Caso IBM de RSE
Caso IBM de RSE
Caso IBM de RSE
Para conseguir este objetivo y superar los conflictos potenciales, es vital que la
empresa comprenda y conozca en profundidad el entorno en el que residen sus
empleados, sus clientes y donde se desenvuelven sus negocios. Por lo tanto, es
imposible comprender bien la comunidad sin una interacción continua con las
instituciones vecinas, tanto las públicas como las privadas. Esta comprensión y
entendimiento mutuo no se consigue mediante encuestas, donaciones y estudios, sino
mediante la participación social de la empresa, sus empleados y sus directivos.
Los recursos del sector privado sirven tanto para construir como para sostener y
enriquecer la comunidad. Es así como en un entorno relacionado, las nóminas
mensuales y los impuestos que las empresas deben pagar, permiten un desarrollo del
entorno, el cual se ve reflejado en infraestructuras, (parques, colegios, etc). En este
escenario, la comunidad y la empresa son socios a tiempo completo. Las prácticas
empresariales y su comportamiento en lo que se refiere al empleo, inciden en el
desarrollo de determinados modos de vida, las políticas sobre el medio ambiente
pueden facilitar la existencia y conservación de un entorno seguro y limpio. Además, el
comportamiento ético de las empresas en su relación con los empleados, proveedores
y clientes es clave para sostener la salud y la vitalidad de la comunidad.
Se trata, de una relación bidireccional. Al igual que las empresas deben cumplir sus
compromisos y asegurar un comportamiento responsable con la comunidad, también
esas sociedades, representadas por sus dirigentes deben tener en cuenta la influencia
que ejercen sobre las decisiones empresariales. De este mismo modo, la forma en que
una comunidad afronta temáticas como la regulación de las actividades empresariales,
la normativa tributaria, las tarifas energéticas, el transporte o las normas que rigen el
mercado laboral influyen decisivamente sobre la evolución de las empresas. Por lo
tanto, la existencia o no de colegios y universidades, infraestructura sanitaria y el
entorno cultural son elementos que tienen efectos decisivos sobre decisiones
empresariales como la ubicación de instalaciones y sus posteriores planes de
expansión.
La ciudadanía corporativa tiene varios componentes, los que incluyen tanto las
prácticas de buen gobierno referidas al empleo, la relación con clientes y proveedores,
la gestión de las políticas de medio ambiente, como las acciones sociales, dirigidas a
ayudar a grupos desfavorecidos.
Buen Gobierno
Cuando hablamos de prácticas de buen gobierno corporativo el primer paso debe
darse en el ámbito de la organización interna de la empresa y de lo que ofrece a sus
clientes. Por lo tanto, se debería comenzar por asegurar un alto nivel de calidad en los
productos y servicios que presta la compañía, la creación de un entorno de trabajo
basado en el respeto al individuo y la igualdad de oportunidades, la puesta en marcha
de fórmulas para lograr un mayor equilibrio entre vida profesional y vida privada de los
empleados o por el fomento de la diversidad dentro de la organización.
Desde 1990, los esfuerzos de IBM en el área de ahorro energético han evitado
emisiones de más de 7,7 toneladas de dióxido de carbono. La política de ahorro
energético y cuidado al medio ambiente es hoy en día, uno de los puntales de nuestras
prácticas de buen gobierno.
Un tema esencial es la relación con sus proveedores, IBM tiene establecido un código
de conducta que determina, por ejemplo, los estándares de seguridad en el trabajo en
la cadena de suministros, además los trabajadores de las empresas que operan con
IBM son tratados con respeto y dignidad y los procesos de fabricación implantados en
dichas empresas también cumplen con requerimientos medioambientales. Este código
de conducta ha sido respaldado y suscrito por otras empresas del sector de las
tecnologías, incluso por competidores de IBM.
Acción social
IBM entiende por acción social la dedicación de recursos empresariales a proyectos de
desarrollo socioeconómico que apoyan a personas desfavorecidas, principalmente en
las áreas de servicios sociales, salud, educación, formación profesional y empleo.
¿Tienen realmente las empresas responsabilidades en estas áreas? ¿Deben invertir
recursos en acciones que van más allá de maximizar el valor para sus accionistas?
Son preguntas que no tienen una respuesta evidente. Por ejemplo, el prestigioso
economista norteamericano Gary Becker, Premio Nobel de Economía en 1992,
considera que la acción de las empresas no tiene por qué ir más allá de maximizar el
valor para sus accionistas, hacer honor a los contratos establecidos y obedecer la
legislación vigente allá donde opere una empresa. De acuerdo con esta visión, la
propia acción empresarial, dando por descontado que la empresa se somete al control
legislativo, que paga sus impuestos y salarios adecuados a la situación del mercado y
que se rige por prácticas de buen gobierno corporativo ayuda a cumplir objetivos de
carácter social, a mejorar las comunidades en las que desarrolla su trabajo, a mejorar
el medio ambiente y a contribuir positivamente a un elevado número de causas de
interés público.
Pero incluso si se aceptase plenamente esta postura, la acción social tiene un sentido
empresarial. Los “activos intangibles” de una empresa son un valor importante, los
cuales incluyen elementos como la reputación corporativa y la imagen de marca,
donde las acciones de carácter social tienen una influencia notable.
La posición de IBM respecto de la acción social responsable no puede ser sólo un
conjunto de actividades destinadas a generar imagen de marca, sino más bien una
parte integrante de su estrategia empresarial y uno de los vehículos que utiliza IBM
para interactuar con la comunidad.
La experiencia les ha demostrado que pueden aportar más y ser más útiles a la
comunidad aplicando a la acción social la misma propuesta de valor y el mismo
compromiso que se ofrece al mercado y a los clientes. Por este motivo, han
concentrado la mayor parte de sus esfuerzos a un área de alto valor, la educación,
donde las tecnologías y conocimientos desarrollados por la empresa pueden tener una
gran utilidad. Sin una enseñanza de calidad no es posible tener comunidades o
empresas estables. Así que no resulta sorprendente que más del 70% de los recursos
del área de responsabilidad social de IBM se dediquen a apoyar la educación. Con el
objetivo de ayudar al desarrollo de sistemas educativos más eficientes, IBM ha lanzado
una serie de iniciativas para solucionar problemas concretos que se producen en el
sistema educativo actual y a conseguir una mejora en el proceso de aprendizaje. La
intención de esta empresa es de acercar la tecnología a aquellos colectivos que tienen
menos posibilidades de acceder a la misma.
Los siguientes ejemplos son una muestra significativa de las acciones de carácter
social emprendidas por IBM:
• TryScience: implantado tanto en Europa como en otros países del mundo. IBM ha
desarrollado el sitio web TryScience.org, que engloba los tesoros y recursos de 400 de
los mejores museos de ciencia y tecnología de todo el mundo. A ello se une la
donación de 100 kioscos informáticos con acceso a Internet que permiten integrar
TryScience en los propios museos.
• Tradúcelo Ahora: un software desarrollado por IBM que traduce de forma automática
sitios web de inglés a español. Próximamente estará disponible para traducción del
español al inglés.
Todos estos programas, y los que vendrán en el futuro, están diseñados para ayudar
a cerrar la brecha digital y, por supuesto, mejorar el clima social y empresarial. En IBM
no olvidan que la enseñanza es un interés prioritario para los empleados y clientes de
la empresa.
Por este motivo, tienen un interés particular en que estas iniciativas no sean tan sólo
programas corporativos, sino que cuenten con la participación activa de los
empleados. En este sentido, se enmarca la iniciativa On Demand Community. Se trata
de un esfuerzo sin precedentes por utilizar la capacidad de computación con el objetivo
impulsar una nueva generación de relaciones de comunidad. En la Intranet de IBM,
diseñada para dar servicio a más de 320.000 empleados en todo el mundo, los
profesionales de la Compañía encuentran herramientas tecnológicas que les facilitan la
colaboración con organizaciones no gubernamentales, instituciones, colegios y otras
entidades. En el portal de On Demand Community los empleados pueden encontrar
cursos online, tutoriales, ejemplos prácticos y otro tipo de recursos. Igualmente, los
empleados que quieren comenzar a colaborar y a participar en actividades sociales,
pero no tengan claro por dónde empezar, pueden encontrar sugerencias e ideas
aportadas por otros profesionales.
En tan sólo 10 meses, 25.000 empleados de IBM se han unido a esta iniciativa y han
participado en cerca de un millón de horas de trabajo comunitario. Ninguna otra
empresa ha intentado nunca integrar de tal modo el servicio a la comunidad dentro de
su actividad de negocio o ha intentado elaborar programas a una escala tan grande.
En IBM están convencidos de que una empresa no puede tener éxito a menos que la
comunidad en la que opera también sea una comunidad de éxito.
Finalmente, IBM cree y opera en el hecho que comparte la responsabilidad con las
demás empresas, con las instituciones y con el conjunto de los ciudadanos para así
favorecer el bienestar común.