Trabajo Final de La Obra Maleducada de Antonio Ortiz PDF
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ANTONIO ORTIZ
1. Ttulo
2. Presentacin del producto cultural (en este aparte se consignan los
datos bibliogrficos que encabezan el texto: nombre y apellido del autor, ttulo
de la obra, la ciudad donde se edit, nombre de la editorial, fecha de edicin y
nmero de pginas).
3. Resumen expositivo del texto reseado (aqu se presentan, en forma
selectiva y condensada, los contenidos fundamentales del producto cultural).
4. Comentario crtico - argumentado del producto cultural.
5. Conclusiones.
LA RESEA CRTICA
Es un texto expositivo - argumentativo que implica, en primer lugar, haber comprendido
muy bien el producto cultural (obra literaria, cuento, pelcula, pintura, ensayo, etc.) reseado
como para poder resumir lo esencial de su contenido, pero adems, es necesario que quien
realiza la resea (el escritor) est en condiciones de emitir opiniones y juicios de valor
fundamentados acerca del texto ledo. En la resea crtica se hace un recuento del
contenido de una obra, de sus ideas esenciales y aspectos interesantes, al tiempo que se
hace una valoracin crtica del mismo. El autor de la resea debe aclarar que la valoracin
de la obra corresponde a su posicin, dejando al lector en libertad de que se forme su
propia opinin. Cumplidas las dos condiciones anteriores, se requiere poner en
funcionamiento todos los conocimientos que tenemos en el campo de planeacin,
textualizacin y revisin de textos, para poner por escrito nuestras ideas de acuerdo con la
estructura de este gnero. Las reseas son muy importantes porque, a travs de ellas, no
slo nos enteramos del tema de una obra sino de la forma como sta es recibida por la
crtica. Es de vital importancia la revisin del texto en funcin de garantizar y facilitar su
seguimiento y comprensin por parte del lector.
Adaptacin textos de Mabel Giammatteo www.fu-berlin.de.y Maribel Pumarejo. Depto.
Gramtica. USA
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Recomendaciones para elaboracin de una resea
Haz una revisin previa de la estructura de la obra: ttulo, subttulo y el ndice para que te
orientes sobre sus aspectos importantes, el propsito, la finalidad de la obra y otros
aspectos complementarios. Lee con atencin y tomando notas crticas sobre el contenido
del texto.
Revisa las sntesis parciales que hayas elaborado y ordnalas en una plan-esquema, ya
que la resea debe seleccionar lo significativo de la obra leda.
Resalta la importancia de la obra reseada con una opinin justa e imparcial.
Tambin puedes acoger las observaciones que hace Luis Afanador a quienes pretender dar
su concepto CRTICO sobre un libro:
EJEMPLO:
TRIBULACIONES DE UN COMENTARISTA DE LIBROS Por LUIS FERNANDO
AFANADOR
El siguiente texto fue ledo por el encargado de las reseas en la revista Semana durante la
pasada Feria del Libro de Bogot.
Se nos pide, en aras de la concrecin, que nos limitemos a dos puntos: criterios de
seleccin y formas de abordar la escritura de una resea. Voy entonces al asunto sin
dilaciones para que en este breve espacio, y as sea un poco de contrabando, tenga tiempo
de referirme a algo que me parece capital: qu es un reseador, cul es su estatuto.
Porque finalmente todo se relaciona.
Bien, cmo escoger un libro? En primer lugar, como lo hara cualquier lector, como alguna
vez me dijo Alberto Manguel que operan los lectores: por azar. La clave para encontrar un
gran libro desconocido es igual al encuentro con otros seres humanos: un perfume, una
cara, un gesto. El hecho de que nos pisen en el tranva y de ah resulte una relacin. Todo
comienzo es vlido.
En trminos prcticos eso quiere decir que debemos ir ms all de los libros que nos envan
las editoriales que, por supuesto, manejan sus propios intereses. Hay que ir a las libreras y
buscar en los anaqueles escondidos: la vitrina de las novedades se mueve a un ritmo
demasiado rpido e injusto. (Aqu quiero hacer un parntesis: cuando empezaba en este
oficio era muy cuidadoso de slo resear libros que tuvieran mximo un mes de haber
salido al mercado pero luego comprob que nadie es muy estricto al respecto y el criterio es
bastante amplio: he llegado a leer reseas de libros con ms de un ao de aparicin, lo
cual, por lo dems, me parece muy bien: los buenos libros no envejecen y nunca es tarde
para dar noticia de ellos).
Y no slo hay que ir a las libreras. Tambin hay que estar pendientes de cada uno de los
muchos libros que nos envan sin sello editorial, mejor conocidos como ediciones CIicz moi.
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Aunque no lo crean esos autores annimos, hemos mirado sus libros con cuidado y les
hemos dedicado varios instantes de nuestro tiempo. Y no digo valioso porque nunca lo he
considerado tiempo perdido. Algn da, estoy seguro, ah encontraremos una obra maestra
o, al menos, digna de figurar en la antologa de libros rechazados por las editoriales que
alguna vez plane Michel Foucault y que est por hacerse.
En fin, hay que hojear bastante: en materia de libros tambin es muy cierto aquello de que
hay que besar muchos sapos antes de encontrar a la princesa encantada. Voy a decirlo de
una vez: pertenezco al bando de la crtica celebratoria. Slo vale la pena hablar leer
aquellos libros que nos han conmovido, que no han sido escritos para el olvido sino para
perdurar. Los que, de alguna manera, son sobresalientes, los que nos hacen mejores, los
que provocan el comentario: Las grandes obras de arte nos atraviesan como grandes
rfagas que abren las puertas de la percepcin y arremeten contra la arquitectura de
nuestras creencias con sus poderes transformadores. Tratamos de registrar sus embates y
de adaptar la casa sacudida al nuevo orden. Cierto primario instinto de comunin nos
impele a transmitir a otros la calidad y la fuerza de nuestra experiencia y desearamos
convencerlos de que se abrieran a ella. Por eso la crtica, segn dice George Steiner a
quien pertenece la cita anterior, debe surgir de una deuda de amor.
Hablar de un libro malo es intil. El libro malo ser olvidado. Adems que, como bien lo dijo
Auden, resulta un acto de vanidad. Encontrar sus defectos es alardear, presumir de nuestra
inteligencia. Entre una novela mediocre de un miembro de un falso boom inventado por
periodistas y, digamos, la crnica monumental de los ltimos 500 aos de la cultura de
occidente escrita por un importante historiador, cul preferir? Sin duda la segunda, por las
razones expuestas. As lo he hecho casi siempre, pero, es lo correcto? En esta poca
donde la crtica ha sido reemplazada por la dictadura y la tontera de las encuestas (que en
Colombia, por cierto, son bastante dudosas y los medios que las publican nos deben una
explicacin acerca de su metodologa) y con premios sospechosos y una buena estrategia
publicitaria se crean falsos prestigios literarios, no es nuestra obligacin derribar esos
dolos con pies de barro?
La mayora de las veces pienso que no, por lo que dije: es estril hablar de un mal libro. El
comentario agradecido de un lector a quien le dimos la buena noticia del libro valioso nos
confirma que eso era lo correcto. Sin embargo, a veces, al ver que uno de esos dolos con
pies de barro ha crecido a un tamao que no hay derecho, y nadie dice nada, nadie
protesta, sentimos que hay que hacerlo, pase lo que pase. Y lo hacemos. Son las contadas
excepciones en que hemos atacado un libro. A pesar de las felicitaciones recibidas
increblemente parecemos tener ms lectores y haber subido en el rating quedan las
dudas, las ambigedades. No por arrepentimiento, sino por la sensacin desagradable de
estar, ah s, perdiendo nuestro tiempo, nuestra vida.
Estuvo bien? Obramos correctamente? Cuando veo que los libros que valen la pena
exceden el breve espacio de nuestras reseas, que se est reduciendo dramticamente,
pienso que s. Cuando veo el triunfo impune del relativismo y del mercado todo es vlido
mientras venda pienso que debemos criticar y que nuestra nica funcin es llevar la
discusin hacia lo que es o no verdaderamente importante. Esta es una de las inquietudes
que me gustara discutir hoy en la mesa.
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Segundo punto. Cmo escribir una resea? Como si fuera el mejor ensayo breve, con la
contundencia de los cuentos memorables, con claridad y lucidez. Claro, es casi imposible,
pero debemos intentarlo.
Para matizar la anterior respuesta es necesario entrar en el tercer punto, qu es un
reseador. Creo que es un hbrido. Es una rara especie que es mitad crtico y mitad
divulgador; es un lector bien informado: el espectro es amplio. Por eso pienso que cada
reseador finalmente, con su trabajo, define lo que quiere ser. Puede llegar a ser un crtico
serio y riguroso pero tambin puede convertirse en un vulgar copiador de solapas: est en
sus manos. No sobra decir que esto ltimo es lo que algunas editoriales quieren que
seamos: vulgares copistas de solapas que les exhibimos sus libros.
Si el reseador se define como crtico tendr algunos problemas al escribir su resea. Si
slo profundiza en el texto puede volverse demasiado abstracto: no puede olvidar que le
est hablando a alguien que todava no ha ledo el libro y que muchas veces slo quiere
saber de qu se trata. Debe, entonces, dar esa informacin sin exagerar, para no daar
la lectura sin olvidar su juicio crtico. Y debe escribir con pasin porque la pasin
contagia. Me refiero a esa pasin inteligente, ese tono personal que tienen los grandes
ensayistas desde Montaigne hasta George Steiner. Hay que evitar a toda costa ese
lenguaje neutral y eunuco, salpicado de neologismos, que se practica en las universidades
con la falsa excusa de la objetividad.
Alguna vez alguien me dijo que despus de leer una resea ma le dieron ganas de ir a
comprar el libro, ah mismo, aunque fuera domingo. Es lo mejor que me han dicho de mi
trabajo, es lo mximo a que aspiro. Recomendar un buen libro, compartir esa alegra. Dar a
conocer princesas encantadas y comerme en silencio unos cuantos sapos. Y sentir una
culpa infinita por todos esos grandes libros, esos perfumes, esos bellos gestos, que
pasaron por nuestro lado y no supimos ver.