E-Derma Gazette N 6 Pododermatitis
E-Derma Gazette N 6 Pododermatitis
E-Derma Gazette N 6 Pododermatitis
PODODERMATITIS
La pododermatitis es una afección inflamatoria multifactorial que afecta a los pies que con frecuencia
resulta difícil de diagnosticar correctamente y tratar. Es una patología muy frecuente en el perro y
mucho menos frecuente en el gato, que puede afectar a la piel de los espacios interdigitales, superficies
palmar y plantar, almohadillas y/o pliegues ungulares. En algunos casos existe una causa primaria de
origen infeccioso, pero en otros muchos casos la infección sobreviene como complicación secundaria.
Presentaciones clínicas
Las pododermatitis pueden afectar a una o más extremidades y aparecer como síntomas únicos o
acompañadas de otras lesiones dermatológicas o síntomas sistémicos.
Las lesiones que podemos observar pueden ser muy variadas (Tabla 1) y pueden causar desde exceso
de lamido a prurito intenso o dolor, pudiendo llegar a ocasionar cojera.
• Eritema • Inflamación
• Edema • Alopecia
• Descamación • Forúnculos
• Fisuras • Hiperqueratosis
• Úlceras • Paroniquia
2. Origen infeccioso:
3. Parásitos: Sarna demodécica (Figura 1), trombícula, nematodos, garrapatas, leishmaniosis (Figura 2).
4. Virus: moquillo.
5. Hipersensibilidad: dermatitis atópica (Figura 3), reacción adversa al alimento (Figura 4), dermatitis
de contacto, complejo eosinofílico felino (Figura 5).
6. Enfermedades inmunomediadas: pénfigo foliáceo (Figura 6), lupus eritematoso, vasculitis, reacciones
medicamentosas, pododermatitis linfocítica-plasmacítica felina (Figura 7).
9. Genética o hereditaria: hiperqueratosis de las almohadillas (Figura 9), acrodermatitis letal del Bull
Terrier.
10. Enfermedades metabólicas: dermatitis necrolítica superficial (Figura 10), dermatosis con respuesta
al zinc.
11. Neoplasia: carcinoma de células escamosas, linfoma epiteliotropo, fibrosarcoma (Figura 11),
metástasis digitales de carcinoma broncopulmonar en gatos.
Pruebas diagnósticas:
• Citología: nos puede permitir identificar la presencia de neutrófilos, macrófagos (Figura 13),
eosinófilos, células plasmáticas, bacterias fagocitadas o sobrecrecimiento bacteriano (Figura 14),
sobrecrecimiento de levaduras, amastigotes de Leishmania spp (Figura 15) o células tumorales.
• Raspados y tricogramas para detectar la presencia de sarna demodécica (Figura 16). En algunos casos
puede ser necesaria incluso la realización de biopsias para detectarla.
• Cultivo y antibiograma de fistulas o del tejido afectado, si sospechamos que vamos a necesitar un
tratamiento antibiótico prolongado o la infección es profunda.
• Cultivo de dermatofitos.
• Otras analíticas como pruebas de alergia, endocrinas o serología de Leishmania spp en función de la
causa primaria que sospechemos.
Aspectos fundamentales del tratamiento
La pododermatitis es una enfermedad, cuyo tratamiento puede resultar frustrante y que fácilmente
puede convertirse en recurrente.
• Debemos hacer todo lo posible para identificar y tratar adecuadamente la causa primaria cuanto
antes, ya que las lesiones pueden ocasionar cicatrices que predisponen de nuevo a desarrollar
inflamación e infección. Un ejemplo de ello puede ser la dermatitis atópica y/o alergia alimentaria. Es
una de las causas más frecuentes de pododermatitis recurrentes con infección bacteriana secundaria,
acompañada o no de Malassezia spp. Si no identificamos y controlamos la causa primaria del prurito
podal a largo plazo, difícilmente controlaremos las infecciones secundarias. Además, el lamido
constante puede convertirse con el tiempo en un trastorno obsesivo-compulsivo, lo cual dificulta
todavía más su resolución.
• En casos de infección bacteriana profunda, debe utilizarse terapia antibiótica prolongada durante
8-12 semanas (preferiblemente previo cultivo y antibiograma para elegir el antibiótico más adecuado
y no favorecer la aparición de resistencias). Los tratamientos tópicos ayudan a la resolución de estos
procesos y además resultan de gran utilidad para mantener una higiene adecuada a largo plazo, una
vez controlada la infección (Tabla 2).
Champús / Lociones:
• Peróxido de benzoilo
• Ácido bórico
• Ácido glicólico
• Ácido acético
• Clorhexidina
• Cloroxilenol
• Gluconato de zinc
Toallitas antisépticas
• La pododermatitis estéril piogranulomatosa (Figura 12), muy frecuente en razas de pelo corto, merece
una mención aparte: produce nódulos interdigitales, con o sin fístulas recurrentes que responden
muy mal al tratamiento. Se produce un exceso de fricción en estas zonas debido a la conformación
anatómica o defectos de apoyo. Este rozamiento provoca que el pelo se rompa dentro del folículo
piloso, liberando restos de queratina que desencadenan una falsa reacción de cuerpo extraño
(reacción de cuerpo extraño endógeno). Se genera entonces una reacción inflamatoria que, con
frecuencia, deja cicatrices y alteraciones permanentes de la estructura del folículo y predispone a
la recurrencia. Desafortunadamente en algunos casos no hay más remedio que recurrir al uso de
corticoides sistémicos o cirugía.
Resumen:
1. La pododermatitis es una patología compleja, multifactorial, con frecuencia difícil
de diagnosticar y tratar.
2. Es muy importante identificar y tratar la causa primaria para evitar que las lesiones
se autoperpetúen y cronifiquen. Para ello es esencial:
• Historial detallado.
• Examen físico completo, no sólo de las extremidades, sino del resto del cuerpo,
para identificar posibles síntomas sistémicos.
• Pruebas diagnósticas complementarias, basadas en los diagnósticos diferenciales
más probables en cada caso.
• Tratamiento tópico y sistémico prolongado de las infecciones secundarias. En
algunos casos puede ser necesario un tratamiento tópico a largo plazo para
reducir la frecuencia de las recurrencias.
3. El pronóstico puede variar de bueno a reservado, en función de si la resolución de la
causa primaria es posible o si, por el contrario, se trata de una enfermedad crónica
o se han producido secuelas permanentes que predispongan a la recurrencia.