere, entre razn e intuicin. Ninguno de estos modelos resulta
satisfactorio.
El modo en que un profesional debe actuar se ve dictado por las elecciones que han sido efectuadas
durante el perodo de formacin y prctica profesional. Los conocimientos acerca de la enseanza y el
aprendizaje susceptibles de ser generalizados nunca podrn reflejar ni ser reflejados por completo en
la estructura cognitiva individual de sus practicantes.
El profesor no reflexiona concientemente, sino que funciona intuitivamente.
La inmediatez es la caracterstica esencial de la situacin, y cualquiera que sea la teora implcita que
use un profesor debe ser capaz de producir al instante una conducta apropiada.
La intuicin puede proporcionar un medio holstico de conocer segn parece de naturaleza
inconsciente pero no carente, por lo tanto, de base. Al contrario, su base la constituye la totalidad de
lo que se ha conocido, pero que, debido a su magnitud y complejidad, no puede mantenerse en la
conciencia. La razn, en contraste, se preocupa por el anlisis del conocimiento hasta reducirlo al
nivel del detalle.
La eficacia de los profesores expertos descansa en la fluidez en la accin que slo es posible si sta
es espontnea, prcticamente automtica, y basada en un limitado examen conciente de las opciones
disponibles.
El profesional intuitivo utiliza pensamientos ms elaborados para analizar con objetividad ciertos
problemas como la aparicin de un nuevo escenario o una dificultad inusual o inesperada; para
planificar con antelacin los objetivos de aprendizaje, los mtodos docentes, los recursos, etc; y para
reflexionar y evaluar los resultados de una leccin prestando una especial atencin a la propia
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actuacin. De este modo hay tres procesos principales que apuntalan la enseanza: el pensamiento
intuitivo que subyace bajo la accin y la toma de decisiones rpidas, el pensamiento analtico y
objetivo que permite a los profesores planificar el aprendizaje, y el pensamiento reflexivo que es
crucial para aprender de la experiencia y poder valorarla.
El pensamiento intuitivo es caracterstico de la experiencia y su producto es el conocimiento tcito que
se hace evidente en la prctica, a la que se sostiene. Sin embargo, la prctica por s sola es
insuficiente y necesita tanto planificacin como revisin. En la fase de planificacin o preparacin, el
pensamiento racional hace uso de los conocimientos tericos para elaborar un plan de lo que hay que
hacer. En la fase de revisin, el pensamiento reflexivo nos permite aprender de la experiencia prctica
en forma de lecciones concretas y contextualizadas dentro del oficio, que a su vez nos servirn de
base para programaciones futuras.
Nuestro propsito es reivindicar el papel de la intuicin en el desarrollo y la prctica profesionales de
modo que pueda ocupar el lugar que le corresponde junto con la razn y la reflexin.
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Responder a la crisis.
La prctica profesional supone la utilizacin de formas de conocimiento muy complejas; requiere de
los profesores la constante emisin de juicios morales que implican el reconocimiento explcito de la
importancia de los valores en la vida profesional.
Es importante encontrar maneras de responder a las dificultades surgidas y mi sugerencia es que la
exploracin de la intuicin es uno de los caminos. La crisis de las concepciones convencionales del
conocimiento profesional es la que nos ofrece la posibilidad de explotar las alternativas.
Prctica reflexiva.
La respuesta que se ha articulado con mayor frecuencia ante la crisis de la profesionalidad ha
consistido en el desarrollo del concepto de reflexin.
Lo que necesitamos es desarrollar un nuevo cuerpo de conocimientos fundamentados en
investigaciones que sean producto de un minucioso anlisis de lo que los profesionales realmente
hacen.
Schn presenta su clsica definicin de la prctica profesional que se despliega en tres niveles
diferentes de conciencia o explicitacin del pensamiento. Los tres niveles son conocimiento en la
accin, donde el pensamiento es completamente implcito, encerrado en el propio hacer; la reflexin
en la accin, que se produce cuando, a causa de algn problema o dificultas, trasladamos nuestra
capacidad de interpretar al nivel de la conciencia pero sin detener nuestra actividad; y la reflexin
sobre la accin que tiene lugar despus de los hechos, cuando tratamos de articular para nosotros
mismos o para otros, algunos de los procesos que han tenido lugar en el transcurso de nuestras
acciones.
La prctica profesional sigue contemplndose como algo que se basa en la nocin de conocimiento y
este conocimiento, as como el proceso de pensamiento que lleva aparejado, puede reflejarse, al
menos en parte, en el lenguaje. La visin del aprendizaje profesional que se postula se sustenta en la
tradicin interpretativa. En contraste con el racionalismo tcnico, el conocimiento para el profesional
reflexivo es esencialmente personal y relativo.
A pesar de su popularidad, el concepto de reflexin tiene escasa consistencia a la hora de defender la
idea de la profesionalidad.
Nuevo racionalismo.
Si no se proporciona a los principiantes en la profesin una visin clara y crtica de los objetivos y
prcticas ms plausibles de la educacin, estaremos dejndoles a ellos y a sus alumnos a merced de
los prejuicios y de una falsa concepcin de la ideologa. Tambin estaremos haciendo prcticamente
imposible el desarrollo sistemtico de la educacin de una forma coherente y racional.
Puede que las prcticas profesionales sean ms complejas de lo que se pensaba inicialmente, pero
siguen siendo explicables y analizables racionalmente. El profesionalismo debe an aspirar a usar la
razn para articular los fines prcticos ms plausibles de la educacin y los medios ptimos para
alcanzarlos.
Sin embargo, para saber qu es lo mejor, es preciso hacer algo diferente de lo que se ha venido
haciendo en el pasado; hay que desarrollar la razn prctica en lugar de la razn terica. En el mbito
de la razn terica, se desarrollan conceptos y proposiciones que comprenden y explican nuestro
mundo y pretenden alcanzar la verdad al margen de cualquier consideracin prctica. En contraste, el
objetivo de la razn prctica es el fomento de principios prcticos: los principios prcticos son el
resultado de la prctica con xito, las generalizaciones slo tienen validez en tanto que expresan los
requisitos que una prctica con xito lleva aparejados.
La razn prctica debe poseer ciertos rasgos distintivos para poder contribuir al progreso del
profesionalismo. En primer lugar, ha de ser un proceso pblico y no privado, basado en una abierta
colaboracin profesional y en la supervisin crtica por parte de grupos sociales significativos. En
segundo lugar, debe estar estructurada sistemticamente. Lo que necesitamos es una
experimentacin mejor reputada que genere un discurso ms sofisticado que pueda englobar
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prcticas de amplia aplicacin que queden expuestas al pblico para su anlisis, crtica y transmisin.
Finalmente, un enfoque de este tipo debe seguir relacionndose con los conocimientos de tipo terico.
Estos conocimientos marcan los lmites, establecen el marco dentro del cual poder desarrollar
prcticas racionales.
La capacidad que tienen las investigaciones de afectar a la prctica depende de su habilidad para
influir en la mentalidad de los profesores.
Teora crtica.
La nocin del profesional reflexivo se alza claramente dentro de la tradicin interpretativa,
reivindicando el reconocimiento de la subjetividad y la especificidad de las situaciones en las que hay
que aplicar el conocimiento profesional. En agudo contraste, las nociones de la prctica basada en
los datos se hallan dentro de la tradicin positivista.
La teora crtica parte del rechazo de las concepciones tanto positivistas como interpretativas del
conocimiento.
La teora crtica viene a decir que el profesionalismo no puede ser reconstruido a travs de ninguna
apelacin a la verdad objetiva del conocimiento, ya se defina esta de manera subjetiva u objetiva. La
verdad es ciertamente importante y el compromiso con ella est en el centro mismo del
profesionalismo.
Los partidarios de la teora crtica no rechazan ni el conocimiento objetivo del positivismo ni el
subjetivismo del relativismo. El verdadero profesionalismo requiere la vocacin constante de someter
el saber, cualquiera que sea su origen, al escrutinio pblico. Tambin precisa del compromiso de crear
y mantener aquellos espacios dentro de la vida profesional donde el discurso crtico pueda florecer.
Porque slo a travs de esta forma de pensamiento se puede liberar al conocimiento profesional de su
tendencia a degenerar hacia la subjetividad o el tecnicismo.
Conclusin.
Quines se ocupan de la prctica reflexiva reivindican el reconocimiento de la importancia del
conocimiento subjetivo, mientras que los que estn interesados en la prctica basada en las
investigaciones reiteran la necesidad del conocimiento objetivo. Los partidarios de la teora crtica, en
contraste, consideran que estas dos formas de conocimiento estn profundamente limitadas; y como
consecuencia de ello insisten en que el nico camino para asegurar el conocimiento profesional
consiste en el compromiso con la persecucin de la verdad a travs del discurso crtico.
La intuicin se centra en modos de saber, entre los cuales se incluye el conocimiento pero abarca
tambin otros: sentimientos, corazonadas, maneras de reconocer esquemas complejos.
Acepto por completo el punto de vista de los partidarios de la teora crtica segn el cual el
conocimiento objetivo que defienden los racionalistas es parcial, y debe someterse a un escrutinio
constante si el profesionalismo quiere mantener su integridad. Por tanto considero que la profesin
docente debe aprovechar bien las pocas oportunidades que le quedan de comprometerse con un
discurso crtico en relacin con su trabajo. Tambin acepto el hecho de que la definicin pblica de los
objetivos y prcticas de la educacin es necesariamente parcial y cambia con el tiempo. Sin embargo,
la aspiracin de definir principios pblicamente plausibles en relacin con los principios y prcticas
educativos sigue siendo un proyecto de vital importancia. La intuicin necesita ocupar su lugar al lado
del racionalismo y de la necesidad constante de un discurso crtico; no hay que contemplarla como un
sustituto para ninguno de estos dos elementos.
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afloraban a la conciencia con un aura de verdad, o incluso de profundidad, slo podan venir de un
sitio: Dios. El conocimiento intuitivo es una iluminacin del alma, mediante la cual sta contempla
gracias a la luz de Dios aquellas cosas que a l le place revelarnos mediante una impresin directa de
su divina claridad en nuestro entendimiento, al que no se puede considerar un agente, sino que se
limita a recibir los rayos de la divinidad.
Desde Spinoza en el siglo diecisiete, pasando por John Stuart Mill en el diecinueve hasta Bergson y
Jung en el veinte, hay quienes han insistido en la intuicin como un medio de conocimiento
privilegiado y arcano. Dos variantes de este sentido mgico de la intuicin siguen vigentes a finales
del siglo veinte. La primera es la sobrenatural. Ser intuitivo significa ser sensible a la premonicin, la
clarividencia y la adivinacin.
La segunda variante contempornea de la intuicin es una suerte confusa de sentimiento visceral
que se acepta sin rechistar con validez sui generis.
Variedades de la intuicin.
Distintas reas especficas de la prctica y el desarrollo profesional.
Pericia.
La primera es el manejo, espontneo y fluido, de campos de accin familiares pero complejos a la que
vamos a llamar pericia. Las actuaciones en esos terrenos se describen como intuitivas, por ejemplo,
cuando se realizan de modo inconciente y sin premeditacin.
Aprendizaje.
La inconmensurabilidad pericial de la pericia en el oficio y el conocimiento explcito suponen que el
aprendizaje, al igual que la propia ejecucin fluida, puede necesitar proceder, al menos hasta cierto
punto, de manera intuitiva.
El virtuosismo por definicin no puede ser totalmente explicado, porque abarca observaciones,
distinciones, sentimientos, patrones de percepcin y matices que son demasiado sutiles para poder
ser capturados con precisin mediante una red de palabras.
La presencia de una frase en el aprendizaje caracterizada por el uso de la intuicin, en la que las
elecciones e intervenciones de la gente se basan en corazonadas o sensaciones puede ser
esencial para llegar a la maestra final.
Juicio.
Ya he aludido al hecho de que los juicios experimentados en muchas profesiones son a menudo
intuitivos, en buena parte o en su totalidad. El experto en arte tiene la sensacin de que el supuesto
Giotto est pintado por alguien perteneciente a esa escuela, y no por el propio maestro. El profesor
veterano simplemente sabe. Si la balanza se inclina demasiado en la direccin de la objetividad,
estaremos pagando un alto precio por ello, entre otras cosas, la prdida de la confianza de los
docentes en sus propios juicios, y la resistencia a poner en juego los juicios intuitivos cuando sea
necesario y apropiado.
Sensibilidad.
Existe una vertiente de la intuicin que se define como la elevada sensibilidad a los indicios. Decir de
alguien que es muy intuitivo puede significar que extrae la mxima cantidad de sentido de la
informacin disponible: ven la importancia de los detalles que otros pasan por alto. Puede que esos
indicios no sean registrados de manera conciente por el intuidor, pero an as contribuye a formar una
sensacin de saber bastante precisa.
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Creatividad y resolucin de problemas.
Existen ms modalidades reposadas de la intuicin que tienen que ver con los procesos de resolucin
de problemas y la creatividad.
Por lo general, un problema de perspicacia es aquel en el que la primera impresin de la gente suele
albergar una asuncin plausible que, como en este caso, resulta no ser correcta; o es aquel cuya
solucin depende de una percepcin holstica de los elementos del problema relacionados entre s,
ms que de razonamientos analticos o secuenciales. A pesar de que la inteligencia se asocia
generalmente con un procesamiento rpido, en el caso de los problemas que requieren perspicacia,
en vez de razonamientos puros y duros, es lento pero seguro como se gana la carrera.
A un profesor en proceso de formacin, desconcertado por la maa acogida de una leccin bien
planificada, es ms fcil que se le ocurra alguna alternativa ingeniosa mientras medita perezosamente
por la tarde que si es sometido a un interrogatorio serio, inmediatamente despus de la leccin, por
parte de su tutor o mentor.
Cavilacin.
Tiene que ver con la bsqueda de informacin relevante mediante el acto de reflexionar sobre la
propia experiencia. La mente inconciente del cientfico creativo puede estar bullendo con datos y
teoras de naturaleza bastante impersonal, pero el que aprende la profesin de educador tiene
muchas ms probabilidades de recurrir a sus propios recuerdos para llegar a formas de comprensin
personales y prcticas.
Resumiendo: la intuicin nos remite a una familia de formas de saber que tienen en comn la falta
de una comprensin articulada clara o racional, pero que difieren en otros aspectos. Entre los
miembros no-msticos de esta familia se cuentan:
o La pericia: la ejecucin espontnea de acciones intrincadas para las que se requiere
cierta cualificacin;
o El aprendizaje implcito: la adquisicin de tales habilidades por medios no concientes o
conceptuales;
o El juicio: la capacidad de tomar decisiones adecuadas y realizar categorizaciones sin ser
capaz de justificarlas ni explicarlas en el momento de los hechos;
o La sensibilidad: una receptividad agudizada, tanto conciente como inconciente, hacia los
detalles de una situacin;
o La creatividad: el uso de la meditacin y los perodos de incubacin para llegar a la
resolucin del problemas y
o La cavilacin: el proceso de rumiar las experiencias para poder extraer sus significados
e implicaciones.
Facetas de la intuicin.
Lo ms comn es la oposicin de la intuicin al pensamiento que es abstracto, lgico o analtico. Por
encima de todo, todos los autores parecen estar de acuerdo en que la intuicin es una forma diferente
de saber cuya solidez no es susceptible de ser articulada con fluidez. En contraste con el pensamiento
analtico, la intuicin se considera sinttica: proporciona una sensacin de la estructura total que es
diferente a la suma de sus partes. Existe la visin de que la intuicin supone una reformulacin o
replanteamiento de la situacin.
La intuicin suele tener ms que ver con la extraccin de significados a partir de una amplia base de
datos procedentes de la experiencia de primera mano que con la deduccin racional. Los individuos
creativos, segn muestran los escritos, suelen ser aquellos que estando inmersos en el estudio de un
rea determinada, son capaces de utilizar el caudal de sus experiencias de manera novedosa, flexible
e integradora. Curiosamente, esta ltima condicin parece excluir a aquellos que tienen demasiados
conocimientos sobre el tema, porque aunque tienen la informacin necesaria, puede que hayan
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desarrollado una manera particular de contemplarlo, y este encasillamiento impedir una mirada
nueva.
La intuicin lleva aparejado un tono afectivo, una implicacin emocional por parte del sujeto que
conoce. La intuicin no slo comercia con la comprensin conceptual, sino tambin con la relevancia.
La intuicin descansa sobre procesos mentales que no son concientes: operaciones a las que en
principio la introspeccin no tiene acceso, y que se resisten a cualquier esfuerzo por hacerlas
concientes o ser controladas desde la conciencia.
La intuicin viene acompaada de un indicador incorporado de su fiabilidad, una sensacin subjetiva
de su grado de acierto, que puede ir desde absoluta conjetura hasta certidumbre total.
La falibilidad de la intuicin.
Uno de los motivos por los q la intuicin ha gozado de mala reputacin es la aparente contradiccin
entre la gran pretensin de infalibilidad por un lado, y el hecho obvio de que puede ser flagrantemente
equvoca, por el otro.
La intuicin nos ser til si la usamos como una hiptesis y no como una verdad que nos ha sido
revelada por Dios.
Equilibrio.
Para rehabilitar la intuicin parece que lo que hay que hacer sobre todo es recobrar el equilibrio: el
equilibrio entre el esfuerzo y la actitud ldica, y el equilibrio entre la intuicin misma y la razn.
El reconocimiento de los intrincados modos en que la intuicin y el intelecto, la razn y la reflexin, la
experiencia y la explicacin, se equilibran y complementan desafa a los tericos del desarrollo
profesional a elaborar un modelo ms sofisticado del aprendizaje profesional adulto del que tenemos
hasta la fecha.
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Variabilidad de la intuicin.
Si la intuicin es una manera de conocer que puede desarrollarse (o inhibirse) como resultado de la
experiencia y la instruccin, es lgico pensar que las personas difieren en cmo, cundo y con qu
grado de acierto la usan.
La educabilidad de la intuicin.
Si las intuiciones representan la emergencia en la conciencia (a travs de rutas que no estn
articuladas con claridad y que, a menudo, son dbiles, efmeras, simblicas o sensoriales) de
hiptesis basadas en la integracin inconciente de patrones y analogas extrados de la base de datos
de experiencias anteriores, deben existir entonces un buen nmero de maneras directas para educar
la facultad de la intuicin. Podemos, sin duda, aprender a mejorar la frecuencia, fiabilidad y calidad
de nuestras intuiciones.
La intuicin requiere un ambiente psicolgico propicio, que se caracteriza por ciertas actitudes y
tolerancias. La ms importante de ellas es la capacidad de negacin: cuando un hombre es capaz de
vivir con incertidumbres, misterios y dudas sin que la irritacin alcance su razn y su comportamiento.
Si la intuicin puede emerger como conocimiento sin entendimiento, uno debe ser capaz de tolerar
esa falta de claridad mental. Si la intuicin requiere un tiempo de gestacin, uno debe estar preparado
para esperar.
Finalmente, hay que sealar el valor de cultivar la capacidad de capturar el destello interior; y de
desarrollar la disposicin de buscar las presuposiciones implcitas que pueden hallarse disueltas en la
propia forma en la que parece que se nos presenta una situacin problemtica.
Conclusin.
La intuicin nos remite a una familia dispersa de maneras de conocer que son menos articuladas y
explcitas que el discurso y razonamiento habituales.
Las intuiciones se manifiestan de muchas maneras: como emociones; como sensaciones fsicas;
como impulsos o atracciones hacia ciertos objetivos o cursos de accin; como imgenes o fantasas;
como fugaces corazonadas o presentimientos; y como respuestas estticas a situaciones dadas. Las
intuiciones son interpretaciones holsticas de situaciones basadas en analogas que surgen de nuestra
base de datos inconcientes, fruto de nuestra experiencia. Las intuiciones son hiptesis instructivas
pero falibles, q son de utilidad cuando se toman como tales.
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Camilloni, Clos, Basabe y Feeney: Cap. 6 La enseanza
U1
(1997) En El Saber didctico. Buenos Aires. Ed: Paids
Recorridos conceptuales.
De modo general, puede definirse a la enseanza como un intento de alguien de transmitir cierto
contenido a otra persona.
A enseanza involucra siempre tres elementos. En efecto, la enseanza supone alguien que tiene
un conocimiento, alguien que carece de l y un saber contenido de la transmisin.
La enseanza consiste en un intento de transmitir un contenido. Entonces entre los procesos de
enseanza y aprendizaje no hay una relacin de tipo causal que permita asumir que lo 1ro conduce
necesariamente a lo 2do.
El trmino aprendizaje alude tanto al proceso mediante el cual se adquiere un conocimiento
(tarea), cuanto a su incorporacin efectiva (rendimiento).
La enseanza implica siempre una accin intencional por parte de quien ensea.
La definicin presentada es genrica, es decir, slo procura establecer los rasgos bsicos y
comunes a la diversidad de situaciones designadas como enseanza: una situacin en la que
alguien intenta transmitir un conocimiento a otro.
La enseanza: de una actividad natural espontnea a una prctica social regulada.
En el caso del hombre la adaptacin a su medio y su supervivencia como especie exigen el
manejo de una serie de herramientas materiales y simblicas, que conforman aquello que
llamamos cultura.
La enseanza no slo tiene consecuencias sobre la vida de las personas, sino tambin el devenir
de las sociedades y el destino de las naciones. La enseanza contribuye a formar un tipo de
hombre y un tipo de soc.
La enseanza en la escuela.
La escuela es un espacio social especializado, recortado y separado del mbito social ms amplio.
La escuela crea as un escenario en el que se ensea de modo descontextualizado. Los saberes
se transmiten en un mbito artificial, fuera del mbito en que esos conocimientos se produce y se
utilizan.
La escuela segmenta el tiempo en ciclos, perodos, jornadas, horas de clase, momentos. No se
ensea todo el tiempo ni en cualquier momento.
En la escuela la tarea pedaggica se organiza a partir de una delimitacin precisa de los roles de
docente y alumno, como roles asimtricos y no intercambiables.
En la escuela la enseanza se desarrolla en situacin colectiva; en la escuela se ensea a
muchos al mismo tiempo. Esta situacin genera una serie de fenmenos de orden psicosocial que
condicionan los procesos de enseanza y aprendizaje.
El surgimiento de la escuela fue acompaado por una estandarizacin de los contenidos para su
transmisin. Lo que se ensea en la escuela le viene determinado por una autoridad externa, que
lo comunica mediante los textos curriculares.
La enseanza en la escuela est vinculada a la evaluacin y acreditacin de los aprendizajes. La
escuela certifica la posesin de saberes ante diversas agencias sociales por medio de diplomas.
La enseanza en la escuela se encuadra dentro de prcticas pedaggicas bastante uniformes.
Aun en distintos pases y contextos, la disposicin de las aulas y el funcionamiento de las clases
es bastante similar.
En fin, cada escuela constituye un escenario particular cuyos rasgos no conforman simplemente
un teln de fondo ms o menos adecuado- para una obra ya escrita, sino que configuran cada
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escena a partir de las posibilidades y restricciones que ofrece. La enseanza encuentra
determinaciones que vienen no slo del contexto sociopoltico, sino tambin del propio dispositivo
dentro del cual se desarrolla: la escuela en general y el establecimiento escolar en particular.
La enseanza y el docente.
La enseanza es, finalmente, la accin de un docente, a la vez sujeto biogrfico y actor social. Es
accin situada, porque transcurre en un contexto histrico, social, cultural, institucional. Se inscribe
en un tiempo, o, ms precisamente quiz, en muchos tiempos a la vez: el tiempo del propio
docente, el tiempo del grupo, el tiempo de la escuela. Y, a su vez, ella misma es devenir, duracin,
transformacin.
La enseanza est orientada al logro de finalidades pedaggicas. La intencionalidad est en la
base de las acciones del docente y se vincula, como se adelant, a la idea de transmisin de un
cuerpo de saberes considerados relevantes en el marco de un proyecto educativo. Esta situacin
lo ubica en una posicin particular frente al estudiante, claramente asimtrica.
Ensear es una accin orientada hacia otros y realizada con el otro. La enseanza requiere de y
descansa sobre- un proceso de comunicacin.
Ensear es participar en el proceso de formacin de otra persona, tarea que slo puede hacerse
en un sentido pleno con ese otro.
Ensear es desempear un papel de mediador entre los estudiantes y determinados saberes. El
vnculo que el docente entabla con el alumno est marcado por el inters de facilitar su acceso a
determinados objetos culturales.
La enseanza enfrenta al docente a un flujo constante de situaciones inditas, complejas, que
tienen lugar en escenarios relativamente inciertos. La enseanza es una actividad de naturaleza
prctica. Prctico no es lo instrumental, concreto u operativo. Es el carcter propio de aquellas
circunstancias que exigen reflexin y deliberacin porque no se resuelven fcilmente mediante la
aplicacin de un patrn general de accin derivado del conocimiento terico.
Los docentes disponen de importante acervo de conocimientos, creencias y teoras personales a
travs de las cuales interpretan y atribuyen sentido a las situaciones cotidianas.
Lo que los profesores piensan y conocen es relevante para comprender sus decisiones y acciones
en clase, aunque no est cerrado el debate acerca de la naturaleza de estas relaciones. Los
saberes de los docentes son plurales y heterogneos.
Los saberes que se movilizan en la tarea docente no poseen unidad desde el punto de vista
epistemolgico; por el contrario, la pluralidad y la heterogeneidad son rasgos que los distinguen.
En tanto no es posible reducir la tarea docente a un tipo particular de accin, el profesor debe
disponer de una variedad de saberes y competencias que le permitan obrar adecuadamente en
diferentes circunstancias.
La enseanza implica la puesta en prctica de una gama de actividades que se refieren a mbitos
diversos y que se llevan a cabo en momentos y escenarios diferentes. La enseanza no se reduce
solamente a sus aspectos visibles. Ensear es tambin pensar, valorar, anticipar, imaginar, hablar
acerca de ella y ser capaz de comunicar a otro las propias intenciones, las valoraciones y
decisiones. Tampoco puede circunscribirse la enseanza al momento del encuentro con el alumno
o la actuacin en clase.
El encuentro con el alumno requiere del docente otro tipo de capacidades: mantener una atencin
flotante hacia los distintos planos de clase, manejar los tiempos, organizar los recursos, ajustar la
ayuda pedaggica en funcin de las necesidades del alumno, aprovechar las contribuciones de los
alumnos y las posibilidades que una actividad ofrece en beneficio de los propsitos planteados,
ser sensible a lo emergente e interpretar los indicios no verbales; stos, entre otros, son saberes
propios del momento interactivo que nos muestran que ser un buen docente no es slo un buen
diseador.
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Reflexiones finales.
Al tratarse de una trada de componentes queda constituido un campo de relaciones varias entre
cada uno de sus polos. La relacin entre el estudiante y el saber configura el sector de las
estrategias de apropiacin, que se refiere al anlisis de las concepciones, representaciones,
estrategias de resolucin y obstculos del sujeto en su acceso al conocimiento; el sector de la
elaboracin de los contenidos remite al estudio de las relaciones entre el saber y el profesor; y, por
ltimo, las relaciones entre el alumno y el profesor configuran el sector de los procesos de
interaccin didctica.
La enseanza es una accin que no se inicia en el saln de clase sino que atraviesa diversos
mbitos: el contexto social, en el que se generan demandas educativas de diversos actores y en el
que las autoridades poltico-educativas del sistema definen y comunican las finalidades educativas
y la propuesta pedaggica consecuente; el contexto institucional, en el que esa propuesta
curricular es interpretada, ajustada y realizada; y finalmente, el mbito de decisin y actuacin del
docente, en el que ste encuentra y despliega una manera de ser docente con su grupo de
alumnos o mejor- con cada grupo de alumnos.
La comprensin de la enseanza requiere considerarlos a todos simultneamente, pues lo social, lo
poltico, lo institucional, lo instrumental, son dimensiones constitutivas de la enseanza en cada nivel
en el que se la analice.
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Cullen, C.: 1 parte: cap. 7 ; 2 parte: caps.1, 2 y 7 (1997)
U1
En Crtica de las razones de educar. Buenos Aires. Ed: Paids
El docente y el conocimiento.
El texto de Cullen plantea que la calidad de la educacin pasa por la produccin y por la necesidad de
la demanda, y que el eje de la poltica educativa est constituida por principios filosficos y ticos.
La educacin se legitima porque responde a la demanda. Actualmente la educacin se ha
transformado en asistencialismo, esta funcin no es propia de la escuela y lleva a su devaluacin. No
deberan centralizarse polticas asistencialistas en la escuela. Cullen postula que el rol docente debe
ser dirigencial (marcar el rumbo). El educador es un conductor y su funcin es la dirigencia social.
Dirigencia es el ejercicio de la autoridad en la organizacin social, como modo que tiene la
organizacin de reconocer su identidad y de proyectar su diferencia a la universalidad concreta de la
sociedad global.
El docente trabaja desde un contexto social que es el que elabora las demandas, ya no cubre las
demandas de la escuela. Hoy da, se enfrentan nuevas problemticas con las mismas herramientas de
hace cien aos. La devaluacin se observa en la transmisin de los conocimientos (pero, al hablar de
transmisin de conocimientos, se sigue tomando al enseante como una tabula rasa). El maestro
realiza una mediacin, relacin interpersonal.
Se debe promover a la persona a liberar sus posibilidades y construir un sujeto social del
conocimiento, esto es lo que Cullen llama el poder de educar. La institucin educativa tiene poder
comunicacional, poder creativo y poder interpretativo, q constituyen la identidad de la instituc.
educativa, hacindola abierta, histrica y reflexiva.
En el aula aparecen dos dimensiones: la transmisin de conocimiento (relacin del docente con el
conocimiento) y la relacin interpersonal (del docente con los alumnos y entre los alumnos).
La transmisin no es una cuestin mecnica, el receptor procesa, elabora y discrimina mientras
recepciona la informacin. El docente debe haber podido apropiarse del capital cultural para poder
transmitirlo.
Adems, surge como importante el tener en cuenta que esta relacin del docente con el conocimiento
presenta variadas dimensiones que no pueden perderse de vista y que son las dimensiones
psicolgicas y sociales, epistemolgicas y polticas, y ticas. Y, dada esta complejidad, slo ser
posible una transformacin educativa realizando una revisin profunda en estas relaciones del
docente con el conocimiento. Este conocimiento es el que debe orientar de manera de poder
transformar la realidad y construir subjetividades solidarias y felices.
Pueden darse tres actitudes en esta relacin del docente con el conocimiento: el dogmatismo, por la
cual se aceptan de manera acrtica ciertas supuestas verdades esenciales que son incuestionables e
invariables (se ensea un nico camino posible); el iluminismo, por el cual se descontextualizan
supuestos usos de la razn pura, legtima y ciertos (la enseanza como el espejo donde los alumnos
deben mirarse); el escepticismo, el mantenerse indiferente ante las posibilidades de verdad y certeza
(se descree de la propia enseanza, que los alumnos se las arreglen como puedan).
Frente a esto, Cullen postula la idea de una relacin con el conocimiento que sea crtica,
contextualizada y esperanzada, teniendo en cuenta la historia, las vivencias personales, el dilogo y
una comunicacin abierta donde se puedan contemplar las diferencias y utilizarlas en pos del
conocimiento. Es entonces cuando sabemos que se ensea y se aprende con otros y de otros.
La educacin implica una relacin social, construir lazos sociales solidarios. Debe ser, pues, una
construccin solidaria del conocimiento legitimado pblicamente. Educar es socializar mediante la
enseanza, no de cualesquiera conocimientos, sino de aquellos legitimados pblicamente.
Los docentes se relacionan con el conocimiento para publicarlo, es decir, para hacerlo pblico; de
all su gran responsabilidad. Por esto la relacin con el conocimiento debe ser crtica con el deseo de
saber. El asumir crticamente el conocimiento, permite: En la teora, no se trata de contemplar la
verdad de las cosas, se trata de construir progresivamente un orden racional, en los lmites de la
experiencia posible. En la tcnica no se trata de limitar la produccin al uso natural; se trata de
apropiarnos del valor de cambio de los productos, liberando a la imaginacin creadora de su
12
dependencia de los objetos tal cual son. En la tica, no se trata de buscar naturalmente la felicidad; se
trata de obligarnos moralmente a la construccin de una sociedad ms justa, desde la sola ley de la
razn misma.
Este deseo de saber que se relaciona crticamente con el conocimiento configura lo que se llama el
uso pblico de la razn. Y lo pblico, es esta universalidad construida de la ciencia, el arte, la
economa y la poltica que implica como condicin el buen uso de la razn.
Esta razn educativa posee tres niveles: una razn tica (dignidad de la personalidad moral); una
razn social (interaccin solidaria y respetuosa de las instituciones); una razn poltica (promueve a
los sujetos a la bsqueda del bien comn).
La dimensin tica de la funcin docente es un ejercicio de autoridad que supone un saber estar, un
saber ser y un saber proyectarse, convirtindose en un modelo de dirigencia social.
13
Pero para que esto sea posible, debe realizarse una socializacin a travs de un conocimiento
legitimado pblicamente, y esto se logra mediante la educacin. De este modo, la funcin de la
escuela pasa a ser ensear los saberes socialmente legitimados. De ah, una cuestin que Cullen
marca como central: el criterio para la legitimacin social, al menos, aquel que incluye adems su
validacin y que la escuela debe defender y sostener como institucin social, no es otro que el
carcter pblico de los saberes y del espacio social que en ella se construye, mediando,
precisamente, la circulacin de saberes.
14
Donald Schn: Cmo piensan los profesionales cuando
actan. 1ra parte (1998) En El profesional reflexivo. Bs. As. PAIDS. U1
16
Cuando planteamos un problema, seleccionamos lo que trataremos como los asuntos de la
situacin, establecemos los limites de nuestra atencin respecto a ello, le imponemos una
coherencia que nos permita decir lo que esta equivocado y en que direcciones necesita ser
cambiada la situacin. Encuadrar el problema es un proceso en el que, interactivamente,
nombramos las cosas a las que les prestaremos atencin y enmarcamos el contexto en el que las
atenderemos. Incluso cuando el problema ha sido construido, para resolver un problema mediante
la aplicacin de la teora o la tcnica existente, un profesional debe ser capaz de extrapolar estas
categoras a caractersticas de la situacin prctica. La racionalidad tcnica depende del acuerdo
acerca de los fines. Cuando los fines son fijos y claros, entonces la decisin de actuar puede
presentarse como un problema instrumental. Pero cuando los fines son confusos y conflictivos, no
hay todava un problema que resolver.
La reflexin desde la accin.
Cuando emprendemos las actuaciones espontaneas e intuitivas de las acciones propias de la vida
diaria, aparentamos ser entendidos de un modo especial. Cuando tratamos de describirlo no
sabemos que decir, ya que nuestro conocimiento es de orden tcito, esta implcito en nuestros
patrones de accin y en nuestra sensacin respecto a las cosas con las que estamos tratando.
Parece correcto decir que nuestro conocimiento se da desde la accin.
Conocer desde la accin: una vez que hemos rechazado el modelo de la racionalidad tcnica, que
nos llevaba a entender la prctica inteligente como una aplicacin del conocimiento a las
decisiones instrumentales, no hay nada extrao en la idea e que un tipo de saber es inherente a la
accin inteligente. El saber como se da desde la accin, por ejemplo el saber del equilibrista que
yace y se revela a travs del modo en que adapta su andar a travs del alambre.
En estos casos el saber tiene las siguientes propiedades:
. Hay acciones reconocimientos y juicios que sabemos como llevar a cabo espontneamente, no
tenemos que pensar sobre ello previamente o durante su ejecucin.
. A menudo no somos conscientes de haber aprendido a hacer estas cosas, simplemente nos
encontramos hacindolas.
. En algunos casos fuimos conscientes una vez de las comprensiones que mas tarde fueron
internalizadas en nuestra sensacin de la accin misma. En otros casos podemos no haber sido
nunca consientes de ellas. No obstante, en ambos casos normalmente somos incapaces de
describir el saber que nuestra accin revela. Es en este sentido hablamos de saber desde la
accin, el modo caracterstico del conocimiento practico comn.
La reflexin desde la accin. Si el sentido comn reconoce el saber desde la accin tambin
reconoce que algunas veces pensamos en lo que estamos haciendo. Mucha reflexin desde la
accin se apoya sobre la experiencia de la sorpresa. Cuando la actuacin intuitiva, espontanea, se
somete nada ms que a los resultados que se esperan de ella, entonces no tendemos a pensar en
la misma. Pero cuando la actuacin intuitiva nos lleva a sorpresas, agradables o prometedoras, o
no deseadas, podemos responder con la reflexin desde la accin. En tales ocasiones la reflexin
tiende a centrarse interactivamente en los resultados de la accin, la accin misma, y el saber
intuitivo implcito en la accin.
La reflexin desde la prctica. Si vamos a relacionar la idea de la reflexin desde la accin con la
prctica profesional, debemos considerar que es la prctica, en que se parece y en que se
diferencia de los tipos de accin que hemos estado distinguiendo. La palabra practica es
ambigua, cuando por ejemplo hablamos de la practica del abogado nos referimos a los tipos de
cosas que hace, los tipos de clientes, la variedad de casos, etc. No obstante cuando hablamos
que alguien practica con el piano, queremos aludir a la actividad experimental o repetitiva
mediante la cual trata de incrementar su competencia con el instrumento. En el primer sentido,
practica se refiere a la actuacin en una variedad de situaciones profesionales. En el segundo
se refiere a la preparacin para la ejecucin. La practica profesional tambin incluye un elemento
de repeticin, un profesional en la medida en que su practica es estable, en el sentido de que le
17
aporta los mismo tipos de casos tiende a construir un saber cada vez mas tcito, espontaneo y
automtico, confirindole a el y a sus clientes los beneficios de la especializacin. Por otro lado, la
especializacin profesional puede tener efectos negativos. En el individuo, un alto grado de
especializacin puede conducirle a una limitada estrechez de miras. Cuando esto sucede, el
profesional ha sobreaprendido lo que el sabe. La reflexin de un profesional puede servir como
correctivo del sobre aprendizaje, a travs de la reflexin puede hacer emerger y criticar las
comprensiones tacitas que han madurando en torno a las expectativas repetitivas de una practica
especializada y puede dar un nuevo sentido a las situaciones de incertidumbre o nicas que el
pueda permitirse experimentar.
La reflexin desde la accin de un profesional puede no ser muy rpida, ya que esta limitada por la
presente accin la zona de tiempo en la que la accin todava puede tener importancia para la
situacin. La presente accin puede alargarse durante minutos, horas, das dependiendo del ritmo de
la actividad y de los lmites que son caractersticos de la practica. cuando alguien reflexiona desde la
accin se convierte en un investigador en el contexto practico, es necesario que pueda desarrollar una
epistemologa de la practica que situ la resolucin tcnica del problema dentro de un contexto mas
amplio de una indagacin reflexiva, incrementando la legitimidad de la reflexin desde la accin y
alentando su mas amplia, profunda y rigurosa utilizacin.
18
[No es para leer en profundidad Segn la orientacin de Paula Cards]
19
Que incide en las dimensiones pedaggicas, personales y sociales del docente
En funcin a cada etapa aparecen una serie de inquietudes y preocupaciones de los docentes relativo
al grado de desarrollo moral, cognitivo y personal en que se encuentren:
Etapas de preocupaciones de los docentes: se representan en un modelo secuencial de tres
etapas:
Fase anterior al ejercicio de la docencia: ausencia de preocupacin profesional propiamente
dicha.
Fase temprana de ejercicio de la docencia: preocupaciones por la supervivencia en clase, la
disciplina y el dominio del contenido, preocupaciones del docente acerca de s mismo
Fase de enfoque de las preocupaciones en los alumnos: preocupaciones acerca de lo que
los alumnos aprenden y lo que necesitan aprender.
20
Unidad 2: La institucin educativa.
El anlisis de la institucin educativa: dimensiones, actores, culturas, estilos, conflictos. El espacio
de la psicologa en la organizacin institucional. Institucin y aula como contexto de las prcticas
docentes. Observacin, registro, narrativa y reflexin en el proceso de formacin del profesor en
psicologa. Escuela y construccin de subjetividades.
Cara a cara
Para pensar las instituciones educativas: algunas puntuaciones.
Pero decirse q en educacin siempre se esta recomenzando; con cada nuevo sujeto se reactualiza
la cuestin de la educacin. Es una de las caractersticas de la tarea q la hace apasionante.
Castoriadis: La pedagoga comienza en la edad cero y nadie sabe cuando se termina. El objetivo
de la pedagoga (punto de vista normativa) es el de ayudar al recin nacido ese monstruo
deseante y soador a volverse un ser humano (constituirse en sujeto social).
En realidad lo q est en juego en materia educativa es el futuro de las sociedades y el destino de
los sujetos. Esta perspectiva coloca a la educacin en estrecho vnculo con 2 cuestiones claves: la
justicia y la democracia.
Nudos al desnudo
Tanto en los cuestionamientos al sistema como en las alternativas q se bosquejan aparecen
reiteraciones, coincidencias, omisiones y tentaciones vinculadas a la escena educativa.
Las reiteraciones son la manera en la q se entrecruzan y enmaraan los elementos q estn en
juego, lo presentaremos mediante la imagen de nudos.
Nudo 1: la funcin social de la escuela y sus tareas sustantivas estn siendo redefinidas. Las
funciones se redefinen, se asocian se excluyen, se priorizan. Coincidencias y disidencias
construyen el debate y las opciones adoptadas tienen consecuencias en los nuevos diseos.
Nudo 2: las reformas estructurales estn a la orden del da en intentos para encontrar la buena
estructura.
Nudo 3: la extensin de la obligatoriedad q aparece en las nuevas prescripciones legales responde
a distintos criterios.
Nudo 4: a travs de la palabra calidad se vehiculiza un discurso denunciante de las
insatisfacciones de actores, sistemas y sociedades. La necesidad de cambio y mejora es
reconocida y admitida por todos.
Nudo 5: una fuerte impronta economista tie y orienta numerosos diseos de polticas educativas.
Nudo 6: ciertas palabras y nociones comienzan a ser recurrentes en las agendas: acuerdos,
pactos, concertaciones, consensos.
En algunos casos estas nociones se vuelven objeto de estrategias polticas concretas, en otros
quedan como meras estrategias discursivas.
Nudo 7: las reformas curriculares aparecen como elementos insoslayables de las propuestas de
cambio.
Es deseable la transformacin de las propuestas curriculares q haban envejecido y se haban
vuelto obsoletas. Pero si se le adjudica solo al currculum la responsabilidad del estado
insatisfecho de los sistemas educativos y en contraste se genera un optimismo curricular, nos
21
exponemos a frustraciones ya q este reduccionismo podra generar la expectativa ingenua de q la
mera reformulacin de sus contenidos permitir revertir la crisis q atraviesa la educacin escolar.
Nudo 8: la palabra proyecto se destaca como concepto estelar y se utiliza como eje: proyecto
institucional, proyecto educativo, proyecto curricular, etc.
Si duda la nocin de proyecto conlleva la asocian de instancia. Pero tambin incluye el riesgo de
construir a su alrededor un cierto activismo proyectista que podras contribuir, ya a una
banalizacin, ya a una ritualizacin que anulara sus beneficios.
Nudo 9: las reformas de los planes de formacin docente se han integrado a las propuestas.
Profesionalizacin, actualizacin y perfeccionamiento son las expresiones que denotan la
necesidad de incrementar el capital cultural de los docentes y de consolidar su poder experto.
La inversin debera incluir tambin la modificacin de las retribuciones docentes, requisito para
crear una correspondencia y correlato entre la exigencia y las condiciones materiales reales.
Nudo 10: la evaluacin se ha constituido en contrasea obligada de buen nmero de despliegue
de la poltica educativa.
Lo no anudado o lo des-atado
Sintetizamos lo q a veces anda separado, suelto o desanudado:
1- Pensar separadamente polticas sociales y polticas educativas implica no tomar en cuenta
el limite q las primeras imponen a las 2das. Es necesario que se desarrolle una poltica social
integrada que permita crear condiciones sociales facilitadoras de escuelas y posibilidades de
escolaridad.
2- La mutua ignorancia de lo macropoltico y lo micropoltico: macropolticas educativas y
micropolticas escolares se piensan a veces como compartimientos estancos. Esta prescriba
impide visualizar los ecos y reflejos q cada una impone a la otra. El encapsulamiento conlleva la
desvinculacin entre instancias pudiendo instalar un mutuo malestar.
3- Separacin entre teoras y prcticas: las prcticas estn construidas sobre tramas
conceptuales. Lo q ocurre es q estas no siempre son explicitas.
Las teoras remiten a aspectos de la realidad a los q intentan encontrarle sentido. El riesgo es q
se llegue a crear o consolidar una divisin entre actores, por un lado estaran aquellos q
piensan, q deciden y por otro lado los q hacen, aplican, transmiten.
4- Profesionalizacin y condiciones de trabajo: formacin, capacitacin y perfeccionamiento
aparecen claramente como requisitos de la profesionalizacin, pero estn lejos de ser lo
suficientes cuando encuentran el lmite q imponen condiciones laborales injustas.
5- Organizacin y currculum: el mal entendido q se genero a cerca de la relacin continente-
contenido, en donde se atribuyo a la organizacin el carcter de continente, olvidando su valor
de contenido inst.
Continente y contenido no pueden pensarse, disearse, ni analizarse de forma independiente.
Atar lo desatado, devolverle al tratamiento de la cuestin educativa su carcter integral implica una
opcin terica y un andamiaje conceptual por la q transitar.
A tientas o sabiendas?
Veremos algunas preocupaciones: la particular centralidad de los establecimientos y sus
conductores. Aqu constatamos que hay poco saber acumulado sobre la institucin de la que tanto
se espera. Se sabe poco sobre su gobierno y gestin, y esto implica un lmite sobre ambos.
Por mltiples razones sobre la escuela como institucin y su gestin no ha habido hasta hace poco
tiempo una intencin sistemtica de construir un saber. Se genero una rareza: sobre la institucin
responsable de la distribucin de saberes se ha construido muy poco saber especfico. Al mismo
tiempo el saber construido no siempre ha estado al alcance de la mayora de los docentes.
22
Lamentablemente no siempre las caractersticas personales, la buena voluntad las instituciones,
las iniciativas y los esfuerzos individuales alcanzaron a evitar frustraciones personales,
profesionales e institucionales. Por eso, surgi la pregunta acerca de si, en ciertos casos, el
fracaso relativo de reformas curriculares y organizacionales no poda explicarse por la ausencia de
formacin de los cuerpos de conduccin.
Gobernar, gestionar, dirigir, supervisar, ensear, trabajar en una institucin es algo que encuentra
un obstculo serio en el no saber mucho sobre la misma. Pero, por otra parte, el obstculo se
constituye igual cuando lo que tenemos es un saber no sabido.
Crease o no, el saber no sabido es el ms habitual y sin embargo es un saber relativamente poco
o nada disponible. Es un saber que tienen todos aquellos que llevan un tiempo trabajando en las
instituciones, un saber hecho de biografas escolares y experiencias, pero es un saber que rara
vez cuenta con la oportunidad de ser sistematizado, de confrontarse con otros, de ampliar sus
referencias con lecturas de distintas perspectivas tericas, de desplegarse en una red conceptual.
En consecuencia no encuentra ni las palabras para expresarse, ni las formalizaciones necesarias
para ser comunicado, por lo cual no termina de constituirse en un capital cultural.
Qu es un saber?, segn un epistemlogo: un saber es el campo de coordinacin y de
subordinacin en el que los conceptos aparecen, se definen, se aplican y se transforman.
23
A-Estado y sociedad buscan nuevas especificaciones y especificidades, resignificar mandatos,
definir nuevos cercos para la Educacin.
b-ese movimiento se acompaa con otro, el de diferenciacin. Los planos de clivaje se deslizan
por distintos lugares, entre distintos actores.
c- la participacin, la concertacin, se proponen como movimientos de unificacin
A propsito de la especificidad
Especificidad remite tanto a saberes como a vnculos sociales.
Las instituciones educativas tienen mucho para ofrecer ya que es en ellas donde cada sujeto tiene
la posibilidad de aprehender los modos de pensar el mundo (mundo social y mundo natural en su
interrelacin)
La cuestin es que para ello las inst.educativas deben ofrecer rupturas: epistemolgicas,
pedaggicas y didcticas (Poggi), las rupturas son necesarias para crear conocimiento.
24
La produccin de estas rupturas requiere el encuentro de sujetos que enseen-eduquen-formen,
con sujetos que aprenden a travs de objetos de conocimientos.
La especificidad de la inst.educativas puede entenderse en su carcter de lugar de encuentro
entre distintos sujetos que se encuentran, unos para ensear y otros para aprender cosas que no
se ensean ni aprenden en otras instituciones.es por esto que en la inst.educativa se sostienen
vnculos triangulares, que es aquel donde el tercero est incluido como objeto de conocimiento.
Cuando la triangulacin no ocurre diremos que la inst.educativa ha perdido su especificidad.
La inst.educativa es tmb especfica porque no hay otra institucin en la sociedad que pueda tomar
a su cargo el tratamiento de la imprescindible produccin de lazo social.
Unas pocas palabras acerca de los otros atributos
La inst.educativa debe entenderse como inst.complejas, porque es un lugar de despliegue de
proyectos sociales y de distintos individuos, espacio intermedio entre lo privado y lo pblico,
articuladora de teoras y prcticas, productoras de multiculturalidad.
-Qu es la multirreferencialidad?
Es la lectura plural que imponen las prcticas sociales que requieren de la complementariedad y
conjugacin de distintos sistemas de referencias para ser comprendidas.
Es la manera pluri e interdisciplinaria que permite construir un saber sobre la institucin educativa.
Es una estrategia para conocer, investigar, pensar, es un requisito para entender. Pero en el momento
de actuar la especificidad impone una restriccin, la intervencin debe ser siempre pedaggico-
didctica.
25
Silvia Duschatzky: Cap. Qu puede una escuela? (2005) En
Educar: ese acto poltico. Frigerio y Diker (comps.) U2
Bs. As. Del estante Editorial.
26
Mientras la hospitalidad acepta un componente extrao y lo alberga de un modo que no se deja
alterar, el acto de alojar supone un principio de implicacin.
La escuela se nos dibuja ahora en el campo de una contingencia, de una construccin ya no
producida por una serie de mediaciones estatales, sino resultante de un complejo de auto-
afecciones constituidas desde su interior. La escuela se perfila, como una contingencia, porque
contingencia es la forma que adopta una relacin.
No es el imperativo de la ley, la apelacin a los comportamientos esperados, lo que ordena la
relacin, sino la actividad de un pensamiento que ensaya diversas formas de dialogo.
27
Compagnucci, E y Cards, P.:El adolescente frente al
conocimiento. (2001) En Revista Orientacin y Sociedad. Vol. 3. U2
2001-2002. La Plata. UNLP pp. 93-104.
Introduccin.
El presente trabajo profundiza el abordaje del conocimiento escolar; relaciones, representaciones y
valoraciones que alumnos y docentes realizan en el contexto de la cotidianeidad escolar.
A travs de su desarrollo intentamos conocer las posiciones que asumen el alumno adolescente y el
profesor frente al conocimiento.
El papel del docente es relevante en la instancia de proponer el modo de relacionarse con el
conocimiento. Aqu cobra importancia su grado de informacin acerca del tema as como el
despliegue que realiza en la clase, su capacidad de dilogo y de escucha con los alumnos. Partimos
del concepto de profesor como mediador de la cultura social, superando la visin de esto como quien
transmite y explica los contenidos de la enseanza.
Desarrollo.
El nivel cognitivo de los escolares est sometido a las determinaciones provenientes de la maduracin
individual y a la estructura de clase, observndose diferencias sustanciales en la maduracin cognitiva
de los adolescentes escolarizados y los no escolarizados, siendo los factores sociales los que
estimulan o inhiben estos procesos superiores.
En la adolescencia se produce una reactualizacin de los deseos edpicos, con una desestructuracin
temporaria del supery; se reavivan las heridas narcisistas no superadas en los padres dando lugar a
una reestructuracin del yo ideal.
Siendo la escuela el lugar institucional de transmisin de saberes, y basndose en la actividad
intelectual del alumno es necesario preguntarse por aquello que funda en el sujeto el deseo de saber,
el destino de las posiciones libidinales ligadas a este deseo: la forma como se da la sublimacin.
La actividad intelectual depende de la sublimacin, a la vez que de un trabajo de idealizacin, de una
identificacin con el profesor.
Desde esta posicin del sujeto en la adolescencia es posible pensar la actitud educativa que cada
docente desde su rol puede desplegar en su singularidad. A travs de la relacin docente-alumno y
desde la consideracin del adolescente, como sujeto activo capaz de construirse y reconstruirse, el
profesor podr convertirse en un referente ideal con quien el adolescente buscar identificarse.
Muchas veces la institucin educativa en su demanda niega el bagaje cultural y la historia misma del
alumno, neutralizando las motivaciones ligadas a las conquistas personales y culturales.
Consideramos que el posicionamiento del docente frente al conocimiento pone en juego el ejercicio de
la autoridad; en algunos casos sta se centra en el poder que da el conocimiento y en otras muchas,
es generadora de motivos e intereses en los alumnos, configurando diferentes dinmicas.
La relacin del docente con el conocimiento es la que legitima su presencia en el aula, que se
manifiesta en una simetra momentnea entre el sujeto formado y el sujeto en formacin.
La dimensin didctica se expresa en la organizacin y jerarquizacin de los contenidos de
enseanza, en la configuracin del espacio del aula, en la seleccin de estrategias, en la
conformacin del grupo de la clase. Tambin compromete la esfera actitudinal que tiene un fuerte
impacto en el establecimiento de los vnculos con los alumnos.
El profesor adems de mediar en el conocimiento, tambin lo presenta, transmite su particular
relacin, an los motivos que dan razn a ese vnculo; esto a su vez, repercute en los alumnos como
inductor de intereses, expectativas y capacidades generando una disposicin positiva, negativa y an
neutra, hacia el conocimiento.
28
Unidad 3: La didctica y el conocimiento disciplinar.
El campo de la didctica y de las didcticas especficas. La enseanza de la psicologa en el
marco de la didctica de las ciencias sociales. La cuestin del mtodo en el pensamiento
didctico. La estructura de conocimiento de la disciplina como base para la seleccin,
jerarquizacin y secuenciacin de contenidos. La comunicacin del saber en sus distintas
mediaciones. El uso de las tecnologas en la enseanza.
Como lo seala Daz Barriga (1991), el estudio de la didctica suele aparecer vinculado a lo
infantil (...) una suerte de conocimiento inicial y de poco rigor relacionado con la reconocida
tendencia femenina de la profesin de la enseanza.Desde esta perspectiva sera imposible
pensar que en la educacin superior se presentan problemas didcticos.
Nos preocuparon 2 problemas relacionados: el reconocimiento de cuestiones didcticas en
este nivel, y una bsqueda de re-conceptualizacin de las cuestiones didcticas para la
interpretacin de las prcticas universitarias en el campo de las ciencias sociales.
Para un estudio sistemtico de las investigaciones y producciones cientficas en enseanza
sobre el tema, organizamos reuniones de anlisis de los documentos y los debates de las
problemticas involucradas.
Paralelamente efectuamos una encuesta entre alumnos de la Facultad de Filosofa y Letras y
de Ciencias Sociales de la UBA con el objeto de identificar a docentes que en su opinin
generaban buenas clases, clases que generaban comprensin. [Los alumnos deban reunir
una serie de requisitos tales como haber cursado ms de la mitad de la carrera y haber
obtenido ms de 6 puntos como promedio de sus calificaciones].
Los docentes considerados para obtener el material emprico, eran a su vez reconocidos por
la comunidad acadmica como expertos en su campo de estudio.
En el trabajo de campo buscamos entregar a cada profesor/a una copia del diseo de
investigacin y poner a su disposicin los informes parciales, como prcticas que implicaba la
transparencia de nuestra propuesta de trabajo.
Los primeros 3 aos como tareas previas a la observacin se impuso el estudio de los temas
de la clase por observar, la lectura de la bibliografa correspondiente y se mantuvieron
entrevistas con el docente a fin de profundizar nuestro conocimiento respecto del tema de la
clase.
Equipos de 3 investigadores registraron de distinta manera las clases [registros textuales,
audio-grabacin, y consignacin del clima de la clase: participacin de los alumnos,
disposiciones del docente gestos, tonos de voz...- etc.] En esta etapa de trabajo el acento
estuvo puesto en el reconocimiento de nuevas dimensiones de anlisis y su sentido en la
prctica.
Iniciamos un perodo de validacin externa con especialistas nacionales y extranjeros, el diseo
metodolgico tambin fue validado, y las primeras dimensiones que se formularon fueron:
- Dominio de la estructura de la disciplina.
- Identificacin de estrategias referidas a determinadas teoras del aprendizaje.
- Uso de prcticas metacognitivas.
- Relacin con las prcticas profesionales que involucran los contenidos.
29
- Estilos de negociacin de significados.
(Se validaron tambin estas dimensiones)
Se incorpor en el anlisis de los registros el estudio de los segmentos de la clase. Los
segmentos constituyen unidades de sentido didctico que se identifican a lo largo de las
clases. [Los segmentos nos permitieron reconocer diferencias en las explicaciones o en las
interacciones que se establecan, asociadas a las maneras como un docente identifica la
comprensin de determinados contenidos]
Luego iniciamos una nueva etapa, signada por la preocupacin por construir una agenda que
nos permitiera reconocer terico, epistemolgica y prcticamente el campo de la didctica en
las prcticas universitarias.
En el 4to ao se realizaron nuevas observaciones y se trabaj con registros de los aos
anteriores.
Estos anlisis inciden en el reconocimiento de las caractersticas de otras prcticas por parte de
los docentes y desde la perspectiva didctica, la posibilidad de mejoramiento de las prcticas
en tanto proceso de reconstruccin crtica.
Hemos realizado entrevistas a los alumnos al finalizar cada una de las clases. Explicitaron y
dieron ejemplos referidos al orden en lo que respecta a relaciones entre los distintos temas y
sostenimiento de la atencin a lo largo de la clase; referencias al aprender que dan cuenta de
la comprensin respecto del campo disciplinar. Mirar los problemas desde la perspectiva del
estudiante nos permite romper duros encuadres de anlisis de la prctica que configuran
separaciones entre los alumnos y los docentes.
Podemos observar en 1er lugar un proceso de validacin dado por los docentes que
reconocen en sus prcticas nuestras construcciones tericas; en 2do lugar, los expertos en
didctica reconocen las dimensiones de anlisis como resultado de nuestras interpretaciones
de la empiria, y stas a su vez en relacin con su experiencia fruto de sus
conceptualizaciones e investigaciones-
A lo largo de los 4 aos, estos pasos fuero sucesivos, alternados y reconstruidos.
A esta manera de investigar se la ha denominado IInvestigacin en colaboracin
entendindola como un caso especial de implicacin participativa.
Implica una nueva reflexin terica respecto de las prcticas universitarias donde se integran la
investigacin y la produccin de conocimientos en la prctica.
Nuestra modesta intencin en este trabajo consiste en sealar algunas perspectivas que
podran favorecer las comprensiones de las prcticas, entendiendo que se es uno de los
papeles que hoy le cabe a la didctica. Estas nuevas perspectivas nos pueden orientar y
ayudar a reconstruirlas, siempre que en ese proceso de reconstruccin logremos trascender la
misma prctica como una nueva dimensin que genere la prxima desde una mejor propuesta.
30
Edith Litwin: Cap. 7 Las tecnologas que heredamos, las que
buscamos y las que se imponen (2008) En El Oficio de Ensear. U3
Bs. As. PAIDS.
Los docentes suelen pensar que algunos dispositivos programados especialmente logran buenas
resoluciones. Los dispositivos se definen como herramientas mediante las cuales puede darse a los
estudiantes una experiencia en campo ajeno aunque directa, de los sucesos (Bruner, 1972). Pero,
cualesquiera sea el dispositivo o ayuda elegida, se articula con los propsitos en los que la accin se
inscribe, la concepcin del sujeto de aprendizaje y la modalidad de enseanza en la que se inserte.
Las tecnologas a disposicin de los problemas se sucedieron en el tiempo de acuerdo con los
cambios y el impacto del desarrollo tecnolgico, pero algunas tecnologas, como el pizarrn, quedaron
instaladas en las aulas por medio del uso indiscutible al satisfacer funciones diversas.
31
TIZA Y PIZARRN
El espacio del pizarrn se transforma, segn el uso que le da cada docente: un nuevo lugar para el
estigma o su contrario, el fortalecimiento de la autoestima, (hacer pasar al frente al alumno como
castigo o para alentar y ser ejemplo).
David Ausabel dice que explicitar el tema de la clase nos permite disponer de los conocimientos
previos para que lo nuevo por aprender se integre a lo conocido, posibilitando un puente para la
comprensin futura instalando los conceptos q sern el centro de la clase. Es lo que el autor
denomina " organizador avanzado, este proceso de delimitar de manera inicial el tema o concepto q
ser el ncleo del trabajo.
Se trata de favorecer la comprensin con algunas estrategias que ayudan a dotar de mayor fuerza o
de una nueva fuerza la perceptiva- la explicacin.
En sntesis, escribir los conceptos, relacionarlos mediante lneas, rodearlos o tacharlos les otorgan
fuerza a ellos, a sus relaciones y al reconocimiento de su importancia o su cuestionamiento.
Una manera diferente de utilizacin es la q implementa el docente cuando acompaa la explicacin
escribiendo frases o palabras sueltas, haciendo dibujos en el pizarrn.
Se trata del uso del pizarrn para favorecer la compresin. As como se planean las clases se puede
planear el uso del pizarrn.
32
Son fuentes interpretativas que permiten enriquecer los procesos utilizando otras fuentes y modos de
interpretacin distintos. Es posible q al cambiar el modo explicativo permitamos a los estudiantes
encontrar y reconocer dimensiones nuevas en el tema del que se trata.
Jaime Nubiola analiza el valor cognitivo de la metfora. Distingue metforas orientacionales organizan
un sistema de conceptos en relacin con otro sistema de conceptos, me levant el nimo, me dio un
bajn, etc. Metforas ontolgicas q categorizan un hecho o fenmeno considerndolo una sustancia
o recipiente: no me cabe en la cabeza, tengo algo en mente, etc. Metforas estructurales q remiten
a una experiencia estructurndola en trminos de otra: se pierde el hilo de la conversacin.
Jerome Bruner seala que las metforas suscitan el estimulante juego de la imaginacin.
-las presentaciones como una ayuda para la planificacin
Pensar la clase anticipadamente fue siempre la expresin del compromiso del docente con su tarea.
Le permite reconocer la complejidad del tema, buscar modos explicativos diferentes, seleccionar
casos para el anlisis, etc.
EL CHAT EN LA ESCUELA
Las nuevas tecnologas se han introducido tb en las aulas de las escuelas medias o de nivel
intermedio, dependiendo de la disponibilidad hogarea como de la institucin y del dominio q de ella
tengan los docentes. Solo algunas instituciones con aportes privados pueden costearlo.
El sistema de argumentacin es ms parecido al oral q al escrito. El contenido se improvisa ms en
tanto surge del intercambio de los participantes/interlocutores. Con frecuencia se habla en paralelo
sobre temas diferentes. En sntesis, el chat es el ms participativo, segmentado y oral de los registros
escritos.
Se encuentra desprovisto de muchas de las convenciones y reglas gramaticales ms difundidas y ha
provocado q los usuarios construyan reglas de comunicacin.
El chat pone a dos o ms personas en comunicacin, creando un estilo y una propuesta q rompe con
los formatos tradicionales de los cdigos escritos.
La caracterstica de esta modalidad de conversacin es su velocidad, la instantaneidad de
transferencia y recepcin de la info. Por eso, la elaboracin de ideas o el estmulo al pensamiento
reflexivos son escasos.
-en la escuela
Pensar en comunidades de aprendizaje en la escuela es tratar de encontrar una manera de romper la
homogeneidad del curso escolar. Se trata de encontrar intereses comunes en alumnos de diferentes
grados o secciones tratando de provocar experiencias en las que los estudiantes prueben aprender en
situaciones de aprendizaje basadas en las diferencias y en la decisin del grupo, q disea sus propios
objetivos, actividades y producciones.
Es primordial compartir los propsitos entre los diferentes docentes con el objeto de transformar la
escuela en un espacio en que se promueva el desarrollo de experiencias entre los estudiantes
rompiendo la lgica del trabajo por grupo escolar.
33
Docentes y alumnos de diferentes instituciones han conformado redes con el objeto de compartir y
desarrollar un proyecto.
Las propuestas implican realizar trabajo con sentido, proponer desafos reales y tratar de ampliar el
crculo estudiantil integrando actores diferentes en cada una de las actividades. Las redes fomentarn
la conformacin de grupos de docentes q tb encuentren es estos formatos nuevas posibilidades para
el trabajo compartido, la socializacin de experiencias o, simplemente la ayuda.
34
Alicia Camilloni: Cap. 1 De herencias, deudas y legados
(1996) En Corrientes didcticas contemporneas. Camilloni, A.; U3
Litwin, E.; Edelstein, G. Bs.As. Paids.
35
algunas disciplinas, en particular la psicologa. En segundo lugar, la de distinta disciplina que, a partir
de diversas didcticas especiales, se extrapolan a la didctica general. En tercer lugar, las corrientes
filosficas cuya importancia creciente en el pensamiento didctico se manifiesta en la lectura de los
textos actuales, que tratan de dar un enfoque mas general acerca de la disciplina y no solo de algunos
de los temas especficamente demarcados por la tradicin de la didctica. Entre ellos encontramos los
enfoques epistemolgicos que influyen en los mtodos de investigacin que se utilizan en el desarrollo
de la didctica, como se observa en la polmica acerca del empleo en la investigacin de mtodos
cuantitativos y cualitativos o experimentales y etnogrficos. En cuarto lugar, es imprescindible
mencionar la importancia de los aportes provenientes de las diversas corrientes del pensamiento
sociolgico y de la ciencia poltica.
Para describir la situacin actual de nuestra disciplina, partiremos de una afirmacin, en verdad muy
fuerte, como hiptesis de trabajo: el campo de la didctica es reconocido y demarcado por los
didactas, pero es un campo difcilmente reconocido por otras disciplinas.
Existe todava una clara controversia acerca de si la didctica existe como teora de la enseanza,
segn la tradicin norteamericana de la primera mitad del siglo xx; o si debe ser reemplazada por sus
objeto de conocimiento, en particular el curriculum. Creo, por el contrario que esta cuestin revela la
necesidad de emprender la reconstruccin clara de nuestro campo disciplinar.
Cuando hoy se habla, por ejemplo, de la ciencia de la cognicin, de estrecha relacin de la didctica
encontramos que se mencionan muchas ciencias. En ninguna de estas enumeraciones aparece
mencionada la didctica. Esto puede ocurrir por varias razones. Hay una razn de idioma, en la
tradicin anglosajona, palabra didctica casi no se ha empleado. Las fronteras entre lo que se
denominaba psicologa educacional o psicologa del aprendizaje y lo que para nosotros hoy seria una
teora de la enseanza, es decir, la didctica, prcticamente no exista. El aprendizaje, por lo tanto,
depende de la enseanza.
A partir de este marco, no es necesario delimitar las fronteras de la disciplina para pasar
legtimamente de la psicologa a la didctica. El transito es tan obligado que se hace invisible, y la
didctica desaparece. Este fenmeno es constitutivo del propio paradigma.
Pero la reflexin y el estudio de los procesos educativos, conduce a una nueva demarcacin asociada
esta vez con el estudio de dos complejos objetos como son para algunos el curriculum, entendido
como concentrador de la temtica didctica o para otros, la escuela, en tanto microcosmos
institucionalizado de un proyecto social, ambos objetos, por ende estrechamente relacionados.
En este mismo terreno, la didctica aparece un poco mas tarde pero con los nombres de una teora de
la enseanza o de una filosofa de la enseanza. La enseanza como proceso diferenciado del
aprendizaje se convierte en objeto propio de conocimiento de una disciplina. Tienen importancia
decisiva los trabajos hechos en microsociologa, en antropologa y en lingstica. Sin embargo, ellos
toman el campo de la enseanza y de hechos, continan tomndolo desde fuera de la didctica.
Los didactas, que hasta ese momento eran los nicos que se ocupaban de lo que el maestro hacia en
la clase encuentran que ese objeto de estudio propio es tema de inters para personas que provienen
de otros campos disciplinarios, con lo cual se plantean algunos problemas. Los problemas no
consisten precisamente en que los didactas salgan a disputar el campo. Creo que lo que si ocurre es
que aprenden, con dificultades a utilizar los hallazgos, esto es las teoras provenientes de otras
disciplinas.
As es como hoy, cuando se trabaja en cuestiones relacionadas con la teora o la practica del diseo
del curriculum o el anlisis institucional de la escuela, cuando se trata de explicar los procesos de
enseanza o se desarrollan proyectos de evaluacin, cuando se tratan de explicar las relaciones que
tienen las instituciones escolares con la sociedad y con la cultura en general, el didacta sabe que tiene
que utilizar necesariamente las teoras provenientes de otros campos.
Somos fuertes deudores de esos campos. Debemos preguntarnos, entonces, si la relacin es de
reciprocidad, si tambin la didctica entrega teoras a esas otras disciplinas
La didctica es, actualmente, una disciplina en busca de su identidad. Probablemente el enfoque de
mayor valor constructivo de la didctica resulte un producto de su estilo de construccin, del tipo de
enunciados y del uso que efecte de los aportes de las distintas ciencias que se ocupan de unos
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objetos sociales slidos y consistentes que son compartidos por varias ciencias diferentes. Es
probable que este deba ser un rasgo general que deba compartir, a su vez, con las otras ciencias
sociales.
La didctica se ocupa de algunos problemas que, nuevos o antiguos, son objetos propios y
podramos decir exclusivos de la didctica, y en los cuales utilizando categoras, herramientas
conceptuales y teoras provenientes de otros campos, se esta realizando un trabajo sobre los que
pueden denominarse temas-objeto, con mtodos que se van estructurando y desarrollando en el
campo especifico de la didctica. Entre ellos podemos mencionar, los estudios sobre el pensamiento
del profesor y los trabajos con teoras explicitas de los alumnos, los estudios sobre estrategias de
enseanza, las comparaciones de diseo alternativos de programacin, los trabajos sobre evaluacin
de los aprendizajes y de la gestin institucional y en todos los casos, la relacin entre teoras y accin
pedaggica y entre explicacin y prescripcin didctica.
Se ha producido la ruptura conceptual entre los procesos de enseanza aprendizaje, parte ahora de la
idea de que se trata de dos procesos claramente delimitados, diferentes y hasta contradictorios en
muchos casos. Sobre la base de esta diferencia, la didctica se esta constituyendo como una
disciplina, con un objeto que se puede definir de maneras distintas porque es polismico, pero que
constituye un objeto slido de conocimiento y accin.
Nuestra disciplina es una teora de la enseanza, heredera y deudora de muchas otras disciplinas.
Pero el termino didctica tiene un significado mucho mas fuerte como adjetivo, que como disciplina,
una interpretacin usual, incluso en otros campos disciplinarios afines, y de los cuales la didctica
debiera ser una fuerte asociada, como es el caso de las ciencias de la cognicin.
Cuando en el campo de las ciencias de la cognicin, al que la didctica debiera pertenecer de todo
derecho, se habla de temas relacionados con una buena enseanza, se dice que habra que crear
una disciplina para tratar ese tema.
La didctica ha podido generar un corpus significativo de conocimientos. El desarrollo de la
epistemologa es fundamental para la didctica, no solo en el sentido que antes se menciono sino
tambin para el trabajo que la didctica tiene que hacer sobre el conocimiento, que es, precisamente
lo que se transmite a traves de la enseanza. Sin fundamentacin epistemologica seria imposible el
trabajo serio y riguroso en la didctica general y en las didcticas especiales.
El reconocimiento de esta deuda extraordinaria la obliga a volverse sobre si misma y ha repensarse.
La didctica se ha apoyado fundamentalmente en dos dominios del conocimiento; la psicologa y la
filosofa.
La filosofa era la ciencia madre, y en su seno esas preguntas estaban relacionadas con cuestiones
gnoseolgicas y con otras que intentaban resolver el problema de cmo alguien, otro ser humano,
puede intervenir en el proceso de aprender. El dialogo socrtico es quizs una de las mejores
demostraciones o propuestas de lo que siempre se establece como accin deseada para el profesor,
esto es, que ensee e investigue. En el dialogo socrtico la mayutica es una forma didctica en
donde el propio estudiante en correlato con su docente, esta enseando e investigando a un tiempo.
Hasta aqu vemos que la didctica es, pues, heredera, y lo a sido siempre, de otras disciplinas .Esto
es una caracterstica propia altamente positiva- de la didctica ya que demuestra que se trata de un
campo disciplinario que no se ha aislado del movimiento general de las ciencias de cada una de las
pocas en que ha sido construido un discurso didctico de relevancia terica.
Pero en el momento actual, el problema principal que enfrenta la didctica es que la ciencias sociales,
desde mediados del siglo pasado, se han desplegado de forma extraordinaria en relacin con la
tradicin anterior. Y esto en dos sentidos. Por un lado, en la efectiva pulverizacin de los campos y de
los objetos. Hoy existe enorme cantidad de perspectivas que permiten mirar desde distintos puntos de
vista y con distintas modalidades, el mismo objeto social y el propio campo de lo social. As como la
cantidad de enfoques es muy grande, los objetos que se construye desde esas perspectivas, sobre la
base supuesta de un objeto real comn, tambin, a su vez son diferentes.
Pero, adems, cuando el didacta se plantea la problemtica de la enseanza de la tarea a realizar,
debe encararla como un trabajo de intervencin social. De ah que la carga de valor frente a la
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sociedad que la didctica sobrelleva sea tan grande que la obliga a no poder mirar de lejos, a no
poder ignorar ninguno de los aportes de ninguna de las ciencias sociales.
La didctica habla del profesor y del maestro, de quien ejerce la profesin docente y transmite un
conocimiento generado por los cientficos, los tecnlogos y los artistas (el mismo u otros) y como
hombres, como ciudadano, puede actuar sin restriccin y utilizar todos sus conocimientos para
defender ciertos valores e intervenir en la accin social. Como docente, sin embargo, tiene que ser
respetuoso de los otros, de la libertad de los dems, de sus alumnos.
Nuestra disciplina se propone como objetivo propio la intervencin pedaggica. El didacta esta
interviniendo, aun en el caso en el que su discurso sostenga que el profesor debe ser neutro porque
esta diciendo como se debe intervenir. La respuesta que da la didctica es que tipo de intervencin
tiene que tener el docente sobre el aprendizaje de los alumnos en un marco que hoy los didactas tiene
absolutamente claro que abarca la sociedad en su conjunto.
Desde la didctica se apunta a desarrollar un cierto tipo de intervencin social. Si todo trabajador
social se plantea como trabajar, como intervenir en una comunidad, los didactas se ocupan de la
enseanza tratando de responder a estas otras preguntas complementarias y especificas. Qu
enseamos?, Cmo lo enseamos? , Qu debemos ensear?, que debe ser y hacer la escuela?
Es casi imposible ignorar actualmente los aportes de grandes autores y Vigotsky, por ejemplo, es
citado como autoridad cientfica en la psicologa la lingstica y la didctica. Nuestra disciplina es, por
definicin una disciplina global. No puede ignorar ningn aporte terico que pueda serle til. Pero los
niveles de desarrollos de las diferentes ciencias sociales son distintos y en el tratamiento de los temas
se observa cierta asincrona en la adopcin, el reemplazo, la integracin, la yuxtaposicin, y, en
consecuencia, la coexistencia de diferentes teoras, las que pueden servir de basamento a diversas
teoras didcticas, si quienes las abrazan adoptan los sesgos que esas teoras les sealan y
descartan los posibles aportes de otros enfoques.
Las didcticas de las disciplina tambin van cambiando por distintas razones. Son asincrnicas entre
si y con relacin a la didctica general.Tienen diferentes ritmos de desarrollo y estn basadas sobre
enfoques tericos, propuestas, corrientes, programas de investigacin cientficas diversos y a mi
criterio, por lo general a partir de planteos que solo en apariencia se desprende y son isomorfos de la
naturaleza de los contenidos que se deben ensear.
No hay una nica manera de construir y organizar los contenidos de una disciplina ni existe una nica
explicacin acerca de su validez. Porque en realidad, cuando hablamos de las disciplina, nos
referimos a dominios sistemticos de conocimientos que implican muchos componentes, tales como,
por ejemplo, estructura conceptuales, herramientas procedimentales, modos y mtodos de
investigacin, mundo de una disciplina es un mundo de ideas y personas.
El progreso de la didctica esta sometido a similares avatares. Si comparamos su situacin con la de
otras ciencias sociales, observamos que la didctica, segn algunos autores, nunca tuvo un campo
claramente marcado. En consecuencia, si el problema de construccin de un corpus interdisciplinario
es difcil con relacin a los campos disciplinario que estn o estaban ms o menos definidos, la
didctica debe enfrentar, adems un problema adicional, la definicin de su propio campo.
Esto explica, pues, que en estos tiempos, la didctica se analice epistemologicamente y trate de
determinar que es este campo de la disciplina didctica, ya que por sus mltiples e imprescindible
relaciones con las otras disciplina, nada de lo humano parece serle ajeno., incluido en ello el
producto de la actividad del hombre ya sea en la forma de conocimiento cientfico o en la de las otras
modalidades del saber.
La didctica recibe y refleja muchas crisis tericas porque se trata de una disciplina caracterizada por
ser un dominio en donde se reunieron algunas o todas las dems.
Variados aportes de muchas disciplinas, en razn de un movimiento de circulacin de teoras y de
conceptos de una disciplina a otra que se esta generando, la eleccin de los criterios de integracin a
aplicar, y el poder hacerlo sin caer en la tentacin de la fascinacin frente a una teora nueva. En los
procesos de trasvasamiento de grandes teoras, las concepciones del mundo, de la accin humana,
de los valores y del conocimiento tienen una posicin privilegiada, circulan entre todas las ciencias:
de las ciencias naturales a las ciencias sociales y de las ciencias sociales a las ciencias naturales.La
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didctica no puede dejarlas de lado ni transitar simplemente junto a ellas, en virtud que son cuestiones
que tienen que ver hoy con todas las reas y con las perspectivas mas generales de todos los campos
cientficos.
Si la didctica ha de ser solo una heredera de las crisis de otras disciplinas y una manera usuaria de
sus teoras, abra de depender de nuestra capacidad de reflexin e investigacin y de produccin
terica original e integradora de un discurso sobre y para la occiopedagogica que permita identificar a
la didctica, con pleno derecho, como dominio de conocimiento serio y riguroso. La didctica es una
teora de la enseanza, heredera y deudora de muchas otras disciplinas. Su destino empero, al
ocuparse de la accin pedaggica es constituirse, en oferente y dadora de teora en el campo de la
accin social y del conocimiento.
El problema que trataremos en estas pginas se refiere a un debate muy actual en la lnea de
desarrollo de la didctica: es el tema de la definicin del mbito de la didctica general y las
didcticas especiales. Esta problemtica, de reconocida circulacin en los medios acadmicos, es
de recurrencia histrica.
A veces se expresa de forma manifiesta, generando batallas y discusiones, y en otros momentos
es latente, permaneciendo en el discurso de forma subrepticia o derivando en la aparente
negacin de uno sobre el otro.
La inclusin de la didctica como disciplina en el campo de la educacin corresponde a la
educacin europea, bsicamente de Europa central y mediterrnea, y se extiende al contexto
latinoamericano. En los pases anglosajones no se aprecia esta incorporacin, y es innegable la
influencia acadmico polticas que estos pases ejercen respecto de la produccin en la materia.
Pero en los ltimos aos, la definicin disciplinaria de la didctica y sus especializaciones ha
planteados nuevos problemas. Por un lado, los especialistas en distintas disciplina- que forman
parte de los programas escolares- se han preocupado por reconceptualizar la(s) alrededor de los
contenidos de enseanza. Se definen las didcticas especiales como campos especficos de las
respectivas ciencias, sin relacin con un marco de didctica general cuya propia existencia se
cuestiona, desde la ptica de que la enseanza siempre opera sobre contenido de instruccin
especializada
Los puntos centrales de controversias, en el terreno epistemolgico, pertenecen, ms all de la
didctica, al campo de la ciencia de la educacin, en el que se observan tendencias a conformarse
como un conjunto de teoras de diferentes orgenes y baja articulacin donde, muchas veces, la
falta de consenso es pacficamente aceptada por la comunidad acadmica.
A su vez, la disputa en la didctica que se dirige al terreno de la accin- incluye cuestiones de
dominios entre disciplina, por el trabajo simultaneo con dos o mas niveles de realidad. La
enseanza es un objeto completo en el que confluyen mltiples dimensiones problemticas y, por
ende, diversas disciplinas que pretenden explicarlas y aun actuar sobre ellas.
La comprensin de las disputas y las oposiciones no puede dejar de considerar las relaciones
hegemnicas entre los campos cientficos, en las cuales unas disciplinas tienden a ser dominadas
por otras, consideradas mas serias.A ellos se agrega que en el terreno de la accin escolar,
propio de la concrecin escolar, de la didctica, las decisiones estn fuertemente determinadas
por factores polticos que muy rpidamente afectan al desarrollo de la enseanza.
39
LA CUESTIN DE LA BASE NORMATIVA
Uno de los puntos centrales de la definicin epistemolgica de la didctica reside en la cuestin de
la base normativa. Es sabido que la disciplina surge histricamente como espacio de concrecin
normativa para la realizacin de la enseanza, dentro de una concepcin poco conflictiva y hasta
ingenua de la sociedad y del sujeto.
Desde la matriz de origen reconocida en la obra de Juan Amos Comenio en especial en su
Didctica Magna (1657), la disciplina se construye en el mbito de organizacin de las reglas de
mtodo para ser que la enseanza sea eficaz, basada en el sensual empirismo de Bacon y en el
realismo pedaggico de w.Ratke.
Ya en el siglo XIX. Herbart desarrollo de los pasos formales de la enseanza, enfatizan do el
proceso de la instruccin como trasmisin del saber.
A pesar de las diferencias entre estos dos exponentes histricos, sus enfoques conformaron la
produccin del discurso de la didctica ntimamente ligado a: la bsqueda de utopas pedaggicas,
pansoficas en el primer caso, y de humanismo tico no religioso en el segundo; la concrecin de la
regla de accin para la enseanza, conformes a pasos y medios determinados. Si bien estas
reglas presentaban una fuente carga de disciplinamiento de la conducta del docente y los
alumnos, el problema de los fines de la educacin y el de proyectos de construccin de un mundo
de valores aun conservaba su normatividad;
El desarrollo de los sistemas educativos modernos y el optimismo pedaggico respecto de la
construccin de una sociedad mas justa y humana como responsabilidad de los Estados
nacionales.
Las primeras dcadas del siglo XX marcaron un nuevo enfoque en este desarrollo, por la
influencia del ideario de la Escuela Nueva y sus diversas expresiones metodologcas
La expansin de la escolaridad publica, el liberalismo poltico y los paulatinos avances del
conocimiento de la psicologa del desarrollo facilitaron la concrecin de experiencias significativas
en el campo didctico.
Aparecen as las primeras especializaciones de las propuestas didcticas, conformadas segn
las etapas evolutivas del alumno.
El peso burocrtico del aparato escolar fue transformado estas contribuciones en didcticas
especiales para distintos niveles o ciclos de enseanza. Ellos produjo un nuevo desplazamiento
descentro del enfoque: del sujeto de la enseanza hacia la organizacin del sistema escolar. As
se debito la demarcacin epistemolgica de la especializaciones , de la escolarizacin.
As, normatividad de la didctica pudo funcionar como bisagra realizacin intersticial de los
postulado de las utopas pedaggicas y las practicas educativas.
Gimeno (1978) distingue como los componentes bsicos de la ciencia de la educacin: la
explicacin (producto de la ciencia de la poca), la norma (como El postulado en la accin) y la
utopia (como motor o brjula orientadora del cambio).
Un punto de distorsin de esta armona se encuentran en la expansin del enfoque tecnisista de
la enseanza. Su hegemona en la didctica a partir dla posguerra y de la expansin del
industrialismo no abandono el criterio normativo _ por el contrario, lo exacerbo_ sino que lo
desligo del debate ideolgico
La didctica se desarrollo as como la expresin de la tecnocracia basada en una epistemologa
ingenua, que se expresa en la ilusin de la trasparencia como renuncia a la construccin terica,
propia de una sociologa espontnea.
As las propuestas didcticas significaron el refuerzo de la certeza metdica _ acorde a la matriz
histrica de la disciplina, basadas en el objetivismo . La neutralidad poltica y la eliminacin
simblica del sujeto y de los hechos de conciencia.
40
Sus desarrollos se basaron, por un lado, en las conclusiones de la psicologa conducista, y por el
otro en la expansin de la planificacin eficientista, en la que confunde la realidad con las
estadsticas.
En lo epistemolgico, las contribuciones representan un distanciamiento del positivismo y
reivindican la comprensin de los fenmenos sociales como esencialmente distintos de las
ciencias naturales de base experimental.
Desde el lugar de investigacin cualitativa con apoyo en la fenomenologia y la hermenutica, se
ha procurado interpretar los procesos que caracterizan la vida del aula reconstruyendo los
significativos y las intensiones de los individuos que ni se observan directamente ni pueden
cuantificarse.
Con un enfoque ms dirigido al perfeccionamiento de la accin de la enseanza y en oposicin al
objetivismo tecnocrtico, otros aportes destacan que los problemas de la enseanza son siempre
situacionales y que, por ende, escapan a las formulaciones abstractas. Propugnan as soluciones
contextualizadas de acuerdo con las caractersticas especficas de la experiencia educativa. Para
ello impulsan la investigacin como componentes del desarrollo del curriculum y la participacin
directa de los docentes en el proceso.
Es evidente el valor de las contribuciones tanto de la Escuela Critica como de las corrientes
didcticas ligadas a la comprensin de la prctica. Tambin es muy visible que ya se haba ligado
al agotamiento del modelo positivista para el desarrollo de la investigacin en didctica-y en buena
medida en la ciencia de la educacin-.
La alusin a la hermenutica como herramienta de anlisis para la investigacin representa un
camino frtil. Pero estas perspectivas conducen a una problemtica impasse metodolgica en el
terreno de la didctica, no solo respecto de la investigacin disciplinaria sino especialmente de la
realizacin de la enseanza. Produce una cierta paralizacin a causa del abandono de las reglas
de procedimiento mas generales y abarcadoras, que permitan operar a quienes ensean.
En la nueva perspectiva de la didctica debiera plantearse respecto de la normativa, un mnimo
acuerdo que, aun reconociendo que supone marcos tericos aprobar, represente conocimientos
polticos, es decir que puedan compartir y utilizar otras personas y no sean patrimonio de la
intuicin intransferible del sujeto que investiga y ensea.
De esta forma se podra contribuir a la transformaciones socioculturales en la escuela y en la
enseanza, en la prctica concreta y no solo en los principios tericos. Al menos se estara
rindiendo modestisismo homenaje a muchos docentes y pedagogos que no por casualidad
tuvieron una lucida y aguda preocupacin por la metodologa en la didctica.
41
De esta forma, la didctica- entendida como didctica general fue creciendo en caudal
interpretativo-descriptivo, aunque todava fragmentario y diluyendo su dimensin propositivo-
normativa, aunque estuviera resignificada como criterios sistemticos de atencin entre tanto,
cuando de esas propuestas de accin se trata, el lugar fue ocupado paulatinamente por el
desarrollo de la didcticas especiales centradas en los contenidos de instruccin, en los distintos
mbitos disciplinarios. Pareciera que de la enseanza se encargan los especialistas
contenidistas- y no los didactas- amparados en el recorte de los niveles de la realidad: el
contenido y sus reglas y el sujeto del aprendizaje.
Por lo tanto, el campo de la Didctica- de la didctica en general y las didcticas especiales- no ha
superado todava la situacin.
Recuperando este anlisis de Schwab y observando la evolucin actual de la produccin en
didctica, puede distinguirse una fuga de dos rdenes:
Por un lado, la construccin de lo que daremos en llamar megateoras en el campo de la
didctica general, comprendidas con el discurso interpretativo que pretende reunir el
abanico de producciones cientficas en un marco global comprensivo, con la consecuente
prdida de produccin de reglas de accin, en el sentido de lo planteado en el aparato
anterior.
Por le otro, la elaboracin de teoras diagramticos en las didcticas especiales que,
focalizando la mirada en una o dos dimensiones. Reducen el proceso de la enseanza a
una tarea formativa en las distintas materias y se constituyen como teoras automatizadas
y fragmentarias.
Desde la complejidad de la prctica, Gimeno Sacristn analiza el curriculum y sus distintos niveles
de concrecin, incluyendo a los diversos actores sociales involucrados y sus tramas conflictivas de
inters. As el autor trata las cuestiones del curriculum prescripto y al cultura de la escuela, las
condiciones institucionales y la poltica curricular, la estructura del sistema educativo y la
organizacin escolar como opciones polticas, psicolgicas, epistemolgicas, como productos de los
valores sociales, de la filosofa, de los modelos educativos, que de alguna manera orientan la
seleccin cultural, determinando los contenidos que se ensean, los cdigos sociales, lo explicito y
lo oculto.
Contextualizando la construccin de este prototipo terico, es evidente que se gesta dentro de un
proceso de marcadas retracciones de teora pedaggica, como resultado de la ruptura ideolgica y
epistemolgica con el ingenuo optimismo educativo.
Es viable pensar que la generacin de megateoras didcticas tiende a llenar esta laguna como
discurso integrador y abarcativo. Sin embargo acaban son cumplir este propsito: el discurso de la
pedagoga, ms que en una trama descriptiva- interpretativa se asienta en la generacin de los
proyectos de poltica social y cultural.
De esta forma, la proyeccin de las didcticas especiales ha ido afianzando su definicin, en los
ltimos tiempos, en funcin de los distintos contenidos disciplinarios de enseanza. Ello se ha v isto
apoyado por las nuevas tendencias reformistas de la escuela en distintos pases y por le
financiamiento de los proyectos de desarrollo curricular centrados en la funcin instructiva en las
distintas disciplinas.
Sin el entramado de un proyecto compartido, las didcticas especiales por disciplinas se estn
consolidando como teoras diafragmticas con pretensin expresa o latente de neta
automatizacin. Sobre la base de la mirada focalizada en una o dos dimensiones del problema,
sostienen la intencin de constituirse en la mirada total.
Entretanto, hoy asistimos a un movimiento contrario en el la didctica busca explcitamente
discriminarse de su papel mas tcnico, lo que le restaba status dentro del mundo acadmico.
Mientras tanto, las didcticas por disciplinas procuran su dominio y automatizacin en el produccin
y en la intervencin en la prctica escolar.
42
Estos movimientos no parecen, as, justificarse en las lgicas inmanentes a los objetos, lo que no
impide el trabajo interdisciplinario cuando de aprendizaje y enseanza se trat, sino a problemas
derivados de conflictos de campos acadmicos y de las pujas por le dominio del financiamiento de la
investigacin o de la produccin curricular.
MARCOS CONCEPTUALES ESPECFICOS O COMPARTIDOS?
Los importantes aportes realizados por Brousseau y el grupo de especialistas de los institutos de
investigacin sobre la enseanza de la matemtica de Francia han producido diversas
conceptualizaciones que pueden ser aplicadas al estudio de la didctica en otros campos
disciplinarios, entre los que cuentan los conceptos de contrato didctico, situacin didctica y su
clasificacin situaciones a- didcticas y muchas otras definitivamente validas para plantearse en la
enseanza de otras reas y disciplinas.
Pareciera que la didctica general y sus especializaciones estn mucho mas unidas que lo que
una primera visin puede suponer, y que las separaran cuestiones no exactamente referidas a
estructuras conceptuales diversas, Mientras tanto, se observa una clara supresin de la figura del
didacta y la organizacin de un dialogo directo entre las especialidades y la psicologa cognitiva y
el aprendizaje.
As, la hegemona del discurso de la psicologa sigue presente, solo que articulada al aprendizaje
de un campo determinado de conocimiento.
DE LA DIDCTICA GENERAL Y LAS ESPECIALIZACIONES
En primer lugar, y a pesar de las dificultades de su desarrollo, hoy es ya un punto de acuerdo el
reconocimiento de los espacios de especializacin que requieren la indelegable participacin de
los expertos en el contenido disciplinario, abandonando la pretensin tecnicista de plantear a la
didctica como repertorio de tcnicas independientes de que y para que se ensea.
Sin embargo, ello no implica que la didctica general desaparezca como disciplina o se fragmente
en didcticas especiales. La revisin global del problema llevaria a pensar en las especializaciones
como desarrollo didctico en los distintos campos disciplinarios, mas que en disciplinas
automatizadas,
Aun ms: la enseanza plantea desafos importantes que requieren propuestas que solo pueden
elaborarse dentro de la didctica general; esto es, que no se resuelven desde ninguna
especializacin ni desde la psicologa,
Recuperar estos problemas significara, al fin, retomar cuestiones que han sido significativas en la
historia de la didctica. Entre ellos, a titulo de simple enumeracin, podran destacarse los
siguientes:
La formulacin de proyectos de organizacin de la escuela
Las propuestas organizativas de la escuela constituyen una temtica con tradicin en los
desarrollos de la didctica. Los representantes del movimiento de la Escuela Nueva percibieron
este ambito de produccin didctica y generaron diferentes escuelas con diferentes propuestas.
Estas propuestas reunieron desde principios hasta procesos, materiales, distribucin del tiempo y
el espacio, configuracin de las relaciones sociales en la escuela, grupos de participacin y
gestin, mtodos de trabajo y variadas concreciones.
La urgencia de hoy concierne no solo a comprender a las escuelas tal como hoy son ( y de la
critica socio poltica y pedaggica), sino a proponer sus alternativas y las formas de realizar los
cambios.
La disciplina o las formas de comunicacin productiva entre generaciones
Vinculada al replanteamiento de la institucin escolar, la problemtica de la brecha entre la cultura
de los jvenes y la de los adultos requiere ser seriamente considerada en nuevos programas de
accin. Ms que pensar en la coexistencia pacifica, se necesita abordar el desarrollo de
proyectos de trabajo que resignifiquen la enseanza y convoquen el mundo de sentidos de nios y
adolescentes.
43
El estudio y desarrollo de la cuestin metodolgica
El desarrollo metodolgico que permite conceptualizaciones amplias, inclusivas y consistentes y la
elaboracin de criterios que permitan orientar la accin de los docentes constituye una perspectiva
legtima y viable.
Los sistemas de evaluacin
La evaluacin requiere ser resignificada e instrumentada para constituirse en una estrategia
participativa de cambio y superacin, mas que un sistema de control normalizador. La
elaboracin de un diseo de este tipo afecta, inevitablemente, la evaluacin en el interior de las
distintas disciplinas.
Son cuestiones centrales para la didctica desde la definicin de los contenidos hasta el desarrollo
de variadas estrategias y medios de formacin inicial o en servicio, y en los ltimos aos han
recibido un notable impulso en distintos pases.
El diseo de currcula en cuanto trayectorias formativas
La cuestin debera residir en la elaboracin de distintos diseos que pudiesen ser analizados y
reelaborados por los docentes a la luz de las caractersticas especficas de la escuela en la que
actan. Cualquier perfil que adopte tales diseos influye necesariamente sobre las propuestas de
especializaciones didcticas.
La orientacin tcnica de la didctica no es sinnimo de tecnocracia o tecnicismo: la estrategia y
tcnicas de accin no son ciegas ni aspticas. Reconocen fundamentos en el conocimiento
producido y en la intencionalidad tico social de los actores. Explicitar el porque y el para que de lo
que se propone es un ejercicio saludable para el desarrollo de criterios propios en la docencia.
En este camino, cabe pensar que le papel bisagra de la didctica, entre la teora y la accin,
necesitara la recuperacin del discurso de la pedagoga. Este no se agota en la integracin de la
sociologa del curriculum, del anlisis institucional, de la psicologa del aprendizaje ni en cualquier
teora descriptivo explicativa. Aunque la pedagoga se nutra de aquellos aportes, su estatuto terico
implica bsicamente la construccin de un proyecto de poltica social y cultural en el campo de la
educacin, que otorgue sentido a la proyeccin de la enseanza. Tal vez su recuperacin despeje el
campo para que la didctica desarrolle aquellos necesarios cursos de accin.
44
Unidad 5: Evaluacin de la enseanza y de los aprendizajes.
La evaluacin en el contexto ulico, institucional y social. Evaluacin formativa, instancias
y procedimientos. Intervencin didctica y evaluacin. Evaluacin de la propia prctica.
El criterio para la formulacin de este captulo es presentar una sntesis de una serie de puntos de
conflicto y de reflexin que hemos analizado sobre el tema del examen.
Preferimos la antigua denominacin (examen), en vez de la reciente (evaluacin) para delimitar el
sentido que este instrumento tiene en la accin escolar. Por lo tanto, no se aborda el problema de la
evaluacin educativa en su conjunto, sino slo la evaluacin del aprendizaje y, ms concretamente,
el examen.
La primera cuestin que salta a la vista es la ambigedad de su lenguaje, la polisemia que lo
caracteriza. Esta polisemia subyace en los conceptos propios de la pedagoga pragmtica del siglo
XX: evaluacin, currculo, tecnologa de la educacin, planificacin.
El concepto de evaluacin se utiliza inicialmente para referirse a cuestiones del aprendizaje. Sin
embargo, hacia la dcada del sesenta se desfigura y configura con otros significados. Ahora se
pretende evaluar al docente, al mtodo, al programa, a la institucin, al plan de estudios e, incluso al
propio sistema educativo. Esto hace perder a la evaluacin sus posibilidades, su identidad, su
precisin respecto de su objeto de estudio.
Cuando el trmino evaluacin se refera al aprendizaje, todo el mundo tena ms o menos claro su
objeto de estudio. Esta ampliacin en el objeto vuelve crticas las teoras, mtodos y procesos
tcnicos empleados para la realizacin de esta actividad. El mbito de la evaluacin se muestra en
crisis, desdibujados en su estructuracin, sin claridad ni de propuesta metodolgica, ni de referentes
conceptuales. As parece un terreno de aplicacin de metodologas y tcnicas muy variadas. En el
fondo de esta problemtica subyace una dificultad para dar rigor al campo conceptual y a la actividad
evaluatoria.
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principios que cuando se generalizan, se conocen como: planear, realizar y evaluar. Sin embargo la
ltima etapa de sus principios fue definida inicialmente como control. Tal conceptualizacin de control
es la que subyace en el campo de la evaluacin .Una genealoga de conceptos muestra que el lugar
que ocupa en la actualidad el trmino evaluacin responde a la idea de control, que esto es lo que
busca realizar. Se trata de establecer, bajo la idea de evaluar, una serie de actividades de control
hacia el alumno, hacia el docente, hacia el propio plan de estudios y hacia la institucin educativa. El
control se aplica indistintamente a personas, instituciones y procesos.
La historia del examen puede ser vista desde dos aproximaciones. Reconocemos que actualmente no
hemos podido conciliar ambas perspectivas. Por ello las representamos independiente una de la otra.
Aproximarse a la historia de examen consiste en estudiar su gnesis, analizar cules son los grandes
hitos que alcanza este instrumento en la historia de la educacin.
El examen no nace en la prctica educativa; al contrario surge como instrumento social. Emerge,
hacia el ao 1200 antes de nuestra era, como un problema de la burocracia china en la seleccin de
personas para el servicio de una casta a otra. El examen no nace en la relacin de transmisin.
Llamamos transmisin al acto escolar que coloca al sujeto en la posibilidad de adquirir conocimiento
ya establecido.
Durkheim, en su Historia de la educacin y de las doctrinas pedaggicas, expresa que en la
universidad medieval aparece el examen vinculado con la prctica escolar. Pero aade estas tres
precisiones:
1) Slo hay tres exmenes: el del bachiller, el de la licenciatura y el del doctor. As no se puede hablar
de una examinacin continua;
2) slo se dejaba presentar exmenes a aquellos candidatos de los que se estaba seguro que podan
salir airosos: No se puede negar que detrs de esta prctica hay un cierto control social, pero el
control no se da en el propio acto de examen;
3) es necesario recalcar que una funcin de este examen, es mostrar en pblico el grado de madurez
intelectual que adquiri un estudiante.
La universidad medieval no es una institucin del Estado nacional. El examen no era exactamente el
instrumento que califica o acredita, sino un instrumento que muestra en pblico el grado, el dominio de
habilidades cognoscitivas que ha desarrollado un sujeto. En el siglo XVII con la gnesis de la
didctica durante el conflicto de la Reforma-Contrarreforma, surgen dos procesos divergentes de
institucionalizacin del examen: en uno se considera un problema metodolgico (Comenio en su
Didctica Magna, 1657), en otro, una supervisin permanente (La Salle en la Gua de las escuelas
cristianas, 1720).
Segn Foucault La Salle establece el examen como un instrumento de vigilancia continua e
ininterrumpida. Los resultados son entregados semanalmente por el director, en donde se estimula a
los que obtienen mejores resultados y se reprende en pblico a quienes se atrasan.
Para Comenio el examen juega un papel metodolgico, el maestro posee el mtodo como instrumento
profesional. Su resguardo para trabajar con el alumno es el mtodo y el examen forma parte de lo
metodolgico. Pero, qu sentido guarda el mtodo en esta propuesta? Se trata de que el maestro
enfrente cualquier problema de aprendizaje desde lo metodolgico.
Es muy interesente este sentido metodolgico del examen porque sus resultados no se califican ni
permiten una promocin.
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Cuando aparece el examen contemporneo en la educacin-esto es, cuando aparece el examen
desligado del mtodo, ya como parte final de la enseanza, ya como parte que otorga la promocin-el
maestro se deja llevar por un facilismo pedaggico. En este facilismo pedaggico, cuando el alumno
no entiende, se lo manda a examen y cuando no quiere estudiar, lo obligan mediante la calificacin.
Es necesario reconocer que las calificaciones no estuvieron ligadas, ni a la accin educativa, ni a la
historia de la educacin. Su origen es social y se remonta a la exigencia del Estado nacional de
certificar (mediante un diploma) los conocimientos adquiridos en la escuela. Esta situacin ocasion
en el siglo pasado que se separase el examen de la metodologa y se convirtiese en una instancia
independiente a posteriori de la cual se deriva una calificacin como promocin.
Este conjunto de problemas hace imposible que el examen cumpla necesariamente su rol educativo.
-Examen o evaluacin del aprendizaje?
Otra veta de la historia de la evaluacin consiste en establecer una genealoga de algunos conceptos
claves. Para ello se puede analizar la separacin temporal que existe entre examen, acreditacin,
tests y evaluacin.
Por su parte en el siglo XX la teora del test incorpora la suposicin de medir un aprendizaje. As, el
paso de la pedagoga humanista a la pragmtica significa el transito de una nocin amplia de
formacin hacia otra de aprendizaje como cambio de conducta, susceptible de ser medible y
verificable. El aprendizaje dej de ser una cualidad y se convirti en una cosa cuantificable que puede
ser medible. La incorporacin de la teora del test en la prctica escolar implica la aceptacin de una
visin experimental de los programas de estudio.
Esta lgica se encuentra bsicamente en los manuales de evaluacin del aprendizaje. Teora que
posibilit legitimar como naturales, esto es, de orden biolgico, desigualdades sociales. De esta
manera, la teora del test es un instrumento de poltica social. Para nosotros, cuando se incorpora al
rendimiento escolar conserva esta impronta. Por ello presenta desviaciones individuales como propias
de la naturaleza humana, donde lo social no puede hacer nada. sta es la sustancia del pensamiento
neoconservador de origen fondomonerista instaurado desde los ochentas en Amrica Latina.
Pensamiento que pretende que slo estudie aquel con condiciones de inteligencia y medios
econmicos para hacerlo.
Con posteridad al uso del test, ya en la dcada de los aos cuarenta se incorpora la nocin de
evaluacin, sta aparece como ms cientfica y neutra, pero recoge el sentido implcito de control de
la administracin cientfica del trabajo y la medicin de la teora del test. A la vez, la nocin de
evaluacin posibilit la construccin de un nuevo objeto de accin en relacin con el examen.
Cuatro enunciados bsicos.
La reflexin sobre los problemas y procesos que se dan en torno al examen suele ser muy extensa.
Efectuaremos algunos enunciados bsicos intentando enfrentar un conjunto de representaciones que
socialmente se construyen en relacin con el examen como instrumento social y como tcnica
educativa.
Primero: es falso el principio de que, a mejor sistema de exmenes, mejor sistema de
enseanza.
Este principio tiende a privilegiar el sntoma y no a conocer el problema. Cuando a travs del mtodo,
se logra que el alumno desarrolle procesos de la apropiacin del conocimiento, estrategias analticas
de manejo de la informacin, no se puede recurrir a un sistema de exmenes en el que slo se solicita
que repitan.
La educacin no se modifica por la rigurosidad del sistema de exmenes sino por los cambios en las
propuestas metodolgicas.
Segundo: se puede afirmar que toda nocin de examen lleva de forma implcita una de
aprendizajes. Parafraseando a Bourdieu, en todo examen y en toda pregunta del mismo acta
una nocin de aprendizaje.
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As se podran analizar las preguntas que se hacen en una prueba escrita y la forma que cada
maestro tiene para examinar. Esto nos permitira entender los conceptos de aprendizaje que tiene el
docente, la institucin educativa y la sociedad.
Tercero: El examen no puede ser justo ni puede ser objetivo.
El problema de justicia es un problema social, no hay forma de que el examen se lo resuelva. Ms
bien, ste sirve de legitimador acadmico de un conjunto de desigualdades sociales. Por ello, en otra
parte hemos planteado que originariamente son de ndole social se presentan como si fueran de
ndole pedaggica.
La objetividad supone la distancia del objeto en el acto de conocimiento. Se trata de una posicin
vinculada con la teora de la ciencia, que postula la posibilidad de la separacin entre sujeto
cognoscente y objeto y conocido. Sin embargo, en las ciencias del hombre, la posibilidad de
establecer el punto lmite entre sujeto y sujeto de conocimiento es muy difcil. As el acto de
conocimiento en el examen da cuanta de una relacin particular entre sujeto cognoscente
(examinados) y sujeto concreto (alumno) donde ambos se influyen mutuamente.
El examen es una situacin que coloca en relacin con dos o ms subjetividades. Slo desde lo
subjetivo se puede conocer al otro. Esto es, se conoce al alumno desde una relacin con el docente,
es decir, una relacin de subjetividades.
Se puede considerar, que ver el nombre del alumno ayuda al docente a saber con quien se est
interactuando, ayuda a recordar qu tipo de bsquedas tiene ese alumno, que tipo de problemas
detecta en ese sujeto, y favorece una comunicacin ms explcita con l.
Cuarto: a travs del examen se pervierte la relacin pedaggica.
La relacin pedaggica se centra en el propio acto de transmisin; en el vnculo que establecen
docentes y alumnos; en que ambos se reconozcan como personas y como sujetos complementarios.
En el momento actual cuando el docente se encuentra con un problema de aprendizaje, en vez de
pensar ese problema como un sntoma que debe ser decodificado, descontruido, para poder
intervenir, sanciona a travs del examen.
La falta de estudio del alumno tiene que ser leda como un sntoma social, no forzosamente slo como
un sntoma individual. Tambin podra ser leda como un sntoma de la relacin del sujeto con un
conocimiento en particular, o con un docente en particular. El examen convierte la accin educativa en
un facilismo pedaggica, porque, ante estos problemas, el docente ya no analiza lo que est pasando,
sino que sanciona.
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El examen hace caso omiso de todas estas cuestiones y las trata como problemas tcnicos.
Desconoce diferencias. Ante el examen, todos deben rendir por igual.
* Reduce los problemas metodolgicos a problemas de rendimiento.
El alumno se pasa la clase atendiendo slo a lo que le van a tomar Algunos docentes ensean en
funcin de lo que va a tomar, no en funcin de una problemtica ni en funcin de los sujetos, sino en
funcin de lo que se va a pedir en el examen. El resultado de estas inversiones es la prdida del
sentido de la educacin
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No hay forma en que la calificacin signifique otra cuestin. Por honestidad, y cuando es posible, es
conveniente reconocer esto y analizarlo con los estudiantes. Este reconocimiento permite que el
docente se separe de la acreditacin y busque desarrollar tambin actividades reales de evaluacin.
Esto es, que pueda efectuar un anlisis colectivo sobre lo que se propuso en el curso; los esfuerzos
que realiz con sus alumnos, los logros obtenidos; las deficiencias que se perciben.
50
Bertoni, A.; Poggi, M.; Teobaldo, M.: Evaluacin nuevos
significados para una prctica compleja (1996) Bs As., Kapelusz
U5
52
-se centra en la estimacin de los conocimientos de una disciplina a partir de la presentacin que
alumnos y alumnas hacen de sus conocimientos?
La problemtica de los contenidos lleva a conceptuar qu se entiende por contenidos escolares,
cuestin que, por otra parte, alcanza a otros aspectos de la accin educativa que exceden a la
evaluacin y son objeto de tratamiento en distintos mbitos de un sistema educativo, como la
definicin y concrecin de los contenidos pertinentes en un diseo curricular, su traduccin en un
proyecto pedaggico institucional o su abordaje en la accin educativa cotidiana.
En segundo lugar, es necesario especificar qu contenidos sern seleccionados y priorizados para la
organizacin de los tems que integran el instrumento de evaluacin.
En tercer lugar, es importante definir qu tipo de instrumento de evaluacin ser elaborado para
indagar sobre las caractersticas y el nivel de aprendizaje de los contenidos seleccionados para
integrar la prueba.
53
Camilloni, A.; Celman, S.; Litwin, E. Palou, M.: Cap. La evaluacin: Campo
de Controversias y Paradojas, o un nuevo lugar para la buena enseanza-
La evaluacin de los aprendizajes en el debate didctico
U5
contemporneo. (1996) Bs As., PAIDS
54
Otra de las cuestiones controvertidas de las prcticas evaluativas es el papel que cumplen las ideas
que los docentes tienen acerca de los aprendizajes de los alumnos.
55
El ltimo postulado es el narrativo. En nuestra cultura tecnologizada reconocemos, sin subvalorar el
pensamiento lgico-cientfico, la importancia de la narrativa tanto para la cohesin de una cultura
como para estructurar la vida de un individuo. Dos modos de pensamiento: el lgico-cientfico y el
narrativo. La escuela siempre dio preponderancia al primero. Hemos reconocido en el discurso
docente, variaciones en el arte de narrar que posibilitaron los procesos de comprensin. Estas
variaciones, asociadas al tratamiento de los contenidos, provocan en algunos casos mayor
participacin y permiten reconocer, a la hora de la evaluacin, las implicancias reflexivas.
56
Trabajos Prcticos
Con la intencin de delinear una posicin propia en el debate acerca de la profesionalizacin del
trabajo docente y el lugar asignado a las prcticas reflexivas, hemos tomado como disciplina de
referencia a la didctica, tomando una clara distancia de toda versin tcnico instrumental
derivada de la racionalidad tecnocrtica, considerndola como un campo multirreferencial, una
disciplina que apela a construcciones fruto de desarrollos tericos y empricos de otras disciplinas,
recuperacin de aportes mltiples que resultan potentes para la elucidacin de teoras acerca de
las prcticas de la enseanza.
Se tomarn los aportes de Pierre Bourdieu, Michael Focault, Cornelius Castoriadis, Jerome
Bruner, Clifford Geertz.
Aportes fundantes
PHILIP W. JACKSON (1968 1998) sienta las bases de una nueva perspectiva en la comprensin
de los acontecimientos que se producen en el saln de clases. Seala la necesidad de un viraje en
las metodologas que tradicionalmente encaraban el estudio de esta realidad polifactica.
DONALD SCHON (1992 1998) se perfila en figura paradigmtica para el tratamiento de la
cuestin, por sus aportes a los procesos en los que se involucran los profesores, al igual que otros
profesionales, como sujetos de dichas prcticas, las peculiaridades de los contextos
institucionales, y las tensiones entre las propuestas formativas que sostienen y las necesidades y
demandas del mundo de la prctica. Sus postulaciones en esta lnea acerca del PRACTICUM
como alternativa en la formacin de profesionales reflexivos.
PETER WOODS (1993 1998) completa este primer paneo de referentes clsicos con sus
postulaciones acerca de las potencialidades de la etnografa para investigar el arte de la
enseanza.
Observaciones y registros de la vida cotidiana de las aulas y la necesidad del giro interpretativo
para la comprensin de la enseanza, en el caso de JACKSON, las prcticas reflexivas desde una
epistemologa de la prctica en la formacin de profesionales y la espiral de ciclos de
experimentacin reflexin, como postulaciones de SCHON y PETER WOODS en lo atinente a los
usos de la etonografa, la intereactividad en la perspectiva interpretativa y la incidencia del propio
yo del etngrafo en el proceso de indagacin.
57
funcin de sistemas de referencia distintos. Se trata de una decisin epistemolgica, en cuanto la
educacin como funcin social global que atraviesa el conjunto de los campos de las ciencias del
hombre y la sociedad, interesa a especialistas de diferentes disciplinas que asumen su
complejidad como rasgo constitutivo. De este modo, la multirracionalidad concilia y articula con
coherencia los diferentes horizontes epistemolgicos y disciplinarios, que podran pensarse como
irreconciliables y excluyentes por derivar de formas de conocimiento y representacin ancladas en
diferentes racionalidades.
El ANLISIS MULTIRREFERENCIAL consiste en la re interrogacin de los mismos datos bajo
muchos ngulos, proceso que aunque no es dialctico propiamente hablando, constituye una
propedutica para la adquisicin de una inteligencia dialctica.
La tarea ser tomar en cuenta los puntos de vista diversos y a la vez relativizar cada uno respecto
de los otros, procurando con ello salir del frecuente etnocentrismo disciplinario. Trabajo de
confrontacin de perspectivas de anlisis, para dar cuenta del objeto desde pluralidad de
aproximaciones y con apertura a la necesaria complementariedad entre las mismas.
PIERRE BORDIEU manifiesta una constante preocupacin por la reflexividad, advierte sobre tres
parcialidades que pueden oscurecerla. La primera remite a las coordenadas sociales del
investigador, la ms fcil de controlar mediante la autocrtica y la crtica mutua. La segunda, la
posicin que ocupa el analista en el microcosmos del campo acadmico, campo de poder, espacio
objetivo de las posturas intelectuales que se ofrecen en un momento dado. Por ltimo, la
parcialidad intelectualista, la que ms preocupa al autor, que nos orilla a percibir el mundo como
espectculo, como un conjunto de significados en espera de ser interpretados ms que como
problemas concretos demandantes de soluciones prcticas. Considera que la REFLEXIBILIDAD
supone una exploracin sistemtica de las categoras de pensamiento no pensadas que delimitan
lo pensable y predeterminan el pensamiento. Entiende que para poder producir y fomentar
HABITUS cientficos reflexivos es necesario institucionalizar la reflexividad en mecanismos crticos
de formacin y dilogo y evaluacin.
Su insistencia en la necesidad del retorno reflexivo es un principio que conduce a construir de
manera diferente los objetos de estudio a partir de las necesarias relaciones entre una lgica
abstracta y una lgica prctica. Significa que los sujetos tomen conciencia de lo social dentro de
ellos mismos, apresando un dominio reflexivo de sus categoras de pensamiento y accin. En esta
perspectiva cobra importancia el papel que otorga a lo que designa como SOCIOANLISIS
INTELECTUAL, que asociado a abordajes clnicos, requiere de la bsqueda de instrumentos para
una auto-comprensin libre de complacencias. Significa poner en tela de juicio el privilegio del
sujeto conocedor, al que se exime de manera totalmente arbitraria, no tica, del trabajo de
objetivacin. Se trata de una objetivacin participante que exige romper con las adherencias y
adhesiones ms profundas y ms inconcientes. Equivale a la manera de introducir en el anlisis a
conciencia acerca de las premisas asociadas al punto de vista local y localizado de quien
construye el espacio de los puntos de vista.
Para CASTORIADIS (2001), la reflexin se construye. Reflexividad en sentido fuerte implica la
posibilidad de que la propia actividad del sujeto se vuelva objeto explcito, y esto
independientemente de toda funcionalidad. Explicitacin de s como objeto no objetivo. Hablar de
subjetividad como origen de la reflexin implica admitir la posibilidad de la escisin y de la
oposicin interna.
En la generacin de sistemas reflexivos hace falta un lenguaje que pueda volverse su propio
metalenguaje. Avanzar por sobre el lenguaje utilizado cotidianamente, para dar lugar a un uso
reflexivo en los trminos planteados, no se realiza sino a travs de una interrogacin filosfica.
La reflexividad presupone la imaginacin como espontaneidad en la actividad, como fuente de
creacin, y se combina necesariamente con ella. Cuando hablamos de reflexividad y de
capacidad de accin deliberada, hablamos de posibilidades del sujeto humano. Su realizacin est
ligada profundamente a la institucin de la sociedad y a rupturas en la historia que dan lugar a
formas de autonoma que permitan cuestionar lo instituido, las significaciones establecidas, y a la
58
vez cuestionarse a s mismo. Las condiciones y por tanto posibilidades de la reflexividad tienen un
fuerte anclaje tanto en la psique como en la realidad histrico- social.
De MICHAEL FOUCAULT se tendr en cuenta el concepto de dispositivo, por cuanto permite
elucidar cuestiones centrales respecto de los dispositivos pedaggicos en el contexto de procesos
de formacin. Interesa el planteo en relacin con el ejercicio del poder sobre el sujeto, reto que
exige un trabajo de reflexin que desentierre las races de racionalidades que operan en el campo
social y un trabajo de negacin de las formas de subjetivacin heredadas e impuestas. El cuidado
de uno mismo se asocia a prcticas de libertad, respecto de las cuales necesariamente hay que
considerar las relaciones de poder.
En el anlisis de CRISTINA DONDA (2004) referenciando a Foucault, la formacin de docentes
como prctica social, produce una experiencia que puede caracterizarse como correlacin en el
marco de una cultura entre sistemas de verdad, tipos de normatividad y formas de subjetividad. Se
trata de un entretejido de formas de conocimiento, de relaciones de poder a travs de las cuales
los sujetos interactan en orden a modificar, transformar, incidir en el campo de acciones posibles
de otros. La forma bsica de estas prcticas es el efecto de un dispositivo, en este caso
pedaggico, que funciona como red articuladora de elementos heterogneos.
Formas diferenciadas de prcticas en las que el sujeto interviene como elemento y como agente a
la vez. Elemento en tanto forma parte de un proceso que lo atraviesa y determina, agente en la
medida en que se asume como actor voluntario, interviene tambin en su produccin.
Resulta til destacar el lugar de la crtica para Foucault como acto de desafo, de oposicin, que
INES DUSSEL (2005) designa como lugar para una tica de la inquietud, movimiento por el cual el
sujeto se da a s mismo el derecho a cuestionar la verdad en sus efectos de poder y a cuestionar
el poder en sus discursos de verdad. Lugar de la crtica que nunca est a salvo de las relaciones
saber poder. De ah que la opcin tico- poltica deba asociarse al arte de la impugnacin.
BRUNER (1988) expresa que la intencin y las vicisitudes constituyen un sistema primitivo de
categoras en funcin de las cuales se organiza la experiencia que tienen su expresin en el
relato. Una caracterstica de la narrativa es que reaviva la imaginacin del lector, lo compromete
en la produccin del significado. En esta construccin del sentido del relato, el lector se torna
escritor. Las narraciones se diferencian de otras formas de discurso y otros modos de organizar la
experiencia desde el carcter inherentemente secuencial de las mismas. Una narracin cuenta
una secuencia singular de sucesos, estados mentales, acontecimientos en los que participan
seres humanos como personajes o actores. Las narraciones median entre el mundo cannico de
la cultura y el mundo ms idiosincrsico de las creencias, deseos y esperanzas. Probablemente
constituyan la forma ms natural y temprana en que organizamos nuestra experiencia y nuestro
conocimiento. El relato integra dos aspectos: una secuencia de acontecimientos y una valoracin
implcita de los acontecimientos relatados.
Bruner seala que as como no se puede entender la accin humana sin tener en cuenta cmo la
misma se construye en la creacin de significados por los actores implicados en ella, tampoco se
la puede entender completamente sin saber cmo y dnde est situada, por cuanto, el
conocimiento y la accin son siempre locales, siempre estn situados en una red de
particularidades.
59
numerosas las investigaciones que sealan que en las aulas muchas cuestiones rebasan esa
toma de posicin conciente. Esto no puede significar el descuido del tratamiento simultneo de las
determinantes institucionales y contextuales que marcan poderosamente la tarea de ensear,
comprender la enseanza como parte de la prctica docente, resignificndola, amplificando su
sentido, posibilitando el reconocimiento de algunos hilos acaso ms sutiles de la trama constitutiva
de su especificidad.
Parece valioso recuperar algunas ideas que permiten dar cuenta del proceso de construccin
social de conceptos relativos a la temtica. Nos referimos a la caracterizacin de las prcticas de
la enseanza como prcticas sociales, histricamente determinadas, que se generan en un tiempo
o y espacio concretos. Como tales, dan lugar a una actividad intencional que pone en juego un
complejo proceso de mediaciones. Esta prctica social responde a necesidades y determinaciones
que estn ms all de las intenciones y previsiones individuales de sus agentes directos. Como
prctica poltica remite a la esfera de lo pblico, practica sostenida sobre procesos interactivos
mltiples que siempre cobra forma de propuesta singular a partir de las definiciones y decisiones.
La enseanza es altamente compleja. En el interior de la red de relaciones que establece con los
alumnos, se construyen espacios de micro poder, y lo que necesita ser revisado de manera
constante son los modos de ejercer la autoridad y el poder, deslindar las derivaciones que los
asocian a imposicin e intolerancia de aquellas que autorizan, legitiman, establecen parmetros
sin violentar.
60
su impronta en las prcticas profesionales que conduce, a su vez, a la pregunta por el lugar y las
modalidades de una accin de formacin, por sus mrgenes de maniobra.
61
Gabriela Diker y Flavia Terigi: Cap. 3 La formacin docente
en debate (1997) En La formacin de maestros y profesores: TP 1
Hoja de ruta. Bs. As. Ed: PAIDS.
Se plantean algunos de los problemas y los debates que suscita en la actualidad el esfuerzo, por
transformar la formacin docente:
1- LA IDENTIDAD DE LA ACTIVIDAD DOCENTE.
Lo fundamental es reconocer que se trata de un trabajo; por lo tanto sujeto a determinadas
condiciones materiales que definen y enmarcan las interacciones, y caracterizado por una
conjunto determinados de saberes, especficos del tipo particular de actividad laboral de que se
trata. La docencia es un trabajo que tiene un lugar en instituciones especializadas, Es un centro
estructurado por medio de recursos y relaciones que pueden hacer que el trabajo sea ms fcil o
ms difcil, fructfero o ftil, remunerador o desalentador (Hargreaves.)
Diferentes son las concepciones acerca de las funciones que ejerce el docente: animador,
facilitador, formador, enseante. La formacin docente se ha centrado generalmente en modelos
restrictivos de la enseanza que han dado preeminencia a una sola de las tareas pedaggicas: la
fase interactiva, el dar clase. De esta forma se desatienden no solo las otras fases de la
enseanza (la fase preactiva o planificacin, la fase posactiva o evaluacin/correccin), sino
tambin las otras tareas pedaggicas no ligadas estrictamente a dar clase, como las entrevistas
con los padres, los actos escolares o la participacin en la programacin institucional. Adems, se
pretende a partir de los grandes saberes generales, inferir la accin. Una concepcin comprensiva
de la enseanza supone definiciones diferentes en el plano del diseo de la formacin, que
apresen la complejidad de la tarea docente y construyan capacidades de intervencin que
atiendan a tal complejidad. A pesar de las grandes disparidades que existen se enumeran una
serie de caractersticas que hacen a la actividad docente.
La multiplicidad de tarea que supone el rol docente: los docentes hacen muchas otras
cosas adems de ensear, manejan una gran cantidad de documentacin, se encargan de
la construccin, el mantenimiento y el aseo de la escuela; se relacionan con los padres y
les dan consejos, cumplen tareas que les asignan sin pago. Escuchan a los nios sobre
todo.
La variedad de contextos que esta tarea puede desempearse: la tarea docente se
desarrolla en escenarios singulares, atravesados por el contexto. Las escuelas son
diversas, segn el rasgo del contexto, segn su organizacin, y tambin por sus historias.
La complejidad del acto pedaggico: la multiplicidad de dimensiones de la tarea
educativa, cabe destacar a la educacin en sus variables: los programas de enseanza, el
sistema escolar en su conjunto, los mtodos y las tcnicas. La prctica es algo fluido,
fugaz, difcil de aprehender en coordenadas simples.
Su inmediatez: se trata de la inmediatez de los acontecimientos en el aula, el aqu y ahora.
Tiene una importancia directa con la formacin profesional. Es decir se trata de las tomas
de decisiones por parte del profesor, es decir la prematura vida en el aula, los signos
fugaces y a veces ocultos que se basa el docente.
La indeterminacin de las instituciones que suscitan el trabajo docente: estamos
frente a una prctica que reconoce cada vez ms su dependencia del contexto singular en
que tiene lugar la accin, y se procura hacerse cargo de la provisionalidad y generalidad de
los saberes que la informan, tanto ms en un mundo imprevisible, cambiante y complejo.
La implicacin personal y el posicionamiento tico: la adopcin por el docente de una
perspectiva axiolgica, ideolgica, inciden en la forma de vinculacin con el conocimiento,
cuya interiorizacin se propone y, por lo tanto, tambin tiene su expresin en la
62
construccin metodolgica. Acciones docentes que pueden justificarse basndose en
principios morales y son capaces de provocar acciones de principios por parte de los
estudiantes.
Se trata, de construir la certeza situada, es decir recuperar el conocimiento construido, a la luz de
la situacin, dar lugar a las acomodaciones necesarias, generar alternativas y reconstruirlo todo en
un nivel de reflexin que haga de la accin concreta, ocasin para la construccin de un nuevo
saber. Existen algunos dispositivos adecuados y es posible construir otros.
2) LA NATURALEZA DE LOS SABERES QUE SUBYACEN E INFORMAN A LA ACTIVIDAD
DOCENTE.
La tarea de maestros y profesores ofrece cotidianamente situaciones de gran presin, en las que
el accionar docente supone articular en tiempos mnimos un cierto enfoque de la situacin y la
toma de decisiones.
Las diversas tradiciones como la normalista: Conceptan a las instituciones como instalaciones
de situaciones homogneas y homogeneizadoras. El buen maestro dispona de rutinas y
procedimientos para dar formato a la situacin pedaggica; neutralizando lo que saliera de la
norma, porque era parte del ideario de la escuela a difundir una cierta cultura por la va de la
incorporacin de todos a una institucin igual e igualitaria.
La tradicin tecnocrtica: alternativa racionalizadora, secuencia tcnica de la programacin. Se
ofreca como un proceso de ampliacin del conocimiento proposicional a la accin. La diversidad,
la peculiaridad, era un dato ms, que deba ser considerado en el momento de la programacin y
reconsiderando en la instancia de evaluacin para mejorar el proceso de diseo.
La respuesta a la pregunta por la formacin ya no se puede apelar al saber normalizado ni a la
racionalidad tcnica. En ambos se supone un cuerpo de saberes suficientes: en un caso, para
prefigurar la accin; en otro, para deducirlo. El profesor no puede desenvolverse dentro de un
esquema de toma de decisiones razonadas, con fundamentos contrastados en busca de unos
resultados deseables y previstos en la actividad cotidiana, lo que si puede el profesor es prefigurar
el marco en el que se llevara a cabo la practica escolar, de acuerdo a tareas que vayan a
realizarse.
Es evidente que, tanto al programar como al conducir la prctica, los docentes ponen en juego
conocimientos especficos. De lo contrario la practica seria puro azar. Existe una distancia entre
las teoras pedagogas disponibles y el saber necesario para informar la accin, lo que hace
irreductible el conocimiento profesional de los profesores. No todo el conocimiento que se pone
en juego en el accionar docente resulta comunicable en proposiciones discretas.
La actividad docente est regulada internamente por el esquema practico o esquemas de
accin son sistemas para la toma de decisiones en el contexto de la inmediatez que plantea la
situacin de enseanza, que no tiene carcter de racionalidad explicita. Es decir que cada una de
las decisiones que toma el profesor es un acto elaborado racionalmente, debido a la existencia de
esquemas prcticos subyacentes en esa accin, con fuerza determinante continuada, que regulan
su prctica y la simplifican. Tambin los profesores construyen esquemas de la situacin con
carcter tcito, as como posibilidades de accin en estrecha relacin con los conocimientos
profesionales. En la prctica operan presupuestos que orientan la accin. Estos esquemas forman
parte de lo que se denomina habitus profesional, que controlara constantemente la accin
pedaggica a travs de los siguientes mecanismos:
Los gestos del oficios: rutinas que, sin escapar completamente a la ciencia del sujeto, no
exigen ms que la movilizacin explicita de saberes y reglas.
La parte menos consciente del habitus, que interviene en la microregulacion de toda accin
intencional y racional, de toda conduccin de proyecto.
63
En la gestin de la urgencia, la improvisacin es refleja por los esquemas ms de
percepcin, de decisin y de accin que movilizan dbilmente el pensamiento racional y los
saberes explcitos del actor.
Segn Bromme, los esquemas prcticos se constituirn a lo largo de la actuacin, de modo tal que
la principal distincin entre docentes expertos y novatos radicara en las diferentes disponibilidades
no de conocimiento proposicional sino de conocimiento prctico acerca de los contextos de la
enseanza: los expertos disponen, no de mas conocimiento sino de otros conocimientos que sus
colegas menos experimentados. Perrenoud, difiere de esta afirmacin y dice que, el habitus se
constituye no en el curso de la actuacin sino durante la formacin misma: todo curriculum, visible
u oculto, toda institucin educativa, por su funcionamiento mismo. Forma y transforma el habitus, a
travs del ejercicio del oficio de alumno o de estudiante. Estos conocimientos tienen varias
caractersticas, como no son fcilmente verbalizables, pueden estar en la base de la actuacin, sin
que uno se percate de los mismos, toman caractersticas de hechos, dejando de lado otros, tienen
una relativa certeza en sus afirmaciones, son econmicos y poco complejos.
La complicacin que traen aparejados estos habitus es que puede hacer difcil el acceso a la
reflexin, y si se objetivan y adquieren status de conocimiento proposicional, pueden guardar
distancias insalvables con el conocimiento que se pone en accin efectiva.
Se han identificado cuatro tipos de saberes explcitamente en juego cuando se disea la
enseanza: saber sobre los contenidos de la enseanza, sobre las condiciones de apropiacin de
los mismos desde la perspectiva de un sujeto en situacin de aprender, conocimientos de criterios
para construir estrategias de enseanza en torno a los contenidos. Y finalmente saberes relativos
al contexto inmediato de actuacin, que permitan adecuar la enseanza en todas sus fases a las
condiciones de la situacin.
3) MODELOS DE DOCENCIA, MODELOS DE FORMACIN
Modelos TRADICIONALES, es decir como configuraciones de pensamiento y de accin que,
construidas histricamente, se mantienen a lo largo del tiempo, en cuanto estas
INSTITUCIONALIZADAS, INCORPORADAS A LAS PRACTICAS y a la CONCIENCIA DE LOS
SUJETOS. Esto es que, mas all del momento histrico que como matriz de origen las acuo,
sobreviven actualmente en la organizacin, en el CURRICULUM, en las practicas y en los
modelos de percibir de los sujetos, orientando toda una gama de acciones, se pueden nombrar
las siguientes tradiciones:
El enfoque prctico-artesanal, o concepcin tradicional-oficio: concibe a la
enseanza como una actividad artesanal, intercambios espontneos o sistemticos que
constituyen la cultura escolar. La enseanza es un oficio que se aprende a la manera
del aprendizaje en los talleres de oficios: se aprende a ser docente enseando, como
se aprende cualquier oficio, practicando. Supone la reproduccin de ideas, hbitos,
valores, etc. Dar clase como un arte.
La tradicin normalizadora-disciplinadora: vinculada a la formacin docente en el
sistema educativo moderno, pone el acento en el moldeamiento del maestro, con el
objetivo de su normalizacin. El docente es concebido como un combatiente contra la
barbarie y un agente de civilizacin. Tiene un valor disciplinador, una formacin
totalmente conservadora lo NORMAL, desde el que estipula quien y como debe ser el
alumno y el docente.
La tradicin academicista: lo esencial en la formacin y accin de los docentes es que
estos conozcan la asignatura que ensean, para esta tradicin la formacin pedaggica
es dbil, superficial e innecesaria y aun obstaculiza la formacin de los docentes. Los
contenidos son fundamentales, sin los cuales el aprendizaje deja de existir.
El enfoque tcnico-academicista, o concepcin tecnolgica, o tradicin
eficientista: establece una diferencia entre conocimiento terico y conocimiento
64
prctico, y entiende a este ltimo como una aplicacin del primero. El impacto de esta
tradicin sobre las prcticas ha sido enorme: temas como el control del aprendizaje y la
evaluacin objetiva del rendimiento, recursos institucionales como la micro enseanza,
la instruccin programada.
La concepcin personalista o humanista: centra la formacin en la persona del
profesor como garanta de futura eficacia docente, contraria a la teora anterior.
Concibe a la formacin como un proceso de construccin en si en el que el recurso
ms importante es el profesor mismo. Tiene en cuenta la efectividad, las actitudes, el
cambio personal, etc.
El enfoque hermenutico-reflexivo, o enfoques del profesor orientado a la indagacin
y la enseanza reflexiva: parte del supuesto de que la enseanza es una actividad
compleja que se desarrolla en escenarios singulares, claramente determinados por el
contexto, cargados de conflictos, el conocimiento que tiene el experto, se elabora en el
propio escenario.
Cada una de ellas lleva sus propias visiones de la tarea docente, y vehiculiza por lo tanto
concepciones acerca de la formacin. Todas estas perspectivas tienen algn grado de
institucionalizacin, estn incorporados a las prcticas y a las imgenes con que contamos para
pensar el trabajo y la formacin docente.
65
6) QU ES LO QUE FORMA EN LA FORMACIN DOCENTE?
La formacin docente debe ser permanente, tanto en trminos de la actualizacin disciplinaria y
didctica, como en trminos de la revisin y ajuste permanente de la propia practica. Pareciera
que la variable curricular no permite explicar y resolver por s sola el problema del escaso impacto
de la formacin inicial como preparatoria para la prctica laboral.
Se reconocen distintos mbitos donde se forman docentes, entendidos como ambientes de
modelacin de las practicas y del pensamiento, de instrumentacin de estrategias de accin
tcnico-profesionales y de desarrollo de las formas de interaccin socioprofesionales, adems de
la formacin de grado: La trayectoria escolar previa, o biografa escolar de los docentes: es el
fondo de saber que orienta en buena medida las formas de asumir su propio papel como
docentes. El tiempo transcurrido en las distintas instituciones, tienen una importante relevancia en
la vida del profesional.
La socializacin profesional que se desarrolla en las escuelas y colegios al compas de la
experiencia laboral. El problema no es de una inadecuacin de la formacin, sino de las
caractersticas mismas de la institucin escolar que neutralizan el impacto de la formacin inicial,
imponiendo estilos de desempeo propios. Es fundamental comprender que una formacin inicial
eficaz debera reunir al mismo tiempo dos caractersticas aparentemente contradictorias: debera
ser resistente a la prctica y debera ser permeable a ella.
7) FORMACIN GENERAL VS. FORMACIN ESPECIALIZADA
La tensin se ha dado entre las materias llamadas generales o pedaggicas y las especficas o de
las disciplinas. De los que defienden estas ltimas, se parte de la afirmacin de que existe un
saber del que indiscutiblemente debe disponer un docente, es el saber que va a ensear: nadie
ensea realmente aquello que no conoce de vedad. el dominio de una disciplina constituye el
conocimiento sustantivo del docente. Desde luego el conocimiento disciplinario es necesario,
pero no se trata de todo el campo disciplinario ni solo del mismo. Ensear el contenido supone
tanto manejo experto del conocimiento como manejo experto de sus condiciones de apropiacin
en contexto escolar. Esto equivale a decir que ser experto en una disciplina, no equivale a ser
experto en la enseanza. Ensear constituye un complejo proceso de ponderacin de las
situaciones concretas de trabajo y de toma de decisiones en torno a las mejores estrategias que
posibiliten, a que los alumnos se apropien de los contenidos propuestos en el curriculum escolar.
8) LA FORMACIN DIDCTICA DE LOS DOCENTES
La didctica constituye un conocimiento de especial valor en la formacin docente, tambin por
sus caractersticas de conocimiento de articulacin y concrecin. La didctica realiza, en el diseo
de las prcticas especificas, el conjunto de planteos con respecto a la educacin. Desde all que
se considera un conocimiento-eje en la formacin de docentes.
Durante aos la Didctica General ha sido el principal conocimiento didctico disponible para un
docente.
La didctica general ha producido una fuga hacia las meta-teoras, generando un discurso
interpretativo cada vez mas alimentado por conceptos del conjunto de las ciencias sociales, en
especial, de las teoras criticas, pero cada vez ms alejadas a la produccin de reglas de accin.
Las didcticas especiales se han ido afianzando, en una situacin de reivindicacin territorial de
sus problemas y de sus conceptos que posiblemente es condicin para su construccin como
disciplinas pero que dificulta, el aprovechamiento de conceptos producidos en una disciplina
especfica para explorar problemas en otros campos. Para reclamar su autonoma y construir sus
programas de trabajo, las didcticas centradas en los contenidos han debido superar una fase
crtica de su desarrollo en cuanto a la relacin disciplina/didctica.
9) SOBRE EL PERFECCIONAMIENTO DOCENTE
66
El problema de la formacin docente encuentra un punto crtico en la continuidad de la formacin y
el desarrollo profesional, algunos de los problemas son:
-la escasez y la desarticulacin de la oferta: en nuestro pas no ha existido una oferta institucional
consolidada y accesible para el perfeccionamiento de los docentes una vez que estos inician su
carrera profesional: el sistema se ha concentrado en la formacin de grado, constatndose un muy
escaso desarrollo institucional en torno a las otras instancias de formacin docente. La
administracin de la educacin generalmente ha ignorado la existencia y las potencialidades de
esta oferta alternativa desarrollada por diversas instituciones, se ha sealado este mismo
problema en Europa. Es necesario hacer una articulacin de la oferta de formacin continua de
maestros y profesores, a travs del concurso de todos los sectores con capacidad organizada para
atender aquellos requerimientos, garantice una gestin de la capacidad ms cercana a las
escuelas, y por lo tanto, a las necesidades reales de los docentes.
-La escasez de instancias de formacin que preparen sistemticamente para el desempeo del rol
de capacitador.
Lo usual es que el personal que se encarga de las tareas de perfeccionamiento sea el mismo que
se desempea en la formacin inicial; no est el problema, sino la ausencia de una preparacin
especial para esta funcin que permita diferenciarla con claridad de su propio trabajo en la
formacin de grado; otro problema que surge, es cuando la capacitacin es fuera de la institucin,
por ejemplo en las universidades, hay una extrema elaboracin conceptual y se sufren
extraamientos importantes con respecto a la accin docente que se desarrolla en las instituciones
educativas.
-La inadecuacin entre las condiciones laborales de los docentes y las exigencias de capacitacin
Las capacitaciones son insuficientes, sino se garantiza tambin ciertas condiciones laborales que
hagan posible que los docentes accedan de manera sistemtica a las instituciones de capacitacin
que se les ofrecen. Por lo general, la capacitacin ha sido concebida tanto para las
administraciones gubernamentales, como para maestros y profesores, como una opcin individual
de carrera, dependiente de la voluntad y de la capacidad personal de sostenimiento de los propios
docentes, que realizan actividades de capacitacin, en su mayor parte, fuera del horario escolar en
tiempos no rentados. Esto se agrava, toda vez que los docentes son obligados a cumplir ciertos
requisitos, como condicin para conservar sus puestos de trabajo, aun sin contar, prcticamente
en ningn caso, con las condiciones apropiadas para hacerlo.
-Formacin docente frente a las demandas de profesionalizacin de la docencia
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-Autonoma y responsabilidad
Los profesores no siguen directivas, persiguen objetivos y respetan una tica. Dentro de esos
lmites, los profesionales tienen una inmensa libertad, que se paga con una inmensa
responsabilidad. Autonoma y responsabilidad, constituyen entonces las dos caras de la
profesionalidad. Las mismas se constituyen en el trabajo diario en las instituciones, a partir de la
confluencia de dos elementos 1) una formacin adecuada, una formacin que fortalezca la
capacidad de decisin de los docentes en torno de los problemas especficos de su prctica
laboral y 2) unas condiciones materiales de trabajo que sustentan la implicacin de
responsabilidades. En sntesis lo que se debe tener en cuenta, es el valor del saber del oficio, del
saber-hacer, creado entre rutina y hallazgo, entre los modos repetidos e imprevisibles.
11) NEUTRALIDAD VS. COMPROMISO VALORATIVO
La incorporacin de nuevas demandas a la funcin tradicional del sistema educativo, en especial,
la orientacin econmica, provoco crisis, y rupturas en la concepcin a cerca del mandato social
de la escuela, la formacin del ciudadano fue reemplazada por la idea de formacin para el
trabajo, posteriormente en formacin de recursos humanos, los valores de la primera formacin
moral y cvica, tendieron a desplazarse hacia la racionalidad cientifico-tecnica. De esta manera la
escuela se fue recubriendo de una pretensin de neutralidad valorativa. Esto ha llevado a dar a
excluir saberes, procedimientos y valores de manera deliberada., lo que no se ensea, no es un
simple vacio, ejerce efectos importantes sobre los tipos de opciones entre las que podemos elegir,
las alternativas y las perspectivas de una situacin o problema.
La escuela ha perdido terreno, ha descuidado su funcin formadora en el orden de los valores.
12) LOS MBITOS INSTITUCIONALES DE LA FORMACIN
Caractersticas en base al mejoramiento institucional. Uno de los problemas que acumulan las
instituciones, es la necesidad de transformar la cultura y la organizacin de las instituciones
formadoras de docentes, poniendo en cuestin la capacidad de los institutos superiores en cuanto
los requerimientos de formacin actual. Este problema podra explicarse en funcin a que la
poltica adoptada en muchos de los pases, en lugar de dirigirse a superar los problemas
acumulados en las instituciones formadoras tradicionales, haya consistido en desplazar el eje de la
formacin hacia otras instituciones, en particular a las universidades.
Esta problemtica se inscribe en el objetivo ms general de introducir modificaciones en la cultura
escolar, tendientes a superar la excesiva burocratizacin de las instituciones, su rigidez para
adaptarse a los cambios cada vez mas acelerados del mundo actual y su falta de autonoma para
elaborar proyectos curriculares e institucionales flexibles.
L a formacin de nivel universitario es visualizada, como un medio de jerarquizacin de la profesin
docente, en tanto la universidad garantizara la obtencin de ttulos acadmicos de grado, postgrado,
trayectos formativos ms largos y complejos y una mayor proporcin de saberes tericos sobre los
saberes prcticos en la formacin. Otro importante punto es la relacin que tiene docencia-
investigacin, como una funcin no solo de transmitir sino tambin de produccin de conocimiento.
68
Tenti Fanfani: Cap. Profesionalizacin docente: consideraciones
sociolgicas (2007) En El oficio docente: vocacin, trabajo y profesin TP 1
en el siglo XXI. Bs.As. Siglo XXI Editores
69
El trabajo colectivo se convierte en una alternativa para hacer frente a las nuevas y complejas
situaciones. Estas condiciones sociales de trabajo vuelven ms difusas las fronteras entre las
persona y el rol. Pero la implicacin personal es vivida con angustia.
2. Los cambios en las relaciones de poder entre las generaciones y en la estructura y
dinmica de los grupos familiares.
Las transformaciones en las relaciones en las relaciones entre viejas y nuevas generaciones tb
impactan en la vida cotidiana de los docentes, en tanto agentes sociales encargados de
acompaar el crecimiento de la infancia y la adolescencia. Estos cambios afectan las relaciones
de poder, ya uqe los nios y adolescentes, en su mayora escolarizados, ahora son reconocidos
como sujetos de derechos especficos y demandan de forma creciente su vigencia efectiva en
todos los mbitos donde transcurre su existencia. Estas nuevas relaciones de poder han puesto en
crisis los viejos dispositivos escolares q contribuan a la produccin de la autoridad pedaggica y
al mantenimiento de un orden determinado q permita el funcionamiento normal de las
instituciones.
Hoy se espera que este orden democrtico sea un orden coproducido, es decir, q cuente con la
cooperacin y participacin activa e institucionalizada de los alumnos.
En la enseanza media la cuestin juvenil es un nuevo problema q afecta profundamente el
trabajo docente. Esta visin negativa seguramente constituye un obstculo para la comunicacin y
la comprensin recproca entre los docentes y alumnos en muchas instituciones educativas.
Convivencia y cooperacin pedaggica se vuelve difcil en la medida en que los docentes no han
sido formados para entender y valorar las particularidades de las subculturas juveniles y
adolescentes.
Por ltimo, a los cambios en las relaciones entre viejas y nuevas generaciones hay q agregar
aquellas transformaciones q ocurren en el campo de las estructuras y dinmicas de las
configuraciones familiares.
En su momento fundacional, el capitalismo privilegio el desarrollo de un tipo de familia ideal,
nuclear, con claro dominio masculino. Esta familia asumi determinadas responsabilidades en
relacin con la escuela y el proceso de aprendizaje de los nios. Ciertas cosas le correspondan a
la familia y ciertas cosas a la escuela. La primera se haca cargo de la contencin afectiva, la
alimentacin, la enseanza de valores bsicos de comportamiento, etc. Los maestros daban por
descartadas ciertas cualidades q los nios deban traer a la escuela para q pudieran desempear
su rol de alumno.
En la actualidad el panorama ha cambiado profundamente. Las familias son puestas en le
banquillo de los acusados: ellas no acompaan el aprendizaje de los alumnos, mantienen una
actitud pasiva y se despreocupan por lo q sucede en la escuela, no participan, etc. Muchas veces,
ni las instituciones no los docentes estn en condiciones de proveer y hacer lo que no proveen no
hacen las familias. El resultado es un aumento en el grado de dificultad y complejidad del trabajo
docente q con frecuencia produce una sensacin de malestar e impotencia q inevitablemente
afecta la identidad profesional de los trabajadores de la educacin.
3. Las innovaciones en le campo de las nuevas tecnologas de la informacin y la
comunicacin NTIC
La introduccin intensiva de las NTIC en el trabajo docente constituye un desafo mayor a la
identidad y el perfil profesional docente. Muchas propuestas consideran que ste es un eje
fundamental de cualquier poltica de profesionalizacin docente, la cual no se agota en una simple
cuestin de formacin y modernizacin del capital cultural de los docentes.
Este desfasaje entre distribucin de insumos materiales (tecnologas objetivadas) y competencias
(tecnologas incorporadas) se asocia con el sentimiento, por parte de los docentes, de no estar la altura de
las circunstancias
70
2. LAS NUEVAS CONDICIONES DE TRABAJO Y LA PROFESIONALIZACIN
En la mayora de las sociedades contemporneas tienden a desarrollarse polticas orientadas a
cambiar radicalmente los contextos organizacionales que definen el trabajo y el perfil profesional
de los docentes.
a) la burocracia educativa y la docencia: una cuasiprofesin
Los sistemas educativos se organizaron como una burocracia. En este esquema organizacional
los docentes ocuparon un estatus ambiguo. Por una parte, su actividad era definida como una
misin cuya dignidad derivaba de la elevada funcin social que se le asignaba a la escuela. Pero
por otra parte, el maestro era tb un funcionario con un lugar muy preciso en una estructura
jerarquica dominada por un conjunto de regulaciones y normas que definan con precisin sus
responsabilidades, tareas e incumbencias.
Su actividad no slo era regulada, sino tb supervisada de cerca y en forma continua por una seria
de agentes especializados. Control de tipo burocrtico. En este tipo ideal de organizacin no cabe
la idea de autonoma de los agentes en la realizacin de las tareas que les estaban
encomendadas.
En este contexto tradicional los docentes se consideraron una cuasiprofesin. Al contrario de lo
que sucede con las profesiones liberales clsicas, los docentes trabajan en grandes
organizaciones, estn sometidos a un control jerrquico, no eligen a sus clientes, su carrera no
depende inexorablemente de sus performances (Dubet, 2002).
b) la emergencia de las organizaciones post-burocrticas
La tendencia a la conformacin de un capitalismo internacional sin fronteras, las grandes
transformaciones en la ciencia y la tecnologa moderna y sus impactos sobre los modos de
produccin, la estructura social, la cultura y la poltica, y sus efectos sobre la conformacin de las
identidades individuales y colectivas, han puesto en crisis los principios que estructuraban el trabajo
de los docentes en los sistemas educativos de Estado.
La mayora de las polticas de profesionalizacin docente buscaron transferir el sistema educativo
los nuevos modelos de organizacin caractersticos de las organizaciones ms dinmicas del
capitalismo moderno.
Los agentes deben hacer uso de toda una serie de competencias que van ms all de la simple
aplicacin de tcnicas. Tienen q usar la creatividad, que componer su persona en la produccin.
La personalidad se convierte en una cualidad productiva. Es difcil en estas condiciones, separar lo
privado de lo pblico/productivo.
c) la lucha por la definicin del contenido de la profesionalizacin
Lang, respecto de la profesionalizacin docente en Francia, presenta dos paradojas. La primera es
q la actividad docente se vuelve cada vez ms compleja, pero la consideracin o prestigio social
de la misma tiende a disminuir. Por otro parte, el desfase tradicional entre la definicin ideal y la
realidad del oficio tienden a aumentar. No debe extraar pues que el malestar y la disconformidad
tiendan a formar parte del estado de nimo de la mayora de los docentes.
Entre otras razones de esta malestar se cita la multiplicidad de tareas q muchos docentes estn
obligados a desempear, en virtud de la necesidad de atender al pblico.
La personalidad como totalidad se convierte en una competencia para construir su funcin. El xito
o fracaso tiende a verse como producto de una personalidad. Las nuevas condiciones obligan a
definir su oficio como una realizacin habilidosa, como una experiencia, como una construccin
individual realizada a partir de elementos sueltos y hasta contradictorios.
Tomando a Lang el debate sobre profesionalizacin docente podra ser enfrentar a dos tipos de
racionalizacin laboral: modelo tecnolgico y orgnico. El primero privilegia la racionalidad
71
instrumental, la optimizacin de recursos, la eficiencia en el uso de los mismos y la
estandarizacin de objetivos y de procedimientos, medicin de resultados, etc. El segundo apunta
a la puesta en prctica de lgicas indefinidas e interactivas, confiando en una especie de
improvisacin normalizada. Desde este ltimo se trata de realizar una actividad que se
fundamenta en consideraciones culturales, tico- morales y polticas. El primer modelo privilegia el
control tcnico de la actividad y, el segundo confa en un autocontrol basado en la autonoma y la
responsabilidad del colectivo docente.
3. PERSPECTIVAS
De alguna manera es necesario encontrar estrategias de compromiso que incorporen elementos
de ambas racionalidades.
Los cambios acontecidos en la sociedad y en las condiciones organizacionales del trabajo docente
han terminado por poner en crisis las viejas identidades de esta ocupacin. Mientras que el
componente vocacional de este oficio se niega a desaparecer, puede decirse que se redefine en
funcin de las realidades contemporneas.
Hoy el aspecto determinante de la lucha por la profesionalizacin no es la cuestin de la
necesidad de una ms prolongada y mejor formacin de los docentes, sino por la cuestin del
control sobre el desarrollo del oficio.
La diferencia de posiciones determina la variedad de intereses, visiones y estrategias de
profesionalizacin.
La docencia requiere de un compromiso tico- moral que involucre el respeto, cuidado e inters
por el otro, es decir, por el aprendiz concebido como sujeto de derecho. La docencia no es una
actividad neutra, no es un trabajo individual sino doblemente colectivo: 1- en la medida q el
maestro no trabajo slo, sino q la enseanza-aprendizaje es el resultado de un trabajo en equipo;
2- en tanto trasciende la mera formacin de recursos humanos. Es una actividad profundamente
poltica, comprometida con la formacin de la ciudadana activa y la construccin de una sociedad
ms justa, ms libre y por lo tanto ms humana.
72
Unidad 2: La Institucin Educativa.
Las instituciones existen en la vida social a nivel simblico como representaciones y significados que
se transmiten explicita e implcitamente a travs de la interaccin, de los discursos. Ellas se originan
en distintas coyunturas histricas y responden a mandatos sociales que se traducen en contratos que
le dan origen. La escuela, en tanto institucin no es ajena a esta lgica. La crisis de la educacin
alude de alguna manera a la ruptura de este contrato, establecido en el contexto de la modernidad.
En cada caso hemos referido a los mbitos de anlisis individual, interpersonal, grupal,
organizacional, social inmediato y amplio.
Si la observacin del sujeto que aprende se circunscribe a l, deja sin revelar multiplicidad de
fenmenos.
Nos enfrentamos al desafo metodolgico y conceptual de dar cuenta de hechos que sufren una
multideterminacin: la que proviene de los individuos en sus caractersticas constitucionales y
aprendidas; las que originan la existencia de modelos, pautas y significaciones en la interaccin de
los grupos y las organizaciones por su dimensin situacional e histrica, y la que proviene de la
realidad material en su doble carcter de condicin e instrumento.
Los estudios institucionales, han llamado la atencin sobre dos ejes de significaciones que
aparecen reiteradamente in los materiales: los conjuntos de las significaciones psicoemocionales y
de las significaciones polticas.
73
El 1ro esta vinculado a las significaciones provenientes del mundo interno de los sujetos que se
activan en las interacciones segn sus condiciones materiales y organizacionales.
El segundo esta relacionado con significaciones derivadas de la ubicacin del sujeto en la trama
relacional de los sistemas de poder y las peculiaridades de los sistemas mismos.
Se encuentra lo institucional sirviendo como trama de articulacin entre ambos niveles de
significado.
La presencia de lo institucional de carcter y explica, los rasgos de los movimientos grupales y
organizacionales. Es posible, considerar a esta dimensin como organizadora de los significados
de ambos tipos y, como ncleo explicativo de los procesos de permanencia y cambio en los
diferentes mbitos mencionados.
Basados en los aportes de la escuela francesa, podemos decir que lo institucional (en su papel de
articulador de ambos tipos de significaciones) es la dimensin del comportamiento humano que
expresa en el nivel concreto la dialctica de ese conflicto o , dicho de otro nodo, la tensin entre
las tendencias a proteger y a cambiar lo establecido
74
El conocimiento de un establecimiento Inst. puede producirse a travs de varios caminos:
observacin directa, anlisis de la informacin que dan sus documentos y su personal, estudio de
registros y datos, el anlisis de los resultados.
El acceso al conocimiento de lo inst. se vera obstaculizado por 3 tipos de dificultades:
La negacin y resistencia a conocer
Los efectos de la propia implicacin no controlada
La complejidad provocada por la multi-significacin de los hechos
Los analizadores
Son herramientas para el anlisis inst.
Es un dispositivo artificial o natural que produce la descomposicin de una realidad en sus
elementos sin intervencin del pensamiento cc
El concepto es utilizado para designar tanto acontecimiento y hechos no programados como
tcnicas expresamente diseadas para provocar la expresin de un material que permite
desentraar significaciones antes ocultas. Test, entrevistas, cumplen la funcin de analizadores.
Desencadenan la aparicin de un material no controlado que expresa el estilo y la idiosincrasia del
que lo produce.
Cada conjunto de datos, cada situacin de una realidad inst particular, deben ser analizados en
todo los mbitos de expresin (ind. Grupal, interpersonal, organizacional y comunitario)
En el anlisis de lo inst. el esquema conceptual debe servir de analizador y ordenador, no de filtro
de los sentidos mltiples.
3 propsitos bsicos:
La presentacin de los componentes bsicos de un establecimiento educativa
La descripcin de los movimientos que pueden dar cuenta de su funcionamiento dinmico
La puntualizacin de las condiciones que estructuran las circunstancias de esa dinmica
75
2do nivel de complejidad
El modelo inst. Derivado en parte de ,los modelos generales, recibe, y expresa las caractersticas
elaboradas en la historia del establecimiento, y los niveles de las formas de funcionamiento
deseadas. Incluye:
Supuestos a cerca del modo como se dan los procesos implicados en la tarea inst.
Definiciones del modo de ser y actuar en distintos roles elaborados en funcin de supuestos
anteriores
Definicin del mbito de operacin
Encuadre de la tarea en trminos de poder-autonoma
Definicin de una forma y estilo de control
Definicin de un tipo de resultados valorados
Caracterizacin de la inst. deseada
76
El estilo puede considerarse el resultado inst. que condensa la cultura del establecimiento y
funciona como mediador entra condiciones y resultados.
El estilo inst. representa , la mejor respuesta que los miembros del establecimiento han
podido dar a las contradicciones constitutivas de su funcionamiento
Las producciones culturales que ubicamos en el 2do nivel protegen el estilo
La existencia de un MODELO INST. se hace evidente al observador en el anlisis de los
criterios en los que la gente basa sus decisiones. El modelo es una creacin cultural
sofisticada que permite a la escuela preservar su idiosincrasia.
La IDEOLOGA INST.: preserva el modelo.
77
Ida Butelman: Cap. 4 La cuestin institucional de la educacin y las escuelas.
Conceptos y reflexiones (1996) En Pensando en las instituciones TP 2
sobre las teoras y prcticas en las instituciones. Buenos Aires, Paids.
Dificultades para analizar las instituciones educativas.
Tratare tres rdenes de dificultades. Uno derivado del intento de abordar la educacin y las escuelas
desde el anlisis institucional como herramienta heurstica, las dificultades de los conceptos con que
se piensan las instituciones educativas y las del sujeto que las piensa, el lenguaje y las condiciones
histricos-sociales y materiales en que esas herramientas son empleadas y el conocimiento es
producido.
Otro, la complejidad y el velamiento de las instituciones como objetos de conocimiento. El ultimo, el
propsito de producir conocimientos articulados con la intencin poltica de generar proyectos
educativos e institucionales.
Las fallas de la herramienta.
El anlisis institucional tiende ms a delimitarse por lo que es como producto de su
institucionalizacin como teora y como prctica- que por la precisin de su objeto. Esto es asi porque
en el anlisis institucional, como en otros campos, el principio de identidad como disciplina no procede
de una convencin subjetiva o de una adopcin ideal de identidad sino de una trama compleja de
relaciones, interrelaciones u oposiciones con otras construcciones tericas, es decir, de su singular
institucionalizacin como disciplina y como prctica. Lo que hoy se denomina anlisis institucional
engloba un conjunto heterogneo y fragmentario de teoras, tcnicas, resultados de investigaciones.
Se trata en el campo educativo, de investigaciones institucionales con fines diagnsticos que sirven de
soporte a las acciones de asistencia tcnica, evaluacin o asesoramiento.
Por su parte, la fuente de conceptos y supuestos remite a una diversidad de campos de las ciencias
sociales y humanas que exigen un esfuerzo adicional de seleccin, de rigor en su aplicacin para
analizar fenmenos y procesos
Las instituciones como laberintos
Las instituciones como objeto de conocimiento plantean obstculos epistemolgicos que provienen,
por un lado de la naturaleza misma de los fenmenos institucionales, por otro del sentido y la funcin
que las instituciones adquieren en la sociedad. Las instituciones como campo de accin de los sujetos
individuales, los grupos o colectivos, son sombreados laberintos, productos y productoras de
procesos, inscriptas en la historia social y en la historizacion singular, conocerlas plantea desafos
tericos y metodolgicos.
Las instituciones desarrollan sus propias lgicas segn la diversidad de funciones que adquieren,
tanto para la sociedad en su conjunto y para los sectores sociales que las promueven y sostienen
como para los individuos singulares que son sus actores. En la escuela como institucin, por ejemplo
se satisfacen otras funciones, adems de las educativas: econmicas, laborales, de acreditacin,
asistenciales, de contencin psquica, de control social, de poder, de prestigio. Analizar la institucin
desde sus funciones remite a esta multiplicidad, al juego de funciones principales y secundarias,
explicitas y encubiertas. Se puede suponer que una de las dificultades para analizar y explicar las
instituciones educativas proviene de esas dos instancias: su articulacin con la sociedad y con los
individuos.
Las instituciones educativas, objetos contradictorios y paradjicos
El desarrollo de las instituciones educativas en las sociedades modernas ha sido un camino plagado
de contradicciones y paradojas cuyos efectos hoy apreciamos en toda su intensidad. Una de esas
contradicciones es la escisin de la escuela en dos organizaciones con lgicas diferenciadas de
funcionamiento: lo pedaggico y lo laboral. Espacio del alumno y el espacio del docente, contradiccin
que separa y opone dos trminos unidos por una relacin de necesariedad que es el fundamento de la
institucin educativa, sin ella la escuela es otra cosa que una institucin educativa. Contradiccin
radical esta, si es verdad que la institucin para cumplir con su funcin educativa, necesita de la
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articulacin positiva del vinculo docente-alumno mientras que se dedica a negarla o hacerla imposible-
sobre todo a partir de modos de organizar la funcin pedaggica y el trabajo docente que transforman
al aprendiente y al enseante en ejecutantes de tareas fragmentarias, movidos por la sola motivacin
del empleo y el salario en un caso, y la evaluacin y la acreditacin en el otro.
He aqu otra contradiccin como la anterior. La modernidad haba puesto en un pedestal los ideales
educativos e institucionales basados en la dignidad del hombre, en su derecho inalienable a la
bsqueda de su desarrollo y felicidad personal, en sus deberes hacia los otros y el conjunto social y
mientras estos principios se sustentaban el aprendizaje creativo y el trabajo como realizacin personal
y social en la practica eran cientficamente expulsados de los modos de organizacin y
funcionamiento de las instituciones educativas. El sistema burocrtico penetrando hasta la intimidad
del aula ha sido uno de sus privilegiados verdugos, la preocupacin por la disciplina y por una
organizacin que garantice reclamo todos los esfuerzos. Como abordar un proceso de anlisis de un
objeto como la escuela atravesado por estas contradicciones, cuando toda operacin analtica y el
conocimiento como su producto, necesita iniciativa, compromiso voluntario de los actores,
responsabilidad?
Lo institucional se revela en la crisis
Otra caracterstica que tienen los procesos institucionales, en particular en su registro dinmico, es
que se hacen visibles en momentos de crisis internas y/o de sus contextos. La cuestin institucional
no se presenta como tema o problema, sino como vivencias de que la cotidianidad institucional, el
trabajo, el aprendizaje, estn signados por el malestar, la insatisfaccin, la improductividad, o bien lo
que comnmente se denomina efectos no queridos derechos de piso, costo social y personal. En
el escenario de las escuelas estos efectos se cuelan en el fracaso escolar, en los trastornos del
aprendizaje, en la inadaptacin escolar, en la perdida de sentido del trabajo en la indisciplina y la
violencia.
El sufrimiento inevitable
Por su parte los sujetos en la institucin viven el malestar y los conflictos con sufrimiento, lo que hace
singularmente doloroso una anlisis que trascienda la subjetividad o la ideologa. Efectivamente un
proceso de anlisis debe producir conocimiento, autoconocimiento institucional, en cada colectivo, en
los individuos. No obstante conocer, no evita el dolor que produce el encuentro con un saber mas
verdadero. Las instituciones educativas no favorecen la indagacin de la verdad, ni los tiempos, ni los
espacios para discutir, lo que incrementa el sufrimiento, la negacin y las resistencias a toda reflexin
crtica
Analizar en esta sociedad
Debemos atender como otra dificultad al entrecruzamiento entre esta tarea de anlisis e intervencin
institucional y la situacin econmica-poltica de la sociedad que origina, niega o rechaza esta
practica. Desde este lugar deberemos reconocer que el anlisis institucional ocupa una posicin
marginal dentro de los enfoques con los que hoy se estudian las instituciones o se interviene en su
desarrollo. El anlisis organizacional tiene la hegemona y el tratamiento de lo institucional en el
encuadre de la formacin de recursos humanos. Esta hegemona se deriva del predominio que en la
organizacin social del trabajo tienen el modelo de la gran empresa. Los ejes de inters institucional
se han desplazado de los proyectos educativos a la organizacin como meta en si misma, del sujeto
aprendiente y sus procesos, del docente y su trabajo a la eficiencia y calidad del producto. Las
teoras y estrategias de desarrollo organizacional orientadas a la bsqueda de calidad total y las
tcnicas de seleccin y conduccin de personal son las estrellas del momento. Sin embargo el
paraso de orden, logros y eficiencia que estos modelos auguran solo parecen existir en sus
instructivos., otras son las realidades de los espacios institucionales concretos. La transformacin del
estado, la reconversin econmica, la entrada a escena de la llamada sociedad salvaje, hacen que los
conflictos antes arbitrados por el estado sean reincorporados al seno mismo de las organizaciones, de
los grupos y colectivos sociales e institucionales. Estallan conflictos intra e interinstitucionales. Las
instituciones entran en crisis, y con ellas su capacidad estructurante, organizadora de las prcticas
humanas. Se rompen lazos de solidaridad al interior de los colectivos de trabajo, se desatan luchas de
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poder, se desarticulan las funciones de contencin y sostn que esos colectivos tenan para los
sujetos, generndose angustias e imaginarios de peligros especficos.
Analizar las instituciones de existencia
El anlisis institucional se inscribe en un esquema de trabajo radicalmente distinto, opuesto a la idea
de rendimiento constituida en ideal y organizador fundamental de la accin institucional. Buscara partir
de supuestos constructivos centrarse en procesos ms que en productos. Intentara producir
conocimientos que posibiliten nuevas simbolizaciones de logros y xitos educativos. Pensar
polticamente la organizacin institucional no regida por la eficiencia productiva sino por proyectos
educativos democrticos orientados por la bsqueda de la equidad, justicia y centralmente la
autonoma individual y social. Es decir se trata de encontrar nuevos referentes contenidos y sentidos
de la cuestin de la calidad, es decir mas all de principios productivistas y eficientitas.
La construccin terica y la propia practica del anlisis inscriptas en estas realidades no pueden no
quedar marcadas , en tanto el campo institucional es un campo de conflictos, el sentido, el contenido
y la significacin de un proceso no podrn establecerse si no es por referencia a una posicin en este
campo institucional. Toda investigacin de los fenmenos institucionales, aun aquella que u solo
busque el conocimiento como valor en si , ingresar al escenario emprico ingresa al escenario del
conflicto, y de hecho aunque trate de mantenerse prescindente y a distancia quedara connotado por
aquel . de all que la mayora de las investigaciones se transformen, en a laguna medida , en
dispositivos de intervencin o tengan efecto de intervencin.
En sntesis, a travs de la intervencin como practica tcnica, el anlisis institucional ofrece a la
sociedad, a los colectivos institucionales, a los individuos, un espejo que los confronta, un analizador
de los sentidos inadvertidos de sus prcticas, una apelacin critica a sus intenciones de poder hacer y
cambiar.
El anlisis y lo poltico.
El ultimo punto de esta introduccin tiene que ver con la implicacin poltica del anlisis institucional,
es decir con su ineludible anudamiento a la dimensin del poder. Es evidente que el anlisis
institucional en tanto modelo terico- practico esta atravesado por fundamentos ideolgicos y
corrientes de poder. Esto se aprecia muy simplemente en el predominio de las corrientes
organizacionales sostenidas por las teoras gerencialistas, frente a la corriente institucionalista que
ocupa un lugar marginal a la hora de decidir un fundamento terico para las reformas institucionales
encaradas tanto en el nivel del estado como del sector educativo.
Un proyecto institucional que busque la autonoma es necesariamente solidario con metas que
apunten a hacer surgir individuos autnomos. Esto es ms imperativo en las instituciones educativas
donde, a la vez se plantea una situacin antinmica entre dos planos de la educacin humana: la
individuacin y la socializacin. La pedagoga debe ayudar al individuo a devenir autnomo, a pensar
por si mismo, a desarrollar al mximo su capacidad de reflexin, sus caractersticas diferenciadas.
Pero debe hacerlo en un escenario, el institucional, cuya cultura reprime la individuacin como
condicin de su propia constitucin. El objetivo primordial del anlisis ser el de ayudar a los
colectivos a recrear las instituciones, resimbolizarlas, de tal modo que , ya sea como escenario donde
se contextualiza la practica pedaggica como en la interiorizacin por parte de los individuos
(socializacin) no limiten sino que amplen la capacidad de devenir autnomos.
Malestar, conflicto y crisis en las instituciones
La educacin y las instituciones que la mediatizan son, y han sido siempre, una cuestin principal en
un mundo cambiante, al menos en la modernidad seria difcil reconocer una etapa en la que las
instituciones educativas no estuvieran en y con conflictos. En primer lugar porque todas ellas, tanto la
educacin como las instituciones, son producciones humanas, sociales y culturales. Malestar,
conflictos y crisis, tres fenmenos constitutivos de las dinmicas institucionales que remiten, en su
origen y sentido, al juego relacional de tres instancias bsicas y constitutivas. Una la instancia del
sujeto y su hacer, la tercera, la instancia social o contextual. En la realidad intervienen otras
instancias, como el proceso de institucionalizacin, historia viva de la formacin de la institucin o las
relaciones interinstitucionales.
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La institucin en si
Se trata de una entidad diferenciable, con limites estructurales: especie de barreras a partir de las
cuales son posibles no solo los procesos internos de autoproduccin sino los intercambios con el
exterior, diferenciacin, identidad e intercambios solo posibles si existe un campo mas o menos
delimitado. La instancia de la institucin en si necesita para constituirse reprimir la diferenciacin
individuante, limitar el reconocimiento de los otros a otro anlogo, estructurado por un modelo comn.
Esta necesidad en las instituciones educativas instaura una paradoja: la institucin se propone
educar, formar a los individuos, pero simultneamente su condicin de existencia es esta negacin de
la individuacin. De cmo se resuelva esta contradiccin en distintos momentos histricos de las
instituciones educativas depender el modelo socioeducativo imperante.
La instancia del sujeto. Malestar y conflicto
Los individuos y los grupos que forman lo que hemos denominado la instancia del sujeto, reaparecen
en cada suceso institucional acomodndose o resintindose, pasiva o activamente. Constituyendo las
instituciones y constituyndose como sujeto social y como sujeto psquico. Efectivamente el individuo
no puede advenir como ser humano si no es apuntalndose en el campo social y este campo social
no le aparece sino mediado por las instituciones y en mayor medida cuanto ms complejas son las
sociedades.
Las instituciones incluidas las educativas son formaciones sociales en dos sentidos: estn formadas a
partir de una sociedad a la vez que expresan esa sociedad. Las instituciones son portadoras
justamente a travs del lenguaje, de sentidos y significados especficos de la sociedad. Como se trata
de sociedades con historia, las instituciones son a la vez producto y realizacin viva de esas historias:
toda una gama de anudamientos que dan cuenta de la necesariedad de las relaciones entre sociedad
e instituciones. Sin embargo las instituciones no se nos presentan como instancia histrica social,
sino como instancia singular de prcticas, de tareas, de interacciones. Trama de relaciones (sociales-
laborales)y de vnculos (relaciones investidas de afectos), donde los sujetos toman parte de las
instituciones, interviniendo y la vez constituyndolas. Esta caracterstica de las instituciones, la
instancia de los sujetos constituyndolas implica aceptar que hay partes de nosotros puestas all
(actos, relaciones, afectos) y que esas partes no nos pertenecen en propiedad. Sujeto e institucin:
una relacin que es fuente bsica y constante, de tensin, de malestar, de disputa.
La interrogacin pertinente a formularse desde el anlisis no es si hay o no conflictos, sino el carcter,
contenidos y sentidos que tienen estos, que se disputa, que fuerzas estn en juego y centralmente
como se articulan con las tareas y funciones institucionales. Por qu estos fenmenos-malestar,
conflicto y crisis- son tan marcados e intensos en los conjuntos educativos?
Instituciones de existencia.
Tomare prestada una distincin que hace Eugene Enriquez entre instituciones de existencia y
organizaciones (la empresa por ejemplo) cuya finalidad dominante es econmica. Todo conjunto
educativo es entonces una institucin de existencia, en primer lugar porque tiene una ubicacin
primordial en la formacin social global, papel uno y mltiple: desde la regulacin, la transmisin y la
reproduccin hasta el cambio y la transformacin. En segundo termino, porque desempea una
funcin esencial para los seres humanos: posibilitar su advenimiento como sujetos y el desarrollo de
su identidad singular.
La instancia social y la instancia individual, doble condicin constitutiva de todo escenario institucional,
instala en toda prctica dos cuestiones: la cuestin contextual (social) y la cuestin del sujeto. La
importancia que la cuestin del sujeto tiene en las instituciones de existencia explica que no se pueda
hablar solo de historia institucional y debamos reconocer la historizacion originada en las relaciones
humanas que conforman su esencia en la trama simblica e imaginaria donde alimenta sus
significados.
El malestar institucional es entonces producto de un vnculo esencialmente en tensin, fcilmente
deslizable al conflicto entre los individuos y lo social, entre los individuos y lo institucional. La
relaciones y los vnculos que los sujetos entablan con las instituciones se sitan en un campo donde
se enfrentan necesidades, deseos y demandas, cuya concordancia en trminos equitativos es
81
imposible. Las instituciones reclaman para si lo mas posible del compromiso, esfuerzo y tiempo de los
sujetos y estos demandan para si mismos tiempo, recursos, reconocimiento de sus necesidades y
limites.
Siendo las instituciones educativas instituciones primordiales tanto para la sociedad como para los
individuos, y siendo estos mayoritariamente nios y jvenes el proceso de idealizacin es vital:
compromete el destino de uno y de otros. Otro proceso fundamental de este tipo de instituciones es
que el que tiene que ver con la instauracin de la ley y la normativa. Para empezar las instituciones
educativas existen por que obligan a los individuos a conformarlas. Existe en su origen una violencia
necesaria, que es la violencia legal en tanto es ley ( de obligatoriedad) que la legitima. La ley por su
parte no tiene solo este sentido violentante de las pulsiones, de los flujos de deseos, sino tambin de
enunciar las interdicciones estructurantes que posibiliten a los individuos reconocerse como sujetados
a una cultura, reconocer a otros, limitar el deseo de transgresin regular los conflictos y la rivalidad.
En relacin con la institucin el sujeto esta atrapado entre la necesidad de pertenecer que es vital
para su proyecto personal y su insercin social, y el deseo de irse. En las condiciones actuales de las
instituciones el costo es el malestar y el conflicto, o la marginacin. A menos que trascendiendo una
posicin pesimista logremos instalar una interpelacin profunda a las instituciones, a nuestros
posicionamientos, logrando generar nuevos sentidos y proyectos.
Crisis institucional e instancia social.
La realidad y las condiciones se transforman cuando las instituciones entran en crisis. La crisis
institucional es un de un orden diferente del malestar y del conflicto. El malestar institucional es un
fenmeno que se dramatiza en los sujetos, en las relaciones y vnculos de estos con la institucin y el
interior del escenario institucional.
La crisis en cambio enfrenta a las instituciones con su contexto, con la sociedad. Afecta las funciones,
estando interpeladas todas o algunas de ellas con respecto a sus funciones a sus sentidos y sus
metas. Hablamos as de crisis del proyecto, crisis del modelo, crisis de las funciones, crisis del
desarrollo. Cada una de ellas implica diferentes grados de compromiso y efectos en el funcionamiento
institucional, la prospectiva y hasta la supervivencia de la institucin.
Dice Aldo Schelemenson: la crisis supone la ruptura de una regularidad, que impide prever
anticipadamente los eventos futuros, cosa que es crucial para el futuro de la organizacin. Los
trminos crisis y cambio hacen referencia a fenmenos que han adquirido una significacin muy
especial recuerdan experiencias que afectan profundamente tanto a la organizacin como a los
individuos que forman parte de ella.
Es sencillo inferir que en momentos de crisis institucional los conflictos broten: los mecanismos que
provean equilibrio se rompen. Los fenmenos psquicos (ansiedad miedos) y los modos de
funcionamiento ms primarios irrumpen en la escena institucional. La organizacin se muestra ineficaz
para contener y ordenar el funcionamiento centrado en la tarea, en la produccin.
FRIGERIO Y POGGI
LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS-
82
A la vez, cada establecimiento debe resignificar el control global, a partir del cual definir su proyecto
con la participacin de todos sus miembros.
La cultura institucional es aquella cualidad relativamente estable que resulta de las polticas que
afectan a esa institucin y de las prcticas de los miembros de un establecimiento. Es el modo en que
ambas son percibidas por estos ltimos, dando un marco de referencia para la comprensin de las
situaciones cotidianas, orientando e influenciando las decisiones y actividades de todos aquellos que
actan en ella. Toda cultura se sustenta en un imaginario institucional. Es la trama de significantes y
significados que sostiene las relaciones dentro de las instituciones, los rasgos que le dan identidad
como tal.
Las autoras describen tres posibles modelos de gestin, en funcin de tres modelos diferentes de
cultura institucional.
o Modelo casero: toma como parmetro la institucin escolar como una cuestin de familia.
Aqu la escuela funciona reproduciendo las relaciones familiares, donde predomina lo
afectivo y subjetivo, en detrimento de la comunicacin formal, en donde el currculum
prescripto es ignorado, perdindose de vista el sentido y la importancia de la transmisin
del saber, existe adems, poca discriminacin en el desempeo de diferentes roles.
o Modelo tecnocrtico: aqu se relaciona a la institucin como una cuestin puramente
burocrtica, una cuestin de papeles, los vnculos estn totalmente regulados y
jerarquizados por las normas rgidas enfatizando los procesos racionales. Trabajando en
una estructura puramente tcnica. El currculum prescripto se transforma aqu en un
instructivo a seguir.
o Modelo de gestin profesional: la institucin aqu aparece como una cuestin de
concertacin. Aqu el currculum funciona como organizador institucional, el conflicto es
concebido como inherente al funcionamiento de la institucin. Entre los intereses de
diferentes de todos los actores se propicia la negociacin y concertacin hacia un
objetivo comn. Es una gestin pluralista.
83
Prez Gmez: Introduccin- La escuela como encrucijada de
culturas (1999) En La cultura escolar en la sociedad neoliberal. TP 2
Madrid. Akal.
La escuela como instancia de mediacin cultural, como un espacio ecolgico de cruce de culturas
cuya responsabilidad especfica, que la diferencia de otras instituciones, le confiere su propia
identidad y su relativa autonoma, es la mediacin reflexiva de aquellos influjos que las diferentes
culturas ejercen de manera permanente sobre las nuevas generaciones.
Culturas cruzadas:
o Crtica
o Acadmica
o Social
o Institucional
o Experiencial.
Prez Gmez plantea que el aprendizaje slo ser relevante cuando un tema o el inters del individuo
provocan la integracin y la reestructuracin de sus esquemas, esto sera, una ampliacin de los
esquemas experienciales en forma crtica, en relacin con el contexto en el que se produce el
aprendizaje.
Se tiende a una potenciacin del sujeto, entendindose as a la educacin, como un proceso
humano de comunicacin tendiente a la reconstruccin y enriquecimiento de las formas de pensar,
84
sentir y actuar de la cultura experiencial de los estudiantes. El propsito fundamental de la enseanza
educativa es promover la integracin de los contextos de produccin, utilizacin y reproduccin del
conocimiento, para crear un espacio ecolgico en la escuela y en el aula que facilite el dilogo abierto
y creador de los individuos con la naturaleza, con las personas, con las creaciones culturales y con
ellos mismos.
85
Unidad 3: Relacin educativa y construccin de saberes.
El aprendizaje escolar como proceso de apropiacin de conocimientos se desarrolla en el marco de la
relacin educativa. qu caractersticas conlleva esta relacin? Por qu el aprendizaje escolar no
puede ser identificado con el aprendizaje en sentido amplio? Qu implicancias tiene ello a la hora de
planificar y desarrollar la enseanza?
Para avanzar en las cuestiones centrales de la gestin curricular, abordaremos algunas temticas
relacionadas con el aprendizaje escolar. Todo docente se ha preguntado alguna vez por qu no
aprenden los alumnos algn tema, o qu vuelta de tuerca tendra que proponer para esta unidad
didctica de modo que facilite su aprendizaje, etc. No pueden abordarse las cuestiones del
aprendizaje sin una necesaria referencia a los procesos de enseanza que, aunque diferenciados
entre s, implican el establecimiento de puentes y articulaciones entre unos y otros.
En consecuencia, sera necesario que revise las distintas teoras sobre la enseanza y sobre el
aprendizaje, reconociendo los aportes y simultneamente los lmites que ellas ofrecen para dar
cuenta de ese complejo encuentro entre un alumno y el conocimiento que ocurre en el aula, en
una institucin educativa, posibilitado por la propuesta de un docente.
Avanzaremos en algunas cuestiones que nos permiten comprender un poco ms cmo podemos
colaborar desde nuestro rol de directores, y en particular desde la gestin curricular, para que
algunos de los problemas que escuchamos y compartimos con nuestro colegas docentes
comiencen a ser pensados a partir de nuestros aportes.
LA RELACIN EDUCATIVA
El aprendizaje escolar aparece enmarcado en lo que diversos autores han denominado la
RELACIN EDUCATIVA, que se define desde los siguientes rasgos:
LA RELACIN EDUCATIVA ES INTENCIONAL Y ORIENTADA: el objeto de toda prctica
escolar es la construccin y la reconstruccin del conocimiento en los nios, adolescentes
o adultos que concurren a las instituciones educativas. La intencionalidad debe guiar toda
propuesta de los docentes para su grupo de alumnos. Implica dar cuenta de una intencin
explcita de intervenir en el proceso de aprendizaje del alumno y esto deriva en una serie
de decisiones que van desde qu debe aprender un grupo de alumnos hasta cules son
las condiciones institucionales que favorecen u obstaculizan lo que debe aprender. La
institucin escolar es un escenario de intercambios comunicativos que no quedan
sometidos al azar o a la contingencia: el aprendizaje se presenta regulado por el docente ,
que traduce y adapta una propuesta curricular prescrita, la que es tambin una
intencionalidad programada. La intencionalidad docente permite determinar el valor
didctico de la enseanza y de los procesos y resultados de los aprendizajes de los
alumnos.
LA RELACIN EDUCATIVA ES ASIMTRICA Y TEMPORAL: El docente tiene una
posicin diferente de la del alumnos en la relacin educativa porque posee un dominio
mayor y diferente sobre un campo determinado del saber y porque ha transitado por una
formacin especfica para el ejercicio profesional de la docencia. El docente a su vez tiene
la responsabilidad de organizar situaciones de enseanza que promueven los aprendizajes
de los alumnos. Esta asimetra slo debe pensarse en trminos de la relacin educativa, y
tiene un lmite temporal.
LA RELACIN EDUCATIVA SE PRESENTA BAJO UNA CONFIGURACIN
TRIANGULAR: el tringulo didctico, con sus vrtices: el docente, el alumno y el
conocimiento o saber a ensear. La didctica debe ocuparse de los costados del tringulo,
es decir, las relaciones entre los polos o vrtices. Este tringulo didctico debe
86
enmarcarse en otro tringulo que a su vez lo integra, compuesto por el Estado, la sociedad
civil, y la institucin educativa.
LA RELACIN EDUCATIVA SUPONE UNA RELACIN CONTRACTUAL: La relacin
entre el docente y el alumno aparece atravesada por normas, reglas de juego,
expectativas, representaciones, objetivos, de carcter y cualidad variados. Todas las reglas
que atraviesan una clase no aluden slo al saber, muchas remiten a un contrato de cultura.
El contrato didctico es implcito y est representado por las actuaciones del maestro,
esperadas por los alumnos, y los comportamientos de los alumnos, esperados por el
docente.
87
TRES HIPTESIS PARA PENSAR
88
Gloria Edelstein: Cap. 3 Un captulo pendiente: El mtodo en
el debate didctico contemporneo (1998) En Corrientes Didcticas TP 3
Contemporneas, de Camilloni y Otros. Bs.As. PAIDS
El siguiente captulo abordar el problema de lo metodolgico en la construccin de la
didctica.
En didctica la cuestin del mtodo o de lo metodolgico se abandona o se disuelve en otras
conceptualizaciones en la dcada del 80. Si bien estos aos son fecundos en un
aggiornamiento de viejas categoras y la incorporacin de otras, prcticamente no hay trabajos
que incluyan la cuestin del mtodo como variable sujeta a revisin.
Llama la atencin que en la 1ra mitad del siglo haya permanentes referencias al papel que
desempea lo metodolgico en la actividad pedaggica; se habla de mtodos en plural,
aludiendo a construcciones elaboradas sobre experiencias educativas concretas sin
explayarse demasiado en desarrollos discursivos de orden terico. Tambin es llamativa la
multiplicidad de experiencias y su nominacin como mtodos: mtodos Montessori, Decroly, de
proyectos (Kilpatrick), de trabajo libre en grupos (Cousinet), entre otros.
Estas experiencias dan cuenta de una propuesta pedaggica que va ms all del aula,
implicando verdaderos proyectos institucionales. Se difunden en tratamientos descriptivos
que llegan hasta mediados de los 60 cuando se produce una interrupcin significativa en
relacin con el tema, tarea de investigacin de la que es deudora la didctica.
Iniciaremos el desarrollo del tema con la reconstruccin crtica de los trabajos producidos en
los 70.
Una respuesta al silenciamiento de los trabajos se encuentra cuando aluden al momento
histrico de produccin que coincide con la irrupcin de la corriente de Tecnologa Educativa.
Desde esta propuesta pedaggica se genera un fuerte impacto en las derivaciones didcticas
que sostienen las reformas educativas. Priorizan una visin instrumentalista justificada desde
el supuesto de cientificidad.
En el caso del mtodo/metodologa se traduce en un corrimiento que centra la atencin en las
tcnicas, procedimientos, recursos y habilidades implicadas.
Es un Discurso Tecnocrtico que incide desde las primeras manifestaciones del conductismo
en el campo didctico. Algunos autores sealan que el auge de esta corriente tiene como
consecuencia la sacralizacin del mtodo.
La tesis que se sostuvo durante mucho tiempo fue la de la universalidad del mtodo como
serie de pasos rgidos, sumatoria de tcnicas, y procedimientos vlidos para resolver cualquier
problema en cualquier situacin o contexto.
De ac proviene una versin simplificada de lo metodolgico.
El docente es imaginado como un ingeniero conductual del que se requiere dominio del
modelo ms que de la disciplina o campo de conocimientos. La cuestin del mtodo fue
confinada al olvido fruto de la posicin hegemnica de la tecnologa educativa.
Coincidiendo con Daz Barriga, podramos decir que (...) no hay alternativa metodolgica que
pueda omitir el tratamiento de la especificidad del contenido. Slo desde el contenido y una
posicin interrogativa ante l es posible superar la postura instrumentalista con relacin al
mtodo.
El mtodo est condicionado por la naturaleza de los fenmenos y las leyes que los rigen, lo
que hace que cada campo de la ciencia o de la prctica elabore sus mtodos particulares. Los
mtodos no son simples operaciones externas, procedimientos formales que se agregan
mecnicamente.
As como no hay alternativa metodolgica que pueda obviar el tratamiento del contenido, otra
cuestin es de ineludible consideracin: La problemtica de sujeto que aprende. Constituyen 2
variables determinantes en toda definicin metodolgica imposibilitando un modelo nico,
89
generalizable. (construccin metodolgica) p.81
Coincidiendo con Daz Barriga, el mtodo implica una articulacin entre el conocimiento como
produccin objetiva y el conocimiento como problema de aprendizaje
Definir lo metodolgico implica el acercamiento a un objeto que se rige por una lgica particular
en su construccin. Se trata de penetrar en esa lgica para poder atender el problema de
cmo abordar el objeto, a partir de las particularidades del sujeto que aprende. Es plantearse
las vas que permitan reconstruir ciertas estructuras producidas para ser apropiadas,
construidas o reconstruidas por el sujeto de aprendizaje
La construccin metodolgica as significada, es relativa. Es una construccin de carcter
singular, en relacin con un objeto de estudio y con sujetos particulares.
En la superacin de la postura instrumentalista-tecnicista, es significativo tener en cuenta que
la adopcin de una perspectiva metodolgica en la enseanza proyecta un estilo singular de
formacin.
La metodologa desde la cual un docente se posiciona como enseante, est imbricada con las
perspectivas que l adopta en la indagacin y organizacin de su campo de conocimiento,
perspectiva que pone en juego principios y procedimientos de orden terico y derivados de la
prctica.
Avanzini (1985) se refiere al tema de las finalidades; yo hablara de intencionalidades que
inciden en las formas de apropiacin. Las tcnicas y los procedimientos se constituyen en
instrumentos vlidos, formas operativas articuladas en una propuesta global.
El mtodo en tanto no es observable se puede inferir a travs de la utilizacin de los
componentes operacionales. Los supuestos metodolgicos se pueden develar a
partir de la determinacin de los criterios para combinarlos y de la relacin que se
da entre ellos y otros elementos de la situacin de enseanza (objetivos,
contenidos, formas y criterios de evaluacin...) [Trabajo Edelstein-Rodrguez (1974)]
Coincidiendo con Gimeno Sacristn, el mtodo no es un elemento didctico ms, expresa una
sntesis de opciones.
Opciones relativas a la estructuracin de los contenidos disciplinares de las actividades,
materiales, organizacin, etc., de las interacciones entre sujetos: a la sistematizacin didctica
misma.
El mtodo participa en las instancias de previsin, actuacin y valoracin crtica a la hora de
generar una propuesta de enseanza. En tanto est constitutivamente ligado a la prctica, el
mtodo siempre se juega en relacin con el aula actuada o imaginada.
El docente deviene en sujeto que, reconociendo su propio hacer, recorre la problemtica de la
fundamentacin y realiza una construccin metodolgica propia. (Remedi, 1985)
La preocupacin por los contenidos lleva a olvidar que la forma es tambin
contenido y que las vas propuestas para la circulacin o construccin de
conocimiento permiten ciertos desarrollos y no otros. Lo metodolgico operando en
el pasaje del curriculum prescripto al currculum real se constituye en zonas de
incertidumbre que abren intersticios a las propuestas innovadoras. [Edelstein- Litwin
(1993)]
No habra ruptura de los contenidos sobre la base de la continuidad en lo metodolgico.
No es dable pensar en opciones metodolgicas vlidas para diferentes campos de
conocimiento ni en la homogeneidad en el interior de cada uno de ellos.
La construccin metodolgica deviene fruto de un acto singularmente creativo de articulacin
entre la lgica disciplinar, las posibilidades de apropiacin y las situaciones y contextos
particulares donde se entrecruzan. (P85)
90
El desafo de escribir estas ideas me hizo topar paradjicamente con una nueva ausencia-olvido
en relacin con el tema, reconocida en mi propio planteo: no hago mencin del concepto de
estrategia. Advierto al enfrentarme a esta problemtica que a partir de los 80 la expresin
estrategia/s viene a reemplazar en programas y textos los captulos que tradicionalmente se
ocupaban de la problemtica del mtodo.
La preeminencia de uno u otro concepto se relaciona con aportes conceptuales de campos que
alimentan los desarrollos tericos de la didctica, o es el resultado de superposiciones de
abordajes? El peso de los aportes de la psicologa, puntualmente en las estrategias de
aprendizaje, no sera un ejemplo de incorporacin del concepto estrategia entendido casi
isomrficamente a la enseanza? Tiene esto que ver con la polisemia del trmino mtodo? el
concepto de mtodo liga ms los universales (modernidad), mientras que estrategia implica
multiplicidad diversidad (posmodernidad)? Es que las estrategias se buscan ante la supuesta
prdida de camino, orden, que supone el mtodo?...
La lnea general de indagacin de estos interrogantes reconoce una fuerte impronta de
reconstruccin de pistas en la historia. Tal vez podra pensarse en una bsqueda genealgica.
Mi propsito fue compartir de qu manera he orientado y constituyo en perspectiva mis propias
bsquedas.
91
Edith Litwin: Cap. 3 -Para pensar los aprendizajes. TP 3
(2008) En El oficio de ensear. Bs. As. PAIDS.
En el camino de las buenas prcticas, nos interesa reconocer, adems, algunas propuestas que los
docentes podemos desarrolla para brindar ayuda a los estudiantes con el objeto de que aprendan. El
reconocimiento del tiempo para aprender, la instalacin del tema a ensear en la clase o el clima en el
aula son algunas de las dimensiones que consideramos para pensar en cmo ayudar a nuestros
estudiantes para que aprendan.
92
suficiente fuerza, contundencia o claridad. Seguramente se puede registrar en el pizarrn el tema a
abordar y aclarar su relacin con nociones abordadas con anterioridad.
-El contexto: una de las dificultades para entender el tema es el desconocimiento del contexto en el
que este se inscribe. se trata de las circunstancias y condiciones que rodena un evento, la vida de un
personaje o la creacin de una obra. Los contextos explican, justifican, dotan de sentido,
reconceptualizan o agregan una nueva dimensin.
-El conocimiento relacional: lo nuevo por aprender debera vincularse con otros temas ya sabidos e
integrarse en la estructura de conocimientos que los estudiantes ya poseen. Se trata de establecer
relaciones: para ello identificamos temas y conceptos y los relacionamos entre s. Establecer
relaciones es el desafo constante en la escuela.
-La jerarqua y la secuencia: identificar los conceptos ms importantes involucrados en un tema y
sopesar en cada caso, su importancia relativa para promover la comprensin de los estudiantes.
Distinguir lo valioso de lo accesorio, esto permite omitir los conceptos que no son centrales.
-Evocar sentimientos: las figuras emblemticas y los hechos del pasado son entendibles cuando se
los instala en una dimensin humana. Lo estereotipos desnaturalizan los fenmenos y no generan
buenos puentes para entender su complejidad. La comprensin histrica puede permitirnos identificar
3 modalidades de anlisis que orientan procesos reflexivos diferentes: documental, explicativa y
crtica. la documental identifica datos, hechis y procesos; en la narracin histrica explicamos de
manera documentada esso hechos del pasado; finalmente, podemos distinguir esos mismos hechos
dando cuenta de perspectivas diferentes de anlisis en tanto sometemos a la crtica las explicaciones
e interpretaciones reconociendo los diferentes puntos de vista.
-Miradas diferentes en torno a un mismo objeto: descubrir distintas explicaciones en torno a un mismo
suceso ayuda a entender la complejidad de los hechos y favorece el respeto por las diferencias.
recoger ejemplos y contraejemplos, acudir a autores diferentes, reconocer sus opiniones, justificarlas,
buscar nuevas opiniones y razonar constituye un proceso cognitivo que ayuda a entender el valor del
hecho, proceso o enfoque.
-Elaborar conclusiones, generalizaciones, sntesis y abstracciones: una manera de ayudar al alumno
en el anlisis de problemas y de responder preguntas basndose en los hechos y observaciones
consiste en implementar y guiar un proceso que implique identificar un problema, formular una
hiptesis, recolectar datos, evaluar la hiptesis y generalizar o sacar una conclusin.
EL CLIMA EN EL AULA
Se trata de reflexionar sobre cmo favorecer en las instituciones educativas el placer de compartir el
espacio del estudio y del entretenimiento.
Entendemos que una manera de colaborar con la resolucin nos remite tanto a acciones preventivas.
En la actualidad se vuelve necesario encontrar propuestas favorecedoras de ambientes respetuosos
caracterizados por la ayuda mutua. Una estrategia puede ser la implementacin de la hora de
convivencia, un espacio semanal en el que se planteen los temas que preocupen a docentes y
alumnos.
93
La creacin de cdigos o reglamentos
En todas las instituciones implcita o explcitamente existen cdigos o reglamentos, q constituyen un
documento que fija las pautas de convivencia, lo que se puede hacer u lo que no, derechos y
obligaciones de alumnos y maestros, directivos. la cuestin sustantiva es la participacin de los
estudiantes en su renovacin o elaboracin, tratando de que el documento refleje los problemas de la
vida institucional, sea formativo y permita orientar un modo de trabajo y convivencia democrtica.
94
Edith Litwin: Cap. 4 Nuevas perspectivas de anlisis en la
agenda de la didctica. (1997) En Las configuraciones TP 3
didcticas. Una nueva agenda para la enseaza superior. Bs. As. PAIDS.
Las prcticas de la enseanza presuponen un aproximacin personal al acto de ensear que posibilita
a los docentes estructurar el campo de una manera particular y realizar un peculiar recorte
disciplinario, fruto de sus historias, puntos de vista, perspectivas y, tambin, limitaciones. Definir las
prcticas de la enseanza nos remite a reconocer que cada nuevo estudio de las dimensiones de
anlisis que se entraman en la enseanza adquiere su significacin en una totalidad explicativa e
interpretativa, en la que se integran, tambin, las miradas personales.
95
Unidad 4: La didctica y el conocimiento disciplinar.
Uno de los desafos principales que enfrentan los profesores tiene que ver con la transformacin del
conocimiento disciplinar en un conocimiento apropiado para la enseanza es decir la transposicin
didctica. Qu implicancias tienen en dicho proceso las caractersticas del conocimiento psicolgico?
Cmo juega en esa transformacin el conocimiento de las estructuras sustantiva y sintctica de la
disciplina? En qu sentido incide el conocimiento respecto de los alumnos y su aprendizaje?
96
Lo que se mantiene o permanece en este recorrido histrico durante el cual se han constituido los
cuerpos tericos que denominamos psicologa, es un pensamiento que con distintas
categorizaciones y concepciones intenta capturar conceptualmente la interioridad del ser humano,
su subjetivad. A este respecto vale considerar dos grandes lneas tericas:
1 En la lnea de pensamiento piagetiano tenemos un sujeto epistmico que se constituye en
interaccin con su medio, su inteligencia posee una operatividad lgica-estructurante que
le permite organizar el pensamiento y coordinar acciones buscando un intercambio
equilibrado con el medio para lograr la adaptacin al mismo.
2 En la lnea del pensamiento freudiano tenemos un sujeto que se constituye desde el otro,
mediado por el lenguaje, dividido borrado por la represin originaria que da lugar a la
formacin del inconsciente. Este sujeto, sostenido por el deseo del otro, es a su vez un
sujeto deseante que busca intilmente el goce y la completud debido a su falta primordial
(no ser todo para el otro) solo logra satisfacciones sustitutivas.
En ambas lneas aparece la nocin de conflicto. En una, en relacin al error que se produce en la
aplicacin de los esquemas cognitivos para la comprensin y la asimilacin de la realidad. En la otra
en relacin con las marcas imaginarias que constituyen al sujeto y sus consecuencias en la bsqueda
inagotable de la satisfaccin de su deseo. Es decir tenemos por un lado la inteligencia, la asimilacin
del conocimiento y la lgica del pensamiento, en la otra la formacin del inconsciente, la elaboracin
de lo imaginario ( o de los conflictos) y la lgica del deseo.
Qu es un adolescente?
La adolescencia es una categora creada para conceptualizar, comprender, explicar, ese pasaje
de nio a adulto. En las sociedades no evolutivas, ese paso se realiza a travez de la dolorosa
prueba de iniciacin, pero el nio aprende los valores y las habilidades necesarias para asumir el
lugar que tiene reservado socialmente y la forma como lo tiene que ocupar segn modelos
sociales estables. En nuestra sociedad occidental en cambio presenta continuos y acelerados
cambios, proponiendo diferentes modelos de identificacin para el adolescente que no incluyen
ningn tipo de garanta en cuanto al lugar que habr de ocupar entre los mayores y entre sus
pares, lo cual suele originar distintos conflictos.
En esta situacin critica el adolescente tiene que elegir su orientacin, tomar decisiones sobre su
futuro, definir su identidad y adquirir los valores ideales, los conocimientos, habilidades y
capacidades que corresponden a la cultura social, a fin de poder insertarse en un lugar que
deber encontrar y construir en abierta competencia con otros. Es desde esta perspectiva que el
sistema educativo conjuntamente con los dems aparatos ideolgicos del estado, es un
instrumento que posibilita las adquisiciones necesarias para la insercin social adaptada con la
vigilancia del aparato represivo del estado.
Objetivos de la enseanza de la psicologa en la escuela media.
A partir de lo que venimos diciendo, hay que preguntarse que se le debe ensear al adolescente en
la escuela media, que es lo que debe aprender, pero tambin que es lo que desea aprender para
insertarse en este mundo cambiante. Creemos que el adolescente debe conocer no solo la
estructura y el funcionamiento de la sociedad donde vive, sino que tambin tiene que saber de si
mismo. Tiene que saber que es un sujeto y como se constituye desde otro que lo marca desde el
lenguaje aun antes de su nacimiento, que es ser adolescente en este mundo occidental, en relacin
con su familia, con sus pares, con el amor, el estudio, el trabajo, cuales son los problemas que debe
afrontar y los conflictos que se originan a partir de su trabajo de insercin social.
Los temas generales y abstractos que se incluan en los programas tradicionales, nada dicen sobre el
mismo. Los contenidos de esta asignatura debieran ayudar al adolescente a encontrar-construir
respuestas a las muchas preguntas que le martillan en su cabeza. Que aprendan a pensarse en
relacin con todo esto y con todo lo que surja durante las clases, son objetivos validos para esta
asignatura. Es por ello que este enfoque de la psicologa en la escuela media centrado en la
adolescencia y su mundo, no debe ser solamente descriptivo sino fundamentalmente explicativo.
97
Pablo Cazau: Notas para la construccin de una didctica
de la psicologa. (Oct. 2002) TP 4
En Nombre del Libro donde est el texto. Buenos Aires.
98
6) La psico es un saber vivencial: La enseanza o el aprendizaje de conceptos psi son fcilmente
explicables por haber sido vivenciados en alguna oportunidad. Esto facilita la enseanza, aunque
tambin encierra el peligro de no haber pensado el ejemplo adecuado al concepto.
7) La psico es un saber inexacto.
8) La psico es un saber abstracto.
99
Graciela Spezzi: Observacin de clases: cmo abrodarla? Un instrumento para
el rea de Ciencias Sociales. En Revista Argentina de Educacin.
Ao XVI- Nro. 25. Agosto 1998 Asociacin de Graduados en Cs. de la Educacin. TP 4
Este trabajo h asido desarrollado con el objetivo de construir un instrumento que posibilitara la
observacin sistemtica de dos dimensiones del proceso ulico: la redefinicin de los temas
del currculum prescripto y el modo en que se trabaja el conocimiento, permitiendo develar los
principios de produccin que los estructuran. Los trabajos argentinos en general analizan las
prcticas con metodologa etnogrfica.
Nuestro propsito cobra sentido en el marco referencial de la Escuela de Bourdieu desde la cual
es posible pensar que la prctica educativa se desarrolla conforme a una lgica que supera la
normatividad, la existencia de principios irreductibles ala conciencia y voluntad de los agentes. A
partir del conjunto de ejercicios sistemticamente propuestos para el aula, se configura el saber-
hacer, la competencia escolar, que puede entenderse como un programa: competencia como
capacidad productiva. Detectando las regularidades, las repeticiones de lo idntico que estructuran
las intervenciones, podremos conocer los principios de actuacin implicados all.
El instrumento diseado para guiar la observacin de clases incluye categoras de
comportamientos que ponen en relacin lo visible conductas observables- con lo invisible que lo
condiciona los principios de la competencia- para descubrir esas regularidades.
El instrumento toma en cuenta principalmente las intervenciones lingsticas de docentes y
alumnos ya que sabemos que el lenguaje no slo transmite informacin, sino que [teora del
discurso]:
a) Construye la relacin del que habla con lo que dice e implica una propuesta al receptor
para que se posicione respecto de lo dicho (como creencia, como verdad incuestionable...etc!)
b) Construye las imgenes del que habla y del que escucha, postulando entre ambos cierta
clase de relacin.
A partir de las expresiones efectivamente construidas (que incluyen palabras, tonos, pasusas...) es
posible abordar el plano de la enunciacin constituido por la posicin del que habla respecto de
lo que dice y la construccin de imgenes. En este plano pueden detectarse las regularidades.
[Diferentes temticas pueden remitir a la misma enunciacin]
Para la construccin del instrumento se realizaron observaciones exploratorias en escuelas de
nivel medio de Salta, en clases de diversas disciplinas del rea de Ciencias Sociales. Con el
material se identificaron categoras de comportamiento relacionadas con 2 variables: Trabajo
con el Conocimiento y Relacin Intersubjetiva. Identificaron en relacin a esas variables 2
principios generadores en relacin al conocimiento: Dogmatismo y Problematizacin; y 2 principios
pertinentes a la relacin intersubjetiva: Subalternacin y Principio de alteridad.
Variable del
Principio Generador
comportamiento
Estructura acciones pedaggicas que al trabajar con el conocimiento borran
la produccin, impidiendo advertir la construccin del discurso o la
Dogmatismo
productividad del trabajo ulico. Se presenta al conocimiento implcitamente
Trabajo como copia-reflejo de lo real; la verdad de certezas universales (a-histricas,
con el a-polticas)
Conocimient Impulsa un accionar pedaggico que muestra los procesos de construccin
o Problematizaci del conocimiento que operan en 2 polos: la produccin y la lectura.
n Actualizan una concepcin constructivista, histrica produccin de realidad,
que permite ver el conocimiento como provisional, incompleto y frente al cual
es posible adoptar una postura crtica.
Inclina un tipo de relacin social autoritaria en que una de las partes es
Subalternacin
situada como subalterna de la otra. El otro rol queda situado como inferior,
Relacin
cuya actuacin est sujeta a controles e iniciativas externos.
Inter-
subjetiva Orienta interacciones ulicas democratizadas en las que ambas partes
Alteridad
ejercitan derechos y asumen responsabilidades. Se trata de una relacin de
poder en la que ambas partes ejercen sus fuerzas en las decisiones.
100
Los principios de Dogmatismo y Subalternacin configuran una estrategia pedaggica de
repeticin; mientras que los de Problematizacin y Alteridad son estrategias emancipadoras.
Trabajo con el Conocimiento Relacin Intersubjetiva
1- Definicin esencialista. Sin relativizar, ni tomar 11- Evaluacin Arbitraria. Sin explicitar
en cuenta el uso histrico o contexto de aparicin. criterios.
2- Afianzamiento Conceptual universalista.
Generalizacin a partir de un patrn o ej. sin 12- Autorizacin docente. El profesor
delimitar pertinencia a un marco terico interpreta lo que los estudiantes son, hacen-
hicieron, piensan: Ustedes son muy
3- Interpretacin naturalizada de lo real. cmodos/vagos/etc... Lo que pasa es que vos no
Construccin de proposiciones en funcin de quers pensar...
nociones intuitivas, incorporacin a marcos
13- Imposicin del qu hacer, cundo,
exlicativos sin relativizar el alcance.
quin. Ej. Lean Todava no copien Ramrez
4- Adhesin irreflexiva y acrtica a un criterio de
autoridad. Respaldo de las opiniones citando a un 14- Represin de los comportamientos
Estrategia autor sin justificaciones. Ej. El trabajo grupal es que implican violacin a la normativa
de importante, la profesora de Educacin lo dice siempre. escolar y/o las disposiciones docentes.
Repeticin: 5- Atencin a lo fenomnico. Proporcionan datos Amenzas y castigos. [Por medio de
amonestaciones, notas bajas...]
a modo de teora. Ej. En los cursos hay repitencia del...%
(Principios 6- Integracin slo formal del estudiante a la 15- Pleitesa estudiantil. Los alumnos se
de dinmica del trabajo con el conocimiento. ponen de pie para saludar, piden disculpas para
preguntar...
Dogmatismo Preguntas-pistas, tipo adivinanzas [Ej. El gobierno era
y DEMO... CRTICO!] que invitan a rtas. irreflexivas. 16- Obediencia sin cuestionamientos de las
Sublaternaci Estimulacin de la expresin de ideas previas que disposiciones de los docentes.
n) luego no se toman en cuenta.
17- Iniciativas triviales: Los estudiantes
7- Actitud punitiva del error. Descalificar errores deciden tipo de coloreado,
sin estimular su anlisis. Ej. no te falta ningn error ac! subrayado...Solicitan rdenes
Rehacelo todo para maana
8- Copia y reiteracin de informacin. Se ejercita 18- Resistencia. La oposicin del
la repeticin de informacin, consignas que estudiantado es por medio de conductas
conducen a copiar lo expresado o dictados para su que pasan inadvertidas (lo dicho por lo
trnascripcin acrtica. bajo!) o desconocen abiertamente las
9- Refuerzo de disposiciones dogmticas. Se disposiciones y normativas escolares
premian disposiciones estudiantiles acordes a lo
delineado: conjeturas, rtas. a pistas...etc.
10- No est este punto, pero la numeracin del texto salta a 11!
19- Definiciones Historizadas. Relativiza el 27- No est este punto,, la numeracin del texto salta a 28!
alcance de los conceptos. Trminos cotidianos 28- Evaluacin racional. A partir de criterios
entendidos a partir de la Significacin-Valoracin del rigurosamente expresados.
uso histrico. 29- Animacin docente. Alienta a los
20- Afianzamiento conceptual paradigmtico. estudiantes a participar. Orienta. Genera
Utilizacin de ejemplos paradigmticos expectativas.
circunscribiendo su pertinencia al marco terico. 30- Tentacin de saber. Uso de tcticas
21- Interpretacin relativizada de lo real. tendientes a despertar el deseo de saber.
Estrategia Incorporacin de los hechos a un marco terico- (ms all de la mera recompensa
Emancipador metodolgico explcito. Presentado como un posible. pedaggica!)
a:
22- Actitud no condenatoria ante el error. 31- Historizacin de la propia formacin
Con una devolucin se posibilita la reflexin sobre del docente. Muestra sus vacilaciones, sus
(Principios de el error. dudas.
Problematizaci
23- Refuerzo de disposiciones 32- Construccin del consenso. Decisiones
n y
problematizadoras. compartidas: reflexin conjunta, votacin.
Alteridad)
24- Anlisis de la dimensin tico poltica de 33- Gratificacin del posicionamiento
los discursos. Se analizan los horizontes de orientado por el principio de Alteridad. Se
percepcin que crean las palabras y procedimientos incentiva que los estudiantes apoyen a otros
que se usan. compaeros, aporten materiales, respeten
25- Trabajo sobre los principios que orientan reglas, etc.
comportamientos estudiantiles. tica y 34- Participacin voluntaria de los
Autorreflexin sobre las propias prcticas. Ej.: por qu estudiantes en las actividades propuestas
nos ponemos de pie?
101
26- Comunicacin de tcnicas de trabajo por el docente.
intelectual. Uso de abreviaturas, tablas, diccionarios, 35- Iniciativa pertinente. Estudiantes
cuadros sinpticos... activos.
36- Ejercicio del estudiante del derecho a no
intervenir
102
A. Diaz Barriga: Cap. 4 El contenido (1994) En Docente y
programa. Lo institucional y lo didctico. Bs. As. AIQUE.
TP 4
103
Jerome Bruner e Hilda Taba, efectan un anlisis y una propuesta relativamente importante respecto
de que sostiene que el aprendizaje est vinculado con el nivel de integracin de los contenidos en un
plan de estudios. Bruner afirma que toda la informacin tiende a olvidarse, a menos que se manifieste
dentro de una estructura de conceptos, Taba, enuncia la diversidad de contenidos teniendo en cuenta
sus funciones: hechos, conceptos, ideas bsicas y sistemas de pensamiento. En ambos autores,
resulta de particular importancia el problema de la integracin del contenido: estructura o ideas
bsicas que atienden a la estructura.
LA ADQUISICIN DE CONCEPTOS Y EL APRENDIZAJE
El abordaje de contenido desde el punto de vista de su estructura: la estructura propia de la disciplina
y la estructura de pensamiento que se genera en el proceso de construccin psquica de la misma.
Hacia finales de los aos 60, la corriente cognoscitiva, identifico los elementos que denomino
ESTRUCTURA CONCEPTUAL, desde ac es como Ausubel manifiesta que existe una doble realidad:
la del mundo fsico y la realidad que se experimenta psicolgicamente a travs de un mundo de
conceptos, por medio del cual el hombre organiza su entorno. Por otro lado Kant, en su filosofa
moderna, dice que sin conceptos el ser humano no podra acceder al contenido al conocimiento de lo
que lo rodea. Novack, grafica la estructura conceptual como una especie de ramificaciones: toda
nueva informacin entra en contacto con la existencia en los sujetos y, de esa interaccin, entre la
informacin y estructura conceptual, surge el aprendizaje significativo, que consiste en el
ordenamiento y, ajuste de la estructura conceptual previa.
Otra postura se plantea desde la INTELIGENCIA ARTIFICIAL. Los conceptos memoria a corto plazo
y memoria a largo plazo, para generar un modelo comprehensivo sobre las estructuras
conceptuales. En la apropiacin-construccin del conocimiento, existen una serie de cadenas, que
todo aprendizaje implica ACTUAR, es decir traer a la memoria a corto plazo estas cadenas a fin de
estar en condiciones de interaccionar la nueva informacin con la precedente.
El cognoscitivismo derivo el problema de la estructura conceptual de una disciplina hacia la estructura
de la informacin en el pensamiento, un mbito de ms difcil acceso.
LA RELACIN CONTENIDO-CULTURA
Gimeno Sacristan, propone una discusin acerca de la tensin que subyace en la escuela pblica
entre los contenidos generales representativos de las perspectivas globales del sistema educativo y
las exigencias de singularizar el contenido por parte de cada institucin, para recordar a las
caractersticas especificas del contexto en que se encuentra. Lo que Schwab denomina
Deliberacin.
Se ha desarrollado otra perspectiva, la sociolgica en relacin con los contenidos, la seleccin
aparece vinculada con los intereses de una cultura dominante. La escuela y el currculo son
percibidos desde esta visin como un instrumento de imposicin cultural. Bourdieu, Berntein y
Eggleston representan esta aproximacin que, indudablemente, aporta su propia riqueza a la
comprensin del problema de la seleccin del contenido. La sociologizacin del curriculum ha
contribuido notablemente a la disolucin de su campo conceptual. Permiti la comprensin de una
serie de problemas, como con la seleccin de temas se tiende a privilegiar los saberes de
determinados grupos sociales, pero paradjicamente, tuvo tambin un efecto paralizante en la tarea
de construccin de planes de estudio. Son los saberes de la cultura y grupos subalternos los que no
se pueden formalizar para su cabida en un plan de estudios. La seleccin del contenido es un acto
de violencia simblica o toda eleccin del contenido tiende a legitimar la cultura dominante. La
prctica profesional como referente para la construccin de planes de estudio, o bien la nocin de
problema eje como instrumento para dar coherencia a los programas de un curso. Una perspectiva
poltica enriquece notoriamente el abordaje de esta cuestin y cumple una funcin relevante en la
organizacin de los planes y programas de estudio, y en la realizacin de la actividad educativa. La
redefinicin que los docentes efectan de las temticas propuestas en un programa de estudio
necesariamente atiende a esta cuestin.
104
PROBLEMAS EN EL CONTENIDO
La necesidad de modificar los enfoques con los que se aborda su tratamiento en los programas de
estudio y en la actividad de enseanza. Esta situacin origina un claro desfase entre los temas que
se ensean en la escuela y los temas que constituyen el conocimiento de las diversas ciencias y
humanidades del siglo XX. La concepcin enciclopdica y cclica ofrece una propuesta escolar muy
lejana a la realidad de los alumnos.
Dos estrategias: cientficos y docentes, de suerte que estos ltimos tengan acceso a otra informacin
sobre la existencia de biblioteca que proporcionen material bibliogrfico actualizado a los docentes en
ejercicio y en formacin y modificar la concepcin enciclopdica y cclica con que se organiza el
contenido. Se trata de la necesidad de acercar al estudiante a elementos que sean pertinentes para
desarrollar una mejor comprensin del mundo actual. Una salida seran los CURRICULUM MIXTOS
en los que un tramo del plan de estudios se integra por problemas y otro tramo por asignaturas.
Mara Cristina Davini: Parte III Los procesos organizadores en las prcticas TP 4
de la enseanza Cap. 8: Programacin de la enseanza. (2009) En
Mtodos de enseanza. Didctica general para maestros y profesores. Bs.As. Santillana
Por qu ensear?
Ensear es una tarea demasiado importante en sus dimensiones social, cultural y humana, como
para optar por la simple aventura o confiar excesivamente en la pericia de un timonel.
Como accin intencional, comprometida con propsitos de transmisin cultural, dirigida a sujetos
concretos en formacin y al logro de resultados de aprendizaje, la enseanza no puede ser
improvisada. Por ms creativo y experimentado que sea el docente, es necesario que programe
previamente el desarrollo de las acciones.
Programar la enseanza facilita:
Las decisiones del profesor en la construccin de su propuesta y en la elaboracin de la
estrategia de enseanza, adecundola a los alumnos y al contexto particular, y buscando
la congruencia entre los propsitos y los medios.
La anticipacin de las acciones, organizando los contenidos, las metodologas y
actividades de los alumnos, as como seleccionando los recursos y herramientas del
ambiente de enseanza.
Hacer comunicable a los otros las intenciones educativas y las actividades.
El punto de partida para cualquier programacin especfica es el plan de estudio o curriculum
oficial, en el que se define, estructura y organiza la propuesta educativa. De este modo las
escuelas o instituciones de la enseanza solicitan a los profesores que programen la enseanza,
como modo de coordinar la enseanza y asegurar su coherencia con los planes de estudio.
Programar anticipadamente facilita la reflexin acerca del para qu y cmo concretar sus
intenciones, as como las maneras para adecuarlas a las caractersticas de los alumnos y los
contextos particulares. Una vez concretada su programacin, est se constituye en una propuesta
pblica, es decir, posible de ser comunicada a los estudiantes y al colectivo de los docentes.
La programacin implica una actividad permanente y dinmica, adecuando las decisiones al
proceso de intercambio con los estudiantes o ajustndola al tiempo.
Existen al menos dos niveles en la programacin de la enseanza:
La planificacin general del curso o materia.
Las programaciones propiamente dichas, ms analticas y ms prximas al diseo de
estrategias de enseanza de los distintos ncleos de contenidos o unidades de enseanza.
105
La planificacin general tiene como funcin definir las principales ideas reguladoras de la
enseanza y organizar los ncleos o unidades de contenido. En cada sistema educativo o en cada
institucin, las modalidades para esta planificacin general varan, pero en general tienden a
incluir:
La comunicacin de los propsitos educativos generales que se persiguen.
La seleccin y la organizacin de los contenidos del curso.
Las caractersticas centrales de la enseanza que se propone.
En algunos casos, se incluyen las principales herramientas o recursos culturales que se
utilizarn (bibliografa, medios, tecnologas, enlaces, etc.).
La Programacin propiamente dicha desarrolla los ncleos del plan y organiza la enseanza. El
hecho de programar la enseanza implica:
Clarificar los propsitos educativos y definir los objetivos de aprendizaje especficos.
Organizar los contenidos.
Disear la estrategia particular de la enseanza, apoyndose o integrando aportes de
distintos mtodos, pertinentes para los objetivos planteados.
Disear una secuencia de actividades de aprendizaje y su distribucin en el tiempo,
incluyendo las formas de seguimiento y evaluacin.
Organizar el ambiente, seleccionando los materiales y los recursos.
Cada uno de estos componentes guarda una estrecha relacin y congruencia con los otros; su
definicin en la programacin no es lineal, sino que es interdependiente; cada uno de los
componentes incide o modifica a los otros.
Clarificar los propsitos y definir los objetivos de aprendizaje
Reflexionar y analizar qu se busca con la enseanza particular, y definir que aprendizajes se
espera que los alumnos logren, constituye uno de los marcos de referencia para organizar y
disear la enseanza; permite al profesor clarificar sus intenciones al ensear determinados
contenidos y los aprendizajes que busca facilitar.
Una enseanza es siempre una relacin entre quien ensea y quienes aprenden, de esta manera
ambos son dos caras de la misma moneda:
Los propsitos expresan las finalidades formativas o intenciones educativas del profesor a
la hora de organizar su propuesta de enseanza.
Los objetivos expresan los aprendizajes que se esperan de los alumnos alcancen
(asimilacin de conocimientos, cambio conceptual, capacidades para la resolucin de
problemas, transferencia a las practicas, trabajo cooperativo, habilidades, destrezas, etc.).
La enseanza es una accin intencional de transmisin de contenidos culturales y que requiere
ser programada. En este sentido y con esta direccin, podemos recuperar algunos aportes y
recomendaciones centrales de la crtica pedaggica a la hora de elaborar los objetivos de
aprendizaje, como:
Mirar por encima de lo inmediato y puntual, considerando los aprendizajes ms valiosos,
traduciendo expectativas ms integrales y relevantes que la suma de acciones especificas
atomizadas.
Recuperar las caractersticas del contenido al definir los objetivos.
No todo objetivo tiene que definir resultados de aprendizaje, sino que pueden desarrollarse por
la mediacin del grupo y las caractersticas del ambiente y los recursos.
No todos los resultados de aprendizaje logrados en la dinmica de las aulas pueden ser
previstos en objetivos. La programacin no es un instrumento rgido sino una propuesta de
trabajo y el desarrollo de los intercambios en el aula son abiertos, muchas veces resultan ms
fecundos que los se haban previsto.
Pueden identificarse distintas modalidades de objetivos de aprendizaje:
106
Objetivos terminales o de productos: Definen los resultados de aprendizaje al completar una
secuencia de enseanza. Atendiendo a las recomendaciones anteriores, debern privilegiarse
resultados significativos y relevantes, mas que largas listas de aprendizajes atomizados o
puntuales. Estos objetivos requieren a la integracin de conocimientos o a la elaboracin en un
producto de trabajo, siendo conveniente que incluyan (integren) las distintas actividades y
esferas del aprendizaje (no solo la asimilacin del conocimiento) A titulo de posible ejemplo:
Clarificar los hechos que desencadenaron la Segunda Guerra Mundial, a partir de la
investigacin documental, y analizando los intereses en pugna.
Objetivos de proceso: Platean un proceso abierto, sin indicar un resultado nico, valorando la
diversidad de alternativas propuestas por los alumnos, la riqueza de los procedimientos
seguidos, las interacciones logradas, las formas de expresin, la autonoma en las decisiones,
la iniciativa, la inventiva y la implicacin de los alumnos. Lo importante es el proceso seguido y
no la meta especifica. Por ejemplo: Buscar alternativas de solucin a un problema divergente.
Objetivos expresivos: Enfatizan la expresin libre del alumno alrededor de actividades,
situaciones o experiencias propuestas en la enseanza, sin definir las condiciones o
caractersticas de deben tener. Son particularmente valiosos para el aprendizaje en contenidos
artsticos y humansticos: Ejemplo: Redactar un cuento, una narracin o un texto periodstico.
Finalmente es importante recuperar el papel comunicativo y articulador que presentan los objetivos
de aprendizaje, como tambin, la exposicin de las intenciones educativas del profesor. En este
sentido, comunicar a los alumnos y analizar en conjunto qu se espera lograr y el valor que ello
tiene para su formacin, facilita la comprensin del grupo, los acuerdos y los resultados de la
enseanza.
Organizar los contenidos
Es importante recordar que los contenidos de la enseanza incluyen desde las informaciones, los
conocimientos o los conceptos a transmitir, asimilar o construir activamente, hasta las habilidades
cognitivas implicadas, habilidades prcticas, el manejo instrumental y de procedimientos, el
desarrollo de actitudes y valoraciones.
Para programar los contenidos se desarrollan distintos procesos: seleccionarlos, organizarlos,
secuenciarlos. Una de las principales dificultades de los profesores es la seleccin de los
contenidos, para lo cual es importante tener en cuenta algunos criterios centrales:
La primera cuestin a considerar es que no entra todo el saber posible. Se requiere analizar el
contexto en que se ensea y los que tiene mayor valor para el desarrollo de los alumnos y su
transferencia a las prcticas, incluyendo su valor tico para la formacin.
La segunda cuestin se refiere a la actualidad o validez de los contenidos.
La tercera es considerar los niveles previos de los alumnos y su adecuacin a las exigencias
de aprendizaje.
Finalmente requiere considerar el tiempo que se dedicara a la enseanza de esos contenidos.
Una vez seleccionado el contenido (o en paralelo) se requiere organizarlos. Para ello es
recomendable atender a los siguientes criterios:
Priorizar la organizacin integrada de los contenidos, evitando siempre su tratamiento como
temas agregados. La organizacin integrada privilegia agrupar los contenidos de acuerdo con
su relacin lgica y su significado psicolgico para los alumnos. Esto implica el aprendizaje
significativo y la compresin integradora. Las preguntas en este momento son: Qu relacin
tiene este conjunto integrado con las necesidades y capacidades de los alumnos?
En funcin de lo anterior, establecer una jerarqua interna al contenido. Para reconocer estos
pesos relativos diversos, puede organizarse una red conceptual en la que se identifiquen los
conocimientos, procedimientos y valoraciones implicados, y su relacin o interdependencia.
Ordenar una secuencia. Segn sean las caractersticas del contenido y los propsitos, puede
adoptarse una secuencia lineal (complejidad progresiva), una secuencia con idas y vueltas
107
(compresin progresiva y recapituladota) o una secuencia abierta (decisiones de los alumnos,
creatividad y autonoma).
Finalmente, en esta organizacin es importante identificar los modos de pensamientos que
involucran los contenidos y que los alumnos pondrn en practica. Los modos de pensamiento
sern una buena orientacin para la construccin de las estrategias de enseanza a seguir.
Disear la estrategia de la enseanza
Una vez definidos la organizacin del contenido y los objetivos de aprendizaje, ser mas fcil, en
consecuencia, construir una estrategia de enseanza apropiada y particular.
La primera cuestin es reconocer la orientacin que adoptar la enseanza, es decir, si el nfasis
ser hacia la instruccin (mayor protagonismo y conduccin del profesor) o hacia la gua (mayor
protagonismo del grupo de estudiantes, orientados por el profesor).
La segunda cuestin es definir si la enseanza predominar la asimilacin de contenidos o
conceptos, el desarrollo de habilidades para el manejo, la bsqueda y la organizacin de
informaciones, la seleccin de alternativas de accin y la toma de decisiones, la solucin de
problemas, el aprendizaje basado en contextos de accin, etc.
Disear las actividades de aprendizaje
El sentido ltimo de la programacin consiste en pensar que actividades deberan hacer los
alumnos para aprender, para asimilar los contenidos y elaborarlos, construyendo su propia
experiencia.
Las actividades de aprendizaje debern ser coherentes con las caractersticas del contenido y con
la estrategia de enseanza adoptada:
Si se espera fortalecer la capacidad para resolver problemas o para tomar decisiones
entendiendo las consecuencias de una eleccin y fundamentndolas, las actividades debern
proveer justamente esas oportunidades.
Si la intencin y los contenidos implican desarrollar la capacidad de observacin de
fenmenos, las habilidades para organizar la informacin, sacar conclusiones o resumir ideas,
las actividades debern alimentar estas tareas.
Si se busca estimular procesos y habilidades intelectuales, capacidades para trabajar a partir
de hiptesis y comprobarlas, las tareas debern proveer esos desafos.
Si se pretende fortalecer las capacidades para trabajar en equipo y cooperar con otros, habr
que organizar actividades en las que el grupo y la colaboracin sean el eje.
Si se propone que los alumnos analicen situaciones practicas y problematicen la realidad o el
contexto, las tareas debern promover estas alternativas.
Si se busca estimular el desarrollo personal, la sensibilidad, la auto-expresin, las propias
decisiones y la autonoma, las actividades debern brindar esas oportunidades.
Si se espera que los alumnos aprendan, las actividades propuestas debern facilitar el nexo
entre lo que ya saben o han aprendido, y las nuevas tareas, facilitando la continuidad y el
progreso.
Si se busca proponer un nuevo marco conceptual o interpretativo, las tareas debern incluir la
presentacin del nuevo material por parte del profesor, de manera estimulante y significativa.
Las actividades principales pueden estar bien elegidas, pero adems es necesario prever una
buena secuencia de tareas. En este sentido, la programacin deber considerar:
Actividades de apertura: que introducen las tareas y promueven la implicacin de los
estudiantes para desarrollarlas.
Actividades de desarrollo, en las que gradualmente se afirman las tareas, sean co mayor
participacin del profesor o con su gua.
Actividades de integracin final de los aprendizajes, que sinteticen los logros y faciliten la
evaluacin de lo alcanzado.
108
Actividades de revisin del proceso seguido, estimulando que los alumnos analicen la
experiencia desarrollada; ello favorecer su capacidad para enfrentar otros aprendizajes
semejantes.
Finalmente, al programar las tareas, es importante considerar el tiempo necesario para realizarlas
y lograr los aprendizajes. La secuencia antes delineada no implica que todas las actividades
deban ser realizadas en el corto tiempo de una clase.
Organizar el ambiente y los recursos
La enseanza no slo requiere de actores (profesores y estudiantes) sino tambin de un ambiente
de enseanza que incluye recursos, como andamios de apoyo al aprendizaje:
Soportes de comunicacin y de cooperacin entre los actores (guas de trabajo o de lectura,
ejercicios, estudios de caso, mapas conceptuales, etc.).
Herramientas de conocimiento (textos, diccionarios, tablas y grficos, videos, bibliotecas, etc.).
Materiales operativos, acordes con los contenidos que se tratan y con los objetivos que se
persiguen (materiales concretos, instrumentos, computadoras, laboratorios, etc.).
La seleccin y la programacin de los recursos debern poner a los alumnos en la posibilidad de
experiencias en el manejo y la interaccin con distintos lenguajes y formas de representacin de la
realidad a travs de diversos materiales superando la escucha de la palabra del profesor como la
nica va para aprender. Ello no solo enriquece la diversidad de aprendizajes sino que habilita el
desarrollo de capacidades de los alumnos para su desenvolvimiento permanente en la sociedad.
Asimismo, se puede prever y facilitar la bsqueda independiente de los alumnos, favoreciendo la
autonoma del aprendizaje.
Un programa es siempre una hiptesis de trabajo que debe ser puesta a prueba en la enseanza.
Sus propuestas se modifican y enriquecen a lo largo del desarrollo de las tareas, cuyos resultados
son siempre abiertos e imposibles de encerrar en una programacin. No obstante, programar la
enseanza es indispensable para asegurar una buena marcha de las actividades y orientar los
logros.
Finalmente la programacin no es una tarea solidaria y deber compartirse con otros profesores
para buscar en conjunto la coherencia y la complementariedad de los programas, y facilitar la
continuidad de aprendizajes de los alumnos en los distintos cursos y niveles educativos.
109
Unidad 5: Las prcticas docentes y la evaluacin.
Cmo podran superarse las ideas, an vigentes, de evaluacin de las prcticas docentes como
control y evaluacin del aprendizaje como mero estmulo del mismo?
La evaluacin educativa nos confronta con el abordaje de un espacio de conflicto. Todo proceso de
evaluacin pone en videncia mltiples aspectos, relacionados con las caractersticas y procesos de la
institucin educativa.
La evaluacin constituye siempre una actividad de comunicacin en la medida en que implica producir
un conocimiento y transmitirlo es decir ponerlo en circulacin entre diversos actores involucrados. En
tanto accin comunicativa, la evaluacin padece las mismas vicisitudes que toda comunicacin entre
los sujetos sociales implicados en ella.
La evaluacin implica una serie de aspectos comunes que siguen una secuencia lgica y cronolgica,
aunque en la prctica, algunos de ellos sean omitidos. Nos referimos a:
- el relevamiento de informacin a travs de diversos procedimientos como la observacin, los
documentos, las producciones, etc.;
- el anlisis de los datos segn marcos de referencia que orientan la lectura de stos;
- la produccin de conclusiones, en algunos casos expresadas en juicio de valor, que traduce el
anlisis en proposiciones sobre el objeto evaluado, o, en otros casos, la produccin de datos
cuantitativos, cifrados, que muestran algn otro aspecto de dicho objeto;
- la comunicacin a los actores involucrados en el proceso evaluativo o la divulgacin a otros de las
conclusiones elaboradas;
- la toma de decisiones para intervenir activa e intencionalmente en los procesos y resultados sobre
los cuales se emiti el juicio evaluativos. (No necesariamente se deriva de los ptos mencionados).
A pesar de que las instancias mencionadas constituyen una secuencia, su ejecucin no es
necesariamente lineal.
Segn cul sea el paradigma que da sentido a la evaluacin educativa, algunos ptos se priorizarn
sobre los otros o adquirirn diferentes significados.
110
La evaluacin en su nivel ms visible, opera como un eje que articula el juego entre tres tipos de
actores: docentes, alumnos y padres. Pone en contacto a los protagonistas de los actos educativos
con los padres, que son actores puente entre lo escolar y los extraescolar
Docentes, alumnos y padres entran en relacin a propsito de las calificaciones. Juegan el juego
de las notas porque en las instituciones educativas se producen, negocian y distribuyen calificaciones
que circulan luego en otros campos, bajo la forma de certificaciones, con valor en el mercado.
En un nivel menos visible, la evaluacin pone en evidencia la vinculacin entre los dos acores
presentes en la relacin pedaggica (docentes y alumnos) y un actor virtual: los futuros empleadores.
En la relacin pedaggica siempre est presente en juego el valor social de los alumnos en tanto
futuros trabajadores.
Los procesos que fabrican el fracaso escolar en el interior de las escuelas , demoran o interrumpen,
por repeticin o desercin, el juego de los alumno en tanto actores de ese proceso de formacin y,
ponen en peligro su valor social en el futuro del mercado laboral de trabajo. Esto sucede por dos
razones:
1) Porque el capital cultural en estado incorporado es insuficiente, es decir porque los habitus como
disposiciones duraderas relacionadas con conocimientos especficos, valores, habilidades, etc., han
carecido del tiempo necesario para su adquisicin
2) Porque el capital cultural en estado institucionalizado, bajo la forma de certificaciones o ttulos, no
ha llegado a obtenerse.
En nuestros das los empresarios juzgan el valor y la calidad de los contenidos educativos y de la
formacin de los docentes; stos a su vez, discuten los parmetros en los que aquellos fundamentan
sus juicios y los alumnos, se incorporan a este dialogo cuando estn en condiciones de comprender
la importancia que tiene para su futuro la calidad de la enseanza a la que tienen acceso.
La evaluacin pone en evidencia que, en el orden social, los docentes son trabajadores que deben
responder a las orientaciones que formulan los responsables de la toma de decisiones en nombre de
las necesidades pblicas. Significara que los fines y objetivos del sistema educativo sean
congruentes con las necesidades y demandas sociales relevadas; que exista coherencia entre las
finalidades y objetivos formulados y la estructura del sistema educativo y sus formas de gestin.
La evaluacin est sobredeterminada y es multidimensional.
Estas caractersticas se pueden advertir cuando se analizan algunos de los procesos que se inician en
mbito pedaggico. Se observa que los docentes no slo se atribuyen un valor a los que los alumnos
producen, sino a los alumnos mismos, con lo que se cae en el riesgo de anticipar el destino escolar
del sujeto y con ello su futuro valor social (en el espacio econmico particularmente).
111
En el primer caso, la intencin es efectuar una lectura de lo real lo ms prxima posible a la medicin.
Tambin se evala para apreciar, para determinar el valor de un objeto o realidad dada, con
referencia a ciertos criterios preexistentes.
La evaluacin apreciativa puede dar lugar al desarrollo de dos orientaciones diferentes. Por una parte,
a la evaluacin apreciativa con un modelo predeterminado, que presupone un referente previo que
orienta la lectura de la realidad, y la evaluacin consiste en la bsqueda de los indicadores que
permitan dar cuenta del estado del objeto con relacin al referente.
Por otro lado, la evaluacin apreciativa sin modelo predeterminado expresa una concepcin de la
evaluacin que se fundamenta en la interpretacin. Se apunta a comprender el objeto, no a juzgarlo.
Se evala para volver inteligible la realidad, para aprehender su significacin.
En este contexto, evaluar las realizaciones de los alumnos significa comprender sus maneras de
resolver las situaciones planteadas, considerar sus errores como indicadores de problemas a
descifrar, etc. En el mismo sentido, ms que evaluar el cumplimiento de los objetivos, interesa
comprender las razones por las cuales stos son o no alcanzados y entender qu representa esta
situacin en trminos didcticos.
112
Tanto el objeto que se evala como el proceso de valoracin son construidos por el sujeto que evala.
La realidad examinada es siempre objeto de un proceso previo de definicin o de eleccin de los
caracteres que permitirn aprehenderla. Todava falta construir los indicadores de la realidad
considerada.
Pasos necesarios en la construccin del objeto: una vez que el propsito de la evaluacin ha sido
determinado, se hace necesario fijar los criterios para evaluar las respuestas producidas por los
alumnos y construir los indicadores correspondientes. En este proceso, la seleccin de los contenidos
curriculares por evaluar supone partir de criterios que permitan efectuar un recorte tcnico en relacin
con los contenidos enseados y con las respuestas valoradas como deseables.
Al evaluar siempre se introduce un esquema de lectura de la realidad que circunscribe, recorta,
reduce lo observable.
La evaluacin supone siempre una lectura orientada, filtrada por el referente y por los criterios que
constituyen una explicitacin de este ltimo.
La evaluacin y el control.
Se presenta a la evaluacin con un doble perfil:
Filosfico: toda evaluacin plantea el problema del valor, del sentido y de la significacin de aquello
que se evala. (Cualitativo)
Tcnico: la evaluacin constituye un dispositivo compuesto por mtodos, tcnicas e instrumentos
empleados para dar cuenta y rendir cuenta de los resultados obtenidos. (Cuantitativo). Ese perfil se
asocia con al nocin de control.
Ambas nociones pertenecen a dos paradigmas epistemolgicos diferentes.
En el campo educativo, los exmenes, el registro de asistencias, las amonestaciones, etc., son
procedimientos explcitos de control.
De manera totalmente opuesta, la evaluacin implica problematizacin sobre los valores y sobre el
sentido de lo que ocurre en la situacin observada.
La cuestin del sentido introduce otra diferencia sustancial: mientras el control siempre opera a partir
de un solo y nico referente, que es el patrn de medida como norma homogeneizadora de lo que se
mide, la evaluacin es multireferencial en tanto debe aprehender significaciones heterogneas. Est
abierta al sentido y es inacabada.
La evaluacin se aplica a procesos humanos en los cuales la dimensin temporal es histrica e
irreversible porque consiste en el tiempo vivido. En cambio el control esta referido a estructuras
objetivas, mide los acontecimientos conforme al tiempo cronolgico: un ao, un mes, una semana.
113
Ms all de la oposicin entre ambos procesos, se ha observado que comparten funciones
indispensables para la regulacin crtica de la accin.
Regulacin en el sentido que permiten ajustar las acciones con relacin a un objetivo establecido.
Crtica porque dicho ajuste se realiza a partir de una lectura orientada.
La regulacin crtica de la accin puede ser concebida a lo largo de un continuuom constituido por
dos polos: el control, por un lado, y la evaluacin interpretativa, por el otro.
Dentro de ese continuuom se ubica, hacia el polo del control, la evaluacin estimativa, tambin la
evaluacin apreciativa con un referente predeterminado tiene ciertas propiedades que la relacionan
con el control.
En cambio, la evaluacin apreciativa sin referente predeterminado
se ubica en el polo de la evaluacin, todo vez que carece de un modelo referencial y apela a la
interpretacin de la realidad observada. Se ubican en esta lnea, las orientaciones basadas en el
paradigma interpretativo.
La introduccin del concepto de regulacin crtica permite separar la evaluacin estimativa de la
medicin en sentido estricto.
La evaluacin estimativa, no tiene como nico objetivo medir, sino emitir un juicio a partir de los datos
que la medicin provee.
La informacin suministrada por la evaluacin para estimar la medida en que la innovacin curricular o
metodolgica mejoraba los resultados estaba al servicio de la regulacin del proceso de enseanza,
permitiendo as modificaciones en este ltimo.
El control y la evaluacin son funciones interdependientes, idealmente complementarias pero,
tericamente distintas por los paradigmas en que se fundan. En la evaluacin el sentido se construye
en el proceso de interaccin y de intercambio de significaciones.
Ambos procesos son necesarios para la inteligibilidad y la regulacin de las acciones, aunque no
podran ser ubicados en el mismo registro, porque el tipo de informacin que proveen es diferente.
114
Susana Celman: Cap: Es posible mejorar la evaluacin y
transformarla en herramienta de conocimiento? (1998) En La TP 5
evaluacin de los aprendizajes en el debte didctico contemporneo.
Camilloni, Celman, Litwin y Palou de Mat- Bs. As. Paids.
117
e intercambio entre los propios alumnos, que les posibilite desempear ellos mismos tareas
de observacin y registro de las actividades de aprendizaje.
Los rasgos ms caractersticos de la evaluacin de proceso no consisten en repetir
frecuentemente actividades evaluativas, por el contrario se manifiesta en la intencionalidad
de analizar y comprender el proceso tal cmo va ocurriendo, detenindose en el estudio del
tipo y cualidad de las relaciones que podran haber actuado como factores determinantes del
mismo. Las hiptesis explicativas que se elaboren de este anlisis permitirn no slo
entender qu pas sino, construirlo en una experiencia educativa para su mejora. La
evaluacin de las estrategias de aprendizaje puestas en juego durante el proceso de
construccin de los conocimientos, es un rea de lata potencialidad educativa y con amplias
posibilidades de incidencia en la transformacin de dicho proceso.
Un proceso que adopta una concepcin democrtica de la evaluacin prioriza a los alumnos
como los primeros sujetos con derecho a participar en los procesos relacionados con sus
aprendizajes y por ende a conocer la informacin en torno de l. Esto implica dentro del aula,
que deber cuidar, entre otras cosas las acciones que continan luego de la instancia
evaluativa. Dedicar tiempo a la devolucin de la informacin de modo que facilite la
comprensin de los factores intervinientes e el transcurso de la enseanza y el aprendizaje.
Intercambiar ideas acerca de las posibilidades de mejora es un aspecto fundamental en ele
intento de convertir a la evaluacin en herramienta del conocimiento. Los docentes que se
dedican a transitar este camino deber saber que estn abriendo espacios para la crtica, el
cuestionamiento y el juicio y tambin de su propia tarea. Implica abandonar un lugar seguro y
tranquilo, que es el del evaluador con al suma de poder. Como contrapartida es ganar
colaboradores en este complejo trabajo de intentar formular las preguntas que nos permitan
empezar a comprender qu est sucediendo aqu. (Santos Guerra, 1990)
118
M del Carmen Palou de Mat: Cap:La evaluacin de las
TP 5
prcticas docentes y la autoevaluacin. (1998) En La evaluacin
de los aprendizajes en el debate didctico contemporneo. Camilloni, A.,
Celman, S., Litwin, E. y Palou de Mat. Bs. As. PAIDS.
Repensar la evaluacin y brindar lneas de trabajo que contribuyan a mejorar su prctica. Analizar
la evaluacin desde una dimensin poltica, psicolgica, sociolgica as como tambin a partir de
la forma en la que ha penetrado en ella el cientificismo.
Tomar la tarea del docente en el aula como un proyecto, al cual la evaluacin le permite analizar
su propuesta didctica en vinculacin con otros proyectos que constituyan su contexto, resaltando
la implicancia de stos en su tarea.
La autoevaluacin de la enseanza ofrece genuinas posibilidades de revisar las prcticas y la
autoevaluacin del alumno como un modo de trabajo que posibilita la vinculacin de ste con el
aprendizaje.
El lugar de la Evaluacin
El fenmeno educativo como complejo, que obliga a dar cuanta de mltiples entrecruzamientos que lo
constituyen atendiendo al proceso histrico a partir del cual se construye una prctica o suceso
educativo. La evaluacin en el aula es constitutiva de las prcticas pedaggicas mediando el
encuentro entre el proceso de ensear y el de aprender.
Marco Sociohistrico
El concepto de evaluacin puede encontrarse en los grandes pedagogos distintas concepciones de l,
pero el que deviene de la Revolucin Industrial es el que aparece con ms fuerza. La evaluacin se
articula entre el sistema productivo y el sistema escolar, donde la demanda industrial se va
reconvirtiendo en trminos educativos en todo quehacer docente. La evaluacin desde su
instrumentacin didctica, los objetivos comportamentales tiene una funcin central, explicitados antes
de iniciar el proceso de enseanza y aprendizaje, sern el referente para confrontar los resultados de
este proceso, verificar los resultados obtenidos en funcin de resultados prefijados. Se relaciona con
el proceso de industrializacin de Estados Unidos, al desarrollo de los conceptos vinculados al
manejo cientfico del trabajo de Frederick Taylor.
No es casual que cuando el docente utiliza la palabra evaluacin lo haga con la mira puesta en los
resultados de aprendizajes previstos curricularmente, con la acreditacin ya que sta es un punto que
articula la escuela con los requerimientos sociales ligados al mundo d el trabajo.
La Evaluacin en el Aula
La evaluacin de los aprendizajes, sta se puede concebir como inherente a la dinmica interna del
ensear y del aprender ene le reconocimiento mutuo de ambos procesos y como acreditacin que
implica dar cuenta o rendir cuenta de los re4sulatdos de aprendizajes logrados en un tiempo y nivel de
escolaridad determinados. Responden a una demanda social que requiere de la escuela la
certificacin y legitimacin de conocimientos: es la convalidacin de un mnimo de aprendizajes
curricularmente previstos, es la certificacin de que se han logrado ciertos productos o resultados de
aprendizajes planteados en programas y planes de estudio.
La idea de evaluacin como una de las razones fundamentales que al justifica es la de concebir al
conocimiento como un proceso de construccin compartido entre el que ensea y el que aprende,
119
dnde el intercambio de significados se producen en el reconocimiento de la naturaleza del
aprendizaje de los alumnos y en la posibilidad de replantear las estrategias de enseanza., es una
evaluacin orientada a una situacin de interaccin.
120
La autoevaluacin
La autoevaluacin puede estar directamente ligada a los sistemas de control y / o cruzada por una
perspectiva de control. Si no se explicita este lugar la autoevaluacin funciona como si, ya que
resultara torpe pensar que un docente o un miembro de la comunidad educativa puede mostrar
aquellos aspectos de su accionar que no favorezcan su imagen. Se puede hablar de un
autoevaluacin interferida, cruzada por un sentido, o de autoridad como legitimadora o
deslegitimadota de saberes y acciones. La interferida permite ir construyendo acuerdos bsicos, a
partir de la explicacin de intereses y valores, que muchas veces se dan por supuestos.
En el proyecto pedaggico que el docente proponga como propio, donde l decida las acciones por
seguir, lo lleva a un intento de comprensin histrica, reconceptualizacin de su tarea, reconocimiento
de de entrecruzamiento epistemolgico, tico y poltico como parte constitutiva de su propia prctica;
es tomar distancia de la prctica para trabajar sobre ella, objetivar los compromisos con la lectura de
la propia prctica, as como tambin observar las propias posibilidades y limitaciones y desde all
poder ver lo que en la accin es imperceptible.
121
profesional tcito acumulado a lo largo de la experiencia como conocimiento acadmico
descontextualizado, incapaz de salvar el abismo entre la teora y la prctica.
El valor de tomar una nueva mirada ayuda a comprender a travs del otro, a clarificar nuestros
marcos ideolgicos que obturan nuestra mirada de la realidad y a encontrar nuevos modos de leerla.
No se puede valorar los procesos reflexivos en relacin con una prctica si no se tiene presente que
junto con la actitud reflexiva debiera estar presente una actitud de bsqueda de modos alternativos de
actuar, bsqueda que articule la interrogacin con las respuestas provisionales, con la precaucin de
no sobrevalorara lo nuevo en detrimento de lo clsicamente valioso.
122
conocimiento, de pensar y reflexionar sobre cmo reaccionamos o hemos reaccionado frente a una
tarea o problema. La toma de conciencia de su modo de aprender y de la complejidad del mismo son
fundamentales para poder controlar su aprendizaje y, desde all planificar y organizar sus propias
actividades de aprendizaje, dnde se articulen armnicamente la reflexin, la interpelacin y la
imaginacin
Acciones del docente que pueden favorecer los procesos de autoevaluacin del alumno.
Ayudar al alumno a generar una actitud de disconformidad cuando no comprende una explicacin
o un texto no le resulta claro, ayuda a sealar la importancia de las nuevas relaciones que proporciona
un conocimiento trabajado y asumir una actitud de bsqueda de los factores que interfieren su
comprensin. Esta actitud de batallar con el conocimiento requiere que el docente demande a sus
alumnos una fundamentacin permanente de sus afirmaciones. Esto coloca ala estudiante como
sujeto que interpela permanentemente al texto.
Una etapa de intercambio entre compaeros y con los mismos docentes, de procesos internos de
autoevaluacin, es de gran valor. Una actitud de cooperacin, no de competencia, puede aportar
categoras e indicadores que ayuden al alumno a repensar su aprendizaje, a partir de los modos de
aprender de los dems. Permite a los alumnos la apropiacin de aqullos que pueden estar de
acuerdo con sus caractersticas personales.
Una buena estrategia son los espacios grupales dond los alumnos pueden verbalizar las estrategias
puestas en juego ante un problema o para efectivizar una actividad. Resulta vital que el mismo
docente explique las acciones que puso en juego.
No se puede desconocer que los modelos docentes han dado respuestas a requerimientos de la
prctica que hoy no son suficientes; es por eso que una revisin nos obliga a mejorar la capacidad de
escucha tanto en el reconocimiento de nuestras prcticas como en el comprender al otro desde
sus marcos interpretativos, para desde all generar cambios.
Tomara la autoevaluacin como eje de anlisis y su articulacin con el proyecto pedaggico- didctico
marca un posicionamiento que concibe tanto al docente cono al alumno como protagonistas de sus
propias decisiones. Acrecentar la autonoma, ofrecer elementos concretos que permitan una mirada
totalizadora de la realidad, posiciona la docente frente a los proyectos macro que contextualizan el
quehacer de la escuela.
123
Edith Litwin: Cap. 8. El oficio del docente y la evaluacin.
(2008) En El Oficio de Ensear. Bs. As. Paids. TP 5
Si por evaluacin entendemos el juzgar-dar cuenta del valor de algo-podemos reconocer que
juzgamos nuestro entorno, nuestras necesidades y nuestros deseos. Nos hacemos expertos en juzgar
de manera holstica e integrada.
Nos damos cuenta de lo complejo que es juzgar cuando reconocemos que es preciso tener en cuenta
mltiples variables.
El considerar una nica perspectiva de anlisis, nos remite al control y no a la evaluacin. El anlisis
de la eficiencia de una propuesta, nos hara reconocer el grado en que esa propuesta se desarrolla
en relacin con el tiempo empeado, el esfuerzo y el costo.
La evaluacin se concibe como multirreferencial, opuesta al control, concebido como
monorreferencial. Sin embargo tendemos a juzgar el valor de las acciones, las prcticas o las
instituciones desde una sola dimensin de anlisis que prevalece.
Una clave de correccin, por ms explcita que sea, cuando es aplicada por personas diferentes
brinda resultados diferentes. Creemos ser expertos ms por la frecuencia con que evaluamos o por
reconocer las caractersticas de lo que evaluamos que por usar tcnicas y estrategias adecuadas.
A la hora de evaluar los aprendizajes, el problema se centra en encontrar estrategias de valor que
permitan distinguir los aprendizajes construidos de los simplemente almacenados. El almacenamiento
de la informacin refiere a la memoria pero no necesariamente a la comprensin. Para pensar se
utilizan hechos y conceptos que se recuperan a partir de la informacin almacenada. Estos datos son
necesarios para desarrollar actividades comprensivas, para comparar situaciones, para sintetizar,
realizar anlisis productivos, producir abstracciones. Son puentes necesarios para pensar. La
evaluacin debe distinguir estos puentes de los proceso comprensivos. Esto permite juzgar los
resultados de enseanza y tambin valorar la tarea emprendida.
Los docentes solemos exigir lealtad en las evaluaciones. Ese pedido de lealtad, implcito en la
prctica, nos hace pensar que el alumno que no contempla nuestro punto de vista utiliz un material
escrito para otra ocasin.
En un marco tico y poltico, las consecuencias morales del acto de evaluar se convierten en la mayor
de las precauciones. Seguramente recordemos el impacto de alguna buena o mala evaluacin que
nos marc. Esas marcas indelebles nos remiten a las consecuencias de evaluar. Y as como
entendemos que es riesgoso contemplar una solo dimensin de anlisis, paradjicamente, tendremos
que reconocer que una sola dimensin-la moral- puede llegar a expresar todo los riesgos de la tarea
de evaluar.
El halo que rodea muchas conductas de los estudiantes suele influir en las calificaciones que se
otorgan. La nota que se agrega o se suprime aumenta o baja la calificacin y esto se debe a la
apreciacin que construimos del alumno con anterioridad.
Saquen una hoja puede significar un castigo, en tanto implica la evaluacin como un acto sorpresivo.
En otras situaciones, la sorpresa se fundamenta en la creencia de que al obligar a los alumnos a
estudiar, stos se educan en el estudio permanente. Ambas circunstancias proponen una prctica de
la evaluacin riesgosa, en tanto confunde el castigo con la evaluacin o la utilizacin de la evaluacin
para generar hbitos de estudio.
Los riesgos en las prcticas tambin se generan cuando se estructura la enseanza a partir de la
evaluacin. Los docentes seleccionan los contenidos orientados por la evaluacin y lo demuestran
cuando reiteran que el tema es importante y ser evaluado. El aprender un contenido interesante se
transform en saber si ese contenido ser considerado para aprobar la asignatura.
Son fuente de error a la hora de juzgar cunto y qu sabe un alumno propuestas originales y bien
intencionadas, La bsqueda de originalidad o innovacin, hace que se solicite a los alumnos que
resuelvan lo irresoluble. Se les exige que realicen esfuerzos cognitivos ilegtimos que no pueden
brindar datos relevantes acerca de la comprensin para la mayora de ellos.
124
El tiempo con el que se programa la actividad tambin puede ser fuente de error, en tanto la presin
de resolver un trabajo en un plazo determinado incide en su calidad. El alumno que cree que entiende
y as lo manifiesta o el que aparenta entender y no entiende son fuentes de error para el docente. Se
le pregunta a un alumno si comprende y sabe y, cuando lo afirma, se inicia un interrogatorio
humillante, aun cuando la sospecha acerca de la comprensin genuina sea legtima.
A la hora de evaluar los instrumentos, solemos acudir a su validez y confiabilidad como caractersticas
esenciales: cada instrumento debe medir lo que pretende y obtener resultados similares en diferentes
circunstancias. En el terreno de las consecuencias quizs unos de los temas ms importantes para las
prcticas es superar la idea de que todo puede ser evaluado, en tanto es objetivable y numrico. La
apariencia de objetividad del nmero contrasta con la fiabilidad que se puede obtener al mostrar
desde la descripcin una apreciacin de un hecho, conducta o una misma apreciacin.
125
provoca consuelo. En tanto recupera la tranquilidad, es proveedora de seguridad y protege a los
estudiantes; por tanto se imbrica en la buena enseanza.
No hay una sola manera de evaluar correcta. Es la expresin de las prcticas cotidianas del trabajo
en aula.
Si de calificacin se trata, la bsqueda de las prcticas docentes consiste en posibilitar el diez
posible a cada uno. El valor de cada uno de los trabajos debe ser apreciado por los docentes y
comunicado a los estudiantes. Los lmites, las posibilidades, las resoluciones originales, se
constituyen en nuevas instancias de aprendizajes pero no es conveniente confundirlas con la
acreditacin de los conocimientos bsicos de cada ciclo o nivel.
En una prctica moral nos permitimos educar y confiar en que el aprendizaje se produce sin que se
vincule con la evaluacin. Podremos reconocer enseanzas en las que no vale la pena provocar
evaluaciones para medir las apreciaciones o el grado de apropiacin de ideas y conceptos por parte
de los estudiantes. En otras ocasiones el reconocimiento del inters que despert el tratamiento del
tema salta a la vista en las prcticas y no requiere ser confirmado a travs de la evaluacin. Es
sustantivo que las evaluaciones como parte de las propuestas de enseanza y en el marco de las
prcticas morales no se trasformen en una mera exhibicin, que prevalezca el brillo por sobre el
contenido y que no se trivialice el trabajo del curso. Estar cmodo en un momento de alta tensin,
como suelen ser los espacios de evaluaciones, es todo un desafo. La comodidad se da en un clima
de confianza, no se pone a prueba la salud del estudiante, el tiempo que utiliz para aprender, respeto
a sus intereses y posibilidades.
La confeccin de los instrumentos o los dispositivos de evaluacin juega un lugar central. En un
segundo momento, es necesario analizar su validez y confiabilidad. La tarea se completa al construir
los criterios con los que se va a evaluar y comunicarlos a los estudiantes para que comprendan su
valor. El anlisis de la pertinencia de los criterios tambin nos permite un mejor y ms respetuoso
dilogo con los estudiantes. Al someterla al juicio de los alumnos logramos tambin dar cuenta de
nuestro compromiso por generar evaluaciones que transparenten las aspiraciones o expectativas del
trabajo docente.
Docentes y alumnos en los diferentes niveles del sistema difieren en los criterios con los que
entienden se debieran juzgar las evaluaciones. De ah el valor de compartirlos, explicitarlos y
entenderlos en todo su significacin, transformando este acto comunicativo en un verdadero acto de
aprendizaje. Disear y llevar a cabo buenas evaluaciones implica tambin tender un puente entre lo
que esperan los estudiantes y lo que pretenden los profesores de las evaluaciones.
Desde la tendencias en las evaluaciones podemos reconocer modelos cuantitativos- que ponen en
el acento en la satisfaccin de los objetivos planteados y, por el cumplimiento del curriculum o en el
cambio de las adquisiciones de los alumnos al diferenciar lo que saba con lo que se sabe una vez
acontecido el aprendizaje y modelos cualitativos, que adoptan miradas reflexivas, comprensivas e
interpretativas respecto de los cambios que se suceden en los aprendizajes y en el impacto de la
subjetividad de los evaluadores, sus expectativas y representaciones en esos actos o
reconocimientos.
En los niveles superiores, frente a la existencia de grupos numerosos, ms de una vez se sostiene
que resulta imposible la valoracin cualitativa del trabajo del estudiante. Ahora bien, es probable que
se est avaluando slo un aspecto del rendimiento: aqul que se limita a una rpida estimacin de
una conducta observable.
Los promedios de calificaciones tambin encierran falsos dilemas para os docentes. Las calificaciones
parciales deberan entenderse estrictamente como tales sin formar parte de la apreciacin final. La
nota final es fruto de apreciaciones compartidas, integra los procesos del trabajo empeados y
difcilmente se expresa en un promedio que d cuenta del progreso del estudiante en su avance en el
conocimiento.
LOS PORTAFOLIOS.
Una propuesta diferente puede ser la produccin de un portafolio. Los portafolios constituyen una
manera de presentar los trabajos de los estudiantes con el objeto de favorecer la evaluacin. Se trata
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de un registro de los aprendizajes en tanto rene materiales que se elaboran en el proceso del
aprender. Todos los portafolios no son iguales: algunos docentes los utilizan slo para el registro
evaluativo y otros los utilizan como parte de la estrategia de enseanza, aun cuando finalmente
tambin puedan utilizarlos para la evaluacin. Los estudiantes seleccionan sus mejores trabajos, que
son el resultado de proyectos y no de las actividades diarias que se realizan. Cada trabajo conforma
un folio; cada folio ha si confeccionado, revisado, actualizado, corregido, recoge sugerencias para el
mejoramiento por parte de los docentes y da cuenta del progreso que puede realizar el estudiante.
Hay folios que pueden ser el fruto de una produccin colectiva.
Los portafolios pueden ser construidos en torno a problemas, grandes ideas, temas en controversias,
biografas, propuestas de accin, etc.
Los portafolios contienen ms de un producto. Se confeccion durante un cierto tiempo. Demand la
crtica del docente y finaliz mediante un acuerdo entre el docente y el estudiante acerca del estado
final de la produccin que permite que pase a integrar uno de los folios.
Sin embargo, aun cuando reconocemos el valor de trabajar con portafolios, difcilmente encontremos
una propuesta para la evaluacin que nos asegure que su implementacin es siempre provechosa y
productiva. Las buenas prcticas posibilitan evaluaciones en circunstancias no previstas donde una
respuesta oportuna del estudiante o una buena pregunta que da cuenta de su proceso del pensar
permite reconocer mejor los conocimientos adquiridos o el nivel de reflexin que posee. No slo se
evalan productos sino que se analizan o se reconocen procesos y se adoptan tanto los
procedimientos formalizados como los que no lo son para obtener slo indicios sino tambin
apreciaciones valiosas en torno al conocimiento adquirido.
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Una estrategia habitual que favorece la calificacin es la prueba escrita. La validez que otorgan el
registro y la documentacin de las respuestas de los estudiantes, en tanto nos queda el
reconocimiento de los conocimientos adquiriros en un momento dado, ha promovido su utilizacin en
todos los niveles del sistema educativo.
Entendemos que los exmenes son tambin situaciones de aprendizaje: Las evaluaciones escritas
que aun cuando son vlidas para la documentacin, no deberan imponer condiciones que la
transformen en una situacin de presin en la que no se contemplan necesidades, dificultades,
ayudas, ritmos diferentes, etc.
La tica de los acuerdos.
Docentes y alumnos construyen a los largo del ao escolar acuerdos referidos al estudio, al
cumplimiento de la tarea, al valor de la participacin en clase. Diferentes docentes con el mismo grupo
de estudiantes construyen diferentes acuerdos que pueden ser contradictorios. As, los alumnos dejan
de reconocer el valor moral que stos conllevan para otorgarles una significacin especulativa. Pero
adems, los acuerdos pueden ser rotos por los docentes por diferentes razones.
Las situaciones de evaluacin deberan ser el mejor lugar para seguir dando cuenta de que cualquier
situacin de enseanza implica el respeto por el otro, por sus condiciones de aprendizaje, por sus
capacidades y tambin por sus limitaciones.
El propsito de la evaluacin.
Evaluar un proyecto implica, conocerlo, comprenderlo y juzgarlo. Recoger las opiniones podra
satisfacer el conocimiento de las apreciaciones de los diferentes actores o participantes pero no
alcanza para comprender y juzgar el valor de una propuesta.
Dos orientaciones de la evaluacin:
-evaluar para apreciar de manera holstica e integral un proyecto o
-evaluar para analizar y distinguir de manera pormenorizada cada uno de sus aspectos o
dimensiones.
Ambas propuestas podran integrarse pero remiten a dos maneras diferentes de evaluar. En la
primera se busca sealar si vale la pena volver a implementar el proyecto o continuarlo, dirigindose
a una apreciacin general. En la segunda, pueden distinguirse los aspectos que deberan mejorarse,
las potencialidades, los resultados parciales. Esta ltima se inclina a mejorar el proyecto, mientras que
la primera se centra en los resultados globales.
Quines evalan?
Todos aquellos a quienes les interesa mejorarlo en las acciones. Una buena manera de proporcionar
datos e informes crebles, confiables y valiosos se favorece cuando todos los que participaron en el
proyecto se comprometen con l para encontrar sus aspectos ms relevantes, controvertidos, los que
necesitan mejorarse o suprimirse.
En muchos proyectos se busca la participacin de alguien externo al mismo o de algn especialista en
el contenido tratado o en el medio utilizado para que provea un anlisis experto. La mirada del
director, del supervisor, de algn profesor especial tambin puede ser involucrada y ofrecer planteos
interesantes para su mejora
Qu podemos evaluar?
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En primer lugar, deberamos reconocer qu es lo que nos interesa evaluar del proyecto. Es probable
que no podamos evaluar todo Es primordial reconocer los aspectos que nos parecen relevantes o
significativos. Una vez reconocidos, deberamos saber si esas conductas, acciones o conocimientos
existan antes de implementar el proyecto o son fruto de esa implementacin, diferenciando las
conductas previas de las posteriores.
Una propuesta diferente consiste en evaluar si se cumplieron los objetivos que el proyecto haba
planteado. Es central disear la evaluacin. Se trata de un proceso laborioso que permite sistematizar
las acciones. Conocer los objetivos que se plantearon permite disear las acciones para obtener datos
que informen acerca de su cumplimiento.
Una tercera propuesta se dirige a evaluar lo no visible, teniendo en cuenta que la implementacin de
un proyecto siempre tiene un lado no transparente o desconocido como resultado. Podr evaluarse el
clima que gener el proyecto, las redes que se conformaron, las relaciones que se entablaron con la
comunidad, el sentido de la institucin como centro cultural y cientfico o el enmarque en una
institucin ejemplar, tal como se supone que es la escuela.
Las instituciones ejercen sus efectos en virtud del ambiente que crean, as como la personalidad y del
intelecto de quienes trabajan en ellas. Las escuelas tienen como propsito crear una cultura,
permitiendo adquirir un estilo de vida para una sociedad democrtica. Evaluar los proyectos en ese
marco implica reconocer y diferenciar la caracterstica esencial de la institucin educativa.
Cmo podemos evaluar?
Mediante la administracin de cuestionarios, encuestas o entrevistas, recogiendo opiniones o
analizando productos. El anlisis de las prcticas de evaluacin no puede reducirse a la bsqueda del
instrumento ms certero. Ms de una vez se obtiene elementos de anlisis en situaciones totalmente
informales. Sin embargo, deberamos procurar que las evaluaciones y sus instrumentos sean valido y
confiables. Escribir o documentar la informacin que se obtuvo nos permite revisar, estudiar y
finalmente identificar el valor de nuestros proyectos de trabajo.
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cada una de las acciones que implementa dejar una huella imborrable en el recuerdo de sus
alumnos y transformar para siempre su mirada y sus maneras de pensar y actuar.
La evaluacin en las instituciones debe iluminar aquellos aspectos que definen su lgica de
funcionamiento, aunque estn ocultos o sean soslayados por sus actores. Este reconocimiento
permitir lograr una mejora tanto de las prcticas como de las relaciones entre sus miembros: es algo
que les da sentido de pertenencia, una marca que los define.
EVALUAR LA ENSEANZA.
Las mayor parte de las veces que evaluamos lo hacemos centrando nuestra mirada en los
aprendizajes de los estudiantes. Solemos evaluar resultados dejando de lado los procesos, las
implicancias de las propuestas de enseanza, los contextos en los que stas se desarrollan, el
currculo en el que se inscriben, la historia de los grupos y de las instituciones en las que se llevan
acabo.
Distinguimos tres niveles de anlisis para la evaluacin de la enseanza. Reconocer el impacto que
tiene en la calidad de los aprendizajes alcanzados por los estudiantes consiste en un primer nivel.
Estudiarla, contemplarla de manera descriptiva, analtica y crtica constituye un segundo paso para
reconocer su valor. El estudio finaliza al alcanzar este segundo nivel: nos detenemos en considerar el
valor y la adecuacin de las explicaciones, de las tareas llevadas a cabo y de las actividades
propuestas. Tercer nivel, en el que se reconozca la distancia entre lo que pensaba el docente antes
de iniciar la clase y lo que sucedi, el tiempo que requiri su preparacin, los resultados, los cambios
que se produjeron por la participacin de los alumnos o por los recuerdos que se estimularon. Se trata
de una tarea cognitiva, que puede hacerse junto con otro docente que se ofrezca como interlocutor o
solitariamente. Se trata de incorporar este espacio a los tiempos de la enseanza.
El para qu de la evaluacin.
Los procesos formativos requieren tiempos de prctica, de anlisis, de reflexin. La adquisicin del
oficio docente requiere conocimientos prcticos y tericos, el reconocimiento de los errores y de los
aciertos que se despliegan como consecuencia de esas prcticas para reflexionar en torno a ellos. El
poder compartirlo con otro docente, permitir un mejor trabajo reflexivo. Argumentar, desarrollar
opiniones o hiptesis y confrontarlas con otros favorecen el desarrollo del pensamiento complejo y la
capacidad analtica en relacin con el oficio de ensear. Se trata de una concepcin del ensear y del
aprendizaje que tiene expresin en esta posibilidad de analizar la prctica, que es una herramienta
para la formacin profesional.
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* Manejo del grupo dentro del saln de clase
* Fomento de la discusin y de la diversidad de opiniones
* Fomento del pensamiento independiente y del reto intelectual
* Preocupacin y respeto por los estudiantes
* Disponibilidad y ayuda
Uno de los problemas derivados de estos instrumentos es la organizacin y adecuacin a las
prcticas. El otro remite a lo que el cuestionario calla o lo que no contiene, que quedara por fuera de
la prctica. Su carcter prescriptivo es su mayor debilidad. No permitira identificar en qu medida
estas dimensiones son afectadas por el contexto, las condiciones, las circunstancias emocionales.
Tampoco se incluyen las dificultades y las caractersticas que las prcticas despliegan, dada la
diversidad de contenidos. Se evalan las actuaciones de las personas pero no se contemplan sus
repercusiones en la persona: los temores o el impacto en la autoestima, entre otros.
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comprensin de los fenmenos, hechos o acciones descritos, tambin contribuye a la mejora del
proceso educativo.
El crtico como experto posibilita que cada una de las dimensiones (descriptiva, comparativa y
evaluativa) tenga posibilidades de ser objeto de comparacin. La bsqueda comparativa, el anlisis
de las recurrencias, las miradas significativas que relacionen estas producciones con otras de la
ciencia, las humanidades y el arte permiten brindar nuevos sentidos al trabajo y dan continuidad a la
tarea de ensear y aprender. Estas prcticas intentan dotar de humanidad a la evaluacin, ser ms
comprensivas y favorecer los mejores desarrollos.
La instalacin de una agenda para la evaluacin, que tenga en cuenta sus parmetros y dimensiones,
los paradigmas de los que se nutre, debe ser esencialmente educativa. Debe dejar huellas morales de
su accionar y ser un acicate para renovar las acciones en ese continuo constituido por el
conocimiento, el hacer y el pensar.
El enfoque de la crtica artstica puede ayudar a conceptualizar de manera diferente el campo de la
evaluacin. La primera y ultima pregunta que propone es reconocer si vale la pena evaluar
determinado objeto, si esa evaluacin va a tener consecuencias positivas en los contextos y los
sujetos de las prcticas y si vamos a aprender de estas prcticas.
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