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tema
Los déficits de la atención
1. LA ATENCIÓN
Una gran cantidad de estímulos ambientales inciden en nosotros a través de los
sentidos y los canales sensoriales de transmisión. Sin embargo, y pese al ingente número
de estímulos externos, somos capaces, en un momento dado, de percibir con mayor o
menor nitidez solamente algunos de ellos, relegando los demás a un segundo plano, bien
por no percibirlos, o porque los obviamos o ignoramos, lo cual nos permite centrarnos en
aquellos que sí son objeto de nuestro interés, propósito, finalidad, motivación o deseo de
prestarles la debida atención.
Desde el punto de vista metodológico, el estudio de la atención ha surgido de
campos muy diversos como la fisiología, la psicofísica, la psicología de la percepción, etc.,
y finalmente ha seguido el curso histórico de la psicología, recibiendo posteriormente
diferentes tratamientos en función del modelo psicológico imperante en cada momento,
lo que ha llevado a que el proceso psicológico de la atención haya salido explicado desde
diversos modelos conceptuales en función de la naturaleza de la activación que se produce
en el nivel cortical, y en función de los filtros y recursos disponibles en las capacidades
cognitivas del sujeto. En este sentido, una recopilación de dichos modelos lo encontramos
en Álvarez, González-Castro, Soler, González-Pienda y Núñez (2004), quienes sistematizan
los modelos explicativos del proceso atencional, tal y como puede consultar en la tabla 1.
Las primeras definiciones de la atención las encontramos en Broadbent (1958) quien
la consideró como un filtro (a modo de cuello de botella –canal- por el cual deben pasar los
estímulos que se seleccionan del exterior), al postular en su “modelo de atención selectiva
temprana” la existencia de un solo canal. Posteriormente, Treisman (1969) la denominó
2.1. Amplitud.
Está referida al campo perceptivo que se abarca con el órgano sensorial. En el caso
de la visión cuando el foco es ancho se produciría una excesiva visión periférica. Se produce
un ensanchamiento del campo visual y no se perciben adecuadamente los elementos o
componentes del estímulo (tarea gráfica) que lo integran. Un ejemplo de ello lo constituyen
las páginas saturadas de carga gráfica (excesivo texto, excesivas ilustraciones o mezcla de
ambos) en las que el alumno “se pierde” y no logra focalizar adecuadamente. Se produce
una percepción gestáltica, global, muy general y se tiene dificultad para centrar la atención
en determinadas partes de la tarea.
Por el contrario, otra alteración de la amplitud, es el foco estrecho. Se presta una
menor atención al campo visual o periferia, estrechándose la percepción en aspectos
muy concretos de la tarea a realizar. En el caso de la lectura se realizan mayor número de
fijaciones oculares pudiendo ralentizar la velocidad lectora.
2.4. Distraibilidad.
Es la incapacidad para ignorar la información relevante, es decir, los estímulos
distractores. La conducta atencional del sujeto se orienta hacia estímulos irrelevantes del
entorno, produciéndose oscilaciones de la atención (atender a un estímulo versus dejar de
atender). La consecuencia de ello es la dificultad manifiesta para realizar adecuadamente
y en el tiempo la tarea prevista. Se le ha denominado también a esta alteración atención
dispersa, es decir, vaivenes atencionales en función del cambio de estímulos (ajenos a la
tarea demandada) a los que atender.
2.9. Fatigabilidad.
Se produce un cansancio prematuro en la actividad y se pierde la concentración muy
pronto a pesar de que no existan estímulos distractores. La complejidad y la persistencia
en una tarea puede producir fatiga atencional. En algunas ocasiones esta fatiga puede ser
debida a los efectos secundarios producidos por la ingesta de fármacos en un tratamiento
médico. En el caso de los alumnos con déficits visuales, algunos tipos de patologías oculares
ocasionan una fatiga en la atención visual que se produce en los instantes siguientes al
inicio de determinadas actividades de aprendizaje, por ejemplo, la lectura.
2.10. Impersistencia.
El aprendizaje en general, exige una continuidad en la atención a los estímulos, es
decir, una alerta permanente durante el tiempo necesario para captar adecuadamente los
VARIABLE CARACTERÍSTICAS
Tamaño Grande (el mayor tamaño entre un conjunto de ellos).
Ubicación Situado en la parte superior-izquierda del plano gráfico.
Color Mayor captación del color frente al blanco y negro.
Intensidad Los de mayor intensidad. Por ejemplo, estímulos auditivos..
Movimientos Los estímulos que más movimiento tienen frente a los estáticos.
Complejidad Los objetos más complejos captan más la atención que los sencillos.
Relevancia En función de lo considerado personalmente como valioso.
Capta más la atención los estímulos novedosos frente a los que son
Novedad
habituales, tópicos o conocidos.
Tabla 1. Características estimulares de los objetos para captar la atención.
4. ATENCIÓN Y MOTIVACIÓN
La atención es un proceso cognitivo que está mediatizado por la motivación hacia lo
que se percibe. En la medida que lo que se percibe es de interés, la atención alcanza altas
cotas de eficacia, pudiéndose conseguir elevados niveles de concentración y persistencia;
es decir, mantenerse atento durante mucho tiempo por el efecto elicitador (motivador)
que posee para el sujeto (atención concentrada y atención sostenida).
Los intereses, los valores, el grado de atracción, la novedad, etc., de lo que se percibe
son elementos que conforman la motivación intrínseca. Por otra parte, la consecuencia
de las propias acciones sobre los demás o sobre algún objeto permite lograr una mayor
motivación. Así, por ejemplo, se explicaría que la interactividad que caracteriza a los
programas de ordenador motive en gran medida a los alumnos y, como consecuencia, les
presten una gran atención (sostenida y concentrada). La calidad gráfica, el movimiento,
los colores y otros elementos visuales de la TV y del ordenador son poderosos elementos
motivacionales que generan o inducen procesos atencionales muy potentes.
Otro de los elementos mediacionales en la atención es el tiempo de permanencia
que el sujeto es capaz de dedicarle al procesamiento. Sobre ello existen diferencias
individuales con respecto a la fatiga. A un niño con escasas habilidades atencionales habrá
que demandarle paulatinamente pequeños incrementos de tiempo en las tareas de atención
para que adquiera un hábito progresivo. Los tiempos exigibles deben ser acordes con las
capacidades del sujeto y con los factores que puedan condicionar su esfuerzo atencional.
ESTILO DE APRENDIZAJE