Ponencia Gatica
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Resumen:
En ésta ponencia procuraremos dar cuenta de la puesta en valor que supone trabajar
en la transdiciplinariedad no sólo para comprender cabalmente fenómenos complejos,
articulados en la larga duración, sino para pensar futuros posibles y continentes.
La especificidad de la región en cuestión deviene en mayor grado de una construcción
narrativa que la ha hecho desierto, que de circunstancias ambientales propiamente.
Fue conquistada y ocupada a fines del siglo XIX para articularla al mercado,
invisibilizando su heterogeneidad, y tal vez sería más preciso referirse al borramiento
de las mujeres y hombres que la ocuparon ancestralmente para expandir relaciones
capitalistas que no sólo respondieron a intereses nacionales.
Ponencia
3
Leff, Enrique “Imaginarios Sociales y Sustentabilidad” en Cultura y representaciones sociales, Año 5;
N°9, Septtiembre de 2010, página 45.
4
¿POR QUÉ NECESITAMOS DE LA HISTORIA AMBIENTAL?
http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/tar117/worster.rtf. Última entrada 12/07/2014.
5
Valle Inferior del Río Chubut. Área en la que se asientan las localidades de Dolavon, Gaiman, Trelew y
Rawson. En adelante VIRCH
Hay una reflexión de Ariel Dorfman, que aunque formulado para otro contexto nos
parece significativa y es que el desierto siempre hace recordar distancias. “El desierto
no ofrece siquiera la ilusión de que uno podrá ser alguna vez otra cosa que un
intruso.”6
Hoy es imprescindible revisar cómo la intervención antropogénica cambió el paisaje.
6
Dorfman, Ariel. Memorias del desierto. Latitudes National Geographic – Editorial del Nuevo Extremo,
Buenos Aires 2005. Pág. 63.
7
Ver Bayer, Osvaldo La Patagonia Rebelde (2002), Ed. Planeta, Buenos Aires, pág. 19
que se inscribe en el Programa de investigación del Área Natural Protegida Península
Valdés (PROPEVA). Este programa se elaboró a partir de los objetivos del Programa
de Conservación y manejo del patrimonio natural y cultural; y del Subprograma de
protección, recuperación y uso sostenible de los distintos componentes del patrimonio
natural y cultural, incluido en el Plan de Manejo del Área Natural Protegida Península
Valdés, aprobado por Ley 4722 de la Provincia de Chubut.
“La idea de una historia ambiental comenzó a surgir en la década de 1970, a medida que se
sucedían las conferencias sobre la crisis global y crecían los movimientos ambientalistas entre
los ciudadanos de varios países. […] La Historia no fue la única disciplina afectada por la ola de
preocupación pública: el trabajo académico en las área de derecho, filosofía, economía,
sociología y otras fue igualmente sensible a ese movimiento (Worster, 1991, p.199) en pp.190.
Siguiendo a Leff el autor plantea que el ambiente irrumpió en el discurso político y científico
como concepto que resignifico las concepciones del mundo, del desarrollo, de la relación de la
sociedad con la naturaleza y de la sustentabilidad de la vida. Es un pensamiento holístico.
Leis apunta que hay una división explícita en el pensamiento ambientalista en dos
corrientes básicas:
1) De carácter más radical y biocéntrica, que reconoce como antecedente a White, con su
visión arcádica de la naturaleza que considera que los seres humanos no tienen ningún
derecho especial con la naturaleza. En esta vertiente se inscribiría Henry Thoreau y
John Muir en el siglo XIX hasta los pensadores de la deep ecology o Ecología Profunda.
2) La otra corriente, históricamente dominante del ambientalismo, es más próxima a una
definición más moderada y antropocéntrica, con un carácter más racionalista, deriva-
do de Linnaeus, popularizada por ejemplo a través de Darwin que privilegia al hombre
por sobre otras especies. (Leis en de Carvalho, pp.192).
Antonio Carlos Diegues, establece que en USA esa discusión giró en torno a las
que muchas veces la creación de esos parques supuso un proceso violento de expulsión de
poblaciones tradicionales. Diegues discute las ideas ambientalistas que dieron origen a la
noción de wilderness (mundo salvaje), una noción de naturaleza intocada e idealizada, que
tiene como sustrato la creación del Parque Nacional de Yellowstone en 1872, donde los
John Muir, que tuvo resonancia en el siglo XX en Aldo Leopold, Rachel Carson y otros.
(Diegues en Carvalho, 2008:193). Diegues destaca los mitos sobre la naturaleza y cómo
Por otro lado los conservacionistas, representados por el ingeniero forestal Gifford Pinchot
acentuaron la necesidad del uso racional de los recursos naturales, garantizando su uso
esta corriente, la naturaleza no tiene valor en sí misma, sino como recurso útil para la
(Diegues en Carvalho, 2008: 193). Estos también ejercieron una profunda influencia en el
ambientalismo que surgió después de los debates del eco-desenvolvimiento en los años
70, ya sea con las discusiones de las Conferencias Mundiales sobre Medio Ambiente en
generado una serie de conflictos con quienes habitaban esas áreas. Se ha generado una
violencia de Estado, al retirar por la fuerza a personas de su ambiente natural para crear
áreas naturales intangibles, lo que también se ha aplicado por ejemplo cuando se crearon
represas hidroeléctricas.
Thoreau (1817-1862) fue un pensador crítico, autor del clásico ensayo sobre La
como tiende a concebirla cada vez más la biología moderna. “Su filosofía buscaba
reconocer lo sublime, a las divinidades en las plantas, animales y en los elementos del
mundo físico, como el lago Walden. Y los seres humanos no estaban excluidos de este
esquema, eran un elemento más de esta totalidad trascendental, retirándolos del lugar
central que les era atribuida por la cultura occidental. (Carvalho, 2008: 195).
Lo que a Carvalho le preocupa, y que no es una cuestión relevante para Diegues, es en qué
discursos preservacionistas para llevar a cabo sus intereses de control territorial, control
Diegues discute las ideas ambientalistas que dieron origen a la noción de wilderness
(mundo salvaje), una noción de naturaleza intocada e idealizada, que tiene como sustrato
la creación del Parque Nacional de Yellowstone en 1872, donde los indígenas fueron
preservacionistas norte-americanos como Henry Thoreau, George Marsh y John Muir, que
Carvalho, 2008:193). Diegues destaca los mitos sobre la naturaleza y cómo forjaron un
Por otro lado los conservacionistas, representados por el ingeniero forestal Gifford Pinchot
acentuaron la necesidad del uso racional de los recursos naturales, garantizando su uso
esta corriente, la naturaleza no tiene valor en sí misma, sino como recurso útil para la
(Diegues en Carvalho, 2008: 193). Estos también ejercieron una profunda influencia en el
ambientalismo que surgió después de los debates del eco-desenvolvimiento en los años
70, ya sea con las discusiones de las Conferencias Mundiales sobre Medio Ambiente en
generado una serie de conflictos con quienes habitaban esas áreas. Se ha generado una
violencia de Estado, al retirar por la fuerza a personas de su ambiente natural para crear
áreas naturales intangibles, lo que también se ha aplicado por ejemplo cuando se crearon
represas hidroeléctricas.
Lo que a Carvalho le preocupa, y que no es una cuestión relevante para Diegues, es en qué
discursos preservacionistas para llevar a cabo sus intereses de control territorial, control
De todos modos esto no quiere decir que no debemos apoyar unidades de conservación
“En Octubre de 2012 con votos de tres ministros de la Sala Civil del Superior Tribunal de Justicia del Chu -
but, en referencia al Código Ambiental de la Provincia -Ley XI Nº 35-, expresaron que: ‘no efectúa una tipi -
ficación de penas con respecto a conductas infractoras’ de sus disposiciones, un defecto que lo transfor-
ma en una norma sin efectos prácticos para la defensa del medio ambiente en Chubut”
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www.defensachubut.gov.ar/prensa/?q=node/7398 última entrada 16 de julio de 2014.
En aquella oportunidad los ministros del Superior Tribunal declararon nula una multa que el Ministerio de
Ambiente pretendió aplicar a la empresa Aluar S.A.
Estas contundentes afirmaciones acerca de la carencia por parte del Estado Provincial de una norma que
le permita ejercer adecuadamente el poder de policía en materia ambiental, están expresadas en un fallo
dictado por el Superior Tribunal en agosto de 2012.
Como se recordará la Provincia del Chubut a su tiempo, y en otra causa, hasta llegó a aplicar una multa
de 14 millones de dólares, precisamente por contaminar el medio ambiente la fábrica de aluminio de Puer-
to Madryn.
Al respecto el Diputado del Bloque del Polo Social, Oscar Petersen había hecho conocer su preocupación
por la contaminación que genera ALUAR S.A. Petersen afirmaba entonces: “ha existido un Estado ausen-
te y casi bobo”. El tema ambiental requiere de mucha agilidad, dinamismo porque hay que llegar antes.
Hasta ahora, hemos llegado siempre a destiempo”.
Los integrantes del Superior Tribunal en Diciembre de 2012 dispusieron que: “firme la presente, se libre
Oficio al Sr. Gobernador de la Provincia y a la Honorable Legislatura del Chubut, a fin de poner en su co -
nocimiento la estimación del Tribunal, de la necesidad urgente de modificar el Código Ambiental de la
Provincia -Ley XI Nº 35.
El envío de los Oficios se concretó hace hace 17 meses y hasta ahora el Código Ambiental del Chubut, no
se modificó. ¿Por qué?
Se sabe que ingresó una modificación propuesta por el Diputado Jerónimo García, del ahora llamado Blo-
que Chubut Somos Todos, que propone una multa mínima de cincuenta mil (50.000) litros de gasoil y un
máximo de doscientos cincuenta mil (250.000) litros del combustible, proyecto este que pasó a comisio-
nes y allí quedó sin dictamen alguno.
También trascendió que hay un borrador que impulsa el Diputado Anselmo Montes que es más amplio y
optimiza el Código Ambiental, pero hasta la fecha no se a presentado oficialmente.
Por parte del Poder Ejecutivo, en Febrero de este año el Ministro de Ambiente y Control del Desarrollo
Sustentable, José María Musmeci, expresó que estimaba que en dos meses el Ejecutivo mandaría a la
Cámara de Diputados un Proyecto de Ley modificatorio del Código Ambiental, pero ya estamos en el mes
siete del año y como dicen los jóvenes de ahora, naaa, todo sigue igual.
Hay un Fiscal Federal, que vivió y actuó unos 10 años en Chubut, que es el Dr. Antonio Gustavo Gomez
que no hace mucho expresó sobre el tema medio ambiente: “Argentina no tiene problemas de leyes. Las
hay y muy buenas. El problemas es hacerlas cumplir. Esa labor es la que tiene el Poder Ejecutivo y sobre
todo el Poder judicial. Lo que están haciendo los jueces provinciales es distraer. Con solo empezar con
las acciones penales por los delitos ambientales que hay en Chubut, los jueces y fiscales chubutenses tie-
nen de sobra…pero no quieren y distraen como el tero”.
Y, agrego: ” No busquen la perfección legislativa, que con lo que tienen sobra. Exijan que las hagan cum -
plir”.
Sin contradecir a tan reconocido juez, a quien mucho valoramos, modestamente y siguiendo el dicho po -
pular “lo que abunda no daña”, sería muy bueno que Chubut modifique su Código Ambiental, y también
que finalmente los Diputados sancionen el Proyecto de Ley que por Iniciativa Popular, con la firma de
13.007 ciudadanos, impulsan una Ley para prohibir la megaminería metalífera y uranífera y el uso de tóxi -
cos.
La mayoría de los chubutenses, amamos la Vida, un Derecho que está por encima del derecho económi-
co, y tampoco queremos un Estado que siga siendo “bobo”.
Para nosotras el des-cierto implica correr el velo y desmitificar; o sea des-cubrir lo que
ha sido opacado en Patagonia, empoderándonos y buscando contribuir al diseño de un
proyecto continente y alternativo. Resultó muy disparador el texto de Ricardo Forster El
exilio de la palabra. En torno a lo judío, que nos permitió pensar nuestro objeto de estu-
dio como experiencia interrogativa, recuperando el peregrinar de múltiples hombres y
mujeres, que recorrieron y habitaron este territorio, y nutren las distintas memorias que
hoy pugnan por manifestarse. Así, la experiencia del desierto está vinculada a la erran-
cia y a la diáspora que subyace en los sujetos en análisis.
El Desierto fue pensado como arrasamiento, eliminado al otro: el genocidio indígena;
la masacre de los obreros en las huelgas patagónicas; la negación de identidades
subalternas, y la instalación de una supuesta homogeneización étnica, cultural y
política-. En definitiva, la negación del disidente.
Alternativamente el espacio patagónico también fue inscripto, con gran vigencia hasta
el presente, a partir de distintas ideas de naturaleza: ya sea como un lugar para la
explotación económica, o como reservorio natural de la humanidad. La primera de
estas visiones ha propiciado entre los pobladores patagónicos un bucólico e incesante
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www.puertae.com.ar 23 de julio de 2014.
reclamo frente al poder central: reconocimiento pleno de su status político, y sin
embargo asistencia diferenciada (subsidios, prerrogativas, promoción, etc.).
Los nacionalistas acuñaron para esta área, la inminente necesidad de ocuparla, ante el
temor de que fuese objeto de invasiones o infiltración de otras naciones (chilenos,
judíos, nazis, ingleses, asiáticos). De algún modo, esta es la visión que sirvió de
sustento a los proyectos desarrollistas inaugurados en la década del ’50, pero que
nutrió el accionar de las distintas dictaduras argentinas en este contexto: litigios con
Chile, que incluso nos llevaron al borde de una confrontación armada en 1978; o la
Guerra de Malvinas.
La visión promisoria, que hizo de esta tierra reservorio y refugio, atraviesa la última
mitad del siglo XIX y el XX, y es hoy dominante, como producto y objeto de
comercialización internacional. Los galeses a partir de 1865 la eligieron para concretar
el proyecto utópico de una nueva Gales en el cono sur; los anarquistas buscaron aquí
recursos para financiar su revolución; los tardíos hippies argentinos hicieron de El
Bolsón y la Comarca Andina de Chubut y Río Negro su lugar, mientras que exiliados
internos y extranjeros, se cobijaron en ella.
Hoy, a pesar de las memorias y las riquísimas historias que encierra, se vuelve a
invisibilizar a su gente, para destacar sus condiciones excepcionales de biodiversidad, y
lo misterioso vuelve a atrapar a cineastas, literatos, y en definitiva viajeros
provenientes de los más remotos rincones que ven animales en procesos de extinción,
glaciares en retroceso, dinosaurios, etc.
Pág. 1y 2
Nos aproximamos a la Generación del 37, ya que su matriz ideológica resulta fundante
de una concepción del desierto que ha sido hegemónica. Los principales referentes de
esta corriente: Domingo Faustino Sarmiento y Juan Bautista Alberdi, consideraron que
para construir la nación argentina debían erradicarlo. Sarmiento en Facundo o
civilización y barbarie, plantea una dicotomía, que siguiendo a Maristella Svampa 10
podemos pensar como una doble dimensión de ésta imagen: desde una lógica de la
exclusión entre dos mundos separados por diferencias de esencia; o desde una lógica
de la conjunción, donde existen diferencias de grado, remitiéndonos a estadios que
gradualmente conducirían al progreso. La ciudad encarnó el valor de lo más elevado,
en tanto que el ámbito rural representaba la naturaleza, ámbito de lo bárbaro. “El mal
que aqueja a la República Argentina es la extensión; el desierto la rodea por todas
partes y se le insinúa en las entrañas; la soledad, el despoblado sin una habitación
humana, son por lo general los límites incuestionables entre una y otras provincias ...
Acéchanla los salvajes, que aguardan las noches de luna para caer, cual enjambres de
hienas, sobre los ganados que pacen en los campos y sobre las indefensas
poblaciones”.11 Pág.3
11
Sarmiento, Domingo Faustino. Facundo civilización o barbarie. Centro Editor de América Latina, Bs.As.
1973. Pg.17. El destacado es nuestro.
paisaje como “desierto cubierto de matas quemadas o alguno que otro chañar
raquítico...”12, o que “reina por todas partes el imponente desierto, cruzado de vez en
cuando por algunos salvajes nómades”13.
Sin embargo, la esterilidad tanto como la frondosidad que se combina en distintas zonas
de Patagonia les produjo fascinación por su imponencia: “Sólo en la Tierra del Fuego he
sentido las profundas emociones que despiertan en el alma del viajero los grandes
espectáculos de la naturaleza...”14.
Carlos Moyano cuando describía los fiordos al sur de Patagonia expresaba: “Confieso
que nunca había visto un panorama semejante (...) Me siento impotente para hacer
una descripción completa, por pálida que sea de esta maravilla hidrográfica...” 16.
12
Lista, R., Mis exploraciones y descubrimientos en Patagonia, p.152.
13
Lista, R., Ídem, p.175.
14
Lista, R., Viaje al país de los onas, p.40.
15
Darwin, Charles, Diario del Viaje de un naturalista alrededor del mundo, pg. 448. Ed. El Elefante
Blanco, Bs.As. 1998.
16
Moyano, C., Viajes de exploración a la Patagonia, p.148.
los fenómenos naturales de erosión. La aridez fue construida finalmente, y el desierto se
logró también vaciando a este territorio de indeseables, -indios o anarquistas-. Es una
construcción ideológica: este espacio ni estaba deshabitado ni era en su totalidad una
geografía con predominancia del paisaje desolado y árido. La estepa original era
graminosa, con escaso suelo desnudo y una buena productividad total 17. Aunque el
sistema es vulnerable, y el equilibrio muy inestable, la acción del hombre europeo,
blanco, o civilizado, fue lo que aceleró los procesos desestabilizadores, degradando el
ecosistema de tal modo, que resulta muy difícil su recuperación. Los factores que más
afectaron el equilibrio existente fueron la tala indiscriminada de arbustos, el trazado de
caminos, la explotación minera, el desarrollo de métodos de riego inadecuados que
llevaron a la salinización de los suelos, y la introducción del ovino, siendo ésta última
causa la que más aceleró el proceso de desertificación por el sobrepastoreo, el mal
apotreramiento y las consecuencias del pisoteo y deyecciones de estos animales.
Afectaron el suelo con distinta intensidad, siendo más graves sus consecuencias en las
provincias de Santa Cruz (centro y norte), en el sur de Chubut y Río Negro, y en el centro
de Neuquén.
Un viajero, el Dr. Lahitte, narró que en la parte que visitó de la costa patagónica entre
Madryn y Trelew, durante el verano ha visto una pampa desconsoladora pero que: “...sin
embargo, el gerente del Ferrocarril me ha asegurado que después de las grandes lluvias
los pastos eran tan densos y elevados, que los trenes llegaban a la estación con las ruedas
completamente cargadas de yuyos y que a menudo patinaban, hasta ser necesario
limpiar antes la vía o bien no transportar pesada carga.”18.
Ya desde fines del siglo XIX y comienzos del XX, se presentan opiniones tratando de
desmitificar el rigor del clima patagónico y mostrar paisajes prontos a ser utilizados, o
sea, prevaleciendo la visión de una naturaleza productiva. La poderosa ilusión
constructiva de la época buscó resaltar el potencial del territorio, y construir un mito del
17
Estamos siguiendo a González, Liliana, “Consecuencias ambientales de la actividad ganadera: la
desertificación” en El Gran Libro de la provincia de Santa Cruz, vol. 2.
18
Lahitte, F., “Aplicación de las Ciencias Naturales a la colonización de las costas del Sud”, p. 22.
hacer. Es la idea del progreso como utopía que permitiría transformar la sociedad y la
economía. Un progreso que, como casi siempre en la modernidad, tuvo como
contrapartida muerte y olvido. Pág.7
Para los años 20 se planteó una integración política de Patagonia distinta a la de los 80.
Arreciaron las quejas por ser relegados en la posibilidad de participación política, y
reclamaron la representación parlamentaria de los territorios sureños. Había una
nueva toma de conciencia de la integración de Patagonia, con una fuerte impronta
geopolítica, tal cual se expresa en una abundante bibliografía nacionalista de las
décadas siguientes de 1930 y 1940.19
Este discurso hegemónico de las primeras décadas del siglo XX, volvió a plasmarse con
los proyectos desarrollistas, que para el caso de Chubut, recibieron un tratamiento
particular a partir de la promoción industrial. Resulta significativo que el mayor
número de estos instrumentos fueron aprobados por dictaduras militares, sin contar
en su diseño con participación popular, aunque puede presumirse la presión de grupos
cercanos al poder. A fines de la década de 1960, al aprobarse la ley 18.447 por el
gobierno de Onganía, que otorgó un régimen de Promoción Patagónica para la
Industria –eximiendo- del impuesto a las ventas, a los insumos, y productos elaborados
al sur del paralelo 42-, la justificación ideológica fue semejante. Dijo el Dr. Juan
Moraveck (Secretario de la Unión Industrial Patagónica):
“Las causas del subdesarrollo patagónico (...) que es a su vez causa y efecto, es
fundamental: la ausencia del hombre. Llevar población a la Patagonia es pues la
base”.20
19
Como ejemplo se puede citar a José María Sarobe, La Patagonia y sus problemas, Bs. As., 1935. Sarobe
actuó como enlace entre Uriburu y Justo en la revolución del 30; luego adhiere al Justismo,
declarándose en los 40 como defensor de la incorporación política de Patagonia a la nación. Este último
dato lo extraemos de Orietta Favaro y Mario Arias Bucciarelli, “ El lento y contradictorio proceso de
inclusión de los habitantes de los territorios nacionales a la ciudadanía política: un clivaje en los años
30”, en Entrepasados, año V, n° 9, 1995, pág. 25.
20
Diario Jornada 15-11-1969, pág. 2.
El contralmirante Guillermo Pérez Pittón, gobernador de Chubut en 1969, en un dis-
curso que pronunció, destacó que la aprobación de la ley a que nos venimos refirien-
do: “(...) es el acontecimiento de partida del despegue industrial definitivo de nuestra
provincia. (...) Sirva también para reafirmarnos en nuestra absoluta convicción de
que esta parte de la Patria ya ha dejado de ser tierra de promisión para ser teatro de
grandes realizaciones nacionales.” 21
Hay un sesgo positivista que se expresa en las palabras que dirige en ocasión de visitar
Trelew el secretario de difusión y turismo, embajador Rodolfo Baltiérrez, quien
expresó (con el beneplácito local que destacó su simpatía, su cordialidad y su llaneza):
“Las industrias en la Patagonia, son como los fortines de Roca en el desierto, es decir
atalayas del progreso y de la civilización, puntos de arranque para el desarrollo. 23
21
Diario Jornada 22 de Noviembre de 1969, tapa y pág. 4.
22
Diario Jornada, 6 de Julio de 1970, Pág. 3
23
Diario Jornada, 21 de Septiembre de 1970. Pág.3
desde la larga culminación de la larga y heroica epopeya nacional que fue menester
para conquistar el desierto y que afirmara la soberanía sobre la Patagonia, los
argentinos aún no hemos ocupado este vasto ámbito que nos legara el esfuerzo del
Ejército de la Patria, bajo la conducción visionaria del general Julio A. Roca (...)
Encontramos en su vastedad, el testimonio de los abnegados pioneros que llegaron
detrás de las armas civilizadoras (...) de la Iglesia Católica que en su misión pastoral ha
contribuido con institutos de enseñanza primaria, secundaria y universitaria, de las
Empresas del Estado (...) de las Fuerzas Armadas (...) Todos ellos merecen el
reconocimiento por sus sacrificios, pero con ello no se salda la deuda que la Nación
entera tiene contraída con los que pueblan la Patagonia” 24
La Confederación General del Trabajo en Trelew, se definió del siguiente modo: “La
CGT regional ha sido, en el devenir de los años, un lugar de aguda crítica contra la
explotación, si explotación hubo; celosa vigilante de las leyes laborales y propulsora de
conquistas sociales en beneficio de los trabajadores. No tuvo, por lo menos en forma
extrema, desplantes contra la sociedad, ni contra la propiedad, ni contra el gobierno.
Prefirió siempre el diálogo y con el diálogo logró solucionar muchos entredichos (...) El
desarrollo industrial es un anhelo general que los trabajadores comparten
enteramente. Desarrollo industrial y desarrollo demográfico deben ir de la mano.” 25
24
Diario El Chubut 7 de Mayo de 1971, pág. 6
25
Diario Jornada, 16 de Junio de 1970, pág. 6
26
Diario El Chubut , 2 de Septiembre de 1979, Pág. 7
En Patagonia se ha impuesto una imagen del desierto que es muy fuerte, y debemos
estar atentos a que el dominio de las imágenes no lleve a un borramiento de la
memoria. Quizás habría que replantear la idea, pensando que “todo y nada están allí (y
que) está poblado de silencios, de susurros apenas audibles, de imágenes borradas
que las palabras de los hombres intentan rescatar. (…) encierra el misterio de un vacío
lleno de significaciones, de una geografía abierta a un juego fabuloso de la creación y
del sueño. Atravesarlo es internarse en lo abismal, recorrer con los ojos bien abiertos
nuestras propias memorias fragmentadas, nuestra fragilidad espiritual, someternos a
la prueba, a lo que verdaderamente somos y no a lo que creemos ser...”27
27
Ricardo Forster, El exilio de la palabra. En torno a lo judío. EUDEBA, 1999. Pág. 27 y 28.
28
Winograd, Alejandro y Rivademar, Daniel. Patagonia. Land of giants. Ed. Terra Australis, 2002.