El Concepto de Ethos
El Concepto de Ethos
El Concepto de Ethos
de ethos
Ética y
Deontología
Profesional
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El concepto de ethos
¿Qué es la ética? Para aproximarnos a una primera respuesta, debemos
tener presente que la ética está inscripta en el ámbito de la filosofía
práctica. El hecho de destacar su pertenencia disciplinar al campo de la
filosofía constituye un punto central porque nos permite anticipar algunos
aspectos clave de su significado.
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hábito o costumbre frente a lo inmodificable por la
voluntad del ser humano. (2014, p. 9).
Fuente: [Imagen sin título sobre nacionalidades indígenas de Ecuador]. (s. f.). Recuperado de
https://goo.gl/ETF1uk
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La realidad que configura el ethos nos rodea plenamente, debido a que
está presente en nuestro obrar diario: puede expresarse, incluso, lo
transmitimos en nuestras preguntas sobre lo correcto o lo legítimo, sobre
aquello que está bien o mal o sobre lo justo o injusto. De cada una de estas
manifestaciones del ethos surgen temas, controversias y exploraciones que
pretenden servir de guía u orientación para llevar adelante proyectos de
vida más plenos y satisfactorios. Como es una dimensión constitutiva de la
naturaleza humana, estamos inmersos en el ethos de manera relevante y
concreta, debido a que el hecho moral atraviesa nuestras acciones,
preferencias y decisiones. Por lo tanto, el ethos constituye una realidad
irreductible a otras e ineludible para la comprensión de la realidad.
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Ciertamente, es posible desentrañar una expresión negativa de aquello que
es la ética: el ético no es un consejero moral que se empeña tenazmente
en defender sus convicciones morales ni alguien que aboga por el
cumplimiento de aspiraciones o normas morales concretas. En otras
palabras, no es un moralista. La misión encomendada a la ética se
desenvuelve en otro plano, uno que requiere algún tipo de distanciamiento
respecto del mundo moral y todo aquello que tiene incidencia en la vida
cotidiana, para instalar la pregunta acerca de por qué hay moral.
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necesidad se da en el marco de un sistema de preferencias o conjuntos de
normas propias de cada sociedad. Así, por ejemplo, la obediencia a una
norma condiciona la manera en la que nuestro comportamiento se alinea
con una situación particular y descuidar la obediencia a determinadas
normas puede conducir a las personas al fracaso en el desarrollo de una
acción o al sufrimiento de castigos o sanciones diversas.
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que está desmoralizado. Entonces se advierte que la moral
no es una performance suplementaria y lujosa que el
hombre añade a su ser para obtener un premio, sino que es
el ser mismo del hombre cuando está en su propio quicio y
vital eficacia. Un hombre desmoralizado es simplemente un
hombre que no está en posesión de sí mismo, que está fuera
de su radical autenticidad y por ello no vive su vida, y por
ello no crea, ni fecunda, ni hinche su destino. (Ortega y
Gasset, 1955, p. 72).
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Referencias
Cortina, A. (2013). ¿Para qué sirve realmente la ética? Madrid, ES: Paidós.