EMILIA MORALES ZAVALETA

El problema de investigación que abordaremos a continuación está situado a mediados del Siglo XX.
La línea de investigación en la que se suscribe el problema es en la “Formación de los intelectuales
mexicanos”; es por tanto, un anteproyecto para desarrollarse en el programa de posgrado sobre
Investigaciones Educativas.

TÍTULO DEL ANTEPROYECTO: El proceso formativo del Hiperión.

PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN: A mediados del siglo XX se formó el llamado grupo Hiperión, éste
estaba conformado por grandes filósofos de la talla de Leopoldo Zea, Luis Villoro, Jorge Portilla,
Emilio Uranga, Joaquín Sánchez McGregor, Ricardo Guerra, Salvador Reyes Nevares y Fausto Vega.

Propiamente el México posrevolucionario tenía retos que atender, se habían estremecido

profundamente los cimientos de su constitución cultural, que se mostraba multifacética y con
grandes demandas tanto culturales como educativas, políticas, etc. El tema central del Hiperión
surgió cuando se preguntaron por el ser del mexicano. Se estaba apelando no sólo a una cuestión
meramente nacionalista sino, profundamente ontológica, una pregunta por la identidad objetiva o
real.

Personajes tan emblemáticos como José Vasconcelos (1882-1959), Antonio Caso (1883-1946) o
Alfonso Reyes (1890-1959) y en general el movimiento ateneísta, fue antecesor y, por ende, clave
en el advenimiento de las ideas que se manifestarán en la actividad pública, que entre 1948 y 1952,
desarrolló el grupo Hiperión.

Siguiendo a su maestro y amigo José Gaos, el grupo retoma las inquietudes nacionalistas, escribe
Leopoldo Zea “se va a la propia realidad, no para quedarse en ella sin más, sino para abstraer de ella
el conjunto de posibilidades que permitan una eficaz colaboración con el resto de los pueblos, con
la humanidad”1. José Gaos llegaba en 1939, durante el período presidencial de Lázaro Cárdenas,
cuando en España el franquismo llevó a la necesidad el exilio, del transtierro.

Gaos traía consigo la actualidad europea, sus conocimientos sobre los escritos sobre fenomenología
de Edmund Husserl, existencialismo de Sartre, o del polémico filósofo Martín Heidegger,
impactarían en la obra pública y en los escritos de los jóvenes filósofos mexicanos que conformaban
dicho grupo.

Jose Gaos además, se confiesa discípulo incesante de la obra de Ortega y Gasset, de quien
recordamos la frase “yo soy yo y mi circunstancia, sino la salvo a ella, no me salvo yo”. Incluso
Samuel Ramos, refiriéndose al propio Ateneo de la Juventud, refiere que “aquella generación,

1
Zea, Leopoldo. La filosofía como compromiso y otros ensayos, FCE, México, 1952.
encontraba la justificación epistemológica de una filosofía nacional, en las Meditaciones del
Quijote”2, obra de Ortega y Gasset.

El mexicano está situado, en un contexto histórico-político y social determinado. Por ello alega José
Gaos, que (…) la filosofía mexicana original debía seguir haciéndose sobre un conocimiento cada vez
más perfecto de la historia ideológica del país; la actualidad de la filosofía universal requería
fomentar el ambiente favorable a la comprensión histórica de los productos de la cultura en general,
de la filosofía en especial, y la mejor, sin no la única, manera de fomentar tal ambiente era, es, el
cultivo de la Historia de las Ideas3.

Por lo que para Gaos, escribe Francisco Larroyo “no existe una filosofía in abstracto. Hay tantas
filosofías como sujetos filosofantes, […] preguntar por el qué de la filosofía es preguntar alrededor
de un filósofo de carne y hueso”4. Pero José Gaos propugna una filosofía que atienda a su
circunstancia y que sea expresión auténtica de una cultura, pero no relega la posibilidad de una
Filosofía universal entendida como historia de las ideas universales.

Así que la filosofía en México a mediados del siglo XX, estaba en tal auge que involucraría gran
cantidad de corrientes de pensamiento, unas llegaban del extranjero como los ya mencionados,
además de los filósofos franceses como Merlau-Ponty o Gabriel Marcel; pero otras emanaban de
las mismas tierras mexicanas, “por fin –escribió Salvador Reyes Nevares, México era igual a sí mismo
y comparecía en el mundo con la novedad de su rostro recién descubierto”5.

Este rostro incluía o debía incluir, las cosmovisiones de los pueblos originarios. Luis Villoro y León
Portilla, serán los encargados de mirar con mayor profundidad estás influencias filosóficas que
también se verán reflejadas en la obra del grupo Hiperión.

“El Hiperión se ocupó de dos temas: el existencialismo y la filosofía de lo mexicano”6 además,

centraba sus textos y sus análisis en la propia cultura mexicana, desde sus rasgos más simples, hasta
formular ideas complejas acerca de la naturaleza y el sentido de la existencia humana, en general.
Y prosigue Hurtado “la meta de los hiperiones fue filosofar de manera original y auténtica como
existencialistas mexicanos”.

Muchos de los textos analizados y traducidos por los hiperiones dieron lugar a una amplia
conformación de conocimientos, que enriquecieron no sólo al campo de la filosofía, sino también,
de la antropología, la sociología y la ética. Era una necesidad tener conocimiento amplio de lenguas
como el alemán o el latín para poder traducir e interpretar las teorías filosóficas contemporáneas.

2
Ramos, Samuel, Historia de la Filosofía en México, Cien de México, México, 1993, p. 170.
3
Gaos, José, Confesiones Profesionales, Tezontle FCE, 1ª edición, México, 1958, p. 84.

4
Larroyo, Francisco, El existencialismo: sus fuentes y direcciones, México, Voces Universitarias de Excelsior,
Editorial Stylo, 1951, pp. 220.
5
Corrales, Rafael. Vega, Fausto, et al., El instante de Emilio Uranga, Gobierno del Estado de Guanajuato,
México, 1991, p. 23.
6
Hurtado, Guillermo, El Hiperión, UNAM, México, p. XIII.
En general, como hemos dicho, sus intereses se concentraban en textos filosóficos con la finalidad
de hacer un estricto examen filosófico del mexicano, cosa que disgustó a más de uno, ya que “la
filosofía de lo mexicano del Hiperión era, además de una filosofía metafísica, una filosofía orientada
a la acción libertadora”7.

Esta acción libertadora, era la que se pretendía al asumir la circunstancia, la situación concreta de
cada individuo y de la sociedad en la que se desarrolla. Ya Leopoldo Zea haría hincapié en la
necesidad de comprometerse con su cultura, con su sociedad y por supuesto con la educación de
su propio pueblo.

El Hiperión encontró un sinfín de problemáticas que se suscribieron también en el área de la política,

distintos escritores del ala “izquierda”, no concordaron con las ideas de los jóvenes filósofos y fueron
inmediatamente atacadas. Ridiculizaron la idea de una fenomenología del relajo, o de una
hermenéutica del corazón del mexicano.

Si la filosofía tiene por sus tintes universalistas ¿Por qué el pensamiento griego o el germánico, han
sido los pilares de la formación del sujeto y de la idea del hombre que nos permea en la actualidad?
¿Por qué el pensamiento mexicano no puede repercutir en esta construcción?

Todavía en la década de los 90s, Leopoldo Zea, mantuvo cierta discusión sobre si el español era un
lenguaje filosófico o no, ¿cuál es la estructura lingüística óptima para filosofar?

Pero las estructuras lingüísticas particulares, no pueden quitar lo universal al pensamiento y

retomando la idea de cosmovisión de Dilthey, ésta es una manera propia del hombre, de cómo
entiende el cosmos. Diremos que los pueblos originarios de México, Centro y Sudamérica ¿no tienen
una manera propia de entender el mundo?

Las diversas cosmovisiones que permean en la actualidad, están inmersas en una lucha constante a
muerte, y es que: La muerte parece ser la condición de la verdad absoluta […]8

A lo largo de la historia, los imperios han negociado con la vida siempre para extender su dominio.
La muerte de una cosmovisión, es la muerte de una identidad específica, de una manera de ser en
el mundo. Así, la muerte de un pueblo, metafóricamente, se entiende como la muerte de una
filosofía. Por ejemplo, la elección de la posmodernidad, por parte de los europeos, significa reducir
la cultura y la filosofía a una condición de “museo”, “en lo sido”, “en lo inerte”, en lo que ya fue y no
será más, lo cual generó peculiar tensión y larga guerra entre lo moderno, lo premoderno y lo
posmoderno. Su fin es la unificación racionalista de las actividades extremadamente heterogéneas
y su inclusión en una categoría común: la unidad de lo diverso9.

7
Ídem, p. XIX
8
Gaos, José, Confesiones Profesionales, Tezontle FCE, 1ª edición, México, 1958, p. 35.
9
(pp.28-29) M.M.A José Gaos y el crepúsculo de la filosofía latinoamericana.
La unificación de los saberes presenta, varios inconvenientes, entre ellos, la elección racionalista de
cuál es la que debe predominar. Si el capitalismo, y la modernidad plantean la unificación de lo
diverso, convirtiendo al mundo y a cada uno de sus integrantes en un sujeto constituido idealmente.

La praxis del sujeto se vacía de sus orígenes. Entonces ¿cómo conocerse a sí mismo? Pero ¿para qué
conocerse a uno mismo? El criterio de autoconocimiento es vital para las relaciones humanas, para
el acercamiento con el otro y para el entendimiento de lo otro.

Esta máxima de saber de uno mismo, fue lo que arrojó al Hiperión por el descubrimiento de lo
mexicano y más propiamente del mexicano. La asimilación de lo que Gadamer llamaría filosofías
nacionalistas, ya estaba en boga, mucho antes que él las pronosticara.

Es así, que la formación del grupo de jóvenes hiperiones estaba permeada por la actualidad del
mundo europeo, por los movimientos revolucionarios recientes en el México del Siglo XX, pero
también el reconocimiento de los propios orígenes, de la cultura y el indigenismo mexicano. En esto
se circunscribe el presente proyecto de investigación titulado “El proceso formativo del Hiperión”,
grupo filosófico mexicano situado entre 1948 y 1952.

APROXIMACIÓN CONCEPTUAL Y METODOLÓGICA: Si bien, el grupo de intelectuales que

investigaremos se abocó a la producción filosófica, nosotros pretendemos conocer el contexto
histórico- educativo en el que se situaba dicha agrupación, por lo que será necesario conocer el
proyecto educativo de la escuela de Filosofía en dónde se forman estos jóvenes filósofos.

En un segundo será necesario revisar expedientes sobre el exilio español, en particular su influencia
en la filosofía mexicana. Esto nos dará claridad sobre conceptos fundamentales para la
investigación, tales como: intelectual mexicano, filosofía en México, formación de intelectuales, la
filosofía como expresión de una época, o bien, el nacionalismo en los intelectuales mexicanos.

En el presente anteproyecto se propone una bibliografía básica, con la que se dará inicio a la
investigación y la cual pretendemos ampliar durante el propedéutico.
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA

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