La Vanguardia Constructivista Desde La Historiografía Ruso-Soviética PDF
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LA HISTORIOGRAFÍA RUSO-SOVIÉTICA
Tatiana Kotova
Trabajo Fin de Máster dirigido por María del Mar Díaz González
y Francisco Manuel Erice Sebares
Oviedo Julio 2016
ÍNDICE
5. Conclusiones .....................................................................................................................-74-
2
1. Introducción
Con este trabajo, pretendemos ampliar la lista bibliográfica sobre el constructivismo ruso y,
en la medida de lo posible, arrojar luz sobre las aportaciones actuales acerca del movimiento
por parte de los historiadores.
El constructivismo ruso discurre entre los años 1921 y 1932, siendo la corriente artística de
moda entre los artistas rusos más innovadores de aquellos momentos. Este movimiento
interdisciplinar, aparte de sus manifestaciones creativas, se presenta también en los escritos de
los teóricos del arte de producción, exponiendo éstos posturas muy ambiguas en torno a su
propia interpretación, cuando no contradictorias. Las investigaciones artísticas posteriores al
periodo de vigencia del constructivismo, llevadas a cabo por los historiadores del arte rusos y
por los críticos, intentan aclarar las opiniones de los ideólogos del movimiento constructivista,
así como sistematizar toda esta producción escrita (presentándose esta labor como utópica
hasta el presente momento). Estas y otras circunstancias, producto de los avatares políticos de
este país, han contribuido a generar más polémicas, sobre todo en lo concerniente a la
incertidumbre en la definición conceptual y metodológica del constructivismo, y a la nómina
de los artistas.
3
Para actualizar los datos sobre la naturaleza de este amplio y heterogéneo fenómeno –cuyo
tratamiento en diferentes momentos de la historia de Rusia ha sido dispar– dirigiremos nuestra
atención a las obras editadas a lo largo de toda la centuria pasada en el idioma ruso, contando
con un número muy nutrido de publicaciones1.
Las fuentes historiográficas están representadas, en su gran mayoría, por textos aparecidos
en publicaciones periódicas (revistas) y libros (tanto monográficos como en forma de
capítulos); y también comprenden trabajos académicos (tesis doctorales), álbumes y catálogos
de exposiciones. Para su consulta, nos hemos acercado a la Biblioteca Estatal de Rusia, donde
recogimos el mayor número de fuentes, tanto documentales como historiográficas. También
hemos acudido a la biblioteca de la Galería Estatal Tretiakov, consultando allí tanto sus
fondos dentro de la colección general de libros y revistas como los de su Departamento de los
libros de edición limitada. La biblioteca del Centro Estatal del Arte Contemporáneo (GtsSI)
también ha sido centro de atención para este trabajo, donde hemos consultado algunas
publicaciones puntuales. Lo mismo indicamos con respecto a la biblioteca-gabinete de lectura
I. S. Turgenev, que nos ha autorizado el préstamo de algunos libros para su consulta y
reprografía (opción que en el resto de las instituciones no está permitida). Todas las
instituciones mencionadas están situadas en Moscú. Por tanto, las fuentes documentales e
historiográficas del constructivismo ruso que hemos utilizado en la elaboración del presente
1
Véase Apéndice 1.
2
A lo largo del cuarto epígrafe del presente trabajo se atenderá a la información relacionada con el tipo de
fuentes –tanto documentales como historiográficas–, realizando un comentario en cada uno de los apartados de
dicha parte.
3
En el trabajo apenas utilizaremos el material consultado en este archivo, puesto que nuestro objetivo no
contempla el análisis profundo de las fuentes documentales primarias.
4
trabajo son –salvo algunas excepciones– bastante accesibles, necesitando en algunos casos,
sin embargo, gestionar autorizaciones especiales para su consulta4.
La metodología del presente trabajo consiste en un análisis crítico de los contenidos de las
fuentes recopiladas –en su gran mayoría historiográficas–. El primer problema metodológico
que se nos ha presentado ha sido la elección de las fuentes para su análisis, pues –como ya
hemos avanzado– su número es considerable, complicándose además el asunto por el hecho
de que nuestro objeto de estudio no alcanza fronteras terminológicas e interpretativas fijas.
Teniendo en cuenta estos obstáculos, y con el fin de optimizar el contenido y ajustarnos a la
extensión de nuestro trabajo, hemos tenido que aplicar para la redacción del epígrafe cuatro
criterios de análisis distintos, explicados en cada correspondiente apartado y antes de efectuar
el análisis de la producción historiográfica.
5
La redacción del trabajo se estructura en cinco capítulos, a los que se añade un epígrafe
dedicado a la bibliografía general. Esta investigación se inicia con una parte introductoria,
donde se justifica el tema, se establecen los objetivos, se narra el estado de la cuestión y se
indica la metodología empleada por la autora. El segundo capítulo indaga sobre la
importancia de las vanguardias artísticas europea y rusa. El tercero se dedica en su totalidad a
la descripción del movimiento del constructivismo ruso y a la narración de su historia,
géneros artísticos, representantes y controversias que se le atribuyen. El cuarto repasa y
analiza las fuentes historiográficas rusas divididas en cuatro etapas: década de los años veinte,
época estalinista, décadas de 1950 a 1980 y últimos decenios. En el quinto capítulo, se
aportan nuestras conclusiones, donde nos hemos permitido además esbozar brevemente el
estado de la cuestión relacionado con las fuentes documentales e historiográficas sobre el
constructivismo en castellano. Finalmente, se incorpora la bibliografía general de las
publicaciones manejadas para la elaboración de la redacción. El trabajo incorpora cuatro
anexos y un apéndice con las aclaraciones fonéticas para la correcta lectura de las palabras
rusas en alfabeto latino.
Por último, indicaremos que la relevancia del período histórico en el desarrollo inicial y
posterior del constructivismo ruso ha exigido incorporar observaciones histórico-sociales, que
guardan estrecha relación con las líneas de investigación del Máster en Historia y Análisis
Sociocultural de la Universidad de Oviedo, cuyos estudios estamos a punto de concluir.
1.4. Agradecimientos
No quiero dejar de expresar mi agradecimiento, en primer lugar, a tres personas que han
influido de forma directa y sustancial en la elaboración de este Trabajo de Fin de Máster: a mi
directora, María del Mar Díaz González, a mi madre, Sonia Kotova, y a mi amiga, Noelia
Martínez. En segundo lugar, deseo agradecer a la Universidad de Oviedo el haberme brindado
la oportunidad de realizar una estancia de estudios en Moscú, concediéndome una de sus
becas de movilidad de convenio de colaboración, que ha sido fundamental para desencadenar
esta investigación. Finalmente, agradezco a todos los profesores del Máster de Historia y
Análisis Sociocultural su profesionalidad y los conocimientos que nos han transmitido.
También quiero citar en los agradecimientos a muchos amigos y conocidos que se han
interesado por mi trabajo y me han proporcionado ánimos y buenos deseos.
6
***
Resulta importante añadir que la autora del presente trabajo no es hispanohablante, por lo
que el texto ha sido revisado por una nativa con el fin de contribuir a la fluidez de su lectura.
La corrección de estilo en ningún caso ha afectado a la estructura y al contenido de la
redacción, constituyendo lo último el escrito original e inédito de la autora.
7
2. Contextualización histórico-artística de las vanguardias europea y rusa
8
vanguardia como un conjunto de corrientes artísticas reformadoras que, ofreciendo lenguajes
plásticos distintos y particulares, va por delante de los movimientos artísticos precedentes, se
advierte que el uso del vocablo tiene límites difusos, pudiendo emplearse en referencia a
cualquier tipo de arte antitradicional en su forma o a algo nuevo en un momento dado. El
tema es un asunto polémico que se complica aún más al apreciarse que la misma esencia de la
vanguardia suscita controversia, produciéndose debates en torno a su naturaleza tanto durante
su existencia como hoy en día.
9
último tercio del siglo XIX, avanzan en su lenguaje, si bien ahora con el fin de participar de
este decadencia histórica y cultural, criticando o apoyándola. Por tanto, los complicados
procesos históricos y culturales (imposibles de describir adecuadamente en un brevísimo
párrafo), junto con los avances en psicología, filosofía y ciencia, asisten en la aparición de las
vanguardias artísticas.
Se evalua que durante la primera década del siglo XX se formula y se experimenta con el
lenguaje vanguardista. Durante el siguiente decenio, se asiste a la “eclosión de las
vanguardias”12 y más tarde, hacia finales de los años treinta, se produce un paulatino declive
en sus actividades. Se ha establecido que el movimiento vanguardista europeo se origina en el
12
Julia, BARROSO VILLAR, Tema, iconografía y forma en las vanguardias artísticas. Castrillón, Asturias,
Ajimez Arte, 2005, p. 335.
10
Salón de Otoño de 1905, en París, donde se expusieron las pinturas coloristas calificadas de
fauves (fieras)13. Posteriormente, sus creadores pasaron a ser conocidos como representantes
del fauvismo, uno de numerosos movimientos artísticos innovadores, cuyo nombre termina en
–ismo, la sucesiva aparición de los cuales se prolonga hasta mediados de los años veinte. A
continuación indicaremos las vanguardias consideradas más importantes: el cubismo, surgido
en Francia en 1907; el futurismo, que aparece en Italia en 1909 coincidiendo con la
publicación de su primer manifiesto; el dadaísmo, que emerge en Suiza en 1916; el
neoplasticismo, que surge en 1917 en Holanda; y el surrealismo, aparecido en Francia en
192414. Por toda Europa existieron numerosos movimientos vanguardistas, tanto mayores
como menores, pero éstas destacan por ser las manifestaciones más sustanciales de las
vanguardias históricas de Francia, Alemania y Rusia. En el siguiente capítulo nos
centraremos, precisamente, en las corrientes artísticas innovadoras del último país.
Las vanguardias históricas de Rusia forman una parte indispensable del relato sobre el
panorama artístico vanguardista de inicios del siglo XX, pues sus propuestas ejercen una
influencia notoria sobre el porvenir del arte mundial. Antes de proceder a revisar las
particularidades que definen la vanguardia rusa y a nombrar a sus máximos representantes,
recapitularemos las vicisitudes históricas y sociales del país (con el riesgo –debemos ser
conscientes de ello– de generalizar en exceso) que han servido de escenario para el
surgimiento y desarrollo de su arte16.
13
Amalia, MARTÍNEZ MUÑOZ, Arte y arquitectura del siglo XX. Vanguardia y utopía social. Vol.1. Barcelona,
Editorial Montesinos, 2001, p. 8. Otros autores indican que, cronológicamente, también se debería considerar al
expresionismo del norte de Europa como la primera vanguardia de la historia, pues empieza a formularse en
paralelo con el impresionismo de Francia. La aparición del grupo alemán Die Brücke coincide con la del
fauvismo.
14
Ibid.
15
Para la redacción de la mayor parte de este capítulo relacionada con el panorama artístico ruso de inicios del
siglo XX hemos utilizado los siguientes libros: Ekaterina, DEGOT, Arte ruso del siglo XX. Moscú, Trilistnik,
2002; Olga, IUSHKOVA, Estación sin parada. La vanguardia rusa de los años 1910-1920. Moscú, Galart, 2008;
Galina, ZAGIANSKAIA, Marina, IVANOVA; y Elizaveta, ISAEVA, La vanguardia rusa. Artes plásticas.
Literatura. Teatro. Material didáctico. Moscú, RATI-GITIS, 2007.
16
Los apuntes históricos que se exponen en el capítulo han sido confeccionados con el apoyo de: Jean, MEYER,
Rusia y sus imperios: (1894-2005). Barcelona, Tusquets Editores, S.A., 2007; Mikhail, IROSHNIKOV; y
Aleksandr, VAKSER, Rusia en el siglo XX: gente, poder, revoluciones, sociedad. Manual. Segunda edición. San
Petersburgo, Edición de la Universidad de San Petersburgo, 2005; Sergei, KARPENKO (coord.), Historia de
Rusia, siglo XX: conferencias y materiales para el estudio. Moscú, Edición de Ippolitov, 2004; Natalia,
GEORGIEVA; y Vladimir, GEORGIEV, Historia de Rusia: manual didáctico. Moscú, Prospekt, 2009.
11
Rusia comienza el siglo XX inmersa en un difícil proceso de transformación de todos los
aspectos de la vida del Imperio, orientado hacia la creación de una nueva sociedad industrial.
La circunstancia genera malestar en la población y evidencia la necesidad de la evolución del
régimen político, pero el monarca Nicolás II, aspirando mantener el régimen autocrático, entra
así en conflicto con la incipiente sociedad civil. Las huelgas estudiantiles, campesinas y
obreras, la toma de conciencia de clase por parte del proletariado 17 y de la intelligentsia18,
junto con los problemas con las minorías étnicas, crean una fuerte tensión social que se
agudiza con las derrotas del ejército ruso en la guerra con Japón y con los fusilamientos
producidos durante una manifestación pacífica (el “Domingo Rojo”). En 1905, se produce el
primer gran hecho histórico del siglo en el país, la Revolución 19, que tiene como consecuencia
la implantación de algunas reformas liberales. A pesar de ser anuladas en parte, al cabo de
varios años se consigue la suavización del régimen político 20, las masas empiezan a
involucrarse de forma conciente en la vida política del país, el movimiento obrero crece y el
radicalismo político aumenta21.
Con ese escenario, en 1914, Rusia entra en la Primera Guerra Mundial 22, lo que genera
pérdidas humanas y económicas, así como el regreso de la inestabilidad social. El
consiguiente descontento de la población con la política de Nicolás II culmina con la
Revolución de febrero de 1917, cuyo resultado primordial y decisivo para el país será en la
abolición del régimen monárquico. La toma del poder por parte de los bolcheviques se
produce con la Revolución de octubre del mismo año, y el consiguiente establecimiento de un
17
El proletariado ruso conforma sus filas con obreros y campesinos, clases cuyo número de asalariados se
incrementa de forma considerable a inicios del siglo XX. Su transformación en una fuerza revolucionaria viene
determinada por la privación de sus derechos civiles elementales y por la indiferencia del gobierno hacia sus
intereses.
18
Desde mediados del siglo XIX existe en Rusia una nueva clase, la intelligentsia. Se forma con la gente
instruida, de profesiones liberales con visiones populistas (después heredadas por el bolchevismo), y se yergue
en oposición profunda con el régimen existente, dispuesta a participar activamente en la lucha contra él.
19
El movimiento revolucionario tiene lugar a lo largo de todo el año 1905, sin embargo, su culminación se
produce en los meses de octubre y diciembre.
20
Uno de los principales hechos es la constitución de un órgano legislativo, la Duma, dando así inicio a la Rusia
parlamentaria: aparecen multitud de partidos de muy variado espectro entre los que podemos destacar a los
partidos revolucional-socialistas, puesto que en esa dirección política desarrollarán sus acciones los
bolcheviques.
21
En julio de 1905, Vladimir Lenin expone por primera vez su concepción de la dictadura democrática del
proletariado y del campesinado.
22
Ese hecho juega un papel decisivo para el consiguiente cambio de rumbo en el gobierno del país porque, como
el mismo Lenin afirma, de no participar el país en la guerra, la Revolución de octubre de 1917 se hubiera podido
evitar. Jean, MEYER, Rusia y ..., p. 79.
12
Estado socialista constituye un hito en la historia23. Entre 1918 y 1920, adoptando la dictadura
del proletariado, el nuevo poder emprende una serie de acciones con el fin de consolidar su
gobierno y preparar al mundo para la eventual Revolución bolchevique. Pero las primeras
medidas ineficaces de su política, la permanencia del Estado en la Primera Guerra Mundial y
el estallido de la guerra civil dentro del país empeoran la situación económica de forma
drástica y llevan a Rusia a una crisis socio-económica que, en 1921, obliga a adoptar la Nueva
Política Económica (NEP)24. El país, con las mejoras económicas, entra en la segunda parte de
los años veinte siendo un nuevo Estado, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Hacia
finales de este decenio y tras la muerte del anterior líder de los comunistas, Vladimir Lenin, se
consolida el poder del nuevo dirigente, Iosif Stalin, quien toma medidas para dar un giro
radical a la situación política y económica de la Unión. Elimina la NEP, conduce a la URSS a
una industrialización forzosa y a la creación de una economía sin mercado libre; además, se
endurece el control del Partido Comunista en todas las esferas de la vida del país,
implantándose la ideología marxista en la conciencia de las masas. Rusia, o la URSS, entra en
el tercer decenio del siglo XX siendo un país plenamente transformado y distinto de aquel
Estado que empezó la centuria.
13
transformaciones sufridas en el país. La práctica artística –en cuyo epicentro se halla el
problema de lo espiritual28– va en consonancia con ellas: se debaten asuntos relacionados con
el rol del arte en la nueva sociedad que revalúan la propia naturaleza de la creación artística
con el fin de buscar nuevos significados.
En el inicio de la primera etapa de la evolución del arte ruso, junto con el tradicional arte
realista29, se desarrollan propuestas artísticas que, apropiándose de las corrientes artísticas
modernas venidas de Europa30 y destapando las tradiciones nacionales (iconos, folclore
campesino, cartel provincial), abogan por cambiar las normas del arte anterior, vincular la
vida con el arte e intervenir en la conciencia de la gente 31. El arte ruso de aquel momento se
deja influir sobre todo por el cubismo y por el futurismo occidentales, pero ambas corrientes
se asimilan de manera propia. Así, el arte ruso de los años diez empieza a denominar
pensamiento filosófico, una colección de escritos Vekhi (Hitos) en los cuales se reflexiona acerca los problemas
actuales. Otra recopilación de escritos, esta vez relacionados con las bruscas transformaciones contemporáneas
en el mundo del arte, pertenece a Nikolai Berdiaev y se titula La crisis del arte.
28
Las cuestiones relacionadas con la dimensión espiritual de la cultura han sido muy debatidas. Para las fuerzas
artísticas lo espiritual ha constituido la antítesis a todo lo material. La experiencia filosófica de la vanguardia
rusa ha sido objeto de minucioso estudios por parte de algunos especialistas rusos. Vid. Liliia, KABANOVA, La
experiencia filosófica de la vanguardia rusa en el contexto de la cultura nacional de finales del siglo XIX –
primer tercio del siglo XX. Monografía. Petrozavodsk, Editorial PetrGU, 2011; Iurii, GIRIN, La imagen del
mundo de la época de la vanguardia. La vanguardia como una unidad sistémica. Moscú, IMLI RAN, 2013.
29
Es el momento de existencia del “realismo crítico” (la representación utra-realista) que ha estado fuera de las
influencias occidentales, sus representantes más destacados han sido los miembros el grupo de los Peredvizhniki
(“Ambulantes”).
30
Las miradas se dirigen, mayoritariamente, a Francia. Los artistas rusos viajan al extranjero para conocer el arte
contemporáneo francés; además, las obras se traen y se exponen en Moscú o en San Petersburgo por los
coleccionistas rusos Shchukin, Mamontov, Tretiakov y los hermanos Morozov. El impresionismo tarda en llegar
a Rusia y no juega un papel relevante en la formación de la vanguardia rusa, sin embargo, las manifestaciones
posteriores se asimilan casi al instante de su aparición en Europa.
31
El impulso inicial a la evolución del arte ruso hacia su nueva concepción ha venido dado por la asociación Mir
Iskusstva (Mundo del Arte).
14
futurismo a muy variadas propuestas y géneros artísticos que defienden en general todo lo
innovador en el arte32. Con el tiempo, dentro de la corriente, gana fuerza una de las tendencias
enfocadas al análisis de los medios expresivos del arte, manifestando el interés por la
búsqueda del arte de la nueva época con su lenguaje original. Los representantes más
destacados de esta vertiente abstracta vanguardista (que en Rusia se hace más potente que en
Europa) son Mikhail Larionov, Vasilii Kandinskii, Kazimir Malevich y Vladimir Tatlin 33. A
mediados de los años diez estos artistas contribuyen a realizar un avance cualitativo del arte
ruso, alcanzando o incluso adelantando en singularidad a las propuestas creativas de la
vanguardia europea.
El año 1917 marca una nueva época en el arte ruso: los bolcheviques implantan la
ideología marxista que cambia las bases sociales de la nación determinando la nueva
orientación de la cultura. Surge la necesidad de adecuar la nueva ideología a todos los ámbitos
de la vida y en esta tarea el arte será uno de los más importantes para realizar la propaganda
de nuevos valores del socialismo. Surge así el concepto de arte proletario 34. El deseo de
apoyar las transformaciones sociales y de colaborar en la construcción de la nueva sociedad se
expresa en muchas asociaciones culturales y grupos artísticos del país 35, entre los cuales
también están los integrantes de la “izquierda” artística 36, cuyas propuestas vanguardistas
anteriores han estado separadas de las influencias políticas. Entre 1918 y 1921 el apoyo del
arte vanguardista por parte del Estado ha sido sustancial 37, pero, a partir de 1923, el control
32
Esta corriente rusa, que tiene poco que ver con su homóloga italiana, recibe en ruso un nombre propio:
budetliane (derivado de la palabra будущее [dubushchee], el “futuro”). Los futuristas rusos se caracterizan por
su comportamiento provocativo y por su intención de “irrumpir en la vida”. Cuando Filippo Marinetti visita
Rusia en 1914, se ve abucheado por algunos de los adeptos rusos de la corriente artística y no le queda más
remedio que constatar que los futuristas rusos no han entendido la naturaleza de su movimiento.
33
Todos estos representantes de la vanguardia rusa (salvo Tatlin) anhelan no sólo encontrar un nuevo código
plástico, sino también respuestas de índole filosófica. Junto con Goncharova, Larionov escribe su manifiesto El
rayonismo, en 1910; el mismo año Vasilii Kandinskii publica su libro Sobre lo espiritual en el arte; Malevich, a
lo largo de los años diez, edita muchos escritos que versan sobre su singular propuesta, el suprematismo. Las
concepciones artísticas de Tatlin y Malevich recibirán mayor atención por nuestra parte en el siguiente capítulo
de este trabajo.
34
El concepto de arte proletario, o arte socialista, es en aquel momento un asunto muy polémico, sin poder
encontrar una opinión unánime. La proposición de Osip Brik (escritor, historiador del arte y crítico artístico y
literario ruso) de definir tal arte como “el requerimiento de cumplir la orden de la clase vencida de forma
consciente” ha resultado ser la más aceptada. Con el fin de idear la cultura proletaria y su expresión artística ha
sido fundada una institución artística experimental Proletkult (palabra formada por la contracción de los
vocablos “proletarskaia kultura” que se traducen al español como “la cultura proletaria”).
35
Una de las particularidades de la vanguardia rusa es la proliferación de numerosos grupos.
36
El término de arte “de izquierdas” se difunde ampliamente a partir del año 1915 como una designación para
todas la tendencias innovadoras en el arte ruso. Empleándose conjuntamente con el término “futurismo” en un
comienzo, lo sustituye definitivamente después de 1917.
37
Los artistas de vanguardia reciben el encargo del gobierno bolchevique de crear la historia revolucionaria del
15
sobre el arte se agudiza y las manifestaciones abstractas y libres de la vanguardia ya no
suscitan el amparo del gobierno bolchevique. Los artistas vanguardistas se ven obligados a
emplear su arte en campañas mediáticas y poner el acento sobre los aspectos documentales:
elaboran anuncios y carteles de propaganda, se centran en la cinematografía y en la fotografía.
Gran parte de los años veinte se caracteriza por la consolidación de la ideología soviética y
por el aumento del control sobre la producción artística, apostando el Estado por el arte
realista que ofrece imágenes visuales inteligibles al pueblo llano 38. Renace así la polémica
sobre la forma del arte, cuyo fruto será el regreso a la importancia del arte de caballete 39. El
fin oficial de la existencia de la vanguardia rusa lo marca el año 1932 con la resolución del
Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética sobre la disolución de todas las
asociaciones artísticas.
Durante nuestro relato hemos tenido que simplificar y excluir algunos detalles y
circunstancias, dejar sin mencionar numerosos representantes del arte ruso, pero esperamos
haber podido evidenciar la importancia del panorama artístico ruso de inicios del siglo XX 40.
La vanguardia rusa es una expresión fija que evoca una serie de fenómenos artísticos
singulares por su innovación e inéditos en la historia mundial del arte. Al gran abanico de sus
pueblo ruso por medio de la formación de Museos de la Cultura Artística en diferentes ciudades, que serán los
primeros museos del arte contemporáneo en Rusia. De forma libre completan las colecciones de estos museos
con numerosas obras de la época. Esta iniciativa deja de ser apoyada por el Estado a inicios de los años veinte,
provocando que hoy día se encuentren muchas pinturas vanguardistas en museos provinciales. Descubrimos un
intento de recuperar nombres olvidados y sus obras en el libro de Sarabianov. Vid. Andrei, SARABIANOV, La
desconocida vanguardia rusa en los museos y en las colecciones privadas. Moscú, Sovetskii khudozhnik, 1992.
38
Para mejor conocimiento acerca de la creación del arte soviético Vid. Juan Alberto, KURZ MUÑOZ, El arte
en Rusia. La era soviética. Valencia, Instituto de Historia del Arte Ruso y Soviético, 1991.
39
La Asociación de Artistas de la Rusia Revolucionaria (AKhRR), creada en 1921, ha sido la más representativa
de esta dirección. Sus propuestas han servido de base para la creación del “realismo socialista”, cuyos preceptos
se conforman a mediados de los años treinta. Esta corriente artística oficial en los tiempos de la URSS,
apropiando las tradiciones figurativas realistas decimonónicas, impone como su base “la representación veraz e
históricamente concreta de la realidad en su desarrollo revolucionario”, se corresponde con la representación de
la realidad deseada por el Estado con fines propagandísticos. Curiosamente, algunos pensadores consideran el
“realismo socialista” (así como todo el arte de la época totalitaria de Stalin) la etapa tardía de la vanguardia rusa
por su intento de transformar el arte de forma radical. Vid. Boris, GROIS, Gesamtkunstwerk Stalin. Moscú, Ad
Marginem, 2013.
40
Un número considerable de escritos de los investigadores rusos intenta definir la naturaleza del fenómeno de
vanguardia rusa, apreciándose –al igual que en la bibliografía occidental que versa sobre la vanguardia europea–
que se trata de un panorama cultural muy complejo. Entre los trabajos más generales sobre el asunto podemos
nombrar los siguientes (es notable la escasez de trabajos enciclopédicos en Rusia sobre su propia vanguardia):
dos tomos de Iurii, GIRIN (coord.), La vanguardia en la cultura del siglo XX (1900-1930). Teoría. Historia.
Poética. Moscú, IMLI RAN, 2010; Georgii, KOVALENKO (ed.), La vanguardia de los años 1910-1920.
Interacción de las artes. Moscú, Instituto Nacional de la Historia del Arte, 1998; tres tomos (el último aún no se
ha publicado) de Andrei, KRUSANOV, La vanguardia rusa: 1907-1932 (Examen histórico). Moscú, Novoe
literaturnoe obozrenie, 2003 y 2010; Tatiana, KOTOVICH, La enciclopedia de la vanguardia rusa. Minsk,
Ekonompress, 2003.
16
propuestas se le denomina “un gran experimento” o “una gran utopía” 41, gran potencial del
cual (a veces descrito como “no consumado” 42 en el momento su existencia) ha servido como
caudalosa fuente de inspiración para los artistas a lo largo de todo el siglo XX. Una de estas
concepciones inéditas ha sido el constructivismo, del cual nos ocuparemos en el apartado
siguiente.
41
Galina, ZAGIANSKAYA, Marina, IVANOVA, y Elizaveta, ISAEVA, La vanguardia rusa. Artes..., p. 16.
42
Selim, KHAN-MAGOMEDOV, “En búsqueda de la herencia no consumada”. La arquitectura de la URSS, Nº
3 (1989), p. 57.
17
3. El constructivismo ruso dentro de las vanguardias artísticas rusas
Por las limitaciones de espacio que exige el presente trabajo, así como por la imposibilidad
de incluir en un sólo capítulo todo aquello que se relaciona con el constructivismo ruso,
nuestro relato será un tanto esquemático. El objetivo de este capítulo es –ajustándonos a lo
principal– explicar el amplio y heterogéneo fenómeno del constructivismo ruso de la forma
más coherente posible y mencionar sus máximos representantes.
No existe una definición unánimemente aceptada del constructivismo 46, si bien podemos
encontrar una bastante completa en La gran enciclopedia rusa de 2010:
18
constructivistas se manifestaron en teatro, cinematografía y música” 47.
Cada enciclopedia artística aparta su propia variante del término en la que, no obstante,
siempre se constata su relación con el cubismo y con el futurismo ruso, la influencia del
progreso científico-técnico, e igualmente se subraya su participación de los métodos creativos
de carácter funcional, predominando en su concepción artística la racionalidad y la
funcionalidad de la forma de una obra constructivista. A lo largo de este capítulo,
intentaremos corroborar el argumento que sustenta estas características.
Es necesario indicar que los límites de este movimiento artístico son difusos y necesitan
precisión48. De forma general, se establece que los primeros indicios de las fórmulas artísticas
constructivas se manifiestan en el arte ruso a mediados de los años diez y que el movimiento
concluye de forma oficial a inicios de la década de 1930. La periodización del
constructivismo y las particularidades de su desarrollo, que expondremos ahora, atienden, en
gran parte, a la información proporcionada por Selim Khan-Magomedov en El
constructivismo. El concepto de la constitución de la forma.
Este estudioso divide la evolución de nuestra corriente en tres períodos: “la etapa
destructiva de las búsquedas estético-formales”49, “de la imagen a la construcción” y “de la
construcción a la producción”. Al primero lo denomina como proto-constructivista: siendo
una etapa importante para su conformación, pero aún no constituye el movimiento en sí. En
estos momentos, influidos por el cubismo y el futurismo ruso (además de estarlo por el mundo
de la técnica y de la industria), los artistas “de izquierdas” –futuros constructivistas– realizan
experimentos formales sobre el lienzo con el fin de despojarse de los modos pictóricos
precedentes e intentar buscar un nuevo estilo.
19
sus seguidores51. Así, la relación del constructivismo con el suprematismo de Malevich no se
presenta muy obvia52, pero ambas se relacionan al concebirse como sistemas constructivos y
no figurativos53. A inicios de los años veinte, con la ayuda de las disputas con el
suprematismo, el constructivimso ruso define algunos de sus preceptos.
A finales del segundo decenio del siglo XX, la atención prestada por parte de los artistas a
la consciente disposición de los elementos formales en una obra artística pone de relieve el
problema del principio constructivo. Como consecuencia, los pintores empiezan a denominar
a sus obras “construcciones”, frente a “composiciones”. El incipiente proceso del
constructivismo se origina en estos experimentos formales sobre el lienzo.
51
El punto final de esta “lucha” lo marca la décima exposición estatal “El arte abstracto y el suprematismo”, en
el verano de 1919, que supuso la ruptura completa entre estos dos movimientos artísticos.
52
Hasta los años noventa los investigadores rusos apenas prestan atención al vínculo de estas corrientes
artísticas, sin embargo, hoy día el asunto denota un evidente interés. Vid. Tatiana, GORIACHEVA, “El
suprematismo y el constructivismo. Acerca de la historia de las relaciones mutuas”. Iskusstvoznanie, Nº2 (2003),
pp. 408-422. El similar texto de la misma autora puede leerse en español: Vid. Tatiana, GORIACHEVA,
“Suprematismo y constructivismo: paralelismos y entrecruzamientos”, en Tomas, LLORENS (comisario),
Vanguardias rusas. Exposición febrero-mayo 2006. Madrid, Fundación Caja de Madrid, Fundación Colección
Thyssen-Bornemisza, 2006, pp. 79-89.
53
Alexandr, LAVRENTIEV, El laboratorio del constructivismo. Experimentos en diseño gráfico. Moscú, Grant,
2000, p. 42.
54
Vladimir Evgrafovich Tatlin (1885-1953), otro destacado integrante de la vanguardia rusa que, con su
innovadora actitud hacia el objeto –teniendo en cuenta las propiedades, texturas y formas de diferentes
materiales “reales” (no relacionados con la pintura: vidrio, madera, metal, etc.)–, marca un hito en la concepción
de la obra artística y abre una vía de experimentación sin precedentes para los artistas de su época.
55
Al final del capítulo veremos el polémico asunto relativo a tal apelativo.
56
Elena, SIDORINA, El constructivismo ruso: inicios, ideas, práctica. Moscú, Viniti, 1995, p. 38.
20
un hecho de suma importancia para el desarrollo posterior del arte ruso, en general, y del
constructivismo, en particular.
La NEP cambia los cometidos designados para la obra artística y, por consiguiente, los
métodos de educación artística, que se transforman con el fin de acercar la actividad creativa a
la industria y a la tecnología. Persiguiendo esta causa, se fundan los Talleres de Enseñanza
Superior del Arte y de la Técnica (VKhUTEMAS)57. Además, propiciado por la búsqueda del
arte proletario, se conforma y se utiliza en todas partes el concepto de “arte de producción” 58,
cuyos ideólogos59 aportan una obra teórica muy abundante obra teórica para definir las nuevas
formas de organizar el trabajo creativo dentro de la producción industrial en un régimen
socialista. La concepción del arte de producción influye de manera considerable en todos los
tipos de creación artística de 1920, entre ellos la práctica constructivista. Los artistas se
proponen aceptar los ideales del productivismo y abandonar la pintura.
57
VKhUTEMAS (1920-1930) (desde el año 1927 llamado VKhUTEIN –Instituto de Enseñanza Superior del
Arte y de la Técnica–) es una organización educativa que se distingue por su particular estructura de facultades y
talleres y por sus métodos experimentales en la formación del alumnado (futuros maestros-artistas de la
producción industrial). Entre los métodos artísticos que se practican en los talleres, se encuentra el
constructivismo. El cuerpo docente lo forman los principales artistas vanguardistas del momento. Sobre la
historia y la evolución del centro puede leerse en español: Vid. Luis Carlos, COLÓN LLAMAS, Las
vanguardias artísticas y la enseñanza en la Rusia de los años 20. (Tesis doctoral). Valladolid, Universidad de
Valladolid, Secretariado de Publicaciones e Intercambio Editorial, 2002.
58
El proceso de formación del arte de producción se inicia en 1921 en el Instituto de Cultura Artística de Moscú
(INKhUK, una de las instituciones más importantes para el debate y la formulación de nuevas concepciones
técnicas de la vanguardia rusa entre 1920-1924), formulándose de forma plena en los años 1923 y 1924. La
particularidad más importante de este concepto reside en su clara orientación social (heredada de la teoría
materialista de Marx), que plantea el problema de “el arte y la vida” (todas las necesidades del hombre son
utilitarias, incluyendo la necesidad del arte): afirmando que las cosas que rodean a una persona influyen en su
modo de vida, proponiendo así cambiarla mediante la incorporación de objetos “nuevos” – soviéticos (de formas
no determinadas por el arte precedente), útiles y prácticos (racionales). Al querer despojarse de la herencia
artística anterior y al no disponer (conscientemente) de ejemplos a los que atenerse, se instaura un ambiente de
pensamiento artístico especialmente innovador. Los valores estéticos del arte, su inspiración metafísica son
negados.
59
Podemos destacar a Boris Arvatov, Boris Kushner, Osip Brik, Nikolai Tarabukin, Vladimir Maiakovskii,
Nikolai Chuzhak, aunque existen muchos otros. Pero además de los teóricos, los mismos artistas expresan su
propio entendimiento en torno al arte de producción.
21
justificaciones sociales, se concentran en los experimentos con objetos reales60.
A comienzos de ese año, en el INKhUK tiene lugar un debate fundamental titulado “El
análisis de las nociones la construcción y la composición y el punto de su delimitación”,
mediante el que se intenta buscar una definición concreta al concepto “construcción”. La
participación de los artistas con sus proyectos ayuda a definir sus vigentes concepciones
artísticas. Como resultado de la discusión, se forman varios grupos artísticos, según la postura
adoptada por cada uno en relación al problema de la “construcción”. En concreto, surgen
cuatro agrupaciones entre las que nos interesa la que se autoproclama “El grupo de trabajo de
los constructivistas”62, formado por Aleksandr Rodchenko, Varvara Stepanova, Karl Ioganson,
Konstantin Medunetskii y los hermanos Vladimir y Georgii Stenberg. Más adelante, dentro de
este grupo, se produce una escisión: Rodchenko, Stepanova –a los cuales se une Aleksei Gan
(su líder teórico)– se apartan de Medunetskii con los hermanos Stenberg. Los últimos, en
mayo de 1921, participan en “La segunda exposición de verano de la OBMOKhU” (La
Sociedad de Artistas Jóvenes) y presentan sus construcciones espaciales que, demostrando un
trabajo analítico importante, unen en sí las esferas artística e ingeniero-técnica, constituyendo
60
Destacaremos que a veces se pone en duda la inclusión de la pintura dentro de la corriente constructiva porque,
considerándose estas obras meras “construcciones” o “arquitectónicas artísticas”, no reflejan la concreta idea
histórica del constructivismo. Vid. Elena, SIDORINA, “Caras del...”, pp. 425-466.
61
Los historiadores rusos apuntan la, según ellos, errónea tendencia de los estudiosos occidentales a personificar
el constructivismo ruso en su etapa inicial en la obra y pensamiento de Gabo y Pevsner.
62
Otros grupos son: “El grupo de trabajo de los objetivistas” (formado por Aleksandr Drevin, Liubov Popova,
Nadezhda Udaltsova y Aleksandr Vesnin), “El grupo de trabajo de los arquitectos” y “El grupo de trabajo de los
escultores”.
22
un paso importante para el posterior desarrollo del movimiento. La aparición del vocablo
“constructivismo” se produce en este momento 63, asumiéndose inmediatamente y empezando
a usarse de forma muy amplia.
Uno de los géneros que en este momento da cabida a las manifestaciones constructivistas
es el teatro, relacionado principalmente 64 con el nombre de Vsevolod Meierkhold. En aquellos
momentos, el teatro y el constructivismo –siendo concepciones jóvenes y abiertas al
experimento– colaboran muy bien en la elaboración de las decoraciones teatrales y de la
indumentaria de los actores65.
El segundo período constructivista termina en el año 1923. Siendo muy corto, resulta
esencial en la conformación del concepto de arte de producción, de los métodos de la práctica
y del módulo estilístico constructivista, se califica de “explosivo”66.
Desde mediados de los años veinte las directrices ideológicas del Estado cambian, dando
prioridad a las manifestaciones artísticas realistas. Las propuestas constructivistas empiezan a
someterse a crítica en relación a la utopía de sus ideales y a su modo de expresión centrado en
los elementos formales. Además, los discursos de los teóricos del arte de producción
63
La primacía de su pronunciación es otro asunto polémico que esbozaremos más adelante.
64
El constructivismo también se manifiesta en el Teatro de Cámara de Aleksandr Tairov. Los artistas
constructivistas que han trabajado con Tairov son los hermanos Stenberg, Vesnin y Ekster.
65
El constructivismo en el teatro dura sólo dos años, 1922 y 1923, y está representado en los espectáculos “El
cornudo magnánimo” (1922), “La muerte de Tarelkin” (1922) y “La tierra en confusión” (1923). Con el
constructivismo en el teatro de Meierkhold se relacionan a Liubov Popova y a Varvara Stepanova.
66
Selim, KHAN-MAGOMEDOV, El constructivismo. El concepto..., p. 127.
67
Anatolii, STRIGALEV, “El arte de los constructivistas: de exposición a exposición (1914-1932)”, en Vadim,
POLEVOI (ed.), Historia del arte soviético, siglo XX. Publicación Nº27. Moscú, Sovetskii khudozhnik, 1991, p.
123.
68
Elena, SIDORINA, “Las paradojas del...”, p. 12.
23
adquieren un tono más político y comienzan las desavenencias con los practicantes de este
arte69. A pesar de ello, es en este momento cuando el constructivismo empieza a utilizarse de
forma amplia en la arquitectura y en las artes gráficas. Dentro de las últimas, se produce un
retorno a las expresiones figurativas que, paradójicamente, se habían querido eliminar al
principio.
La ambientación expositiva en estos años adquiere gran importancia, pues el nuevo poder
le otorga fines propagandísticos. En relación con esta actividad, destaca el nombre de El
Lisitskii, que crea una concepción nueva del espacio expositivo, concibiéndolo como un
organismo único y vivo.
En relación a las artes gráficas, los constructivistas, deseosos de hacer cosas útiles y
siguiendo las directrices del gobierno comunista, se ocupan de la producción de carteles,
anuncios, logotipos de empresa, cubiertas de revistas 72 y de la maquetación de libros, dando
inicio al diseño gráfico soviético, cuya herencia será muy valorada por el gobierno de la
URSS en la segunda mitad del siglo XX. Los nombres más destacados de este
“constructivismo” son Aleksandr Rodchenko, Varvara Stepanova, El Lisitskii y Aleksei Gan.
La estética constructivista en las artes gráficas es esencial para formar el estilo artístico, que
será reconocido posteriormente tras la desaparición del movimiento73.
24
son Natan Altman, Alensandr Rochenko, Gustav Klutsis, Anton Lavinski y muchos otros.
Una de las polémicas está relacionada con el mismo término “constructivismo”. El año
exacto de su aparición, 192178, está definido; sin embargo, no se conoce quién ha sido el
primero en emplear el vocablo. Las opiniones difieren: unos conceden el honor de acuñar el
término al grupo de artistas que han participado en la “Segunda exposición de OBMOKhU” –
empleándolo en el texto de su manifiesto– (Strigalev), otros consideran que la palabra aparece
por primera vez en una de las actas de las reuniones del primer “Grupo de trabajo de los
constructivistas” de INKhUK (Khan-Magomedov, Lavrentiev) 79, mientras que los últimos
mantienen que la autoría del término sigue siendo incierta (Sidorina).
74
Tanto para el teatro (con el fin de acentuar los gestos de los actores), como para los trabajadores (de carácter
funcional), llamándose la última “ropa de producción” (prozodezhda).
75
El diseño de muebles con alto grado de funcionalidad se elabora en los VKhUTEMAS.
76
El constructivismo en la música viene representado principalmente por los trabajos de Aleksandr Molosov. Sin
embargo, hay que señalar que dentro de los círculos de musicólogos profesionales la existencia del
constructivismo musical se pone en duda. Olga, AKHMATOVA, El constructivismo ruso (un experimento del
análisis socio-filosófico). Moscú, Kompaniya Sputnik+, 2001, p. 6.
77
Dentro de la literatura constructivista destacan los nombres de Kornelii Zelinskii e Ilia Selvinskii.
78
En algunas publicaciones aparece el año 1922, pero los estudiosos más importantes sostienen que es 1921.
79
El texto de ambos documentos no aparece en ninguna de las fuentes historiográficas que hemos podido
consultar.
25
Hemos apreciado que, ya desde sus inicios, el movimiento constructivista ruso evidencia
polémicas en relación a la interpretación correcta de sus postulados. Por tanto, la cuestión
relacionada con la definición concreta de su estilo y métodos es otro punto de debate. El
“constructivismo de los constructivistas”80 se atiene durante poco tiempo a sus declaraciones,
lo que posteriormente hace a Gan81 denominar a sus antiguos compañeros –y a otros artistas y
grupos que se proclaman constructivistas– “constructivistas falsos” 82. Los primeros ideólogos
del constructivismo intentan evitar que el movimiento pueda convertirse en un estilo 83, lo que
daría pie a su imitación y tampoco evitará que suceda. A lo largo de los años veinte, todos los
grupos “constructivistas” tienden a publicar sus programas y declaraciones y a afirmar que
son los únicos poseedores de los postulados constructivistas “verdaderos”, si bien cada uno
practicará un “constructivismo” diferente84. Por tanto, la “pureza del estilo” de nuestro
movimiento es un asunto muy controvertido85.
Otra polémica está relacionada con el empleo de los términos “arte de producción” y
“constructivismo”, pues son calificativos que se utilizan casi siempre indistintamente. Pero,
siendo “casi sinónimos”, los investigadores emplean uno u otro dependiendo de cada caso
concreto. Así, se presenta una tendencia a definir al arte de producción como una rama teórica
y política del constructivismo y al constructivismo en sí como una manifestación práctica. En
cuanto a la relación recíproca de estas dos artes, no parece haber unanimidad: unos dicen que
80
Así nombra Sidorina a los integrantes del primer “Grupo de trabajo de los constructivistas” de INKhUK.
Elena, SIDORINA, El constructivismo ruso:..., p. 40.
81
En 1923, Gan, junto con algunos alumnos de los VKhUTEMAS, forma otro “Grupo de trabajo de los
constructivistas”, usando el mismo nombre.
82
Elena, SIDORINA, El constructivismo ruso:..., p. 50.
83
Se ha postulado como un “método”, como algo sin una estética visual identificable.
84
Anatolii, STRIGALEV, “El arte de...”, p. 122.
85
Toda esta amalgama de opiniones y consideraciones es muy difícil de sistematizar y unificar puesto que los
razonamientos de unos van en contradicción con los de otros.
26
el constructivismo surge sobre la base del arte de producción (E. Barkhatova), mientras que
otros afirman que el arte de producción es uno de los aspectos del constructivismo (E.
Sidorina).
Entre los artistas que se adscriben por completo a este movimiento se encuentran
Rodchenko, Stepanova y Gan. Otros personajes que practican el constructivismo
esporádicamente son, como bien lo expresa Sidorina, “temporalmente adheridos” al
movimiento87.
86
Aleksei, MOROZOV, El constructivismo:..., p. 3.
87
Elena, SIDORINA, “Las paradojas del...”, p. 15.
88
Elena, SIDORINA, El constructivismo sin riberas. Investigaciones y ensayos sobre la vanguardia rusa.
Moscú, Progress-Traditsiia, 2012, p. 598.
89
Elena, SIDORINA, “Las paradojas del...”, p. 14.
27
formación del constructivismo ruso, asignándole así el honor de ser el padre-fundador de
nuestra corriente. Pero el problema radica en que el mismo Tatlin no lo reconoce, afirmando
que nunca ha pertenecido ni pertenecerá a ningún grupo 90. En efecto, el lema del artista –“ni
hacia lo nuevo, ni hacia lo antiguo, sino hacia lo necesario”– no tiene nada que ver con el
“constructivismo industrial” del “Grupo de trabajo de los constructivistas” del INKhUK 91.
Además, Tatlin se opone al constructivismo de los años centrales del tercer decenio del siglo
XX, tanto en su variante plástica como conceptual, llamando a los artistas “los
constructivistas entre comillas” por alejarse de sus propios postulados de inicios del mismo
decenio92.
Así, el constructivismo ruso, una corriente artística no bien definida en el plano conceptual
ni estético, se ajusta a una realidad muy contradictoria. En las siguientes páginas, nos
centraremos en revisar la producción bibliográfica rusa (en su gran mayoría fuentes
historiográficas) que se ha generado sobre el movimiento, desde sus mismos inicios hasta hoy
día, con el fin de deducir su tratamiento y el grado de atención que se le otorga a lo largo de
todo el siglo XX y que ha dependido de la coyuntura político-social del momento; y,
finalmente, en la medida de lo posible, observar las aportaciones que se han hecho al estudio
de nuestro movimiento en los últimos decenios.
90
Elena, SIDORINA, El constructivismo ruso:..., p. 12.
91
Elena, SIDORINA, “Las paradojas del...”, p. 17.
92
Ibid., p. 12.
28
4. El constructivimo desde la historiografía ruso-soviética
El en capítulo anterior hemos indicado que las fechas de existencia del constructivismo
ruso, como un movimiento artístico definido, transcurren entre el año 1921, fecha de la
primera aparición del término y del inicio de las actividades de varios grupos llamados
constructivistas, y 1932, año de la resolución del Comité Central del Partido Comunista de la
Unión Soviética que disuelve todas las asociaciones artísticas precedentes e impone las
normas del nuevo arte socialista. A lo largo de este período ven la luz numerosas
publicaciones. Para la elaboración de la lista93 (Anexo 1) de estas fuentes documentales hemos
seguido como criterio la frecuencia de su aparición entre la bibliografía manejada por los
investigadores rusos y también por nuestro intento de mostrar la variedad de contenido que se
relaciona con el constructivismo. Es decir, la pauta para la enumeración de las fuentes
documentales obedece a un criterio subjetivo.
En la década de 1920, las discusiones teóricas acerca de nuestro movimiento artístico han
sido abundantes. En los debates participan no sólo los ideólogos del movimiento –aportando
diferentes opiniones a la esencia metodológica del concepto–, sino también sus practicantes
(pintores, arquitectos, escultores) que luchan por el privilegio de llamarse constructivistas
“verdaderos”. Además, a las opiniones de los “de dentro” (teóricos y artistas), se añaden
apreciaciones de los “de fuera”, representados por los historiadores del arte y los críticos 94.
Inspirados en las ideas del materialismo marxista y deseosos de definir las particularidades del
nuevo arte socialista y expresar de forma plástica los valores de los nuevos tiempos, cada uno
quiere aportar su grano de arena en estos momentos de gran transformación.
29
largo de toda su existencia incluye muchas opiniones contradictorias. La situación se dificulta
con la aparición de la crítica (los “de fuera”) casi desde los mismos inicios de esta corriente, y
obligando a los adeptos de la misma a defender sus métodos y escuelas.
En relación al tipo de fuente de este período, se aprecia que, en general, está representada
en las publicaciones periódicas95, en libros (existiendo un escaso número) y en los testimonios
documentales redactados por los contemporáneos que reúnen informes, apuntes y cartas,
además de documentos institucionales96. Aparte de estas fuentes primarias, contamos con la
literatura de memorias o diarios publicados con posterioridad a los años de existencia del
constructivismo97 y con antologías de documentos recopilados y editados en volúmenes
independientes98.
En las siguientes páginas veremos el grado de atención que obtiene nuestro movimiento
artístico en los trabajos de los investigadores rusos que se han ocupado de su estudio en las
etapas posteriores a la existencia del movimiento.
30
su autoridad política a finales de los años veinte. Bajo el dictado del marxismo-leninismo
(reconocido de forma oficial por medio de la Constitución de 1936), Stalin somete al país a
drásticas transformaciones: mediante planes quinquenales para industrializar a la Unión a
marchas forzadas y conseguir la estabilidad económica, con grandes sacrificios por parte de la
población. Stalin lleva a cabo una política de carácter totalitario que castiga las discrepancias
respecto de la ideología oficial –alcanzando su régimen tal aspecto desde mediados de los
años treinta–100. En el año 1941, la Unión Soviética entra en la Segunda Guerra Mundial, de la
cual sale victoriosa. Stalin declara este triunfo como el éxito del socialismo y de su estructura
política y económica; sin embargo, después de los duros años de la contienda y esperanzados
por la victoria, en la sociedad se da un impulso a las tendencias democráticas para alcanzar
una vida mejor. A pesar de las ilusiones, creadas por la oposición al sistema político, éste se
afianza a partir de mediados de los años cuarenta, coincidiendo con el inicio de la guerra fría.
La tensión social, caracterizada por la lucha de las tendencias democrática y totalitaria, es la
tónica de los últimos años del período, que concluye con la muerte del vozhd (caudillo), en
1953.
Historia de Rusia. Manual. Moscú, Prospekt, 2006; y Jean, MEYER, Rusia y sus....
100
Siendo acusados de “enemigos del pueblo”, millones de personas son desterradas a los campos de
concentración de GULAG o se exterminan, eliminando estratos enteros de la sociedad.
101
La ideología marxista critica la burguesía por su papel en el modo de producción capitalista en el cual, entre
otras características, utiliza al proletariado como fuerza de trabajo para sus estructuras de producción,
estableciendo así una relación desigual entre estas clases sociales.
31
A lo largo de esta etapa se observa un tratamiento muy esquematizado, simplificado y
parcial de la historia del arte: se silencian o se proyectan de forma muy negativa ciertos
fenómenos artísticos mientras se exagera la importancia de otros, haciendo su concepción
muy reducida y distorsionada. El constructivismo es una de las víctimas de esta época de
“academicismo tradicionalista”102, siendo objeto de duras críticas: nuestro movimiento se
convierte en antiproletario y se le considera “imitación y propaganda de la cultura
burguesa”103. En estos momentos, los artistas constructivistas son acusados de ser
formalistas104, de haber “falseado la naturaleza del arte innovador” 105 y de no valorar las
tradiciones de la representación realista y humanista del siglo XIX. Por tanto, la opinión sobre
el constructivismo ruso es rígida, considerándose cualquier expresión suya “puro tecnicismo”,
“melindre estilístico” y “deliachestvo” (utilitarismo extremo), con una clara actitud “nihilista”
hacia la herencia decimonónica106.
Para ejemplificar, de forma general, las posturas historiográficas hacia nuestro movimiento
en esta época hemos elegido sólo cuatro publicaciones (Anexo 2), pues veremos que los
epítetos negativos107 que se otorgan al constructivismo en este momento se repiten de forma
constante. Las comentaremos por orden cronológico, según su fecha de publicación.
102
Selim, KHAN-MAGOMEDOV, El constructivismo. El concepto..., p. 14.
103
Peter, NEVER (ed.), Aleksandr Rodchenko. Varvara Stepanova. El porvenir es nuestra única meta. Múnich,
Prestel, 1991, c. 19.
104
El formalismo en la teoría del arte se traduce en que los elementos formales de una obra artística (la forma, los
colores, la composición) adquieran valores estéticos propios, siendo aislados de consideraciones éticas y
sociales. Esto último ha sido sometido a la férrea crítica de la ideología soviética, considerando las obras exentas
del concepto de la lucha de clases pertenecientes a la sociedad burguesa.
105
Konstantin, SITNIK, Las cuestiones de la teoría de las artes plásticas soviéticas. Moscú, Editorial de la
Academia de las Artes de la URSS, 1950, p. 24.
106
Kornelii, ZELISKII, “El final del constructivismo”. Na literaturnom postu, Nº20 (1930), p. 24.
107
Entre las calificaciones a veces aparecen alegorías vulgares (“el constructivismo está mojado con la lucilina”.
Ibid., p. 22.). Selim Khan-Magomedov apunta que “con el término atemorizaban”. Selim, KHAN-
MAGOMEDOV, “Las tradiciones y las lecciones del constructivismo”. El arte decorativo de la URSS, Nº9
(1964), p. 25.
108
Están representadas en las famosas publicaciones de Shalavin y Lamtsov que empiezan a acusar al
constructivismo de desvío de la doctrina marxista En aquel momento sus opiniones producen una estupefacción
entre los adeptos del constructivismo arquitectónico. Vid. F. SHALAVIN; e Ivan, LAMTSOV, “Sobre la frase
izquierda en la arquitectura (acerca de la ideología del constructivismo)”. Krasnaia Nov, Nº8 (1927), pp. 136-
138.
32
arquitectura soviética, Aleksei Mikhailov109 –uno de los miembros fundadores de la
Asociación de los Arquitectos Proletarios de la URSS (VOPRA)110 y uno de los principales
críticos de la vanguardia arquitectónica de la época– constata la necesidad de someter al
constructivismo arquitectónico a la crítica para esclarecer la “naturaleza verdadera de la
ideología constructivista”111. En su largo texto, ayudado por múltiples escritos de autores
constructivistas (Gan, Leonidov, Ginzburg, Khiger), intenta, de forma muy minuciosa, hallar
errores en sus razonamientos y verificar sus conceptos ideológicos en función de la
concordancia con las teorías marxistas. Aunque el autor admite algunos aspectos positivos del
constructivismo (su lucha contra el eclecticismo, sus proyectos relacionados con la
construcción de un nuevo tipo de vivienda, etc.), acentúa su parte negativa por resultar “un
obstáculo en la vía del desarrollo de la arquitectura proletaria”112.
33
una reseña de los libros publicados sobre el constructivismo hasta aquel momento 118. En un
par de hojas mecanografiadas, el anónimo autor hace un recuento de la literatura acerca de
nuestra corriente, constatando que es muy variada y que no hay unanimidad en las
apreciaciones, más bien al revés, dado que las interpretaciones del término son a veces
diametralmente opuestas. Admite que el constructivismo es un fenómeno interesante, al que
aún le “espera un serio trabajo marxista” 119. El autor comenta varias publicaciones con el
propósito de indicar datos sobre el tema y de buscar en ellas las huellas del marxismo:
examina el escrito de Ilia Erenburg Acerca de nuevo estilo en el arte, El constructivismo de
Aleksei Gan, el libro de Boris Arvatov Arte y clases sociales y los artículos de Zelinskii. Con
los últimos el documento finaliza y las valoraciones de este autor sobre nuestro movimiento
son, en gran parte, negativas.
“una corriente formalista del arte burgués, desarrollada después de la Primera Guerra
Mundial. Antihumana por su naturaleza, hostil hacia el realismo, el constructivismo presenta
una expresión de la decadencia profunda de la cultura burguesa en el período de la crisis general
del capitalismo (...), niega el papel ideológico y cognoscitivo del arte (...) y sustituye la creación
artística por la “detección de la construcción” (de aquí el nombre “constructivismo”), por un
puro tecnicismo. (...) en realidad los constructivistas llegaron a la contemplación estética de la
forma apartada del contenido. Se les caracteriza la negación nihilista de la herencia artística, el
espíritu pseudo-innovador”121.
Las primeras voces positivas acerca del constructivismo no empiezan a aparecer de manera
oficial hasta los años sesenta del siglo XX; estas son las que examinaremos a continuación
con mayor detenimiento.
El siguiente período que analizaremos discurre entre los años 1953 y 1991,
correspondiéndose el último año con la disolución de la URSS122.
(Moscú, 1922-1930), Registro Nº1, Legajo 41, sin fecha. “Bibliografía sobre el constructivismo”, sin paginar.
118
La fecha del documento está sin especificar. En el registro del archivo se precisa que el documento ha sido
admitido al RGALI en mayo de 1949 como muy tarde.
119
RGALI, Fondo Nº1095: Centro literario de..., sin paginar.
120
Boris, VVEDENSKII (red.), La gran enciclopedia soviética. Tomo 22 (segunda edición). Moscú, Sovetskaia
Entsiklopediia, 1953, pp. 437-438.
121
Ibid., p. 437.
122
Los apuntes históricos, sociales y culturales se han elaborado con la ayuda de: Jean, MEYER, Rusia y sus...;
34
Con la muerte de Stalin, en 1953, concluye toda una época en la vida del país. Hasta el año
1958, se asiste a la lucha por el poder que termina con el nombramiento de Nikita Khrushchev
como Primer Secretario del Partido Comunista, cuyo mandato recibe el nombre de política de
“desestalinización”123. En el XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética,
celebrado en febrero de 1956, el dirigente pronuncia su célebre discurso sobre el “culto a la
persona y sus consecuencias”124, proclamando de este modo el inicio de las grandes
transformaciones en una dirección contraria a la de la política de Stalin, pero sin comprometer
el sistema125.
Tras casi veinte años en el poder, Brezhnev muere en 1982. Durante los siguientes breves
mandatos de Iurii Andropov y Konstantin Chernenko, el país se encamina lentamente hacia
una nueva renovación de sus estructuras políticas y gubernamentales. En 1985, Mikhail
Gorbachev llega al poder y aboga por reformas más drásticas, iniciándose así la perestroika
(reestructuración) del sistema político y económico del país. Haber sido acusado de traición
del proyecto socialista y de la restauración del capitalismo no incomoda al nuevo dirigente
que, en el año 1989, promueve un cambio de la ley legislativa, emprendiendo con esta
reforma la construcción de un Estado de derecho. A finales de los ochenta se forman una
pluralidad de partidos con variadas líneas de pensamiento político, perdiendo el Partido
Comunista la primacía política; Gorbachev se convierte en el primer y último Presidente de la
Aleksandr, ORLOV (y otros), Historia de...; Leonid, MILOV (coord.), La historia de Rusia del siglo XX e
inicios del siglo XXI. Moscú, Universidad Estatal M.V. Lomonosov de Moscú, 2006. [libro en línea] Disponible
desde Internet en: <http://coollib.com/b/181677/read#t72> [con acceso el 11.06.2016]
123
El régimen adquiere cierta democratización, pero sin perder el Partido el control ni los privilegios de sus
miembros. Aleksandr, ORLOV (y otros), Ibid., p. 427.
124
La historiografía española también lo denomina el “culto a la personalidad”. Es un planteamiento de los
horrores del período estalinista y una denuncia del antiguo dictador por los crímenes del gran terror.
125
Se reorganizan las estructuras gubernamentales del partido y sociales, se emprende el regreso a los principios
básicos del marxismo-leninismo, se rehabilitan millones de personas de los campos de concentración de
GULAG, etc.
126
Aleksandr, ORLOV (y otros), Historia de..., p. 439.
35
URSS Esta crisis política tiene como desenlace los acontecimientos de agosto de 1991, que
culminaron con la disolución de la Unión Soviética.
Los cambios culturales se han hilvanado a los eventos políticos. Así, el primer decenio tras
la muerte de Stalin propone importantes cambios en la vida cultural y espiritual del país. Este
período recibe el nombre de deshielo e instaura una cierta libertad cultural. La estabilización
política y administrativa emprendida por Brezhnev conlleva una restricción de libertades, a lo
que hay que unir la instauración de una imagen positiva de la figura del vozhd. A pesar de
ello, las señales de discrepancias con el sistema –surgidas con Khrushchev– fomentan una
oposición no oficial, formada por intelectuales disidentes que se ven sometidos al constante
control oficial. En los años de la perestroika, en relación a la vida cultural del país, se habla de
glasnost (transparencia), caracterizada principalmente por el aflojamiento de la censura.
Desde 1987, los procesos democráticos cobran más importancia en la sociedad rusa que libera
la cultura de la presión ideológica. El cambio deja ver que, en general, la sociedad no está
preparada para la revaluación cardinal de sus valores básicos, suponiendo esta transformación
una tragedia espiritual para mucha gente.
Con relación a las investigaciones artísticas de este período, estas se inician en los tiempos
de Khrushchev (impulsadas por su discurso), denotando intentos liberales de evaluar el legado
de los años veinte. El deshielo apareja la aparición de unos primeros estudios modestos,
donde sólo se descubre y analiza el material sobre el constructivismo. En la época
brezhneviana –agudizándose el control, no cesan los estudios–, se aprueban temas oficiales
para las investigaciones artísticas tales como la estética técnica, la construcción artística (el
diseño) y el “arte de producción”127. Por eso, en esta época el discurso acerca del
constructivismo denota un tratamiento unilateral128, además de adoptarse al sesgo ideológico
en las apreciaciones de sus métodos. En los años ochenta se observa el inicio de estudios
menos condicionados por las directrices doctrinales del Partido sobre los movimientos
innovadores de los años veinte. Se anima el estudio objetivo de la herencia vanguardista y se
reconoce la gran necesidad de revalorizar el papel de su arte, cuyas nociones han sido
127
Por los títulos de las revistas se distingue esta sugerencia oficial acerca de la inclinación investigadora para los
estudios del arte de los años veinte: La estética técnica, Las cuestiones de la estética técnica, El arte decorativo
de la URSS, etc.
128
Suponemos que en los escritos no se ha aconsejado usar la palabra “constructivismo” por lo que el “arte de
producción” ha servido como sinónimo, creando una confusión de sentidos y de definiciones en la literatura de la
época.
36
deformadas en épocas anteriores129.
En relación al tipo de fuente de este período, apreciamos que, en su gran mayoría, son
publicaciones breves –artículos y capítulos dentro de libros recopilatorios–, enfocando su
contenido a la mencionada temática del período más duradero de la época. Encontramos sólo
un trabajo de gran extensión relacionado con nuestro movimiento. Por su contenido destacan
los siguientes temas: estudios dedicados a la historia y a la crítica del constructivismo en
general, a los talleres VKhUTEMAS, al análisis del “arte de producción” (que incluye
aspectos tales como la estética técnica y el diseño) y a las personalidades del constructivismo.
Existen dos tendencias respecto a la evaluación de la herencia de los años veinte: seguir
negándola como se ha hecho en la etapa anterior, o intentar contemplarla sin reprobación.
La primera obra que hemos encontrado, que versa sobre el fenómeno del constructivismo
en general y en términos reivindicativos, es un informe 130 de Selim Khan-Magomedov131
presentado en una conferencia del sindicato de arquitectos de la URSS. El autor constata que,
tras la época de Stalin –cuando la historia de la arquitectura soviética de los años veinte ha
sido percibida como “una cadena de errores” de forma inmerecida– los investigadores tienen
la oportunidad de levantar “una historia verdaderamente científica de la arquitectura
soviética”132. Khan-Magomedov centra su discurso en la orientación del movimiento
constructivista durante los últimos años, constatando que hasta el momento el término ha sido
empleando de forma negativa. Solicita reconsiderar esta actitud, dado que aún se precisa un
trabajo considerable para aclarar las cuestiones de la práctica y teoría constructivista, así
129
Nina, BARABANOVA (y otros), El arte soviético de los años veinte y treinta: pintura, artes gráficas,
escultura, artes aplicadas. Catálogo de exposición. Leningrado, Iskusstvo, 1988, pp. 5, 8.
130
Selim, KHAN-MAGOMEDOV, “Las tradiciones y...”, pp. 25-29.
131
Selim Khan-Magomedov es uno de los investigadores más importantes del constructivismo ruso. Sus datos
personales y profesionales se exponen en el siguiente apartado de nuestro trabajo, junto con el examen más
detenido de su perspectiva acerca de nuestro movimiento artístico.
132
Entre los arquitectos constructivistas nombra: los hermanos Vesnin, Nikolskii, Leonidov, Orlov, Nikolaev,
Batshch, Burov, Vegman, Vladimirov, Siniavskii. Selim, KHAN-MAGOMEDOV, “Las tradiciones y...”, p. 25.
37
como su rol en la evolución de la arquitectura tanto soviética como mundial. En su informe,
Khan-Magomedov hace hincapié en varias cuestiones puntuales relacionadas con la
arquitectura constructivista: la génesis de esta corriente, la elaboración de su método
funcional y las búsquedas y proyectos de construcción de nuevos tipos de vivienda. El título
del informe confirma el deseo de su autor de dotar al constructivismo de un matiz positivo,
diciendo que es un movimiento que ya está envuelto de tradición 133, capaz de aportar
beneficios a la formación de los arquitectos jóvenes” y que, por tanto, conviene no olvidar sus
aportaciones, lo que precisamente sucede en la época anterior a causa de su interpretación
negativa.
En los años sesenta también vemos aparecer los primeros intentos de valoración –tanto
negativos como positivos– del concepto de “arte de producción”. En el siguiente texto de
Larisa Zhadova139, se trata el asunto de forma bastante completa. “Acerca de la teoría del
133
Recordemos que conceptos tales como tradición y herencia del pasado son muy valorados por la ideología
oficial en relación al arte.
134
A., ABRAMOVA, “La herencia de los VKhUTEMAS”. El arte decorativo de la URSS, Nº4 (1964), pp. 8-12.
135
La autora indica que la documentación procede del archivo de A. Rodchenko sin especificar su localización.
136
La investigadora muestra imágenes de dos proyectos de una silla, de Rogozhin y de Zemlianitsyn, y un
proyecto de Galaktionov, de un conjunto de muebles para lugares públicos.
137
A., ABRAMOVA, “La herencia de...”, р. 12.
138
Entre los trabajos posteriores sobre el tema podemos nombrar: L., MARTS, “El curso propedéutico de los
VKhUTEMAS”. La estética técnica, Nº2 (1968), pp. 31-34; Larisa, ZHADOVA, “VKhUTEMAS-VKhUTEIN”,
El arte decorativo de la URSS, Nº11 (1970), pp. 36-43; Selim, KHAN-MAGOMEDOV, VKhUTEMAS-
VKhUTEIN (Una escuela arquitectónico-pictórica multifuncional, 1920-1930). Moscú, Znanie, 1990.
139
Larisa Alekseevna Zhadova (1927-1981), historiadora soviética del arte y del diseño, investigadora de la
vanguardia rusa. Ha jugado un papel importante en la revocación del olvido de la figura de Vladimir Tatlin,
siendo la autora de la primera monografía dedicada al artista, la cual se publica por primera vez en Hungría.
Zsadova L. A. Tatlin. — Budapest: Corvina, 1983.
38
diseño soviético de los años veinte”140 relaciona el arte de producción141 con el desarrollo del
“nuevo tipo de la creación artística”142, el diseño. El objetivo del escrito consiste en presentar
“una reseña histórica preliminar de los hechos relacionados con la teoría del arte de
producción, de sus orígenes, conformación y desarrollo”143. La autora constata (al igual que
Selim Khan-Magomedov en “Las tradiciones y las lecciones del constructivismo”) que, frente
a la etapa de los años treinta y cincuenta –cuando el arte de producción ha sido valorado de
forma injustamente negativa (proizvodstvennichestvo144)–, ahora llega el momento de “un
análisis científico detallado del material fáctico”145. Zhadova afirma que las teorías del arte de
producción pueden ser útiles desde el punto de vista práctico, histórico y también patriótico,
por lo que se necesita un profundo estudio de las mismas. La autora menciona a los teóricos
del arte de producción146, la relación y la localización de las fuentes documentales
relacionadas con el concepto. Asimismo, describe la primera etapa del constructivismo
correspondiente a su formación en el INKhUK147, presta atención al proceso de gestación de
la estética del arte de producción, habla de la confusión en la terminología que suscita el
concepto148, deja buena constancia de la actividad profesional de Arvatov y de sus
pensamientos, y por último, alude a la falta de estudios acerca de la relación entre el arte de
producción y los métodos de la escuela de la Bauhaus.
140
Larisa, ZHADOVA, “Acerca de la teoría del diseño soviético de los años veinte”, en Las cuestiones de la
estética técnica (Conjunto de las publicaciones). Fascículo Nº1. Moscú, Iskusstvo, 1968, pp. 78-107.
141
Hemos apreciado que, dependiendo del autor, este término aparece unas veces entrecomillado y otras, no. La
elección de poner esta expresión entre comillas va a depender en nuestro caso del proceder de cada autor
concreto que revisemos.
142
Larisa, ZHADOVA, “Acerca de...”, p. 78.
143
Ibid., p. 79.
144
Es un adjetivo empleado por los detractores del “arte de producción” al que no podemos darle una correcta
traducción al castellano que exprese el matiz despectivo de este concepto.
145
Larisa, ZHADOVA, “Acerca de...”, p. 79.
146
Osip Brik, Nikolai Chuzhak, Boris Kushner, Boris Arvatov.
147
La llama “constructivismo «puro»” y “constructivismo metafísico”. Veremos más adelante la importancia de
esta etapa inicial del movimiento para su configuración.
148
Se aprecia la clara posibilidad de trazar paralelismos entre la palabra “constructivismo” y la expresión “el arte
de producción”. Como se ha indicado previamente, su relación sigue siendo incierta y cada autor interpreta de
forma propia el significado y el vínculo entre ambas.
39
Anotaciones histórico-artísticas”149 de Ivan Matsa150. En su escrito, el autor denuncia el
empleo “irresponsable” del término constructivismo que “compromete el significado
verdadero de la construcción, de lo constructivo en general y del uso del principio
constructivo”151. Intentando esclarecer los preceptos del “verdadero” movimiento, Matsa
denuncia el empleo del calificativo “constructivismo” en relación a las obras de artistas como
Theo van Doesburg, Naum Gabo, Kurt Schmidt, László Moholy-Nagy. Tras el relato de
algunos hechos sobre la historia del constructivismo y sus representantes más destacados,
tanto en Rusia como en Occidente, Matsa llega a la conclusión de que existen dos versiones
del constructivismo: una de las cuales considera más acertada porque “refleja las tendencias
del desarrollo de la técnica y del pensamiento científico-técnico contemporáneos (...) en
aquellos tipos de arte, cuya base técnica y funcional juega un papel decisivo y determinante
en la creación de las construcciones y obras de importancia social”, y otra, el “pseudo-
constructivismo”, que en sus obras “refleja la estructura compositiva de las formas abstractas
y de fórmulas geométricas sólo de forma mecánica, ilusoria, artificiosamente racional, cuyo
objetivo es servir de entretenimiento con su falta de sustancia en el contenido” 152. Por tanto, el
autor determina que el constructivismo, como cualquier otro movimiento artístico, ha de
manifestar los principios verídicos y humanistas basados en los ideales del marxismo-
leninismo.
40
páginas, dividiéndose el relato en cuatro capítulos. El trabajo aborda diferentes aspectos del
“arte de producción”: su génesis dentro del movimiento futurista ruso de los años diez, su
consolidación en Proletkult, su relación con el arte “de izquierdas” y sus aspectos filosóficos.
Denotando un claro apoyo a la ideología oficial del Estado soviético, Mazaev utiliza el
término “proizvodstvennichestvo”156 como sinónimo peyorativo de “arte de producción”. El
autor decide examinar este concepto de forma crítica, admitiendo que se trata de un aspecto
complejo y poco estudiado, e intenta definirlo en la medida de lo posible. Reconoce que su
actitud hacia este fenómeno que, en los últimos años empieza a ganar popularidad y está
sujeto a opiniones contradictorias, es abiertamente crítica con cualquier forma de
rehabilitación. La meta del autor es destapar la “inconsistencia de las pretensiones ideológicas
de los «productivistas» para el papel determinante en la cultura artística soviética”157.
156
Ya hemos encontrado esta palabra en el trabajo de Zhadova.
157
Anatolii, MAZAEV, El concepto del..., sin paginar.
158
Selim, KHAN-MAGOMEDOV, “Acerca de la metodología del estudio del arte de producción”, en Problemas
de la historia de la arquitectura soviética. Fascículo 3. Moscú, 1977, pp. 61-65.
159
Ibid., p. 65.
160
Ibid., p. 63.
161
Selim Khan-Magomedov es el autor de la entrada sobre el constructivismo de la Gran enciclopedia soviética
del año 1973. En ella, define el constructivismo de forma muy escueta: “una corriente del arte soviético de los
años veinte (en la arquitectura, en las artes decorativas, en el teatro, en el arte de carteles y de libro, en la
construcción artística, y también en la literatura)”. Por tanto, apreciamos que en la época brezhneviana el
concepto del constructivismo ya se despoja de sus connotaciones completamente negativas, si bien aún no está
reconocido (oficialmente, puesto que Khan-Magomedov le adjudica el valor artístico en sus trabajos). Durante el
resto de la entrada el autor describe los métodos racionalistas y utilitarios de la corriente de forma muy
precavida. Vid. Aleksandr, PROKHOROV (red.), La gran enciclopedia soviética. Tomo 13 (tercera edición).
Moscú, Sovetskaia Entsiklopediia, 1973, pp. 53-54.
41
La siguiente aportación que examinaremos es el breve texto de Iakovleva en el que su
autora intenta definir las principales directrices de la crítica existentes sobre nuestro
movimiento162. Este artículo está inserto en uno de los numerosos recopilatorios conjuntos de
los años sesenta y setenta, dedicados a los problemas de la arquitectura soviética. Constatando
la existencia de gran número de obras críticas sobre el constructivismo, la autora propone
observar las vías del desarrollo de estas reflexiones, esclarecer la ocupación de los críticos
(los historiadores de la arte, los arquitectos prácticos y teóricos), mencionar sus nombres y su
aportación a la crítica del constructivismo arquitectónico, clasificar los aspectos debatidos y
dividir la crítica en etapas. Es un escrito curioso, aunque muy breve (apenas cuatro páginas)
que, presentado de forma bastante concisa y clara, expone un tema que apenas ha sido tratado.
En este momento Elena Sidorina, una de las estudiosas más importantes del
constructivismo ruso, inicia su trayectoria investigadora. En el año 1979, escribe su tesis
doctoral163 “El estudio de los aspectos teóricos de la concepción artística del «arte de
producción» de los años veinte”164. Teniendo en cuenta las directivas del XXV Congreso del
Partido celebrado en 1976165, donde se da importancia al desarrollo de la práctica y estudio de
la construcción artística, Sidorina investiga el concepto de “arte de producción” y su
importancia para la formación del diseño soviético. De forma escrupulosa, la autora estudia su
historia, centrándose en su faceta teórica166, su crítica, sus representantes (apunta a Vladimir
Maiakovskii como líder del movimiento) e investigadores más importantes. La novedad de su
trabajo consiste en el estudio sistemático de la corriente en relación a la historia del diseño
soviético actual a nivel conceptual teórico y la intención por parte de la autora de definir el
162
G., IAKOVLEVA, “La crítica soviética de la arquitectura de la segunda mitad de los años veinte y de los años
treinta. Acerca del constructivismo”, en Problemas de la historia de la arquitectura soviética. Fascículo 2.
Moscú, 1976, pp. 50-54.
163
Para ser precisos es necesario aclarar que no se trata de una tesis doctoral en el sentido que se le da en España.
Tanto en la URSS como en la Federación de Rusia ha existido y sigue existiendo un grado académico llamado
“candidato en ciencias”, estudios a los que se accede una vez terminado el grado o la licenciatura, y que
constituye un paso previo y obligatorio para iniciar los estudios de doctorado. No obstante, en los planes del
Ministerio de Educación y Ciencia de Rusia se planea la supresión de este grado con el fin de adaptar el sistema
educativo a la reforma universitaria iniciada con la Declaración de Bolonia de 1999. En los países europeos la
homologación de este título ruso corresponde al grado de doctor.
164
Elena, SIDORINA, El estudio de los aspectos teóricos de la concepción artística del «arte de producción» de
los años veinte. Reseña de la tesis doctoral inédita. Universidad Estatal M.V. Lomonosov de Moscú.
Departamento del arte ruso y soviético de la Facultad de Historia. Moscú, 1979. Hemos tenido acceso
únicamente al resumen de este trabajo académico, pero nos da una idea clara sobre su contenido y enfoque.
165
Los Congresos y sus directivas marcan las vías de desarrollo de todos los aspectos del país. En los tiempos de
la URSS, los investigadores del arte tienen presente este evento para adoptar sus estudios a las expectativas del
Partido.
166
Más adelante veremos que este tema será uno de los predilectos de la autora en sus futuras investigaciones.
42
principal planteamiento creativo del fenómeno, “productivismo”. También investiga, pero en
menor medida, los conceptos estéticos del movimiento. Sidorina cita a Lenin, proceder
habitual de los investigadores soviéticos, sobre todo en lo referente (según suponemos) a los
textos académicos que, obligados a apoyar la ideología oficial, se presentan en la universidad
rusa más importante.
Ya hemos apuntado previamente que las cuestiones sobre la estética técnica y el diseño han
sido dos de las líneas permitidas y apoyadas por el gobierno soviético en la investigación
artística de los años sesenta y setenta que, tras el ablandamiento del período del deshielo, se
han visto sometidas al control ideológico del estancamiento brezhneviano. Respecto al tema
del diseño destaca el escrito167 de Aleksandr Lavrentiev168. En su texto, el autor pone en valor
el diseño gráfico como método apropiado para la agitación y la propaganda, traza la historia
del diseño gráfico constructivista (el autor no utiliza la última palabra, que sustituye por
“productivista”), nombra sus integrantes (Rodchenko, las hermanas Chichagova) y centra su
atención en describir las características de un objeto industrial, que es un objeto de fabricación
y uso masivo. Menciona los talleres VKhUTEMAS, donde han trabajado el problema de la
determinación del lenguaje constructivista y se han realizado multitud de proyectos de objetos
industriales por sus alumnos. El autor describe los trabajos de una lámpara de suelo de
Akhtyrko, así como de lámparas de mesa y de techo de Miroliubov y Bykov.
167
Aleksandr, LAVRENTIEV, “La influencia de los métodos gráficos de la proyección de diseño en la formación
de la apariencia de un objeto industrial”, en Los trabajos de VNIITE. Fascículo 23. Moscú, Editorial del Instituto
de la URSS de la Investigación científica de la Estética Técnica, 1980, pp. 116-128.
168
Veremos más detenidamente las aportaciones relacionadas con los temas de artes gráficas constructivistas y
con la fotografía de este importantes investigador en el siguiente apartado de nuestro trabajo.
169
Alguno de tales trabajos son: N., KHARDZHIEV, “El Lisitskii, el constructor del libro”, en El arte de libro.
Fascículo 3: 1958-1960. Moscú, Iskusstvo, 1962, pp. 145-162; Larisa, ZHADOVA, “Liubov Popova”. La
estética técnica, Nº11 (1967), pp. 26-28; Larisa, ZHADOVA, “Acerca de la exposición de V.E. Tatlin – uno de
los fundadores de la escuela soviética de diseño”. La estética técnica, Nº6 (1977), pp. 26-29; L., MARTS,
“Gustav Klutsis”. La estética técnica, Nº1 (1968), pp. 28-30; R., ANTONOV, “Para el ochenta cumpleaños de
Varvara Stepanova”. El arte decorativo de la URSS, Nº7 (1975), pp. 44-45; Selim, KHAN-MAGOMEDOV, “A.
Rodchenko. El camino del artista hacia el arte de producción”. La estética técnica, Nº5 y 6 (1978), pp. 10-16 y
13-19.
43
vanguardistas170. Las dos publicaciones siguientes contemplan esta temática.
La segunda publicación dedicada a una personalidad del constructivismo –en este caso a
Boris Arvatov–, pertenece a Elena Sidorina174. Se trata de un artículo breve sobre uno de los
más prominentes teóricos del “arte de producción”. En el texto la autora narra la vida
profesional de Arvatov y menciona sus ideas acerca del concepto del “arte de producción”,
examinando su obra escrita, la cual considera la variante más “consecuente, comprendida de
forma plena, expuesta de forma amplia” de la teoría del “arte de producción” 175. Llama a
Arvatov “adivinador del futuro”176 y constata que no se conoce la localización de su archivo
personal, lo cual contribuye a crear un vacío informativo sobre el personaje que la autora se
compromete a cubrir.
La etapa que acabamos de revisar se corresponde con las investigaciones iniciales acerca
170
Nina, BARABANOVA (y otros), El arte soviético..., p. 5.
171
Selim, KHAN-MAGOMEDOV, “A. Vesnin. Del neoclasicismo arquitectónico al constructivismo” en Los
pintores de la cultura socialista. Conceptos estéticos. Moscú, Nauka, 1981, pp. 305-339.
172
Selim, KHAN-MAGOMEDOV, “El constructivismo inicial de A.Vesnin (hacia la historia de la aparición de
su «Credo» del año 1922)”, en Problemas de la historia de la arquitectura soviética. Fascículo 3. Moscú, 1977.
Las investigaciones de Khan-Magomedov sobre la práctica artística de uno de los representantes rusos más
prominentes del constructivismo arquitectónico, recibirá treinta años después una extensión considerable,
editándose en un volumen de más de cuatrocientas páginas. Vid. Selim, KHAN-MAGOMEDOV, Aleksandr
Vesnin y el constructivismo. Moscú, Arkhitectura-S, 2007.
173
Un texto del año 1922 –presentado durante una de las discusiones del INKhUK en relación a la misión de un
artista dentro del “arte de producción”–, donde Vesnin expone sus métodos creativos.
174
Elena, SIDORINA, “B.I. Arvatov, un teórico del «arte de producción»”. La estética técnica Nº3 (1984), pp.
23-26. La obra y pensamiento de Arvatov recibe por parte de Sidorina mucha atención a lo largo de toda su
carrera.
175
Ibid., p. 23.
176
Ibid., p. 26.
44
del constructivismo. Estos tanteos reciben un desarrollo mucho más amplio en la siguiente
etapa en que aparecen estudios libres de sesgo ideológico, los cuales despuntan ya en la
segunda mitad de los años ochenta.
En el año 1991, Rusia empieza un nuevo capítulo no sólo desde el punto de vista histórico
y político (tras casi setenta años de existencia, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas
se desintegra dando paso a un Estado totalmente nuevo177), sino que también ve transformados
drásticamente los demás aspectos de la vida, incluida la actitud –sobre todo pública y estatal–
hacia su pasado cultural178. Desde 1991 hasta el presente la historia política rusa pasa por dos
grandes etapas: una se corresponde con la presidencia de Boris Eltsin (1991-1999) y la
segunda transcurre a lo largo de los últimos dieciséis años bajo el poder político de Vladimir
Putin.
Con la llegada de Vladimir Putin en el año 2000, comienza una nueva etapa histórica para
el país: se intenta consolidar la sociedad y, sobre todo, se pretende lograr la estabilidad
económica, tomándose medidas para reforzar y desarrollar el sistema estatal y mejorar todas
177
El nuevo Estado pasa a llamarse oficialmente Federación de Rusia en el año 1992.
178
Para las observaciones relacionadas con la historia, política, economía y cultura que presentaremos a
continuación hemos utilizado la siguiente literatura: Aleksandr, ORLOV (y otros), Historia de..., 2006; Leonid,
MILOV (coord.), La historia de..., 2006.
45
las estructuras sociales. Las iniciativas en política económica y en el campo socio-cultural, la
consolidación de la figura del presidente, la prioridad en la mejora de la política de desarrollo
interior del país producen un efecto positivo, reflejándose en la subida del nivel de vida. Para
paliar la crisis de valores de los años 1990, el Estado se esfuerza en implantar el interés por la
idea nacional y promover el patriotismo. Como resultado de estos actos, a finales del primer
decenio del siglo XXI, se alcanza una cierta estabilidad socio-económica.
Durante los primeros años de la nueva etapa histórica, que acarrean cambios casi
revolucionarios, los historiadores del arte se posicionan ante la nueva realidad con una
pregunta: “¿Qué nos espera mañana?”. Para estas transformaciones la palabra crisis les
“parece ser sólo una definición leve, demasiado académica” 179. El derrumbe del poderoso
sistema soviético ocasiona en ellos mucha desorientación y, como consecuencia, se sienten
preocupados y alarmados por la indiferencia del Estado hacia sus problemas. Además de la
preocupación por “la creciente enajenación del ambiente espiritual de la propia cultura” 180 son
conscientes del retraso generalizado de los niveles crítico y metodológico de sus
conocimientos en comparación con los de sus colegas extranjeros. Además, durante los
complicados momentos de inicios de los años noventa, los estudiosos llegan al entendimiento
de que aún queda mucho por investigar sobre el arte vanguardista, etapa que ahora necesita
ser revalorada.
179
Aleksandr, MOROZOV, “¿Qué nos espera mañana?”. Tvorchestvo, Nº2 (1991), p. 26.
180
Ibid.
46
Ya hemos visto que el interés por la herencia artística de la vanguardia rusa había existido
en la etapa anterior. De hecho, consta la existencia de gran material sobre el tema,
propiciando, a mediados y a finales del último decenio del siglo XX, las investigaciones más
exhaustivas del conocimiento acumulado y también su revisión con el propósito de otorgarle
nuevas interpretaciones, evitando la unilateralidad y las apreciaciones preconcebidas de la
etapa anterior181. Con la supresión de las restricciones ideológicas estatales y la libertad de
pensamiento, la inclinación hacia un conocimiento más profundo de la herencia vanguardista
se intensifica. También se enuncia la necesidad de cubrir vacíos en la historia del arte
vanguardista y la disposición de los estudiosos de investigar los campos no tradicionales,
antes considerados imposibles182. Aunque estas tendencias empiezan a percibirse aún en los
tiempos de la perestroika, en la segunda mitad de los años ochenta, la libertad de opinión
cobra fuerza a mediados de los noventa. Estos últimos decenios empiezan a producir
investigaciones de calidad183 que ofrecen un panorama mucho más complejo de la situación
artística de inicios del siglo XX en Rusia del que habíamos percibido en los trabajos de la
etapa anterior.
181
Elena, VINOGRADOVA; y Georgii, KOVALENKO (coords.), Del constructivismo al surrealismo. Moscú,
Nauka, 1996, р. 3.
182
Aleksandr, MOROZOV, “¿Qué nos espera...?”, p. 26.
183
Entre este tipo de publicaciones podemos citar las siguientes (más las que se mencionan en la nota a pie de
página 40): Nonna, STEPANIAN, El arte ruso del siglo XX. La mirada desde los años 90. Moscú, Eksmo-Press,
1999; Ekaterina, BOBRINSKAIA, La vanguardia rusa: los límites del arte. Moscú, Novoe literaturnoe
obozrenie, 2006, entre muchos otros. Asimismo, se han publicado numerosos artículos y otro tipo de estudios
dedicados a la vanguardia rusa y, sobre todo, a sus numerosos movimientos y artístas.
184
Elena, SIDORINA, “Las paradojas del...”, p. 26.
47
Se encuentran muchos trabajos sobre nuestro movimiento enmarcados dentro del estudio
general de la vanguardia rusa de los años 1910-1930 185, así como artículos dedicados a
diferentes facetas del constructivismo en obras colectivas186. Tal cantidad de publicaciones
directa o indirectamente relacionadas con el constructivismo denota el anhelo de los
estudiosos rusos por “dar un impulso para el posterior y más profundo estudio científico de la
compleja problemática del arte de los años veinte y treinta” 187. Además, se siguen publicando
estudios dedicados a personalidades artísticas constructivistas como Rodchenko, Stepanova,
Popova, Lisitskii y otros188.
En lo que respecta al tipo de fuente, en los últimos dieciséis años han aparecido varios
libros que examinan nuestro movimiento artístico en profundidad (hemos incluido todos ellos
en nuestro análisis) y muchos artículos que directa o indirectamente se refieren a nuestro
tema. Los últimos presentan la información más actualizada y, en su gran mayoría, elaboran el
estudio del constructivismo en relación con otros movimientos artísticos o individualidades
artísticas, o bien lo analizan bajo un punto de vista concreto. A pesar de que los libros que
ofrecen gran cantidad de datos contienen un conocimiento científico sobre nuestro
movimiento artístico mucho más completo (y esto atañe a los libros publicados en los años
noventa), no están exentos de una cierta unilateralidad de perspectivas puesto que –tal y como
los mismos autores de estos libros admiten– se han redactado en los tiempos de la URSS. Sin
embargo, estas publicaciones constituyen trabajos de referencia obligatorios para cualquier
investigador o interesado en el tema del constructivismo ruso.
Resulta imposible elaborar una lista con el número concreto de fuentes del
constructivismo, aun disponiendo de tiempo y de buena voluntad, debido a que la relación
variaría dependiendo de la visión subjetiva sobre el constructivismo de cada autor. “El
185
De ejemplo pueden servir las publicaciones indicadas en la nota a pie de página 15.
186
Elena, VINOGRADOVA; y Georgii, KOVALENKO (coords.), Del constructivismo al..., 1996; Aleksandr,
ERMOLAEV (y otros), La cuadratura del constructivismo (Conjunto de escritos dedicados al seminario
organizado con motivo de la exhibición de Anton Stankowski). Moscú, Centro cultural de Goethe, la Fundación
“Laboratorio”, 1994; o Ludmila, MONAKHOVA (y otros), El taller del constructivismo – geometría, estructura,
ornamento, color. (Conjunto de escritos publicados con motivo de la exposición del mismo nombre en mayo y
junio del 1998). Moscú, La Galería Estatal Tretiakov y El Museo Estatal y Parque Natural “Tsaritsyno”, 1998, y
muchos otros.
187
Elena, VINOGRADOVA; y Georgii, KOVALENKO (coords.), Del constructivismo al..., р. 4.
188
Aleksandr, LAVRENTIEV, Aleksei Gan. Moscú, Editorial de S.E. Gordeev, 2010; Selim, KHAN-
MAGOMEDOV, Aleksandr Vesnin y...; Aleksandr, LAVRENTIEV, Aleksandr Rodchenko. Moscú, Editorial de la
Fundación “La Vanguardia Rusa”, 2007. Existe una serie de publicaciones dedicadas al estudio de la vida y obra
de los artistas vaguardistas y a su edición, “Los creadores de la vanguardia”.
48
constructivismo es algo elástico por completo, donde caben muchos y diferentes artistas”.
Cada teórico y artista constructivista “tuvo sus criterios de incorporación”. “Y aún hoy día son
válidas diversas «condiciones de admisión» en el constructivismo (...). Esta libertad viene
dada por el grado de su asimilación como un fenómeno cultural e histórico” 189 que contiene
múltiples matices. Esta falta de precisión anunciada por una de las grandes investigadoras del
constructivismo ruso, Elena Sidorina190, no nos debe asustar puesto que nuestro objetivo no es
reunir todas las fuentes posibles sobre el constructivismo ruso, sino mencionar las más
interesantes, las que aportan datos nuevos o valiosos al conocimiento de esta corriente
artística en España.
Ya hemos indicado que la última etapa de las investigaciones acerca del constructivismo
ruso comprende la franja temporal que va desde el año 1991 hasta el presente. La fecha de
inicio que hemos elegido es, evidentemente, puramente histórica, puesto que a finales de los
años ochenta e inicios de los noventa aún se presentan obras condicionadas por la ideología
soviética junto a otras que expresan puntos de vista más independientes. Lo que es cierto y,
cómo no, lógico teniendo en cuenta la tesitura histórica de Rusia es que toda esta última etapa
cuenta con mayor número de investigaciones acerca del constructivismo ruso en comparación
con la etapa anterior.
Nos gustaría empezar la revisión de las fuentes relacionadas con nuestro tema con el libro
189
Elena, SIDORINA, “Las paradojas del...”, pp. 22-23.
190
En adelante veremos que esta opinión de Sidorina es la tónica dominante de las visiones actuales acerca del
constructivismo ruso, si bien no es compartida por otro gran estudioso del tema, Selim Khan-Magomedov, cuya
visión es más hermética y concreta.
49
de Aleksei Morozov El constructivismo: La bibliografía anotada191, del año 2006 y ya
mencionado en las páginas introductorias de nuestro trabajo. La publicación denota gran
interés por recoger referencias bibliográficas dedicadas al constructivismo ruso desde el año
1922 hasta 2005. El constructivismo: La bibliografía anotada contiene la lista de fuentes en
las que “de un modo u otro se abordan las cuestiones de la teoría y de la práctica del
constructivismo”192 dispuesta de forma cronológica193. Por su carácter y tal y como indica el
mismo autor, esta colección de fuentes es claramente subjetiva debido a las mencionadas
dificultades en la comprensión del término “constructivismo” y a su consiguiente
interpretación por parte de cada estudioso. Sin embargo, el libro ha servido de base para
desarrollar nuestra propia prospección de la bibliografía constructivista y puede ser útil para
otros investigadores que tratan el tema. En el texto introductorio, Morozov realiza unas
indicaciones acerca de su trabajo y del movimiento constructivista en general, haciendo
constar que “ahora hay escrito bastante sobre el constructivismo. Pero, a menudo, cada
investigador ofrece su propia visión de esta concepción artística” 194. Nosotros también la
hemos desarrollado, si bien hemos buscado fuentes publicadas hasta el año 2015.
191
Aleksei, MOROZOV, El constructivismo:..., 2006.
192
Ibid., p. 3.
193
El autor, en unas líneas, indica la temática de la publicación o resume su contenido y presenta citas debajo de
cada fuente que se ha editado entre los años 1922 y 1932. Las obras posteriores carecen de estas anotaciones.
194
Aleksei, MOROZOV, El constructivismo:..., p. 4.
195
Selim Omarovich Khan-Magomedov (1928-2011), renombrado historiador del arte ruso y soviético, se
licencia en el Instituto de la arquitectura de Moscú en 1951, donde unos años más tarde presenta su trabajo de
aspirante a doctor; en 1968, lee su tesis doctoral. Trabaja activamente como investigador de la historia del arte a
partir de mediados de los años cincuenta, publicando innumerables trabajos tanto en Rusia como en el extranjero
hasta la fecha de su muerte. Sus principales intereses en la investigación científica se ciñen a dos grandes
campos: indagaciones acerca de la arquitectura de su tierra natal, la República de Daguestán, y estudios de la
historia y teoría del arte de la vanguardia rusa. Dentro este área, el autor se centra, en mayor medida, en la
arquitectura vanguardista; no obstante, posee vastos conocimientos acerca de otros aspectos artísticos de la
vanguardia rusa de los años veinte y treinta, entre los cuales predomina el constructivismo ruso. A lo largo de
toda su carrera, investiga y hace copias de más de ciento cincuenta archivos privados de arquitectos, pintores y
escultores de vanguardia y acumula así un abundante archivo personal que cuenta con documentos e
ilustraciones relacionados con el tema, además de apuntes de muchas entrevistas personales con los artistas
vanguardistas que aún vivos en la segunda mitad del siglo XX.
50
trabajos dedicados a la vanguardia rusa, en general, y al constructivismo y a sus
manifestaciones, en particular. Es imposible recopilar y exponer una relación de todos sus
escritos196 (ya hemos comentado algunos de ellos de la etapa anterior) que directa o
indirectamente guardan relación con el constructivismo ruso. Sin embargo, entre todas sus
publicaciones, en este apartado hemos decidido escoger y dedicar un comentario largo sólo a
una obra, puesto que es en ella donde reúne y expone todo su conocimiento adquirido sobre el
tema que nos ocupa (si bien también vamos a realizar muy breves anotaciones sobre otros de
sus escritos que presentan interés para nosotros).
51
también formal y estilística”199. Apreciamos la determinación del autor por considerar el
movimiento artístico del constructivismo una concepción concreta que ha propiciado “el
acercamiento, la interacción y la penetración recíproca de los procesos de la configuración de
estilos en las esferas de la creación ingeniero-técnica y artística y en la formación del estilo
del siglo XX en su totalidad”200. A esta visión particular de Khan-Magomedov se le critica el
“considerar este fenómeno llevado a su efecto” –algo que tiene una concreta localización en la
historia– y así cerrar y sellarlo 201. No es la primera vez que indicamos que en los últimos años
el constructivismo se ha considerado un fenómeno muy amplio que sobrepasa los límites de
su presencia histórica y que está sujeto a gran variedad de opiniones; por lo tanto, la postura
personal de Khan-Magomedov, su anhelo de ser muy riguroso y preciso en sus descripciones
del constructivismo (tal y como se aprecia en el libro), actualmente casi no encuentra adeptos.
El autor atribuye la falta de precisión de las definiciones sobre el tema a la falta de
información o a la interpretación incorrecta de algunos hechos relacionados con el fenómeno.
Al inicio de su trabajo, Khan-Magomedov indica problemas que, según él, precisan resolución
o aclaración entre los que se encuentran: la necesidad de documentar bien el proceso de
desarrollo del constructivismo –sobre todo de su etapa inicial–, definir de la forma más
concreta posible el propio término constructivismo, escoger cuidadosamente una serie
representativa de las obras que representan el constructivismo, intentar estudiar mejor la
compleja situación histórica de los años de su existencia para así comprender mejor el
fenómeno, indagar más en el análisis de las diferentes agrupaciones y organizaciones
constructivistas, etc. Así, a lo largo de toda su obra, el estudioso aspira a aportar el mayor
conocimiento posible para la solución de estos problemas. Evidentemente y a pesar de las
críticas, a Khan-Magomedov se le puede agradecer la introducción de mucho material
documental, textos y manifiestos constructivistas procedentes de variados archivos a los que
acuden los investigadores, lo que hace que su obra sea muy citada. Finalmente, indicaremos
que algunas partes del texto se encontraban ya en otras publicaciones suyas 202, no obstante lo
199
Selim, KHAN-MAGOMEDOV, El constructivismo. El concepto..., p.10.
200
Ibid.
201
Ludmila, MONAKHOVA, “Acerca de la actitud hacia el constructivismo”, en Ludmila, MONAKHOVA (y
otros), El taller del..., pp. 10-11.
202
Por ejemplo, ha entrado a formar parte de esta obra el texto completo de su libro El INKhUK y el
constructivismo incipiente, del año 1994, que ahora se considera una rareza bibliográfica (por haberse publicado
en una tirada reducida) y que durante muchos años antes de la publicación de El constructivismo había estado
muy demandado, siendo para los investigadores rusos un libro de lectura obligatoria para entender la etapa
inicial del constructivismo dentro del INKhUK. Asimismo, están presentes en El constructivismo algunas partes
de otra obra, Pioneros del diseño soviético, del año 1995, que comentaremos brevemente más adelante.
52
cual esta tentativa de acumular todo el saber sobre el tema convierte a esta obra en una
referencia bibliográfica de primera magnitud para cualquier investigador o interesado en el
movimiento artístico del constructivismo ruso.
203
Selim, KHAN-MAGOMEDOV, Los pioneros del diseño soviético. Moscú, Galart, 1995.
204
Selim О. Chan-Magomedow. Pioniere der Sowjetischen Architektur. Veb Verlag der Kunst Dresden, 1983.
205
Khan-Magomedov, S.O. Pioners of Soviet Architecture. The Search of New Solutions in the 1920s and 1930s.
ed. Thames and Hudson, London, 1987.
53
Los últimos dos organismos, de gran relevancia en el proceso de formación y posterior
desarrollo del constructivismo ruso, han recibido mucha atención investigadora por parte de
Khan-Magomedov. Ya hemos mencionado su libro El INKhUK y el constructivismo
incipiente, pero Khan-Magomedov también es el autor de varios volúmenes que tienen por
objeto de estudio los talleres artísticos VKhUTEMAS206, siendo posiblemente el estudioso
más célebre en este campo, al dedicarse a lo largo de toda su carrera investigadora a recopilar
los archivos institucionales y personales de los alumnos que se relacionan con los
VKhUTEMAS.
Otra obra del autor que presenta un interés evidente para el mejor conocimiento del
constructivismo ruso es la publicación Iugo-Lef y el constructivismo (basado en los
materiales del archivo de N. Sokolov)207. El libro versa sobre la estructura y las principales
líneas de acción del Iugo-Lef, una organización que ha promovido la teoría y la práctica del
arte “de izquierdas” en el sur de la entonces República Socialista Federativa Soviética
(territorio que actualmente corresponde a Ucrania), y, tal y como indica su título, la
investigación está basada en los archivos de Nikolai Sokolov, un representante del
constructivismo meridional208.
Como hemos visto, en los últimos decenios Khan-Magomedov publica mayormente obras
de gran extensión relacionadas con el constructivismo ruso, destacando entre ellas también
sus publicaciones dedicadas a arquitectos y grupos constructivistas 209. Merece nuestra
206
Selim, KHAN-MAGOMEDOV, VKhUTEMAS-…, 1990; Selim, KHAN-MAGOMEDOV, Obras de
VKhUTEMAS. Volumen 2: Los movimientos creativos, conceptos y organismos de la vanguardia soviética en
siete volúmenes. Moscú, Arkhitectura, 1993; Selim, KHAN-MAGOMEDOV, VKhUTEMAS. Libros 1 y 2.
Moscú, Ladia, 1995 y 2000, entre otros.
207
Selim, KHAN-MAGOMEDOV, Iugo-Lef y el constructivismo (basado en los materiales del archivo de N.
Sokolov). Volumen 7: Los movimientos creativos, conceptos y organismos de la vanguardia soviética en siete
volúmenes. Moscú, Ladia, 2000. Este interesante libro que, según nuestro conocimiento, no se encuentra
reproducido en ninguna otra obra del autor (aunque sabemos que, en 2009, Khan-Magomedov edita un volumen
independiente dedicado a Nikolai Sokolov y que, posiblemente, contiene todo o parte del texto del Iugo-Lef; no
hemos tenido la posibilidad de verificarlo) es de difícil localización; hemos tenido acceso a él en el
Departamento de los Libros de Edición Limitada de la Biblioteca de la Galería Estatal Tretiakov.
208
Antes ya hemos mencionado que el constructivismo ruso ha tenido su expansión no sólo en las ciudades más
importantes, Moscú y San Petersburgo, sino también en las provincias. Si bien no podemos incluir estos datos –
aunque no son cuantiosos– en la dimensión reducida de nuestro trabajo fin de máster, sí nos parece interesante
hacer mención de algunos de los representantes constructivistas en las provincias rusas.
209
Podemos nombrar algunos: Selim, KHAN-MAGOMEDOV, ASNOVA, OSA y grupos de INKhUK. Volumen
4: Los movimientos creativos, conceptos y organismos de la vanguardia soviética en siete volúmenes. Moscú,
Arkhitektura, 1994; Selim, KHAN-MAGOMEDOV, Aleksandr Vesnin y..., 2007.; Selim, KHAN-
MAGOMEDOV, Konstantin Melnikov. Moscú, Stroiizdat, 1990; Selim, KHAN-MAGOMEDOV, Anton
Lavinskii, Moscú, la Fundación “La Vanguardia Rusa”, 2007; Selim, KHAN-MAGOMEDOV, Moisei Ginzburg.
Moscú, Arkhitectura-S, 2007, y muchas otras publicaciones semejantes.
54
atención el libro Aleksandr Vesnin y el constructivismo210, publicado en 2007, por presentar un
estudio muy detallado y extenso en torno a este célebre arquitecto constructivista y sus obras.
El libro está basado en sus indagaciones anteriores acerca de Vesnin (algunas de las cuales
hemos tenido la ocasión de consultar y analizar en el apartado anterior de nuestro trabajo),
meticulosamente expuestas en la presente publicación y, cómo no, apoyándose en numerosos
documentos de archivo e ilustraciones.
Otra especialista rusa significativa que ha publicado numerosos escritos –tanto libros como
artículos, ensayos e informes– sobre el constructivismo ruso es Elena Sidorina 211. Su interés
por nuestro tema se remonta a inicios de su carrera investigadora, cuando en 1979 ha
presentado su tesis doctoral titulada “El estudio de los aspectos teóricos de la concepción
artística del «arte de producción» de los años veinte” que ya hemos tenido la ocasión de
comentar. Desde aquel año no han cesado de aparecer estudios de Sidorina sobre nuestro tema
en diferentes publicaciones científicas, así como ediciones independientes.
Pertenecientes a la etapa que estamos revisando hemos podido consultar tres libros, un
informe y algunos artículos de la autora 212 (omitiremos el análisis de los últimos puesto que
210
Selim, KHAN-MAGOMEDOV, Aleksandr Vesnin y..., 2007. Este libro se publica por primera vez en lengua
alemana. Selim O. Chan-Magomedov. Alexander Vesnin und der konstruktivismus. Stuttgart, 1987.
211
Los datos biográficos de Elena Viktorovna Sidorina son muy escasos. No hemos podido averiguar el año de su
nacimiento, si bien la investigadora sigue trabajando y ostenta, desde 2004, el título de colaboradora científica
jefe en el Instituto de la Investigación Científica de la Historia y Teoría de las Artes Plásticas perteneciente a la
Academia Rusa de Bellas Artes de Moscú, el más grande e importante centro de Rusia dedicado a la
investigación científica en los campos de las artes plásticas, arquitectura, diseño, teoría del arte y de la enseñanza
artística. Las áreas del interés de Sidorina se hallan localizadas principalmente en el estudio de la vanguardia
rusa, destacando su apego por nuestro tema, en particular por los aspectos teóricos del mismo.
212
Estos artículos son: Elena, SIDORINA, “El constructivismo ideológico”, en Elena, VINOGRADOVA; y
Georgii, KOVALENKO (coords.), Del constructivismo al surrealismo. Moscú, Nauka, 1996, pp. 19-40; Elena,
SIDORINA, “«Las amazonas de la vanguardia» y «la cuadratura del constructivismo»”, en Georgii,
KOVALENKO (coord.), Las amazonas de la vanguardia. Moscú, Nauka, 2004, pp. 81-97; Elena, SIDORINA,
“La teoría y la estética del constructivismo”, en Nikolai, KHRENOV (coord.), La teoría de la cutura artística.
Publicación Nº 10. Moscú, Instituto Estatal de la Historia del Arte, 2006, pp. 345-372; Elena, SIDORINA, “El
constructivismo”, en Iurii, GIRIN, La vanguardia en la cultura del siglo XX (1900-1930). Teoría. Historia.
Poética. Volumen 1. Moscú, IMLI RAN, 2010, pp. 530-598; Elena, SIDORINA, “Caras del...”, pp. 425-466.
55
casi todos los textos de estas publicaciones están incluidos –algunos un poco revisados– en las
monografías de Sidorina). Entre los primeros destaca su obra El constructivismo ruso: inicios,
ideas, práctica, que vamos a comentar detalladamente a continuación, además de otros libros
como A través de todo el siglo XX. Las concepciones artísticas y proyectivas de la vanguardia
rusa y El constructivismo sin riberas. Investigaciones y ensayos sobre la vanguardia rusa,
que contienen mucha información interesante sobre nuestro tema. Estos tres en concreto
contienen todo el saber de Sidorina acerca del constructivismo ruso y exponen la visión
particular de la autora de forma muy amplia.
Nos gustaría empezar el análisis de las obras de Elena Sidorina con un corto informe
redactado por la autora en 1994 en un seminario dedicado al constructivismo ruso celebrado
con motivo de la exposición de obra gráfica de Anton Stankowski (un artista alemán próximo
en sus creaciones a las concepciones artísticas constructivistas). El seminario y el posterior
debate, organizado con motivo del evento, se recopilan y publican en un pequeño libro
titulado La cuadratura del constructivismo. Uno de los textos que contiene, titulado “Las
paradojas del constructivismo”213, pertenece a Sidorina y cuenta de forma muy escueta y
concisa su postura personal acerca de nuestra corriente artística la cual, como veremos más
adelante, apenas cambia con los años. Este corto pero muy informativo informe versa
precisamente acerca de la dificultad para comprender el fenómeno provocada por estar lleno
de contradicciones. Sidorina considera el constructivismo ruso “un fenómeno bastante
extraño”, “un movimiento sociocultural” “contradictorio y paradójico” al que no se le puede
dar una explicación clara o enmarcarlo dentro de los límites terminológicos e ideológicos
evidentes y fijos que a primera vista parece tener 214. Después del informe se incluye el texto
del posterior debate y es interesante leer las respuestas aclaratorias de Sidorina a las preguntas
que se le plantean. En ellas averiguamos que la investigadora considera el constructivismo un
fenómeno polifacético que ha incluido en sus filas a numerosos artistas, algunos de los cuales
han sido “temporalmente adheridos” al movimiento. La autora defiende la contribución de
estos artistas y ve en ellos los signos de aumento de la riqueza y del valor del constructivismo
ruso. Los textos del seminario y el carácter del debate sobre el asunto nos permite apreciar la
existencia de mucho empeño en comprender la cuestión del constructivismo a inicios de los
años noventa. Este informe de Elena Sidorina, en sus escasas trece páginas, reduce a lo más
213
Elena, SIDORINA, “Las paradojas del...”, pp. 11-23.
214
Ibid., pp. 11, 15.
56
esencial las ideas que ha deplegado en sus libros.
Hasta el momento, Elena Sidorina tiene publicadas sólo tres monografías, si bien las tres
centran su interés en nuestro tema. En 1994 aparece su primera gran publicación, A través de
todo el siglo XX. Las concepciones artísticas y proyectivas de la vanguardia rusa 215. Como la
propia autora indica en el texto introductorio de su libro, buena parte del escrito ha sido
terminado a finales de los años 1980, siendo la actual publicación la tercera redacción del
mismo. En general, el trabajo versa sobre la vanguardia rusa y sobre su problemática y, en
particular, describe detalladamente el concepto de “arte de producción” y su influencia sobre
el diseño soviético216 de los años 1960 y 1980. El libro cuenta con siete capítulos donde se
exponen, además de la concepción teórica del mencionado “arte de producción”, la vida
profesional y la obra de sus teóricos, las ingadaciones acerca del problema “el arte y la vida”
(candente a inicios del siglo XX en el ámbito artístico), así como del teatro constructivista y
del diseño donde precisamente recibieron el impulso las ideas del “arte de producción”. El
libro es, siguiendo la tendencia investigadora de los años noventa, un intento de revaluar el
legado de la vanguardia rusa, de estudiar más profundamente el concepto de “arte de
producción” que está inseparablemente ligado al problema del “arte y la vida”, de ver con
otros ojos los problemas de los años veinte, de adjudicar a los planteamientos ideológicos de
los artistas constructivistas otro enfoque y de explorar su papel, ya que son conceptos a través
de los cuales se ha visto el mundo y el arte de aquel entonces. Sidorina no sólo habla de los
constructivistas y del “arte de producción” y describe las ideas de sus teóricos (sobre todo de
Boris Arvatov) y de aquello que ha influido en su conformación, sino que también trata las
concepciones doctrinales de Malevich, Tatlin y Larionov. A través de todo el siglo XX indaga
en las ideas de estos artistas y “rastrea los orígenes figurativos y valorativos de estas
concepciones, sus particularidades y «zonas limítrofes»”217, describe cómo intentan los
“adivinadores del futuro” (así llama Sidorina a los artistas vanguardistas) resolver, teórica y
prácticamente, el problema “el arte y la vida” que está unido al complejo concepto de “arte de
producción” y a la conformación del diseño.
57
inicios, ideas, práctica218, es la primera monografía en lengua rusa íntegramente dedicada al
constructivismo que, además, contiene esta palabra en su título. Publicado en Moscú en 1995,
en la actualidad constituye una rareza bibliográfica al haberse impreso una tirada reducida,
razón por la que sólo se encuentra disponible en las bibliotecas más importantes de Rusia.
Lectura obligada para el tema de constructivismo, constituye una especie de continuación de
su anterior obra, puesto que ahora Sidorina se centra en los aspectos artísticos del
constructivismo ruso y apenas trata los teóricos. El libro contiene seis capítulos en los que
estudia la etapa inicial del constructivismo, describe sus variantes teatral y arquitectónica,
menciona brevemente la concepción teórica de los ideales constructivistas y, en general,
intenta definir en sus páginas la totalidad del fenómeno, describir su compleja naturaleza,
“observar el constructivismo amplia e imparcialmente en la medida de lo posible” 219.
Recordemos que es en este momento, mediados de los años noventa, cuando los
investigadores rusos tienen la oportunidad de practicar su actividad de manera libre y
objetiva, de manera que empiezan a revisar sus escritos de época soviética y tienen la ocasión
de ofrecer su punto de vista verdadero acerca del tema que han estado obligados a guardar en
los tiempos de la URSS. La autora recopila así muchas de sus publicaciones, las cuales revisa
y ofrece en este libro.
218
Elena, SIDORINA, El constructivismo ruso:..., 1995.
219
Ibid., p. 6.
220
Elena, SIDORINA, El constructivismo sin..., 2012.
221
Han pasado casi veinte años desde que Sidorina empleara por primera vez el epíteto “el constructivismo sin
riberas” en su informe de 1994 “Las paradojas del constructivismo”.
58
representante del arte conceptual de Moscú de los años sesenta y y ochenta, y uno de los
fundadores del arte socialista. Por tanto, en este libro, Sidorina no sólo vuelve a su tema
predilecto, el constructivismo, sino que lo relaciona con concepciones filosóficas y artísticas
de diverso tipo que exceden sus fronteras.
El título del libro no sólo insiste en reforzar la opinión del Sidorina sobre el fenómeno del
constructivismo que ya hemos mencionado, sino que lo amplía y relaciona con otras
temáticas. Además, el mismo conocimiento de la autora acerca del constructivismo se
profundiza: ya hemos dicho que los artículos que publica a partir del año 1995 entran a formar
parte de este libro, pero que no son revisados y modificados. Uno de ellos, “Caras del
constructivismo”222, no es una excepción, puesto que lo vemos incorporado en El
constructivismo sin riberas aunque una parte de él, subtitulada “Un fenómeno cultural...”, no
hemos podido localizarla en otras obras de la autora. Y esta parte nos parece interesante
porque refleja una pieza importante de la visión de Sidorina sobre el constructivismo, la que
es su opinión de la profunda inclusión del fenómeno en el tejido cultural no sólo de los años
veinte, cuando “ha sido un hecho de la vida creativa”223, sino también de la segunda mitad del
siglo XX, cuando su potencial formal empieza a ser explorado. A las diferentes
manifestaciones y percepciones del constructivismo la autora les otorga la expresión de “caras
del constructivismo” o “el constructivismo de «varias categorías»” que deben ser
consideradas como diferentes partes de un todo y hacen que el potencial del constructivismo
se haya visto realizado, tanto práctica como teóricamente, a lo largo del todo siglo XX.
Como vemos, Elena Sidorina acuña varias expresiones que son citadas por otros
investigadores rusos. Es el caso de, por ejemplo, “el constructivismo de los constructivistas” o
“caras del constructivismo”. La gran aportación de la autora consiste en indagar
minuciosamente en la vertiente teórica del constructivismo (y, sobre todo, en la obra de uno
de sus máximos representantes, Boris Arvatov). Además, en sus “trabajos científicos
profundos y originales”224 la autora pone el constructivismo en estrecha relación con la cultura
no sólo en los tiempos de su existencia, sino también con la posterior que empieza en los años
222
Elena, SIDORINA, “Caras del...”, pp. 425-466.
223
Ibid., p. 457.
224
Tatiana, MALININA, “El modernismo y los «modernismos»: acerca del contenido del concepto y de la
expansión de sus límites, hacia el inicio del siglo XXI, en la crítica arquitectónica. Anotaciones metodológicas”.
Arquitectura. Teoría y práctica. Nº3 (2014), [revista en línea] Disponible desde Internet en:
<http://sias.ru/upload/2014_3-4_106-126_malinina.pdf> [con acceso el 08.06.2016]
59
sesenta y que se corresponde con su descubrimiento y, en los siguientes decenios, a su
asimilación, lo que ha dejado su impronta en la actual comprensión del fenómeno. Su visión
del constructivismo es diferente a la de Khan-Magomedov, ya que esta no aprecia límites en
este movimiento y no intenta acotarlo, mientras que Khan-Magomedov insiste en esta
necesidad. El constructivismo de Sidorina es complejo, cualidad en la que precisamente la
autora percibe su riqueza y valor.
Las publicaciones tipo de Aleksandr Lavrentiev –muy demandadas por parte de los
investigadores rusos– dan a conocer los fondos inéditos del archivo privado del autor,
formado por diarios, cartas, memorias, anotaciones, estenogramas de reuniones, etc., que en
su momento han pertenecido a sus abuelos 226; material que no se puede encontrar en los
archivos estatales ni en otras instituciones gubernamentales de acceso público y cuya salida a
la luz a lo largo de los años noventa provocó entre los investigadores una cierta confusión que
ha contribuido a que reconsideren algunas de sus opiniones 227. Cada publicación se presenta
como una antología de materiales documentales del archivo de estos dos artistas
225
Aleksandr Nikolaevich Lavrentiev (n. 1954), historiador del arte, diseñador gráfico y comisario de numerosas
exposiciones de arte, finalizó en 1976 su carrera en la Escuela Superior de Artes e Industria (actualmente
Academia Nacional de Artes e Industria Stroganov, uno de los más antiguos centros de formación artística en
Moscú) donde hoy día ejerce la enseñanza. Su campo de interés se centra principalmente en la historia del diseño
y de la fotografía, preocupándose también por la historia de la vanguardia rusa en general y del constructivismo
en particular. Su apego por nuestro tema también se explica por el hecho de ser nieto de dos de los más
prominentes artistas constructivistas, Aleksandr Rodchenko y Varvara Stepanova.
226
Estamos hablando de los siguientes libros: Peter, NEVER (ed.), Aleksandr Rodchenko. Varvara..., 1991;
Aleksandr, LAVRENTIEV, Escorzos de Rodchenko. Moscú, Iskusstvo, 1992; Aleksandr, LAVRENTIEV,
Varvara Stepanova. Un hombre no puede vivir sin milagros: cartas, experimentos poéticos, memorias de la
pintora. Moscú, Sfera, 1994; Aleksandr, LAVRENTIEV (ed.), Rodchenko A.M. Los experimentos para un
futuro. Diarios. Artículos. Cartas. Memorias. Moscú, Grant, 1996.
227
Elena Sidorina indica que el archivo de Rodchenko y Stepanova, tras su salida a la luz, ha proporcionado
información aclaratoria acerca de la etapa inicial del constructivismo ruso cuando, a finales de los años diez e
inicios de los veinte, se gesta y se declara el “constructivismo de los constructivistas”. Además, estos materiales
facilitan la mejor comprensión de las relaciones de Rodchenko con Aleksei Gan y con Malevich, y ayudan a
entender sus juicios acerca de la actividad profesional y la de sus colegas. Elena, SIDORINA, El constructivismo
sin..., p. 47.
60
constructivistas precedida por un texto introductorio de Lavrentiev, en el cual expone hechos
y anécdotas de la vida personal y profesional de Rodchenko y Stepanova. Este material
aparece hoy en día citado casi en cada escrito dedicado al constructivismo ruso, lo que es una
prueba de su gran valía.
Aparte de estas publicaciones, hemos consultado otras obras de Aleksandr Lavrentiev que
directamente se relacionan con nuestro tema. Estas, en general, tienden a explorar el
fenómeno del constructivismo centrándose en su aspecto procedimental, técnico,
metodológico: qué procedimientos han empleado los constructivistas para ejecutar sus
obras228. Uno de dichos escritos se encuentra en el libro El taller del constructivismo –
geometría, estructura, ornamento, color, editado con motivo de la exposición dedicada al
período inicial que tuvo lugar en la Galería Estatal Tretiakov y el Museo Estatal y Parque
Natural de Tsaritsyno en mayo y junio del 1998229. En este informe Lavrentiev tuvo como
cometido examinar los elementos esenciales de la corriente artística, procedimientos y
métodos de la labor de los artistas relacionados con la ejecución de dibujos geométricos para
tejidos e indumentaria. Nuevamente, la mayoría de las citas y datos se obtienen del extenso
archivo privado de este investigador. En el capítulo anterior de nuestro trabajo hemos
mencionado que las dos figuras más destacadas en este área del diseño constructivista eran
Varvara Stepanova y Liubov Popova: Lavrentiev detalla en esta obra el trabajo de ambas, que
no sólo se han ocupado de crear los dibujos, sino que también han controlado la utilización de
color y el procedimiento de estampado de ilustraciones sobre el tejido en las fábricas.
61
esta técnica en estos países, así como los elementos que les unen y separan; narra la historia
del collage dadaísta y del constructivista; indica sus tipos de y la manera en la que se
confeccionan; y menciona a artistas rusos tales como Rodchenko, Stepanova, Gan y Lisitskii.
De los textos cortos de este autor pasamos ahora a la revisión de sus obras más extensas. A
diferencia de los investigadores anteriores, Lavrentiev no tiene ninguna monografía, en el
sentido clásico de la palabra, dedicada al constructivismo ruso, si bien ha editado un libro
muy curioso titulado El laboratorio del constructivismo. Experimentos en diseño gráfico231
que viene a ser una especie de manual para el aprendizaje de las técnicas y de los métodos de
ejecución de diverso tipo de obras constructivistas: desde la aplicación de los métodos
constructivistas en las artes gráficas y en la tipografía hasta el montaje fotográfico. En El
laboratorio el autor nos ofrece, usando un amplísimo material visual (con ilustraciones
desconocidas o inéditas), un análisis pormenorizado de la manera de elaborar las obras por los
constructivistas, lo que ahora forma parte del lenguaje constructivista. Presenta, por así
decirlo, un compendio iconográfico y metodológico de la corriente constructivista,
estructurándolo en forma de manual didáctico con tareas prácticas para el alumnado; si bien
no se dedica únicamente a los procedimientos gráficos constructivistas, sino que también
incluye a los futuristas y suprematistas, intercalando este material con la historia y la
evolución del propio movimiento artístico que nos ocupa. Este “manual” centra su atención en
los trabajos relacionados con las artes gráficas: elaboración de carteles publicitarios, creación
de las imágenes de marcas de empresas, decoración de las calles, etc. El libro está destinado,
en primer lugar, a los futuros diseñadores gráficos y tiene como objetivo introducirles en la
imaginería constructivista y en sus métodos de trabajo para que puedan, de forma práctica,
familiarizarse con el legado gráfico constructivista. Por tanto, la concepción del libro ya está
expuesta en su nombre: según Lavrentiev la palabra “laboratorio” en el título remite al estilo
de trabajo de los artistas vanguardistas, para los cuales la creación artística en sus talleres se
iguala a un experimento que suele tener lugar en laboratorios.
Otra aportación que Lavrentiev hace al estudio del constructivismo ruso corresponde a las
investigaciones sobre uno de los mayores integrantes de la vanguardia y uno de los más
importantes ideólogos del constructivismo, Aleksei Gan. Artista polifacético, ha expresado sus
ideas constructivistas tanto en textos teóricos como en trabajos prácticos: ha realizado
231
Alexandr, LAVRENTIEV, El laboratorio del..., 2000.
62
películas, diseñó carteles de cine y cubiertas de revistas y libros. También ha jugado un papel
importantísimo en el desarrollo del constructivismo e incluso ha participado en él desde los
mismos inicios con su famoso libro El constructivismo, de 1922, defendiendo así su derecho
de proclamar el movimiento del constructivismo ruso por primera vez y de configurarlo
ideológicamente. Mucho antes de publicar el libro Aleksei Gan, Lavrentiev escribe un
pequeño artículo232 que traza las mayores incógnitas que envuelven a la figura de Gan: la falta
de información acerca de su vida privada y profesional, los nexos profesionales de este
personaje con el constructivismo, así como el asunto de la localización del archivo privado
que ha debido quedar de su actividad.
Quince años después de la publicación del anterior artículo, aparece el primer libro de
Lavrentiev enteramente dedicado a Gan233. Este incluye una investigación del autor sobre este
personaje mucho más amplia, explorando el trabajo de Gan en diferentes campos artísticos –
artes gráficas, cine, teatro– y también su labor como teórico. Lavrentiev basa su estudio no
sólo en los materiales documentales de los que dispone, sino que toma en cuenta los
resultados de las investigaciones de otros estudiosos que no pueden obviarse como Khan-
Magomedov y Sidorina. En esta obra Lavrentiev no hace preguntas sobre datos cuestionables
o desconocidos de Gan, sino que intenta proporcionar todas las respuestas posibles a su
multifacética personalidad y actividad: como teórico independiente y asimismo parte de varias
revistas de la época, como participante activo de la teoría y la práctica de las actividades
teatrales y cinematográficas, indaga en su relación con Rodchenko y Malevich, y con otros
constructivistas jóvenes alumnos suyos.
Hemos podido apreciar que, aunque Aleksandr Lavrentiev no se ocupa del constructivismo
ruso en todas sus facetas, contribuye en buena medida a la ampliación de su conocimiento en
los campos del diseño gráfico y la fotografía y, con la incorporación de los materiales
documentales inéditos de su archivo personal, aporta información muy valiosa en relación a
grandes figuras del constructivismo ruso tales como Aleksandr Rodchenko, Varvara
Stepanova y Aleksei Gan. Su mayor aportación es, por tanto, un intento de comprender el
legado constructivista como fuente de la experiencia práctica, lo que se debe posiblemente a
su formación y ocupación profesional como diseñador gráfico.
232
Aleksandr, LAVRENTIEV, “Los enigmas de Aleksei Gan”. ¡Da!, Nº2-3 (1995), pp. 3-11.
233
Aleksandr, LAVRENTIEV, Aleksei Gan. Moscú, Editorial de S.E. Gordeev, 2010.
63
Acabamos de ver que en los últimos veinticinco años, en Rusia, se distinguen sólo tres
investigadores dedicados al estudio del constructivismo de forma directa y profunda y que
cada uno de ellos ha encontrado su nicho en la investigación acerca de este tema. Ahora
procederemos a revisar publicaciones de otros autores menores que tratan nuestro movimiento
artístico desde ciertos puntos de vista. En las siguientes páginas, intentaremos examinar
algunos de estos escritos ateniéndonos al criterio de novedad no sólo respecto a la bibliografía
española sobre el constructivismo, sino también en relación al contenido de las obras ya
citadas. Así mencionaremos obras dedicadas a la relación del constructivismo con el teatro y
escritos consagrados a los primeros años del constructivismo
En 1991 se imprime en la edición número 27 de la serie Historia del arte soviético, siglo
XX una de las más interesantes y citadas publicaciones: “El arte de los constructivistas: de
exposición a exposición (1914-1932)”234, de Anatolii Strigalev235. Además de ofrecer, como su
propio título indica, una revisión de las exposiciones artísticas donde han sido expuestas obras
constructivistas, explica también el propio fenómeno del constructivismo con el suficiente
rigor para su tiempo (comienzos de los años 1990) y sin ningún tipo de prejuicios ideológicos.
La información que ofrece el trabajo ha sido utilizada por muchos investigadores, tanto rusos
como extranjeros, en la elaboración de sus estudios.
64
de las exposiciones de la vanguardia rusa en general; no obstante, el cuerpo principal de la
publicación lo constituye el repaso de las exposiciones constructivistas entre los años 1914 y
1932 (el autor considera que los límites temporales de la práctica constructivista se insertan
dentro de dos exposiciones personales de Vladimir Tatlin celebradas en estos años). Menciona
y analiza en total veintiséis exposiciones celebradas, a excepción de dos que tuvieron lugar en
París y Berlín, en Moscú y en San Petersburgo en las que se han expuesto obras
constructivistas. Asimismo, el investigador hace mención de otras muestras que, si bien no
han exhibido trabajos constructivistas, “han tenido un gran peso en la formación y en la
intensificación del constructivismo”236. Nuestro movimiento, según Strigalev, “puede ser
presentado de forma muy sustanciosa y evidente mediante el repaso histórico y evolutivo de
las más importantes exposiciones artísticas en las que se han mostrado todos los aspectos y
todas las etapas de este arte”237.
Aunque las menciones –bastante frecuentes– a casi todas las exposiciones descritas por
Strigalev se encuentran en otra bibliografía, tanto rusa como extranjera, la que nos ocupa es
hasta el momento la única publicación que tiene como intención principal recopilar y
reflexionar acerca del constructivismo ruso y de sus muestras. Por tanto, el ensayo en sí
mismo constituye una fuente singular para el estudio de nuestra corriente artística y el hecho
de ser citado numerosas veces no debe sorprender; sin embargo, transcurridos veinticinco
años desde su publicación, posiblemente sería apropiado hacer una revisión de la información
presentada y ofrecer una nueva publicación de referencia sobre el tema.
Muy interesantes resultan también los trabajos en torno a la concepción teatral del
constructivismo de los especialistas rusos en el teatro. Previamente en nuestro trabajo ya
hemos mencionado la importancia de las actuaciones teatrales en el proceso de formación y
consolidación del constructivismo, relevancia que radica en que el teatro ha ofrecido una
oportunidad inestimable de realización práctica de los proyectos constructivistas iniciales
muchos de los cuales, de otro modo, habrían quedado relegados al papel. Ocasión perfecta
que fue aprovechada por los artistas para dar cabida tanto a las manifestaciones
constructivistas relacionadas con la arquitectura como con la pintura. Las indagaciones
teóricas de los contemporáneos acerca de la importancia y del rol del teatro en la
236
Anatolii, STRIGALEV, “El arte de...”, p. 144.
237
Ibid., p. 125.
65
configuración de la nueva sociedad y del nuevo Estado han tenido lugar después de la
Revolución y ellas también forman parte de la dialéctica sobre el teatro constructivista238.
La autora comienza su trabajo con una detallada narración de la relación del teatro con la
pintura a inicios del siglo XX y prosigue con el relato de la evolución de las decoraciones
teatrales de aquellos momentos hasta llegar al constructivismo. Oves menciona a los artistas
constructivistas242 que han participado en la elaboración de la decoración del teatro de
Meierkhold, resaltando con ello la figura del decorador teatral (“los constructores de la
plataforma escenográfica”243), y analiza de qué manera el constructivismo ha logrado
evolucionar desde la percepción de la decoración como una caja escénica hasta su concepción
como una parte esencial de la acción que transcurre en la escena 244. Ayudado por los
constructivistas, Meierkhold llega así a la constitución de la nueva realidad teatral por medio
de la decoración, y la pormenorización de la evolución del teatro hacia este hecho constituye
precisamente el valor de este ensayo de Oves. La autora admite que su artículo no llega a
investigar en profundidad las relaciones entre el constructivismo y el teatro, aunque para
nuestro propósito es posiblemente la publicación más interesante por tratar de la evolución de
238
Sobre el constructivismo en el teatro han reflexionado Aleksei Gan, Boris Arvator y otros. En el capítulo
dedicado a las referencias bibliográficas de los años veinte y treinta hemos tenido la posibilidad de dar un breve
repaso a sus ideas.
239
Liubov, OVES, “Las artes plásticas y el teatro. El constructivismo y su plasmación en la escena del TIM”, en
Svetlana, BUSHUEVA (ed.), Intercomunicaciones: teatro en el contexto de la cultura. Colección de las
publicaciones científicas. Leningrado, 1991, pp. 99-125. [libro en línea] Disponible desde Internet en:
<http://teatr-lib.ru/Library/Vzaimosvyazi/Vzaimosvyazi/#_Toc214164138> [con acceso el 07.05.2016]
240
TIM es una abreviación que se ha hecho del Teatro Estatal de Vsevolod Meierkhold.
241
Liubov, OVES, “Las artes plásticas...”, p. 100.
242
En el ensayo la autora analiza de forma exhaustiva los trabajos de Liubov Popova –la más prominente
representante del constructivismo ruso en el teatro– y, en menor medida, la aportación de Varvara Stepanova.
243
Liubov, OVES, “Las artes plásticas...”, p. 116.
244
Ya conocemos que los artistas constructivistas han prestado gran atención no sólo a la decoración de la escena
teatral, sino también a la vestimenta de los actores.
66
la decoración, que es la parte relacionada con las artes plásticas de la función teatral.
Hemos encontrado pocas referencias a las publicaciones que acabamos de revisar en otros
trabajos dedicados al constructivismo; sin embargo, hemos considerado oportuno incluirlas
aquí puesto que son las únicas publicaciones independientes que tratan del constructivismo
teatral. En otras encontramos menciones a él insertas en un relato más amplio acerca de esta
corriente artística. Tal es el caso del los libros de Elena Sidorina (El constructivismo ruso:
inicios, ideas, práctica, de 1995) y de Selim Khan-Magomedov (El constructivismo. El
concepto de la constitución de la forma, de 2003), los más exhaustivos después de los textos
previamente comentados, existiendo también breves referencias al teatro constructivista tanto
en otras obras de estos autores como en escritos de otros estudiosos. En conclusión, los datos
que aportan no llegan a tener el detallismo, la especificidad y la rigurosidad de las que
acabamos de analizar.
La tercera fuente que trata de la relación del constructivismo con el teatro es el curioso
artículo de apenas nueve páginas de Natalia Zvenigorodskaia “El manifiesto de A. Room
«Teatro-hoy-mañana» en el contexto de la teoría constructivista”, publicado en el año 2000 246
en un libro junto con otros estudios dedicados al análisis de la vanguardia rusa. Esta obra
245
Galina, TITOVA, Teatro creativo y el constructivismo teatral: monografía. San Petersburgo, Academia de arte
teatral de San Petersburgo, 1995. [libro en línea] Disponible desde Internet en: <http://teatr-
lib.ru/Library/Titova/konstr/> [con acceso el 10.05.2016]
246
Natalia, ZVENIGORODSKAIA, “El manifiesto de A. Room «Teatro-hoy-mañana» en el contexto de la teoría
constructivista”, en La vanguardia rusa de los años 1910-1920 en el contexto europeo. Moscú, Nauka, 2000, pp.
280-289.
67
analiza de manera muy breve el manifiesto247 titulado “Teatro-hoy-mañana” de Abram
Room248 y pone en relación con la actividad teatral de este personaje con las teorías
constructivistas. La autora deduce que este director ha sido enormemente influido tanto por
las ideas de Meierkhold, como por los esloganes constructivistas de Aleksei Gan y Aleksandr
Rodchenko. Esta fuente nos sitúa en la ciudad de Saratov 249, donde también se aprecia una
actividad notable de otros vanguardistas rusos 250. La mayor aportación de este artículo
respecto a los datos de que disponemos en castellano es que a lo largo de la prospección
bibliográfica española no encontramos ninguna mención a Abram Room y a su texto, que
también se menciona escuetamente en la bibliografía rusa. Este representante de los preceptos
constructivistas ha trabajado en la mencionada ciudad y ha puesto en escena obras de estas
características durante sólo dos años, 1922 y 1923, a pesar de lo cual supone una fuente
curiosa, aunque poco completa, de un representante del constructivismo teatral de provincias
que “ha creado en Saratov su versión de las búsquedas constructivistas”251.
La siguiente publicación a la que vamos a hacer referencia recopila textos científicos de los
años veinte y treinta dedicados a la vanguardia, tanto en Rusia como en el extranjero. El libro,
247
El texto de Room carece de esta definición, siendo la propia Zvenigorodskaia quien lo ha calificado como tal
por presentar algunas de las particularidades correspondientes a un manifiesto como son el carácter programático
del texto y su manera expositiva de eslogan.
248
Representante del constructivismo de provincias, Abram Matveevich Room (1894-1976) es una de las figuras
“adheridas al constructivismo”, Guionista y director de teatro y cine, ha trabajado brevemente con Meierkhold en
Moscú. Publicó su “manifiesto” “Teatro-hoy-mañana” en Saratov, en 1922, donde ha llevó a la práctica las ideas
del director moscovita.
249
La ciudad de Saratov está situada a unos 850 km al sureste de Moscú.
250
Véase la nota a pie de página 44.
251
Natalia, ZVENIGORODSKAIA, “El manifiesto de...”, p. 288.
252
Selim, KHAN-MAGOMEDOV, Iugo-Lef y..., p. 156.
68
coordinado por Elena Vinogradova y Georgii Kovalenko, se titula Del constructivismo al
surrealismo y ha sido editado en Moscú en 1996. Siguiendo el proceso de revisión de valores
culturales que se lleva a cabo en Rusia a mediados de los años noventa, los autores de los
textos presentan la información bajo una nueva postura que consiste en despojarse de los
juicios unilaterales de la época anterior e intentar interpretar de forma más objetiva los datos
existentes, aportando nueva información y llenando así las lagunas de información presentes
en el conocimiento de la complicada vida artística de los primeros decenios del siglo XX.
Entre los numerosos escritos de este libro 253 hemos escogido el de Olga Iushkova, titulado “El
constructivismo y lo constructivo. La búsqueda de una estructura” 254, por presentar un mayor
interés para nuestro trabajo. De su título ya se desprende la determinación de la autora de
estudiar la etapa inicial, en la cual se ha deliberado de lo constructivo en el arte, que ha
llevado a la gestación de este movimiento artístico. Hay que decir que las indagaciones
investigadoras acerca de esta etapa “preconstructivista” son amplias, destacando sobre todo
los trabajos de Selim Khan-Magomedov255.
253
En este volumen recopilatorio también encontramos otros dos textos que tienen por objeto el estudio del
constructivismo. El primero, el artículo de Elena Sidorina “El constructivismo ideológico”, que hemos
considerado apropiado omitir, ya que también se puede encontrar en una de las monografías de la autora, y, el
segundo, de Anatolii Strigalev titulado “Georg Gross y el constructivismo”, que tampoco está incluido en nuestro
análisis porque se trata de un estudio del lenguaje artístico constructivista proveniente de Rusia (denominado
“funcionalismo” en Alemania) y, más en concreto, de su influencia en el trabajo del artista alemán Georg Gross.
254
Olga, IUSHKOVA, “El constructivismo y lo constructivo. La búsqueda de una estructura” en Elena,
VINOGRADOVA; y Georgii, KOVALENKO (coords.), Del constructivismo al..., 1996.
255
Este investigador ha demostrado, tal y como hemos visto, un interés por esta etapa del constructivismo aún en
los tiempos de la URSS.
256
Olga, IUSHKOVA, “El constructivismo y...”, p. 5.
257
El primero que nombra a esta etapa como “etapa de laboratorio” ha sido Selim Khan-Magomedov, después el
período ha recibido otro tipo de calificaciones: “protoconstructivista”, “de la imagen hacia la construcción”, “el
período de laboratorio y de proyecto”, período “analítico-estructural”, etc. Ibid., p. 6.
69
Cézanne y por el cubismo, como a los famosos debates en el INKhUK acerca de lo
constructivo y de la construcción en el arte (ya mencionados en el capítulo “Constructivismo
dentro de la vanguardia rusa”). La importancia de la etapa inicial del constructivismo reside
en que las ideas de este movimiento han influido notablemente en la configuración del “arte
de producción”, además de tener consecuencias directas en la formación de muchas corrientes
artísticas de la segunda mitad del siglo XX.
70
la etapa inicial del constructivismo, que ha tenido lugar en mayo y junio del 1998 en la
Galería Estatal Tretiakov de Moscú. Esta publicación nuevamente confirma la preocupación
de los historiadores del arte rusos por el aporte de nuevos datos al estudio del constructivismo
en los años noventa y la vigencia de la etapa inicial en las indagaciones científicas sobre el
tema. La mayor parte de la exposición ha presentado el diseño constructivista sobre tejido. Su
comisaria, Ludmila Monakhova, en su escrito “Acerca de la actitud hacia el
constructivismo”263, considera que esta manifestación del constructivismo es “por sí misma la
más pura en cuanto a criterio ideológico y programático” se refiere y que “precisamente
detrás de estos trabajos «discretos» está una reforma cardinal de las posiciones del arte” 264 por
encerrar en sí todas las particularidades que el constructivismo intenta expresar. La autora
insiste en la importancia para la historia del arte de los procedimientos constructivistas y de su
lenguaje proyectivo, ya que han sido expuestos en toda su plenitud y pureza en los tejidos de
Liubov Popova y Varvara Stepanova (posteriormente esta pureza de lenguaje se deforma con
las actitudes del patriotismo histórico, con la lucha por un nuevo modo de vivir y con la
propaganda).
Las fuentes bibliográficas pueden proceder no sólo de textos científicos, sino también de
los álbumes que nos muestran distintas facetas del constructivismo. Uno de estos es el libro de
Elena Barkhatova El constructivismo en los carteles soviéticos265, que se edita como un álbum
con ilustraciones de más de doscientos carteles –desde el año 1918 hasta 1941–
cuidadosamente seleccionados (algunos publicados por primera vez) de temática político-
social, propagandística, deportiva, publicitaria y cinematográfica, etc. En el texto
introductorio, la autora ilustra la relación del constructivismo con la producción y confección
de carteles de temática variada en diferentes etapas de su historia: desde la proclamación del
nuevo Estado bolchevique hasta el inicio de la Segunda Guerra Mundial, momentos entre los
que el enfoque hacia la elaboración de carteles ha sido transformando. Barkhatova describe
con detalle los tipos de carteles que han existido, su estética, menciona exposiciones
dedicadas al arte de cartel de estos años, también analiza con mayor detalle las obras de los
principales creadores –Rodchenko y Maiakovskii– y menciona a los autores de los carteles
soviéticos más famosos: los hermanos Stenberg, Lavinskii, Klutsis, Sen’kin y Prusakov.
71
El constructivismo ha coexistido en el tiempo con otros movimientos de vanguardia rusa.
Así, llama la atención de los investigadores su relación con otra concepción artística
importante de aquel momento: el suprematismo. El estrecho vínculo entre ambos se produce
entre los años 1914-1919, cuando a través de los trabajos de Tatlin y Malevich se pueden ver
dos nuevas vías del arte abstracto en la vanguardia.
Existen otros textos que examinan las relaciones del constructivismo con otros movimiento
artísticos contemporáneos. Tal es el caso del artículo de Tatiana Mikhienko “Del cubismo
hasta el suprematismo y el constructivismo”267, incluido en el álbum Desde la vanguardia
hasta el postmodernismo. Los maestros del siglo XX e ilustrado con las obras del siglo XX
que posee la famosa Galería Tretiakov de Moscú, o el escrito “El problema de lo nuevo en el
266
Tatiana, GORIACHEVA, “El suprematismo y...”, pp. 408-422.
267
Tatiana, MIKHIENKO, “Del cubismo al suprematismo y al constructivismo”, en La Galería Tretiakov. Desde
la vanguardia hasta el postmodernismo. Los maestros del siglo XX (Álbum). Moscú, la Galería Estatal Tretiakov,
2006, pp. 35-37.
72
arte del futurismo, dadaísmo y el constructivismo” de Inshakov 268, que aparece en uno de los
libros dedicados al estudio de la vanguardia rusa. Ambos son artículos de poca extensión: el
primero es de carácter divulgativo y de nuevo insiste en el origen común de suprematismo y
constructivismo para, posteriormente, centrarse en la historia artística del constructivismo; el
segundo presenta mayor rigor y trata de la novedad que representa el collage en el arte
vanguardista, hablando del surgimiento y de la evolución de esta técnica tanto en Rusia como
en Europa (y de las características que comparten y en las que divergen), destacando las obras
de artistas rusos que lo han practicado tales como Rodchenko y Stepanova, si bien menciona
también a artistas europeos.
Aparte de las publicaciones que versan sobre el aspecto artístico de la vanguardia, a los
investigadores rusos también les ha interesado mucho su componente filosófico269. De esta
manera, al realizar la búsqueda bibliográfica, hemos encontrado en la Biblioteca Estatal de
Rusia un pequeño libro en torno a lo filosófico en nuestro movimiento artístico: El
constructivismo ruso (un experimento del análisis socio-filosófico)270, de Olga Akhmatova.
Trabajo que no trata en absoluto el aspecto estético del constructivismo, razón por la que, al
finalizar este apartado, nos limitaremos sólo a indicar que este tipo de obra –hasta el momento
la única que versa sobre nuestro objeto de estudio– también puede hallarse y que es utilizada
por los estudiosos del constructivismo para sus escritos, ya que las nociones filosóficas que
pueden desprenderse de las declaraciones o manifiestos constructivistas forman una parte
importante de este movimiento.
268
A. INSHAKOV, “El problema de lo nuevo en el arte del futurismo, dadaísmo y el constructivismo”, en
Georgii, KOVALENKO (ed.) La vanguardia rusa de los años 1910-1920: el problema del collage. Moscú,
Nauka, 2005, pp. 40-57.
269
Véase la nota a pie de página 28.
270
Olga, AKHMATOVA, El constructivismo ruso..., 2001.
73
5. Conclusiones
La gran repercusión de los métodos constructivistas durante los años veinte del siglo XX
ha generado mucha literatura, que ahora conforma las fuentes documentales del movimiento.
La aportaciones de los historiadores y de los críticos de arte en los años posteriores han
generado una amplia producción historiográfica, objeto central de nuestra atención en las
páginas de este Trabajo Fin de Máster.
Por fin, en los últimos decenios –a partir de la perestroika– surgen las investigaciones más
objetivas, apareciendo una nutrida cantidad de publicaciones en las que se estructura el
abundante material ya obtenido y se indaga de forma más exhaustiva en los puntos más
74
controvertidos o contradictorios del movimiento.
Para finalizar el trabajo, nos gustaría esbozar de forma muy breve el estado de la cuestión
con respecto a las fuentes historiográficas accesibles en España. Las fuentes en castellano son
muy escasas y han sido editadas hace muchas décadas. Las referencias bibliográficas
españolas se dividen en tres tipologías, principalmente: antologías recogidas en un libro o en
forma de ediciones de autores rusos contemporáneos al constructivismo traducidas al
español272, siendo poco numerosas. Publicaciones –en su gran mayoría capítulos de libros– de
autores tanto españoles como extranjeros (traducidos al castellano)273 que reúnen estudios
acerca de nuestro movimiento; y ediciones con motivo de alguna exposición relacionada con
la vanguardia rusa.
La gran mayoría de estos textos se han editado entre los años setenta y ochenta, y
contienen, salvo excepciones274, información fragmentaria sobre el asunto, basándose sus
271
Curiosamente los primeros estudios amplios y consistentes acerca del constructivismo ruso aparecen, a partir
de los años sesenta y setenta, fuera de su país de origen. Entre estas publicaciones cabe destacar: Camilla,
GRAY, The great experiment: Russian art. London, Thames and Hudson, New York, Abrams, 1962; Vittorio de,
FEO, URSS: architettura 1917-1936, Roma, Editori Riuniti, 1963; George, RICKEY, Constructivism: Origins
and evolution. Nueva York, 1967; Stephen, BANN, The tradition of constructivism. Nueva York, 1974;
Christina, LODDER, Russian Constructivism. Yale University Press, 1983.
272
Una de las más recientes fuentes de este tipo es Aleksei, GAN, El constructivismo. Barcelona, Editorial
Tenov, 2014. (Antes se disponía sólo de una traducción parcial de este texto).
273
Un libro de referencia lo constituye: Christina, LODDER, El constructivismo ruso. Madrid, Alianza Editorial,
1988. El libro está disponible en las bibliotecas rusas, si bien, curiosamente, no está traducido al ruso.
274
Podemos destacar estudios bastante detallados sobre el constructivismo en: “La confrontación entre el
constructivismo productivista y los realismos en la Unión Soviética (1922-1928)” en Simón MARCHÁN FIZ,
Summa Artis. Historia general del arte. Volumen 39: Las vanguardias históricas y sus sombras (1917-1930).
Madrid, Espasa Calpe, 1999, pp. 485-535; y de “El constructivismo” en Valeriano, BOZAL, El arte del siglo XX.
Volumen 1: La construcción de la vanguardia (1850-1939). Madrid, Cuadernos para el diálogo, S.A., 1978, pp.
75
indagaciones en la literatura extranjera y contando con muy pocas referencias a las obras de
los especialistas rusos. Las recientes aportaciones de estos últimos, sobre todo los
especialistas actuales, no se contemplan en la bibliografía española 275. Así, puede decirse que
en España la información disponible sobre el constructivismo ruso no es, en general, lo
suficientemente amplia, como para mostrar la heterogeneidad del fenómeno, dado que los
estudios se hallan estancados276 y manifiestan la necesidad de una revisión.
A modo de epílogo, nos gustaría señalar que, siendo la recopilación y el análisis de fuentes
bibliográficas un paso inicial decisivo para cualquier tipo de trabajo académico serio, la
presente labor constituye una base fundamental para el estudio de los temas vinculados al
constructivismo ruso, dentro de un programa de doctorado universitario ambicioso.
111-187.
275
El único libro que contiene los textos en castellano de los estudiosos rusos contemporáneos que hemos podido
encontrar es Tomas, LLORENS (comisario), Vanguardias rusas. Exposición febrero-mayo 2006. Madrid,
Fundación Caja de Madrid, Fundación Colección Thyssen-Bornemisza, 2006.
276
No obstante, lo dicho, a veces surgen obras interesantes como ya citada de Luis Carlos, COLÓN LLAMAS,
Las vanguardias artísticas..., 2002.
76
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Recursos en Red:
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Anexo 1
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11. N., SMIRNOV, “El constructivismo Смирнов, Н.Г. Конструктивизм как
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13. Nikolai, CHUZHAK, “Bajo el signo de Чужак, Н.Ф. Под знаком
la construcción de la vida (experimento жизнестроения (опыт осознания
de la comprensión del arte de hoy día)”. искусства дня) / Н.Ф. Чужак // ЛЕФ. –
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14. Moisei, GINZGURG, El estilo y la Гинзбург, М.Я. Стиль и эпоха.
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Gosudarstvennoe Izdatelstvo, 1924. издательство, 1924. – 154 с.
15. Osip, BRIK, “Del cuadro al calicó”. Брик, О.М. От картины к ситцу / О.М.
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С. 20-31.
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Anexo 2
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Anexo 3
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1984. – № 3. – С. 23-26.
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Anexo 4
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lib.ru/Library/Vzaimosvyazi/Vzaimosv /#_Toc214164138 (дата обращения:
yazi/#_Toc214164138> [con acceso el 07.05.2016)
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3. Elena, SIDORINA, “Las paradojas del Сидорина, Е. В. Парадоксы
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4. Elena, SIDORINA, A través de todo el Сидорина, Е. В. Сквозь весь двадцатый
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proyectivas de la vanguardia rusa. концепции русского авангарда / Е. В.
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373 с.
5. Elena, SIDORINA, El constructivismo Сидорина, Е. В. Русский
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6. Selim, KHAN-MAGOMEDOV, Los Хан-Магомедов, С. О. Пионеры
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<http://teatr- lib.ru/Library/Titova/konstr/ (дата
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MONAKHOVA (y otros), El taller del конструктивизма - геометрия, структура,
constructivismo – geometría, орнамент, цвет. Выставка:
estructura, ornamento, color. (Conjunto Государственная Третьяковская галерея,
de escritos publicados con motivo de la Москва, май - июнь 1998 / Л.П.
exposición del mismo nombre en mayo Монахова и др. – М.: Государственная
y junio del 1998). Moscú, La Galería Третьяковская галерея; Государственный
Estatal Tretiakov y El Museo Estatal y музей-заповедник "Царицыно", 1998. –
Parque Natural “Tsaritsyno”, 1998, pp. С. 28-45.
28-45.
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13. Selim, KHAN-MAGOMEDOV, Iugo- Хан-Магомедов, С.О. Юго-Леф и
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21. A. INSHAKOV, “El problema de lo Иньшаков, А. Н. Проблема нового в
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dadaísmo y el constructivismo”, en конструктивизма / А. Н. Иньшаков //
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Los maestros del siglo XX (Álbum). ХХ века: [альбом]. – М.:
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Aleksandr Vesnin y el constructivismo. Веснин и конструктивизм / С. О. Хан-
Moscú, Arkhitectura-S, 2007. Магомедов. – М.: Архитектура-С, 2007.
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25. Elena, SIDORINA, “Caras del Сидорина, Е.В. Лики конструктивизма /
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Gan. Moscú, Editorial de S.E. Gordeev, Лаврентьев. – М.: С.Э. Гордеев, 2010. –
2010. 192 с.
94
Apéndice 1
Especificaciones fonéticas277
Todas las traducciones del ruso al español de los títulos de libros, capítulos, artículos,
revistas, así como denominaciones de grupos e instituciones, están realizadas por la autora del
trabajo. Esperamos haber sido capaces de llevar esta labor a buen término, ya que algunos
vocablos –sobre todo sus matices– han supuesto una dificultad de traducción.
277
Nos parece apropiado incluir estas observaciones fonéticas, puesto que, tras consultar la bibliografía española
sobre el constructivismo, nos hemos dado cuenta de la libertad en la transcripción de vocablos y nombres
propios rusos con letras latinas, dando así lugar a una lectura errónea de algunos de ellos.
278
El texto completo de este documento se puede encontrar en el siguiente enlace:
http://www.icao.int/publications/Documents/9303_p3_cons_en.pdf
95
Tabla de transliteración de caracteres cirílicos a latinos recomendada por la OACI
No obstante, la transcripción de palabras rusas según esta norma puede dar lugar a
malinterpretaciones en los lectores hispanohablantes, producidas por las reglas de lectura del
idioma castellano. Los principales errores fonéticos ocurren en los siguientes casos:
96
- Las letras “kh” corresponden al sonido [j]. Los vocablos tales como, por ejemplo,
INKhUK o Khan-Magomedov deben leerse en castellano: INJUK, Jan-Magomedov.
- Las sílabas “gi” y “ge” deben leerse como “gui” y “gue” en español. Así, en vez de
Ginzburg, Girin, Khiger debe pronunciarse Guinzburg, Guirin, Jiguer.
97