Tipos de Ganado
Tipos de Ganado
Tipos de Ganado
El ganado es el conjunto de animales criados por el ser humano, sobre todo mamíferos, para
la producción de carne y sus derivados, que son utilizados en la alimentación humana. La
actividad humana encargada del ganado es la ganadería.
Su domesticación se inició en el Oriente Próximo hace unos 13 000 años,1 aunque se produjo un proceso
paralelo e independiente de domesticación en China.2
Los datos procedentes de los estudios de ADN sobre restos óseos de cerdos neolíticos europeos indican
que los primeros cerdos domésticos llegaron a Europa desde el Próximo Oriente. Aun así, parece que,
posteriormente, también se produjeron en Europa procesos de domesticación de jabalíes salvajes.3 Los
registros históricos indican que los cerdos domésticos asiáticos fueron introducidos en Europa durante los
siglos XVIII y XIX, mezclándose con las razas europeas.2
Ecosistema terrestre
Dependiendo del sustrato en el que se encuentre, un tipo de ecosistema es el ecosistema
terrestre. Sus características vienen dadas por la tierra en la que se desarrolla toda la actividad
de los organismos vegetales y su fauna.
Dentro de este, podemos distinguir a su vez varios tipos de ecosistemas terrestres, cada uno
definido por el suelo y el clima en el que se encuentran, condicionando toda la vida que se
desarrolla en él.
Tipos de hábitats de los animales
Nuestro planeta Tierra es el hogar de muchos animales. Sin embargo, existen muchos hábitats,
o sea, lugares con cualidades físicas y geográficas específicas. Como hay muchos hábitats
diferentes, así también hay muchos animales diferentes, cada uno viviendo en su hábitat
particular.
Algunos hábitats terrestres son:
Desierto
Casi nunca llueve, la temperatura cambia de manera drástica: de día hace mucho calor y de
noche hace demasiado frío. Como casi nunca llueve, las plantas de los desiertos conservan
agua. Los animales soportan los cambios extremos en temperatura. Algunos animales que
habitan en el desierto son:
Coyotes Osos hormigueros
Pradera
Las praderas usualmente existen en zonas de clima templado. Las puedes encontrar en el
interior de los continentes. En la pradera hay estaciones calurosas y también frías. Llueve el
triple de lo que llueve en un desierto. Lo peculiar de las praderas son la vegetación de los
pastos. Este hábitat tiene características favorables para que muchas especies vivan
ahí. Algunos animales que habitan en las praderas son:
Comadrejas Ñandúes
Bosque
El bosque tiene una vegetación en la que predominan los árboles muy altos, y los arbustos.
Los bosques cubren grandes áreas del planeta y ayudan al planeta a reducir los niveles de
dióxido de carbono. O sea, purifican el aire que respiramos. Si eliminaran los bosques del
planeta, nos quedaríamos prácticamente sin aire limpio. Algunos animales que viven en el
bosque son:
Sabana
La sabana es como la pradera, pero tropical. Tiene bosques abiertos y áreas con pastizales.
La sabana tiene estaciones secas y estaciones lluviosas y húmedas. La estación seca es tan
árida que, en ocasiones, se propagan incendios de manera espontánea. La vegetación de la
sabana consta de unos pastos y pocos árboles que florecen anualmente. El fuego hace que
las hierbas crezcan rápido y limita el crecimiento de árboles. Algunos animales que viven en la
sabana son:
Gacelas Elefantes
Selva
La selva es un ecosistema con mucha vegetación y variedad de flora y fauna. Los animales
viven en estado silvestre en la selva. La selva está en regiones intertropicales, es como el
bosque tropical, pues llueve bastante. La temperatura de la selva es elevada y abunda la luz
en las partes altas. Algunos animales que habitan en la selva son:
Chimpancé Puma
Tundra
La tundra está cerca de las zonas polares, por tanto, tiene un clima extremadamente frío. Es
tan fría que los árboles difícilmente sobreviven. El suelo permanece helado durante gran parte
del año. En el verano se descongela, pero pocos centímetros. Algunos animales que puedes
encontrar en la tundra son:
Caribúes Liebres árticas
ECOSISTEMA ACUATICO
Los ecosistemas acuáticos son todos aquellos ecosistemas que tienen por biotopo algún
cuerpo de agua, como pueden ser: mares, océanos, ríos, lagos, pantanos, arroyos y lagunas,
entre otros. Los dos tipos más destacados son: los ecosistemas marinos y los ecosistemas de
agua dulce.
El montante, variaciones y regularidad de las aguas de un río son de gran importancia para las
plantas, animales y personas que viven a lo largo de su curso. La fauna de los ríos es de
anfibios, peces y una variedad de invertebrados acuáticos.Los animales que pueden respirar
y vivir bajo el agua, viven en el hábitat acuático. Como bien indica el nombre, el hábitat acuático
incluye los cuerpos de agua que sean dulce o salada.
camarones caimanes
cocodrilos trucha
ECOSISTEMA AEREO
Los ecosistemas aéreos son considerados como ecosistemas de transición dado que los
individuos que lo integran no pueden estar en él de una manera permanente. Tienen que
descender al suelo para buscar nutrientes, descansar, procrear, etc. Por este motivo, algunos
especialistas los integran dentro de los ecosistemas terrestres.
Como todos los ecosistemas se compone de varios partes, solo que los organismos vivos
dependen de los nutrientes que estan en el suelo, en tanto los ecosistemas aereos no son
autosuficientes, y tampoco existe el reciclado de los elementos que se utilizan en los procesos
de obtencion de energia, pero como alli habitan aves, esporas, insectos,se dice que
ecosistema aereo actua como un sistema, pero que a diferencia de los ecosistemas acuaticos
y terrestres, la energia que circula en los sistemas del aire no se recicla y no son
autosuficientes.
Los ecosistemas aéreos están determinados, al igual que cualquier ecosistema, por sus
integrantes, la relación entre sus integrantes, y por el medio ambiente que ofrece. Las algas,
artemias e insectos que aparecen en el desierto cada vez que llueve llegan a él por medio
del viento; la primera colonización vegetal de la tierra fue llevada a cabo por los musgos,
utilizando el viento como transporte, en el cual todavía hoy, los musgos y sus descendientes
más evolucionados, liberan sus semillas y sus esporas. El musgo libera millones de esporas
al viento, pero debe esperar los períodos secos, pues de otro modo las esporas absorberían
humedad y no llegarían muy lejos; esto lo hacen protegiendo a las esporas por medio de
cápsulas, que abren cuando las condiciones son favorables. Los hongos liberan aún más
esporas al viento que los musgos: los de tamaño normal pueden liberar 100 millones de
esporas en tan solo una hora. El viento es también utilizado por plantas evolucionadas,
como las orquídeas: cada flor libera hasta 3 millones de semillas al viento, pero como deben
ser ligeras, no contienen alimento; por eso sólo algunas sobreviven: las que caen sobre ciertos
tipos de hongo capaces de alimentarlas.
Otras plantas dotan con alguna porción de alimento a sus semillas voladoras, pero deben
proveerlas de algún mecanismo para incrementar su superficie para así hacerlas flotar más
tiempo: alas helicoidales por ejemplo, o “pequeños penachos lanosos”. En todos los casos de
difusión por el viento solo una o dos semillas entre millones logra germinar y crecer hasta la
madurez, pero son tantas las semillas liberadas que de todos modos este sistema ha logrado
ser exitoso, llegando a poblar las zonas más alejadas y disímiles del planeta, como en el caso
del musgo, de los hongos o de las orquídeas.
El viento arrastra también muchos insectos que a veces logran llegar vivos a destino; y
también los arácnidos que parecieran hacerlo voluntariamente, pues subiendo a lo alto de
alguna ramita fabrican un hilo que van soltando al viento y que cuando es lo suficientemente
largo es capaz de arrastrarlas. Otros muchos insectos no solamente son llevados por los
vientos y las brisas sino que vuelan en él, tienen alas; la característica de todos ellos es que
no pueden mantener su temperatura corporal, y deben o bien calentar “motores” internamente,
aleteando sus alas en el suelo, o bien calentarse al sol para poder volar; por eso varios de
ellos, como los abejorros por ejemplo, tienen un cuerpo velludo que los ayuda a mantener el
calor, o como las libélulas, que tienen sacos de aire aislantes.
Dos grandes grupos de animales comparten los
cielos con los insectos: las aves, evolucionadas
desde formas reptilianas hace unos 140 millones
de años, y los murciélagos, más recientes (60
millones de años), evolucionados a partir de
mamíferos insectívoros. Sus alas son, en ambos
casos, prolongaciones de sus miembros
anteriores; las alas de los murciélagos son
membranas sujetadas y afirmadas por
alargaciones de todos sus dedos excepto del
pulgar, que ha permanecido pequeño y en forma
de garra que los ayuda a desplazarse en tierra. Las aves conservaron un solo dedo, alargado
y fuerte, desde donde crecen las plumas. Los murciélagos tienen poca dificultad para alzar el
vuelo, pues generalmente les basta con soltarse desde su posición invertida; caminan muy
poco.
Para las aves alzar el vuelo es un poco más difícil, el despegue es siempre lo que más requiere
energía: para ello necesita mucho oxígeno para alimentar el potente músculo que une el
esternón con el ala, y por esto es que tiene un corazón enorme para su tamaño (el corazón de
un gorrión es dos veces más grande que el de un ratón); como están cubiertas de plumas, un
aislante muy eficaz, no necesitan calentarse para emprender el vuelo.
Pero para las aves más grandes, y por lo tanto más pesadas, emprender el vuelo no es una
tarea tan fácil; muchas de ellas no pueden empezar a volar sin la ayuda del viento: lo típico es
que corran contra él, formando colchones de aire que la elevan. El albatros viajero, de alas
muy largas, no puede batir sus alas con rapidez: por eso habita siempre en lo alto de las
quebradas, dejándose caer en el aire; cuando se juntan a vivir en grupos, suelen hacer fila
para los despegues.
Ya en el aire casi todas las grandes
aves han aprendido a mantenerse con
un mínimo de gasto energético;
los albatros pueden pasar horas sin
batir una sola vez las alas, y es porque
conocen muy bien las zonas de viento
en las cuales planean, a medida que
pierden altura giran contra él y vuelven
a ganar altura: lo logran gracias a la
configuración de sus alas, curvas
hacia atrás y de todos modos flexibles.
Muchos albatros viven en zonas tan
ventosas como la antártida; los
primeros siete años de su vida casi no hacen otra cosa más que volar sin poner sus patas en
tierra y descendiendo al mar ocasionalmente para alimentarse; llegada la edad madura se
reúnen en tierra durante varias semanas, se aparean y crían a su único polluelo; luego retoman
el vuelo hasta el año siguiente.
Otras aves como los buitres africanos no habitan un medio ventoso, pero también tienen su
técnica: se arrojan desde los árboles o corren y planean a ras de suelo sin intentar elevarse,
hasta que llegan a una zona de aire caliente que los eleva; las zonas con vegetación son
relativamente frías comparadas con las zonas rocosas, que no absorben el calor: el planeo
avanza entonces hacia las zonas rocosas donde pueden elevarse; en el aire forman espirales
de altura, aprovechando siempre la columna de aire caliente. Una vez bien arriba son capaces
de mantenerse en la térmica, buscando animales muertos o heridos, o bajar nuevamente a
planear para buscar una nueva columna: de esta manera pueden recorrer unos 100 km. por
día. Cuando los buitres localizan alguna presa, por medio de su excelente olfato, se reúnen en
grupos a disputársela; si quedan saciados ni siquiera pueden volar, teniendo que reposar sobre
algún árbol cercano.
Pocas aves pueden planear tanto tiempo como los albatros y los buitres, quizás por que no
tienen alas tan grandes; la mayoría de aves debe estar constantemente batiendo las alas para
no caer, con un movimiento de remo, y controlando la dirección mediante la cola. La mayoría
vuela de día, y todas tienen una vista excelente; el águila ve en la lejanía ocho veces mejor
que un hombre; las lechuzas, aves nocturnas, han “sacrificado los detalles por la sensibilidad”:
detectan todo tipo de movimiento con un mínimo de luz, con la décima parte de la que necesita
un hombre; sus ojos son aún más grandes de lo que aparentan pues el cristalino se ensancha
por dentro, por lo cual el globo ocular no deja espacio para los músculos, debiendo girar toda
la cabeza para mirar a otra parte.
No hay ojo capaz de ver en condiciones de
oscuridad total, pero si hay un par de aves capaces
de seguir volando en tales condiciones:
los guácharos (vencejos) y la salangana del
sudeste asiático; viven en cuevas, y se guían por
el eco de los chasquidos que emiten con cierta
frecuencia, aumentando en la medida que se
acercan a algún obstáculo; sus ojos son eficaces
en la noche, pudiendo localizar fruta. Los
murciélagos, que no son aves sino mamíferos,
también utilizan ésta técnica pero más
refinadamente; sus emisiones son mucho más agudas y más sensibles, a tal punto que les
permite encontrar insectos en el aire. Los murciélagos además sorben el néctar de ciertas
flores, algunos comen frutas, otros son capaces de alimentarse de peces en los ríos.
El aire ofrece varias ventajas a quienes son capaces de habitarlo: no hay obstáculos para
avanzar, hay pocos depredadores, se localizan con facilidad las fuentes de alimento, se accede
a ellas con facilidad (como para tomar el néctar de las flores), se pueden romper cosas desde
arriba, como la gaviota con algunas conchas o el quebrantahuesos que come médulas al dejar
caer grandes huesos desde el aire, volar con tremenda velocidad para atrapar alguna presa,
como el águila o el halcón peregrino, cazador también de aves (es el ave más rápida: 130
km por hora), se puede también galantear con tranquilidad en el aire, cortejar, jugar;
las águilas calvas y los milanos negros se unen en parejas, garra con garra, durante su
vuelo nupcial. El aire y el viento también ofrecen la posibilidad de recorrer grandes distancias
sin más obstáculos que las tormentas: así las aves pueden escapar de los difíciles inviernos,
o aprovechar los festines de alimentos al llegar a tiempo.
Los murciélagos también hacen grandes migraciones; buscan las cuevas adecuadas para
pasar el invierno y parir en un ambiente adecuado; se conoce una migración de 20 millones de
murciélagos hembras desde México hasta una gran caverna en Texas, 1500 km. más al norte;
quizás se reúnen allí por las condiciones especiales del lugar y tantas, para calentar el
ambiente para sus crías, que nacen desnudas.
Y también los insectos, como muchas especies de mariposas, hacen migraciones cortas o
largas según la especie; la mariposa de la col europea vive tres o cuatro semanas, pero
alcanza a recorrer unos 300 km., siguiendo una migración por etapas en que para con
frecuencia si hay un lugar con buen alimento: no es fácil darse cuenta de su migración, que
parece estar guiada por el sol y cuya finalidad no es sólo el destino sino descubrir nuevas
zonas para alimentarse, procrear y depositar sus huevos.
Las mariposas monarcas viven casi un año; algunas de entre ellas, las que nacen en
primavera, permanecen en el mismo lugar, cerca de los grandes lagos en Norteamérica, e
hibernarán en el invierno; la generación otoñal vuela hacia el sur, sin parar casi, en un vuelo
recto de 3000 km. hasta llegar al sur de Texas y el norte de México: con buenas condiciones
pueden volar a 1500 m. sobre el suelo, mientras que cuando hay temporales prefieren
guarecerse en bosques para no desviar su curso; se reúnen en valles conocidos y reposan por
millones en coníferas usadas por muchas generaciones, hasta que llegue la primavera;
entonces comienzan a excitarse, se aparean, y vuelven a emprender un vuelo reposado,
alimentándose y parando cada 15 km. rumbo al norte; pocas llegarán a su lugar original pero
en el camino habrán dejado numerosos descendientes que serán quizás encontrados por
mariposas de la siguiente migración.
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BAJA VERAPAZ, departamento interior del centro de Guatemala, en las tierras altas
sedimentarias. Los relieves más destacados de su territorio son las sierras de Chamá,
Chuacús y de las Minas, contrastando con el valle Grande o del Motagua, situado al sur. Los
ríos más importantes que lo cruzan son el Chixoy, Salamá y el Motagua, que coincide con el
límite del departamento. El clima es tropical con fuertes precipitaciones, lo que permite un gran
desarrollo de extensas superficies selváticas. Su principal recurso económico es la agricultura,
de la que sobresalen los cultivos de café, caña de azúcar, cereales y legumbres. La industria
tiene una faceta agroalimentaria, otra de carácter forestal y una tercera de tipo artesanal, con
elaboración de hilados y tejidos. Su capital es Salamá. Superficie, 3.124 km²; población (2002),
215.915 habitantes
SUCHITEPÉQUEZ, pequeño departamento costero del sur de Guatemala, a orillas del océano
Pacífico. Su interior es abrupto con varios volcanes como el Santa María, el Santo Tomás o el
Zumil, en tanto que el sector meridional forma parte de una estrecha fachada en el litoral del
Pacífico. En su economía predominan las actividades del sector primario, con cultivos de arroz,
cacao, café y tabaco, ganadería especializada en el ganado bovino, explotación forestal para
obtención de maderas y pesca de bajura para el mercado nacional. Se sitúa como punto
intermedio en la línea ferroviaria que enlaza Guatemala capital con la ciudad mexicana de
Tapachula, y está unido por carretera con el pequeño puerto de Champerico, centro comercial
de la pesca artesana. Su capital es Mazatenango. Superficie, 2.510 km²; población (2002),
403.945 habitantes.