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La Máscara de La Personalidad

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"La máscara de la personalidad" en La Vanguardia,

España
La máscara de la personalidad - La Vanguardia, España
Por Irene Orce, Abril 24 de 2008
"La verdadera profesión del hombre es encontrar el camino hacia sí
mismo". Esta afirmación del escritor Herman Hesse (1877 – 1962) parece
estar más de actualidad que nunca: la proliferación de cursos y
seminarios orientados al desarrollo personal en España lo confirman.

Aunque llegar a estar bien con uno mismo es un arte que puede
aprenderse sin ayudas externas, existe una herramienta psicológica
denominada Eneagrama que contribuye a facilitar y acelerar este
proceso. A diferencia de otros métodos, destaca por su precisión a la
hora de describir las nueve principales tendencias de comportamiento
que conforman la personalidad humana.

En opinión del coach y consultor Enrique Simó, especializado en el


autoliderazgo basado en la inteligencia emocional, "el verdadero
cambio que nos permite evolucionar va de la mano de la comprensión, y
ésta requiere inevitablemente que nos conozcamos a nosotros mismos".
Y
se trata de "un proceso, no una meta", orientado a descubrir "cuáles
son las características que nos hacen únicos, así como las trampas en
las que caemos al interactuar con la realidad externa", explica.

"Esta introspección nos ayuda a saber de qué tenemos miedo y por qué,
de qué forma queremos que nos vean los demás y, en definitiva, por qué
siempre reaccionamos de la misma manera frente a determinados
estímulos externos", añade Simó.

Y si no, "cómo puede ser qué tropecemos una y otra vez con la misma
piedra, llegando incluso a culpar a la piedra de nuestro tropiezo?"
sonríe. Así, la finalidad de este viaje hacia dentro es "llegar a ser
dueño de nosotros mismos para dejar de vivir con el piloto automático,
que nos lleva a pensar y reaccionar de forma mecánica e inconsciente",
señala Simó. "Sólo así es posible enfrentarse con serenidad a las
adversidades del día a día", añade.

Para este experto, "el Eneagrama, utilizado por universidades como la


Harvard Business School o la Stanford University School of Business,
actúa a modo de espejo y es una herramienta muy válida para alcanzar
este objetivo".

Orígenes del Eneagrama


La palabra "Eneagrama" significa "nueve líneas" en griego. Aunque se
desconoce cuál es su origen exacto, lo que sí se sabe con certeza es
que durante la primera mitad del siglo XX el místico George Gurdjieff
fue el primero en manejar esta herramienta. El relevo a sus
investigaciones lo tomó el psicólogo Óscar Ichazo, que a mediados de
la década de 1950 descubrió la conexión entre el símbolo del Eneagrama
y los diferentes tipos de personalidad, estrechamente relacionados con
las nueve principales tendencias o pasiones de la condición humana:
ira, soberbia, vanidad, envidia, avaricia, cobardía, gula, lujuria y
pereza.

A partir de entonces el Eneagrama se ha ido perfeccionando, sobre todo


desde que el psiquiatra Claudio Naranjo lo popularizara en los años
70, influyendo a destacados expertos como Don Richard Riso, Russ
Hudson y Helen Palmer. En España, los primeros libros aparecieron a
principios de los 90, pero es ahora cuando está comenzando a
expandirse.

Cada vez más psiquiatras, psicólogos y coachs españoles lo utilizan en


sus sesiones de terapia y asesoramiento emocional. Algunos guionistas
y escritores también lo emplean para crear personajes más profundos y
verosímiles, e incluso está entrando a través de los departamentos de
recursos humanos en importantes empresas como Microsoft, Procter &
Gamble, e-Bay, KLM airlines, Apple o Toyota para sacar lo mejor de sus
trabajadores.

Básicamente, el Eneagrama describe nueve formas de pensar, sentir y


actuar –conectadas a su vez con nueve métodos de desarrollo personal–
,
identificadas a través de un número, que sirve para facilitar su
manejo y comprensión. "Más allá de la genética, el condicionamiento
socio-cultural o la influencia de los padres, el Eneagrama puede
mostrarnos nuestro esqueleto psicológico, es decir, ciertos patrones
de conducta inconscientes que forman parte de los más profundo de
nosotros", sostiene el periodista Borja Vilaseca, que recientemente ha
publicado el libro 'Encantado de conocerme. Comprende tu personalidad
a través del Eneagrama' (Plataforma Editorial).
"Esta personalidad, también llamada ego o falso yo, es el mecanismo de
defensa que hemos ido desarrollando desde la infancia para protegernos
de la realidad y poder sobrevivir emocionalmente mientras no contamos
con un cerebro plenamente desarrollado", expone Vilaseca.

"A lo largo de este necesario proceso de supervivencia psicológica,


que llevamos a cabo de forma inconsciente, lo que somos en esencia
queda sepultado, identificándonos totalmente con nuestra personalidad
o ego". Y bajo el embrujo de esta identidad ilusoria, "interactuamos
con el mundo como si lleváramos puestas unas gafas con cristales
coloreados, que limitan y condicionan todo lo que vemos", apunta.

"Desde el ego, nuestras interpretaciones subjetivas suelen derivar en


conflictos, miedo y tristeza, pues pretendemos que la realidad se
adapte a nuestros deseos, necesidades y expectativas egoístas y
egocéntricas", reconoce Vilaseca. Y expone: "Estamos identificados con
nuestro ego cuando pensamos en nosotros primero, sin importarnos las
consecuencias que nuestros actos puedan reportarles a las personas
que
nos rodean; cuando no aceptamos lo que sucede y nos creemos víctimas
de los demás o de nuestras circunstancias externas; cuando nos
lamentamos por algo que ya ha pasado o nos preocupamos por lo que
todavía no ha sucedido".

Además, "al vivir identificados con este escudo mental creemos


falsamente que estamos separados de todo lo demás, experimentando
malestar e insatisfacción".

Descubrir el tipo de personalidad


"Para descubrir cuál es nuestro tipo de personalidad se requiere ser
humilde y sincero con uno mismo, pues conlleva aceptar nuestro lado
oscuro, es decir, aquellas conductas y actitudes que no nos gustan,
pero que a veces no podemos evitar manifestar", señala Vilaseca. Y no
sólo eso: "Para confirmar cuál es nuestro "número" predominante, hemos
de comprobar la correlación existente con los otros tipos de
personalidad, que complementan nuestra compleja forma de ser", añade.

Así, el primer paso consiste en averiguar con qué tipo de personalidad


vivimos identificados. "Es entonces cuando comienza el verdadero
trabajo personal, que se gestiona a través de la auto-observación, que
es la que nos permite dejar de reaccionar impulsivamente y empezar a
ofrecer una respuesta más consciente y constructiva frente a las cosas
que nos van sucediendo", expone Vilaseca.

"A medida que vamos abandonando los patrones de conducta nocivos,


empezamos a entrar en contacto con nuestra verdadera esencia", añade.
Y gracias a este reencuentro, "vivimos un cambio de paradigma, dejando
de querer cambiar la realidad externa, que no depende de nosotros,
para transformar lo único que sí está a nuestro alcance: la actitud
que tomamos frente a las cosas que nos pasan". Y concluye: "En última
instancia, lo que experimentamos en nuestro interior no tiene nada que
ver con lo que nos pasa, sino con la interpretación que hacemos de los
hechos en sí".

Con el objetivo de unir todas las escuelas de Eneagrama que existen en


España para poder expandir su uso a diferentes ámbitos relacionados
con la formación y el conocimiento, en diciembre de 2007 se fundó la
Asociación Aeneagrama , filial de la International Eneagram
Association, presidida por la psicóloga clínica Isabel Salama. En su
opinión, "el desconocimiento genera que se defina como un medio de
encasillar a las personas". Sin embargo, "esta herramienta muestra la
cárcel en la que cada uno de nosotros se ha ido encerrando y las
direcciones a seguir para poder salir de ella", afirma Salama,
profesora de Eneagrama, en Madrid.

"Detrás de la desconfianza y el escepticismo que impiden ahondar en el


autoconocimiento y desarrollo personal se esconde el miedo a
conocerse, a explorar quiénes somos y quiénes podemos llegar a ser",
explica. "Pero ignorar cómo funcionan todos estos procesos nos puede
conducir al sufrimiento", añade esta experta.

Salama asegura que "lo más importante es mantener una actitud


abierta". No en vano, "desprenderse de la máscara de la personalidad
requiere un compromiso a largo plazo", reconoce. De lo que se trata es
de "aprender a conocernos, comprendernos y aceptarnos tal como
somos,
pues sólo así podremos iniciar el cambio hacia la persona que podemos
llegar a ser".

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