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Consumo de Drogas

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MÓDULO 14

Consumo de drogas:
altibajos de la conciencia
La biografía de John Brodhead puede leerse como el guión de un episodio de Behind the Music Conceptos clave
de VH1. Un joven rebelde de los suburbios de Nueva Jersey se junta con un grupo de reventa-
dos, se la vive en las fiestas empinando el codo. Se las arregla para rehacer su vida con una ¿Cuáles son las principa-
terapia exhaustiva y un poco de amor incondicional. ¿Qué hace diferente a esta historia? Sólo les clasificaciones de las
una cosa: su edad. John tiene 13 años. (Rogers, 2002) drogas, y cuáles son sus
efectos?
John Brodhead tuvo suerte. Si bien ahora está en recuperación, John empezó a beber cuan-
do estaba en sexto grado. No está solo: la cantidad de chicos que empiezan a beber desde
octavo grado se ha incrementado casi en una tercera parte desde la década de 1970, aun
cuando el consumo de alcohol en general ha permanecido bastante estable entre el grueso
de la población.
Los medicamentos de un tipo u otro forman parte de la vida de casi cualquiera. Desde
la niñez, la mayoría de las personas consumen vitaminas, aspirinas, fármacos para aliviar
el catarro, etc., y las encuestas revelan que 80% de los adultos en Estados Unidos han con-
sumido algún analgésico de los que se venden sin necesidad de receta médica en los últi-
mos seis meses; sin embargo, estos medicamentos pocas veces producen un estado
alterado de conciencia (Dortch, 1996).
En contraste, algunas sustancias, conocidas como drogas psicoactivas, generan estados
alterados de conciencia. Las drogas psicoactivas influyen en las emociones, percepciones
y comportamiento de una persona. Con todo, hasta esta categoría de drogas es común en
la mayor parte de nuestra vida. Si alguna vez ha tomado una taza de café o se ha bebido a
sorbos una cerveza, ha consumido una droga psicoactiva. Una gran cantidad de indivi-
duos han utilizado drogas más poderosas —y más peligrosas— que el café y la cerveza John Brodhead empezó a beber
en exceso cuando estaba en sexto
(véase la figura 1); por ejemplo, las encuestas revelan que 41% de los estudiantes de secun-
grado.
daria han consumido alguna droga ilegal durante el último año. Además, 30% informa que
se han embriagado. Las cifras para la población adulta son aun mayores (Johnston, Drogas psicoactivas: drogas
O’Malley y Bachman, 2007). que influyen en las emocio-
Por supuesto las drogas varían mucho en cuanto a los efectos que ejercen sobre los nes, percepciones y compor-
consumidores, en parte porque afectan el sistema nervioso en formas muy diferentes. tamiento de una persona.
Algunas drogas alteran el sistema límbico, y otras afectan la operación de determinados Drogas adictivas: drogas
neurotransmisores entre las sinapsis de las neuronas. Por ejemplo, algunas drogas blo- que producen una depen-
quean o aumentan la liberación de neurotransmisores, otras bloquean la recepción o elimi- dencia biológica o psicológi-
nación de un neurotransmisor, y otras más imitan los efectos de un determinado ca en el consumidor de
neurotransmisor (véase la figura 2). modo que la abstinencia de
Las drogas más peligrosas son adictivas. Las drogas adictivas producen una dependen- éstas genera una ansiedad
cia biológica o psicológica en el consumidor, y la abstinencia de éstas genera una ansiedad que, en algunos casos,
que, en algunos casos, puede ser casi incontrolable. En las adicciones biológicas, el cuerpo se puede ser casi incontrolable.
acostumbra tanto a funcionar con la sustancia que no puede funcionar sin ésta. Las adiccio-
nes psicológicas son aquellas en las que la gente cree necesitar la droga para responder a las
tensiones de la vida diaria. Aunque en general asociamos la adicción con drogas como la ! ALERTA DE
heroína, todos los tipos de drogas cotidianas, como la cafeína (que se halla en el café) y la
nicotina (que se encuentra en los cigarrillos), tienen también aspectos adictivos (Li et al.,
estudio
2007). Utilice la figura 2 para apren-
Sabemos sorprendentemente poco sobre las causas subyacentes de la adicción. Uno de der las diferentes formas en
que las drogas producen sus
los problemas para identificar tales causas es que diferentes drogas (como el alcohol y la efectos en un nivel neuro-
cocaína) afectan al cerebro en formas muy distintas, aunque pueden ser igualmente adic- lógico.
tivas. Además, se lleva mucho más tiempo volverse adicto a unas drogas que a otras,

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152 Capítulo 4 Estados de conciencia

FIGURA 1 ¿Cuántos adolescentes


consumen drogas? Los resultados
de la encuesta completa más Alcohol
reciente realizada a 14 000 estu-
diantes de secundaria de todo Cigarrillos
Estados Unidos, muestra el por-
centaje de entrevistados que Marihuana y hachís
habían consumido al menos una
vez varias sustancias para fines no
médicos (Johnston, O´Malley y Anfetaminas
Bachman, 2007). ¿Se le ocurre
alguna razón por la cual los ado- Tranquilizantes
lescentes —en contraposición a
las personas mayores— tengan
más probabilidades de consumir Cocaína
drogas? (Fuente: Johnston, L. D.,
O´Malley, P. M., Bachman, J. G. y Alucinógenos
Schulenberg, J. E. (2007). Monitoring
the Future: National results on adoles- MDMA (éxtasis)
cent drug use: Overview of key findings,
2006. (NIH Publication No. 07-6202).
Bethesda, MD: National Institute on 0 10 20 30 40 50 60 70 80
Drug Abuse.) Porcentaje

aunque en última instancia las consecuencias de la adicción posiblemente sean igualmente


graves (Nestler y Malenka, 2004; Crombag y Robinson, 2004; Smart, 2006).
¿Por qué las personas consumen drogas en primer lugar? Hay muchas razones que van
desde el placer que se percibe de la experiencia misma, pasando por el escape de las pre-
siones cotidianas de la vida que permite un viaje inducido por drogas, hasta el intento por
alcanzar un estado religioso o espiritual. Sin embargo, otros factores que poco tienen que
ver con la índole de la experiencia misma, también conducen a las personas a probar las
drogas (McDowell y Spitz, 1999).
Por ejemplo, el muy difundido consumo de drogas entre los modelos de rol —como las
estrellas de cine o los deportistas profesionales—, la fácil disponibilidad de algunas drogas
ilegales y la presión de los compañeros, desempeñan una función importante en la deci-
sión de consumir drogas. En algunos casos, el motivo es simplemente la emoción de pro-
bar algo nuevo. Por último, los factores genéticos predisponen a algunas personas a ser
más susceptibles a las drogas y a volverse adictas a éstas. Al margen de las fuerzas que
hacen que una persona comience a consumir drogas, la adicción a éstas se halla entre los
comportamientos más difíciles de modificar, incluso con un tratamiento exhaustivo
(Lemonick, 2000; Mosher y Akins, 2007; Ray y Hutchison, 2007).

FIGURA 2 Las diferentes drogas


afectan distintas partes del siste-
ma nervioso y el cerebro y cada
una funciona en uno de estos
sitios específicos.
Aumenta la liberación
de un neurotransmisor Bloquea la eliminación
de un neurotransmisor

Aumenta por imitación


a un neurotransmisor

Bloquea la liberación
de un neurotransmisor Bloquea al receptor
de un neurotransmisor

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Módulo 14 Consumo de drogas: altibajos de la conciencia 153

En razón de la dificultad que hay para tratar los problemas de drogadicción, hay poco
desacuerdo en que la mejor esperanza para enfrentar el problema social general del abuso
de sustancias consiste en prevenir a las personas para que no se involucren en el mundo de
las drogas en primer lugar. Con todo, existe poco consenso sobre cómo alcanzar esta meta.
Hasta los programas para reducir el consumo de drogas, ampliamente difundidos por
su eficacia —como el programa DARE (Drug Abuse Resistance Education)—, tienen una
eficacia cuestionable. Utilizado en más de 80% de los distritos escolares de Estados Unidos,
el DARE consiste en una serie de 17 lecciones sobre los peligros de las drogas, el alcohol y
las pandillas que algunos agentes de la policía imparten a estudiantes de quinto y sexto
grados. El programa es sumamente popular entre los funcionarios de las escuelas, los
padres y políticos. ¿Cuál es el problema entonces? En varias evaluaciones muy meticulosas
no se ha podido demostrar que el programa DARE sea eficaz para reducir el consumo de
drogas en el largo plazo. De hecho, en un estudio se demostró incluso que quienes se
habían graduado del DARE tenían más probabilidades de consumir marihuana que un
grupo de comparación de sujetos que no se habían graduado de dicho programa (Kalb,
2001b; West y O’Neal, 2006; Des Jarlais, 2006).

Estimulantes: los viajes con las drogas


Es la una de la mañana y usted no ha terminado de leer el último capítulo del texto sobre
el que se le hará una prueba por la mañana. Agotado, recurre a lo que puede ayudarle a
permanecer despierto durante las siguientes dos horas: una taza de fuerte café negro.
Si alguna vez se ha visto en esa circunstancia, usted ha recurrido a un estimulante impor-
tante, la cafeína, para permanecer despierto. La cafeína es uno de muchos estimulantes, Estimulantes: drogas que
drogas cuyo efecto en el sistema nervioso central ocasiona un aumento en el ritmo cardiaco, producen la excitación del
la presión sanguínea y la tensión muscular. La cafeína está presente no sólo en el café, tam- sistema nervioso central y
bién es un importante ingrediente del té, los refrescos y el chocolate (véase la figura 3). que ocasionan un aumento
La cafeína produce varias reacciones. Los principales efectos conductuales son un en el ritmo cardiaco, la pre-
aumento en la atención y una disminución en el tiempo de reacción. La cafeína también sión sanguínea y la tensión
genera una mejora en el estado de ánimo, sobre todo porque imita los efectos de una sus- muscular.
tancia química natural del cerebro, la adenosina. Sin embargo, demasiado café produce
nerviosismo e insomnio. La gente desarrolla una dependencia biológica a la droga. Los
consumidores regulares que repentinamente dejan de beber café llegan a experimentar
jaquecas o depresión. Muchas personas que beben grandes cantidades de café durante la
semana laboral tienen jaqueca los fines de semana debido a la disminución súbita en
la cantidad de cafeína que consumen (Juliano y Griffiths, 2004; Satel, 2006; Kendler, Myers
y Gardner, 2006).

FIGURA 3 ¿Cuánto café consu-


Café descafeinado
me usted? Este diagrama muestra
Café precolado el rango de cafeína que se halla
en alimentos y bebidas comunes.
Café de cafetera eléctrica
El bebedor de café promedio en
Café instantáneo Estados Unidos consume unos
200 miligramos de cafeína diaria-
Té preparado
mente, o alrededor de tres tazas
Té instantáneo de café. (Fuente: New York Times
Cocoa Graphics.)

Muchos refrescos
Fármacos para bajar de peso,
diuréticos y estimulantes
Analgésicos
Remedios para el resfriado/alergias

0 25 50 75 100 125 150 175 200 225


Miligramos

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154 Capítulo 4 Estados de conciencia

La nicotina, que se halla en los cigarrillos, es otro estimulante común. Los efectos tranqui-
lizadores de la nicotina ayudan a explicar por qué es adictivo el consumo de cigarrillos. Los
fumadores desarrollan una dependencia a la nicotina, y quienes repentinamente dejan
de fumar manifiestan una fuerte ansiedad. Esto no es de sorprender: la nicotina activa meca-
nismos nerviosos similares a los que activa la cocaína, la cual, como veremos más adelante,
también es sumamente adictiva (Collins e Izenwasser, 2004; Haberstick et al., 2007).

ANFETAMINAS
Las anfetaminas, como la dexedrina y la benzedrina, conocidas popularmente como anfe-
tas, son estimulantes fuertes. En pequeñas cantidades, las anfetaminas —que estimulan el
! ALERTA DE
sistema nervioso central— generan una sensación de energía y alerta, locuacidad, gran
confianza y un estado de ánimo “elevado”. Aumentan la concentración y reducen el can-
estudio sancio. También ocasionan una pérdida de apetito, mayor ansiedad e irritabilidad. Cuando
La figura 4, que resume las se consumen por periodos prolongados, producen delirios de persecución, lo mismo que
diferentes categorías de una sensación general de desconfianza. Quienes consumen anfetaminas pueden llegar a
drogas (estimulantes, depre- perder el interés por la sexualidad. Si se consumen en una cantidad demasiado grande,
sores, narcóticos y alucinó- estimulan excesivamente el sistema nervioso central en tal grado que pueden producir
genos), le ayudará a apren- convulsiones y la muerte (Carhart-Harris, 2007).
der sobre los efectos de
La metanfetamina es una droga blanca y cristalina que, según la policía de Estados
ciertas drogas.
Unidos, es la droga callejera más peligrosa en la actualidad. La metanfetamina es suma-
mente adictiva y relativamente barata, y produce un viaje largo y fuerte. Ha generado
adicción en personas de todo el espectro social, que van desde amas de casa, pasando por
profesionales de zonas urbanas, hasta residentes de barrios marginados de las ciudades.
Luego de volverse adictos, los consumidores la ingieren cada vez con mayor frecuencia y
en dosis cada vez más elevadas. En el largo plazo, el consumo de la droga genera daño
cerebral (Thompson et al., 2004; Sharma, Sjoquist y Ali, 2007).
Más de 1.5 millones de personas en Estados Unidos son consumidores regulares de
metanfetaminas. En razón de que puede elaborarse a partir de píldoras para el resfriado que
se venden sin necesidad de receta médica, algunos almacenes minoristas como Wal-Mart y
Target retiraron estos fármacos de sus anaqueles. En Estados Unidos han surgido, en muchos
sitios, laboratorios ilícitos dedicados a la fabricación de metanfetaminas (Jefferson, 2005).

COCAÍNA
Aunque su consumo ha disminuido durante la última década, el estimulante cocaína y su
derivado, el crack, aún representan una preocupación seria. La cocaína se inhala o “esnifa”
por la nariz, se fuma o se inyecta directamente en el torrente sanguíneo. El cuerpo la absor-
be rápidamente y su efecto se deja sentir casi de inmediato.
Cuando se consume en cantidades relativamente reducidas, la cocaína produce sensa-
ciones de bienestar psicológico profundo, mayor confianza y un estado de alerta general.
La cocaína produce este “viaje” mediante el neurotransmisor llamado dopamina. La dopa-
mina es una de las sustancias químicas que transmite entre las neuronas mensajes relacio-
nados con las sensaciones comunes de placer. Normalmente, cuando se libera la dopamina,
la neurona liberadora reabsorbe las cantidades excesivas del neurotransmisor. Sin embar-
go, cuando la cocaína entra en el cerebro, bloquea la reabsorción de dopamina sobrante.
En consecuencia, el cerebro se ve inundado de sensaciones placenteras producidas por la
dopamina (Redish, 2004; Jarlais et al., 2007). La figura 4 ofrece un resumen de los efectos
de la cocaína y otras drogas ilegales.
Sin embargo, el precio que se paga por los placenteros efectos de la cocaína es alto. El
cerebro puede llegar a condicionarse permanentemente, generando una adicción psicoló-
gica y física que comienza a obsesionar a los consumidores con la idea de obtener la droga.
Con el tiempo, los cocainómanos se deterioran mental y físicamente. En casos extremos, la
cocaína ocasiona alucinaciones; una muy común es la de insectos que se arrastran por el
cuerpo. Al final, una sobredosis de cocaína puede conducir a la muerte (Carpenter, 2001;
Nestler, 2001; George y Moselhy, 2005; Paulozzi, 2006).

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156 Capítulo 4 Estados de conciencia

Casi 2.5 millones de personas en Estados Unidos son consumidores ocasionales de


cocaína, y hasta 1.8 millones de personas consumen la droga en forma regular. En razón
de la potencia de la cocaína, la abstinencia de la droga es difícil. Aunque el consumo de
cocaína entre los estudiantes de preparatoria ha disminuido en los últimos años, la droga
representa aún un problema importante (Johnston, O´Malley y Bachman, 2004).

Depresores: los bajones de las drogas


En contraste con el efecto inicial de los estimulantes, que es un aumento en la excitación
Depresores: drogas que ale- del sistema nervioso central, el efecto de los depresores consiste en dificultar el funciona-
targan el sistema nervioso. miento del sistema nervioso al hacer que las neuronas se disparen en forma más lenta. Las
dosis bajas generan por lo menos sensaciones temporales de intoxicación —embriaguez—,
lo mismo que una sensación de euforia y dicha. Sin embargo, cuando se consumen grandes
cantidades, el habla empieza a arrastrarse y el control muscular se vuelve inconexo, lo que
dificulta el movimiento. Finalmente, los consumidores asiduos llegan a perder completa-
mente la conciencia.

ALCOHOL
El depresor más común es el alcohol, se consume más que cualquier otra droga. Con base en
las ventas de licores, la persona promedio mayor de 14 años de edad bebe 2½ galones (9.46
l) de alcohol puro en el transcurso de un año. Esto asciende a más de 200 tragos por persona.
Aunque el consumo de alcohol ha disminuido en forma sostenida durante la última década,
las encuestas demuestran que tres cuartas partes de los estudiantes universitarios reportaron
haber bebido un trago en los últimos 30 días (Jung, 2002; Midanik, Tam y Weisner, 2007).
Una de las tendencias más perturbadoras es la elevada frecuencia de la ingestión
exprés entre los estudiantes universitarios. En el caso de los hombres, la ingestión exprés se
define como beberse cinco o más tragos consecutivos; en el caso de las mujeres, que por lo
general pesan menos que los varones y cuyo cuerpo absorbe el alcohol en forma menos
eficaz, la ingestión exprés se define como beberse cuatro o más tragos consecutivos
(Mokdad et al., 2007).
Alrededor de 50% de los estudiantes y 40% de las estudiantes universitarios reportaron
haber participado en una ingestión exprés al menos una vez en las últimas dos semanas
(véase la figura 5). Diecisiete por ciento de los estudiantes y 37% de las estudiantes reco-
nocieron haber bebido en 10 o más ocasiones durante los últimos 30 días. Además, hasta
los bebedores ocasionales se vieron afectados por el elevado índice de consumo de alcohol:
dos terceras partes de los bebedores ocasionales dijeron que su estudio o sueño se había

Aunque la mayoría de los consumidores de alcohol son consumidores casuales, hay más de 14 millones de alcohólicos en
Estados Unidos. Los efectos del alcohol varían, dependiendo quién lo beba y del contexto en el que se beba. Si el alcohol
fuera una droga recién descubierta, ¿considera usted que su venta sería legal?

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Módulo 14 Consumo de drogas: altibajos de la conciencia 157

Hombres Mujeres FIGURA 5 Hábitos de beber de


estudiantes universitarios
(Wechsler et al., 2003). En el caso
de los hombres, la ingestión
Bebedores sin exprés se definió como consumir
Bebedoras con Bebedoras sin cinco o más tragos consecutivos;
ingestión exprés Bebedores con
ingestión exprés ingestión exprés en el caso de las mujeres, el total
31% ingestión exprés
41% 40% fue cuatro o más.
49%
Abstemios
20% Abstemias
19%

visto perturbado por estudiantes ebrios, y una cuarta parte de las mujeres dijeron que
habían sido objeto de insinuaciones sexuales indeseadas por parte de algún compañero de
clases ebrio (Wechsler et al., 1994, 2000, 2002; Park y Grant, 2005).
En general, las mujeres beben de forma más leve que los hombres, aunque la brecha
entre los sexos es más estrecha en las mujeres ancianas y se ha cerrado completamente en
el caso de las adolescentes. Las mujeres son más susceptibles a los efectos del alcohol, y el
abuso de éste daña el cerebro de ellas más que el de los hombres (Wuethrich, 2001; Mann
et al., 2005; Mancinelli, Binetti y Ceccanti, 2007).
También hay diferencias culturales y étnicas en el consumo del alcohol. Por ejemplo,
los adolescentes en Europa beben más que sus coetáneos en Estados Unidos. Además, los
descendientes de inmigrantes orientales de Asia que viven en Estados Unidos suelen beber
significativamente menos que los caucásicos o los afroamericanos, y su incidencia en pro-
blemas relacionados con el alcohol es menor. Puede ser que las reacciones físicas a la bebi-
da, entre las que posiblemente se hallen la sudoración, el aceleramiento del ritmo cardiaco
y el enrojecimiento, sean más desagradables para los descendientes de inmigrantes orien-
tales asiáticos que para otros grupos (García-Andrade, Wall y Ehlers, 1997; Garlow,
Purselle y Heninger, 2007; Kantrowitz y Underwood, 2007).
Aunque el alcohol es un depresor, la mayoría de la gente afirma que su sociabilidad y
bienestar aumentan. La discrepancia entre los efectos reales y los percibidos radica en los
efectos iniciales que produce en la mayoría de los individuos que lo consumen: libera la
tensión y el estrés, genera sentimientos de alegría y pérdida de inhibiciones (Steele y
Josephs, 1990; Sayette, 1993).
Sin embargo, los efectos depresores se vuelven más pronunciados a medida que
aumenta la dosis de alcohol (véase la figura 6). La gente puede sentirse inestable emocional
y físicamente; también manifiesta un juicio deficiente y puede llegar a actuar en forma
agresiva. Además, la memoria se deteriora, mengua el procesamiento cerebral de la infor-
mación espacial y el habla se vuelve arrastrada e incoherente. A la larga, se puede caer en
un estado de estupor y desmayarse; y si se bebe demasiado alcohol en un periodo breve,
se puede morir de envenenamiento por alcohol (Murphy et al., 1998; Zeigler et al., 2005;
Thatcher y Clark, 2006).
Aunque la mayoría de la gente corresponde a la categoría de consumidores casuales,
14 millones de personas en Estados Unidos —1 de cada 13 adultos— tiene algún problema
relacionado con la bebida. Los alcohólicos, es decir, las personas que tienen problemas por
el abuso del alcohol, llegan a depender de esta sustancia y continúan bebiendo aunque esto
les ocasiones graves dificultades. Además, se vuelven cada vez más inmunes a los efectos
del alcohol. En consecuencia, los alcohólicos deben beber más progresivamente para expe-
rimentar las sensaciones positivas iniciales que produce el alcohol.
En algunos casos de alcoholismo, la gente debe beber constantemente para sentirse lo
suficientemente bien como para funcionar en su vida diaria. En otros casos, sin embargo,
la gente bebe en forma inconsistente, pero en ocasiones tiene borracheras en las que con-
sume grandes cantidades de alcohol.
No está claro por qué ciertas personas se vuelven alcohólicas y desarrollan tolerancia
al alcohol y otras no. Puede haber una causa genética, aunque es controvertida la cuestión
de si hay un gen hereditario específico que produzca el alcoholismo. Lo que sí está claro es

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158 Capítulo 4 Estados de conciencia

Cantidad de tragos Alcohol Efectos comunes


consumidos en dos horas en la sangre
(porcentaje)

2 0.05 Debilitamiento del juicio, pensamiento y


compostura; liberación de tensión, sensación
de despreocupación

3 0.08 Disminución de las tensiones e inhibiciones de


la vida diaria, alegría

4 0.10 Afectación de la acción motora voluntaria, lo


que entorpece los movimientos de manos y
brazos, la marcha y el habla

7 0.20 Deterioro grave: tambaleo, ostensión,


incoherencia, inestabilidad emocional, riesgo
de tránsito 100 veces mayor; se magnifican la
exhuberancia y las inclinaciones agresivas

9 0.30 Afectación de las regiones más profundas del


cerebro, confusión de estímulo-respuesta y
comprensión; estado de estupor, visión
borrosa

12 0.40 Incapacidad para la acción voluntaria;


somnolencia, dificultades para excitarse;
equivalente a una anestesia quirúrgica

15 0.50 Estado comatoso; se anestesian los centros


que controlan la respiración y el ritmo
cardiaco; mayor probabilidad de muerte

Nota: un trago se refiere a una botella común de cerveza


de 12 onzas (340.2 ml), a un vaso de 5 onzas (141.7 ml)

FIGURA 6 Efectos del alcohol. Las cantidades representan sólo parámetros aproximados; los efectos varían en
forma significativa según el peso, la estatura, el consumo reciente de alimento, los factores genéticos y hasta el
estado psicológico del individuo.

que las probabilidades de volverse alcohólico son considerablemente mayores si hubo


alcohólicos en las generaciones anteriores de la familia de una persona. Sin embargo, no
todos los alcohólicos tienen parientes cercanos que sean alcohólicos. En estos casos, se
sospecha que los factores de estrés ambientales desempeñan una función mucho más
importante (Whitfield et al., 2004; Nurnberger y Bierut, 2007; Zimmermann et al., 2007).
(Para más información sobre el consumo de alcohol en la universidad, véase el recuadro
de Aplicación de la psicología en el siglo XXI.)

BARBITÚRICOS
Los barbitúricos, que comprenden drogas como el Nembutal, el Seconal y el fenobarbital,
son otra forma de depresores. Los barbitúricos, que los médicos recetan con frecuencia

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A P L I C AC I Ó N D E L A P S I CO LO G Í A E N E L S I G LO X X I

El momento en una botella ambiente universitario que fomenta este ción a beber en demasía también se asocia-
elevado índice de consumo de alcohol. Los ba con la creencia de que la bebida
estudiantes universitarios estaban en reali- produciría un deterioro cognitivo y con-
Vomitar en el baño de hombres podría
dad menos inclinados a beber que sus ductual, agresividad o percepciones perso-
no parecer mucho una celebración de
coetáneos no universitarios cuando esta- nales negativas, principalmente porque era
cumpleaños, pero para Gregg Rock y
ban en la preparatoria; pero una vez que probable que esos estudiantes con proble-
muchos otros bebedores que están alcan-
llegaron a la universidad, los estudiantes mas en su forma de beber vieran estas
zando la mayoría de edad, es el precio
aumentaron su consumo de alcohol consi- consecuencias negativas como positivas.
de cumplir 21 años. Para Rock, todo
derablemente hasta que sobrepasaron a sus Lo que este estudio indica es que si
empezó con el precopeo de una botella
coetáneos que no asistieron a la universi- bien podría haber algunos factores espe-
de ron Bacardí con sus amigos de la
dad (O´Malley y Johnston, 2002). ciales que contribuyen al desarrollo de los
universidad el miércoles pasado antes
Para examinar el consumo de alcohol problemas relacionados con el alcohol
de entrar en una taberna de la
en los universitarios, el investigador entre los estudiantes universitarios, el pro-
Universidad de Minnesota. Era media-
Clayton Neighbors y colaboradores estu- blema más grande es el consumo excesivo.
noche, la fantástica hora en que se volvió
diaron varios factores que posiblemente Los estudiantes beben más cuando pien-
mayor de edad. En la barra del bar,
fomenten el consumo de alcohol entre los san que es divertido, que todos lo hacen y
pronto aparecieron “los tres sabios” (Jim
estudiantes universitarios: descubrieron que es lo que se espera de ellos. Un méto-
Beam, Johnny Walker y Jack Daniels) y
que las normas sociales se hallaban entre do para contener la oleada de consumo de
por las bocinas se oía “I Wanna Be
los mejores indicadores del consumo de alcohol entre los universitarios, entonces,
Sedated” de Ramones: el rock vibraba,
alcohol; los estudiantes que bebían más podría concentrarse en modificar las per-
después su cuerpo protestó. “Sí, vomité
solían percibir a los demás estudiantes cepciones de los estudiantes: transmitir el
—dijo Rock, estudiante de último año,
como bebedores frecuentes y también mensaje de que muchos de ellos en reali-
visiblemente aliviado—. Pero conozco
solían pensar que sus amigos —y, en menor dad no beben y que no piensan en buenos
mi límite.” (Gegax, 2005, p. 28).
medida, hasta sus padres— aprobarían su términos de quienes lo hacen (Neighbors
La borrachera de Greg Rock, en media- consumo de alcohol. Además, los miem- et al., 2007).
noche, durante la primera hora de su vigé- bros de asociaciones estudiantiles universi-
simo primer cumpleaños, es un ritual tarias, masculinas o femeninas, solían beber • ¿Por qué considera usted que los estu-
conocido como la “hora poderosa” en algu- más. En contraste, los estudiantes cuya diantes que beben por la presión de los
nos campus universitarios. Para muchos motivación para beber era más una res- compañeros en realidad suelen beber
estudiantes, beber alcohol se ha convertido puesta a la presión de los compañeros, menos que los otros?
en parte de una experiencia universitaria solían beber menos (Neighbors et al., • ¿Por qué los estudiantes que beben
tanto como las largas filas en la librería del 2007). mucho suelen pensar que otros estu-
campus. Según un estudio, se clasificaría Era más probable que los estudiantes diantes también beben mucho?
como bebedores asiduos a 40% de los estu- tuviesen inconvenientes relacionados con • ¿Cómo podrían modificarse las percep-
diantes universitarios estadounidenses; el alcohol si se valían de la bebida para ciones y las actitudes de los estudiantes
además, parece haber algo peculiar en el tratar de olvidar sus problemas. La inclina- hacia la bebida?

para inducir el sueño o reducir el estrés, producen una sensación de relajación. Sin embar-
go, también son psicológica y físicamente adictivos y, cuando se combinan con el alcohol,
pueden ser mortales, dado que una combinación como ésta relaja los músculos del diafrag-
ma en tal grado que el consumidor deja de respirar.

ROHIPNOL
Al rohipnol también se le conoce en Estados Unidos como la date rape drug (“droga de la
violación en la cita”) pues, cuando se mezcla con alcohol, impide que las víctimas se resis-
tan a una agresión sexual. A veces, quienes consumen esta droga sin que lo sepan quedan
tan incapacitados que no tienen recuerdos de la agresión.

Narcóticos: alivio del dolor Hasta las drogas legales, cuando


se utilizan en forma inapropiada,

y la ansiedad generan adicción.

Narcóticos: drogas que


Los narcóticos son drogas que aumentan la relajación y alivian el dolor y la ansiedad. Dos aumentan la relajación y ali-
de los más poderosos narcóticos, la morfina y la heroína, se derivan de la vaina de semillas de vian el dolor y la ansiedad.

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la amapola. Aunque la morfina se utiliza médicamente para controlar el dolor grave, la heroí-
na es ilegal en Estados Unidos. Esta condición no ha impedido su consumo generalizado.
Los consumidores de heroína se inyectan esta sustancia directamente en las venas con
una aguja hipodérmica. El efecto inmediato se ha descrito como una “ráfaga” de senti-
mientos positivos, similar en algunos aspectos al orgasmo sexual, e igualmente difícil de
describir. Tras la ráfaga, el consumidor de heroína experimenta una sensación de bienestar
y paz que dura entre tres y cinco horas. Sin embargo, cuando desaparecen los efectos de la
droga, el consumidor siente una ansiedad extrema y un deseo desesperado de repetir
la experiencia. Además, cada vez se necesitan cantidades mayores de heroína para produ-
cir el mismo efecto placentero. Estas dos últimas propiedades son todos los ingredientes
necesarios para la adicción biológica y psicológica: el consumidor se inyecta o trata de
obtener constantemente cantidades de droga aún mayores. A la larga, la vida del adicto
gira en torno a la heroína.
Debido a los poderosos sentimientos positivos que produce la sustancia, la adicción a
la heroína es particularmente difícil de curar. Un tratamiento que ha demostrado cierto
éxito es el consumo de metadona. Ésta es una sustancia química sintética que satisface las
ansias fisiológicas del consumidor de heroína sin generar el “viaje” que acompaña a la
heroína. Cuando se somete a los consumidores regulares de heroína a una dosis regular de
metadona, son capaces de funcionar en forma relativamente normal. Sin embargo, el con-
sumo de metadona tiene una desventaja sustancial: aunque elimina la dependencia psico-
lógica a la heroína, reemplaza la adicción biológica a la heroína por una adicción biológica
a la metadona. Los investigadores tratan de identificar sustitutos químicos no adictivos
para la heroína, lo mismo que sustitutos para otras drogas adictivas que no reemplacen
una adicción por otra (Amato et al., 2005; Verdejo, Toribio y Orozco, 2005; Joe et al., 2007).

ALUCINÓGENOS: DROGAS PSICODÉLICAS


¿Qué tienen en común los hongos, estramonios y dondiegos de día? Además de ser plantas
Alucinógeno: droga capaz bastante comunes, cada una de éstas puede ser fuente de un alucinógeno poderoso, droga
de producir alucinaciones, o capaz de producir alucinaciones, o cambios en el proceso perceptual.
cambios en el proceso per- El alucinógeno más común y de uso más generalizado en la actualidad es la marihuana,
ceptual. cuyo ingrediente activo —el tetrahidrocanabinol (THC)— se halla en una hierba común, la

40

35
Porcentaje de consumidores

30

25

20

15

10

0
1995 1998 2002 2004 2006
Año

Tercero de Tercero de Primero de


preparatoria secundaria secundaria

FIGURA 7 Aunque el nivel de consumo de marihuana ha disminuido ligeramente en los últimos años, en gene-
ral la cantidad absoluta de adolescentes que han consumido la droga en el último año sigue siendo relativamen-
te elevada. (Fuente: Johnston, O´Malley y Bachman, 2007.)

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Módulo 14 Consumo de drogas: altibajos de la conciencia 161

cannabis. La marihuana suele fumarse en cigarrillos o pipas, aunque puede cocinarse y


comerse. Más de 31% de los estudiantes de preparatoria y 12% de los estudiantes de segun-
do de secundaria informan haber consumido marihuana en el último año (Johnston,
O´Malley y Bachman, 2007; véase la figura 7).
Los efectos de la marihuana varían de una persona a otra, pero por lo general consisten
en sensaciones de euforia y bienestar general. Las experiencias sensoriales parecen más
vívidas e intensas, y al parecer aumenta una sensación de presunción o vanidad en el indi-
viduo. La memoria puede verse afectada, haciendo que los consumidores se sientan agra-
dablemente “colocados”. Sin embargo, los efectos no son universalmente positivos; los
individuos que consumen marihuana cuando se sienten deprimidos pueden terminar aún
más deprimidos, pues la droga suele magnificar tanto los sentimientos buenos como los
malos.
Hay claros riesgos asociados con el consumo excesivo de marihuana. Aunque la mari-
huana al parecer no produce adicción en sí, algunas evidencias señalan semejanzas en las
formas en que la marihuana y otras drogas, como la cocaína y la heroína, afectan al cerebro.
Además, hay ciertas evidencias de que el consumo excesivo, al menos temporalmente,
disminuye la producción de la hormona sexual masculina testosterona, lo que afecta
potencialmente la actividad sexual y la cantidad de esperma (Block, 2000; Iverson, 2000;
Lane et al., 2007).
Además, la marihuana fumada durante el embarazo puede tener efectos duraderos en
los niños a los que se expone durante este periodo, aunque los resultados no son consis-
tentes. El consumo excesivo también afecta la capacidad del sistema inmunológico para
combatir los gérmenes y aumenta la tensión en el corazón, aunque no queda claro qué tan
fuertes son estos efectos. Hay una consecuencia negativa incuestionable en el hecho de
fumar marihuana: el humo daña los pulmones en buena medida como lo hace el humo
de los cigarrillos, ya que genera mayores probabilidades de desarrollar cáncer y otras
enfermedades pulmonares (Cornelius et al., 1995; Julien, 2001).
Pese a los posibles peligros del consumo de marihuana, hay pocas evidencias científi-
cas de la creencia popular de que los consumidores se “gradúan” con la marihuana para
el consumo de drogas más peligrosas. Además, el consumo de marihuana es una costum-
bre en ciertas culturas. Por ejemplo, en relación con prácticas religiosas, algunos jamaiqui-
nos beben té de marihuana de manera habitual. Además, la marihuana tiene varios usos
médicos: puede utilizarse para prevenir las náuseas derivadas de la quimioterapia, tratar
algunos síntomas del sida y aliviar los espasmos musculares de quienes tienen lesiones en
la médula espinal. En una medida controvertida, varios estados legalizaron el consumo de
esta droga con receta médica, aunque sigue siendo ilegal de acuerdo con la ley
federal de Estados Unidos (Iverson, 2000; Seamon et al., 2007).

MDMA ÉXTASIS Y LSD


El MDMA (“éxtasis”) y la dietilamida de ácido lisérgico (LSD, o “ácido”) correspon-
den a la categoría de los alucinógenos. Ambas drogas afectan la operación del
neurotransmisor serotonina en el cerebro, lo que produce una alteración en la
actividad de las células cerebrales y la percepción (Cloud, 2000; Buchert et al.,
2004).
Los consumidores de éxtasis reportan experimentar una sensación de paz y
calma, una mayor empatía y conexión con los demás, lo mismo que una mayor
relajación y hasta energía. Aunque los datos no son concluyentes, algunos inves-
tigadores han descubierto disminuciones en la memoria y el desempeño en las
tareas intelectuales, y tales hallazgos señalan que puede haber cambios en el
largo plazo en los receptores de serotonina en el cerebro (Parrott, 2002;
Montgomery et al., 2005; El-Mallakh y Abraham, 2007).
El LSD, que es estructuralmente similar a la serotonina, produce alucinacio-
nes vívidas. Las percepciones de colores, sonidos y formas se alteran tanto que Este dibujo, realizado por alguien
hasta la experiencia más mundana —como ver los nudos de una mesa de madera— pare- que consumió LSD, sugiere los
ce tener movimiento y vida propia. La percepción del tiempo se distorsiona, y pueden efectos que pueden tener los alu-
verse los objetos y la gente en una forma nueva, pues, de acuerdo con lo que informan cinógenos en el pensamiento.

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algunos consumidores de LSD, aumenta la comprensión del mundo. Sin embargo, para
otros, la experiencia que produce el LSD puede resultar aterradora, sobre todo si han teni-
do dificultades emocionales en el pasado. Además, la gente experimenta en ocasiones
recuerdos súbitos, que alucinan mucho después de haber consumido inicialmente la droga
(Baruss, 2003; Wu, Schlenger y Galvin, 2006).

PARA SER UN En una sociedad bombardeada con comerciales de medi-


CONSUMIDOR INFORMADO camentos con los que se garantiza todo tipo de remedios,
desde curar el resfriado común hasta dar nueva vida a la
de la psicología “sangre cansada”, no sorprende que los problemas rela-
cionados con las drogas sean un asunto social importan-
Identificación de problemas con las drogas y el te. Sin embargo, muchas personas con problemas
alcohol relacionados con las drogas y el alcohol niegan tenerlos,
y es posible que hasta los amigos cercanos y los miem-
bros de la familia no se den cuenta cuando el consumo social ocasional de las drogas o el
alcohol se hayan convertido en abuso.
Sin embargo, ciertos síntomas indican cuando el consumo se vuelve abuso (Archambault,
1992; National Institute on Drug Abuse, 2000). Entre éstos se hallan los siguientes:

• Tener siempre un viaje para pasársela bien.


• Estar en el viaje muy a menudo.
• Tener un viaje para seguir adelante.
• Ir al trabajo o a clases estando bajo el efecto de la droga.
• Faltar o no estar preparados para ir a clases o al trabajo debido a que siguen en el
viaje.
• Sentirse mal posteriormente por algo que dijo o hizo mientras estaba en el viaje.
• Manejar un auto mientras se está intoxicado.
• Entrar en conflicto con la ley por las drogas.
• Hacer algo mientras se está en el viaje que no se haría de otro modo.
• Estar en el viaje solo y no con más gente.
• Ser incapaz de detener el consumo.
• Sentir la necesidad de un trago o una droga para pasar el día.
• Llegar a perder la salud física.
• Fallar en la escuela o en el trabajo.
• Pensar en alcohol o drogas todo el tiempo.
• Evitar a la familia o los amigos cuando se consume alcohol o drogas.

Cualquier combinación de estos síntomas debe bastar para alertarlo a usted de la posi-
bilidad de un problema grave con las drogas. Dado que la dependencia de las drogas o el
alcohol son casi imposibles de curar por cuenta propia, la gente que sospecha tener un
problema debe buscar atención inmediata con un psicólogo, un médico o un consejero
psicológico.
También puede obtener ayuda de las líneas telefónicas nacionales gratuitas o revisar su
directorio telefónico para buscar la lista local de Alcohólicos Anónimos o Narcóticos
Anónimos.

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