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Proyecto - Las Emociones

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Proyecto: Las emociones

APRENDIENDO A SENTIR
(A través del cuento el monstruo de colores)

FUNDAMENTACION:

Mi preocupación y por tanto para desempeñar mi labor, es encontrarme con niños/as que le
cuestan expresar sus sentimientos, al margen de si son tranquilos o no (que dicho sea de
paso, ningún niño es tranquilo, es un niño)
Teniendo en cuenta las características psico-evolutivas de los alumnos, no espero que
gestionen sus emociones, diferencien a la perfección entre el bien y el mal, y conozcan sus
sentimientos en todo momento.
Comenzaré a trabajarlo desde el cuento “El Monstruo de Colores” (a través de video) para
que después podamos trabajar desde los colores y logren expresar fácilmente el enfado, el
miedo, la alegría, la tranquilidad, la tristeza, o el amor.

Objetivo:
El monstruo de colores identifica cada emoción con un color de esta manera es muy fácil
para los niños poder identificar las emociones de manera gráfica y además ayudamos a
etiquetar las distintas emociones.
Hay veces que es complejo saber expresar aquello que nos pasa, así que un emociómetro
es un buen material para que cada día, cada uno de nosotros exprese de manera gráfica
cómo se siente.
Ser conscientes de por qué nos sentimos tristes, alegres, enfadados etc. Os proponemos
hacer una rueda de las emociones y jugar con ella.
Aprendan a regular sus emociones, a trabajar en colaboración, resolver conflictos mediante
el diálogo y a respetar las reglas de convivencia en el aula, en la escuela y fuera de ella,
actuando con iniciativa, autonomía y disposición para aprender. Competencias para el
manejo de situaciones 1
Adquieran confianza para expresarse, dialogar y conversar en su lengua materna; mejoren
su capacidad de escucha, y enriquezcan su lenguaje oral al comunicarse en situaciones
variadas.
ACTIVIDADES:
Jugamos con el cubo de las emociones…
Cada cara del cubo tiene una cara con diferentes emociones….conversaremos sobre las
diferentes caras, que den ejemplo de cuando estamos de esa manera?, e imitaremos a las
misma.
Cada uno se llevara a casa un cubo con las emociones
Presentamos a la silla de los abrazos/rincón de las emociones…
La docente presentara a la misma y contara que estará en el costado de la sala con la
función de que cuando veamos sentado a alguien, nos acercaremos y le daremos uno de
los mejores regalos, un ABRAZO. Como somos muchos niños, solo recibirá un abrazo y
luego tendrá que dejar la silla libre para que otro niño pueda usarla. (Esto se usará en
cualquier momento que el niño tenga ganas de recibir un abrazo de algún compañero sin
especificar de quien.
Pintan los diferentes monstruos que representan a cada emoción
Cada uno decoran el monstruo de colores según su estado de ánimo que tengan ese día, y
se lo llevan a casa pegado en una bolsa de madera que se transformará en títere.
La docente presentara diferentes figuras recortadas y los niños deberán pegarla según el
monstruo de color que corresponda (es decir según la emoción)

2
Dibujo libre en una hoja donde los niños dibujaban al protagonista de la historia.
Cada uno en tubo de papel higiénico pintarán y realizarán su propio monstruo de colores.
Ver video de diferentes películas donde los personajes realizan diferentes emociones, y los
niños tienen que adivinar que emoción es….
Dibujaremos un monstruo en una cartulina de cada color según la emoción, podemos
hacerlo los adultos o bien los niños dependiendo de las edades.
Colocaremos escrito el nombre de la emoción en la cartulina.
Engancharemos las cartulinas una detrás de otra creando un “mural” con cada emoción.
Buscaremos pinzas distintas (una identificadora de cada niño/adulto).
La idea es colocarlo en un lugar de fácil acceso para que puedan cambiar la pinza cuando
quieran.
Periódicamente pediremos a los niños que expliquen el porqué de su estado, tomando de
esta manera consciencia de que determinados hechos nos generan determinadas
emociones.

3
Trabajar y plasmar en la hoja o en un afiche actividades del área de matemática, como
contar cuantos monstruos (emociones hay), y escribir el número.
Realizar diferentes actividades plásticas
La idea es que cada niño fabrique su propia rueda de las emociones, les proporcionaremos
una plantilla para que: coloreen y recorten la rueda (importante identificar cada emoción con
el colore correspondiente):
Los dividiremos por grupos. Podemos jugar de varias maneras con la rueda.
Adivina cómo me siento. Mímica. El concursante gira la rueda y debe expresar con mímica
la emoción que le ha tocado, los demás tienen que adivinar. De esta manera trabajamos la
gestualidad, detectar las emociones en los demás (lenguaje no verbal):
Explica un día que te sentiste así. El concursante debe explicar una situación referente a la
emoción que le ha tocado los demás tienen que adivinar de qué emoción se trata.

Para finalizar el proyecto cada uno en familia realizara un monstruo de color que quieran
hacer (para exponer en regio narra) y además hacer un breve cuento>, o adivinanza,
poesía, trabalenguas, con esa emoción, en una hoja A4.

EVALUACIÓN:
Lograron entender las diferentes emociones?
Pudieron expresar sus estados de ánimo?
Se notó un cambio positivo del grupo con todas las actividades trabajadas?
4
Conclusión:
Yo no sé si hago bien o no, pero no digo a mis alumnos que las emociones son buenas o
malas. Les hago saber que las emociones denominadas “negativas” como el miedo o la
tristeza no son buenas ni malas, aunque sí les digo que cuando las tenemos nos sentimos
mal. Pero no lo enfoco como negativo porque están ahí y son parte de la vida. Los seres
humanos tendemos a ocultarlas y a aparentar estar bien siempre, pero no quiero que ellos
hagan lo mismo. No me gustaría educar niños que se encierren en una burbuja o se
bloqueen ante las adversidades porque encima piensan que lo que están sintiendo no está
bien. Considero que la educación emocional se basa en eso: aprender a identificar las
emociones, asumirlas y buscar herramientas que nos ayuden a superar o solucionar las
situaciones que nos hacen sentir mal. Cuando un alumno de mi clase se enfada porque otro
le ha pegado o porque le rompen un juguete, está en su derecho, es legítimo hacerlo,
siempre y cuando no emplee una respuesta violenta o inapropiada. No le digo: “no te
enfades” o “no llores”, porque entonces pienso que en el futuro reprimirá esa emoción y eso
le puede bloquear o hacer infeliz. Quiero dejar claro que no me refiero a los niños que lloran
por casi todo ni a los que se lamentan continuamente, a estos peques se les guía de otra
manera para que no vean todo tan negativo.
Por otro lado, pienso que los maestros debemos participar con los niños en los diálogos
sobre cómo nos sentimos. Los alumnos deben ver que no somos seres inalterables, porque
ellos tienden a imitarnos. Nosotros sentimos alegría, tristeza, miedo, enfado igual que ellos
y es bueno que compartamos algunas experiencias nuestras con ellos.

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