Tolkien y La Naturaleza
Tolkien y La Naturaleza
Tolkien y La Naturaleza
Por
supuesto, no es la única cosa que importa en ese mundo, pero es una parte esencial del
mismo. Para empezar, no digo ”imaginario” porque implique irreal: una de las cosas más
sorprendentes acerca de la Tierra Media es cuan real se siente. Una experiencia común en los
lectores de Tolkien es que ellos sienten que estuvieron allí. Este fenómeno se puede entender
como la combinación de dos dinámicas: Lo que Tolkien mismo puso en sus historias y lo que
los lectores -naturalmente recurriendo a lo que podemos llamar “aplicabilidad” de esas
historias en su experiencia de vida- encuentran en ella.
No se puede dudar del amor de Tolkien por la naturaleza. Sus profundos sentimientos por el
ambiente natural, variedad y detalles impregnan especialmente El Señor de los Anillos, y es
una parte importante de las razones porque esta historia es tan convincente. En la historia
toma lugar la Geología, ecosistemas y biorregiones, flora y fauna, estaciones y el clima, y el Sol,
la Luna, planetas y estrellas. Sin embargo -y este es un punto clave- estas no son meramente
una trasfondo pasivo para el drama humano (y cuasi humano), lejos de esto la Tierra Media es
un actor, un personaje en sí mismo y también lo son todos sus lugares y partes importantes.
Por ello, la obra de Tolkien no es antropocéntrica.
Reflejando el amor de Tolkien por la flora, hay más de sesenta especies de plantas en El Señor
de los Anillos en adición a por lo menos ocho especies inventadas. Pero los árboles son el
escenario central. Como él escribió en una carta posterior, “En todas mis obras asumo la parte
de los árboles en contra de todos sus enemigos”. Él una vez incluso describió a El Señor de los
Anillos como su “propio árbol interno”.