El Derecho Real de Servidumbre
El Derecho Real de Servidumbre
El Derecho Real de Servidumbre
1.1..- CONCEPTO.
c) Que no precisa el en que consiste el contenido del gravamen, aunque como advierte
CASTAN, debe tenerse en cuenta que el hecho de tener que redundar en beneficio de otro
inmueble supone cierta precisión en el mínimo exigible.
La Resolución de la Dirección General de los Registros y del Notariado de 19
abr. 1930, declara «que la servidumbre es un gravamen impuesto sobre un inmueble en
beneficio de otro perteneciente a distinto dueño y en cuya virtud el titular del predio
dominante puede utilizar el predio sirviente para ciertas finalidades o poner al
aprovechamiento del mismo limitaciones que redundan en beneficio de su particular
dominio o privar al dueño del predio gravado de alguna especial facultad contenida
en el derecho de propiedad normalmente constituido»
1.2.-FUNDAMENTO.
1.3.- CARACTERES
Como derecho subjetivo supone una relación entre personas, y no una relación
entre fundos. Su carácter de derecho real implica las notas de inmediatividad y de
absolutividad.
Si bien la servidumbre en su aspecto activo es un derecho, en cambio en su aspecto
pasivo es un gravamen.
La servidumbre puede consistir en el derecho de exigir que no se haga algo (non
facere) o que se permita hacer algo (pati), pero no en el derecho de exigir que el gravado
haga algo.
No puede existir un derecho de servidumbre que recaiga sobre cosa propia, pues
las cosas sirven a su dueño por derecho de propiedad y no por derecho de servidumbre
(nemini res sua servit iure servitutis). El art.. 530 se manifiesta en ese sentido al definir la
servidumbre como gravamen impuesto sobre un inmueble en beneficio de otro
perteneciente a distinto dueño.
--En consecuencia, al tratarse de un derecho real limitativo, ello motiva que las
servidumbres no se presuman, sino que se ha de probar su constitución27. Las
servidumbres se interpretarán por lo tanto de forma restrictiva.
27 Expresa la sentencia de 4 de noviembre de 1897 que en los contratos en los que se constituye
servidumbre o se establece algún gravamen que afecte a la libertad de las fincas ha de estar bien expresa la
voluntad de las partes sobre esos extremos.
inmueble, que no reporten ventaja a nadie. La utilidad ha de ser actual o potencial, pero
ha de existir en todo caso.
-- El dueño del fundo sirviente está obligado a dejar hacer (pati), a no dejar hacer (non
facere), e incluso a hacer alguna cosa, si bien solamente con carácter accesorio a la
servidumbre (facere).- Ej. Una servidumbre de paso con la obligación de efectuar las
reparaciones en el camino.
-- El ejercicio de la servidumbre ha de amoldarse al objeto y necesidades para que se
estableció, sin que el dueño del predio sirviente pueda oponer obstáculos, y habiendo de
comportarse el del dominante civiliter, es decir, procurando que resulte el ejercicio de la
servidumbre lo menos gravoso posible para el sirviente.
-- La interpretación en materia de servidumbres, como en todo lo relativo a
imposición de gravámenes sobre la propiedad, ha de ser estricta y favorecer, en lo
posible, el interés y condición del predio sirviente, puesto que la propiedad se presume
libre.
-- Una vez constituida la servidumbre en provecho de una cosa o de una persona, es
inherente fundo (en las prediales) o a la persona (en el caso de las servidumbres
personales), y en consecuencia no es susceptible de transmisión o enajenación total ni
parcial. De aquí el axioma de que una servidumbre no puede gravarse con otra.
2. Las servidumbres son indivisibles (servitutes dividi non possunt) o, lo que es igual, no
pueden adquirirse ni perderse parcialmente.
3. La servidumbre, debe tener una causa perpetua; es decir, debe satisfacer un interés
permanente del predio dominante y descansar en una utilidad que pueda constantemente
prestar el predio sirviente.
1.4.- ELEMENTOS.
Una misma servidumbre puede ser positiva o negativa, según los casos.(sentencias
de 8 de febrero de 1899, 9 de febrero de 1907, 8 de enero de 1908, 12 de Así, la de luces
y vistas, si los huecos se abren en pared exclusivamente propia, es negativa, porque el
dueño del predio dominante no impone al dueño del sirviente la obligación de dejar hacer
alguna cosa o hacerla por si mismo, sino únicamente la prohibición de hacer algo que le
sería lícito sin la servidumbre, como es el tapar los huecos, levantando pared en su terreno;
pero si se abren en pared ajena o medianera, la servidumbre es positiva, porque no puede
constituirse sin el asentimiento presunto del otro medianero o del dueño de la pared (STS
de 8 de junio de 1918, 20 de abril de 1923, 15 de marzo de 1934 y 19 de junio de 1951).
4 Continuas y discontinuas.Por razón de su ejercicio.
De acuerdo con el artículo 532, son contínuas aquellas cuyo uso es o puede ser
incesante sin la intervención de ningún hecho del hombre (ej. servidumbre de luces y
vistas), y discontinuas, las que se usan a intervalos más o menos largos y dependen de
actos del hombre (ej. servidumbre de paso).
Hay servidumbres, dice Manresa que, como las negativas, que nunca son
aparentes o lo son atendiendo al predio dominante y a determinado aspecto positivo de
las mismas, y otras, como las de estribo de presa, que siempre lo son. Pero, en cambio,
hay muchas que pueden ser aparentes o no aparentes, según los casos. Así, la servidumbre
de paso puede presentar un signo de su existencia, un pasadizo, por ejemplo, aunque
ordinariamente sea no aparente. La de acueducto tiene siempre la consideración de
aparente por declaración del Código (art. 561).
Voluntarias: Son aquellas establecidas por voluntad de los propietarios (at. 536).
Según el artículo594 todo propietario de una finca puede establecer en ella las
servidumbre que quiera y como quiera siempre que no contravengan las leyes y el orden
público.
. ANTECEDENTES
Como principio general, que se aplican a las servidumbres personales las reglas
relativas a la constitución, modificación, extinción y protección de las servidumbres
prediales, sin más alteración que la que resulte de la diferencia de naturaleza que entre
ellas existe; y así no le es de aplicación el art. 534 (inseparabilidad del fundo) ni la
intransmisibilidad de que él se deriva (CASTAN).
A . Adquisición por la ley.- La ley unas veces crea directamente la servidumbre (tal
sucede, por ejemplo, en el caso de la servidumbre natural de aguas, de que se ocupa el
artículo 552), y otras se contenta con conceder a los propietarios el derecho a reclamar la
constitución del gravamen, mediante un acto concreto de la autoridad judicial o
administrativa, (salvo acuerdo de las partes) como sucede en la servidumbre de paso. En
estos últimos casos la servidumbre se constituye, en realidad, por
adjudicación.
Según DIEZ-PICAZO Y GULLÓN parece, por lo menos a primera vista, que el Código
civil limita la eficacia de la usucapión, como modo de adquisición de las servidumbres, a
las que presentan los caracteres de continuas y aparentes, y que, por otra parte, contiene
una desviación de la disciplina general, al establecer un plazo único de veinte años, sin
necesidad de ningún otro requisito (art. 537), aun cuando, naturalmente, ha de existir
posesión de la servidumbre apta para la usucapión, es decir, en posesión «en concepto de
dueño, pública, pacífica y no interrumpida» (art. 1.941).
La lógica consecuencia de ello es excluir la usucapibilidad de las servidumbres
continuas no aparentes (ej.servidumbre de luces y vistas en pared propia) y de las
discontinuas sean o no aparentes (ej.servidumbre de paso). Para tales únicamente se
admite la eficacia creadora del título y la falta de éste sólo puede ser suplida por una
escritura de reconocimiento del dueño del predio sirviente o por una sentencia firme (art.
540).
El artículo 538 Cc. contiene una regla especial relativa al cómputo del tiempo,
aplicable al plazo de veinte años mencionado en el artículo 537. El tiempo se computa de
manera distinta según que la servidumbre sea positiva o negativa. Si la servidumbre es
positiva, desde el día en que se haya comenzado a ejercerla sobre el predio sirviente. Si
es negativa, no se cuenta desde el momento del comienzo del ejercicio , sino «desde el
día en que el dueño del precio dominante hubiera prohibido, por un acto formal, al del
sirviente la ejecución del hecho que sería lícito sin la servidumbre».
11.3.2.- Contenido:
-- Dueño del predio dominante: puede hacer en el predio sirviente las obras necesarias
para el uso y conservación de la servidumbre, pero sin alterarla ni hacerla más gravosa.
Debe utilizar el momento menos perjudicial para el titular del predio sirviente.
-- Contribución en las cargas o en los gastos: si fueran varios los predios dominantes,
estarán obligados a contribuir a los gastos en proporción al beneficio que a cada uno
reporte la obra. El que no quiera contribuir podrá eximirse renunciando a la servidumbre
en provecho de los demás. Si el dueño del predio sirviente utilizara de algún modo la
servidumbre estará obligado a contribuir en los gastos.
-- Deberes del propietario del predio sirviente: no puede perturbar el uso del servidumbre
constituida; excepción: si se da un cambio de circunstancias que la convierten en muy
incómoda, o le priva de hacer obras, reparaciones o mejoras importantes, entonces se
puede variar la servidumbre a costa del titular del sirviente y siempre que no cause
perjuicio al del dominante. (Artículo545)
2. El ius variandi del dueño del predio sirviente. El artículo 545 concede al dueño del
predio sirviente la posibilidad de modificar las reglas constitutivas de la servidumbre.
Supone esta facultad una aplicación del principio según el cual la servidumbre debe
ejercitarse con el menor sacrificio y el menor daño posible para el predio sirviente, y se
concreta en la variación unilateral del lugar de ejercicio.
Son requisitos para que pueda utilizarse esta facultad: que en su configuración originaria
la servidumbre haya llegado a ser muy incómoda para el dueño del predio sirviente o le
prive de hacer en él obras, reparos o mejoras importantes; que ofrezca otro lugar o forma
igualmente cómodos que reemplacen a los que se trate de sustituir; que no resulte
perjuicio alguno para el dueño del predio dominante o los que tengan derecho al uso de
la servidumbre: que costee el repetido dueño del predio sirviente los gastos que ocasione
la variación.
3. Los efectos del tiempo y de la posesión. El artículo 547 dispone que la forma de
-prestar la servidumbre puede prescribirse como la servidumbre misma y de la misma
manera. Por tanto, cabe que por prescripción extintiva disminuya el contenido de una
servidumbre al usarse con menor intensidad que la permitida al constituirse.
3. Pérdida de la cosa. El Código habla de un cambio en el estado de los predios que haga
imposible el uso de la servidumbre. Esta revive si después el estado los mismos permite
usar de ella, a menos que entre tanto se haya producido una prescripción conforme a lo
dispuesto en el número anterior, debiendo interpretarse el acto contrario en las continuas
es el cambio del estado de los predios
5.- Renuncia. La servidumbre es renunciable por el dueño del predio dominante., esta
causa debe conducir, por identidad de razón, a permitir la extinción cuando la
servidumbre no reporte ya beneficio al dominante.
6.- Convenio extintivo.- Según DIEZ-PICAZO Y GULLÓN, está permitido por el art.
546.61 cuando habla de la redención de la servidumbre.
1. Concepto.
El Código civil regula las servidumbres legales en los arts. 549 a 593, bajo la
rúbrica «De las servidumbres legales. Dentro de los casos contemplados por el Código se
agrupan supuestos de diferente naturaleza:
Así algunos preceptos se refieren a auténticas limitaciones del dominio. Se trata
de limitaciones impuestas automáticamente por la norma legal, que no necesita de ningún
tipo de constitución (negocial o impuesta por la autoridad judicial o administrativa). Estas
limitaciones (ej. la servidumbre de caída de aguas del art. 552) se imponen por motivos
de relaciones de vecindad o por razones de utilidad pública, y no son indemnizables.
(DIEZ-PICAZO Y GULLÓN)
a) En que tienen por fuente, no el hecho del hombre (título, usucapión, destino del
propietario, etc.), sino la ley; aunque a veces no surgen automáticamente y es la ley sólo
un título abstracto de la servidumbre, haciendo falta, además, como ya se dijo en el
anterior, un título concreto, constituido por una declaración de la autoridad judicial o
administrativa o incluso un acuerdo entre los propietarios.
b) En que, lejos de ser ilimitado su número y libre su contenido, está uno y otro
determinado limitativamente por la ley (numerus clausus, tipicidad).
Regulación legal. las de interés público se rigen: 1. Por las Leyes y Reglamentos
especiales que las determinen. 2. Por las disposiciones sobre servidumbres contenidas en
el título VII del libro II del Código civil (art. 550). En cambio, las de utilidad privada se
regulan: 1. Por los convenios de los interesados en todo aquello que no prohíba la ley ni
cause perjuicio a tercero.
2º. Por las disposiciones del citado título del Código civil, sin perjuicio de lo que
dispongan las Leyes, Reglamentos y Ordenanzas generales y locales sobre policía urbana
o rural (art. 551).
Las servidumbres de utilidad privada son (siguiendo el orden con que las expone el
Código): 1. Las establecidas para el uso de las aguas, que tengan este carácter privado. 2º
Las de paso. 3. Las de medianería. 4º Las de luces y vistas. 5. La de desagüe de los
edificios. 6. La de distancias y obras intermedias para ciertas construcciones y
plantaciones.
El Código civil regula en los arts. 552 a 563 una serie de servidumbres en materia de
aguas: servidumbre natural de caída de aguas, uso público de riberas, estribo de
presa, parada o partidor, abrevadero y acueducto. El art. 563 dispone que «el
establecimiento, extensión, forma y condiciones de las servidumbres de aguas, de que se
trata en esta Sección, se regirán por la Ley especial de la materia, en cuanto no se halle
previsto en este Código».
Se invierte, por tanto, el orden de prelación establecido en los arts. 550 y 551 C.C.
Según el art. 552 C.C., recogido íntegramente en el art. 45-1 L.A. de 1985, «los predios
inferiores están sujetos a recibir las aguas que naturalmente y sin obra del hombre
descienden de los predios superiores, así como la tierra y piedra que arrastren en su curso.
Ni el dueño del predio inferior puede hacer obras que impidan esta servidumbre,
ni el del superior obras que la agraven».
A pesar de la denominación que le da el Código, no se trata de una verdadera servidumbre
de las llamadas legales o forzosas, sino de una limitación del dominio impuesta por la
relación de vecindad de los predios. Según DIEZ-PICAZO Y GULLÓN, lo que hace la ley
es reconocer las consecuencias que se derivan de la situación física en la que se
encuentran las fincas e imponen unas conductas de abstención de los respectivos
propietarios: el del superior no podrá agravar la caída de las aguas y el del inferior no
podrá hacer obras que la impidan.
Las aguas que ha de soportar el dueño del predio inferior las aguas tienen que
descender naturalmente, sin intervención del hombre en ningún momento, como es el
caso de las aguas procedentes de deshielos, lluvia, filtraciones, fuentes, etc. (CASTÁN). El
dueño del predio inferior no está obligado a soportar el descenso de las aguas que hayan
sufrido una modificación en su «calidad espontánea» por obra del hombre. Así lo dispone
el art. 45-2 Ley de A.guas de 1985: «Si las aguas fueran producto de alumbramiento,
sobrantes de otros aprovechamientos, o se hubiese alterado de modo artificial su calidad
espontánea, el dueño del predio inferior podrá oponerse a su recepción, con derecho a
exigir resarcimiento de daños y perjuicios, de no existir la correspondiente servidumbre».
Regulada en el art. 533 C.C, que establece que: «las riberas de los ríos, aun
cuando sean de dominio privado, están sujetas en toda su extensión y sus márgenes, en
una zona de tres metros, a la servidumbre de uso público en interés general de la
navegación, la flotación, la pesca y el salvamento». La Ley de Aguas, en su art. 6 ha
ampliado esta zona a 5 metros.
C) Estribo de presa.-
El art. art. 554 C.C. que «cuando para la derivación o toma de aguas de un río o arroyo,
o para el aprovechamiento de otras corrientes continuas o discontinuas, fuere necesario
establecer una presa, y el que haya de hacerlo no sea dueño de las riberas, o terrenos en
que necesite apoyarla, podrá establecer la servidumbre de estribo de presa, previa la
indemnización correspondiente».
D) Parada o partidor
La establece el art. 562 C.C.: «E1 que para dar riego a la heredad o mejorarla, necesite
construir parada o partidor en el cauce por donde haya de recibir el agua, podrá exigir que
los dueños de las márgenes permitan su construcción, previo abono de daños y perjuicios,
incluso los que se originen de la nueva servidumbre a dichos dueños y a los demás
regantes» .
Reguladas en los arts. 555 y 556 C.C. Según el primero «las servidumbres de saca
de agua y abrevadero solamente podrán imponerse por causa de utilidad pública en favor
de alguna población o caserío, previa la correspondiente indemnización».
El art. 556 establece una servidumbre de paso conexa a las de saca de agua y
abrevadero: «Las servidumbres de saca de agua y abrevadero llevan consigo la obligación
en los predios sirvientes de dar paso a personas y ganados hasta el punto donde hayan de
utilizarse aquéllas, debiendo ser extensiva a este servicio la indemnización».
F) Acueducto
Dice el art. 558, que el que pretenda beneficiarse de esta servidumbre está
obligado:
l.- «A justificar que puede disponer del agua y que esta es suficiente para el uso a que
destina». Con ello se intenta evitar el establecimiento de servidumbres sin causa.
2. «A demostrar que el paso que solicita es el más conveniente y menos oneroso para el
tercero».
3.«A indemnizar al dueño del predio sirviente en la forma en que se determine por las
leyes y reglamentos».
Según establece el art. 564 1 C.C., «el propietario de una finca o heredad, enclavada entre
otras ajenas y sin salida a camino público, tiene derecho a exigir paso por la heredades
vecinas, previa la correspondiente indemnización».
Si existe salida a camino público pero ésta es peligrosa, difícil o insuficiente para
los fines a que se destina la finca puede exigirse la constitución de la servidumbre de paso;
mas la salida ha de ser necesaria para la explotación normal del predio, no caprichosa o
arbitraria (cfr. SS. 9 junio 1975, 29 marzo 1977 y 13 junio 1989).
». Por tanto, se concede paso sin indemnización al adquirente si la finca adquirida queda
enclavada entre otras del enajenante.
La servidumbre de paso debe darse por el punto menos perjudicial al predio
sirviente,
y, en cuanto fuere conciliable con esta regla, por donde sea menor la distancia del predio
dominante al camino público (art. 565 C.C.).
Establece el art. 569 que «si fuere indispensable para construir o reparar algún edificio
pasar materiales por predio ajeno, o colocar en él andamios u otros objetos para la obra,
el dueño de este predio está obligado a consentirlo, recibiendo la indemnización
correspondiente al perjuicio que le irrogue».
A) En el Código Civil
Regulación legal.- La medianería ser regula por las normas que el Código le dedica bajo
la rúbrica «De la servidumbre de medianería», (arts. 571 a 579), y subsidiariamente por
las ordenanzas y usos locales en cuanto no se opongan a él, o no esté prevenido en el
mismo (art. 571).
En nuestro código la medianería no es forzosa, es decir que al dueño de una pared,
el propietario del predio contiguo no puede obligarle a convertir ese elemento en
medianero o común. (DÍEZ-PICAZO Y GULLÓN)
Sin embargo, cabe la posibilidad que las ordenanzas y usos locales impongan
forzosamente la medianería (art. 571)
3.- Contenido.-
El Código establece, respecto del derecho a tener vistas sobre fundo ajeno e impedir actos
que las obstaculicen, una serie de limitaciones, distinguiendo entre:.
Restricciones a la facultad de abrir huecos en pared medianera, en la que es
necesario, lo mismo que con las luces, el consentimiento del otro medianero (cfr. art.
580).
También pueden abrirse ventanas si, aunque existan menos de dos metros
en las vistas rectas y menos de 60 centímetros en las oblicuas, los edificios se encuentran
separados por una vía pública (cfr. art. 584).
Por último, el art. 585 dispone: «Cuando por cualquier título se hubiere adquirido
derecho a tener vistas directas, balcones o miradores sobre la propiedad colindante, el
dueño del predio sirviente no podrá edificar a menos de tres metros de distancia,
tomándose la medida de la manera indicada en el artículo 583».
VI.-Servidumbre de desagüe.
En el art. 586 se contempla una limitación del dominio y no una servidumbre, por
razón de la recogida de aguas pluviales, limitación establecida con carácter de
reciprocidad. (DEL ARCO TORRES) . Sería una restricción del derecho de propiedad por
razón de recogida de aguas (CASTÁN), al ordenar que : «El propietario de un edificio está
obligado a construir sus tejados o cubierta de manera que las aguas pluviales caigan sobre
su propio suelo o sobre la calle o sitio público, y no sobre el suelo vecino. Aun
cayendo sobre el propio suelo, el propietario está obligado a recoger las aguas de modo
que no causen perjuicio al predio contiguo».
Sin embargo, nada se opone a que los dueños de fundos vecinos establezcan
voluntariamente un derecho de servidumbre de verter las aguas de sus tejados.
A) El art. 589 C.C. establece limitaciones que tienen por fundamento la defensa nacional:
«No se podrá edificar ni hacer plantaciones cerca de las plazas fuertes o fortalezas sin
sujetarse a las condiciones exigidas por las leyes, ordenanzas y reglamentos particulares
de la materia» .
El art. 590 C.C. se refiere a las inmisiones típicas, y presenta relaciones con el art.
1.908 C.C. en cuanto la vulneración de esas prohibiciones puede dar lugar a
responsabilidad
extracontractual: «Nadie podrá construir cerca de una pared ajena o medianera pozos,
cloacas, acueductos, hornos, fraguas, chimeneas, establos~ depósitos de materias
corrosivas, artefactos que se muevan por el vapor, o fábricas que por sí mismas o por sus
productos sean peligrosas o nocivas, sin guardar las distancias prescritas por los
reglamentos y usos del lugar, y sin ejecutar las obras de resguardo necesarias, con
sujeción, en el modo, a las condiciones que los mismos reglamentos prescriban. A falta
de reglamento se tomarán las precauciones que se juzguen necesarias, previo dictamen
pericial, a fin de evitar todo daño a las heredades o edificios vecinos».
Es importante la remisión a los reglamentos sobre la materia, pues la legislación
administrativa regula con precisión el régimen de las actividades peligrosas, nocivas,
incómodas e insalubres.
Respecto a las distancias que han de observarse en las plantaciones el art. 591
establece que «no se podrá plantar árboles cerca de una heredad ajena sino a la distancia
autorizada por las ordenanzas o la costumbre del lugar, y en su defecto, a la de dos metros
de la línea divisoria de las heredades si la plantación se hace de árboles altos, y a la de 50
centímetros si la plantación es de arbustos o árboles bajos. Todo propietario tiene derecho
a pedir que se arranquen los árboles que en adelante se plantaren a menor distancia de su
heredad».
Por su parte, el art. 592 C.C. dispone que «si las ramas de algunos árboles se extendieren
sobre una heredad, jardines o patios vecinos, tendrá el dueño de éstos derecho a reclamar
que se corten en cuanto se extiendan sobre su propiedad, y si fueren las raíces de los
árboles vecinos las que se extendiesen en suelo de otro, el dueño del suelo en que se
introduzcan podrá cortarlas por si mismo dentro de su heredad».
Finalmente, en lo que respecta al C.C., según su art. 593 «los árboles existentes en un seto
vivo medianero se presumen también medianeros, y cualquiera de los dueños tiene
derecho a exigir su derribo. Exceptúanse los árboles que sirvan de mojones, los cuales no
podrán arrancarse sino de común acuerdo entre los colindantes».