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NOTAS DE ACTUALIDAD SOBRE LA EFICACIA JURIDICA DEL

INTERCAMBIO TELEGRAFICO EN EL DERECHO DEL TRABAJO. ANALISIS


NORMATIVO, DOCTRINARIO Y JURISPRUDENCIAL.1

Dr. Diego Javier Tula.

El objeto del presente trabajo consistirá en brindar al profesional un panorama


actual que refleje el marco regulatorio de esta etapa “preliminar” del conflicto
laboral, como así también acercar la interpretación doctrinaria y jurisprudencial
que impera en el consabido “intercambio telegráfico” y sus consecuencias en el
proceso judicial. Por una cuestión de practicidad, elegimos el formato “pregunta-
respuesta”, en la convicción que facilitará y ordenará la lectura de la temática
propuesta.

¿Qué normativa regula el intercambio postal cursado habitualmente entre


trabajadores y empleadores?

A poco que nos adentramos en el universo de las comunicaciones realizadas entre


las partes emergen diversas normas (leyes, decretos, resoluciones) que delimitan
su marco regulatorio en lo que respecta a la forma de emisión, características,
procedimientos para su certificación y sellado de copia correspondiente.

En este aspecto sabido es que, laboralmente, juegan un papel preponderante el


art. 10 LCT (conservación del contrato), art. 12 LCT (irrenunciabilidad), art. 57
LCT (intimaciones y presunción), art. 58 LCT (exclusiones de presunciones), art.
62 LCT (obligación genérica de las partes); art. 63 LCT (buena fe), art. 242 LCT
(justa causa), art 243 LCT (comunicación e invariabilidad de la causa de despido),
entre otros. Sin embargo son prolíferas las disposiciones que reglamentan el
servicio de telegrama gratuito y cartas documentos laborales, aunque usualmente
poco conocidas. A modo informativo, mencionaremos las principales:
1
Trabajo publicado en Rubinzal Culzoni on line.
Ley 750 1/2 – Ley de Regulación de Servicios de Telégrafos Nacionales. En 1875
se sanciona la citada ley que es la vieja legislación de telégrafos. Este es el
antecedente legislativo más lejano en materia de comunicaciones. En sus artículos
90 a 97 estipula el sistema general de validez de este documento.

Ley 19.798 (B.O. 22.06.1972) – Ley Nacional de Telecomunicaciones. En lo que


interesa, el capitulo II que regula la “telegrafía”, prevé que los telegramas simples
se archivarán por tres años, excepto los colacionados expedidos y recibidos, los
cuales se conservarán por cinco años (art. 54). No hace referencia a los
telegramas laborales, cuya legislación específica se creo con posterioridad.

Ley 20.216 (B.O. 23.03.1973) – Ley de Regulación General de los Servicios


Postales. Entre otras disposiciones, consagra los principios de inviolabilidad y
secreto postal de los envíos postales (art. 6°) y que solo podrá ser requerido por el
remitente del envío y/o por la autoridad judicial competente.

Res. Encontel 1110/84 (B.O. 02.07.1984) – Regula la admisión del instrumento


por el agente fiscal y los procedimientos para certificación y sellado de copia. En lo
pertinente (art. 7 inc. 1 a 12 y art. 9) estipula que, luego de haber confeccionado el
impositor el aviso de recibo, se lo unirá al envío en la forma reglamentaria y,
posteriormente, el empleado postal certificará y sellará las copias que deberá
devolver al remitente junto con el recibo de imposición.

Ley 23.789 (B.O. 31.07.1990) – Establece para los trabajadores dependientes, los
jubilados y pensionados un servicio de telegrama y carta documento gratuito para
el remitente. Prevé que sólo podrá utilizarse este servicio en los siguientes casos:
a) por el trabajador dependiente, para cualquier comunicación dirigida a su
empleador que deba efectuar vinculada con su contrato o relación de trabajo, tanto
si la remite en forma personal o representado por la organización gremial
correspondiente. El artículo 1° de la Resolución n° 1356/2007 del Ministerio de
Trabajo, Empleo y Seguridad Social incluye las comunicaciones cursadas por los
trabajadores a las Aseguradoras de Riegos del Trabajo y las remitidas por los
derecho-habientes del causante a su ex empleador, solicitando la certificación de
servicios del trabajador fallecido); b) por el jubilado o pensionado, para cualquier
comunicación que deba efectuar a organismos previsionales, en caso de conflicto
con ellos; c) por los tres tipos de beneficiarios, para cualquier comunicación que
deban efectuar a sus respectivas obras sociales, en caso de conflicto con ellas; d)
el trabajador dependiente o la asociación sindical que lo represente, para enviar a
la Administración Federal de Ingresos Públicos copia del requerimiento enviado a
su empleador en los términos del inciso b) del artículo 11 de la Ley 24.013. (Inciso
incorporado por art. 48 de la ley 25.345).

Como ha dicho la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires “A


través de la utilización del sistema de servicio gratuito de telegrama obrero se
compensa la desigualdad económica del trabajador y se le otorga una herramienta
idónea para dar seguridad a su posición frente a situaciones de conflicto con su
empleador”2

Decreto 1187/93 (B.O. 16.06.1993) – Establece que la empres ENCOTESA


prestará sin exclusividad y en forma obligatoria el servicio universal postal de
correspondencia simple interprovincial.

Decreto 2281/93 (B.O. 25.11.1993) – Reglamentario de la ley 23.789. Prevé


que el telegrama no podrá contener un texto de más de TREINTA (30)
palabras, excluidas las referidas a datos necesarios para su remisión y
recepción, en tanto que la carta documento no tendrá una extensión mayor a
UN (1) ejemplar del formulario respectivo.

Ley 24.487 (B.O. 27.06.1995) – Regula el servicio de telegrama y carta


documento enviados por el trabajador al empleador, de acuerdo a lo previsto
por la ley 23.789. Establece que el empleador está obligado a recibir las
comunicaciones escritas que, por asuntos referidos a una relación de
trabajo, le curse cualquier trabajador que se encuentre vinculado a él por una
2
SCBA, L 108601 S 28-8-2013, “Paradiso, Melina Teresa c/ Hermitage S.A. s/ Cobro de salarios”
relación de dependencia. Está asimismo obligado a recepcionar tales
comunicaciones cuando le sean cursadas por el apoderado del trabajador o
por la entidad gremial que lo represente, de conformidad con lo establecido
en la Ley de Asociaciones Sindicales. En ambos supuestos, el empleador
deberá dejar constancia de la entrega de la comunicación cursada, indicando
lugar, fecha y hora de tal recepción. El incumplimiento de estas obligaciones
constituirá infracción sancionable con multa, de acuerdo al régimen de
policía del trabajo. El art. 3° redujo el máximo de palabras a veinticinco para
los telegramas.

Decreto 150/96 (B.O. 21.02.1996) – Reglamenta el servicio de telegrama


gratuito y carta documento previsto en la ley 23.789. Uno de los aspectos
más importantes a destacar es que estipula que el servicio postal de
telegrama posee el carácter de instrumento fedatario. Enumera, además, los
datos que deberán consignarse en el formulario respectivo. Enuncia que la
Empresa Oficial de Correos conservará el registro de cada envío por el
término fijado para la prescripción de derechos según la legislación laboral,
previsional o de obras sociales que correspondiere. En caso de no poder
concretarse la recepción, dispone el acápite IV que se dejará aviso de visita
para que el destinatario –o quien él autorice- retire la pieza de la oficina
postal correspondiente a su domicilio dentro del plazo de 48 horas, vencido
el cual se la devolverá al destinatario.

Res. MTSS 558/98 (B.O. 23.09.1998) – Autoriza al Correo Argentino S.A. a


proveer los formularios específicos confeccionados conforme al Dec. 150/96,
denominándolo “Telegrama Ley n° 23.789” para la implementación del
sistema único de notificación fehaciente en materia laboral. Dispone además
que el envío postal no podrá tener una extensión mayor a la de un ejemplar
del formulario específico aprobado a través de dicha resolución.

Res. MTSS 149/99 (B.O. 07.04.1999) – Amplía los alcances del servicio de
telegrama gratuito y fija las modalidades del despacho obrero a partir del 1°
de abril de 1999. En los casos en que el texto no supere las TREINTA (30)
palabras el envío tendrá tratamiento telegráfico y el servicio será prestado en
los términos de la Resolución del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social Nº
343/96. En los casos en que el texto supere las TREINTA (30) palabras el
envío tendrá tratamiento postal y el servicio será prestado en los términos
del ANEXO I del Decreto Nº 150/96. Tal envío no podrá tener una extensión
mayor a la de UN (1) ejemplar del formulario específico.

Ley 25.506 (B.O. 14.12.2001) - Consagra la eficacia jurídica de la firma


electrónica y la firma digital, aunque su idoneidad para determinadas
3
notificaciones laborales (vgr: renuncia al empleo) ha sido puesta en duda.

Res. CNC 3252/04 (B.O. 18.10.2004). Aprueba el procedimiento para la


indicación y registración de servicios de Carta Documento. Prevé que el
procedimiento de notificación cumpla los siguientes pasos: identificación del
remitente; cotejo de identidad en los ejemplares; constancia para el
remitente del texto; dos intentos de entrega con aviso de visita; cobertura
nacional; triple ejemplar y archivo por cinco años.

Además pueden citarse las resoluciones MTSS 343/1996, Decreto 115/97,


MTSS 506/1998, 558/1998 y Res. SC 169/2000.

Por último se menciona el Manual de Productos y Servicios del Correo


Argentino, el cual brinda una descripción detallada de cada uno de los
procesos que comprenden la prestación del servicio, en particular, aquellos
que resultan inherentes a la admisión, clasificación, transporte, distribución y
entrega de los envíos.

3
CNAT, Sala VII, sent. 27.03.2003, “Pereyra, Leandro Ramiro c. Servicios de Almacén fiscal Zona Franca y
Mandatos S.A.”
¿Qué principios subyacen en esta materia?

Hay un principio propio del derecho procesal laboral en cuanto se refiere a las
comunicaciones: “cada parte responde por el medio empleado”. Esto fue
reiteradamente declarado por la jurisprudencia.4

Esta regla cede, claro está, si se verifica que la comunicación no es recibida por
causas imputables a la mala fe o culpa del destinatario.

Otro principio cardenal que gobierna las notificaciones es la llamada “teoría de la


recepción”, según la cual se considera perfeccionada la comunicación cuando es
recibida por el destinatario o llega a su esfera de conocimiento. 5 No se exige que
el destinatario tenga cabal y efectivo conocimiento del contenido de la
comunicación, sino que basta que éste se encuentre enterado de la existencia de
la comunicación, porque a partir de allí debe actuar obrando con diligencia y
buena fe (arts. 62 y 63 de la L.C.T.). De ello se colige que ambas partes están
obligadas a recibir las comunicaciones escritas que, por asuntos referidos a una
relación de trabajo, se cursen recíprocamente. Ley de Contrato de trabajo obliga al
trabajador y al empleador no sólo a lo que resulta expresamente de los términos
del contrato, sino a todos aquellos comportamientos que sean consecuencia del
mismo, apreciados con criterios de colaboración y solidaridad, debiendo obrar de
buena fe, ajustando sus conductas a lo que es propio de un buen empleador y de
un buen trabajador, tanto al celebrar, ejecutar o extinguir el contrato o la relación
de trabajo.

Los principios del Derecho del Trabajo cobran mayor importancia en relación al
trabajador, al cual deben proteger las leyes (art. 14 bis C.N.), y a favor del cual se
crean desigualdades como forma de compensar otras que de por sí se dan en la
relación (art. 17 bis L.C.T.).

4
SCBA, L. 99462, “Chaile”, sent. 10.09.2010, entre muchas otras.
5
Las comunicaciones telegráficas tienen el carácter de recepticias, es decir que se perfeccionan cuando
llegan a la esfera jurídica de su destinatario (SCBA, L 44530 S 14-8-1990, Paret, Ernesto David c/ Torto,
Domingo s/ Despido PUBLICACIONES: DJBA 140, 129 - AyS 1990-II, 937)
¿Pueden utilizar el servicio postal de telegrama laboral gratuito aquellos
dependientes que no cuenten con Documento de Identidad?

En la práctica suele ocurrir que muchos trabajadores no poseen documentación


que acredite su identidad o la han extraviado, disponiendo en este último supuesto
de una constancia que así lo acredita. Los casos son muy variados y la solución
para cada una de las situaciones que puedan plantearse dista de ser pacífica. Sin
embargo la oportunidad es propicia para realizar algunas aclaraciones:

-El art. 40 de la L.C.T. establece que la prohibición del objeto del contrato de
trabajo siempre va dirigida al empleador. Por lo tanto, el hecho de que el
trabajador extranjero no cuente con la documentación migratoria habilitante para
prestar servicios en el país no impide que el mismo resulte privado de la
posibilidad de utilizar los servicios postales públicos. Mucho menos obsta a la
existencia de una relación de empleo subordinado, como muchas veces se
argumenta –a modo de defensa- en las contestaciones de demanda.

-En caso de haber extraviado la documentación que acredite su identidad, el


trabajador puede valerse de un apoderado judicial, ya que el artículo 1° de la ley
24.487 así lo permite6. Creemos que cuando la citada norma utiliza la palabra
“apoderado”, lo hace en el sentido de “poder-instrumento” (simple carta poder
autenticada la firma por escribano o funcionario judicial letrado habilitado).

Claro está que en estos casos deberá acreditarse en juicio el carácter invocado y
la vigencia del mandato a la fecha de haber cursado la notificación pertinente: “Las
comunicaciones telegráficas remitidas a la empleadora fueron en nombre del
accionante mediante dos personas que suscribieron las mismas en carácter de
apoderados: L.V.B. y G.H.L. La demandada desconoció la representación
invocada en los despachos postales. Frente a ello, recaía en cabeza del trabajador
acreditar los extremos invocados (art. 63 de la ley 11.653; 375 del C.P.C.C.). El

6
ARTICULO 1º LEY 24.487: El empleador está obligado a recibir las comunicaciones escritas que, por asuntos
referidos a una relación de trabajo, le curse cualquier trabajador que se encuentre vinculado a él por una
relación de dependencia. Está asimismo obligado a recepcionar tales comunicaciones cuando le sean
cursadas por el apoderado del trabajador o por la entidad gremial que lo represente, de conformidad con lo
establecido en la Ley de Asociaciones Sindicales.
accionante en oportunidad de impetrar la demanda no acreditó la personería
alegada en las misivas ni ratificó las gestiones y/o dichos invocados en ellas. En
consecuencia, propicio el desconocimiento de las misivas reseñadas” 7

¿Cuál es el período de guarda por el correo de los telegramas laborales?

Existe en este aspecto una contradicción normativa que puede generar un


conflicto procesal. La ley 19.798 (Ley Nacional de Telecomunicaciones) dispone
que los telegramas simples deben ser guardados por un plazo de 3 años y los
telegramas colacionados por el plazo de 5 años, aunque sin hacer referencia
alguna al telegrama obrero, pues aún no existía. A modo de recordatorio, los
telegramas “colacionados” son los llamados fehacientes, cuyo texto se verifica en
el destino. La ley 23.789 que consagra el telegrama laboral no especifica cuál es
el tiempo de guarda, pero por carácter transitivo entendemos que el plazo es de
cinco años, ya que se trata de un instrumento fehaciente de notificación.
Finalmente el Decreto 150/96 dispone que el Correo conservará cada telegrama
por el término fijado para la prescripción de derechos, según la legislación laboral
(dos años según el art. 256 de la Ley de Contrato de Trabajo).

La sucesión normativa plantea dos problemas: ¿puede una reglamentación


estipular un plazo de guarda menor que el consagrado en la norma general?
Como se anticipó, si bien la ley 23.789 no contempla un período de conservación
de la documentación, se sobrentiende que es de 5 años ya que la ley de
telecomunicaciones así lo prevé para los telegramas colacionados. De esta
manera, habría un exceso reglamentario en el citado decreto. Además resultaría
arbitrario y desigual que el plazo de guarda para las cartas documentos enviadas
por los empleadores sea de 5 años y el de los telegramas enviados por los
trabajadores de dos años.

Pero además sabido es que la prescripción no resulta ser un instituto propio del
ordenamiento laboral, sino que tiene raigambre civil. Por ello en su aplicación al

7
Tribunal de Trabajo n° 1 de San Isidro, Pcia. de Bs. As. “Bornes, Sergio Hernan c. Agostinelli, Juan Carlos s.
Despido, Expte. N° 44.102, sent. agosto 2013.
derecho laboral se dan los distintos supuestos previstos para el instituto en el
derecho civil; a saber: suspensiones, interrupciones, dispensa, etc. La legislación
laboral vigente -art. 257 L.C.T.- dispone que en materia de prescripción de
acciones se apliquen las normas del Código civil. No se trata de una remisión o de
una posibilidad de aplicación supletoria de una o más normas civiles sino que
estamos en presencia de la aceptación de la normativa civil en la laboral, que la
hace suya.

De esta manera, mediante el juego armónico de los artículos 256 y 257 de la


L.C.T., del art. 3986, segundo párrafo, del C. Civil, del art. 7° de la ley 24.635, etc.
puede ampliarse de manera importante el plazo de prescripción en material
laboral, lo que evidencia un despropósito del legislador al pretender ubicarlo con
ligereza en un término de dos años.8

¿Que recepción jurisprudencial ha tenido la prueba informativa anticipatoria


al Correo Argentino?

Como se vio, las empresas de correo no tienen la obligación de mantener


indefinidamente las constancias telegráficas y al cabo de un tiempo suelen
destruirlas. Dado el conflicto que puede suscitarse en orden al plazo de guarda de
esta documentación, es aconsejable solicitar en carácter de prueba anticipada la
producción de la prueba informativa al Correo Argentino (art. 326 C.P.C.C.N.),
especialmente en aquellos supuestos donde peligre la eficacia de la misma en
caso de que se active en la etapa probatoria pertinente.

En estos casos, el escenario litigioso se plantea de la siguiente manera: el


despacho telegráfico no tuvo ninguna observación del correo y, por ende, llegó a
manos del destinatario. Sin embargo, en el proceso judicial si éste sujeto
desconociera su autenticidad, tal conducta exigiría la producción de prueba

8
En las oficinas del Correo Argentino se informa habitualmente que el período de guarda de los telegramas
laborales es de cinco años, aunque no dan fundamento legal alguno al respecto. Véase: MONTORO GIL,
Gonzalo Vicente: “Guarda por el correo de los telegramas gratuitos para los empleados. Contradicción Legal.
Normas aplicables”, Eldial.com – DC1919 (publicado el 16/08/2012).
informativa. Si la misma se produjera con posterioridad al período de guarda de la
documentación y la respuesta del correo fuese la imposibilidad de expedirse sobre
su autenticidad, quien eligió el medio de comunicación cargaría con sus
consecuencias. 9

Sin embargo, la Corte Suprema de Justicia de la Nación resolvió que: “…no puede
considerarse argumento válido para sustentar la sentencia que rechazó la
demanda de indemnizaciones derivadas del despido la remisión, sin mayores
aclaraciones, a “las pruebas instrumentales” o al “coloquio telegráfico” si el
recurrente desconoció la recepción del telegrama intimatorio invocado en la
contestación de demanda y la empresa de correo informó que se hallaba
imposibilitada de expedirse al respecto”10

¿Qué naturaleza jurídica revisten las piezas postales? ¿Son instrumentos


públicos?

Los instrumentos públicos hacen plena fe, siendo oponibles erga omnes. Tal como
prescribe el artículo 994 del Código Civil, “Los instrumentos públicos hacen plena
fe, no sólo entre las partes, sino contra terceros, en cuanto al hecho de haberse
ejecutado el acto, de las convenciones, disposiciones, pagos, reconocimientos,
etc, contenidos en ellos”

La doctrina ha sido conteste en atribuir a la carta documento el carácter de


instrumento público, del que también participa el telegrama colacionado regulado
por la ley 750/1/2 de Telégrafos Nacionales, que en sus artículos 90 a 97 estipula

9
Los Tribunales Laborales de la Provincia de Buenos Aires habitualmente conceden este tipo de peticiones.
En el ámbito de la Justicia Nacional del Trabajo la cuestión resulta más dividida, pues algunos Juzgados lo
permiten, en la medida que el plazo de guarda esté próximo a cumplirse a la fecha de interposición de la
demanda. Así, por ejemplo, El Juzgado Nacional del Trabajo n° 46 en autos “Andrada, Gustavo Alejandro c.
Buenos Aires Drugstore SRL y otro s. Despido”, auto del 02.09.2010; y el Juzgado Nacional del Trabajo n° 14
en autos “Yimka Sabrina Genoveva c. Elite Entretenimientos S.R.L. y otros” auto del 23.09.10. Por el
contrario, en otros casos se ha denegado dicha prueba anticipada, teniendo en consideración que las fechas
de los telegramas no justificaban la urgencia establecida en el art. 326 del C.P.C.C.N. (Juzgado Nacional del
Trabajo n° 61, “Rossetti Cecilia Andrea c. Telecom Argentina S.A. s. Despido”, auto del 05.07.2012.
10
CSJN, Fallos: 315:2390.
el sistema general de validez de este instrumento.11 La carta documento –como se
anticipó- constituye un servicio postal cuyas condiciones de prestación y ejecución
se reglamentaron por Res. 1110 de Encontel, regulando la admisión del
instrumento por el agente postal y los procedimientos para su certificación y
sellado de copia. La sujeción al cumplimiento de tales regulaciones determina el
carácter de instrumento público que se le atribuyen a las piezas postales (art. Art.
979 inc. 2 C. Civil). 12

Al mismo resultado llegan quienes afirman que los instrumentos postales poseen
la calidad de documentos públicos en tanto la entidad postal que los emite reviste
el carácter de “correo oficial”13

Estas afirmaciones disparan un interrogante: dado el proceso judicial ¿resulta


eficaz el desconocimiento de la prueba instrumental –TCL y CD- que pudiera
realizar una parte respecto de la documentación ofrecida por la otra? O, por el
contrario, ¿debe necesariamente redargüirse de falsedad?

Si se concluye que las piezas postales constituyen instrumentos públicos, los


mismos hacen plena prueba en lo que respecta a su autenticidad, contenido y
recepción y su desconocimiento requiere necesariamente redargución de falsedad
(art. 395 del C.P.C.C.)14

11
FALCON, E.M. “Código Procesal Civil y Comercial de la Nación”, anotado, concordado y comentado, T. II, p.
89; FASSI, Santiago y Maurino, Alberto “Código Procesal Civil y Comercial de la Nación”, comentado,
anotado y concordado, T. III, 2002, Buenos Aires, p. 503..
12
CNAT, sala IV, “Castellanos, Alejandro O. c. Atento Argentina S.A.”, sent. 13.09.2010, Revista de Derecho
Laboral y Seguridad Social, Lexis Nexis, Buenos Aires, fas. 1, 2011, p. 46; CNAT, Sala IV, “Kohler Osvaldo
Alejandro c. Cargos Servicios Industriales S.A. s. Despido”, sent. 31.08.2013; Tribunal de Trabajo nº 6 San
Isidro, Provincia de Buenos Aires, “Buitencamp, Stella M. c/ Emphamed SCS y otros”, expte. nº 37.747, sent.
Agosto 2013.
13
CNAT, sala V: “Dominguez, Javier Marcelo c. Correo Oficial de la República Argentina S.A. s. Despido”,
sent. 29.08.2013 (A.R./JUR/57653/2013; con comentario del Dr. Juan José Etala –h-); SCBA, L. 81.317,
“Miranda, Osvaldo Lucio y otros c. Empresa E.S.E.B.A. S.A. s. Diferencia de haberes”, sent. 09.06.2004: “…la
carta documento remitida con la firma y el número de documento del interesado y con la correspondiente
certificación de autenticidad del funcionario emisor del Encontel Argentina, es un instrumento público de los
enumerados por el art. 979 inc. 2° del Código Civil y, por ende, gozoso de autenticidad y credibilidad ante
todos y contra todos, de lo hecho, visto u oído por el funcionario referido, al menos, hasta tanto se lo querelle
de falsedad por el procedimiento especial estatuído por el legislador”.
14
CNCiv, sala D, “Cupolo de Vanoti c. Benitez s. Desalojo”, sent. 28.02.1994; CNAT, Sala IV: “Reynoso, Juan
Domingo c. Proseres SRL”, sent. 31.05.2007.
De nuestra parte consideramos que el carácter de instrumento público del
telegrama y de las cartas documentos no se encuentra en discusión. Pero ello, a
diferencia de otros instrumentos que revisten tal carácter, no exime de la
producción de la prueba informativa –ante su desconocimiento en juicio- a la
empresa de correo a los efectos que se expida no solo sobre su autenticidad sino
que, principalmente, sobre aquellas circunstancias que hacen al resultado positivo
o negativo de la notificación. Ello especialmente cuando en el expediente
solamente se acompaña el sello de la imposición en el correo más no las
circunstancias de entrega, lo que conforma la materia litigiosa y –por consiguiente-
torna necesaria la producción de la prueba informativa al correo emisor.

Corroborando esta postura, se ha dicho que: “…más allá del carácter que se les
otorgue a tales instrumentos, es evidente que los documentos obrantes en el
sobre de fs. 4 carecen de aviso de recepción o de retorno y por lo tanto no
resultan suficientes, por sí solos, para demostrar la efectiva entrega en destino de
las comunicaciones respectivas. En suma, opino que ante la negativa efectuada
en el responde, el accionante debió diligenciar la prueba informativa al Correo
Argentino”15

¿Qué otros medios resultan eficaces en las comunicaciones laborales entre


las partes?

Como se anticipó, para ciertos actos comunicacionales la ley exige que los
mismos se realicen en forma fehaciente, lo que no implica reducir su “recipiente” a
las piezas postales, aunque por su practicidad constituye el camino más fácil y
usual.

En este sentido mencionamos la existencia del TELEFONOGRAMA creado por el


Decreto Ley N° 1028/10 que autoriza que ante situaciones en que el trabajador no
se encuentre en condiciones físicas de realizar el trámite requerido por la ley

15
CNAT, Sala VI “Caro, Javier c/ Saldi S.R.L.”, sent. 31.07.2009, LL on line AR/JUR/26148/2009; Sala VII,
“Guercia, Delia c. Grafex S.A.”, DT 1984-B-941; T y SS 1984-1143.
23.789, el mismo podrá utilizar este sistema como comunicación fehaciente con
carácter de instrumento público fedatario, similar al servicio postal de telegrama.

La inclusión de la referida modalidad se orienta a las notificaciones en ausencia


justificada por causa de enfermedad del trabajador o persona a su cargo y
fallecimiento de familiar directo, a efectos de dar cumplimiento a lo establecido en
el art. 209 de la L.C.T.16

Para acceder al servicio de telefonograma se debe llamar al 0810-444-CORREO


(2677). Operadores del correo reciben mensajes de lunes a viernes de 7 a 22
horas, sábados de 7 a 17 horas y domingos y feriados de 11 a 17 horas. Fuera de
esos horarios los mensajes pueden dejarse grabados en un contestador
automático. En definitiva, se buscó la necesidad de que el trabajador cuente con
una forma fehaciente de comunicar su inasistencia.17

En otros casos la jurisprudencia otorgó eficacia al telegrama que remitiera la


esposa del trabajador debido a la imposibilidad física de que aquel lo enviara
comunicando su estado de salud.18

Respecto a la eficacia de las comunicaciones electrónicas en las relaciones


laborales, puede consultarse Julio Grisolía: “Comunicaciones electrónicas en las
relaciones laborales”, Revista de Derecho Laboral y Seguridad Social, Lexis Nexis,
Buenos Aires, fasc. 20, pág. 1751.

También se lo ha otorgado eficacia a la comunicación efectuada mediante la


entrega de un sobre cerrado: “En materia de transmisión de una declaración de
voluntad recepticia, debe privar el criterio de la simple recepción por sobre el de

16
Art. 209 L.C.T.: “El trabajador, salvo casos de fuerza mayor, deberá dar aviso de la enfermedad o accidente
y del lugar en que se encuentra, en el transcurso de la primera jornada de trabajo respecto de la cual
estuviere imposibilitado de concurrir por alguna de esas causas. Mientras no lo haga, perderá el derecho a
percibir la remuneración correspondiente…”
17
Este servicio está limitado exclusivamente a la comunicación de ausencia laboral. Para todos los demás
actos notificatorios que quepan en el marco de un vínculo contractual laboral (telegrama intimatorio,
disolutorio, apercibimimientos, etc) deberá utilizarse el sistema de correo postal.
18
CNAT, Sala IX: “Benítez, Catalina y otros c. Modo S.A.”, Revista de Derecho Laboral y Seguridad Social,
Lexis Nexis, Buenos Aires, fasc. 24, p. 2558.
conocimiento personal, o sea que debe ser suficiente el hecho de que la recepción
haya tenido lugar en condiciones tales que el destinatario debiese, usando una
diligencia normal, tener conocimiento de la comunicación que le ha sido dirigida”19
En alguna oportunidad se pretendió otorgarle eficacia comunicacional para romper
el contrato de trabajo en los términos de los artículos 242 y 243 L.C.T., a la
demanda judicial, cuando el resultado de la notificación del telegrama disolutorio
ha sido adversa para el trabajador. Esto no fue receptado por la jurisprudencia:
“…el trabajador que pretende notificar a su empleador la extinción del vínculo
debe ocuparse concretamente de verificar que la comunicación que a tal fin remita
llegue a conocimiento del destinatario. Esto es así por la importancia del carácter
recepticio de la notificación para producir los efectos extintivos y cancelatorios del
contrato. Por ello, al quedar demostrado que no se remitió ni fue recibido por la
empleadora el telegrama mediante el cual el trabajador denunciaba el contrato de
trabajo, las formalidades exigidas por el art. 243 de la L.C.T. no han sido
cumplimentadas y no pueden suplirse con la interposición del escrito de demanda,
desde que ello resulta violatorio del mencionado precepto legal”.20

Por último cabe mencionar la notificación mediante acta notarial la cual –salvo
supuesto de fraude- es plenamente válida: “Corresponde tener por notificado el
despido comunicado mediante acta notarial si cumple los recaudos formales
previstos en el art. 243 L.C.T., en cuanto establece que el despido con justa causa
debe comunicarse por escrito y con expresión suficientemente clara de los motivos
en que se funda la ruptura del contrato”21

¿Qué eficacia presentan las comunicaciones dirigidas al domicilio legal


constituido en el intercambio postal?

19
CNAT, Sala II: “Battilana Bollini, R. c. Clarín Arte Gráfico Editorial Argentina S.A.”, sent. 31.10.1979.
20
CNAT, Sala II: “Perez, Horacio c. El Hogar Obrero Cooperativa de Consumo, Edificación y Crédito Ltda.”,
sent. 10.09.2001.
21
Cámara Laboral de Posadas, Sala II: “Dussling, Alfredo c. Medvedeff, Luis”, sent. 08.08.2008. En sentido
contrario, no cumpliendo los requisitos exigidos por el art. 243 L.C.T.: CNAT, Sala II: “L.P.E., c. Pramer S.C.A.”,
sent. 12.04.2010.-
Cuando el trabajador recibe alguna comunicación fehaciente de parte de su
empleador suele recurrir al asesoramiento letrado, quien muchas veces constituye
en la pieza postal de respuesta un domicilio legal a los fines de facilitar la
recepción de las comunicaciones (vgr: dependiente que reside en villas de
emergencia o en lugares donde no existen oficinas de reparto domiciliario del
correo).

La fijación por parte del trabajador de un domicilio legal no obedece a un capricho,


sino a la verdadera intención de posibilitar la comunicación ya que, tal como se
dijo, puede ocurrir que su domicilio particular presente alguna característica que
haga difícil o imposible la recepción de las misivas que requieren de ciertas
formalidades para su entrega (arts. 62 y 63 de la L.C.T.).

A los efectos del contrato de trabajo, entendemos que quien proporciona un


domicilio esta asumiendo la carga de que toda comunicación dirigida a ese lugar
va a ser recibida. Por consiguiente, el empleador –anoticiado del nuevo domicilio
constituido por el trabajador- deberá cursar las futuras comunicaciones a dicho
lugar y no al primigenio (es decir, al domicilio real del dependiente), desplazando
el principio general que establece que las comunicaciones deben cursarse al lugar
de residencia del destinatario.

Si, pese a ello, el empleador opta por cursar las misivas a un domicilio que no
coincide con el facilitado por el trabajador –con el claro motivo de asegurar la
recepción de las comunicaciones postales- deber cargar con la torpeza y/o mala fe
de su decisión. La mala fe, la negligencia o cualquier actitud negativa del
empleador no pueden terminar perjudicando al trabajador cuando se frustran las
comunicaciones por no llegar al destinatario.22

“Tiene razón la actora en cuanto al silencio de la demandada ante sus reiteradas


intimaciones, pues queda acreditado…que las supuestas respuestas a las misivas
no fueron enviadas al domicilio –constituído a los efectos legales- que se le había

22
SERRANO ALOU, Sebastián: “Validez del domicilio legal constituído por el trabajador en el intercambio
postal”, D.T. Agosto 2013, p. 1890.
notificado a la demandada. El artículo 63 de la L.C.T. establece que “las partes
están obligadas a obrar de buena fe” y sin perjuicio de ello, la accionada siguió
dirigiéndose al domicilio real –ubicado en la villa 1114- destacándose así la
ausencia respecto a dicho principio por su parte. Todo lo contrario de la actora que
reveló en todo momento su intención de continuar con el intercambio telegráfico,
facilitando un domicilio que asegure la recepción de las comunicaciones postales
que pudieran dirigírsele. Ante ello, nada le impedía a la demandada incluso
realizar una doble notificación –es decir tanto al domicilio real como al constituído-
En definitiva, si en sus comunicaciones el trabajador constituye un nuevo
domicilio, ese debe ser el sitio donde, en lo sucesivo, se le deben cursar las
notificaciones”.23

Desde ya que el mismo criterio rige para aquellos casos donde el empleador
expresamente indica un domicilio a los fines de la recepción de las
comunicaciones. En estos casos el trabajador debe dirigir sus despachos postales
a ese lugar, salvo que por algún motivo justificado (cierre del local o en el caso de
personas jurídicas) elija dirigir las comunicaciones a otro domicilio conocido de su
empleador. Así se ha dicho que: “Debe considerarse que el empleador ha
proporcionado un domicilio cuando en una misiva dirigida al trabajador consigna
una dirección como propia, aun cuando la misma no coincida con el lugar del
comercio que aquel explotaba y donde se desarrolló la relación laboral. Juega aquí
la teoría de los propios actos”24

¿Qué eficacia presentan las comunicaciones dirigidas al domicilio legal


estatutario de las sociedades en el intercambio postal?

El domicilio legal (Art. 90 párrafo 1ro. del Código Civil) en las personas de
existencia ideal, surte plenos efectos respecto de las relaciones jurídicas por ella

23
CNAT, sala VIII, “Orellana Godoy, Simona c. Todolo Hnos. S.R.L. y otro s. Despido”, sent. 15.06.2013; ídem
“Flores Herrera, Jazael c. Desarrollos en Salud S.A. s. Despido”, sent. 27.11.2012, publicada en D.T. Agosto
2013, p. 1891
C.N.A.T., sala IV, “Lutte, Claudia Beatriz c. Del Palacio, Horacio s. Despido”, sent. 17.03.2008 .
24
implementadas, en tanto se haya registrado en el acto constitutivo. La ley
presume iure et de iure como lugar de residencia hasta tanto no se modifique y se
proceda a la correspondiente anotación registral (Art 11 inc. 2 Ley 19.550)

No obsta a lo expuesto la circunstancia que el actor pueda conocer que la


emplazada no se domicilia allí, ya que el debate no estriba en el conocimiento por
parte del trabajador del domicilio inexistente, que cuenta con una presunción que
expresamente no admite prueba en contrario (Art. 90 C. C.) y ubica la carga de las
consecuencias de su ineficacia a quien debe mantener actualizado el domicilio.25

En otras palabras, toda comunicación cursada a una persona jurídica al domicilio


inscripto como sede social debe considerarse válida.

“No puede obligarse a quien intenta notificar a una sociedad comercial, en la


dirección que consta inscripta como sede social, que realice otras diligencias o
mayores averiguaciones tendientes a inquirir si efectivamente existe el domicilio
denunciado o este se encuentra completo, ya que los eventuales errores u
omisiones deben recaer sobre el ente, quien tiene la carga de constituir y anotar la
dirección de su sede”26

En igual sentido se ha dicho que la modificación del domicilio legal estatutario por
parte de la persona jurídica, sin comunicación al registro de inscripción respectivo,
resulta inoponible a terceros (arts. 11 inc. 2, ley 19.550) y obliga a los socios (art.
12 ley 19.550).27

¿Qué eficacia se le ha otorgado a la notificación devuelta con la atestación


“REHUSADO Y/O RECHAZADO?

Pese a la vigencia de la teoría de la responsabilidad por el medio elegido, este


principio general cede frente a los distintos presupuestos, situaciones fácticas y

25
CSJN, S. 12.07.2011 “Acher, Maria Laura y otros c/ADERIR S.A. y otros” Fallos A. 858 XLV.
26
CNAT, Sala III: “Soto, Paola A. c. New Delivery S.A. y otro”, sent. 04.04.2003
27
CNAT, Sala VI: “Mola Rosa del Carmen c. Federación Cinológica Argentina”; sent. 05.05.1986
conductas de las partes. De allí que los telegramas “rehusados” ingresan en la
esfera de conocimiento de su destinatario toda vez que –si bien es cierto que no
se ha interiorizado de su contenido- ello se debe a una conducta que le resulta
reprochable por ser violatoria de la buena fe exigida por el art. 63 de la L.C.T., ya
que no es propio de un buen empleador y/o trabajador negarse a recibir, sin
justificación alguna, las piezas que le cursen a sus domicilios. A ello debe
agregarse que el art. 1 de la ley 24.487 impone la obligación para el empleador de
recibir las comunicaciones escritas que le cursen los trabajadores, sus apoderados
o la entidad gremial que los represente y dejar constancia de la entrega indicando
lugar, fecha, hora y firmando la recepción.

La circunstancia de que el correo informe que las piezas postales fueron


rechazadas, a pesar de haber sido dirigidas al domicilio correcto, no puede
originarle perjuicio al remitente, ya que el incumplimiento de la carga de recibir las
comunicaciones que se cursen entre las partes en su propio domicilio, es
responsabilidad del destinatario. Por ello la falta de entrega no implica que no
deba considerarse recibida cuando la comunicación ingresó bajo la órbita de su
conocimiento presunto.

“El empleador, destinatario de la comunicación, tiene una carga de diligencia con


respecto a la recepción de la misma. Ello en el marco del principio de buena fe
consagrado en el art. 63 de la Ley de Contrato de Trabajo que prevé que ambas
partes están obligadas a ajustar su conducta a lo que es propio de un buen
trabajador y/o empleador, no sólo mientras dura la relación de trabajo sino también
al extinguirla. Así, el empleador no puede negarse injustificadamente a recibir la
comunicación que se le envió. Al hacerlo de esta manera por su propia voluntad y
negligencia, renuncia a conocer el contenido de las comunicaciones que se le
cursaban, debiendo cargar con la consecuencia negativa que tal conducta
acarrea”28

28
SCBA, “Galiostro de Polimeni, María c/ Moreyra, Carlos R. s/ Indemnización despido”, sent. 06.06.2001, L.
73.921, publicada en D.T. 2002-A, 520
“No obstante la falta de recepción de la accionada de las comunicaciones
telegráficas por las cuales la actora reiterara su primer intimación y se colocara en
situación de despido indirecto, entiendo que las mismas deben tenerse por
efectivamente recibidas por su destinataria en las fechas de sus respectivos
rechazos, atento a que ello configura un intento de eludir el reclamo de sus
dependientes y que tal conducta evasiva viola en forma manifiesta lo dispuesto por
la ley 24.487”29

“Si el telegrama fue correctamente remitido al domicilio del destinatario pero fue
devuelto con la observación “rehusado a recibir”, aunque no se haya probado que
el actor personalmente haya rechazado esa recepción, debe tenerse por cumplida
la notificación”30

¿Qué eficacia se le ha otorgado a la notificación devuelta con la atestación


“DOMICILIO CERRADO CON O SIN AVISO DE VISITA”?

En principio la falta de recepción del mensaje impide la eficacia de la notificación


intentada. Pese a ello, existen circunstancias que, de acuerdo con la carga de la
recepción, determinan que deba admitirse la validez de la comunicación, cuando

29
Tribunal de Trabajo n° 1 de Quilmes, Pcia. de Buenos Aires: “Obelar, Jorgelina c. Puyo, Romina Andrea s.
Despido”, Sent. 16.04.2012; Tribunal del Trabajo n° 2 de Lanús, Pcia. de Buenos Aires: “Aguayo Gamarra,
Gilda c. Golden Cuer S.R.L. y otro”, sent. 22.12.1997; Tribunal del Trabajo n° 3 de Lomas de Zamora, Pcia. de
Buenos Aires: “Díaz, Alejandro H. y otro c. Calvente Néstor y otro”, sent. 26.06.1995; Tribunal del Trabajo n°
1 de San Isidro, Pcia. de Buenos Aires: “Solis Ines Gabriela c. Apdes Colegio Los Molinos s. Despido”, sent.
08.05.2012; Tribunal del Trabajo n° 2 de Mar del Plata, Provincia de Buenos Aires: “Casamayor Luis Emiliano
c. Soliverez Verónica Corina”, sent. 27.05.2005; Tribunal del Trabajo n° 1 de Mar del Plata, “Cardoso c.
Spampinato”, sent. 21.08.2001; Juzgado del Trabajo n° 1 de La Rioja: “D.M.L. c. Instituto de Danzas
Argentinas y Latinoamericanas y otros s. Despido”, sent. 07.04.2010; Cámara del Trabajo de Córdoba, sala X:
“Valdez, Yanina Maribel c. Sciutto Carlo”, sent. 28.05.2010; Cámara de Trabajo de San Francisco, Córdoba,
sent. 27.08.1990, TySS 1991.665 (69), entre muchos otros.
30
CNAT, Sala II: “Batillana Bollini, R. c. Clarín Arte Gráfico Editorial Argentina S.A.”, sent 31.10.1979;
”Orellana Gómez Walter Alfredo c. Barbieri Sergio Hugo y otro”, sent. 29.06.2010; Sala IV: “Cerezuela,
Eduardo c. Pucará S.A.”, sent. 01.01.1997; “Mammi, Leonardo David c. Qualytel Latinoamericana S.A.”, sent.
29.04.2013, publicada en D.T. 2013, Noviembre, n° 11, p. 2939; Sala VII, “Díaz, Luis E. c. I.D.O.S.A. y otros”,
sent. 07.08.1997; Sala II, “Orellana Gómez Walter Alfredo y otro c. Barbieri Sergio Hugo y otro”, sent.
29.06.2010. En sentido contrario, dada las particularidades del caso, puede verse CNAT, “L.E.M. c. Qualytel
de Latinoamerica S.A. s. Despido”, sent. 05.08.2011.
ésta ingresa en la esfera de conocimiento del denunciado y éste no lo recibe por
su culpa, dolo o falta de diligencia.

Por ello la jurisprudencia, casi en forma unánime, acepta la validez y eficacia de


las comunicaciones dirigidas a un domicilio devueltas con la atestación “cerrado
con aviso”. Pensar lo contrario llevaría a concluir que si una persona cierra su
domicilio, la recepción de la misiva recién operaría cuando voluntariamente
reabriese el lugar, doctrina por cierto irrazonable.

Tanto trabajadores como empleadores deben cumplir con la carga de “diligencia”


de mantener el domicilio en condiciones de recibir las comunicaciones que le
fueran remitidas (arts. 512, 902, 903, 904, 931 y 1198 del Código Civil; arts. 62, 63
y 79 de la L.C.T.).

Con el aviso del correo, el destinatario debe presentarse en las oficinas del Correo
y retirar la pieza postal, ya que desatenderse de la misiva no lo libera de sus
responsabilidades, sino que –por el contrario- las agrava (vgr: arts. 57 y 244
L.C.T.). Ello así, como ya se dijo, pues el retiro de las comunicaciones del correo
es una actividad que se considera enteramente exigible en el marco de las
obligaciones genéricas de trabajadores y empleadores impuestas por el artículo 62
de la L.C.T. y por el principio de la buena fe establecido por el art. 63 de la L.C.T.

“Si la comunicación telegráfica fue sacada a reparto por la oficina postal en tiempo
oportuno y fue devuelta con la observación “domicilio cerrado con aviso”, por no
haber sido materialmente imposible aprehendida por alguien del domicilio de
destino, ello es producto no de la voluntad de la empleadora, o de la oficina de
correos, sino de los residentes en él, de tal modo que el cierre, atribuible a los
moradores, no puede beneficiarlos, ni perjudicar a quien envió el telegrama”31

31
CNAT, sala III: “García, Raquel c. Weidgans, Jorge”, sent. 16.08.1995; “Castro, Sebastián c. Ave SRL”, sent.
30.11.1995; Sala X: “Giménez, Oscar c. Editorial Atlántida S.A.”, sent. 25.02.1999; Sala VIII: “Bustos, Alfredo
c. Bagley S.A.”, sent. 29.05.2003; sala V: “Lannutti, Mónica y otros c. Furba SRL”, sent. 24.10.1997; sala IV:
“Carduje, Carlos c. Científica Argentina SRL”, sent. 30.12.1991; Sala I: “Ayala, Cristina Leonor c. Violante de
Labriola, María”, sent. 26.06.1992; “Aguilera Lino, Mercedes c. Lactona S.A.”, sent. 02.04.2003, publicada en
Lexis 30010272; Sala VII: “Benítez, Verónica Marcela c. Avanzada en Odontología SRL y otro”, sent.
13.07.2007; sala II: “Lima, Guido A. c. Vesubio S.A.”, sent. 07.07.2006; SCBA, L. 104.304, “Mendoza, Cristian
“La notificación de despido dirigida al domicilio correcto del dependiente, devuelta
con la indicación de “cerrado sin aviso”, es válida cuando ha mediado reticencia de
éste al recibir el envío”32

Sin embargo, como se anticipó, puede haber excepciones a esta directiva general,
tal como aconteció en el precedente dictado por la Suprema Corte de la Provincia
de Buenos Aires en autos “Ybáñez, Perfidio Alejandrino c. Bermain, Osvaldo
Abel”33

En el citado caso el Tribunal Superior no le otorgó eficacia comunicacional a los


telegramas enviados por el trabajador a su empleador, devueltos por el Correo
Argentino con la atestación “domicilio cerrado”. En su voto, el Dr. de Lázzari ilustra
el razonamiento efectuado para arribar a la conclusión mencionada, señalando
que en este caso particular, el destinatario jamás fue hallado en el que sería su
domicilio. Ello así ya que las sucesivas notificaciones intentadas en el expediente
–siempre en el domicilio al que fueron dirigidas los telegramas- también se vieron
frustradas (los informes del oficial notificador indicaban: “domicilio inexistente”; en
tres oportunidades nadie respondió los llamados; los vecinos del lugar no supieron
dar razón del requerido; ausencia de numeración). Todo ello, aún considerando el
informe del Correo Argentino, le impidió al magistrado llegar al extremo de
considerar probado que el demandado desoyó las reglas del buen empleador y
violentó las pautas de buena fe en la relación laboral.

El pronunciamiento pone énfasis en la importancia que revisten los actos


procesales posteriores a los hechos prejudiciales, detentando la potestad de
corroborar o quitarles eficacia.

“La intimación cursada por el trabajador a un domicilio que no denunció ni acreditó


perteneciera al empleador, impide presumir su recepción por el destinatario, pues

Damián c. Canosa, Sergio Andres”, sent. 17.08.2011; L. 101.133, “Gómez, Juan Carlos c. Luma Productos
S.R.L. s. Despido”, sent. 16.05.2012.
32
CNAT, Sala IX: “Arguello, Celso c. Guerrin S.A.”, sent. 26.10.2012, publicada en Lexis Nexis Laboral, fasc. 4,
2013, p. 387.
33
SCBA, L. 95.727, sent. 28.10.2010 (con voto en discrepancia del Dr. Negri).
tal comunicación epistolar incumple con el requisito de fehaciencia y receptividad
susceptibles de acarrear consecuencias jurídicas”.34

“El dependiente no puede alegar culpa del empleador por el fracaso de una
comunicación telegráfica que le dirigiera a éste si dicha circunstancia le fue
comunicada al trabajador remitente por Encotel y a pesar de ello no arbitró ningún
otro medio a su disposición para lograr el efectivo conocimiento del patrono de su
decisión”.35

En casos así -aunque con aristas diferentes-, cabría preguntarse que ocurriría si el
trabajador, no registrado y cuyo empleador generalmente es una persona física,
sólo cuenta con el domicilio donde prestó servicios durante toda la relación laboral
como destino de sus comunicaciones. ¿Qué otra gestión se le podría exigir?
Recuérdese que, en principio, deben considerarse válidas las misivas que el
trabajador cursa al domicilio donde prestó tareas, ya que, salvo casos puntuales
que deben ser analizados cuidadosamente, se supone que es un domicilio válido
para comunicar toda situación relacionada con el vínculo laboral que se desarrolló
allí mismo.

La fecha a tener en cuenta como efectiva a los efectos de la comunicación, en


caso de notificaciones fallidas, es la de la primera fecha de entrega fallida.

¿Qué eficacia se le ha otorgado a la comunicación devuelta con la indicación


“SE MUDO” o “DESTINATARIO DESCONOCIDO”?

Como principio rector, puede aseverarse que independientemente de que el


resultado de la notificación postal sea “destinatario desconocido” o “se mudó”, se
tendrá por válida la comunicación en la medida en que haya sido cursada al
domicilio real del destinatario.

34
SCBA, L 100839 S 6-6-2012, “Trevisano, Hugo Víctor c/ Herometal S.A. y otro s/ Despido”
35
SCBA, L 46169 S 16-4-1991, Colamarino, Miguel Angel c/ Benitento, Juan Domingo
Cuando el destinatario se muda, en el caso de que esto sea cierto, pesa sobre el
mismo la obligación de mantener comunicada a la parte contraria de este hecho
relevante, en virtud del principio de buena fe. Esto es aún mas claro cuando la
mudanza se produce ya iniciado el intercambio postal, el que se sabe continuará o
en su defecto, desembocará en un litigio cuya demanda debe notificarse.

“Si los telegramas enviados por el empleador fueron devueltos por destinatario
desconocido o por haberse mudado y luego el trabajador denuncia el mismo
domicilio al demandar, debe considerarse realizada la intimación. En este caso los
telegramas llegaron a destino, y cabe admitir que pudo haber negativa a recibirlos
cuando éstos ya habían entrado en la órbita de conocimiento –domicilio real- y por
ende, habían cumplido su finalidad”36

“Es procedente la indemnización del artículo 2° de la ley 25.323 toda vez que el
actor cursó oportunamente la intimación fehaciente exigida por la norma y la
misma no fue entregada a la destinataria pues ésta se habría mudado. Tal
circunstancia no sería oponible al accionante en especial en este caso, en que la
misiva enviada por la empresa al trabajador, antes de que éste remitiera la suya,
se consignó el mismo domicilio”37

“Cabe considerar cumplida la notificación del despido indirecto al empleador si,


aun cuando ésta no se pudiere llevar a cabo por “mudanza del destinatario”, el
domicilio allí consignado correspondía al principal, quien pocos días antes había
recibido en dicho lugar una carta documento de intimación a cumplir con sus
obligaciones, importando la no recepción de la misma un hecho atribuible a
negligencia”38

36
CNAT, Sala II: “Fedalto Elisa Isabel c. Rinland S.A.”, sent. 22.04.2008; SALA IV: “Feyla, Estanislao R. c.
Matadero Argentino S.A.”, sent. 24.07.1980; “Neri, Héctor Enrique c. Díaz Adolfo Rubén”, sent. 12.02.2008;
Sala V: “Soria, María E. c. Manar S.A., sent. 17.03.1986; Sala V: “Abarca Edgardo Joaquín c. ICON Sistemas
Informáticos S.A.”, sent. 30.11.2005; Sala VI: “Aufseher Mariano A. c. Grupo Aut. SRL y ot”, sent. 09.05.2005;
“Lombardo Gabriel c. 7800 SRL”, sent. 27.02.2009.
37
CNAT, sala III: “Carabajal, Luis c. La Internacional S.A. y otro”, sent. 27.04.2004.
38
Tribunal del Trabajo n° 3 de Lanús, “Vázquez Marta c. Rabade, Yolanda”, sent. 09.03.2000; Tribunal de
Trabajo nº 1 San Isidro, Antunez, Adrian c. Latercer S.A.”, Expte. si-40368/2011, sent. Junio 2013.
“Es obligación del trabajador mantener actualizado su domicilio: la comunicación
dirigida al último domicilio debe considerarse válida aunque no haya sido
efectivamente recibida”39

¿Qué ocurre cuando el Correo informa “DESTINO SIN REPARTO”?

No siempre la empresa postal llega a todos los domicilios. Existen casos en que el
despacho no llega a manos del destinatario porque su residencia está fuera del
radio de reparto y la oficina de correos no cuenta con despacho (vgr: zona
inhóspita, acceso imposible, zona peligrosa, etc).

Señala Guerrero que si el trabajador intimó a su empleador y vive en un sitio


donde no existe distribución domiciliaria, debe concurrir a la estafeta a buscar la
respuesta, en tanto debió saber la imposibilidad de receptar la carta documento.
Esto le es exigible al dependiente en tanto está obligado a actuar con
responsabilidad y diligencia “concurriendo diariamente” a la oficina postal a
averiguar si existe correspondencia para él. Para el citado autor, del mismo modo
corresponde proceder si se da aviso del libramiento del telegrama de la ruptura y
se trata de un destino sin reparto domiciliario del correo. 40

Cobra relevancia aquí lo dicho en los interrogantes anteriores en orden a la


utilidad de denunciar un domicilio constituído, el que será –en la práctica- el del
abogado que lo represente.

39
SCBA “ANDRADE, Sonia Mabel c. Casa Tía S.A.”, sent. 7/5/1991, (D.T. 1991-B, p. 1669)
40
Guerrero, Agustín A. “Comunicaciones telegráficas en el contrato de trabajo”, D.T. 2007-A, p. 269. Id.
CNAT, Sala IV: “Cerezuela, Eduardo c. Pucará S.A.”, sent. 01.02.1997; Sala VIII: “Ortiz Alcibíades c. Librería
Hachette S.A.”, sent. 22.1..1991.

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