La Elusión de La Norma Tributaria PDF
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Norma Tributaria
Oscar Martín Sánchez Rojas
Simulación y Operaciones No
Reales
Elusión Tributaria
Internacional
Al maestro latinoamericano Alberto Tarsitano,
cuya obra genial y distinta en el Derecho Tributario,
nos hizo ver siempre más allá de lo evidente.
CALIFICACIÓN DEL HECHO IMPONIBLE, SIMULACIÓN,
NORMA ANTIELUSIVA Y FRAUDE A LA LEY TRIBUTARIA
EN EL PERÚ
CAPÍTULO 2: LA SIMULACIÓN
ANEXOS JURISPRUDENCIA
1
GARCÍA NOVOA, César. La Doctrina del Principio de Solidaridad en la Jurisprudencia del Tribunal
Constitucional Peruano. Revista Peruana de Derecho Tributario, Universidad de San Martín de Porres Tax
Law Review.
seguridad jurídica, será entonces y en un inicio, un limitante al poder estatal, que
emparejado con el principio de legalidad sustentaron el primer ciclo histórico de
la constitucionalidad.
Sobre estas antípodas integristas: Liberal vs. Social, se han petrificado muchos
pensamientos, inconscientes al debate postmoderno. La postmodernidad es
sobre todo anti dualista (u anti maniquea), pues cree que, uno de los males de la
filosofía occidental fue crear dualismos excluyendo otras perspectivas (diversidad-
contingencias-pluralismo).
Nadie puede negar que las normas tributarias son clásicas normas de injerencia,
porque a diferencia de las normas de derecho privado que presuponen la libertad
contractual y la autonomía de la voluntad, son normas limitantes, del ámbito de la
libertad personal y económica del ciudadano.
Es por ello que cuando el ciudadano elude, defrauda, o evade su carga fiscal orilla
no solamente su deber de contribuir sino que también atenta contra el principio de
solidaridad implícito en el Estado Democrático y Social de Derecho.
2
Op. Cit. P. 9
Pero aquí retomo un tono más pragmático, al constatar que a diferencia del
Estado Liberal, la Administración Tributaria, en esta etapa, sí cobra una vigencia
necesaria en la aplicación de las normas antielusivas, medidas anti fraude,
simulación de negocios y abuso del derecho. En este ejercicio, la administración
actúa, con lo que a la postre, se convierte en su atribución quizá más notoria y
discutida: su Potestad Discrecional en especial referencia al Procedimiento de
Fiscalización del adeudo tributario. Y la discrecionalidad administrativa no es
anomia ni arbitrariedad, es un concepto jurídico con sus pertinencias, límites,
controles y fundamentos que aseguren un no desfalco a la seguridad jurídica, el
control de legalidad y la capacidad contributiva como garantías del ciudadano
contribuyente frente al Poder Tributario que debe ejercerse en base a la realidad
económicas y no meras apariencias.
En ese marco, el mismo texto normativo, ha calificado con carácter expreso que el
ejercicio de determinadas potestades por la Administración Tributaria tienen
carácter discrecional. Justamente una de estas potestades señaladas es la
descrita en el artículo 62° del Código Tributario referido a la facultad de
fiscalización (contexto donde se operativizan las normas antielusivas y los
métodos de calificación del hecho imponible).
Es por ello mismo que el primer párrafo de la Norma XVI del Código Tributario
establece que: “Para determinar la verdadera naturaleza del hecho Imponible, la
SUNAT (es decir no cualquier Administración Tributaria de las tantas que pueden
existir en nuestro país)4 tomará5 en cuenta los actos, situaciones y relaciones
3
Según Sainz Moreno, este concepto aparecería en el Derecho Público cumpliendo una triple función: como criterio para
la interpretación y la aplicación de normas, como concepto jurídico necesario de interpretación, y como elemento
nuclear de las decisiones administrativas.
4
El paréntesis es nuestro
5
Nótese la forma del verbo “tomará”, en futuro no imperativo.
económicas que efectivamente realicen, persigan o establezcan los deudores
tributarios”.
Expuesto el adánico precedente, queda clara la impronta ideológica del tema, que
a muchos pueda ahora espeluznar, pero que sin embargo se amoldaba al
concepto de estado que pregonaba el III Reich alemán, en clara contradicción al
liberalismo político y económico anglosajón como el francés, cuyo dogma
fundamental es la autonomía de la voluntad y la libertad contractual, que en un
6
En virtud del artículo 3° del Decreto Legislativo N° 1121, publicado el 18 de julio del 2012, se incorpora al
Título Preliminar del Código Tributario, la NORMA XVI, que contiene exactamente el parágrafo que la Norma
VIII original ya lo preveía, relativa a la calificación del hecho imponible.
estado interventor como el alemán, se supeditaba a un “bien colectivo” y a una
especie de razón de estado.
Como podemos apreciar, el método aludido impera casi como un principio, sin que
sea necesaria su positivización, pues trasciende los parámetros de la norma
escrita para acentuarse casi como un sentido común para apreciar la naturaleza
objetiva y fenomenológica del hecho imponible.
El método económico fue prontamente acogido por países como Austria, Francia,
Suiza, España , Argentina y Estados Unidos.
En los Estados Unidos imperó la doctrina del “Disregard of legal entity”, aunque ya
la importante judicatura norteamericana había desde 1945 reconocido el principio
de le “substance over form”(substancia sobre la forma), es así que en un caso
paradigmático (Commisioner vs. Court Holding Co.) había establecido que “La
incidencia tributaria depende de la sustancia habida en la operación. Permitir que
la verdadera naturaleza de las transacciones sea ocultada por meros formalismos,
los cuales se apliquen solamente para alterar las obligaciones tributarias del
Congreso”, según refieren Schwarz y Lathrope. Por otro lado, por esos años la
doctrina argentina empezó a hablar de la “teoría de la penetración”, los franceses
acerca de “la trasparencia fiscal” y muchos otros países europeos y americanos,
casi literariamente acerca de la “Teoría del develamiento”.
7
Dino Jarach. “La Interpretación de las Leyes Fiscales según el Decreto del P.E.N. NUM”
“Business Purpose Test”, es un método desarrollado por la Jurisprudencia
Norteamericana que se puede resumir en dos condiciones: 1° la aceptación a
efectos fiscales de la calificación pretendida por el contribuyente para la operación
exige que la forma utilizada tenga una justificación distinta a la mera reducción de
impuestos. 2° Se exige para la aplicación de determinados regímenes, que las
operaciones tengan motivos económicamente válidos.
8
Dino Jarach, “Finanzas Públicas y Derecho Tributario”.- Buenos Aires, Ed. Abeledo Perrot, 3ra edic. pág.
395.
9
Pérez Royo, Fernando, “Derecho Financiero y Tributario” (Parte General).- Madrid, Ed. Civitas, pág. 90
Mientras que Villegas es todavía más explícito, cuando admite que la figura en
cuestión no tiene la entidad de método de interpretación tal como a estos define la
dogmática jurídica, sino que es un instrumento legal que faculta a investigar los
hechos reales o la búsqueda de lo que él llama la “intentio facti” versus la “intentio
juris” de la parte, y cuya justificación la encuentra en su eficacia para contrarrestar
los efectos de la elusión tributaria consistente en la distorsión de la realidad
económica mediante la adopción de formas jurídicas aparentes, sin que sea
necesario demostrar la nulidad o simulación del acto jurídico que le da cobertura.10
El mismo Villegas razona principistamente, y cree encontrar el sustento del
método fenoménico en el origen mismo de la lógica impositiva; es decir, en la real
capacidad contributiva de los sujetos, que no es sólo económica sino también
política. Dice este tradicional autor que la realidad económica se basa en que el
criterio para distribuir la carga tributaria surge de una valoración política de la
capacidad contributiva que el legislador efectúo teniendo en cuenta precisamente
la realidad económica, y que siendo ello así, sólo se logrará descubrir el
verdadero sentido de la norma recurriendo a esa misma realidad económica que
se quiso aprehender.
10
ver Villegas, Héctor B..- “Curso de finanzas, Derecho Financiero y Tributario”. T. I. 3ra. Edición., Ed.
Depalma, Buenos. Aires- Argentina.
11
Jarach, Dino. “El Hecho Imponible”. Buenos Aires, 1982, Ed. Abeledo-Perrot. 3ed. Pág.149
quedan comprendidos en cada uno de los conceptos utilizados por la norma
tributaria.
Con la dación del Decreto Legislativo 816 (21 de abril de1996) se introdujo en
nuestra legislación tributaria el criterio de calificación económica del hecho
imponible, bajo el influjo (por no decir trascripción) evidente de la legislación
argentina, se sumó a dicho método la abierta posibilidad de que la Administración
Tributaria tuviera en cuenta la “intención económica y efectiva” del deudor
tributario a efectos de prescindir de la apariencia de las formas legales y dar con la
buscada naturaleza del hecho imponible. Es así que, “Objetivar la intención del
contribuyente” era la finalidad del legislador argentino según los comentarios
oficiales de sus mentores. En ese sentido el texto primitivo adoptado por nuestra
legislación es el siguiente:
“Al aplicar las normas tributarias podrá usarse todos los métodos de interpretación
admitidos por el derecho.
Para determinar la verdadera naturaleza del hecho imponible, la Superintendencia
Nacional de Administración Tributaria- SUNAT atenderá a los actos, situaciones y
relaciones económicas que efectivamente realicen, persigan o establezcan los
deudores tributarios. Cuando estos sometan esos actos, situaciones o relaciones a
formas o estructuras jurídicas que no sean manifiestamente las que el derecho
privado ofrezca o autorice para configurar adecuadamente la cabal intención
económica y efectiva de los deudores tributarios, se prescindirá, en la
consideración del hecho imponible real, de las formas o estructuras jurídicas
adoptadas, y se considerará la situación económica real.
En vía de interpretación no podrá crearse tributos, establecerse sanciones,
concederse exoneraciones, ni extenderse las disposiciones tributarias a personas
o supuestos distintos a los señalados en la ley.”
“Al aplicar las normas tributaria podrá usarse todos los métodos de interpretación
admitidos por el derecho.
Para determinar la verdadera naturaleza del hecho imponible, la Superintendencia
Nacional de Administración Tributaria -SUNAT- tomará en cuenta los actos,
situaciones y relaciones económicas que efectivamente realicen, persigan o
establezcan los deudores tributarios.
norma argentina: “Para determinar la verdadera naturaleza del hecho imponible, se atenderá a los
actos, situaciones y relaciones económicas que efectivamente realicen, persigan o establezcan los
contribuyentes. Cuando éstos sometan esos actos, situaciones o relaciones a formas o estructuras
jurídicas que no sean manifiestamente las que el derecho privado ofrezca o autorice para
configurar adecuadamente la cabal intención económica y efectiva de los contribuyentes, se
prescindirá, en la consideración del hecho imponible real, de las formas o estructuras jurídicas
adoptadas, y se considerará la situación económica real como encuadrada en las formas o
estructuras que el derecho privado les aplicaría con independencia de las escogidas por los
contribuyentes o les permitiría aplicar como las más adecuadas a la intención real de los
mismos”.(art. 2º Ley 11.683)
En vía de interpretación no podrá crearse tributos, establecerse sanciones,
concederse exoneraciones, ni extenderse las disposiciones tributarias a personas
o supuestos distintos señalados en la ley”
14
El subrayado es nuestro.
15
César iglesias Ferrer, “ Derecho Tributario-Dogmática General de la Tributación”. Ed. Gaceta Jurídica.
2000.
mientras que la redacción vigente enfoca la redacción de la norma a partir de su
aplicación excepcional (tomará en cuenta).” Más allá del tema semántico que
denota el autor, resultaba obvia la excepcionalidad sobre la aplicación del método
en cuestión, cuya pertinencia se manifiesta allí donde es necesario discurrir el velo
que cubre los hechos cuyo efecto impositivo es necesario aclarar. Cuando la
realidad no resulta aparente por la clara evidencia del hecho imponible, el método
es un instrumento potencial.
RTF Nº 4784-5-2003; el Tribunal Fiscal determinó que con base en la Norma VIII
del Código Tributario, los contratos suscritos por la recurrente, denominado
“Convenio de uso de vehículos de la empresa y sobre opción de compra”,
constituían en realidad contratos de compraventa de vehículos con reserva de
propiedad, quedando diferida hasta que el comprador, en este caso el trabajador
de la recurrente, cumpliera con el pago de las cuarenta y ocho cuotas pactadas a
ser pagados con periodicidad mensual, y no a cesiones con opción de compra, por
lo que debía reconocerse el ingreso como una venta de la recurrente.
“Que si bien nuestro Código Tributario señala expresamente que las normas
tributarias se interpretan según los métodos de interpretación admitidos por el
derecho, incorpora el criterio de realidad económica no en el entendido de un
método de interpretación, sino de una apreciación o calificación del hecho
imponible, que busca descubrir la real operación económica y no el negocio civil
que realizaron las partes, razón por la cual permite la actuación de la
Administración, facultándola a verificar o fiscalizar los hechos imponibles ocultos
bajo formas jurídicas aparentes.” (RTF 0590-2-2003).
“..que la regulación que recoge el criterio de realidad económica o calificación
económica de los hechos, otorga a la Administración la facultad de verificar los
hechos realizados (actos, situaciones y relaciones) atendiendo al sustrato
económico de los mismos, a efecto de establecer si éstos se encuentran
subsumidos en el supuesto de hecho descritos en la norma, originando en
consecuencia, el nacimiento de la obligación tributaria, es decir concluyendo que
aquellos constituyen hechos imponibles” (RTF 06686-4-2004).
Pero como de lo que se trata es ver más allá de lo evidente, la elemental duda
cartesiana hace que el ente fiscalizador avizore ciertas anomalías no
correspondientes a la realidad económica que son necesarias demostrar y llegar a
un alto grado de verosimilitud (por no decir certeza) sobre los hechos acontecidos
antes de la aplicación misma de la norma. En ese sentido el Tribunal Fiscal ha
reconocido la facultad de la Administración Tributaria para despejar la penumbra
formal utilizando el método de calificación descrito en la Norma VIII del Código
Tributario emparentándolo incluso con el artículo 44º de la Ley del IGV sobre las
operaciones no reales.
Discernir sobre una realidad aparente de lo que realmente es, procura un ejercicio
de sindéresis o razonamiento lógico sobre los hechos económicos que deben ser
articulados de modo tal que nos produzca convicción respecto del nacimiento de la
obligación tributaria, o como en nuestro caso, respecto de la pertinencia de la
devolución de tributos.
Resulta entonces interesante analizar las dudas metódicas del ente fiscalizador en
el caso: ¿Es factible que la empresa exporte casi la totalidad de oro aluvial
producida en el País en 1998? ¿Dado que el oro adquirido y posteriormente
exportado es de altísima ley, es posible que los proveedores (lavaderos y
artesanales) insuman dicho producto que requiere de un sofisticado grado de
procesamiento?
Sobre la primera cuestión, considerando el grado endémico de informalidad de
nuestra economía, es probable que las estadísticas oficiales no reflejen la real
dimensión de la producción, por lo que si bien es un buen indicio, lo medular
resultará el análisis del ciclo productivo del bien materia de transacción: oro de alta
pureza proveniente de lavaderos y artesanales.
Al respecto sostiene que “la Norma VIII del Código Tributario le otorga la facultad
de realizar un análisis pormenorizado de las actividades económicas integradas a
una forma jurídica determinada, para descubrir si dicha forma se relaciona
realmente con la finalidad económica buscada por las partes, obviando, de ser el
caso, la forma jurídica que distorsiona la realidad económica a efecto de
considerar, sin demostrar la nulidad del acto jurídico, un hecho económico de
relevancia tributaria, con mayores efectos impositivos o simplemente distinto al
que formalmente se presenta. El empleo de la realidad económica pretende
impedir el uso abusivo de formas jurídicas sin sustento económico real que
permite al contribuyente obtener indebidamente algún beneficio o ventaja fiscal no
prevista en la ley.”
Desde esa perspectiva concluye que “existirá fraude a la ley cuando una conducta
X sin contenido real es revestida de una fachada de legalidad (norma de
cobertura), con la finalidad de acceder a un beneficio tributario contemplado en la
ley (norma defraudada) para aquellas conductas X con contenido real.”
En suma, lo que nos trata de decir el Tribunal Fiscal, es que dados los insumos
fácticos, la Administración Tributaria procesó un razonamiento que en la lógica
formal conocemos como “falacia” (razonamiento que implica partir de una premisa
verdadera y llegar a una conclusión equívoca). Falacia que se sustenta en la
errada propensión a buscar la intencionalidad o finalidad de los contribuyentes
(“objetivar la intención” a decir de Tarsitano) que como habíamos visto
anteriormente fue el óbice a la adopción del fraude fiscal en nuestra legislación
tributaria, lo que implicó por ello, una explícita adecuación normativa que
descontaminó conceptualmente la categoría objeto de nuestro estudio; es decir, el
criterio de calificación económica del hecho imponible en su estado esencial.
En agosto del año 2,000 la empresa CAUSA SAC contrata con el banco Escocia
Bank un arrendamiento financiero (a 6 años) sobre un inmueble valorizado en 20
millones de soles.
En diciembre del 2002 CAUSA SAC establece tratativas con la empresa DUAL
SAC con miras a un futuro contrato de compra-venta del inmueble a un precio de
30 millones de soles, que deducido el costo del activo debería generarle una
utilidad de 10 millones de soles. En ese contexto DUAL SAC entrega a CAUSA
SAC 100,000 soles como adelanto (arras) a fin de posteriormente sea imputado al
precio de venta del inmueble.
Toda esta operación se encuentra sustentada en las cartas remitidas por las
partes a la inmobiliaria encargada de la operación.
En marzo del 2003 CAUSA SAC (cedente) celebra contrato de cesión de posición
contractual (respecto del arrendamiento financiero sobre el inmueble) con una
empresa vinculada a ella EFECTO SAC (cesionaria). La cesión es gratuita, a fin
de que esta última empresa la sustituya en calidad de arrendataria en el contrato
de arrendamiento financiero aludido y en ese sentido EFECTO SAC debía
continuar con el uso económico de los bienes, el pago de las cuotas periódicas, y
demás derechos y obligaciones del arrendamiento.
17
Los nombres de las empresas; así como los montos son ficticios.
Se encuentra comprobado que EFECTO SAC contabilizó 100,000 soles como
préstamo otorgado por CAUSA SAC (coincidentemente el mismo monto que
DUAL SAC pagó a CAUSA SAC como adelanto por la venta futura del inmueble).
EFECTO SAC (vinculada) que tiene como escudo fiscal pérdidas tributarias de
ejercicios anteriores, absorbe las utilidades resultantes de la venta del inmueble
(10 millones).
2. A manera de conclusión
De esta forma el acto externo, que es observado, aparece como cierto, siendo que
él no trasunta el estado volitivo de sus protagonistas, ni la verdad exacta de la
voluntad creadora que la genera.
La doctrina suele hacer un distingo de carácter sustancial: Simular y Disimular.
Arguyendo que en el primer supuesto se provoca la creencia falsa de un estado no
real; ye en el segundo, se oculta a los demás una situación existente.
Es claro que el engaño debe ser empleado para inducir al error a los terceros
(entre ellos el Fisco) y no al contratante, puesto que respecto de las partes
contratante debe existir el acuerdo de voluntades, que en caso de estar viciado
por el ocultamiento malicioso de la realidad, sería ineficaz, no en razón de la
simulación, sino del dolo. Además el engaño, respecto de las condiciones del
negocio, relativamente a los contratantes, puede ser motivado por la
perceptibilidad imperfecta sobre la naturaleza del negocio o sobre su causa
principal, en cuyo caso tampoco habrá consentimiento válido que se presupone en
la simulación, que requiere siempre el acuerdo de voluntades entre los
simuladores, sino que podrá existir error, ya que no hay simulación unilateral.
Mientras que la reserva mental se produce por simple ocultamiento individual, que
realizan los sujetos del derecho al contratar o celebrar cualquier negocio jurídico;
ella presupone que tal actitud psicológica, no es conocida por la otra parte en el
acto, y en ello justamente radica la distinción con la simulación.
2.1.2. Simulación y Falsedad
Pero como bien señala Hernán Cortés19, existen actos jurídicos en los cuales los
intervinientes, no actúan frente a frente en el juego de los intereses económicos;
que en vez de ser considerados partes adversas en la contratación, respecto de la
compensación de las prestaciones, se hayan al contrario unidos por el mismo
interés y análogo propósito de beneficiarse.
19
CORTÉS, Hernán. “La Simulación como vicio jurídico” Editorial Araujo, 1939.
Por ejemplo si tres personas se ponen de acuerdo para constituir una sociedad, y
dos de ellas convienen en hacer aparecer el aporte de ellos en forma que no se
condice con la realidad, ignorando este hecho al tercero contratante, es evidente
que no puede decirse que la sociedad en sí misma y como acto jurídico, es
simulada, desde que para que ello fuese cierto, habría sido necesario que el
tercero prestase su consentimiento con el hecho que se simula.
El artículo 190° del Código Civil establece que por la simulación absoluta se
aparenta celebrar un acto jurídico cuando no existe realmente voluntad para
celebrarlo.
Debemos precisar que la acción para solicitar la nulidad del acto simulado puede
ser ejercitada por cualquiera de las partes o por el tercero perjudicado, según sea
el caso.
No obstante, en materia civil de conformidad con el artículo 194° del Código Civil,
la simulación no puede ser opuesta por las partes ni por los terceros perjudicados
a quien de buena fe y a título onerosos hayan adquirido derechos del titular
aparente.
Señala el artículo 44° de la Ley del IGV que son aquellas en que si bien se emite
un comprobante de pago o nota de débito, la operación gravada que consta en
éste es inexistente o simulada, permitiendo determinar que nunca se efectuó la
transferencia de bienes, prestación o utilización de servicios o contrato de
construcción.
Al respecto, el artículo 190 del Código Civil (de aplicación supletoria) establece
que por la simulación absoluta se aparenta celebrar un acto jurídico cuando
realmente no existe la voluntad para celebrarlo. Por tanto para ello se requiere de
la existencia de 3 presupuestos:
Improcedencia Probatoria
Según refiere el último párrafo del artículo 44 de la Ley del IGV, la operación No
Real no podrá ser acreditada mediante:
El artículo 44° de la Ley del IGV establece que son aquellas en que el emisor que
figura en el comprobante de pago o nota de débito no ha realizado
verdaderamente la operación, habiéndose empleado su nombre y documentos
para simular dicha operación.
Este tenor de la actual Norma XVI del Código Tributario prescribe que la
calificación de los actos simulados corresponde a la Administración Tributaria
Como podemos observar del diagrama expuesto, la carga probatoria en este tipo
de casos corresponde a la propia administración Tributaria. No obstante como
bien lo afirma Lupi20, cualquier sujeto contra quien se interpone una pretensión
20
LUPI, Rafaello. La Carga de la Prueba en la dialéctica del juicio de hecho. En Tratado de Derecho Tributario
dirigido por Andrea Amatucci. Editorial Temis, Bogotá.2001.
basada en ciertos elementos de hecho, resulta obligado a desmentirla solo
después que tales elementos de hecho hayan sido suficientemente demostrados
según criterios empíricos o dictados por ley.
RTF N° 4355-3-2008
RTF N° 08999-2-2007
RTF N° 03143-5-2005
RTF N° 3152-1-2005
En efecto, de conformidad con el inciso c) del numeral 2.3 del art. 6° del
reglamento de la Ley del IGV, el cheque debe contener el monto total que
corresponda a la operación no real. Sin embargo, dicha norma no prohíbe que el
referido medio de pago pueda contener un monto mayor que corresponda a otras
facturas u operaciones.
En tal supuesto, es posible atribuir responsabilidad penal por la comisión del delito
de defraudación tributaria, tanto al prestador de los servicios como al beneficiario
de los mismos, siempre que su conducta –individualmente juzgada- sea dolosa y
genere perjuicio fiscal efectivo; vale decir, les permita dejar de pagar, en todo o en
parte, los tributos a su cargo.
En la misma hipótesis, la participación dolosa de quien emite comprobantes de
pago para respaldar operaciones inexistentes, con el propósito de facilitar a
terceros la consumación del delito de defraudación tributaria, determina también
responsabilidad penal.
3. 1. LA ELUSIÓN TRIBUTARIA
21
Jarach, Dino. “El Hecho Imponible”, Edit. Abeledo Perrot, Buenos Aires, 1999, p.119.
22
Giulani Fonrouge, Carlos. “Derecho Financiero”, Edit. Depalma, Buenos Aires, 1971, p. 695
23
Villegas, Héctor. “Curso de Finanzas, Derecho Financiero y Tributario”. Edit. Depalma, Buenos Aires, 1987,
p. 386.
24
Wilhelm Kruse, Heinrich. “El Ahorro de impuestos, la elusión fiscal y la evasión, en “Tratado de Derecho
Tributario”, edit. Themis S.A., Bogotá, 2001.
derecho, la simulación y de cualquier otro medio ilícito que no constituya infracción
o delito.
Otras Disquisiciones
El ítalo Franco Gallo sostiene que “La elusión fiscal aunque conocida y estudiada
desde inicios del siglo XX, solo a partir de los años setenta se ha convertido en un
fenómeno destacado y, al tiempo preocupante. Aparece con renovado vigor la
tentación de los particulares de utilizar instrumentos contractuales atípicos, sea
para aprovechar los agujeros del ordenamiento tributario cuanto para rodear la
norma a efectos de evitar la carga más gravosa. Inclusive la distinción clásica
entre elusión y evasión se hace cada vez más sutil, en términos de juicio de valor,
en todos los casos en que la elusión se busca a través de instrumentaciones
particularmente cálidas, procedimientos anómalos e “invenciones” jurídicas, a
veces (también) geniales, pero seguramente excesivas respecto al recorrido
mínimo que el ordenamiento pone a disposición”.
Una síntesis de las ideas doctrinales expuestas no lleva a conciliar los siguientes
elementos acerca de la elusión tributaria:
25
ROSEMBUJ, Tulio. El Fraude a la Ley, la Simulación y el Abuso de las Formas en el Derecho Tributario.
Marcial Pons, Madrid 1999, p.94.
26
AMATUCCI, Andrea. El Ordenamiento Jurídico Financiero. Instituto Colombiano de Derecho Tributario.
Bogotá, p. 310.
27
No se produce el nacimiento de la obligación tributaria, en tanto no se
produce el supuesto de hecho de la norma fiscal.
Al respecto, el profesor chileno Jaime García Escobar28 considera que éstas, las
cláusulas antielusivas, constituyen manifestaciones de tipo legal, que tiene como
principal objetivo impedir el desarrollo de la elusión, a las que obviamente la
estiman como ilícita.
Por otra parte las cláusulas antielusivas especiales son las que el mismo García
Escobar ha definido como “aquéllas manifestaciones del Poder legislativo, quien
frente a un “hoyo de elusión”, dicta una norma que tiene como objetivo taparlo”.
Este tipo de normas muestran una dinámica legislativa bastante vertiginosa pues
se van dictando en la medida que la Administración Tributaria va detectando
conductas elusivas de los contribuyentes. Y aunque muchos piensan críticamente
que esta forma de enfrentar la elusión no es de las más eficientes, pues generan
28
García Escobar, Jaime. “La Naturaleza Jurídica de la Elusión Tributaria”. Edit. Universidades de las
Américas y del Desarrollo, 2003.
sistemas tributarios bastante complejos, la realidad ha hecho de éstas,
herramientas preponderantes en nuestro contexto.
Es una regla de carácter abstracto y general, creada con el fin de regular casos no
identificados en la hipótesis de incidencia de normas específicas, y que autorizan
a la administración para aplicar la sanción prevista por el ordenamiento jurídico de
que se trate (desestimación y recalificación de los negocios celebrados
elusivamente).
(…)
Para determinar la verdadera naturaleza del hecho imponible, la SUNAT tomará
en cuenta los actos, situaciones y relaciones económicas que efectivamente
realicen, persigan o establezcan los deudores tributarios.
29
WAHN PLEITEZ, Werner Raphael. Elusión Tributaria y Normas Antielusivas: su tratamiento en el derecho
comparado, algunas conclusiones al respecto. Centro de Estudios Tributarios, Universidad de Chile.
30
Ver capítulo 1 del presente estudio.
Cuando estos sometan estos actos, situaciones o relaciones a formas o
estructuras jurídicas que no sean manifiestamente las que el derecho
privado ofrezca o autorice para configurar adecuadamente la cabal intención
económica y efectiva de los deudores tributarios, se prescindirá, en la
consideración del hecho imponible real, de las formas o estructuras jurídicas
adoptadas, y se considerará la situación económica real.
(…)
En este escenario legal, los legisladores del Decreto Legislativo 1121 motivan la
reinstauración de la cláusula antielusiva indicando que como sustento de la
supresión se utilizó un paradigma formal que hoy no es más adecuado ni
compatible con el actual estado de la doctrina y jurisprudencia constitucional.
Que con la redacción subsistente el Tribunal Fiscal fue sentando una línea
jurisprudencial, por ejemplo mediante la Resolución N° 06686-4-2004, ha señalado
que el segundo párrafo de la Norma VIII vigente no incluye entre los supuestos
que regula a la figura de fraude a la ley, principalmente por dos razones:
Existen autores locales que señalan que la última parte del segundo párrafo de la
Norma VIII constituyó, desde el punto de vista jurídico, un exceso porque se
prescindió de los principios de legalidad y reserva de ley. Es éste un antiguo
alegato residual de un paradigma formalista no más vigente en nuestro
ordenamiento legal, que además, actualmente, no guarda coherencia con el
entendimiento constitucional del deber de contribuir, la equidad y la capacidad
contributiva en la tributación.
En este caso se analizó las cláusulas contractuales así como los hechos. Así de
acuerdo al contrato, se establecía que por la denominada transferencia de cartera
la recurrente pagará el 1% del valor total nominal de la cartera de créditos
transferidos y un monto equivalente al 50% del monto total efectivamente
recuperado de todos y cada uno de los créditos; asimismo que el banco entregará
debidamente endosada a la recurrente toda la información contractual, legal y
cambiaria relacionada con los créditos cedidos, sin embargo una parte de los
pagarés no fueron endosados. Asimismo, de la revisión de la contabilización de
los ingresos de la recurrente, se aprecia que ella solo reconoce como costo de
adquisición de la cartera, el 1% pactado en el convenio de cesión, omitiendo
registrar dentro del activo, la contraprestación equivalente al 50% de las sumas
cobradas, lo que contradice lo estipulado en el contrato, toda vez que de acuerdo
con él, el costo de adquisición de la cartera estaría conformado por ambos
montos.
Al respecto, el Reporte General del Congreso Anual del año 1983 de la IFA
(International Fiscal Association) puso de manifiesto que la legislación fiscal en los
principales países industrializados y también en los países menos desarrollados
en los últimos años, había comprendido distintas medidas para contrarrestar la
evasión y elusión fiscal en el ámbito internacional. Dicho reporte realizó en aquel
entonces un examen de los distintos enfoques frente a la elusión fiscal y la
evasión fiscal adoptados en los diferentes países concurrentes al Congreso,
relacionado a las medidas generales adoptadas por los legisladores nacionales (y
las autoridades fiscales, o los enfoques seguidos por los tribunales) y a las
disposiciones concretas referentes al aspecto internacional del fenómeno, indicó lo
siguiente:
Existen, ciertamente, formas de reducir la carga fiscal que no son del interés de
los Estados ni de los legisladores. A estas formas de reducción se las conoce
como “ahorros fiscales” o de tributos y consisten en conductas como aquellas de
deudores tributarios que, por ejemplo, se abstienen de consumir un determinado
producto o servicio y se sustraen, así, del pago de impuestos que afecta dicha
adquisición, o de aquel que deliberadamente trabaja menos con el objeto de no
tener mayores ingresos que resulten más gravosamente afectos a un determinado
impuesto. En tales casos, la reducción de la carga impositiva o el ahorro tributario
se produce mediante un set de conductas que el Estado no intenta regular debido
a que las considera sin importancia fiscal.
Las situaciones de ahorro tributario contrastan con aquellas otras que constituyen
una “elusión fiscal”, pues estas últimas tratan de comportamientos que el
legislador desea controlar, pues el deudor tributario hace una explotación de
determinados vacíos o utiliza artificial o inadecuadamente figuras legales
(generalmente referidas como el derecho privado) para colocarse en la situación
que conlleve a no pagar o efectuar un menor pago de tributos. La elusión fiscal es
un medio de eliminar, reducir o diferir la obligación tributaria distinta del ahorro
fiscal, de la economía de opción y distinto también de la evasión fiscal.
El tema que normalmente genera discusión y debate es aquel que busca distinguir
en la práctica las situaciones que configuran una mera economía de opción de las
que son elusión fiscal.
El Reporte General de 1983 no deja de reconocer que existen algunos países para
los cuales el modo de actuar elusivo no es susceptible de persecución legal, La
aceptación de la elusión tributaria como una categoría de figuras perseguibles por
el derecho se explica por la adopción de un enfoque que se aleja de aquel
tradicional paradigma formalista del Derecho. En efecto, mientras más cercanos
nos encontremos a la idea del derecho como generador de un ordenamiento
íntegro, cerrado y coherente, en el cual las reglas se producen mediante una
derivación que privilegia la literalidad y la estricta doctrina de separación de
poderes que sustentó el entendimiento tradicional de los principios de legalidad y
de reserva de ley irrestrictos, mayor rechazo genera la idea de que la elusión y el
fraude a la ley tributaria merecen persecución.
El reporte General del 2002, por su parte, abunda en la constatación de que en las
jurisdicciones cubiertas por dicho documento (27 Estados), las transacciones que
constituían simulaciones (Sham Transactions) eran descartadas para efectos
tributarios, y que resultaba normal que las propias autoridades tributarias fuesen
los entes públicos que aplicasen las reglas tributarias contra las simulaciones.
Asimismo, el citado reporte constata que son las autoridades tributarias quienes
suelen tener la faculta y hasta el deber de llevar a cabo sus propias
caracterizaciones y utilizarlas para la determinación de las bases tributarias.
Respecto de las distintas aproximaciones y técnicas adoptadas por los
ordenamientos legales para combatir la elusión tributaria, el indicado Reporte
enfatiza en las recarecterizaciones de las relaciones jurídicas y transacciones,
concluyendo que solo pocos países parecen no tener una regla general
antielusiva, (sea ésta positiva o jurisprudencial). Los pocos países que no la tenía
a dicha fecha, marcaban la tendencia a utilizar un concepto de simulación (sham)
que, en la práctica, operaba de modo más amplio de lo que usualmente se
entiende por simulación en el derecho civil.
De los señalado se advierte que casi todos los países tienden a considera que si
bien es un derecho de los deudores tributarios ordenar sus transacciones de
manera que atraigan la mínima carga fiscal y, por consiguiente, a elegir las formas
jurídicas que sean más apropiadas para el arreglo de sus asuntos, nadie puede
ejercer sus derechos en conflicto con la función que el sistema jurídico les atribuye
(abuso de la ley o abuso del derecho). En tal sentido, si el motivo único o
predominante de una determinada transacción fuese evitar los tributos, la forma en
que se ha estructurado la transacción podría ignorarse sobre la base de que el
deudor ha abusado de su derecho a utilizar tal forma, Países como Portugal,
Argentina, Países Bajos, y Francia han basado sus sistemas antielusivos en esta
forma de “abuso de la Ley”.
Los tres criterios mencionados se comunican entre sí, pues si se adopta el criterio
del abuso de forma, siempre estará abierta al contribuyente la posibilidad de
demostrar que su actuación también responde a un propósito distinto del tributario
o que su actuación no viola el espíritu de la ley, la que, por ejemplo puede haber
aceptado o incluso incentivado –en beneficio de otros valores políticos o
económico- las operaciones en cuestión.
De otro lado, la Ley General Española del año 2003, en su artículo 15° señala la
siguiente:
Que de dichos actos deriven efectos económicos iguales o similares a los que se
hubieran obtenido con los actos idóneos o apropiados. Se considera que se
producen efectos iguales o similares cuando los resultados económicos, distintos
de los tributarios, no tengan diferencias relevantes.
31
VEGA BORRERO, Felix. Norma antielusión en el ordenamiento español. En: Derecho Tributario Peruano y
Español, un análisis comparado de problemas comunes, Fondo Editorial Universidad San Martín de Porres,
Lima 2011, p. 100.
de utilizar su pérdida, revalúa sus activos con efectos tributarios a fin de que ese
mayor valor por el cual debe pagar impuesto a la renta, sea compensado con la
pérdida que viene arrastrando y, posteriormente, los bienes transferidos como
consecuencia de la fusión sean computados al valor revaluado, siendo este valor
el utilizado por la absorbente para efectos de la depreciación.
De esta forma, por ejemplo, se elude la prohibición de imputar las pérdidas del
transferente en la reorganización de sociedades y el ahorro tributario para el
absorbido que se extingue fue no pagar efectivamente el impuesto porque aplica
su pérdida de ejercicios anteriores que ya no podría arrastrar en un siguiente
ejercicio. A su vez los activos revaluados otorgarán a la adquirente un mayor costo
computable que implica, indirectamente, el uso de la pérdida que ya no podía ser
utilizada por la empresa absorbida.
De otro lado, algunos deudores tributarios que acumulan argumentos contra las
cláusulas antielusivas generales basadas en los principios de legalidad y la
tipicidad legal en materia tributaria (dependientes en gran medida de un criterio
formalista y de una interpretación preponderantemente literal) aprovechan sin
remordimientos dicha tipicidad y literalidad para configurar transacciones que
reúnen las características elusivas que el mundo combate.
Eso sucede, por ejemplo, con la literalidad del inciso c) del artículo 24° - A de la
Ley del Impuesto a la Renta, que no expresa como distribución de dividendos
(gravada con el 4.1%) el supuesto consistente en la reducción del capital de una
empresa seguido de una capitalización de las utilidades acumuladas. Así,
deudores tributarios reducen el capital de la empresa innecesariamente, y la
empresa sigue operando con la liquidez que le brindan las utilidades no
distribuidas capitalizadas con posterioridad a la reducción de capital.
Expuestas las motivaciones del legislador, el Decreto Legislativo 1121 (18 de julio
del 2012) incorporó la Norma XVI al Título Preliminar del Código Tributario vigente
a partir del 19 de julio del 2012, con el siguiente tenor.
Para el efecto, se entiende por créditos por tributos el saldo a favor del exportador,
el reintegro tributario, recuperación anticipada del IGV e IPM, devolución definitiva
del IGV e IPM, restitución de derechos arancelarios y cualquier otro concepto
similar establecido en las normas tributarias que no constituyan pagos indebidos o
en exceso.
“El uso legítimo de la economía de opción tiene como límite la artificiosidad que
se crea en el negocio jurídico cuando tiene por exclusiva finalidad la reducción
tributaria en detrimento de la finalidad de la norma cuya aplicación se invoca.
Cuando el contribuyente traspasa el límite que representa la aplicación común de
la norma para utilizarla contrariando su finalidad y espíritu no puede invocarse el
principio de seguridad jurídica, pues es lógico pensar que el legislador es contrario
a admitir el fraude a los intereses recaudatorios”.32
32
Sentencia del Tribunal Supremo Español 9080/2011 del 19 de diciembre del 2011.
Imputación objetiva en la aplicación de la Cláusula Antielusiva
33
Citado por GODOI, Marciano. Fraude a la ley y conflicto en la aplicación de leyes tributarias. Instituto de
Estudios Fiscales, p. 82.
imponible, razón por la cual no cabe apelar a la analogía como mecanismo de
integración de derecho”.34
34
Citado por Bravo Cucci en sus Fundamentos de Derecho Tributario. P. 234.
35
Vega Borrero, Felix Alberto. “La norma tributaria en materia de subcapitalización: incidencia de los
convenios de doble imposición y del derecho comunitario”. Crónica Tributaria N° 104, año 2002, pp.89-125,
Universidad Autónoma de Madrid.
voluntades contrapuestas, no existe el riesgo de que las operaciones se
manipulen con el fin de reducir injustificadamente la carga fiscal.
36
Barbetti, Nilda Noemí. “La Subcapitalización”, IEFPA, Buenos Aires, 2001.
37
Debemos tener en cuenta que el capital puede manifestarse de diversas formas, por un lado el capital
suscrito, es decir el desembolsado y el pendiente de desembolso. También puede considerarse capital a las
aportaciones de los socios no formalizadas como las primas de emisión de acciones y las aportaciones para
compensar pérdidas.
38
Como sucede en la legislación tributaria española por cuanto ésta mantiene un impuesto sobre
operaciones societarias que grava el aumento de capital de las empresas.
Métodos de la OCDE para contrarrestar la Subcapitalización
Para este fin, la OCDE propone un análisis comparativo que mida los siguientes
factores: a) ratio de endeudamiento versus capital antes del endeudamiento. b) si
es que el préstamo es destinado a cubrir pérdidas. c) la posible convertibilidad del
financiamiento ajeno en acciones. d) la vinculación de los intereses a los
beneficios societarios. e) la subordinación frente a otros acreedores.
Lo que busca este tipo de análisis, es en buena cuenta, detectar una posible
participación en los riesgos de la empresa receptora por parte de la prestataria, y
esto generaría el indicio que ya no estaríamos ante un préstamo puro sino ante
una relación financiera de naturaleza híbrida en donde los intereses puedan ser
considerados como dividendos.
Cláusula antielusiva
Como norma general, el artículo 37°, inciso a) de la Ley del Impuesto a la Renta
(LIR) establece que son deducibles los intereses de deudas y los gastos
originados por la constitución, renovación o cancelación de los mismas siempre
que hayan sido contraídas para adquirir bienes o servicios vinculados con la
obtención o producción de rentas gravadas en el país o mantener su fuente
productora (Principio de causalidad). Aunque este tipo de deducibilidad encuentra
sus límites en la contrapartida que puede haberse generado por los beneficios
relativos a intereses exonerados.
39
El Comité de asuntos fiscales considera que este método es compatible con el Modelo de Convenio OCDE
para evitar la doble imposición internacional.
En efecto, la citada norma establece que sólo son deducibles los intereses en la
parte que excedan los ingresos por intereses exonerados.40
En ese sentido, el numeral 6, del inciso a) del artículo 21° del Reglamento de la
Ley del Impuesto a la Renta, precisa que el monto máximo de endeudamiento con
sujetos o empresas vinculadas a que se refiere la cláusula anterior, se determinará
aplicando un coeficiente de 3 (tres) al patrimonio neto del contribuyente al cierre
del ejercicio anterior. Cabe precisar que los contribuyentes que se constituyan en
el ejercicio consideraran como patrimonio neto su patrimonio inicial.
40
Para tal efecto no se computarán los intereses exonerados generados por valores cuya adquisición haya
sido efectuada en cumplimiento de un norma legal o disposiciones del BCR, ni los generados por valores que
reditúen una tasa de interés, en moneda nacional, no superior al 50% de la TAMN que publique la
Superintendencia de Banca y Seguros.
41
Si bien, el financiamiento de una deuda implica no solo la retribución de los intereses, sino también otros
gastos originados por la constitución, renovación o cancelación de la misma, un aspecto a tener en cuenta -
según nuestra opinión- es que pera efectos de establecer el límite deducible solo se deberán considerar los
intereses. Pues esta cláusula antielusiva opera también como una sanción anómala respecto del excedente
no deducible que pasa a engrosar la base imponible del impuesto. Es en esta lógica que debe interpretarse
restrictivamente la norma. Siendo que los otros gastos de financiamiento que cumplan razonablemente con
el principio causal son enteramente deducibles.
deducibles los intereses que proporcionalmente correspondan a dicho monto
máximo previsto.
42
Distinto es el caso de la legislación española, que para los efectos sólo computa el endeudamiento con
sujetos vinculados no residentes. Palao Taboada piensa que ello es coherente porque es en el
endeudamiento con no residentes donde se produce con mayor intensidad el peligro que la hacienda
española sufra una pérdida recaudatoria. Dice al respecto: “… en la esfera interna este hecho es
normalmente intrascendente pues los intereses deducidos por la sociedad prestataria serán renta sujeta en
la prestamista”. Palao Taboada, “Límites a la aplicación de la norma española contra la subcapitalización”.
Revista Técnica Tributaria, núm. 46, 1999, p. 47.
43
Art. 20 de la Ley del Impuesto sobre Sociedades: “Cuando el endeudamiento neto remunerado, directo o
indirecto, de una entidad, excluidas las entidades financieras, con otra u otras personas o entidades no
residentes en territorio español con las que esté vinculada, exceda el resultado de aplicar el coeficiente 3 a la
cifra del capital fiscal, los intereses devengados que correspondan al exceso tendrán la consideración de
dividendo”.
consciente acreditación en contrario como sí lo establecen otras legislaciones
comparadas.44
Ahora bien, debemos tener en cuenta que la cláusula antielusiva debe aplicarse
en correlato de la primera limitación establecida por el art. 37° de la LIR, respecto
a que sólo son deducibles los intereses, en la parte que excedan el monto de los
ingresos por intereses exonerados.
Por otro lado, un punto también bastante crítico respecto de la elusión tributaria se
da en los procesos de reorganización empresarial que en no pocos casos se han
presentado como una apariencia legal propicia a buscar beneficios societarios en
detrimento del fisco. En ese sentido nuestra legislación del Impuesto a la Renta a
previsto algunas cláusulas de cierre para prevenir esta anomalía.
Es así que tratándose de empresas que se escindan en el curso del ejercicio, cada
uno de los bloques patrimoniales resultantes aplicará el coeficiente antes aludido,
sobre la proporción que les correspondería del patrimonio neto de la empresa
escindida, al cierre del ejercicio anterior, sin considerar revaluaciones voluntarias46
que no tengan efecto tributario.
44
Véase el mismo artículo 20 de ley española citada, la cual en su apartado 3 señala lo siguiente: “Los
sujetos pasivos podrán someter a la Administración Tributaria una propuesta para la aplicación de un
coeficiente distinto del establecido en el apartado 1. La propuesta se fundamentará en el endeudamiento
que el sujeto pasivo hubiese podido obtener en condiciones normales de mercado de personas o entidades
no vinculadas”.
45
Vega Borrero, Felix Alberto, op. Cit.,p.21.
46
Un ejemplo puede ser la revaluación de activos, que es el método por el cual las empresas efectúan una
reapreciación del valor en libros de los activos fijos, para corregir sus valores y reflejar la incidencia de la
depreciación de la moneda en períodos de inflación, a través de excedentes de revaluación.
cierre del ejercicio anterior, sin considerar las revaluaciones voluntarias47 que no
tengan efecto tributario.
Es así que el inciso b) del artículo 19° de la LIR dispone tal exoneración siempre
que la entidad no lucrativa cumpla con las siguientes condiciones:
47
Idem.
Objeto de asociación
Beneficiencia
Asistencia social
Educación
Cultura
Científico
Artístico
Literaria
Deportiva
Política
Gremial
Vivienda
Dice la norma que las rentas que obtengan las entidades no lucrativas por dichas
actividades u otras diferentes, deben destinarse para los fines para lo cual fueron
constituidas.
Debe quedar claro que el fin no lucrativo de una entidad no se debe analizar a
partir de la realización o no de actividades que generen renta sino a la falta de
reparto de dichas rentas entre los asociados.
Es así que el tercer párrafo del inciso b) del artículo 19° de la LIR, dispone que se
considera que las entidades no lucrativas distribuyen indirectamente rentas entre
sus asociados o partes vinculadas a éstos o aquellas, cuando sus costos y gastos:
Está cláusula impediría que los asociados y sus partes vinculadas imputen por
ejemplo sus gastos personales a la entidad, o que dispongan del caudal de la
asociación sin mayor control o que utilicen los bienes o infraestructura de la
entidad en provecho propio. Lo que evidentemente supondría una disposición
indirecta del patrimonio y las rentas de una asociación sin fines de lucro, lo que
desnaturalizaría los fines propios de este tipo de entes, que por un interés de
carácter netamente social son premunidos de la norma exoneratoria.
Bravo Sheen pone otro ejemplo como economía de opción; dice que de acuerdo
con nuestra legislación tributaria, un contribuyente que se dedica a la
comercialización de productos podrá ubicarse dentro del Régimen General, el
Régimen Especial o el Régimen Único Simplificado, en tanto observe los
requisitos legales establecidos. Considera Brevo Sheen que en este caso
estamos ante la economía de opción, por lo que la Administración Tributaria no
podrá por este solo hecho determinar que el contribuyente tiene una conducta
evasiva, pues el propio ordenamiento jurídico le permite ordenar su negocio de tal
forma que soporta una carga impositiva menor.
De acuerdo con la exposición de motivos del Decreto Legislativo 1121 la idea que
subyace a la economía de opción es que nadie se encuentra obligado a utilizar el
camino fiscalmente más oneroso en la realización de sus transacciones. De este
modo, situaciones que pueda ser consideradas como tributariamente inocuas o
respecto de las cuales no existe razón para que el sistema legal reacciones, se
ubican dentro de la economía de opción, ahorro tributario o planeamiento
tributario, como sucede por ejemplo, con la decisión de invertir en un instrumento
financiero en vez de otro, o con la búsqueda de ahorro tributario modificando los
deudores sus comportamientos en respuestas a las situaciones creadas por el
legislador (por ejemplo, dejando de consumir cigarrillos o alcoholes pesadamente
gravados con impuestos).
48
SAINZ DE BUJANDA, Fernando. Lecciones de Derecho Financiero. Universidad Complutense, Madrid, p.73.
Es un proceso constituido por un conjunto de actos jurídicos lícitos del
contribuyente, cuya finalidad es maximizar la inversión eficiente de los recursos
destinados por el mismo al negocio, a través de la racionalización de la carga
impositiva a la óptima admisible dentro de las opciones que contempla el
ordenamiento jurídico. La planificación tributaria es una actuación lícita del
contribuyente, ya que constituye un ejercicio del principio de autonomía de la
voluntad consagrado por la legislación común, y materializa las opciones que el
propio ordenamiento jurídico establece. Debe considerarse en cada caso concreto
criterios de razonabilidad no solamente en la legislación vigente sino también en el
espíritu de la misma, en la interpretación que ella hace la autoridad tributaria y en
la realidad económica de cada negocio.
El abuso del derecho tiene sus orígenes en el Derecho Romano, cuya figura era el
Ius Abutendi donde se podía usar de cualquier derecho, siendo el único límite el
que daba el pretor, que solía equiparar con la equidad, evitando el derecho
abusivo.
Otra teoría medieval antecedente del abuso del derecho fue la Teoría de la las
Inmisiones, acá ya no tenía en cuenta la intención sino el resultado de la acción.
En esta el carácter no era subjetivo sino objetivo.
La figura moderna del abuso del derecho aparece como tal en la jurisprudencia
francesa de 1855: Si bien es cierto que el derecho de propiedad es un derecho de
algún modo absoluto, autorizando el uso de este derecho el uso y abuso de la
cosa, hay que tener en cuenta que este derecho debe tener como límite la
satisfacción de un interés serio y legítimo.
Demás está decir que el derecho internacional no provee una definición jurídica
sobre el concepto de “paraíso fiscal”, por lo que en defecto debemos recurrir al
“soft law”, categoría muy novedosa tratada por primera vez en la doctrina nacional
por el autor, en un estudio preparado para la prestigiosa revista Vectigalia cuya
lectura recomiendo.49
49
Sánchez Rojas, Oscar. “La Fenomenología del Soft Law en el ámbito del derecho tributario: a propósito
de las directrices sobre precios de transferencia de la OCDE y su inserción en los sistemas normativos
nacionales”, Revista Vectigalia, año 5, septiembre de 2009.
A petición del G-20, la OCDE ha publicado un nuevo listado de los países que se
niegan a compartir información financiera y que aún no se han comprometido a
respetar los estándares internacionales de intercambio de información tributaria.
Son los llamados paraísos fiscales, que no cuentan con impuestos sobre la renta y
que no ejercen control sobre las inversiones. La lista oficial está dividida en
colores según el nivel en que los países cooperan en investigaciones de evasión
de impuestos (negro, gris claro, gris oscuro). Como podemos observar, la OCDE
castiga severamente a países como Uruguay, Costa Rica, Filipinas y Malasia. Sin
embargo deja fuera de ella a Suiza, que se incorpora a la gris claro.
Como era de esperarse, la lista de la OCDE ha causado mucha molestia entre los
líderes políticos de los países que han sido incluidos. Si bien la OCDE afirma que
50
Analistas uruguayos consideraron que la inclusión de Uruguay obedeció a presiones argentinas, al
considerar que el secreto bancario de ese país favorece a los evasores de impuestos del país vecino. Aunque
tras la decisión de Uruguay de adoptar formalmente las normas de transparencia y de intercambio de
informaciones en materia fiscal, la OCDE emitió un comunicado en el que retiraba el país de la lista negra.
se trata de una “lista informativa” y que las eventuales sanciones serán decisión
de cada país.
Se puede observar del referido informe, que contra los estereotipos, los principales
“paraísos” no son pequeñas islas tropicales con palmeras sino que los cinco
51
http://blog.choike.org/esp/?p=525
primeros lugares están ocupados por países desarrollados, la mayoría miembro
destacado de la OCDE.
Irlanda
*La idea es que por mucho secreto que ofrezca, una jurisdicción hará poco daño si por otros factores en realidad
es poco utilizado. O sea pueden existir “paraísos fiscales” sin interés en la medida que sean poco utilizados.
52
En el pequeño estado estadounidense de Delaware, en la costa oeste, tienen su sede aproximadamente
la mitad de las compañías que cotizan en Wall Stret. Este Estado, permite de facto una exención de
impuesto a la renta para sociedades limitadas (LLC) en manos de extranjeros no residentes, siempre y
cuando no mantengan un establecimiento físico en el país.
53
En el boulevard Prince Henry de Luxemburgo capital del homónimo gran Ducado, al N. 13. Todas en el
mismo edificio, se puede encontrar las casas matriz de Pirelli, Mondadori, Tosi, Merloni Ariston, y 50 metros
más allá, Mecannica Finanziaria, Lucchini, Franzoni, Gazzoni Frascara y Valentino.
54
Suiza es un paraíso fiscal para los extranjeros que se hacen residentes tras negociar la cantidad de sus
ingresos sujeta a impuestos con el cantón en el que pretenden vivir. Típicamente se asume que los ingresos
imponibles son cinco veces la renta de alojamiento pagada.
55
London City en el Reino Unido es un paraíso fiscal para personas con domicilio en el extranjero incluso
aunque sean residentes en el país (residencia y domicilio son conceptos separados en el Reino Unido), pues
no pagan impuestos sobre los ingresos extranjeros que no se remitan al Reino Unido. Caso similar se da en
Irlanda.
Debemos precisar que la opacidad es juzgada a partir de doce indicadores que
incluyen el secreto bancario formal, pero también las facilidades para crear
“compañías de papel”, la disponibilidad de suscribir convenios de intercambio de
información con otros países y su aplicación efectiva (mientras que la OCDE sólo
considera si estos se han firmado o no, pero no su cumplimiento real). El ranking
de opacidad es luego multiplicado por el volumen estimado de las transacciones
internacionales amparadas por este manto de obscuridad para llegar al índice
final. Expuesta la metodología usada en esta investigación, presentamos a
continuación la lista “alternativa” que tanta conmoción ha causado en Europa y
Norteamérica.
2. Luxemburgo
3.Suiza
5. Irlanda
56
6. Bermudas
7. Singapur
8. Bélgica
9.Hong Kong
11. Austria
56
En 1928 Bermuda promulgó la primera legislación dirigida a regular el establecimiento de las compañías
offshore.
12. Guernsey
13. Bahrain
17. Chipre
18. Panamá
19.Israel
20. Malta
21. Hungría
23.Isla de Man
24. Filipinas
25. Letonia
26. Líbano
27. Barbados
28. Macao
29. Uruguay
32. Bahamas
34. Vanuatu
Es así que para esta vertiente, le bastó sólo algunas décadas para que de la “tax
avoidance” (elusión fiscal) emergiera el concepto de “planificación fiscal” como la
maximización o aprovechamiento de los recursos legales disponibles para
conseguir la mínima carga fiscal, o bien para diferir su impacto en el tiempo.
57
Por lo que resulta francamente anti-histórico que el Instituto Latinoamericano de Derecho tributario (ILADT),
en esta época, donde los mecanismos de elusión fiscal son extremadamente más sofisticados que los de
precios de transferencia...etc.) siga pensando que la elusión fiscal es lícita, como lo manifiesta en las
conclusiones de sus Jornadas Latinoamericanas llevadas a cabo del 19 al 24 de octubre del 2008 en Islas
Margaritas, Venezuela:"2DA. CONCLUSIÓN: La elusión constituye un comportamiento lícito y por tanto
no es sancionable. Sólo corresponde a la ley establecer los medios para evitarla y regular los
supuestos en que procede recalificar el hecho para garantizar la justicia en la distribución de las
cargas públicas"
58
Villegas, Héctor. “Curso de Finanzas y Derecho Tributario, T. I, Edit. Depalma, 3ra ed. Buenos Aires, 1980.
conducta antijurídica que desarrolla diversos instrumentos de apariencia legal pero
de contenido anti fiscal, y que cuando son elucubrados con paraísos fiscales de
por medio, potencian su carácter elusivo, tal como lo describe Juan Hernández
Vigueras en su importante obra “Los Paraísos Fiscales”59.
La Refundación de la compañía
Esta práctica es muy usual en países cuya legislación tributaria permite diferir el
pago del impuesto a la renta, cuando el importe de ese dinero sea reinvertido en
operaciones extranjeras.
Las diferencias temporales, son pues las brechas entre el importe en libros de un
activo o pasivo reconocido en el balance y el importe atribuido a ese activo o
pasivo para efectos fiscales (base imponible).
59
Hernández Vigueras, Juan. “Los Paraísos Fiscales”. Ed. Akal. Madrid, España.368 p.
El ejemplo básico de la contabilidad de “impuestos diferidos”, bajo el enfoque de
diferencias temporales, puede ilustrarse con un ejemplo común en el que una
empresa tiene activos fijos que se benefician de la depreciación fiscal.
En los años 3 y 4, el valor fiscal excede el valor contable, por lo tanto la empresa
debe reconocer un activo por “impuesto diferido”. Esto refleja el hecho de que la
empresa espera poder reclamar la depreciación fiscal en el futuro por encima de la
depreciación contable.
Los instrumentos legales usualmente para este fin son los “Trusts” o Fideicomisos,
en los cuales el fideicomitente transfiere la propiedad sobre sus activos a un
fideicomiso y designa a unos beneficiarios, incluido el mismo fideicomitente,
quienes realmente percibirán las rentas o el capital de dicho fideicomiso, aun
cuando, impositivamente estas rentas no serán imputadas a los beneficiarios
reales.
La Transferencia de Precios
60
Schomberger. Johann y López Murcia, Julián. “ La problemática actual de los paraísos fiscales” . En: Revista
Colombiana de Derecho Internacional, Bogotá, Colombia. N° 10: 311-338, nov. 2007.
Mediante este mecanismo se redistribuyen las utilidades y beneficios obtenidos
por las corporaciones transnacionales en todo el mundo, con el objetivo de
relocalizarlos en paraísos fiscales o en lugares donde el tratamiento fiscal les dé
mayores beneficios o exenciones.
Francia
A partir del 2010, el gobierno francés podrá actualizar cada año su lista de
“Estados o territorios no cooperativos” en función de la evaluación al respecto de
los convenios existentes o la firma de nuevos convenios.
A partir del 1 de enero de 2010 cobrará un impuesto a las ganancias del 50%
(contra 0 a 33% hoy en día) sobre los dividendos, intereses y royalties que
empresas francesas entreguen a destinatarios domiciliados en esos territorios.
Ecuador
Alemania
61
Ver en especial nuestro estudio: “La Fenomenología del Soft Law en el ámbito del derecho tributario: a
propósito de las directrices sobre precios de transferencia de la OCDE y su inserción en los sistemas
normativos nacionales”, Revista Vectigalia, año 5, septiembre de 2009, pp. 94-104.
de transacción, o cualquier título, el valor asignado a los bienes, servicios y demás
prestaciones, para efectos del impuesto, será el de mercado.
En ese sentido, la citada norma precisa que para las transacciones entre partes
vinculadas o que se realicen desde, hacia o a través de países o territorios de baja
o nula imposición, los precios y montos de las contraprestaciones son los que
hubiesen sido acordados con o entre partes independientes en transacciones
comparables, en condiciones iguales o similares, de acuerdo a las normas sobre
precios de transferencia establecidas en el artículo 32-A de la LIR.
Como sabemos los precios de transferencia son mecanismos anti elusivos que
buscan eliminar la distorsión de los precios entre partes vinculadas que aminoren
las bases imponibles, mediante la aplicación del concepto de valor de mercado
transable en las operaciones sujetas a imposición. Sin embargo, estas normas en
nuestra legislación, también se hacen extensivas a “las transacciones que se
realicen desde, hacia o a través de países o territorios de baja o nula
imposición”.
El artículo 44, inciso m) de la Ley del Impuesto a la Renta establece que no son
deducibles para la determinación de la renta imponible de tercera categoría, los
gastos, incluyendo la pérdida de capital, provenientes de operaciones efectuadas
con sujetos que califiquen en alguno de los siguientes supuestos:
i) Crédito
ii) Seguros o reaseguros
iii) Cesión en uso de naves o aeronaves
iv) Transporte que se realice desde el país hacia el
exterior y desde el exterior hacia el país
v) Derecho de pase por el Canal de Panamá
Aunque la norma también precisa que dichos gastos serán deducibles siempre
que el precio o monto de la contraprestación sea igual al que hubieran pactado
partes independientes en transacciones comparables. (Precios de transferencia).
No cabe duda, que hoy por hoy, el mayor debate en el contexto de la fiscalidad
internacional, es acerca de la propia existencia o persistencia de los denominados
paraísos fiscales (tax havens) como factor vital en la erosión de los fiscos
nacionales; en la criminalidad financiera y en el propio desenvolvimiento de la
crisis económica global que nos agobia actualmente. Es por ello que no podemos
ser ajenos a esta problemática, pues si bien nuestra legislación sobre el Impuesto
a la Renta no resulta ser “blanda” respecto al tratamiento de las operaciones con
los paraísos fiscales, resta todavía mucho por hacer, más allá de las cláusulas anti
elusivas propiciadas por las normas tributarias.
Vogel por su parte se refiere a una situación donde las transacciones son
realizadas, o las sociedades son establecidas, en otro Estado, exclusivamente con
el propósito de obtener beneficios de un tratado existente entre este Estado y un
tercer Estado del cual de otra forma no le serían aplicables, por ejemplo, porque la
persona que reclama el beneficio no es residente de uno de los estados firmantes.
62
Citado por BECKERr, Helmut y WURM, felix, en Emergin tax issue its prsent status in various countries,
(Kluwer Law anda Taxation Publishers, Deventer, 1988). P.2
Una sociedad (A) residente en el País de Narnia recibe dividendos, intereses y
royalties de la sociedad B situada en Tierra media. Bajo el Convenio entre País de
Narnia y Tierra Media la sociedad A determina que está total o parcialmente de
impuestos. Sin embargo el dueño de la sociedad A es en realidad residente en un
tercer Estado (País de Camelot) que no es acreedor de los beneficios del tratado
firmado entre Narnia y Tierra Media. La Sociedad A (conductora) ha sido creada
con el mero objetivo de sacar ventaja de los beneficios de este convenio y para
este propósito los derechos originados en dividendos, interese, royalties fueron
canalizados a través de ésta.. Así mediante la interposición de una sociedad en
País de Narnia, el residente del País de Camelot reduce su carga fiscal global o
total.
Los estados fiscales han adoptado medidas para prevenir el uso de las prácticas
Treaty Shopping, Así de esta forma, se han propuesto situaciones tanto en el
ámbito de los convenios para evitar la doble imposición (incluyendo cláusulas
antiabuso) como a niveles nacionales, mediante la aplicación de soluciones
previstas en las leyes impositivas locales.
Cláusula de abstinencia
Significa que un país no firmará convenio con un estado que posea baja
imposición o sea apto para el establecimiento de “sociedades conductoras”.
Cláusula de Exclusión