Poema A La Patria
Poema A La Patria
Poema A La Patria
Un mes antes de presentar el baile, los participantes deben aislarse para purificar
su cuerpo y su espíritu, en especial los que representarán a los leones, a los tigres
y a los monos.
Esta danza del siglo XVII, celebra un tema relacionado con la ganadería y sus
capataces. La trama de la danza narra la historia del capataz de una hacienda
que prohíbe a los vaqueros lidiar con un toro, por lo que estos optan por
emborrachar al jefe para poder hacerlo.
Danza de la conquista
Los instrumentos que acompañan este baile son el silbato, la chimirría (una flauta
de origen árabe que los españoles introducen en las colonias de América) y los
tambores.
Los hombres más ancianos del pueblo bailaban con sus bastones como una
ofrenda al Dios Sol o Dios Viejo, que en la región de Michoacán se llama Tata
Jurhiata. Justo del sol que quemaba sus caras, los viejitos recibían el vigor
requerido para seguir con sus actividades terrenales.
Cuando los españoles llegaron a la región en 1530, la original danza de los viejitos
fue prohibida. Los chamanes la enseñaron a escondidas a jóvenes que pudieran
aguantar el ritmo, marcado con el tambor y la flauta. La danza de los viejitos
perdió su sentido místico y ritual, y se transformó poco a poco en algo distinto
gracias al contacto de los instrumentos y cultura del Viejo Mundo.
Con el tiempo, La danza de los viejitos, que lleva el nombre de T'arche Uarakua,
se volvió una caricatura del colón español, que envejecía más rápido que el
indígena y era más achacoso en sus andares. La danza se terminó por mestizarse
con la cultura dominante.
El Rabinal Achí
La obra tiene cuatro actos cuales dramatiza los conflictos de ciudades rivales, la
nobleza Maya, actos de diplomacia, y la guerra entre los K’iche y Rabinaleb.
Kaj Yub, fortaleza de los Rabinaleb en Rabinal, Baja Verapaz – foto por Donald
Sanabria Ortiz
Este evento resulta en una de guerra en la cual K’iche Achí es capturado y llevado
a juicio por intentar secuestrar niños de Rabinaleb lo cual era considerado un
delito gravísimo en la ley Maya. El desenlace de dicho drama es la muerte de
K’iche Achí, prevaleciendo los Rabinaleb.