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Ley 23.789 (B.O. 31.07.1990) – Establece para los trabajadores dependientes, los
jubilados y pensionados un servicio de telegrama y carta documento gratuito para
el remitente. Prevé que sólo podrá utilizarse este servicio en los siguientes casos:
a) por el trabajador dependiente, para cualquier comunicación dirigida a su
empleador que deba efectuar vinculada con su contrato o relación de trabajo, tanto
si la remite en forma personal o representado por la organización gremial
correspondiente. El artículo 1° de la Resolución n° 1356/2007 del Ministerio de
Trabajo, Empleo y Seguridad Social incluye las comunicaciones cursadas por los
trabajadores a las Aseguradoras de Riegos del Trabajo y las remitidas por los
derecho-habientes del causante a su ex empleador, solicitando la certificación de
servicios del trabajador fallecido); b) por el jubilado o pensionado, para cualquier
comunicación que deba efectuar a organismos previsionales, en caso de conflicto
con ellos; c) por los tres tipos de beneficiarios, para cualquier comunicación que
deban efectuar a sus respectivas obras sociales, en caso de conflicto con ellas; d)
el trabajador dependiente o la asociación sindical que lo represente, para enviar a
la Administración Federal de Ingresos Públicos copia del requerimiento enviado a
su empleador en los términos del inciso b) del artículo 11 de la Ley 24.013. (Inciso
incorporado por art. 48 de la ley 25.345).
Res. MTSS 149/99 (B.O. 07.04.1999) – Amplía los alcances del servicio de
telegrama gratuito y fija las modalidades del despacho obrero a partir del 1°
de abril de 1999. En los casos en que el texto no supere las TREINTA (30)
palabras el envío tendrá tratamiento telegráfico y el servicio será prestado en
los términos de la Resolución del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social Nº
343/96. En los casos en que el texto supere las TREINTA (30) palabras el
envío tendrá tratamiento postal y el servicio será prestado en los términos
del ANEXO I del Decreto Nº 150/96. Tal envío no podrá tener una extensión
mayor a la de UN (1) ejemplar del formulario específico.
3
CNAT, Sala VII, sent. 27.03.2003, “Pereyra, Leandro Ramiro c. Servicios de Almacén fiscal Zona Franca y
Mandatos S.A.”
¿Qué principios subyacen en esta materia?
Hay un principio propio del derecho procesal laboral en cuanto se refiere a las
comunicaciones: “cada parte responde por el medio empleado”. Esto fue
reiteradamente declarado por la jurisprudencia.4
Esta regla cede, claro está, si se verifica que la comunicación no es recibida por
causas imputables a la mala fe o culpa del destinatario.
Los principios del Derecho del Trabajo cobran mayor importancia en relación al
trabajador, al cual deben proteger las leyes (art. 14 bis C.N.), y a favor del cual se
crean desigualdades como forma de compensar otras que de por sí se dan en la
relación (art. 17 bis L.C.T.).
4
SCBA, L. 99462, “Chaile”, sent. 10.09.2010, entre muchas otras.
5
Las comunicaciones telegráficas tienen el carácter de recepticias, es decir que se perfeccionan cuando
llegan a la esfera jurídica de su destinatario (SCBA, L 44530 S 14-8-1990, Paret, Ernesto David c/ Torto,
Domingo s/ Despido PUBLICACIONES: DJBA 140, 129 - AyS 1990-II, 937)
¿Pueden utilizar el servicio postal de telegrama laboral gratuito aquellos
dependientes que no cuenten con Documento de Identidad?
-El art. 40 de la L.C.T. establece que la prohibición del objeto del contrato de
trabajo siempre va dirigida al empleador. Por lo tanto, el hecho de que el
trabajador extranjero no cuente con la documentación migratoria habilitante para
prestar servicios en el país no impide que el mismo resulte privado de la
posibilidad de utilizar los servicios postales públicos. Mucho menos obsta a la
existencia de una relación de empleo subordinado, como muchas veces se
argumenta –a modo de defensa- en las contestaciones de demanda.
Claro está que en estos casos deberá acreditarse en juicio el carácter invocado y
la vigencia del mandato a la fecha de haber cursado la notificación pertinente: “Las
comunicaciones telegráficas remitidas a la empleadora fueron en nombre del
accionante mediante dos personas que suscribieron las mismas en carácter de
apoderados: L.V.B. y G.H.L. La demandada desconoció la representación
invocada en los despachos postales. Frente a ello, recaía en cabeza del trabajador
acreditar los extremos invocados (art. 63 de la ley 11.653; 375 del C.P.C.C.). El
6
ARTICULO 1º LEY 24.487: El empleador está obligado a recibir las comunicaciones escritas que, por asuntos
referidos a una relación de trabajo, le curse cualquier trabajador que se encuentre vinculado a él por una
relación de dependencia. Está asimismo obligado a recepcionar tales comunicaciones cuando le sean
cursadas por el apoderado del trabajador o por la entidad gremial que lo represente, de conformidad con lo
establecido en la Ley de Asociaciones Sindicales.
accionante en oportunidad de impetrar la demanda no acreditó la personería
alegada en las misivas ni ratificó las gestiones y/o dichos invocados en ellas. En
consecuencia, propicio el desconocimiento de las misivas reseñadas” 7
Pero además sabido es que la prescripción no resulta ser un instituto propio del
ordenamiento laboral, sino que tiene raigambre civil. Por ello en su aplicación al
7
Tribunal de Trabajo n° 1 de San Isidro, Pcia. de Bs. As. “Bornes, Sergio Hernan c. Agostinelli, Juan Carlos s.
Despido, Expte. N° 44.102, sent. agosto 2013.
derecho laboral se dan los distintos supuestos previstos para el instituto en el
derecho civil; a saber: suspensiones, interrupciones, dispensa, etc. La legislación
laboral vigente -art. 257 L.C.T.- dispone que en materia de prescripción de
acciones se apliquen las normas del Código civil. No se trata de una remisión o de
una posibilidad de aplicación supletoria de una o más normas civiles sino que
estamos en presencia de la aceptación de la normativa civil en la laboral, que la
hace suya.
8
En las oficinas del Correo Argentino se informa habitualmente que el período de guarda de los telegramas
laborales es de cinco años, aunque no dan fundamento legal alguno al respecto. Véase: MONTORO GIL,
Gonzalo Vicente: “Guarda por el correo de los telegramas gratuitos para los empleados. Contradicción Legal.
Normas aplicables”, Eldial.com – DC1919 (publicado el 16/08/2012).
informativa. Si la misma se produjera con posterioridad al período de guarda de la
documentación y la respuesta del correo fuese la imposibilidad de expedirse sobre
su autenticidad, quien eligió el medio de comunicación cargaría con sus
consecuencias. 9
Sin embargo, la Corte Suprema de Justicia de la Nación resolvió que: “…no puede
considerarse argumento válido para sustentar la sentencia que rechazó la
demanda de indemnizaciones derivadas del despido la remisión, sin mayores
aclaraciones, a “las pruebas instrumentales” o al “coloquio telegráfico” si el
recurrente desconoció la recepción del telegrama intimatorio invocado en la
contestación de demanda y la empresa de correo informó que se hallaba
imposibilitada de expedirse al respecto”10
Los instrumentos públicos hacen plena fe, siendo oponibles erga omnes. Tal como
prescribe el artículo 994 del Código Civil, “Los instrumentos públicos hacen plena
fe, no sólo entre las partes, sino contra terceros, en cuanto al hecho de haberse
ejecutado el acto, de las convenciones, disposiciones, pagos, reconocimientos,
etc, contenidos en ellos”
9
Los Tribunales Laborales de la Provincia de Buenos Aires habitualmente conceden este tipo de peticiones.
En el ámbito de la Justicia Nacional del Trabajo la cuestión resulta más dividida, pues algunos Juzgados lo
permiten, en la medida que el plazo de guarda esté próximo a cumplirse a la fecha de interposición de la
demanda. Así, por ejemplo, El Juzgado Nacional del Trabajo n° 46 en autos “Andrada, Gustavo Alejandro c.
Buenos Aires Drugstore SRL y otro s. Despido”, auto del 02.09.2010; y el Juzgado Nacional del Trabajo n° 14
en autos “Yimka Sabrina Genoveva c. Elite Entretenimientos S.R.L. y otros” auto del 23.09.10. Por el
contrario, en otros casos se ha denegado dicha prueba anticipada, teniendo en consideración que las fechas
de los telegramas no justificaban la urgencia establecida en el art. 326 del C.P.C.C.N. (Juzgado Nacional del
Trabajo n° 61, “Rossetti Cecilia Andrea c. Telecom Argentina S.A. s. Despido”, auto del 05.07.2012.
10
CSJN, Fallos: 315:2390.
el sistema general de validez de este instrumento.11 La carta documento –como se
anticipó- constituye un servicio postal cuyas condiciones de prestación y ejecución
se reglamentaron por Res. 1110 de Encontel, regulando la admisión del
instrumento por el agente postal y los procedimientos para su certificación y
sellado de copia. La sujeción al cumplimiento de tales regulaciones determina el
carácter de instrumento público que se le atribuyen a las piezas postales (art. Art.
979 inc. 2 C. Civil). 12
Al mismo resultado llegan quienes afirman que los instrumentos postales poseen
la calidad de documentos públicos en tanto la entidad postal que los emite reviste
el carácter de “correo oficial”13
11
FALCON, E.M. “Código Procesal Civil y Comercial de la Nación”, anotado, concordado y comentado, T. II, p.
89; FASSI, Santiago y Maurino, Alberto “Código Procesal Civil y Comercial de la Nación”, comentado,
anotado y concordado, T. III, 2002, Buenos Aires, p. 503..
12
CNAT, sala IV, “Castellanos, Alejandro O. c. Atento Argentina S.A.”, sent. 13.09.2010, Revista de Derecho
Laboral y Seguridad Social, Lexis Nexis, Buenos Aires, fas. 1, 2011, p. 46; CNAT, Sala IV, “Kohler Osvaldo
Alejandro c. Cargos Servicios Industriales S.A. s. Despido”, sent. 31.08.2013; Tribunal de Trabajo nº 6 San
Isidro, Provincia de Buenos Aires, “Buitencamp, Stella M. c/ Emphamed SCS y otros”, expte. nº 37.747, sent.
Agosto 2013.
13
CNAT, sala V: “Dominguez, Javier Marcelo c. Correo Oficial de la República Argentina S.A. s. Despido”,
sent. 29.08.2013 (A.R./JUR/57653/2013; con comentario del Dr. Juan José Etala –h-); SCBA, L. 81.317,
“Miranda, Osvaldo Lucio y otros c. Empresa E.S.E.B.A. S.A. s. Diferencia de haberes”, sent. 09.06.2004: “…la
carta documento remitida con la firma y el número de documento del interesado y con la correspondiente
certificación de autenticidad del funcionario emisor del Encontel Argentina, es un instrumento público de los
enumerados por el art. 979 inc. 2° del Código Civil y, por ende, gozoso de autenticidad y credibilidad ante
todos y contra todos, de lo hecho, visto u oído por el funcionario referido, al menos, hasta tanto se lo querelle
de falsedad por el procedimiento especial estatuído por el legislador”.
14
CNCiv, sala D, “Cupolo de Vanoti c. Benitez s. Desalojo”, sent. 28.02.1994; CNAT, Sala IV: “Reynoso, Juan
Domingo c. Proseres SRL”, sent. 31.05.2007.
De nuestra parte consideramos que el carácter de instrumento público del
telegrama y de las cartas documentos no se encuentra en discusión. Pero ello, a
diferencia de otros instrumentos que revisten tal carácter, no exime de la
producción de la prueba informativa –ante su desconocimiento en juicio- a la
empresa de correo a los efectos que se expida no solo sobre su autenticidad sino
que, principalmente, sobre aquellas circunstancias que hacen al resultado positivo
o negativo de la notificación. Ello especialmente cuando en el expediente
solamente se acompaña el sello de la imposición en el correo más no las
circunstancias de entrega, lo que conforma la materia litigiosa y –por consiguiente-
torna necesaria la producción de la prueba informativa al correo emisor.
Corroborando esta postura, se ha dicho que: “…más allá del carácter que se les
otorgue a tales instrumentos, es evidente que los documentos obrantes en el
sobre de fs. 4 carecen de aviso de recepción o de retorno y por lo tanto no
resultan suficientes, por sí solos, para demostrar la efectiva entrega en destino de
las comunicaciones respectivas. En suma, opino que ante la negativa efectuada
en el responde, el accionante debió diligenciar la prueba informativa al Correo
Argentino”15
Como se anticipó, para ciertos actos comunicacionales la ley exige que los
mismos se realicen en forma fehaciente, lo que no implica reducir su “recipiente” a
las piezas postales, aunque por su practicidad constituye el camino más fácil y
usual.
15
CNAT, Sala VI “Caro, Javier c/ Saldi S.R.L.”, sent. 31.07.2009, LL on line AR/JUR/26148/2009; Sala VII,
“Guercia, Delia c. Grafex S.A.”, DT 1984-B-941; T y SS 1984-1143.
23.789, el mismo podrá utilizar este sistema como comunicación fehaciente con
carácter de instrumento público fedatario, similar al servicio postal de telegrama.
16
Art. 209 L.C.T.: “El trabajador, salvo casos de fuerza mayor, deberá dar aviso de la enfermedad o accidente
y del lugar en que se encuentra, en el transcurso de la primera jornada de trabajo respecto de la cual
estuviere imposibilitado de concurrir por alguna de esas causas. Mientras no lo haga, perderá el derecho a
percibir la remuneración correspondiente…”
17
Este servicio está limitado exclusivamente a la comunicación de ausencia laboral. Para todos los demás
actos notificatorios que quepan en el marco de un vínculo contractual laboral (telegrama intimatorio,
disolutorio, apercibimimientos, etc) deberá utilizarse el sistema de correo postal.
18
CNAT, Sala IX: “Benítez, Catalina y otros c. Modo S.A.”, Revista de Derecho Laboral y Seguridad Social,
Lexis Nexis, Buenos Aires, fasc. 24, p. 2558.
conocimiento personal, o sea que debe ser suficiente el hecho de que la recepción
haya tenido lugar en condiciones tales que el destinatario debiese, usando una
diligencia normal, tener conocimiento de la comunicación que le ha sido dirigida”19
En alguna oportunidad se pretendió otorgarle eficacia comunicacional para romper
el contrato de trabajo en los términos de los artículos 242 y 243 L.C.T., a la
demanda judicial, cuando el resultado de la notificación del telegrama disolutorio
ha sido adversa para el trabajador. Esto no fue receptado por la jurisprudencia:
“…el trabajador que pretende notificar a su empleador la extinción del vínculo
debe ocuparse concretamente de verificar que la comunicación que a tal fin remita
llegue a conocimiento del destinatario. Esto es así por la importancia del carácter
recepticio de la notificación para producir los efectos extintivos y cancelatorios del
contrato. Por ello, al quedar demostrado que no se remitió ni fue recibido por la
empleadora el telegrama mediante el cual el trabajador denunciaba el contrato de
trabajo, las formalidades exigidas por el art. 243 de la L.C.T. no han sido
cumplimentadas y no pueden suplirse con la interposición del escrito de demanda,
desde que ello resulta violatorio del mencionado precepto legal”.20
Por último cabe mencionar la notificación mediante acta notarial la cual –salvo
supuesto de fraude- es plenamente válida: “Corresponde tener por notificado el
despido comunicado mediante acta notarial si cumple los recaudos formales
previstos en el art. 243 L.C.T., en cuanto establece que el despido con justa causa
debe comunicarse por escrito y con expresión suficientemente clara de los motivos
en que se funda la ruptura del contrato”21
19
CNAT, Sala II: “Battilana Bollini, R. c. Clarín Arte Gráfico Editorial Argentina S.A.”, sent. 31.10.1979.
20
CNAT, Sala II: “Perez, Horacio c. El Hogar Obrero Cooperativa de Consumo, Edificación y Crédito Ltda.”,
sent. 10.09.2001.
21
Cámara Laboral de Posadas, Sala II: “Dussling, Alfredo c. Medvedeff, Luis”, sent. 08.08.2008. En sentido
contrario, no cumpliendo los requisitos exigidos por el art. 243 L.C.T.: CNAT, Sala II: “L.P.E., c. Pramer S.C.A.”,
sent. 12.04.2010.-
Cuando el trabajador recibe alguna comunicación fehaciente de parte de su
empleador suele recurrir al asesoramiento letrado, quien muchas veces constituye
en la pieza postal de respuesta un domicilio legal a los fines de facilitar la
recepción de las comunicaciones (vgr: dependiente que reside en villas de
emergencia o en lugares donde no existen oficinas de reparto domiciliario del
correo).
Si, pese a ello, el empleador opta por cursar las misivas a un domicilio que no
coincide con el facilitado por el trabajador –con el claro motivo de asegurar la
recepción de las comunicaciones postales- deber cargar con la torpeza y/o mala fe
de su decisión. La mala fe, la negligencia o cualquier actitud negativa del
empleador no pueden terminar perjudicando al trabajador cuando se frustran las
comunicaciones por no llegar al destinatario.22
22
SERRANO ALOU, Sebastián: “Validez del domicilio legal constituído por el trabajador en el intercambio
postal”, D.T. Agosto 2013, p. 1890.
notificado a la demandada. El artículo 63 de la L.C.T. establece que “las partes
están obligadas a obrar de buena fe” y sin perjuicio de ello, la accionada siguió
dirigiéndose al domicilio real –ubicado en la villa 1114- destacándose así la
ausencia respecto a dicho principio por su parte. Todo lo contrario de la actora que
reveló en todo momento su intención de continuar con el intercambio telegráfico,
facilitando un domicilio que asegure la recepción de las comunicaciones postales
que pudieran dirigírsele. Ante ello, nada le impedía a la demandada incluso
realizar una doble notificación –es decir tanto al domicilio real como al constituído-
En definitiva, si en sus comunicaciones el trabajador constituye un nuevo
domicilio, ese debe ser el sitio donde, en lo sucesivo, se le deben cursar las
notificaciones”.23
Desde ya que el mismo criterio rige para aquellos casos donde el empleador
expresamente indica un domicilio a los fines de la recepción de las
comunicaciones. En estos casos el trabajador debe dirigir sus despachos postales
a ese lugar, salvo que por algún motivo justificado (cierre del local o en el caso de
personas jurídicas) elija dirigir las comunicaciones a otro domicilio conocido de su
empleador. Así se ha dicho que: “Debe considerarse que el empleador ha
proporcionado un domicilio cuando en una misiva dirigida al trabajador consigna
una dirección como propia, aun cuando la misma no coincida con el lugar del
comercio que aquel explotaba y donde se desarrolló la relación laboral. Juega aquí
la teoría de los propios actos”24
El domicilio legal (Art. 90 párrafo 1ro. del Código Civil) en las personas de
existencia ideal, surte plenos efectos respecto de las relaciones jurídicas por ella
23
CNAT, sala VIII, “Orellana Godoy, Simona c. Todolo Hnos. S.R.L. y otro s. Despido”, sent. 15.06.2013; ídem
“Flores Herrera, Jazael c. Desarrollos en Salud S.A. s. Despido”, sent. 27.11.2012, publicada en D.T. Agosto
2013, p. 1891
C.N.A.T., sala IV, “Lutte, Claudia Beatriz c. Del Palacio, Horacio s. Despido”, sent. 17.03.2008 .
24
implementadas, en tanto se haya registrado en el acto constitutivo. La ley
presume iure et de iure como lugar de residencia hasta tanto no se modifique y se
proceda a la correspondiente anotación registral (Art 11 inc. 2 Ley 19.550)
En igual sentido se ha dicho que la modificación del domicilio legal estatutario por
parte de la persona jurídica, sin comunicación al registro de inscripción respectivo,
resulta inoponible a terceros (arts. 11 inc. 2, ley 19.550) y obliga a los socios (art.
12 ley 19.550).27
25
CSJN, S. 12.07.2011 “Acher, Maria Laura y otros c/ADERIR S.A. y otros” Fallos A. 858 XLV.
26
CNAT, Sala III: “Soto, Paola A. c. New Delivery S.A. y otro”, sent. 04.04.2003
27
CNAT, Sala VI: “Mola Rosa del Carmen c. Federación Cinológica Argentina”; sent. 05.05.1986
conductas de las partes. De allí que los telegramas “rehusados” ingresan en la
esfera de conocimiento de su destinatario toda vez que –si bien es cierto que no
se ha interiorizado de su contenido- ello se debe a una conducta que le resulta
reprochable por ser violatoria de la buena fe exigida por el art. 63 de la L.C.T., ya
que no es propio de un buen empleador y/o trabajador negarse a recibir, sin
justificación alguna, las piezas que le cursen a sus domicilios. A ello debe
agregarse que el art. 1 de la ley 24.487 impone la obligación para el empleador de
recibir las comunicaciones escritas que le cursen los trabajadores, sus apoderados
o la entidad gremial que los represente y dejar constancia de la entrega indicando
lugar, fecha, hora y firmando la recepción.
28
SCBA, “Galiostro de Polimeni, María c/ Moreyra, Carlos R. s/ Indemnización despido”, sent. 06.06.2001, L.
73.921, publicada en D.T. 2002-A, 520
“No obstante la falta de recepción de la accionada de las comunicaciones
telegráficas por las cuales la actora reiterara su primer intimación y se colocara en
situación de despido indirecto, entiendo que las mismas deben tenerse por
efectivamente recibidas por su destinataria en las fechas de sus respectivos
rechazos, atento a que ello configura un intento de eludir el reclamo de sus
dependientes y que tal conducta evasiva viola en forma manifiesta lo dispuesto por
la ley 24.487”29
“Si el telegrama fue correctamente remitido al domicilio del destinatario pero fue
devuelto con la observación “rehusado a recibir”, aunque no se haya probado que
el actor personalmente haya rechazado esa recepción, debe tenerse por cumplida
la notificación”30
29
Tribunal de Trabajo n° 1 de Quilmes, Pcia. de Buenos Aires: “Obelar, Jorgelina c. Puyo, Romina Andrea s.
Despido”, Sent. 16.04.2012; Tribunal del Trabajo n° 2 de Lanús, Pcia. de Buenos Aires: “Aguayo Gamarra,
Gilda c. Golden Cuer S.R.L. y otro”, sent. 22.12.1997; Tribunal del Trabajo n° 3 de Lomas de Zamora, Pcia. de
Buenos Aires: “Díaz, Alejandro H. y otro c. Calvente Néstor y otro”, sent. 26.06.1995; Tribunal del Trabajo n°
1 de San Isidro, Pcia. de Buenos Aires: “Solis Ines Gabriela c. Apdes Colegio Los Molinos s. Despido”, sent.
08.05.2012; Tribunal del Trabajo n° 2 de Mar del Plata, Provincia de Buenos Aires: “Casamayor Luis Emiliano
c. Soliverez Verónica Corina”, sent. 27.05.2005; Tribunal del Trabajo n° 1 de Mar del Plata, “Cardoso c.
Spampinato”, sent. 21.08.2001; Juzgado del Trabajo n° 1 de La Rioja: “D.M.L. c. Instituto de Danzas
Argentinas y Latinoamericanas y otros s. Despido”, sent. 07.04.2010; Cámara del Trabajo de Córdoba, sala X:
“Valdez, Yanina Maribel c. Sciutto Carlo”, sent. 28.05.2010; Cámara de Trabajo de San Francisco, Córdoba,
sent. 27.08.1990, TySS 1991.665 (69), entre muchos otros.
30
CNAT, Sala II: “Batillana Bollini, R. c. Clarín Arte Gráfico Editorial Argentina S.A.”, sent 31.10.1979;
”Orellana Gómez Walter Alfredo c. Barbieri Sergio Hugo y otro”, sent. 29.06.2010; Sala IV: “Cerezuela,
Eduardo c. Pucará S.A.”, sent. 01.01.1997; “Mammi, Leonardo David c. Qualytel Latinoamericana S.A.”, sent.
29.04.2013, publicada en D.T. 2013, Noviembre, n° 11, p. 2939; Sala VII, “Díaz, Luis E. c. I.D.O.S.A. y otros”,
sent. 07.08.1997; Sala II, “Orellana Gómez Walter Alfredo y otro c. Barbieri Sergio Hugo y otro”, sent.
29.06.2010. En sentido contrario, dada las particularidades del caso, puede verse CNAT, “L.E.M. c. Qualytel
de Latinoamerica S.A. s. Despido”, sent. 05.08.2011.
ésta ingresa en la esfera de conocimiento del denunciado y éste no lo recibe por
su culpa, dolo o falta de diligencia.
Con el aviso del correo, el destinatario debe presentarse en las oficinas del Correo
y retirar la pieza postal, ya que desatenderse de la misiva no lo libera de sus
responsabilidades, sino que –por el contrario- las agrava (vgr: arts. 57 y 244
L.C.T.). Ello así, como ya se dijo, pues el retiro de las comunicaciones del correo
es una actividad que se considera enteramente exigible en el marco de las
obligaciones genéricas de trabajadores y empleadores impuestas por el artículo 62
de la L.C.T. y por el principio de la buena fe establecido por el art. 63 de la L.C.T.
“Si la comunicación telegráfica fue sacada a reparto por la oficina postal en tiempo
oportuno y fue devuelta con la observación “domicilio cerrado con aviso”, por no
haber sido materialmente imposible aprehendida por alguien del domicilio de
destino, ello es producto no de la voluntad de la empleadora, o de la oficina de
correos, sino de los residentes en él, de tal modo que el cierre, atribuible a los
moradores, no puede beneficiarlos, ni perjudicar a quien envió el telegrama”31
31
CNAT, sala III: “García, Raquel c. Weidgans, Jorge”, sent. 16.08.1995; “Castro, Sebastián c. Ave SRL”, sent.
30.11.1995; Sala X: “Giménez, Oscar c. Editorial Atlántida S.A.”, sent. 25.02.1999; Sala VIII: “Bustos, Alfredo
c. Bagley S.A.”, sent. 29.05.2003; sala V: “Lannutti, Mónica y otros c. Furba SRL”, sent. 24.10.1997; sala IV:
“Carduje, Carlos c. Científica Argentina SRL”, sent. 30.12.1991; Sala I: “Ayala, Cristina Leonor c. Violante de
Labriola, María”, sent. 26.06.1992; “Aguilera Lino, Mercedes c. Lactona S.A.”, sent. 02.04.2003, publicada en
Lexis 30010272; Sala VII: “Benítez, Verónica Marcela c. Avanzada en Odontología SRL y otro”, sent.
13.07.2007; sala II: “Lima, Guido A. c. Vesubio S.A.”, sent. 07.07.2006; SCBA, L. 104.304, “Mendoza, Cristian
“La notificación de despido dirigida al domicilio correcto del dependiente, devuelta
con la indicación de “cerrado sin aviso”, es válida cuando ha mediado reticencia de
éste al recibir el envío”32
Sin embargo, como se anticipó, puede haber excepciones a esta directiva general,
tal como aconteció en el precedente dictado por la Suprema Corte de la Provincia
de Buenos Aires en autos “Ybáñez, Perfidio Alejandrino c. Bermain, Osvaldo
Abel”33
Damián c. Canosa, Sergio Andres”, sent. 17.08.2011; L. 101.133, “Gómez, Juan Carlos c. Luma Productos
S.R.L. s. Despido”, sent. 16.05.2012.
32
CNAT, Sala IX: “Arguello, Celso c. Guerrin S.A.”, sent. 26.10.2012, publicada en Lexis Nexis Laboral, fasc. 4,
2013, p. 387.
33
SCBA, L. 95.727, sent. 28.10.2010 (con voto en discrepancia del Dr. Negri).
tal comunicación epistolar incumple con el requisito de fehaciencia y receptividad
susceptibles de acarrear consecuencias jurídicas”.34
“El dependiente no puede alegar culpa del empleador por el fracaso de una
comunicación telegráfica que le dirigiera a éste si dicha circunstancia le fue
comunicada al trabajador remitente por Encotel y a pesar de ello no arbitró ningún
otro medio a su disposición para lograr el efectivo conocimiento del patrono de su
decisión”.35
En casos así -aunque con aristas diferentes-, cabría preguntarse que ocurriría si el
trabajador, no registrado y cuyo empleador generalmente es una persona física,
sólo cuenta con el domicilio donde prestó servicios durante toda la relación laboral
como destino de sus comunicaciones. ¿Qué otra gestión se le podría exigir?
Recuérdese que, en principio, deben considerarse válidas las misivas que el
trabajador cursa al domicilio donde prestó tareas, ya que, salvo casos puntuales
que deben ser analizados cuidadosamente, se supone que es un domicilio válido
para comunicar toda situación relacionada con el vínculo laboral que se desarrolló
allí mismo.
34
SCBA, L 100839 S 6-6-2012, “Trevisano, Hugo Víctor c/ Herometal S.A. y otro s/ Despido”
35
SCBA, L 46169 S 16-4-1991, Colamarino, Miguel Angel c/ Benitento, Juan Domingo
Cuando el destinatario se muda, en el caso de que esto sea cierto, pesa sobre el
mismo la obligación de mantener comunicada a la parte contraria de este hecho
relevante, en virtud del principio de buena fe. Esto es aún mas claro cuando la
mudanza se produce ya iniciado el intercambio postal, el que se sabe continuará o
en su defecto, desembocará en un litigio cuya demanda debe notificarse.
“Si los telegramas enviados por el empleador fueron devueltos por destinatario
desconocido o por haberse mudado y luego el trabajador denuncia el mismo
domicilio al demandar, debe considerarse realizada la intimación. En este caso los
telegramas llegaron a destino, y cabe admitir que pudo haber negativa a recibirlos
cuando éstos ya habían entrado en la órbita de conocimiento –domicilio real- y por
ende, habían cumplido su finalidad”36
“Es procedente la indemnización del artículo 2° de la ley 25.323 toda vez que el
actor cursó oportunamente la intimación fehaciente exigida por la norma y la
misma no fue entregada a la destinataria pues ésta se habría mudado. Tal
circunstancia no sería oponible al accionante en especial en este caso, en que la
misiva enviada por la empresa al trabajador, antes de que éste remitiera la suya,
se consignó el mismo domicilio”37
36
CNAT, Sala II: “Fedalto Elisa Isabel c. Rinland S.A.”, sent. 22.04.2008; SALA IV: “Feyla, Estanislao R. c.
Matadero Argentino S.A.”, sent. 24.07.1980; “Neri, Héctor Enrique c. Díaz Adolfo Rubén”, sent. 12.02.2008;
Sala V: “Soria, María E. c. Manar S.A., sent. 17.03.1986; Sala V: “Abarca Edgardo Joaquín c. ICON Sistemas
Informáticos S.A.”, sent. 30.11.2005; Sala VI: “Aufseher Mariano A. c. Grupo Aut. SRL y ot”, sent. 09.05.2005;
“Lombardo Gabriel c. 7800 SRL”, sent. 27.02.2009.
37
CNAT, sala III: “Carabajal, Luis c. La Internacional S.A. y otro”, sent. 27.04.2004.
38
Tribunal del Trabajo n° 3 de Lanús, “Vázquez Marta c. Rabade, Yolanda”, sent. 09.03.2000; Tribunal de
Trabajo nº 1 San Isidro, Antunez, Adrian c. Latercer S.A.”, Expte. si-40368/2011, sent. Junio 2013.
“Es obligación del trabajador mantener actualizado su domicilio: la comunicación
dirigida al último domicilio debe considerarse válida aunque no haya sido
efectivamente recibida”39
No siempre la empresa postal llega a todos los domicilios. Existen casos en que el
despacho no llega a manos del destinatario porque su residencia está fuera del
radio de reparto y la oficina de correos no cuenta con despacho (vgr: zona
inhóspita, acceso imposible, zona peligrosa, etc).
39
SCBA “ANDRADE, Sonia Mabel c. Casa Tía S.A.”, sent. 7/5/1991, (D.T. 1991-B, p. 1669)
40
Guerrero, Agustín A. “Comunicaciones telegráficas en el contrato de trabajo”, D.T. 2007-A, p. 269. Id.
CNAT, Sala IV: “Cerezuela, Eduardo c. Pucará S.A.”, sent. 01.02.1997; Sala VIII: “Ortiz Alcibíades c. Librería
Hachette S.A.”, sent. 22.1..1991.