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Credibilidad Periodistica

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“UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN AGUSTÍN”

FACULTAD DE RR.II, PSICOLOGÍA Y CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN

Escuela profesional de ciencias de la comunicación

CURSO: Investigación Aplicada al Periodismo

TEMA: la Credibilidad Periodística

ALUMNO:

Gilmer Condori Alvarez

DOCENTE:

LIC. Oscar Pacheco Rodriguez

Arequipa – Perú

2013
INTRODUCCIÓN

El
estudio
de
la
credibilidad
es
uno
de
los
campos
más
 ricos
en
la
investigación
asociada
a
la
Comunicación.
Podemos
encontrar
literatura
científica
sobre
la
source
credibility
(o
credibilidad
de
la
fuente),
especialmente
centrada
en
la
credibilidad
de
los
oradores
y
sus

efectos
sobre
la
persuasión;
sobre
media
credibility
o
credibilidad
del
medio
o
de
la

credibilidad
institucional
de
la
 empresa
 de
 comunicación,
 volcada
 en
 la
 relación
 del

concepto
 con
 las
 funciones
democráticas
y
sociales
del
periodismo,
y
sobre
la

credibilidad
de
los
mensajes,
que
estudian
la
combinación
de
características
de
las

informaciones
que
configuran
su
credibilidad.

En
 el
 caso
 de
 los
 estudios
 empíricos
 sobre
 la
 credibilidad
 del
 periodista,
 integrados

en
los
trabajos
sobre
la
credibilidad
de
la
fuente,
la
mayoría
emplean
en
sus
investigaciones
a
grupos
de
audiencia,
es
decir,
individuos
ajenos
a
la
profesión
periodística
para
obtener
el
caudal
de
datos
 con
 que
 formular
el
 concepto
 de

credibilidad,
 porque
 su
 finalidad
 suele
 ser
la
 de
 crear
una
escala
o
índice
con
que

medir
la
percepción
de
la
credibilidad
del
periodista.

Sin
embargo,
sigue
existiendo
un

vacío
de
estudios
empíricos
(no
ensayísticos)
que
edifiquen
el
concepto
de
credibilidad

del
 periodista
 en
 términos
 profesionales.


Es
 decir,
 un
 concepto
 de
 credibilidad
fundamentado
 en
 el
 complejo
 caudal
 de

conocimiento
 que
 tienen
 los
 periodistas
 sobre
 la
cuestión,
dejando
a
un
lado
los

criterios
de
las
audiencias.
1.- CREDIBILIDAD PERIODISTICA

Uno de los temas más delicados en el periodismo es el de su credibilidad y su influencia en la


opinión pública. Se afirma que la credibilidad es el “hilo de oro” del periodismo. Es el capital más
grande que puede tener un medio. Consigue un sentimiento de apoyo, fe y confianza por parte de
la gente, que está segura que toda la información corresponde a la verdad de los hechos. En esta
perspectiva fuentes informativas fidedignas y confiables son muy importantes y decisivas.

Para que un medio de comunicación tenga influencia en la opinión pública y el poder político y,
por lo tanto, ejerza presión mediática, requiere que llegue al mayor número de personas, pero en
base a una gran credibilidad y prestigio. Es decir, tener gran circulación (caso de los medios
escritos), mucha sintonía y alcance (caso de los medios audiovisuales).

Un medio que carece de aceptación por practicar, entre otras razones, un periodismo mediatizado
o mediocre, difícilmente desempeñará un rol de influencia en la opinión pública y el poder
político. Y, salvo que cuente con recursos financieros de grupos económicos o del gobierno,
desaparecerá.

De ahí la preocupación permanente de los medios para contar con muchos lectores o gran sintonía
que les permita, por un lado, autofinanciarse, y, por otro, ganar influencia y respeto. Para ello
tienen que practicar un periodismo de gran impacto e interés, pero, sobre todo, que tenga
credibilidad. Es decir, que todo lo que informen corresponda a la verdad de los hechos. Y, cuando
se equivoquen, tener la entereza de reconocer el error y pedir las disculpas del caso.

La credibilidad se logra cuando los medios respetan los principios periodísticos fundamentales.
Estos son:

1.1. Principio de la Objetividad.-

Significa que el periodista no debe dar opinión en la cobertura informativa. Debe mencionar los
hechos con prescindencia de su personal manera de juzgar las circunstancias. Vale decir, sin que
su posición o simpatías puedan influir en la presentación de los hechos. Desde luego, no existe la
objetividad pura cien por cien. Pero el periodista profesional debe tratar, en todo momento, de
respetar este principio.

1.2. Principio de la Veracidad.-

Se refiere, fundamentalmente, a la exactitud de los datos de la información. Una labor veraz es


cuando se dan las cifras, ubicaciones, nombres, ocupaciones o cargos correctos. Cuando se
difunden las opiniones y declaraciones tal y conforme fueron dadas, sin tergiversaciones; y, de
acuerdo con su contexto, si se tiene que limitarlas en su extensión. Se cumple este principio
cuando toda referencia o mención que se haga estén solventadas por el conocimiento apropiado.

1.3. Principio de la Honestidad.-


Dispone que los periodistas deben cumplir su misión sin fines subalternos. Que se dé " al César lo
que es del César", sin regateo de méritos. Dispone que los periodistas deben regirse sólo por
propósitos profesionales y no motivados o condicionados por intereses personales, políticos o
comerciales. Dispone no destacar, preponderantemente y con intención subalterna, los aspectos
negativos de una información. Este principio también debe regir la vida profesional del reportero,
para no dejarse tentar por situaciones que puedan llevar a una conducta incorrecta (recibir regalos
o invitaciones condicionados a futuros favores informativos, por ejemplo).

1.4. Principio de la Imparcialidad.-

Exige que en la información se ofrezcan todos los ángulos de la noticia. El periodista debe dar, o
por lo menos intentarlo, todas las opiniones o versiones referentes a un hecho. En especial,
cuando se trata de una acusación contra una persona, autoridad o institución. En estos casos,
necesaria y obligatoriamente, los acusados o demandados deben contar con la oportunidad de dar
su versión. Y si no quisieran hacerlo, se debe informar de ello. Una información imparcial es una
información completa.

1.5. Principio de la Responsabilidad.-

Se refiere al criterio que debe primar para calificar a las personas, sin afectar el honor de las
mismas. No se puede asignar responsabilidad criminal o delictiva a alguien SI NO HA SIDO
SANCIONADO POR LA AUTORIDAD JUDICIAL. En otras palabras, nadie es criminal, estafador,
narcotraficante o terrorista, etc. hasta que un fallo del juez lo determine. Mientras tanto, así sea
mostrada o acusada por la policía, toda persona tiene sólo una presunta culpabilidad. Y así debe
precisarse con toda claridad en la información. Igualmente este principio obliga a los periodistas a
no magnificar o hacer escándalo con asuntos que podrían alarmar o causar inquietudes
injustificadas en la opinión pública. También a respetar la privacidad de las personas, siempre que
esa privacidad no involucre una situación delictiva o denunciable, en especial cuando se trate de
personajes públicos y comprometa hechos de interés público.

2.- EL HILO DE ORO DEL PERIODISMO

Como se ha indicado, es criterio generalizado que el capital más grande que puede tener un medio
o un periodista es la credibilidad: el sentimiento de apoyo, fe y confianza que la gente puede
brindar.

En la dinámica de la comunicación periodística hay dos momentos esenciales. Por un lado, la


acción del medio desde que cubre los acontecimientos y, de acuerdo con su lenguaje y soporte,
elabora y difunde la información del hecho; y, por otro, la recepción de ese mensaje por el público
que es recibido y aceptado por una decisión estrictamente intrapersonal o psicológica. Mientras
toda acción en el primer momento debe regirse por los principios periodísticos ya indicados, en el
segundo – el del público- depende del parecer y criterio subjetivo de la gente.

Se dan casos en que un medio intenta hacer un periodismo de calidad y merecedor de la recepción
masiva del público y, sin embargo, por diferentes razones, no logra aceptación porque la gente no
le tiene confianza, simpatía, no lo considera creíble. El caso de un canal de televisión limeño es
una muestra concluyente: hasta hace unos años era poseedor de una notable aceptación, pero,
por acontecimientos ligados al comportamiento de sus empresarios en los últimos tiempos, ha
perdido gran parte de la enorme sintonía que sus programas periodísticos sostenían se debía a su
credibilidad.

Por lo dicho, la credibilidad se construye con subjetividades, apreciaciones que el público acepta
como propias. El medio o periodista es depositario de esa fe. La credibilidad es la "creencia" en el
medio o periodista, por lo tanto se basa en subjetividades, aunque dentro de un marco ético.

3.- LA CREDIBILIDAD PERIODÍSTICA EN AMÉRICA LATINA

El periodismo en América Latina vive una etapa de crisis de credibilidad como consecuencia de las
opciones políticas asumidas por los propietarios y directores de los diversos medios de
comunicación social.

Las últimas campañas políticas en Bolivia, Chile, Perú, México, Venezuela, Brasil y Ecuador hace un
año, así lo demostraron. Diarios influyentes y sintonizados programas de radio y televisión
propiciaron en muchos casos la polarización de la población, eludiendo con ello su principal
misión, informar con la verdad.

En algunos países, ciertos medios difundieron sólo encuestas que favorecieron a sus candidatos y
en otros, simplemente manipularon las informaciones. En ciertas naciones, los gobiernos de turno
dirigen y controlan las informaciones, manipulando de esta manera no sólo al periodista, sino
también al público consumidor. Esta situación coloca nuevamente en debate el viejo dilema
periodístico: ¿Libertad de prensa o libertad de empresa? En este juego por honrar u ocultar la
verdad, no sólo participan propietarios de medios, directores y periodistas, sino también
gobernantes, políticos y encuestadores. En la toma de decisiones, priman las simpatías partidarias
por determinadas opciones políticas sobre los valores éticos de los profesionales de la
comunicación social.

El periodismo veraz y objetivo que antaño pregonaban los mentores de esa noble profesión, ha
sido desplazado por los intereses subalternos de quienes ahora controlan los medios masivos. No
sólo las nuevas generaciones de periodistas encuentran las primeras dificultades cuando egresan
de las universidades y empiezan su vida laboral, sino también más de 510 millones de personas
que cada día leen menos, utilizan internet para informarse o simplemente tienen el servicio de
televisión por cable. América Latina vive una crisis de valores que se ve agravada por las
distorsiones informativas de los medios de comunicación social.

Recientes estudios revelan que los países que más respetan la libertad de prensa amparadas en la
verdad de los hechos son Costa Rica, Chile, México, Brasil, Argentina y Perú. El extremo lo
representan Haití, Bolivia, Venezuela y Ecuador, naciones donde la credibilidad periodística está en
tela de juicio.
Si uno de los pilares de la democracia es la libertad de prensa basada en los valores éticos, la crisis
de credibilidad y la falta a la deontología contribuyen a distorsionar la gobernabilidad y por lo
tanto, las legítimas aspiraciones de los pueblos a vivir en democracia. La justicia, equidad y verdad
deben sobreponerse a los intereses mezquinos de algunos propietarios de medios y dar paso a
disfrutar los derechos democráticos como ocurren en las naciones del primer mundo.

Sin embargo, no todo son malas noticias para los periodistas, ni menos para quienes trabajan en
los medios de comunicación social. Según los primeros indicadores, el futuro del periodismo va de
la mano con el desarrollo de las tecnologías de la información. La elaboración de blogs personales,
desarrollo de portales informativos, programas de radios por Internet, televisión por cable y
medios impresos por segmentos, son los pilares del futuro periodismo en América Latina.

Muchos profesionales de la comunicación social ahora están formando sus propias empresas y por
lo tanto, también generando sus ingresos económicos. El periodista latinoamericano también es
un ciudadano global y por lo tanto, su olfato periodístico le va indicando que debe moverse con
rapidez para no quedar rezagado frente a los cambios que trae consigo el proceso de
globalización.

Los resabios de la década neoliberal, tuvieron un fuerte impacto sobre la credibilidad de


importantes sectores sociales. Así, durante la década de los ’90, la tarea llevada adelante por
periodistas que denunciaron innumerables hechos de corrupción, permitió marcar ciertos límites
al avance de los sectores que se enriquecieron extraordinariamente a costa de las mayorías
sociales. Ante el deterioro institucional, esta situación generó una imagen positiva, que se fue
debilitando con el cambio de escenario político, Aún así, los periodistas continúan siendo uno de
los sectores sociales más creíbles.

Al considerar algunas características de los encuestados, con respecto a los sectores más creíbles,
se observa una clara diferencia por sexo. Entre las mujeres es más importante la preferencia por
“ninguno” de los sectores, mientras que los hombres creen, en mayor proporción, en alguno de
los sectores mencionados.

Según la edad de los encuestados, el grupo más joven es el que presenta la mayor proporción de
creencia en “ninguno” de los sectores, la cual desciende a medida que aumenta la edad. Por otra
parte, la credibilidad periodística encuentra su punto más bajo en el grupo más joven, y va
aumentando junto con la edad de los encuestados.

Los estudiantes de comunicación y los encuestados en la vía pública son los grupos de
encuestados que mayormente dicen creer en “ninguno” de los sectores mencionados, mientras
que la credibilidad periodística alcanza su nivel más alto entre los trabajadores de prensa y
abonados de la ANC.

De esta manera, puede esbozarse un perfil más acabado de los encuestados, en relación a los
sectores que consideran más creíbles. En mayor proporción, son las mujeres jóvenes, estudiantes
de comunicación o encuestadas en la vía pública quienes no creen en “ninguno” de los sectores
mencionados. Es importante destacar la preferencia mayoritaria por “ninguno” de los sectores, la
cual adquiere mayor relevancia si se compara con los valores que presentaba la encuesta similar
realizada en 1998, dado que esta opción registra un fuerte crecimiento.

Este cambio se relaciona estrechamente con la historia reciente del país, a lo largo de la cual se ha
ido produciendo un fuerte descrédito, en general, de las instituciones republicanas y/o
democráticas, y también de ciertos grupos de poder.

Definición
operativa
de
“Credibilidad
del
periodista”.

Fruto
 del
 proceso
 de
 codificación
abierta, se
 localizaron
 una
 gran
 cantidad
 de códigos,

en
su
mayoría
códigos
in
vivo,
que
podían
agruparse
en
la
Familia
"Cualidades del
periodista creíble".


Debido
a
ello,
procedimos
a
crear
categorías
que
podían
reunir
códigos
por
afinidad
semántica.
De
 esta
 forma,
 los
 códigos
se
 agruparon
 en
 cuatro
 categorías.
 Cada
 una

de
 ellas
 pueden
considerarse
factores
constituyentes
de
la
credibilidad
del
periodista.
Por
tanto,
”Credibilidad
del
 periodista”
 es,
 en
 los
 datos
 analizados,
 un
 constructo

multidimensional
 cuyas
 partes
 o
dimensiones
son
a
su
vez
conceptos
fundamentados
en

los
datos
del
estudio.
En
consecuencia,
la
 credibilidad
 del
 periodista
 está
 sustentada
 en

 la
 "Veracidad",
 "Habilidad
 comunicativa",
"Trayectoria"
y
“Profesionalidad”.

BIBLIOGRÁFIA

1.- Josep Lluís Micó; João Canavilhas; Pere Masip; Carles Ruiz - Universidade da Beira Interior.

2.- AZNAR, H. Ética y periodismo. Códigos, estatutos y otros documentos de autorregulación,


Barcelona, Paidós, 1999.

3.- Andréu,J;
García‐Nieto,
A.
y
Pérez
Corbacho,
A.
 (2007).
Evolución
de
la
Teoría



Fundamentada
como
técnica
de
análisis
cualitativo.
CIS,
Madrid.

4.- Balsebre,
A.
(1994).
La
credibilidad
de
la
radio
informativa.
Feedback.
Barcelona.

5.- Berlo,
D.;
Lemert,
 J.;
Mertz,
R.
 (1970).


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