Difusos Finales PDF
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2006
Para Ariel, Eliza y John esta muestra de agradecimiento por 5 años de trabajo y amistad.
ELLA
ÉL
LA MADRE DE ELLA
EL OTRO
HOMBRE MAYOR
LA VOZ DE UN PREDICADOR
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En la cocina de la madre de ella
HOMBRE MAYOR
La madre de ella sabe que ya ha vivido suficiente. No quiere acabar con su vida pero
ELLA
Del todo.
HOMBRE MAYOR
No sería del todo desagradable. La madre de ella cree que su labor en la tierra está
terminada. Cree que todos vienen a la tierra con una tarea, que todos tienen un propósito
para estar aquí. Su propósito fue parirla a ella, su hija. Lo segundo fue criarla. Su marido
quiso tener más hijos pero para su fortuna, supo cómo evitarlo.
ELLA
Eso sólo hubiera alargado su tarea. Eso sólo hubiera prolongado su responsabilidad.
HOMBRE MAYOR
ELLA
La madre de ella se siente en el mejor momento de su vida. Cada día al despertar sonríe
HOMBRE MAYOR
Es decir, claro que sale, claro que hace las compras necesarias, claro que habla con sus
amigas, claro que va a cine una que otra vez pero sabe que esencialmente sus actividades
son prescindibles, son aquello que hace mientras el contador de su vida llega al final.
ELLA
Esto la tranquiliza.
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HOMBRE MAYOR
Esto le permite caminar sin prisa, comer con hambre, tejer sin objetivo, hablar con ella con
total franqueza.
EL OTRO
HOMBRE MAYOR
EL OTRO
Ella come galletas. Una tras otra. Ella come galletas mientras escucha hablar a su madre.
LA MADRE DE ELLA
Es como el otro día. No sabía qué hacer. No sabía si ir a cine o darme una ducha. Fue ese
día en que el récord de temperatura se rompió. El miércoles hace quince días, creo. El
calor era inmenso. Grande. Intenso. Grande como algo que lo aplasta a uno. Grande
como un peso sobre los pulmones. Como algo que obstaculiza la respiración. Me había
despertado tarde ese día porque… Bueno, porque sí. Porque siempre me levanto tarde. En
todo caso cuando me desperté supe que ese día sería distinto, que ese día me sucedería algo
EL OTRO
LA MADRE DE ELLA
No pienso mucho, ¿sabes? Ya no, por lo menos. Eso es lo que más me gusta de mi vida,
no tengo ninguna necesidad de pensar. Puedo simplemente sentarme a leer revistas, ver
televisión, tejer, mirar mis manos, sentarme en el balcón, cocinar cualquier cosa, y en
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ningún momento siento ni el deseo ni la obligación de pensar. Puedo pasar horas enteras
inmóvil hasta que me doy cuenta que no he pensado en nada. Que el espacio intermedio ha
sido como un silencio oscuro en el que he desaparecido por un rato. Sé que desapruebas
esto. Sé que desapruebas mi vida en general. Sé que quisieras tener una madre activa, una
madre trabajadora pero realmente me importa poco lo que quieras. Yo ya hice mi trabajo.
Yo ya cumplí con mi deber y ahora estoy en vacaciones permanentes. Ahora estoy dejando
EL OTRO
LA MADRE DE ELLA
Cuando me desperté supe que ese día sería distinto. Por el calor, dirás tú. Pero no, era algo
más. Había algo en mi cuerpo, como una especie de alarma, de advertencia, que me
informaba que ese día sucedería algo especial. La mañana fue intrascendente. No salí, no
estar y me miré las manos. Un rato largo, creo. Nunca he sido muy buena para medir el
tiempo. Siempre me equivoco sobre qué tan largo ha sido algo. Ese día, sin embargo,
estoy casi segura que había pasado mucho tiempo porque la luz del sol ya estaba
alumbrando las patas de la mecedora. Sabes que a ese cuarto sólo le llega la luz de la tarde.
Tal vez por eso volví en mí, al ver mis pies resplandecientes. No sé. En todo caso pensé
que nada fuera de lo común había sucedido y que a lo mejor mi intuición me había
engañado. Aunque claro, en el fondo sabía que no era así, que sólo era una cuestión de
paciencia, que tendría que esperar un poco más. Decidí levantarme de la mecedora. No sé
por qué. Lo hice sin un propósito concreto. Decidí levantarme de la mecedora y justo en
ese momento resplandeció lo que se iba a dar ese día. Justo en ese momento, al ponerme de
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pie, fue como si la sangre hubiera llegado a la cabeza en el ángulo correcto para revelarme
el evento que separaría a ese día del resto. Lo vi con claridad: ese día y en ese instante supe
que tú vas a morir antes que yo. Fue algo así, que me llegó de repente, como una certeza
HOMBRE MAYOR
Ella no sabe qué hacer. Ella mira el reloj, quiere marcharse pero todavía tiene tiempo. A
difícil de entender.
ELLA
HOMBRE MAYOR
ELLA
HOMBRE MAYOR
Considera que la situación está rozando un nivel de extravagancia que le parece molesto,
inoportuno. Quisiera tomar café y escucharla hablar sobre el clima o sobre su última
compra pero le fastidia un poco oírla en el papel de vidente: las madres son madres y punto,
ELLA
EL OTRO
LA MADRE DE ELLA
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La cosa no fue a más. Me quedé estática un momento. Detenida entre estar sentada y estar
de pie. Me quedé como congelada por un instante y luego me paré. Vine a la cocina y puse
a hervir el agua para hacerme un café. Luego prendí el televisor del cuarto y le subí el
volumen para poder oírlo desde el balcón. Puse una de esas emisoras de música clásica.
Volví a la cocina, colé el café, etcétera. Me dio pereza a último momento salir al balcón y
decidí quedarme parada bajo el umbral de esta puerta. Decidí no llegar a ningún lugar,
quise estar justo en la frontera entre la cocina y la sala. Porque sí. Me recosté en el marco
y me puse a tararear la melodía que emitía el televisor. Era una de las Estaciones de
Vivaldi, no recuerdo cuál, la que aparece en el comercial de los paticos. ¿La Primavera tal
vez? No sé. La cosa es que estaba ahí parada, siguiendo la melodía a medias y entonces se
me ocurrió que a lo mejor no era la canción lo que estaba escuchando. Se me ocurrió que a
lo mejor era el comercial. ¿Ves la diferencia? En la publicidad de ese jabón utilizan el tema
de Vivaldi pero cuando uno oye el comercial no está oyendo la canción, está oyendo el
comercial. Es muy diferente lo uno de lo otro. Así sean las mismas notas, así sea la
misma frase musical, así sea la misma interpretación, es muy distinto lo uno de lo otro. Me
angustié ¿sabes? No sé por qué pero me sentí engañada. Pero también sentí que el engaño
era un autoengaño, era yo quien me había jugado una mala pasada y eso me pareció aún
peor. Pensé que había puesto la emisora de música clásica cuando en realidad había puesto
alguna de las cadenas nacionales. Sé que no es nada grave, a todos nos pasan ese tipo de
cuenta que lo que sonaba era la canción, no el comercial. Entonces me sentí no sólo
ridícula sino doblemente engañada: primero me engañé pensando que era la canción y
luego me engañé creyendo que era el comercial. Terrible. No te imaginas cuánto. Fue un
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parada en ningún lugar, en un terreno fronterizo, movedizo. Entonces recordé mi decisión
de no ir a la sala pero de salir de la cocina, era lo mismo. En ese momento había decidido
estar en ningún lugar, no entrar a un espacio pero salir del otro. ¿Me sigues? Es difícil
EL OTRO
LA MADRE DE ELLA
Pues claro que tenía que ser lo mismo, no podía ser de otra manera. Lo que sucedió ese día,
todo lo que ocurrió, toda la cadena de sucesos que me acontecieron, ocurrieron para
muerte. Después de eso tuve muchos problemas para volver, para llegar de nuevo al hecho
irrefutable de estar aquí, de tener calor y de estar sudando. Fue así. Quería contártelo.
EL OTRO
Ella se para.
HOMBRE MAYOR
ELLA
¿Sí?
HOMBRE MAYOR
Realmente la ama por un instante. La mira a los ojos y aunque quiere decir algo no dice
nada.
ELLA
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En el puente
HOMBRE MAYOR
Ella nunca camina sin saber adónde se dirige. Ella nunca cruza la calle si cruzar la calle no
es un requisito para llegar a su destino. Ella encuentra el destino siempre. Ella cree en el
destino.
ELLA
Cree en todos los destinos, cree que es posible llegar a cualquier lugar con un mapa, con un
plan de ruta. No entiende cómo puede alguien perderse, no entiende qué es el azar.
HOMBRE MAYOR
Ella sabe que su vida es la planificación ordenada de una serie de objetivos que se fijó
desde niña. Le gusta saberlo. Se siente orgullosa de entender los mecanismos, los
rudimentos, del engranaje vital. Es su vida, sí, pero así debe ser la vida de todos. Los que
no entienden cómo funcionan las cosas no son personas, no viven vidas sino algo parecido
ELLA
Humanoides.
HOMBRE MAYOR
Son humanoides que rondan por doquier. Son un episodio más en la vida de los humanos,
ELLA
HOMBRE MAYOR
No entiende por qué pero sabe que no es posible vivir sin tener ciertos huecos en el mapa.
ELLA
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Sus huecos, sin embargo, no son huecos amorfos. Ella diseña la geometría del hoyo, abre
están determinados por las figuras que forman las demás actividades, las actividades
HOMBRE MAYOR
Ella sabe que a veces la única manera de pasar de una actividad a otra es permitiendo que
LA MADRE DE ELLA
Ella se encuentra ahora en uno de esos huecos. Ella fuma sobre el puente mientras lee algo
EL OTRO
HOMBRE MAYOR
Él dice que el paraíso siempre está en otra parte. Que está en algún lugar que se desplaza,
que lo evade. Como la ficha de un juego que muda de coordenadas, que no reposa, como la
ELLA
Nunca coinciden.
HOMBRE MAYOR
Él dice que el paraíso nunca está donde él está. El paraíso y él no nacieron para conocerse,
generaliza. Él converge en lugares y momentos con el paraíso de otros pero sabe que esos
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no son sus paraísos. Su historia es la historia de la búsqueda del paraíso aunque él no lo
sepa.
ELLA
O no lo acepte.
LA MADRE DE ELLA
Abajo el agua del río pasa vez tras vez. Abajo el agua del río pasa.
EL OTRO
ÉL
Vine para saber en qué estás vine para saber en qué va todo vine para entenderte. No estás
bien o no estás bien conmigo no sé me gustaría que me lo explicaras como lo has hecho lo
sé. Sé que me lo has explicado una y mil veces sé que estás cansada de explicármelo sé que
no estás cansada de explicármelo sé que te divierte explicármelo sé que creés que nunca
podré entenderte o que no querré entenderte o que no estoy capacitado para entenderte. Sé
LA MADRE DE ELLA
Ella apaga el cigarrillo sobre la baranda del puente. Él la mira. Se sienta a su lado.
ÉL
Sé que estás cansada de mí sé que te aburre lo que digo sé que te aburre la manera como
vivo sé que estás conmigo por el sexo sé que estoy cansado. Irreparablemente cansado. No
es por vos aunque sé que no te preocuparía que mi cansancio fuera por tu causa porque mi
semejante pero sé que en algún lugar de tu atribulada cabeza hay algo que me escucha algo
que cala en tu conciencia que me exhorta a insistir en este esfuerzo inútil que es estar con
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vos en esta estupidez que es nuestra relación en esta desfachatada travesura que es pensar
que nuestras vidas pueden unirse que podemos llegar a una plataforma común que
podríamos compartir pero sé que lo que digo no sirve no llega porque tu idioma es un
idioma extranjero único que sólo vos entendés y que te hace estar más sola en el mundo que
nadie y por eso insisto también como en una obra de caridad porque no soporto tu soledad
porque no soporto que exista alguien en el mundo tan solo. Tan irreparablemente solo.
Tan desterrado. Tu patria es como mi paraíso: siempre está en otra parte. Siempre está
eludiéndote y yo me siento mal por vos yo quiero hacer de vos mi buena obra mi obra de
caridad. Y por eso insisto. Y por eso insisto en vos. Y es por eso…
ELLA
HOMBRE MAYOR
ELLA
HOMBRE MAYOR
ELLA
Él cree que le enseña que no es posible controlarlo todo, que la vida es mucho más amplia y
HOMBRE MAYOR
Él considera este pensamiento como una convicción casi religiosa que determina una
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último de las cosas. No cuestiona las causas pues sabe que son algo diseñado para escapar
de su finitud.
ELLA
idea. Él tardó mucho en acostumbrarse a esto. Anteriormente fingía que su silencio era
una estrategia discursiva pero luego dejó de importarle, luego entendió que eso lo hacía
especial, lo hacía diferente. Él supone que esta diferencia es importante en su vida, que, de
hecho, la fuerza de su impulso vital radica en ver difusos los finales de las cosas.
EL OTRO
HOMBRE MAYOR
ELLA
LA MADRE DE ELLA
EL OTRO
ELLA
HOMBRE MAYOR
A ella nunca se le ocurriría mirar atrás. Ella sabe lo que queda a sus espaldas, ella ha
armado el diseño de aquello que deja, no necesita constatar su forma. Ella sigue su marcha
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revisando el plano de lo que viene: las calles que debe atravesar, la velocidad de sus pasos,
la mirada que otea los posibles peligros. Ella se echa a andar sabiendo dónde va y a qué
hora debe llegar. Ella va armada de un propósito, siempre va armada de un propósito, sino
ELLA
LA MADRE DE ELLA
Él está en el puente, él decide seguir hablando aunque ella no esté; a él, ya en este punto, no
EL OTRO
ELLA
Tal vez.
ÉL
Pero todo tiene su revés. Todo puede ser visto como su contrario. Todo puede ser
descubierto antónimo. Sos la mujer de mi vida la mujer que nació para estar conmigo y yo
el hombre que andás buscando desde siempre. ¿Ves? Nada cambia. Parece absurdo pero
debo decirte que no lo es que nada lo es o por lo menos que nada de lo que vos considerás
absurdo lo es. Tu sentido del absurdo está realmente torcido vuelto hacia otro lado. Lo
absurdo es que no podás ver lo vacía que es tu jaula lo inmenso que es el mundo y lo
diminuta que sos en un diseño tan grande. Sólo hay lugar en tu mundo para tu mundo sólo
hay lugar en tu vida para tu vida sólo hay lugar en tu jaula para tu jaula porque vos no
podés entender nada más allá de tus fauces más allá de tu hocico más allá de tu estúpida
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hablo con vos pues sé que no estás sé que te fuiste como siempre lo hacés sé que tu agenda
te lleva a cambiar de espacio para buscar un terreno sólido algo que se parezca al lugar
donde debés estar donde querés estar donde tu idioma sea hablado por todos y no seás un
islote perdido en la vasta estela del río. Algún lugar donde no seás como una letra perdida
en el embrujo incesante del agua que fluye. Lo que pretendo al hablar ahora así de la
manera en que lo hago con estas metáforas irreflexivas es hacerle entender al orden de las
cosas que tu aislamiento debe acabar que es posible que el amor y la conmiseración
es posible redimirte que es posible que la vida perdone tu estupidez y tu soberbia y que no
todo está perdido para vos. Que si yo insisto que si hablo que si logro decir las cosas que se
deben decir serán como las palabras mágicas como la llave que abre la puerta del templo
como el soplo que logra detener la caída como el pie que logra caminar sin romper la
tensión superficial del agua. Lo que intento con esta catarata de sonidos es un milagro. Lo
que espero es la cura lo único que podría salvarte un milagro. Con eme mayúscula hache
milagro ortográficamente monstruoso. Sólo eso sólo esa dislocación de los signos en la
LA MADRE DE ELLA
HOMBRE MAYOR
Él sabe que el agua fluye porque está embrujada. Él sabe que el agua fluye a causa de la
gravedad pero también sabe que lo uno no anula lo otro. Él sabe que nada va a cambiar
pero se siente bien. Mira al río. Sigue ahí en su extraña paradoja: siempre cambiante y
siempre igual.
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LA MADRE DE ELLA
ELLA
quiera tomar. El otro posee un apetito variado: toma un poco de esto, toma un poco de
aquello.
HOMBRE MAYOR
Sin embargo, no es descuidado en su selección. Para él es claro que hay sabores que le
gustan y otros que le disgustan. No pretende probarlo todo como tampoco le interesa catar
un solo alimento.
ELLA
en los que se detiene por momentos para beber y llenar su saco. Lo principal es saber que
su saco no tiene fin pero que las cosas pueden salirle mal si no ordena las ganancias de
independientemente de cuáles sean, son como libros de múltiples tamaños, temas y formas
para su felicidad.
HOMBRE MAYOR
El otro está acostumbrado a que sean más las cosas que llegan a él que las cosas que salen
de él.
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ELLA
Por este motivo siempre tiene harina en su costal, siempre tiene algo qué comer.
HOMBRE MAYOR
El otro entiende que es una persona privilegiada. Se siente cómodo en su privilegio. Toda
su vida ha sido un constante tránsito entre diferentes formas de abundancia. Sus padres lo
ELLA
HOMBRE MAYOR
directivo de mediano nivel. Ha ido ascendiendo, por supuesto. Sus subalternos sienten por
él una mezcla de respeto y cariño bastante equilibrada. Hace cinco años se casó con una
compañera de estudios y hace tres es padre de una pareja de mellizos. Desde hace 6 meses
ella y el otro se encuentran una vez por semana para copular con relativa pasión.
LA MADRE DE ELLA
El otro comienza a hablar mientras los dos desnudos sobre la cama deshecha.
EL OTRO
Lenta y olorosa. Como una morsa o una ballena grande. Un cachalote. A veces sos como
un ser marino y reposado. Hoy, por ejemplo. Me pregunto qué opera en vos en días como
hoy. Qué comés, en qué pensás para que tu cuerpo se convierta en esta especie de tortuga
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húmeda. Pero me gusta. No lo digo como algo negativo, lo digo como un fenómeno
sentir que sos más de lo que puedo entender. Que hay algo tuyo que no comprendo y que
es insondable. Que podés ser un misterio. Me gusta. Me siento bien cuando descubro en
vos ese ser atávico, acuático. Me divierte. Me siento haciendo el amor con una foca
prehistórica. Sos justo el nivel de emoción que requiere mi semana. Sos mi dosis personal
de aventuras. No podría con más pero no podría vivir sin ella tampoco. A veces me siento
tentado, lo confieso, de mandar todo a la mierda y decirte que nos vayamos al mar. Los
dos. Que compremos una casa en la playa y que vivamos allá juntos, cerca a tu elemento,
veces quisiera dejarlo todo y dedicarme a vos. Dedicarme a estudiarte. Como un biólogo.
Como un biólogo marino. A diseccionar cada una de tus reacciones ante cada una de mis
caricias. A separar y clasificar esa amalgama de gemidos que emitís. A lograr una
taxonomía completa de tus movimientos. A veces siento que sería más feliz si sólo
estuviéramos los dos en el mundo pero entonces despierto. Entonces sé que me aburriría de
vos en una semana, en menos de una semana, en un par de días, en unas horas a lo mejor.
A lo mejor en menos tiempo. No sé pero estoy seguro que nada funcionaría. Ni siquiera el
sexo, todo se desbarataría, todo se vendría abajo como un castillo de naipes en el viento,
como un libro de arena en el agua, todo moriría inmediatamente. Lo nuestro funciona así,
hemos encontrado la forma perfecta de vivirlo. Un encuentro por semana. Cada semana en
un día distinto, cada día en un lugar diferente. Lo que tenemos es lo mejor que podemos
tener, lo sé. Lo que tenemos es lo único que podríamos tener vos y yo. Nada más. El resto
una duración limitada y un propósito definido. El día que nos encontremos y no follemos
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se habrá acabado todo. No habrá por qué seguir. No habrá razones para continuar después
de ese día.
LA MADRE DE ELLA
EL OTRO
Te incomoda lo que digo. No. No te incomoda lo que digo. Lo sé. Eso es lo que me gusta
de vos, no te incomoda nada de lo que digo. No te importa nada de lo que diga. Lo que
diga es irrelevante mientras mantenga la cadera aceitada y la verga erecta. Sos el sueño de
todo hombre. Todo hombre quisiera tener una amante como vos. Siempre dispuesta,
fuertes, las mujeres que toman la iniciativa cuando la deben tomar. Cuando se trata de
llevar las riendas. A mí me gustan las mujeres que saben lo que quieren y saben cómo
procurárselo. Si quisiera recato pues me follo a una beata. Vos sos otra cosa. Vos sos la
amante perfecta. En mi vida sos la otra pero yo también soy el otro en tu vida, lo sé. Hay
uno: tu novio. Y hay otro: yo. Somos espejos. El uno del otro. Cuando digo que sos la
amante perfecta me refiero a que somos perfectos. Los dos. Como amantes. Como
Somos…
LA MADRE DE ELLA
Suena el teléfono. La conversación cesa. Ninguno de los dos hace el intento de contestar.
El timbre persiste.
HOMBRE MAYOR
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En algún lugar cercano el agua del río fluye. Constantemente. Avanza en su
inquebrantable persistencia.
LA MADRE DE ELLA
ELLA
HOMBRE MAYOR
ELLA
Sin embargo las palabras llegan a sus oídos como un sonido cualquiera desprovisto de
significado, como el rumor constante del río. Ella no lo escucha porque no le interesa lo
que él tenga para decirle. No le interesa lo que él piense ni de ella ni de la relación que
mantienen. A ella lo que le interesa de él es que cumpla con su cita semanal y nada más.
Ella necesita de esa cita semanal como necesita de cada una de las cosas que realiza en su
vida. Su vida no tiene excedentes, en su vida no sobra nada. Cada una de las cosas que
constituyen su existencia está allí para algo, cada uno de esos elementos sirve una función,
cumple un propósito.
HOMBRE MAYOR
El otro es una más de las tantas piezas que componen su regulada existencia.
LA MADRE DE ELLA
Ella lo mira vestirse. Le sonríe. El otro sonríe de vuelta. Ella cierra los ojos y sabe que
EL OTRO
No llegués tarde.
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Accidente de él
HOMBRE MAYOR
Él se habla a sí mismo cuando camina. Él practica las cosas que le dirá a ella.
ELLA
HOMBRE MAYOR
Él sabe que el ensayo de sus palabras le sirve para organizar las ideas pero también sabe
que los ensayos son mucho mejores que las funciones. A él, ya en el momento de
comunicarse, se le olvidan las cosas. Para eso son importantes los ensayos: cuando se le
olvida lo que quería decir recuerda las prácticas y puede retornar a su argumento.
ELLA
HOMBRE MAYOR
Esto hace que él siempre suene lejano, como si su centro estuviera en otro lado y él
le produce intriga, le produce ternura. La hace pensar que puede sentir por él algo parecido
al amor.
ELLA
Ella nunca ha estado enamorada, no conoce el amor. Ella ha tenido muchas relaciones en
HOMBRE MAYOR
Ella sabe que no ha amado nunca pero no considera esto algo ni problemático ni extraño.
ELLA
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El amor es una ficción que funciona para otros, que les alivia vacíos… El amor es sólo una
HOMBRE MAYOR
Ella no se adhiere a ninguna de las anteriores. Vive su vida sin esperanza ni desesperanza.
ELLA
HOMBRE MAYOR
ELLA
HOMBRE MAYOR
Su relación con ella es un esfuerzo descomunal por hablar el mismo idioma, por lograr que
ELLA
HOMBRE MAYOR
Peor aún es la persona más triste del mundo, la persona más sola. Está tan sola que no es
capaz de entender su propia soledad. Él sufre cada vez que piensa en ella y se lo repite
constantemente.
LA MADRE DE ELLA
EL OTRO
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HOMBRE MAYOR
ÉL
Yo busco lo que busco porque lo busco así todos los días así cada vez. Yo busco lo que
busco porque no hay nada nunca que sea lo suficientemente grande como para pensar que
debo cesar mi búsqueda que debo parar. Te encuentro a vos como he encontrado a tanta
gente te encuentro a vos como siempre me encuentro a la persona que debo encontrar y te
reconozco distinta desde el principio. Te reconozco problemática desde que te veo por
primera vez. Fue así. Contundente. Cortante. Sos un corte en mi vida una ruptura. Puedo
decir que mis días se dividen en dos. Antes de tu llegada después de tu llegada. El
encuentro con vos ha sido una cachetada de la vida un golpe en la jeta que me tiene
tambaleando que me tiene a punto de caer que me tiene pensando en la caída. Y no quiero
caer no quiero dejarme noquear por tu vida no quiero que tu insoportable visión del mundo
despertés que entendás que estás mal que comprendás por fin que tu aislamiento es
insufrible que vivir como lo hacés no tiene sentido. Es necesario que entendás que el
encontrarnos para hacer de nuestras pobres vidas individuales y únicas una maravillosa
experiencia colectiva una fiesta exquisita y multitudinaria. ¿Por qué no podés entenderlo?
¿Por qué es tan difícil para vos comprender que todo puede ser distinto que cada persona es
LA MADRE DE ELLA
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HOMBRE MAYOR
Él no quiere sonar tan ingenuo, así es como él cree que suena, pero no se le ocurre cómo
EL OTRO
ÉL
Podría encontrar mi destino en las manchas de este escabel. Podría jugar a dibujar una
retícula sobre la banca y luego escribiría las coordenadas específicas de cada mancha.
Podría trazar un plano de mi vida a partir de lo que encuentro o podría tirarme al río y nadar
dirección que debo ir. Lo que busco es el lugar en donde el viento deja de soplar y las
cosas permanecen en su sitio por más de una hora por más de un día por más de una
semana. Busco el país de las cosas fijas pero no sé si existe no me angustia su existencia ni
su inexistencia lo busco porque no tengo nada mejor para hacer porque pienso que en la
vida hay que buscar algo y que da lo mismo qué sea lo que se busca siempre y cuando lo
tras sí mismo persiguiéndose la cola. Quiero llegar porque estoy cansado pero no quiero
llegar porque no quiero detenerme porque no quiero dormirme porque no quiero saber que
mañana puede ser igual que hoy porque blablablá porque me canso.
EL OTRO
HOMBRE MAYOR
Él habla de sí mismo.
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ELLA
Siempre.
HOMBRE MAYOR
Inclusive cuando habla de ella. Sólo puede hablar de él porque es lo único que conoce.
ELLA
HOMBRE MAYOR
Lo hace sin saberlo, sin ser consciente. Habla sin saber que su único tema posible es él.
ÉL
Me gusta cuando estás ausente porque callas. Me gusta cuando no estás porque mis
conversaciones con vos se parecen más a lo que quiero que sean porque cuando no estás
hablo con la persona que está bajo tu piel con la persona que yace oculta para vos y para
todos. Te digo todo lo que te digo porque te repito que mi vida es importante si tiendo
constantemente porque sólo eso quiero hacer sólo quiero hablarte sólo quiero lograr que tu
obstinada exclusión se acabe porque nadie puede ser feliz en ese lugar sin tierra en ese
espacio sin lugar en esa tierra sin espacio en que habitás nadie puede soportar que…
EL OTRO
LA MADRE DE ELLA
En esa esquina…
HOMBRE MAYOR
ELLA
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Un camión de marca Chevrolet y de modelo 1960 cruza sin disminuir su velocidad ni
advertir su presencia.
HOMBRE MAYOR
La de él.
ELLA
Él sólo siente un empujón rabioso y luego el suelo, la curva, la llanta que pasa por encima
HOMBRE MAYOR
ELLA
LA MADRE DE ELLA
HOMBRE MAYOR
Ella trabaja mejor que nadie en esa oficina y lo sabe. Ella entiende que está sobre-
calificada para el trabajo que realiza pero no le importa, sabe que la paciencia es clave en
este momento de su vida. Sabe que saltar escalones es contraproducente pues en el largo
ELLA
Ella no tiene prisa. Ella prefiere caminar despacio y estar segura de cada paso que da.
HOMBRE MAYOR
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Ya se ha convertido en alguien imprescindible para el otro, su jefe. Ya el otro no sabría
cómo mantener los niveles de eficiencia que ha logrado si ella no estuviera allí para
ayudarlo. Ya el otro ha comenzado a temer que su relación extra laboral acabe por salpicar
su dinámica en la empresa.
ELLA
Cada vez que piensa en esto recuerda las palabras que su padre le dirigió el primer día de su
HOMBRE MAYOR
ELLA
El otro nunca ha sido una persona que siga los consejos de otros.
HOMBRE MAYOR
No por soberbia sino por convicción, sabe que la única manera de entender el mundo es
ELLA
El otro espera entender cómo puede transformar su relación amorosa con ella en una
ventaja laboral.
HOMBRE MAYOR
ELLA
La trata como a una más de sus subalternos pero de vez en cuando la premia con algún
suficiente para que quede claro que sus palabras de encomio son aliciente pero cuida que
tampoco vayan tan allá como para generar dudas con respecto a su relación.
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LA MADRE DE ELLA
que escuchan a su jefe y que esperan que sus palabras terminen para que la celebración
comience.
HOMBRE MAYOR
EL OTRO
Vamos bien, muchachos, y muchachas por supuesto, vamos bien y por eso es la hora de
estar más alertas que nunca. El momento en el cual se encuentra nuestro departamento es
el momento más peligroso de todos. Es muy fácil desacelerar, es muy fácil echarse a
dormir en los laureles que tanto trabajo nos han costado conseguir. Porque ha sido duro.
Perdonen la expresión pero ha sido berracamente duro llegar al punto al que hemos llegado.
Ha sido berracamente duro lograr que el engranaje funcione como lo hace hoy en día. ¿O
no? Y ustedes lo saben. Ustedes lo saben mejor que yo porque están ahí todos los días al
frente. Dando lo mejor de cada uno y plantándole la cara más amable a cada situación.
Hace poco vino por acá el presidente de la compañía, algunos a lo mejor se enteraron. Fue
la semana pasada si no estoy mal. En todo caso el tipo entró a mi oficina y lo primero que
me dijo fue: hombre, cómo hacés vos, me gustaría saber cómo carajos hacés para que tu
gente ande siempre trabajando tanto y con tan buena cara. ¿Y saben qué le contesté? ¿Se
pueden imaginar qué le contesté? Pues le dije: no, doctor si el mérito no es mío, el mérito
es de ellos que están allí dándole el pecho a cada día, esa pregunta habría que hacérsela a
ellos. Porque no es por nada pero realmente somos un equipo excepcional, maravilloso.
Por eso es que hoy estamos aquí juntos celebrando, porque otro año se termina y podemos
mirar al año que viene con la cabeza en alto y sonrientes sabiendo que no importa qué se
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nos viene encima. No importa qué retos nos traiga el año venidero porque nosotros
estamos aquí para eso, para domarlos y someterlos a nuestra voluntad. ¿Y saben cuál es el
secreto? Ustedes lo saben mejor que yo pero lo voy a decir para que a ninguno se le olvide.
¿Saben cuál es el secreto de nuestro éxito? Que somos equipo. Allí radica nuestro éxito.
No por nada los filósofos han dicho que dos cabezas piensan mejor que una. Bueno pues
nosotros somos veinte cabezas que pensamos como equipo. Que estamos allí para el otro.
Que somos solidarios. Que sabemos hasta dónde somos capaces de llegar para que el otro
pueda rendir más. Que no tememos a la envidia porque entre nosotros todos somos iguales.
Y si yo estoy aquí donde estoy hoy es por suerte y porque la he sudado durante más tiempo
que la mayoría de ustedes. Pero todos aquí sabemos que entre nosotros las jerarquías no
HOMBRE MAYOR
Ella no lo escucha.
ÉL
Óyeme…
HOMBRE MAYOR
Ella conoce de memoria ese discurso como también lo conocen de memoria todos los que
están allí reunidos. Todos mantienen la misma sonrisa uniforme y asienten con la cabeza
cada tanto para simular cierto entusiasmo. Suficiente como para que el otro siga hablando
pero no tanto como para que se extienda indefinidamente porque lo divertido viene
después.
ÉL
Óyeme…
HOMBRE MAYOR
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Porque lo divertido es la música, el licor y la comida. Porque lo divertido es poder beber en
la empresa sin tener que ocultar la botella. Porque lo divertido es saber que cuando ella y el
jefe desaparecen al mismo tiempo, la fiesta se pone buena, la fiesta empieza de verdad y
aquella reunión deja de ser un evento profesional para ser lo que ellos quieren que sea: una
excusa para dejar que la borrachera hable por ellos, que la bebida se encargue de construir
nuevas relaciones, distintas a las dinámicas del día a día. Porque sólo cuando sienten cerca
ha despegado.
ÉL
Te estoy llamando.
LA MADRE DE ELLA
EL OTRO
Todos la observan.
HOMBRE MAYOR
Ella se castiga mentalmente por no haber apagado el aparato y se apresura a salir de la sala
a contestar.
LA MADRE DE ELLA
El otro hace una pausa mientras ella se retira y continúa con su discurso.
HOMBRE MAYOR
Ella contesta el celular en el pasillo y una voz al otro lado de la línea le informa que él está
30
LA MADRE DE ELLA
Ella no duda, a ella no le tiembla la voz, da las gracias e informa que se dirige hacia allá.
ELLA
Algo sucede en ella en ese momento, algo aparentemente nimio: ella siente un ligero
HOMBRE MAYOR
Ella, por supuesto, no es consciente de esta sensación pero se sorprende al sonreír mientras
ELLA
HOMBRE MAYOR
Lo atribuye a saber que cambiará de espacio, a saber que el otro se preguntará por qué se va
ELLA
Le divierte saber que el otro tendrá que cambiar sus planes, que ella no es la única que
EL OTRO
Ella entra, recoge su cartera y sale sin decir nada. Todos la observan mientras el otro
HOMBRE MAYOR
31
ELLA
HOMBRE MAYOR
La madre de ella está recostada en su mecedora mientras teje y tararea una de las canciones
de moda. A ella le sorprende que su madre siempre esté al tanto de las melodías del
momento.
ELLA
HOMBRE MAYOR
Tiene dos preferencias: la música italiana de los años sesentas y la música clásica; sin
embargo siempre está actualizada, siempre sabe qué está sonando en las emisoras. Ella no
sabe cómo lo hace. Nunca la ha visto sintonizar las estaciones de moda. Cuando la
escucha cantar alguna canción popular se da cuenta de lo poco que conoce a su madre.
ELLA
EL OTRO
prisa.
ELLA
HOMBRE MAYOR
EL OTRO
Suena el teléfono.
32
HOMBRE MAYOR
Las dos cosas se le confunden y cree que es ella quien está llamando.
EL OTRO
HOMBRE MAYOR
ELLA
LA MADRE DE ELLA
Pensé que era mi hija. No sé por qué ¿sabés? Fue una intuición, de esas que de vez en
cuando me atacan. De esas que de vez en cuando me hacen creer cosas. Que de vez en
cuando me causan miedo. O alegría. O los dos a la vez. Pensé que era ella porque estaba
recordándola. Pasé por el gabinete del comedor, ese que está al lado del sofá y vi la foto de
su primera comunión, la que tengo en ese marquito dorado. Entonces recordé lo distante
que era cuando estaba chiquita ¿te acordás? Bueno, no es que ahora haya mejorado mucho
tampoco pero la frialdad es algo soportable en un adulto. Pero cuando era niña su
insensibilidad era verdaderamente aterradora. Creo que en su vida no la he visto llorar más
como si hubiera parido un ser monstruoso, lejano, inalcanzable. Supongo que tiene que ver
con que sea hija única. Mi marido siempre quiso tener otro hijo pero yo no lo hubiera
soportado. Hay mujeres que nacen para ser madres y otras que no, yo estoy en el segundo
grupo. Con una criatura fue más que suficiente para mí. A veces creo que la culpa de su
personalidad enajenada soy yo. A lo mejor no le di todo el afecto que una madre debe dar.
No sé pero no me arrepiento, yo hice lo que tenía que hacer de la manera que mejor pude.
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A lo mejor la culpa es de mi marido que siempre fue un poco extraño, que siempre tenía el
calor en la portada, que siempre era un recipiente ambulante de pasión, de nervios. Que no
dejaba a esa niña sola. Creo que tanta actividad emocional por parte de su padre pudo
haberla bloqueado. No sé cómo estuvimos juntos tanto tiempo, no sé cómo hicimos para
soportarnos. Ella lo amaba a él. Más que nadie en el mundo. Bastante más que yo sin
aceptado su muerte todavía, yo creo que ella todavía lo ve. Yo sí lloré. Vos lo sabés,
estabas ahí. Yo lloré mucho pero ya no recuerdo porqué. Algo tenía que ver con la muerte
pero más que todo lloraba por otra cosa, o por otras cosas. No sé. No me importa tampoco,
te cuento esto porque lo uno llevó a lo otro y no porque sea mi intención aburrirte con este
EL OTRO
La madre de ella recoge algo del piso. Algo que llama su atención y que no debería estar
en ese lugar.
LA MADRE DE ELLA
Bueno, en todo caso ya sé por qué llamás. No te preocupés que no lo he olvidado. Esta
tarde a las tres vamos a visitar a tu sobrina. Te espero abajo a esa hora. Chao.
EL OTRO
La madre de ella cuelga y observa el pétalo seco que ha encontrado en el piso. Es un pétalo
seco de rosa. No hay una sola rosa en su casa. El viento lo debe haber traído hasta allí.
ELLA
HOMBRE MAYOR
34
A veces la madre de ella permite que ciertas señales del mundo exterior se cuelen en su
ELLA
HOMBRE MAYOR
Puede ser el papel de un caramelo con un nombre –que la remite a algún otro momento de
su vida– pero también puede ser la superposición de un pensamiento con un hecho externo.
ELLA
Por ejemplo que ella piense en su hija y que justo en ese momento suene el teléfono.
HOMBRE MAYOR
Hay ciertas alteraciones de la cotidianidad, ciertas pistas, que a la madre de ella la hacen
madre de ella se pregunta qué podrá significar ese pétalo que ha entrado a su apartamento.
La madre de ella se pregunta si aquello a lo que remite esa flor muerta tendrá alguna
EL OTRO
Suena el teléfono y la madre de ella no permite ni siquiera que termine el primer repique
antes de contestar.
LA MADRE DE ELLA
Hola, nena, sabía que eras tú. Sabía que me ibas a llamar justo en este momento, justo
ahora. Bueno, lo cierto es que pensé que ibas a llamar antes, pensé que eras tú la primera
vez que sonó el teléfono. Lo que pasó, fue muy divertido te lo aseguro, es que iba
sonido y contesté convencida creyendo que escucharía tu voz al otro lado de la línea. No
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eras tú. La cosa es que cuando colgué, bueno en realidad fue antes de colgar, me encontré
una hoja seca de rosa, un pétalo quiero decir, y me puse a pensar de nuevo en ti. No sé por
qué. De hecho no sé por qué estaba aquí esa hoja, tú sabes que yo sólo tengo matas que no
florecen. No me gusta que las plantas cambien, que de repente les salga un apéndice de
colores vivos, que se transformen en otra cosa. A mí me gusta que las matas sean verdes y
ELLA
Ella sabe que su madre es una persona normal. Ella sabe que su madre es una persona que
HOMBRE MAYOR
Ella está segura que su madre es como la madre de cualquier otro ser humano pero le
angustia descubrir que su madre parece comenzar a flaquear, que su cordura empieza a
realidad, una vía que está por fuera del mundo pero en la cual encuentra las explicaciones
ELLA
A ella le incomoda severamente que su madre esté cada día más propensa a descubrir
HOMBRE MAYOR
Ahora, le sucede con frecuencia, teme llamarla o visitarla porque sabe que en cualquier
instante podrá dispararse aquel interruptor que transporta a su madre al mundo de las
señales.
LA MADRE DE ELLA
36
¿Nena? ¿Estás ahí?
EL OTRO
HOMBRE MAYOR
Ella llamaba a informarle que él había tenido un accidente y que estaría en la clínica por si
ELLA
HOMBRE MAYOR
Ella solloza sin saber por qué mientras narra cómo él es sacado de la sala de rayos equis,
ELLA
El empleado del hospital le explica a él que ha tenido una fractura de cadera. Él piensa que
HOMBRE MAYOR
No el concepto en sí, él sabe qué es la cadera y sabe qué es una fractura, lo que no entiende
ELLA
Él no entiende porque hasta ese momento las fracturas de cadera y la perspectiva de ser
intervenido quirúrgicamente para recibir un implante son algo que le sucede a los otros, no
a él. A él le cuesta trabajo saber qué es lo que se oculta debajo del accidente.
37
HOMBRE MAYOR
Porque está claro que hay algo oculto, que lo importante no es la lesión de su hueso. Lo
importante es aquello que se produjo en el hecho concreto de haber sido arrollado en ese
momento, en ese lugar y con las consecuencias que de ese encuentro se desprendan; lo
EL OTRO
HOMBRE MAYOR
presidente pero la imagen del estallido craneal del mandatario lo devuelve al tormento de su
cadera.
LA MADRE DE ELLA
Él tiembla.
EL OTRO
HOMBRE MAYOR
sobre su padecimiento.
LA MADRE DE ELLA
38
ÉL
Es posible en este momento. Es posible que me desmaye. Creo que ahora la cabeza debe
esta maldita tortura que es estar aquí acostado con la camilla como una extensión de mi
daño. Me voy a desmayar señorita se lo aseguro no le estoy mintiendo cuando le digo que
LA MADRE DE ELLA
HOMBRE MAYOR
A él le gustaría que se quedara ahí con él. A él le encantaría que alguien estuviera ahí con
él.
ELLA
HOMBRE MAYOR
Él no se sorprende, él en este momento está más allá de cualquier emoción, él, de alguna
manera, cree que el hecho de verla aparecer en ese instante es algo lógico, es producto del
llamado de su pensamiento.
ELLA
ÉL
Te llamé te he estado llamando desde que esto ocurrió he estado repitiendo tu nombre de
manera incesante como un mantra. Como un mantra como un amuleto como si en las
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nombre fuera el reposo que busco. Dónde estabas por que no estabas conmigo te lo
halado hacia atrás en el momento del impacto que no hubieras logrado evitar el hecho de
EL OTRO
ÉL
Ahora todo está bien. Mientras estés al lado mío todo va a estar bien ya todo comienza a
calmarse ya el dolor cesa ya dentro de poco podré ponerme en pie ya dentro de poco podré
salir caminando de este hospital de mierda. Todo hospital es un hospital de mierda es una
redundancia nada de esto debería existir nada de esto debería estar sucediendo no es posible
que ahora las cosas se tornen contra mí. No he hecho nada soy inocente no he matado a
introduzcan ningún objeto extraño en mi cuerpo no quiero quedar remendado no quiero una
cicatriz espantosa no quiero tener que esperar a que alguien me lleve al baño a cagar no
quiero que venga nadie a bañarme no quiero estar inmóvil atado a esta cama no quiero usar
muletas no quiero usar bastón no quiero tener que aprender a caminar de nuevo eso ya lo
sentirme agradecido por poder estar de pie no quiero sentirme agradecido por poder
recuperar el paso no quiero sentirme agradecido por hacer algo que llevo años haciendo.
Sueno como un niño lo sé sueno como un niño y me importa un culo sueno como un niño y
seguiré sonando como un niño todo el tiempo que me dé la gana porque me lo he ganado
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magullada con mis huesos astillados. Voy a sonar como un niño porque me da la gana
sonar así porque no es posible reaccionar como un adulto ante un evento de esta magnitud
porque así lo quisiera no puedo evitarlo porque las quejas se me caen de la boca en esta
catarata interminable porque este accidente abrió el grifo y ahora no hay quién lo cierre
porque…
LA MADRE DE ELLA
Él calla súbitamente. Él cae en la cuenta que ya no siente dolor. Él piensa que está
EL OTRO
HOMBRE MAYOR
EL OTRO
Varios
HOMBRE MAYOR
ELLA
El otro conduce y deja que la voz del religioso sea la marea que guía su timón.
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VOZ DE UN PREDICADOR
Grandes y misteriosos son los eventos que vendrán. Grandes y misteriosos son los
designios del Señor, hermanos. Los vientos que se levantan de Sur a Norte dejarán de
soplar por 24 horas tras las cuales se invertirán y con ellos la sal de los océanos será barrida
nombre del Primero y con Él caerán los que aún queden en pie. Y lo digo frente a esta
asamblea sin temor, pues la verdad de Aquel que siempre ha sido me acompaña, no quedará
en pie ninguno de los aquí presentes. Todos habremos sucumbido ante la llovizna de fuego
que acompañará al primero de los azotes. Una nube dorada sacudirá los cimientos de las
construcciones humanas. Ninguna edificación quedará en pie y no habrá tiempo para las
chispearán sobre la tierra, sobre las ruinas de la tierra, sobre los malditos que insistan en
continuar aferrados a este valle de miserias, a este lodo putrefacto. La bestia que habita las
grietas de los abismos del infinito, la abominación que ha dormido, que ha estado
apaciguada por eras enteras será desenterrada, hermanos, por nuestros pecados. Será
resucitada por la codicia, hermanos, por la ambición desenfrenada del ser humano que ha
HOMBRE MAYOR
ELLA
El mundo no se va acabar, el mundo seguirá allí después de que las historias de sus
42
HOMBRE MAYOR
EL OTRO
Hola, soy yo. No hablés. No quiero saber dónde andás, no llamo a reclamarte por tu
anunciando el fin del mundo. Es que… Confieso que algunas veces sintonizo una emisora
de música cristiana. Me gustan esas melodías simples, pegajosas, tranquilas. Son melodías
sin pretensión, son producto de una fórmula probada. Por eso me gustan, no pretenden
cristiano. No soy religioso. No sé siquiera si creo en Dios pero lo que me producen esas
confirman que la media existe, que el ser humano promedio existe y consume cierto tipo
HOMBRE MAYOR
Al otro lado de la línea ella escucha la señal de otra llamada que quiere entrar. Alguien
más está tratando de contactarla. Ella decide dejar que el buzón de mensajes conteste.
LA MADRE DE ELLA
¿Hola? ¿Nena? Soy yo. Tu madre. ¿Estos aparatos tienen contestador de mensajes? No
sabía que los celulares tenían buzón. ¿Me escucharás si te dejo un mensaje? Voy a intentar
EL OTRO
En todo caso puse la estación cristiana y había un predicador hablando sobre el fin de los
tiempos. Un tema apasionante. No me burlo, lo digo en serio. El tipo sólo quería asustar a
sus oyentes, eso está claro, pero el tema como tal me parece apasionante. Sobretodo porque
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no me lo puedo imaginar. ¿Qué es el fin de los tiempos? ¿Además porque se utiliza
HOMBRE MAYOR
Ella aprovecha la pausa dramática del otro para insertar un ligero ataque de tos.
EL OTRO
Disculpá, te aburro. Me desvío. Bueno, no, no me desvío porque te hablo del predicador
que fue lo que me llevó a llamarte. Dejame terminar. Esta cuestión del fin de los tiempos
me hizo pensar en vos. Porque… No sé, la verdad. Me imagino que quedé un poco
oficina. Como siempre en estas ocasiones. No te estoy haciendo un reproche. Sólo que el
predicador hablaba con tanta pasión de la bestia y de nubes doradas que destruirían todo y
no sé qué más tonterías que me hizo pensar en vos. Porque el tipo este no paraba y no
paraba –bueno, como yo ahora- pero su voz era realmente potente y se me atravesó la idea
de que el tipo estaba enamorado. Se me ocurrió que el tipo hablaba así porque era el amor
HOMBRE MAYOR
Ella decide que el otro está borracho. Ha estado tomando en la fiesta de la oficina y llama a
reprocharle su partida.
ELLA
Ella cuelga, sin despedirse, al tiempo que entra una segunda llamada de su madre.
LA MADRE DE ELLA
¿Aló, nena? Siquiera contestaste: llamo a decirte algo importante. Llamo a decirte que he
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Descubrí no sólo que no es tu plato preferido –y que me has engañado toda tu vida– sino
HOMBRE MAYOR
Un ataque de ira le surca el estómago y ella cuelga el teléfono. Decide apagarlo para no ser
molestada por ese par de –lo piensa en aquel momento y lo piensa ahora en el momento de
ELLA
HOMBRE MAYOR
Ella va hasta una máquina dispensadora de café y sirve uno. Se sienta de nuevo a esperar
EL OTRO
Tenés el celular apagado, lo entiendo. Entiendo también que me hayás colgado, no hay
problema. Pensás que estoy borracho, seguro. No importa. En todo caso te dejo el
es y no sé qué más tonterías. Pero te digo que el tipo hablaba con PASIÓN. En
poseído. Pero era un amor distinto, profundo… Una pasión sin sexo. Y entonces me
acordé de vos. De vos y yo y pensé que lo nuestro es justo lo contrario: sexo sin pasión.
Acrobático, higiénico, elástico, eficiente y demás pero nunca apasionado. Y creo que el
problema es tuyo. Creo que sos vos la que no permite… Mejor dicho, los sentimientos no
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LA MADRE DE ELLA
No importa, nena, pues te dejo el mensaje entonces. Es mejor así. No creo que sea capaz
Durante toda la vida te tomaste la sopa con tanta obediencia que yo pensé que te gustaba,
que era tu comida preferida. Yo la preparaba cada día de por medio, porque es lo más fácil
de preparar, y como tú te la comías siempre… En todo caso quiero decirte que la semana
pasada te preparé la sopa y la empaqué en un molde, para que te la llevaras. Y así fue,
viniste, me hiciste visita un rato y luego te fuiste para tu casa con la sopa. Yo me quedé
esperando una llamada que nunca llegó y así me enteré de que no te la tomaste. A lo mejor
inconscientemente ya sabía que me habías engañado todos estos años y lo único que quería
era confirmarlo. No sé. No soy psicóloga. Le puse medio frasco de un laxante potentísimo
para que te enfermaras, para que te tocara ir a la clínica de urgencia. Pero no sé qué hiciste
con la sopa, seguro la botaste en el camino. Espero que no se la hayas regalado a nadie
porque le habrías hecho mucho mal. Yo le puse medio frasco de laxante solamente porque
no te quería matar. Le puse sólo lo suficiente para enviarte a la clínica, nada más. Quería
poder demostrarte mi amor por ti estando allí día y noche sin alejarme de la cabecera de tu
cama. Hablando con el médico, llorando sobre tu almohada. Quería poder demostrarte que
soy tu madre y que te amo, que me preocupo por ti, que tu padre ya murió y que ahora sólo
me tienes a mí pero que yo basto y sobro. Todo esto quería decirte, nena, ¿lo ves? Espero
que me entiendas, nena, espero que todo esté bien. Espero que puedas entenderme y que lo
EL OTRO
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El otro se aburre de manejar sin rumbo. Se hace tarde y su esposa lo debe estar esperando.
El otro piensa en su mujer y decide regresar. Pone las direccionales del carro, gira a la
LA MADRE DE ELLA
sin prisa hasta su habitación y se deja caer sobre la cama. Toma el control remoto de la
ELLA
Ella está sentada en la sala de espera. Escruta con fijeza la pintura de la pared. El
habitación 1528. Ella toma el ascensor hasta el piso quince y al llegar a la pieza abre la
ÉL
Hola. No te imaginás lo que fue la cirugía qué maravilla. Increíble vi mi piel estirada vi el
armatoste de metal que me insertaron no te imaginás lo que fue eso. Me desperté antes de
que la operación acabara y por el reflejo de la lámpara… ¿Alguna vez te han operado? Las
lámparas sobre la mesa de cirugía son impresionantes redondas enormes parecen platillos
voladores. El vidrio de la que estaba sobre mi cabeza reflejaba mi cadera y la piel se veía
podés creer lo que fue eso y no me dolió nada todo el tiempo con la anestesia aunque al
final estaba despierto. Despierto de los ojos porque el cuerpo seguía dormido y los médicos
que era a mí al que estaban operando y que los sonidos que parecían como de carpintería
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era porque me estaban armando otra vez la cadera. A punta de golpes y martillazos me
estaban recomponiendo y yo estaba tranquilo sin preocuparme por nada más allá del bien y
del mal pero no como muerto sino todo lo contrario muy pero muy vivo pero muy dormido
también.
ELLA
Ella lo besa.
ÉL
Deberías haber estado allí. Fue impresionante pero ahora no importa porque estás aquí
conmigo y te vas a quedar aquí conmigo esta noche. Me gusta saber que estarás a mi lado
mientras duermo me gusta saber que dormirás aquí mientras yo duermo que coincidiremos
en esa acción y a lo mejor mañana despertás enamorada de mí. Puede ser así. Puede ser
Así será estoy seguro. Mañana amanecerá el amor en vos y todo va a ser distinto y vas a
estar allí conmigo en la recuperación. Vas a salir de esa maldita isla tuya de una vez por
todas y vamos a seguir juntos un rato otro rato hasta que se acabe el rato muchos ratos
juntos.
HOMBRE MAYOR
dormirá. Busca el control remoto del televisor pero a último momento se arrepiente de
enciende y escucha los mensajes. Primero el del otro luego el de su madre. Los borra. Se
recuesta en la cama y cierra los ojos. Ella piensa en esta narración. Sonríe, recuerda a su
padre y decide que ya se ha dicho lo que había que decir. Esta noche dormirá bien.
-Sydney, 2006
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