Exegesis
Exegesis
Exegesis
Dios es fuente de todo conocimiento, ya que Dios nos doto de inteligencia para
aprender lo queremos saber.
La exegesis tendrá como meta hacer entender o comprender el texto bíblico, tocando
las áreas de la sensibilidad e intelectualidad del creyente, mente y corazón han de ser
sumergidas en el texto de la Palabra de Dios, el cual se está interpretando. En lo que se
refiere al intelecto es razonable aplicar las normas de la gramática al estudio del texto.
Asi mismo hemos de considerar que entre la época bíblica y la época contemporánea,
existe una gran distancia de tiempo entre los aspectos históricos, Cultural Lingüístico
Geográfico Filosófico, en el cual se escribió el texto bíblico, y la época actual y que tales
factores son distintos de aquel mundo bíblico y el mundo contemporáneo.
Por tanto, necesitamos tres cosas en las cuales tener cuidado al interpretar la palabra
de Dios.
En primer lugar, hemos de admitir que necesitamos acudir a la ayuda de Dios.
Juan 16:13 Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad;
porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará
saber las cosas que habrán de venir
En tercer lugar, tenemos que aprender a leer con el tipo de cuidado que corresponde al
valor de la Biblia. La Sagrada Escritura fuente de autoridad e inspiración divina.
Hechos 17: 10-11 Inmediatamente, los hermanos enviaron de noche a Pablo y a Silas
hasta Berea. Y ellos, habiendo llegado, entraron en la sinagoga de los judíos. Y éstos
eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con
toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así.
1.- Encontrar un texto fiable, es decir una traducción de la biblia confiable, que
garantice sea lo más fiel posible al lenguaje original.
2.- Ir a los términos (palabra o frase ) del autor del pasaje, es descubrir lo que el autor
quiere decir con sus palabras y frases. Debido a que cualquier palabra o frase puede
tener más de un significado, nuestra tarea es determinar con precisión cual es el
significado que el autor pretende en cada palabra y frase. Tenemos que descubrir el
significado de una palabra en su contexto, el cual ya entendemos. Las palabras sólo
pueden ser entendidas a partir de su contexto.
Un contexto no es más que palabras y frases que también deben ser entendidas.
Debemos hacer todo lo posible para comprender el contexto en el que está una
palabra, de tal manera que, atribuyamos a la misma el único significado que el autor
quiso transmitir por medio de ella.
Con el fin de entender las proposiciones, debemos saber al menos los rudimentos de la
gramática y la sintaxis. Las proposiciones sólo tienen significado porque son puestas
juntas de acuerdo a las normas establecidas.
Para ejercitar este punto debemos recurrir a las reglas apropiadas de la gramática de
esta manera entenderemos el significado de las proposiciones de un autor.
4.- Relación de las proposiciones unas con otras.
Así como las palabras derivan el significado de su uso en una proposición, así también
una proposición recibe el significado preciso de su uso en relación a las otras
proposiciones.
Por ejemplo, en Colosenses 2:21, Pablo dice: “No manipules, ni gustes, ni toques.”
Tomadas por separado, estas tres proposiciones sugerirían que Pablo esta
prescribiendo ciertas reglas de conducta. Eso sería un gran malentendido.
La proposición anterior, la pregunta retórica del verso 20 dice: “¿Por qué os sometéis a
preceptos tales como?” Así que, lo que Pablo quiere decir es totalmente lo contrario a
lo que estas tres proposiciones del verso 21 parecerían decir al ser separadas de su
contexto. Lo que él quiere decir es: Tengan cuidado con regulaciones tales como: “No
manipules, ni gustes, ni toques.”
Otro ejemplo lo tenemos en Filipenses 2:12: “Ocupaos en vuestra salvación con temor y
temblor.” Esta proposición no será correctamente construida a menos que sea vista en
relación a la cláusula que sigue: “Porque Dios es el que produce en vosotros el querer
como el hacer por su buena voluntad.” (Filipenses 2:13) , el asunto es de cómo
relacionamos estas dos proposiciones. Si hacemos de la segunda cláusula el resultado
de la primera, entonces la acción santificadora de Dios depende de nuestro trabajo. Si
hacemos la segunda cláusula el fundamento de la primera, entonces nuestros
esfuerzos hacia la santidad son iniciados por, y posiblemente solo porque, Dios está
listo para trabajar en nosotros.
Pablo no deja lugar a dudas cuando une dos cláusulas con la conjunción “porque.”
La obra de Dios en nosotros es el motivo y el poder de nuestro trabajo.
1. Necesitamos conocer los tipos de relaciones que puedan existir entre las
proposiciones. El no conocer como los pensamientos se relacionan unos con
otros es un gran obstáculo para entender como las proposiciones forman
unidades complejas de significado. Si solo tenemos una idea vaga de como dos
proposiciones están relacionadas, estamos obstaculizados porque no
conocemos como poner nuestro entendimiento dentro de las palabras.
Necesitamos una lista de relaciones lógicas posibles, con nombres descriptivos,
de tal manera que podamos usarlas cuando discutimos el significado de un
texto.
Estas son las dos cosas necesarias para trazar el hilo de pensamiento de un autor.
Existe un método que responde a estas dos necesidades, proporciona algo esencial en
la interpretación:
Una forma de ver el enredado desarrollo del pensamiento de un autor en su
complejidad y unidad. Lo que ha llegado a ser conocido como “arqueo” (que más
adelante veremos, en otra clase) ha demostrado ser una de las más fructíferas
herramientas exegéticas.
Sus principios aseguran un enfoque en la interpretación bíblica.
Las relaciones entre las proposiciones caen dentro de dos grandes grupos:
1.- Relaciones coordinadas
2.- y relaciones subordinadas.
Dos cláusulas tienen una relación coordinada si una no soporta a la otra en alguna
manera, sino que cada una es independiente y hace su propia contribución dentro del
todo.
Por ejemplo: Yo fui al correo, y recogí a mi esposa de camino a casa.
Estas dos proposiciones no se sustentan la una con la otra, sino que describen una serie
de cosas que se hicieron.
Una cláusula tiene una relación subordinada con otra cláusula si la sustenta en alguna
manera.
Por ejemplo: Yo fui al correo porque tenía que enviar una carta.
Aquí la proposición, “porque tenía que enviar una carta,” está subordinada a la cláusula
principal, “yo fui al correo.” Ésta sustenta a la cláusula principal dándole el fundamento
o causa del porque ir al correo. Hay un número de subclases debajo de estas dos clases.