Seminarios de Novara.
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Los adultos son vividos como si tuviesen el poder y el control del mundo, debido a la posesión
de una organización de tipo aristocrática que tiene como fin, preservar el poder contra toda
institución. El adolescente tiene la sensación de que los adultos son defraudadores e hipócritas
y en posesión de algo que ellos no tuvieron: el derecho de tener. De aquí deriva la concepción
de que lxs niñxs se encuentran en la posición de esclavos, o la ilusión de que los padres todo lo
pueden. El adolescente se coloca en una posición de desprecio en relación ya sea con los adultos
como con lxs niñxs, y de la organización del mundo que ambos representan. El adolescente en
realidad está más preocupado por el conocimiento y por el comprender que por la sexualidad.
La sexualidad es considerada por ellos como la esencia misma de la situación autoritaria.
En el psicoanálisis nos encontramos frente a distintos tipos de confusión. Los principales son: la
confusión entre lo bueno y lo malo, la confusión entre las diversas zonas del cuerpo, la confusión
entre varón y mujer, entre adulto y niño.
El problema del conocer y del comprender relacionado al mundo de los niños: lxs niñxs fantasean
que el conocimiento existe concretamente en algún lugar. El respeto hacia los padres está
vinculado a la convicción de que estos “unidos” están en posesión de todo el conocimiento del
mundo, y tal conocimiento es sentido como contenido en el pecho materno. Se le adjudica la
cualidad de omnisciencia.
La omnipotencia del objeto combinado y la omnisciencia del pecho, son objeto de la más intensa
envidia por parte del niño.
El niño desarrollará la capacidad de usar el lenguaje y además lo investirá de poderes concretos
y mágicos. Cuando el niño aprende el nombre de algún objeto cree saber todo sobre ese objeto:
si un niño aprende que un objeto e llama avión, el no solo cree saber volar, sino también cree
que puede construir uno, y cuando este hace un objeto-avión, esto en su mente es un verdadero
avión. De esta manera está ejercitando su sentido de omnisciencia. esta convicción de que los
padres conocen todo, se fractura cuando comienza la pubertad.
En la pubertad, el niño descubre que sus padres no saben cómo hacer niños. Esta puede ser
considerada la más grande desilusión de la adolescencia, esto permite al niño librarse de la
sumisión de los padres como divinidades que lo saben todo. Pero con ello irrumpe el mundo de
confusión, descubre también que las palabras tienen distintos significados según de quien
provengan. El adolescente, por lo tanto, siente que el mundo de los adultos es un cumulo de
hipocresía. Y esto lo hace dudar de todo. La elección entre ser el mismo sus propios padres, o el
sentir y teorizar que se creó a sí mismo, y que es hijo de alguna entidad abstracta, es un extremo
crucial. Esta es la crisis de identidad. Otra área que recubre todas las demás confusiones, es el
problema esencial del mundo de los adolescentes.
Es muy importante considerar que todo lo que emerge en el momento de la adolescencia, existía
ya antes de la latencia y que la novela familiar cuando está fuertemente enraizada en un niño,
deriva de una carencia en el periodo de latencia y contiene fantasías infantiles que no fueron
suficientemente reprimidas.
En cuanto a esta idea surge la posibilidad de identificarse con la comunidad de los adolescentes
(esta es fundamentalmente rebelde y tiene la finalidad de adueñarse del poder).
Es importante recordar que el individuo no está anclado, sino en constante movimiento: hacia
atrás (en ser un niño), hacia adelante (en ser completamente un adulto), hacia atrás (estando
en el mundo de los adolescentes), hacia atrás (estando en la familia). Por lo que vive todo de
manera confusa al intentar reestablecer la diferencia de sí mismo adulto y sí mismo niño.
Por lo tanto, en la adolescencia se encuentra el extraordinario “splitting”: por un lado, la envidia,
el egocentrismo, la ambición, la falta de piedad que lo llevan hacia la independencia; por el otro
el altruismo, el preocuparse por los demás, la emotividad, que lo llevan hacia atrás, hacia las
artes, la literatura, y las relaciones íntimas.
Los pacientes adolescentes pueden dividirse en dos categorías: la de los jóvenes que más o
menos, vienen solos porque se encuentran en un estado de gran estrés, y los jóvenes que nos
son enviados por los padres o por la escuela o por los tribunales, con estos es muy difícil trabajar.
Los adolescentes que no vemos son los de una tercera categoría, los que tienen éxito, los que
avanzan despiadadamente y que terminen viviendo, ya adultos, una vida que es la repetición
del periodo de latencia. Estos se vuelven neuróticos en su tardía vida adulta (30 años
aproximadamente).
M. Klein descubrió que para el niño pequeño el conocimiento significa, conocimiento del cuerpo
de la madre. Su teoría es que la demanda de conocimiento del niño está relacionada con la
fantasía de penetración del cuerpo de la madre, en el cual el piensa están contenidos todos los
secretos. Ya tempranamente en la infancia se halla frente a un splitting frente a estas
intenciones: buena y malas. Las buenas consisten en intentar entender y adquirir el
conocimiento, las malas en desear robarle el conocimiento, que significa poder.
El segundo tipo de confusión que emerge en los adolescentes es la identificación proyectiva: la
confusión entre el self y el objeto en relación con la identificación. Por lo que surge luego la
confusión entre masculino y femenino. Cuando estas dos confusiones se unen (masculino y
femenino, con bueno y malo), crean la confusión entre la sexualidad buena y la sexualidad
perversa. Cuando el niño entra en la edad de la latencia, recurre por lo común al mecanismo de
negación de la realidad psíquica. Cuando esta negación cae, en la pubertad, el joven se halla
frente a una gran confusión entre las relaciones internas y externas, dando paso a una
“relatividad moral. La ética de la comunidad de los adolescentes refiere a que se puede hacer
todo lo que se quiere. Esto puede ser superado por la posición depresiva según M. Klein.
Para salir de su estado confusional deben reencontrar el deseo de entender y encontrar la
verdad de las cosas. De la aceptación de su impotencia y de la repetición de aquella experiencia
de impotencia que el niño experimenta en las relaciones con su madre, el adolescente descubre
nuevamente el objeto en su mundo interno, el objeto con el cual se puede identificar de un
modo distinto.
El adolescente está en continuo movimiento entre estas diferentes “comunidades” porque el
proceso de crecimiento es tan doloroso, que puede soportarlo solo por un breve lapso de
tiempo. No se puede por lo tanto pensar en llevar adelante, con adolescentes, un tratamiento
psicoanalítico en forma sistemática y organizada, como se espera hacer con un adulto, o con un
niño.
No se puede realmente entender la necesidad apremiante de la sexualidad, si no se entiende el
estrés de la confusión que el adolescente trata de resolver a través de la actividad sexual.
La labor analítica con el adolescente es hacerle descubrir su vida fantasmática y la importancia
de esta para poder proseguir su proceso desarrollo.
Capítulo 2: psicopatología de la adolescencia.
Buscare describir el adolescente representativo de alguna de estas cuatro comunidades, con sus
características psicopatológicas.
Primeramente, tratare de reconstruir el prototipo de adolescente que está en la familia. En las
familias muy unidas, los padres deben introducir al individuo en el mundo de los adultos,
presentarles este mundo y equipararlo para entrar en la vida adulta. Los niños son buenos,
siguen las ambiciones y las aspiraciones de los padres, terminan la escuela, emprenden carreras
que tiene que ver con la familia, planifican criar hijos de la misma manera que fueron criados.
Estos individuos representan un tipo de evolución psicológica: permanecen así durante toda su
vida, en una prolongación del periodo de latencia, llevando adelante un modo de vivir “irreal”,
casi de fábula, peculiar del periodo de latencia.
El segundo tipo de muchacho (el que intenta entrar velozmente en el mundo adulto) está
caracterizado en cambio, por un ambiente familiar que crea insatisfacción en la familia en
relación a la comunidad externa. Este tipo de niño desarrolla ambiciones muy precisas y tiene
un esquema frecuentemente ligado con las ambiciones que el padre del mismo sexo no ha
podido realizar.
Ahora hablaré del individuo aislado. forma parte de una categoría que presenta la psicopatología
más severa, más. el elemento esencial, es la caída de una “grave” idealización de los padres y la
incapacidad de reconstruir esta idealización.
Él se retira a una organización en artística en la que se construye, debiéndose como padre o
como madre de sí mismo. son estos los tipos de individuos que desarrollan una megalomanía
“tranquila”, por la cual siente tener una misión a cumplir en el mundo.
Naturalmente la mayor parte de los muchachos salen del período de la latencia y encuentran la
posibilidad, durante la adolescencia, de construir una comunidad de jóvenes de la misma
edad. Este hecho parece comenzar con la formación de un grupo de un mismo sexo. estos
grupos son muy diferentes de los grupos de amigos durante el periodo de latencia, en cuanto se
mantienen juntos principalmente por intensos procesos de identificación. La preocupación
principal durante la pubertad, para confrontación con el grupo formado por personas del otro
sexo y la rivalidad con otros grupos del mismo sexo. pero un poco después comienzan a aparecer
en el grupo los “traidores”, aquellos que devienen amigos del otro sexo. Parejas que comienzan
a formar un nuevo grupo que es el verdadero grupo de la comunidad adolescente rebelde.
Me parece que, desde el punto de vista de la psicopatología, el grupo de mayor interés sea el
grupo púber. aquello que sucede en la comunidad adolescente, es que hay un movimiento de
avance y retroceso tras el viejo grupo homosexual y aquel heterosexual. Me parece que la
psicopatología se ubica sobre todo en el grupo homosexual, qué podemos también llamar grupo
psicoparanoide, Mientras el grupo heterosexual es esencialmente un grupo depresivo, y tiene
buenas posibilidades de desarrollo.
Respecto a las implicaciones psicopatológicas del grupo homosexual, Este es un grupo muy
primitivo y consiste de identificaciones que se entrecruzan: cada miembro del grupo se
identifica a través de la proyección en otros miembros. esto significa que los individuos nos
identifican tanto con el grupo, cuánto uno con otro, con los individuos que constituyen el
grupo. esta identificación es dada por los procesos de splitting. es entonces un grupo que tiene
como función principal la de evitar el sufrimiento y que funciona de modo particular, ya que
evita todo el sufrimiento poniéndolo fuera en el grupo del otro sexo.
La adolescencia debe ser vista con una mirada panorámica teniendo en cuenta la focalización
de pasaje desde la infancia al grupo púber homosexual, del heterosexual. muy, el grado de
sufrimiento depresivo que están en condiciones de tolerar en relación a la confusión.