Antología Poética Colombiana
Antología Poética Colombiana
Antología Poética Colombiana
Introducción…
Multitudes
II
Valga la soledad
cuando despunta el alba
o se inclina
para besar la noche.
El mensaje transita y no
es de multitudes
su esencia, su intención, su delirio
sólo por un instante
o por una eternidad.
Dora Castellanos
Bogotá 1924
Juegos de agua
El mito y el río
Después de la esperanza
“Poeta clandestino:
Abre tus versos y soñemos juntos
en ríos de abundancia, en blancos hospitales,
en tableros gigantes, en cuarteles vacíos,
en fábricas de armas cerradas para siempre,
en parcelas colmadas de labriegos,
en tierras renovadas viviendo nuevos árboles
y en arroyos de miel,
para endulzar el pan amargo
de todas las mañanas, de tu pueblo, mi pueblo,
¡que viaja pensativo por la patria,
después de la esperanza!”.
“Cuando muera”
III
VI
Correr
Solitario resplandor de lagos
El verde anclado
Eclipses
De ungida geometría
Y un reguero de sales
Es ir tras el envés del tiempo
Abatido.
Navegantes
Solitario reloj de piedra
Al encuentro
Aceite
Predilecto
La mesa sin flores
Donde el rubio
Solitaria luz llena de frio
Es más dorado
A pleno cenit
Y el uno
Y en la ausencia del ángel
Del perfecto desorden
Humanado
Cuando
¡Naturalmente!.
El hielo es humo
Como el fuego
La oruga
Polvo
Como la mariposa
La voz
Néctar
En lengua de azahar.
Correr
Al ya¡
De la serena orilla
Es renovación
Desde el primero
Al quinto elemento
…ambulante
A r c o r a z ó n…
Daga de amor
Frente
Al pájaro en vuelo
De sangre
Redentora!.
Nora Puccini de Rosado
Barranquilla, 1940
Amanecer
El mundo sueña
Con el estreno
De la alborada.
Todo está inmóvil
Menos el aleteo
De los pájaros
Y el amor en las venas
Fuerte y vivo.
Amanece.
Alba
Viajera luz
Enredada luz
En la seda de niebla
Asciende de la entraña tierra
Viajera luz en nube
Cabalgando en la loma
Sobre una gasa de agua evaporada
Remiendos de la luz cortada en parches
Sobre el oscuro traje de los cerros
Blanca y dorada luz
Lumínica frontera
Del etérico cuerpo de los montes
Desintegra su ser en los colores
Del arco que se instala en el abismo.
Laura Victoria Valencia Rentería
Sóata, Chocó
Amor no es
Cegada luz
Mi casa
Pequeña, primigenia
Y queda en una esquina.
Cerca de mi cama
la llave del baúl que
guardaba los vestidos
doblados de mi hermana.
Y en el vidrio de la
ventana, los ojos de una
niña con el miedo intacto
de salir.
Ana Teresa Mina Díaz
Caloto, Cauca.
Viene de una familia numerosa que tuvo que sufrir el desplazamiento
forzado.
Canto a la niña
Oh rosal hermoso
Oh rosal hermoso
Que en tu savia llevas el color de la rosa
Y que das al alma ternura y amor
Almas Canción
Aquellas almas grandes que tuvimos Iba mi corazón
y estas de ahora, iguales y distintas, -caracol sin lamento-
siguen ardiendo y consumiendo vida. impulsando, sangriento,
Ardientes almas nuestras... su pequeña canción...
ávidas, delirantes, violentas, vengativas,
tenaces, hechizadas, sedientas, Y luego la ilusión...
con sus flamas en rojo, negro y blanco, engaño...
en gris, en amarillo y en violeta, ensueño...
-iris y fuego- La muerte grande...
sometidas al viento ineluctable, lo demás, pequeño.
al incendio... Ah qué inútil empeño
Con cauda de cometas locos, Corazón! Corazón!
con colas y con crines de caballos apocalípticos
para imponer el miedo.
Ah! nuestras almas jóvenes!
aquellas que tuvimos y tenemos,
fieles a la gran aventura irreversible de la vida
y al signo irrevocable del acontecimiento,
siguen viviendo
a través de la sangre inextinguible,
en hélices y elípticas,
en el misterio.
Almas rudas,
flagrantes y filudas
como lanzas de acero.
Nuestras almas de ayer, de nunca y siempre,
ígneas, incandescentes, implacables,
ultravioletas, ultrarrojas, ultrasolares,
ardiendo...
Carmiña Navia Velasco Un día llegará
Palmira, Valle del Cauca, 1948
Te asomarás de nuevo a la ventana
Poeta, teóloga, feminista, investigadora y gestora cultural colombiana. y nuevamente, un tango irá de tus oídos hasta tu corazón
la luna sonreirá cada mañana
llevando hasta tus pasos un sendero de luz.
La ausencia de las lunas Caminarás despacio
y asomarás de nuevo a tu ventana, a la misma de ayer
donde rostros amados, conocidos
Cuando las lunas se ocultaron
calentarán tu mano
ese fue un año malo,
y alumbrarán tu soledad por dentro.
la tradición lo dice.
Ese día vendrá
Mi corazón se recogió
como la espuma llega al mar
y empezó a ver el mundo
como el aire a la brisa
desde la luz de una ventana,
como la fuente al agua
luz siempre amenazada.
como el sol a la tarde
Cuando las lunas se ocultaron
como llega el amor a la sonrisa,
ese fue un año duro.
el día llegará.
Mi corazón se halló escondido
tras de las ramas de los árboles
y las estrellas no pudieron
regalarle su luz a mis canciones.
Cuando las lunas se ocultaron
llenó la tierra una gran lluvia,
la tradición lo dice.
Muchas simientes se secaron
vinieron surcos como heridas
y no había sangre entre los ríos,
sangre que redimiera tanta muerte,
cuando la luna estuvo oculta.
Después de muchos soles
muchos vientos
descubrimos el aire de las fuentes
y en el camino se hizo luz.
Anabel Torres
Bogotá, 1948.
La caja negra
Mi dueño
Cuando me estrelle contra el cerro
esto dirá Mi dueño me ha dado avena,
mi caja negra cuando la desmonten, avena recién girada,
éste era el comando que la guiaba: caña de azúcar
no rendirse. No rendirse. picada.
No rendirse.
Mi dueño me ha liberado
Seré entonces sobre sus verdes praderas,
una muertica más el olor de la hierba recién
partiendo a su penúltima morada, cortada
a habitar el vestíbulo más dulce aún, si cabe.
sombreado de los helechos
y las solariegas puertas Saciada de placer
del corazón de sus hijos. me han soltado a pastar.
Pero, caballeros,
yo no haré la mudanza
con la gracia y donaire requeridos
de una auténtica dama.
Canción sefardí