El Cine de Michael Haneke
El Cine de Michael Haneke
El Cine de Michael Haneke
Una introducción.
Contexto y temas del Cine Haneke.
La crítica concuerda que los temas principales del autor son: la “glaciación” de los
sentimientos y su represión; la crítica a las parejas clases medias; al núcleo familiar
burgués; o su “odio” a la vida institucional, como lo son las escuelas, oficinas, bancos,
los ejércitos y la policía.
Para la representación de estos temas, Haneke toma prestados tres mecanismos
conocidos: a) la introducción de una fuerza maligna (clásico del terror); b) la crítica a
los medios y; c) la falta de voluntad de involucrarse en las acciones de los demás que
caracteriza a sus personajes.
Temas y su Tratamiento: la Familia.
El intruso o el “invasor del hogar”, es un personaje y/o una motivación causal clásica
al cine de horror; pero también recurrente en el cine de autor europeo.
En un nivel el intruso (casi siempre masculino), actúa como catalizador de una crisis
interna de auto-destrucción o de auto-implosión, usualmente del núcleo familiar.
El intruso también colabora con la ruptura entre los público y lo privado (como en
Caché), entre la exclusión y la inclusión; e incluso, en la exclusión a través de la
inclusión.
Este intruso a su vez, se coloca como contraparte de unos personajes caracterizados
por la falta de voluntad de involucrarse con el “otro”. Cosa que el intruso sí hace.
Este “invasor del hogar”, trae consigo un pequeño pero crucial cambio o ajuste en la
“vida de los otros”, en sus relaciones interpersonales (como en La cinta blanca)
La “técnica”, la estética.
Haneke tiene un cuidado especial con el “encuadre”. La selección del mismo, el acto
de “reencuadrar”, su rechazo del movimiento de cámara como el recurso más común
para el reencuadre; son característicos de su estética.
Este encuadre casi fijo, le brinda a la narración un marco de referencia moral al
universo retratado; y a la batalla que enfrenta (ese universo y sus habitantes) entre
la contingencia y el determinismo.
La “técnica”, la estética.
Una de las funciones que este tipo de “reencuadre” tiene en Haneke, es cambiar
radicalmente el eje temporal, destruyendo nuestro sentido de cronología y las
jerarquías temporales tradicionales de pasado, presente y futuro.
No suele usar el clásico FB o el FF; sino más bien, prolepsis o metalepsis (yendo al
futuro “luego”, o re-llamando momentos anteriores).
La “técnica”, la estética. Caché y su escena
de apertura.
Volvemos a lugares o situaciones que ya hemos visto, pero que ahora cobran un
nuevo sentido; como si algo lo hubiera “alterado”.
Acá de nuevo, la presencia del intruso (ahora en la puesta en escena), que viene a
destruir el status quo (la “familia feliz”).
La “técnica”, la estética. Caché y su escena
de apertura.
Estas llamadas metalepsis, es decir, la forma en que obliga al espectador a entrar en
una serie de revisiones retrospectivas que lo dejan suspendido, desconcertado y sin
conexión a tierra, pero poderosamente consciente de su presencia física en el aquí y
ahora del momento de ver .
Con este truco formal, logra no sólo acentuar el distanciamiento brechtiano; sino
recalcar los temas de la incomunicación, la fragmentación de la unidad (social o
familiar), o de la incapacidad de acción y/o compromiso de sus personajes.