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El Cine de Michael Haneke

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El Cine de Michael Haneke.

Una introducción.
Contexto y temas del Cine Haneke.

El cine de Haneke debe ser entendido en el contexto de la historia reciente de


Europa: la disolución del sistema comunista (en Europa del Este), la unificación de
Alemania (1989-1990), la masiva migración en su territorio, una creciente paranoia
terrorista, la extrema homofobia; así como una gran globalización y el surgimiento
de la economía mundial post-capitalista.

Austria (país adoptivo del director) se une a la UE en 1995. La euforia de pertenecer


al bloque, va unida a una sensación general en la población de desconfianza,
expresada en una ansiedad hacia la creciente inmigración y la “relajación” de las
fronteras (como parte de la política unionista del bloque)
Contexto y temas del Cine Haneke.

Muchas de las paranoias y miedos presentes en sus filmes, revelan la profunda


preocupación del estado contemporáneo del mundo, expresado a través de
sentimientos como el duelo y la melancolía, presentes tanto en sus tramas, como en
la motivación de sus personajes.

De igual forma, el director recurre a temas reiterativos como: la creciente ola de


violencia, el trabajo ilegal, la inmigración (incontrolada) y el aislamiento de las
ciudades (en contrapartida a la “Europa” como nueva nación global).
Contexto y temas del Cine Haneke.

La profunda melancolía presente en sus filmes, representa a manera de sinécdoque,


la desaparición o defunción de la noción del “Estado-Nación”; una noción que ya no
tiene cabida en el nuevo escenario político y legal del sistema de la Unión Europea.

De la forma en que Haneke lo representa, la familia/nación está relacionada con la


tradición y con el sentido de coherencia y unidad; mientras que la realidad
post-nacional y la globalización son negativamente perturbadoras. El nuevo
desarrollo socio-político relacionado con la globalización. hace emerger de manera
constante las cuestiones de la identidad, de la deconstrucción del espacio y de la
reconsideración de las fronteras.
Contexto y temas del Cine Haneke.

Estos miedos inconscientes, traducidos en “melancolía”, se revelan a través de una


serie de imágenes reiterativas cargadas de “miedo”; de la alienación de los
protagonistas, y de una atmósfera amenazante e incierta.
Esto conecta a Haneke con la tradición del cine europeo; en el que se reflejan los
problemas existenciales y filosóficos. Marcas del duelo y la melancolía, se pueden
encontrar en el cine Italiano y Francés de las décadas del 60 y 70 (el Neorrealismo
Italiano y la Nueva Ola Francesa). En estos casos, relacionados con la situación de
Europa luego de la WWII.
Contexto y temas del Cine Haneke.

En el caso de Haneke, esta visión “filosófica” y existencialista, está vinculada con la


naturaleza de las actuales “democracias”, la decadencia de la nación-estado; y con
varias percepciones (todas pesimistas) sobre el futuro de Europa del Este y sus
ciudadanos.
Contexto y temas del Cine Haneke.

La crítica concuerda que los temas principales del autor son: la “glaciación” de los
sentimientos y su represión; la crítica a las parejas clases medias; al núcleo familiar
burgués; o su “odio” a la vida institucional, como lo son las escuelas, oficinas, bancos,
los ejércitos y la policía.
Para la representación de estos temas, Haneke toma prestados tres mecanismos
conocidos: a) la introducción de una fuerza maligna (clásico del terror); b) la crítica a
los medios y; c) la falta de voluntad de involucrarse en las acciones de los demás que
caracteriza a sus personajes.
Temas y su Tratamiento: la Familia.

El cine de Haneke requiere por parte del espectador, de un gran esfuerzo


“intelectual”. A su vez, deja espacio para que surjan una serie de emociones
relacionadas con las ansiedades causadas por el miedo y el horror que sus filmes
producen.
Sin embargo, el horror en Haneke se hace presente en un contexto familiar para el
espectador: ciudades como París o Viena; y en familias pequeño burguesas.
Temas y su Tratamiento: la Familia.

La familia, tema recurrente y metáfora de la “nación”, está constantemente amenazada. Todas


las unidades sociales presentes: familia, pareja, relaciones padre-hijx, madre-hijx; amigos y
amantes; están en oposición a los deseos principales de sus protagonistas. La unidad de dichas
relaciones, siempre están o bien rotas, o casi inexistentes, o bien amenazadas de destrucción o
colapso por fuerzas internas (al propio núcleo) o externas.
Los miembros de esas familias fracturadas, expresan una necesidad de contacto humano
significativo de una dolorosa manera; lo que se traduce en un tono “negativo” o en un final poco
complaciente.
Temas y su Tratamiento: los límites.

Muchos de sus filmes, exploran el comportamiento de las personas ante situaciones


críticas de “cerco” o de invasión de fuerzas externas (a veces internas). La situación
general es pocas veces explicada, porque el escenario “probable” le es poco
importante a los propósitos del director: él desea representar a las personas en
situaciones extremas, donde las decisiones morales sean dictadas por las
necesidades básicas de la vida.
Temas y su Tratamiento: los límites.

Haneke asume la ruptura de la unión familiar mediante el compromiso o el colapso


de sus límites; como si se tratara de una nación o de una región política. Una unidad
socio-política literalmente contiene fuerzas que se confrontan unas contra otras,
bajo la presión centrípeta que los límites naturalmente ejercen.
Estas fuerzas y presiones, pueden ser muchas veces incómodas, incluso represivas. Y
hoy, pueden ser vistas como arbitrarias y descartables; pero los límites
proporcionan una constante orientación. Para la mayoría de los ciudadanos, los
límites son más “tranquilizadores” que un lugar de “confinamiento”.
Temas y su Tratamiento: la falta de
comunicación.
Haneke aborda los temas de la comunicación (o la falta de); la alienación y el
desapego emocional: los sentimientos son sólo en parte mostrados, las razones de
las acciones son inexplicables.

[Como en cine de Antonioni], los filmes de Haneke conectan la falta de comunicación


con la crisis general y la incertidumbre de las sociedades occidentales.
Temas y su Tratamiento: la falta de
comunicación.
Como ejemplo tenemos La Pianista. Acá, el paradigma de una familia disfuncional
reside en la falta de comunicación, como su más profunda experiencia.
Erika, y la ruptura familiar con su madre, representa las discrepancias entre el
lenguaje corporal y el lenguaje “hablado”, oral. Ella puede “comunicar” los profundos
deseos de su cuerpo; pero de una manera inaceptable para el contexto social en que
se desenvuelve.
Temas y su Tratamiento: la falta de
comunicación.
El ejemplo de La Pianista, resume el final de sus protagonistas: siempre destruirán a su
objeto amado. Puede ser una persona, la familia, un grupo social; incluso una nación
entera.
Esas “malas comunicaciones”; son perturbadoras porque -aunque a veces sutiles y
perversas- tocan un nervio de los miembros de aquellas comunidades en las que se han
abandonado los lazos familiares, las identidades sociales y los principios éticos. En esta
“glaciación emocional”, reflexiona sobre la confusión y la incertidumbre de Europa
contemporánea en medio de su creciente prosperidad y el cambio del paisaje social.
Temas y su Tratamiento: el “intruso”.

El intruso o el “invasor del hogar”, es un personaje y/o una motivación causal clásica
al cine de horror; pero también recurrente en el cine de autor europeo.
En un nivel el intruso (casi siempre masculino), actúa como catalizador de una crisis
interna de auto-destrucción o de auto-implosión, usualmente del núcleo familiar.

Caché, es un claro ejemplo de ello.


Temas y su Tratamiento: el “intruso”.

El intruso también colabora con la ruptura entre los público y lo privado (como en
Caché), entre la exclusión y la inclusión; e incluso, en la exclusión a través de la
inclusión.
Este intruso a su vez, se coloca como contraparte de unos personajes caracterizados
por la falta de voluntad de involucrarse con el “otro”. Cosa que el intruso sí hace.
Este “invasor del hogar”, trae consigo un pequeño pero crucial cambio o ajuste en la
“vida de los otros”, en sus relaciones interpersonales (como en La cinta blanca)
La “técnica”, la estética.

Haneke tiene un cuidado especial con el “encuadre”. La selección del mismo, el acto
de “reencuadrar”, su rechazo del movimiento de cámara como el recurso más común
para el reencuadre; son característicos de su estética.
Este encuadre casi fijo, le brinda a la narración un marco de referencia moral al
universo retratado; y a la batalla que enfrenta (ese universo y sus habitantes) entre
la contingencia y el determinismo.
La “técnica”, la estética.

Estos emplazamientos de cámara, producen en el espectador el clásico


“distanciamiento” brechtiano. El efecto más eficaz es privar al espectador de la
distancia, es decir, de un marco de "realidad-versus-ficción": El efecto no es
hacernos conscientes de ser voyeurs, sino socavar incluso el voyeurismo en el que
normalmente nos organizamos como espectadores.
La “técnica”, la estética.

Si hasta en algún momento en la película (cualquiera de él) nos creíamos seguros y


"afuera", ahora nos damos cuenta de lo poco seguros que somos y de cómo podemos
ser atrapados "dentro" cuando estamos en el cine.
Si el espectador del cine narrativo clásico se sentía seguro a cualquier distancia , por
muy cerca que esté, el espectador de las películas de Haneke podría decirse que no
es seguro a ninguna distancia, por muy lejos que esa persona piense que es.
La “técnica”, la estética.

Si en algún momento en la película (cualquiera de él) nos creíamos seguros y


"afuera", ahora nos damos cuenta de lo poco seguros que somos y de cómo podemos
ser atrapados "dentro" cuando estamos en el cine.
Si el espectador del cine narrativo clásico se sentía seguro a cualquier distancia , por
muy cerca que esté, el espectador de las películas de Haneke podría decirse que no
es seguro a ninguna distancia, por muy lejos que esa persona piense que es.
La “técnica”, la estética. Caché y su escena
de apertura.

Reencuadra sin mover la cámara, gracias primero a un sonido “off”; lo que


simultáneamente cambia nuestra percepción del tiempo, del espacio y del medio;
gracias a los créditos, imitando un monitor de computadora, y luego gracias a las
“scan-lines” del video que aparecen de pronto cuando la imagen hace FW (y
descubrimos que es una grabación, por ende no estamos en “presente”, etc).
La “técnica”, la estética. Caché y su escena
de apertura.

Una de las funciones que este tipo de “reencuadre” tiene en Haneke, es cambiar
radicalmente el eje temporal, destruyendo nuestro sentido de cronología y las
jerarquías temporales tradicionales de pasado, presente y futuro.
No suele usar el clásico FB o el FF; sino más bien, prolepsis o metalepsis (yendo al
futuro “luego”, o re-llamando momentos anteriores).
La “técnica”, la estética. Caché y su escena
de apertura.

Volvemos a lugares o situaciones que ya hemos visto, pero que ahora cobran un
nuevo sentido; como si algo lo hubiera “alterado”.
Acá de nuevo, la presencia del intruso (ahora en la puesta en escena), que viene a
destruir el status quo (la “familia feliz”).
La “técnica”, la estética. Caché y su escena
de apertura.
Estas llamadas metalepsis, es decir, la forma en que obliga al espectador a entrar en
una serie de revisiones retrospectivas que lo dejan suspendido, desconcertado y sin
conexión a tierra, pero poderosamente consciente de su presencia física en el aquí y
ahora del momento de ver .
Con este truco formal, logra no sólo acentuar el distanciamiento brechtiano; sino
recalcar los temas de la incomunicación, la fragmentación de la unidad (social o
familiar), o de la incapacidad de acción y/o compromiso de sus personajes.

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