Principio de Legítima Defensa
Principio de Legítima Defensa
Principio de Legítima Defensa
1. ASPECTOS GENERALES
(….)
(…)
2. LA LEGÍTIMA DEFENSA
Para Sebastián SOLER es la “reacción necesaria contra una agresión injusta, actual y no
provocada”. VON LISZT expresa que “es aquella que se estima necesaria para repeler una
agresión actual y contraria al derecho por medio de una lesión contra el agresor”. CUELLO
CALÓN, dice que es la “defensa necesaria para rechazar una agresión actual o inminente e
injusta, mediante un acto que lesiona bienes jurídicos del agresor”. Asimismo, tenemos a
KOHLER, quien sostiene que la legítima defensa “es la repulsa de una agresión antijurídica y
actual, por el atacado o tercera persona, contra el agresor cuando no se traspasa la medida
necesaria para la protección”.
La doctrina penal es clara en señalar que la legítima defensa es una reacción frente a una
agresión injusta, actual o inminente contra la persona (agresor), una fuerza material para
repeler una agresión ilegítima que atente nuestra integridad o de terceros, o si se quiere,
contra cualquier bien jurídico propio o ajeno que se encuentre amenazado.
La legítima defensa es una causa de justificación que le asiste a toda persona que se encuentra
frente a una agresión ilegítima, actual o inminente, proveniente del que obra o de un tercero,
dado que es susceptible de lesionar bienes jurídicos propios o de terceros. Dicha agresión se
justifica en no ser provocada por quien ejerce la acción defensiva. La legítima defensa es una
autoprotección jurídico-penal. Es una reacción necesaria frente a un peligro inminente
(inmediato) que se puede manifestar de dos formas: directa e indirectamente.
Como bien señala PEÑA CABRERA, la legítima defensa constituye en esencia una causa de
justificación que excluye el desvalor del resultado. Surge así el derecho del agredido de repeler
ataques injustificados en aras de proteger sus intereses jurídicos penalmente tutelados, y de
defender la validez del orden jurídico, ejerciendo la acción defensiva sobre la base de la
racionalidad.
En sentido lato, las causas de justificación son aquellas que excluyen la antijuricidad o la ilicitud
de la conducta típica, es decir, es una conducta sujeta a derecho. En tanto las causas de
inimputabilidad son aquellas ciertas circunstancias o razones que convierten el accionar de una
persona que tornan la conducta típica y antijurídica en no reprochable penalmente. Es decir,
se trata de la incapacidad del sujeto para ser culpable, o si se quiere, son las exclusiones para
atribuir a una persona un acto típicamente antijurídico.
Al respecto, la doctrina penal es dispareja, puesto que los juristas discrepan a la hora de incluir
una circunstancia dentro de una determinada categoría.
4. LA “AGRESIÓN ILEGÍTIMA”
La agresión es una conducta ilegítima que amenaza lesionar o poner en peligro bienes jurídicos
protegidos por el ordenamiento jurídico. Es toda aquella conducta (vis absoluta o vis
compulsiva), proveniente de una conducta humana voluntaria o fruto de un obrar negligente,
destinado a lesionar o poner en peligro bienes jurídicos penalmente protegidos. La agresión es
la amenaza de lesión mediante una acción humana de intereses vitales jurídicamente
protegidas.
Ante un abanico de opiniones tan amplias, que no hace posible un estudio unánime
(conceptual), sobre la legítima defensa –agresión ilegítima–, esto se debe a su propia
naturaleza, característica, objeto y finalidad que presenta, la misma que conlleva a múltiples
acepciones, criterios, teorías o posiciones dadas desde diversos ángulos de estudio. Entonces,
en líneas generales, la agresión, es una acción humana de puesta en peligro de algún bien
jurídico tutelado.
En la doctrina penal, es discutida la situación de (menores de edad, los locos, los ebrios o los
que actúan en error, etc.), dado a su especial particularidad que conlleva su accionar humano.
Al respecto señala ZAMBRANO PASQUEL, los inimputables son capaces de cometer delitos, lo
que acontece es que siendo el acto típico y antijurídico, en el momento de formularse el juicio
de reproche o de culpabilidad se concluye que está ausente porque se trata de un inimputable,
a quien por ser socialmente peligrosos se le impone una medida de seguridad y no una pena.
La actuación en defensa requiere una situación que le haga precisa, esto es, lo que se llama
una “situación de defensa”, que es creada precisamente por una agresión ilegítima. Este
requisito es, por ello, no solo el primero, sino esencial, pues sin él no son imaginables los
demás y no cabe ni la eximente completa, ni siquiera la incompleta.
Señala CUELLO CALÓN, ha de ser actual e inminente. Antes que el peligro aparezca no es
necesaria la defensa, cuando ha cesado es superflua. Basta que la agresión este próxima a
realizarse.
El término “actual”, hace alusión al tiempo presente, en tanto “inminente”, es una situación
que amenaza, es decir, está por suceder de manera inmediata. Al respecto, se puede dar la
agresión inminente antes de que la “agresión” se produzca (consumado), es decir, desde el
momento inmediatamente previo a la agresión. Como dice SOLER, la actualidad o inminencia
de la agresión debe crear una situación de peligro que se superponga en el momento de la
reacción. Asimismo, bien señala la doctrina mayoritaria, la agresión desaparece cuando esta
consumado.
Finalmente, como bien señala VILLAVICENCIO, la agresión, seguirá siendo actual mientras
perdure, como ocurre en el caso de los delitos continuados (ejemplo: injurias) y en los delitos
permanentes (ejemplo: detención ilegal). También perdura la agresión, en los delitos de
estado, si aún subsiste la posibilidad de evitar de manera inmediata que continúe el ataque al
bien jurídico, pues aún no se agota materialmente. Ejemplo: persecución al ladrón en fuga. Sin
embargo, desaparecidas las posibilidades de restablecimiento inmediato, también desaparece
la posibilidad de legítima defensa [MAURACH]. Ejemplo: el sujeto que luego de haber sido
herido, dispara a su agresor a la espalda cuando huía.
En cuanto a los bienes defendibles: la ley no los distingue, por lo que puede ser cualquier bien
perteneciente al agredido o a un tercero, y cualquier interés reconocido jurídicamente.
5. Jurisprudencia
Expediente 03802-2004-AA/TC
Expediente 04532-2007-AA/TC
Expediente 06110-2006-AA/TC
6. Conclusiones
La legítima defensa, como instituto jurídico penal reviste de amparo constitucional, la misma
que está cataloga como un derecho fundamental de toda persona, regulada en la Constitución
Política vigente, artículo 2 inciso 23.
Finalmente, una vez evaluado la agresión ilegitima como primer requisito de la legítima
defensa, se procederá al análisis de los siguientes presupuestos o requisitos que prevé la
norma penal, esto es: a) Necesidad racional del medio empleado para impedirla o repelerla. Se
excluye para la valoración de este requisito el criterio de proporcionalidad de medios,
considerándose en su lugar, entre otras circunstancias, la intensidad y peligrosidad de la
agresión, la forma de proceder del agresor y los medios de que se disponga para la defensa; b)
Falta de provocación suficiente de quien hace la defensa. La concurrencia de los tres
presupuestos antes mencionados conlleva a la calificación adecuada de la legítima defensa.
7. Bibliografía
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CEREZO MIR, José, Curso de Derecho Penal Español, Parte General, T.II, 6a Edición, Tecnos,
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2006.
PARMA, Carlos, Teoría del Delito 2.0, Adrus Editores, Lima, 2017.
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LUZÓN PEÑA, Diego, GARCÍA CONLLEDO, Miguel y VICENTE REMESAL, Javier.
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WILENMANN VON BERNATH, Javier, Injusto y agresión en la legítima defensa. Una teoría
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Santiago, 2015.
ZAMBRANO PASQUEL, Alfonso, Derecho Penal- Parte General, Ara Editores, 2006, Lima, 2006.