Casación Denis
Casación Denis
Casación Denis
Sindicato
RECURSO DE CASACIÓN, INTERPUESTO POR EL LICENCIADO ROLANDO MURGAS TORRAZA, EN
REPRESENTACIÓN DE LOS SEÑORES ELVIS ACZEL ORTEGA, EDWIN KAM Y CAMPO ELÍAS
MIRANDA, CONTRA LA SENTENCIA DE 8 DE ENERO DE 2007, EMITIDA POR EL TRIBUNAL SUPERIOR
DE TRABAJO DEL PRIMER DISTRITO JUDICIAL, DENTRO DEL PROCESO LABORAL: SINDICATO DE
TRABAJADORES DE SERVICIOS MARÍTIMOS DE REMOLCADORES, BARCAZAS Y AFINES DE
PANAMÁ (SITRASERMAP) VS SMIT INTERNATIONAL HARBOUR TOWAGE (PANAMÁ), INC. Y SMIT
INTERNATIONAL HAVENSLEEP-DIENSTEN, B.V. PONENTE: ADAN ARNULFO ARJONA L. PANAMÁ,
VEINTIDÓS (22) DE ENERO DE DOS MIL OCHO (2008).
Tribunal: Corte Suprema de Justicia, Panamá
Sala: Tercera de lo Contencioso Administrativo
Ponente: Adán Arnulfo Arjona L.
Fecha: 22 de Enero de 2008
Materia: Casación laboral
Casación laboral
Expediente: 61-07
VISTOS:
La firma Ledezma & Asociados, en representación del SINDICATO DE TRABAJADORES
DE SERVICIOS MARÍTIMOS DE REMOLCADORES DE PANAMÁ (SITRASERPA) ahora
SINDICATO DE TRABAJADORES DE SERVICIOS MARÍTIMOS DE REMOLCADORES,
BARCAZAS Y AFINES DE PANAMÁ (SITRASERMAP) y el
licenciado Rolando Murgas Torraza, en representación de los señores ELVIS ACZEL ORTEGA,
EDWIN KAM y CAMPO ELÍAS MIRANDA, miembros de sindicato que constituyeron apoderado
especial en el transcurso del proceso, presentaron recurso de casación contra la Sentencia de 8
de enero de 2007, emitida por el Tribunal Superior de Trabajo del Primer Distrito Judicial, dentro
del proceso laboral instaurado por el Sindicato de Trabajadores de Servicios Marítimos de
Remolcadores de Panamá (SITRASERPA) contra las empresas SMITH INTERNATIONAL
HARDBOUR TOWAGE (PANAMÁ), INC. Y SMITH INTERNATIONAL HAVENSLEEP-DIENSTEN,
B.V.
I.-ANTESCEDENTES DEL CASO
Sindicato de Trabajadores de Servicios Marítimos de Remolcadores de Panamá
(SITRASERPA) ahora Sindicato de Trabajadores de Servicios Marítimos de Remolcadores,
Barcazas y Afines de Panamá (SITRASERMAP),, en representación de los miembros del sindicato
interpuso demanda laboral contra las empresas Smith International Hardbour Towage (Panamá),
Inc. y Smith International Havensleep-Diensten, B.V., a fin que, previo a los trámites legales
pertinentes, sea condenada al pago de tres millones ochocientos setenta y ocho mil ochocientos
diez balboas con ochenta centésimos (B/.3,868,810.80), en concepto de horas extraordinarias
laboradas y no pagadas, vacaciones proporcionales y décimo tercer mes proporcional no pagado
oportunamente dentro del periodo comprendido entre el 15 de septiembre de 1993 hasta el 30 de
junio de 1997, a los miembros del sindicato, debidamente afiliados y registrados en el Ministerio
de Trabajo y Desarrollo laboral.
Como pretensión de la demanda también se solicitó que se declarar que la empresa Smith
International Hardbour Towage (Panamá), Inc. es subsidiaria de la empresa Smith International
Havensleep-Diensten, B.V., y que constituyen una unidad económica conforme a los artículos 90,
96 y 481 del Código de Trabajo, por lo que son solidariamente responsables y adeudan a los
trabajadores las prestaciones demandadas.
En primera instancia, el Juzgado Tercero de Trabajo de la Primera Sección absolvió a las empresas de las
reclamaciones impetradas, mediante Sentencia de 16 de abril de 2006.Esta sentencia fue impugnada por medio
del recurso de apelación, teniendo conocimiento el Tribunal Superior de Trabajo del Primer Distrito Judicial que
promulgó la Sentencia de 8 de enero de 2007, objeto del recurso extraordinario que nos ocupa.
VICTOR L. BENAVIDES P.
WINSTON SPADAFORA FRANCO -- ADÁN ARNULFO ARJONA L.
JANINA SMALL (Secretaria)
Apelación contra la Junta de Relaciones Laborales - ACP
RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO POR EL LICENCIADO ROY AROSEMENA, QUIEN ACTÚA EN
REPRESENTACIÓN DE LA UNIÓN DE PRÁCTICOS DEL CANAL DE PANAMÁ Y POR LA LICENCIADA
HAYDÉE MÉNDEZ, EN REPRESENTACIÓN DE LA AUTORIDAD DEL CANAL DE PANAMÁ CONTRA LA
RESOLUCIÓN Nº 29/2006 DE 19 DE DICIEMBRE DE 2005, DICTADO DENTRO DE LA DENUNCIA POR
PRÁCTICA LABORAL DESLEAL Nº PLD-14/04. ADAN ARNULFO ARJONA L. PANAMÁ, DIECIOCHO (18)
DE ENERO DE DOS MIL OCHO (2008).
Tribunal: Corte Suprema de Justicia, Panamá
Sala: Tercera de lo Contencioso Administrativo
Ponente: Adán Arnulfo Arjona L.
Fecha: 18 de Enero de 2008
Materia: Acción contenciosa administrativa
Apelación contra la Junta de Relaciones Laborales - ACP
Expediente: 73-06 Y 75-06
VISTOS:
Los Licenciados Roy Arosemena, quien actúa en representación de la Unión de Prácticos
del Canal de Panamá, UPCP y Haydée Méndez, quien actúa en representación de la Autoridad
del Canal de Panamá, ACP, han promovido recurso de apelación en contra de la Resolución Nº
29/2006 de 19 de diciembre de 2005, proferida por la Junta de Relaciones Laborales de la ACP,
JRL, dentro de la Denuncia por Práctica Laboral Desleal Nº PLD-14/04.
I.-RESOLUCIÓN APELADA:
La resolución Nº 29/2006 dictada por la JRL dentro de la denuncia por práctica laboral
desleal Nº PLD-14/04 presentada por la UPCP en contra de la ACP resuelve la controversia
planteada por los trabajadores la cual se centra en el derecho que tiene un sindicato a ser
adecuadamente representado en un proceso jurisdiccional y, como consecuencia de dicho
derecho, la facultad de la JRL de ordenar a la administración de la ACP la concesión de tiempo
oficial a aquellos trabajadores que atiendan un llamado de la JRL para atender asuntos
jurisdiccionales que esta ventila.
La controversia inicial que originó que la JRL profiriera la resolución apelada consistía en
una denuncia interpuesta por el Capitán Rafael Méndez quien alegaba la violación de derechos
por parte de la UPCP.
Durante el proceso seguido ante la JRL y en virtud de las pruebas solicitadas por la parte
denunciante (Cap. Rafael Méndez), la JRL ordenó a la ACP conceder tiempo oficial a los
trabajadores del Canal que debían comparecer al proceso como testigos, solicitud que fue
rehusada por la ACP bajo el criterio de que “..la administración del Canal de Panamá no tiene que
otorgar tiempo oficial a los representantes que actúan ante la JRL o hacer disponible los testigos
ante esta instancia y agrega que de hacerlo, disminuye la eficiencia y eficacia del Canal y que,
además, incurre en un gasto adicional no contemplado...” (ver página 5 de la resolución apelada,
visible a foja 5 del expediente contentivo del presente proceso).
De conformidad con lo anterior, la ACP niega el tiempo oficial solicitado por la JRL para
los señores Roderick Lee, José Antonio Calvo y Augusto Gotti, alegando que las normas aplicables
prohiben expresamente a la ACP conceder tiempo de representación para los casos en que se
ventilan asuntos internos del sindicato.
Señala la JRL que “...la administración está abrogándose funciones propias de la Junta de
Relaciones Laborales pretendiendo ser quien interpreta la norma legal que rige la jurisdicción
decisoria en materia de relaciones laborales...” (ver foja 6 del expediente contentivo del presente
proceso).
Continúa señalando la JRL que “...las relaciones laborales en la jurisdicción laboral no se
restringen tan solo a la relación laboral que existe entre la administración y los sindicatos, sino que
se extiende a los asuntos intersindicales e intrasindicales. Es por ello que la ley le confiere a la
Junta de Relaciones Laborales, en su artículo 113, numeral 5, la facultad de certificar a los
sindicatos, por lo tanto, es su responsabilidad velar porque el orden jurídico en los sindicatos y
entre los sindicatos se mantenga...” (ver foja 6 del expediente contentivo del presente proceso).
La resolución recurrida hace referencia al derecho a representarse o a ser representado
ante la JRL y manifiesta que este “...es un derecho que la ley orgánica le concede a la
administración, a los sindicatos, a los trabajadores y al representante exclusivo...” (ver foja 6 del
expediente contentivo del presente proceso).
Considera la JRL que al restringirse el derecho del sindicato, alegando que la reclamación
interpuesta es un asunto interno de este organismo, se está desconociendo la autoridad que el
imperio de la ley concede a la JRL, adjudicándose “motu propio” una facultad que única y
exclusivamente corresponde a la JRL.
La decisión de la JRL se refiere al derecho que tenía el Capitán Roderick Lee a presentar
su defensa ante la JRL por razón de la denuncia interpuesta en contra del Sindicato por el Capitán
Rafael Méndez y señala que “...lo medular no es que la administración no ha cumplido la ley, sino
que ha violado el derecho que la misma ley le concede al trabajador y al sindicato...” (ver foja 7 del
expediente contentivo del presente proceso).
El artículo 55 del Reglamento de Relaciones Laborales de la ACP establece claramente
que le corresponde a la JRL determinar si la administración debe o no autorizar tiempo de
representación a un trabajador para tratar asuntos ante dicha Junta.
Manifiesta la JRL que “...las denuncias por prácticas laborales desleales se presentan
única y exclusivamente ante la Junta de Relaciones Laborales, por lo tanto, cuando la
administración le niega tiempo de representación al representante sindical para comparecer ante
esta corporación, o a los testigos para que puedan presentar sus pruebas testimoniales, la
administración le niega el derecho a la defensa al sindicato y actúa contrario a la propia norma que
pretende regular las relaciones laborales...” (ver foja 7 del expediente contentivo del presente
proceso).
La JRL hace referencia en la resolución recurrida a la errada aplicación del artículo 99 de
la Ley Orgánica por parte de la ACP a la situación específica (tramitación de una denuncia por
práctica laboral desleal) que se ventilaba ante la JRL.
Estima la JRL que “como la administración es la única que tiene competencia para
autorizar los tiempos oficiales una vez la Junta de Relaciones Laborales lo ordene, al no cumplir
la orden de este tribunal, la actuación de la administración se configura en desacato...” (ver foja 8
del expediente contentivo del presente proceso).
Continúa señalando el fallo de la JRL que “no conforme con incumplir una orden de este
tribunal, la administración se abroga la facultad de interpretar la norma cuando la ley le ha conferido
esta competencia a mismo tribunal conformado por la JRL y luego nos dice que su desobediencia
no afecta la autoridad de la Junta...” (ver foja 8 del expediente contentivo del presente proceso).
La JRL hace referencia a lo dispuesto en el artículo 111 de la Ley Orgánica de la ACP,
mismo que dispone la autonomía e independencia de la JRL y el obligatorio cumplimiento de sus
decisiones.
Así, expone que “...siendo la administración parte común en todas las acciones de esta
corporación, ya sea de forma activa o pasiva, como es el caso que nos compete, su deber es
cumplir las órdenes de esta corporación...” (ver foja 8 del expediente contentivo del presente
proceso).
Por último resalta que “...la paz en las relaciones laborales es lo que permite que la
operación del Canal sea eficaz y eficiente y que los derechos humanos de los trabajadores del
canal se consagran en la ley orgánica, por lo tanto, el acceso a la justicia no se le debe negar a
ningún canalero con argumentos que ni siquiera se sustentan en la ley...” (ver foja 8 del expediente
contentivo del presente proceso).
El fallo apelado concluye diciendo que la ACP cometió una práctica laboral desleal que se
fundamenta en la violación de los numerales 1 y 8 del artículo 108 de la Ley Orgánica de la ACP,
cuando negó el tiempo de representación oficial al Capitán Roderick Lee para representar al
sindicato, al igual que interfirió con el derecho de los señores José Antonio Calvo y Augusto Gotti
y desobedeció la orden del tribunal competente.
Dadas las anteriores consideraciones, ordenó a la ACP “restituir el tiempo de vacaciones
a los capitanes que se vieron obligados a tomar tiempo libre para comparecer ante este tribunal
de justicia laboral” y “desistir de esta práctica” (ver foja 9 del expediente contentivo del presente
proceso).
II.-RECURSO DE APELACIÓN DE LA UPCP:
A. ARGUMENTOS DEL APELANTE:
El Licenciado Roy Arosemena, apoderado especial de la UPCP presentó recurso de
apelación en contra de la Resolución 29/2006 dictada por la JRL el 19 de diciembre de 2005, el
cual se fundamenta básicamente en lo siguiente:
1.- La decisión de la JRL al “ordenar a la administración restituir el tiempo de vacaciones
a los capitanes que se vieron obligados a tomar tiempo libre para comparecer ante este tribunal
de justicia laboral” ha desconocido de manera ilegal que los prácticos Jorge Sanidas, Roderick
Lee, José Antonio Calvo y Augusto Gotti, quienes participaron como representante y/o testigos en
la audiencia del caso por práctica laboral desleal Nº PLD-04/04, tienen derecho a que se les
reconozca y se les pague como “salarios caídos” el tiempo utilizado para comparecer ante ese
tribunal de justicia laboral especial, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 16, sección 2
de la Convención Colectiva.
2.- El sindicato tiene derecho a que la administración le reembolse los honorarios
profesionales pagados al abogado en concepto de la elaboración y tramitación de la denuncia
interpuesta en contra de la ACP, de conformidad con lo estipulado en los artículos 96 del
Reglamento de Relaciones Laborales de la ACP y los artículos 124 y 125 del Reglamento de
Administración de Personal de la ACP.
3.- Ordenar a la ACP que cese de interferir en el ejercicio de los derechos de los miembros
de la UPCP a defender los casos que se presenten en su contra ante la JRL, de conformidad con
lo dispuesto en el artículo 109 de la Ley Orgánica de la ACP.
B.-OPOSICIÓN AL RECURSO DE APELACIÓN:
La ACP, representada en esta instancia por la Licenciada Tiany María López Armuelles,
presentó oposición al recurso de apelación promovido por la UPCP y solicitó se nieguen las
pretensiones del apelante, fundamentándose en lo siguiente:
1.- No procede el pago de salarios caídos. La decisión de la JRL está reemplazando
tiempo por tiempo y con ello no se crea ninguna pérdida, merma o disminución en los salarios de
los empleados en cuestión.
2.- En cuanto al pago de honorarios de abogado, la parte opositora señala que:
a.- La JRL desconoció la solicitud del denunciante y no mencionó dicho pago en la resolución
proferida.
Continúa manifestando que “los honorarios fueron solicitados dentro del proceso, pero en
ningún momento se presentó de manera expresa la suma a la que los mismos ascendían, por lo
que no fueron determinados durante ni dentro del proceso. Adicionalmente, cabe mencionar que,
como el caso está en etapa de apelación, la decisión de la Junta de Relaciones Laborales no está
en firme...” (ver foja 34 del expediente contentivo del presente proceso).
b.- Uno de los requerimientos que deben cumplirse para acceder a esta petición de pago
de abogados es que haya condena en un monto cuantificable en concepto de salarios caídos y en
este caso no existió monto alguno en este concepto.
c.- Otro de los requerimientos es que “en la acción o medida de la Administración debe
haberse dado una práctica de personal prohibida” y en este la caso la decisión de la Administración
de negar el tiempo de representación a los empleados fue acorde a derecho y fundamentada en
la ley.
d.- El supuesto de que la acción de la administración haya sido tomada sin mérito o
fundamento alguno y el empleado haya sido declarado sustancialmente inocente de los cargos
formulados por la administración sólo aplica a los casos disciplinarios, por lo que el presente
proceso carece de este requisito.
e.- En cuanto al requisito relacionado con el hecho de que “la acción tomada contra el
empleado haya sido de mala fe a fin de hostigarlo o ejercer sobre él o ella una presión indebida,
solo aplica a casos disciplinarios, por lo que este proceso carece de ese requisito.
f.- El presente proceso no se prolongó de manera alguna, ni se perjudicó severamente al
empleado, ya que sólo tuvieron que hacer uso de algunas horas de vacaciones en actividades de
estricto interés para ellos y sin vinculación alguna con la administración.
g.- No es aplicable el supuesto “cuando la administración conocía o debía haber conocido
que no tendría éxito en la defensa del caso”, dado que la Administración siempre ha considerado
que ha actuado de acuerdo a derecho sobre la base del principio de legalidad de sus actos.
h.- No es aplicable el requisito de “que el empleado o su representante haya incurrido o
deba incurrir en el pago de honorarios de abogado”, por cuanto la ACP actuó de conformidad con
las normas pertinentes y ha sido por la inadecuada insistencia del sindicato que incurrió en la
contratación de su abogado, por lo que esta impertinencia no puede patrocinada con fondos de la
ACP.
Por otra parte, hace mención a la facultad que tiene la ACP de conceder tiempo de
representación a un representante sindical, según el régimen laboral especial de la ACP y lo que
este derecho implica.
En este sentido, hace referencia a lo estipulado en los artículos 316 y 322 de la
Constitución Política Nacional que le exigen a la ACP eficiencia y rentabilidad en la operación del
Canal y establece un régimen laboral especial, respectivamente.
Continúa refiriéndose a lo que estipula el artículo 94 de la Ley Orgánica de la ACP, relativo
a la interpretación de las disposiciones del régimen laboral especial que debe hacer la ACP
tomando en cuenta la eficacia y eficiencia del servicio que presta.
Según la representación judicial de la ACP, el artículo 99 de la Ley Orgánica de la ACP es
claro “...al expresar la prohibición de no autorizar tiempo oficial para asuntos que tratan de la
elección de la directiva del Sindicato...” (ver foja 38 del expediente contentivo del presente
proceso).
La solicitud de la JRL de conceder tiempo de representación a los prácticos, es contraria
a derecho por lo que la ACP se vio obligada a denegar dichos requerimientos.
Solicita que se rechacen y se declaren no viables las peticiones presentadas por el
recurrente y se nieguen todos los remedios solicitados.
A su juicio, la posición de la ACP “...no afecta, mina o disminuye de manera alguna la
autoridad de la Junta de Relaciones Laborales, ya que en ningún momento se ha cuestionado su
competencia para resolver asuntos intersindicales ni denuncias por prácticas laborales desleales
entre sindicatos, ni celebrar audiencias para tales efectos...” (ver foja 43 del expediente contentivo
del presente proceso).
Señala que los trabajadores no tienen derecho a salarios caídos, ya que el “...tiempo
oficial, no es más que un permiso remunerado para actuar en nombre del sindicato y en
representación de otro empleado, durante las horas en que el empleado a quien se le concede
debe realizar sus funciones de trabajo regulares...” (ver foja 44 del expediente contentivo del
presente proceso).
A continuación señala los casos en los que la ley prevé la posibilidad de conceder tiempo
de representación: Negociar convenciones colectivas, presentar y tramitar quejas, participar en
reuniones formales entre la administración y los trabajadores, relacionadas con quejas o
condiciones de empleo, invocar arbitraje y participar en la elaboración y modificación de
reglamentos que afecten las condiciones de empleo.
Explica que las vacaciones en la ACP son remuneradas y que por ello la JRL determinó
que “...las vacaciones invertidas o utilizadas por los Capitanes para comparecer en la audiencia
del 20 de mayo de 2004, tenían que ser reemplazadas por tiempo de representación...” (ver foja
44 del expediente contentivo del presente proceso).
Señala que generalmente, es en casos donde ha mediado algún tipo de sanción
disciplinaria o una medida adversa, que se generan salarios caídos, por lo que no es viable que el
recurrente los solicite.
Con relación a la alegada violación de lo dispuesto en los artículos 94, 89, 111, 113 y 114
de la Ley 19 de 1997 y en el artículo 55 del Reglamento de Relaciones Laborales de la ACP, que
a juicio del recurrente se ha originado con la emisión de la resolución apelada, insiste el opositor
del recurso en manifestar que “...la ACP tiene la obligación de tomar decisiones y acciones
administrativas efectivas y eficientes, fundamentadas en Derecho, pues, por mandato
constitucional, la ACP, tiene la obligación de aportar riquezas a la Nación. Esta es la razón por la
que se denegó el tiempo de representación a los Capitanes que debían comparecer a la audiencia
del 20 de mayo de 2004...” (ver foja 48 del expediente contentivo del presente proceso).
En cuanto a la violación alegada por el apelante de los artículos 7, sección 1 (a), 8, sección
1 (a) (1), 9 y el artículo 16, sección 2 de la Convención Colectiva, señala la parte opositora que
ninguna de las normas citadas son aplicables a este caso por lo siguiente:
1.- El artículo 7, en sus secciones 1 (a) y 1 (c) tratan el tema del derecho que tiene el
representante exclusivo de representar los intereses de los empleados que conforman la unidad
negociadora. Con relación a este punto, la ACP siempre ha reconocido tales derechos.
Adicionalmente, señala que el derecho de representación está vinculado directamente
“...con una discusión formal entre uno o más representantes del Patrono o uno o más miembros
de la unidad negociadora o sus representantes, relativa a cualquier queja por agravio o por
cualquier política o prácticas de personal y otras condiciones generales de empleo.
A su juicio, “una discusión formal” dentro del régimen laboral especial de la ACP implica
que esta sólo puede darse cuando se está realizando una investigación que puede traer como
consecuencia que un empleado investigado, sea sancionado disciplinariamente.
En cuanto al tema de la “queja o agravio”, este implica cualquier reclamo por parte de un
trabajador de una unidad negociadora, o de un representante exclusivo sobre asuntos relativos al
empleo de aquél, o el reclamo que formula el trabajador, el representante exclusivo o la Autoridad,
por presunta violación, mala interpretación o aplicación de la Ley o de cualquier norma, práctica,
reglamento o convención colectiva, que afecte las condiciones de empleo.
Con relación a “las políticas o prácticas de personal y otras condiciones generales de
empleo”, esta guarda relación a las políticas, prácticas y asuntos de personal, establecidos en la
ley, los reglamentos, las convenciones colectivas o por cualquier otro instrumento idóneo que
afecten las condiciones de trabajo.
En conclusión, considera el opositor que mal podría aplicarse el artículo 7 y las secciones
citadas por el recurrente, ya que las mismas regulan y aplican en los casos de quejas y arbitrajes.
2.- El artículo 8, sección 1 (a) (1) “...establece el derecho del representante de una
organización sindical de participar y presentar sus puntos de vista ante Funcionarios del Poder
Ejecutivo y Legislativo del Gobierno o ante las demás autoridades y forum pertinentes...” (ver foja
53 del expediente contentivo del presente proceso). A juicio del opositor este artículo no aplica al
caso ya que “...no se ha negado a los empleados en cuestión expresar sus puntos de vista, lo
único que se indicó por parte de la Administración es que si iban a comparecer ante la Junta de
Relaciones Laborales tendrían que hacerlo en su propio tiempo (libre o en sus vacaciones)...” (ver
foja 53 del expediente contentivo del presente proceso).
3.- El artículo 9, sección 3 (a), (c), 4 (i), (ii) y (f) no son aplicables porque la ACP no puede
aprobar tiempo de representación para los representantes sindicales cuando lo que se va a ventilar
son asuntos internos del sindicato.
4.- El artículo 17, sección 15 (a), (c), (h) y (j), trata sobre el tema de “trabajo especial” o
“special duty”, el cual tiene esa denominación porque el práctico del canal está dedicado a realizar
otras labores asignadas por la Administración, en vez del practicaje, no figurando en la lista de
rotación, por lo que no se le asignan tránsitos de buques durante ese período.
La comparecencia ante la JRL no es “special duty”, toda vez que esta tarea no fue
asignada por la administración, sino por la JRL.
5.- El artículo 16, sección 2 (a), (b) y (d) tampoco aplica al caso por lo siguiente:
a).-En el caso del numeral (a) que establece que se le concederá tiempo
administrativo, sueldo base y bonificación anual al miembro que comparezca como
jurado o a quien se le cita ante un juzgado por un incidente relativo a su empleo, a
juicio de la ACP, esta norma no es aplicable, ya que los Capitanes comparecieron a
la audiencia del 20 de mayo de 2004 por razón de un tema de asunto interno del
Sindicato.
b).-El supuesto del literal “b” de la sección 2 del artículo 16, merece las mismas
consideraciones que el punto anterior.
c).-El supuesto del literal “d” no se cumple porque la comparecencia a una
audiencia de la JRL no es una actividad de gobierno “per se”, sino la presentación
ante una instancia jurisdiccional, laboral, administrativa.
d).-Tampoco aplica lo dispuesto en el ordinal “c” por referirse de igual forma a
asuntos que se originen de sus deberes oficiales, que no es el caso.
6.- Con relación a la alegada violación de lo dispuesto en el artículo 96 del Reglamento de
Relaciones Laborales y los artículos 124 y 125 del Reglamento de Administración de Personal de
la ACP que guardan relación con el pago de honorarios de abogado, efectúa los mismos
señalamientos expuestos al inicio de su escrito de oposición al recurso de apelación, los cuales
han sido debidamente plasmados en la presente resolución.
Finaliza el opositor su escrito de oposición requiriendo a esta Sala el rechazo de todas las
peticiones presentadas por el apelante y la negación de todos los remedios solicitados.
III.-RECURSO DE APELACIÓN DE LA ACP:
CASACIÓN LABORAL
RECURSO DE CASACIÓN LABORAL INTERPUESTO POR EL LICENCIADO ROLANDO
MURGAS TORRAZA EN REPRESENTACIÓN DE ALEXANDER ARAÚZ CONTRA LA
SENTENCIA DE 30 DE OCTUBRE DE 2007 EMITIDA POR EL TRIBUNAL SUPERIOR DE
TRABAJO DEL SEGUNDO DISTRITO JUDICIAL DENTRO DEL PROCESO LABORAL: CABLE &
WIRELESS PANAMÁ, S. A. VS. ALEXANDER ARAÚZ. PONENTE: WINSTON SPADAFORA F. -
PANAMÁ, DIEZ (10) DE ENERO DE DOS MIL OCHO (2008)
Tribunal: Corte Suprema de Justicia, Panamá
Sala: Tercera de lo Contencioso Administrativo
Ponente: Winston Spadafora Franco
Fecha: 10 de Enero de 2008
Materia: Casación laboral
Casación laboral
Expediente: 696-07
VISTOS:
El licenciado Rolando Murgas Torraza actuando en representación de
ALEXANDER ARAÚZ ha presentado ante la Sala Tercera de la Corte Suprema de
Justicia, recurso de casación laboral contra la Sentencia de 30 de octubre de 2007 emitida
por el Tribunal Superior de Trabajo del Segundo Distrito Judicial dentro del proceso
laboral que promoviera en su contra Cable & Wireless Panamá, S.A.
Por medio de la Resolución impugnada, el Tribunal Superior de Trabajo
“CONFIRMA en todas sus partes la Sentencia de fecha 15 de febrero de 2007”, emitida
por el Juzgado Segundo de Trabajo de la Tercera Sección que autoriza el despido del
señor ALEXANDER ARAÚZ GIRÓN, solicitado por la empresa Cable & Wireless Panamá,
S.A. (fs. 278-284).
I. CONSIDERACIONES DE LA SALA.
El casacionista sostiene en su recurso que ante las instancias laborales se dirimió
un proceso abreviado de autorización de despido que recae sobre un trabajador
amparado por fuero sindical y tiene una cuantía que supera los mil balboas (B/.1,000.00).
Como normas infringidas, por la Sentencia de 30 de octubre de 2007, citó el
artículo 213, acápite A, numeral del Código de Trabajo y, explicó su infracción bajo el
argumento de que el trabajador fue despedido sin causa justificada, pese al fuero que lo
amparaba.
En este sentido, adiciona que no existen elementos de prueba que demuestren
que fue el señor ARAÚZ quien hizo una conexión ilegal en el Distribuidor General de la
señal ADSL de Telemart a su residencia, consecuentemente, no se ha acreditado la
causa justificada que permite remover a un trabajador con fuero sindical.
Por su parte, Cable & Wireless Panamá, S.A., se opone al recurso presentado
arguyendo que en el proceso en estudio no se debatió sobre la violación del fuero sindical.
Por el contrario, argumenta que en cumplimiento de las normas sobre dicho fuero, pidió
autorización a las autoridades laborales para despedir a ALEXANDER ARAÚZ de la
empresa.
A fin de verificar si nos encontramos ante una Sentencia relacionada o no con la
violación del fuero sindical, advertimos a foja 11 del proceso laboral que el mismo tuvo
como premisa que el trabajador ALEXANDER ARAÚZ gozaba de fuero sindical. Esta
premisa no lo desviruó ninguna de las pruebas que constan en el proceso laboral, razón
por la cual le corresponde reconocer a esta Superioridad que la autorización para
despedir al prenombrado se fundamentó en la existencia de dicho fuero.
Dirimido el aspecto del fuero sindical, nos percatamos que el material probatorio
que acompaña el recurso de casación revela que la licenciada Lizza Marie Jaén, en
representación de Cable & Wireless Panamá, S.A., presentó ante el respectivo Juzgado
de Trabajo de la Tercera Sección, solicitud de autorización de despido en perjuicio de
ALEXANDER ARAÚZ GIRÓN, con fundamento en las causales contempladas en los
numeral 5 y 10, literal A del artículo 213 del Código de Trabajo.
Específicamente, sostuvo en su escrito que el señor ALEXANDER, quien ejercía
el cargo de oficial de técnico de transmisión de datos y ADSL, en la Central 775 en David,
Chiriquí se apropió ilegalmente del servicio ADSL que se encontraba instalado en la
tienda Telemart de la ciudad de David para demostrarle al público las ventadas y
facilidades de dicho servicio; por lo que incurrió en una falta grave de probidad y honradez
y en la comisión de un delito contra la propiedad en perjuicio de Cable & Wireless
Panamá, S.A. (fs. 1-5).
Ahora bien, esta solicitud de autorización de despido fue aprobada mediante
Sentencia de 15 de febrero de 2007, porque a juicio del Juzgador Primario la inspección
judicial, reconstrucción y testimonios prueban que el trabajador cometió una falta
disciplinaria tipificada en el Código Laboral al instalar la señal ADSL de la tienda Telemart
a su casa (Cfr. fs. 344-347).
El Tribunal de Segunda Instancia confirmó la Sentencia del Juzgado Segundo de
Trabajo luego de considerar que efectivamente se comprobó la falta de probidad y
honradez del trabajador ALEXANDER ARAÚZ GIRÓN durante el ejercicio de sus
funciones, ya que privó a la clientela del Telemart de la ciudad de David, del servicio de
ADSL y en perjuicio de la empresa Cable & Wireless Panamá, S.A. (f. 283).
Los hechos expuestos, advierten que la empresa Cable & Wireless Panamá,
S.A., no ha despedido al señor ALEXANDER ARAÚZ GIRÓN –en su calidad de
trabajador amparado por fuero sindical- sin contar con la aprobación previa de la
autoridad de trabajo respectiva. Por el contrario, denota el cumplimiento del proceso
abreviado establecido en el artículo 991 del Código de Trabajo para prescindir de los
servicios de un trabajador que goza de dicho fuero y, consecuentemente, esta
Superioridad estima que por medio de la Sentencia de 30 de octubre de 2007 no se
vulneró el fuero sindical que amparaba a ALEXANDER ARAÚZ GIRÓN.
Al respecto, cabe adicionar que el fuero sindical se concibe como la garantía que
gozan determinados trabajadores, -dirigentes o miembros de sindicatos en formación, de
no ser despedidos sin justa causa, previamente calificada por las autoridades laborales;
situación última que confirmamos no ha ocurrido en el presente caso.
La falta del elemento relacionado con la violación de fuero sindical, nos lleva a
inferir que el recurso de casación presentado no se ajusta a lo que establece el artículo
925 del Código Laboral, cuyo texto dice así:
2.- Cuando se relacionen con la violación del fuero sindical, gravidez, riesgo
profesional o declaratoria de imputabilidad de la huelga con independencia de la
cuantía;
Notifíquese,
VISTOS:
El licenciado Oriel Castillo quien actúa en representación del PATRONATO DEL
HOSPITAL SAN MIGUEL ARCANGEL, ha presentado Advertencia de Ilegalidad contra la
cláusula octava del Acuerdo de Terminación de Huelga suscrito el 14 de diciembre de
2007, por el Ministerio de Salud, Caja de Seguro Social y los Gremios Médicos de la
Comisión Médica Negociadora Nacional.
El Magistrado Sustanciador pasa a examinar la advertencia de ilegalidad promovida, a fin
de determinar si la misma cumple con los presupuestos que permitan su admisión.
En primer término, cabe señalar que la advertencia de ilegalidad debe formularse dentro
de un proceso administrativo, y en el presente caso no se observa que exista un proceso en trámite,
dentro del cual tenga que aplicarse una norma legal o reglamentaria o acto administrativo.
Esta exigencia se desprende de lo estipulado en el artículo 73 de la Ley 38 de 2000, que
en su párrafo segundo, regula la figura de la advertencia de ilegalidad en nuestro derecho. El texto
de la misma es el siguiente:
“Artículo 73. ...
De igual manera, cuando la autoridad advierta o alguna de las partes le advierta que la
norma o normas reglamentarias o el acto administrativo que deberá aplicar para resolver el
proceso, tiene vicios de ilegalidad, dentro de los dos días siguientes, someterá la consulta
respectiva ante la Sala Tercera de la Corte Suprema de Justicia, salvo que la disposición
legal o acto haya sido objeto de pronunciamiento de esta Sala.
...”
Respecto a este presupuesto de admisibilidad, resulta oportuno destacar la siguiente
jurisprudencia de la Sala Tercera:
1.- Auto de 28 de febrero de 2007:
“Como primer punto, quien suscribe ha de resaltar que la advertencia de ilegalidad busca
mantener la integridad del orden jurídico a fin de evitar que una disposición o precepto
proyecte efectos contrarios a la finalidad y principios sobre los cuales descansa el conjunto
normativo.
En este sentido, esta figura tiene su ámbito de aplicación dentro del curso de un proceso
que debe ser de materia administrativa. El examen de las notas que caracterizan a la
advertencia de ilegalidad, tal como lo consagra la Ley 38 de 2000, permite apreciar que
ésta constituye una vía incidental que una de las partes en el proceso administrativo puede
formular a la autoridad que conoce del mismo.
De acuerdo con el numeral 9 del artículo 201 de la Ley 38 de 2000, la advertencia de
ilegalidad se define como una observación que formula una de las partes a la autoridad que
conoce de un procedimiento administrativo, sobre supuestos vicios de ilegalidad que le
atribuye a un acto administrativo que debe ser aplicado para resolver ese proceso.”
(Advertencia de Ilegalidad, interpuesta por el licenciado Evans Loo, en representación de
INTERDOTNET INC., contra la Resolución AN-No. 966-AU TELCO del 1 de noviembre de
2006, emitida por la Autoridad Nacional de los Servicios Públicos).
2.- Auto de 30 de mayo de 2006:
“La parte actora en sus alegaciones no alude a la existencia de un proceso administrativo,
ya que indica que la Resolución No. 201-2809 de 2002, que aclara el cobro del Impuesto
de Timbres en los trámites que adelanten terceros ante las autoridades fiscales, es ilegal
porque excede el límite que consagra el artículo 11 de la Ley 41 de 1996, que señala que
las gestiones y actuaciones en procesos administrativos ante las autoridades fiscales se
harán en papel simple y no causarán impuesto de timbre, a partir del 1 de enero de 1997.
El requisito al cual hacemos referencia, se desprende de lo regulado en el artículo 73 de la Ley 38
de 2000,
...
De la argumentación plasmada en el escrito de advertencia de ilegalidad, se infiere que el
recurso esta mal encaminado debido a que lo que en realidad se está cuestionando es la
legalidad de un acto administrativo, expedido por la Dirección General de Ingresos del
Ministerio de Economía y Finanzas, en ejercicio de su potestad reglamentaria, cuya vía
idónea para ser debatido es la demanda contencioso-administrativa de nulidad y no por
medio de la iniciativa promovida.
De conformidad con las razones expresadas, se concluye que la presente advertencia de
ilegalidad es inadmisible.” (Advertencia de Ilegalidad interpuesta por el licenciado Amilcar
Bonilla, actuando en su propio nombre y representación, contra la Resolución No. 201-2809
de 30 de septiembre de 2002, emitida por la Dirección General de Ingresos).
3.- Auto de 4 de octubre de 2005.
“... se observa, que el acto administrativo advertido de ilegal, visible a fojas 1-4 del
expediente, no será aplicado para resolver un proceso administrativo, -presupuesto
claramente contemplado en el artículo 73 de la Ley 38 de 2000-, sino que trata
precisamente de la decisión emitida por la máxima autoridad de policía civil del distrito de
Panamá, que resuelve una controversia entre HETOR TREJOS y AGROPECUARIA S. A.,
ordenando el lanzamiento del señor Trejos de la finca 38,226 propiedad de
AGROPECUARIA S.A.
Sin perjuicio del defecto anotado, que por sí solo basta para negarle curso legal a la
advertencia de ilegalidad, cabe añadir que la advertencia tampoco cumple con las
formalidades exigidas en el artículo 43 de la Ley 135 de 1943, ...” (Advertencia de Ilegalidad
contra la Resolución No. 734 S.J. de 11 de julio de 2005, interpuesta por el licenciado José
Dutary en representación de HECTOR TREJOS, dentro del Proceso de Policía Civil, que
se sigue en el Municipio de Panamá entre HECTOR TREJOS y AGROPECUARIA S.A.).
Quien suscribe observa, que también es inadmisible el libelo de advertencia, en virtud que
el acuerdo denunciado no constituye un acto administrativo sino un entendimiento entre
instituciones públicas y agrupaciones gremiales, con el propósito de poner fin a una huelga que se
escenificó producto de una solicitud acerca de las mejoras al sistema de salud y mejoras a las
condiciones laborales, incluyendo un incremento salarial a los médicos y odontólogos al servicio
del Estado.
Con anterioridad, la Sala ha reconocido que la advertencia de ilegalidad sólo procede
contra normas o actos administrativos, como es el caso de la Resolución de 31 de julio de 2002,
cuyos párrafos pertinentes se transcriben a continuación:
“... la iniciativa promovida por el licenciado De Souza no cumple con los requisitos formales
para que la Sala Tercera pueda emitir un pronunciamiento de fondo. Al respecto, basta
observar que lo que dicho letrado ha advertido como ilegal no es en realidad un acto
administrativo, identificado de forma específica o concreta, sino parte del procedimiento
administrativo que conforma una compra menor.”
La pretensión de ilegalidad respecto de un acto administrativo tiene diversas figuras a
través de las cuales puede encausarse la misma. En este caso es evidente por lo explicado, que
la advertencia de ilegalidad no es la figura idónea para debatir las cuestiones planteadas por la
entidad proponente del negocio.
Por tanto, a tenor de lo dispuesto en el artículo 73 de la Ley 38 de 2002, la advertencia de
ilegalidad instaurada es inadmisible.
En consecuencia, el Magistrado Sustanciador, en nombre de la Sala Tercera de la Corte
Suprema, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la Ley, NO ADMITE
la Advertencia de Ilegalidad presentado por el licenciado Oriel Castillo, en representación del
PATRONATO DEL HOSPITAL SAN MIGUEL ARCANGEL.
NOTIFÍQUESE.
VICTOR L. BENAVIDES P.
JACINTO CÁRDENAS M. -- ADÁN ARNULFO ARJONA L.
JANINA SMALL (Secretaria)
Negociación Colectiva
RECURSO DE CASACIÓN LABORAL INTERPUESTO POR LA FIRMA FORENSE MDL MUÑOZ & DE LEÓN
ABOGADOS EN REPRESENTACIÓN DE DANIEL GUERRA QUINTERO, CONTRA LA RESOLUCIÓN DE
27 DE SEPTIEMBRE DE 2007 DICTADA POR EL TRIBUNAL SUPERIOR DE TRABAJO DEL SEGUNDO
DISTRITO JUDICIAL, DENTRO DEL PROCESO DE IMPUGNACIÓN DE MANDAMIENTO DE REINTEGRO
BOCAS FRUIT COMPANY, LTD. -VS- DANIEL GUERRA QUINTERO.
Tribunal: Corte Suprema de Justicia, Panamá
Sala: Tercera de lo Contencioso Administrativo
Ponente: Victor L. Benavides P.
Fecha: 18 de Marzo de 2008
Materia: Casación laboral
Casación laboral
Expediente: 605-07
VISTOS:
La Firma Forense MDL MUÑOZ & DE LEÓN ABOGADOS, actuando en nombre y
representación de DANIEL GUERRA QUINTERO, ha presentado recurso de casación laboral
contra la Sentencia de 27 de septiembre de 2007, dictada por el Tribunal Superior de Trabajo del
Segundo Distrito Judicial, que Revoca en todas sus partes la Sentencia N° 9 de 26 de julio de
2007, dictada por el Juzgado de Trabajo de la Quinta Sección, luego de considerar que para la
fecha en que se despidió al prenombrado no estaba amparado por el fuero de negociación.
La Sala por razones de economía procesal, procede en primer lugar a verificar el
cumplimiento de los requisitos previstos en la Ley a fin de determinar si presente el recurso
extraordinario, cumple con las exigencias mínimas legales establecidas, que nos lleven a su
admisión o, en caso contrario, su inadmisión.
En este sentido, se advierte que el presente recurso extraordinario de casación no puede
ser admitido, dado que el mismo tiene como antecedente un fuero de negociación, que según el
artículo 925 del Código de Trabajo, no constituye materia de competencia de la Sala de Casación
Laboral.
La norma en comento expone lo siguiente:
“El recurso de casación puede interponerse contra las sentencias y autos que pongan fin
al proceso o imposibiliten su continuación, dictados por los Tribunales Superiores de
Trabajo en cualquiera de los siguientes casos:
1….
2. Cuando se relacionen con la violación del fuero sindical, gravidez, riesgo profesional o
declaratoria de imputabilidad de la huelga con independencia de la cuantía; …”
Se observa de manera diáfana que el numeral 2, no incluye como materia susceptible del
recurso de casación laboral, aquellas decisiones emanadas de los Tribunales Superiores de
Trabajo, cuando se haya decidido sobre el fuero de negociación. En este sentido esta Máxima
Corporación de Justicia ha sido clara en señalar que el recurso de casación laboral no puede ser
admitido, en los casos en que el mismo descansa bajo un fuero de negociación.
En esa misma línea de pensamiento, la jurisprudencia laboral ha sostenido en relación al
fuero de negociación lo siguiente:
“Según el artículo 825 del Código de Trabajo, no es recurrible la sentencia cuyo objeto
haya decidido el denominado fuero de negociación, así se desprende de la
enumeración taxativa que establece el artículo 925 del citado Código…
…. Se advierte que el numeral 2 de la norma citada no incluye como susceptible del
recurso de casación laboral, aquella decisión del Tribunal Superior de Trabajo con
jerarquía de sentencia o auto que pongan fin al proceso cuando en ellos se haya
decidido sobre el fuero de negociación…” Sentencia 8 de octubre de 2002.
Cabe mencionar, que el fuero de negociación que recoge el artículo 641 del Código
de Trabajo, es una garantía o protección de que goza el trabajador, de no ser despedido por
el empleador desde el momento en que se plantea un conflicto colectivo, y se extiende hasta
tanto dure el proceso de conciliación, esto sin perjuicio de aquellos trabajadores que terminen
por el vencimiento del plazo o conclusión de obra.
Al igual que los otros fueros como el de la maternidad y el sindical, el trabajador no
podrá ser despedido o desmejorado en sus condiciones de trabajo, sin justa causa y con
autorización judicial. El objetivo primordial de la norma es evitar que el empleador tome
represalias contra los trabajadores que en un momento dado instan a la negociación de un
pliego de peticiones.
El trabajador que esté protegido por el fuero de negociación, se le aplicará el
procedimiento abreviado o juicio sumario que es utilizado para imprimirle trámites a solicitudes
de autorización judicial de despido que establece el artículo 991 del Código de Trabajo; de
allí, pues, que el legislador no incluyó al fuero de negociación, como materia susceptible del
recurso de casación laboral.
Como se ha planteado en líneas anteriores, el recurso bajo estudio, recae en una
sentencia dictada por el Tribunal Superior de Trabajo del Segundo Distrito Judicial de fecha
27 de septiembre de 2007, que deja sin efecto la Resolución N° 9 de 26 de julio de 2007, que
reconoce el fuero de negociación a favor de DANIEL GUERRA QUINTERO, por lo que no
procede la solicitud del recurrente.
Finalmente hay que anotar que según se establece en el artículo 926 del Código de
Trabajo, el recurso de casación laboral no está sujeto a formalidades técnicas especiales,
pero se producirá su inadmisibilidad por defectos u omisiones, que hagan totalmente
imposible a este Tribunal Colegiado, entrar a conocer la cuestión controvertida.
El presente recurso debe rechazarse de plano, de conformidad con el artículo 928 en
concordancia con el numeral 2 del artículo 925 del Código de Trabajo.
Por lo tanto, la Sala Tercera Laboral de la Corte Suprema de Justicia, administrando
justicia en nombre de la República y por autoridad de la Ley, RECHAZA DE PLANO el recurso
de casación laboral interpuesto por MDL MUÑOZ & DE LEÓN en representación de DANIEL
GUERRA QUINTERO en contra de la sentencia de 27 de septiembre de 2007 expedida por
el Tribunal Superior de Trabajo del Segundo Distrito Judicial, dentro del controversia laboral
BOCAS FRUIT COMPANY, LTD. –vs- DANIEL GUERRA QUINTERO.
Sin
cost
as.
Notifí
ques
e,
VICTOR L. BENAVIDES P.
JACINTO CÁRDENAS M -- ADÁN ARNULFO ARJONA L.
JANINA SMALL (Secretaria)
Sindicato
En el presente caso la parte actora aduce que se han violado de manera general el
artículo 316 de la Carta Política, y el artículo 81 de la Ley 19 de 11 de junio de 1997.
En primer lugar, es de rigor reiterar que el examen que se surte ante esta Sala de la
Corte Suprema de Justicia, dice relación con un control de legalidad, por lo que resuelta
improcedente aducir normas de carácter constitucional, como presuntamente violadas. En
consecuencia la Sala Tercera no se pronunciará respecto de este tipo de ataques de
inconstitucionalidad, por carecer de competencia para ello.
A seguidas pasamos a estudiar los cargos de ilegalidad y el concepto de la violación.
1. En el caso sub judice, se observa que en los siguientes cargos de ilegalidad
identificados, específicamente en el denominado “concepto de la violación”, nada se
afirma respecto de la forma en que concretamente se pudo vulnerar lo dispuesto en
el artículo 81 de la Ley 19 de 1997. O sea que, que no se externa la opinión del
recurrente, respecto de la supuesta vulneración del orden legal de parte de los actos
acusados. Veamos:
En el primer concepto sólo se afirma que los actos acusados “incumplen con el debido
proceso”.
En este aparte el impugnante se limitó a afirma que: “…las resoluciones impugnadas
incumplen con el debido proceso, en el desarrollo de la audiencias al desconocer los derechos
y beneficios de los trabajadores que ocupan las posiciones a excluir motivo de la solicitud”.
Es decir que durante la audiencia no se tomaron en cuenta los derecho y beneficios de los
trabajadores, sin aclararse cuáles de esos derechos concretos dicen relación con la garantía
del debido proceso, especificando igualmente en qué parte del artículo 81 de la Ley 19 de
1997, se instituye tal garantía.
2. En el segundo concepto de violación de la ley, se aduce que:
“En 1999, el administrador del Canal de Panamá, Señor Alberto Alemán
Zubieta le hizo ofrecimiento de empleo a todos los empleados,
garantizándole su contratación en la Autoridad del Canal de Panamá, con
beneficios y condiciones iguales a las que tenían al 31 de diciembre de
1999, en razón de que la Constitución y la Ley Orgánica así lo disponen
para los trabajadores permanentes”.
De las anteriores declaraciones se colige que, el actual Administrador de la Autoridad
del Canal de Panamá (ACP), ofreció reconocer determinados derechos que, sin embargo, hoy
en día los actos acusados (que han sido emitidos por la Junta de Relaciones Laborales del
Canal de Panamá), no reconocen.
En este cargo la parte impugnante aduce que los actos acusados no cumplen con el
ofrecimiento que en 1999, hiciera a su favor, el señor Administrador del Canal de Panamá.
Según se puede deducir, para el impugnante, los actos acusados han violado una
promesa previa dada a su favor, por el Actual Administrador en 1999. Así las cosas, para la
Sala de lo Contenciosos Administrativo se ve imposibilitada para contrastar los actos
acusados con respecto a una norma legal, ya que el control que propone el impugnante no se
sustenta en una velación a la ley, sino a una “promesa u ofrecimiento” que de por sí, no es
fuente de legalidad administrativa. En otros términos, este cargo es desestimado por la Sala
Tercera ya que, no se basa en violaciones específicas de la ley formal, como tampoco se
expresan los preceptos legales que se aducen violados.
3. El tercer supuesto de violación de la legalidad, se refiere a la directa agresión al
artículo 20 del Acuerdo N° 10 de 15 febrero de 2001 por el cual se aprueba el
Reglamento de Certificación de Unidades Negociadoras y sus representante
exclusivos. Veamos:
“… la Junta de Relaciones Laborales reconociendo que el argumento que
utiliza la Administración para solicitar las exclusiones de estos puestos no
estaba justificado, procedió a admitir y darle curso a dicha solicitud en
abierta violación del procedimiento, mas específicamente el artículo 20 del
acuerdo N° 10 de 15 febrero de 2001 por el cual se aprueba el Reglamento
de Certificación de Unidades Negociadoras y sus representante exclusivos
que dice:
ARTÍCULO 20. Para los efectos de la inclusión o exclusión de empleados
dentro de las unidades negociadoras, el solicitante deberá presentar su
solicitud ante la Secretaría de la Junta, cumpliendo con todos los requisitos
pertinentes de la ley orgánica, el reglamento de Relaciones Laborales,
convenciones colectivas y este reglamento. Igualmente deberá justificar
debidamente la solicitud´.
…”
En el presente supuesto de la violación del artículo 20 del Acuerdo N° 10 de 15 febrero
de 2001, es evidente que no basta con indicar que lo actuado por la Secretaría de la JRL, al
admitir y darle curso a la solicitud de la ACP, para solicitar las exclusiones de los puestos de
categorías no manuales grado 13 en adelante, “no estaba justificado”.
Por otra parte arguye la recurrente que tanto la Junta como la ACP, han acogido el
supuesto de exclusión basándose en el caso aislado de la Licenciada Lidia Vásquez, lo cual
a su entender “no es propia, cuando señala que el concepto que se aplicó para la licenciada
Lidia Vásquez es el patrón a seguir”, además de que, “la Junta no vincula a la Lic. Vásquez ni
los hechos que circundaban la acción administrativa” sino que “la Junta se concretizó a emitir
la opinión legal por el puesto que ocupaba más no evaluó el fondo de caso de la Licda.
Vásquez”.
En este orden de ideas, a la argumentación de cargos le ha faltado contendido, es
decir adolece de la explicación de porqué, a juicio del dimanante, en la solicitud de exclusión
de empleados dentro de las unidades negociadoras, no se cumplieron todos los requisitos
pertinentes de la Ley Orgánica, del reglamento de Relaciones Laborales, Convenciones
Colectivas y el Acuerdo No. 10 de 2001.
Es de notar que si bien la Junta de Relaciones Laborales, en ambas resoluciones
acusadas alude al dictamen u opinión emitida por dicha Junta en relación con la licenciada
Lidia Vásquez; el fundamento de su decisión fue el incumplimiento del artículo 2 de la Ley
Orgánica del Canal de Panamá. O sea que, el dictamen previo respecto del caso de la
licenciada Vásquez, fue mencionado a modo de referencia en los considerandos, a fin de
reiterar la posición de la Junta, y no como elemento de validación o justificación jurídica de su
actuación.
4. El cuarto supuesto de ilegalidad se refiere al presunto incumplimiento del debido
proceso en la fase de las prácticas de las pruebas, concretamente durante la
realización de audiencia.
En relación con este ataque, el sindicato recurrente afirma que: “durante la audiencia
quedó de manifiesto la ausencia de un procedimiento adecuado y objetivo para la exclusión
de miembros de la unidad negociadora”.
Ahora bien, luego de hacer la indicada declaración la recurrente no explica las
razones jurídicas ni el sustento de dicha a acusación; por lo que no le es dable a la Sala
Tercera acoger este cargo a fin hacer la declaratoria de ilegalidad solicitada.
5. El quinto cargo de ilegalidad se fundamenta en la violación del literal a, del numeral
3, del artículo 4 del Reglamento de Relaciones Laborales. Ahora bien, dicha
acusación está íntimamente ligada a los argumentos esgrimidos en los cargos
identificados por el recurrente como sexto, séptimo y octavo, para lo cual haremos un
estudio conjunto de los mismos.
El recurrente en el cargo quinto indica que:
“…la Administración a través de las pruebas practicadas no pudo
demostrar que las posiciones excluidas en el ámbitos (sic) de sus funciones
tienen deberes y responsabilidades en la ejecución de políticas y
decisiones de la Autoridad del Canal de Panamá de conformidad a lo que
establece el artículo 4, acápite a, numeral 3 del reglamento (sic) de
Relaciones Laborales que dice:
Artículo 4: Trabajadores de confianza. Los trabajadores definidos como
tales en la ley orgánica. En esta definición queda incluidas las siguientes
posiciones o posiciones equivalentes:
a. Las ocupadas por personal que en el ámbito de sus funciones tienen deberes y
responsabilidades en ejecución de las políticas y decisiones de la Autoridad, tales
como los que ocupan posiciones de categoría no manual grado 13 en adelante;
supervisores manuales grado 13 en adelante; prácticos del Canal grado 05 en
adelante; equipo flotante grado 17 y cualquier jefe de ramo no incluido en la categoría
anterior. Esta norma aplicará igualmente a categoría o nomenclaturas equivalentes en
caso de que éstas se varíen de tiempo en tiempo.
Esta definición no aplica a las posiciones de equipo flotante grado 17 que
tradicionalmente han estado incluidas en unidades negociadoras´.
…”. (La negrita es del recurrente).
Ya en cuanto al concepto de la violación del sexto cargo se señala que.
“… la Administración no demostró que desde el 31 de diciembre en
adelante se hayan dado hechos o acciones que indiquen la creación de un
conflicto de interés entre la posición que ocupan dentro de la Autoridad y el
trabajo que realizan tal como lo establece la Ley Orgánica en la definición
de "Trabajadores de Confianza". (La negrita es del recurrente).
Para terminar a este respecto en el séptimo cargo se indica:
“En síntesis, la Administración no pudo demostrar de forma inequívoca y
concluyente que exista un relación directa entre los trabajadores que
ocupan esas posiciones a excluir NM-13 y el grado de responsabilidad en
las decisiones y ejecución de las políticas como no pudo demostrar que
todos los NM-13, estén en posiciones jerárquicas”. (La negrita es del
recurrente).
En estos cargos nuevamente la parte actora deja de argumentar o dar razones
objetivas, en relación con la interpretación del derecho que aduce vulnerado, a fin de sustentar
su acusación. Sin embargo, por ser consustancial al proceso, la Sala Tercera encuentra que
es necesario hacer la debida interpretación de la indicada norma.
Según el demandante, la descripción que hace la ley de los “trabajadores de
confianza”, debe ser completada con prueba inequívoca de que las personas que ostenten
las categorías “no manual grado 13 en adelante” o “supervisores manuales grado 13 en
adelante”; tengan en “deberes y responsabilidades en la ejecución de políticas y decisiones”;
que el ejercicio de sus funciones propicien la creación de un potencial “conflicto de interés”; o
simplemente que se demuestre “el grado de responsabilidad en las decisiones y ejecución de
las políticas”.
En relación a estas condiciones para los trabajadores de confianza, se cita el
artículo 2 de la Ley 19 de 11 de junio de 1997, Orgánica de la Autoridad del Canal de
Panamá, así.
“Trabajadores de confianza. Aquellos excluidos de cualquier unidad
negociadora por razón del trabajo que realizan o la posición que ocupan
dentro de la Autoridad, de alguna forma, podría crear conflicto de intereses
entre la Administración, el trabajador y cualquier unidad negociadora. Los
reglamentos establecerán las posiciones que tendrán tal condición”.
En este orden de ideas el recurrente indica lo siguiente:
“Además, enfatizamos que la Convención Colectiva de la Unidad
Negociadora de los Empleados No Profesionales no excluye a los
supervisores de la afiliación sindical, más bien limita su participación. A
continuación el Artículo 4 Derechos y Responsabilidades de los
trabajadores Sección 4.05 Conflictos de Interés que dispone:
Conforme al Acápite 7120 del Título 5 Código de los Estados Unidos, un trabajador
no podrá participar en la administración de una organización sindical o fungir como
representante de dicha organización, si tal participación o representación resultase en
conflicto o diese la apariencia de conflicto de interés o, de otra forma, fuese
incompatible con la ley o con la funciones oficiales del trabajador ´ " .
En el octavo cargo se agregan algunas condiciones, que según el recurrente, debe
tener los trabajadores de confianza. Veamos:
VICTOR L. BENAVIDES P.
JACINTO CÁRDENAS M -- ADÁN ARNULFO ARJONA L.
JANINA SMALL (Secretaria)
Huelga
JOSÉ CONCEPCIÓN PINTO ESCOBAR RECURRE EN CASACIÓN EN EL PROCESO
ORDINARIO QUE LE SIGUE A CONSTRUCTORA LAXMI, S. A. Y DEW EXPORT, S.A. PONENTE:
HARLEY J. MITCHEL D. PANAMÁ, ONCE (11) DE JUNIO DE DOS MIL OCHO (2008).
Tribunal: Corte Suprema de Justicia, Panamá
Sala: Primera de lo Civil
Ponente: Harley J. Mitchell D.
Fecha: 11 de Junio de 2008
Materia: Civil
Casación
Expediente: 251-05
VISTOS:
Conoce la Sala del recurso de casación promovido por BERRIOS & BERRIOS,
actuando en nombre y representación de JOSÉ CONCEPCIÓN PINTO ESCOBAR, contra
la resolución de 22 de julio de 2005, proferida por el Tribunal Superior de Justicia del Cuarto
Distrito Judicial, dentro del proceso ordinario instaurado en contra de CONSTRUCTORA
LAXMI, S.A. y SUNNY DEW EXPORT, S.A.
La resolución recurrida reforma la resolución Nº31 de 18 de mayo de 2004, dictada
en primera instancia por el Juzgado Primero del Circuito de Herrera, pero en lo pertinente
a la condena en costas, ya que en lo concerniente al resarcimiento de los daños materiales
y morales que pretende la parte actora de las demandadas, como consecuencia de la
construcción de la calle que da acceso al proyecto residencial Urbanización Villa Dorada,
que le impidió la apertura y operación de su negocio COMPLEJO TURÍSTICO AS DE ORO,
concluye el tribunal ad-quem que no acredita el demandante tal extremo. Por el contrario,
las pruebas periciales evidencian que la construcción del referido proyecto residencial no
ha impedido la apertura y funcionamiento de su negocio.
Se permite la Sala transcribir en lo medular el fallo recurrido:
“ Tenemos que la parte actora pretende que, previos los trámites de Ley,
las sociedades demandadas sean condenadas al pago de la suma de
B/.200,000.00 en concepto de daños materiales y morales como resultado de la
construcción del proyecto residencial denominado Urbanización Villa Dorado,
edificado sobre las fincas propiedad de las demandadas, proyecto éste cuya
construcción le ha impedido la apertura y operación del negocio comercial
denominado Complejo Turístico As de Oro, edificado sobre dos
(2) globos de terreno propiedad del demandante.
Las pruebas periciales y documentales aportadas al dossier, son
contestes al afirmar que la construcción de dicho proyecto residencial, no ha
impedido que la ahora demandante haya podido llevar a cabo la apertura y
operación de su proyecto turístico, toda vez que el muro construido por la sociedad
co- demandada, CONSTRUCTORA LAXMI, S.A., no es la causante directa ni
indirecta de la inejecución de dicho proyecto.
Advierte esta Colegiatura, que los informes periciales tanto de la parte
actora y del tribunal de instancia visibles a fojas 113 y 117, respectivamente, son
coincidentes al afirmar que la construcción edificada por la sociedad demanda,
Constructora Laxmi, S.A. no ha impedido o afectado el desarrollo del proyecto
turístico propiedad del demandante.
Asimismo, a foja 120-121 del expediente aparece informe suscrito por la
Dirección de Ingeniería Municipal del Distrito de Chitré, en donde se corrobora lo
afirmado por los peritos.
Huelga agregar, que las pruebas documentales solicitadas en segunda
instancia por la parte actora, visibles a fojas 378-390, a pesar de que ambas fueron
incorporadas al proceso vía fax, debe concedérsele pleno valor probatorio según
lo normado por el artículo 835 del Código Judicial, toda vez que por ser un
documento público se presume su autenticidad, y no ha sido objetado ni
redarguido de falso por el demandante, por lo que a la luz de las reglas de la sana
crítica, ostenta pleno valor probatorio y así lo reconoce esta Superioridad.
Dichos documentos muy por el contrario, en vez de presentar nuevas
evidencias que desvirtúen el fallo apelado, no hacen más que reafirmar la decisión
del juzgador primario, toda vez que el proyecto residencial cuenta con todos los
requisitos exigidos por la normativa vigente para su ejecución, no demostrándose
con éstos que los demandados hayan incurrido en alguna causal que le permita al
demandante exigir de los demandados la responsabilidad por la inejecución y
apertura del negocio turístico que pretendía establecer.” (f.480-482).
DECISIÓN DE LA SALA
El recurso se propone en el fondo y se invocan dos causales.
Primera causal: “Infracción de normas sustantivas de derecho por concepto de
error de derecho en cuanto a la apreciación de la prueba, lo que ha influido
sustancialmente en lo dispositivo de la resolución recurrida”.
En los motivos que sirven de apoyo a la causal, se alega la mala valoración de
pruebas de carácter documental, pericial e informes, las cuales no fueron íntegramente
apreciadas por el tribunal de segunda instancia. Dichos medios probatorio en concepto de
la censura acreditan los daños y perjuicios derivados de la construcción de la carretera que
conduce a la urbanización Villa Dorada a un nivel de 1.30mts por debajo del nivel del
terreno donde tiene su negocio, consistentes en la construcción de una estructura de
protección a los usuarios del negocio, sea muro, verja, etc. y una vía de acceso a su
negocio por la parte frontal del mismo.
Se permite la Sala transcribir los motivos:
“PRIMERO: El Tribunal de segunda instancia, en la sentencia que desató la
alzada, valora erradamente los documentos públicos allegados a la encuesta, al
mutilar su contenido, puesto que, deja de valorar parte de las certificaciones que
dan cuenta de que “se observó que las paredes -del muro construido- están
completamente despegadas (fojas 338), que “se amerita instalar algún tipo de
protección (llámese verjas, muros de bloques o cualquier otra estructura que de
protección a los usuarios del local (foja 340 a 341), que la venta de licores “podía
perturbar la paz y la seguridad de los residentes de la barriada” (foja 381), que solo
se pueden construir en la zona “vivienda unifamiliares y familiares... y usos
complementarios...” (foja 398 y
386) y que “se redujo el desnivel a 1.30 mts para minimizar la afectación” (fojas
398 y 372), esto es, en el fallo en cuestión se pretende que la parte actora asuma,
por su cuenta, los costos y reparaciones derivadas de los actos ejecutados por las
sociedades demandadas, al construir un muro en una vía cuya profundidad no está
indicada en los planos pertinentes (fojas 179 y 180)
HARLEY J. MITCHELL D.
OYDÉN ORTEGA DURÁN -- ALBERTO CIGARRUISTA CORTEZ
MANUEL J. CALVO C. (Secretario)
Huelga
SENTENCIA APELADA DENTRO DEL CASO SEGUIDO A EDGAR CRUZ GARIBALDI Y OTROS,
SANCIONADOS POR EL DELITO CONTRA LA VIDA E INTEGRIDAD PERSONAL. PONENTE:
JERÓNIMO MEJIA E. PANAMÁ, VEINTISÉIS (26) DE JUNIO DE DOS MIL OCHO (2008).
Tribunal: Corte Suprema de Justicia, Panamá
Sala: Segunda de lo Penal
Ponente: Jerónimo Mejía E.
Fecha: 26 de junio de 2008
Materia: Penal - Negocios de
segunda instancia
Sentencia condenatoria
apelada
Expediente: 206 F
VISTOS:
En grado de apelación, ingresa a la Sala Segunda de lo Penal de la Corte
Suprema, la Sentencia N°48 de 28 de septiembre de 2007, por medio de la cual el
Segundo Tribunal Superior del Primer Distrito Judicial DECLARÓ
PENALMENTE RESPONSABLE a EDGAR ROBERTO CRUZ GARIBALDI, lo CONDENÓ
a la pena de DOCE (12)
AÑOS DE PRISIÓN, y a la accesoria de inhabilitación para el ejercicio de funciones
Públicas, cumplida la pena principal, como Autor del delito de Homicidio Simple en
perjuicio de Elvis Arcia Caballero.
Al ser notificados de la decisión en comento, tanto el procesado como su defensa,
anunciaron recurso de apelación.
SUSTENTACIÓN DEL RECURSO
El Licenciado Benjamín Arias manifiesta su disconformidad con la decisión de
primera instancia, precisando que del recuento del expediente se aprecia que EDGAR
CRUZ GARIBALDI desde el primer momento en que rindió declaración indagatoria, se
declaró confeso del hecho de sangre por el cual era investigado, dio los pormenores del
incidente y sostuvo que no fue su intención causar la muerte al señor Elvis Arcia, no
obstante, se le impuso la pena más severa, cuando debió serle reconocida la misma. En
segundo lugar, no se le reconoció que es delincuente primario, pues no registra
antecedentes penales, ni policivos y su conducta antes del hecho era ejemplar.
Las circunstancias anotadas, llevan a la defensa a solicitar que esta Sala rebaje la
sanción penal impuesta a EDGAR CRUZ GARIBALDI.
Del escrito de sustentación de apelación se le corrió traslado al Ministerio Público,
a fin de que hiciera las objeciones de rigor.
OPOSICIÓN AL RECURSO
El Licenciado Oscar Araúz, en su condición de Fiscal Tercero Superior, peticiona
que la sentencia venida en apelación se confirme, habida cuenta que las atenuantes que
reclama el recurrente no se configuran porque las pruebas en contra del procesado son
contundentes, dado que cometió el hecho en un lugar público donde los testigos de manera
conjunta sostienen haber visto cuando el ofendido fue impactado por ELVIS ARCIA
CABALLERO.
LOS HECHOS
El día 25 de diciembre de 2004, en el Corregimiento de Juan Díaz, sector Altos de
Complejo, San Cristóbal, casa N°41, mientras compartía con un grupo de conocidos,
ELVIS EURIBIS ARCIA CABALLERO recibió impactos por arma de fuego. El
correspondiente protocolo de necropsia visible de folios 159-164, revela como causas de
su muerte: “1.a) Shock hemorrágico. 1.b) Laceración visceral. 1.c)Herida por proyectil de
arma de fuego.”
Las pruebas existentes en autos, llevaron al tribunal de grado a declarar
penalmente responsable del hecho punible al señor EDGAR CRUZ GARIBALDI.
DECISIÓN DE LA SALA
Enunciados los puntos sobre los que recae el recurso de apelación, la Sala pasa
a pronunciarse sobre los mismos, en apego de lo establecido en el artículo 2424 del Código
Judicial.
La circunstancia atenuante de la confesión que reclama el apelante a favor del
señor EDGAR CRUZ, es improcedente. La Sala debe recordarle que para que sea
reconocida como tal, la misma debe reunir los presupuestos de espontaneidad y
oportunidad, tal cual lo exige el artículo 66, ordinal 5 del Código Penal. Si bien en el
expediente se observa que desde su primera indagatoria (fs..92-97), el imputado confesó
haber ejecutado el hecho, lo cierto es que ya obraban en su contra las declaraciones de
los señores ANGEL ANTONIO ALVAREZ (fs.14-17), VICTOR EDUARDO BRUCE PEREZ
(fs.18-19), EDUARDO ARCIA CABALLERO (fs.20-22); EUCLIDES SOTO ROBLES
(fs.29-31), acusándolo de haber perpetrado el hecho en compañía de su hermano
MILTON; por ende, mal podía ser tomada en consideración al momento de la
individualización judicial de la pena.
En abono a lo expresado, esta Corporación Judicial debe reiterar criterio en el
sentido que la confesión se considera espontánea cuando el imputado acude
voluntariamente ante la autoridad a ponerle en conocimiento de la actividad delictiva; en
tanto, es oportuna cuando no existan elementos que permitan su vinculación o, que aún
existiendo, la misma incorpore elementos que ayuden al esclarecimiento del hecho.
El segundo punto objeto de reclamo se refiere a que el tribunal de grado no atenuó
la pena impuesta al procesado EDGAR CRUZ GARIBALDI, por ser el mismo delincuente
primario (fs.135), tampoco es procedente. Sobre este particular, huelga precisarle al
recurrente que el registrar antecedentes penales, no está contemplada dentro del catálogo
de atenuantes que consagra el artículo 66 del Código Penal, sino que se trata de un factor
que puede ser tomado en consideración por el juzgador para fijar discrecionalmente la
pena, dentro de los límites señalados para cada delito, a los cuales hace referencia el
artículo 56 del Código Judicial.
Resuelta la disconformidad del apelante contra la sentencia de primera instancia,
la Sala estima de lugar confirmarla.
PARTE RESOLUTIVA
En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema, SALA DE LO PENAL, administrando
justicia en nombre de la República y por autoridad de la Ley, CONFIRMA la Sentencia N°
48 de 28 de septiembre de 2007, por medio de la cual el Segundo Tribunal Superior del
Primer Distrito Judicial de Panamá, DECLARÓ PENALMENTE RESPONSABLE a EDGAR
ROBERTO CRUZ GARIBALDI, lo CONDENÓ a la pena de DOCE (12) AÑOS DE
PRISIÓN, y a la
accesoria de inhabilitación para el ejercicio de funciones públicas, cumplida la pena
principal, como Autor del delito de Homicidio Simple en perjuicio de Elvis Arcia Caballero.
DEVUÉLVASE.
JERÓNIMO MEJÍA E.
ANÍBAL SALAS CÉSPEDES -- ESMERALDA AROSEMENA DE TROITIÑO
MARIANO E. HERRERA (Secretario)
Sindicato
Nulidad
DEMANDA CONTENCIOSO ADMINISTRATIVA DE NULIDAD, INTERPUESTA POR EL
LICENCIADO DIONYS ULLOA GUTIERREZ EN REPRESENTACIÓN DE SINDICATO UNIÓN DE
CONDUCTORES DE TAXIS Y TRANSPORTES COMERCIALES DE LA CHORRERA, PARA QUE
SE DECLAREN NULOS, POR ILEGALES, LOS CERTIFICADOS DE OPERACIÓN 8T-144407 Y 8T-
14181 SIN FECHA EMITIDOS POR EL DIRECTOR GENERAL DE LA AUTORIDAD DE TRÁNSITO
Y TRANSPORTE TERRESTRE. PONENTE: ADÁN ARNULFO ARJONA. PANAMÁ, NUEVE (9) DE
JUNIO DE DOS MIL OCHO (2008).
Tribunal: Corte Suprema de Justicia, Panamá
Sala: Tercera de lo Contencioso Administrativo
Ponente: Adán Arnulfo Arjona L.
Fecha: 09 de Junio de 2008
Materia: Acción contenciosa
administrativa
Nulidad
Expediente: 340-08
VISTOS:
El Licenciado Dionys Ulloa Gutiérrez actuando en representación del SINDICATO
UNIÓN DE CONDUCTORES DE TAXIS Y TRANSPORTES COMERCIALES DE LA
CHORRERA ha interpuesto Demanda
Contencioso-Administrativa de Nulidad para que se declaren nulos, por ilegales, los
Certificados de Operación 8T- 14407 y 8T-14181 sin fecha emitidos por la Autoridad de
Tránsito y Transporte Terrestre.
La parte actora presenta una solicitud especial, la cual consiste en que se requiera
a la Autoridad Tránsito y Transporte Terrestre, copias autenticadas de las resoluciones que
expiden los referidos certificados de operación y las resoluciones que reasignan tales
certificados.
El artículo 46 de la Ley 135 de 1943 establece que, para hacer viable este tipo de
solicitudes previas, debe constar que el demandante gestionó ante la autoridad
demandada, la obtención de la documentación solicitada y que esta resulto infructuosa.
Se aprecia que el recurrente realizó diligencia para obtener copias autenticadas de
los actos administrativos autenticados en comento, lo cual se desprende de nota visible a
fojas 15 del expediente, y ante la falta de entrega de los mismos, resulta viable acceder a
lo impetrado.
En consecuencia, el Magistrado Sustanciador, actuando en representación de la
Sala Tercera de la Corte Suprema de Justicia, administrando justicia en nombre de la
República y por autoridad de la ley, DISPONE, solicitar a la Autoridad de Tránsito y
Transporte Terrestre remita copia autenticada de los siguientes documentos:
1.-Copias autenticadas de los certificados de operación N°
8T-14181 y 8T-14407 y, 2.-Copias autenticadas de las
resoluciones que reasignan los referidos certificados.
NOTIFÍQUESE,
VICTOR L. BENAVIDES P.
WINSTON SPADAFORA FRANCO -- ADÁN ARNULFO ARJONA L.
JANINA SMALL (Secretaria)