Consumo de Drogas
Consumo de Drogas
Consumo de Drogas
Consumo de drogas:
altibajos de la conciencia
La biografía de John Brodhead puede leerse como el guión de un episodio de Behind the Music Conceptos clave
de VH1. Un joven rebelde de los suburbios de Nueva Jersey se junta con un grupo de reventa-
dos, se la vive en las fiestas empinando el codo. Se las arregla para rehacer su vida con una ¿Cuáles son las principa-
terapia exhaustiva y un poco de amor incondicional. ¿Qué hace diferente a esta historia? Sólo les clasificaciones de las
una cosa: su edad. John tiene 13 años. (Rogers, 2002) drogas, y cuáles son sus
efectos?
John Brodhead tuvo suerte. Si bien ahora está en recuperación, John empezó a beber cuan-
do estaba en sexto grado. No está solo: la cantidad de chicos que empiezan a beber desde
octavo grado se ha incrementado casi en una tercera parte desde la década de 1970, aun
cuando el consumo de alcohol en general ha permanecido bastante estable entre el grueso
de la población.
Los medicamentos de un tipo u otro forman parte de la vida de casi cualquiera. Desde
la niñez, la mayoría de las personas consumen vitaminas, aspirinas, fármacos para aliviar
el catarro, etc., y las encuestas revelan que 80% de los adultos en Estados Unidos han con-
sumido algún analgésico de los que se venden sin necesidad de receta médica en los últi-
mos seis meses; sin embargo, estos medicamentos pocas veces producen un estado
alterado de conciencia (Dortch, 1996).
En contraste, algunas sustancias, conocidas como drogas psicoactivas, generan estados
alterados de conciencia. Las drogas psicoactivas influyen en las emociones, percepciones
y comportamiento de una persona. Con todo, hasta esta categoría de drogas es común en
la mayor parte de nuestra vida. Si alguna vez ha tomado una taza de café o se ha bebido a
sorbos una cerveza, ha consumido una droga psicoactiva. Una gran cantidad de indivi-
duos han utilizado drogas más poderosas —y más peligrosas— que el café y la cerveza John Brodhead empezó a beber
en exceso cuando estaba en sexto
(véase la figura 1); por ejemplo, las encuestas revelan que 41% de los estudiantes de secun-
grado.
daria han consumido alguna droga ilegal durante el último año. Además, 30% informa que
se han embriagado. Las cifras para la población adulta son aun mayores (Johnston, Drogas psicoactivas: drogas
O’Malley y Bachman, 2007). que influyen en las emocio-
Por supuesto las drogas varían mucho en cuanto a los efectos que ejercen sobre los nes, percepciones y compor-
consumidores, en parte porque afectan el sistema nervioso en formas muy diferentes. tamiento de una persona.
Algunas drogas alteran el sistema límbico, y otras afectan la operación de determinados Drogas adictivas: drogas
neurotransmisores entre las sinapsis de las neuronas. Por ejemplo, algunas drogas blo- que producen una depen-
quean o aumentan la liberación de neurotransmisores, otras bloquean la recepción o elimi- dencia biológica o psicológi-
nación de un neurotransmisor, y otras más imitan los efectos de un determinado ca en el consumidor de
neurotransmisor (véase la figura 2). modo que la abstinencia de
Las drogas más peligrosas son adictivas. Las drogas adictivas producen una dependen- éstas genera una ansiedad
cia biológica o psicológica en el consumidor, y la abstinencia de éstas genera una ansiedad que, en algunos casos,
que, en algunos casos, puede ser casi incontrolable. En las adicciones biológicas, el cuerpo se puede ser casi incontrolable.
acostumbra tanto a funcionar con la sustancia que no puede funcionar sin ésta. Las adiccio-
nes psicológicas son aquellas en las que la gente cree necesitar la droga para responder a las
tensiones de la vida diaria. Aunque en general asociamos la adicción con drogas como la ! ALERTA DE
heroína, todos los tipos de drogas cotidianas, como la cafeína (que se halla en el café) y la
nicotina (que se encuentra en los cigarrillos), tienen también aspectos adictivos (Li et al.,
estudio
2007). Utilice la figura 2 para apren-
Sabemos sorprendentemente poco sobre las causas subyacentes de la adicción. Uno de der las diferentes formas en
que las drogas producen sus
los problemas para identificar tales causas es que diferentes drogas (como el alcohol y la efectos en un nivel neuro-
cocaína) afectan al cerebro en formas muy distintas, aunque pueden ser igualmente adic- lógico.
tivas. Además, se lleva mucho más tiempo volverse adicto a unas drogas que a otras,
Bloquea la liberación
de un neurotransmisor Bloquea al receptor
de un neurotransmisor
En razón de la dificultad que hay para tratar los problemas de drogadicción, hay poco
desacuerdo en que la mejor esperanza para enfrentar el problema social general del abuso
de sustancias consiste en prevenir a las personas para que no se involucren en el mundo de
las drogas en primer lugar. Con todo, existe poco consenso sobre cómo alcanzar esta meta.
Hasta los programas para reducir el consumo de drogas, ampliamente difundidos por
su eficacia —como el programa DARE (Drug Abuse Resistance Education)—, tienen una
eficacia cuestionable. Utilizado en más de 80% de los distritos escolares de Estados Unidos,
el DARE consiste en una serie de 17 lecciones sobre los peligros de las drogas, el alcohol y
las pandillas que algunos agentes de la policía imparten a estudiantes de quinto y sexto
grados. El programa es sumamente popular entre los funcionarios de las escuelas, los
padres y políticos. ¿Cuál es el problema entonces? En varias evaluaciones muy meticulosas
no se ha podido demostrar que el programa DARE sea eficaz para reducir el consumo de
drogas en el largo plazo. De hecho, en un estudio se demostró incluso que quienes se
habían graduado del DARE tenían más probabilidades de consumir marihuana que un
grupo de comparación de sujetos que no se habían graduado de dicho programa (Kalb,
2001b; West y O’Neal, 2006; Des Jarlais, 2006).
Muchos refrescos
Fármacos para bajar de peso,
diuréticos y estimulantes
Analgésicos
Remedios para el resfriado/alergias
La nicotina, que se halla en los cigarrillos, es otro estimulante común. Los efectos tranqui-
lizadores de la nicotina ayudan a explicar por qué es adictivo el consumo de cigarrillos. Los
fumadores desarrollan una dependencia a la nicotina, y quienes repentinamente dejan
de fumar manifiestan una fuerte ansiedad. Esto no es de sorprender: la nicotina activa meca-
nismos nerviosos similares a los que activa la cocaína, la cual, como veremos más adelante,
también es sumamente adictiva (Collins e Izenwasser, 2004; Haberstick et al., 2007).
ANFETAMINAS
Las anfetaminas, como la dexedrina y la benzedrina, conocidas popularmente como anfe-
tas, son estimulantes fuertes. En pequeñas cantidades, las anfetaminas —que estimulan el
! ALERTA DE
sistema nervioso central— generan una sensación de energía y alerta, locuacidad, gran
confianza y un estado de ánimo “elevado”. Aumentan la concentración y reducen el can-
estudio sancio. También ocasionan una pérdida de apetito, mayor ansiedad e irritabilidad. Cuando
La figura 4, que resume las se consumen por periodos prolongados, producen delirios de persecución, lo mismo que
diferentes categorías de una sensación general de desconfianza. Quienes consumen anfetaminas pueden llegar a
drogas (estimulantes, depre- perder el interés por la sexualidad. Si se consumen en una cantidad demasiado grande,
sores, narcóticos y alucinó- estimulan excesivamente el sistema nervioso central en tal grado que pueden producir
genos), le ayudará a apren- convulsiones y la muerte (Carhart-Harris, 2007).
der sobre los efectos de
La metanfetamina es una droga blanca y cristalina que, según la policía de Estados
ciertas drogas.
Unidos, es la droga callejera más peligrosa en la actualidad. La metanfetamina es suma-
mente adictiva y relativamente barata, y produce un viaje largo y fuerte. Ha generado
adicción en personas de todo el espectro social, que van desde amas de casa, pasando por
profesionales de zonas urbanas, hasta residentes de barrios marginados de las ciudades.
Luego de volverse adictos, los consumidores la ingieren cada vez con mayor frecuencia y
en dosis cada vez más elevadas. En el largo plazo, el consumo de la droga genera daño
cerebral (Thompson et al., 2004; Sharma, Sjoquist y Ali, 2007).
Más de 1.5 millones de personas en Estados Unidos son consumidores regulares de
metanfetaminas. En razón de que puede elaborarse a partir de píldoras para el resfriado que
se venden sin necesidad de receta médica, algunos almacenes minoristas como Wal-Mart y
Target retiraron estos fármacos de sus anaqueles. En Estados Unidos han surgido, en muchos
sitios, laboratorios ilícitos dedicados a la fabricación de metanfetaminas (Jefferson, 2005).
COCAÍNA
Aunque su consumo ha disminuido durante la última década, el estimulante cocaína y su
derivado, el crack, aún representan una preocupación seria. La cocaína se inhala o “esnifa”
por la nariz, se fuma o se inyecta directamente en el torrente sanguíneo. El cuerpo la absor-
be rápidamente y su efecto se deja sentir casi de inmediato.
Cuando se consume en cantidades relativamente reducidas, la cocaína produce sensa-
ciones de bienestar psicológico profundo, mayor confianza y un estado de alerta general.
La cocaína produce este “viaje” mediante el neurotransmisor llamado dopamina. La dopa-
mina es una de las sustancias químicas que transmite entre las neuronas mensajes relacio-
nados con las sensaciones comunes de placer. Normalmente, cuando se libera la dopamina,
la neurona liberadora reabsorbe las cantidades excesivas del neurotransmisor. Sin embar-
go, cuando la cocaína entra en el cerebro, bloquea la reabsorción de dopamina sobrante.
En consecuencia, el cerebro se ve inundado de sensaciones placenteras producidas por la
dopamina (Redish, 2004; Jarlais et al., 2007). La figura 4 ofrece un resumen de los efectos
de la cocaína y otras drogas ilegales.
Sin embargo, el precio que se paga por los placenteros efectos de la cocaína es alto. El
cerebro puede llegar a condicionarse permanentemente, generando una adicción psicoló-
gica y física que comienza a obsesionar a los consumidores con la idea de obtener la droga.
Con el tiempo, los cocainómanos se deterioran mental y físicamente. En casos extremos, la
cocaína ocasiona alucinaciones; una muy común es la de insectos que se arrastran por el
cuerpo. Al final, una sobredosis de cocaína puede conducir a la muerte (Carpenter, 2001;
Nestler, 2001; George y Moselhy, 2005; Paulozzi, 2006).
ALCOHOL
El depresor más común es el alcohol, se consume más que cualquier otra droga. Con base en
las ventas de licores, la persona promedio mayor de 14 años de edad bebe 2½ galones (9.46
l) de alcohol puro en el transcurso de un año. Esto asciende a más de 200 tragos por persona.
Aunque el consumo de alcohol ha disminuido en forma sostenida durante la última década,
las encuestas demuestran que tres cuartas partes de los estudiantes universitarios reportaron
haber bebido un trago en los últimos 30 días (Jung, 2002; Midanik, Tam y Weisner, 2007).
Una de las tendencias más perturbadoras es la elevada frecuencia de la ingestión
exprés entre los estudiantes universitarios. En el caso de los hombres, la ingestión exprés se
define como beberse cinco o más tragos consecutivos; en el caso de las mujeres, que por lo
general pesan menos que los varones y cuyo cuerpo absorbe el alcohol en forma menos
eficaz, la ingestión exprés se define como beberse cuatro o más tragos consecutivos
(Mokdad et al., 2007).
Alrededor de 50% de los estudiantes y 40% de las estudiantes universitarios reportaron
haber participado en una ingestión exprés al menos una vez en las últimas dos semanas
(véase la figura 5). Diecisiete por ciento de los estudiantes y 37% de las estudiantes reco-
nocieron haber bebido en 10 o más ocasiones durante los últimos 30 días. Además, hasta
los bebedores ocasionales se vieron afectados por el elevado índice de consumo de alcohol:
dos terceras partes de los bebedores ocasionales dijeron que su estudio o sueño se había
Aunque la mayoría de los consumidores de alcohol son consumidores casuales, hay más de 14 millones de alcohólicos en
Estados Unidos. Los efectos del alcohol varían, dependiendo quién lo beba y del contexto en el que se beba. Si el alcohol
fuera una droga recién descubierta, ¿considera usted que su venta sería legal?
visto perturbado por estudiantes ebrios, y una cuarta parte de las mujeres dijeron que
habían sido objeto de insinuaciones sexuales indeseadas por parte de algún compañero de
clases ebrio (Wechsler et al., 1994, 2000, 2002; Park y Grant, 2005).
En general, las mujeres beben de forma más leve que los hombres, aunque la brecha
entre los sexos es más estrecha en las mujeres ancianas y se ha cerrado completamente en
el caso de las adolescentes. Las mujeres son más susceptibles a los efectos del alcohol, y el
abuso de éste daña el cerebro de ellas más que el de los hombres (Wuethrich, 2001; Mann
et al., 2005; Mancinelli, Binetti y Ceccanti, 2007).
También hay diferencias culturales y étnicas en el consumo del alcohol. Por ejemplo,
los adolescentes en Europa beben más que sus coetáneos en Estados Unidos. Además, los
descendientes de inmigrantes orientales de Asia que viven en Estados Unidos suelen beber
significativamente menos que los caucásicos o los afroamericanos, y su incidencia en pro-
blemas relacionados con el alcohol es menor. Puede ser que las reacciones físicas a la bebi-
da, entre las que posiblemente se hallen la sudoración, el aceleramiento del ritmo cardiaco
y el enrojecimiento, sean más desagradables para los descendientes de inmigrantes orien-
tales asiáticos que para otros grupos (García-Andrade, Wall y Ehlers, 1997; Garlow,
Purselle y Heninger, 2007; Kantrowitz y Underwood, 2007).
Aunque el alcohol es un depresor, la mayoría de la gente afirma que su sociabilidad y
bienestar aumentan. La discrepancia entre los efectos reales y los percibidos radica en los
efectos iniciales que produce en la mayoría de los individuos que lo consumen: libera la
tensión y el estrés, genera sentimientos de alegría y pérdida de inhibiciones (Steele y
Josephs, 1990; Sayette, 1993).
Sin embargo, los efectos depresores se vuelven más pronunciados a medida que
aumenta la dosis de alcohol (véase la figura 6). La gente puede sentirse inestable emocional
y físicamente; también manifiesta un juicio deficiente y puede llegar a actuar en forma
agresiva. Además, la memoria se deteriora, mengua el procesamiento cerebral de la infor-
mación espacial y el habla se vuelve arrastrada e incoherente. A la larga, se puede caer en
un estado de estupor y desmayarse; y si se bebe demasiado alcohol en un periodo breve,
se puede morir de envenenamiento por alcohol (Murphy et al., 1998; Zeigler et al., 2005;
Thatcher y Clark, 2006).
Aunque la mayoría de la gente corresponde a la categoría de consumidores casuales,
14 millones de personas en Estados Unidos —1 de cada 13 adultos— tiene algún problema
relacionado con la bebida. Los alcohólicos, es decir, las personas que tienen problemas por
el abuso del alcohol, llegan a depender de esta sustancia y continúan bebiendo aunque esto
les ocasiones graves dificultades. Además, se vuelven cada vez más inmunes a los efectos
del alcohol. En consecuencia, los alcohólicos deben beber más progresivamente para expe-
rimentar las sensaciones positivas iniciales que produce el alcohol.
En algunos casos de alcoholismo, la gente debe beber constantemente para sentirse lo
suficientemente bien como para funcionar en su vida diaria. En otros casos, sin embargo,
la gente bebe en forma inconsistente, pero en ocasiones tiene borracheras en las que con-
sume grandes cantidades de alcohol.
No está claro por qué ciertas personas se vuelven alcohólicas y desarrollan tolerancia
al alcohol y otras no. Puede haber una causa genética, aunque es controvertida la cuestión
de si hay un gen hereditario específico que produzca el alcoholismo. Lo que sí está claro es
FIGURA 6 Efectos del alcohol. Las cantidades representan sólo parámetros aproximados; los efectos varían en
forma significativa según el peso, la estatura, el consumo reciente de alimento, los factores genéticos y hasta el
estado psicológico del individuo.
BARBITÚRICOS
Los barbitúricos, que comprenden drogas como el Nembutal, el Seconal y el fenobarbital,
son otra forma de depresores. Los barbitúricos, que los médicos recetan con frecuencia
El momento en una botella ambiente universitario que fomenta este ción a beber en demasía también se asocia-
elevado índice de consumo de alcohol. Los ba con la creencia de que la bebida
estudiantes universitarios estaban en reali- produciría un deterioro cognitivo y con-
Vomitar en el baño de hombres podría
dad menos inclinados a beber que sus ductual, agresividad o percepciones perso-
no parecer mucho una celebración de
coetáneos no universitarios cuando esta- nales negativas, principalmente porque era
cumpleaños, pero para Gregg Rock y
ban en la preparatoria; pero una vez que probable que esos estudiantes con proble-
muchos otros bebedores que están alcan-
llegaron a la universidad, los estudiantes mas en su forma de beber vieran estas
zando la mayoría de edad, es el precio
aumentaron su consumo de alcohol consi- consecuencias negativas como positivas.
de cumplir 21 años. Para Rock, todo
derablemente hasta que sobrepasaron a sus Lo que este estudio indica es que si
empezó con el precopeo de una botella
coetáneos que no asistieron a la universi- bien podría haber algunos factores espe-
de ron Bacardí con sus amigos de la
dad (O´Malley y Johnston, 2002). ciales que contribuyen al desarrollo de los
universidad el miércoles pasado antes
Para examinar el consumo de alcohol problemas relacionados con el alcohol
de entrar en una taberna de la
en los universitarios, el investigador entre los estudiantes universitarios, el pro-
Universidad de Minnesota. Era media-
Clayton Neighbors y colaboradores estu- blema más grande es el consumo excesivo.
noche, la fantástica hora en que se volvió
diaron varios factores que posiblemente Los estudiantes beben más cuando pien-
mayor de edad. En la barra del bar,
fomenten el consumo de alcohol entre los san que es divertido, que todos lo hacen y
pronto aparecieron “los tres sabios” (Jim
estudiantes universitarios: descubrieron que es lo que se espera de ellos. Un méto-
Beam, Johnny Walker y Jack Daniels) y
que las normas sociales se hallaban entre do para contener la oleada de consumo de
por las bocinas se oía “I Wanna Be
los mejores indicadores del consumo de alcohol entre los universitarios, entonces,
Sedated” de Ramones: el rock vibraba,
alcohol; los estudiantes que bebían más podría concentrarse en modificar las per-
después su cuerpo protestó. “Sí, vomité
solían percibir a los demás estudiantes cepciones de los estudiantes: transmitir el
—dijo Rock, estudiante de último año,
como bebedores frecuentes y también mensaje de que muchos de ellos en reali-
visiblemente aliviado—. Pero conozco
solían pensar que sus amigos —y, en menor dad no beben y que no piensan en buenos
mi límite.” (Gegax, 2005, p. 28).
medida, hasta sus padres— aprobarían su términos de quienes lo hacen (Neighbors
La borrachera de Greg Rock, en media- consumo de alcohol. Además, los miem- et al., 2007).
noche, durante la primera hora de su vigé- bros de asociaciones estudiantiles universi-
simo primer cumpleaños, es un ritual tarias, masculinas o femeninas, solían beber • ¿Por qué considera usted que los estu-
conocido como la “hora poderosa” en algu- más. En contraste, los estudiantes cuya diantes que beben por la presión de los
nos campus universitarios. Para muchos motivación para beber era más una res- compañeros en realidad suelen beber
estudiantes, beber alcohol se ha convertido puesta a la presión de los compañeros, menos que los otros?
en parte de una experiencia universitaria solían beber menos (Neighbors et al., • ¿Por qué los estudiantes que beben
tanto como las largas filas en la librería del 2007). mucho suelen pensar que otros estu-
campus. Según un estudio, se clasificaría Era más probable que los estudiantes diantes también beben mucho?
como bebedores asiduos a 40% de los estu- tuviesen inconvenientes relacionados con • ¿Cómo podrían modificarse las percep-
diantes universitarios estadounidenses; el alcohol si se valían de la bebida para ciones y las actitudes de los estudiantes
además, parece haber algo peculiar en el tratar de olvidar sus problemas. La inclina- hacia la bebida?
para inducir el sueño o reducir el estrés, producen una sensación de relajación. Sin embar-
go, también son psicológica y físicamente adictivos y, cuando se combinan con el alcohol,
pueden ser mortales, dado que una combinación como ésta relaja los músculos del diafrag-
ma en tal grado que el consumidor deja de respirar.
ROHIPNOL
Al rohipnol también se le conoce en Estados Unidos como la date rape drug (“droga de la
violación en la cita”) pues, cuando se mezcla con alcohol, impide que las víctimas se resis-
tan a una agresión sexual. A veces, quienes consumen esta droga sin que lo sepan quedan
tan incapacitados que no tienen recuerdos de la agresión.
la amapola. Aunque la morfina se utiliza médicamente para controlar el dolor grave, la heroí-
na es ilegal en Estados Unidos. Esta condición no ha impedido su consumo generalizado.
Los consumidores de heroína se inyectan esta sustancia directamente en las venas con
una aguja hipodérmica. El efecto inmediato se ha descrito como una “ráfaga” de senti-
mientos positivos, similar en algunos aspectos al orgasmo sexual, e igualmente difícil de
describir. Tras la ráfaga, el consumidor de heroína experimenta una sensación de bienestar
y paz que dura entre tres y cinco horas. Sin embargo, cuando desaparecen los efectos de la
droga, el consumidor siente una ansiedad extrema y un deseo desesperado de repetir
la experiencia. Además, cada vez se necesitan cantidades mayores de heroína para produ-
cir el mismo efecto placentero. Estas dos últimas propiedades son todos los ingredientes
necesarios para la adicción biológica y psicológica: el consumidor se inyecta o trata de
obtener constantemente cantidades de droga aún mayores. A la larga, la vida del adicto
gira en torno a la heroína.
Debido a los poderosos sentimientos positivos que produce la sustancia, la adicción a
la heroína es particularmente difícil de curar. Un tratamiento que ha demostrado cierto
éxito es el consumo de metadona. Ésta es una sustancia química sintética que satisface las
ansias fisiológicas del consumidor de heroína sin generar el “viaje” que acompaña a la
heroína. Cuando se somete a los consumidores regulares de heroína a una dosis regular de
metadona, son capaces de funcionar en forma relativamente normal. Sin embargo, el con-
sumo de metadona tiene una desventaja sustancial: aunque elimina la dependencia psico-
lógica a la heroína, reemplaza la adicción biológica a la heroína por una adicción biológica
a la metadona. Los investigadores tratan de identificar sustitutos químicos no adictivos
para la heroína, lo mismo que sustitutos para otras drogas adictivas que no reemplacen
una adicción por otra (Amato et al., 2005; Verdejo, Toribio y Orozco, 2005; Joe et al., 2007).
40
35
Porcentaje de consumidores
30
25
20
15
10
0
1995 1998 2002 2004 2006
Año
FIGURA 7 Aunque el nivel de consumo de marihuana ha disminuido ligeramente en los últimos años, en gene-
ral la cantidad absoluta de adolescentes que han consumido la droga en el último año sigue siendo relativamen-
te elevada. (Fuente: Johnston, O´Malley y Bachman, 2007.)
algunos consumidores de LSD, aumenta la comprensión del mundo. Sin embargo, para
otros, la experiencia que produce el LSD puede resultar aterradora, sobre todo si han teni-
do dificultades emocionales en el pasado. Además, la gente experimenta en ocasiones
recuerdos súbitos, que alucinan mucho después de haber consumido inicialmente la droga
(Baruss, 2003; Wu, Schlenger y Galvin, 2006).
Cualquier combinación de estos síntomas debe bastar para alertarlo a usted de la posi-
bilidad de un problema grave con las drogas. Dado que la dependencia de las drogas o el
alcohol son casi imposibles de curar por cuenta propia, la gente que sospecha tener un
problema debe buscar atención inmediata con un psicólogo, un médico o un consejero
psicológico.
También puede obtener ayuda de las líneas telefónicas nacionales gratuitas o revisar su
directorio telefónico para buscar la lista local de Alcohólicos Anónimos o Narcóticos
Anónimos.