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Ponencia Gatica

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Mesa Temática 11: Ecología y Ambiente

Coordinadores: Marcos Montysuma. Mail: mmontysuma@gmail.com


Mónica Gatica. Mail: monicagracielagatica@yahoo.com.ar

Título: Algunas reflexiones a partir de la historia ambiental en Patagonia.

Autora: Mónica Gatica

Institución: Universidad Nacional de la Patagonia

E-mail de contacto: monicagracielagatica@yahoo.com.ar

Resumen:

En ésta ponencia procuraremos dar cuenta de la puesta en valor que supone trabajar
en la transdiciplinariedad no sólo para comprender cabalmente fenómenos complejos,
articulados en la larga duración, sino para pensar futuros posibles y continentes.
La especificidad de la región en cuestión deviene en mayor grado de una construcción
narrativa que la ha hecho desierto, que de circunstancias ambientales propiamente.
Fue conquistada y ocupada a fines del siglo XIX para articularla al mercado,
invisibilizando su heterogeneidad, y tal vez sería más preciso referirse al borramiento
de las mujeres y hombres que la ocuparon ancestralmente para expandir relaciones
capitalistas que no sólo respondieron a intereses nacionales.

Ponencia

Algunas reflexiones a partir de la historia ambiental en Patagonia.


Dra. Mónica Gatica- INSIHYS – FHCS-UNP

Al momento de formular el resumen para mi intervención en la mesa de Ecología y


ambiente pensaba en la necesidad de problematizar las transformaciones operadas en
la naturaleza de un ecosistema frágil como es el de Patagonia, a la luz de una
historicidad que en mucho es tributaria de la expansión del capitalismo en la región,
desde fines del siglo XIX.
Pero, siempre he entendido que las experiencias y las subjetividades están
atravesadas por las múltiples y superpuestas identidades y marcos referenciales, y
entonces voy a permitirme apelar a una anécdota familiar para referirme a la
necesidad de contextualizar e interpretar, dando cuenta una vez más que nada es
natural.
La Historia como disciplina ha llegado bastante tarde al debate ambiental, y a la fecha
aún hay pocas publicaciones que den cuenta de investigaciones de esta naturaleza.
Mi pequeña nieta Afro, de tan sólo seis años ha nacido en el centro del viejo continen-
te como resultado de la migración que sus padres emprendieron por razones laborales
hace ya más de una década, y criada en Villmergen, Aarau, en la Suiza alemana, en
estos días pasa sus vacaciones en Playa Unión, Chubut, Patagonia, donde vivo. Es
dable aclarar que la villa balnearia en cuestión es promocionada del siguiente modo:
“Es admirable tanto pos su belleza paisajística como por sus opciones tu-
rística y deportivas. Ofrece un espectáculo natural sorprendente como es
el avistaje de toninas overas, partiendo desde el puerto de Rawson en em-
barcaciones especialmente preparadas para recorrer el mar con seguridad
y confort.
En cuanto a las prácticas deportivas, sus costas reciben grandes olas (de-
nominadas Gordas) con una altura promedio de 1,5 m., ideales para la
práctica de surf y windsurf. La tranquilidad de esta villa atrae al visitante a
recorrerla a pie, contemplando el hermoso paisaje y cielo azul que se apre-
cia en este rincón de la Patagonia Argentina.” 1
Ciertamente, y a pesar de la majestuosidad con que es descripta, bien podríamos refe-
rirnos a ella como a un barrio residencial de la capital provincial, situado a sólo 5 kms.
de Rawson; siendo destino consuetudinario de residentes capitalinos y de la ciudad de
Trelew para palear los calores de los cada vez más tórridos veranos. Como producto
de la burbuja financiera iniciada ya en los lejanos años ´70 la propiedad inmobiliaria
está sobrevaluada, cotizándose el terreno para la construcción de una vivienda familiar
en miles de dólares norteamericanos. Ahora bien, más allá de la escenografía natural
a que se alude, la precariedad de los servicios la definen: a la fecha no contamos con
red cloacal y el tendido de agua es especialmente deficitario. Sin abundar podríamos
referirnos también a la precariedad del servicio eléctrico o las carencias de la telefonía
fija y de las conexiones a internet. Toda esta descripción introductoria para poner en
valor la herramienta hermenéutica que representa la Historia Oral.
Siempre creemos que trabajar desde esta perspectiva supone entrevistar a informan-
tes claves, pero aquí he optado por compartir con Uds. alguno de los miedos de mi pe-
queña.
Una educación políticamente correcta le ha enseñado a no arrojar residuos; a poder
tomar agua de las fuentes públicas; a valorar el cuidado y la proyección del paisaje ru-
ral minifundista viable en Europa; pero, mucho la ha alejado de la realidad latinoameri-
cana.
Hace unos pocos días, en una situación frecuente para todos nosotros, y en medio de
la hora del baño que corona un día de playa, su madre exclamó “¡se cortó el agua, nos
1
www.clickchubut.com.ar/...a-union-chubut-patagonia Última entrada 08-07-2014.
quedamos sin agua! Inmediatamente acurrucándose estalló en llanto. Cuando pudo
explicar qué le pasaba dijo: “¡Si se acaba el agua nos morimos!”
Sin duda en la memoria familiar podrá ser un lugar recurrente al que volveremos para
tener presente la distancia entre ambas realidades, pero no puedo sustraerme a la for-
mación o deformación profesional que me inunda.
Patagonia es vendida como paraíso, como tierra mítica en la que el dinosaurio más
grande le disputa a nuestra universidad el emplazamiento en el centro de la ciudad. En
éste sentido y sólo ejemplificando:
“A partir de conocerse la noticia del descubrimiento del dinosaurio más grande del
mundo, el intendente Máximo Pérez Catán habló de las infinitas oportunidades que se
abren para el desarrollo de la ciudad y fue por eso que planteó la necesidad de posi-
cionar a “Trelew como tierra de dinosaurios” con la idea de lograr una identificación
única en el planeta y ser el lugar de referencia de la Paleontología, informó el munici-
pio a través de un comunicado de prensa (…) Por eso Pérez Catán anunció la puesta
en marcha de un programa nacional entre la Municipalidad, la Fundación “Egidio Feru-
glio” y otras entidades, que bajo el lema “Una casita para el dinosaurio” buscará que
todo el país pueda participar de la construcción de este nuevo espacio para poder
exhibir una réplica del animal que posee aproximadamente 40 metros de largo, 20 de
alto y 77 toneladas de peso, el cual desde su hallazgo, a 260 kilómetros al oeste de
Trelew, conmueve al mundo..” 2
Aunque Uds. realmente se interroguen sobre la coherencia de los dos acontecimientos
aludidos, mucho tienen que ver con cómo pensar la región en que habito. Sin duda los
imaginarios sociales y la sustentabilidad, o la falta de ella dan cuenta de la narración
que aunque remite a escenografías mágicas, excluye.
Privilegiar la evocación de un falso fósil al que hay que construirle “una casita” para
exhibirlo y venderlo al turismo se da de bruces con la falta de inversión en obras de sa-
neamiento, y porque no, al reconocimiento de la educación como un derecho básico.
Ciertamente, y aunque desde la historia nos hayamos planteado bastante tarde el
abordaje integral de la cuestión ambiental, dicha perspectiva nos impulsa a
problematizar el concepto de desarrollo o progreso que ha sido fundante. La
radicación de población y el establecimiento de áreas de industrialización protegida
han sido recetas que durante años se aplicaron, especialmente a la sombra de la
siniestra Doctrina de Seguridad Nacional, preocupada por posibles invasiones del
territorio.
Ahora, es necesario que frente a la muerte entrópica del planeta, y a la degradación
socio ambiental que enfrentamos revisemos al decir de Leff los imaginarios, “ (…) no
2
Diario Jornada 12 de Julio de 2014.
sólo por el interés de conocer cómo percibe la gente el riesgo ecológico, sino desde la
perspectiva de su posible constitución como actores sociales y de sus estrategias de
reapropiación del mundo desde sus mundos de vida.”3
II
Hemos elegido trabajar en la historia con una visión desde abajo, pero hemos estado
particularmente atentos a los conflictos y la violencia explícita: huelgas, represión, al
legado que las violaciones a los Derechos Humanos supusieron, pero hoy es
necesario revisar los flagelos a que estamos expuestos, y que aunque afectan a todas
las clases sociales, terminan perjudicando en mayor grado a quienes menos bienes
tienen. Un ejemplo es la situación social en la que están inmersos en las comunas
rurales de la meseta patagónica, en las que se ha polarizado, y crecido
exponencialmente el apoyo irrestricto a lo que aparece como la única salida: la
explotación minera.
Ha sido bien puesto en evidencia el daño ambiental por Donald Worster al
interrogarse y tratar de entender por qué ha estado ocurriendo esta destrucción, o por
qué se ha acelerado con el paso del tiempo. 4 Y es en ese sentido que adelantamos
aquí alguna reflexión sobre el riesgo que supone la contaminación del agua de nuestro
único río, y consecuentemente única fuente de agua para el Valle Inferior del Río
Chubut.5
Al naturalizar al paisaje se está obviando analizar los efectos que la ocupación y el
desarrollo de la agricultura ha representado en el VIRCH. La investigación
arqueológica demuestra que a lo largo de todo el curso del río desde su naciente en el
Oeste de la provincia ha existido ocupación por miles de años, lo que se evidencia a
través de todo el arte rupestre que es observable a la fecha y que lamentablemente
tampoco está protegido. Las crónicas de los galeses que llegaron a partir de 1865,
como los testimonios de los viajeros que atravesaron el territorio, refieren a los pastos
y a los cañaverales del entorno, pero hoy resulta difícil considerarlo / imaginarlo. La
desertización se impone, y el cauce disciplinado por el Dique Florentino Ameghino
para producir energía –proyecto emblemático del progreso- operaron brutalmente
sobre la naturaleza. La intervención antropogénica es el dato determinante.

3
Leff, Enrique “Imaginarios Sociales y Sustentabilidad” en Cultura y representaciones sociales, Año 5;
N°9, Septtiembre de 2010, página 45.

4
¿POR QUÉ NECESITAMOS DE LA HISTORIA AMBIENTAL?
http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/tar117/worster.rtf. Última entrada 12/07/2014.

5
Valle Inferior del Río Chubut. Área en la que se asientan las localidades de Dolavon, Gaiman, Trelew y
Rawson. En adelante VIRCH
Hay una reflexión de Ariel Dorfman, que aunque formulado para otro contexto nos
parece significativa y es que el desierto siempre hace recordar distancias. “El desierto
no ofrece siquiera la ilusión de que uno podrá ser alguna vez otra cosa que un
intruso.”6
Hoy es imprescindible revisar cómo la intervención antropogénica cambió el paisaje.

Debe problematizarse también el ascenso de la conservación y/o el ambientalismo,


atendiendo a los múltiples escenarios. No es igual en Europa que en África o en
nuestro subcontinente, aunque democráticamente el cambio climático nos afecta a
todos.
Aportamos a la reconceptualización del “objeto de estudio” Claramente en el caso de
Nabte. Los modelos de naturaleza están imbuidos de la cultura en que se inscriben.
Nada es natural, todo es cultura.

Cruzado con el supuesto positivista en la región. Doble visión, tierra maldita o


paraíso.
Repensar con Bayer porque no se asienta gente para vivir en Patagonia las
razones sean más profundas, como ha señalado Osvaldo Bayer al referirse a aquello
que imposibilitó que los pueblos con su vida consuetudinaria, y su compromiso con la
tierra y el paisaje, pudieran articularse a la nación desde la Patagonia de un modo
distinto, reconociéndose, y no a partir del extrañamiento.7

y seguimos trayendo nuestros alimentos desde el Norte. Han saqueado el


recurso pesquero y en Argentina se consume muy poco, en la meseta no
existe.
Aportes desde la Historia Oral: su aplicabilidad al análisis de la incidencia de la
población rural en la ecología y caracterización del manejo empírico.

En esta ponencia damos cuenta de la experiencia


que estamos realizando a partir del trabajo interdisciplinario al que nos abocamos en el
proyecto de investigación: El rol de la población rural en la ecología y estado de
conservación de los mamíferos terrestres del Área Natural Protegida Península
Valdés: caracterización del manejo empírico y desarrollo de propuestas alternativas,

6
Dorfman, Ariel. Memorias del desierto. Latitudes National Geographic – Editorial del Nuevo Extremo,
Buenos Aires 2005. Pág. 63.

7
Ver Bayer, Osvaldo La Patagonia Rebelde (2002), Ed. Planeta, Buenos Aires, pág. 19
que se inscribe en el Programa de investigación del Área Natural Protegida Península
Valdés (PROPEVA). Este programa se elaboró a partir de los objetivos del Programa
de Conservación y manejo del patrimonio natural y cultural; y del Subprograma de
protección, recuperación y uso sostenible de los distintos componentes del patrimonio
natural y cultural, incluido en el Plan de Manejo del Área Natural Protegida Península
Valdés, aprobado por Ley 4722 de la Provincia de Chubut.

Los biólogos intervinientes en el proyecto, quienes investigan en la zona en cuestión


desde hace ya varios años, paradójicamente han advertido que la caza a la que
dedican su análisis para atender la subsistencia de especies de mamíferos terrestres,
cuando es realizada con fines consumitivos puede llegar a generar beneficios a la
conservación, en tanto es una de las pocas maneras en la que las comunidades
locales se benefician de la fauna silvestre, y por lo tanto hace que se interesen por los
ambientes naturales en los que interactúan.

Es dable atender que en el Área en cuestión, Sitio Patrimonio Natural de la Humanidad


desde 1999, como en la mayor parte de la Patagonia, es usual la cacería de especies
consideradas perjudiciales para la práctica ganadera.

Se ha observado que dichas prácticas se diferencian a partir de la calidad de vida de


los pobladores rurales, y resulta infructuoso implementar pautas de manejo sin atender
al rol que el hombre juega en el ambiente. Esta situación impone conocer, caracterizar,
mensurar y evaluar la sustentabilidad del manejo de los recursos faunísticos, para
desarrollar propuestas de intervención que maximicen su eficacia en términos de
conservación.

trabajamos para comprender sus actos. Es un modo de entrar en diálogo con la


dinámica que viven nuestras sociedades, no sólo para producir consensos, sino
aportando, para propiciar cambios. Es comprender y poner al descubierto el
significado vital, corrosivo, y a veces agresivo y rebelde de muchos actos que en
apariencia son nimios al decir de Gilly. (Gilly, 1986:104). La historia nos permite
pensar el presente, y asumir que el mismo puede ser modificado, ya que no es un
hecho natural; estudiamos el pasado, pero mirando hacia delante, como dice Josep
Fontana.
“A construcao da história ambiental e as ideáis para preservacao da natureza” Miguel
Mundstock Xavier de Carvalho en Duarte, Geni Rosa; Frotscher, Méri y Laverdi, Robson
(organizadores) História, Práticas Culturais e Identidades: abordagens e perspectivas teórico –
metodológicas. EDUNIOESTE, Brasil, 2008.
Siguiendo a Leff (Leff, 2005) el autor plantea que desde esa perspectiva el autor propone 4
vertientes privilegiadas para la historia ambiental:

a) Una historia epistemológica de la complejidad ambiental.


b) Una hermenéutica de las narrativas sobre las relaciones sociedad – naturaleza.
c) Una complejización de los tiempos en la era de la sustentabilidad
d) Los actores sociales, el movimiento ambientalista y la apertura de la historia. (pp.190)
A mi me interesan los sujetos sociales
Pareciera haber un consenso en torno a que estas investigaciones están fuertemente ligadas a
los movimientos ambientalistas y a la crítica ambiental de las últimas décadas, que ha influido
en la historia pero también en otras disciplinas.

“La idea de una historia ambiental comenzó a surgir en la década de 1970, a medida que se
sucedían las conferencias sobre la crisis global y crecían los movimientos ambientalistas entre
los ciudadanos de varios países. […] La Historia no fue la única disciplina afectada por la ola de
preocupación pública: el trabajo académico en las área de derecho, filosofía, economía,
sociología y otras fue igualmente sensible a ese movimiento (Worster, 1991, p.199) en pp.190.

Siguiendo a Leff el autor plantea que el ambiente irrumpió en el discurso político y científico
como concepto que resignifico las concepciones del mundo, del desarrollo, de la relación de la
sociedad con la naturaleza y de la sustentabilidad de la vida. Es un pensamiento holístico.

- Las raíces del ambientalismo y la formación de las tendencias “preservacionistas” y


“conservacionistas”
El autor retoma de Héctor Leis, una serie de reflexiones sobre las raíces filosóficas y
estéticas, quien establece como momento fundamental fines del siglo XVIII, con las
revoluciones y las definiciones imaginarias de derechos iguales para todos los seres
humanos. Simultáneamente la concepción occidental sobre la naturaleza, influenciada por
el dualismo cristiano y el cientificismo, impactó. La concepción arcádica y poética del
párroco inglés Gilbert White, que propuso una vida simple y en armonía con la naturaleza,
y la concepción racionalista y taxonómica de Carl Linnaeus, son consideradas por Leis
como marcos para el ambientalismo en construcción. (pp.191).

Leis apunta que hay una división explícita en el pensamiento ambientalista en dos
corrientes básicas:
1) De carácter más radical y biocéntrica, que reconoce como antecedente a White, con su
visión arcádica de la naturaleza que considera que los seres humanos no tienen ningún
derecho especial con la naturaleza. En esta vertiente se inscribiría Henry Thoreau y
John Muir en el siglo XIX hasta los pensadores de la deep ecology o Ecología Profunda.
2) La otra corriente, históricamente dominante del ambientalismo, es más próxima a una
definición más moderada y antropocéntrica, con un carácter más racionalista, deriva-
do de Linnaeus, popularizada por ejemplo a través de Darwin que privilegia al hombre
por sobre otras especies. (Leis en de Carvalho, pp.192).
Antonio Carlos Diegues, establece que en USA esa discusión giró en torno a las

denominaciones de “preservacionismo” y “conservacionismo”, lo que también aconteció

en otros países. Como funcionario de ONU criticó a los preservacionistas, especialmente a

la creación de parques o áreas naturales protegidas. Él combatió lo que llama “la

importación de modelos de parques nacionales norte-americanos” a los países pobres, ya

que muchas veces la creación de esos parques supuso un proceso violento de expulsión de

poblaciones tradicionales. Diegues discute las ideas ambientalistas que dieron origen a la

noción de wilderness (mundo salvaje), una noción de naturaleza intocada e idealizada, que

tiene como sustrato la creación del Parque Nacional de Yellowstone en 1872, donde los

indígenas fueron removidos. La noción de wilderness contribuyó a la elaboración de

pensadores preservacionistas norte-americanos como Henry Thoreau, George Marsh y

John Muir, que tuvo resonancia en el siglo XX en Aldo Leopold, Rachel Carson y otros.

(Diegues en Carvalho, 2008:193). Diegues destaca los mitos sobre la naturaleza y cómo

forjaron un pensamiento egocéntrico o biocéntrico.

Por otro lado los conservacionistas, representados por el ingeniero forestal Gifford Pinchot

acentuaron la necesidad del uso racional de los recursos naturales, garantizando su uso

futuro, evitando el desperdicio y permitiendo equidad en el acceso a estos recursos. Para

esta corriente, la naturaleza no tiene valor en sí misma, sino como recurso útil para la

sobrevivencia y el bienestar humano, siendo por eso clasificada como antropocéntrica.

(Diegues en Carvalho, 2008: 193). Estos también ejercieron una profunda influencia en el
ambientalismo que surgió después de los debates del eco-desenvolvimiento en los años

70, ya sea con las discusiones de las Conferencias Mundiales sobre Medio Ambiente en

1972 a 1992, estando también presentes en las discusiones sobre el concepto de

desarrollo sustentable en publicaciones internacionales.

Siguiendo a Diegues, las ideas preservacionistas de USA se diseminaron, siendo

responsables por la adopción del modelo predominante de áreas naturales protegidas

desprovistas de pobladores, basadas en el mito de la naturaleza intocada, lo que ha

generado una serie de conflictos con quienes habitaban esas áreas. Se ha generado una

violencia de Estado, al retirar por la fuerza a personas de su ambiente natural para crear

áreas naturales intangibles, lo que también se ha aplicado por ejemplo cuando se crearon

represas hidroeléctricas.

Thoreau (1817-1862) fue un pensador crítico, autor del clásico ensayo sobre La

desobediencia civil, y él no concibió a la naturaleza como desprovista de espiritualidad,

como tiende a concebirla cada vez más la biología moderna. “Su filosofía buscaba

reconocer lo sublime, a las divinidades en las plantas, animales y en los elementos del

mundo físico, como el lago Walden. Y los seres humanos no estaban excluidos de este

esquema, eran un elemento más de esta totalidad trascendental, retirándolos del lugar

central que les era atribuida por la cultura occidental. (Carvalho, 2008: 195).

Lo que a Carvalho le preocupa, y que no es una cuestión relevante para Diegues, es en qué

medida las organizaciones no gubernamentales, empresas y gobiernos, se apropian de los

discursos preservacionistas para llevar a cabo sus intereses de control territorial, control

de las poblaciones y garantía de lucros y negocios a partir de la apropiación de la

biodiversidad. Es necesario analizar las razones económicas y políticas, calcadas de otros

mitos que sirven para expulsar y desposeer de derechos a pobladores tradicionales.


De todos modos esto no quiere decir que no debemos apoyar unidades de conservación

integral, especialmente en ecosistemas amenazados.

Diegues discute las ideas ambientalistas que dieron origen a la noción de wilderness

(mundo salvaje), una noción de naturaleza intocada e idealizada, que tiene como sustrato

la creación del Parque Nacional de Yellowstone en 1872, donde los indígenas fueron

removidos. La noción de wilderness contribuyó a la elaboración de pensadores

preservacionistas norte-americanos como Henry Thoreau, George Marsh y John Muir, que

tuvo resonancia en el siglo XX en Aldo Leopold, Rachel Carson y otros. (Diegues en

Carvalho, 2008:193). Diegues destaca los mitos sobre la naturaleza y cómo forjaron un

pensamiento egocéntrico o biocéntrico.

Por otro lado los conservacionistas, representados por el ingeniero forestal Gifford Pinchot

acentuaron la necesidad del uso racional de los recursos naturales, garantizando su uso

futuro, evitando el desperdicio y permitiendo equidad en el acceso a estos recursos. Para

esta corriente, la naturaleza no tiene valor en sí misma, sino como recurso útil para la

sobrevivencia y el bienestar humano, siendo por eso clasificada como antropocéntrica.

(Diegues en Carvalho, 2008: 193). Estos también ejercieron una profunda influencia en el

ambientalismo que surgió después de los debates del eco-desenvolvimiento en los años

70, ya sea con las discusiones de las Conferencias Mundiales sobre Medio Ambiente en

1972 a 1992, estando también presentes en las discusiones sobre el concepto de

desarrollo sustentable en publicaciones internacionales.

Siguiendo a Diegues, las ideas preservacionistas de USA se diseminaron, siendo

responsables por la adopción del modelo predominante de áreas naturales protegidas

desprovistas de pobladores, basadas en el mito de la naturaleza intocada, lo que ha

generado una serie de conflictos con quienes habitaban esas áreas. Se ha generado una

violencia de Estado, al retirar por la fuerza a personas de su ambiente natural para crear
áreas naturales intangibles, lo que también se ha aplicado por ejemplo cuando se crearon

represas hidroeléctricas.

Lo que a Carvalho le preocupa, y que no es una cuestión relevante para Diegues, es en qué

medida las organizaciones no gubernamentales, empresas y gobiernos, se apropian de los

discursos preservacionistas para llevar a cabo sus intereses de control territorial, control

de las poblaciones y garantía de lucros y negocios a partir de la apropiación de la

biodiversidad. Es necesario analizar las razones económicas y políticas, calcadas de otros

mitos que sirven para expulsar y desposeer de derechos a pobladores tradicionales.

De todos modos esto no quiere decir que no debemos apoyar unidades de conservación

integral, especialmente en ecosistemas amenazados.

“A construcao da história ambiental e as ideáis para preservacao da natureza” Miguel


Mundstock Xavier de Carvalho en Duarte, Geni Rosa; Frotscher, Méri y Laverdi, Robson
(organizadores) História, Práticas Culturais e Identidades: abordagens e perspectivas teórico –
metodológicas. EDUNIOESTE, Brasil, 2008.

CONTAMINACION - (Chubut) - La Justicia Federal


quiere investigar la presunta contaminación del Río
Chubut
Fecha:
Domingo, 30 Diciembre, 2012
Medio:
Jornada
Contenido:

La Justicia Federal quiere investigar la presunta contaminación del Río Chubut - El


fiscal federal Fernando Gélvez pidió una pesquisa y quiere que declare personal de
la Cooperativa de Rawson.
El fiscal federal de Rawson, Fernando Gélvez, le pidió al juez Hugo Sastre que se inicie una
investigación acerca de la presunta contaminación del río Chubut, que sería causada por el
volcado a ese cauce de agua de líquidos sin tratamiento, provenientes de los pluviales de
Trelew.
Gélvez también le solicitó al titular del Juzgado Federal capitalino que cite a prestar declara -
ción a la ingeniera Adriana Bec, jefa del Servicio de Agua de la Cooperativa Eléctrica de Raw-
son. Según el análisis del fiscal, Bec debería presentarse en tribunales acompañada de toda
la documentación e información que posea con relación a la presunta contaminación del río,
como filmaciones y grabaciones.
Aunque el proceso está en su inicio, la sospecha es el uso de residuos para “envenenar,
adulterar o contaminar de un modo peligroso para la salud, el suelo, el agua, la atmósfera o
el ambiente en general”. Y podría haber negligencia si se prueba que algún funcionario públi -
co fue imprudente o tuvo “impericia o inobservancia de los reglamentos u ordenanzas”.
Gélvez se interesó en el tema a partir de dos publicaciones de este diario: el 23 de diciem -
bre, Jornada reveló en exclusiva el duro dictamen de un estudio jurídico según el cual la con -
taminación del río incluye “delitos contra la salud pública y encierran un peligro común e in -
determinado”. El análisis legal lo encargó la intendente de Rawson, Rossana Artero, que hace
tiempo se queja del perjuicio de los pluviales Muster y Owen para el río.
El dictamen que pidió la Municipalidad de Rawson se basó en distintas fuentes pero “pone es-
pecial énfasis en el aporte de la ingeniera Bec, responsable técnica del servicio sanitario de la
Cooperativa capitalina, que según los letrados que firman el dictamen, permite acreditar la
contaminación del río Chubut y el modo en que se afecta aguas abajo a la población urbana
y rural del municipio de Rawson”.
La segunda publicación en la que se basó Gélvez para su pedido de investigación incluye de-
claraciones de la jefa comunal capitalina, el 27 de diciembre. En el texto de su requerimiento
de instrucción para Sastre, el mismo día de la publicación, el fiscal apuntó que Artero “anun-
ció que pedirá una audiencia con el gobernador Martín Buzzi (ver aparte) tras recibir el infor-
me ambiental de un estudio jurídico porteño, por el cual confirmó que el río Chubut está con-
taminado, responsabilizando al municipio de Trelew y al Ministerio de Ambiente provincial”.
“En otro pasaje –escribió Gélvez- se refiere que la jefa comunal indicó que tal dictamen fue
pedido por ellos, aportándose muchísima información suministrada por la jefa del Servicio de
Agua, Adriana Bec. También señala que el dictamen es muy duro y culpa por los volcados al
río de los pluviales Muster y Owen tanto de la Municipalidad de Trelew como al Ministerio de
Ambiente de la provincia 8

“En Octubre de 2012 con votos de tres ministros de la Sala Civil del Superior Tribunal de Justicia del Chu -
but, en referencia al Código Ambiental de la Provincia -Ley XI Nº 35-, expresaron que: ‘no efectúa una tipi -
ficación de penas con respecto a conductas infractoras’ de sus disposiciones, un defecto que lo transfor-
ma en una norma sin efectos prácticos para la defensa del medio ambiente en Chubut”

Por Luis Dupuy *

8
www.defensachubut.gov.ar/prensa/?q=node/7398 última entrada 16 de julio de 2014.
En aquella oportunidad los ministros del Superior Tribunal declararon nula una multa que el Ministerio de
Ambiente pretendió aplicar a la empresa Aluar S.A.

Estas contundentes afirmaciones acerca de la carencia por parte del Estado Provincial de una norma que
le permita ejercer adecuadamente el poder de policía en materia ambiental, están expresadas en un fallo
dictado por el Superior Tribunal en agosto de 2012.

Como se recordará la Provincia del Chubut a su tiempo, y en otra causa, hasta llegó a aplicar una multa
de 14 millones de dólares, precisamente por contaminar el medio ambiente la fábrica de aluminio de Puer-
to Madryn.

Al respecto el Diputado del Bloque del Polo Social, Oscar Petersen había hecho conocer su preocupación
por la contaminación que genera ALUAR S.A. Petersen afirmaba entonces: “ha existido un Estado ausen-
te y casi bobo”. El tema ambiental requiere de mucha agilidad, dinamismo porque hay que llegar antes.
Hasta ahora, hemos llegado siempre a destiempo”.

Los integrantes del Superior Tribunal en Diciembre de 2012 dispusieron que: “firme la presente, se libre
Oficio al Sr. Gobernador de la Provincia y a la Honorable Legislatura del Chubut, a fin de poner en su co -
nocimiento la estimación del Tribunal, de la necesidad urgente de modificar el Código Ambiental de la
Provincia -Ley XI Nº 35.

El envío de los Oficios se concretó hace hace 17 meses y hasta ahora el Código Ambiental del Chubut, no
se modificó. ¿Por qué?
Se sabe que ingresó una modificación propuesta por el Diputado Jerónimo García, del ahora llamado Blo-
que Chubut Somos Todos, que propone una multa mínima de cincuenta mil (50.000) litros de gasoil y un
máximo de doscientos cincuenta mil (250.000) litros del combustible, proyecto este que pasó a comisio-
nes y allí quedó sin dictamen alguno.

También trascendió que hay un borrador que impulsa el Diputado Anselmo Montes que es más amplio y
optimiza el Código Ambiental, pero hasta la fecha no se a presentado oficialmente.

Por parte del Poder Ejecutivo, en Febrero de este año el Ministro de Ambiente y Control del Desarrollo
Sustentable, José María Musmeci, expresó que estimaba que en dos meses el Ejecutivo mandaría a la
Cámara de Diputados un Proyecto de Ley modificatorio del Código Ambiental, pero ya estamos en el mes
siete del año y como dicen los jóvenes de ahora, naaa, todo sigue igual.

Hay un Fiscal Federal, que vivió y actuó unos 10 años en Chubut, que es el Dr. Antonio Gustavo Gomez
que no hace mucho expresó sobre el tema medio ambiente: “Argentina no tiene problemas de leyes. Las
hay y muy buenas. El problemas es hacerlas cumplir. Esa labor es la que tiene el Poder Ejecutivo y sobre
todo el Poder judicial. Lo que están haciendo los jueces provinciales es distraer. Con solo empezar con
las acciones penales por los delitos ambientales que hay en Chubut, los jueces y fiscales chubutenses tie-
nen de sobra…pero no quieren y distraen como el tero”.
Y, agrego: ” No busquen la perfección legislativa, que con lo que tienen sobra. Exijan que las hagan cum -
plir”.

Sin contradecir a tan reconocido juez, a quien mucho valoramos, modestamente y siguiendo el dicho po -
pular “lo que abunda no daña”, sería muy bueno que Chubut modifique su Código Ambiental, y también
que finalmente los Diputados sancionen el Proyecto de Ley que por Iniciativa Popular, con la firma de
13.007 ciudadanos, impulsan una Ley para prohibir la megaminería metalífera y uranífera y el uso de tóxi -
cos.

La mayoría de los chubutenses, amamos la Vida, un Derecho que está por encima del derecho económi-
co, y tampoco queremos un Estado que siga siendo “bobo”.

Ej. La instalación de ALUAR o el parque industrial. Sin hablar de la pesca.

La preocupación frente a la megamineríaa o al fracking

Decíamos hace unos años con Susana López que:

Para nosotras el des-cierto implica correr el velo y desmitificar; o sea des-cubrir lo que
ha sido opacado en Patagonia, empoderándonos y buscando contribuir al diseño de un
proyecto continente y alternativo. Resultó muy disparador el texto de Ricardo Forster El
exilio de la palabra. En torno a lo judío, que nos permitió pensar nuestro objeto de estu-
dio como experiencia interrogativa, recuperando el peregrinar de múltiples hombres y
mujeres, que recorrieron y habitaron este territorio, y nutren las distintas memorias que
hoy pugnan por manifestarse. Así, la experiencia del desierto está vinculada a la erran-
cia y a la diáspora que subyace en los sujetos en análisis.
El Desierto fue pensado como arrasamiento, eliminado al otro: el genocidio indígena;
la masacre de los obreros en las huelgas patagónicas; la negación de identidades
subalternas, y la instalación de una supuesta homogeneización étnica, cultural y
política-. En definitiva, la negación del disidente.

Alternativamente el espacio patagónico también fue inscripto, con gran vigencia hasta
el presente, a partir de distintas ideas de naturaleza: ya sea como un lugar para la
explotación económica, o como reservorio natural de la humanidad. La primera de
estas visiones ha propiciado entre los pobladores patagónicos un bucólico e incesante

9
www.puertae.com.ar 23 de julio de 2014.
reclamo frente al poder central: reconocimiento pleno de su status político, y sin
embargo asistencia diferenciada (subsidios, prerrogativas, promoción, etc.).

Los nacionalistas acuñaron para esta área, la inminente necesidad de ocuparla, ante el
temor de que fuese objeto de invasiones o infiltración de otras naciones (chilenos,
judíos, nazis, ingleses, asiáticos). De algún modo, esta es la visión que sirvió de
sustento a los proyectos desarrollistas inaugurados en la década del ’50, pero que
nutrió el accionar de las distintas dictaduras argentinas en este contexto: litigios con
Chile, que incluso nos llevaron al borde de una confrontación armada en 1978; o la
Guerra de Malvinas.

Entre las conceptualizaciones negativas no podemos dejar de referirnos a la mirada


que la recorre pensándola como tierra maldita, como confín para presos políticos y
sociales (desde los anarquistas, siguiendo con los deportados después de 1955, y por
supuesto, considerando los presos políticos de la década del 70).

La visión promisoria, que hizo de esta tierra reservorio y refugio, atraviesa la última
mitad del siglo XIX y el XX, y es hoy dominante, como producto y objeto de
comercialización internacional. Los galeses a partir de 1865 la eligieron para concretar
el proyecto utópico de una nueva Gales en el cono sur; los anarquistas buscaron aquí
recursos para financiar su revolución; los tardíos hippies argentinos hicieron de El
Bolsón y la Comarca Andina de Chubut y Río Negro su lugar, mientras que exiliados
internos y extranjeros, se cobijaron en ella.

Hoy, a pesar de las memorias y las riquísimas historias que encierra, se vuelve a
invisibilizar a su gente, para destacar sus condiciones excepcionales de biodiversidad, y
lo misterioso vuelve a atrapar a cineastas, literatos, y en definitiva viajeros
provenientes de los más remotos rincones que ven animales en procesos de extinción,
glaciares en retroceso, dinosaurios, etc.

Pág. 1y 2

El Desierto fue el espacio de lo bárbaro que asechaba la civilización; adquirió


características fundacionales y comenzó a utilizárselo, incluso con mayúscula,
nominando al sector de la pampa ocupado por sus pobladores originarios. Dicha
apreciación se proyectó a lo largo del siglo XIX y XX en textos y escritos de ensayistas,
literatos, viajeros, y políticos preocupados no ya por su reconocimiento, sino por su
ocupación.

Nos aproximamos a la Generación del 37, ya que su matriz ideológica resulta fundante
de una concepción del desierto que ha sido hegemónica. Los principales referentes de
esta corriente: Domingo Faustino Sarmiento y Juan Bautista Alberdi, consideraron que
para construir la nación argentina debían erradicarlo. Sarmiento en Facundo o
civilización y barbarie, plantea una dicotomía, que siguiendo a Maristella Svampa 10
podemos pensar como una doble dimensión de ésta imagen: desde una lógica de la
exclusión entre dos mundos separados por diferencias de esencia; o desde una lógica
de la conjunción, donde existen diferencias de grado, remitiéndonos a estadios que
gradualmente conducirían al progreso. La ciudad encarnó el valor de lo más elevado,
en tanto que el ámbito rural representaba la naturaleza, ámbito de lo bárbaro. “El mal
que aqueja a la República Argentina es la extensión; el desierto la rodea por todas
partes y se le insinúa en las entrañas; la soledad, el despoblado sin una habitación
humana, son por lo general los límites incuestionables entre una y otras provincias ...
Acéchanla los salvajes, que aguardan las noches de luna para caer, cual enjambres de
hienas, sobre los ganados que pacen en los campos y sobre las indefensas
poblaciones”.11 Pág.3

Dos concepciones de la naturaleza jugaban en las miradas de Patagonia cuando se pensaba en


qué hacer con ella: como reservorio, para mantenerla en estado puro; y como naturaleza
productiva, para la explotación económica. En esta tensión se conformó una conciencia territorial
que incluyó esas dos concepciones.

En la primera, la naturaleza era vista como objeto de contemplación o como un espacio


que escondía peligros - donde estaban los animales feroces o el indio-. Hacia fines del
siglo XIX, se hizo predominante una transformación acelerada del territorio,
enmarcándolo en el proyecto global de los hombres de la generación del 80. Los
exploradores combinaron en sus reflexiones las dos visiones anteriores. Describían el
10
Svampa, Maristella El dilema argentino: civilización o barbarie. De Sarmiento al revisionismo peronista.
Ed. El cielo por asalto. Imago Mundi, Bs. As., 1994

11
Sarmiento, Domingo Faustino. Facundo civilización o barbarie. Centro Editor de América Latina, Bs.As.
1973. Pg.17. El destacado es nuestro.
paisaje como “desierto cubierto de matas quemadas o alguno que otro chañar
raquítico...”12, o que “reina por todas partes el imponente desierto, cruzado de vez en
cuando por algunos salvajes nómades”13.

Sin embargo, la esterilidad tanto como la frondosidad que se combina en distintas zonas
de Patagonia les produjo fascinación por su imponencia: “Sólo en la Tierra del Fuego he
sentido las profundas emociones que despiertan en el alma del viajero los grandes
espectáculos de la naturaleza...”14.

Moreno en varias oportunidades en sus viajes se refirió a las impresiones de Darwin


cuando recorría el mismo espacio y compartía sus sensaciones. Por ejemplo: “¿Por qué
esos desiertos, y no soy el único que ha experimentado esos sentimientos, han
causado en mí tan profunda impresión? (...) No puedo tratar de analizar esos
sentimientos, pero deben de provenir en parte del libre impulso dado a la imaginación.
Las llanuras de la Patagonia son ilimitadas, apenas si pueden ser atravesadas, tan
desconocidas son (...) Si, como suponían los antiguos, la Tierra fuera plana y estuviera
rodeada de agua o de desiertos, verdaderas hogueras imposibles de atravesar, ¿quién
dejaría de experimentar una profunda sensación, aunque mal definida, al borde de
esos límites impuestos a los conocimientos humanos?”...15

Carlos Moyano cuando describía los fiordos al sur de Patagonia expresaba: “Confieso
que nunca había visto un panorama semejante (...) Me siento impotente para hacer
una descripción completa, por pálida que sea de esta maravilla hidrográfica...” 16.

La primera concepción de la naturaleza está asociada con la Patagonia como desierto.


Pero, debemos especificar sin embargo que es construido, primero, desde un punto de
vista ideológico y más recientemente en el plano concreto, con los procesos de
desertificación de los suelos, consecuencia principalmente del sobrepastoreo, además de

12
Lista, R., Mis exploraciones y descubrimientos en Patagonia, p.152.

13
Lista, R., Ídem, p.175.

14
Lista, R., Viaje al país de los onas, p.40.

15
Darwin, Charles, Diario del Viaje de un naturalista alrededor del mundo, pg. 448. Ed. El Elefante
Blanco, Bs.As. 1998.

16
Moyano, C., Viajes de exploración a la Patagonia, p.148.
los fenómenos naturales de erosión. La aridez fue construida finalmente, y el desierto se
logró también vaciando a este territorio de indeseables, -indios o anarquistas-. Es una
construcción ideológica: este espacio ni estaba deshabitado ni era en su totalidad una
geografía con predominancia del paisaje desolado y árido. La estepa original era
graminosa, con escaso suelo desnudo y una buena productividad total 17. Aunque el
sistema es vulnerable, y el equilibrio muy inestable, la acción del hombre europeo,
blanco, o civilizado, fue lo que aceleró los procesos desestabilizadores, degradando el
ecosistema de tal modo, que resulta muy difícil su recuperación. Los factores que más
afectaron el equilibrio existente fueron la tala indiscriminada de arbustos, el trazado de
caminos, la explotación minera, el desarrollo de métodos de riego inadecuados que
llevaron a la salinización de los suelos, y la introducción del ovino, siendo ésta última
causa la que más aceleró el proceso de desertificación por el sobrepastoreo, el mal
apotreramiento y las consecuencias del pisoteo y deyecciones de estos animales.
Afectaron el suelo con distinta intensidad, siendo más graves sus consecuencias en las
provincias de Santa Cruz (centro y norte), en el sur de Chubut y Río Negro, y en el centro
de Neuquén.

Un viajero, el Dr. Lahitte, narró que en la parte que visitó de la costa patagónica entre
Madryn y Trelew, durante el verano ha visto una pampa desconsoladora pero que: “...sin
embargo, el gerente del Ferrocarril me ha asegurado que después de las grandes lluvias
los pastos eran tan densos y elevados, que los trenes llegaban a la estación con las ruedas
completamente cargadas de yuyos y que a menudo patinaban, hasta ser necesario
limpiar antes la vía o bien no transportar pesada carga.”18.

Si pensamos en la zona cordillerana, la acción del hombre blanco produjo la disminución


de bosques por incendios o tala sin reposición. Pág. 4 y 5

Ya desde fines del siglo XIX y comienzos del XX, se presentan opiniones tratando de
desmitificar el rigor del clima patagónico y mostrar paisajes prontos a ser utilizados, o
sea, prevaleciendo la visión de una naturaleza productiva. La poderosa ilusión
constructiva de la época buscó resaltar el potencial del territorio, y construir un mito del
17
Estamos siguiendo a González, Liliana, “Consecuencias ambientales de la actividad ganadera: la
desertificación” en El Gran Libro de la provincia de Santa Cruz, vol. 2.

18
Lahitte, F., “Aplicación de las Ciencias Naturales a la colonización de las costas del Sud”, p. 22.
hacer. Es la idea del progreso como utopía que permitiría transformar la sociedad y la
economía. Un progreso que, como casi siempre en la modernidad, tuvo como
contrapartida muerte y olvido. Pág.7

La cuestión que se planteaba era modificar un imaginario que presentaba a Patagonia


como tierra maldita.

Para los años 20 se planteó una integración política de Patagonia distinta a la de los 80.
Arreciaron las quejas por ser relegados en la posibilidad de participación política, y
reclamaron la representación parlamentaria de los territorios sureños. Había una
nueva toma de conciencia de la integración de Patagonia, con una fuerte impronta
geopolítica, tal cual se expresa en una abundante bibliografía nacionalista de las
décadas siguientes de 1930 y 1940.19

Este discurso hegemónico de las primeras décadas del siglo XX, volvió a plasmarse con
los proyectos desarrollistas, que para el caso de Chubut, recibieron un tratamiento
particular a partir de la promoción industrial. Resulta significativo que el mayor
número de estos instrumentos fueron aprobados por dictaduras militares, sin contar
en su diseño con participación popular, aunque puede presumirse la presión de grupos
cercanos al poder. A fines de la década de 1960, al aprobarse la ley 18.447 por el
gobierno de Onganía, que otorgó un régimen de Promoción Patagónica para la
Industria –eximiendo- del impuesto a las ventas, a los insumos, y productos elaborados
al sur del paralelo 42-, la justificación ideológica fue semejante. Dijo el Dr. Juan
Moraveck (Secretario de la Unión Industrial Patagónica):

“Las causas del subdesarrollo patagónico (...) que es a su vez causa y efecto, es
fundamental: la ausencia del hombre. Llevar población a la Patagonia es pues la
base”.20

19
Como ejemplo se puede citar a José María Sarobe, La Patagonia y sus problemas, Bs. As., 1935. Sarobe
actuó como enlace entre Uriburu y Justo en la revolución del 30; luego adhiere al Justismo,
declarándose en los 40 como defensor de la incorporación política de Patagonia a la nación. Este último
dato lo extraemos de Orietta Favaro y Mario Arias Bucciarelli, “ El lento y contradictorio proceso de
inclusión de los habitantes de los territorios nacionales a la ciudadanía política: un clivaje en los años
30”, en Entrepasados, año V, n° 9, 1995, pág. 25.

20
Diario Jornada 15-11-1969, pág. 2.
El contralmirante Guillermo Pérez Pittón, gobernador de Chubut en 1969, en un dis-
curso que pronunció, destacó que la aprobación de la ley a que nos venimos refirien-
do: “(...) es el acontecimiento de partida del despegue industrial definitivo de nuestra
provincia. (...) Sirva también para reafirmarnos en nuestra absoluta convicción de
que esta parte de la Patria ya ha dejado de ser tierra de promisión para ser teatro de
grandes realizaciones nacionales.” 21

Sin pretender un examen exhaustivo procuramos ilustrar acerca del posicionamiento


de distintos actores del proceso. Desde la editorial del diario local se sostenía:“(...) dar
más en el sur, importa devolver algo de lo que el país se ha tomado en el sur durante
casi una centuria, sin aportar mucho en su favor; atender preferentemente el sur
significa procurar la seguridad nacional que se pone en peligro cada vez que surge un
problema de límites, generalmente porque otras naciones poblaron la tierra que el
argentino no alcanzó a poblar”.22

Hay un sesgo positivista que se expresa en las palabras que dirige en ocasión de visitar
Trelew el secretario de difusión y turismo, embajador Rodolfo Baltiérrez, quien
expresó (con el beneplácito local que destacó su simpatía, su cordialidad y su llaneza):
“Las industrias en la Patagonia, son como los fortines de Roca en el desierto, es decir
atalayas del progreso y de la civilización, puntos de arranque para el desarrollo. 23

Obviamente, la concepción ideológica que sostiene el pensar del funcionario nacional,


o el ideario que vierten distintos actores locales, volvió a hacer de Patagonia un
desierto a ocupar.

En ocasión de visitar la zona para anunciar la construcción de la planta de aluminio en


Puerto Madryn, ALUAR, José Rafael Cáceres Monié, Ministro de Defensa señaló: “Yo
creo que a la Patagonia hay que volverla a conquistar. Hay que conquistarla mediante
un profundo desarrollo y el desarrollo supone una gran estructura caminera, una gran
planta de intercomunicaciones viales, eléctricas, radioeléctricas, etc.” Su discurso en
cadena nacional (24 carillas) incluyó conceptos como los siguientes: “A casi un siglo

21
Diario Jornada 22 de Noviembre de 1969, tapa y pág. 4.

22
Diario Jornada, 6 de Julio de 1970, Pág. 3

23
Diario Jornada, 21 de Septiembre de 1970. Pág.3
desde la larga culminación de la larga y heroica epopeya nacional que fue menester
para conquistar el desierto y que afirmara la soberanía sobre la Patagonia, los
argentinos aún no hemos ocupado este vasto ámbito que nos legara el esfuerzo del
Ejército de la Patria, bajo la conducción visionaria del general Julio A. Roca (...)
Encontramos en su vastedad, el testimonio de los abnegados pioneros que llegaron
detrás de las armas civilizadoras (...) de la Iglesia Católica que en su misión pastoral ha
contribuido con institutos de enseñanza primaria, secundaria y universitaria, de las
Empresas del Estado (...) de las Fuerzas Armadas (...) Todos ellos merecen el
reconocimiento por sus sacrificios, pero con ello no se salda la deuda que la Nación
entera tiene contraída con los que pueblan la Patagonia” 24

La Confederación General del Trabajo en Trelew, se definió del siguiente modo: “La
CGT regional ha sido, en el devenir de los años, un lugar de aguda crítica contra la
explotación, si explotación hubo; celosa vigilante de las leyes laborales y propulsora de
conquistas sociales en beneficio de los trabajadores. No tuvo, por lo menos en forma
extrema, desplantes contra la sociedad, ni contra la propiedad, ni contra el gobierno.
Prefirió siempre el diálogo y con el diálogo logró solucionar muchos entredichos (...) El
desarrollo industrial es un anhelo general que los trabajadores comparten
enteramente. Desarrollo industrial y desarrollo demográfico deben ir de la mano.” 25

Si comparamos, sólo cambiando de dictadura, (de la de Onganía a la de Videla)


volvemos a encontrar a la Unión Industrial Patagónica expresándose en términos
semejantes: “Nuestra concepción del proceso no puede ser ajena a los objetivos
políticos y estratégicos que la Nación se proponga alcanzar en la región, a los
imperativos que dicta la seguridad nacional, ni a una opción consciente de los bienes
materiales y espirituales a que nuestra sociedad aspira. (...) La industrialización es un
movimiento de la sociedad como un todo. No tiene por finalidad hacer cosas, sino
hacer un país.” Adhesión de la UIP. 26 Pág. 11 y 12

24
Diario El Chubut 7 de Mayo de 1971, pág. 6

25
Diario Jornada, 16 de Junio de 1970, pág. 6

26
Diario El Chubut , 2 de Septiembre de 1979, Pág. 7
En Patagonia se ha impuesto una imagen del desierto que es muy fuerte, y debemos
estar atentos a que el dominio de las imágenes no lleve a un borramiento de la
memoria. Quizás habría que replantear la idea, pensando que “todo y nada están allí (y
que) está poblado de silencios, de susurros apenas audibles, de imágenes borradas
que las palabras de los hombres intentan rescatar. (…) encierra el misterio de un vacío
lleno de significaciones, de una geografía abierta a un juego fabuloso de la creación y
del sueño. Atravesarlo es internarse en lo abismal, recorrer con los ojos bien abiertos
nuestras propias memorias fragmentadas, nuestra fragilidad espiritual, someternos a
la prueba, a lo que verdaderamente somos y no a lo que creemos ser...”27

En Patagonia hoy hay un despliegue abrumador de lo visual (fotografía, murales,


afiches en Internet, guías turísticas) donde se muestra la naturaleza vacía, despoblada,
y también la nueva producción editorial refuerza el gigantismo referido a la naturaleza,
que por cierto no resulta original.28

Las interpretaciones y sentidos del pasado son dinámicos, y no están fijados de


una vez y para siempre. La memoria no hace a la comunidad, sino que la co-
munidad fabrica sus mitos fundadores, no alcanza con saber qué se quiere,
también se necesita conocer qué no se quiere ser, y ese es nuestro desafío
como historiadoras. Hoy no sólo nos preocupan las memorias, sino quizás es-
pecialmente los olvidos, rastreando huellas que permitan emerger entonces a
las memorias involuntarias y contrahegemónicas. Sabemos del componente in-
telectual de la memoria que procura entender, pero también del componente
ético, que la compromete con las tareas y responsabilidades del presente. Si la
vaciamos de este último ingrediente, puede convertírsela en una repetición, y
no en una rememoración eficaz. Pág.18

27
Ricardo Forster, El exilio de la palabra. En torno a lo judío. EUDEBA, 1999. Pág. 27 y 28.

28
Winograd, Alejandro y Rivademar, Daniel. Patagonia. Land of giants. Ed. Terra Australis, 2002.

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