Deontología
Deontología
Deontología
Introducción
A lo largo de la historia ha habido diversas maneras de entender la ética y distintas
propuestas morales orientadoras de la vida humana. Es posible decir que la Ética es una
parte de la Filosofía Práctica que se ocupa del hecho moral y de los problemas filosóficos
que nacen de la conducta humana. La ética se dedica al estudio de los actos humanos, pero
aquellos que se realizan por la voluntad y libertad absoluta, de la persona. Todo acto humano
que no se realice por medio de la voluntad de la persona y que esté ausente de libertad, no
forma parte del campo de estudio de la ética. La ética, por tanto, no inventa la vida moral,
sino que reflexiona sobre ella. Desde la perspectiva del discurso moral existe la presunción,
además, de que el ser humano es en cierto modo libre. Esta consideración deja abierto el
campo de posibilidades de actuación de los seres humanos. En el ejercicio de esa libertad
se producen conflictos que constituyen la clave de la vida moral y sobre los que la ética,
como reflexión teórica, trata de dar luz, para encauzar adecuadamente la praxis, la acción
humana.
La propia discusión de una ética profesional ya implica la idea de la existencia de un código
moral colectivo con un cierto grado de intersubjetividad y con un carácter vinculante entre
sus miembros, y no sólo un mero conjunto de normas apelativas a la intuición, a la emoción
o al extremo del relativismo de la moral individual.
Las normas deontológicas son incomprensibles sin la referencia al contexto o grupo social
en el que son obligatorias. La obligación se circunscribe a ese grupo, fuera del cual pierden
la obligatoriedad.
Objetivos
Todo profesional está y debe estar sometido a controles sociales más o menos rigurosos
que permitan exigirle responsabilidades de muy diversa índole en relación con sus actos, de
ahí la necesidad de establecer unos principios éticos. Independientemente de la propia
conciencia, que debiera ser quién más rigiera el cumplimiento de los códigos morales, existe
la figura de loscolegios profesionales para mantener, promover y defender la deontología.
Éstos vigilan el cumplimiento de determinados niveles de exigencia, de competencia y de
calidad en el desempeño del trabajo de sus colegiados.
El Estado, al convertir a los colegios profesionales en corporaciones a través de mecanismos
legales, propicia el modo de mantener la deontología profesional. Les encarga funciones
públicas y les dota de la potestad de imponer una determinada disciplina a todos los
profesionales pertenecientes a este colectivo.
Para que se pueda pedir responsabilidad por actuaciones profesionales se precisan dos
requisitos: la independencia y la libertad. El profesional debe ser independiente en el
momento de tomar decisiones y debe ser enteramente libre de ejecutarlas.
La deontología es de sumo interés para el mundo profesional, y en concreto, para
profesiones que comportan una elevada responsabilidad social (médicos, abogados,
docentes, psicólogos, periodistas…). Esa deontología busca un equilibrio entre un
determinado estilo de vida moral (lo que antes denominábamos êthos o carácter moral) y un
alto nivel de profesionalidad técnico-científica. Esta doble dimensión ha de tratarse con
armonía y equilibrio para una mayor dignificación de cualquier actividad laboral.
Ética y moral
Estos dos términos proceden uno del griego,<êthos> (=carácter), y otro del latín,
<mos−moris> (=costumbre). Ambos tienen la misma raíz semántica y por tanto la misma
significación original. Por ello Ética y Moral, etimológicamente, se identifican y se definen
como la "ciencia de las costumbres". Sin embargo, con el tiempo ambos vocablos han
evolucionado hacia significaciones distintas.
El concepto de ética y el de moral están sujetos a diferentes usos dependiendo de cada
autor, época o corriente filosófica. Por este motivo es necesario identificar las características
de ambos términos para poder establecer las distinciones y semejanzas pertinentes.
La moral hace referencia a todas aquellas normas de conducta que son impuestas por la
sociedad, se transmiten de generación en generación, evolucionan a lo largo del tiempo y
poseen fuertes diferencias con respecto a las normas de otra sociedad y de otra época
histórica. El fin último que persiguen estas reglas morales es orientar la conducta de los
integrantes de esa sociedad.
Por su parte, la ética es el hecho real que se da en la mentalidad de algunas personas, es
un conjunto de normas, principio y razones que un sujeto ha realizado y establecido como
una línea directriz de su propia conducta.
En ambos casos se tratan de normas, de percepciones, y de "deber ser". Sin embargo, moral
y ética presentan ciertas diferencias:
Moral Ética
Nace en el seno de una sociedad y por
Surge en la interioridad de una persona, como resultado de
tanto, ejerce una influencia muy
su propia reflexión y su propia elección. Pueden coincidir
poderosa en la conducta de cada uno
o no con la moral recibida.
de sus integrantes
Actúa en la conducta desde el exterior Influye en la conducta de una persona de forma consciente
o desde el inconsciente y voluntaria.
Una de las diferencias cuando hablamos de "ética" y "deontología" es que la primera hace
directamente referencia a la conciencia personal, mientras que la segunda adopta una
función de modelo de actuación en el área de una colectividad. Por ello, con la concreción y
diseño de códigos deontológicos, además de autorregular esta profesión, se invita al
seguimiento de un camino muy concreto y a la formación ética de los comunicadores.
De forma teórica, podríamos diferenciar dos grandes grupos: la ética social y la ética
individual. Dentro de la ética individual se diferencia, también, una ética interpersonal que
es la que rige el comportamiento que tenemos en relación a otros individuos. Aquí se puede
situar la ética profesional ya que rige el comportamiento del profesional en su actividad
laboral. Los principios que rigen la profesión se obtienen a través de métodos similares a los
de la ética general: dialógico, inductivo y deductivo. Para conocer el fundamento ético y
moral de un código ético, se requiere el estudio de la actividad profesional en sí misma y no
es suficiente la labor de un filósofo que desconozca la profesión.
La ética de las profesiones se mueve en el nivel intermedio de las éticas específicas o
“aplicadas”. El profesional se juega en el ejercicio de su profesión no sólo ser un buen o mal
profesional sino también su ser ético. No acaba de ser considerada una persona éticamente
aceptable quien en todos los ámbitos actuase bien y cumpliese con sus deberes menos en
el ejercicio de sus responsabilidades profesionales. La ética general de las profesiones se
plantea en términos de principios: el principio de beneficencia, el principio de autonomía, el
principio de justicia y el principio de no maleficencia El deontologismo plantea los temas
éticos en términos de normas y deberes.
La conciencia profesional
La conciencia humana es individual, pero tiene varias dimensiones: la conciencia reflexiva
(porque es consciente de sí misma) y la conciencia ética, que añade a la conciencia
individual la condición de ser, además, una conciencia responsable. Es decir, que con la
primera cada persona se relaciona con las demás, pero la conciencia ética nos
responsabiliza en la forma de trato hacia esas otras personas. Además de estas dos hay
una clase de conciencia más, constituida como un concepto muy importante relacionado con
la deontología profesional: la conciencia profesional.
La conciencia profesional (Véase Teoría de Parsons) es una dimensión esencial de la
conciencia ética, a la que añade la responsabilidad que cada persona tiene. Se manifiesta
en un comportamiento socialmente responsable acerca de los deberes específicos de una
profesión después de haber interiorizado, asumido y personalizado un código de valores
referentes a dicha profesión, para después analizar, aplicar y resolver problemas específicos
de la profesión con la mejor competencia y rectitud posibles y socialmente exigibles.
Se puede hablar de cuatro niveles de la conciencia profesional:
1) La conciencia profesional es intransferible e individual, nadie es responsable por ninguna
otra persona.
2) Nivel de los deberes específicos, aprendidos, asumidos y personalizados por
socialización ética. Cada persona tiene que haberse socializado en el código
deontológico de su profesión.
3) Nivel de madurez y equilibrio psíquico. Para que la conciencia profesional pueda funcionar
hay que gozar de un grado de madurez mínimo.
4) Aptitud profesional para el ejercicio digno de una profesión.
Colegios profesionales
Los Colegios Profesionales, tal como los define la ley, “son corporaciones de derecho
público, amparadas por la ley y reconocidas por el Estado, con personalidad jurídica propia
y plena capacidad para el cumplimiento de sus fines, entre los que se encuentra la
ordenación del ejercicio de las profesiones”. Además, son las corporaciones que elaboran
los códigos deontológicos.
Los códigos deontológicos cumplen una triple función:
a) Fijar una serie de criterios de carácter científico-funcional para el ejercicio de la profesión,
con el objetivo de dar operatividad y eficacia a las actividades ejercidas en el ámbito cubierto
por las normas establecidas.
b) Refundir orientaciones éticas para el ejercicio de la profesión y plasmarlas en códigos de
deontología profesional.
c) La posibilidad de imponer sanciones disciplinarias a los colegiados que incumplan los
dictados de los códigos deontológicos. Esta función tiene la singularidad de conferir a éstos
relevancia jurídica estatal, lo que otorga a la deontología ciertas coincidencias con el
Derecho en lo que se refiere a la utilización de un procedimiento judicial.
Una diferencia importante entre la deontología profesional y el derecho reside en el origen
de estos dos órdenes normativos reguladores del ejercicio de una profesión.
Deontologia profesional
Hace referencia al conjunto de principios y reglas éticas que regulan y guían una actividad
profesional. Estas normas determinan los deberes mínimamente exigibles a los profesionales en el
desempeño de su actividad. Por este motivo, suele ser el propio colectivo profesional quién
determina dichas normas y, a su vez, se encarga de recogerlas por escrito en los códigos
deontológicos. A día de hoy, prácticamente todas las profesiones han desarrollado sus propios
códigos y, en este sentido, puede hablarse de una deontología profesional periodística, de
una deontología profesional médica, deontología profesional de los abogados, etc.
Es importante no confundir deontología profesional con ética profesional. Cabe distinguir que la
ética profesional es la disciplina que estudia los contenidos normativos de un colectivo profesional,
es decir, su objeto de estudio es la deontología profesional, mientras que, tal como se apuntaba al
comienzo del artículo, la deontología profesional es el conjunto de normas vinculantes
para un colectivo profesional.
Introducción
A lo largo de la historia ha habido diversas maneras de entender la ética y distintas propuestas
morales orientadoras de la vida humana. Es posible decir que la Ética es una parte de la Filosofia
Práctica que se ocupa del hecho moral y de los problemas filosóficos que nacen de la conducta
humana. La ética se dedica al estudio de los actos humanos, pero aquellos que se realizan por la
voluntad y libertad absoluta, de la persona. Todo acto humano que no se realice por medio de la
voluntad de la persona y que esté ausente de libertad, no forma parte del campo de estudio de la
ética. La ética, por tanto, no inventa la vida moral sino que reflexiona sobre ella. Desde la
perspectiva del discurso moral existe la presunción, además, de que el ser humano es en cierto
modo libre. Esta consideración deja abierto el campo de posibilidades de actuación de los seres
humanos. En el ejercicio de esa libertad se producen conflictos que constituyen la clave de la vida
moral y sobre los que la ética, como reflexión teórica, trata de dar luz, para encauzar
adecuadamente la praxis, la acción humana.
La propia discusión de una ética profesional ya implica la idea de la existencia de un código moral
colectivo con un cierto grado de intersubjetividad y con un carácter vinculante entre sus
miembros, y no sólo un mero conjunto de normas apelativas a la intuición, a la emoción o al
extremo del relativismo de la moral individual.
Las normas deontológicas son incomprensibles sin la referencia al contexto o grupo social en el
que son obligatorias. La obligación se circunscribe a ese grupo, fuera del cual pierden la
obligatoriedad.
La primera alusión al término deontologia la hizo Bentham en su obra Science de la Morale (Paris,
1832). Con ella queria dotar de un enfoque algo más liberal al concepto ética y convertir en un
concepto laico el término, hasta entonces religioso, moral. En otras palabras, pretendia lograr la
fórmula kantiana, esquivando la carga de subjetividad de la moral y la ética. En "Deontologia o
ciencia de la moral" busca el racionalismo, con un mecanicismo casi matemático con el que
valorar los comportamientos por su utilidad. Sin embargo, el intento de Bentham por cambiar el
contenido de la moralidad por un concepto más “aséptico” y menos valorativo, no logró esa
transformación por el mero hecho de acuñar un nuevo término. Es decir, aun hoy, cuando nos
referimos al término deontologia, seguimos relacionando está con la ética y/o la moral.
Bentham considera que la base de la deontologia es el utilitarismo, lo que significa que los actos
de las personas se consideran buenos o malos en función de la felicidad global que puedan
generar. Según este marco teórico, el fin de una acción debe ser conseguir la máxima felicidad
para el mayor número de personas. De este modo, toda acción que conduzca a ese fin, será
aceptada como moralmente correcta.
¿Qué es aquello a lo que podemos denominar bien en si o bien incondicional? En nuestro contexto
sociocultural actual, es la dignidad de cada persona, que debe ser admitida y garantizada
juridicamente y defendida politicamente. La dignidad es aquello que debe constituir el núcleo
principal de toda ética filosófica y de toda deontologia profesional que se precie.
Objeto material: realidad que constituye el objeto de estudio. En ética es la persona, el ser y la
configutración virtuosa o viciosa que se dé a si o cada uno a través de las acciones. Son
susceptibles de calificarse como éticas pues, las acciones humanas que son libres (dependen de la
voluntad de la persona). Formal. Punto de vista según el cual las acciones son calificadas como
buenas o malas. Se denomina moralidad y se basa en valores y normas.
Conocimiento (Ciencia): Aquello que se sabe de manera cierta y sus causas. Doctrina ordenada
que constituye una rama particular del saber humano. Disciplina filosófica. La ética como disciplina
filosófica intenta a través de métodos de análisis y experiencia propios de la filosofia, elaborar los
conceptos y argumentos para comprender la dimensión moral de la persona.
La moral se puede justificar desde tres perspectivas: la Metaética (viendo qué son los juicios
morales como juicios de valor), la Ética normativa y mediante la propuesta de unas reglas práctias
para la discusión, escapando del "todo vale".
Metaética: Con este término se designa al estudio sobre la significación, el sentido y la evolución
histórica de los conceptos éticos. En un principio se distinguen dos grandes grupos de teorias: Las
Cognoscitivistas o Descriptivistas (dicen que podemos conocer la ética o moral en términos de
conocimiento verdadero) y las No cognoscitivistas o no descriptivas (en las que no cabe
conocimiento propiamente dicho). Dentro de las Descriptivistas, distinguimos las naturalistas
(sostienen que los términos éticos describen propiedades observables de las cosas); con el
utilitarismo como ejemplo. Y, por otro lado, las teorias no naturalistas (creen que los juicios de
valor son verdaderos o falsos, pero las caracteristicas de las cosas no son observables por la
experiencia); con el intuicionismo como ejemplo. Dentro de las teorias No Descriptivistas,
podemos encontrar el Emotivismo (que sostiene que con afirmaciones morales no expresamos
conocimiento, sino emociones con las que intentamos influir o incidir en las emociones y
comportamientos de los demás); y el Prescriptivismo (que enuncia que al hacer juicios morales no
describimos las cosas "que son", sino "las que deberian ser"; es decir, expresamos imperativos,
enunciamos normas).
Podemos señalar una serie de caracteristicas que conforman la Ética de la Virtud según
Aristóteles.
Para Aristóteles, el orden social en los modos de vida está directamente ligado con el orden
natural de los mismos. Aristóteles considera que, lo bueno es hacia lo que tienden las cosas de
forma natural. Dicho de otra forma, todo aquello que es natural es, según este autor, bueno.
Sin embargo, esta teoria no está libre de critica. Es, precisamente, la absolutización de su postura
la que genera más desacuerdo, ya que no podemos probar, a ciencia cierta, que lo natural puro
exista. Por otra parte, muchas cosas de las que consideramos "naturales", nos vienen dadas por la
cultura. Además, no podemos olvidar el hecho de que la naturaleza evoluciona, no es estática, por
lo que si ésta es susceptible de cambio, lo bueno también se veria afectado.
Propuesta intermedia: La via intermedia se basaria en una idea prescriptivista y también en una
perspectiva deontologista. Pero esto no significa que sea incompatible con otros puntos de vista.
Es una propuesta teórica, a la par que práctica. Sus principales caracteristicas serian: un punto de
vista moral, el diálogo, la racionalidad práctica y la coherencia y universalidad (relacionadas con la
idea de imparcialidad).
Kant, al definir la deontologia, hace referencia al deber y a las obligaciones, no nos habla de una
ética relacionada con el porvenir del hombre, de sus objetivos o de sus aspiraciones en la vida,
más bien, enfoca la ética a una ética del deber, la cual establece pautas de comportamiento que
se deben seguir o leyes que regulan a los ciudadanos.
Se podria considerar como una ética independiente y formal si tenemos en cuenta que no ofrece
contenidos, no establece pautas para llevar una vida que se pueda considerar “buena" o “mala”.
Mencionar por último, su implicación con el criterio de capacidad de universalización, que posibilita
diferenciar entre máximas de tipo moral y las que no lo son.
Al igual que sucede con la teoria de Aristóteles, la teoria de Kant también es objeto de critica:
En primer lugar, a Kant se le puede criticar que, al relacionar la ética con cómo deben hacerse las
cosas, está universalizando el concepto, porque presupone que todos debemos entenderla del
mismo modo. No obstante, la ética está ligada a la moral, y ésta también es particular a cada
persona. Por lo tanto, probablemente el deber, no es visto igual por todos.
En segundo lugar, Kant establece cómo hay que actuar, pero no nos dice si eso es bueno o no. La
ética no se refiere sólo a la forma, sino también al fondo de las cosas.
Por último, Kant olvida por completo el sentimiento humano: según él tenemos que actuar en
base al deber y no en base a lo que de verdad queremos hacer. En este sentido, actuar conforme
al deber nos aleja de la felicidad.
Objetivos
Todo profesional está y debe estar sometido a controles sociales más o menos rigurosos que
permitan exigirle responsabilidades de muy diversa indole en relación con sus actos, de ahi la
necesidad de establecer unos principios éticos. Independientemente de la propia conciencia, que
debiera ser quién más rigiera el cumplimiento de los códigos morales, existe la figura de
los colegios profesionales para mantener, promover y defender la deontologia. Éstos vigilan el
cumplimiento de determinados niveles de exigencia, de competencia y de calidad en el desempeño
del trabajo de sus colegiados.
Para que se pueda pedir responsabilidad por actuaciones profesionales se precisan dos requisitos:
la independencia y la libertad. El profesional debe ser independiente en el momento de tomar
decisiones y debe ser enteramente libre de ejecutarlas.
La deontologia es de sumo interés para el mundo profesional, y en concreto, para profesiones que
comportan una elevada responsabilidad social (médicos, abogados, docentes, psicólogos,
periodistas…). Esa deontologia busca un equilibrio entre un determinado estilo de vida moral (lo
que antes denominábamos êthos o carácter moral) y un alto nivel de profesionalidad técnico-
cientifica. Esta doble dimensión ha de tratarse con armonia y equilibrio para una mayor
dignificación de cualquier actividad laboral.
Ética y moral
Estos dos términos proceden uno del griego,<êthos> (=carácter), y otro del latin, <mos−moris>
(=costumbre). Ambos tienen la misma raiz semántica y por tanto la misma significación original.
Por ello Ética y Moral, etimológicamente, se identifican y se definen como la "ciencia de las
costumbres". Sin embargo, con el tiempo ambos vocablos han evolucionado hacia significaciones
distintas.
El concepto de ética y el de moral están sujetos a diferentes usos dependiendo de cada autor,
época o corriente filosófica. Por este motivo es necesario identificar las caracteristicas de ambos
términos para poder establecer las distinciones y semejanzas pertinentes.
La moral hace referencia a todas aquellas normas de conducta que son impuestas por la sociedad,
se transmiten de generación en generación, evolucionan a lo largo del tiempo y poseen fuertes
diferencias con respecto a las normas de otra sociedad y de otra época histórica. El fin último que
persiguen estas reglas morales es orientar la conducta de los integrantes de esa sociedad.
Por su parte, la ética es el hecho real que se da en la mentalidad de algunas personas, es un
conjunto de normas, principio y razones que un sujeto ha realizado y establecido como una linea
directriz de su propia conducta.
En ambos casos se tratan de normas, de percepciones, y de "deber ser". Sin embargo, moral y
ética presentan ciertas diferencias:
Moral Ética
Nace en el seno de una sociedad Surge en la interioridad de una persona, como
y por tanto, ejerce una influencia resultado de su propia reflexión y su propia
muy poderosa en la conducta de elección. Pueden coincidir o no con la moral
cada uno de sus integrantes recibida.
Actúa en la conducta desde el Influye en la conducta de una persona de forma
exterior o desde el inconsciente consciente y voluntaria.
Destaca la presión del valor captado y apreciado
Ejerce presión externa y destaca internamente como tal. El fundamento de la norma
su aspecto coercitivo, impositivo ética es el valor, no el valor impuesto desde el
y punitivo exterior, sino el descubierto internamente en la
reflexión de un sujeto
1. El primer nivel reside en la Moral, es decir, en las normas de origen externo que condicionan la
mentalidad del individuo.
3. El tercer nivel es la Ética axiológica como conjunto de normas originadas en una persona dada
una reflexión previa sobre ciertos valores.
Mientras que la Ética se apoya en la razón y depende de la filosofia; la Moral se apoya en las
costumbres y la conforman un conjunto de elementos normativos, que la sociedad acepta como
válidos.
Una de las diferencias cuando hablamos de "ética" y "deontologia" es que la primera hace
directamente referencia a la conciencia personal, mientras que la segunda adopta una función de
modelo de actuación en el área de una colectividad. Por ello, con la concreción y diseño de códigos
deontológicos, además de autorregular esta profesión, se invita al seguimiento de un camino muy
concreto y a la formación ética de los comunicadores.
De forma teórica, podriamos diferenciar dos grandes grupos: la ética social y la ética individual.
Dentro de la ética individual se diferencia, también, una ética interpersonal que es la que rige el
comportamiento que tenemos en relación a otros individuos. Aqui se puede situar la ética
profesional ya que rige el comportamiento del profesional en su actividad laboral. Los principios
que rigen la profesión se obtienen a través de métodos similares a los de la ética general:
dialógico, inductivo y deductivo. Para conocer el fundamento ético y moral de un código ético, se
requiere el estudio de la actividad profesional en si misma y no es suficiente la labor de un filósofo
que desconozca la profesión.
La ética de las profesiones se mueve en el nivel intermedio de las éticas especificas o “aplicadas”.
El profesional se juega en el ejercicio de su profesión no sólo ser un buen o mal profesional sino
también su ser ético. No acaba de ser considerada una persona éticamente aceptable quien en
todos los ámbitos actuase bien y cumpliese con sus deberes menos en el ejercicio de sus
responsabilidades profesionales. La ética general de las profesiones se plantea en términos de
principios: el principio de beneficencia, el principio de autonomia, el principio de justicia y el
principio de no maleficencia El deontologismo plantea los temas éticos en términos de normas y
deberes.
Los principios se distinguen de las normas por ser más genéricos que éstas. Los principios ponen
ante los ojos los grandes temas y valores del vivir y del actuar. Las normas aplican los principios a
situaciones más o menos concretas, más o menos genéricas. Las normas suelen hacer referencia a
algún tipo de circunstancia, aunque sea en términos genéricos. Pero también los principios se
hacen inteligibles cuando adquieren concreción normativa y hacen referencia a las situaciones en
las que se invocan y se aplican. En términos generales un principio enuncia un valor o meta
valiosa. Las normas, en cambio, intentando realizar el principio bajo el que se subsumen, dicen
cómo debe aplicarse un principio en determinadas situaciones.
Tanto las normas como los principios son universales aun cuando el ámbito de aplicación de los
principios sea más amplio y general que las normas especificas que caen bajo dicho principio.
Desde la perspectiva de la ética profesional, el primer criterio para juzgar las actuaciones
profesionales será si se logra y cómo se logra realizar esos bienes y proporcionar esos servicios
(principio de beneficencia). Como toda actuación profesional tiene como destinatario a otras
personas, tratar a las personas como tales personas, respetando su dignidad, autonomia y
derechos seria el segundo criterio (principio de autonomia). Las actuaciones profesionales se
llevan a cabo en un ámbito social con demandas múltiples que hay que jerarquizar y recursos más
o menos limitados que hay que administrar con criterios de justicia (principio de justicia). Y, en
todo caso, habrá que evitar causar daño, no perjudicar a nadie que pueda quedar implicado o
afectado por una actuación profesional (principio de no maleficencia).
El periodismo presenta hoy en dia una apariencia irreconocible, se ha convertido en una actividad
"ensanchada", que abarca con su nombre a varias funciones vinculadas con la información, pero
que suponen perfiles y productos periodisticos muy diferentes (entretenimiento, politica). Por este
motivo, las formas de relatar los acontecimientos y el lenguaje periodistico resultan insuficientes,
o peor aún, esconden o distorsiona la realidad. El catedrático de Periodismo de la Universidad de
Valencia Gómez Mompart asegura que “las maneras que hasta ahora habian servido a los
periodistas más competentes y a los medios de información más serios para explicar el mundo
están parcialmente oxidadas”. En este contexto Gómez Mompart asegura que "precisamos un
periodismo que se ponga al dia, un periodismo capaz de explicar un mundo más complejo, una
realidad menos aparente, unos problemas complicados pero resolubles, unas aspiraciones sociales
legitimas e inexcusables. Y todo eso no puede hacerse con una enseñanza periodistica envejecida,
con unos géneros y formatos anquilosados, con un léxico y un lenguaje tópicos, con unos
mimetismos rancios ni tampoco con un inmovilismo empresarial y profesional".
La materia prima del periodismo es, altamente sensible y frágil, y motivo de disputa de los
poderes públicos, se trata pues de una mercancia valiosa. Es, principalmente, un bien público, es
decir, aquel que corresponde a todos los ciudadanos por el solo hecho de serlo, por lo que se
encuentra al mismo nivel que la educación, la salud o la justicia. Pero esto es asi, según Bettetini
y Fumagalli, siempre y cuando la información sea "verdadera y en algún modo esencial, mientras
que toque temas relevantes, aquellos sobre los cuales es necesario decidir, tomar partido, tanto
en el ámbito público como en el privado".
La ética está de este modo vinculada a la práctica del periodismo ya que como se ha dicho antes,
si se concibe a la información como un bien público, cuya circulación libre y contenido veraz e
independiente garantizan la vida democrática de una comunidad, el manejo responsable de esta
sensible materia prima es condición de la actividad periodistica. Los ciudadanos son los
encargados de juzgar tanto a periodistas como a medios, ya que ante ellos deben dar cuenta de la
responsabilidad que contrajeron con la sociedad al hacerse cargo de la tarea de buscar y difundir
información. Se trata de un deber constitucional. Sin embargo, los principales dilemas éticos de
los periodistas no están ya en los valores que se enumeran en los códigos deontológicos. Por
ejemplo, la libertad de expresión puede considerarse un valor reconocido, al menos
legislativamente, en la mayoria de los paises democráticos del continente. Por el contrario, los
problemas éticos fundamentales son de origen interno y derivan de la inédita crisis de identidad
que atraviesa la profesión.
Tantos condicionantes, favorecen que los periodistas eviten la reflexión, y se limiten a cumplir la
tarea con el único fin de retener el puesto de trabajo; en consecuencia, renunciar a su
responsabilidad social y seguir erosionando el único capital capaz de protegernos en épocas
turbulentas: la credibilidad de los ciudadanos.
Más que un código deontológico del periodista general, más que una declaración de principios, los
periodistas necesitan en la actualidad incorporar una conciencia ética y un convencimiento sobre
las implicancias que tiene la tarea de informar, que oriente el trabajo cotidiano y hacer frente a las
presiones a las que la profesión está sometida. Este sentido ético para la práctica cotidiana solo
seria posible si se desarrolla y se comparte y discute con los colegas.
Intercambiar experiencias y debatir los dilemas éticos seria poner en marcha una práctica
saludable, que los periodistas suelen dejar de lado, como reflexionar sobre la profesión.
La ética deberia ser considerada el valor inamovible en un tiempo de inestabilidades que parecen
haberse vuelto la regla, pues no hay que olvidar, que por definición, la ética profesional está
constituida por el conjunto orgánico de derechos y obligaciones morales, deriva sus finalidades y
normas especificas, de la condición básica de persona en armonia con los anexos que implican
exigencias del bien común. El objetivo de la ética en el terreno de la práctica profesional, es
principalmente, la aplicación de las normas morales, fundadas en la honradez, la cortesia y el
honor. La Ética tiene entre otros objetos, contribuir al fortalecimiento de las estructuras de la
conducta moral del individuo. ademas de es utilizada para fines eticos.
en un sentido vulgar se habla de deontologia en referencia al buen hacer que produce resultados
deseables, sobre todo en el ámbito de las profesiones. Un buen profesional es alguien que, en
primer lugar, posee una destreza técnica que le permite, en condiciones normales, realizar su
tarea con un aceptable nivel de competencia y calidad. Las reglas del buen hacer –perfectum
officium, acción llevada a cabo conforme a los imperativos de la razón instrumental– constituyen,
sin duda, deberes profesionales. Y esto no es en modo alguno ajeno al orden general del deber
ético. Aún más: las obligaciones éticas comunes para cualquier persona son, además, obligaciones
profesionales para muchos
En definitiva, cuando nos refiramos a una profesión determinada, podemos hablar de la existencia
de una ética y de una deontologia determinada.
La conciencia profesional
La conciencia humana es individual, pero tiene varias dimensiones: la conciencia reflexiva (porque
es consciente de si misma) y la conciencia ética, que añade a la conciencia individual la condición
de ser, además, una conciencia responsable. Es decir, que con la primera cada persona se
relaciona con las demás, pero la conciencia ética nos responsabiliza en la forma de trato hacia
esas otras personas. Además de estas dos hay una clase de conciencia más, constituida como un
concepto muy importante relacionado con la deontologia profesional: la conciencia profesional.
2) Nivel de los deberes especificos, aprendidos, asumidos y personalizados por socialización ética.
Cada persona tiene que haberse socializado en el código deontológico de su profesión.
3) Nivel de madurez y equilibrio psiquico. Para que la conciencia profesional pueda funcionar hay
que gozar de un grado de madurez minimo.
La costumbre y la responsabilidad
profesional
La costumbre son normas que crean una sociedad y que le dan un hecho juridico palpable. Tienen
al igual que ocurre con las leyes, consecuencias cuando son violadas. El profesional debe regirse
por su código de ética propio, pero también tiene que tener en cuenta un marco de costumbre.
Colegios profesionales
Articulo principal: Colegio profesional
Los Colegios Profesionales, tal como los define la ley, “son corporaciones de derecho público,
amparadas por la ley y reconocidas por el Estado, con personalidad juridica propia y plena
capacidad para el cumplimiento de sus fines, entre los que se encuentra la ordenación del ejercicio
de las profesiones”. Además, son las corporaciones que elaboran los códigos deontológicos.
a) Fijar una serie de criterios de carácter cientifico-funcional para el ejercicio de la profesión, con
el objetivo de dar operatividad y eficacia a las actividades ejercidas en el ámbito cubierto por las
normas establecidas.
c) La posibilidad de imponer sanciones disciplinarias a los colegiados que incumplan los dictados
de los códigos deontológicos. Esta función tiene la singularidad de conferir a éstos relevancia
juridica estatal, lo que otorga a la deontologia ciertas coincidencias con el Derecho en lo que se
refiere a la utilización de un procedimiento judicial.
En el caso de las profesiones que requieren colegiación profesional, como la psicologia, abogacia y
la medicina, existe una institucionalización de la sanción. Sin embargo, hay profesiones como el
periodismo, que se ejercen sin colegiación obligatoria. En estos casos, el incumplimiento de las
normas deontológicas lleva aparejada una sanción similar a la que corresponde a la vulneración de
las normas morales: mala imagen pública, reproche, expulsión del grupo, etc. Esto las diferencia
de las profesiones de colegiación obligatoria, caracterizadas por la institucionalización de la
sanción. Pero no implica falta de gravedad. Un profesional puede considerar que una sanción por
infracción del código de deontologia profesional tiene más importancia que una sanción
administrativa.
Retomando la idea de que la deontologia profesional es uno de los órdenes reguladores del
ejercicio de una profesión, en una situación intermedia entre el derecho y la moral, es necesario
hacer una serie de precisiones. Las normas de la deontologia profesional, aun sentidas como
vinculantes entre los miembros del colectivo, se alejan del carácter coercitivo del derecho. El
derecho es siempre coactivo, y la deontologia profesional puede o no imponer sanciones y, en el
caso de aplicarse, son menos graves que las impuestas por el derecho. La sanción más grave que
puede imponer la deontologia profesional es la exclusión de la profesión.
Por otro lado, las sanciones de la deontologia profesional en aquellas profesiones que no exigen
para su ejercicio la colegiación obligatoria son sanciones sociales difusas; es decir, que aparte de
no llegar al grado de gravedad de la sanción juridica, no tienen por qué estar necesariamente
institucionalizadas. Un ejemplo de sanciones sociales difusas -en este sentido de informalidad,
cercanas a la moral- emitidas por la deontologia puede ser la consideración de exclusión del
colectivo profesional de un miembro, sin llegar ésta a ser una sanción no formalizada.
Autorregulación
Articulo principal: Autorregulación periodistica
La deontologia es uno de los tres órdenes normativos que regulan el ejercicio de las profesiones,
junto al Derecho y la moral. Cabe señalar que las normas deontológicas se encuentran a medio
camino entre los otros dos órdenes normativos.
Código deontológico
Un código deontológico es un documento que recoge un conjunto más o menos amplio de
criterios, apoyados en la deontología con normas y valores que formulan y asumen quienes llevan
a cabo correctamente una actividad profesional. Los códigos deontológicos se ocupan de los
aspectos éticos del ejercicio de la profesión que regulan. Estos códigos cada vez son más
frecuentes en otras actividades.
Los códigos deontológicos quizás sean los mecanismos de autorregulación más conocidos que se
pueden poner en marcha en el ámbito de la comunicación social, la psicología, la medicina, entre
otras profesiones, pero no son el único instrumento: libros de estilo, estatutos de redacción,
convenios, etc., todos contribuyen a que una comunidad profesional fije sus propios límites, en
muchos países esta regulación es a través decolegios profesionales.
Toda comunidad profesional trata de mantener determinados niveles de exigencia, de competencia
y de calidad en el trabajo. Por ello, controla y supervisa, de alguna manera, la integración de
nuevos miembros y el adecuado ejercicio de las tareas propias de su profesión. En este sentido,
algunas profesiones elaboran códigos profesionales donde se especifican consideraciones morales
acerca de aspectos complejos de la vida profesional y donde, generalmente, se contemplan
sanciones para el supuesto caso de que alguien viole abiertamente el espíritu de dicho código
deontológico. Por supuesto, los códigos deontológicos no siempre se cumplen, y aunque se
respeten, no queda muy claro quién esté encargado de velar por su cumplimiento ni cuáles son las
sanciones para quienes los vulneren, ni quién debe imponerlas. Para mantener el cumplimiento del
código deontológico de las distintas profesiones es habitual la creación de un colegio profesional.
Las normas dictadas en el código deontológico son previamente pactadas y aprobadas de manera
común y unánime por todos los miembros de la profesión para la que se elaboran. Son, por tanto,
pautas de conducta a seguir cuyo objetivo es realizar un determinado trabajo de forma correcta,
adecuada y eficiente.
Contenido
1 El código deontológico periodístico
2 Bibliografía adicional
3 Véase también
4 Enlaces externos
Esta síntesis de la ética profesional del periodista, aparentemente tan sencilla de comprender,
remite a temas epistemológicos relacionados con las nociones de «verdad» y «objetividad», así
como de «información» y de «valor periodístico», exigiendo una reflexión en torno a ellas que no
se puede eludir si se quiere precisar a qué se está refiriendo esta regla. Ningún periodista puede
adquirir un compromiso ético al respecto en forma seria, sin reflexionar sobre el preciso
significado de dichos conceptos, de hecho se trata de algo imprescindible para estos profesionales.
Hugo Aznar, profesor de Ética Pública y de Periodismo en la Universidad C. Herrera CEU, señala en
su artículo «Los códigos éticos no sirven» que pese a que lo códigos deontológicos elaborados por
distintas entidades y organizaciones son distintos en cuanto a su contenido, tipología y alcance,
todos comparten un objetivo común: sirven para mejorar el tratamiento informativo de algunas de
las cuestiones sociales de mayor actualidad. Además, Aznar en su libro La comunicación
responsable. La autorregulación de los mediosexpone que la existencia de un código deontológico
se debe al cumplimiento de dos requisitos obvios. El primero, la capacidad cultural de codificar
normas de conducta. El segundo, la existencia de una actividad profesional que se plantee las
normas morales propias de esa actividad.
El mundo de hoy somete a los profesionales a grandes retos, como la inmigración y el racismo,
catástrofes y tragedias humanitarias, conflictos armados, violencia de género, etc., y es en estos
temas donde el periodista debe estar especialmente atento a las recomendaciones vertidas en los
códigos deontológicos.
Bibliografía adicional
Kant, Immanuel. Fundamentación de la metafísica de las costumbres. Traducido por
Manuel García Morente.
Véase también
Deontología profesional
Deontología profesional periodística
Enlaces externos
Código de Deontología Médica. Guía de Ética Médica de la Organización Médica Colegial de
España (2011).
Código Deontológico del Colegio Oficial de Psicólogos
Código Deontológico del Sindicato de Periodistas de Madrid
Directorio de Códigos Deontológicos periodísticos de países de todo el mundo
Estatuto del Periodista Profesional
[1]
Palabras clave: ética, periodismo, información, internet, red, ciberespacio, deontología, conducta,
comunicación, medios de comunicación.
Content on the Web: journalistic ethics and information ethics, an inseparable pair for the
expansion of digital journalism
Summary
Never before has the role of information has increased accountability and, in turn, is the greatest
obstacles. Accountability is the reporter assigned to a democratic society, who assert their
fundamental right to be informed truthfully and without concealment premeditated (Vázquez,
1991). He had never seen this model because they never had universalized society that right
along the historical discourse. But we must bear in mind that the reporter is now cornered by a
host of alternatives insurmountable is obliged to send the company a full flow of news,
information, images etc.., But in turn is subjected to all kinds of prohibitions conventional, ethical,
moral, legal etc. "State secrets of state, business and trade, etc .-, that prohibit the most inspired
data sources, should be faithful to his personal and professional awareness, but was forced to
respect the so-called" principles of public interest " which are, in short, "governmental interests" of
the political class and a dimension concerned, required by pressure groups and specific interests.
Durante miles de años la mente humana se fue conformando para resultar eficaz en mundos
chicos: vivíamos en comunidades y tribus muy pequeñas, de treinta o cincuenta personas, según
nos señalan los descubrimientos arqueológicos. Era un mundo de pequeñas comunidades que se
movían en búsqueda de comida, tratando de sobrevivir, los vínculos se limitaban a la propia
familia o la tribu y sus vecinos próximos. El hombre creía conocer todo el mundo porque conocía
su comunidad; ignoraba que existían otras sociedades y moría con la convicción de que conocía a
toda la gente.
Así se creó la estructura de nuestra imaginación. Y de pronto, en los últimos treinta años una
avalancha de información, de imágenes, de datos atacó a nuestra mentalidad, que no pudo
absorber y procesar tanto. Por eso nos resulta muy problemático abarcar los pensamientos
globales. Pero la mentalidad debe cambiar con la historia. Ya nadie construye catedrales, por
ejemplo, porque representaban una idea de la imaginación como campo ilimitado, que tuvo una
determinación histórica y ha perdido su vigencia; tampoco se compone música como la del
Medioevo porque hoy nuestra imaginación es diferente a la que tenían los pueblos de ese
momento.
Y hoy este fenómeno cambiante que es la imaginación tiene que cambiar de escala, pasar del
mundo chico al mundo grande, El gran esfuerzo que eso requiere no va a cumplirse de un día al
siguiente. He aquí el problema con que chocamos en la actualidad: no somos capaces de pensar
en esas escalas globales y planetarias, pero vivimos en un mundo muy diversificado, complicado e
inestable donde fácilmente nuestras cosas pueden cambiar como consecuencia de hechos que no
dependen de nosotros.
El hombre sabe que no tiene influencia sobre las cosas grandes; se limita a las pequeñas porque
entiende que las puede dominar. Esa tendencia a limitar el pensamiento es un símbolo de nuestra
incapacidad para comprender el mundo en que vivimos, un mundo globalizado. Pensamos que
vivimos en una pequeña aldea, en una calle breve, en una casa, En esos tamaños se mueve
nuestra imaginación. Ésta es la principal de las contradicciones de la mente humana.
Como periodistas, la tensión entre lo local y lo global nos toca particularmente. Para aquellos que
trabajan en el centro del mundo, todo lo que allí sucede tiene automáticamente calor central por sí
mismo. Pero para los que trabajamos en la gran periferia es muy importante entender que
debemos buscar lo universal en cualquier tema, aquello que revela el mundo entero en una gota
de agua. Porque una gota de agua contiene al mundo, pero hay que saber encontrar el mundo en
una gota de agua.
Cada vez que nos proponemos escribir acerca de un tema, debemos preguntarnos qué tiene de
universal: cuál metáfora, símbolo o signo que nos permita pasar de lo pequeño a lo grande.
Debemos hacer una reflexión porque sólo si encontramos este vínculo, este pasaje entre lo local y
lo universal, nuestro texto tendrá peso y valor. Sólo así el lector descubrirá en nuestro texto, junto
a la historia concreta, un mensaje universal, una pista que le ayude a descifrar las leyes del
mundo.
¿Por qué algunos textos pueden vivir cien años y otros textos mueren al día siguiente de su
publicación? Por una diferencia capital: los textos que viven cien caños son aquellos en los que el
autor mostró, a través de un apequeño detalle, la dimensión universal, cuya grandeza dura. Los
textos que carecen de este vínculo desaparecen.
Conviene tener presente este requisito de universalidad también a la hora de recoger el material,
mientras investigamos nuestro tema. Es una cuestión de talento, de intuición, pero también de
amplitud de conciencia, de sabiduría. Y, sobre todo, se trata del secreto para que unos textos
perduren y otros se pierdan en el olvido.
R. Kapuscinski nos explica como el ser humano en su memoria genética primitiva sigue viendo el
mundo actual como una aldea, una tribu, un barrio, una calle, donde no cave lo universal porque
no tiene idea de tal cosa.
La realidad actual a puesto al individuo en un conflicto que no consigue comprender, como puede
el periodista conseguir entender y escribir una realidad que no vive que no concibe por cultura
moral o religión, pero debe de informar para cumplir así con su misión, pues esto es lo que sucede
cuando desde occidente se cubren noticias, que ocurren allende los mares en lugares donde no
existe un Dios como nosotros lo concebimos, no existe una lengua como nosotros la hablamos no
existe una moral como nosotros vemos, es cuando llegamos a la conclusión de que somos una
aldea, una tribu, un barrio o una calle, pero también somos un universo, diverso amplio desigual,
pero que nos une una cosa, que la humanidad somos todos y nuestra naturaleza humana nos
iguala, nos guste o nos disguste.
Al mismo tiempo, la relevancia de los medios crece a medida que avanza el siglo. Los jóvenes
periodistas que hoy se desempeñan en el pequeño territorio de la prensa escrita van a trabajar en
una civilización donde nuestra tarea importará cada día más por dos razones: la primera, porque
es una profesión a través de la cual se puede manipular a la opinión pública; la segunda, porque
los mecanismos de los medios construyen un mundo virtual que reemplaza al mundo real.
La manipulación de los modos en que piensa la gente, una práctica de enorme difusión, se emplea
en numerosos sentidos y medidas. Ya no existe la censura como tal, con excepción de ciertos
países; en su lugar se utilizan otros mecanismos –que definen qué destacar, qué omitir, qué
cambiar- para manipular de manera más sutil. Eso importa a los poderosos de este mundo,
siempre tan atentos a los medios, porque así dominan la imagen que dan a conocer a la sociedad
y operan sobre la mentalidad y la sensibilidad de las sociedades que gobiernan.
Con respecto a la construcción del mundo virtual, es valioso recordar que hasta 30 ó 40 años atrás
hombres y mujeres conocíamos la historia que nos enseñaban en las escuelas y a través del relato
de nuestras familias, dos vertientes que formaban parte de la memoria colectiva de las sociedades
a las que pertenecíamos. Hoy, en cambio, con el desarrollo de los medios, vivimos en un mundo
donde la historia se ha vuelto doble, donde conviven dos historias simultáneas: aquella que
aprendimos en la escuela y en la familia, de manera personal, y la que nos inculcan los medios,
que fijamos – a veces subconscientemente- a través de la televisión, la radio, los métodos de
distribución electrónica. El gran problema se presenta cuando, con el tiempo, esta acumulación de
construcciones de los medios nos hace vivir cada vez menos en la historia real y cada vez más en
la ficticia. Es la primera vez que algo así ocurre a la humanidad. Enfrentamos un fenómeno
cultural del que no sabemos cuáles podrán ser sus consecuencias.
Un ejemplo que nos da Kapuscinski, de cómo la información a nivel mundial a trastocado la idea
que tiene el hombre de su entorno, fue la guerra que aconteció en Ruanda en 1994. Una de las
masacres más grandes del siglo XX sucedió durante tres meses en un país pequeño y
desconocido, muy adentro del enorme continente de África, de estructura sociológica muy
complicada, con una historia cultural y étnica peculiar que muy pocas personas conocían. También
es muy poca la gente que sabe lo que realmente pasó allí; algunos académicos, algunos
especialistas en asuntos africanos: un grupo muy reducido que quedó ciertamente asombrado de
la falsedad con que se dio a conocer el horror que vivió Ruanda cuando la noticia se difundió por el
mundo.
Millones y millones de personas en todos los continentes aprendieron una historia irreal de esos
acontecimientos a través de las noticias que mostró la televisión. Esa construcción ficticia fue la
única historia que conocimos, la única que hubo y quedó, porque las voces alternativas –los pocos
libros que aparecieron sobre Ruanda de antropólogos, sociólogos y otros especialistas- no pueden
ofrecer la misma accesibilidad que los medios masivos. La gente común conoce la historia del
mundo a través de los grandes medios.
Como ésa, cada vez más historias virtuales ocupan el lugar del mundo real en nuestro imaginario.
Esas manipulaciones nos alejan de las historias y problemas reales que suceden en las diversas
civilizaciones. Vivimos en un mundo de tantas culturas que solamente un reducido grupo de
especialistas es capaz de entender y aprender algo de lo que está pasando. El resto accede al
discurso fragmentado y superficial que los grandes medios condensan en un minuto: se trata de
un problema que seguiremos sufriendo mientras las noticias muevan tanto dinero, estén influidas
por el capital y compitan como productos de los dueños de los medios.
Hemos pasado por varios siglos de evolución, tenemos cuenta de todo lo acontecido a través de la
historia, desde que el humano es capaz de plasmar de alguna manera lo que le acontece en su
entorno próximo, utilizando diferentes plataformas de comunicación como la pintura rupestre,
jeroglíficos, creación de alfabetos, arquitectura, arte y toda forma de comunicación humana.
En pocos años, las nuevas tecnologías han revolucionado los métodos tradicionales con los que
contaba el hombre hasta el momento, para comunicarse, radio televisión y prensa escrita.
Hoy en día en Internet nos es posible conseguir todo tipo de información que necesitemos. Desde
información de un personaje publico hasta información de cualquier ciudadano anónimo, podemos
hacernos con un artículo escrito y publicado hace días incluso meses, información histórica
literaria, científica etc. La inmensa cantidad de datos que transitan por la “superautopistas de la
información” nos hacen en muchas ocasiones la vida más fácil para quienes necesitamos
información al momento sin tener que recurrir a las vías hasta hace unos años usadas (bibliotecas,
centros de documentación, museos, Hemerotecas etc.).
En cuanto a parte de los contenidos de Internet es una constante la preocupación de los gobiernos
y de las autoridades ante un hecho que repercute directamente a la sociedad, son los usuarios de
Internet, las empresas del sector las primeras interesadas en limpiar de escoria la Red.
Según Lucía Marín por lo general, la información que el usuario encuentra en Internet es legítima
y le reportará numerosos beneficios. Pero la realidad demuestra que un porcentaje, reducido si
cabe, de las informaciones que se puede encontrar en su navegación son potencialmente ilícitas o
nocivas.
Pero es necesario comenzar aclarando cual es la diferencia que existe entre ilícito y nocivo, ya que
ambos conceptos son relativos. Ni toda la información es considerada ilícita por los mismos
estados, ni toda es nociva o perjudicial para todas las personas.
Son contenidos ilícitos los merecedores de una respuesta penal: la utilización de Internet para la
difusión de pornografía infantil, la difusión de contenidos racistas o xenófobos, la apología del
terrorismo, las difamaciones o las violaciones de la propiedad intelectual. Son nuevas formas de
ataque a valores jurídicos protegidos: la libertad e indemnidad (libre de daños o perjuicios) sexual,
la dignidad humana, el derecho al honor o el derecho de propiedad intelectual. Existe cierto
consenso entre los estados occidentales en calificar como delito este tipo de contenidos.
Por el contrario, no lo hay para los contenidos nocivos. Éstos, aunque dañinos para determinadas
personas en base a sus valores éticos, religiosos o políticos, no son merecedores de respuesta
penal.
Aunque los ejemplos que pueden encontrarse de contenidos ilícitos y nocivos en la Red pueden ser
numerosos, hay que destacar que las acciones que han despertado más atención y reacciones más
intensas han sido todas aquellas relacionadas con la pornografía, y en especial con la pornografía
infantil.
Son los proveedores de contenidos los responsables civil y penalmente por actos propios, esto es
un principio general del derecho, reconocido en todas las legislaciones. El problema esta cuando el
proveedor de contenidos ilícitos se ampara en el anonimato, en estos casos la posible
responsabilidad recae en los intermediarios técnicos a los que difícilmente se les puede aplicar los
criterios tradicionales de la prensa escrita, que no sirven en las redes digitales dada la fugacidad
de los contenidos y la dificultad de localizar el origen o el destino de la información.
En una era en la que la tecnología aparece como condición esencial de posibilidad y como
característica de éxito para lo que se emprenda, quedan atrás otras posibilidades que hasta el
momento se han utilizado y que son inherentes a la condición humana.
Javier del Arco , nos precisa la relevancia de la ética para el análisis de la tecnología: La necesidad
de continuar pensando en nuestra condición humana para que al ser reconocida como tal, pueda
ser respetada, abre la oportunidad de un discurso ético sobre los derechos humanos en una era en
la que la tecnología aparece como condición esencial de posibilidades y como característica
definidora de nuestra sociedad. Como afirma Graciano González en su introducción a Derechos
humanos: la condición humana en la sociedad tecnológica, una consideración filosófica de los
valores de la razón, dignidad, libertad, igualdad, solidaridad y paz, que expresan dicha condición,
debe realizarse a través de un discurso que considere los derechos humanos como exigencias
morales de realización tanto en el nivel personal como en el colectivo. Introducir la tecnología en
este contexto significa atender a la necesidad de traducir dicho discurso en términos que puedan
también a abarcar a la ciencia y a la tecnología como elementos que modifican el concepto de
espacio o ámbito en el que se manifiestan, profundizan, y desarrollan los derechos humanos. Este
nuevo ámbito está abriendo nuevas perspectivas para entender, de una forma sustancialmente
más amplia, la declaración universal de los derechos humanos de 1948. Toda una serie de
problemas éticos y jurídicos que tienen que ver con dichos derechos, y que piden urgente
respuesta, están a la espera de ser reformulados. De dicha reformulación, que nos encamina hacia
una cuarta generación de los derechos humanos.
J. Del Arco habla de la necesidad de una cuarta generación de Derechos Humanos : El desarrollo
social y moral del ser humano no ha sido nunca opaco al desarrollo de las realidades técnicas
científicas. Dichas realidades se constituyen como condición de posibilidad para el cambio social, la
emergencia de nuevos valores, la aparición de nuevos paradigmas éticos y, en definitiva, el
advenimiento de nuevas formas de organización social. Por esa razón resulta necesario reflexionar
constantemente sobre el sentido de la relación entre los desarrollos técnicos y el entorno humano.
Resulta evidente constatar que la tecnociencia está presente como uno de los hechos
configuradores de la realidad actual, y que el mundo ha cambiado de forma sustancial a partir de
ese impulso. Pero también debemos entenderlo como un fenómeno multidimensional que proyecta
su influencia de una manera directa sobre las realidades morales, psicológicas y sociales. Es por
esta razón por la que según el profesor Manuel Maceiras es necesario considerar dos programas
de acción distintos pero convergentes. El primero, de carácter teórico, estudia la forma en que la
tecnociencia está modelando la identidad y la conciencia humanas. Los nuevos medios técnicos
extienden el ámbito de la expresión y la comunicación a otros espacios hasta ahora vedados a los
individuos. El segundo objetivo es de carácter político pragmático, y nos previene frente a la
necesidad de elaborar políticas coherentes que reconozcan las nuevas necesidades humanas para
aprovechar dichos medios, y los nuevos derechos que son inherentes al suceso mismo del vivir en
una sociedad tecnológica, son las llamadas exigencias políticas de la tecnociencia.
Los llamados derechos de la solidaridad constituyen una tercera generación que se concreta en la
segunda mitad del siglo XX. Esta vez, su motor impulsor será la acción de determinados colectivos
que reclaman legítimos derechos. Se comienzan a configurar en forma de declaraciones sectoriales
que protegen los derechos de colectivos discriminados grupos de edad, minorías étnicas o
religiosas, países del Tercer Mundo, que estén afectados por alguna de las múltiples
manifestaciones que cobra la discriminación económica social. La globalización económica, así
como la ideológica y simbólica, la transición de la sociedad de información a la sociedad del
conocimiento, la integración del mundo a través de la extensión universal de los medios de
comunicación de masas, así como los fenómenos de multiculturalismo provocado por los flujos
migratorios, son claros síntomas de que algo sustancial está cambiando.
El gran atractivo de Internet es su naturaleza abierta. Los intentos de restringir el libre flujo de
información en Internet, así como los intentos de restringir lo que puede decirse por el teléfono,
supondrían una limitación onerosa y nada razonable de los bien establecidos principios de
intimidad y libertad de expresión. La aparente inmaterialidad de los ataques precisa otras formas
de análisis. En el mundo real, los ataques a los derechos humanos en forma de acciones políticas
tienen una traducción casi inmediata en términos de hambre, discriminación, flujos migratorios o
de refugiados, recorte de libertades civiles, etc. En el ciberespacio, dichas acciones cobran incierto
carácter de invisibilidad frente al escrutinio público. La contaminación del aire, de la tierra o del
agua puede ser mensurada de forma objetiva a través de dispositivos y aparatos diseñados a tal
efecto, y los datos así obtenidos pueden constituirse en infraestructura de políticas de
regeneración del medio ambiente. Por el contrario, no resulta tan sencillo medir el grado de
contaminación o intoxicación en una información, o detectar en un producto audiovisual el modelo
de sociedad o los valores que se transmiten de forma soterrada. No resulta sencillo, por ejemplo,
evaluar el impacto discriminatorio que pueda subyacer en una política educativa que puede tener
como efecto la laceración de distintos niveles de capacidad de acceso y uso de los medios
informáticos y telemáticos por parte de estudiantes de diferentes clases sociales.
Por otro lado, los regímenes democráticos también han percibido que Internet aparece como uno
de los foros públicos donde los ciudadanos tienen una mayor capacidad de organización horizontal,
donde pueden quedar en entredicho los tradicionales intereses de los actores sociales que han
monopolizado habitualmente el acceso a los medios de comunicación e intentan actuar en
consecuencia para mantener su influencia social. En este caso no nos encontramos con medidas
empresariales o gubernamentales abiertamente contrarias al derecho a la libre expresión de las
ideas, pero sí con campañas de sensibilización social sobre una serie de conductas delictivas
llevadas a cabo a través de Internet –pornografía infantil, propaganda racista, apología del
terrorismo y la violencia, etc.- que parecen pedir a gritos la censura previa y la catalogación de los
contenidos de las páginas Web en supuesta defensa de los valores morales. Que quede claro: nos
oponemos, por inmoral y represora de las libertades básicas, a cualquier medida reaccionaria de
corte ultraconservador o fundamentalista tanto en su vertiente política (dictaduras, democracias
puritanas y ultraconservadoras) como religiosa (neocatólica, protestante-radical, musulmana o
sionista) que propugne restricciones a la libre circulación de la información y las personas por
Internet, porque es mucho peor el remedio que la posible enfermedad.
En conclusión, como nos refiere Jesús Mosterín en su libro La naturaleza humana, la realidad es
compleja, y diferentes puntos de vista son a veces requeridos para dar cuenta de sus diferentes
aspectos. Nuestra conciencia moral ha de tener en cuenta la diversidad de nuestros problemas
morales, y ha de ser lo suficientemente flexible como para adoptar diferentes perspectivas para
tratar de problemas distintos. Algunas de las teorías éticas funcionan bien a ciertos niveles, pero
son inútiles en otros. Por ejemplo, la ética Kantiana enfatiza el efecto de nuestras acciones en los
demás humanes, pero se olvida de sus efectos en nosotros mismos o en la biosfera.
En general, los enfoques contractualistas de la ética sirven para realizar cuestiones como el
cumplimiento de las promesas o el pago de las deudas, pero fracasan cuando se aplican a
nuestras relaciones con los infantes o con los animales. El utilitarismo analiza bien alguna de estas
cuestiones, pero no proporciona una plataforma fiable para asegurar las libertades individuales o
para enfocar la problemática ecológica. Ninguna teoría ética simple es la panacea de todos los
problemas morales. El conflicto moral entre perspectivas o intuiciones diferentes es a veces
inevitable. A lo más que podemos aspirar es a alcanzar un compromiso práctico, que tenga en
cuenta todos los aspectos relevantes de la cuestión.
La Física ha avanzado mucho más que la ética, pero ni siquiera en física hemos logrado la teoría
unificada; mucho menos en ética. No existe la teoría o esquema ético que solucione todos
nuestros problemas morales por aplicación uniforme del mismo principio, regla o fórmula. En física
aplicamos teorías distintas en campos diversos: en cosmología usamos la teoría general de la
relatividad, pero en física de partículas preferimos la teoría cuántica de campos. El enjuiciar las
actuaciones humanas no es más sencillo que el describirlas. No hay teoría social ni fórmula simple
que nos permita resumir y predecir la conducta humana en todos sus detalles. Si la hubiera, no
necesitaríamos leer el diario para enterarnos de lo que pasa; nos bastaría con hacer deducciones a
partir de la fórmula. Tampoco (todavía menos) hay una fórmula simple que resuma la ética. Las
ofrecidas hasta ahora no funcionan más que en ciertos casos. Ojalá hubiera tal fórmula mágica, tal
máquina conceptual de justificar morales. Nos ahorraría muchos dilemas y quebraderos de cabeza.
Mientras no se encuentre, tendremos que seguir reconstruyendo inacabablemente nuestra propia
moral, como en la metáfora del barco de Neurath, que se va reconstruyendo mientras navega;
tendremos que seguir avanzando a tientas en la oscuridad, por ensayo y error, echando mano en
nuestras deliberaciones de todos los heteróclitos recursos de los que disponemos, desde nuestras
inclinaciones congénitas hasta nuestras teorías filosóficas, desde los datos científicos objetivos
hasta nuestra subjetiva experiencia de la vida, desde el cálculo hasta la compasión. Ojalá fuera
todo más sencillo, pero no lo es.
Por lo precisado con anterioridad de lo difícil por no decir imposible, que le resulta al ser humano
el ponerse de acuerdo, y reflexionar sobre la ética o moral casualmente por la visión diferente que
cada uno tiene del otro, es esta una misión arto difícil, intentada por el hombre desde que este
puede comunicarse de alguna forma hasta hoy en día pero sin mayor éxito.
Bibliografía
KAPUSCINSKI, R. (2005): Los cinco sentidos del periodista (estar, ver, oír, compartir,
pensar) Ediciones APM, Madrid
DEL ARCO, J. (2004): Ética para la sociedad de la red. Ed. Dykinson, S.L., Madrid
MARÍN L. (2000): Los contenidos ilícitos y nocivos en internet Ed. Fundación Retevisión,
Madrid
MOSTERÍN, J. (2006) La naturaleza humana Ed. Espasa Calpe, Madrid
EXAMEN DE CONCIENCIA
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Jesuita
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Examen Práctico de Conciencia para la reforma de vida
El fin del examen no es angustiarse con las culpas sino reconocerlas con seriedad y
confianza en Dios para confesarlas sabiendo que seremos perdonados. Todo el
proceso se mueve en la misericordia infinita de Dios manifestada en Jesucristo.
Precisamente por ser pecadores, nos cegamos ante nuestros pecados. Satanás
quiere hacernos ver que no hay mal en lo que hacemos. Entonces el corazón se
endurece, se hace insensible a las exigencias del amor. Por eso es tan importante la
conversión del corazón.
"Por eso, como dice el Espíritu Santo: "Si escucháis hoy mi voz, no endurezcáis el
corazón... ¡Atención hermanos! Que ninguno de ustedes tenga un corazón malo e
incrédulo..." Hb 3.
Dios es un Padre amoroso que nos hace ver el pecado para darnos la gracia del
arrepentimiento y perdonarnos. El nos quiere libres. El demonio no quiere que
veamos nuestro pecado. Pero si buscamos el camino de Dios tratará de acusarnos
con nuestros pecados para que nos desanimemos y volvamos atrás. Podemos
discernir entonces la diferencia. Dios enseña el pecado para liberar y perdonar; el
demonio lo esconde pero cuando lo enseña es para que desesperemos. Debemos
rechazar enérgicamente estos pensamientos e ir a la confesión con toda confianza
en el perdón de Dios. Dios SIEMPRE perdona cuando hay arrepentimiento.
No se trata tan solo de enumerar pecados sino de descubrir la actitud torcida del
corazón y con DOLOR POR NUESTROS PECADOS, HACER EL FIRME PROPÓSITO DE
NO VOLVER A COMETERLOS. Siempre hay áreas en las que somos mas débiles y
requieren atención especial pero si comprendemos que Cristo -no la cultura- es la
medida, veremos que en todo tenemos mucho que crecer.
EXAMEN DE CONCIENCA
Este examen es para aquellos que, amando a Cristo, no se conforman con evitar
pecados graves, sino que desean amarle con todo el corazón. -Padre Jordi Rivero
Oración Diaria
Cómo ha sido diariamente mi:
-¿Tiempo personal con Dios; liturgia de las horas; oración familiar?
-¿He alabado a Dios; le he dado gracias o me he quejado?
-¿Intercedo por mi familia, grupo, Iglesia, por el mundo?
-¿He orado con el corazón, abierto al Espíritu Santo?
-¿Tomo tiempo para discernir?
-¿Se lo que es esperar al Señor, escucharlo? -¿Lo he hecho?
-¿Cuándo me da alguna enseñanza la guardo en mi corazón y busco profundizarla?
-¿Incluyo a mi esposo/a (u otra persona formada y prudente) en mi discernimiento
o solo les informo?; -¿Escucho, obedezco y respeto a los que tienen
legitima autoridad sobre mi (leyes justas, jefes, etc.)?.
-¿Qué criterios tengo para determinar si algo que quiero hacer es del Espíritu Santo
o es mío?,-¿Me parece importante tener y seguir siempre esos criterios?
-¿Uso los dones que Dios me dio para su gloria?
-¿Estoy abierto a recibir nuevos dones según Dios disponga?
-¿He sido legalista (haciendo solo lo necesario para cumplir) o vivo mi fe en el
Espíritu
entregándome con todo el corazón?
Obediencia
-¿Busco conocer en la oración la voluntad de Dios para mi vida?
-¿Obedezco la enseñanza del magisterio o interpreto a mi manera?
-¿Qué motiva mi vida, la voluntad de Dios o mis propios "buenos" planes (mi
voluntad).
-¿Le permito a Dios guiarme o le "entrego" los planes ya hechos para que los
bendiga?.
-¿Mis gustos, criterios, dudas, confusiones, pensamientos, actitudes y valores -en
que instancias no han estado bajo el Señor?
-¿En mis gustos, mis criterios, miedos, dudas, confusiones...
Estudio
-¿Estudio my fe católica (Biblia, magisterio, libros sólidos) o me contento con mi
propio modo de entender a Dios?, ¿Estoy avanzando en mi formación como debo?.
-¿Qué pasos prácticos doy para formarme en la fe?
Orden y Prioridades
-¿Mi tiempo responde a las prioridades de Dios o a las presiones de cualquier
persona u ocasión para `quedar bien'?); ¿Interpreto lo que hago en la perspectiva
de la vida eterna?; ¿Reflexiono sobre mi muerte; sobre el juicio final?
-¿Tengo prioridades claras y soy firme para vivirlas? ¿Pierdo el tiempo (revistas,
programas, etc.) que no edifican?
-¿Tengo un horario y organizo el día con disciplina, dando tiempo a cada área con
sabiduría: oración, familia, trabajo...?; ¿En que me he desordenado? ¿Me quedo en
algo que me gusta sabiendo que es hora de hacer otra cosa?
-¿Respeto el tiempo y necesidades de otros: cuando busco ayuda, en el teléfono,
etc..?
-¿Cuido la salud; tengo algún vicio, falta de ejercicio, descanso, alimentación... Me
cuido demasiado?
La Cruz
-¿He meditado ante la cruz?; ¿busco su poder transformador y su sabiduría?;
¿como se manifiesta en mi vida?
-¿Pido a Dios la gracia de amar la cruz?
-¿Me he salido de la voluntad de Dios por evitar la cruz?
-¿Uno mi cruz a la de Cristo?: problemas, enfermedades, responsabilidades,
personas, mi edad, mi vocación...
-¿Busco la satisfacción de todas mis necesidades físicas y emocionales o se
mortificarme por amor a Jesús?.
-¿Me uno a la cruz del que sufre?; ¿Me sacrifico para amar?.
Confesión
-¿Rechazo el pecado aunque este sea aceptable según la cultura?; ¿He pensado o
actuado ligeramente como si la rectitud de los santos es "exageración"?
-¿He evitado la ocasión de pecado: ambientes, programas, malas amistades...?
-¿Busco que Dios me enseñe mi pecado (también pecados viejos y olvidados)?.
-¿Reconozco y reparo con responsabilidad mis pecados y faltas o me justifico?
-¿Cuándo me corrigen, lo agradezco?.
-¿Cuándo fue mi última confesión?, ¿Minimicé el pecado por pena?; ¿han habido
cambios?.
-¿Hice una confesión completa o escondí algo?
-¿Hay algo (hábito, herida, complejo) que el enemigo usa para su provecho?; ¿Qué
hago para permitirle a Dios que me libere?
-¿Debo reconciliarme con alguien y no lo he hecho?
María
-¿Me he consagrado a Ella y, si lo he hecho, vivo mi consagración plenamente? -
¿Cómo?
-¿Acepto su cuidado maternal?; Me dejo formar por ella? -¿Cómo?.
-¿Recurro a ella en oración, medito su vida?.
En el Hogar
Honrarás a tu padre y a tu madre (Cuarto mandamiento).
-¿Obedezco, cuido y honro a mis padres según mi edad y sus necesidades?
-¿Pongo malas caras?
-¿Doy tiempo a la familia?; ¿Cenar juntos?; ¿Diversiones?
-¿Hospitalidad?
-¿Relación con hermanos?
-¿Responsabilidad en los estudios?
-¿Ayuda económica al hogar según necesidad?
Al Hablar
No levantarás falsos testimonios ni mentirás (Octavo Mandamiento)
-¿Quién inspira mis palabras: Dios o mi ego?¿He querido dar mi opinión en todo?
-¿Digo la verdad?; ¿He revelado secretos; He juzgado (o chismeado)?
-¿Me he quejado buscando conmiseración o desahogo?
-¿He puesto mi atención a lo indebido
-¿He hablado lo que no edifica: chistes con groserías, hirientes a una raza,
nacionalidad, etc.?
Obras de Misericordia
-Corporales: solidaridad con enfermos/ hambrientos/ sedientos/presos/ desnudos/
forasteros/ enterrar los muertos. ¿Veo a estos como hermanos por los que me
entrego o estadísticas?.
-Espirituales: dar buen consejo/ corregir/ perdonar (¿guardo algún
resentimiento?)/ consolar/ sufrir con paciencia las molestias del prójimo/ rezar por
los vivos y los muertos.
-¿Estoy atento al dolor ajeno?; ¿Hago a acepción de personas según su apariencia?
-¿Vivo en sencillez?; -¿Imito a Cristo que fue pobre?, ¿soy libre de apegos
materiales?
-¿Se refleja esto en mi actitud en las compras?; ¿me dejo llevar por antojos?;
¿cuales?
-¿Coopero con las obras de la Iglesia con verdadero sacrificio y amor o doy de mis
sobras?
Evangelización
-¿Soy testimonio?; ¿Soy sal de la tierra y luz del mundo?
-¿Me esfuerzo de todo corazón para que Cristo sea conocido y amado por todos?
-¿Estoy en comunión con el espíritu misionero de la Iglesia?
-¿Llevo a mis amistades al Señor o dejo que ellas me arrastren al mundo?
-Cuando evangelizo, ¿lo hago con seguridad o como si fuera una opinión
cualquiera?; ¿Respondo al Espíritu o me paraliza el `que dirán'?
Soberbia / Humildad
-¿He sido humilde al pensar, me he comparado con otros, he tratado de llamar la
atención con mi sabiduría', mi físico, etc.?; ¿Me reconozco pequeñito?; ¿Desprecio a
otros en mi corazón?
-¿Me he resentido por el trato o puesto recibido?; ¿Cual es la motivación de mis
aspiraciones?.
-¿Distingo entre lo que es doctrina y lo que es mi opinión?; -¿Soy prudente al dar
mi opinión; creo que es la única; creo que sin mi presencia las cosas no van bien?
-¿Se distinguir lo que es mi misión o me entrometo en lo que no me corresponde?
-¿Reconozco que no tengo razón de gloriarme sino en Cristo?; ¿En que forma mis
acciones están mezcladas con orgullo, vanidad, egoísmo?
-¿Reconozco mis errores y pido perdón?
-¿Puedo ayudar sin mandar?
Avaricia / Generosidad
-¿Estoy apegado a las cosas, ¿Sacrifico tiempo, dinero, para servir según el plan de
Dios?.
-¿Juego con el dinero?