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perro lobo de méxico

Calupoh
1
Calupoh
Perro Lobo de México
Queremos agradecer al presidente de la Federación Canófila Mexicana
AC, José Luis Payró Dueñas, por el apoyo e interés que mostró desde el
principio para este proyecto ya que fue un gran motor por más de 18
años de trabajo. Desde luego, un inmenso agradecimiento al Presidente
de la Fédération Cynologique Internationale, señor Rafael de Santiago
por el tiempo dedicado a revisar los bocetos y por su asesoría.

también un agradecimiento a los que participaron durante el proceso


y apoyaron en la crianza y cuidados de estos ejemplares.

La Canofilia Mexicana

2
Perro Lobo de México
La Creación de una Nueva Raza

Después de muchos años transcurridos y miles de horas trabajadas en


la estandarización del Perro Lobo de México, por fin se ha llegado
el momento en que sea solicitada de manera formal su inclusión
en el listado de razas reconocidas por la Fédération Cynologique
Internationale (FCI). Ha sido un gran esfuerzo de cientos de personas,
y la medalla de oro a este gran logro será la aceptación del Perro
Lobo de México como una más de las razas mexicanas para sumarse al
Chihuahueño y Xoloitzcuintle, que actualmente gozan de excelente
popularidad mundial. Sin duda, este fascinante Perro Lobo de México,
logrará posicionarse en el gusto de todo el mundo puesto que posee
un gran porte y excelente temperamento.

Felicidades a todos los involucrados en el desarrollo de esta gran raza


y los exhortamos a seguir promoviéndola como se hace actualmente
con todas las demás razas.

MVZ José Luis Payró


Federación Canófila Mexicana, AC.
Presidente

3
Canis Lupus
Perro Lobo
el camino inicia

Hemos dedicado muchas décadas a la crianza de perros y, en el camino,


nos encariñamos del milenario Xoloitzcuintle. Al reproducirlo y
estudiarlo encontramos que nuestros ancestros también habían
criado un perro muy poco conocido pero común en esa época. Un perro
fuerte, grande, versátil y sobre todo uno que les permitía manejar al
majestuoso lobo que tanto les cautivaba.

Cuando descubrimos esto fue que decidimos recrear al Calupoh, al


Perro Lobo de México, con la idea de revivir esa crianza ancestral y
mejorarla, dándole además el color del lobo negro que representa
a las primeras cruzas de lobos y perros antiguos en el mundo y que
sucedió aquí en América.

Es así que nos dedicamos a trabajar arduamente en seguir un programa


muy estricto de crianza. Como resultado, han nacido más de 3000
ejemplares de los que se seleccionaron casi 1400 que dieron forma y
tipo al libro genealógico fruto de nuestro trabajo y que hoy, gracias
al apoyo de la Federación Canófila Mexicana, empezamos a promover
esperando que sea del gusto de los canófilos. Que en el Perro Lobo
de México encontrarán a un perro versátil, muy dócil pero al mismo
tiempo imponente y dispuesto a trabajar en la actividad que se le asigne.

El Calupoh será la tercera raza mexicana y sabemos que contribuirá a


enaltecer el nombre de México en el mundo de los perros.

Jorge Hank Rhon


Criadero Caliente

4
Prefacio
Para nuestros antiguos mexicanos, cuna de muchas culturas en América,
la ritualización era la forma común de ofrecer a la madre naturaleza
una ofrenda en diversas formas por medio de la cual garantizaban
bonanza para nuestros pueblos.

El ofrendar animales fue parte de estas celebraciones y uno de los que


cautivó en todo el norte del continente fue sin duda el lobo, al que
se le han inferido muchas atribuciones que van más allá de su belleza
física.

Por ello, los nuestros usaban a la mezcla de lobo gris—que en ese


tiempo abundaba en la región—y perro, que les permitía el poder estar
en contacto directo y criar la espiritualidad que emana de estos
animales.

Hoy hemos querido retomar la crianza del Calupoh Perro Lobo de


México como parte integral de la historia y cultura de este país
ofreciéndolo al mundo de los amantes de los perros y, desde luego,
integrándolo al importante grupo de más de 450 razas que existen en
la actualidad.

5
6
EL PERRO-LOBO EN EL SIMBOLISMO DEL MÉXICO ANTIGUO:
UN PUENTE ENTRE DOS MUNDOS
Raúl Valadez Azúa
Instituto Nacional de Investigaciones Antropológicas
Universidad Nacional Autónoma de México

El perro fue el animal más importante dentro del mundo prehispánico.


Organismo ligado al devenir humano, participante en gran cantidad
de actividades religiosas que buscaban el contacto con lo divino, con
lo supraterrenal.

Otro aspecto relevante, apenas reconocido hace 15 años, es que también


era medio de contacto entre el universo humano y el natural, pues,
caso único e insólito, podía unirse y tener descendencia con uno de los
animales más relevantes dentro del mundo simbólico mesoamericano:
el lobo.

El lobo fue, hasta hace un siglo, un habitante normal de gran parte


del territorio mexicano. Los pueblos prehispánicos le respetaban, pues
su poder, su fuerza, su capacidad depredadora, su inteligencia y su
organización social era la máxima aspiración para cualquier cultura.
Junto con el jaguar, el puma y el águila real constituía la cumbre del
poder dentro del mundo natural.

Por todo esto, la alternativa de crear y disponer de un individuo


donde ambos mundos se fusionaran era algo increíble, un verdadero
regalo divino. El perro era símbolo de la lluvia, de la fertilidad, de la
buena fortuna; el lobo de la guerra, la violencia, la fuerza, la sangre.
Un animal con la carga simbólica de ambos y además disponible en
beneficio del hombre era sin duda algo maravilloso.

Para que el hombre lograra obtener este enorme presente de los dioses,
solo requería centrar sus esfuerzos en disponer de una perra en celo
que quedara algunos días en el monte, con suficiente alimento y agua
y atada o en un espacio del que no pudiera salir sola. El resto era solo
esperar y dejar a la naturaleza hacer su parte. Si los dioses respondían
favorablemente a los ruegos, cuando la perra regresara a su hogar
llevaría en el vientre a una futura camada que portaría en su sangre
lo divino, pero dentro de un cuerpo manejable al servicio de su dueño.
¿Acaso se podía pedir más?

7
El primer híbrido de lobo y perro llegó a mis manos en 1996, pero se
requirieron tres años de estudios para entender lo que significaba.
Este individuo, y una treintena más de restos óseos aparecieron en
unos túneles del valle de Teotihuacán manifestando un esquema
contradictorio, pero digno de su naturaleza: ejemplares arqueológicos
con apariencia de lobo, pero en contextos con clara presencia humana.
¿Qué lógica hay en esto? Pensé. Con ayuda de mi compañero, Bernardo
Rodríguez se definió un importante aspecto: que las características
físicas de los huesos siempre quedaban “en medio” de los lobos y los
perros.

Cuando las evidencias terminaron de hablar se pasó a entender


el porqué de su presencia. La mayoría habían sido sacrificados y
enterrados al interior de cuevas, en dirección al oeste, es decir, en la
puerta del inframundo (cuevas), siguiendo al Sol nocturno, a Xólotl,
una deidad canina. Sin duda estos animales nos habían marcado una
ruta, un camino, digno de su naturaleza.

Los más impresionantes ejemplares de esta raza de cánido ¿por qué


no llamarla así? Se asocian a algunas de las más relevantes pirámides
del México antiguo: la Pirámide de la Luna, en Teotihuacán, y el
Templo Mayor, en México-Tenochtitlan. En estos casos los restos
arqueozoológicos nos hablan de individuos impresionantes, iguales
al padre en corpulencia y talla, pero con su siempre visible condición
intermedia en rasgos como los dientes y detalles del cráneo. Su empleo
como animales de sacrificio, en estos casos, se relaciona con solicitar
a los dioses su apoyo, un futuro promisorio, al tiempo que se inauguraba
una fase constructiva de estos edificios. En el caso del Templo Mayor,
estos animales daban su sangre a los dos dioses involucrados: Tláloc y
Huitzilopochtli, es decir, la lluvia, la agricultura y la guerra. ¿Acaso
era posible disponer de un animal más perfecto para la ocasión?

8
Hasta el momento hemos reconocido 72 híbridos de lobo y perro en
contextos prehispánicos, cifra que los convierte en la segunda raza
de cánido doméstico más abundante para esa época. Los más antiguos
ejemplares, de hace unos 1700 años, y la mayor cantidad, la tenemos en
Teotihuacán, lo que convierte a esta ciudad (hasta el momento) en su
lugar de origen. Esto no es casualidad, pues el centro de México es el
límite sur de su distribución natural y el marco religioso y esfuerzo
humano requería de un pueblo organizado.

Ejemplares como los mencionados para el Templo Mayor y la Pirámide


de la Luna, sin duda habían tenido a un lobo como padre, pero en
otros casos la evidencia sugiere que podían criarse y utilizarse
híbridos de segunda y hasta tercera generación, es decir, con el lobo
no como padre, sino como abuelo o bisabuelo, sin que eso desvirtuara
su importancia. Es de suponer que aspectos de tipo social, religioso o
económico definieran la ruta más conveniente, pues un descendiente
directo de un lobo debía tener un destino más relevante que aquel que
se utilizaría en una ceremonia de menor relevancia.

Si el centro de México fue su cuna, no por ello su presencia quedó


limitada a esta zona, pues los hallazgos los tenemos en lugares tan
distantes como la mixteca alta, en el sur de México, y en el sureste,
en la zona maya, en Xcambo. En estos casos hablamos no de animales
creados ahí, pues se encuentran fuera del ámbito de distribución del
lobo, sino de híbridos transportados, muy probablemente como regalo
entre élites, presente sin duda sorprendente e impresionante por todo
lo contenido en materia y esencia y que constituía una evidencia viva
de cómo el hombre podía llegar hasta el mundo de lo divino.

9
El lobo gris, el antecedente:

El lobo (Canis lupus) es una especie de mamífero placentario del orden de


los carnívoros. El perro doméstico (Canis lupus familiaris) se considera
miembro de la misma especie según distintos indicios, la secuencia del
ADN y otros estudios genéticos. Los lobos fueron antaño abundantes y
se distribuían por Norteamérica, Eurasia y el Oriente Medio. Actualmente,
por una serie de razones relacionadas con el hombre, incluyendo el
muy extendido hábito de la caza, los lobos habitan únicamente en una
muy limitada porción del que antes fue su territorio.

El lobo, que es un depredador, se encuentra en una gran cantidad de


ecosistemas. Este amplio territorio de hábitat donde los lobos medran,
refleja su adaptabilidad como especie, ya que puede vivir en bosques,
montañas, tundras, taigas y praderas.

En el pasado, su extensión territorial marcó la diferencia entre él y las


demás especies, ocupando más de la mitad del planeta.

En México, el lobo gris fue parte importante del ecosistema natural


para los habitantes prehispánicos y, aunque en ese tiempo existían en
abundancia las diferentes subespecies, poco a poco los europeos fueron
acabando con las poblaciones al grado de considerarse erradicadas
de nuestro país.

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El Lobo Negro

El lobo negro constituye una variante de color del conocido lobo


gris. Algunos ejemplares se han encontrado integrando manadas de
lobos rojos y probablemente aún hoy, sea posible hacerlo.

Según una investigación genética de la Universidad de Medicina de


Stanford y la Universidad de California, los lobos con pieles negras
deben su coloración distintiva a una mutación que se produjo en los
perros domésticos y se llevó a los lobos a través de la hibridación entre
los lobos y los perros.

El biólogo Adolph Murie fue uno de los primeros en especular que la


amplia variación de color en los lobos fue originada por el cruce
con perros. En su libro “Los lobos del monte McKinley”, aventuró que
la variabilidad exhibida por lobos negros y de otras coloraciones no
habituales era causada por cruces producidos y reportados en el medio
natural e incluso en cautiverio, ya que los lobos sometidos a ese estado
interactuaban habitualmente con perros.

11
Un resultado aún más concluyente se obtuvo en 2008, cuando el Dr.
Gregory S. Barsh, profesor de genética y pediatría en la Facultad de
Medicina de la Universidad de Stanford, utilizó técnicas de genética
molecular para analizar secuencias de ADN de 150 lobos, la mitad de ellos
negros. Con esto descubrió que una mutación genética, responsable
de la proteína beta-defensinas 3, conocida como el locus K, era la
determinante del color del pelaje negro en los perros. Se constató así
que dicha mutación fue la responsable de lobos negros en América y en
el Norte de los Apeninos italianos, y tras esto solo restaba descubrir el
origen de la referida variación.

En ese sentido, Barsh y sus colegas concluyeron que la mutación surgió


en perros hace más de 12 mil años, Para determinar esto compararon
grandes sectores de genoma de lobos, perros y coyotes.

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CALUPOH PERRO LOBO DE MÉXICO
ESTÁNDAR RACIAL
ORIGEN:
México.

UTILIZACIÓN:

Grupo 1 perros de pastoreo y Boyeros


Un perro versátil y gran compañero, que por su exagerada tolerancia y
nobleza deberá adaptarse a cualquier actividad siendo idóneos como
compañía.

RESUMEN HISTÓRICO:

El perro lobo de México surge como un hibridismo entre el perro y el


lobo gris que se llevó a cabo en el México prehispánico desde inicios
de nuestra era hasta el siglo XVI. Esta práctica fue posible debido a la
enorme similitud genética entre ambas especies y, gracias a un intenso
trabajo arqueozoológico, fue posible identificar al primer ejemplar en
1999.
La razón para que esto sucediera no fue solamente que los antiguos
perros y lobos compartieran un territorio y las cruzas se dieran de
manera casual. Los restos encontrados en lugares tan especiales
como el Templo de Quetzalcóatl a manera de adornos de la élite, en
la Pirámide de la Luna como ofrenda y en el Templo Mayor en México-
Tenochtitlan asociados con sacrificios, sugieren que se trataba de
animales con un significado espiritual muy alto.
El lobo era asociado simbólicamente con sacrificios en los que la
sangre corría en gran cantidad, la milicia y el espacio nocturno
debido a su condición de depredador poderoso, con gran capacidad
para el enfrentamiento, animal social que trabaja en equipo y entidad
de vida nocturna. El perro, por su parte, era considerado un animal de
alta fecundidad, cuyo ciclo reproductivo se traslapaba con el de la
lluvia y con el del ciclo agrícola, aspectos que valieron su asociación
religiosa con el agua, la agricultura, la fertilidad y la buena fortuna.
Un híbrido de lobo y perro sería entonces un ejemplar manejable que
poseía la suma de los valores simbólicos de sus padres y, por tanto, se
emplearía en ritos en donde su condición dual resulta ser fundamental,
por ejemplo, aquellos dedicados a las actividades económicas más
importantes: la agricultura y la guerra.
El retomar de manera formal el proyecto genético que alguna vez
fue parte de nuestra vida diaria era sumamente importante, ya que sin
él, no estaría completo el pool canino que representa la historia del
continente.
En un trabajo genético que se realiza desde mediados de la década de
los 90, presentamos con gusto al Calupoh Perro Lobo de México, que
completa la propuesta original de la cinofilia que practicaban los
norteamericanos desde hace más de 2000 años.

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APARIENCIA GENERAL:
Un perro fuerte y ágil de notable
tamaño y que asemeja un lobo
norteamericano en donde los
machos son notoriamente más
masculinizados, ligeramente más
alto que largo, pero muy balanceado
y que evoca al lobo en la naturaleza.

PROPORCIONES IMPORTANTES:
Un perro balanceado, ligeramente
patilargo, semejando la estructura
del lobo, de cabeza poderosa y cráneo
definitivamente lupoide, con un
cuello fuerte y que con la madurez
desarrolla una melena también
típica de lobo, Una profundidad
de tórax marcada, que también se
ve ensanchada después de los tres
años de edad. La altura a la cruz en
machos va de los 62 cm a los 75 cm y
en hembras de los 58 cm a los 70 cm.

COMPORTAMIENTO Y CARÁCTER:
El Calupoh es un perro muy ágil y
dinámico pero muy estable y fácil
de manejar que se acostumbra a
todo tipo de actividades, es un
perro leal y noble con la familia,
convive fácilmente con otros
perros y siempre está dispuesto a
agradar a su dueño aunque se
puede presentar como reservado
ante extraños.

CABEZA:
El cráneo y el hocico son
proporcionales en longitud y,
aunque en la juventud se ven
estrechos y alargados, al
madurar, el cráneo se vuelve
notoriamente más ancho que el
hocico. Es un cráneo definido
como lupoide, con depresión
naso-frontal bien marcada, con
orejas siempre erectas y con una
angulación de entre 85 y 95 grados
tomando como eje la línea media
de los ojos tal como en los lobos.

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REGIÓN FACIAL:
En proporción con el cráneo y robusta en los ejemplares adultos,
con trufa bien pigmentada negra, igual que los belfos que se prefieren
oscuros, sobre todo en la etapa adulta.
La región mandibular del Calupoh denota fuerza y poder, cuenta con
una fórmula dentaria completa y mordida de tijera aunque se permite
la oclusión en pinza; Con dientes blancos, fuertes y bien cimentados.
Mejillas bien definidas y que al madurar se hacen parte de la melena del
cuello dando una impresión visual de un perro muy fuerte.
Los ojos del Calupoh son claros en tonos amarillos y almendrados
muy expresivos cual lobo. Por la participación de su primo el perro en
la base genética se pueden presentar color obscuro.
Las orejas siempre erectas, triangulares, grandes y gruesas como lobo.

CUELLO:
Fuerte, bien formado, con inserción
alta, pero que provoca una línea
superior continua desde la cresta
occipital. Al madurar le crece una
melena semejante a la del lobo
dándole una apariencia elegante y
fuerte.

CUERPO:
El Calupoh denota elegancia
y dinamismo pero fortaleza y
equilibrio semejante al lobo. Su línea
superior en movimiento o al acecho
denotan uniformidad y armonía
sin saltos entre las zonas que lo
conforman.
La cruz es más alta que el resto
de la espalda y la grupa fuerte,
ligeramente redondeada con la
inserción de cola que le permita
cargar a ésta por debajo de la línea
dorsal pero, que en atención o
expresando dominancia, podrá ser
alta sin enroscarse sobre la espalda.

17
MIEMBROS ANTERIORES:

Hombros fuertes y bien angulados que le


permitan un paso libre y elegante, pero
que den soporte a maniobras propias de
un perro ágil.
Codos fuertes y firmes pegados al tórax.
Metacarpos firmes y rectos, pies redondos
y fuertes. La vista completa del brazo
deberá ser rectilínea, uniforme y nunca
vencida.

MIEMBROS POSTERIORES:

Buena angulación coxofemoral que le permita soportar el peso de un


adulto hasta la vejez y un desplazamiento firme.
Miembro musculoso que le dé facultades de abarcar extensiones amplias
al salto o un trote prolongado, visto en movimiento no deberá juntar
los corvejones y debe notarse eficacia de movimiento.

MOVIMIENTO:

En su conjunto se debe buscar


un movimiento elegante y
fluido, pero de un perro pesado
y primitivo, con paso amplio,
pero sin extender más allá de
lo natural. Al frente la punta
del pie anterior no deberá
rebasar una línea imaginaria
perpendicular a la nariz y el
alcance del pie posterior deberá
mostrar fuerza de empuje. Al
mismo tiempo deberá notarse
armonía, pero con la eficiencia
de un perro capaz de recorrer
al trote grandes extensiones de
terreno.

18
PIEL:
Bien adherida al cuerpo, pero lo
suficientemente laxa que le permita
mucha flexibilidad.

MANTO:
El manto debe ser de doble capa, con
un largo medio y una textura áspera al
exterior y suave al interior, pero capaz
de proteger del medio ambiente y los
cambios climáticos. El color preferente
es el negro o negro ahumado, algunos
de los ejemplares de adultos se tornan
plateados igual que su antecesor el lobo.
Así mismo, algunos ejemplares nacerán
color blanco/sable o sable total como
el lobo y se podrán aceptar, aunque no
son los colores deseables. Las manchas
blancas en pecho y manos son permitidas,
así como calcetines de color pardo, pero
nunca en otra parte del cuerpo.

TALLA:
La altura a la cruz en machos va de
los 62 cm a los 75 cm y en hembras
de los 58 cm a los 70 cm. El peso no
deberá causar una desproporción
con la talla ni observarse como un
conflicto de salud, sea obesidad o
bien falta de peso.

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FALTAS:

· Cualquier desviación de los criterios antes mencionados.


· Corvejones de vaca o miembros desviados.
· Manto fuera de condición.
· Falta de pigmentación en labios y belfos o cualquier falta que
implique riesgo en la salud genética de la raza.

FALTAS GRAVES:

· Belfos, labios o párpados rosas.


· Criptorquidismo.
· Oclusión diferente a la recomendada.
· Falta de piezas dentales.

FALTAS DESCALIFICANTES:

· Agresividad o extrema timidez.


· Ojos de otro color que no se mencione en este
documento.
· Cualquier perro mostrando claras señales de
anormalidades físicas o de comportamiento debe ser
descalificado.

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21
22
A continuación incluimos un
artículo completo que fue publicado
por la revista oficial de la asociación
de médicos veterinarios especialistas
en pequeñas especies en mayo de 2014.

“Registro arqueozoológico de híbridos de


lobos y perros en el México prehispánico”

Este artículo fue de gran valor para el trabajo que aquí presentamos y
es por lo que lo hemos incluido. La propiedad intelectual y artística le
pertenecen a los que lo han publicado originalmente y el incluirlo en
este documento solo es con el fin de validar la intención del mismo.

23
REGISTRO ARQUEOZOOLÓGICO DE HÍBRIDOS DE LOBOS Y
PERROS EN EL MÉXICO PREHISPÁNICO

Raúl Valadez1
Bernardo Rodríguez1
Christopher Götz2
Thelma Noemí Sierra Sosa3

Resumen
El hibridismo entre el lobo gris (Canis lupus) y el perro (Canis lupus familiaris)
ha sido un fenómeno frecuente desde que este último apareció hace unos
15,000 años, consecuencia inevitable de la enorme similitud genética entre
ambas especies. El primer caso documentado para el México prehispánico se
registró en 1999 y desde entonces más de 40 individuos han sido identificados.
El conocimiento que estos pueblos tenían sobre el lobo hace suponer que la
creación de los híbridos se daba de manera intencional, empleando perras en
celo con el fin de crear camadas de ejemplares que portaban en su sangre
la fuerza simbólica del padre dentro de un cuerpo manejable. Los individuos
registrados se ubican cronológicamente desde inicios de nuestra era hasta el
siglo XVI y los contextos a los que están asociados estos ejemplares indican que
los empleaba la élite dominante como animales de ofrenda o símbolos jerárquicos
asociados con el inframundo o con la guerra y la agricultura, esta última opción
consecuencia lógica por ser individuos con una doble identidad, en la cual una,
la del lobo, se relacionaba con lo bélico y la del perro con la lluvia y la fertilidad.
Keywords: híbridos, lobo, perro, México prehispánico, Teotihuacan,
México- Tenochtitlan

1. Laboratorio de Paleozoología, Instituto de Investigaciones Antropológicas de la Universidad


Nacional Autónoma de México, Ciudad Universitaria, Circuito Experior s/n, C.P. 04510,
Delegación Coyoacan, México D.F.
2. Facultad de Ciencias Antropológicas, Universidad Autónoma de Yucatán, Km 1 Carretera
Mérida- Tizimin, Cholul, C.P. 97305 Mérida, Yucatán.
3. Centro Regional de Yucatán, Instituto Nacional de Antropología e Historia

24
INTRODUCCIÓN
Entre los grupos de animales que aparecen en el registro arqueológico
mesoamericano hay los que destacan por su abundancia, los que hacen énfasis
por la diversidad de contextos arqueológicos en que aparecen, los que dominan
por el impacto que produce su hallazgo, etcétera. En el caso de los restos
arqueozoológicos de cánidos en el México prehispánico, su estudio se ha vuelto
una realidad irrefutable por los diferentes tipos de contextos en que aparecen, e
igualmente impactan a quien los está excavando; por ejemplo, un cánido asociado
a un muerto o una serie de cánidos vinculados a otros organismos conformando
una gran ofrenda, como se pudo observar en el interior de la Pirámide de la Luna
(1).

De todo el universo de cánidos mesoamericanos sin duda el más interesante


y controvertido es el de los híbridos de lobo y perro, no solo por tratarse de una
entidad biológica desconocida hasta el año 2000 (2), sino también porque su
reconocimiento y la consecuente llamada a los arquezoólogos mexicanos para
que revisaran sus cánidos grandes para saber si eran lobos o loberros los convirtió
en una propuesta “incómoda”, sobre todo si dichos ejemplares se exhibían. No
obstante, al paso de los años fue indiscutible su presencia dentro de la civilización
mesoamericana, tanto por la cantidad de individuos reconocidos como por las
asociaciones simbólicas de algunos de ellos, las cuales los colocaban como algo
“diferente”, simbólicamente hablando, a un lobo o a un perro (3-11).

OBJETIVOS
· Presentar la lista de híbridos de lobo y perro reconocidos hasta 2013.
· Proponer el posible simbolismo asociado a partir de los contextos en los
que aparecieron.
· Reconocer el espacio geográfico-cultural en el cual existió la tradición de
crear a los híbridos y las razones de ello.

¿CÓMO RECONOCEMOS A UN “LOBERRO”?


Indudablemente el elemento principal en una aportación como esta es entender
las bases involucradas con la identificación de uno de estos animales a partir
de los restos óseos, condición que afortunadamente se ha abordado a partir
del análisis de determinados aspectos presentes en los huesos y que, por regla
general, se ubican como de condición intermedia entre lo que corresponde a un
lobo y a un perro.

25
El primer criterio a considerar, mismo que fue el que permitió su reconocimiento
inicial, (2) son las dimensiones y formas intermedias en elementos óseos, como
si en un mismo hueso se fundieran los genes de lobo y perro, dando lugar, por
ejemplo, a un fémur que se ve “intermedio” en dimensiones, robustez y forma.
El segundo aspecto es la mezcla de caracteres, es decir, no la fusión, sino
la manifestación simultánea de la condición de cada cánido en un elemento óseo,
por ejemplo, un molar cuyas dimensiones son de lobo pero la forma es de perro.
En tercer lugar, y no por ello menos importante, es cuando los huesos
aparentan una condición “anómala”, es decir, no intermedia, son diferentes a
la de cualquiera de los progenitores. Tal sería el caso de un dentario que se
ve robusto pero arqueado, como si el organismo buscara ser una mandíbula
grande, “tipo lobo” en un rostro corto, “tipo perro”.
Aunque en teoría estos principios son aplicables a cualquier individuo o
elemento óseo, no siempre es fácil ver la manifestación de estos criterios en los
huesos o, sencillamente, hay algunos que son más adecuados para reconocer
la condición de híbrido, bien porque aparecen con más frecuencia, o porque esta
se manifiesta de forma más clara.

Los elementos óseos de mayor valor en este sentido son:


· El dentario (mezcla o fusión de caracteres o anomalía morfológica).
· El cráneo (fusión de caracteres).
· La región mastoidea (fusión de caracteres).
· Atlas y axis (mezcla de caracteres).
· Los huesos poscraneales (fusión de caracteres).

En gran medida, el juego de estos criterios depende de las diferencias en


dimensiones entre un lobo mexicano y un perro mesoamericano. En el México
prehispánico el perro más abundante era de talla media (630-740 mm de longitud,
400-470 mm de alzada) (4) (Figura 1), mientras que el lobo mexicano es 65%
mayor, condición que necesariamente se manifiesta cuando tenemos un animal
producto de la cruza de ambos.

Figura1. Aspecto general de un perro común del México prehispánico.

26
RESULTADOS
En el Cuadro 1 tenemos la lista de ejemplares reconocidos como híbridos de
lobo y perro hasta 2013, seguido por la aplicación de los criterios mencionados
con diversos ejemplares, a fin de poder comprender el manejo de los datos al
momento de identificar a uno de estos organismos.
Sitio Cultura, temporalidad MNI Tipo de restos Contexto y uso

Templo de Teotihuacana 8 Maxilares y dientes Entierro de 18 guerreros


Quetzalcoatl (100-350 dC) de la élite teotihuacana;
(7, 8) uno de ellos tenía un
pectoral hecho con
maxilares de cánidos.

Campo Militar Teotihuacana 2 Esqueleto Ejemplar enterrado y


(13) (350-400 dC) semi- completo. ligado a algún ciclo
Pm4/ izquierdo anual

Pirámide la Luna Teotihuacana (250 dC) 4 Esqueletos, cráneos Parte de un entierro-


(1) ofrenda asociada a una
etapa constructiva de la
pirámide

Teotihuacan: Teotihuacana 4 Fragmentos de cráneos, Organismos sacrificados


elite y gobierno (200–650 dC) dentarios, piezas en ritos y uso posterior
(14) dentales y huesos de elementos óseos
largos diversos, algunos en la manufactura de
cocidos atavíos de la élite

Santa Cruz Atizapan Culturas del Valle de 8 Esqueleto Híbridos asociados


(11) Toluca o semicompleto, tres a entierros de perros
Matlatzinco dentarios, diversos ligados al ciclo agrícola
(450-650 dC) huesos largos

Coyotlatelco 13 Principalmente dentarios, Entierros de híbridos en


(650-850 dC) restos aislados de túneles y con orientación
neurocráneos y huesos al oeste, ambos aspectos
Túneles y largos relacionados con el
cuevas en Teotihuacan inframundo y la noche.
(2, 5, 9, 10, 14)
 Mazapa y mexica 7 Esqueleto completo, Empleo de los híbridos en
(850-1500 dC) dentarios y diversos prácticas relacionadas con
huesos largos la fertilidad y la agricultura

Cerro de las Minas Ñuiñe Posclásico 2 Esqueleto semicompleto Posible empleo en ritos
(14) (siglos VIII- XVI dC) de cría, dentario de asociados a los edificios
adulto

Xcambó (15) Maya Clásico Tardío 1 Dentario derecho e Uso incierto, hallazgo
(600-900 d.C.) izquierdo fragmentados asociado a plataformas
domésticas de rango
socioeconómico elevado

Mexica 3 Esqueletos completos Parte de las ofrendas


Templo Mayor (3, 6)
(1486-1502 dC) dedicadas al Templo
Mayor, edificio ligado a
la agricultura y la guerra.
Los híbridos unían en
su naturaleza a las dos
actividades

Cuadro 1. Registro arqueozoológico de híbridos de lobo y perro reconocidos en México


hasta 2013.

27
OBSERVANDO A LOS HÍBRIDOS DESDE CERCA
Independientemente de la firmeza que se manifieste en los párrafos anteriores
respecto de los criterios existentes para reconocer a un ejemplar híbrido, sin
duda la mejor forma de demostrar la certidumbre de la propuesta es mostrando
con diversos casos la aplicación de los diferentes elementos diagnósticos.

Reconocimiento de híbridos por su morfología y dimensiones de piezas dentales


Un primer aspecto que se debe observar, cuando se abre la posibilidad de tener
un híbrido de perro y lobo, son las piezas dentales, sobre todo en el Pm4, y
M1-2, tanto en lobo gris mexicano, en el supuesto loberro y en el perro común
mesoamericano, de ser posible a la misma altura y circunstancias de acomodo
anatómico; tal y como puede observarse en la Figura 2, correspondiente a un
ejemplar del Templo Mayor (3).

Lobo Híbrido Perro

Figura 2. Sección Pm4-M2 de lobo (izquierda), de híbrido del Templo Mayor (3,6) y de perro
común (derecha). Esta serie de piezas, en los dos primeros cánidos, rebasan los 40 mm de
longitud anteroposterior, mientras que en el tercero es inferior a 35 mm, pero la morfología dental
del híbrido es más similar a la del perro.

Reconocimiento de híbridos por la región mastoidea


La región mastoidea se localizá en el primer tercio posterior del cráneo,
precisamente por encima de las bullas timpánicas y es empleada como
elemento diagnóstico en el género Canis(16), variando de tamaño y
complejidad de acuerdo con la especie (Figura3). Así, en el lobo se observa
compleja y muy notoria, mientras que en el perro es poco apreciable y
de estructura simple, lógicamente en el loberro se denota una estructura
intermedia. Casos como los del Templo Mayor (3) y de los túneles al este de la
Pirámide del Sol (5) se reconocieron bajo este criterio.

Figura 3. Vista de la región mastoidea en lobo, perro e híbrido (5) (Cuadro 1); nótese
la condición intermedia de este último en la morfología.

28
Reconocimiento a partir de la forma y dimensiones de huesos
La sola diferencia en tamaño entre el lobo, 65% mayor en comparación con
el perro, hace posible poder diferenciar los elementos anatómicos de ambos,
pero cuando se tienen a los híbridos pueden darse combinaciones azarosas
en morfología y tamaño, por ejemplo huesos de dimensiones similares a un
perro pero con forma tipo lobo (Figura 4), aspectos que en conjunto permiten
reconocer su condición híbrida, por ejemplo en un caso del sitio de Santa Cruz
Atizapán (11).

Perro Híbrido Lobo

Figura 4. Vista de la cara articular, vista caudal, del axis, en donde se puede apreciar la regíon de
la apófisis articulares. En el híbrido (11) (Cuadro1) la forma es más parecida a la del lobo, pero
la las dimensiones de este hueso son iguales a las de un perro.

Reconocimiento por medio de las dimensiones de los elementos óseos


Así como podemos ver esta condición intermedia de los híbridos en la
morfología de los diferentes elementos óseos, tambien podemos verla al
momento de comparar el tamaño de piezas dentales o huesos poscraneales
(Figura 5), incluso cuando se dispone de ejemplares completos podemos ver
combinaciones en las que el ejemplar presenta piezas dentales de dimensiones
parecidas a los lobos, pero los huesos poscraneales manifiestan longitudes
más propias de las de un perro.

29
Figura 5. Distribución espacial de medidas dentales y de huesos largos, respecto a
perros prehispánicos (□); lobos de la colección del Instituto de biología - UNAM (♦) y un
híbrido de Santa Cruz Atizapán (11) (Cuadro1) (▲).

Reconocimiento por la forma y dimensiones de dentario y del maxilar


La región anatómica que por excelencia resulta ser básico en la identificación
taxonómica de las especies de vertebrados es el cráneo, y todos los elementos
que lo conforman, dientes, dentarios, suturas cráneales, etcétera. En este caso
los híbridos suelen presentar una mezcla de caracteres en forma y dimensiones;
así los lobos tienen un cráneo robusto y fuertes dientes; mientras que en los
perros se observan dientes y cráneo con forma y tamaño de apariencia ligera.

A este respecto, en la Figura 4, se muestra un híbrido descubierto en


la cueva de las varillas en Teotihuacán (5), cuyas dimensiones permitieron
establecer que estas eran tipo perro, sin embargo el dentario carece del ápice
en el borde posterior del proceso coronoide, tal como es en los lobos (Figura 4).

30
A B
Figura 6. Dos ejemplos de híbridos reconocidos a través de la morfología (A) y dimensiones
(B) del cráneo. En el primer caso, el híbrido descubierto en un túnel teotihuacano (5)
(Cuadro 1) posee una rama del dentario cuya forma es la de un lobo, aunque su talla esa
la de un perro y en la gráfica se muestran el ancho y longitud de tres maxilares de híbridos
de la Pirámide de Quetzalcóatl (7, 8) (Cuadro 1), cuyos valores son intermedios entre C.
lupus y C. familiaris.

Forma anómala
Por último, consideremos el criterio de que la pieza manifieste una forma diferente
de lo esperado, ya sea para lobo o perro, condición que hasta ahora lo hemos
visto reflejado en los dentarios. En la Figura 7 tenemos a una mandíbula de
un cánido (Figura 7A) cuyas piezas dentales son mayores que las de un perro
(Figura 7B); la rama del dentario es igual a la de este último, aunque con la fosa
masetérica más profunda, pero además el arco que forma la rama horizontal
del dentario es mucho mayor que la de un perro común, lo cual deriva en una
pieza alta y corta, propia de un animal con mandíbulas fuertes pero de rostro
“arqueado”. La suma de todos los factores llevaron a la conclusión de que se
trataba de un híbrido.

A B
Figura 7. Dentario de híbrido procedente de Santa Cruz Atizapán (11) (A), cuya forma, más
las dimensiones de los dientes, llevaron a la conclusión de que se trataba de un loberro y
no de un perro (B).

31
SITIOS, TIEMPOS, USOS
Biológicamente el perro (Canis familiaris) y el lobo gris (Canis lupus) comparten el
99.8% de su acervo genético (17), situación que los hace fuertemente compatibles
en cuestiones de reproducción, pues no olvidemos que el perro se derivó del
lobo chino y que el sitio de origen es el noreste de Siberia o Alaska, hace más
de 20000 años (18). Esta condición biológica permite el reconocimiento mutuo
entre ambas especies durante los periodos de celo y su apareamiento, situación
que se ha dado en todas las regiones del mundo donde ambos organismos están
presentes (2, 3, 5-11, 19, 20), con base en los argumentos anteriores podemos
afirmar que el hibridismo entre estas dos especies es factible y que de ello se
dieron cuenta los antiguos pobladores mesoaméricanos.
Los restos de híbridos de lobo y perro se han descubierto en seis espacios
mesoamericanos: la ciudad de Teotihuacán, asentamientos del valle de
Teotihuacán posteriores a la ciudad indicada, Santa Cruz Atizapán, en el Estado
de México, la ciudad de México-Tenochtitlan, la región de Cerro de las Minas, en
Oaxaca y Xcambó, Yucatán (Figuras 8 y 9).

Ciudad de Teotihuacán. (Pirámide de Quetzalcoatl, Teotihuacán) (siglos II-IV dC)


La primera ciudad del continente americano (siglo I aC-VII dC) se localizá a unos
50 km al noreste de la actual Ciudad de México. Es considerada una mega urbe
planificada cuya influencia política y cultural abarcó toda Mesoamérica. La fauna
era empleada en actividades alimentarias, rituales y como materia prima en la
elaboración de adornos e instrumentos.
Para esta ciudad han sido reconocidos 15 híbridos de lobo y perro (Tabla
1) que aparecen como animales de sacrificio, como ofrenda, sobre todo en
ceremonias relacionadas con los principales edificios de la ciudad y como piezas
óseas manufacturadas para ser parte de la indumentaria de la élite, sobre todo
de militares de alto rango (1, 7, 8, 12, 13).

Figura 8. Ubicación del área que comprende Mesoamérica (área gris) y la distribución del lobo
(área negra y gris oscuro). La zona gris oscura es donde civilización y lobo compartieron territorio
y se encuentran la mayoría de los sitios en los que se ha registrado la presencia de híbridos.
(1) Teotihuacán; (2) Valle de Teotihuacán; (3) Santa Cruz Atizapán; (4) México-Tenochtitlan, (5)
Cerro de las Minas, (6) Xcambó.

32
Valle de Teotihuacan. (Túneles y cuevas teotihuacanos, siglos VII-XVI dC)
Dentro de la misma zona arqueológica de Teotihuacán, pero en tiempos posteriores
a esta ciudad, se desarrollaron pequeños asentamientos pertenecientes a varias
tradiciones culturales. En unos túneles empleados para habitación y ritos diversos
se descubrieron 20 híbridos que fueron sacrificados y enterrados en ceremonias
ligados al inframundo, a la noche (siglos VII-IX dC) y posteriormente al agua y a
la agricultura (siglos IX-XVI dC) (2, 5, 9, 10).

Santa Cruz Atizapán (La Campana Tepozoco, Siglos V-VII dC)


Ubicada en la antigua ciénaga de Chignahuapan, en parte suroriental del valle
de Toluca, Estado de México se estudió el sitio arqueológico de Santa Cruz
Atizapán (La Campana Tepozoco), el cual se reconoció como un centro rector
de un conjunto de comunidades establecidas en valle, habiendo alcanzado su
apogeo durante el epiclásico (siglosVII-XdC). Aquí se pudieron identificar un
total de ocho híbridos (11), los cuales aparecen ligados a actividades rituales
vinculadas con la agricultura.

Cerro de las Minas (Oaxaca, siglos VIII-XVI dC)


Dentro de la región conocida como Mixteca Baja, se localiza en la ciudad de
Huajuapan de León y en ella el sitio Cerro de las Minas. En décadas pasadas se
realizaron varias excavaciones en diversas estructuras reconocidas, recuperando,
entre otros materiales, restos óseos de cánidos. De un total de 70 cánidos, dos
fueron identificados como híbridos de lobo y perro. Uno de ellos se reconoció
por una mandíbula incompleta, mientras que del segundo, un cachorro de 4
meses, se obtuvo el 70% del esqueleto. Aunque en los informes no se menciona
la relación de los restos con algún contexto específico, la gran abundancia de
perros hace factible que se tratara de algún rito relacionado con las estructuras
y los loberros fueron parte de ello.

Xcambó, Yucatán (Clasico Tardío 600-900 d.C.) (15)


Xcambó significa cocodrilo celestial o lugar donde se realizan trueques, se
encuentra ubicado al sur de la carretera costera Uaymitún- Telchac. Xcambó
había sido estratégicamente establecido muy cerca de la costa norte de la
península, en un Petén rodeado casi completamente por ciénaga, en donde los
recursos naturales indispensables para la sobrevivencia estaban disponibles:
agua potable, productos alimentarios y la materia prima para la construcción de
las viviendas. El sitio abarca una área de 700 m este - oeste y 150 m norte - sur,
cubriendo enteramente el altillo natural por medio de la construcción de una
plaza principal y una plaza más pequeña, rodeadas ambas por las viviendas de
los gobernantes y las del resto de la población. El sitio estuvo unido a otros tres
- Xtampú, Dzemul y Misnay- a través de caminos prehispánicos conocidos como
sak be’oob. En el sitio se puede apreciar una plataforma llamada el Templo de la
Cruz, que es un basamento escalonado con una cruz en lo más alto. Existe otro
basamento en cuya parte superior está el conocido Templo de los Sacrificios,
así como un cierto número de enterramientos con ofrendas ricas en cerámica
foránea, policromo de Guatemala y figurillas femeninas de la isla de Jaina. En
una de estas plataformas aparecieron los dentarios del ejemplar.

33
México-Tenochtitlan (Templo Mayor, siglo XIV)
Capital de los Mexicas, la cultura dominante en Mesoamérica al momento de la
llegada de los europeos. Su templo principal es llamado tradicionalmente “Templo
Mayor” y su principal característica era el poseer dos capillas en la parte superior,
una dedicada al dios de la lluvia (Tláloc) y otra al de la guerra (Huitzilopochtli).
Hasta el momento se han identificado tres híbridos, los cuales fueron parte de
importantes ofrendas relacionadas con fiestas asociadas a renovaciones de
este edificio, quizá como celebración de éxitos militares y la petición de lluvia
y buenas cosechas. La misma condición dual del edificio es considerada razón
fundamental de la presencia de estos cánidos, ya que el lobo era considerado
entidad ligada a la guerra y los sacrificios (3, 6, 21) y el perro al agua y a la
agricultura (22).

34
EL LOBERRO COMO ENTIDAD DUAL
Para la civilización mesoamericana cada forma de ser vivo tenía un valor
simbólico en función de sus características y de la relación que tuviera con su
entorno; así, un organismo híbrido constituiría la fusión de los valores de los
padres. Si finalmente podemos considerar a los híbridos de lobo y perro como
algo no solo real, sino además buscado, promovido, es claro que para ello se
requeriría que cada individuo participante, lobo o perro, diera algo de valor a
quienes los creaban, de forma tal que el esfuerzo invertido fuera bien visto. ¿Qué
nos dicen al respecto estos animales? (Cuadro 2).
SITIO EDAD USO APORTACIÓN APORTACIÓN
LOBUNA PERRUNA

Templo de 100-350 dC Adornos de la Asociación con la Facilidad de


Quetzalcóatl élite guerra manejo

Pirámide de la Luna 250 dC Ofrenda Animal de alto Facilidad de


estatus simbólico, manejo
asociación con la
guerra

Campo Militar 300-400 dC Ofrenda Animal de alto Facilidad de


estatus simbólico manejo

Teopancazco 200-650 dC Adornos de la Asociación con la Facilidad de


élite guerra manejo

Santa Cruz 450-650 dC Animal de Animal de alto Símbolo de la


Atizapán sacrificio estatus simbólico lluvia, la agricultura

Túneles 650-850 dC Animal de Asociación con el Símbolo del agua


teotihuacanos sacrificio Sol nocturno
(Epiclásico)

Cerro de las Minas Siglos Ofrenda Animal de alto Facilidad de


VIII- XVI dC estatus simbólico manejo, símbolo de
la lluvia, la buena
fortuna

Túneles 850- 1500 dC Animal de Animal de alto Símbolo de la


teotihuacanos sacrificio estatus simbólico lluvia, la agricultura
(Posclásico)

Xcambó 600-900 d.C. Incierto Animal de alto Facilidad de


estatus simbólico manejo
no existente en la
región

México- Tenochtitlan 1486- 1502 Animal de Símbolo de la Símbolo de la


dC sacrificio guerra lluvia, la agricultura

Cuadro 2. Posibles relaciones simbólicas de los elementos lobo y perro en los diferentes sitios donde se
han descubierto los híbridos. En el caso del perro otra razón de su presencia es simplemente la posibilidad
de manejar sin problemas a un ejemplar que portaba la carga simbólica del lobo sin representar un peligro
para el hombre.

35
En el caso del lobo, su presencia estaba relacionada con una fuerte carga simbólica
(21, 23), algo lógico si partimos de que se trata de un carnívoro silvestre que se
ubica en la cúspide de la pirámide alimentaria en la parte templada de México y
cuyo contacto con el hombre siempre sería motivo de alarma (paraambos). Bajo
estos principios, la participación de su fuerza simbólica al momento en que se
sacrificaba a un híbrido en eventos ceremoniales, por ejemplo en Teotihuacán,
sería algo adecuado, considerando la magnitud del evento. En estas condiciones
el perro, en apariencia, tendría como principal responsabilidad, ser el “vehículo”
que transportaba este “paquete simbólico” hasta su destino, sin el problema
que implicaría el manejo de un lobo como tal. Este podría ser el panorama en
espacios teotihuacanos como la Pirámide de la Luna y el Campo Militar.

Figura 9. Ejemplos de híbridos. (A) Templo de Quetzalcóatl; (B) Santa Cruz Atizapán; (C) Cerro
de las Minas; (D) Túneles teotihuacanos; (E) Templo Mayor; (F) Xcambó (para más información
ver Cuadros 1 y 2).

36
En los casos de Teopancazco y Templo de Quetzalcóatl (Cuadro 2),
la manufactura es una de las actividades humanas ligadas al manejo de los
híbridos. En el segundo sitio la presencia de estos animales se reconoció a
través de maxilares (Figura 9A) que portaba a modo de pectoral una persona
enterrada, cuya indumentaria le ligaba a la milicia (7,8). Considerando todo ello
es probable que, nuevamente, el perro fuera sencillamente un engrane en la
producción de cánidos “con carga de lobo”, que se mantenían al interior de la
ciudad de Teotihuacán para su uso “cuando hicieran falta”.

Caso opuesto parece ser el de sitios como Santa Cruz Atizapán (Figura 9B),
los túneles teotihuacanos en el Posclásico y Cerro de las Minas (Cuadro 2), ya
que por tratarse de pequeños asentamientos y porque los restos aparecieron en
espacios ceremoniales modestos, más bien pareciera ser el perro el personaje
principal, por tratarse, para el primer caso, de un evento relacionado con la
agricultura (11) y, para el segundo, un símbolo de la buena fortuna y quizá de la
lluvia (Figura 9C), pues la zona donde se encuentra esta localidad es muy árida y
la gente siempre vive a la esperanza de que el año por venir no fuera muy seco.
En esta caso el lobo quizás se empleó como “catalizador”, es decir, como un
elemento adicional cuyo objetivo sería potencializar el evento.

Casos en los que se ve una participación equitativa son los de los túneles
teotihuacanos en el Epiclásico y en México-Tenochtitlan (Cuadro 2), aunque
con esquemas diferentes. Para el primero, se determinó que la ubicación de los
individuos se relacionaba con el oeste y que esto, relacionado con las cuevas,
significaba una asociación con el Sol Nocturno, espacio al cual estaba vinculado
un cánido, Xólotl (5, 9). De la parte perruna estaría la asociación de las cuevas
con el agua, elemento ligado a este animal (Figura 9D).

Respecto del Templo Mayor (Figura 9E), su presencia encaja a la


perfección con la dualidad guerra-agricultura, que manifiesta esta pirámide en
los dos templos que se ubicaban en la parte superior y que estaban dedicados
a Huitzilopochtli y a Tlaloc(3). Esta asociación es tan clara y fuerte que justifica
plenamente el porqué es este animal el que ha sido reconocido en las diferentes
ofrendas descubiertas, sin presencia de lobos, los cuales en la Pirámide de la
Luna fueron los cánidos más utilizados como animales de sacrificio (1, 23).

Por otra parte el individuo de Xcambó, aunque de él solo se hallan


recuperado los dentarios, su inclusión está reportada en la estructura NE-2
capa I, precisamente en el área de plataformas domésticas de alto status,
¿casualidad? Puede ser, sin embargo hay que tener presente que el organismo,
al ser un animal altamente cotizado, bien pudo haber sido empleado en algún
tipo de actividad ceremonial-ritual, seguramente vinculado a personajes de alto
status, pues precisamente en asociación se han reportado restos esqueléticos
de humanos, en conjunción con otros elementos culturales. (Figura 9F).

37
GENES Y FORMAS
Con base en su variabilidad individual, las alternativas de uso, el espacio de
tiempo en que se les reconoce (primeros 15 siglos de nuestra era) y la diversidad
de culturas, se puede entender que los loberros fueran organismos muy variables
en su aspecto, tanto por la heterogeneidad con que manifestaban los caracteres
de los padres como por los intereses culturales; de esta forma, en los túneles
teotihuacanos, los animales reconstruidos medían hasta 600 mm de alzada y 800
o 900 mm de longitud (5, 9), mientras que los del Templo Mayor (3) rebasaban
los 700 mm de alzada y llegaban a 1000 mm de longitud, lo cual ofrece una idea
de que tan diferentes pudieron llegar a ser de acuerdo a los caracteres genéticos
dominantes (Figura 10).

Figura10. Reconstrucción hipotética de un híbrido de los túneles teotihuacanos (A); híbrido


del Templo Mayor (B)

Además de la variabilidad propia de las fuerzas genéticas de lobo y perro


al momento de manifestarse, la cual derivaba en ejemplares “más lobunos” o
“más perrunos”, según la suerte, existe otro aspecto a considerar dentro de este
mosaico de formas y es lo referente a la existencia de loberros de primera o
segunda generación, por decir lo menos. ¿Qué queremos decir con esto? En
todo momento se ha partido de la existencia de un híbrido producto de la cruza
de lobo con perra y ciertamente sería lo más apreciado, sin embargo hay algunos
individuos, por ejemplo de los túneles (Figura 6A) que se ven “tipo perro” en casi
todo (talla, morfología dental, dimensiones de piezas dentales) y lobo solo en
algunos aspectos (forma de la rama del dentario y del tercer molar inferior), por
lo que queda la duda de si fue un ejemplar en el cual el elemento perro fue por
demás dominante o si más bien fue un loberro hijo de loberro con perro y que el
lobo como tal no fue el padre sino el abuelo.

38
Ciertamente no estamos en la posibilidad de hacer una evaluación objetiva
de los ejemplares a partir de esta propuesta, para así definir loberros de primera
o segunda generación, pero es indudable que entre más fuerte fuera el peso
simbólico del lobo dentro de la concepción de una determinada cultura, más
valor se le daría a un descendiente suyo sin importar que las cruzas del loberro
original se dieran, posteriormente, con perros, hasta que se considerara necesario
revitalizar la sangre lobuna o se perdiera la línea al paso de las generaciones.

QUINCE SIGLOS DE HISTORIA


Aunque biológicamente la hibridización de perros y lobos es algo normal, su
empleo dentro de esquemas culturales implica un conjunto de conceptos, de
tradiciones, de cambios, por tanto una historia.

De acuerdo con la información presentada, aparentemente fue Teotihuacán


el espacio cultural en la cual este fenómeno pasó de ser algo puramente biológico
y casual a algo promovido, organizado, sistematizado, incluso institucionalizado.
La razón de ello quizá fue simplemente la posibilidad de convertir un proceso
deseable, pero irregular, en algo controlado, digno de una élite que en ese
momento hacía vivir su influencia en todo rincón civilizado. Este fenómeno de
control y manejo de fauna con fines religiosos y quizá políticos (regalos entre
gobernantes, formas de manifestar el poder) no fue privativo a esta cultura,
pues también lo vemos con los Mexicas (24), pero quizá fueron los primeros en
convertirlo en una práctica establecida y ordenada.

Un caso interesante ligado temporalmente a Teotihuacán es el de Santa Cruz


Atizapán, ya que se empalman cronológicamente en los últimos siglos de vida
de la ciudad. El número de ejemplares descubiertos en este sitio es grande, algo
que contrasta enormemente con su tamaño. ¿Hasta donde lugares como éste
eran los centros de “producción” de híbridos para Teotihuacán, aprovechando los
beneficios de encontrarse a un lado de los densos bosques que existían en ese
entonces en el valle de Toluca, Sierra del Ajusco y de las Cruces?

Quizá por impacto teotihuacano en lo referente a esta práctica fue que a


partir de entonces la vemos en los diversos espacios señalados en el centro y sur
de México. Aparentemente las razones religiosas que llevaron a esta actividad
cambiaron, no así el pensamiento de que este organismo aportaba una enorme
fuerza simbólica y por tanto era deseable buscar su creación.

39
Aparentemente al paso de los siglos fue valorándose en estos animales más
la parte que cada padre aportaba en lo simbólico, de modo que el híbrido sería un
organismo manejable pero además con un valor religioso especial. Desde la parte
del lobo, por su condición de depredador poderoso con gran capacidad para el
enfrentamiento, animal social que trabaja en equipo y entidad de vida nocturna,
era asociado simbólicamente con sacrificios en los que la sangre corría en gran
cantidad, la milicia y el espacio nocturno (21, 23); mientras que el perro era
considerado un animal de alta fecundidad cuyo ciclo reproductivo se traslapaba
con el de la lluvia y con el del ciclo agrícola, aspectos que valieron su asociación
religiosa con el agua, la agricultura, la fertilidad y la buena fortuna (22). Un híbrido
del lobo y perro sería, por tanto, la suma de los valores simbólicos y por tanto
se emplearían en ritos en donde su condición dual resulta ser fundamental, por
ejemplo aquellos dedicados a las actividades económicas más importantes: la
agricultura y la guerra.

Hasta ahora casi todo lo relacionado con los híbridos está ubicado en el
centro de México. Esto es lógico, ya que la limitación de registros de híbridos a
esta zona es el resultado de que la distribución natural del lobo, la cual, hasta
el siglo XIX, abarcaba el norte de México y la parte central (25), mientras que el
desarrollo de la civilización mesoamericana se dio en centro y sur. Esto lleva a un
esquema en el cual solo la parte central tenía los elementos biológicos y culturales
necesarios para que la práctica de la hibridización se diera con relativa facilidad
y al mismo tiempo existieran culturas cuyos intereses simbólicos involucraran al
lobo.

¿Qué ocurre en tal caso, con lo que vemos para Cerro de las Minas y
Xcambó? En el primer sitio no es muy compleja la respuesta, ya que es justo en
la Mixteca alta a donde los lobos llegaron por condición natural, lo que permite
suponer que la práctica se conocía, aunque solo de vez en vez podían obtenerse
estos animales; no es el caso del sureste, ya que los mayas, por sí mismos,
nunca conocieron al lobo ni al coyote y por tanto no estaba en su acervo cultural
el buscar la hibridización o el saber que hacer con un animal así.

La respuesta a esto se encuentra en los eventos de migración y comercio


que se dieron desde el centro de Mesoamérica hacia la zona Maya a partir del
siglo X de nuestra era a través de las llamadas “migraciones toltecas”. Gracias
a los estudios arqueozoológicos recientes se ha podido constatar la llegada al
sureste de fauna doméstica, por ejemplo el guajolote, el perro pelón y el tlalchichi
(26-29), de modo que la presencia de un loberro, aunque sorprendente no es
inexplicable. Obviamente para un caso así debemos partir de la hipótesis de que
se trató de un regalo entre gobernantes, mismo que tendría para el señor maya
un valor equivalente al que tendría para nosotros un lobo de Tasmania vivo.

40
CONCLUSIONES
De acuerdo con la información obtenida, podemos ver a los híbridos involucrados
en diversas concepciones simbólicas en función de la época y cultura asociada;
tan es así que para la cultura teotihuacana (siglos I aC-VII dC) los híbridos
estaban relacionados principalmente con la milicia, en los siglos posteriores a
la caída de Teotihuacán se les asoció con el inframundo y la noche (siglos VII-
IX dC) o bien con la agricultura (siglos V-XVI dC); alcanzando la más refinada
concepción con la cultura mexica, al asociarlo simultáneamente con la guerra, la
lluvia y la agricultura (siglos XIV-XVI).

La importancia cultural de esta práctica y su impacto a nivel de la


cosmovisión de estas culturas no ha sido aún valorado adecuadamente, pero
basta con reflexionar acerca de que a través de ella era posible sustraer todo
el peso simbólico del primero para colocarlo al interior del cuerpo del segundo,
sin duda una verdadera maravilla para estas personas, cuya única equivalencia
simbólica sería la del nahualismo. Basta esta comparación para ver la magnitud
de esta tradición y lo que nos falta por conocer.

AGRADECIMIENTOS
Fotografías de Rafael Reyes.
41
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y S. Sugiyama. Híbridos de lobos y perros (tercer on the Domestic Dog. Eighth Congress of the
acto): hallazgos en la Pirámide de Quetzalcoatl de International Council for Archaeozoology (ICAZ 98).
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técnico, IIA-DSA, 2012.

42
43
44
45
Notas

46
Notas

47
MEXICAN WOLFDOG

Calupoh
48
Calupoh
Mexican Wolfdog
We would like to thank José Luis Payró Dueñas, president of the Mexican
Kennel Club, for his support since the beginning of this project. He has
been a driving force for over 18 years of work.

Our immense gratitude certainly goes to Rafael de Santiago, President


of the Fédération Cynologique Internationale, for the time spent
reviewing the drafts and for his valuable counseling.

Our appreciation goes as well to all the people who participated during
the process and supported the breeding and care of these animals.

The Mexican Dog Fancy

50
MEXICAN WOLFDOG
The Creation of a New Breed

After many years, and thousands of hours dedicated to the


standardization of the Mexican Wolfdog, the time has come to
formally request the Fédération Cynologique Internationale (FCI)
to include it in its list of recognized breeds. The gold medal
for this great achievement and the effort of hundreds of people,
will be the acceptance of the Mexican Wolfdog as another Mexican
breed so it can join the Chihuahua and the Xoloitzcuintle which
currently enjoy excellent world wide popularity. Undoubtedly, this
fascinating Mexican Wolfdog will be welcomed by the dog fancy
for its elegance and excellent temperament. Congratulations to
all those involved in the development of this great breed and we
encourage them to continue promoting it as it is currently done with
all other breeds.

José Luis Payró


President of the Federación Canófila Mexicana

51
Canis Lupus
Wolfdog
The road begins

We have dedicated many decades to dog breeding and, on the road, we


fell in love with the millennial Xoloitzcuintle. While reproducing and
studying it, we found that our ancestors had also raised a very little
known dog nowadays but common at the time. It was a strong, large,
and versatile dog, particularly important since it allowed ancient
Mexicans to handle the majestic wolf that captivated them so much.

When we discovered this, we decided to recreate the Calupoh, the


Mexican Wolfdog, with the idea of reviving that ancestral breeding
and also to improve it, giving it the color of the Black Wolf which
represents the first crosses of wolves and ancient dogs in the world
that happened here, in America.

We have dedicated ourselves to working hard and to following a very


strict breeding program. As a result, more than 3000 specimens have been
born from which almost 1400 were selected and gave form and type to
the genealogy book, fruit of our work.

Today, thanks to the support of The Mexican Kennel Club, we begin to


promote this new breed hoping that it pleases the dog fancy, that in the
Mexican Wolfdog you find a versatile dog, very docile but impressive
and willing to work on any activity.

The Calupoh will be the third Mexican breed and we know that it will
contribute to raise the name of Mexico in the dog world.

Jorge Hank Rhon


Criadero caliente

52
Preface
Mexico has been the cradle of many cultures in America. For ancient
Mexicans, ritualization was the common way of offering tribute to
Mother Nature as a means to securing prosperity.

Animals were offered as part of these celebrations, and one of the most
captivating in the northern part of the continent was undoubtedly
the wolf, which has been inflicted with many attributes that go beyond
its physical beauty.

Therefore, ancient Mexicans used a cross between the gray wolf—


which at that time abounded in the region—and the dog. This practice
allowed them to be in direct contact with the spirituality that arises
from these animals.

Today, we want to recover the breeding of the Mexican Wolfdog as an


integral part of this country´s history and culture, to offer it to dog
lovers around the world and, of course, to integrate it to the
important group of over 450 breeds that exist in the world nowadays.

53
54
The Wolfdog in the Symbolism of Ancient Mexico
A Bridge between Two Worlds
Raúl Valadez Azúa
National Institute of Anthropological Research
National Autonomous University of Mexico

The dog was the most important animal in the pre-Hispanic world. An
animal linked to the human becoming, a participant in a great number
of religious activities that sought the contact with the divine, with
the superterrestrial. Another important aspect, barely recognized 15
years ago, is that it was also a means of contact between the human
and the natural universe, since —unique and unusual case— it could
unite and have offsprings with one of the most relevant animals in the
Mesoamerican symbolic world: the wolf.

The wolf was, until a century ago, a normal inhabitant of much of


the Mexican territory. The pre-Hispanic peoples respected it, because
its power, strength, predatory capacity, intelligence, and social
organization were the highest aspiration for any culture. Along with
the jaguar, the puma and the royal eagle, it constituted the pinnacle
of power within the natural world.

For all this, the alternative of creating and having an individual where
both worlds merged was something incredible, a truly divine gift. The
dog was a symbol of rain, fertility, and good fortune;the wolf was a
symbol of war, violence, force, and blood. An animal with a symbolic
load of both and also available for the benefit of man was certainly
something wonderful.

For a man to obtain this enormous present from the Gods, he only
needed to focus his efforts on having a female in heat that will remain
a few days in the mountain, with enough food and water and tied or in
a space from where she could not get out by herself. The rest was just
waiting and letting nature do its part. If the Gods responded favorably
to the pleas, when the female returned home she would have a future
litter in her womb that would carry in its blood the divine, but within
a manageable body at the service of his owner. Could you ask for more?

55
The first Wolfdog hybrid reached my hands in 1996, but three years
of studies were required to understand what it meant. This specimen
and about thirty more bone remains, appeared in tunnels of the
Teotihuacan Valley manifesting a contradictory scheme but worthy
of its nature: archaeological specimens with the appearance of a
wolf but in contexts with clear human presence. “What’s the logic in
this?” I thought. With the help of my colleague, Bernardo Rodríguez,
an important aspect was defined: that the physical characteristics of
the bones were always “in the middle” of wolves and dogs. When the
evidence finished talking, we went on to understand the reason for
their presence. Most of these animals had been sacrificed and buried
inside caves, facing west, this is, at the door of the underworld (caves),
following the Night Sun, Xolotl, a canine deity. Undoubtedly, these
animals had traced a route, a path, worthy of their nature.

The most impressive specimens of this breed of canine —why not call it
so?— are associated with some of the most important pyramids of Ancient
Mexico: The Pyramid of the Moon in Teotihuacan, and the Templo Mayor
in Mexico-Tenochtitlan. In these cases the archaeozoological remains
tell us about impressive individuals, matching the sire’s corpulence and
size, but with its always visible intermediate condition in traits such
as the teeth and details of the skull. Their use as animals of sacrifice,
in these cases, is related to a request to the Gods for support and a
promising future, while inaugurating a construction phase of these
buildings. In the case of the Templo Mayor, these animals gave their
blood to the two Gods involved: Tlaloc and Huitzilopochtli, namely
rain, agriculture, and war. Was it possible to have a more suitable animal
for the occasion?

56
So far we have recognized 72 Wolfdog hybrids in pre-Hispanic contexts,
a figure that makes them the second most abundant breed of domestic
canines for that time. We have the oldest specimens —from about 1700
years ago— and the largest quantity in Teotihuacan, which makes this
city its place of origin so far. This is no coincidence, as the center of
Mexico is the southern boundary of its natural distribution and also
considering that the religious framework and human effort required
of an organized people.

Specimens, such as those mentioned for the Templo Mayor and the
Pyramid of the Moon, were sired by a wolf without a doubt, but in other
cases the evidence suggests that second and third generation hybrids
could be bred and used, that is, with the wolf not as a sire, but as a
grandsire or greatgrandsire, with no undermining of its importance.
It is assumed that aspects of social, religious or economic nature
defined the most convenient route, as a direct descendant of a wolf
should have had a more relevant destiny than another which would
be used in a ceremony of lesser importance. If the center of Mexico was
its cradle, not therefore, its presence was limited to this area. We have
findings in places as distant as the Mixteca Alta in the south of Mexico,
and in the southeast, in the Mayan zone, in Xcambo. In these cases, we
are not talking about animals created there, because they are outside
the scope of distribution of the wolf, but of hybrids transported, most
likely as a gift among elites, an undoubtedly surprising and impressive
present for everything it contained in matter and essence, and which
also constituted a living evidence of how man could reach the world
of the divine.

57
The Gray Wolf
Background

The wolf (Canis lupus) is a species of placental mammal of the order of


the carnivores. The domestic dog (Canis lupus familiaris) is considered
a member of the same species according to different indications,
the DNA sequence, and other genetic studies. The wolves were once
abundant and distributed in North America, Eurasia, and the Middle
East. Currently, for a number of reasons related to man, including the
very widespread habit of hunting, wolves inhabit only a very limited
portion of what was once their territory.

The wolf, which is a predator, exists in a large number of ecosystems.


This vast habitat, where the wolves thrive, reflects its adaptability as a
species, as it can live in forests, mountains, tundras, taigas, and meadows.

In the past, its territorial extension made the difference between the
wolf and the other species occupying more than half the planet. In
Mexico, the gray wolf was an important part of the natural ecosystem
for the pre-Hispanic inhabitants and, although at that time there
were abundant different subspecies, little by little the Europeans were
ending the gray wolf populations to the degree of being considered
eradicated from our country.

presente
pasado

58
The Black Wolf

The black wolf is a color variant of the well-known gray wolf. Some
specimens have been found integrating herds of red wolves, which is
probably still possible today. According to a genetic research from the
Stanford University of Medicine and the University of California,
wolves with black skins owe their distinctive color to a mutation that
occurred in domestic dogs and eventually in the wolves through
hybridization between them and dogs.

Biologist Adolph Murie was one of the first to speculate that the wide
variation of color in the wolves was caused by the crossing with dogs.
In his book “The Wolves of Mount McKinley,” he ventured that the
variability exhibited by black wolves and other unusual coloration
was caused by crosses produced in and reported in the natural
environment and even in captivity since confined wolves usually
interacted with dogs.

59
An even more conclusive result was obtained in 2008, when Dr. Gregory
S. Barsh, professor of genetics and pediatrics at Stanford University
School of Medicine, used molecular genetics techniques to analyze
DNA sequences of 150 wolves, half of them black. He discovered that a
genetic mutation responsible for the protein beta-defensin 3, known
as the Locus K, was the determinant of the black color in dogs’ fur. It
was thus found that this mutation was responsible for black wolves in
America and in the north of the Italian Apennines; only the origin of
the aforementioned variation remained to be discovered. In this sense,
Barsh and his colleagues concluded that the mutation emerged in
dogs more than 12000 years ago. To determine this, they compared large
segments of the genome of wolves, dogs, and coyotes.

60
61
62
CALUPOH Mexican Wolfdog
Breed Standard

ORIGIN:
Mexico.
UTILIZATION:
Group 1 Sheepdogs and Cattle dogs.
A versatile dog and great companion which, due to its exaggerated
tolerance and nobility, adapts to any activity. It is ideal as a companion
dog.
BRIEF HISTORICAL SUMMARY:
The Mexican Wolfdog has its origins as the result of the hybridism
between the dog and the gray wolf in pre-Hispanic Mexico since the
beginning of our era and until the 15th century. This was due to the
huge genetic similarity between these two species and, thanks to an
intense archaeozoological work, it was possible to identify the first
specimen in 1999. The reason for this hybridism was not only because the
ancient dogs and wolves shared the same territory and the crossings
just happened naturally. The remains found in places of such importance
as the Temple of Quetzalcoatl used as ornaments worn by the elite,
in the Pyramid of the Moon as offerings, and in the Templo Mayor in
México-Tenochtitlan associated with sacrifices, suggest that these
were animals of a very high spiritual meaning and that the crossings
were not casual but intentional. The wolf was symbolically associated
with sacrifices in which blood ran in large quantities, the military,
and the night because of its condition as a powerful predator with
great capacity for confrontation, a social animal that works in teams,
and a nightlife entity; while the dog was considered a high-fertility
animal whose reproductive cycle overlapped with that of the rain
and the agriculture, aspects that resulted in the religious association
with water, agriculture, fertility, and good fortune. A Wolfdog hybrid
would; therefore, be the sum of these symbolic values, hence it would
be used in rites where its dual condition proved to be fundamental, for
example, those dedicated to the most important economic activities:
agriculture and war. To formally resume the genetic project that was
once part of our daily life was extremely important because, without
it, the canine pool that represents the history of the continent would
not be complete. As part of a genetic work that has been in progress
since the mid-90s, we gladly present the Calupoh Mexican Wolfdog,
which completes the original proposal of the dog fancy that was
practiced by the North Americans for more than 2000 years.

63
GENERAL APPEARANCE: A strong and
agile dog of great size resembling
an American wolf, where males are
notoriously more masculine, slightly
taller than long, but very balanced
and evoking a wolf in nature.

IMPORTANT PROPORTIONS: A balanced


d o g s l i g h t ly l o n g - l e g g e d
resembling the structure of the wolf
with powerful head and skull, and
with a strong neck that in maturity
develops a mane also typical of a
wolf. A marked chest depth that also
broadens after reaching three years
of age. The height at the withers for
males is 62- 75 cm, females 58-70 cm.

BEHAVIOR/TEMPERAMENT:
The Calupoh is a very agile and
dynamic dog yet very stable and
easy to handle that is accustomed
to all kinds of activities, it is a
loyal and noble dog with the
family, it easily coexists with
other dogs and is always willing
to please its owner but can appear
as aloof before strangers.

HEAD:
The skull and snout are
proportional in length and,
although in puppies they are
narrow and elongated, the skull
becomes notoriously broader
than the snout once maturity is
reached showing a well marked
naso-frontal depression, always
erect ears at an angle between 85
and 95 degrees taking the middle
line of the eyes as the axis, just like
the wolves.

64
FACIAL REGION:
In proportion to the skull and robust in the adults with a well pigmented
black nose, the same as the lips that are preferred dark especially in the
adult. The mandibular region of the Calupoh denotes strength and
power, full dentition with scissor bite, pincer bite acceptable with
strong and well cemented white teeth; well-defined cheeks that in
maturity become part of the mane making a visual impression of a very
strong dog. The eyes of the Calupoh are clear in yellow tones, almond
shaped, very expressive, as a wolf. Because of the presence of his cousin
the dog in the genetic base, eyes may also be dark. Ears are erect, big,
thick, and triangular like a wolf.

NECK:
Strong, well formed with high
insertion but in a continuous upper
line from the occipital crest. When
maturity is reached, a mane grows
similar to that of the wolf giving it
an elegant and strong appearance.

BODY:
The Calupoh denotes elegance
and dynamism but strength and
equilibrium similar to a wolf, its
top line in motion or on the prowl
shows uniformity and harmony. The
withers higher than the rest of the
back and a strong rump slightly
rounded with the insertion of
the tail below the dorsal line but
that, when attentive or expressing
dominance, can be carried high
without curling on the back.

65
FOREQUARTERS:

Strong and well-angled shoulders that


allow a free and elegant gait but also
support the movement of an agile dog.
Strong and firm elbows next to the body,
firm and straight pasterns, strong and
round feet. The full view of the arm is
uniform, rectilinear.

HINDQUARTERS:

Good pelvic angulation that can bear the weight of an adult dog
up until old age and allows for a firm movement. Well muscled for a
ground covering stride or a prolonged trot, straight hocks in motion.

MOVEMENT:

As a whole, the Mexican


Wolfdog has an elegant and
fluid movement of a heavy
and primitive dog, with a wide
stride that does not extend far
beyond the natural. the front
end of the anterior foot does
not exceed an imaginary line
perpendicular to the nose, the
reach of the posterior foot
shows thrust force, at the same
time, it shows harmony but also
the efficiency of a dog able to
trot large tracts of land.

66
COAT:
Well adhered to the body but loose
enough to allow for a lot of flexibility.

HAIR:
The hair is double layered, medium length,
with a rough texture on the outside and
soft on the inside, weather resistant. The
preferred color is black or smoky
black, some adults turn silver like their
ancestor the wolf. Some Wolfdogs will be
born white/sable or completely sable as
the wolf and can be accepted although
these are not desirable colors. White
spots on the chest and feet are permitted
as well as brown socks but never on
another part of the body.

SIZE:
The height at the withers for males
is 24-29 inches (62-75 cm), females 22-27
inches (58-70 cm). The weight should
not cause a disproportion to the
size or show a health problem, either
obesity or low weight.

67
FAULTS:

Any departure from the foregoing points should be considered a fault


and the seriousness with which the fault should be regarded should be
in exact proportion to its degree and its effect upon the health and
welfare of the dog
· Cows hocks or crooked limbs.
· Non-typical coats.
· Lack of pigmentation in the lips or any fault that implies risk for the
genetic health of the breed

SEVERE FAULTS:

· Pink colored lips or eyelids.


· Cryptorchidism.
· Occlusion other than the recommended.
· Missing teeth.

DISQUALIFYING FAULTS:

· Aggressive or overly shy dogs.


· Eyes of any other color not specified in the standard.
· Any dog showing clear signs of physical or behavioral
abnormalities shall be disqualified.

68
69
70
Next is the complete article that was
published in the official magazine of
the Mexican Association of Small
Animal Veterinarians in May 2014
“Archeozoological Record of
Wolfdog hybrids in Pre-Hispanic
Mexico.”

“ARCHAEOZOOLOGICAL RECORD OF
WOLF-DOG HYBRIDS IN PRE-HISPANIC
MEXICO ”

We include this article because it was of great value for our work. The
intellectual and artistic property belongs to the original publishers
and we include it in this document with the only purpose of validating
its intention.

71
ARCHAEOZOOLOGICAL RECORD OF WOLF-DOG HYBRIDS IN
PREHISPANIC MEXICO

Raúl Valadez1
Bernardo Rodríguez1
Christopher Götz2
Thelma Noemí Sierra Sosa3

Abstract
The hybridism between the gray wolf (Canis lupus) and the dog (Canis lupus
familiaris) has been a frequent phenomenon since this last one appeared 15,000
years ago, an inevitable consequence due to a huge genetic similarity between
these two species. The first documented case in pre-Hispanic Mexico was
registered in 1999 and since then, more than 40 specimens have been identified.
The knowledge these civilizations had about the wolves makes us assume
that the hybrid creation was intentional, using dog females in heat to produce
litters with offsprings that had the symbolic strength of the sire in their blood
but in a manageable body. The recorded individuals exist chronologically since
the beginning of our era and until the 16th century, the contexts in which these
animals are associated show that they were used by elites as offering animals
or hierarchy symbols associated with the underworld, war, and agriculture, being
this last option a logical consequence for a double identity animal, in which the
wolf was related to the military, and the dog with rain and fertility.
Keywords: hybrids, wolf, dog, pre-Hispanic Mexico, Teotihuacan,
Mexico-Tenochtitlan

1. Laboratorio de Paleozoología, Instituto de Investigaciones Antropológicas de la Universidad


Nacional Autónoma de México, Ciudad Universitaria, Circuito Experior s/n, C.P. 04510,
Delegación Coyoacan, México D.F.
2. Facultad de Ciencias Antropológicas, Universidad Autónoma de Yucatán, Km 1 Carretera
Mérida- Tizimin, Cholul, C.P. 97305 Mérida, Yucatán.
3. Centro Regional de Yucatán, Instituto Nacional de Antropología e Historia

72
INTRODUCTION
Among the groups of animals that appear in the Mesoamerican archaeological
record are those that stand out for their abundance, others for the diversity of
archaeological contexts in which they appear, those who are dominant because
of the impact of their finding, etc. In the case of the archaeozoological remains of
canids in pre-Hispanic Mexico, its study has become an irrefutable reality because
of the different types of contexts in which they—and they all equally amaze those
who find them. For example, a canine associated with a deceased or a series of
canids linked to other organisms forming a great offering, as could be observed
inside the Pyramid of the Moon.1

Of the whole universe of Mesoamerican canids, certainly the most


interesting andcontroversial are the wolf-dog hybrids, not only because they
were a biological entity unknown until the year 2000,2 but also because their
recognition—and the consequent summon to the Mexican archaeozoologists to
review their large canids to know if they were wolves or loberros—turned them
into an “uncomfortable” proposal, especially if the specimens were exhibited.
However, over the years, their presence within the Mesoamerican civilization was
undeniable, not only because of the number of recognized individuals but also
because of the symbolic associations of some of them, which placed them as
something “different” than a wolf or a dog, symbolically speaking.

OBJECTIVES
• To present the list of recognized wolf-dog hybrids up to 2013.
• To propose the possible associated symbolism from the contexts in
which they appeared.
• To recognize the geographical and cultural framework in which the
tradition of creating the hybrids existed and its reasons.

HOW DO WE RECOGNIZE A “LOBERRO”?


Undoubtedly, the main element in a contribution like this is to understand the
bases involved with the identification of one of these animals from bone remains.
This condition has fortunately been addressed from the analysis of certain aspects
in the bones and, as a general rule, the hybrids are located as an intermediate
condition between what corresponds to a wolf and a dog.

73
The first criterion to consider—which was the one that allowed its initial
recognition2—is the dimension and intermediate form in bony elements, as if the
genes of the wolf and the dog melted in the same bone, resulting for example, in
a femur that looks “intermediate” in dimensions, robustness, and form.
The second aspect is the mix of characters, that is, not the fusion, but the
simultaneous manifestation of the condition of each canid in a bony element, for
example, a molar whose dimensions are those of a wolf but the form corresponds
to a dog.
Thirdly, and not least, is when the bones appear to have an “anomalous”
condition, that is, not intermediate but different from that of any of their ancestors.
Such would be the case of a dentary that looks sturdy, but arched as if the
organism was trying to have a larger jaw “wolflike” in a short face “doglike”.
Although in theory, these principles are applicable to any individual or
bony element, it is not always easy to see the manifestation of these criteria in
the bones or there are simply some that are more suitable to recognize the hybrid
condition, either because they appear more frequently or because it manifests
more clearly.

The most valuable bony elements in this sense are:


· The dentary (mixture or fusion of characters or morphological anomaly).
· The skull (fusion of characters).
· The mastoid region (fusion of characters).
· Atlas and axis (character mix).
· The postcranial bones (fusion of characters).

To a large extent, this set of criteria depends on the differences in


dimensions between a Mexican wolf and a Mesoamerican dog. In pre-Hispanic
Mexico, the most abundant dog was of medium size (630-740 mm [24.8-29.1 in]
long, 400-470 mm [15.7-18.5 in] high)4 (Fig. 1), while the Mexican wolf is 65%
larger, a condition that necessarily shows when we have an offspring of the cross
between them.

Figure 1. General appearance of a common dog in pre-Hispanic Mexico.

74
RESULTS
Table 1 shows the list of specimens recognized as wolf-dog hybrids up to 2013
followed by the application of the aforementioned criteria to various specimens in
order to be able to understand how the data is handled when identifying one of
these animals.
Site Culture, year MNI Type of remains Context and use

Temple of Teotihuacan 8 Maxillae and teeth. Burial of 18 Teotihuacan


Quetzalcoatl7, 8 (A.D.100-350) elite warriors; one of
them had a breastplate
made of canid maxillae.

Military Camp13 Teotihuacan 2 Incomplete skeleton Specimen buried and


(A.D. 350-400) Pm4/ left. linked to some annual
cycle.

Pyramid of the Teotihuacan 4 Skeletons, skulls. Part of a burial-offering


Moon1 associated to a
(A.D. 250) construction stage of the
pyramid.

Teotihuacan: elite Teotihuacan 4 Skull fragments, Animals sacrificed in


and government14 (A.D. 200–650) dentaries, and various rites and later use of
long bones, some of bony elements in the
them cooked. manufacture of elite
attires.

Santa Cruz Cultures of the 8 Incomplete skeleton, Hybrids associated with


Atizapan11 Toluca Valley or three dentaries, various burials of dogs linked to
Matlatzinco long bones. the agricultural cycle
(A.D. 450-650)

Coyotlatelco 13 Mainly dentaries, isolated Burials of hybrids


(A.D. 650-850) remains of neurocraniums in tunnels with west
Tunnels and caves in and long bones. orientation, both aspects
Teotihuacan 2, 5, 9, 10, 14 related to the underworld
 and the night.

Mazapa and Mexica 7 Complete skeleton, Use of hybrids in fertility


(A.D. 850-1500) dentaries, and various and agriculture-related
long bones. practices.

Cerro de las Minas 14 Post-classical Ñuiñe 2 Incomplete skeleton of a Possible use in rites
(8th-16th centuries young specimen, adult associated with
A.D.) dentaries. buildings.

Xcambó 15 Maya 1 Right and left Uncertain use, finding


Late Classic (A.D. fragmented associated
600-900) dentaries. with platforms.

Mexica 3 Complete skeletons. Part of the offerings


Templo Mayor 3, 6
(A.D. 1486-1502) dedicated to the
Templo Mayor, a building
associated with agriculture
and war. Hybrids linked
both activities in their own
nature.

Table 1. Archaeozoological record of wolf-dog hybrids in Mexico up until 2013.

75
WATCHING THE HYBRIDS UP CLOSE
Regardless of the resoluteness shown in the previous paragraphs about the
existing criteria to recognize a hybrid specimen, there is no doubt that the best
way to demonstrate the certainty the proposal is to show the application of the
different diagnostic elements in various cases.

Recognition of hybrids for their morphology and the dimensions of dental pieces
When there is the possibility of having a wolf-dog hybrid, the first aspect to be observed
are the dental pieces—especially the PM4 and M1-2—in the Mexican gray wolf, in the
supposed loberro, and in the common Mesoamerican dog, if possible at the same height
and circumstances of anatomical position as shown in Figure 2 which corresponds to a
specimen from the Templo Mayor (3).

Wolf Hybrid Dog


Figure 2. Pm4-M2 section of a wolf (left), of a hybrid at Templo Mayor,36, and of a common dog (right).
These series of pieces surpass 40 mm (1.6 in) in anteroposterior length in the first two canids, while in the
third it is less than 35 mm (1.4 in). The dental morphology of the hybrid is more similar to that of the dog.

Recognition of hybrids by the mastoid region


The mastoid region is localized in the first posterior third of the skull, precisely
above the tympanic bullae and is used as a diagnosis element in the genus
Canis,16 varying in size and complexity according to the species (Fig. 3). Thus, in
the wolf is complex and very notorious whereas in the dog it is hardly noticeable
and of simple structure, logically, in the loberro it is an intermediate structure.
Cases such as those of the Templo Mayor3 and of the tunnels to the east of the
Pyramid of the Sun5 were recognized under this criterion.

Wolf Dog Hybrid

Figure 3. Mastoid region view of a wolf, dog, and hybrid5 (Table 1).
Notice the intermediate condition of the latter in its morphology.

76
Recognition by the shape and dimensions of bones
Just by the different size of the wolf (65% larger than the dog) it is possible to differentiate
the anatomical elements of both but, when you have the hybrids, random combinations
in morphology and size may take place, for example, bones of dimensions similar to a
dog but with wolflike shape (Fig. 4), aspects that, together, allow to recognize their hybrid
condition as in one case of the site of Santa Cruz Atizapan.11

Dog Hybrid Wolf

Figure 4. Articular face, caudal view of the axis, where you can see the region of the arti-
cular process. In the hybrid11
(Table 1) the shape is more similar to that of the wolf, but the dimensions of this bone are
equal to those of a dog.

Recognition by means of the dimensions of the bony elements


Just as we can see this intermediate condition of the hybrids in the morphology of
the different bony elements, we can also see it when comparing the size of dental
pieces or postcranial bones (Fig. 5). Even when we have complete specimens
we can see combinations in which the specimen presents dental pieces of similar
dimensions to wolves while the postcranial bones show lengths more typical of
a dog.

77
Figure 5. Spatial distribution of dental and long bone measurements in pre-Hispanic dogs (□).
Wolves from the collection of the Institute of Biology-UNAM (♦) and a hybrid from Santa Cruz
Atizapan11 (Table 1) (▲ ).

Recognition by the shape and dimensions of dentaries and maxilla.


The anatomical region that par excellence proves to be basic in the taxonomic
identification of vertebrate species is the skull and all its elements: teeth, dentary,
cranial sutures, etc. In this case, hybrids usually show a mixture of characters
both in shape and dimensions. Wolves have a sturdy skull and strong teeth while
dogs show teeth and skull of a light shape and size.

In this regard, Figure 4 shows a hybrid discovered in Cueva de las Varillas


in Teotihuacan5 whose dimensions allowed to establish that they were doglike;
however, the dentary lacks the apex at the back edge of the coronoid process as
it is in wolves (Fig. 4).

78
A B

Figure 6. Two examples of hybrids recognized through morphology (A) and dimensions
of the skull (B). In the first case, the hybrid discovered in a Teotihuacan tunnel (5) (Table
1) has a wolflike branch of the dentary, although its size corresponds to a dog. The graph
shows the width and length of three hybrids´ maxillae from the Pyramid of Quetzalcoatl7,8
(Table 1), whose values are intermediate between C. lupus and C. familiaris.

Anomalous form
Finally, let us consider the criterion in which the piece manifests a different form than expected,
whether for a wolf or a dog, a condition that, until now, we have seen reflected in the dentary.
Figure 7 shows the jaw of a canine (Fig. 7A) whose dental pieces are larger than those of a
dog (Fig. 7B); the branch of the dentary is equal to that of the latter, although with a deepest
masseteric fossa, the arch that forms the horizontal branch of the dentary is also much larger than
that of a common dog, which derives in a tall and short piece, typical of an animal with strong jaws
but of “arched” face. The sum of all the factors led to the conclusion that it was a hybrid.

A B

Figure 7. Dentary of a hybrid from Santa Cruz Atizapan11 (A), whose shape, plus the
dimensions of theteeth, led to the conclusion that it was a loberro and not a dog (B).

79
SITES, TIMES, USES
Biologically, the dog (Canis familiaris) and the gray wolf (Canis lupus) share
99.8% of their gene pool,17 a situation that makes them strongly compatible in
matters of reproduction. We must not forget that the dog comes from the Chinese
wolf and that the site of origin is northeast of Siberia or Alaska, more than 20,000
years ago.18 This biological condition allows the mutual recognition between the
two species during the mating season, a situation that has been given in all the
regions of the world where both organisms live.2,3,5-11,19,20 Based on the above
arguments, we can say that the hybridism between these two species is feasible
and that the ancient Mesoamerican inhabitants realized this.
The remains of wolf-dog hybrids have been discovered in six Mesoamerican
spaces: the city of Teotihuacan, settlements of the Valley of Teotihuacan (after the
mentioned city), Santa Cruz Atizapan, in the State of Mexico, the city of Mexico-
Tenochtitlan, the region of Cerro de las Minas, in Oaxaca and Xcambo, and
Yucatán (Fig. 8 and 9).
The city of Teotihuacan. (The Pyramid of Quetzalcoatl, Teotihuacan) (2nd
to 4thcenturies)
The first city of the American continent (1st century B.C. to 7th century
A.D.) is located about 50 km (31 mi) northeast of today´s Mexico City. It is
considered a planned megacity whose political and cultural influence spanned
Mesoamerica. The fauna was used as part the diet, in rituals, and as a material
in the manufacture of ornaments and instruments.
There have been 15 wolf-dog hybrids recognized for this city (Table 1) that
appear as sacrifice animals, as an offering, especially in ceremonies related to
the main buildings of the city and as bony pieces used as part of elite clothing,
especially high-ranked military.1,7,8,12,13

Figure 8. Location of the area comprising Mesoamerica (gray area) and of the wolves´ distribution (black
and dark gray areas). The dark gray zone is civilization and wolves shared territory, and it is also where most
of the sites with the presence of hybrids have been registered. (1) Teotihuacan, (2) Teotihuacan Valley, (3)
Santa Cruz Atizapan, (4) Mexico-Tenochtitlan, (5) Cerro de las Minas, (6) Xcambo.

80
Valley of Teotihuacan. (Teotihuacan tunnels and caves, 7th-16th centuries)
Within the same archaeological zone of Teotihuacan, but in later times to this city,
small settlements belonging to several cultural traditions were developed. In some
tunnels—used as housing and various rites—20 hybrids that were sacrificed and
buried in ceremonies linked to the underworld, to the night, (7th to 9th centuries)
and later to water and agriculture were discovered (9th to 16th centuries).2, 5, 9, 10

Santa Cruz Atizapan (La Campana Tepozoco, 5th to 7th centuriesA.D.)


Located in the old swamp of Chignahuapan, in the southeast part of the Valley of
Toluca in the State of Mexico, the archaeological site of Santa Cruz Atizapan (La
Campana Tepozoco) was studied. This site was recognized as a center of a set
of communities established in the valley, having reached its apogee during the
Epíclassic (7th to 10th centuries). A total of eight hybrids were identified here,11
which appeared to be linked to ritual activities associated with agriculture.

Cerro de las Minas (Oaxaca, 8th-16th centuries A.D.)


Cerro de las Minas is located within the region known as the Mixteca Baja, in the
city of Huajuapan de León. In the past decades, several excavations were carried
out in various recognized structures, recovering, among other materials, bony
remains of canids. Of a total of 70 canids, two were identified as wolf-dog hybrids.
One of them was recognized by an incomplete jaw, while for the second,—a four-
month-old puppy—a 70% of the skeleton was recovered. Although the reports do
not mention the relationship of the remains with any specific context, the great
abundance of dogs makes it feasible to be a rite related to structures and that
loberros were part of it..

Xcambo, Yucatán (Late Classic 600-900)15


Xcambo means celestial crocodile or place to barter. It is located south of the
coastal road Uaymitún-Telchac. Xcambo had been strategically established
very close to the north coast of the peninsula in a plateau surrounded almost
completely by swamps where the natural resources essential for survival were
available: potable water, food, and the raw materials for house building. The site
covers an area of 700 m (766 yds) east-west and 150 m (164 yds) north-south,
covering entirely the natural hillock through the construction of a main square
and a smaller square, surrounded both by the houses belonging to the rulers and
those of the rest of the population. The site was joined to three other—Xtampú,
Dzemul and Misnay—through pre-Hispanic paths known as sak be’oob. On the
site, you can see a platform called the Temple of the Cross, which is a stepped
basement with a cross at the top. There is another basement in whose upper part
the well-known Temple of Sacrifices is located, as well as a number of burials with
offerings rich in foreign ceramics, Guatemalan polychrome, and female figurines
from the island of Jaina. On one of these platforms, the dentaries of the specimen
were found.

81
Mexico-Tenochtitlan (Templo Mayor, 14th century)
Tenochtitlan was the capital of the Mexica. It was the dominant culture in Mesoamerica
at the time of the arrival of the Europeans. Its main temple is traditionally called “Templo
Mayor” and its main characteristic was to have two chapels on the upper part, one
dedicated to the God of Rain (Tlaloc) and other to the God of War (Huitzilopochtli). So
far three hybrids have been identified which were part of important offerings related to
celebrations associated with renovations of this building, perhaps as a celebration of
military successes and the request for rain and good harvests. The same dual condition
of the building is considered a fundamental reason for the presence of these canids
since the wolf was considered an entity linked to the war and the sacrifices,3, 6, 21 and the
dog to water and agriculture.22

82
THE LOBERRO AS A DUAL ENTITY
For the Mesoamerican civilization, every form of living being had a symbolic value
depending on its characteristics and the relationship it had with its surroundings; thus,
a hybrid animal would constitute the fusion of the values of the parents. If we can finally
consider the wolf-dog hybrids as something not only real but also sought after and
promoted, it is clear that it would require that each one, wolf and dog, would bring some
value to those people who created it, in such a way that the invested effort was viewed
favorably. What do these animals tell us about this? (Table 2).

SITE TIME USE WOLF DOG


CONTRIBUTION CONTRIBUTION

Temple of A.D. 100-350 Elite´s Association with Ease of handling


Quetzalcoatl ornaments war

Pyramid of th e A.D. 250 Offering Symbolic high -


Moon status animal, Ease of handling
association with
war

Militar y Camp A.D. 300-400 Offering Symbolic high- Ease of handling


status animal

Teopancazco A.D. 200-650 Elite´s Association with Ease of handling


ornaments war

Santa Cruz A.D. 450-650 Sacrifice Symbolic high- Symbol of rain,


Atizapan animal status animal agriculture.

Teotihuacan A.D. 650-850 Sacrifice Association with Symbol of water.


tunnels animal the Night Sun
(Epiclassic)

Cerro de las Minas 8 th -16 th Offering Symbolic high- Ease of handling,


centuries status animal symbol of rain ,
A.D. good fortune.

Teotihuacan A.D. 850-1500 Sacrifice Symbolic high- Symbol of rain,


tunnels animal status animal agriculture.
(Post-Classic)

Xcambó A.D. 600-900 Uncertain Symbolic high- Ease of handling


status animal
no existent in the
región

Mexico- Tenochtitlan A.D. 486-1502 Sacrifice Symbol of war Symbol of rain,


animal agriculture.

Table 2. Possible symbolic relationships of the wolf and dog elements in the different places where the
hybrids have been discovered. In the case of the dog, another reason for its presence is just the possibility
to easily handle an animal that carried the symbolic load of the wolf with no danger to man.

83
In the case of the wolf, its presence was related to a strong symbolic load,21,23
something logical if we start by noting that it is a wild carnivore located at the top of the
food pyramid in the temperate area of Mexico and whose contact with man would always
be cause for alarm (for both). Under these principles, the participation of its symbolic
force at the time when a hybrid was sacrificed in ceremonial events, for example in
Teotihuacan, would be something appropriate considering the magnitude of the event. In
these conditions the dog, in appearance, would have as its main responsibility to be the
“vehicle” that transported this “symbolic package” to its destination, without the problem
that handling a wolf would imply. This could be the panorama in Teotihuacan areas like
the Pyramid of the Moon and the Military Camp.

Figure 9. Examples of hybrids. (A) Temple of Quetzalcoatl, (B) Santa Cruz Atizapan, (C)
Cerro de las Minas, (D) Teotihuacan tunnels, (E) Templo Mayor, (F) Xcambo (for more
information see Tables 1 and 2).

84
Manufacturing is one of the human activities linked to the handling of hybrids
in the cases of Teopancazco and the Temple of Quetzalcoatl (Table 2). In the
later, the presence of these animals was recognized through maxillae (Fig. 9A)
that were used as a pectoral by the person buried and whose clothing was linked
to the military.7.8 Considering all this, it is possible that again, the dog was simply
a gear in the production of canids “with load of wolf”, which were kept inside the
city of Teotihuacan to be used “when needed”.

An opposite case seems to be that of sites like Santa Cruz Atizapan (Fig.
9B), the Teotihuacan tunnels in the post-Classical, and Cerro de las Minas (Table
2) because they were small settlements and because the remains appeared
in modest ceremonial spaces. Rather it seems to be that the dog is the main
character, for being, in the first case, an event related to agriculture11 and, for the
second, a symbol of good fortune and perhaps rain (Fig. 9), since this location is
very arid and people always hope that the year to come will not be too dry. In this
case, the wolf was perhaps used as a “catalyst”, this is, as an additional element
whose objective would be to reinforce the event.

Cases in which an equal participation is seen are those of the Teotihuacan


tunnels in the Epiclassic and in Mexico-Tenochtitlan (Table 2), although with
different schemes. For the first one, it was determined that the location of the
individuals was related to the west and, linked to the caves, it meant an association
with the Night Sun, space to which a canine was linked, Xolotl.5,9 The dog would
represent the association of the caves with water, an element linked to this animal
(Fig. 9D).

With respect to the Templo Mayor (Fig. 9E), its presence fits perfectly with
the duality war-agriculture, which this pyramid manifests in the two temples which
were located at the top and which were dedicated to Huitzilopochtli and Tlaloc.3
This association is so clear and strong that it fully justifies the reason why it is
this animal the one that has been recognized in the different offerings discovered,
without the presence of wolves, which in the Pyramid of the Moon were the most
used canids as sacrifice animals.1, 23

On the other hand, we have the specimen of Xcambo. Although only its
dentaries were recovered, its inclusion is reported in the structure NE-2 layer I,
precisely in the area of highstatus domestic platforms. Coincidence? It may be;
however, we must bear in mind that the specimen, being a highly valued animal,
may well have been employed in some type of ceremonial ritual activity, probably
linked to high-status characters because skeletal remains of humans have been
reported in association, as well as other cultural elements (Fig. 9F).

85
GENES AND FORMS
Based on their individual variability, the alternatives of use, the space of time
in which they are recognized, (first 15 centuries of our age) and the diversity of
cultures, one can understand that the loberros were very variable organisms in
their aspect, both by the heterogeneity with which they manifested the characters
of the parents as by the cultural interests; thus, in the Teotihuacan tunnels, the
reconstructed animals measured up to 600 mm (23.60 in) high and 800 to 900
mm (31.50 to 35.40 in) long,5,9 while those of the Templo Mayor3 exceeded the
700 mm (27.60 in) high and reached 1000 mm (39.40 in) in length, which gives
an idea of how different they could be according to the dominant genetic traits
(Fig. 10).

Figure 10. Hypothetical reconstruction of a hybrid from the Teotihuacan tunnels (A); hybrid of Templo
Mayor (B).

In addition to the variability of the genetic strength of the wolf and the dog
which results in specimens more wolflike or more doglike, depending on luck,
there is another aspect to consider within this mosaic of forms and it is related
to the existence of loberros of first or second generation. What do we mean by
this? At all times, we have started out from the existence of a hybrid as a result
of the crossing of a wolf with a bitch which would certainly be most appreciated;
how ver, there are some individuals, for example from the tunnels, (Fig. 6A) that
are doglike in almost everything (size, dental morphology, dimensions of dental
pieces) and wolflike only in some aspects, (form of the branch of the dentary and
of the third inferior molar) so there is the question of whether it was a specimen in
which the dog element was otherwise dominant or whether it was a loberro out of
a loberro with dog crossing and that the wolf was not the sire but the grandsire.

86
We certainly can not make an objective evaluation of the specimens from
this proposal, that is, to define loberros of first or second generation, but there is
no doubt that the stronger the symbolic load of the wolf within the conception of
a certain culture the more value would be given to its descendant regardless that
the crosses of the original loberro were, later, with dogs, until it was considered
necessary to revitalise the wolf’s blood or the bloodline would be lost over
generations.

FIFTEEN CENTURIES OF HISTORY


Although biologically the hybridization of dogs and wolves is normal, their use
within cultural schemes implies a set of concepts, of traditions, of changes;
therefore, a history.

According to the information presented here, Teotihuacan appears to


be the cultural space in which this phenomenon went from being something
purely biological and casual to something promoted, organized, systematized,
even institutionalized. Perhaps the reason for this was simply the possibility of
converting a desirable, but irregular process, into something controlled, worthy of
an elite that at that time had to influence every civilized corner. This phenomenon
of control and handling of fauna for religious—and perhaps political—purposes
(gifts among rulers, ways of manifesting power) was not proprietary to this culture,
as we also see it with the Mexica,24 but perhaps they were the first to convert it
into an established and orderly practice.

An interesting case—temporarily linked to Teotihuacan—is that of Santa


Cruz Atizapan since they are connected chronologically in the last centuries of the
city’s life. The number of specimens discovered on this site is large, something
that contrasts greatly with its size. To what extent were places like this “production
centers” of hybrids for Teotihuacan, taking advantage of the benefits of being next
to the dense forests that existed at the time in the Toluca Valley, Sierra del Ajusco,
and Las Cruces?

Perhaps as a result of the Teotihuacan impact in relation to this practice,


from then on, we see it in the various spaces mentioned in central and southern
Mexico. Apparently, the religious reasons that led to this activity changed, not so
the idea that this organism provided an enormous symbolic force and; therefore,
it was desirable to seek its creation.

87
Apparently, what was valued in these animals over the centuries was
what each parent provided in symbolic terms so that the hybrid would not only
be a manageable animal but also had a special religious value. The wolf was
symbolically associated with sacrifices in which blood ran in large quantities, the
military, and the night because of its condition as a powerful predator with great
capacity for confrontation, a social animal that works in teams, and a nightlife
entity;21, 23 while the dog was considered a high-fertility animal whose reproductive
cycle overlapped with that of the rain and the agriculture, aspects that resulted in
the religious association with water, agriculture, fertility and good fortune.22 A wolf-
dog hybrid would; therefore, be the sum of the symbolic values, hence it would
be used in rites where its dual condition proved to be fundamental, for example,
those dedicated to the most important economic activities: agriculture and war.

Almost everything related to hybrids is located in central Mexico so far. This


is logical because the limitation of hybrid records to this area is the result of the
natural distribution of the wolf, which, until the nineteenth century, covered the
north and the central part of Mexico,25 while the development of the Mesoamerican
civilization happened in the center and the south. This leads to a scheme in which
only the central part had the necessary biological and cultural elements for the
practice of hybridization to take place with relative ease and, at the same time,
the presence of cultures whose symbolic interests involved the wolf.

What happens in this case with what we see for Cerro de las Minas and
Xcambo? In the first site, the answer is not very complex because it is located
right in the Mixteca Alta, a place where the wolves arrived naturally and which
allows us to assume that the practice was known, although they could obtain
these animals only from time to time. It is not the case of the Southeast because
the Maya, by themselves, never knew the wolf or the coyote and therefore it was
not in their cultural heritage to seek the hybridization or knowing what to do with
an animal like that.

The answer is in the migration and trade events that took place from the
center of Mesoamerica to the Mayan zone from the 10th century A.D. through the
so-called “Toltec migrations”. Thanks to recent archaeozoological studies it has
been possible to confirm the southeast arrival of domestic fauna, for example, the
turkey, the hairless dog, and the tlalchichi,26-29 so that the presence of a loberro,
although surprising it is not inexplicable. Obviously, for such a case, we must
start from the hypothesis that it was a gift among rulers, which, for a noble Mayan
would have the equivalent value that for us would have a live Tasmanian wolf.

88
CONCLUSIONS
According to the information obtained, we can see that the hybrids were involved
in various symbolic conceptions according to the time and associated culture; so
much so, that for the Teotihuacan culture (1st century B.C. to 7th century A.D.)
hybrids were mainly associated with the military. In the centuries after the fall of
Teotihuacan, they were associated with the underworld and the night (7th to 9th
century A.D.) or with agriculture, (5th to 16th centuries A.D.) reaching their most
refined conception with the Mexica culture by associating them simultaneously
with war, rain, and agriculture (14th to 16th centuries A.D.)

The cultural importance of this practice and its impact on the worldview
of these cultures has not yet been adequately valued, but it is enough to ponder
that, through it, it was possible to subtract all the symbolic load of the first animal
to place it inside the body of the second, no doubt it was a real marvel for these
people, whose only symbolic equivalence would be that of the nahualismo. This
comparison is enough to see the magnitude of this tradition and what there is still
to be learned.

ACKNOWLEDGEMENTS
Photographs by Rafael Reyes.

89
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IIA-DSA, 2012.

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Un reconocimiento muy importante al equipo de trabajo de Criadero Caliente por participar
durante los últimos dieciocho años de este gran proyecto que hoy llega a su inicio.
En especial al Señor Carlos Landa.

An important recognition goes to Criadero Caliente´s staff for its participation during the last
eighteen years of this endeavor that today reaches its beginning.
Especially to Carlos Landa.
Gracias a:
Federación Canófila Mexicana
Parque Zoológico Internacional
Dr Raúl Valadéz A.

Calupoh Perro Lobo de México


Esta publicación se terminó de revisar en julio del 2017 en Tijuana, Baja California,
México. Edición, diseño y producción: Criadero Caliente
Publicación editada y adaptada por: Delco Fergo Editorial, S.A. de C.V.
Versión impresa por: Grupo Gráfico Editorial, S.A. de C.V.
Digital: Criadero Caliente
Fotografía: Alejandra Armendariz
Revisión editorial y traducción al inglés: Claudia Pierce

Calupoh Mexican Wolfdog


This book was completed in July 2017 in Tijuana, Baja California, Mexico.
Editing, design, and production: Criadero Caliente
Edited and adapted by: Delco Fergo Editorial, S.A. de C.V.
Printed version: Grupo Gráfico Editorial, S.A. de C.V.
Digital: Criadero Caliente
Photography: Alejandra Armendariz
Editorial review and English translation: Claudia Pierce

Referencias

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Howling and Its Role in Territory
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• Lindblad-Toh, K, (2005). «Genome Derechos reservados. Queda prohibida la reproducción
parcial o total de esta obra sin la autorización del autor.
sequence, comparative analysis
and haplotype structure of the All rights reserved. Reproduction is strictly prohibited without
domestic dog» prior written permission.

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La cinofilia mexicana ha decidido Mexico´s dog fancy has decided
revivir al perro lobo que se criaba to bring back the Wolfdog which
en nuestro país hace más de dos mil was bred in our country over two
años como parte fundamental de thousand years ago as a major part
nuestras costumbres y tradiciones. of our culture and traditions. Today,
Hoy admiramos su belleza como un we admire its beauty as a tribute to
homenaje al importante lugar que the important place it had for our
guardaba para nuestros antepasados. ancestors.

En abril de 2017 investigadores del In April 2017, researchers from the


Instituto Nacional de Antropología e National Institute of Anthropology
Historia descubrieron una ofrenda en and History discovered a burial in
la plaza mayor de la Ciudad de México Mexico City´s main square which dates
con más de cinco siglos de antigüedad. back over five centuries. A wolflike
En ella aparece un canideo lupoide canine was found covered with some
cubierto con algunas de las piezas of the gold pieces considered as the
de oro consideradas como las más largest and most refined discovered
grandes y refinadas descubiertas en in this century.
este siglo.

Fuente: Agencia de noticias Reuters Source: Reuters news

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