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ARQUEOLOGIA

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Estudiante

Lizanka Tineo

Matrícula
2017-1300043

Materia
ARQUEOLOGIA BIBLICA

Docente
ELEOENAI ZAYAS

Fecha
20 Agosto 2018
SEMANA II
Sir Charles Leonard Woolley
(Londres, 1880 - 1960) Arqueólogo británico. Entre 1922 y 1934
dirigió las excavaciones en la antigua ciudad sumeria de Ur
(actual Iraq); los hallazgos constituyen uno de los hitos más
relevantes de la arqueología moderna.

Entre 1907 y 1911 participó en la expedición arqueológica británica en el


yacimiento egipcio de Wadi Halfa, en el actual Sudán. En 1912 dirigió
junto a T. E. Lawrence (conocido como Lawrence de Arabia) las
excavaciones de la ciudad hitita de Karkemish, en la Siria septentrional.
Allí permaneció Woolley dos años, publicando entre 1921 y 1953 los
hallazgos de los trabajos en ese emplazamiento. Posteriormente pasó a
Egipto para dirigir la excavación de Tel el-Amarna, la ciudad sagrada del
faraón Akhenatón.

En 1922 inició los trabajos en el enclave de Ur, cuna de la civilización


mesopotámica, patrocinados por el Museo Británico y la Universidad de
Pennsylvania. Su descubrimiento del cementerio real, datado hacia el
2700 a.C., se considera una de las principales revelaciones
arqueológicas del siglo XX. La minuciosidad con que se llevó a cabo el
alumbramiento de los restos y su posterior estudio permitió a los
historiadores reconstruir la sociedad cortesana sumeria desde sus inicios
protohistóricos en el IV milenio a.C. hasta su época final de habitación,
en el siglo IV a.C.

El riquísimo ajuar funerario encontrado en los enterramientos reales,


entre cuyas piezas destaca el estandarte real de Ur, reveló la existencia
de un arte suntuario de gran exquisitez y elaboración técnica, así como
la práctica del enterramiento sacrificial del rey con su cohorte de
servidores. El descubrimiento de la evidencia geológica de una gran
inundación que habría arrasado la cuenca mesopotámica en época
protohistórica revolucionó las interpretaciones sobre el mito del diluvio
de las tradiciones literarias sumeria y semita.

La labor de Woolley como director técnico de la excavación le valió un


gran prestigio en el mundo científico, avalado por sus novedosas
interpretaciones de los datos materiales obtenidos, que, por ejemplo,
establecieron la secuencia cronológica de la civilización sumeria y las
correlaciones e influencias entre ésta y las culturas griega y egea. En
1927 comenzó a publicar, junto a sus muchos colaboradores, los diez
volúmenes de los informes científicos sobre las excavaciones de Ur.
Estos informes constituyen todavía hoy un material seminal para el
estudio de la antigua Mesopotamia.

Entre 1937 y 1949 realizó excavaciones en Tel Atchana, antigua Alalakh


(sureste de Turquía) y en Antioquía (Siria), donde sacó a la luz los
restos de un pequeño reino de población hurrita cuya fundación situó en
el IV milenio a.C. Publicó estos descubrimientos en sus obras Alalakh,
informe de las excavaciones en Tel Atchana en el Hatay, 1937-
1949 (1955) y El reino olvidado (1953). Woolley escribió asimismo libros
de divulgación, como Los sumerios (1928), Ur de los caldeos (1929)
y Desenterrando el pasado (1930), que obtuvieron un inmediato éxito y
contribuyeron decisivamente a extender el gusto por la arqueología
entre el público no especializado. En 1935 le fue concedido el
tratamiento de sir. De toda la obra escrita del insigne arqueólogo es
preciso destacar la ya citada Excavaciones en Ur: relación de doce años
de trabajo, título inequívoco respecto a su contenido: el autor resume
doce años (1922-1934) de laboriosas y fecundas excavaciones en Ur (la
bíblica Ur Chaldaeorum (Gen., 11, 29), patria de Abraham, en el Irak
meridional), a las que está ligado indisolublemente su nombre mucho
más que a otros importantes descubrimientos arqueológicos.

Ya en el lejano 1652, el orientalista romano Pietro della Valle se había


detenido largo tiempo en la meseta que los árabes llaman hoy Tell-al-
Mukayar, el "Túmulo de la pez", atraído por un "montículo de ruinas de
edificios". En tiempos más cercanos, en 1854, J. B. Taylor, cónsul inglés
en Basra, había sido encargado por el British Museum de iniciar
investigaciones en aquella zona. A fines del siglo XIX hubo también una
expedición organizada por la Universidad de Pensilvania. Los primeros
sondeos propiamente dichos fueron emprendidos después de la primera
guerra mundial por R. Campbell Thomson y H. R. Hall, y finalmente, la
campaña de excavaciones fue dirigida sistemáticamente por Woolley,
que en doce inviernos, en sucesivas campañas organizadas por la "Joint
Expedition" del British Museum y de la Universidad de Pensilvania, logró
una cantidad copiosísima de material, de importancia histórica y de
belleza artística incomparables.

Siguiendo minuciosamente la prolongada marcha de las excavaciones, la


obra de Leonard Woolley reconstruye la historia de Ur, de la que nos da
un amplio panorama que comprende más de cuatro mil años de vida.
Comenzando por el primitivo y antiquísimo poblado, anterior
cronológicamente a la terrible inundación del valle del Éufrates y Tigris
(el "diluvio universal" de las leyendas sumerias y hebreas), continúa la
historia a través de los períodos Uruk y Jamdat Nasr hasta la I dinastía
de Ur (ca. 2700 a. C.), y hasta aquella fase mejor conocida como
sumeria. Poco a poco, Woolley va contando las vicisitudes de la III
dinastía, cuyo reino coincide con el período de mayor prosperidad
económica y con el más luminoso florecimiento artístico (es la época de
las grandes construcciones arquitectónicas, como el "ziggurat" de Ur-
Nammu, prototipo del babilonio) y nos conduce, a través de las dinastías
Isin y Larsa, hasta el período cassita y asirio, que comienza la lenta y
progresiva decadencia que termina trágicamente después del último
esplendor bajo Nabucodonosor II al declinar el siglo IV a. C., cuando la
sequía del antiguo cauce del Éufrates señalará el final de la rica y
populosa ciudad.

Merece una mención especial el capítulo tercero del volumen ("La


necrópolis real"), en el que, en páginas bellísimas, Woolley refiere su
largo y paciente trabajo de excavaciones en el llamado cementerio real
de la ciudad, situado fuera del recinto sagrado de Ur, inmediatamente al
Sudeste. Los dieciséis sepulcros "regios", que se remontan a la I dinastía
y yacen en el fondo de pozos, y las dos mil tumbas de ciudadanos
comunes, revelaron una riqueza de material arqueológico y artístico
(recuérdese la famosa jofaina de oro, los muebles y aderezos de la reina
Shub-ad, el estupendo yelmo de oro de Mes-kalam-dug, obra maestra
de orfebrería sumeria, la lira, etc.), cuyo hallazgo ayudó no poco a los
estudiosos en el conocimiento de la vida y costumbres de aquella época.
Descubrimiento enTell Hariri en 1933 por
André Parrot.
Un descubrimiento fortuito, efectuado por un ofi cial francés, el subtenien-te
Cabane, residente en Abu Kemal, parecía efectivamente un indicio que no debía
despreciarse. Rápidos sondeos efectuados en Tell Hariri desde el otoño de 1933
confi rmaron la impresión que había llevado a M. Dussaud a pedir para nosotros
la autorización de las excavaciones. En enero de 1934 el descubrimiento de un
templo con abundantes exvotos nos permitía identifi-car el tell con otra capital
del mundo babilónico, la ciudad real de Mari.» Con estas palabras, describía el
arqueólogo francés André Parrot (1962: 66) el descubrimiento de la antigua
ciudad de Mari en la región del Medio Éu-frates sirio. A esta primera campaña
arqueológica de 1933-1934, le sucederían cua-renta y seis más, hasta 2010. A lo
largo de estos años de investigación históri-ca y fi lológica, Mari se ha revelado
como una fuente inagotable para el cono-cimiento de los más diversos aspectos
de la vida urbana en la cuenca sirio-mesopotámica entre el III y el II milenio a.C.
(Margueron 2004; Butter-lin 2010). En la actualidad, los trabajos de campo se
han visto interrumpidos por el confl icto político y armado que asola Siria desde
marzo de 2011. La crisis derivada de esta situación, además de provocar un
terrible drama hu-manitario, ha sido aprovechada por los trafi cantes de
antigüedades para lle-var a cabo un expolio indiscriminado del patrimonio
cultural. Para desgracia de los investigadores, Mari no ha quedado al margen de
estos saqueos clan-destinos. Han trascurrido más de ochenta años desde aquel
sensacional hallazgo por parte de la arqueología francesa. Es una buena ocasión
para hacer un balance crítico tanto de lo que signifi có el descubrimiento de
Mari en 1934 como de la personalidad de su descubridor. En este sentido, cabe
señalar que el 23 de enero de 2014, se inauguraba en el Instituto del Mundo
Árabe de EL DESCUBRIMIENTO DEL ANTIGUO ORIENTE(2L)2.indd 215 EL
DESCUBRIMIENTO DEL ANTIGUO ORIENTE(2L)/
El Descubrimiento en Ras-Shamra en 1928-
1929 por Charles Virolleaud y la expedición
de Claude F. A. Scheffer.
La antigua ciudad de Ugarit ocupó el promontorio ahora conocido como Ras
Shamra (†œcabeze de hinojo†) situado al norte de Siria, ca. 93 kms. al este de un
extremo de la isla de Chipre. Estaba en una playa conocida por los griegos como
Leucos Limen (†œPuerto Blanco†), el moderno Minet el-Beida. En la edad del
bronce Ugarit fue un puerto importante a través del cual pasaba el cobre en ruta
desde Chipre hasta Mesopotamia. Tenía contactos importantes con los heteos y
los egipcios y servía como encrucijada entre la cultura del Mediterráneo y el
mundo sumero-acadio. Con la llegada de la edad del hierro al Cercano Oriente
se perdió la importancia del cobre y la influencia ugarítica se desvaneció.El
descubrimiento moderno de Ras Shamra data del año 1928 cuando un aldeano
sirio que estaba arando, accidentalmente desenterró una baldosa que cubría un
pasaje subterráneo. Charles Virolleaud, Director de Trabajos Arqueológicos en
Siria y Líbano fue enviado a excavar el sitio comprobando que en realidad era
una cámara mortuoria. Fueron encontradas en las tumbas piezas de cerámica
chipromicénica; pero la excavación original no produjo ninguna otra cosa de
valor.En la primavera de 1929, una expedición arqueológica francesa dirigida
por Claude F. A. Schaeffer, del Museo de Estrasburgo, y su asociado, Geroge
Chenet, inició la excavación sistemática de Ras Shamra. Los trabajos se llevaron
a cabo durante un período de varios meses al año, hasta el inicio de la Segunda
Guerra Mundial. En 1950 pudo reiniciarse el trabajo. Sólo una pequeña parte
del promontorio ha sido excavada hasta la fecha y, sin embargo, ha resultado ser
uno de los descubrimientos arqueológicos más grandes del siglo XX. Las
excavaciones han traído a luz las tumbas reales de Ugarit, dos templos enormes
y numerosos artefactos que reflejan contactos entre Ugarit y Egipto,
Mesopotamia, los heteos y las áreas cretense-micénicas. El descubrimiento más
significativo fue el de una biblioteca que contenía inscripciones en una gran
variedad de idiomas del Cercano Oriente incluyendo un idioma semítico
desconocido anteriormente que usaba una escritura alfabética cuneiforme. A
través de los trabajos de Charles Virolleaud, Edouard Dhorme de la Ecole
Biblique y Hans Bauer de La Haya, el alfabeto cuneiforme fue descifrado y se
inició el trabajo de traducir los textos. Un erudito americano, Cyrus H. Gordon,
actualmente en la Universidad Brandeis, ha publicado una gramática ugarítica
así como un glosario y una transliteración de los textos ugaríticos existentes.

A) Niveles de Ocupación. Las excavaciones en Ras Shamra indican


que dicho lugar ha tenido una historia que se remonta a la edad neolítica
— probablemente el milenio quinto o sexto a. de J.C. Schaeffer ha
encontrado cinco niveles de ocupación que han sido numerados de arriba
hacia abajo. El nivel cinco contiene pedernales e implementos de hueso
de los primeros ocupantes del lugar, gente de la edad neolítica anterior a
la cerámica. El cuarto, un nivel calcolítico, ha producido un buen número
de magníficos ejemplares de cerámica pintada halafiana. Durante el
curso de la ocupación del nivel tres (última mitad del tercer milenio a. de
J.C. ), la ciudad fue destruida por el fuego. La gente que ocupó
posteriormente el sitio usó la así llamada loza Khirbet Kerak.
La mayor parte del trabajo de Schaeffer ha sido en dos estratos
superiores numerados dos (2100–1600 a. de J.C. ) y uno (1600–1200 a.
de J.C. ). Durante estos dos períodos, Ras Shamra conservó el nombre de
Ugarit. Las grandes hazañas literarias y culturales de Ugarit ocurrieron
durante el período representado por el nivel uno.

B) Las Grandes Epicas. De los varios centenares de textos ugaríticos


que han sido estudiados, ninguno es de tanto interés como el de las tres
grandes épicas descubiertas en la biblioteca de Ugarit y que datan del
reinado del rey Niqmad II de quien se sabe que pagó tributo al rey heteo
Supiluliumas (1375–1340 a. de J.C. ). Las épicas pueden haber tenido
una forma oral anteriormente; pero las copias datan del siglo XIV a. de
J.C.

Aqhat. El héroe de la épica Aqhat fue el hijo del piadoso rey Daniel.
Aqhat adquirió accidentalmente un arco que había sido hecho para la
diosa Anat. La diosa estaba tan ansiosa de recuperar su arco, que al
muchacho le ofreció riquezas o inmortalidad a cambio del arco. Aqhat,
sin embargo, se negó a desprenderse del arco bajo ningunas condiciones.
Impávida, Aqhat decidió hacer uso de la fuerza para recobrar su arco y
contrató los servicios de un malviviente para asegurarse del éxito. El
malviviente tomó el arco de manos de Aqhat; pero el arco fue arrojado al
mar y se perdió, y Aqhat fue asesinado. El cuerpo de Aqhat fue devorado
por un buitre. Daniel, el padre de Aqhat, y Pughat, su hermana, lo
lloraron por un período de siete años. Durante ese tiempo Pughat tomó la
determinación de vengar la muerte de su hermano. Aquí se interrumpe la
historia. Si se tuviera el fin probablemente nos contaría del éxito de
Pughat al poder matar al malviviente que había asesinado a su hermano.
2. Keret. En la épica Keret se lee de un rey próspero y temeroso de los
dioses, quien estaba desconsolado porque no tenía heredero. Había
perdido una sucesión de esposas y lloraba ante la idea de que su
descendencia se extinguiría muy pronto. El bondadoso dios El se le
apareció en sueños y le sugirió que movilizase sus fuerzas y marchara
hacia la tierra de Udm y demandara la mano de Huriya, la hermosa hija
del rey Pabil. Keret, después de hacer votos apropiados a Athirat, marchó
rumbo a Udm y sitió la ciudad capital del rey Pabil. Aunque se le ofreció
tributo, Keret insistió en que levantaría el sitio solamente con la
condición de que se le concediera la mano de la rubia Huriya. De mala
gana Pabil concedió su hija a Keret y en el tiempo apropiado Keret fue
bendecido con hijos e hijas. Keret, sin embargo, se olvidó del voto hecho
a Athirat y la diosa le envió una enfermedad. El hijo y la hija menores,
Elhu y Thitmanet, se preocuparon sumamente por la enfermedad de su
padre; pero el primogénito Yassib solamente pensaba en su propio
beneficio. Bondadosamente El intervino y restauró la salud de Keret. La
épica se interrumpe aquí; pero la conclusión es obvia. El infiel Yassib sin
duda sería destituido de sus derechos de primogenitura. Por otro lado,
los fieles Elhu y Thitmanet serían premiados. Y sin duda, Elhu le
sucedería a su padre en el trono.
Baal. La épica de Baal narra cómo el dios de la feritlidad, Baal (o Hadad),
recibió una casa y el reconocimiento como señor supremo de la tierra. En
la primera parte de la épica, Yam (el dios del mar) tenía una casa y Baal
no. Ambos eran rivales y se trabaron en un furioso combate. Parecía
como si la batalla fuera a terminar en una retirada hasta que Kathir-y-
Khasis (dios de las artes y oficios) dio a Baal dos mazas mágicas con qué
atacar a su rival. El resultado fue una victoria sin precedente para Baal.
Sus amigos lo celebraron mientras que su hermana Ant cayó sobre sus
enemigos a fin de exterminarlos.
Después de cierto titubeo, El ordenó que se buscaran materiales a fin de
edificar una casa para Baal. Fueron traídos cedros del Líbano y otros
materiales de lugares remotos. Kathir-y Khasis tardaron sólo siete días
para construir la casa para Baal. Después que la casa se terminó, Baal
viajó de ciudad en ciudad reclamándolas como parte de su reino.
Inclusive envió mensajeros al mundo inferior para informar a Mot
(†œmuerte†) de su derecho al trono. Mot, sin embargo, desafió a Baal a
que se encontraran en el mundo inferior, y Baal lo hizo de mala gana.
Durante la ausencia de Baal, la tierra languideció y los dioses estuvieron
de duelo. Anat, tan fiel como siempre, se ocupó de buscar los medios para
traer a Baal al mundo del dominio de Mot, y finalmente tuvo éxito. La
diosa del sol, quien va al mundo de las tinieblas, lo trajo de regreso en
una de sus vueltas constantes. Acompañado de generosas lluvias Baal
regresó a sus dominios.
C. Relevancia para los Estudios Biblicos.
1. Fondo Histórico. Desde el tiempo de la entrada de Israel a Canaán bajo
Josué, hasta la caida de Jerusalén (587 a. de J.C. ), la adoración de Baal y
otros ritos religiosos cananeos fueron una tentación para Israel. Los
profetas bíblicos no escatimaron oportunidad para denunciar el culto
licencioso de Baal. Con el descubrimiento de las épicas de Ugarit
podemos conocer la literatura de los antiguos cananeos y formarnos un
concepto más claro de la cultura y actitudes del pueblo que habitaba en
Canaán en la época de la conquista.
2. Vocabulario. Siendo que el ugarítico es un lenguaje semítico,
relacionado muy íntimamente con el hebreo bíblico, el uso de las
palabras en los textos ugaríticos a menudo nos da un punto de vista más
claro del uso bíblico. La pa labra bamoth aparece frecuentemente en el
Antiguo Testamento en el sentido de †œlugares altos†. La palabra se usa
en el ugarítico para indicar el lomo de un animal o la espalda de una
persona (Cyrus H. Gordon, Ugaritic Textbook, Glossary, word 480). Este
uso estaría muy apropiado en Deuteronomio 33:29 el cual diría: †œAsí
que tus enemigos serán humillados, Y tú hollarás sobre sus alturas†
(bamoth).† Las representaciones gráficas artísticas del antiguo Cercano
Oriente muestran constantemente al conquistador con un pie sobre las
espaldas de su víctima. La traducción †œespaldas† tiene un mejor
significado que †œsus alturas† en Dt. 33:29.
Cuando del rey Uzías fue herido con lepra se le puso en una †œcasa
separada† de acuerdo con la traducción de 2 R. 15:5 y 2 Cr. 26:21. La
palabra aparece en los textos ugaríticos para describir el lugar al que
Aleyan Baal descendió antes de dirigirse al mundo inferior o mundo de
las tinieblas. Esto indica que Uzías pudo haber sido confinado en una
cueva o bodega, o aun en el sótano del palacio.
3. Estudios Textuales. El lamento de David sobre Saúl y Jonatán después
de la muerte de ellos sobre el monte Gilboa tiene las líneas:
Montes de Gilboa, Ni roció ni lluvia caiga sobre vosotros, ni seáis tierras
de ofrendas (2 S. 1:21)
Los eruditos bíblicos han estado intrigados siempre con la expresión
†œtierras de ofrendas†; pero H. L. Ginsberg ha propuesto una
interpretación que ha sido aceptada generalmente. En la épica de Aqhat
se lee una maldición que es similar a aquella que David pronunciara:
Que falle Baal siete años
Aun ocho, el jinete de las nubes;
Ni rocío, ni lluvia, ni resurgir del abismo,
Ni la dulzura de la voz de Baal
La palabra hebrea para †œcampos† o †œtierras† es similar a la palabra
ugarítica para †œresurgir†, y la palabra †œofrenda† en hebreo es similar
a la palabra ugarítica †œabismo†. Ginsberg, entonces, indica, basándose
en este paralelo, que David oró:
Montes de Gilboa, ni rocío ni lluvia caiga sobre vosotros, ni resurja nada
del abismo.
El †œresurgir del abismo† eran las fuentes de las montañas, como se
conoce de los textos ugaríticos. El rocío, la lluvia y los manantiales de las
montañas eran las tres fuentes de riego en Siria y Palestina. David oró
para que el monte de Gilboa quedara estéril como señal de duelo por Saúl
y Jonatán.
El pueblo de Ugarit usó un barniz blanco llamado spsg. Esta palabra
aparece en Proverbios 26:23, aunque los escribas antiguos no la
reconocieron e hicieron dos palabras de ella. A la luz del uso ugarítico el
pasaje debería decir: †œComo el barniz blanco que cubre el tiesto Son los
labios lisonjeros y el corazón malo.†
4. Terminología Legal. Muchos de los sacrificios que se mencionan en los
textos ugaríticos tienen nombres que son idénticos a los descritos en
Levítico. En Ugarit se lee de la ofrenda quemada, la ofrenda
completamente quemada, la ofrenda de transgresiones, las ofrendas de
paz, las ofrendas de expiación, las ofrendas tributarias, las ofrendas de
los primeros frutos y las ofrendas de la nueva luna. Los sacrificios ugarí-
ticos, al igual que los de la Biblia, tenían que ser †œsin mancha†.
Las semejanzas, sin embargo, son en gran parte superficiales. Los
sacrificios de Ugarit eran ofrecidos a Baal y a una multitud de otros
dioses, mientras que los de los hebreos eran ofrecidos solamente a
Jehová. Los sacrificios no empezaron con las leyes del Levítico, sino que
se remontan a los principios: Caín, Abel (Gn. 4:3, 4), Noé, (Gn. 8:20) y la
línea de Abraham (Gn. 15:9, 10) todos ofrecieron sacrificios prelevíticos.
Hay razones para creer que algunos elementos en la Ley de Moisés
fueron dados como advertencia en contra de las prácticas cananeas. La
épica ugarítica titulada: †œEl Nacimiento de los Dioses Hermosos y
Llenos de Gracia† describe el ritual de hervir un cabrito en la leche de su
madre como ofrenda para hacer llover durante épocas de sequía en
Canaán. Este rito estaba específicamente prohibido en la ley de Israel
(Ex. 23:1-24:26). Los líderes proféticos de Israel estaban interesados en
que el pueblo resistiera la tentación de adoptar las prácticas cananeas.

SEMANA IV
Paul Emile Botta
Los Hombres que Descubrieron Asiria

Recreación de la Ciudad de Nimrud

Con el inicio de las grandes expediciones arqueológicas en el siglo XIX se abría un debate
sobre los derechos de tutela y conservación de unos tesoros arqueológicos que pasarían a
engrosar los fondos de museos tan importantes como los del Louvre o el Museo
Británico. En pleno Romanticismo, surge un interés inusitado por las culturas
del Levante Mediterráneo y Asia Menor, interés que se materializará en sendas
campañas como las llevadas a cabo
por Schliemann en Grecia, Denon y Champollionen Egipto – que viajaban con las
tropas napoleónicas – o las de Botta y Layard en Nínive, Khorsabad y Nimrud. Esas
misiones arqueológicas se tradujeron en hallazgos tan importantes como las ruinas de la
ciudad de Troya, la Piedra Roseta, o la gran colección de tablillas grabadas que
componían la Biblioteca del rey asirio Asurbanipal. Descubrimientos que permitieron
descifrar la escritura jeroglífica y la creación, con posterioridad, de dos nuevas disciplinas
dentro de la Arqueología: la Egiptología y la Asiriología.
Y es que antes de que la Arqueología adoptara un método para convertirse en ciencia, la
imagen del arqueólogo se correspondía más con la de un cazador de tesoros que con la
de un verdadero investigador científico, levantando el recelo de aquéllos que veían el
expolio de su patrimonio como un exceso de las potencias coloniales, Francia y Gran
Bretaña, sobre todo, países que llegarían a rivalizar fuertemente en esta cuestión.
Sin embargo, casi dos siglos después, el cariz que están tomando los acontecimientos
en Próximo Oriente, que habría resultado impensable en aquéllos días, justifica en cierta
medida las decisiones que por entonces se tomaron, que han permitido salvaguardar parte
de un patrimonio que, a estas horas, habría sido seguramente destruido en aras de la
intolerancia más radical y de oscuros intereses que aún están por aclarar.
El artículo que os traigo a continuación, publicado en BBC News, es un homenaje a
aquéllos que con su esfuerzo descubrieron al mundo una civilización, la asiria, de la que
sólo se tenía constancia hasta entonces por las citas contenidas en el Antiguo
Testamento. Si Roma no pagaba traidores, el Imperio Británico no siempre recompensó
a quienes creyeron ser sus ciudadanos de adopción, personas que pusieron a su servicio
todo su talento y dedicación, y que como pago, sólo recibieron el desprecio y el olvido más
absoluto.
Dos de las antiguas ciudades que están siendo destruidas por el Estado
Islámico [EI, en adelante] yacieron bajo tierra durante 2.500 años. Sólo hace 170 que
empezaron a ser excavadas y despojadas de sus tesoros. Es posible que las
excavaciones allanaran el camino para que EI destrozara sus vestigios, pero
aseguraron también que parte de los tesoros de una civilización perdida se
salvasen.
En 1872, en una trastienda del Museo Británico, un hombre llamado George
Smith pasaba los oscuros días de Noviembre inclinado sobre una tablilla rota de arcilla.
Era uno de los miles de fragmentos procedentes de las recientes excavaciones en
el Norte de Irak, y estaba repleto de la intrincada escritura cuneiforme que había sido
empleada en toda la Antigua Mesopotamia y descifrada durante la vida del propio Smith.
Unas tablillas mostraban los asuntos cotidianos de contables y administradores – una
rueda de carro rota, un cargamento de vino retrasado, los precios del betún y de la madera
de cedro. Otras, registraban las victorias de las tropas del rey asirio, o las profecías que los
sacerdotes adivinaban en las entrañas de corderos sacrificados.

Sin embargo, la tablilla de Smith contaba una historia. Una historia sobre un mundo
anegado por la inundación, un hombre que construye una nave, una paloma que se suelta
en busca de tierra firme. Smith se percató de que estaba contemplando una versión
del Arca de Noé. Pero el libro no era el Génesis. Era Gilgamesh, un poema épico que
había sido plasmado en arcilla fresca por vez primera en torno al 1800 a.C., unos mil años
antes, aproximadamente, de que la Biblia Hebrea [el Antiguo Testamento Cristiano] fuese
redactada. Incluso la tablilla de Smith, fechada en torno al siglo VII a.C., era mucho más
antigua que el manuscrito más incipiente del Génesis. Un mes más tarde, el 3 de
Diciembre, Smith exponía su traducción de la tablilla ante la Sociedad de Arqueología
Bíblica en Londres. El Primer Ministro, William Gladstone, era uno de los que habían
venido a escuchar. Era la primera vez que una audiencia escuchaba “La Epopeya de
Gilgamesh” en más de 2.000 años.
Escritura Cuneiforme

La conferencia de Smith causó sensación. Los hubo que se aferraron al poema con pía
satisfacción, empleándolo para corroborar la verdad esencial de la Biblia. Pero hubo otros
que lo encontraron más problemático. Tal y como el New York Times lo había llevado en su
artículo de portada al día siguiente, la Tablilla del Diluvio había dado a
conocer “diferentes tradiciones del Diluvio, además de la Bíblica, que quizás sea tan
legendaria como el resto”. Publicada menos de 15 años después de “El Origen de las
Especies” de Darwin, “La Epopeya de Gilgamesh” fue percibida por muchos como otra
gran grieta en el edificio del Cristianismo Victoriano. La historia de cómo la Tablilla del
Diluvio surgió de la marisma del Norte de Irak empieza en un lugar llamado Kouyunjik –
uno de los yacimientos arqueológicos cuyas antigüedades asirias ya están siendo minadas
por EI. Una historia que el Profesor David Damrosch de la Universidad de
Columbia cuenta en “El Libro Sepultado: Pérdida y Recuperación de la Gran
Epopeya de Gilgamesh”. Kouyunjik está enclavada en las orillas del Tigris, frente a la
ciudad iraquí de Mosul, y hace 2.700 años formaba parte de Nínive, la última capital de
los asirios. En su cénit, era éste un imperio que se extendía desde las orillas del Golfo
Pérsico hasta las Montañas de Anatolia y las llanuras aluviales de Egipto. Durante
unos 300 años [entre 900 y 600 a.C., aproximadamente], fue la civilización conocida más
avanzada, una superpotencia tecnológica construida sobre la prosperidad de sus
mercaderes y la implacabilidad de sus ejércitos. Un grabado hallado en Kouyunjik muestra
al rey asirio Asurbanipal disfrutando de un banquete en sus jardines mientras la cabeza
cercenada de su enemigo, el rey elemita Tempti Khumma pende de las ramas de los
árboles.
Pero Asiria no era invulnerable. En el año 612 a.C. Nínive fue saqueada en una rebelión
encabezada por los babilonios. Dejaron en ruinas la ciudad más rica del mundo, sus
palacios, ardiendo, sus habitantes, muertos o deportados como esclavos. La arena cubriría
la biblioteca destrozada del rey Asurbanipal, y con ella, la copia cuidadosamente
transcrita de “La Epopeya de Gilgamesh”.
2500 años después, en el invierno de 1853, el poema fue desenterrado por un hombre
llamado Hormuzd Rassam.

EL PRISMA DE WELL BLUNDEL


El prisma de Weld Blundell es de barro cocido fue hallado en Larsa a unos pocos
Kilómetros al norte de Ur por la expedición en 1922 y depositado inmediatamente en el
museo Ashmolean de Oxford. Además es uno de los mejores conservados. Se cree
que originalmente tenia un husillo de madera en el centro que se giraba para poder
leer en los cuatro lados. Se cree que es anterior a la época de Abraham. Tiene 20cm
de alto y 9cm de ancho, en cada cara esta escrito en dos columnas.

Que está escrito.


Básicamente el pasaje mas conocido del prisma de Weld Blundell es la que
corresponde al diluvio.“La inundación barrio sobre la tierra. Después del diluvio había
barrido sobre la tierra y posteriormente la realeza después había descendido del cielo
por segunda vez. Por esta razón y inmediatamente Kish se convertio en la sede de la
realeza….”Después de más de un siglo de historia la lista de reyes que aparecen en
esta tiene desconcertados y perplejos sin duda alguna a la mayoria de investigadores.
Escrito en lengua sumeria se considero esencialmente después en uno de los
manuscritos encontrados mas importantes. Ya que habla detalladamente de reyes y
ciudades desaparecidas evidentemente en el tiempo ancestral.

El hallazgo del arqueólogo Henri Édouard


Naville
Henri Édouard Naville (Ginebra, 14/18 de junio de 1844 - 17 de octubre de 1926) fue
un egiptólogo suizo; estudió en Suiza, Londres, París y Berlín y entre sus maestros tuvo al
famoso egiptólogo Karl Richard Lepsius.
Durante la guerra francoprusiana sirvió como capitán del ejército suizo, y luego
permaneció en Egipto hasta el comienzo de la Primera Guerra Mundial, cuando regresó a
Suiza. Murió en 1926 en Malagny, cerca de Ginebra.
Llegó a Egipto en 1865, y su primer trabajo fue copiar los textos religiosos del templo
de Horus en Edfu, que publicó bajo el título Mito de Horus en 1870. Edouard Naville
publicó la trascripción de numerosos documentos religiosos conservados en papiro o
grabados en piedra: tras los textos sobre el mito de Horus, continuó con la letanía del Sol
en 1875 y culminó con la publicación en 1886 del Libro de los Muertos, realizada en
colaboración con otros tres académicos y bajo los auspicios de la Academia de Berlín, que
había proporcionado los fondos necesarios.
En 1882 fue invitado a participar en la excavación de la Egypt Exploration Fund, en Tell el
Maskhuta, en el Delta del Nilo, intentando hallar pruebas de la estancia allí de los
israelitas.
En 1885 y 1886 exploró el uadi Tumilat y hasta 1889 el sitio de Bubastis; con el apoyo
de Gaston Maspero (director de Antigüedades de El Cairo) desde 1903 hasta 1906, trabajó
en las excavaciones de Deir el-Bahari, excavando en el templo deHatshepsut y
descubriendo los templos de Mentuhotep II y de la diosa Hathor, este último reconstruido
en el interior del Museo de El Cairo
Piedra de Rosetta
A mediados de julio de 1799 -se desconoce con exactitud el día preciso-, un
destacamento militar francés, bajo las órdenes del oficial Pierre-François
Bouchard (1771-1822), se puso a desenterrar una antigua fortaleza egipcia,
denominada por los franceses Fort Julien, en Rashid (Rosetta), en la costa norte
de Egipto, cuando un soldado descubrió la llamada piedra de Rosetta, un bloque de
piedra granítica de unos 760 kilos que dos décadas después resultó ser un
elemento clave para descifrar los jeroglíficos egipcios.
Bouchard llevó el bloque al Instituto de Egipto en El Cairo, recientemente fundado
en 1798, donde los estudiosos empezaron a analizarlo, aunque el significado de los
jeroglíficos egipcios se había perdido hacía más de 1.000 años. Los estudiosos
comprobaron que los tres epígrafes eran en realidad versiones de un mismo
texto. La estela contenía un decreto sacerdotal en honor del faraón Ptolomeo
V, datado en el año 196 a.C. Los ingleses se la llevaron como botín de guerra
a Londres tras derrotar, en 1801, a las tropas napoleónicas en Egipto. Pero fue un
francés, Jean-François Champollion (1790-1832), quien finalmente descifró los
jeroglíficos egipcios a través de la piedra de Rosetta, en 1822. Hoy en día es la pieza
más visitada del Museo Británico de Londres.

La piedra de Rosetta es un fragmento de una


antigua estela egipcia de granodiorita inscrita con un decreto publicado en Menfis en el
año 196 a. C.en nombre del faraón Ptolomeo V. El decreto aparece en tres escrituras
distintas: el texto superior en jeroglíficos egipcios, la parte intermedia en escritura
demótica y la inferior en griego antiguo. Gracias a que presenta esencialmente el
mismo contenido en las tres inscripciones, con diferencias menores entre ellas, esta
piedra facilitó la clave para el entendimiento moderno de los jeroglíficos egipcios.
Originalmente dispuesta dentro de un templo, la estela fue probablemente trasladada
durante la época paleocristiana o la Edad Media y finalmente usada como material de
construcción en un fuerte cerca de la localidad de Rashid (Rosetta), en el delta del
Nilo. Allí fue hallada el 15 de julio de 1799por el soldado Pierre-François
Bouchard durante la campaña francesa en Egipto. Las tropas británicas derrotaron a
las francesas en Egipto en 1801 y la piedra original acabó en posesión inglesa bajo la
Capitulación de Alejandría. Transportada a Londres, está expuesta al público desde
1802 en el Museo Británico, donde es la pieza más visitada.

SEMANA V
WILLIAM MATTHEW FLINDERS PETRIE

Nació en 1853 en Charlton (Kent) y murió en 1942 en Jerusalén. Fue un


arqueólogo y egiptólogo británico, de formación autodidacta. Ha pasado a la
historia de la Arqueología por la metodología que llevó a cabo en las múltiples
excavaciones que desarrolló durante su vida y también, por haber sido el
creador de un esquema cronológico basado en la seriación de la cerámica.
Flinders Petrie era hijo del ingeniero William Petrie y de Anne Flinders, hija de
Matthew Flinders un famoso explorador de Australia y Tasmania. Fue el primer
catedrático de Egiptología en la Universidad de Londres desde 1892 hasta 1933.
De 1875 a 1880 excavó diversos yacimientos en Gran Bretaña, entre ellos el
monumento prehistórico de Stonehenge.

Desarrolló la mayor parte de su actividad arqueológica en Egipto, en donde


comenzó en 1881 con las excavaciones en las pirámides de Gizeh. Dirigió las
excavaciones en el gran templo de Tanis en la región del Fayum en el año 1884.
También llevaría a cabo intervenciones en la ciudad de Naucratis en 1885,
localizada en el delta del Nilo. Sus métodos de excavación en Egipto, no
tardaron en convertirse en un ejemplo a seguir. Petrie también dirigió entre
1891 y 1892 excavaciones en Tell-el-Amarna, la capital del faraón herético
Akhenatón. El famoso arqueólogo y egiptólogo Howard Carter (1873-1939),
descubridor de la tumba de Tutankamón, participaría en estas excavaciones. Allí
Petrie, descubrió y supo identificar unas serie de fragmentos cerámicos de
origen Egeo, de la civilización micénica, que revelaron la existencia de antiguas
colonias griegas en Egipto. Pero además, a partir de estos fragmentos, se pudo
dar una cronología a las producciones griegas. Por lo tanto, estamos ante uno de
los primeros ejemplos claros de cronología comparada, llevados a cabo por
Petrie.

Entre 1927 y 1938 dirigió excavaciones en Palestina en la antigua ciudad de


Lachish, actual Tell ed Duweir, hoy bajo la soberanía israelí. Estos trabajos en
Palestina, le mantendría ocupado hasta su muerte. Y sería aquí donde sentaría
las bases para la excavación de los yacimientos bíblicos. Petrie desarrollaría de
manera intuitiva los principios de una excavación sistemática teniendo en
cuenta la estratigrafía, o el arte de desentrañar los distintos estratos
superpuestos, y la tipología cerámica, o estudio de los estilos de la cerámica
como indicadores cronológicos. Petrie fue contemporáneo de Pitt Rivers, al que
ya le hemos dedicado una sección en nuestro blog. El trabajo de Rivers y Petrie
sentará las bases de las modernas técnicas de campo en la Arqueología. Y es que
Petrie, al igual que Rivers, también destacó por su metodología y por sus
excavaciones meticulosas en un afán por recoger y describir cada hallazgo, no
solo los objetos más singulares. Así mismo, era partidario de realizar
publicaciones completas de todo lo hallado y ocurrido.

Sir Flinders Petrie sugirió además, un esquema cronológico basado en la


seriación de la cerámica, que permitía trazar la evolución de una cultura.
Aunque investigadores posteriores han desarrollado cronologías más efectivas,
fue el primero en discurrir semejante método. Trabajando en Diospolis Parva,
en el Alto Egipto, excavó varias tumbas predinásticas que no podían ser
relacionadas estratigráficamente entre sí. Para ordenar cronológicamente las
tumbas comenzó a inventariar sus contenidos. Así, Petrie crearía un sistema de
seriación contextual o de datación de secuencias que empleó para ordenar de
manera cronológica las tumbas, más de 2000. Según este método lo que
determina la seriación es la duración de los distintos estilos artefactuales,
generalmente la forma y la decoración. Las investigaciones posteriores han
apoyado en gran medida la secuencia cronológica relativa de Petrie, para estas
producciones predinásticas. Los primeros años del siglo XX vieron el
nacimiento y el desarrollo de meticulosos estudios estratigráficos, además de
métodos adecuados de excavación y trabajo de campo. Sir Flinders Petrie será
uno de estos pioneros con unos métodos revolucionarios para su época y con sus
grandes descubrimientos.

William Foxwell Albright


(Coquimbo, 1891 - Baltimore, 1971) Arqueólogo estadounidense, conocido
especialmente por las excavaciones que llevó a cabo en lugares bíblicos y por sus
estudios acerca del Oriente Medio. Hijo de misioneros metodistas americanos
destinados en Chile, Albright regresó a los Estados Unidos junto con su familia en
1903. Obtuvo el doctorado en Lenguas Semíticas en la Universidad Johns
Hopkins, en la que fue discípulo de Paul Haupt, a quien sucedió en 1929 como
profesor de dicha disciplina. Desempeñó ese puesto hasta su retiro en 1958. En
1919 fue designado fellow de la Escuela Americana de Investigaciones Orientales
en Jerusalén, escuela de la que fue director durante doce años (1920-29 y 1933-
36). En 1950-51 fue el jefe arqueológico de las excavaciones llevadas a cabo por
la Fundación Americana para el Estudio del Hombre en distintas ciudades de
Arabia. Como científico, insistió siempre en el valor de la arqueología y de los
estudios topográficos y lingüísticos para entender la historia bíblica. Se preocupó
también de hacer de la identificación de la cerámica y de los restos animales una
herramienta científica fiable. Se convirtió en uno de los principales arqueólogos
bíblicos y dirigió numerosas expediciones en la península Arábiga y en el Oriente
Próximo.

Experto en la reconstrucción de culturas desaparecidas a partir de sus restos


materiales, descubrió ciudades bíblicas 'perdidas'.

Con más de 800 publicaciones que incluyen De la edad de piedra al


cristianismo (1940) y La Biblia y el antiguo Oriente Próximo (1961).

El descubrimiento en Bet-sán en
1921 por Clarense S. Fisher
En un principio fue una importante ciudad fortificada de los cananeos situada en un
lugar estratégico, desde donde se dominaba la entrada al valle de Jezreel por el valle del
Jordán. La actual Beisan (Bet She´an) deriva su nombre de aquella antigua población,
que ha sido localizada en el cercano lugar de Tell el-Husn (Tel Bet She´an). La región
donde estaba Bet-seán se encuentra a unos 120 m. por debajo del nivel del mar, y su
parte oriental desciende abruptamente hasta los 275 m. a orillas del río Jordán, a unos
5 Km. de distancia. Construida encima de un gran montículo al borde de este declive,
Bet-seán tenía una buena situación militar. Al O. se extiende el fértil valle de Jezreel, a
través del cual fluye el río Jalud (Nahal Harod). Este valle se eleva paulatinamente
hasta llegar a la población de Jezreel, que se encuentra a unos 17 Km. al ONO.
Bet-seán estaba situada en una ruta bastante transitada que iba de la costa
mediterránea al valle del Jordán, y de allí, a Damasco y Arabia.
Las excavaciones arqueológicas hechas en Bet-seán han sacado a la luz numerosos
estratos, siendo los más antiguos anteriores al tiempo de Abrahán. (DIAGRAMA, vol. 1,
pág. 959.) Parece que hacia la mitad del II milenio a. E.C., Bet-seán estaba bajo la
dominación egipcia como resultado de la victoria de Tutmosis III en Meguidó. La
prueba arqueológica indica que esta ciudad fue un puesto avanzado de los egipcios
durante los reinados de varios faraones.
En el tiempo de la conquista israelita de Canaán (1473-c. 1467 a. E.C.), Bet-seán estaba
en el territorio asignado a Isacar, pero después pasó a la tribu de Manasés. (Jos 17:11;
1Cr 7:29.) Los hombres de Manasés no expulsaron a los cananeos de Bet-seán ni de las
otras ciudades del valle, presentando como excusa su desventaja militar frente a los
carros de guerra cananeos provistos de hoces de hierro, una excusa que no satisfizo a su
comandante Josué. Aunque no se echó a los cananeos, al final se vieron subyugados,
hasta el punto de tener que hacer trabajos forzados. (Jos 17:12, 13, 16-18; Jue 1:27, 28.)
Bet-seán estaba bajo el dominio filisteo en el tiempo del reinado de Saúl. Después de la
derrota que este sufrió en el cercano monte Guilboa, los filisteos, victoriosos, colocaron
su armadura en la †œcasa de las imágenes de Astoret† y su cabeza, en la casa de Dagón,
y colgaron su cuerpo junto con los cadáveres de sus hijos en el muro de Bet-san (Bet-
seán), seguramente por su parte interior, que daba a la plaza pública de la ciudad. No
obstante, unos valientes israelitas de Jabés-galaad, situada a unos 20 Km. al otro lado
del Jordán, recuperaron los cadáveres, posiblemente entrando de noche en la ciudad.
(1Sa 31:8-13; 2Sa 21:12; 1Cr 10:8-12.)
Cabe mencionar a este respecto que en las excavaciones de Tell el-Husn se han
descubierto las ruinas de dos templos: se cree que uno de ellos es el templo de Astoret,
y el otro, más al S., el de Dagón. El templo de Astoret debió usarse hasta más o menos
el siglo X a. E.C. Antes se había adorado en este lugar a un dios Baal llamado en una
estela †œMekal el Señor [Baal] de Bet-san†.

Semana VII
Inscripciones halladas en Tebas.
Tebas (Θῆβαι -orig.: Θήβη/Thèbai; dórico: Θήβα-/Thìva) es una ciudad de Grecia,
situada al norte de la cordillera de Citerón, que separa Beocia de Ática, y en el borde
sur de la planicie de Beocia. Está situada a 48 km al noroeste de Atenas. En tiempos
antiguos fue la ciudad más grande de esa región. 1 Jugó un papel importante en
la mitología griega, como lugar de las historias de Cadmo, Edipo, Dioniso y otros
personajes míticos. El emplazamiento de la antigua ciudadela, Cadmea, se encuentra
ocupado por la actual ciudad de Thíva (Θήβα) que fue reconstruida después
del terremoto de 1894. En 2011, el municipio de Tebas tenía una población de 36 477
habitantes y la ciudad tenía 22 883.2 El gentilicio correspondiente es tebano. Las vías
principales conducían a Platea, Leuctra, Tanagra, Calcis, Tespias y Acrefias. La
historia de la escritura, uno de los mayores descubrimientos de la humanidad, es
fascinante y está llena de misterios y de sorpresas. Una de las últimas la acaba de
proporcionar el hallazgo en un remoto paraje de Egipto del que parece ser el ejemplo
más antiguo conocido hasta la fecha de escritura alfabética. Se trata de dos
inscripciones en piedra caliza datadas entre el 1900 y el 1800 antes de Cristo, es decir,
anteriores en cerca de dos siglos a los textos protocananeos hallados en la zona
siriopalestina y que eran considerados los más antiguos. El descubrimiento de las
inscripciones, que aún no han sido descifradas, lo han realizado egiptólogos
norteamericanos que exploraban antiguas rutas caravaneras en el desierto, entre
Tebas y Abydos, según informaba en su edición de ayer el Herald Tribune. En un
paraje perdido de la mano de Dios conocido como Wadi el Hol, el profesor John
Coleman, de la Universidad de Yale, y su esposa Deborah, ambos egiptólogos,
hallaron muros de piedra caliza con grafitos, que han sido luego estudiados por
especialistas en escritura antigua.Es un lugar común al alcance de todos que el
alfabeto lo inventaron los fenicios (denominados cananeos en su horizonte histórico
más antiguo). El nuevo hallazgo en Egipto no modificaría en principio la idea de que el
alfabeto es un invento cananeo, pues las inscripciones parecen estar escritas en un
sistema de signos semítico similar si no idéntico al de las escrituras protocananeas. Lo
sorprendente es que las inscripciones descubiertas las habrían realizado gentes de
lengua semita que vivían en Egipto y no en la zona siriopalestina. Y que habrían sido
escritas dos o tres siglos antes de los ejemplos más antiguos de los que se disponía
hasta ahora. El escenario que presentan los especialistas norteamericanos es el de un
grupo de gentes de lengua semita en el Wadi el Hol que desarrollan la escritura
alfabética en un contexto egipcio. Es muy sugerente imaginar, como hacen ellos, que
los escribas de tropas de mercenarios crean este tipo de escritura simplificada a partir
de la semicursiva egipcia usada en el Imperio Medio. Precisamente, en el lugar ha sido
hallada una inscripción en egipcio no alfabético que hace referencia a contingentes de
tropas de asiáticos, como se denominaba a los mercenarios cananeos en el ejército de
los faraones. El nuevo tipo de escritura sería muy práctico para soldados y
comerciantes y podría aprenderse muy deprisa, al contrario que los complicados
sistemas egipcios.

El hallazgo del profesor Michael Evenari en 1958

Arqueólogos israelíes han descubierto en Nazaret una casa de la época de Jesús, muy cerca
del lugar donde, según la tradición, el arcangel San Gabriel se apareció a la Virgen María. La
casa descubierta es, según los expertos, una casa tradicional judía de la época. Se compone
de dos habitaciones conectadas, un patio y una gruta subterránea. En el patio se ha
encontrado una cisterna excavada en la roca donde se almacenaba el agua de lluvia. Este
sistema de recolección de agua es propio de esta región, donde la escasez de agua obligaba a
las familias a construir este tipo de elementos, ya que el agua no sólo era necesario para su
uso en alimentación o aseo, sino también en determinados ritos hebreos de purificación.

La biblioteca de Asurbanipal
fue una gran biblioteca en la ciudad asiria de Nínive, iniciada por el rey Sargón II, que reinó
desde el 722 al 705 a. C. y ampliada por el rey Asurbanipal (669-627 a. C.). Se encontraba
situada en el recinto del palacio.1
La biblioteca alojaba una extensa colección de tablillas hechas de arcilla, cubiertas de una
escritura fina por ambos lados. Se llegaron a reunir hasta 22 000 tablillas, encontradas
bajo los escombros del palacio real en Nínive. 2 Fue famosa y muy considerada desde su
creación. Cuando los babilonios arrasaron Nínive al mando de Nabopolasar en
el 612 a. C., destruyeron gran parte de su contenido. 3
Se trata de la colección más completa que se conoce de escritura cuneiforme, un legado
cultural dejado por el rey Asurbanipal que, según las noticias escritas que se conservan
sobre su vida, mostró un gran interés por el saber y la ciencia de Mesopotamia y dio orden
de buscar y confiscar todas las tablillas posibles, sobre todo en Babilonia. En ellas puede
encontrase los temas más diversos:4
 gramática
 diccionarios

 listas oficiales de ciudades

 tratados de matemáticas y astronomía

 libros de magia

 religión

 ciencias

 arte

 historia

 literatura

Una de las obras más famosas de la biblioteca es el Poema de Gilgamesh, considerada


como la obra narrativa más antigua de la humanidad.4
El rey Asurbanipal fue educado como un príncipe cuyo destino, en principio, no sería el de
reinar, sino el de sacerdote o algún otro cargo importante de la corte. Fue educado en las
artes y las ciencias. Fue un rey guerrero y culto. Él mismo escribe de su formación: [...he
leído intrincadas tablillas inscritas en los oscuros sumerio y acadio, difíciles de
desentrañar...]...[...estudié el saber secreto de todo arte del escriba...].

Semana VIII

Enûma Elish
Es un poema babilónico que narra el origen del mundo. Enûma Elish (en acadio:
«cuando en lo alto») son las dos primeras palabras del poema (su íncipit). Está
recogido en unas tablillas halladas en las ruinas de la biblioteca
de Asurbanipal (669 a. C.-627 a. C.), en Nínive.
Cada una de las tablillas contiene entre 115 y 170 líneas de
caracteres cuneiformes datados del año 1200 a. C. El poema está constituido en
versos de dos líneas, y la función del segundo es enfatizar el primero mediante
oposición, por ejemplo:
Cuando en lo alto el cielo no había sido nombrado,
no había sido llamada con un nombre abajo la tierra firme.
Según este mito, antes de que el cielo y la arena tuviesen nombre (no tener
nombre equivalía a no existir), la diosa del agua salada Tiamat y su esposo el dios
del agua dulce Apsu, engendraron una familia de dioses con la mezcla de sus
manos, y estos a su vez a otros dioses. Estos nuevos dioses le disgustaban a
Apsu, quien decidió destruirlos. Aunque uno de ellos, Ea, se anticipó a los deseos
de Apsu haciendo un conjuro y derramando el agua sobre él, para luego comerlo.
Ea, o Nudimmud (el que crea y procrea), junto a Damkina, engendró a Marduk, el
dios de Babilonia. Al tiempo, Tiamat resentida por la muerte de su esposo decide
tomar venganza y rebelarse, le da mucho poder a Kingu, su nuevo esposo, y le
entrega las tablillas del destino.
Marduk es nombrado por los dioses para enfrentar a Tiamat, accede con la
condición de que se le invistiera con el poder absoluto sobre todos los dioses,
finalmente vence a Tiamat, la mata y con su cuerpo crea el cielo y la arena. Luego
a Kingu le son arrebatadas las tablas del destino. Marduk, exultante, planea
realizar obras estupendas y las comunica a Ea:
Amasaré la sangre y haré que haya huesos. Crearé una criatura amable, 'hombre'
se llamará.
Tendrá que estar al servicio de los demas, para que ellos vivan con cuidado.
Kingu es condenado a morir por ser el jefe de la rebelión, y, con su piel, Ea crea a
la humanidad. En honor a Marduk se construyó el Esagila en el Etemenanki.
El poema puede ser visto como la historia de la eterna lucha entre el Orden y
el Caos, puesto que muestra el arquetipo del guerrero que lucha contra el Caos,
pese a no conseguir derrotarle nunca, por lo que la lucha es constante. Por
ello, Marduk, dios de la luz y el orden, debe vencer a Tiamat, quien representa a la
oscuridad y el caos.
Erich Fromm considera Enûma Elish como la expresión poética de la
transformación de la sociedad desde el matriarcado al patriarcado, más
precisamente el cambio de paradigma de la fertilidad de la tierra como fuente de la
vida y la creación a la razón como fuente de la creación humana. 1 dando el paso
desde una sociedad primitiva basada en una autoridad racional a una en que la
autoridad está basada en el poder.

Epopeya de Emmerkar
Subperiodo que va del 2700 al 2550 a.c. contó con 12 reyes, de los cuales unos son
míticos pero otros totalmente históricos, que gobernaron en su conjunto un total de
2310 años. Lugalbanda, el pastor, fue uno de ellos y tras su gobierno ocupó el
trono Gilgamesh, figura ya histórica que vivió hacia el 2650 y que sin discusión fue el
rey mas importante de Uruk.

Gilgamesh hubo de alcanzar el trono en virtud de sus hazañas y carisma personal,


instaurando a continuación una monarquía militar, fortificó Uruk con una importante
muralla y se dedicó al comercio, el cual le proporcionó grandes riquezas que luego
invirtió en la restauración y construcción de templos, combatió contra reyes de Kish a
los cuales derrotó apoderándose de aquella ciudad.

Gilgamesh, hijo de Lugalbanda y da la diosa Rimat-Ninsun, dará lugar al primer poema


mítico que ha llegado hasta nosotros, la Epopeya de Gilgamesh, la cual nos cuenta
como este personaje parte en busca de la planta de la vida, para alcanzar la
inmortalidad y dársela a la humanidad; en ella Gilgamesh y su amigo Enkidu fracasan
en conseguir tan ansiado tesoro, pereciendo el segundo de ellos a lo largo de la
aventura; esta obra data de mediados del III milenio a.C., y en ella aparece una
primera mención a un gran diluvio enviado por los dioses, para destruir a la humanidad
por sus pecados y faltas y de como un hombre, Shuruppak, es enardecido por un dios,
Ea, para construir una gran nave donde guardarán cobijo cada una de las especies de
animales existentes en espera del diluvio.
En este periodo también reinó Messalim, uno de los reyes del que menos datos se
poseen, pero quizás el mas importante de este periodo en toda Mesopotamia junto a
Gilgamesh, obtuvo la realeza de Kish hacia el 2550 y tan importante hubo de ser su
reinado que incluso llegó a ser requerido por otras dos ciudades-estado, Lagash y
Umma, para que interviniera como árbitro en una disputa sostenida por cuestión de
fronteras. Como último rey importante de esta dinastía tenemos a Enmerkar, fue el
segundo rey de ésta y pocos hechos históricos conocemos de el, aunque si nos ha
llegado un pequeño legado en forma de obra literaria sumeria, en la que se nos cuenta
un conflicto de este rey sumerio con su homólogo en Aratta (lugar situado en el actual
Irán), y separado de Uruk por siete cordilleras y un emplazamiento elevado de muy
difícil acceso, este conflicto se inicia por la solicitud de Enmerkar de un aporte de
piedras preciosas y metales al rey de Aratta, para la construcción de un zigurat en
favor de Enki en Eridu; aceptando finalmente este último la solicitud de Enmarkar y
pagando este tributo, no sin haber sufrido antes unas árduas negociaciones
diplomáticas (primer dato histórico que se posee de relaciones diplomáticas entre
varios paises/naciones/heraldos o reyes).

La leyenda de ADAPA
Adapa, el primero de los Siete Sabios mesopotámicos, fue una figura mítica que, sin
saberlo, se negó a recibir el don de la inmortalidad. La historia está atestiguada por
primera vez en el período casita (Siglo XIV A.N.E.) en tabletas fragmentarias de Tell el-
Amarna y de Aššur, de finales del segundo milenio de nuestra era. El mito mesopotámico
habla de siete sabios antediluvianos que fueron enviados por Ea, el sabio dios de Eridu,
para traer las artes de la civilización a la humanidad. El primero de ellos, Adapa, también
conocido como Uan, el nombre presentado como Oannes por Berosso, introdujo la
práctica de los correctos ritos religiosos como sacerdote del templo Éapsu en Eridu.
Los sabios se describen en la literatura mesopotámica como peces-parādu, probablemente
la carpa, cuyos huesos se han encontrado asociados con la primera capilla, y aún se
conserva como un deber sagrado en el recinto de las mezquitas de Oriente Próximo y
monasterios. Adapa como pescador fue retratado iconográficamente como un compuesto
de pescado-hombre. La palabra Abgallu, sabio (Ab = agua, Gal = grande, Lu = hombre, en
sumerio) sobrevivió hasta tiempos nabateos, alrededor del siglo primero, como apkallum,
utilizados para describir la profesión de un cierto tipo de sacerdote.1

Semana X
EL DESCUBRIMIENTO DE BABILONIA Y LA BIBLIOTECA
DE ARCILLA
La civilización de Babilonia proviene del lento proceso de integración de los
pueblos llegados del este sumerio y elamita. Quedaron unidos a pesar de ser
eternos enemigos y de su diferencia cultural. Los elamitas eran más belicosos y
los sumerios habían introducido en el país una cultura superior refinada. Hasta
el cuarto milenio a.C. las llanuras entre el Tigris y el Eúfrates estaban habitadas
por tribus primitivas o por hordas nómadas. Al instalarse los sumerios habían
traído la disposición de grandes ciudades, edificios duraderos de ladrillos con
piscinas, conducciones de agua, instalaciones de baños de vapor y viviendas
con todas las comodidades. Como los pueblos situados junto al Indo, grababan
sellos y creaban estatuas de bronce de una gracia maravillosa, conocían el
algodón y utilizaban una aleación de oro y plata para hacer joyas. Del análisis
de las tablillas con signos asirio-babilónicos se deducía la existencia de un
idioma desconocido. La mezcla de signos que corresponden a una escritura de
letras, otra de sílabas y otra de imágenes, indicaban una larga evolución y que
ni los babilonios semitas ni los asirios eran los inventores de la escritura
cuneiforme. Prevaleció para los inventores el nombre de sumerios propuesto
por Jules Oppert. El historiador seléucida Beroso, contemporáneo de Alejandro,
es el cronista mejor informado de Babilonia. Varios fragmentos de su historia de
Babilonia se conservaron transmitidos por autores romanos y por Flavio Josefo.
Durante su larga historia Babilonia fue repetidamente conquistada por los
elamitas, casitas, asirios y arameos.

La costumbre de elevar montañas de dios:


En 1843 Botta empieza sus excavaciones cerca de Kuyunjik y Korsabad. En
1845 Layard encuentra en las ruinas de Nemrod impresionantes relieves. En
1849 Layard encuentra en la colina de Kuyunjik el palacio de Senaquerib (704-
681 a.C.), que hizo de Nínive su capital. En ese lugar encontraría una biblioteca
con copias de documentos antiguos que proporcionaron abundante información
sobre la historia de las ciudades de Mesopotamia. Nemrod, quien fue el primero
en hacerse rey después del Diluvio, y a quien la Biblia identifica como un
poderoso cazador opuesto a Yahveh, es señalado como el verdadero gestor de
la idea de llevar a cabo esta enorme empresa. Algunos han intentado
identificarlo con Sharrukin o Sargón I de Akkad, el fundador del primer Imperio
semita (acadio) de que se tiene memoria. Otros creen ver en este vigoroso
cazador la figura del dios asirio Ninurta, dios de la guerra y de la caza que,
como Nemrod, se placía en cazar a sus enemigos. Al no disponer de piedra para
la construcción, se decidió fabricar ladrillos. Y como tampoco contaban con cal,
usaron betún como argamasa. El tiempo aproximado de su construcción puede
deducirse de la siguiente información. Péleg (cuyo nombre se perpetuó en el de
una ciudad en la confluencia del Éufrates con el Khabor, mencionada en las
tablillas de la ciudad de Mari, en el Éufrates medio, y que en la época
grecorromana llevó el nombre de Phaliga) habría vivido desde
aproximadamente 2269 hasta aproximadamente 2030 a. de J.C. Su nombre
significa "División", porque "en sus días se dividió la tierra", esto es, "la
población de la tierra"; "de allí los había esparcido Yahwêh sobre toda la
superficie de la tierra". Un texto cuneiforme de Shar-kali-sharri, rey de Akkad (y
sucesor de Sargón I de Akkad), quien vivió en el tiempo de los patriarcas,
menciona que restauró una torre-templo en Babilum, con lo que da a entender
que tal edificio existía antes de su reinado. De hecho, en los registros sumerios
aparece mencionada como Kadingira, que es el equivalente sumerio del akkadio
Babilum.

El descubrimiento de los
arqueólogos alemanes en Etiopia
 Datado en el siglo X antes de nuestra era, ha sido localizado en la
localidad de Axum
 'En ese palacio pudo estar el Arca de la Alianza', dice la Universidad
de Hamburgo
Un equipo de arqueólogos alemanes de la Universidad de Hamburgo ha conseguido
acabar con uno de los mayores misterios de la antigüedad al encontrar los restos
del palacio de la legendaria reina de Saba, en la ciudad santa de Axum, en el
estado federado etíope de Tigray (norte). El profesor Helmut Ziegert, del Instituto
de Arqueología de la Universidad de Hamburgo, que dirige el equipo, está además
convencido de que en un altar levantado en el palacio y orientado hacia la
constelación de Sirius reposó durante largo tiempo el Arca de la Alianza que
contenía las Tablas de la Ley de Moisés.

"Todo cuadra. Los detalles, la datación y la orientación del edificio", ha explicado


Ziegert, cuyo equipo realizó el descubrimiento durante la actual campaña de
excavaciones de primavera, en la antigua capital de un imperio que abarcó desde
Yemen hasta el este de Sudán, controlando el comercio entre África y Asia.

Datada hace unos 3.000 años, la residencia de la reina Makeda, como se llama a la
reina de Saba en Etiopía, ha sido hallada bajo los muros del palacio de un
antiguo rey cristiano en la capital de la iglesia ortodoxa etíope y la ciudad mas
sagrada del país.

El mayor tesoro que albergaba el palacio de la legendaria reina era probablemente


el Arca de la Alianza, un cofre de madera de acacia negra recubierto de oro en el
que, según fuentes históricas y religiosas, se guardaban las tablas con los Diez
Mandamientos que Moisés, según la Biblia, recibió de Dios en el monte Sinaí.

Ziegert ha subrayado que su equipo ha dedicado los últimos nueve años a


investigar como llegó el judaísmo a Etiopía en el siglo X antes de nuestra era, a la
vez que trata de localizar el emplazamiento actual del Arca de la Alianza.

"En ese palacio pudo estar custodiada durante un tiempo el Arca de la


Alianza", donde, según fuentes históricas y religiosas, se guardaban las
tablas con los Diez Mandamientos
Añadió que las investigaciones han revelado que el palacio original de la reina de
Saba fue trasladado poco después de su construcción y levantado de nuevo
orientado esta vez hacia la estrella de Sirius. El equipo de científicos de Hamburgo
presume que Menelik I, rey de Etiopía e hijo de la reina de Saba y del rey Salomón
de Jerusalen, según la tradición de la iglesia ortodoxa etíope, fue quien ordenó
levantar el palacio en su emplazamiento final. Las numerosas ofrendas que los
científicos germanos encontraron en torno al lugar donde debió de estar el altar han
sido valoradas por los expertos como una clara señal de que la especial relevancia
del lugar se ha transmitido a lo largo de los siglos. Los últimos resultados de las
investigaciones realizadas en Axum indican que, con el arca de la Alianza y el
judaísmo, llegó a Etiopía el culto a Sothis, que se mantuvo hasta el siglo VI de
nuestra era, explicó Ziegert.

La inscripción de Behistún por


Henry Creswicke Rawlinson
Rawlinson, Henry Creswicke (1810-1895).

Militar, diplomático y orientalista británico, nacido en Chadlington (Oxfordshire) el 11 de abril


de 1810 y fallecido en Londres el 5 de marzo de 1895. En 1837 descifró el fragmento en antigua
lengua persa con el que da comienzo la inscripción epigráfica cuneiforme de Darío I encontrada
en Bisitun, hallazgo que fue clave para el desciframiento de la escritura cuneiforme
mesopotámica y que inauguró una nueva etapa en el conocimiento científico de la historia del
Oriente Medio antiguo.

A la edad de diecisiete años viajó a la India como cadete de la Compañía Británica de las Indias
Orientales. En 1833 fue destinado a Irán, junto a otros oficiales del ejército británico, con la
misión de reorganizar el ejército de la monarquía del sha. Allí descubrió con fascinación la
historia de la antigua Mesopotamia y se entregó con denuedo al empeño de descifrar las
inscripciones cuneiformes de Bisitun. Tras dos años de incansable dedicación, Rawlison
consiguió traducir los dos primeros párrafos de la estela, cuya versión publicó en 1937. Poco
tiempo después fue evacuado de Irán al producirse un conflicto entre el gobierno de este país y
el de Inglaterra. En 1843 fue nombrado cónsul británico en Bagdad. Al año siguiente pudo
regresar a Irán para conseguir una transcripción de los fragmentos en escritura babilónica. En
el período que transcurrió entre 1846 y 1851, Rawlison fue publicando sus hallazgos en una
obra que recibió el título final de La inscripción cuneiforme persa de Bisitun.En ella incluyó una
traducción completa de la fuente epigráfica, un análisis exhaustivo de la gramática y un amplio
aparato crítico. Entre 1850 y 1852 publicó sus obras Comentario sobre las inscripciones
cuneiformes de Babilonia y Asiria y Bosquejo de la historia de Asiria. En 1857, apoyado por un
grupo numeroso de investigadores, Rawlison consiguió descifrar la escritura cuneiforme
mesopotámica de forma definitiva. Su investigación aportó un caudal inestimable de
información para el estudio de la historia antigua de Babilonia, Asiria y Persia, información que
hizo posible el estudio de las fuentes escritas que, hasta entonces, constituían un enigma para
los historiadores.

En 1849 comenzó a donar progresivamente al Museo Británico su colección completa de


antigüedades. Dos años después fue ascendido a cónsul general en Bagdad y encargado de la
compra de piezas escultóricas antiguas para el Museo Británico, en sustitución del célebre
arqueólogo Henry A. Layard. En 1855 abandonó su trabajo para la Compañía Británica de las
Indias Orientales y regresó a Inglaterra, donde fue elevado a la condición de caballero, con
tratamiento de sir, y nombrado director de la Corona para la Compañía. En 1858 obtuvo un
escaño en el Parlamento en representación del Partido Conservador, pero, un año después, fue
destinado a Teherán (Irán) como plenipotenciario del gobierno británico. De regreso en
Inglaterra, volvió a ocupar su puesto en el Parlamento en el período 1865-1868. Murió en
Londres el 5 de marzo de 1895, a los ochenta y cinco años.

Semana XI
La Crónica de Nabonido
La crónica de Nabonido, también conocida como crónica de Ciro-Nabonido. pertenece a
las conocidas como crónicas Mesopotámicas (Crónicas de Asiria y Crónicas de Babilonia),
realizada, como las demás, en tablillas de arcilla, escrita en cuneiforme acadio.
Es una estela funeraria del último rey babilónico, conservada en el British Museum,
perteneciente a las fuentes babilónicas y persas antiguas, en la que se narra cómo en el
año VI de Nabonido, Nabu-na’id (550-549), a.C., el rey Ishtumegu (Atiages) «convocó a
sus tropas y marchó contra Ciro, rey de Anshan, para enfrentársele en combate. El ejército
de Ishtumegu se volvió contra él y lo entregó encadenado a Ciro. Ciro marchó contra el
país de Agamtanu; se apoderó de la residencia real; cogió como botín plata, oro, (otras)
cosas valiosas del país y los llevó a Anshan».

El Descubrimiento de El
Cilindro de Ciro
Uno de los eventos más importantes de la historia antigua fue la conquista de Babilonia por el
monarca persa Ciro II. El 4 de octubre del año 539 a.C. el ejército persa entró en la ciudad de
Babilonia, que era entonces la capital del estado de Babilonia (en el centro de Irak). Esta fue
una campaña sin sangre y sin prisioneros. Posteriormente, el 9 de noviembre, el rey Ciro visitó
la ciudad. La historia de Babilonia nos dice que Ciro fue recibido por el pueblo, quienes
extendieron una vía de ramitas verdes ante él como un signo de honor y de paz. Ciro saludó a
todos los babilonios en paz y trajo la paz a su ciudad. En este gran evento, Ciro emitió una
declaración, inscrita en un barril de barro, conocida como la inscripción del Cilindro de Ciro.
Esta inscripción fue descubierta en 1879 por Hormuz Rassam en Babilonia y en la actualidad se
conserva en el British Museum.

Muchos historiadores han concluido que el texto del cilindro es la primera declaración de los
derechos humanos. Los Anales de Babilonia, así como la primera sección de la inscripción de
Ciro, arrojan luz sobre la difícil situación político-religiosa de la ciudad mesopotámica. Tal
circunstancia había enfurecido a los habitantes de Babilonia, quienes invitaron a Ciro a que
realizara una campaña militar y les ayudara así a acabar con su sufrimiento . Evidentemente, el
rey de Babilonia, Nabónido, había contribuido a generar tal descontento entre sus súbditos.
Había eliminado el festival de Año Nuevo ycon ello, Nabú, uno de los dioses babilonios, no
entró en la ciudad, así como Bel, otro dios, no fue tomado en la procesión de la
fiesta. Además, el culto a Marduk, el rey de los dioses del panteón babilonio, fue cambiado
por una abominación. Del mismo modo, los santuarios de todos los asentamientos
mesopotámicos estaban en ruinas. Además de los temas religiosos, Nabónido, había
atormentado a los habitantes de Babilonia con una opresión increíble y les había obligado a
realizar trabajos forzosos. Según el relato, Marduk, el rey de los dioses, ante los atropellos
causados por Nabónido, buscó ungobernante justo, llegando finalmente a sus oídos las buenas
obras de Ciro y su mente recta, ordenándole marchar contra la ciudad de Babilonia.

Nabónido, enterado de las revueltas desde su residencia en el Oasis de Taima, en la zona


occidental de la península Arábiga, decidió regresar a Babilonia. En su camino, se encontró
con los enojados habitantes de Acad, quienes se habían rebelado, aunque fueron masacrados.
A su regreso a Babilonia, fue arrestado, aunque sin embargo, fue tratado con
respeto. Cuando Nabónido murió al año siguiente, Ciro participó en eltiempo de duelo
nacional que fue proclamado por él mismo. Los dioses de Acad fueron devueltos
a sus ciudades sagradas y todos los habitantes de Mesopotamia, donde se incluían príncipes y
gobernadores, saludaron a Ciro como su nuevo amo. De este modo, todos los que se habían
librado de los daños y de los desastres veneraron sunombre.

En este punto de inflexión histórica, por orden de Ciro, todas los individuos que se encontraban
en Babilonia cautivos y que habían servido como esclavos durante generaciones fueron
puestos en libertad y el regreso a su patria fue financiado por los persas. Entre los cautivos
liberados se encontraban unos 50.000 judíos que habían vivido en Babilonia durante tres
generaciones; a su retorno se les permitió la reconstrucción de su templo en Palestina. Esta
política de respeto hacia el pueblo judío fue seguida por Darío y sus sucesores. Del mismo
modo, algunos de los judíos liberados fueron invitados y se asentaron en Persia. Debido a un
acto tan generoso, Ciro fue honrado en la Biblia. Él es el único gentil de la Biblia, fue nombrado
como Mesías, y se le menciona explícitamente como pastor del Señor y su ungido (Mesías).
Otras referencias a Ciro se observan en Isaías, donde el monarca persa es llamado por su
nombre y se le da un título de honor, así como también es llamado para reconstruir la ciudad de
Dios y liberar a su pueblo elegido, tarea que realizará con éxito por Dios.

Los anales de Tiglat-Pileser


BIOG HOMB HOAT«ver, PEKA, ASIRIA, MENAHEM, PUL vet,(as.: «mi fuerza es el dios Ninib»).
Nombre de varios reyes de Asiria. Tiglat-pileser III, que también se llamaba Pul, (posiblemente
su nombre primitivo antes de usurpar el poder), reinó entre los años 746/5 y 728/7 a.C. Los
israelitas lo conocieron al principio por el nombre de Pul. Desde el año 743 al 740 estableció su
centro de mando en Arpad, en la Siria septentrional, desde donde dirigió campañas
devastadoras. Fue en esta época, o algo más tarde, que invadió Israel.

El rey Menahem se apresuró a pagarle tributo, por lo que Tiglat-pileser lo confirmó en el reino
(2 R 15:19) véase PEKA). Entre los reyes que figuran en los archivos de Tiglat-pileser como
habiendo pagado un tributo en el año 738 se halla Menahem de Samaria. El rey de Asiria
dirigió a continuación expediciones hacia el este, norte y noroeste de Nínive. En el año 734 se
volvió hacia el oeste. Acaz, rey de Judá, amenazado por Rezín, rey de Siria, y por Peka, rey de
Israel, compró a muy elevado precio la ayuda de Tiglat-pileser, y en contra de las exhortaciones
del profeta Isaías (2 R 16:7, 8). Tiglat-pileser marchó contra los filisteos, apoderándose de Gaza
en el año 734 (2 Cr. 28:18). Durante su avance hacia el sur y su retorno hacia el norte, tomó
varias ciudades, Galilea, todo el país de Neftalí, y deportó a sus habitantes (2 R 15:29). El rey de
Asiria se llevó asimismo a los rubenitas, gaditas y la media tribu de Manasés (1 Cr 5:26). Así, ya
antes de la caída de Samaria (722-721 a.C.), hubo una deportación en masa de israelitas del
reino del norte. Las tabletas asirias informan que Tiglat-pileser recibía el tributo de numerosos
soberanos, entre ellos los de Amón, Moab, Edom y Judá. Estos datos están en la misma línea
que los datos bíblicos (2 R 16:10). En el año 732, Tiglat-pileser se apoderó de Damasco y
después pacificó Babilonia, que había sido invadida por los caldeos.

En el año 730 a.C., Oseas, hijo de Ela, dio muerte a Peka, rey de Israel (2 R 15:30), con el apoyo
de Tiglat-pileser. Este último, más que sus predecesores, precedió a un sistemático trasvase de
poblaciones. Las tierras abandonadas por los deportados eran a su vez pobladas por colonos
asirios. Su propósito era aniquilar el sentimiento nacional de los vencidos, dispersándolos y
aislándolos. Murió en el año 728 (o 727) a.C., después de un reinado de dieciocho años, y
habiendo llevado a Asiria a la cúspide del poder. (Véanse ASIRIA, MENAHEM, PUL.)

Semana XII
Hallazgos iniciales en Qumram
El área de los descubrimientos de Qumram, en Palestina, esta ubicada aproximadamente a un
kilómetro sobre las alturas que bordean la orilla norte del mar Muerto, el hallazgo en una gruta,
durante los primeros meses de 1947, de siete rollos de manuscritos antiguos realizados en
pieles, entre otros elementos, reporta inicialmente un lucrativo negocio para los beduinos que
se acreditan su descubrimiento. El suceso que moviliza a traficantes, anticuarios y científicos
gana trascendencia al fechárselos como anteriores al siglo I de la era cristiana y será
considerado uno de los mayores hallazgos arqueológicos del siglo. Recién a comienzos
de 1949, luego del paréntesis de la guerra desatada entre árabes e judios al proclamarse el
estado de Israel y finalizar el protectorado británico en la región, se inicia la exploración
sistemática dirigida por el Servicio Arqueológico Jordano y con la colaboración del Museo
Arqueológico de Palestina (ligado a la Fundacion Rockefeller) que se prolongará durante casi
una década, de las grutas y las excavaciones en su área circundante.

Nuevos descubrimientos
A mediados de 1956 finalizada la sexta campaña han sido exploradas once grutas y excavadas
la mayoria de las ruinas próximas a Khirbet Feshkra y Khirbet Qumram. Los descubrimientos
en estas últimas permiten identificar el centro religioso de la comunidad de Qumran de la cual
provienen los cerca de 600 manuscritos hallados en las grutas de los alrededores dentro de
tinajas, de lo que se presume fue conservado de su biblioteca.
Para entonces se habrán identificado entre los manuscritos libros biblicos del Antiguo
Testamento y otros propios de la comunidad. Los primeros permitiran acceder a los mas
antiguas trascripciones conocidas hasta el momento de libros bíblicos como las profecias de
Isaías, Levítico y Salmos, entre otros. El contenido de los restantes aportará elementos para
profundizar en el conocimiento de la vida religiosa antes del cristianismo y su interpretacion
dara lugar entre los estudiosos a numerosas polémicas. El consenso atribuirá mayoritariamente
la pertenencia de la comunidad a la secta de los esenios.

Reservas y controversias
El cambiante escenario político de la región, inicialmente protectorado británico, luego
jurisdicción jordana y finalmente israelí luego de la ocupación territorial tras la guerra
de 1967 no será ajeno a estas tensiones al acarrear durante este proceso distintos cambios de
autoridades respecto a la propiedad de los manuscritos.
La exploración arqueológica del área de Qumram con motivo de los descubrimientos permitirá
rescatar y conocer en profundidad el afincamiento religioso de la comunidad, descubriéndose
cerca de 1200 tumbas, recuperándose utensillos y restos de mobiliario para finalmente culminar
con una reconstrucción precisa de la disposición de las construcciones que integraban el centro
religioso. La datación de las ruinas y de su contenido será facilitada por la recuperación de
numerosas monedas romanas que permitirán fechar su ocupación en un período comprendido
entre el 100 a.C. y el 135d.C.
La reserva y el limitado acceso desde un inicio impuesto a los investigadores independientes,
ajenos al equipo internacional designado para su estudio, sumado a la morosidad en el avance
de la publicación de sus resultados motivara polémicas y controversias públicas sobre el tema,
que perdurarán en el tiempo.

El hallazgo de Konstantin von


Tischendorf
Konstantin von Tischendorf (18 de enero de 1815 - 7 de diciembre de 1874) fue un
lingüista alemán. Tischendorf teólogo y filósofo logró descifrar en 1842 el Códice Ephraemi
Syri Rescriptus y estudió otros muchos de esos documentos fundamentales en el estudio
de la Biblia. Konstantin von Tischendorf nació en Sajonia en el año 1815, era hijo de un
médico forense. En 1834 con tan solo 18 años empieza a estudiar Teología y Filosofía,
doctorándose en la especialidad crítico textual en el año 1838.
Desde los inicios (incluso antes) de su doctorado le preocupaba la alta critica (corriente
que intentaba socavar la autoridad de la Biblia, poniendo en duda la autenticidad del texto
bíblico en sí) que teólogos vertían hacia las Escrituras.
Tischendorf, como eminente erudito, investigador de las Escrituras tenía que rebatir esas
ideas hacia la Biblia. La única forma de demostrarlo fue el estudio de escritos, libros,
códices, etc., de la Escrituras.1 Por lo tanto toma la determinación de abandonar su vida
cómoda como profesor, y se lanza a la búsqueda de estos por las bibliotecas, monasterios,
de Europa e incluso fuera de ese continente.
En 1844, llegó al monasterio de Santa Catalina en el Monte Sinaí, allí halló 129 hojas, de
un códice, escrito en griego, perteneciente a las Escrituras Hebreas o Antiguo
Testamento del siglo IV. Se conocería posteriormente como Códice Sinaítico, los monjes
del monasterio le dieron 43 hojas del preciado manuscrito. En 1853, vuelve de nuevo al
monasterio, y esta vez descubrió un fragmento del libro de Génesis del mismo códice.
Ese mismo año, se le acaban sus recursos (de su propio bolsillo pagaba sus hallazgos e
investigaciones), se ve en la necesidad de conseguir el patrocinio de alguien acaudalado
que crea en sus investigaciones, abandona su país natal, fijándose en Rusia y en la
persona del Zar.
(Rusia, había entrado en una era de cambios y reformas, el énfasis en la educación era
primordial, la emperatriz Catalina II, era la promotora, había enviado a eruditos para que
aprendieran hebreo en las universidades europeas, además fundó la Biblioteca Imperial de
San Petersburgo, pero existía una deficiencia, solo contaban con seis manuscritos
hebreos, los eruditos empezaban a traducir del hebreo al ruso las Escrituras)
El Zar Alejandro II, se dio cuenta enseguida de lo positivo que eran las demandas
de Tischendorf, para sus propósitos, que auspicio la misma.

LOS PAPIROS DE CHESTER BETTY


Los Papiros Chester Beatty son un grupo de papiros bíblicos escritos
en griego y de origen cristiano, compuesto por once manuscritos,
siete del Antiguo Testamento, algunos de ellos los más antiguos que
han llegado a nuestros días en griego; tres del Nuevo Testamento; y un
undécimo que contiene el importante Libro de Henoc y unos textos
sobre liturgia no identificados.

Aunque dos de ellos datarían del s. IV, la mayor parte están


fechados en el s. III, es decir de antes de la persecución
de Diocleciano que se produce entre los años 303 y 311 y se ceba
precisamente en los documentos. Tienen, además, el valor histórico de
ser anteriores a las dos grandes colecciones que han llegado a nuestros
días, las dos del s. IV, a saber, el Códice Vaticano y el Códice
Sinaítico.
Las circunstancias de su hallazgo no están claras. Según
algunos, proceden de las ruinas de la antigua ciudad de Atfih, según
otros de Fayum, las dos en Egipto. En cualquier caso, se adquieren a lo
largo de la década de los 30, realizándose los primeros anuncios de la
adquisición en 1931. Frederic G. Kenyon publicará entre 1933 y 1958
un impresionante trabajo en ocho volúmenes sobre los manuscritos que
titulará “The Chester Beatty Biblical Papyri: Descriptions and Texts
of Twelve Manuscripts on Papyrus of the Greek Bible”.

Los papiros son adquiridos por Sir


Alfred Chester Beatty(18781968),
norteamericano nacionalizado británico y muy
vinculado a Irlanda, dedicado al negocio de la
minería, que les presta su nombre, y se
conservan en la Biblioteca Chester
Beatty, en Dublin, que custodia, junto a los
que hoy comentamos, todos los manuscritos
adquiridos por el coleccionista a lo largo de su
vida. Así que si tiene Vd. pensado enviar a sus
hijos a estudiar inglés en Irlanda, ya sabe qué
Sir Alfred Chester Beatty
visita recomendarles. Por cierto que la entrada
es gratis. Algunas piezas son adquiridas por
la Universidad de Michigan y otros coleccionistas.

Todos los manuscritos son textos en códice, lo que demuestra


que desde muy temprano, los cristianos abandonan el sistema de rollo
que utilizaban los judíos para pasar a utilizar la encuadernación en libro o
códice, si bien esta curiosa característica aparece ya en un papiro
cristiano muy anterior cual es el Papiro Rylands.
Los papiros de Bodmer
La importancia de estos descubrimientos no fue menor que la de la publicación de los
papiros de Bodmer entre 1956 y 1961. Esta colección lleva el nombre de Martin
Bodmer, bibliófilo y humanista suizo, fundador de la Biblioteca Bodmer de Literatura
Mundial en Coligny, suburbio de la ciudad de Ginebra, quien los compró a un
comerciante en antigüedades egipcio. Además de incluir obras clásicas, apócrifas y de
la época cristiana primitiva, la colección comprende manuscritos bíblicos en griego y
en copto. Los MS del NT son de importancia capital.
El papiro Bodmer II, denominado P66, fue publicado en 1956 por Victor Martin,
profesor de filología clásica de la Universidad de Ginebra. Este manuscrito contiene
desde Juan 1:1 hasta 14:15; le falta sólo el pasaje de Juan 6:12-35a.

Según el estudio paleográfico que realizó, Martin fechó el manuscrito por el año 200 d.
C.

Por su parte, Herbert Hunger, director de las colecciones papirológicas de la Biblioteca


Nacional de Viena, propuso una fecha anterior, como a mediados del siglo segundo.

Según estas fechas, el papiro tendría por lo menos 125 años más que los grandes
unciales que mencionaremos más adelante. El P66 es el mejor preservado de todos
los papiros bíblicos y viene de unos cien años después que el cuarto Evangelio fue
escrito. Por lo tanto, debe ser considerado como importante testigo de la forma original
del Evangelio. Las cien páginas publicadas miden unos 15 por 14 cm. En 1958 se
publicaron los fragmentos de las 46 páginas restantes. En 1962 se publicó una copia
facsímile de todo el manuscrito.

Los papiros Bodmer XIV y XV, denominados P75 contienen importantes secciones de
Lucas y Juan. Fueron publicados en 1961 por V. Martin y P. Kaiser, quienes les
asignaron una fecha entre 175 y 225 d. C. Constan de 102 páginas de las originales
(que deben haber sido como 144); cada una de ellas mide como 27 por 13 cm. Incluye
desde Lucas 3:18 hasta 18:18, y desde Lucas 22:4 hasta Juan 15:8.

Básicamente el texto coincide con el del Códice Vaticano y con los manuscritos
sahídicos de la versión copta. Es posible que sea algo más antiguo que P66, y su texto
parece ser mejor que el de aquél. Ambos manuscritos son del tipo alejandrino. El P75
se asemeja más al Códice Vaticano, mientras que el P66 se parece más al Códice
Sinaítico aunque tiene en ciertos puntos textos que no se encuentran en otros
manuscritos. El papiro P75 contiene la copia más antigua del Evangelio de Lucas y
probablemente la segunda en antigüedad de Juan. Este papiro es, por lo tanto, de
inestimable valor. Estos MSS muestran que el tipo alejandrino de texto existía ya por el
año 200 d. C. Los papiros Bodmer VII y VIII, denominados P72, contienen las más
antiguas copias que se conocen de Judas y 1ª y 2ª Pedro. Estos libros bíblicos
estaban encuadernados junto con una mezcla de otros documentos, copiados por
cuatro escribas diferentes. Además de las tres epístolas, la colección contiene la
Natividad de María, la Undécima Oda de Salomón, la Homilía de Melito sobre la
Pascua, un fragmento de un himno, la Apología de Filias y los salmos 33 y 34.

Este códice de papiros, escrito en el siglo tercero, fue publicado por Michel Testuz en
1959. El texto de las epístolas es en esencia el del Códice Vaticano y de la versión
sahídica. El papiro Bodmer XVII, denominado P74, fue publicado en 1961 por Rodolfo
Kasser. Contiene partes de Hechos, Santiago, 1ª y 2ª Pedro, 3ª Juan, y Judas. Está
mal conservado, y por ser del siglo séptimo no tiene la importancia de los primeros
papiros mencionados.

La Sabana Santa de Turín


Sábana Santa. Sudario de Turín. Santo Sudario. Síndone. Todos
esos son los nombres con que se conoce la manta con la que
supuestamente la tradición cristiana indica que se envolvió el cuerpo
de Jesús tras su crucifixión y sepultura. Y ahora, una nueva teoría
alimenta las creencias sobre su origen místico.

Un grupo de científicos del Instituto de Materiales de Trieste y


del Instituto de Cristalografía de Bari -entes pertenecientes al
prestigioso Centro Nacional de Investigación de Italia– determinó
que el tejido de la reliquia estuvo en contacto con sangre humana.
Más específicamente, teniendo en cuenta los materiales hallados en el
estudio, el manto estuvo en contacto con una persona que fue som La
fibra que se sometió al estudio pertenece a la huella dorsal de la
sábana, correspondiente al pie. Según explicó Elvio Carlino, jefe de
la investigación, los estudios fueron hechos con un novedoso sistema
llamado "microscopía electrónica en transmisión de resolución
atómica y difracción de rayos X con amplia angulación".

"El estudio -publicado en la revista científica norteamericana Plos


One– demostró que en la fibra de lino hay creatinina, de
dimensiones de entre 20 y 90 nanómetros, unida a pequeñas
partículas de hidrato de hierro, de dimensiones de entre 2 y 6
nanómetros, típicas de la ferritina", indicó Carlino.
Giulio Fanti, profesor de la Universidad de Padua, agregó además
que la amplia presencia de partículas de ceratinina unidas a las de
hidrato de hierro son típicas de un organismo que estuvo sometido a
torturas. Ese escenario representa "un fuerte trauma múltiple
sufrido por el cuerpo envuelto en el lino". "El estudio indica que el
hombre envuelto en el sudario fue víctima de duras torturas antes
de una muerte cruel",

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