Sermón de Fin de Año
Sermón de Fin de Año
Sermón de Fin de Año
RECORDA Y NO OLVIDAR
INTRODUCCIN:
Si fuera verdadera la creencia popular de que las pasas sirven para mejorar la
memoria, despus de leer este captulo del libro de Deuteronomio, uno debera
disponerse a comer muchas pasas, pues el nfasis de las exhortaciones es a recordar
y a no olvidar.
Los Israelitas haban peregrinado cuarenta aos por el desierto y estaban a punto de
cruzar el ro Jordn para iniciar la conquista de La Tierra Prometida. Se trataba
del pas de los cananeos, habitado por un pueblo notoriamente depravado idlatra e
inmoral, un pas lleno de tentaciones, para una nacin carnal, como era Israel.
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Deuteronomio 8:1 Cuidareis de poner por obra todo mandamiento para que
vivis y seis multiplicados
1. La obediencia a los aspectos morales de la ley sera el secreto para gozar de una
vida abundante para los Israelitas. (Deuteronomio 30:16-20; Glatas 3:12).
2. Por otra parte el secreto de la larga persistencia de los judos como nacin
distinta de las otras, en medio de las cuales han vivido dispersos a lo largo de los
siglos, es tambin la ley, particularmente en sus aspectos ceremoniales, tales como
las dietas alimenticias, el descanso, la circuncisin y los ritos de purificacin.
3. Todos estos aspectos ceremoniales de la ley, que eran como un cerco que los
separaba y haca distintos de todas las otras naciones, ya tuvieron su cumplimiento
en Cristo. El cristiano no debe esforzarse en ser distinto de la dems gente en
asuntos formales, sino en un aspecto mucho ms profundo.
5. Este deber, por cierto que no es nada fcil. De Dios se dice que es AMOR, pero
nosotros somos carnales, pecadores y nuestra naturaleza est inclinada al egosmo,
la ira, la envidia etc. (Glatas 5:19-21) Slo el Espritu de Dios puede producir en
nosotros este fruto (Glatas 5:22-23).
2. Para nosotros la vida es como el camino de los israelitas a travs del desierto.
As como fue Dios quien los condujo a ellos esos cuarenta aos, el Seor y no es el
azar, ni la casualidad, nos ha conducido a nosotros y nos trado hasta este da.
Es el Seor, nuestro Padre amante y sabio, el que con su mano providencial nos ha
guiado y permitido las experiencias buenas o malas que usted y yo hemos recibido
el ao que pas y a lo largo de la vida. l hace siempre lo mejor para sus hijos,
aunque nosotros no lo entendamos as. Por eso se exhorta al cristiano a dar gracias
en todo, y un espritu de gratitud y alegra debe embargar nuestro corazn (1
Tesalonicenses 5:18; Lamentaciones 3:22-30).
3. Debemos recordar las experiencias del pasado, sean buenas o malas, para
aprender lecciones para el presente o para cultivar un corazn agradecido de Dios
por los bienes recibidos.
4. Debemos recordar que no solo de pan vivir el hombre. La tentacin ms
frecuente de Satans consiste en hacernos olvidar que como seres humanos
tenemos una dimensin espiritual, que no se satisface con cosas terrenales ni
humanas, sino nicamente con la comunin con Dios.
5. Debemos recordar que, lo que para los israelitas fueron esos cuarenta aos por el
desierto, es para nosotros la vida, en la cual vamos de paso (Salmo 90:10-12).
Usando otra figura expres esta misma idea un poeta medieval cuando dijo:
Nuestra vida son los ros que van a dar a la mar, que es el morir.
Hagamos todo el bien que posamos, porque maana quiz nosotros hayamos
partido y no tengamos oportunidad de hacerlo. Sobre todo, quienes ya tenemos
varios aos, deberamos ser ms sabios en nuestra manera de vivir y de aprovechar
cada oportunidad que la Providencia nos depara, para colocar en el centro de
nuestra preocupacin a nuestros semejantes que ms lo necesitan, para hacerles el
bien, pues maana quiz no los volvamos a encontrar (Salmo 90:12).
6. Recordemos que el Seor puede darnos la fuerza. A los Israelitas los aliment les
dio salud (ni el pie se te ha hinchado; Deuteronomio 8:4). Confiemos que el Seor
puede darnos salud el ao entrante, y cultivemos una mente positiva, porque hay
muchas enfermedades psicosomticas, que si bien es cierto son reales y fsicas,
comienzan siendo temores y ansiedades. Dios era visto por Israel como el Sanador
y sabemos que Dios no cambia (xodo 15:26).
1. Como el padre corrige a su hijo, as acta Dios con sus hijos (Hebreos 12:5-11).
No hay que desobedecer al Seor. Si el mandato de amar a Dios y amar al prjimo
son los ms grandes mandamientos, quebrantarlos actuando sin amor, constituye
uno de los pecados ms grandes, y por lo tanto mucho ms condenables. No hay
que exponerse al castigo del Seor.
2. Frecuentemente llevados por un pretendido celo religioso y por una micro tica,
herimos a nuestros hermanos cuando nos constituimos en jueces de sus
conciencias. La Inquisicin y la quema de brujas fueron crmenes contra el amor al
prjimo perpetrados en nombre del evangelio. Roguemos al Seor que este ao
venidero nos ayude a guardar las debidas proporciones y no tiremos, junto con el
agua, a la criatura que deseamos limpiar, ni quememos el granero por nuestro celo
por exterminar los ratones.
3. Hay que andar dcilmente en los caminos del Seor. En el ao nuevo, temamos
al Seor con gran reverencia, pues l es fuego consumidor y horrenda cosa es caer
en las manos de un Dios vivo (Hebreos 10:26-27, 31).
1. Les esperaban bendiciones de pura gracia: Casas llenas de todo bien que tu no
llenaste, cisternas cavadas que tu no cavaste; vias que tu no plantaste;
Deuteronomio 6:10-11).
2. Ellos encontraran todo hecho, como ocurre para nosotros con la salvacin
obrada por Cristo, quien pag un enorme precio para poder ofrecerla gratis a cada
uno de nosotros.
CONCLUSIN: