Sarna Sarcóptica
Sarna Sarcóptica
Sarna Sarcóptica
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La sarna sarcóptica es una enfermedad que se debe tener en cuenta en cualquier paciente
que muestre prurito intenso. Su presentación puede estar enmascarada por diferentes
tratamientos, por lo que hay que aplicar diversas técnicas diagnósticas.
En este artículo haremos un breve recorrido por la etiopatogenia, el cuadro clínico, el diagnóstico y
el tratamiento de la sarna sarcóptica canina y pondremos especial énfasis en la inclusión de esta
enfermedad en el diagnóstico diferencial de todo proceso cutáneo que curse con prurito intenso,
independientemente del origen o hábitat del animal afectado.
Etiopatogenia
La sarna sarcóptica es una dermatosis parasitaria contagiosa producida por el ácaro Sarcoptes
scabiei var. canis. Este ácaro tiene un tamaño de 200 a 400 micras, y presenta un marcado
dimorfismo sexual: las hembras son de tamaño sensiblemente mayor que los machos. En los dos
pares de patas anteriores tiene largos pedúnculos no articulados con ventosas terminales, mientras
que los dos pares de patas posteriores no se extienden fuera de los márgenes del cuerpo (figura 1).
La duración de su ciclo biológico es de 12 a 15 días, durante los cuales se alimenta de detritus
cutáneos en la superficie córnea de la epidermis. Las hembras grávidas excavan galerías en el
estrato córneo superficial, donde depositan los huevos. Tras eclosionar, las larvas se dirigirán de
nuevo a la superficie epidérmica
para realizar la muda. La vida media de Sarcoptes en el medio ambiente es muy reducida, y
depende de las condiciones climáticas, pero habitualmente es de 2 o 3 días. Por tanto la transmisión
suele ser directa, a partir del contacto estrecho con animales enfermos, aunque es posible también
la transmisión indirecta o por fómites, en ambientes donde la densidad del parasito sea muy
elevada.
Figura 2. Un número muy reducido de ácaros puede ser responsable de un cuadro con un prurito extremo.
Figura 3. Margen auricular. Nótese la
presencia de costras adherentes.
Desde el punto de vista zoonótico la sarna sarcóptica es una enfermedad transmisible, si bien los
ácaros no pueden reproducirse sobre la piel humana, debido a su incapacidad para excavar galerías
sobre ésta. De este modo, las personas afectadas presentarán cuadros papulares pruriginosos en el
tronco y/o extremidades, que a menudo cursan de modo pasajero, y es un proceso presumiblemente
subdiagnosticado con frecuencia.
Cuadro clínico
El síntoma predominante en sarna sarcóptica canina es un prurito muy intenso. El animal afectado
se muerde, se lame y se rasca de modo insistente y, en muchos casos, no puede efectuar tareas
cotidianas como alimentarse, pasear o dormir, sin tener que realizar frecuentes interrupciones para
rascarse.
Las lesiones se localizan regularmente en zonas de poca densidad capilar o zonas glabras, como
los bordes de los pabellones auriculares, los codos, los tarsos, las ingles y la región esternal (figuras
3).
Las lesiones primarias son de tipo papular y van acompañadas de eritema difuso y costras
superficiales y adherentes. No obstante, debido al autotraumatismo severo, a menudo las lesiones
secundarias son predominantes, en forma de alopecia, erosiones, excoriaciones, liquenificación e
hiperpigmentación, estas últimas en los casos más crónicos, que a menudo se ven complicados con
pioderma superficial y/o sobrecrecimiento por Malassezia pachydermatis (figura 4).
Figura 4. Pioderma superficial que complica un cuadro de sarna sarcóptica.
Diagnóstico diferencial
Se deben incluir en el diagnóstico diferencial todos los procesos cutáneos que cursen prurito, como
síntoma principal:
Pruebas diagnósticas
En los perros afectados de sarna sarcóptica se observa reflejo otopodal positivo: en el 80% de los
casos el perro intenta rascarse con la pata trasera cuando se frota el pabellón auricular ipsilateral.
Esta prueba es solo indicativa y nunca debe servir para confirmar el diagnóstico, ya que a menudo
otras entidades pruríticas como dermatitis atópica, pueden presentar también reflejo otopodal
positivo.
Se deben realizar un mínimo de cinco raspados cutáneos superficiales y extensos, en las zonas
donde es más probable localizar al parásito:
Aun en el caso de que la selección del lugar de raspado sea la idónea, hasta en el 50-75% de los
casos el resultado puede ser negativo en animales parasitados por Sarcoptes. Por tanto, la
visualización del parásito adulto, formas inmaduras, huevos o deyecciones en el raspado es un
hallazgo diagnóstico suficiente para la confirmación del diagnóstico presuntivo de sarna sarcóptica,
pero el hecho de que el resultado del raspado sea negativo, no descarta la enfermedad en ningún
caso.
Tratamiento
Siempre debemos aplicar el tratamiento a todos los animales que compartan hábitat,
independientemente de las manifestaciones clínicas de cada uno de ellos en el momento del
diagnóstico.
Ambas presentaciones tienen licencia e indicación para tratar la sarna sarcóptica canina y son, en
general, muy bien toleradas, incluso en animales jóvenes (a partir de 6 semanas) o razas sensibles
a las avermectinas como Collie, Pastor Inglés o sus cruces.
El tratamiento del ambiente sólo suele ser necesario en colectividades, para evitar la reinfestación, y
hay que poner el foco de nuestra actuación en la eliminación del material potencialmente
contaminado como camas, cepillos o alfombras.