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Desercion Escolar Autores

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La educación y la deserción escolar

De acuerdo a la ley general de educación del capítulo I de las disposiciones generales, artículo 2:

“Todo individuo tiene derecho a recibir educación y, por lo tanto, todos los habitantes del país
tienen las mismas oportunidades de acceso al sistema educativo nacional, con sólo satisfacer los
requisitos que establecen las disposiciones generales aplicables”

De lo anterior, es importante señalar que la educación se llega a definir como un recurso


fundamental para obtener ciertos medios, como adquisición, transmisión y elevación del nivel
cultural, que permita de cierta manera contribuir de forma continua al desarrollo de la persona, y
al mismo tiempo, transformar a la sociedad. Ésta debe ser un factor clave para la obtención de
conocimientos y que ayude a formar hombres que busquen el bienestar social (Ley General de
Educación).

El sistema educativo mexicano ha incrementado sus esfuerzos para que todas y todos los niños del
país alcancen ingresar a la escuela. Hoy en día la educación básica obligatoria se conforma por
preescolar, la primaria y la secundaria, es decir, el nivel mínimo de estudios que ofrece el gobierno
mexicano alcanza ya los 12 años. La problemática recae en que no existen aún programas que
permitan la retención de los alumnos en las escuelas, es decir, no hay una lucha constante contra
la deserción escolar.

La literatura relevante ha encontrado diferentes formas de definir a la deserción escolar, Lavalo y


Gallegos (2005) hacen una compilación sobre la definición de deserción escolar que han elaborado
diferentes autores a través del tiempo, las que se tiene:

Bachman, Green y Wirtanen (1971) definen que las deserciones escolares se originan por aquellos
estudiantes que interrumpieron su asistencia a la escuela por varias semanas por diferentes
razones, diferentes sólo aquellas por enfermedad.

Morrow (1986) define a la deserción cuando un estudiante que estuvo inscrito en la escuela, la
abandona por un largo periodo de tiempo y no se inscribió en otro colegio. Empero, no se toman
en cuenta, todos aquellos estudiantes que estuvieron enfermos o fallecieron.

Fitzpatrick y Yoels (1992) analizan a la deserción, enfocada principalmente, en el sentido de que


los estudiantes dejan la escuela sin graduarse, independientemente si regresan o reciben un
certificado equivalente.

Frankiln y kochan (2000) tratan de unificar en un solo concepto la deserción escolar, definiéndo
ésta cómo, un estudiante que se inscribió en algún momento del año anterior y no se inscribió a
principios del año corriente o actual, dejando inconclusa su preparación y sin haber sido
transferido a otra escuela.

Boon (2002) define a la deserción similar a los autores anteriores, sin embargo, considera además
que el sistema educativo no sea la única manera formal de educarse, sino también acepta el
sistema de tutorías por parte de los padres o de forma privada como sustituto del colegio.

Lavaros y Gallegos (2005) crean su propia definición a partir de las definiciones anteriores,
estableciendo que la deserción escolar se da cuando los individuos que habiendo asistido a la
escuela el año anterior, en el año actual o corriente no lo están haciendo, sin tomar en cuenta a
aquellos que han dejado de asistir por motivos como: cumplieron el ciclo secundario y se
encuentran estudiando el bachillerato o una carrera técnica, estuvieron enfermos, accidentados o
haciendo su servicio militar y que no decida regresar a la escuela. Finalmente, el INEE (Instituto
Nacional Para la Evaluación de la Educación) define a la deserción como número de alumnos
matriculados que se estima abandonan la escuela antes de concluir el ciclo escolar, por cada cien
alumnos que se matriculan al inicio de cursos de un mismo nivel educativo.

Este libro se enfatiza definiendo a los desertores como aquellos que abandonan la escuela antes
de terminar un ciclo escolar completo y quedan fuera del sistema educativo.

Donoso (2002) expone una perspectiva de la deserción escolar en el nivel de educación


secundaria, identificando dos enfoques principales. El primero de ellos (y el más importante), la
considera como un problema causado fundamentalmente por situaciones socioeconómicas y a
consecuencia de las condiciones de pobreza y marginalidad, vinculación laboral temprana,
adicciones y consumos, anomalía familiar, etc. El segundo enfoque, hace referencia a las
situaciones intrasistema que dificultan la permanencia de los jóvenes en las instituciones
educativas, presentándose bajo rendimiento disciplinario, poca convivencia, etc. Goicovic propone
ciertas soluciones al problema de la deserción escolar bajo los dos enfoques, para el primer
enfoque, se debe acentuar las coberturas sociales para generar condiciones para retener a los
jóvenes; para el segundo enfoque, es necesario precisar orientaciones y los sentidos del sistema
educacional.

El Sistema de información de tendencias educativas en América Latina (SITEAL), en su boletín


número 2, llamado Ingreso y abandono de la educación secundaria en América latina, analiza el
proceso de incorporación y de abandono de la educación secundaria a lo largo de sucesivas
generaciones desde antes de 1939 hasta 1979, en países como, Chile, Bolivia, Perú, Brasil,
Argentina, Uruguay, Paraguay, Nicaragua, México, Costa Rica, Guatemala y Honduras. Dando
respuesta a varias cuestiones:

• ¿Qué porcentaje de los que terminan la educación básica ingresan a la educación media?

• ¿Cuántos de los que ingresan a la educación media abandonan sus estudios antes de
completar el nivel?

• ¿Qué valores asumen estos indicadores ahora y qué valores asumían en el pasado?

• ¿Qué similitudes y diferencias presentan en cuanto a estos procesos los países de América
Latina?

• ¿Qué tendencias pueden establecerse?


La primera clasificación corresponde a la localización geográfica, países del sur de América Latina,
como Chile, Brasil, Perú, Argentina, Uruguay, Bolivia y Paraguay, son de escolarización más
temprana, presentan tendencias continuas al incremento de la matriculación en la escuela media y
logran que un mayor porcentaje de su población termine la escuela media. En cambio, en México
y países centroamericanos como Costa Rica, Honduras, Guatemala y Nicaragua, la escolarización
es tardía, el proceso de inclusión en la escuela media presenta periodos de estancamiento y las
tasas de abandono son muy altas.

Según un estudio hecho por la DES (2005) se encontró que son varias las causas que explican la
inasistencia a la escuela. Las más comunes se ubican en las restricciones de demanda. Un alto
porcentaje de los jóvenes más pobres no asiste a la escuela. Esa inasistencia se explica por la falta
de recursos, la necesidad de trabajar, falta de tiempo o falta de interés, y la falta de cupos
originada, en parte, por el flujo de estudiantes del sector privado al público debido a la crisis
económica de finales de la última década. En el decil más alto las causas de inasistencia pueden
relacionarse con fenómenos como la falta de interés o motivación, así como por la incidencia de
otros problemas de índole sociocultural y de salud como el alcoholismo y la drogadicción.

Entre las principales causas de deserción se encuentran factores económicos, desempeño escolar,
factores socioculturales, factores endógenos al sistema escolar, como problemas de asequibilidad
(disponibilidad de cupos e infraestructura física y docente suficientes), accesibilidad (eliminación
de cualquier tipo de discriminación y a la promoción del acceso al sistema por parte de niños de
grupos vulnerables), aceptabilidad (aspectos como la garantía de calidad, o por lo menos algunos
topes mínimos de desarrollo de las capacidades básicas, con el fin de que la educación trascienda
de la simple obtención de un certificado a la adquisición de saberes y habilidades para la
realización humana), y adaptabilidad (permanencia de los niños en el sistema educativo, de tal
forma que éste se adapte a las necesidades del niño y no al contrario). Así pues, los factores
anteriores pueden ser agrupados en tres categorías:

• Factores relacionados con la institucionalidad en la prestación del servicio educativo

Dichos factores se relacionan con la escasez de recursos y los objetivos para los que son utilizados.

• Factores relacionados con factores pedagógicos y propios de la docencia

• Factores relacionados con el entorno socioeconómico y de salud de los estudiantes


Estos últimos factores comprenden la situación socioeconómica de los hogares, el trabajo infantil,
la escolaridad de los padres, las expectativas sociales, el desplazamiento forzado y el estado
nutricional y de salud de los estudiantes.

Massé y al. (2006) y Janosz (2000) presentan dos distintas topologías de los alumnos con alto
riesgo de deserción escolar. En las dos tipologías se encuentran elementos similares y elementos
diferenciadores. El análisis de las dos muestras permitió al equipo de Janosz llegar a una tipología
según tres dimensiones de la experiencia escolar, que son: la inadaptación escolar conductual, el
compromiso frente a la escolarización y el rendimiento escolar. Al cruzar estas tres dimensiones,
formuló cuatro perfiles de alumnos que desertan la escuela: los discretos, los descomprometidos,
los de bajo nivel de rendimiento y los inadaptados.

Los desertores discretos no tienen problemas conductuales, el compromiso hacia la escuela es alto
pero el rendimiento es muy bajo. Los adolescentes calificados como discretos son poco
detectados, porque no son notados por el personal de la escuela ya que la única debilidad que
tienen es el bajo nivel de rendimiento. No molestan en clase, no tienen castigos y les gusta la
escuela. Hay un peligro con esta tipología de adolescentes porque no se nota que están en una
situación personal difícil.

Los desertores descomprometidos son adolescentes a los que no les gusta la escuela, sus
aspiraciones escolares son bajas, las notas no les importan y se consideran menos competentes de
los demás. Estos adolescentes parecen tener una adecuada capacidad cognitiva para
desempeñarse bien en la escuela pero como no están comprometidos, se dejan “llevar por la ola”.
Ellos logran tener un mínimo en las notas sin trabajar y sin involucrarse en la escuela, pero
presentan más problemas conductuales que los discretos que estarían más vinculados a una
frustración frente a la experiencia escolar.

Los desertores de bajo nivel de rendimiento, presentan un nivel de compromiso bajo, el nivel de
inadaptación escolar es mediano y el rendimiento escolar es muy bajo. Esta tipología de
adolescentes no es muy frecuente. Se demarca de las otras tipologías por sus dificultades a
responder a las exigencias escolares a nivel de los aprendizajes.

Los desertores inadaptados se caracterizan por un nivel bajo de rendimiento escolar, un bajo
compromiso y un nivel de inadaptación escolar elevado. Estos adolescentes tienen una relación
negativa con la experiencia escolar tanto al nivel de los aprendizajes como a nivel conductual,
tienen un nivel alto de ausentismo escolar y están mucho más sancionados que los demás. Estos
adolescentes tienen una experiencia escolar más negativa que las otras tipologías de desertores.

La deserción de los alumnos de las escuelas no es un problema fácil de resolver, ya que ésta, en
gran medida, tiene relación con la reprobación, los factores son múltiples y diversos; la falta de
interés de los docentes por hacer sus clases más amenas y participativas, los grupos numerosos, la
falta de perfil del profesor, el alumno que no encuentra significativos los contenidos tratados en el
aula, la lejanía de la escuela, el matrimonio adolescente, la incorporación a la vida laboral, la
pobreza extrema y la poca comprensión de las autoridades educativas de la escuela, cuando un
alumno ha terminado sus tres grados pero adeuda alguna asignatura no se le orienta
adecuadamente para obtener su certificado, etc. Además la deserción escolar puede estar
relacionada con la reproducción de esquemas de control de la disciplina, aplicando distintas
sanciones, a través del castigo, existen profesores autoritarios, que llegan al maltrato, ya sea físico
o psicológico (Ojeda et al, 2003).

Un conjunto de estudios hechos por la DES, reafirman que esta problemática no sólo tiene
implicaciones en el nivel de ingresos, sino que también se asocia a dinámicas de exclusión y
desintegración social, como el desempleo, la falta de participación, el desplazamiento forzado, la
drogadicción e incluso las conductas delictivas.

Los principales enfoques referidos a deserción escolar pueden ser agrupados en dos perspectivas.
Por una parte aquellos que la consideran como un problema que refiere como causa fundamental
la situación socioeconómica y en consecuencia psicosocial de los alumnos (condiciones de pobreza
y marginalidad, adscripción laboral temprana, adicciones y consumos, anomia familiar, etc.), y por
otra parte, aquella que hace referencia a las situaciones intrasistema que conflictúan la
permanencia de los jóvenes en la escuela (rendimiento, disciplina-miento, convivencia, etc.). Lo
que aparece en juego, en ambos planteamientos, es el nivel de responsabilidad que se le confiere
a las instituciones educativas que tengan alumnado que se encuentren en situaciones de
deserción.

De esta manera si las causas son externas a la escuela corresponde, en consecuencia, aumentar las
coberturas sociales que generan condiciones para retener a los jóvenes; por el contrario si dichas
causas son internas de las unidades educativas es necesario precisar las orientaciones y los
sentidos del sistema educacional (Goicovic, 2002).

Dada la revisión de la literatura anterior y de acuerdo al estudio de Panorama Social de América


Latina 2001-2002 existen dos tipos de costos: sociales y privados y éstos, en la mayoría de los
casos, son demasiado elevados. Entre ellos se tiene:

• El hecho de contar con una mano de obra menos calificada y menos “calificable”, esto es,
las personas no alcanzan un nivel mínimo de educación que les permita aprovechar los beneficios
que otorgan las empresas o el Estado en los programas de entrenamiento. Pero el peor de los
casos está cuando la deserción escolar se da en tiempos muy tempranos volviendo en un
problema de “analfabetismo” lo que da como resultado un costo social.

• Como se había visto, hay una baja productividad en el trabajo lo que da como resultado un
menor crecimiento de las economías.

• Existe un mayor gasto en que es necesario incurrir para el financiamiento los programas
sociales y de transferencia a los sectores que no logran generar recursos propios.

• Una reproducción entre generaciones que llegan a las desigualdades sociales y su impacto
negativo en la integración social, lo que no permite el fortalecimiento y la profundización de la
democracia.

• Los costos privados se ven reflejados en las pérdidas de los ingresos en el mercado laboral
para los que abandonan la escuela formal antes de completar un determinado año de estudios.
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