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Clase Lo Inconciente

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LO INCONCIENTE (1915)

El inconciente es importante porque restringir los sucesos anímicos a los que son
concientes, y entremezclarlos con los sucesos puramente físicos, neurológicos, es algo
que quiebra la continuidad psíquica e introduce una brecha ininteligible en la cadena de
los fenómenos observados.
- Procesos neurológicos =Procesos psíquicos o mentales.

El proceso de represión no consiste en cancelar (Verdrängung: Intento de desalojo, no


una cancelación o desaparición), una representación representante de la pulsión, sino
en impedirle que devenga conciente. Lo reprimido es sólo una parte del inconciente.
Lo consciente lo conocemos sólo como conciente, después de que ha experimentado
una traducción a lo conciente.

Mecanismos de defensa: Son procesos inconscientes que al ser interpretados o


señalados por el terapeuta devienen conscientes y dejan de actuar de manera
“automática”.

1. La multivocidad de lo inconciente y el punto de vista tópico.


Lo Icc abarca por un lado, actos que apenas son latentes, Icc por algún tiempo, pero lo
demás no se diferencian de los concientes y, por otro lado, procesos como los
reprimidos que si devienen concientes contrastarían con los procesos concientes.
En el psicoanálisis un acto psíquico atraviesa por 2 fases de estado, entre las cuales
opera como selector, la censura.
- Primera fase: el acto psíquico es inconciente y pertenece al Icc, si es rechazado
por la censura se le deniega el paso a la segunda fase y se llama reprimido
teniendo que permanecer Icc. Pero si pasa la censura viene una segunda fase.
- Segunda fase: entrando al segundo sistema que es el sistema conciente. Pero
como su relación con la ccia no está determinada unívocamente por esta
pertenencia, no es aún conciente, sino susceptible de conciencia. A esto se le
llamará preconsciente, él cual participa de las propiedades del sistema Cc, y
que la censura rigurosa está el paso del Icc al Precc.
Con esta nueva concepción se quiere tomar en cuenta una nueva tópica psíquica
(además de la dinámica, antes vista), que plantea los sistemas donde se juegan los actos
psíquicos.
Nuestra tópica psíquica nada tiene que ver con la anatomía; se refiere a regiones del
aparato psíquico, dondequiera que estén situadas dentro del cuerpo y no localidades
anatómicas.
La fase Cc de la representación puede significar por un lado una trascripción nueva
de ella en otro lugar o un cambio meramente funcional. La representaciones concientes
e inconcientes son trascripciones diversas y separadas en sentido tópico de un mismo
contenido. Pero Freud aún no sabe cuál de estos significados es el más indicado.
Al comunicar una representación reprimida a un paciente, en principio no modifica
nada el estado psíquico, ni cancela la represión. Pero ahora tiene la misma
representación bajo una doble forma en lugares distintos de su aparato anímico. La
cancelación de la representación sólo ocurre cuando la representación conciente (lo
comunicado por el terapeuta), se conecta con la huella anémica inconciente
2. Sentimientos inconcientes.
La pulsión nunca pueda pasar a ser objeto de la conciencia; sólo puede ser la
representación que representa la pulsión. Tampoco al interior del Icc. Puede estar
representada sino es por la representación.
El hecho de que un sentimiento sea sentido, o sea, que la Cc tenga noticia de él, es
inherente a su esencia. Una posibilidad de sentimiento Icc, faltaría su esencia.
Usamos la expresión de sentimiento Icc a los destinos de la moción pulsional, que
son consecuencia de la represión. Estos destinos pueden ser tres:
- Afecto persiste, en todo o en parte.
- Mudado en otro afecto diverso, sale a la luz. (Ej: angustia)
- Sofocado (meta genuina de la represión)
En todos los casos en que la represión consigue inhibir el desarrollo del afecto,
llamamos inconcientes a los afectos que volvemos a poner en su sitio tras enderezar lo
que la represión había torcido. Si la represión no consigue impedir que nazcan
sensaciones de displacer, ha fracasado, porque ésta no tiene otro propósito que evitar el
displacer, aunque haya reprimido la representación.
No hay por tanto, afectos Icc. Como hay representaciones icc. Toda la diferencia
está en que las representaciones son investiduras (de huellas mnémicas), mientras que
los afectos y sentimientos corresponden a procesos de descarga cuyas exteriorizaciones
últimas se perciben como sensaciones.
El desprendimiento de un afecto Icc. siempre es sentido como angustia porque no
tiene ligada ninguna representación, sólo cuando este afecto es ligado a una
representación sustitutiva en el conciente, el afecto originario puede hacer su aparición.

3. Tópica y dinámica de la represión.


El resultado de la represión es un proceso que se cumple sobre las representaciones
en la frontera de los sistemas Icc y Prcc. Se trata de una sustracción de investidura.
El paso del sistema Icc a uno contiguo no acontece mediante una trascripción nueva,
sino mediante un cambio de estado, una mudanza en la investidura.
La representación reprimida sigue teniendo capacidad de acción dentro del Icc, por
que conserva su investidura de este sistema, pero le sustraída la investidura del Prcc.
La contrainvestidura es un proceso mediante el cual el Prcc se protege contra el
asedio de la representación inconciente reprimida que conserva aún investidura Icc.
Representa un gasto permanente de energía de una represión primordial (¿), pero es
también lo que garantiza su permanencia. Es muy posible que la investidura sustraída
del Prcc de la representación se aplique a la contrainvestidura.
Aquí se pone de manifiesto el punto de vista económico además del tópico y el
dinámico. Cuando se describe un proceso psíquico en estas tres dimensiones, recibe el
nombre de exposición metapsicológica.
A continuación se dan ejemplos de cómo actúa la represión en:
Histeria de Angustia: En esta existe un sustituto por desplazamiento, donde la
investidura fugada del Prcc. se volcó a una representación sustitutiva, que se entramó
por vía asociativa a la representación rechazada. La representación sustitutiva juega en
el sistema conciente el papel de una contrainvestidura porque lo asegura contra la
emergencia de la representación reprimida. Mediante todo el mecanismo de defensa
puesto en acción, se ha conseguido proyectar hacia fuera el peligro pulsional. El yo se
comporta como si el peligro del desarrollo de angustia no le amenazase desde una
moción pulsional, sino desde una percepción, y por eso puede reaccionar contra ese
peligro con intentos de huida: evitaciones fóbicas. Mediante este proceso de represión
se logra poner un dique al desprendimiento de angustia, aunque solo a costa de graves
sacrificios a la libertad personal.
Histeria de Conversión: La investidura pulsional de la representación reprimida es
traspuesta a la inervación del síntoma. La contarinvestidura del Precc. sale a la luz en la
formación del síntoma. El gasto represivo del sistema conciente no es tan grande como
la investiduara del síntoma. La fuerza de la represión se mide en contrainvestidura
gastada.
Neurosis Obsesiva: La contrainvestidura del sistema Cc. sale organizada como
formación reactiva.

4. Las propiedades particulares des Sistema Icc.


El núcleo del Icc. consiste en agencias representantes de pulsión que quieren
descargar su investidura, por lo tanto, en mociones de deseo. Estas subsisten unas con
otras, sin influirse ni contradecirse, si dos mociones de deseo tienen metas inconciliables,
confluyen en la formación de una meta intermedia, de un compromiso. Tampoco existe la
negación. En este sistema rige el proceso primario, donde hay movilidad de intensidades
de investidura (desplazamiento) y la condensación. Sus procesos son atemporales, y no
conocen un miramiento por la realidad ya que están sometidos al principio del placer, su
destino sólo dependen de la fuerza que poseen y de que cumplan los requisitos de la
regulación placer-displacer, energía no ligada o libre. El Icc. no puede consumar ninguna
acción muscular excepto los reflejos. En este sistema la energía de investidura, el móvil y
proclive a la descarga. Por otro lado, en el sistema Prcc, la energía de investidura no es
proclive a la descarga y se encuentra ligada.
Al sistema Prcc. competen el establecimiento de una capacidad de comercio entre
los contenidos de las representaciones, el ordenamiento temporal de ellas, la introducción
de una o varias censuras, el examen de realidad y el principio de realidad; y la memoria
conciente que a de diferenciarse de las huellas némicas. En este sistema rige el proceso
secundario.

5. El Comercio entre los dos Sistemas.


El Icc. es más bien algo vivo, susceptible de desarrollo y mantiene con el Prcc. una
serie de relaciones., entre ellas la cooperación. El Icc. se continua en los llamados
retoños que influyen de continuo sobre el Prcc. y a su vez esta sometido a influencias de
éste. Los retoños de las mociones pulsionales Icc. pueden presentar una alta
organización y estar exentos de contradicción, siendo pertenecientes cualitativamente al
Pcc., pero de hecho Icc. Por ejemplo las fantasías.
Los retoños del Icc. son rechazados siempre y cuando sobrepasan cierto nivel de
investidura.
Existe una censura entre Prcc. y Cc, mucho de lo que participa de las propiedades
del sistema Prcc., no deviene Cc. (como partes de las mociones que gobiernan nuestro
yo).
Retoños del Icc. pueden devenir Cc. como formaciones sustitutivas y como
síntomas, tras desfiguraciones respecto de lo Icc. Lo Icc. es rechazado por la censura en
la frontera de lo Prcc; sus retoños pueden sortear esta censura, crecer dentro del Prcc.
hasta una cierta intensidad de investidura pero cuando la han rebasado pueden ser
reprimidos por la censura situada entre Prcc, y Cc. La primera censura funciona contra
el Icc. mismo; la segunda contra los retoños Prcc. de él. A mediada que nos vamos
desarrollando, nuestra censura es cada vez mayor.
El contenido del sistema Prcc. proviene en una parte de la vida pulsional (por
mediación del Icc.) y en la otra, de la percepción.
Los retoños del Icc. que hacen de mediadores entre el sistema Icc. y Prcc. nos
facilitan el camino para influenciar el Icc. desde la conciencia. Esto nos lleva a suponer
que una modificación espontánea del Icc. es un proceso lento y lleno de dificultades.
Puede existir una cooperación enter una moción Prcc. y una Icc. que ocurre cuando
la moción Icc. opera en el mismo sentido que una de las aspiraciones Prcc., en este caso
la represión quedad cancelada y la actividad reprimida se admite como refuerzo de la
que esta en la intención del yo.

Apéndice B: El Paralelismo Psicofísico.


Es lícito localizar los elementos psíquicos más simples en una terminación nerviosa
determinada. En cambio, voluntad, inteligencia etc., son términos creados por a
psicología a los cuales corresponde en el mundo fisiológico estados de cosas muy
complejas. La cadena de procesos fisiológicos dentro del sistema nervioso
probablemente no mantiene un nexo de causalidad con procesos psíquicos. Los procesos
fisiológicos no cesan en el momento en que comienzan los psíquicos. Por lo tanto, lo
psíquico es un proceso paralelo a lo fisiológico.

Apéndice C: Palabra y Cosa.


Se pretende hacer un esquema hipotético del funcionamiento neurológico del
aparato del lenguaje. Se distingue en la representación palabra 4 ingredientes: la imagen
sonora, la imagen visual de letras, la imagen motriz del lenguaje y la imagen motriz de
la escritura. De aquí se desprende que la palabra es una representación compleja, que
resulta de un proceso asociativo, en el que confluyen elementos de diversos orígenes.
(visual, acústica, etc.). La palabra cobra su significado por el enlace con la
representación objeto, y a su vez la representación objeto es un complejo asociativo de
diversas representaciones visuales, acústicas, táctiles y otras.

LA REPRESION

La angustia es el motor impulsor de la represión.


La represión o esta dada cuando la pulsión provocada por la insatisfacción se
hace insoportablemente grande (hambre). La condición para la represión es que el
motivo de displacer cobre un poder mayor que el placer de la satisfacción. Por que la
satisfacción de una pulsión reprimida sería siempre placentera en sí misma, pero
inconciliable con otras exigencias y designaos. Su ecencia es rechazar algo de la Ccia y
mantenerlo alejado de ella.
En la represión se distinguen dos fases:
1 Represión Primordial: Consiste en que a la agencia representante psíquica de
la pulsión se le deniega la admisión en lo Cc. Se establece una fijación donde la agencia
representante persiste inmutable y la pulsión sigue ligada a ella.
2. Represión Propiamente dicha: Recae sobre retoños psíquicos de la agencia
representante reprimida o sobre unos itinerarios de pensamiento que, han entrado en
vínculo asociativo con ella. Tales representaciones tienen el mismo destino que lo
reprimido primordial, es decir, una repulsión desde lo conciente sobre lo que ha de
reprimirse. La represión no alcanzaría su propósito si la atracción y la repulsión no
cooperasen, si no existiese algo reprimido desde antes puesto a recoger lo repelido por
lo conciente.
La represión sólo perturba el vínculo de la representación con lo conciente, en el
Icc. ésta puede seguir existiendo, formar retoños y anudar conexiones.
Los retoños al distanciarse de lo reprimido primordial, tienen un expedito acceso
al Ccte. Pero este acceso se detiene cundo se llega a una determinada intensidad en la
investidura de lo Icc. El factor cuantitativo resulta decisivo para resolver el conflicto.
La represión trabaja de manera individual, cada uno de los retoños de lo reprimido,
puede tener un destino particular.
La represión es móvil y exige un gasto de fuerza constante, si no fuera así
peligraría su resultado haciéndose necesario un nuevo acto represivo.
La represión no es la que crea formaciones sustitutivas y síntomas, sino que son
éstos últimos en cuanto indicios de un retorno de lo reprimido.
Los mecanismos de represión tienen en común la sustracción de la investidura
energética.
En este texto se vuelven a tratar las histerias. Se destaca que en la histeria de
angustia no se ha cumplido cabalmente la represión, ya que no se ha evitado el
displacer. En la histeria de conversión, la represión ha logrado poner fin al monto de
afecto, que es la tarea genuina de la represión, pero no se puede hablar de éxito por que
esto ha sido posible mediante extensas formaciones sustitutivas. (síntoma)
La neurosis obsesiva se explica mejor en este caso. En ella existe una regresión
por la cual una aspiración sádica remplaza a una aspiración tierna. Este impulso hostil
hacia una persona amada es el que cae bajo la represión. Primero alcanza un éxito
pleno, el contenido de la representación es rechazado y se hace desaparecer el afecto.
Como formación sustitutiva hallamos una alteración del yo en la forma de escrúpulos de
conciencia externa, lo cual no puede llamarse propiamente un síntoma.

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