Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Dewey. Experiencia. CONICET

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 7

Prof. y Lic.

en Ciencias de la Educación-Taller de Docencia- 2015

Las respuestas a consignas de escritura académica

Este material constituye un resumen de la clase del Taller de escritura II del


posgrado virtual referido a la Diplomatura y Especialización en Constructivismo y
Educación. (Torresi, A. 2009; 1-15 versión word)

Las consignas constituyen la explicitación de las tareas que los alumnos


tienen que desarrollar.
Consideramos que las consignas deben favorecer la autonomía del alumno,
entendida, como la capacidad para decidir cómo resolver una tarea, para aprender
de manera conciente cómo desarrollarla y cómo identificar las estrategias más
acertadas para lograrlo, tanto en un proceso individual como grupal (Guidi, 2008).
Frecuentemente encontramos que las consignas que se ofrecen, pretenden
que los alumnos aprendan a:
Analizar
Argumentar
Caracterizar
Clasificar
Comparar
Definir
Describir
Diferenciar
Ejemplificar
Expandir/desarrollar
Explicar
Fundamentar
Relacionar
Resumir
Sistematizar

¿Qué implica cada una de ellas?


Analizar: El análisis es un procedimiento de conocimiento y razonamiento.
Analizar es estudiar, examinar algo, separando o considerando por separado sus
partes, de modo ordenado y sistemático. Un análisis puede ser una descomposición
de un todo real en partes reales (como en el caso de los análisis químicos) o puede
entenderse en un sentido lógico o mental (como en “analice la siguiente idea”). En
este último caso, se habla del análisis de un concepto en tanto examen de los
subconceptos con los cuales ha sido construido.
La descomposición del total de un objeto de conocimiento en partes se
opone al procedimiento de sintetizar, que consiste en reunir cosas separadas o
dispersas en un conjunto orgánico. Hay que advertir, sin embargo, que esta
oposición no impide usar los dos procedimientos –análisis y síntesis–
complementariamente: una vez analizado un todo en sus partes componentes, la
recomposición de esas partes tiene que dar por resultado el todo del cual se había
partido. Como se ve, proceder a la síntesis es útil para controlar la calidad de un
análisis realizado.
Argumentar: Argumentar es fundamentar una opinión (tesis o punto de
vista), es decir, plantear una serie de fundamentos (razones o argumentos) que la
justifiquen. Se argumenta para convencer a otros de la razonabilidad, la verdad o la

1
Prof. y Lic. en Ciencias de la Educación-Taller de Docencia- 2015

corrección de la opinión que se sostiene. Cuanto más convincentes sean los


fundamentos, más posibilidades existen de que la opinión sea aceptada o, por lo
menos, comprendida.
Entre la opinión y los fundamentos que la sostienen, se establece una
relación de tipo lógico: se opina tal cosa porque se piensa (cree, evalúa, observa)
tal otra; en el ejemplo dado, esta estructura está marcada por la consigna misma,
por el uso de “creer” y de “por qué”.
Al redactar la respuesta a esa consigna, debe tenerse en cuenta que
también entre los fundamentos se entablan relaciones lógicas. Por esta razón,
frecuentemente, se los dispone en un orden jerárquico decreciente: de los más
convincentes a los menos categóricos o de los más generales a los más
particulares. (De cualquier modo, la distribución de los fundamentos es muy
variable. Por eso, se afirma que la secuencia argumentativa responde a un orden
que, además de lógico, es afectivo: hay que evaluar cuál es la mejor manera de
conmover al destinatario).
Los textos argumentativos suelen incluir otros tipos de secuencia textual:
narrativas, descriptivas, explicativas, conversacionales o instruccionales. Esto está
determinado, en gran medida, por el contexto; particularmente, por los
destinatarios. En todos los casos, tales secuencias están subordinadas a la finalidad
de fundamentar las propias ideas para persuadir de la validez de la opinión que se
sostiene.
La estrategia del argumentador se reconoce también en la elección de
procedimientos como el ejemplo y el procedimiento deductivo. El ejemplo
argumentativo consiste en referir un caso particular para fundamentar la tesis. Es
persuasivo porque refiere un hecho concreto, pero tiene una debilidad: siempre es
posible cuestionar el pasaje del ejemplo a la generalización. Por eso, para producir
una fuerte evocación de la realidad, el argumentador suele dar toda una serie de
ejemplos.
El procedimiento deductivo, en cambio, va de lo general a lo particular,
apelando en primer término a una ley o un principio aceptados socialmente. Su
fuerza persuasiva es grande, salvo que se contraponga otra ley o norma.
Otros procedimientos argumentativos muy usuales son la cita de autoridad y
la pregunta retórica. La primera reproduce un fragmento discursivo elaborado por
un autor o por una institución prestigiosa. La pregunta retórica, por su parte,
consiste en formular un interrogante cuya respuesta ya está dada implícitamente.
Existe, además, un conjunto de técnicas que tienen la finalidad de refutar o
negar la tesis de otros. Para eso, se incluyen secuencias conversacionales en las
que se recuperan las opiniones ajenas para refutarlas. En tales casos, la
argumentación se convierte en una polémica.
Las técnicas de refutación más usuales son la negación (se contraría la
opinión o tesis de otro: “No es cierto, como sostiene X, que...”), la cita refutativa
(se cita un fragmento discursivo producido por otro con el objeto de refutarlo: “X
afirma que...; sin embargo,...”) y la concesión (se admiten unas razones de otro
para, luego, discutir las restantes o, directamente, invalidar la opinión: “Es cierto,
como sostiene X, que...; ahora bien,...”).
Caracterizar: El término “carácter” significa “marca o nota que identifica
una cosa o a un ser” y que, por eso, lo caracteriza frente a todos los otros. Así,
“caracterizar” es dar los rasgos propios, característicos, de un ser, una cosa o una
situación, de lo que resulta que la caracterización es una forma de descripción.
Una buena caracterización tiende a seleccionar los rasgos pertinentes, es
decir, aquellos que vuelven inconfundible lo caracterizado. Además, procede
agrupando y ordenando los rasgos en categorías.

2
Prof. y Lic. en Ciencias de la Educación-Taller de Docencia- 2015

Clasificar: Clasificar es conformar un grupo, una serie, una colección o un


conjunto con entidades (llamadas “miembros”) que poseen al menos una
característica común.
La clasificación expresa una organización previa de conceptos en grupo(s)
con características comunes capaz de facilitar el tratamiento de la información. Dos
clases pueden complementarse entre sí y una clase puede estar incluida en otra.
Además, un miembro puede estar incluido en dos clases, relacionadas por suma, y
puede haber clases vacías, a las cuales no pertenece ningún miembro.
Antes de establecer una clasificación, es necesario adoptar un criterio y
luego, mantenerlo. Sí es posible, por supuesto, realizar dobles, triples, cuádruples
clasificaciones, adoptando diversos criterios al inicio. Para esto, es necesario
diferenciar y coordinar la comprensión –o conjunto de los atributos que definen una
clase– y la extensión –o suma de los miembros que poseen dichos atributos.
Una manera práctica de ordenar una respuesta de clasificación –sobre todo,
cuando se quiere plantear una multiplicidad de criterios– es armar cuadros de
diversas entradas, combinadas o intersectadas, que expresen las relaciones entre
los grupos de cosas. Por ejemplo:

Comparar: En una comparación se ponen en relación dos o más objetos,


seres o procesos con la intención de orientar la atención sobre las diferencias y las
similitudes que puedan tener en cuanto a sus propiedades y sus funciones.
Las cualidades comunes pueden estar explícitas o ser implícitas; en este
último caso, el lector debe reconstruirlas, por lo que, si se trata de la respuesta a
una consigna, el docente suele indicar “respuesta incompleta”.
En esta consigna, se exige realizar una comparación compleja, que deslinde
diversos aspectos comunes y diferencias, para organizar la respuesta, sugerimos
comenzar completando un cuadro comparativo; una vez listados los planteos en las
columnas correspondientes, puede procederse a marcar con cruces si son
coincidentes (=) o divergentes (). Luego, en la respuesta final, se harán explícitos
los puntos de coincidencia y divergencia.
Definir: Definir es determinar lo que significa una palabra o expresión
mediante una o más frases que equivalen exactamente a la primera. La definición
es, entonces, un procedimiento de análisis, estructurado en forma binaria, que

3
Prof. y Lic. en Ciencias de la Educación-Taller de Docencia- 2015

pone en relación dos términos equivalentes en su significado: un término por definir


y un término (el análisis) que define.
Describir: Pueden encuadrarse en la categoría de descripción el texto o el
fragmento textual que responden, básicamente, a la pregunta “cómo es”. Este tipo
textual revela de un modo singular un ordenamiento jerárquico de las ideas. En
efecto, toda descripción se caracteriza por anunciar su tema y por “descomponer”
ese tema en partes o aspectos. A su vez, alguna de esas partes puede pasar a ser
tema (subtema) de descripción, en un nivel inferior de la jerarquía temática (Adam:
1989).
Diferenciar: “Diferenciar” es percibir y establecer distinciones entre dos o
más cosas, procesos, situaciones, etcétera. Esto implica identificar y detallar las
cualidades o circunstancias por las que las cosas difieren entre sí.
Ejemplificar: “Ejemplificar” es nombrar un caso, una cosa, un dato
concreto. El ejemplo es un procedimiento muy frecuente tanto en los textos
explicativos como en los argumentativos. En los primeros, suele cumplir una
función esclarecedora con respecto al objeto de explicación. En efecto, cuando el
explicador desea que su discurso, que considera demasiado abstracto para el
receptor, alcance algún punto de anclaje en lo perceptible o representable, puede
recurrir al empleo de gráficos o esquemas de diverso tipo o puede también ilustrar
por medio del lenguaje verbal, mediante un ejemplo.
En los textos argumentativos, en cambio, el ejemplo funciona como prueba
que sirve para legitimar los argumentos y la tesis que se presentan.
En efecto, toda ejemplificación es el resultado de una relación establecida
por el sujeto entre el objeto que se quiere ejemplificar y sus posibles
ejemplificantes. Esta relación implica, primeramente, conceptualizar el objeto y,
luego, seleccionar uno de los candidatos disponibles para llenar la función de
ejemplo.
Tener en cuenta que el ejemplo no se relaciona únicamente con el objeto
ejemplificado, sino que también mantiene una relación “en ausencia” con otros
ejemplos posibles permite ajustar la selección de ejemplos en el momento de
responder a una consigna en la que se demanda ejemplificar.
Expandir: La expansión es un procedimiento tendiente a aumentar el poder
informativo, explicativo, descriptivo o argumentativo de un texto; es común que se
la llame también “desarrollo” y, aunque más ambiguamente, “exposición”.
Al expandir, se realizan operaciones inversas a las del resumen: se agrega
información no imprescindible para otorgar sentido al texto; se descomponen
conceptos con un alto nivel de generalidad en otros menos generales; se reescriben
oraciones o párrafos dando lugar a detalles ausentes en el texto original y demás.
La información que ingresa en el texto a partir de la expansión guarda
distintas relaciones con las ideas centrales. Si en los textos narrativos literarios las
expansiones cumplen la función de hacer más interesante el relato, en los textos
vinculados al estudio, suelen ser producto de la voluntad de hacer clara la
exposición. Por eso, son típicas las expansiones que se producen por reformulación,
ejemplificación, cita y definición. También constituye una expansión la explicitación
de información presente en el texto en forma implícita o el agregado de información
nueva para desarrollar un subtema tratado superficialmente.
Expandir un texto no es lo mismo que recargarlo con información
redundante o de escasa importancia en relación con el asunto central, ni equivale a
introducir desvíos o digresiones. En estos casos, se caería en la producción de un
texto con fallas de coherencia. Al expandir, resulta imprescindible controlar que el
tema global no se desdibuje y continúe vinculando los subtemas, y que la

4
Prof. y Lic. en Ciencias de la Educación-Taller de Docencia- 2015

información central referida a cada uno de ellos siga siendo claramente


identificable.
La habilidad para expandir permite sacar provecho de la profundidad que se
ha alcanzado en el estudio de determinado tema y de las relaciones establecidas
entre diferentes textos, autores y conceptos.
Explicar: Toda explicación está compuesta por dos partes básicas: la
presentación de un fenómeno problemático que se va explicar y la solución o
explicación propiamente dicha, que hace del fenómeno problemático un fenómeno
inteligible. El problema puede plantearse explícitamente, como una pregunta
directa o indirecta, o implícitamente, en el título o en el texto.
La solución conduce a la transformación del fenómeno inicialmente
problemático en un fenómeno explicado. Para el emisor, el fenómeno que explica
es claro; si lo define, ejemplifica las funciones que cumple, alude de dos modos
diferentes a una de sus características y demás es porque considera que resulta
problemático para un receptor dado.
El orden que el emisor da a la explicación sigue el proceso mental que,
según cree, hará el receptor: lo que va del problema a su solución es el pasaje de
lo desconocido a lo conocido, de lo incomprensible a lo comprensible.
Las relaciones que se observan entre el problema y la solución son de dos
tipos:
◦ Causales. Son las más globales y dan su forma característica al texto
explicativo. Plantean las causas o razones de la ocurrencia de un fenómeno y se
caracterizan por la presencia explícita o implícita de por qué o cómo, punto de
partida de la explicación, y porque, punto de partida de la respuesta.
◦ De equivalencia. Plantean correspondencias o paralelismos: entre lo
general y lo particular, entre un nombre y una definición, entre una expresión y un
sinónimo, entre una regla y un caso, etcétera.
Reconocer qué problema se quiere explicar y qué respuesta se da o se
puede dar al respecto es el primer paso de la comprensión y la producción de una
explicación.
Fundamentar: En el plano discursivo, “fundamentar” es basar o apoyar una
afirmación que se sostiene; es dar las razones o los motivos en los que se funda
una idea, ya se trate de una opinión o de un enunciado con pretensiones de verdad
y no sólo de validez. En este sentido, la fundamentación aparece tanto al
argumentar como al explicar, siempre que se debe justificar algo dicho (García
Debanc: 1994).
Las fundamentaciones pueden apoyarse en determinados hechos y aparecer
bajo la responsabilidad del emisor, por esta razón resultan trasparentes y
verificables, es decir, puede demostrarse su verdad o su falsedad. También pueden
basase en un punto de vista ajeno. El uso de verbos del tipo “creer”, “suponer”,
“pensar”, “sostener” presenta lo afirmado como una referencia discursiva y el
emisor queda liberado de pretender la verdad. Este recurso es el que se observa en
géneros como la divulgación científica, las explicaciones de manuales académicos y
las respuestas a exámenes parciales para dar cuenta de la lectura de determinada
bibliografía (Von Wright: 1979).
Relacionar: Relacionar es establecer un vínculo entre dos o más cosas,
sucesos, ideas, etcétera. La relación se establece cuando hay alguna circunstancia
que une las cosas, en la realidad o en la mente.
En el discurso, las formas de poner dos términos en relación son
variadísimas; por ejemplo, entre otras, pueden establecerse relaciones temporales
de anterioridad, posterioridad y simultaneidad, y relaciones lógicas de causa, de

5
Prof. y Lic. en Ciencias de la Educación-Taller de Docencia- 2015

consecuencia, de fin, de resultado, de conclusión, de equivalencia, de analogía, de


deducción, de inducción, de oposición, por generalización, por ejemplificación, por
jerarquía o dependencia informativa.
Determinar de qué orden es la circunstancia que une las cosas y de qué
orden son las cosas que deben relacionarse orienta la relación que ha de
establecerse.
Resumir: El resumen puede ser definido como un texto que presenta lo
esencial de un texto anterior. El reconocimiento de lo esencial está estrechamente
relacionado con la coherencia del texto fuente, pues consiste en la identificación de
la información que en éste se va agregando y en la eliminación de la información
repetida.
Cuando el resumen se realiza para facilitar la comprensión y la revisión de
un texto, y cuando responde a la necesidad de dar cuenta de lo aprendido o
comprendido, mantener la coherencia se vuelve particularmente necesario. En
efecto, la utilidad o la pertinencia del resumen dependen de que, al eliminar lo
conocido y conservar lo nuevo, se produzca un nuevo texto que presente un tema
global, temas particulares ordenados, ideas interconectadas en forma clara y todos
los datos necesarios para mantener la coherencia.
Al planificar la respuesta, deben tenerse en cuenta las estrategias que están
en el origen de todo buen resumen aplicable a los textos vinculados al estudio. En
estos textos, el tema global suele expresarse en el título y los subtemas, en los
subtítulos, en tanto que la separación en párrafos se corresponde comúnmente con
el desarrollo de diferentes subsubtemas. Esta organización, por otra parte, se
encuentra replicada en el Árbol temático.
Así, como se sabe, una primera etapa del resumen puede consistir en
plantearse estas preguntas: “¿De qué tema se habla en este texto?” “¿Qué se dice
acerca del tema en cada uno de los párrafos?” Seguidamente, si el texto se ha
copiado en Word, se resaltan o subrayan las palabras o frases clave relacionadas
con esas preguntas; si no, se las copia y se las pega en el Bloc de notas.
Al realizar esta operación, se omite la información innecesaria para
interpretar lo que sigue en el texto. Además, al establecer el tema de cada párrafo,
se hace una generalización de la información, es decir, se sustituyen varios
conceptos por otro más breve que los incluye. Para pasar del análisis a la redacción
del nuevo texto que es el resumen, debe realizarse una operación más: integrar
varias ideas en una más abarcadora. El título del resumen es la más abarcadora de
ellas (Van Dijk: 1996).
En síntesis, producir un resumen implica identificar la coherencia de un texto
fuente y producir un nuevo texto, más breve. Esto supone omitir la información ya
dada, generalizar la información nueva e integrar ideas coherentemente.
Sistematizar: Sistematizar es organizar cosas o ideas con sistema, es
decir, en un conjunto ordenado, en el que cada elemento cumple una función y se
distingue de los otros. El término “elemento” remite tanto a entidades como a
cosas, procesos, conceptos y términos, de lo que resulta que un sistema puede ser
real o conceptual o, en otras palabras, que no se trata sólo de dar orden a las cosas
del mundo, sino también a los pensamientos.
En un sistema, actúan todas las partes, es decir, ninguna queda aislada y sin
función. Además, las partes funcionan coordenadamente y contribuyen
distributivamente al orden. Por esa razón, puede decirse que sistematizar implica
adoptar un criterio y seguir un procedimiento que conduzca a la clasificación de las
partes y su inscripción en un todo. Por ejemplo, una consigna que solicita:
“Sistematice la bibliografía leída en la unidad 1”, exige elegir un criterio para
realizar la sistematización (por ejemplo, el tema), proceder a ordenar los textos de

6
Prof. y Lic. en Ciencias de la Educación-Taller de Docencia- 2015

acuerdo con ese tema, estableciendo subtemas o perspectivas (lo que supone
adoptar un nuevo criterio), etcétera.

Bibliografía
Adam, J.M. (1989), Le texte descriptif, París, Ed. Nathan.
Coltier, D. (1988), “Introduction et gestion des exemples dans les textes à these”,
Pratiques, 58, París.
García Debanc, C. (1994), “Apprendre a justifier par écrit un réponse: analyses
linguistiques et perspectives didactiques” en Pratiques, 84, París.
Guidi, M. (2008) Ficha de cátedra: “La elaboración de consignas”. Taller de
Docencia Prof. y Lic. en Ciencias de la Educación. Tandil.
Martin, R. (1990), “La definition naturelle” en: Centre d’ Études du Lexique, La
definition, París, Larousse.
Van Dijk, T. (1996), Estructuras y funciones del discurso, México, Siglo XXI.
Von Wright, E.H. (1979), Explicación y comprensión, Madrid, Alianza.
Zamudio, B. y Atorresi, A. (2000), La explicación, Buenos Aires, Eudeba

Prof. Verellen Ma. Eugenia


2015

También podría gustarte