La Busqueda de La Identidad
La Busqueda de La Identidad
La Busqueda de La Identidad
Sede Azuero
Facultad de Educación Especial y Pedagogía
Profesorado de Segunda Enseñanza
Curso de verano
Asignatura:
Crecimiento y Desarrollo Humano
Elaborado por:
Profesora:
Verónica Hernández
24 de enero de 2018
INTRODUCCION
Sexualidad
Cuando una persona se ve como un ser sexual, reconoce su orientación en este
sentido, piensa en relación con su despertar sexual y la formación de vínculos
románticos o sexuales, todo esto alude al logro de la identidad sexual. Esta
urgente conciencia de la sexualidad es un aspecto importante de la formación de
la identidad, que afecta profundamente la imagen que se tiene de sí mismo y las
relaciones. Este proceso está orientado desde el ámbito biológico pero su
expresión está definida, en parte, a nivel cultural.
¿Cómo han cambiado las actitudes y el comportamiento sexual en las últimas
décadas? ¿Qué factores afectan la probabilidad, los riesgos y las consecuencias
de la actividad sexual durante los años de adolescencia?
Las actitudes hacía la sexualidad se han vuelto más liberales en los últimos
cincuenta años. Esta "evolución sexual" incluye una aceptación más abierta de la
actividad sexual un descenso en la doble moral que permite que los hombres sean
más libres sexualmente que las mujeres.
Sexualidad
Las personas dispuestas a responder preguntas acerca del sexo tienden a ser
sexualmente activas y liberales en sus actitudes hacia el sexo y por tanto no son
representativos de la población. Algunos pueden encubrir su actividad sexual,
otros pueden exagerar. A comienzos de la década de 1920 y hasta finales de 1970
se vivió una evolución en las actitudes y el comportamiento sexual. Esta evolución
sexual ha conllevado una aceptación y tolerancia mayores hacia las relaciones
patrimoniales. Según estudios las chicas de todos los grupos étnicos, por lo
general habían tenido su iniciación sexual alrededor de los 17 años. Los
muchachos negros comenzaban a edad más temprana de 14 años. Los chicos
blancos, mejicanos, y de origen mejicano comenzaban a los 15 años. La evolución
sexual también ha conducido a una mayor aceptación. En la secundaria suelen
mantener su actividad sexual en privado, no hablan sobre su sexualidad y pueden
presentar tendencias depresivas o suicidas.
Cuanto más joven es una niña al momento de iniciar su actividad sexual, menos
probabilidad hay de que utilice anticonceptivos en su primera experiencia mayor la
probabilidad de que espere para buscar ayuda sobre métodos anticonceptivos lo
mismo que mayor la de queda embarazada. Las niñas de bajos ingresos no
tienen en buenos resultados escolares tienen más posibilidad de quedar
embarazada puesto que quienes cuentan con más recursos económicos y
progresan académicamente.
Casi la mitad de las adolescentes embarazadas tienen a sus bebes y criarlos por
sí mismas, muy pocas dan a sus hijos en adopción. Casi un tercio se provoca
abortos planea una séptima parte pierde a sus bebes durante el embarazo.
Síntomas de depresión
Experiencias estresantes
Dificultades económicas
Ser enfermizos
Irse de la casa
Ir a prisión
Apoyo emocional
Sus amigos
La familia
Si Vivian con sus abuelas, quienes les habían dado más respaldo que sus
propias madres
-Falta de independencia
-La responsabilidad económica puede aumentar la tensión y provocar conflictos.
Los años de adolescencia ya han sido llamados una época de rebeldía del
adolescente, que implica perturbación emocional, conflicto con la familia,
aislamiento de la sociedad de los adultos y hostilidad hacia los valores de éstos.
Sin embargo, la investigación sobre adolescentes en los Estados Unidos y otros
países del mundo sugiere que menos de uno de cada cinco jóvenes por lo menos
entre quienes siguen estudiando se adaptan a este patrón de desorden,
aislamiento y perturbación (Brooks-Gunn, 1988; Offer, 1987; Offer, Ostrov &
Howard, 1989; Offer, Ostrov, Howard & Atkinson, 1988; Offer (Sir Schonert-Riechl,
1992).
¿Cómo es el día típico de los adolescentes? ¿Con quién hacen lo que hacen y
cómo se sienten acerca de lo que están haciendo? Para responder estas
preguntas, el 75% de los estudiantes de secundaria en una zona residencial de
Chicago llevaron buscapersonas que timbraban en forma aleatoria una vez cada
dos horas mientras estaban despiertos, durante una semana. A cada estudiante
se le pidió que informara lo que estaba haciendo cuando el aparato sonaba, y en
dónde y con quién estaba. A partir de 4489 reportes, los investigadores
configuraron una imagen de la vida diaria de un adolescente (Csikszentmihalyi &
Larson, 1984).
Estos jóvenes pasaron más de la mitad de su tiempo con sus compañeros: el 29%
con amigos y el 23% con compañeros de curso. Sólo el 5% de su tiempo
permanecieron solos o con uno o ambos padres, y el 8% con padres y hermanos
juntos. Se sentían más felices con sus amigos: libres, abiertos, involucrados,
emocionados y motivados. Se divertían más con ellos; haciendo chistes, bromas y
molestando, mientras que en casa, la atmósfera tendía a ser más seria y
monótona. Estar con la familia ocupó el segundo lugar, luego siguió permanecer
solo y, al final, estar con los compañeros de curso.
De acuerdo con una investigación secuencial con 220 jóvenes blancos de una
zona suburbana, de clase media y trabajadora, que utilizaron el método de
buscapersonas n sus familias descendió de manera evidente entre las edades de
10 a 18 años, pasando del 35% al 14% del tiempo en que estaban despiertos (R.
W. Larson, Richards, Moneta, Holmbeck & Duckte 1996) Este desprendimiento de
la vida familiar no es un rechazo a la familia, sino una respuesta a la "presión" de
las necesidades del desarrollo. A comienzos de su adolescencia, los muchachos
suelen encerrarse en su habitación; parecen necesitar de momentos de soledad
para recuperarse de las exigencias de las relaciones sociales. Recuperar su
estabilidad emocional y reflexionar sobre aspectos de su identidad (R. W. Larson,
1997). Los estudiantes de secundaria pasan más tiempo libre con sus
compañeros, con quienes se identifican y se sienten a gusto (R. Larson &
Richards, 1991).
El adolescente en la familia
Tal como los adolescentes sienten la tensión entre la dependencia de sus padres
y la necesidad de liberarse, con frecuencia los padres también tienen sentimientos
mixtos. Ellos quieren que sus hijos sean independientes pero consideran difícil
dejarlos ir. Los padres tienen que caminar sobre una línea muy delgada entre dar
a los adolescentes suficiente libertad y protegerlos de los lapsos de inmadurez de
su criterio. Muchas de las discusiones entre los jóvenes y sus padres se centran
en "cuánto" y "qué tan rápido": qué tanta libertad deben tener los adolescentes
para planear sus propias actividades y qué tan rápido pueden llevarse el automóvil
de la familia. Padres y adolescentes rara vez se enfrentan por valores
económicos, religiosos, sociales o políticos o inclusive sobre actividad sexual y el
abuso de drogas. La mayoría de los conflictos se refieren a ternas cotidianos:
labores domésticas, relaciones de la familia, trabajo escolar, vestido, dinero, hora
de llegada y amigos (B. K. Barber, 1994). Los temas de conflicto son similares en
familias con los padres casados o divorciados (Smetana, Yau, Restrepo &
Braeges, 1991) y entre los grupos étnicos. Los padres de raza blanca reportan
conflictos más frecuentes con los adolescentes que los padres negros o hispanos,
quienes tienden a reforzar expectativas de comportamiento más altas corno un
medio para sobrevivir dentro de la cultura de la mayoría (13. K. Barber, 1994). Los
adolescentes chinos de clase trabajadora en Hong Kong, cuya cultura enfatiza en
las obligaciones y la armonía familiares, reportan menos conflictos con los padres
que los adolescentes de origen europeo (Yau Smetana, 19%). Por lo general, el
conflicto en la familia surge al comienzo de la adolescencia, se estabiliza a la
mitad de este periodo y disminuye hacia el final. El aumento de las discrepancias
en la adolescencia temprana puede estar relacionado con las tensiones de la
pubertad y la necesidad de conseguir autonomía. El clima más tranquilo del final
de la adolescencia puede significar un ajuste a los cambios momentáneos de
estos años y una renegociación del equilibrio de poder entre padre e hijo (Fuligni &
eccles, 1993; Molina & Chassin, 1996; Steinberg, 1988).
Estructura de la familia
La vida en grupo en un hogar con los dos padres es una ventaja durante la niñez
y continúa siéndolo durante la adolescencia, al menos en términos de evitar
comportamientos arriesgados. Un análisis de los datos de aproximadamente
22,000 jóvenes entre 12 y 17 años durante 1991, 1992 y 1993, en la National
Household Survey of Drug Abuse, encontró que los adolescentes que viven con
sus dos padres biológicos o adoptivos tienen menos probabilidad de consumir
alcohol, tabaco o drogas ilegales o de presentar problemas relacionados con el
consumo de estas sustancias que los jóvenes que viven con familias con
estructuras diferentes. Estos resultados siguen siendo válidos cuando los efectos
de género, edad, ingresos familiares y raza o etnia están controlados. Vivir sólo
con el papá o con el papá y la madrastra representa más riesgo que vivir sólo con
la mamá o con ésta y un padrastro. Sin embargo, los riesgos de vivir con la madre
son mayores para las niñas que para los muchachos. Los adolescentes que están
casados y viven con uno de los padres, al igual que quienes viven con la madre y
una persona que no es su pariente (quizá el novio de la madre) también tienen un
riesgo mayor.
En estudios sociométricos, a los niños se les pide, por lo general, nombrar a los
compañeros de clase que les agradan menos. Estos estudios han identificado
cinco tipos de grupos de estatus de compañeros:
Amistades:
Las amistades son muy diferentes de las relaciones familiares. Son más
igualitarias que las relaciones con los padres, quienes detentan un mayor poder, o
con los hermanos que suelen ser mayores o menores. Las amistades se basan en
la elección y el compromiso. Del mismo modo, son más inestables que las
relaciones familiares. La conciencia del carácter diferente de las amistades y de lo
que se requiere para mantenerlas, surge en la adolescencia. Los adolescentes
tienden a elegir amigos influyen entre sí hasta volverse más parecidos. Por lo
general, los amigos son de la misma raza y tiene un estatus similar dentro del
grupo.
Para construir una identidad, los adolescentes deben calcular y organizar sus
habilidades, necesidades, intereses y deseos, de modo que puedan expresarse en
un contexto social, en muchas ocasiones los adolescentes extienden su confianza
de los padres a los tutores o a sus enamorados.
Aunque las relaciones entre los adolescentes y sus padres no son siempre
agradables, la rebeldía del adolecente en su totalidad no parece común, y los
padres y sus hijos adolescentes a menudo comparten valores similares. Los
adolescentes pasan la mayor parte del tiempo con sus compañeros, pero las
relaciones con los padres siguen teniendo un rol importante en su desarrollo.